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6. ¿Cómo lograr un trabajo bien hecho?

La ejecución real del trabajo es relativamente fácil en comparación con


el planteamiento de qué hacer y cómo hacerlo. La Excelencia Directiva a
Través de Resultados nos proporciona entre otros, un sistema eficaz para
facilitar las tareas y también la planeación. Sin embargo, no es un
remedio infalible para la incompetencia. Su práctica hará que se
desarrollen la habilidad y la capacidad, pero también las requiere. Por
ello, si desea un trabajo bien hecho, tiene que promover entre su gente
los principios necesarios para motivarlos a hacer bien las cosas, pero con
la consideración de que el líder no enseña con palabras, sino con actos.
Los principios referidos son los siguientes:

1. Hacer las cosas bien desde la primera vez. Nunca hay tiempo para
hacer bien las cosas, pero silo hay para repetirlas. Debemos tomar
conciencia, hoy más que nunca de que la calidad es gratis y que la
falta de ella es muy cara.

Aristóteles resume este concepto de la siguiente forma: “A fuerza de


construir bien se llega a ser buen arquitecto”.

2. No discutir frente a la gente. El que domina a los otros es fuerte, el


que se domina a sí mismo es poderoso. Manejar nuestro
temperamento y carácter nos ayudará a la solución de conflictos y
evitar discusiones innecesarias, desgaste mutuo y acumulación de
cuentas por cobrar.

3. Cuando algo sale mal, no culpar a nadie; preguntarse ¿en qué


fallé? Lamentarse de los fracasos no los soluciona. Aprovechemos los
errores para aprender y crecer en habilidad y en conocimiento. Séneca
dijo alguna vez que “la adversidad es ocasión de virtud”.
4. No suponer que los demás saben cómo hacer su trabajo. Muy a
menudo pretendemos que nuestros colaboradores adivinen nuestros
pensamientos y los pongan en acción. Dar seguimiento a las tareas
que delegamos y supervisar su desarrollo, indicando claramente qué
se debe hacer, cómo y por qué, es parte de las funciones naturales del
líder. Estas son: satisfacer necesidades, resolver problemas y
asesorar. Aristóteles decía también que “nadie puede desatar un nudo
sin conocer cómo
5. Mantener la mente abierta. La mente es como un paracaídas,
únicamente funciona cuando se abre. Saber escuchar nos proporciona
muchos beneficios, tales como ideas nuevas, enfoques diferentes,
participación, confianza y empatía. “La prosperidad sobresale en quien
escucha, y no en quien habla”, como dijo Shakespeare.

6. Vigilar el desarrollo de las órdenes dadas. No hacer a nuestros


colaboradores tan dependientes que pierdan su iniciativa y creatividad,
pero tampoco tan independientes que ello nos conduzca a la anarquía
y desorganización. No abdiquemos a nuestro puesto, deleguemos y
generemos la interdependencia. La ausencia es causa de olvido.

7. Hacer congruentes las órdenes dadas en las áreas


involucradas. Con frecuencia se cae en el error común de no
comunicar horizontalmente los objetivos, lo cual genera falta de
comprensión entre las diferentes áreas o los puestos de la
organización. Debemos buscar la integración horizontal a través de la
comunicación y la coordinación adecuada de objetivos y actividades,
para que podamos generar los resultados esperados. El mando de
muchos no es bueno, basta sólo un líder.

8. Retroalimentar el mensaje con el receptor. Mantener una


retroalimentación continua puede representar la última oportunidad
para que las cosas salgan bien. “Los hombres aprenden mientras en-
señan”: Séneca.

9. Utilizar papel y lápiz. “Cuando lo escribo, mi mente descansa”. El


hábito de anotar permite recordar fácilmente lo que queremos lograr y
cómo lo debemos hacer y evita dejar a la memoria los asuntos
importantes.

10. Buscar la capacitación constante. Todos quieren aprender, pero


muy pocos están dispuestos a pagar el precio. Desarrollar en nosotros
mismos y en nuestra gente el hábito de la capacitación, implica
concientizarlos de que la única forma de sobresalir y desarrollarse es
por medio de la capacitación continua, pero ello exige el costo de la
disciplina en el aprendizaje, de la consistencia en el hábito y de la
humildad por aprender.

11. Motivar. Es importante alentar y apoyar la participación de la gente


en las decisiones como una alternativa de desarrollo personal y de
reconocimiento a la labor individual y conjunta. La motivación más
legítima nace de la autosatisfacción de un buen desempeño, y para
asegurar el mejor desempeño debemos crear las mejores expectativas
hacia los colaboradores.

Evitemos la nosofobia, pues ésta atrae precisamente lo que se teme.


Subir montañas encrespadas requiere pequeños pasos al comienzo.

12. Tener humildad para reconocer errores. Presentar disculpas


cuando nos equivocamos nos dará señorío y credibilidad; recordemos
que es preferible contradecirse que petrificarse.
Además, la identificación de errores nos dará la oportunidad de
acercarnos más hacia los objetivos que buscamos. Piet Hein lo expresó
de manera sencilla en su poema “El camino hacia la sabiduría”:

“Errar
y errar
y errar de nuevo,
pero cada vez menos
y menos
y menos...”

13. Escuchar sugerencias. Una comunicación no concluye cuando lle-


ga a los oídos de quien la recibe, sino cuando llega a su mente con el
mismo significado de quien la envió. En la variedad de enfoques
hallaremos las soluciones más productivas y el camino más rápido
hacia la Excelencia. “Muchos escuchan sugerencias, sólo los en-
tendidos sacan provecho de ellas”: Syrus.

14. Planear antes de seguir adelante. Media hora de planeación


para iniciar el día proporciona una jornada de satisfacciones. La
planeación debe ser parte integral de nuestra cultura personal e
institucional. Tenemos que diseñar y utilizar las formas más
apropiadas para nuestra empresa, para señalar objetivos diarios que
incluyan actividades y prioridades; sobre todo, deben estar expresados
en términos de resultados. “El sol es nuevo cada día”: Heráclito.

1 5. Evitar la prisa y la rutina pues atontan. Detenernos a


reflexionar en forma sistemática nos ayudará a reorientar nuestros
esfuerzos por el camino adecuado para la obtención de resultados de
éxito. Pensar bien es sabio, hacerlo bien es mejor que todo.

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