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Diseño de instrumentos de evaluación

Clase 1: Introducción a los instrumentos de evaluación

Contenidos de la clase
● Introducción
o Bienvenida
● Instrumentos de evaluación
o Definición
o Tipos de instrumentos
o Principios de los instrumentos
▪ Validez
▪ Confiabilidad
▪ Practicidad
▪ Utilidad

Introducción

Bienvenida

Les damos la bienvenida al curso “Diseño de instrumentos de evaluación”, en el cual nos


proponemos brindarles ciertas “pistas” para optimizar, en sus prácticas reales, el diseño y
elaboración de instrumentos, a partir de un análisis teórico desde el enfoque de la evaluación
formativa.

Este curso constará de cuatro clases en las cuales abordaremos desde los aspectos más generales
de los instrumentos, como su definición y principios, hasta cuestiones vinculadas con ejemplos
concretos de pruebas. Ya desde las primeras clases les propondremos recuperar los instrumentos
de evaluación con los que trabajan y analizarlos a la luz de la bibliografía. También tendrán que
diseñar un instrumento para evaluar a sus alumnos y registrar qué sucedió con el mismo.

Creemos que es fundamental que el docente reflexione sobre su práctica como una actividad
habitual y que es importante que pueda dejar registro de sus ideas, de sus observaciones, de sus
comentarios. Estos registros escritos servirán también de insumo para la reflexión futura.

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Para iniciar, los invito a que, en el mapa de la República Argentina, encuentren el lugar donde viven
y se ubiquen en él, contándonos quiénes son y en qué nivel del sistema educativo se desempeñan.
En este tutorial pueden ver los pasos “técnicos” para hacerlo.

Si bien este curso tiene una parte ya armada -igual para cada cohorte que lo realice-, hay otra, la
del intercambio, que va a ir construyéndose con el aporte de cada uno y que va a permitir
enriquecer las cuestiones teóricas presentadas. Espero que nos encontremos muy seguido en el
foro.

Desde el enfoque en el que nos situamos, entendemos a la evaluación como un acto creativo que
continuamente desafía al docente, dado que lo pone en la situación de analizar su propia práctica
de enseñanza y buscar relevar información valiosa sobre los procesos de aprendizaje de sus
alumnos. No obstante, la información que el docente recolecta no es exclusiva para sí, sino que
pretende retroalimentar el aprendizaje de cada alumno. En último término, nos sirve para generar
autonomía en el sujeto (alumno) y visibilizar sus debilidades y fortalezas para seguir enriqueciendo
su recorrido de aprendizaje. Quien conoce claramente cómo aprende puede, más fácilmente, llevar
a cabo con éxito esta tarea. Hablamos, entonces, de la evaluación desde una mirada formativa; de
una evaluación auténtica.

Desde esta perspectiva, los instrumentos que vamos a considerar pretenden plantear problemas
significativos y situados para resolver, al tiempo que estimulan al alumno en la búsqueda creativa
de soluciones nuevas. Asimismo, pretenden evaluar no sólo los contenidos trabajados, sino que
también se consideran (y explicitan) las competencias que en esa actividad de evaluación se ponen
en juego. La evaluación, en estos casos, no queda desvinculada del proceso de aprendizaje y
permite que este proceso se pueda comprender más cabalmente, al tiempo que nos permite
monitorear y retroalimentar el avance de nuestros alumnos. La enseñanza, en este sentido,
también es puesta en situación de reflexión.

“(…) para que haya una evaluación con sentido es indispensable que existan criterios que
permitan construir juicios de valor acerca de lo que la información recogida significa en
términos de aprendizaje de los alumnos”. (CAMILLONI, 1998

Vamos a trabajar ahora, en la definición y clasificación de instrumentos de evaluación.

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Instrumentos de evaluación
Definición: ¿qué entendemos por instrumentos de evaluación?

Si buscamos la definición de instrumentos en el diccionario de la Real Academia Española (RAE)


encontraremos lo siguiente (entre otras acepciones):

Del lat. instrumentum.


1. m. Objeto fabricado, relativamente sencillo, con el que se puede realizar una actividad.
2. m. Cosa o persona de que alguien se sirve para hacer algo o conseguir un fin. La literatura
es un instrumento para cambiar el mundo.
3. m. instrumento musical.
Etc.

De esta definición se desprende, entonces, que un instrumento es algo fabricado, sencillo y que nos
sirve para conseguir un fin.

En relación a los instrumentos que nos ocupan en este curso, lo que deben permitirnos es
recolectar información sobre el proceso de aprendizaje y el proceso de enseñanza, entendiendo
que existen múltiples factores y actores que van a influir sobre la propia instancia de evaluación.

“El abordaje de la evaluación de los aprendizajes resulta un proceso sumamente complejo en


la medida en que se trata de una práctica social anclada en un contexto que impacta de
múltiples maneras en los distintos actores involucrados, ya se trate de alumnos, docentes,
instituciones educativas o padres.” (ANIJOVICH, 2010)

Por otro lado, también tenemos que considerar que los resultados de esta evaluación van a
permitir tanto a docentes como alumnos tomar decisiones en función de los roles que ocupan. Es
decir que los alumnos podrán revisar sus modos de aprender, de estudiar, de manejarse con los
contenidos escolares, y que los docentes tendrán que hacer lo mismos con sus prácticas de
enseñanza, y analizar la coherencia -imprescindible- entre éstas y las prácticas evaluadoras. Todo

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esto sin perder de vista que esas decisiones van a estar teñidas por sus propias concepciones sobre
la enseñanza, el aprendizaje, la misma evaluación, etc.

En palabras de Alicia Camilloni: “No hay evaluación sin juicios de valor”.

Por otra parte, entendemos que la forma de presentación de un contenido, también forma parte
del mismo, y que las competencias que nuestros alumnos ponen en juego en la resolución de una
tarea cualquiera también son diferentes.

Tomando estas afirmaciones, es necesario explicitarlas y considerar que los instrumentos de


evaluación que elaboraremos van a estar teñidos por estas cuestiones. De aquí surge la dificultad
de escindir el proceso de evaluación del proceso de enseñanza, y de tomar instrumentos de
evaluación elaborados fuera del contexto de la situación que se pretende evaluar. Puede ser que le
estemos pidiendo a nuestros alumnos “algo” que no fue enseñado, que no fue trabajado, que no
fue pensado en el desarrollo de las clases.

Los tipos de instrumentos

Cuando pensamos en tipos de instrumentos de evaluación surgen innumerables listas de


clasificaciones. Muchos autores hablan de instrumentos “cuantitativos” y “cualitativos”; otros
consideran los instrumentos como de selección de respuesta, de construcción de respuesta o de
desempeño; una tercera posibilidad de clasificarlos es como instrumentos objetivos o de
desempeño.

En el marco de esta clase sólo enumeraremos algunos de los instrumentos de evaluación que
pueden emplearse cuando pensamos en una evaluación formativa. En las clases siguientes
desarrollaremos en profundidad cada uno de ellos.

Las posibilidades de instrumentos de evaluación son los siguientes:


● Observación
● Portafolios
● Diarios de aprendizaje
● Proyectos
● Tutorías

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¿Han utilizado alguno de estos en sus prácticas de evaluación? Les propongo que, en un
borrador, escriban sus experiencias y analicen las dificultades o dudas que surgieron (si es
que las hubo) en su aplicación.
Para esto utilizarán su Portafolio personal, espacio que poseen dentro de la plataforma y que
van a encontrar en el ángulo superior derecho de la pantalla. La propuesta consiste
entonces en que creen una “nota” allí con el título: “Experiencias con instrumentos de
evaluación”, siguiendo los pasos que muestra este tutorial para crear su carpeta del curso y
luego distintas notas dentro de la misma.

Principios de los instrumentos

Una cuestión que debemos considerar es que el proceso de evaluación no se agota con la mera
puesta en acción de un instrumento de evaluación, cualquiera fuera el mismo. Como su nombre lo
indica, es un proceso en el que intervienen diferentes instrumentos y recursos. No empieza y
termina en una situación puntual de toma de prueba u observación determinada.

Es necesario realizar una adecuada combinación de instrumentos, que deben ser implementados
en las diferentes etapas del proceso de enseñanza y del proceso de aprendizaje y que van a
requerir, también un adecuado análisis, en el marco de un proceso reflexivo, tanto por parte de los
docentes, como así también, de los alumnos.

Hay cuatro características generales que los instrumentos de evaluación deben contener. Cabe
destacar, que cada una tiene diferente grado de relevancia.

Éstas son:
● Validez
● Confiabilidad
● Practicidad
● Utilidad

Validez

Este principio hace referencia a la coherencia entre lo que se pretende evaluar y lo que
efectivamente se evalúa. También encierra cuestiones vinculadas con los criterios desarrollados en

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las clases para evaluar, con los contenidos, etc. En esta línea, podemos decir que la validez de un
instrumento no es absoluta, no es universal.

Un instrumento puede ser válido para evaluar lo que se quiere evaluar en una situación
determinada, ya que fue elaborado en base a los criterios establecidos para ese momento de la
enseñanza en particular, y, cuando se quiere, por ejemplo, replicar al año siguiente para evaluar los
mismos contenidos, deja de ser válido, porque no responde a los que efectivamente pasó en ese
salón de clases.

Edith Litwin desarrolla este punto en particular y algunas de las cuestiones trabajadas en esta clase
en general. Es interesante escuchar su posición al respecto. Los invito a tomarse un rato para oírla
en su conferencia “La evaluación sometida a juicio” de abril de 2008.

“La evaluación sometida a juicio”, por Edith Litwin.

Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=gNseex_znOY

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“Cuando se quiere determinar si un instrumento es válido se requiere, entonces, información
acerca de los criterios que han precedido su construcción y su administración. Los criterios
son, entonces, externos a la situación de evaluación misma.” (CAMILLONI, 1998)

Cuando pensamos en los contenidos a evaluar y los que efectivamente se incluyen dentro de ese
instrumento, debemos preguntarse principalmente si estamos realizando una selección adecuada y
significativa de aquello que enseñamos. Muchas veces, nos detenemos en preguntar detalles o
asuntos realmente fundamentales para el tema en cuestión, pero que no fueron desarrollados con
ese nivel de importancia en las clases.

La validez del contenido va a estar enmarcada en el diseño curricular. Es éste el que nos dará las
pistas para seleccionar los niveles de profundidad de aprendizaje y el que nos brindará las
herramientas para efectuar una selección adecuada y representativa de los contenidos del año.

Dentro de la validez, es necesario considerar la validez predictiva, ya que es la que permitirá que
tanto alumnos como docentes reflexionen sobre las debilidades y fortalezas en el aprendizaje y en
la enseñanza, para seguir construyendo nuevas nociones y para seguir aprendiendo más allá de la
escuela.

Otro aspecto a resaltar, y que fue esbozado en lo dicho hasta el momento, es que debe existir
coherencia entre el tipo de instrumento que elaboramos y las prácticas que desarrollamos en el
salón de clases. El modo de entender cómo aprenden nuestros alumnos nos marca la manera en
que preparamos nuestras clases y tiene que marcarnos la forma en la que evaluamos. De ahí que
cada evaluación debe ser pensada en función de lo que efectivamente sucedió ese año, con ese
grupo y en función de la propia concepción teórica del docente sobre la cuestión didáctica.

De la mano con lo dicho en el párrafo anterior, también es importante hablar de validez de


significado. La actividad de evaluación presentada debe ser significativa, debe presentar un desafío
interesante para resolver y que motive a los alumnos a seguir aprendiendo.

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Confiabilidad

Un instrumento es confiable cuando sus resultados dan cuenta de lo que efectivamente los
alumnos aprendieron, y cuando esos resultados pueden contrastarse con los obtenidos por otros
instrumentos.

Esta es una condición que presenta ciertas dificultades, ya que, a mayor grado de confiabilidad, va
desapareciendo la cuestión subjetiva. Cuando se privilegia este principio por sobre el resto,
tenemos que tener claro que estamos evaluando cierto tipo de aprendizajes y no todos.

“La confiabilidad es, por lo tanto, una característica importante, difícil de aplicar
adecuadamente y que exige un manejo técnico muy correcto de las técnicas de la evaluación
puestas al servicio de los propósitos que ésta tiene asignados en los procesos de enseñanza.”
(CAMILLONI, 1998)

Practicidad

Esta característica encierra varios aspectos. El instrumento debe tender a ser fácil de administrar y
su elaboración debería insumir tiempos demasiado prolongados. Por otra parte, la lectura y el
análisis de los resultados obtenidos tendrían que poder hacerse de un modo relativamente simple.
Sin embargo, estas cuestiones pueden compensarse, por ejemplo, con un instrumento que llevó
mucho tiempo de elaboración, pero que luego permite una administración y lectura de resultados
más sencilla.

Este principio no es el más importante, pero incide en la labor docente con bastante peso, dado
que pone en consideración los tiempos que las condiciones laborales prevén para el trabajo de
planificación de la enseñanza.

Utilidad

Si en un proceso de evaluación elaboramos un instrumento válido y confiable pero cuyos resultados


no son útiles para que los alumnos reflexionen o que los docentes monitoreen los procesos
constructivos que los involucran (enseñanza, aprendizaje), no tiene realmente mucho sentido como
instrumento de evaluación en sí mismo.

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Un instrumento de evaluación, además de ser válido, confiable y práctico, debe poder brindarnos
información relevante y pertinente sobre la tarea que realizamos.

Para obtener mayor información sobre este tema, los invito a leer:

Camilloni, A. (1998). La calidad de los programas de evaluación y de los instrumentos que los
integran. En Camilloni, A., Celman, S., Litwin, E. y Palou de Maté, M., La evaluación de los
aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires. Paidós. Disponible en
http://www.epetrg.edu.ar/Bibliografia%20PIE/Calidad-programas-e-instrumentos-eval.-
Camilloni-1998.pdf

Nos encontramos en la próxima clase.

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Actividades para la reflexión
Estas actividades no necesariamente se comparten. Pero sí es importante que se tomen un tiempo
para pensarlas y escribir sus conclusiones. Con frecuencia, les propondremos volver a ellas, es por
ello que les solicitamos que las guarden en el portafolio de la plataforma.

La conferencia de Edith Litwin nos permite repensar muchas de nuestras prácticas habituales en
cuanto a la evaluación. Les propongo volver a escucharla y tomar nota de alguna de sus
afirmaciones. Dejarlas registradas, y guardadas en el portafolio, para tenerlas a mano y así seguir
pensando sobre nuestras prácticas de evaluación.

¿Qué frases les quedan resonando?

¿Qué consideran ustedes como una buena situación de evaluación?

Actividades
Volver a escuchar la conferencia de Edith Litwin.

La confección de los instrumentos de evaluación juega un rol central en el proceso que va más allá
del mero diseño de la prueba, de qué manera respetamos en nuestra práctica cotidiana los tres
momentos que menciona la autora: “Se trata de tres momentos de la evaluación: confeccionar los
instrumentos, analizar su confiabilidad y validez y construir los criterios de evaluación para
comunicárselos a los estudiantes”.

Los invitamos a pensar en la última situación concreta de evaluación que pusieron en práctica. ¿Fue
una instancia de prueba escrita? ¿Qué características tuvo? ¿Cómo construyeron los criterios de
evaluación? ¿Pudieron comunicarlos a los alumnos?

Compartan las respuestas a estas preguntas en el Foro de la clase 1.

Aclaración importante

El espacio del foro nos permite establecer un diálogo asincrónico entre todos los participantes del
aula. Es importante leer las intervenciones de cada compañero y generar una conversación con lo

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que cada uno va proponiendo. Es necesario también, revisitar este espacio, podemos encontrarnos
con preguntas y comentarios sobre nuestras propias intervenciones.

¡Nos encontramos en el foro!

Tengan en cuenta que el trabajo final incluye la elaboración de un instrumento de evaluación que
tendrán que poner “en acción” en uno de sus cursos o grados a cargo.

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Material de lectura
Material de lectura obligatoria

Camilloni, A. (1998). La calidad de los programas de evaluación y de los instrumentos que los
integran. En Camilloni, A., Celman, S., Litwin, E. y Palou de Maté, M., La evaluación de los
aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires. Paidós. Disponible en
http://www.epetrg.edu.ar/Bibliografia%20PIE/Calidad-programas-e-instrumentos-eval.-Camilloni-
1998.pdf

Bibliografía
Anijovich, R, y otros. (2012). Transitar la formación pedagógica. Buenos Aires. Paidós.

Camilloni, A. (1998). La calidad de los programas de evaluación y de los instrumentos que los
integran. En Camilloni, A., Celman, S., Litwin, E. y Palou de Maté, M., La evaluación de los
aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires. Paidós. Disponible en
http://www.epetrg.edu.ar/Bibliografia%20PIE/Calidad-programas-e-instrumentos-eval.-Camilloni-
1998.pdf.

Camilloni, A. (2010). La validez de la enseñanza y la evaluación: ¿Todo a todos? En Anijovich, R.


(Comp). La evaluación significativa. Buenos Aires: Paidós. Disponible en
http://www.fceia.unr.edu.ar/geii/maestria/2013/10masCelman/Camillioni-Valid%C3%A9z-
%20Anijovich004.pdf

Créditos
Autor/es: Lorena Basso

Cómo citar este texto:

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Basso, L. (2017). Clase 1: Introducción a los instrumentos de evaluación. Diseño de Instrumentos de
Evaluación (para primaria y secundaria). Buenos Aires: Ministerio de Educación y Deportes de la
Nación.

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