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No
obstante, la personalidad es por sí misma un fenómeno universal, aunque sólo
se encuentra en formas individuales”
(Allport G. W., 1961, pág. 9)
A toda mi familia, porque, de formas diversas, me han apoyado en todo mi desarrollo académico.
À mes professeures:
A mi tutor académico, Claudio Carpio, porque me ha forjado desde los inicios de mis
estudios de pregrado y por ser un modelo a seguir.
A Héctor Silva, porque sus incontables, pomposas y enriquecedoras pláticas siempre
desencadenan en mí cierta inspiración para seguir soñando.
A la Doctora Landa, por haber aceptado participar en el desarrollo de este trabajo al cual le
otorgó valiosos comentarios, y por su generosa hospitalidad.
A los doctores Germán Morales y Daniel Gallardo; siempre por compartir su sabiduría en
cada conversación.
Al estimado Maestro Canales, porque sus enseñanzas no se delimitan exclusivamente en
términos disciplinarios, sino también en términos personales.
À mes frères nés d’une autre mère :
Alfredo, cuya afinidad en ideas, intereses y opiniones le hicieron volverse uno de mis
mejores amigos.
Isaac (Chazz), por inyectarme una dosis bastante alta de intrepidez y valentía cada vez que
salimos a rodar.
Jorge, por haberme apoyado incondicionalmente desde el bachillerato.
Sosa, el futuro compadre.
David, porque en cada una de tus palabras se contagia el amor por lo que haces.
À mes amis:
A Oswa, Bego, Javi y George, por configurar situaciones para el desarrollo de habilidades
argumentativas, y por aportar ideas para el diseño de una empresa de tecnología
psicológica.
A Michelle, por haberme robado tantas sonrisas en medio del turbulento viaje que conllevó
este escrito.
A todos los que me encontré en el camino, cuya lista es casi interminable, pero cada una de
sus personalidades peculiares fueron la materia prima de mi interés en la individualidad.
A todos los integrantes del Grupo T de Investigación Interconductual, y al subgrupo Dream Team,
porque todos ellos han sido elementos críticos en la actualización de mis potencias.
Introducción 1
V. Método 58
VI. Discusión 94
Desde cada postura teórica, han emergido definiciones de la personalidad que pueden
ser clasificadas en cuatro tipos (Hall & Lindsey, 1974). Algunas definiciones son del tipo
misceláneas, es decir que incluyen una lista de conceptos considerados fundamentales para
la descripción de la persona y se hace explícito que la personalidad es la suma de ellos. Otras
definiciones enfatizan que la personalidad constituye una función intermediaria que organiza
y da coherencia a los diversos tipos de conducta que manifiesta el hombre. Otras definiciones
emplean el término para designar los rasgos distintivos de cada persona que la diferencian de
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las demás. Finalmente, otros autores, como Allport (1937), consideran que la personalidad
es la esencia del hombres porque, además de que lo diferencia de otros, en eso reside lo que
el individuo es.
En el presente apartado se describen brevemente algunos de las teorías más cuyos supuestos
describen qué es y cómo se constituye la personalidad. Las teorías expuestas se encuentran
agrupadas a partir del elemento en el que hacen énfasis para definir la naturaleza de la
individualidad, definiendo cuatro categorías para su agrupación: teorías constitucionalistas,
teorías internalistas, teorías teleológicas y teorías históricas. De manera que, en el primer
caso se encuentran las teorías de Hipócrates, Sheldon (1942), Kretschmer (1954) y Eysenck
(1953), las cuales, pese a sus particularidades que se describen someramente, éstas convergen
en que la personalidad está determinada por factores de la estructura biológica de los
organismos. En la categoría de teorías internalistas, se incluyen aquellas teorías que describen
estructuras, fuerzas, entes o procesos internos como herencia del dualismo cartesiano
(Descartes, 2010), en este tipo se ubican las teorías denominadas de rasgos (Cattell, The
scientific analysis of personality, 1965; Jung, 1923; Allport G. W., 1961) y el psicoanálisis
freudiano. En tercer lugar, se describen las teorías teleológicas que ubican al determinante de
la individualidad en los fines de la naturaleza humana, ya sea motivado por el deseo de
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Más tarde, durante el siglo XX, los primeros fisionomistas pensaban que se podía
hablar de la personalidad examinando las características físicas, posteriormente, aparecen las
ideas de Kretschmer (1954). Kretschmer propuso una clasificación de tres tipos de
morfología, pícnico, leptosómico y atlético, a los que correlacionó, respectivamente, con tres
tipos de personalidad, ciclotímico, esquizotímico y viscoso. Kretschmer sostuvo que las
personas de estatura baja y obesas, que denominó pícnicos, tendían a ser amables y
agradables, y que, cuando se enfermaban, entristecían severamente. Contrariamente, las
personas altas y delgadas tendían a ser introvertidas y tímidas, denominadas asténicos, y, si
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y el superego. El ello abarca las representaciones psíquicas de las pulsiones; el ego consiste
en las funciones normativas del medio social y el superego comprende los preceptos morales
de cada persona. En relación a su origen, mientras las pulsiones se encuentran presentes desde
el nacimiento, el ego y el superego se desarrollan en la relación con el medio social. En este
desarrollo de las estructuras del ego y el superego a través de situaciones particulares de cada
individuo y, en específico, con los padres, dota de normatividades morales particulares en
cada sujeto. En el modelo del desarrollo psicosexual o de la energía psíquica, Freud (1905)
describió la secuencia típica de las manifestaciones de la pulsión sexual desde la infancia, es
decir, la transición del flujo de la libido de objeto a objeto y de uno a otro modo de
gratificación. Desde el nacimiento del infante hasta el tercer año de vida, las etapas que
corresponden a esta etapa en el niño son la oral, la anal y la fálica, mientras que la etapa
adulta se conoce como la etapa genital. La etapa fálica se convierte en una etapa crítica en el
desarrollo del sujeto pues es en ésta en la cual existen diferencias psíquicas dada la distinción
anatómica entre los sexos lo cual tiene como consecuencia mayores problemas en el caso de
las niñas debido a la ausencia del pene. De forma específica, en las niñas se desarrolla un
complejo de masculinidad, el cual, en el caso más extremo, la niña puede rehusarse a aceptar
el hecho de estar castrada y puede desencadenar, en la etapa adulta, en una psicosis, incluso,
la envidia del pene puede continuar persistir en el rasgo de carácter que son los celos (Freud,
1961).
En breve, el psicoanálisis freudiano sostiene que todas las respuestas de una persona
revelan sus problemas básicos perdurables (cuya génesis se encuentra en la infancia) y la
organización de la personalidad cuando se interpretan correctamente los significados
fundamentales de la conducta (Lundin, 1974; Mischel W. , 1973). En coincidencia con el
supuesto de que los eventos ocurridos en la infancia son determinantes vitales en la vida
adulta, se encuentra la teoría de Murray, además, se considera de importancia la motivación
inconsciente y el profundo interés mostrado en el reporte verbal del individuo, así como su
producción imaginativa. De acuerdo a Murray (como se citó en Cueli & Reidl, 1979), la
personalidad es el órgano gobernante del cuerpo ocupado en las operaciones funcionales
transformativas que se localiza en el cerebro y cuyas principales funciones son ejercer sus
procesos expresivos, aportar o generar y reducir tensiones de necesidades insistentes, formar
programas para el logro de metas distintas, dismuinuir y resolver urgencias, y controlar la
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conducta ajustándose a la expectativa social. Murray otorga un papel importante tanto a los
factores genéticos y de maduración como al procesos de socialización, entendido como el
conflicto entre las pulsiones propias y las demandas e intereses de otras personas, en el
desarrollo de la personalidad.
Otro exalumno de Freud que se distanció de sus argumentos fue Jung. A diferencia
de Freud, Jung (1923) trató el aspecto positivo de la existencia del hombre concibiéndolo
como un ser que está gradualmente emergiendo a través de las épocas para convertirse en un
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ser humano mejor y más civilizado dentro de cada vez mejores marcos de referencia. La
verdadera meta de la vida consiste, para Jung, en la búsqueda de un estado completo de todas
las partes componentes de la persona, sean psíquicas y orgánicas, conscientes o
inconscientes. Entre los elementos que Jung formuló para explicar la personalidad fueron los
de inconsciente personal e inconsciente colectivo. El primero, lo concibió como un almacén
de todas las experiencias previas conscientes que en la actualidad no se encuentran
disponibles en la mente consciente. Respecto al inconsciente colectivo, Jung sugirió que el
hombre nace con una predisposición de su pasado racial para actuar en ciertas maneras. Este
almacén de conocimientos heredados sólo se pone en acción en ocasiones particulares pero
que pueden ser identificadas a partir de su universalidad. Los enfrentamientos entre el
inconsciente personal y el inconsciente colectivo son un fenómeno dentro de la personalidad
(Cueli & Reidl, 1979). Asimismo Jung (1923) también sugirió que la personalidad se mueve
en dos direcciones diferentes, puede ser extrovertida o introvertida. La personalidad
extrovertida se orienta hacia la gente, hacia lo objetivo, hacia el mundo no reflexivo, de forma
opuesta, la personalidad introvertida se dirige hacia la tranquilidad libre de personas y hacia
las experiencias subjetivas, el pensamiento y el auto-análisis (Lundin, 1974)
Por otra parte, desde la teoría humanista de Rogers, en oposición a la teoría de Adler
(1927), se concibe al hombre como un ser intrínsecamente bueno y quien posee un deseo
innato de auto-mejoramiento. En esta teoría, el fenómeno de la individualidad puede ser
identificado en la noción de auto-concepto, elemento crítico que media la experiencia del
hombre con el mundo, que se desarrolla a partir de la aprobación de los padres de las
percepciones durante la niñez. El auto-concepto, a su vez, puede ser afectado por las
condiciones de valor, es decir, por las condiciones en las cuales las recompensas positivas
(aprobación y amor) son recibidas. Los sentimientos de una persona están determinados por
cómo reaccionan otras personas frente a ella: Juan tenderá a sentirse triste si otras personas
no están felices con él (Hewstone, Finchman, & Forster, 2005).
autor para evaluar los efectos de la terapia. La evaluación consiste en examinar los cambios
en la discrepancia entre el auto-concepto actual y el ideal del self (lo que la persona quería
ser). La individualidad, entendida aquí como el auto-concepto se vuelve un problema central
y, su modificación, el fin de la terapia (Hewstone, Finchman, & Forster, 2005).
Las teorías que enfatizan a la historia particular de cada individuo como la determinante de
la individualidad de cada individuo, al menos las aquí descritas, destacan por rehusarse a
inferir impulsos, estructuras o cualquier fuerza y rasgos de la motivación interna. Estas
teorías, grosso modo, están interesadas en la relación entre el comportamiento y las
condiciones que la controlan. De esta forma, las variables de interés son el comportamiento
en sí mismo, y no alguna entidad inferida a partir del mismo. De hecho, la tesis que en este
manuscrito se sostiene descansa en este tipo de teorías.
mediante sus mecanismos sensoriales, repertorios básicos de conducta (RBC) de tres tipos:
emocionales-motivacionales, lingüísticos-cognitivos y sensoriales-motores. Estos
repertorios básicos de conducta proporcionan al individuo las características personales, de
tal forma que, los RBC constituyen la personalidad. Aunque los RBC de dos individuos
pueden tener similitudes, en conjunto nunca serán idénticos.
Como parte del grupo de teorías que enfatiza la historia como la determinante de la
individualidad se encuentra la propuesta de Kantor y Smith (2015):
Para Kantor y Smith, la personalidad es la unidad que organiza y condiciona las acciones de
los individuos. La personalidad, como aspecto estructural de la vida psicológica, requiere de
dos condiciones que contribuyen a la unificación de eventos psicológicos: una unidad
biológica del individuo y una historia interconductual única, la cual constituye una serie
unificada de experiencias conductuales que operan en la interrelación e integración
conductual de cada persona. Una definición adicional que Kantor y Smith (op.cit.) describen
sobre la personalidad es “la totalidad de las reacciones particulares de un individuo,
brevemente, todo lo que el individuo hacer y puede hacer” (p.145). Adicionalmente, estos
autores categorizan las clases de respuestas que conforman la personalidad: habilidades,
destrezas, capacidades y aptitudes, logros, hábitos, disposición y temperamento, modales y
manierismos, ideales, ambiciones y aspiraciones, gustos, talentos, actitudes, miedos y fobias.
Debido a que este trabajo se suscribe a este último paradigma, se describirá de forma
más detallada en el apartado IV.
II. PROBLEMAS DERIVADOS DE LAS TEORÍAS TRADICIONALES EN EL
ESTUDIO DE LA INDIVIDUALIDAD
De las teorías tradicionales de la personalidad ubicadas en las tres primeras categorías que se
expusieron previamente se observan problemas que han rezagado el estudio de la
individualidad desde una concepción congruente y coherente de lo psicológico, desde la
inferencia de procesos inconscientes como determinantes del comportamiento hasta la
comparación de puntajes individuales en un instrumento con la distribución normal de cierta
dimensión de la personalidad. A continuación, se exponen los problemas teóricos y
metodológicos más sobresalientes de las teorías tradicionales de la personalidad.
Para identificar los problemas teóricos que otras teorías esbozan, inicialmente, es necesario
delimitar lo psicológico para, así, identificar aquellos elementos incoherentes. De acuerdo a
Ribes y López (1985):
Haciendo un análisis más particular de las teorías previamente descritas, en primer lugar, las
teorías internalistas se centran en las respuestas como señales, directas o indirectas, de las
estructuras mentales penetrantes fundamentales; ambas suponen que estas disposiciones
inferidas fundamentales, llamadas rasgos, estados, procesos, dinámicas, motivos, o
denominadas en otras formas, ejercen efectos causales generalizados y duraderos sobre la
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conducta (Mischel W. , 1979). Por su parte, la teoría psicoanalista hace inferencias intuitivas
sobre los significados simbólicos y dinámico de la conducta verbal del individuo. Mientras
que las evaluaciones psicométricas orientadas hacia los rasgos, investigan la exactitud de las
declaraciones del individuo como índices de constructos disposicionales (i.e. tipos o rasgos),
o tratan las verbalizaciones como signos de su posición relativa sobre una dimensión de la
personalidad, y no como descripciones de las reacciones ante condiciones de estímulo. Al
respecto, Ribes y López (1985) describen que “en psicología, es una práctica común unir
relaciones que ocurren en tiempos diferentes mediante la postulación de construcciones que
indican la existencia de poderes o facultades del organismo” (p. 91).
Por otra parte, uno de los propósitos principales de las teorías de rasgos ha sido la
identificación de la ubicación del individuo en una o más dimensiones, como la ansiedad y
la introversión, al compararlo con normas basadas en los resultados de otras personas
sometidas a pruebas de lápiz y papel. Las diferencias individuales se perciben como
diferencias cuantitativas en la posesión de un mismo factor –o varios factores- y son
consideradas como comparaciones entre individuos. Sólo proporcionan diferencias de
ubicación de un individuo en relación con una escala de medida que define la posesión en
mayor o menos grado de un factor en términos del puntaje que arroja el instrumento. La
personalidad de un individuo, entonces puede ser descrita como una colección de rasgos.
Considerando ahora a las teorías constitucionalistas, o “biotipólogos” (Merani, 1977), el
problema, en esencia, radica en tomar por principio de la individualidad la unidad – bio-
psicológica – del individuo, sin comprender que se trata de una adquisición moldeada a través
de la ontogenia de los individuos.
Cualesquiera que sean las tendencias, residen en una persona, puesto que ésta
es la única poseedora de la energía que conduce a la acción. No hay duda de
que las situaciones, al ser diferentes, también darán por resultado tendencias
distintas de mi repertorio. Yo no sudo, salvo cuando hace calor, ni tirito, sino
cuando hace frío; pero la temperatura no es el mecanismo de la transpiración o
de los temblores. Mis capacidades y tendencias son interiores (p.3)
Aun cuando desde la postura de este trabajo no se sostiene que las tendencias del
comportamiento son interiores, sí se rescata que éstas dependen de ciertas condiciones, las
cuales, al cambiar, también cambia el comportamiento. Desde los inicios formales de la
psicología conductual, Watson expuso una conceptualización de la personalidad delimitada
por el paradigma estímulo-respuesta, en la cual el repertorio conductual de la persona es
descrito es cómo ésta responde a varias situaciones –estímulos- a las que se enfrenta. Este
patrón de respuesta es una función de la historia de aprendizaje, y, por tanto, no es presumible
algún patrón general o consistencia entre situaciones (John, Robins, & Pervin, 2008).
Posteriormente, el desarrollo de la teoría skinneriana, rechaza la ocurrencia de los conjuntos
conductuales, denominados rasgos, al margen de los estímulos (Skinner, 1953),
contrariamente, el comportamiento sólo se mantiene cuando las relaciones de respuesta y
reforzamiento y los estímulos discriminativos perduran en el tiempo, pero cuando las
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Otros autores, por su parte, han acuñado la noción de estilos interactivos para referirse
a un modo idiosincrásico y consistente en situaciones contingencialmente similares o, en
otras palabras, en situaciones que comparten una estructura contingencial (Ribes, 1990a;
Ribes & Sánchez, 1990; Ribes, 2005; Ribes, 2009). Desde esta perspectiva algunos
experimentos han demostrado consistencia en algunos tipos de estructuras contingenciales
propuestos (Ribes & Sánchez, 1992; Ribes, Contreras, Martínez, Doval, & Viladrich, 2005;
Ribes & Contreras, 2007). En coincidencia, Mischel (1973) describe que “los cambios de
respuesta generados por las experiencias manipuladas de éxito o de fracaso se generalizan a
través de las tareas en la medida en que las situaciones son similares o se relacionan
funcionalmente” (p.26). Aunque este autor no hace una referencia explícita hacia la noción
de estructuras contingenciales sí refiere una consistencia en las respuestas de los individuos
a través de situaciones funcionalmente similares.
De acuerdo a Ribes (1990a), los enfoques tradicionales han cometido dos errores
conceptuales: 1) establecer criterios de clasificación de las diferencias individuales basadas
en criterios a priori que incluyen clases de individuos; y 2) identificar las consistencias de
comportamiento con formas particulares o generales de comportamiento (Viladrich & Doval,
1998). Ambos errores son ejemplificados con los estudios de rasgos los cuales implican
forzosamente las comparaciones entre individuos, sin embargo, sólo proporcionan
diferencias de ubicación de un individuo en una población en relación con una escala de
medida que define la posesión mayor o menos de un rasgo.
En suma, para estudiar los elementos que distinguen a un individuo de otro y que son
consistentes, en lugar de la utilización de instrumentos psicométricos y la categorización de
las morfologías del comportamiento, es necesaria la observación in situ de estos fenómenos
sin clasificar a cada individuo en categorías que sólo oscurecen las diferencias individuales
III. TEORÍA INTERCONDUCTUAL EN EL ESTUDIO DE LAS DIFERENCIAS
INDIVIDUALES
Adicionalmente, Kantor (1978) reitera que las diferencias individuales surgen como
consecuencia de la evolución psicológica en la cual el individuo construye una forma de
hablar y sentir, de apreciar los usos y características. Aclara que la manera particular en que
operan los individuos y sus objetos estímulo en una situación determinada depende del modo
en que previamente han interactuado bajo condiciones definidas. Además, Kantor ubica la
relevancia del estudio de las diferencias individuales en su potencial predictivo.
Aunque existen diversos elementos con los cuales se pueden diferenciar a los
individuos entre sí, el problema de las diferencias individuales como tal sólo existe tomando
en cuenta aquellas diferencias características o singulares de un individuo que son suficientes
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para distinguirlo de otro (Ribes, Contreras, Martínez, Doval, & Viladrich, 2005). Para la
delimitación de los estilos interactivos, proponen descartar aquellas diferencias que refieren
a las acciones en tanto tales (como morfologías) y aquellas que implican diferencias entre
individuos basadas en características compartidas como dimensión social. Dado que las
morfologías de comportamiento son más o menos compartidas en diverso grado en una
misma situación por los individuos integrantes de un grupo, éstas no permiten la valoración
de perfiles individuales. Por ello, de acuerdo a Ribes & Sánchez (1990) y Ribes (2005), se
requiere una doble estrategia funcional, por una parte, las situaciones ante las que se evalúa
la conducta diferencial de cada individuo deben estar definidas en términos de su estructura
contingencial, al margen de las características particulares de la morfología de los estímulos,
el contexto, etc. (Ribes & Sánchez, 1990; Ribes, 2005). Por otra parte, el comportamiento
del individuo debe identificarse como interacción, es decir, como la función que relaciona
ciertas morfologías de comportamiento con las contingencias genéricas que definen a una
situación funcionalmente (Ribes, 1990a; Hernández, Santacreu, & Rubio, 1999).
Dado que el estilo interactivo se concibe como la función entre los parámetros de una
situación-tipo, la personalidad, entonces, se concibe como el conjunto de estilos interactivos
en un mismo individuo que lo identifican psicológicamente como persona (Ribes, 2005). Si
bien las teorías tradicionales sugieren que es un fenómeno permanente (Allport G. W., 1966;
Cattell, The scientific analysis of personality, 1965; Freud, 1961; Eysenck, 1953; Sheldon,
1942), la individualidad, en tanto resultado de la historia biográfica, no es estática, sino es
una condición cambiante a través de la evolución histórica del individuo (Ribes, 1990a).
Estos autores definen doce arreglos contingenciales que refieren a tipos de relaciones
de contingencia genérica que prescriben opciones posibles y particulares de interacción del
individuo con las diferentes dimensiones de la contingencial, tales como las consecuencias,
las señales y las condiciones disposicionales diversas. Además aun cuando estos arreglos
pueden ser identificadas en ámbitos sociales, son ajenos a la dimensión social primaria, es
decir, a la interacción con otro individuo (Ribes, 1990a; Arend, Botella, Contreras,
Hernández, & Santacreu, 2003; Ribes & Contreras, 2007). En el apartado V se desglosan los
detalles de cada una de las doce estructuras contingenciales que se han propuesto.
En este último caso, Ribes & Sánchez (1992), en el primer experimento, expusieron
a seis docentes universitarios a una tarea experimental de tendencia al riesgo que consistió
en una simulación de dos carreras simultaneas de caballos mostradas a cada lado de la
pantalla. A los participantes no se les mencionó ningún requerimiento de respuesta
específica, sólo se les pidió apostar en el número del caballo el cual pensaran que ganarían
en una carrera particular. Sólo en el lado izquierdo se señalaban tres caballos como favoritos.
En el lado derecho no se señalaban los números favoritos. El experimento consistió de una
sesión de entrenamiento y cuatro fases de diez sesiones cada una, adicionalmente, se
programó una sesión de control en donde se “cerró” la contingencia. En esta última, se
entrenó a los participantes a usar dos palancas para elegir el número del caballo al que
apostarían, cada palanca correspondía a uno de los dos juegos. Por ensayo, se les indicó que
sólo podían oprimir el botón de una de las palancas. En la Fase 1 se mantuvo una probabilidad
y una magnitud promedio constante para ambos juegos que se diferenciaron por el rango en
el que oscilaba la magnitud del reforzamiento, mientras que en el lado izquierdo el rango fue
entre 20,000-30,000 puntos, en el lado derecho el rango fue entre 10,000-40,000 puntos. En
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esta fase también se les dijo a los profesores que, mientras en el lado izquierdo los caballos
favoritos estaban señalizados, en el lado derecho no se señalaba ninguno de los caballos, pero
podían ganar más y en algunas ocasiones perder. En la Fase 2, los valores de la probabilidad
de reforzamiento para el lado derecho variaron cada dos sesiones, así como el promedio de
puntos por sesión. En la Fase 3, las contingencias programadas para el lado izquierdo fueron
las mismas que en la Fase 1, mientras que en el lado se programaron contingencias de
reforzamiento (cuya magnitud promedio de 40,000) y de castigo (cuya magnitud constante
fue de 10,000) con probabilidades de 0.4 y 0.6 respectivamente. En la Fase 4, las condiciones
fueron iguales que en la Fase 1. Posteriormente se llevó a cabo una fase de control de
contingencia cerrada con cinco sesiones en la cual se les dijo a los participantes que
encontraran el programa T (Schoenfeld & Cole, 1979) que estaba programa en el
experimento. En los resultados, las variables que se evaluaron fueron la frecuencia de
elecciones, la frecuencia de cambios (del lado izquierdo al lado derecho y viceversa) y el
número promedio de puntos por elección. Un común resultado en todos los sujetos fueron
los efectos producidos por las fases de extinción y de costo de respuesta, sin embargo, no se
observaron consistencias respecto a la preferencia por un lado u otro de la pantalla ni entre
ni intrasujetos. Consecuentemente, con el fin de evaluar las consistencias individuales, un
segundo experimento se llevó a cabo un año después con dos de los sujetos del Experimento
1. Durante el Experimento 2 se programaron los mismos valores de probabilidad y de
magnitud que en el Experimento 1, sin embargo, los cambios de los valores se hicieron intra-
sesión en lugar de entresesiones. Con el fin de representar una función que describiera las
consistencias individuales en una situación de tendencia al riesgo, se calculó una regresión
polinomial de nueve grados correlacionando la frecuencia de cambios de ambos lados con el
número de puntos acumulados. Las funciones de ambos participantes fueron muy similares
comparándolas intrasujeto. Los autores atribuyen los resultados (en cuanto a las diferencias
entre sujetos y la consistencia intrasujetos), en concordancia con Harzem (1984), a la historia
diferencial no especificada (al margen del experimento) en una situación particular.
Posteriormente este estudio fue replicado por Ribes y colaboradores (2005). En este
estudio cuatro participantes fueron expuestos a una versión modificada del experimento de
Ribes & Sánchez (1992)con el fin de replicar los hallazgos de las consistencias a través del
tiempo y de situaciones. Para evaluar la estabilidad del estilo interactivo se expuso a los
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participantes a la misma tarea tres meses después del primer experimento. Respecto a la
evaluación de la transituacionalidad, los participantes también fueron expuestos a una tarea
que simulaba una inversión en la bolsa de valores en un segundo experimento también tres
meses después del primero. En el primer experimento, los valores de probabilidad asociados
a cada uno de los dos juegos (al lado derecho e izquierdo de la pantalla) varió intra y entre
sesiones. Las últimas cuatro sesiones fueron usadas como sesiones de control para evaluar el
efecto de las contingencias cerradas haciendo explícitas instrucciones precisas. La tarea del
primero y el segundo experimento fue similar a la simulación del juego de caballos del
experimento de Ribes & Sánchez (1992). En el segundo experimento, la tarea de inversión
en la bolsa de trabajo fue similar en operación y en instrucciones respecto a la primera tarea.
Con el fin de hallar una función que describiera las consistencias individuales a lo largo del
tiempo y en situaciones de tendencia al riesgo, se calculó una regresión polinomial de ocho
grados correlacionando frecuencia de cambios de ambos lados de la pantalla con el número
de puntos acumulados a través de las sesiones durante la contingencia abierta. El uso de la
regresión polinomial permitió apoyar la existencia de consistencias intra sujeto.
Entre las inconsistencias metodológicas de estas tareas se encuentra, por un lado, que las
preparaciones consisten en la elección de una carrera o una bolsa, lo cual tiene semejanza a
la definición que da Ribes (1990b) hacer de los motivos: “el motivo es la descripción genérica
del conjunto de ocurrencias de respuesta que implican la elección o preferencia de ciertos
objetos o eventos”. El problema radica en que justamente Ribes y Sánchéz (1990) distingue
el estilo de los motivos y las competencias y, en este tipo de tareas de elección, pareciera que
la elección ante una carrera y/u otra (puesto que esto conforma una de las variables
dependientes en sus experimentos) se vuelve relevante para identificar el estilo. Por otro lado,
otros autores que han realizado estudios exponiendo a los individuos a la estructura
contingencial de tendencia al riesgo (Doval, 1995) no han replicado los resultados en relación
a la consistencia e idiosincracia reportada por Ribes y Sánchez (1992). En el siguiente
apartado se expone con mayor detalle las inconsistencias teóricas y metodológicas que se
identificaron en la propuesta de Ribes y Sánchez (1992) que acaba de ser descrita.
IV. PROPUESTA DE UNA TAXONOMÍA PARA EL ESTUDIO DE LOS ESTILOS
INTERACTIVOS
De tal forma que, asumiendo que en toda situación con relevancia psicológica existe
un criterio de ajuste, no es posible hablar de situaciones ausentes de criterio. Los estilos
interactivos siempre se identifican en situaciones que establecen requisitos de respuesta.
4.2. Extensión de la individualidad: ¿Hay entidades que la tienen o hay otras que no?
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En tanto los organismos tienen una evolución ontogenética individual (aunque configurada
a partir de procesos compartidos –principios del comportamiento-), se organizan ajustes
particulares frente a situaciones con características similares. Entonces todos los organismos
que desarrollan comportamiento psicológico también desarrollan una configuración
idiosincrásica y consistente de su ajuste.
Muchos de los conceptos que se usan para describir la conducta son conceptos
disposicionales cuyo problema radica en que han sido identificados como descripciones de
facultades o estados internos con propiedades explicativas. En el estudio de las consistencias
individuales impera esta confusión lógica.
que tal oración indicativa informa sobre un acontecimiento existente en el presente, es decir,
no debe interpretarse que “Juan está haciendo x cosas envidiosas”, sino más bien que, en
ciertas condiciones, Juan puede hacer tales cosas categorizadas como envidiosas. A manera
de aclaración, aun cuando en este ejemplo se incluyeron adjetivos y adverbios utilizados en
la lengua castellana, no debe confundirse al estilo interactivo con adjetivos ni con adverbios
propios del lenguaje coloquial que no pertenecen a un lenguaje científico de la teoría que
aquí se describe.
De acuerdo a Ribes & Sánchez (1990), sugieren que las situaciones ante las que se evalúa la
conducta diferencial de cada individuo deben estar definidas en términos de su estructura
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Para el estudio de los estilos interactivos se requiere que las tendencias conductuales
funcionales no correspondan a las que son reguladas por demandas específicas, puesto que
ello implicaría el encubrimiento del estilo interactivo dadas las características de
especificidad de dicha situación. De forma contraria, las contingencias que no especifican
requerimientos específicos de respuesta o criterios de efectividad, denominadas
33
fueron Cada vez que ganes un punto, aparecerá en el contador frente a ti. Presionar la tecla
está asociado con la obtención de puntos. Me gustaría ver cuántos puntos puedes ganar. Los
datos de este estudio indicaron que existen patrones ordenados y consistentes de
comportamiento en situaciones en las cuales no se hacen explícitos los criterios de efectividad
o algún requerimiento de respuesta particular. No obstante, aun cuando no existía un
requerimiento explícito, concibiendo a las contingencias abiertas como aquellas cuyo
criterios es en potencia satisfecho por una amplia gama de clases de respuesta, la contingencia
a la que se expuso a los participantes no corresponde con las que aquí se entienden como
contingencias cerradas, además, los registros acumulativos de los participantes se agruparon
en cuatro categorías, por lo cual no es posible llegar a conclusiones respecto a la idiosincrasia
de los individuos. Un estudio en el que identifican comportamiento idiosincrásico y diferente
entre individuos es el de Lozano, Hernández y Santacreu (2011) cuya preparación sí puede
categorizarse como una contingencia abierta. En este estudio se observó una amplia
variabilidad entre individuos en una tarea de elección en la que operaba un programa de
reforzamiento RF3. En esta tarea, se les pidió a los participantes seleccionar diferentes
banderas de entre 10 posibles que eran presentadas en la pantalla de una computadora. Se
consideró como una respuesta la opresión a la bandera de Brazil en tres ocasiones. Los
autores reportaron que un amplio número de participantes mostraron una secuencia
idiosincrásica, sistemáticamente repetidas, las cuales incluían necesariamente las tres
opresiones al botón efectivo por lo oprimieron más de tres botones por ensayo. Los autores
sostuvieron que los participantes habían aprendido una secuencia diferente con base en las
contingencias efectivas. Concluyeron que el comportamiento fue estereotipado y diferente
de otros individuos
1. Toma de decisiones: posibilidad de emitir una sola respuesta ante contingencia que
implican estímulos competitivos o inciertos en tiempo.
1.1. Incompatibilidad temporal de respuestas.
1.2. Impredictibilidad temporal de la oportunidad de repuestas.
1.3. Suplementación múltiple interdependiente.
12. Reducción de conflicto: respuestas ante señales concurrentes opuestas o ante opciones
de respuesta que implican consecuencias opuestas o competitivas.
12.1. Características de la respuesta de elección y dimensiones dinámicas de la
respuesta.
12.2. Concurrencia de señales de funcionalmente competitivas u opuestas.
12.3. Concurrencia de consecuencias competitivas y opuestas.
12.4. Concurrencia de contingencias competitivas y opuestas.
12.5. Inevitabilidad de la elección y de la exposición a la concurrencia.
En el apartado IV se exponen algunos de los procedimientos que han hecho uso de esta
categorización para evaluar si es posible observas estilos interactivos en algunas de estas
estructuras contingenciales descritas.
Habiendo descrito las estructuras contingenciales propuestas por Ribes & Sánchez (1990),
cabe hacer ciertas aclaraciones en torno a términos que pueden suscitar a confusión como lo
son las señales y la suplementación cuyo uso es similar al descrito en Teoría de la Conducta:
un análisis de campo y paramétrico (Ribes & López, 1985). En primer lugar, la función
suplementaria refiere a un tipo de interacciones entre el organismo y el ambiente en las que
la acción del organismo transforma el medio al provocar y/o eliminar objetos y eventos a los
que, sincrónicamente, responde. En las relaciones suplementarias, la respuesta Ry
suplementa la relación entre el evento antecedentes y el evento contingente a la respuesta (o
terminal). El estímulo terminal, a su vez, produce una respuesta cuya relación entre ambos
39
mismas, más allá de su identificación “cuasintuitiva” (Ribes, 1990b, pág. 243). Además, sus
denominaciones conllevan problemas semánticos, en el sentido que pueden ser leídos como
si los individuos fueran tendientes a la transgresión, curiosos, impulsivos, etcétera, como en
las teorías que clasifican las diferencias de los individuos en rasgos y tipos de la personalidad.
Con el fin de subsanar los problemas conceptuales previamente expuestos, y así evitar
problemas metodológicos, se propone una metodología distinta para el estudio de los estilos
interactivos. Dado que previamente se definió a un estilo interactivo como una estilo
interactivo como una configuración idiosincrásica y consistente del ajuste conductual en
estructuras contingenciales similares bajo el cumplimiento de un criterio, un ejercicio de
clasificación de los estilos borraría la idiosincrasia psicológica de los individuos (tal como
las aproximaciones que clasifican a las personas en rasgos), por tanto, en concordancia con
la propuesta de Ribes y Sánchez (1990), en el estudio de las diferencias individuales, lo que
se necesita clasificar son las estructuras contingenciales, y no así las maneras de comportarse
en ellas. La distinción respecto a esa propuesta recae en el hecho de definir, en el presente
trabajo, a las estructuras contingenciales con base en relaciones de dependencia organizadas
de cierta forma, y no a partir de descripciones del responder del individuo
independientemente de los elementos a los que éste es contingente y de aquellos que de éste
dependen.
Los tres parámetros en que se basa la taxonomía propuesta fueron abstraídos a partir
de las relaciones de dependencia entre las señales Ev y/o En, con las clases de respuesta (Ry)
y con los eventos contingentes a ésta última (Ex-Rx). A su vez, los parámetros se respaldan
en datos empíricos obtenidos desde el análisis experimental de la conducta en relación con a
las diferencias individuales, por ejemplo, en los casos en que se han diagnosticado “trastornos
de la personalidad” tales como esquizofrenia, se han empleado técnicas de modificación de
conducta basadas, principalmente, en la modificación de las relaciones de contingencia entre
la respuesta (denominada algunas veces “problema”) y los eventos dependientes a ésta, ya
sea sólo suprimiendo la relación (en el caso de la extinción), modificando los eventos
contingentes a la respuesta (i.e. castigo) o programando eventos contingentes ante otras
respuestas, por ejemplo, socialmente aceptadas (i.e. reforzamiento de otras conductas, RDO).
Loovas, Freitag, Gold y Kassorla (1965) realizaron una serie de observaciones para
identificar las condiciones que controlaban la ocurrencia las conductas que definieron como
autodestructivas de una niña. La conducta autodestructiva de la niña de nueve años fue
definida como golpearse la cabeza y los brazos, pellizcarse y abofetearse repetidamente. De
forma principal, el estudio evaluó los efectos del programar un período de extinción
(retirando la atención) de la conducta autodestructiva. Los resultados mostraron que, durante
la fase de extinción, la conducta autodestructiva aumentaba en frecuencia y magnitud hasta
que “lograba” restablecer la atención. Asimismo, se observó que la niña se comportaba
diferencialmente en relación a las condiciones, específicamente, se reportó que el día en que
las conductas autodestructivas en el salón de música llegaron a su cúspide, fue su “mejor”
día en el salón prescolar. Los resultados de este estudio sugieren que el comportamiento es
sensible ante el cambio en las estructuras contingenciales, de forma específica, la respuesta
es sensible tanto a los eventos que señalizan la ocasión del responder como a los eventos
contingentes a la respuesta.
presentación del evento Ex (cuyo símbolo para referirlo será C), caso en el cual no podría
llamarse evento suplementario. Ejemplificando, 1) la gota de agua (Ex) como dependiente
del palanqueo y 2) la gota de agua (Ex) presentada independientemente al palanqueo (ni a
ninguna otra respuesta del organismo). Es decir, este criterio puede adoptar las variantes de
contingencia (C)/ no contingencia(C). El primer caso se ejemplifica con los programas de
reforzamiento constantes e intermitentes, mientras que el segundo caso se ejemplifica con
los programas de Tiempo Fijo y Tiempo Variable. Es necesario aclarar que, en los casos de
contingencia Ry-Ex (como el ejemplificado por el estudio de Lovaas et. col., 1965), la
contingencia Ry-Ex adquiere propiedades disposicionales que aumentan la probabilidad de
la ocurrencia de la relación Ey-Ry. En este sentido, cuando sólo existe una clase de respuesta
(Rx) que provoca la presentación del estímulo reforzador, la exposición de varios individuos
a la misma situación promovería que todos los individuos expuestos en esta condición
emitieran Rx ensombreciendo las diferencias individuales. Por tanto, como se mencionó
previamente, para los casos de contingencias abiertas, es necesario que en la relación Ey-Ex
pueda ser mediada por múltiples clases de respuesta (Ry1, Ry2, Ry3, …, Ryn).
ausencia de Eyv, sino también que existen otros estímulos que se conjugan con Ey dotándolo
de propiedades diferenciales a cuando Ey se conjuga con Ev.
En resumen, los parámetros generales a partir de los cuales se definen las estructuras
contingenciales son:
A partir de estos tres criterios y sus respectivos pares de variantes se definen estructuras
contingenciales (Tabla 1). Es menester mencionar características respecto a la dicotomía
contingencia (C) / no-contingencia (C), particularmente para el segundo caso. Los casos de
no-contingencia (C) con respecto a la relación Ry-Ex, la señalización de la disponibilidad de
Ex y la distribución temporal de la misma, en estricto sentido, no señalan ni distribuyen la
disponibilidad de Ex, pues la actividad del organismo (Ry) no condiciona la presentación de
Ex, por tanto, la interacción se transforma del tipo suplementaria a contextual. En este
sentido, la señalización, en estos casos, consiste exclusivamente en la presentación del
estímulo compuesto Eyn. Por último, lo que describe la ubicación temporal de Ex está
determinado, no por la presentación de Rx, sino por el valor de los relojes constantes (Tc) o
variables (Tc) de la distribución temporal. Específicamente, en las condiciones en que la
distribución temporal es constante, tanto ambos intervalos, el de disponibilidad y no
disponibilidad de Ex (τD y τΔ), se mantienen constantes. Contrariamente, en la que la
distribución temporal es variable, sólo el intervalo τD se mantiene constante mientras que el
que varía es τΔ.
A continuación, se presenta el listado de las ocho estructuras con sus respectivas variantes
de cada uno de los tres parámetros eje. Las estructuras contingenciales se nominan con las
primeras ocho letras el alfabeto griego con el fin de evitar confusiones respecto a las siglas
de los tres parámetros eje. Posteriormente, se describe cada estructura con su respectiva
representación, y, cuando existen coincidencias, se hace referencia a las “estructuras
contingenciales” propuestas por Ribes y Sánchez (1990). En la descripción empleada
únicamente se incluyen los elementos que tienen relación directa con los tres parámetros
estructurantes de la taxonomía, aun cuando se asume la presencia de otros factores
involucrados en el campo interconductual.
Además, considerando los parámetros que definen las estructuras contingenciales, éstas sólo
abarcan aquellas estructuras cuyos criterios de ajuste corresponden a los de ajustividad y de
efectividad, puesto que, en la literatura revisada, no se encuentran sugerencias de situaciones
experimentales en el estudio de las diferencias individuales en relación a criterios de ajuste
más complejos, aunque no se rechaza la posibilidad de identificar idiosincrasia en situaciones
con criterios de ajuste de pertinencia, congruencia y coherencia.
Tabla 1.
Estructuras propuestas a partir de los valores posibles de cada criterio
Presentación de
estímulos en Distribución
Contingencia (C) conjunto con Ey temporal de Ex
Criterio de /No-contingencia (Eyv, Eyn/ Eyv, constante (Tc)
Estructura ajuste (C) Ry-Ex Eyn) /variable (Tc)
De esta taxonomía, es posible identificar tres formas en que supera la propuesta de Ribes &
Sánchez (1990) y a las clasificaciones de rasgos (Allport G. W., 1966; Cattell, The scientific
analysis of personality, 1965): 1) la categorización en términos las relaciones de
contingencia; 2) la susceptibilidad a evaluación experimental; y 3) las categorías pueden ser
46
Estructura α (alfa)
Estructura β (beta)
Dentro de las “estructuras contingenciales” propuestas por Ribes & Sánchez (1990),
las estructura α y β coinciden, en cierta medida, con la denominada tendencia a la
transgresión, cuya descripción es “responder ante señales de no responder” (Ribes, 1990,
p.244). En los términos aquí planteados, la “estructura” de tendencia a la transgresión
implica al menos dos interacciones del tipo suplementaria operando concurrentemente, en
donde Ex-Rx es contingente tanto a Eyv1-Ryv1 como a Eyv2-Ryv2. Sin embargo, la estructura
de tendencia a la transgresión se caracteriza porque se ha señalado no responder ante uno de
los estímulos Eyv (vr.gr. “prohibiéndolo”) el cual, a diferencia de Eyn, el responder ante
cualesquiera Eyv sí produce la suplementación Ex-Rx, mientras que responder ante Eyn no.
La presentación de los Eyv1 y Eyv2 puede ser constante o variable.
Estructura γ (gamma)
Estructura δ (delta)
La estructura δ, al igual que las tres previas que pertenecen al grupo de las estructuras
contingentes (Ex–Rx contingente a Ey-Ry), consiste en la modificación del medio
produciendo un evento de estímulo (Ex) contingente a una clase de respuestas (Ry) y en la
interacción con el efecto provocado (Ex-Rx). Al igual en la estructura γ, en la estructura δ no
se presentan estímulos en conjunto con Ey cuya función sea señalizar la disponibilidad de
Ex, sino que sólo existen estímulos (En) que se agregan a Ey, pero no están correlacionados
con el intervalo en que Ex es producido por Ry. El tiempo que transcurre entre el inicio de
cada intervalo en el cual la suplementación es posible varía momento a momento, ya que el
intervalo de no disponibilidad es variable.
En relación con Ribes & Sánchez (1990), las estructuras γ y δ, precedidas por otras
estructuras, coinciden, en su conjunto, con lo que se denomina dependencia de señales. Entre
las características de la dependencia de señales se encuentra la “eliminación de la señal sin
modificar la consecuencia” (p.247), lo cual puede ser descrito, en los términos aquí
propuestos, como una secuencia constituida, inicialmente, por una estructura contingente y
señalada (como α o β), y, posteriormente, por estructura una contingente no señalada (como
γ o δ) cuya relación Ry-Ex es la misma para ambas partes de la secuencia y en las cuales la
distribución de Ex puede ser constante o variable.
49
20 participantes cada uno: Grupo 75-L, Grupo 25-L, Grupo 75-R, Grupo-25-R y el grupo
Control. El experimento consistió en una fase de entrenamiento y una fase de prueba. El
grupo control no fue expuesto a la fase de entrenamiento. Previo al entrenamiento, los
participantes de los grupos experimentales fueron instruidos a terminar presionar uno o dos
dígitos (entre el número 1 y el 3), sin formar pares de dígitos iguales (i.e. 12, 32, 23, etcétera),
para terminar con un ruido que se les presentaría. Durante el entrenamiento, todos los
participantes fueron expuestos a 40 ensayos de un ruido cuya duración variaba en relación al
grupo. Los ensayos de no-reforzamiento se definieron como aquellos en los que el ensayo
duró un segundo. En el Grupo 75-L, el 75% de los últimos ensayos duró un segundo (30
ensayos), mientras que los primeros duraron 5 segundos. En el grupo 25-L, el 25% de los
últimos ensayos duró un segundo, mientras que el resto duró cinco segundos. En el Grupo
25-R, el 75% de los ensayos, distribuidos aleatoriamente, duró un segundo, el resto duró 5
segundos. Por último, en el Grupo 25-R, el 25% de los ensayos distribuidos aleatoriamente
duró un segundo, y el porcentaje restante duró 5 segundos. Al final del entrenamiento, a todos
los participantes se les hizo cuatro preguntas: 1) cuál era la forma de terminar el ruido; 2) qué
tan seguro estaban de esa forma; 3) aproximadamente qué porcentaje de ensayos fueron
capaces de terminar; y 4) qué porcentaje de ensayos de la tarea era terminable. El inicio de
la fase de prueba fue señalizado con una leyenda acerca que las instrucciones serían las
mismas que para la tarea previa; al grupo Control se le presentaron las instrucciones iniciales.
Durante la fase de prueba, todos los grupos fueron expuestos a 20 ensayos de escape cuya
respuesta numérica correcta fue aleatorizada entre sujetos, aunque la aleatorización fue la
misma para todos los grupos. Las variables evaluadas fueron cinco: el comportamiento
supersticioso, la creencia supersticiosa, la certeza de los sujetos, el juicio de control y el juicio
de controlabilidad. El comportamiento supersticioso fue definido como la conducta repetitiva
del ensayo n hasta el último ensayo. El resto de las variables fue medido a partir de las cuatro
preguntas que se les hicieron a los participantes. Los resultados mostraron que el
comportamiento supersticioso fue observado en mayor medida en el Grupo 25-L y en el
Grupo 75-L, aunque sobre todo en éste último. Los grupos de no-reforzamiento aleatorio
(Grupo 75-R y Grupo 25-R) mostraron patrones aparentemente aleatorios, aunque la mayor
parte de los participantes expuestos a la fase experimental (77.5%) argumentaron haber
encontrado una forma de parar el ruido. Sólo uno de los participantes (de los 80 expuestos al
51
entrenamiento) mencionó no haber encontrado relación entre sus respuestas y el término del
ruido. El resto de los participantes mencionaron no ser capaces de encontrar una manera de
terminar el ruido, pero creían que había una forma (o varias) de hacerlo. Con respecto a la
ilusión de control (porcentaje de tonos que los participantes creían eran controlables), todos
los grupos mostraron ilusión de control, aunque en mayor grado para los grupos cuyo
porcentaje de no-reforzamiento fue mayor. Respecto al juicio de controlabilidad, todos los
grupos percibieron la tarea como altamente controlable.
En el experimento 2, Matute (1995) evaluó si los efectos observados eran sólo aplicables en
la tarea misma, o si eran generalizables a los procedimientos de superstición típicos acerca
de la opresión/no-opresión de una tecla. Para ello, se expuso a 30 participantes a tres grupos:
Grupo Escape, Grupo Vinculado (yoked) y el Grupo Control. El grupo control sólo fue
expuesto a la fase de prueba. El experimento 2 constó también de la fase de entrenamiento y
la fase de prueba, esta última fue igual al experimento 1. Previo a la fase de entrenamiento,
los dos grupos experimentales fueron instruidos a tratar de detener el ruido para lo cual
podían presionar la tecla F1 o no hacerlo. También se les dijo que, si no eran capaces de
detener el ruido, éste terminaría después de 5 segundos. Ambos grupos fueron expuestos a
40 ensayos de un ruido con una duración de 5 segundos. En el Grupo Escape, el ruido podía
ser terminado presionando cuatro veces la tecla F1. Para el Grupo Vinculado (yoked), la
terminación del ruido era independiente de la respuesta de los sujetos en este grupo, pero su
duración estaba correlacionada con los sujetos del Grupo Escape. A diferencia del
experimento 1, la conducta supersticiosa se definió, no por un patrón de respuesta, sino por
el porcentaje de respuestas definido como el cociente del número de ensayos en los cuales el
sujeto dio al menos una respuesta entre el número total de ensayos. El resto de las variables
fueron evaluadas de la misma forma que en el experimento 1.
del ruido. Los sujetos de este grupo también mostraron ilusión de control y un alto juicio de
controlabilidad de la tarea durante la fase de entrenamiento.
Grosso modo, en relación con los hallazgos con humanos expuestos a condiciones
donde los eventos del medio son independientes de la actividad de éstos sobre el medio, es
probable que, en los patrones estereotipados denominados conducta supersticiosa (Skinner,
1948)-diferentes entre individuos-, sea posible identificar consistencia intraindividual y, por
tanto, estilos interactivos.
Estructura ε (epsilon)
Estructura ζ (dseta)
Este último par de estructuras descrito no coincide con ninguna de las estructuras
contingenciales propuestos por Ribes & Sánchez (1990).
Estructura η (eta)
Estructura θ (teta)
Por último, se presenta una estructura que coincide con los programas denominados de
reforzamiento no-contingente, particularmente con los programas de tiempo variables (TV).
En la estructura θ, como en las tres estructuras previas, la presentación de Ex es independiente
de la actividad del individuo y de algún otro estímulo determinado para ser contextualizado
por Ex, sino que es contingente a un conjunto no específico de estímulos que conforman la
situación experimental. La presentación de Ex está determinada por intervalos de tiempo que,
a diferencia de la anterior estructura, son variables. Específicamente el intervalo τΔ es
variable, mientras que τD se mantiene constante y, al término de éste, se presenta Ex.
55
A manera de aclaración, las hipótesis aquí descritas no pretenden ser explicativas de los
eventos observados, más bien, son descriptivas y fungen como una guía para llegar a
conclusiones correspondientes que no en todos los casos son excluyentes.
En breve, debido a que la tesis que en este escrito se sostiene consiste en que los estilos
interactivos (en plural) de los individuos son consistentes en situaciones con estructuras
contingenciales similares (definidas por los parámetros de contingencia Ex-Ry, señalización
y distribución temporal de Ex) se procedió a comprobarla de forma experimental eligiendo
las dos estructuras extremas de las ocho propuestas, es decir, la estructura α y la estructura θ.
Aun cuando las situaciones que fueron diseñadas en este estudio se caracterizaban por ciertos
elementos, las cuatro compartían el valor de los parámetros relativos a las estructuras
contingenciales que operaban en cierto momento, estos parámetros fueron definidos en
términos temporales (segundos) pues correspondieron a los intervalos de disponibilidad y no
disponibilidad de Ex, por tanto, con el fin de hacer las comparaciones pertinentes entre
situaciones, y así comprobar que el estilo interactivos es idiosincrásico y consistente a través
de situaciones en las que operaba la misma estructura contingencial, se definió la distribución
temporal como aquella variable potencialmente sensible a la consistencia individual.
Por otra parte, la secuencia de elección ha mostrado ser una variable en la que se observa
idiosincrasia y diferencia entre individuos, ésta se extrajo de los estudios previamente
descritos (Matute, 1995; Lozano, M, & Santacreu, 2011).
Por tanto, el objetivo de este estudio fue evaluar los efectos de la contingencia Ry-Ex, la
señalización de la disponibilidad de Ex, la distribución temporal de Ex y la condición de la
57
Participantes
Participaron 7 estudiantes universitarios de sexto semestre de la licenciatura en Psicología de
la Facultad de estudios Superiores Iztacala cuya participación fue voluntaria. Previo al
experimento se les dijo que se trataba de un estudio de procesos psicológicos compartidos
por todos los individuos. A todos los participantes se les entregó un consentimiento
informado y una carta compromiso (ver Apéndice A) en la que se indicaba que su
gratificación estaría en función del porcentaje de respuestas correctas que obtuvieran siendo
la cantidad máxima $200, pero sólo se entregaría si asistían a todas las sesiones.
Aparatos
Se emplearon cuatro cubículos experimentales de 0.95 x 2.60 x 1.54 m equipados, cada uno,
con una computadora All-in-One de 21”, un teclado, un mouse, unos audífonos y una silla.
La tarea experimental y el registro de la actividad de los individuos fueron programados en
Visual Basic 6.0.
Situación experimental
Se utilizaron cuatro situaciones experimentales en las cuales se programaron las relaciones
que definen a la estructura α y a la estructura θ. Las cuatro situaciones experimentales
coincidieron en que: 1) consistían en tareas de elección en las cuales se instruía a los
participantes a elegir cinco elementos (que podían ser repetidos) de entre diez posibles, 2)
durante la contingencia abierta (ver tabla 2), sólo cuatro de los diez elementos podían
satisfacer el criterio en cada situación (es decir, uno de los cuatro tenía que ser presionado
dos veces para completar las cinco opresiones), 3) durante la contingencia cerrada (ver tabla
3), sólo la opresión repetida –cinco veces- de uno de los diez elementos podía satisfacer el
criterio, y 4) los valores de los parámetros correspondientes a las dos estructuras
contingenciales fueron los mismos. Dichos valores se determinaron con base en los datos de
un experimento piloto: la duración de los ciclos de disponibilidad de Ex se determinó a partir
de la duración más larga de la respuesta (20 segundos) y el número de ensayos se estimó con
el fin de que las sesiones no se extendieran por más de 40 minutos.
59
Entre las diferencias de las situaciones experimentales se encuentra que la modalidad de los
estímulos que señalaban los intervalos de disponibilidad/no disponibilidad de Ex fueron
visuales para dos de ellas, y auditivos para las dos restantes.
Tabla 2.
Componentes de las cuatro situaciones experimentales en ambas estructuras contingenciales
durante la condición de contingencia abierta.
Situación 1: Situación 4:
Situación 2: bóvedas Situación 3: objetos
cajas fuerte puertas
α θ α θ α θ α θ
Ex Apertura Apertura Apertura Apertura
5 opresiones a 5 opresiones a los colores: 5 opresiones a las
5 opresiones a
Ry números amarillo, magenta, turquesa y figuras con tres
las consonantes
primos blanco vértices
Ey Botones Botones Botones Botones
Policía Fondo azul
Ev/ Tono /
/ --- Tono / Tono --- / Fondo --- ---
En Tono
Policía verde
Tabla 3.
Componentes de las cuatro situaciones experimentales en ambas estructuras contingenciales
durante la condición de contingencia cerrada.
cerrada, las cajas fuertes se abrieron con cinco opresiones al número 9. El estímulo Ex
consistió en un mensaje con la leyenda “Esta caja ha sido abierta”. En la estructura α, los
intervalos de disponibilidad/no disponibilidad de Ex duraron 20 segundos cada uno y
estuvieron señalada por la ausencia/presencia de la imagen de un policía, respectivamente.
En la estructura θ, la presentación de Ex estuvo dependió del transcurso de dos intervalos,
uno variable cuyo rango fue de 4 a 16 segundos y uno constante de 10 segundos al cuyo
término se presentaba el estímulo Ex.
Variables dependientes
Se registraron dos variables dependientes: la distribución temporal de la respuesta y la
secuencia de elección. Para evaluar la distribución temporal de Ex se registró la latencia, el
tiempo entre respuestas y el tiempo entre opresiones. Dado que las situaciones se
diferenciaron en términos morfológicos, más no en las relaciones temporales programadas,
se asumió que el comportamiento de cada individuo se ajustaría de forma similar (más no
idéntica dadas las variaciones de cada situación) a estas relaciones temporales aun en
situaciones distintas, y que el ajuste sería diferente entre individuos. Es decir, se asumió que,
si las relaciones temporales entre los eventos se mantenían constante a través de distintas
situaciones, el ajuste individual sería similar en esas condiciones constantes y sólo estaría
ligeramente afectado por las variaciones morfológicas de la situación (vr.gr. la distancia entre
los botones). La relevancia teórica de esta variable radica en que, en el núcleo de toda
interacción psicológica, las relaciones más simples a las que el individuo se ajusta, son a las
relaciones temporales entre los eventos de estímulo.
Procedimiento
El experimento se desarrolló en cinco sesiones experimentales con un tiempo entre sesiones
de 24 horas. El experimento se programó bajo un diseño de regresión ABA. Las condiciones
inicial y final consistieron en dos sesiones en las cuales se expuso a los participantes a las
cuatro situaciones experimentales en la misma secuencia, pero con la secuencia de exposición
a las estructuras contingenciales invertida (la secuencia de exposición se describe de arriba
hacia abajo en la tabla 4). La condición intermedia consistió en una sesión en la cual se
mantuvo la misma secuencia que en la primera sesión, tanto de las situaciones experimentales
como de las estructuras contingenciales, pero se cerró la contingencia estableciendo formas
de responder únicas para producir Ex. La duración de las sesiones tuvo una duración
promedio de 40 minutos.
Al inicio del experimento se presentó una pantalla con las instrucciones generales del
experimento, y, previo a la exposición a cada situación experimental, se presentó una pantalla
más con las instrucciones generales de cada situación. En ninguna de las instrucciones se
especificó formas específicas de respuesta.
Tabla 4.
Diseño experimental
Sesión 1: Sesión 2: Sesión 3: Sesión 4: Sesión 5:
Contingencia Contingencia Contingencia Contingencia Contingencia
abierta abierta cerrada abierta abierta
SE EC SE EC SE EC SE EC SE EC
S1 α S1 β S1 α S1 α S1 β
S2 β S2 α S2 β S2 β S2 α
S3 α S3 β S3 α S3 α S3 β
S4 β S4 α S4 β S4 β S4 α
*Sesión de contingencia cerrada
SE = Situación experimental
EC= Estructura contingencial
65
¡Bienvenido, colega!
A lo largo del experimento te encontrarás con cuatro tareas distintas. En cada una se te pedirá
encontrar la secuencia correcta para abrir el objeto en cuestión. El orden de presentación de
las tareas será el mismo en cada sesión
Al final del experimento se te dará una gratificación monetaria en función de tu porcentaje de
respuestas correctas ganando un máximo de $200, aunque deberás asistir a todas las
sesiones.
¡Diviértete!
A continuación, se te presentarán diez cajas fuertes distintas que debes abrir. Cada caja se
repetirá 10 veces y sólo pueden ser abiertas con el código correcto cuando la imagen del policía
se encuentre ausente.
En la pantalla se te presentarán la imagen de una de las cajas, y diez botones que corresponden
a los dígitos del 0 al 9.
Los códigos que abren las cajas fuertes están conformados sólo por dígitos del 0 al 9.
Tu tarea consiste encontrar el código correcto para cada caja presionando los dígitos.
¡Diviértete!
Para iniciar, presiona el botón “continuar”
A continuación, se te presentarán diez bóvedas distintas que debes abrir. Cada bóveda se
repetirá 10 veces y sólo pueden ser abiertas con el código correcto cuando escuches un tono.
En la pantalla se te presentarán la imagen de una de las bóvedas, y diez botones de colores.
Los códigos que abren las bóvedas están conformados sólo por colores.
Tu tarea consiste encontrar el código correcto para cada bóveda presionando los botones de
colores.
¡Diviértete!
Para iniciar, presiona el botón “continuar”
A continuación, se te presentarán diez objetos distintos que debes abrir. Cada objeto se repetirá
10 veces y sólo pueden ser abiertos con el código correcto cuando el fondo sea de color azul.
En la pantalla se te presentarán la imagen de una de los objetos, y cinco filas con diez botones
que contienen figuras.
Los códigos que abren los están conformados sólo por colores.
Tu tarea consiste encontrar el código correcto para cada objeto presionando una de las figuras
por cada fila.
¡Diviértete!
67
A continuación, se te presentarán diez puertas distintas que debes abrir. Cada puerta se repetirá
10 veces y sólo pueden ser abiertos con el código correcto cuando escuches un tono.
En la pantalla se te presentarán la imagen de una de las puertas, y diez botones que contienen
distintos caracteres.
Los códigos que abren los están conformados sólo por esos caracteres.
Tu tarea consiste encontrar el código correcto para cada objeto presionando los caracteres.
¡Diviértete!
Para iniciar, presiona el botón “continuar”
Tabla 6 Tabla 7
Codificación de los botones de la Codificación de los botones de la
situación 3 situación 4
Triángulo Equilátero 0 r 0
Cuadrado 1 - 1
Estrella 2 Q 2
Rombo 3 < 3
Romboide 4 a 4
Triángulo Escaleno 5 9 5
Triángulo Escaleno
Invertido 6 v 6
Escalón 7 Ñ 7
Media Luna 8 6 8
Triángulo Isósceles 9 1 9
Nota: Cada dígito del 0 al 9 Nota: Cada dígito del 0 al 9
corresponde a cada uno de los 10 corresponde a cada uno de los 10
botones utilizados en la S3. Los dígitos botones utilizados en la S4. Los dígitos
subrayados representan aquellos subrayados representan aquellos
efectivos en la C. Abierta. El dígito en efectivos en la C. Abierta. El dígito en
negritas corresponde aquel efectivo en negritas corresponde aquel efectivo en
la C. Cerrada. la C. Cerrada.
Secuencias de elección
Las secuencias de elección se presentan en dos tablas por participante de tal forma que cada
una integra los datos correspondientes a las situaciones en las que la secuencia de exposición
a las estructuras contingenciales fue el mismo.
Participante 1
Tabla 8
Secuencias de elección del Participante 1 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 3 4 0 1 1 1 1 0 0 0 0 0 2 2 2 2 2 0 0 0 0 0
2 0 1 2 3 4 1 1 0 0 0 4 8 9 9 8 3 3 3 3 3
3 0 1 1 1 1 2 2 2 2 2 8 8 8 8 9 3 3 3 3 3
4 0 0 0 1 2 2 2 2 2 2 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
5 8 7 6 5 6 3 3 3 3 3 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
6 0 1 2 3 3 4 4 4 4 4 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
7 0 1 2 3 4 4 4 4 4 4 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
8 0 1 2 3 4 4 4 4 4 4 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
9 0 0 0 0 0 4 4 4 4 4 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
10 8 7 7 6 6 4 4 4 4 4 9 9 9 9 9 3 3 3 3 3
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 4 6 3 6 7 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
2 0 5 9 0 6 5 5 5 9 6 5 5 9 6 6 5 5 9 6 6
3 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
4 5 5 9 6 0 0 5 5 9 6 0
5 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
6 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
7 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
8 4 2 6 0 4 5 5 9 6 0
9 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
10 5 5 9 6 0 5 5 9 6 0
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
71
Tabla 9
Secuencias de elección del Participante 1 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 9 7 6 3 4 0 0 0 3 0 5 5 5 5 5 4 4 4 4 4 0 0 0 0 0
2 2 1 0 3 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
3 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 1 1 0 0 3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
4 8 5 2 1 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
5 0 1 2 3 5 8 8 7 8 7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
6 2 0 3 1 5 8 5 8 5 8 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
7 0 1 1 0 0 4 5 4 4 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
8 2 2 2 2 2 5 8 5 8 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
9 1 2 5 4 1 8 5 8 5 8 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
10 9 9 9 9 9 5 8 5 8 5 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 9 8 7 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
2 6 6 6 6 6 5 5 5 5 5 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
3 6 5 4 3 7 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
4 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
5 1 1 1 1 1 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
6 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
7 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
8 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
9 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
10 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Participante 2
Tabla 10
Secuencias de elección del Participante 2 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 3 3 7 6 4 0 8 7 7 7 7 7 7 0 1 7 7 7
2 7 6 0 1 2 7 7 0 1 4 6 8 7 7 7 7 7
3 7 7 7 7 7 0 7 7 9 9 9 9 9 7 7 7 7 7
4 7 6 8 7 7 9 9 9 9 9 6 7 6 7 6
5 0 0 0 0 0 7 9 9 9 9 9 7 7 7 7 7
6 7 0 1 2 3 9 9 9 9 9 7 7 7 8 7
7 0 1 2 1 3 7 9 9 9 9 9 7 7 6 7 6
8 0 1 2 3 4 9 9 9 9 9 7 7 7 7 7
9 7 7 7 7 7 9 9 9 9 9 7 7 7 7 7
10 7 7 7 7 7 9 9 9 9 8 7 7 7 7 7
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 9 6 4 7 5 0 5 9 0 0 1 4 3 7 2 0 5 9 0 0 0 5 9 0 0
2 5 5 9 6 4 9 8 1 5 7 5 7 9 8 0
3 0 5 9 0 0 1 5 7 9 8 0 5 9 0 0 1 2 2 1
4 0 5 9 0 0 2 0 6 5 9 0 0 0
5 0 5 9 0 0 0 5 9 6 7 0 5 9 0 0 0 5 7
6 0 5 9 0 0 4 0 5 9 0 0 6 0
7 0 5 9 0 0 1 2 6 0 5 9 0 0 5 9
8 5 7 9 8 0 0 4 0 5 9 0 0 0
9 0 5 9 0 0 2 4 0 0 9 0 5 9 0 0 0
10 0 5 9 0 0 0 5 9 0 0
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Tabla 11
Secuencias de elección del Participante 2 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 7 0 4 2 5 7 8 9 4 8 7 7 7 7 7 9 8 8 8 8 7 8 8 8 9
2 0 4 8 8 8 7 8 9 6 4 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 8 7 4 5 7
3 2 2 2 2 2 6 6 8 8 8 8 8
4 2 2 4 6 0 8 6 5 4 4 8 8 8 8 8
5 4 2 2 2 2 2 6 4 2 0 4 8 8 8 8 8
6 2 2 2 2 2 6 8 8 8 8 8
7 8 8 8 2 2 2 2 5 8 8 8 8 8
8 8 5 2 2 2 8 8 8 8 8
9 4 9 9 9 9 9 2 7 7 7 7 7
10 2 2 2 2 2 4 8 8 8 8 8
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 8 7 8 7 8 3 7 8 0 9 8 8 7 8 8 8 8 8 7
2 8 7 2 7 9 8 7 6 5 6 8 8 9 8 7 9 8 7 6 6 6 6
3 8 7 6 8 6 9 8 6 6 6 6 6
4 8 7 6 5 6 9 3 6 6 6 6 6
5 1 2 1 0 1 7 6 6 6 6 6
6 1 2 0 1 0 7 8 7 8 6 6 6 6 6
7 1 2 2 0 9 8 7 6 6 6 6 6
8 1 2 1 2 1 9 8 6 6 6 6 6
9 9 2 0 0 0 0 0 5 9 8 8 6 6 6 6 6
10 8 9 8 9 9 8 5 9 8 8 8 7 8 6 6 6 6 6
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
ensayos (ver tablas 10 y 11), las opresiones se hicieron a botones similares que en el resto de
las sesiones por situación. En la situación 3 sí se observaron secuencias de elección
diferenciables para cada estructura contingencial. A excepción de la situación 3, las
secuencias de elección se conformaron de la opresión repetida a sólo un botón en la última
75
sesión en la que operó la estructura alfa, es decir, la sesión 4 para la situación 1, y en última
sesión para las situaciones 2 y 4.
Participante 3
Tabla 12
Secuencias de elección del Participante 3 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 3 1 0 1 2 3 4 0 1 0 0 0 0 7 6 5 4 0 7 1 7 2
2 7 0 0 7 8 0 1 2 3 4 4 1 1 6 1 4 7 3 7 6 3 5 2 5 6
3 0 8 7 6 5 0 1 0 2 0 9 8 8 6 4 9 0 7 1 7 2 3 1 2 4
4 3 4 5 6 8 1 2 1 3 1 4 9 9 4 8 4 7 3 7 5 0 1 3 1 5
5 4 6 8 2 0 3 4 3 5 3 4 6 1 8 8 6 7 8 7 7 2 3 4 5 6
6 0 2 1 3 4 5 6 5 7 5 9 8 9 9 4 4 7 5 7 6 1 2 3 2 4
7 1 3 2 4 8 9 8 7 6 5 9 4 9 9 6 8 7 6 7 5 4 5 2 5 3
8 3 2 1 0 5 1 4 1 7 2 8 9 9 6 9 3 7 4 7 5 4 5 7 6 1
9 0 1 4 2 1 3 6 3 2 5 9 1 9 0 9 3 7 7 8 7 3 5 7 5 1
10 3 2 4 5 6 8 3 3 8 1 6 9 9 4 9 4 7 5 7 6 5 4 4 5 7
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 5 5 6 6 4 5 5 9 6 6 5 5 9 6 6 4 4 4 4 4 6 6 9 6 6
2 5 5 9 6 0 4 4 3 3 3 5 5 9 6 6 4 4 6 6 9
3 6 6 9 6 5 4 4 4 2 2 6 6 9 6 6 3 3 3 3 3
4 6 6 9 6 6 6 6 9 6 6 6 6 9 6 6 9 9 9
5 6 6 9 6 6 0 6 5 7 4 6 6 9 6 6 9 9 4 4
6 5 5 9 6 6 9 9 9 8 8 6 6 9 6 6 4 4 4 5 5
7 4 9 6 6 0 2 2 3 3 3 6 6 9 6 6 6 6 0 6 6
8 6 6 0 6 6 0 0 0 0 0 6 6 9 6 6
9 6 6 0 6 6 5 6 6 1 2 6 6 9 6 6 6 6 9 6 6
10 6 6 0 6 6 2 2 8 8 8 6 6 9 6 6 0 6 6 9
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Tabla 13
Secuencias de elección del Participante 3 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 8 7 6 5 0 1 2 3 4 1 4 2 5 8 7 5 8 4 3 4 2 5 8 7
2 0 3 0 1 0 9 6 9 7 9 5 8 5 3 4 4 7 8 5 3 7 8 5 4 2
3 2 1 2 5 2 4 2 5 2 4 5 6 4 6 3 5 8 1 4 3 3 4 5 2 8
4 0 4 3 1 2 2 0 2 2 4 1 2 1 4 2 0 2 1 5 5 8 5 2 4 7
5 8 9 8 7 8 4 2 5 5 8 1 3 0 3 4 3 2 8 5 0 8 7 5 4 3
6 9 7 9 9 4 5 2 0 3 2 1 0 4 3 9 6 7 5 8 8 7 6 9 4
7 8 7 8 4 8 7 9 8 5 8 1 4 0 3 6 0 4 2 5 7 8 7 6 4 0
8 5 4 5 7 5 0 4 0 3 0 2 1 0 2 3 1 2 5 4 7 7 4 3 6 8
9 9 4 2 5 4 5 8 7 4 3 5 8 7 4 3 0 4 3 2 5 6 5 4 3 0
10 3 5 4 7 6 2 4 3 7 6 6 2 3 2 4 2 3 1 3 0 7 8 5 3 6
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 2 0 2 3 2 0 1 0 2 0 0 9 9 8 5 0 4 8 7 6 0 9 7 8 6
2 2 7 2 8 2 0 9 0 8 0 8 0 7 0 9 0 4 5 9 8 1 0 9 8 7
3 1 2 1 3 1 0 1 0 2 0 5 1 4 2 9 6 7 6 4 2 3 2 1 0 9
4 4 3 4 2 4 0 9 0 8 0 5 2 1 2 1 1 3 6 8 8 3 2 1 5 6
5 9 5 8 6 7 0 1 0 2 2 0 2 4 3 5 4 0 9 5 3 3 1 0 9 8
6 8 4 0 8 9 2 3 2 2 5 2 0 9 7 6 0 5 3 2 9 5 2 1 0
7 3 8 1 8 0 9 0 8 0 7 6 0 1 2 4 9 5 0 1 3 3 5 6 7 0
8 7 9 0 2 4 9 8 7 2 3 3 9 8 1 9 5 8 7 0 5 9 0 6 7
9 9 4 5 7 6 8 9 8 7 6 5 2 0 9 7 5 8 8 3 2 5 6 7
10 5 6 5 7 5 2 3 5 6 7 9 8 7 6 0 8 9 5 8 6 5 3 2 1 9
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
de ensayos en las sesiones en las que operó la estructura alfa similares a comparación de
aquellas en donde operó la estructura teta. A comparación de los participantes 1 y 2, el
Participante 3 respondió en la mayoría de los ensayos de la estructura teta.
que fuese diferenciable entre estructuras contingenciales ni una que fuese similar entre todas
las sesiones. Aunque en la sesión 4 se observa que la segunda y la cuarta opresión de las
secuencias de elección de ocho de los diez ensayos se hacen al botón 7. En la situación 3 (ver
tabla 12), se observaron dos secuencias de elección similares (66966 y 66066) que se
repitieron, con mayor frecuencia, en las sesiones en las que operó la estructura contingencial
alfa, aunque se presentaron en cuatro de los veinte ensayos en los que operó la estructura teta.
Participante 4
Tabla 14
Secuencias de elección del Participante 4 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 3 4 1 3 5 7
0 0 4 6 1 8 0 1 2 3 4 0 1 2 3 4
2 1 3 5 7 0 1 3 5 7
7 0 1 4 3 3 0 0 1 1 0 7 3
3 0 2 4 6 8 0 2 1 3
4 0 4 6 8 9 0 1 2 3 4 0 1 0 1 0
4 0 2 4 6 8 9 8 7 6
5 0 1 4 6 8 0 1 2 3 4 4 6 5 3 5
5 0 2 4 6 8 0 1 2 3
4 1 4 6 8 9 0 1 2 3 4 8 4 2
6 0 0 1 2 3 0 2 3 5
1 0 0 1 4 6 0 1 2 3 4 0 2 3 4 4
7 8 7 5 5 4 5 6 7 8
0 0 4 6 8 1 0 1 2 3 4 0
8 0 3 7 2 1 0 0 1 1 1 1 0 1 2 3 4 6 0
9 0 2 4 6 8 8 7 6 5 4 0 1 4 4 6 0 1 2 3 4 4 0 1 6 2
10 0 2 4 6 8 8 7 6 5 4 0 6 1 4 1 0 1 2 3 4 0 4 4 9 1
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 6 6 5 5 5 0 9 0 9 0 0 9 0 9 5 5 5 5 5 5 0 9 0 9 0
2 2 2 2 2 2 5 5 6 5 6 6 6 6 6 6 9 5 5 6 5
3 8 8 8 8 8 6 6 0 5 5 5 5 5 5 5 6 6 5 6 5
4 0 9 0 9 0 5 2 2 2 2 5 5 5 5 5 0 9 0 9 5
5 5 5 5 6 6 0 9 0 9 0 6 6 6 6 6 6 6
6 0 9 0 9 0 2 2 2 5 5 6 6 6 6 6 2 6 2 6
7 6 6 5 6 5 2 2 2 2 2 6 6 6 6 6 3 2 8 5 2
8 0 9 0 9 0 9 0 9 0 6 5 5 5 5 5 2 2 0 9
9 6 6 5 6 5 6 5 6 9 0 5 5 5 5 5 0 9 0 9 0
10 9 0 0 6 3 6 6 6 6 6 3 1 6 5 5
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Tabla 15
Secuencias de elección del Participante 4 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 4 0 2 4 6 0 2 4 6 8 0 1 2 3 4 6 3 0 1 2 0 1 2 3 4
2 0 2 3 4 5 0 2 4 6 8 6 3 0 1 2 8 9 6 8 5
3 6 2 8 9 6 0 3 6 9 8 0 2 1 5 3 6 3 0 1 2 8 6 7 6 7
4 0 4 5 7 3 0 2 4 5 3 6 3 0 1 2 8 9 8 6 9
5 8 6 8 6 8 9 7 6 3 0 1 2 8 6 9 5 4
6 8 6 9 2 8 8 6 7 7 4 9 7 4 1 0 6 3 0 1 2 8 9 6 8 9
7 0 2 3 4 5 0 2 3 5 4 1 0 2 3 4 6 3 0 1 2 0 1 5 4 3
8 9 8 6 5 3 0 5 6 9 8 9 9 6 3 0 1 2 8 7 6 9 8
9 9 8 6 5 3 0 2 3 5 6 0 1 2 5 6 6 3 0 1 2 8 6 8 6 9
10 0 4 8 2 4 9 6 8 2 8 0 4 8 5 6 6 3 0 1 2 0 2 4 5 7
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 0 9 2 4 7 0 3 5 9 4 4 0 6 7 2 3 1 8 6 6
2 3 9 1 6 8 0 5 6 1 9 9 1 3 4 0 6 7 2 3 2 3 1 2
3 9 2 5 0 7 5 1 0 6 9 3 4 0 6 7 2 6 6 6 6 6
4 7 9 2 7 0 5 9 2 7 4 8 4 0 6 7 2 5 5 5 5 0
5 9 8 7 6 5 0 2 6 9 5 0 9 8 7 6 4 0 6 7 2 5 5 5 5 6
6 0 2 6 9 5 0 9 8 7 6 4 0 6 7 2 8 8 8 8 8
7 0 1 2 3 5 6 1 0 5 2 0 9 4 2 7 4 0 6 7 2 3 3 3 3 3
8 1 0 9 8 7 3 4 0 6 7 8 9 9 0 0 0
9 9 8 7 6 5 3 4 0 6 7 8 3 3 3 3 3
10 3 7 9 3 3 9 1 9 9 8 4 0 6 7 8 9 9 8 8 9
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
situaciones se registró que una misma secuencia de elección se repitió, al menos, en la mitad
de los ensayos.
Respecto a la situación 2, se observó que, en las sesiones 1,2 y 5, hubo al menos una
secuencia de elección que se repitió en dos ensayos, aunque esta secuencia fue diferente entre
las sesiones, mientras que en la sesión 3 hubo tres secuencias muy similares, en contraste,
durante todos los ensayos de la sesión 4, la secuencia 63012 fue consistente. En la situación
4, durante las sesiones 2,3 y 5, se registró que una secuencia de elección, diferente entre las
sesiones, se repitió al menos dos veces por sesión, por su parte, en la sesión 4 se observó que
la secuencia de elección 40672 fue consistente a través de los diez ensayos de la sesión.
Participante 5
Tabla 16
Secuencias de elección del Participante 5 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 1 2 3 4 5 0 1 2 3 0 0 1 0 1 0 0 1 2 3 1 0 4 5
2 8 7 6 5 0 0 1 2 1 0 0 1 4 6 8 0 1 2 3 5
3 0 1 2 3 8 0 1 2 1 0 8 8 9 8 6 0 1 2 3 4
4 0 1 2 3 1 0 1 2 3 0 0 1 4 6 8 2 3 4 5 4
5 8 7 6 0 1 0 1 2 3 0 9 9 9 9 9 2 3 4 5 4
6 8 7 6 8 7 0 1 4 6 8 2 3 4 5 4
7 8 7 6 8 7 0 1 4 6 8 2 3 4 5 3
8 0 1 2 3 3 0 1 4 6 8 2 3 4 5 4
9 8 7 6 0 1 9 8 9 9 8 2 3 4 5 4
10 0 1 2 3 2 8 9 8 9 6 2 3 4 5 4
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 9 7 4 7 3 2 4 3 2 3 4 8 9 9 6 1 5 7 9 8
2 0 6 4 7 9 0 5 9 9 9
3 0 5 9 9 0 0 5 7 9 9 0 5 9 9 9
4 0 5 9 9 9 6 0 5 9 9 9
5 0 5 9 9 9 0 5 9 9 9
6 0 5 9 0 9 0 5 9 9 9
7 0 5 9 9 9 0 5 9 9 9
8 0 5 9 9 9 0 5 9 9 9
9 0 5 9 0 9 0 5 9 9 9
10 0 5 9 9 9 0 5 9 9 9
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Tabla 17
Secuencias de elección del Participante 5 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 9 0 9 0 2 9 0 9 8 7 8 7 7 0 2 3 4 0
2 9 0 1 2 3 9 0 2 9 0 0 2 3 4 2
3 0 1 2 9 9 9 0 2 0 2 0 2 0 2 3
4 0 1 2 3 9 9 0 2 0 2 0 2 3 4 0
5 9 0 8 7 5 9 0 2 0 2 0 2 3 4 0
6 0 8 9 8 9 9 0 2 0 2 0 2 0 2 0
7 8 7 9 0 7 9 0 2 3 4 0 0 0 0 2
8 2 1 0 9 8 9 6 9 9 9 0 2 0 2 0
9 0 1 2 9 8 9 0 2 0 2 0 2 0 2 0
10 9 0 1 2 8 9 0 2 0 2 0 0 0 0 2
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 9 8 7 6 0 9 0 9 0 8
2 9 8 7 0 9 3 2 3 2 7
3 9 8 7 9 8 9 8 7 6 5
4 9 8 7 0 6 6 5 6 5 6
5 9 8 7 9 8 2 3 5 1 0
6 9 8 9 8 7 6 5 3 2 1
7 9 8 7 9 8 6 5 3 2 3
8 8 9 8 7 9 8 5 3 2 1 2
9 9 8 7 0 6 5 2 3 1 5
10 9 8 7 9 8 5 2 3 2 3
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
la sesión 2 en cinco ensayos, sin embargo, en el resto de las situaciones, cuando operó la
estructura contingencial teta, oprimió algún botón sólo en uno o incluso no presionó botones
en ningún ensayo.
el Participante 5 sólo respondió durante cinco de los diez ensayos con dos secuencias de
eleción que se repitieron tres y dos veces, respetivamente. En la sesión 3 (ver tabla 16), la
secuencia 01468 se repitió durante cinco de los diez ensayos, y en la sesión 4, sesión en la
que una misma secuencia de elección fue más consistente, la secuencia 23454 se repitió en
seis de los diez ensayos, finalmente, en la sesión se registraron sólo tres opresiones en el
primer ensayo. Por su parte, en la situación 3, se observó consistencia en las secuencias de
elección de las dos sesiones en las que operó la estructura contingencial alfa, pues la
secuencia 05999 se repitió en la mayoría de los ensayos de estas dos sesiones (1 y 3), aunque
fue más variable en la primera sesión en la que operó esta estructura. Por otra parte, el
Participante 5 no respondió en la situación 3 cuando la estructura que operaba fue la teta, y
en las pocas opresiones registrada, no se observó consistencia.
Participante 6
Tabla 18
Secuencias de elección del Participante 6 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 6 8 9 0 1 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
2 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 1 4 9 8 6 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0
3 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 0 1 4 9 8 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
4 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 8 9 9 8 6 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
5 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 6 4 1 0 0 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
6 5 4 3 2 1 9 9 9 9 9 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
7 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 9 9 9 9 9 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
8 5 4 3 2 1 0 2 4 6 8 9 9 9 9 9 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
9 5 4 3 2 1 1 3 5 7 9 9 9 9 9 9 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
10 5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 9 9 9 9 9 0 1 2 3 4 0 0 0 0 0
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 6 0 6 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5
2 6 6 6 6 6 6 6 5 5 3 6 6 6 6 6 6 8 2 4 3
3 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 6 8 2 4 3
4 6 6 6 6 6 2 2 2 2 2 5 5 5 5 5
5 6 6 6 6 6 3 8 3 0 4 6 6 6 6 6
6 6 6 6 6 6 6 6 6 6 6
7 6 6 2 6 6 6 6 6 6 6
8 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5
9 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5
10 5 5 5 5 5 6 6 6 6 6
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Tabla 19
Secuencias de elección del Participante 6 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 6 3 0 1 2 0 1 2 1 5 0 2 5 8 9
2 0 1 2 5 8 4 7 8 5 2 0 1 2 5 8 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
3 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 6 3 0 1 2 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
4 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 6 0 1 2 5 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
5 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 0 1 2 5 9 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
6 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 0 1 2 5 8 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
7 0 2 5 8 9 0 2 5 8 9 0 1 2 5 8 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
8 0 3 6 1 4 0 2 5 8 9 0 1 2 5 8 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
9 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 0 1 2 5 8 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
10 0 1 2 5 8 0 2 5 8 9 0 1 2 1 5 6 3 0 1 2 0 0 0 0 0
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 2 3 5 6 7 4 0 6 7 2 4 0 8 9 5 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
2 2 3 4 5 6 0 6 7 2 8 4 0 6 7 2 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
3 2 7 8 6 0 0 1 2 3 5 4 0 7 4 0 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
4 7 2 8 0 0 1 2 3 5 4 0 6 7 2 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
5 4 0 6 7 2 0 1 2 3 5 4 0 6 5 9 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
6 4 0 6 7 2 0 1 2 3 5 1 2 3 4 5 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
7 4 0 6 7 2 0 1 2 3 5 1 2 3 4 5 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
8 4 0 6 7 2 0 1 2 3 5 1 2 3 4 5 4 0 6 7 8 0 0 0 0 0
9 4 0 6 7 2 0 1 2 3 5 1 2 3 4 5 4 0 6 7 2 0 0 0 0 0
10 7 2 8 0 6 0 1 2 3 5 1 2 3 4 5 4 0 6 7 8 0 0 0 0 0
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
Respecto a la situación 2 (ver tabla 19), se observó consistencia en dos de las tres
sesiones en las que operó la estructura contingencial teta, pues se registró que la secuencia
de elección 01258 se presentó en al menos la mitad de los ensayos de las sesiones 1 y 3, no
obstante, en la sesión 2 se presentó una secuencia de elección muy similar (02589) en la
mayoría de los ensayos. En el resto de las sesiones se presentaron secuencias de elección que,
aunque diferentes entre ensayos, fueron consistentes a lo largo de una misma sesión. En
cuanto a la situación 4, también se observó consistencia en sólo dos de las tres sesiones en
las que operó la estructura teta, ya que la secuencia 40672 se repitió en las sesiones 1 y 4 en
cinco de los diez ensayos, y en nueve de los diez ensayos, respectivamente. En relación a la
tercera sesión, se observaron secuencias de elección similares tanto a la sesión 2 (alfa) como
a la sesión 1 (teta) en proporciones similares. Respecto a las sesiones en las que operó la
estructura alfa, en ambas sesiones se observó consistencia intra-sesión, pero no entre éstas.
Participante 7
Tabla 20
Secuencias de elección del Participante 7 en las situaciones 1 y 3.
Situación 1
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 1 0 6 7 3 2 3 4 5 4 0 1 1 1 4 0 1 0 1 0 0 1 2 3 4
2 3 4 5 6 7 0 1 2 3 4 1 1 1 1 1 7 8 7 7 6 8 9 8 9 8
3 4 2 3 4 0 0 1 2 3 4 8 9 8 9 8 6 7 6 7 6 8 9 8 9 8
4 4 3 2 1 0 3 2 3 2 3 8 9 8 9 8 7 7 6 7 6 9 8 9 8 9
5 2 3 4 8 7 0 1 2 3 4 8 9 8 9 8 6 7 6 7 6 8 9 8 9 8
6 5 4 3 2 1 1 2 3 4 5 8 9 8 9 8 6 7 7 6 7 9 9 9 9 9
7 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 8 9 8 9 8 6 7 6 7 6 9 9 9 9 9
8 4 3 2 1 0 1 0 1 1 1 8 9 8 9 8 6 7 6 7 6 9 9 9 9 9
9 3 3 2 2 2 1 0 1 1 1 9 8 9 8 9 6 7 6 7 6 9 9 9 9 9
10 4 3 2 1 0 1 0 1 1 1 9 9 9 9 9 6 6 7 6 7 9 9 9 9 9
Situación 3
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Alfa (C. Teta (C. Alfa (C. Alfa (C. Teta (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 4 8 4 9 0 0 0 0 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2 8 8 8 8 8 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 2 2 2 2 2
3 2 2 2 2 2 1 0 0 0 0 0 3 3 3
4 1 3 3 3 3 2 2 2 2 2 0 0 0 0 0
5 4 4 4 4 4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 4 4 4 4
6 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6
7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6
8 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6
9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6
10 1 0 0 0 0 9 5 8 0 0 0 0 0 0 0 6 6 6 6 6
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 1 y 3 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
En la situación 1 (ver tabla 20), en todas las sesiones hubo secuencias de elección
89
Tabla 21
Secuencias de elección del Participante 7 en las situaciones 2 y 4.
Situación 2
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 0 4 1 3 8 0 0 9 9 9 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 5 2 5 2 5
2 0 3 6 7 8 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 5 5 5 5 5
3 2 9 2 9 2 2 5 2 5 2 5 9 5 9 5 5 9 5 9 5 5 9 5 9 5
4 0 4 0 4 0 2 5 2 2 5 5 2 5 2 5 5 2 5 2 5 2 5 2 5 2
5 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 5 2 5 2 5 5 2 5 2 5 5 5 5 5 5
6 0 4 0 4 0 2 2 5 2 5 2 4 2 5 4 2 4 2 5 4 5 4 5 4 5
7 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2
8 5 9 5 9 5 2 5 2 5 2 5 9 5 9 9 5 9 5 9 9
9 2 2 2 2 2 2 5 2 2 5 2 5 2 5 2 2 5 2 5 2
10 6 6 6 6 6 2 5 2 2 5 6 6
Situación 4
Sesión 1 Sesión 2 Sesión 3 Sesión 4 Sesión 5
En- Teta (C. Alfa (C. Teta (C. Teta (C. Alfa (C.
sayo Abierta) Abierta) Cerrada) Abierta) Abierta)
1 1 9 6 5 7 1 9 6 6 0 8 7 6 4 8 0 8 7 6 2 0 8 7 6 2
2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 2 0 8 7 6 2
3 9 8 7 0 1 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 2 0 8 7 6 2
4 0 9 8 7 6 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 4 8 7 6 2 0
5 9 8 7 6 5 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 4 7 6 2 0 7
6 0 0 0 4 6 0 8 7 7 6 4 2 0 8 7 0 8 7 6 4 8 7 6 2 0
7 9 8 7 6 5 8 0 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 4 8 7 7 6 2
8 2 3 2 3 2 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 6 4 8 8 7 6 2
9 9 8 9 8 9 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 2 2 2 2 2 7 7 7 7 7
10 6 5 1 0 9 0 8 7 6 2 0 8 7 6 4 0 8 7 0 8 7 7 7 7 7
Nota: Las secuencias de elección se definieron como las cinco primeras elecciones en cada
ensayo. Las situaciones 2 y 4 se agrupan debido a que la secuencia de exposición a las
estructuras contingenciales alfa y teta fue la misma.
que, aunque fueron diferentes entre las sesiones, se repiten al menos durante cuatro de los
diez ensayos en cada sesión; en las primera sesión, la secuencia de elección (43210) que se
repitió en cuatro ensayos fue la secuencia que más se repitió en la segunda sesión a la inversa
(01234), en las sesiones 3 y 4 se establecieron secuencias de elección que, aun cuando fueron
diferentes entre estas sesiones, consistieron, en su mayoría, en opresiones intercaladas a dos
90
botones, es decir, mientras que en las sesión 3 la secuencia que es consistente en 89898, en
la sesión 4 la secuencia consistente es 67676, finalmente, en la última sesión, en las primeras
sesiones se registra una secuencia similar a las secuencias registradas en la sesión 3, no
obstante, en los últimos ensayos, la secuencias de elección consisten en opresiones
únicamente al botón 9. Por otra parte, la situación 3 (ver tabla 20) se registró que la secuencia
00000 fue consistente en las sesiones 1,2 y 4, puesto que esta secuencia se presentó en cuatro,
siete y diez ensayos respectivamente en estas tres sesiones, mientras que en la última sesión,
a partir del sexto ensayo, se registró una secuencia de elección que consistía en solo
opresiones al botón 6.
Síntesis global
Tabla 22.
Síntesis de los datos obtenidos por participante en relación a las hipótesis del estudio.
Ha1: Consistencia Ha2: Consistencia Ha3: Consistencia
intraestructura intrasituacional intrasesión
Participante S1 S2 S3 S4 S1 S2 S3 S4 S1 S2 S3 S4
1
2
3
4
5
6
7
TOTAL 0 0 4 0 2 3 3 2 4 3 0 2
Ha5: Efectos de
Ha4: Efectos de contingencia cerrada en Ha6: Sensibilidad a
contingencia cerrada sesiones posteriores estructura teta
Participante S1 S2 S3 S4 S1 S2 S3 S4 S1 S2 S3 S4
1
2
3
4
5
6
7
TOTAL 4 0 0 0 1 0 0 0 3 5 3 3
Por otra parte, la hipótesis que sostenía que el ajuste idiosincrásico y consistente
está controlado exclusivamente por los elementos físico-químicos que configuran la situación
(Ha2), fue comprobada por los datos de seis de los siete participantes, aunque no en las
mismas situaciones. La situación donde el ajuste de la mayor parte de los participantes
permitió apoyar esta hipótesis fue la situación 3, seguida por la situación 2, en donde tres de
los siete participantes la comprobaron, finalmente, las situaciones 1 y 4, en donde sólo dos
de los siete casos sostuvieron la hipótesis. Cabe mencionar que los participantes que
mostraron consistencia intra-situacional (Ha2) en la situación 3 fueron los que no mostraron
consistencia intra-estructura (Ha1) en la misma situación y viceversa.
Las dos subsecuentes hipótesis se relacionan con los efectos de cerrar la contingencia
durante y después de esta condición. En el primer caso (Ha4), se contabilizó que hubo efectos
cuando las secuencias de elección de los participantes se homogeneizaron de tal manera que
éstas consistían exclusivamente en opresiones al botón efectivo, es decir, cuando las
secuencias de elección eran 99999. Para esta hipótesis, los datos de cuatro de los siete
participantes la sostuvieron y exclusivamente durante la situación 1. En el segundo caso
(Ha5), se contabilizó como efectos en sesiones posteriores cuando, habiendo sido expuestos
previamente a la condición de contingencia cerrada, los participantes aún oprimían el botón
efectivo de la contingencia cerrada aun cuando esta condición ya no operaba. Sólo el registro
de uno de los siete participantes, en la situación 1, apoyó esta hipótesis. Debido a que en las
situaciones 2 y 4, cuando operó la contingencia cerrada también operaba la estructura
contingencial teta, los participantes no tuvieron contacto con la contingencia cerrada en esta
condición pues la presentación de Ex no dependía de Ry, por tanto, en estas situaciones, los
efectos de la contingencia cerrada no pudieron haber sido registrados ni durante ni posterior
a la condición.
La última hipótesis alternativa propuesta sostenía que los participantes (Ha6) serían
sensibles a la estructura en la que la relación Rx-Ey es no contingente y, en consecuencia, no
responderían. En este caso, cinco de los siete participantes no oprimieron ninguno de los
botones en la mayoría de los ensayos durante la estructura contingencial teta. Tres de los
cinco participantes, en específico, los participantes 1,2 y 4, no respondieron a ninguna de las
situaciones, mientras que los participantes 5 y 6 no respondieron únicamente en la situación
3.
VII. DISCUSIÓN
El objetivo experimental de este estudio fue evaluar los efectos de la contingencia Ry-Ex, la
señalización de la disponibilidad de Ex, la distribución temporal de Ex y la condición de la
contingencia (abierta/cerrada) sobre la distribución temporal de Rx y la secuencia de elección
de los participantes en situaciones experimentales distintas. Las primeras tres variables
dependientes corresponden a la hipótesis principal de este estudio que sostiene que los estilos
interactivos, entendidos como ajustes idiosincrásicos, son consistentes en situaciones que
comparten las mismas estructuras contingenciales y diferentes en situaciones en las que
operan distintas estructuras contingenciales, de tal manera que la contingencia Ry-Ex, la
señalización de la disponibilidad de Ex y la distribución temporal de Ex fungieron, en este
trabajo, como criterios de estructuración de una taxonomía de estructuras contingenciales
con el fin de diseñar situaciones delimitadas dentro de estructuras contingenciales tanto
idénticas como diferentes: de la taxonomía propuesta sólo se evaluaron las estructuras
contingenciales más opuestas. La última variable dependiente se evaluó con el fin de probar
si los estilos interactivos sólo son identificables en situaciones de contingencia abierta, como
sostienen Ribes y Sánchez (1992), Ribes (2005) y Ribes y Contreras (2007).
Contrariamente, cinco de los siete participantes, entre ellos dos de los que habían
mostrado consistencia intra-estructural, mostraron consistencia intra-situacional en el sentido
de que las secuencias de elección de una misma situación fueron similares en la mayoría de
las sesiones al margen de si la estructura contingencial cambiaba. Esto contradice el
argumento sostenido tanto por algunos autores (Ribes & Sánchez, 1990; Ribes, 1990a; Ribes
& Sánchez, 1992; Ribes, 2005; Ribes & Contreras, 2007) como por este trabajo acerca de
que la consistencia de los estilos interactivos se observa en situaciones que comparten la
misma estructura contingencial. Por tanto, los datos de este estudio que sugieren consistencia
intra-situacional apuntan a un par de conclusiones:
Martínez, Doval, & Viladrich, 2005; Ribes & Contreras, 2007). No obstante, a diferencia de
esos estudios, en este trabajo se sostiene y se demuestra que la distinción entre contingencias
abiertas y cerradas no recae en la explicitación o no de los requerimientos específicos en una
situación particular, sino, en su lugar, esta distinción recae en la diversidad de formas que la
respuesta puede adoptar para satisfacer el criterio de ajuste de la situación, de tal forma que,
cuando sólo existe una forma de satisfacerlo, se trata de una contingencia cerrada, en
contraste, las contingencias abiertas pueden graduarse en términos del número de maneras
en que se puede satisfacer el criterio de ajuste. Así, tanto las contingencias cerradas como las
abiertas pertenecen a un mismo continuo, una cuestión consiste en identificar cuántas
maneras de satisfacer el criterio de ajuste deben programarse para observar estilos
interactivos. En este estudio, en las cuatro situaciones, durante la condición de contingencia
abierta, existían cuatro botones que podían ser presionados hasta sumar cinco opresiones, en
cualquier secuencia e incluso los participantes podían repetir el mismo botón las cinco
ocasiones, de tal forma que existían 4x4x4x4x4 (45) maneras de satisfacer el criterio durante
la estructura alfa, es decir, un total de 1024 secuencias posibles y sólo 7 participantes que no
mostraron más de treinta secuencias de elección distintas. Sin embargo, en un caso hipotético
en el que en una situación sólo existieran dos secuencias de elección que satisfacen el criterio,
¿sería posible observar estilos interactivos con varios individuos expuestos a esta
situación?,¿el número de maneras de satisfacer un criterio de ajuste se corresponde que el
número de estilos interactivos identificables en cierta situación?
la estructura que operaba, en especial, sobre el tiempo entre opresiones, pues ésta fue sensible
tanto a los intervalos de señalización de la disponibilidad/ no disponibilidad de Ex, como a
los ensayos en los que los participantes no presionaron ningún botón. Sin embargo, los datos
relativos a las secuencias de elección son analizados en tres vías:
1) Los datos obtenidos de los participantes 2, 3 5 y 6 (ver tabla 22) sugieren que las
estructuras alfa y teta, de la taxonomía propuesta, permiten identificar consistencia
en condiciones que comparten una misma estructura en relación a la secuencia de
elección de los participantes y exclusivamente en la situación en la que se señaló la
longitud de las secuencias de elección, es decir, en lo que en este trabajo se denomina
situación 3 (S3).
2) Los datos de los participantes 1, 2, 4, 5 y 7 sugieren que el ajuste idiosincrásico y
consistente de los individuos está controlado, no por la estructura contingencial que
opera, sino por los objetos de estímulo que configuran la situación particular.
3) Los datos de los participantes 1, 2, 4, 5, 6 y 7 sugieren que el ajuste idiosincrásico
sólo es consistente en una sesión y es distinto en la sesión subsecuente. Esto puede
ser debido a que sesión tras sesión, las condiciones cambiaban lo que se traduciría en
que los estilos interactivos no son “relativamente estables” (Ribes, 1990a), sino que
el contacto de los individuos con una situación particular es afectado por el contacto
que se tuvo previamente con esa situación.
Aunque en este estudio existió evidencia que ampara los tres argumentos, a partir del análisis
hecho tanto por participante como por situación, ésta se concentra en el segundo enunciado
(ver tabla 22). Por tanto, se rechazarían, aunque con recelo, los otros dos enunciados. Sólo
posteriores estudios contribuirían a aportar evidencia que refuerce alguna de las tres
afirmaciones. El dato más contundente de la presente tesis circunda alrededor de la tesis que
sostiene que el ajuste idiosincrásico de los individuos es observable en mayor grado en
contingencias abiertas, mientras que aún queda por delimitar los criterios de consistencia que
definen al estilo interactivo. Por ahora, se sugiere entender a las contingencias abiertas como
aquellas en que la flexibilidad de uno de los parámetros críticos en la satisfacción de cierto
criterio de ajuste permite el despliegue de distintos ajustes para su satisfacción.
99
de individuación (Ribes & Sánchez, 1990). No queda más que repensar las estrategias para
el estudio de la teoría de la individualidad incorporando tanto elementos teóricos como
metodológicos que permitan dar evidencia de los supuestos que le subyacen.
VIII. BIBLIOGRAFÍA
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IX. APÉNDICE
Todas las gráficas describen el tiempo entre opresiones (TEO) en segundos que hubo en cada
opresión, en cada ensayo y en cada sesión. El eje de las ordenadas se muestra el tiempo entre
opresiones y en todas las gráficas de cada participante, el valor máximo de este eje es de 40
segundos. En el eje de las abscisas se encuentran las opresiones que hubo en cada ensayo,
organizadas por sesión: en este eje se encuentran tres filas de números, la primera, de arriba
hacia abajo, corresponde a las opresiones que hubo durante todo el experimento enumeradas
por sesión, en la segunda fila se encuentra el ensayo en el que se registraron las opresiones,
y la tercera fila corresponde a las cinco sesiones experimentales. De tal manera que, cada
punto que conforma la línea en las gráficas muestra el tiempo entre opresiones (TEO)
correspondiente a cada una de las opresiones durante todo el experimento. Las líneas
verticales indican el término de una sesión y las leyendas señalan cuál de las estructuras
contingenciales y cuál condición de la contingencia operaba. Por cada participante se
muestran cuatro gráficas que corresponden a las cuatro situaciones a las que éstos fueron
expuestos. Las cuatro gráficas se agrupan en dos figuras, de tal manera que las gráficas que
se muestran juntas comparten la misma secuencia de exposición a las estructuras
contingenciales, es decir, en una figura se muestra las gráficas del TEO de las situaciones 1
y 3, y en otra figura se muestras las gráficas del TEO de las situaciones 2 y 4.
108
Participante 1
Figura 6. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 1 durante las situaciones 1 y 3.
109
Figura 7. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 1 durante las situaciones 2 y 4
110
Participante 2
Figura 8. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 2 durante las situaciones 1 y 3.
111
Figura 9. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 2 durante las situaciones 2 y 4
112
Participante 3
Figura 10. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 3 durante las situaciones 1 y 3.
113
Figura 11. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 3 durante las situaciones 2 y 4.
114
Participante 4
Figura 12. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 4 durante las situaciones 1 y 3.
115
Figura 13. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 4 durante las situaciones 2 y 4.
116
Participante 5
Figura 14. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 5 durante las situaciones 1 y 3 .
117
Figura 15. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 5 durante las situaciones 2 y 4. .
118
Participante 6
Figura 16. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 6 durante las situaciones 1 y 3
119
Figura 17. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 6 durante las situaciones 2 y 4.
120
Participante 7
Figura 18. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por
sesión del Participante 7 durante las situaciones 1 y 3
121
Figura 19. Tiempo entre respuestas organizado por opresiones en cada ensayo y por sesión del
Participante 7 durante las situaciones 2 y 4.