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Prueba de Portafolio
Historia Universal Moderna y
Contemporánea.

Colegio de ciencias y Humanidades


Plantel sur
Grupo 265 B
CICLO ESCOLAR 2019-2020
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PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La llamada también Gran Guerra estalló en 1914, entre los imperios europeos que se disputaban
colonias y semicolonias en el mundo. Se enfrentaron dos bloques: la Triple Alianza (Alemania,
Imperio Austro-Húngaro, Italia) y la Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia). En 1917, Rusia se
retiró de la Entente y entraron Italia y Estados Unidos.

El asesinato del príncipe austriaco Francisco Fernando (28-6-1914) en Sarajevo provocó que
Austria-Hungría le declarara la guerra a Serbia. Entonces, Rusia salió en defensa de Serbia, lo que
provocó que Alemania le declare la guerra a Rusia y a su aliada Francia. Cuando Alemania ingresó a
Bélgica para invadir Francia, Inglaterra le declaró la guerra.

Alemania y Francia combatieron en la batalla de Marne (setiembre de 1914) y se desencadenó la


“Guerra de las Trincheras”. En 1916, los alemanes atacaron la fortaleza francesa de Verdum, pero
fracasaron. El mismo año fueron vencidos en la batalla de Somme.

En el frente oriental, Alemania derrotó a Rusia, provocando que el zar Nicolás II fuera derrocado por
los comunistas rusos, quienes firmaron la paz con Alemania en 1917 (Tratado Brest-Litovsk).

En marzo de 1918, Alemania lanzó otra ofensiva en el frente occidental, pero fueron derrotados en
la Segunda Batalla de Marne. Ingleses, franceses y estadounidenses hicieron retroceder a los
alemanes, quienes se rindieron el 11 de noviembre de 1918 (Armisticio de Compiegne).

El 28 de junio de 1919 se firmó el Tratado de Versalles, donde los vencedores obligaron a Alemania
a entregar Alsacia y Lorena a Francia. También le impusieron una millonaria indemnización y le
prohibieron fabricar o comprar armamento.
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Colonialismo e imperialismo

El colonialismo y el imperialismo fueron una consecuencia del gran capitalismo, en el colonialismo,


los territorios eran explotados económicamente, y se establecían contactos con los pueblos
autóctonos. Existía el deseo de controlar rutas, lugares estratégicos y crear zonas de influencia, pero
no estaba claramente definida la postura de conquista continua y sistematizada, mientras que el
imperialismo buscaba la conquista de la mayor cantidad del territorio con el fin de llegar a ser
potencias de rango mundial y pretendían su control político, económico y militar. La segunda mitad
del siglo XIX presenció un fenómeno, la expansión de Europa en el mundo. Gracias a la revolución
industrial y a los avances tecnológicos que ella acarreó (el ferrocarril, el telégrafo, la navegación a
vapor y fundamentalmente los progresos en las armas de fuego), los europeos lograron instalarse en
regiones remotas y hasta entonces desconocidas, que sometieron a su dominio, explotándolas en su
propio beneficio. Por otra parte tenemos a la Venezuela agrícola que se caracterizó por el
predominio del café y el cacao como productos de exportación, para ese entonces la economía de
nuestro país era dependiente con respecto a otras sociedades extranjeras. Una de las cosas más
determinantes en la historia de Venezuela agropecuaria fue la sustitución del cacao por el café.
Como punto final, podemos decir que la filosofía marxista en su concepto, se ocupa de la naturaleza
misma del marxismo, excediendo el campo tradicionalmente ocupado por la filosofía.
El colonialismo es la influencia o la dominación de un país por otro más poderoso de una forma
violenta, a través de una invasión militar, o sutil, sin que intervenga la fuerza. Esta dominación puede
ser política, militar, informativa, cultural o económica.
La Independencia de los Estados Unidos en 1776 dio origen a un amplio proceso de descolonización
y creación de naciones independientes. Durante el curso del siglo XIX se independizan Haití y las
colonias españolas. Durante el curso del siglo XX se independizan las colonias europeas en África y
Asia.
El imperialismo es la formación y mantenimiento de imperios, ya sea por control territorial o bien sea
por la adquisición de materias primas.
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Ascenso al Poder del Mussolini y Hitler

En los años 20 Italia estableció un régimen fascista. *el ascenso de Mussolini al poder: tras la 1era
Guerra Mundial Italia vivía en una fuerte crisis; el nivel de vida empeoro, aumento el paro, tras a
verse endeudado en la guerra Italia tenía una gran deuda por la que subieron los precios. Con esto
la tensión social aumento, las clases medias y altas temían una revolución. Los partidos sociales no
pudieron a ser frente a esta situación por lo que las personas empezaron a votar a partidos
extremistas : el P. Comunista o el fasci italiani di combattiment (Mussolini) , pero Mussolini tuvo
pocos votos en las elecciones por lo que tuvo que tomar el país por la fuerza con la marcha sobre
Roma, Mussolini obtuvo plenos poderes por el rey.*el gobierno de Mussolini: las características del
fascismo: -ideología antidemocrática y anticomunista - estado dirigido de forma totalitaria y las
libertades individuales se suprimieron, solo existía el partido fascista.-el estado quería conseguir la
autosuficiencia del país . - el estado controlaba la sociedad - se impuso un nacionalismo feroz y
expansionista - se desarrolló el culto a la violencia y al militarismo
Hitler llega al poder de forma legal favorecido por la situación de crisis y violencia de Alemania. En
menos de dos años se decíosla la oposición y se hizo con el poder.*las consecuencias políticas de la
crisis económica: la crisis aumento el descontento y la tensión social. Muchas personas dejaron de
apoyar al gobierno y comenzaron a apoyar opciones extremista. Ante el temor de que se produjera
una Rev. Obrera los industriales apoyaron económicamente a los nazis.* Hitler llega al poder
legalmente: en las elecciones los comunistas y los nazis fueron los más votados pero ninguno tuvo
mayoría absoluta. En las elecciones de presidente de la república volvió a ser elegido Hindenburg,
presionado por los hombres de negocios y por los grupos más conservadores nombro canciller a
Hitler en 1933.* la eliminación de la oposición: en pocos meses los nazis se hicieron con todo el
poder. Lo primero fue eliminar a los partidos de la oposición. Con el pretexto de que los comunistas
avían incendiado el Reichstag el 28 de Febrero de 1933, fueron encarcelados en campos de
concentración. Aprovecharon la situación para ilegalizar los demás partidos excepto el nazi. En Junio
de 1934 Hitler mando asesinar a sus adversarios políticos de su propio partido en la llamada noche
de los cuchillos largos. En Agosto Hindenburg murió y Hitler se convirtió también en el presidente de
la república.
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CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL DE 1929.


Tras la Primera Guerra Mundial, los nuevos países que habían resultado de la guerra comenzaban a progresar. Se habla
de los ‘felices años veinte’. Estados Unidos emerge como la gran potencia económica e industrial. Su crecimiento
industrial, basado principalmente en las teorías de Taylor y Ford, fue extraordinario.

El ‘Jueves Negro’ las personas se reunieron en la puerta de la Bolsa de Nueva York


Sin embargo, el sector primario no creció de la misma manera sino mucho más lento, por lo que se produjo un éxodo del
campo a la ciudad. Fue tal el clima de bonanza que había que una gran parte de la población decidió adquirir acciones
en empresas industriales.

De hecho, casi la décima parte de la población invertiría sus ahorros en el mercado de valores. Tras esto, a partir de
1927 los financieros de Wall Street decidieron centrar sus atenciones en el mercado interior. Este hecho incrementó los
valores de las empresas norteamericanas y con ello, los problemas.

La superproducción agrícola que conduce a un incremento de productos en el mercado y, por tanto, una bajada de los
precios y rentas rurales. Se produce más de lo que se consume y al no vender, comienzan a producirse despidos.
El subconsumo industrial camuflado y mantenido gracias a los créditos, que la población se acostumbra a pedirlos para
poder comprar lo que deseen. Y tercero, y más importante, la especulación bursátil mencionada anteriormente por parte
de los financieros de Wall Street, que hacían ganar dinero rápidamente a pesar de que las acciones estaba
sobrevaloradas.

El 22 de octubre de 1929 dejan de subir las acciones y comienzan a bajar hasta que el jueves 24 toma proporciones
catastróficas, día que pasó a la Historia como el “Jueves Negro”. Se empezaron a vender acciones para tratar de salvar
la mayor cantidad de dinero posible y se produce una bola de nieve: a consecuencia de esto, el precio de las acciones
cada vez bajaba con mayor rapidez. Llegaron a venderse hasta 12 millones de acciones en un solo día.

Después llegó el denominado ‘Martes Negro’, en el que se colapsó la Bolsa, consecuencia de la pérdida de 24.000
millones de dólares en apenas una semana. Esto arruinaría a los especuladores y paralizaría las ventas de crédito.

El pánico cundió entre la población. Su respuesta fue acudir a los bancos a retirar todos los ahorros que tenían, pero
éstos no podían rembolsar ese dinero ya que se había invertido en préstamos o inversores, lo que produjo la quiebra en
cadena de los bancos (casi 4.000 en apenas tres años) y el consiguiente suicidio de empresarios y financieros.

El desempleo subió como la espuma, lo que llevó al cierre de numerosos negocios y en 1933 se registraron 14 millones
de parados. El Gobierno podría haber intentado salvar la situación e imponer la calma, pero decidió no intervenir
limitándose a esperar a que pasara el tiempo y ver si se solucionaba solo.

La Bolsa de Nueva York en 1930


Debido a la fuerte dependencia que tenía Europa de Estados Unidos, la crisis también le afecta. La reducción de las
importaciones americanas o la repatriación de los bancos americanos fueron alguno de los efectos. Austria es una de las
primeras afectadas con la quiebra de varios de sus bancos.

Con la llegada al poder de Roosevelt en 1933, se implanta el


conocido “New Deal”, basado en las ideas de Keynes que permitían
la intervención del Estado cuando la situación lo requiriese.

Entre las medidas que contenía estaba el favorecer las inversiones, el


crédito y el consumo, lo que conllevaría a una reducción del
desempleo. Hubo ayudas para los bancos y subvenciones a los
agricultores. También se propuso un aumento del salario y una
reducción de las horas de trabajo. Además, se diseñaron planes de
asistencia sanitaria y un nuevo sistema de jubilaciones y pensiones.

Se trata de una crisis que no terminaría hasta bien entrado el año


1939, año en que comenzaría la Segunda Guerra Mundial.
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DESCOLONIZACION DEL TERCER MUNDO


La descolonización es uno de los fenómenos más importantes del siglo XX, y la situación actual de los países
que pasaron por ese proceso depende de su etapa como colonias y de la forma en la que se desarrolló esa
descolonización.

Dentro del grupo de países que se denominaban tercer mundo, actualmente se pueden encontrar países en
vías de desarrollo y ricos en recursos naturales.

Los factores que influyeron en el proceso de la descolonización son de muy diverso tipo y podemos destacar
los siguientes:

Las ideas democráticas que se extendieron por algunos países colonizados.


Factores sociológicos como el aumento de la población.
Las ideas de libertad e independencia.
Los conflictos bélicos como la I y la II Guerra Mundial.
No obstante, los factores que influyeron en cada país son diferentes debido a la situación histórica y
económica de cada uno.

Cómo se desarrolló el proceso de descolonización del tercer mundo


La descolonización fue un proceso relativamente rápido, ya que se desarrolló en gran parte entre los años
1945 y 1962. Los hitos más importantes del proceso son los siguientes:

La independencia de Asia. Se produjo una primera fase que se desarrolló en Asia y que tuvo su base en la
valoración de la identidad cultural.
Hacia el año 1946 obtuvieron la independencia Líbano, Irak y Siria, entre otros países.
La independencia de la India y Pakistán se produjo entre los años 1945 y 1947.
En todo el proceso descolonizador fue un factor esencial la Declaración Universal de los Derechos Humanos
de 1947, que reconoce el derecho de los pueblos a gobernarse a sí mismos.
Por lo que se refiere a la descolonización de Indochina, se produjo como consecuencia de un conflicto, pero la
de Laos y Camboya fue un proceso más pacífico.
La descolonización de África se produjo más tarde que la de Asia, aunque hay países que se descolonizaron
antes, como Egipto en el año 1922. Libia declaró su independencia en el año 1951, Túnez en el año 1956,
Marruecos hacia el año 1956 y Argelia en el año 1962.
En cuanto a otros países africanos, podemos destacar el caso de Ghana, que se independizó en el año 1957
y más tarde le seguirían Sierra Leona, Uganda, Tanzania, Zambia y Malawi.
Entre los años 1975 y 1995 se produce la última fase de la descolonización que afecta a Oceanía y el Caribe.
Actualmente, la mayor parte de los países descolonizados forman parte del grupo de países que están en vías
de desarrollo. Este se mide teniendo en cuenta factores como el número de escuelas, el nivel educativo, la
alimentación y el grado de desnutrición, la situación de la salud y el número de hospitales (camas por cada mil
habitantes), es decir, se trata de un conjunto de indicadores de carácter socioeconómico.
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Después de un acomodamiento territorial al interior de Europa con la unificación de Prusia y los territorios alemanes, así
como de Italia y los ajustes generados por las guerras Austro-Prusiana y Franco-Prusiana, se inició el surgimiento del
espíritu colonial, que para algunos era algo nuevo en los territorios de ultramar, pero para otros era una posible
restructuración territorial y el camino para fortalecerse al interior de Europa, siguiendo el ejemplo del Imperio Británico,
que durante décadas se había consolidado como potencia gracias a su interacción comercial y colonialismo con los
territorios de ultramar, y sin dejar de lado la historia del Imperio español y portugués, que se habían beneficiado tanto de
su política imperial del siglo XVI y XVII.

Aunque claramente, algunos países en Europa no participan en el nuevo proceso imperial, que se iniciaba con la
Conferencia de Berlín de 1885 -con la vinculación no solamente de las estructuras gubernamentales sino también de
empresarios, comerciantes y banqueros-, sí tendrían la capacidad para avanzar en el sistema internacional. En estos
aspectos la Conferencia de Berlín sobre África Occidental puede considerarse, simbólicamente, como el cenit del periodo
de predominio de la vieja Europa en los asuntos mundiales. Lo cual se logró mantener gracias a la herencia colonial de
España, Portugal, Bélgica y Holanda y los mismos avances de Rusia, pues en esta nueva etapa no tenían la capacidad
de avanzar sobre este territorio. Era la forma de defender y mantener los reductos de una hegemonía imperial del
pasado. Y en ocasiones involucrarse en competencias que no podrían sostener, debido a que las responsabilidades
imperiales van agrandando paso a paso un gobierno indeciso.

Se inicia entonces una rivalidad, más allá de la verificación de la importancia geoestratégica, por tener cualquier espacio
que contuviera el avance de la otra potencia; un proceso agresivo en búsqueda de grandeza con altas implicaciones
económicas. El imperialismo agresivo no solo impide el avance hacia el internacionalismo al fomentar la enemistad de los
imperios rivales, sino que, con su ataque contra las libertades y contra la propia existencia de las razas más débiles o
inferiores, provoca en estas un exceso correlativo de autoconciencia nacional. Aunque algunas variables de los países
del centro no estaban dirigidas exclusivamente hacia una estrategia política, sino que la misma pérdida de oportunidades
era cada vez más frecuente en Inglaterra, se generó una exportación de factores de producción a los mercados
internacionales, no por una intención de ampliación del imperio, sino por una deficiencia económica con la que ya
contaba: bajo el nivel de oportunidades laborales y rendimientos decrecientes del capital. Cuanto mayor y más dinámico
fuera el mercado doméstico de un Estado respecto a los restantes Estados, mejores oportunidades tendría ese Estado
de expulsar al Reino Unido de la posición central que ocupaba en las redes globales de las relaciones patrón-cliente que
constituían el mercado mundial, y ese fue el caso de países como Alemania y Estados Unidos.

Esta es la razón para que muchos territorios fueran partícipes de una globalización y un libre mercado, sin tener un
importante avance como naciones con estructuras económicas internacionales, sino más bien con mercados internos
incipientes, como vehículos de la expansión económica de los países industrializados que ya empezaban a mostrar
debilidades en su equilibrio macroeconómico. Es posible que esta sea una de las razones para que Fieldhouse mencione
que la palabra imperialismo haya perdido su inocencia, porque ya nos internábamos en un imperialismo que se
sustentaba exclusivamente en los procesos económicos privados de acumulación de capital, y no en la tradicionalidad de
los siglos anteriores para financiar con los recursos de las colonias una rivalidad al interior de Europa; pasábamos al
imperialismo financiero o especulativo del Señor Rhodes.

El capitalismo es el primer modo de la economía que no puede existir por sí mismo, que necesita de otros sistemas
económicos como medio y como terreno para prosperar, posiblemente se acerque a ser una explicación contundente de
la situación internacional de ese momento, donde los países necesitaron de los mercados internacionales para ajustar su
situación, que se desprendía de los rendimientos decrecientes del capital y la debilidad en la creación de empleos. Los
países que aún no se encontraban en tal situación aprovecharon esas transferencias de factores de producción de la
nación hasta ese momento más desarrollada: mano de obra y capital británico favorecerían el avance de Estados
Unidos, Canadá y algunos países con procesos industriales más lentos como Australia, Argentina y, en menor medida,
Brasil. Así como la posibilidad de recibir inversión extranjera que aceleraba procesos de extracción y explotación de
recursos naturales
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MOVIMIENTOS FASCISTAS

En lo que se refiere al fascismo histórico todos nosotros sabemos que este es un concepto político de la extrema derecha. Tiene sus
orígenes en la reacción a la Revolución francesa y a la Ilustración. Sabemos que en el siglo XIX varios filósofos y pensadores
publicaron tomos de materiales que atacaban los logros del Siglo de las Luces y su encarnación en la Revolución francesa y, por
supuesto, en la Constitución y en la Declaración de Independencia estadounidenses, particularmente en las primeras diez enmiendas
a la Constitución, conocidas como Declaración de Derechos.

"En un sistema fascista, los derechos del individuo siempre se subordinan a las necesidades del estado. Un sistema fascista es
totalitario y normalmente tiene un partido político dominante que se identifica con cualquier cosa que le guste y que se alía con los
líderes empresariales y determinados líderes de la clase obrera. La meta de fascismo para controlar un país es invitar al movimiento
de la clase obrera a que constituya una alianza con los empresarios para el bienestar del estado. Los derechos civiles individuales y
los derechos humanos ocupan un segundo lugar.

"Las manifestaciones de fascismo realmente comenzaron a evidenciarse en la primera parte del siglo XIX y toman la forma de
movimientos políticos después de la Primera Guerra Mundial, particularmente a principios de la década de 1920 cuando su
desarrollo es palpable en Italia, Hungría, Alemania y España. Estos movimientos fascistas se desarrollaron en gran parte de Europa
Occidental, siendo todos diferentes pero con varios elementos en común: frentes súper patrióticos a escala nacional en la escena
política guiados por un solo partido político y, en algunos casos, un único líder. También se caracterizaban por el racismo y la
superioridad racial, siendo esto muy evidente, según mi opinión personal, en el Partido Nacional Socialista alemán dirigido por
Hitler; mas, en prácticamente todos estos regímenes fascistas se puede encontrar el elemento racial. Los beneficios en semejante
sistema fluyen naturalmente a la dirección del partido, a los magnates de la industria y a ciertos profesionales.

"La economía en el fascismo se basa generalmente en el laissez-faire. El capital opera en la forma que desea, en su forma natural de
acumulación. El movimiento de la clase obrera, el movimiento sindical, se subordina en su propósito y derechos al desarrollo del
capital. Como un legado del desarrollo del movimiento sindical en el siglo XIX en Europa y también en EE.UU., se ve que las ideas
progresistas, particularmente con respecto a los derechos de los obreros y a los derechos individuales, les resultan repugnantes a un
régimen fascista porque, como ya se mencionó, el individuo está totalmente subordinado al bienestar del estado. Es aquí donde
entra la represión de la izquierda. El fascismo y la filosofía que lo sustenta de superioridad racial y nostalgia por las cosas pasadas se
oponen a las ideas nuevas y progresistas. Necesita una oposición enemiga, una pesadilla (béte noire), para crear desprecio y odio, y
estos son los socialistas y los comunistas. La represión contra los disidentes y la oposición política es severa y ejemplar para
intimidar.

En lo que se refiere al fascismo en la actualidad, se ven surgir muchos de estos mismos elementos, demostrando que el fascismo
nunca ha desaparecido. No pienso que se pueda decir que con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota de las potencias del
Eje el fascismo desapareció porque la España fascista continuó hasta 1975. El fascismo en Portugal duró hasta 1974. Creo que
Portugal fue miembro fundador de la OTAN, si no, se incorporó a ella poco después de su creación. Y este era un país fascista desde
los años 1920. Potencias como los Estados Unidos y Gran Bretaña, que lucharon contra el fascismo en Europa, particularmente
contra el movimiento Nazi en Alemania, no se opusieron al fascismo por principios. Ellos
se opusieron al fascismo por otras razones, es decir, Estados Unidos se opuso a la
Alemania nazi para salvar a Gran Bretaña que estaba bajo la amenaza de invasión, por lo
que hizo una alianza temporal con la Unión Soviética a su conveniencia para intentar
contener a Alemania en el este, aliviando la amenaza a Gran Bretaña.
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SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

La Segunda Guerra Mundial erradicó el militarismo de Japón en el Este de Asia y sentó las bases del sistema De
alianzas de Estados Unidos en Asia Pacifico con Australia, Corea del Sur, Japón, Tailandia, y Singapur al Inicio de la
disputa bipolar entre Washington y Moscú. Además, sentó las bases populares de los movimientos Nacionalistas y de
autodeterminación que llevarían a la descolonización.

Lo grave para la humanidad fue el deceso de una masa poblacional impresionante, como nunca en la historia, El
Holocausto, donde junto a judíos fue llevado por la maquinaria nazi otros grupos étnicos e ideológicos, Discapacitados,
así como de preferencia sexual, más de 11 millones de muertos. En Asia los más de 80 Millones de chinos y otras
nacionalidades a manos del Imperio japonés, los soldados y civiles soviéticos que Nos da una suma de 20 millones, sin
olvidar los millones de soldados y civiles, de los países involucrados Directamente en el conflicto, Francia, Reino Unido,
Estados Unidos y los voluntarios de Argentina, México,
España, etc. Es el clímax de la frase “es más peligroso ser civil que soldado”. La muerte es el símbolo de la
Década de los 30 y 40 del siglo XX.
Este gran conflicto atraería una organización, en serio, para la paz mundial, la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), ahora tan de capa caída, pero que evitó la tercera guerra mundial y descolonizó casi en su Totalidad el mundo.
Con la SGM cayeron los imperios y nacieron las Repúblicas, liberales, democráticas, Populares, etc. La necesidad es la
madre de la inversión, y no hay mayor necesidad que en la guerra, y esta es la Mayor que ha habido, dando como
resultado los mayores avances cuenticos en tan corto tiempo: medicina, Energía nuclear, ingeniería, computación,
aeronáutica, cohetes, aleaciones, etc. No se puede entender el mundo Actual sin los avances tecnológicos de ese
periodo bélico y el posterior desarrollo durante la Guerra Fría.

Ochenta años después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo todavía recuerda sus estragos y la forma como lo
cambió. En América Latina y el Caribe sus efectos no fueron menores pese a no participar de forma directa en las
acciones bélicas. Las circunstancias del conflicto tuvieron como una primera incidencia el que obligaron a la región a
tomar Las circunstancias del conflicto tuvieron como una primera incidencia el que obligaron a la región a tomar partido,
ya fuese hacia los fascistas o hacia los aliados, lo que afectó las relaciones con otros países, algunos de los cuales con
quienes se empezaron a romper relaciones. Asimismo, se dio apoyo de manera ideológica a los primeros o aportando
apoyo militar, fuerza laboral en las bases americanas, además de material estratégico y materias primas, a los segundos.
Institucionalmente, la guerra favoreció la creación de organismos internacionales de gran presencia política en la región
en la actualidad como fue el caso de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) en 1948. En el campo económico fueron fuertes los efectos, ya que obligó a que la
actividad productiva tuviese dos caminos; producir para exportar, así como generar una dinámica de desarrollo de
comercio al interior de los propios países. Con ello, se modificó toda la estructura de mercados tradicionales que
prevalecía en la región. Quizás una de las consecuencias que más afectos negativos ha tenido hasta nuestros días, es
que nos convertimos en el campo de batalla de la lucha ideológica de la guerra fría. Ello nos deparó el surgimiento de
regímenes totalitarios y dictaduras que retardaron los procesos democráticos, fomentaron pobreza, desigualdad social y
problemas económicos, al igual que dejaron secuelas de violencia que a la fecha se mantienen, como es el caso de
algunos países centroamericanos y Colombia. Si bien es cierto hoy en día pareciera que esa diferenciación ideológica se
acabó con la disolución de la Unión Soviética, la caída del muro de Berlín y el surgimiento del neoliberalismo, la
confrontación persiste ahora en la forma de partidos y gobiernos de derecha e izquierda en ocasiones con actitudes
extremas, que han polarizado la región generando no pocos desequilibrios
económicos, políticos y sociales. Ochenta años después el mundo aún no se
repone de los desastres y de los efectos de la Segunda Guerra Mundial y
Latinoamérica es un claro ejemplo de ello. Pero quizás una de las más
importantes enseñanzas que nos queda, es que sólo la preservación de la paz
puede garantizar no tener que destruir el mundo por tercera y última vez
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Contracultura, años 50 y 60s del siglo XX


A finales de la década de 1950 la economía europea empezó a acusar de lleno el impacto comercial del baby boom. Primero se había
producido la explosión comercial de los productos para bebés y niños: cochecitos de bebé, cunas, pañales, alimentación infantil, ropa,
material deportivo, libros, juegos y juguetes. Luego llego la expansión de las escuelas y los servicios educativos que traería consigo un
nuevo mercado de uniformes escolares, pupitres, libros de texto, material escolar y una gama cada vez más amplia de productos
educativos. Alrededor de 1957, por primera vez en la historia europea, la gente joven empezó a comprar cosas por sí misma.
Hasta aquel momento, la gente joven no había ni siquiera constituido una entidad diferenciada de consumidores. De hecho, la nueva
categoría intermedia de los “adolescentes”, que definía a una generación en función de su edad y no de su estatus, no había tenido
precedentes hasta el momento. La mejora económica y social de sus padres provocó que ya no fuera necesario que los jóvenes
entraran directamente a trabajar para que la familia pudiera subsistir. Los jóvenes que obtenían ingresos ya fuera por sus padres o
porque trabajaban utilizaba ese dinero para consumir abriendo todo un nuevo mercado de posibilidades.
En la década de los 60, Europa era un continente joven, ellos eran la mayoría de la sociedad y, por ende, un punto clave para el
desarrollo de las economías de mercado. El primer punto donde se hizo notar su aparición fue en la indumentaria. Por lo general, esta
se utilizó como manera de expresar su autonomía, el rechazo a la vestimenta burgués y rebeldía frente a sus mayores. Los tejanos, el
cuero y el pelo largo fueron rasgos inseparables de esta nueva indumentaria de los jóvenes (Hobsbawm, 2012, p. 327-328). Pero
donde verdad se hizo sentir la nueva cultura juvenil fue en la música.
La música se convirtió en el medio fundamental para expresar la voluntad de las nuevas generaciones y un gran medio para la
expresión política de la juventud. El rock and roll desplaza pronto al jazz y adquiere una autonomía y un protagonismo decisivo, hasta
el punto de ser el vehículo más característico de esa generación de las que le siguen, la expresión por antonomasia de la protesta, de
la rebeldía, de las aspiraciones y de la forma de vida de una juventud que hace del inconformismo su principal bandera. Los Rolling
Stones, Roxy Music, The Soft Machine, The Doors, o solistas como Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Lou reed, o, a otro nivel, Bob Dylan o
Joan Baez, fueron los mejores portavoces de lo que aquellos jóvenes soñaban y querían (J. Fontana, 2011, p. 378).
GUERRA A LA SOCIEDAD OPULENTA. LA CONTRACULTURA EUROPEA EN LOS AÑOS 50 Y 60
La música y la indumentaria que era muy similar en los países europeos y en Estados Unidos mostraron un rasgo de esta nueva
cultural juvenil, la internalización de su cultura. El inglés de las letras de rock a menudo ni siquiera se traducía, lo que reflejaba la
apabullante hegemonía cultural de los Estados Unidos en los estilos de vida populares. Su poder adquisitivo facilitó a los jóvenes el
descubrimiento de señas materiales o culturales de identidad. Esto fue posible porque los jóvenes vivían en sociedades divorciadas de
su pasado fruto de las consecuencias de la Segunda
Guerra Mundial (Hobsbawm, 2012, pp.329-330). La distancia que separaba a una generación numerosa, próspera, mimada, segura de
sí misma y culturalmente autónoma de la generación de sus padres, insólitamente poco numerosa, insegura, marcada por la
Depresión y devastada por la guerra, era mayor que la distancia que suele haber entre distintos grupos de Edad (T. Judt, 2008, p.
575).
Además esta generación había tenido un acceso a la educación como no lo habían tenido sus progenitores nunca antes en la historia.
Esto genero todo un abanico de posibilidades intelectuales, culturales y políticas. Se fue fraguando una contracultura juvenil que
buscaba el rechazo del encorsetamiento burgués, la libertad absoluta, búsqueda de nuevas sensaciones y un auge del individualismo
extremo (R. Núñez Florencio, 1993, p. 226).
Esta generación de jóvenes europeos va a protestar en contra del orden social establecido. No les gustaba la paz triunfalista que sus
padres aceptaban, había que transformar el mundo no ser conformistas como lo eran sus padres. Además, se produjo un rechazo a
los partidos tradicionales de izquierda, a los sindicatos, por participar en el poder político y económico, y de la URSS, por su represión
de Polonia y Hungría. Estos jóvenes no pretendían solo cambiar las estructuras políticas, sino cambiar la sociedad, cambiar la vida
misma. Había que eliminar las costumbres establecidas, despreciar la moral burguesa. Es aquí donde cobra importancia el
pensamiento intelectual de autores muy diversos (Marx, Lenin, Trotsky, Luxemburgo, la Escuela de Frankfurt, etc.) para crear las
condiciones ideológicas para llevar a cabo la transformación necesaria (R.
Núñez Florencio, 1993, p. 227).
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Globalización y Neoliberalismo.
Lo que hoy día conocemos como “neoliberalismo”, siempre asociado a la idea de globalización, es una forma que el sistema capitalista
adquirió entre los años 70 y 80 del siglo pasado, surgido como doctrina en los llamados países centrales, en el que retoma la iniciativa
económica, política, militar e ideológico-cultural que había ido perdiendo a través de décadas de avance popular. Los años 60/70
marcaron un alza significativa de las luchas anti-sistémicas, con distintas expresiones de rechazo que van desde organizaciones
sindicales combativas hasta movimientos campesinos organizados, el desarrollo de guerrillas de orientación socialista hasta la
aparición de un ala progresista de la Iglesia Católica surgida luego del Concilio Vaticano II y su opción preferencial por los pobres, el
rechazo a la guerra de Vietnam y el movimiento hippie llamando al pacifismo y el no-consumismo al Mayo Francés como fuente
inspiradora de protestas, el auge de los procesos de liberación nacional en África al impetuoso avance de los movimientos feministas y
de liberación sexual, la mística guevarista que va marcando esos años así como el auge de un espíritu contestatario y rebelde que se
expande por doquier. Vale recordar que para los años 80 del siglo XX, al menos un 25% de la población mundial vivía en sistemas
que, salvando las diferencias históricas y culturales existentes entre sí, podían ser catalogados como socialistas (Unión Soviética y el
este europeo, China, Vietnam, Corea del Norte, Laos, Camboya, Cuba, Nicaragua, muchos países africanos de reciente liberación,
etc.).Ante todo esto, para el sistema capitalista dominante entendido como unidad global y monolítica, más allá de diferencias y pujas
intercapitalistas, se prendieron las luces rojas de alarma. El llamado neoliberalismo fue la reacción a ese estado de cosas. Los
Documentos de Santa Fe* (elaborados por los más ultraderechistas tanques de pensamiento neoconservador estadounidenses) son el
complemento político para América Latina de la arquitectura económica que fija el neoliberalismo. De hecho, la primera experiencia
neoliberal como tal –en alguna medida: laboratorio para lo que vendrá después– tiene lugar en el medio de una sangrienta dictadura
latinoamericana: el Chile del general Augusto Pinochet. A partir de ahí, el modelo se expande por innumerables países del Sur, para
llegar luego a las naciones metropolitanas. Allí, Estados Unidos bajo la presidencia de Ronald Reagan y Gran Bretaña, dirigida por
Margaret Thatcher, son los países que enarbolan el neoliberalismo como insignia triunfal, para impulsarlo a escala planetaria. Sus
mentores intelectuales: los austríacos Friedrich von Hayek, Ludwig von Mises (la llamada Escuela de Viena) y lo que luego se
conocerá como la Escuela de Chicago, capitaneada por el estadounidense Milton Friedman y sus acólitos Chicago Boys, reflotan y
llevan a un grado sumo los principios liberales del capitalismo inglés clásico.
En pocas palabras, este nuevo liberalismo se emparenta directamente con el viejo liberalismo dieciochesco y decimonónico de los
padres de aquella economía política clásica burguesa, aquellos que inspiraron a Marx en su lectura crítica del capitalismo: Adam
Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart Mill: el acento está puesto en la entronización absoluta de la libertad de mercado,
reduciendo drásticamente el papel del Estado a un mero mecanismo garante que asegura la renta de la empresa privada. El actual
neoliberalismo y sus recetas de privatización de los principales servicios estatales, desarman el Estado de bienestar keynesiano
surgido después de la Gran Depresión de 1930, teniendo como resultado dos elementos fundamentales: 1) el enriquecimiento
exponencial de los grandes capitales en detrimento de toda la masa asalariada (trabajadores varios y sectores medios), y 2) el
descabezamiento de toda protesta popular. Es elocuente al respecto lo expresado por la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, para
resumir esta nueva perspectiva: “No hay alternativa”. Dicho de otro modo: “O capitalismo ¡o capitalismo! Eso no se discute”.
El instrumento desde donde se impulsaron esas nuevas políticas fueron los grandes organismos crediticios de Bretton Woods: el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, instancias financieras manejadas por los grandes capitales corporativos de unos
pocos países centrales, Estados Unidos fundamentalmente. Desde ahí se fijaron las recetas neoliberales que prácticamente la casi
totalidad de países del mundo debió impulsar estas últimas décadas. Y por supuesto, no para beneficio de las grandes mayorías
populares sino para provecho de esos pocos capitales transnacionales.
Y las 2 cosas mencionadas (acumulación de riquezas y freno de la protesta popular) se han venido cumpliendo a la perfección en
estas últimas cuatro décadas. La acumulación de riquezas de los más acaudalados se llevó a niveles descomunales. A partir de ello,
hoy día 500 corporaciones multinacionales globales manejan prácticamente la economía mundial, con fracturaciones que se miden por
decenas o centenas de miles de millones de dólares (una sola empresa con más renta que el PIB total de muchos países del Sur), y el
patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares –selecto grupo que cabe en un Boeing 747, en
su gran mayoría de origen estadounidense– supera el ingreso anual combinado de naciones en las que vive el 45% de la población
mundial. En otros términos: la polarización económico-social se llevó a extremos que
nunca antes había conocido el capitalismo, surgido con los ideales de la Revolución
Francesa (perversamente engañosos) de “libertad, igualdad y fraternidad”. Esa
acumulación fabulosa de riqueza se hizo sobre la base de un empobrecimiento mayúsculo
de las grandes mayorías.

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