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LOS FINES DEL DERECHO

14. La justicll.- 15. Lajusticia como vlriud.- 16. La justicia como ordenamientojun-
dic0.- 17. ~ L ~ a ede
a ljusticia.- 18. Partes de lajusticia.- 19. El derechoinjusto.- 20.
Injustlcia. ileLalidad, arbitrarledad - 21. La lucha por el derecha.- 22. La equidad.-
23. El orden.- 24. La paz y la seguridad.- 25. El bien común.

14. LA JUSTICIA.- Así como cada norma jurídica aspira a rea-


lizar un propósito determinado, el derecho, considerado en con-
junto, tiene sus propios fines, que no son otra cosa que la
generalizzión de los objetivos particulares que persigue cada
rama o institución. Esos fines son los que guían y ponen en movi-
miento las causas productoras del derecho. Por consiguiente, el
derecho no es más que un medio por el cual se realizan objetivos
ajenos a st propia esencia. Y siendo un medio, lógico es que esté
subordinado a esos fines, y encuentre en ellos su justificación. Un
orden jurídico puede ser valorado. por lo tanto, teniendo en cuenta
la medidaen que realiza los propósitos que deben guiarlo.
Al d e h i r el derecho (v. supra, nro. 9) dijimos que éste tiene
por objeto implantar un orden justo en la vida social. A estos dos
fines principales -justicia y orden- añadiremos otros dos acce-
sorios: la Daz y la seguridad, e integraremos todos ellos en la no-
ción más amplia y comprensiva del bien común.
L a tea ría de la justicia fue elaborada por los filósofos griegos,
y especialmente por Aristóteles en el libro V de su Ética a Nicóma-
co. Posterbrmente. Santo Tomás de Aquino. en la Suma Teobgica
(11-11,q. 57 y sigs.). la llevó a un grado de perfección que no ha sido
superado. Valiendonos de esas ensetianzas. y de nuevas aporta-
ciones cortemporaneas. hemos de exponer ahora esa doctrina tra-
dicional.
62 INTRODUCCI~N
AL DERECHO
Dijimos ya que el derecho rige las relaciones de los hombres
entre sí. Estas relaciones suponen la existencia de un objeto (cosa
o acto humano] pretendido por alguien [sujeto activo). Si este últi-
mo tiene un título o razón sdciente que haga legítima su pretensión.
el otro sujeto pasivo de la relación debe darle lo que le correspon-
de. Y en esto consiste precisamente la justicia: en dar a cada uno
lo suyo, lo que le corresponde por derecho. Así es preciso dar las
cosas a su duefio, los impuestos al Estado. la pena al delincuente.
la obediencia a los padres, los premios a quienes los merecen, et-
cétera.
Como generalmente la obligación de dar a cada uno lo suyo
viene impuesta por la norma jurídica, puede decirse con verdad
que el objeto propio de la justicia es lo que es justo, es decir, lo que
exige el derecho (U). Y el acto propio de la justicia consiste en de-
cir cuál es el derecho, es decir,juzgar. Recíprocamente. la finalidad
suprema a la que debe aspirar el orden jurídico es la de imponer
un sistema que regule con justicia las relaciones humanas. Por
donde se advierte con toda claridad la íntimavinculación que exis-
te entre la justicia y el derecho. Pero no debemos considerarlos
como sinónimos. El derecho es el medio necesario para alcanzar el
fin de justicia a que toda la sociedad aspira, de modo que aquél da
la forma y esta el contenido. Además, el derecho sólo fija las obli-
gaciones: s u cumplimiento efectivo es y el acto justo.
La justicia puede ser considerada desde tres puntos de vista
diferentes: como virtud moral, como ordenamiento jurídico y como
ideal al que tiende o debe tender el derecho. Aunque la justicia
constituye un concepto unico, caben esas diferentes posiciones
que la contemplan desde ángulos distintos. La primera advierte s u
aspecto subjetivo: le interesa. sobre todo, lo que puede haber de
virtud en el hombre que practica la justicia, y estudia esa virtud
como una de las que integran el orden moral. La segunda es ya
mas realista y objetiva: se aparta de la intimidad del hombrejusto
para considerar sus actos en relación a los demás: y como esos ac-
tos están determinados por el derecho, se identifica con éste en
cuanto alcanza efectivamente a realizar la justicia en el campo de
la vida social. Por último. la tercera deja de lado la realidad, para
conseguir un ideal, significando así que el derecho debe tener un
objetivo superior a él, que le sirva a la vez de meta. de fundamento
y de limite.
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incorporarse al derecho. lógico es que lavirtud de justicia reconoz-


ca la existencia de esas normas superiores.
Más aún: la justicia como virtud es superior y más amplia que
cualquier derecho, pues abarca otras virtudes conexas que la com-
plementan y que son como sus satélites: la religión, que da a Dios
el culto debido: la piedad, que tributa a los padres y a la patrialos
homenajes merecidos; e[ respeto, mediante el cual se honra a los,
superiores y a las personas dignas: la gratitud. o reconocimiento
por los beneficios recibidos: la vemcfdad, que impide el engaño y la
hipocresía; la liberalidad, que permite auxiliar a los demás y dar
de si en beneficio ajeno, y, por último, la afabilidad. que torna
agradable la convivencia y se inspira en el amor al prójimo y en el
respecto que le debemos. Estas virtudes son llamadas partes po-
tenciales de la justicia y - e n otro sentid* complementos del de-
recho.
Estos complementos no integran, por cierto, el orden público,
pero tampoco puede éste ignorarlos. El derecho no se opone a la
realización de los deberes que tienen sobre todo un origen moral.
Por el contrario, respeta las obligaciones "que. fundadas sólo en el
derecho natural y en la equidad, no confieren acción para exigir su
cumplimiento. pero que cumpiidas por el deudor, autorizan para
retener lo que se ha dado por razón de ellas" (art. 515 del Código
Civil argentino). Son las llamadas obligaciones naturales. El dere-
cho admite asimismo la validezjundica de las "donaciones hechas
por un deber moral de gratitud" (art. 1824, id).

16. LA JUSI'IC~ACOMO ORUENAMIENTO JUR~DICO.- También


puede contemplarse el acto justo en sí mismo, prescindiendo de la
persona que lo ejecuta. Es el punto de vista objetivo sobre lajusti-
cia que interesa más al derecho, porque este no se implanta para
promover la virtud entre los hombres, sino para asegurar la justi-
cia en las relaciones sociales. Hasta puede haber oposición entre
ambos: el juez que por cohecho, o por recomendaciones de terce-
ros, dicta una sentencia dando la razón a quien realmente la tiene,
cumple un acto dejusticia en cuanto aplica rectamente la ley, pero
no un acto virtuoso, pues su intención se halla viciada y no perci-
gue su propio perfeccionamiento.
Si quisieramos definir a la justicia objetivamente considera-
da. parecería, a primera vista. que consiste sólo en dar a cada uno
lo que le corresponde. Pero con ello sólo habríamos descripto el
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acto justo. Para que la justicia se redice es menester, además. que
exista un cnnjunto de condiciones que imponga la solución ade-
cuada por abra. no de la voluntad del agente, sino de unavoluntad
superior a l a suya. De otro modo no saldríamos del campo de la
moralidad. El acto justo. en efecto, surge de una relación existente
entre dos o m á s sujetos. No e$ un acto puramente individual. sino
de orden so=iaL Si su cumplimiento dependiera exclusivamente de
la voluntad individual, el acto justo sena sólo un acto de virtud.
Pero como aparece impuesto por una voluntad superior -la de la
ley-, el acto justo consiste ademris en cumplir el derecho. En
otros términos, la relación que le da origen se encuentra regulada
exteriormente por normas jurídicas, previamente determinadas.
que imponen la soluciónjusta prescindiendo de nuestra intención
y de nuestia voluntad. L a justicia objetiva se identifica entonces
con el derecho que la realiza, y consiste en el ordenamiento social
que obliga a dar a cada uno lo que le corresponde.
Adema s. la justicia no reside solamente en la trasposición de
esa virtud a l campo del derecho, convirtiendo en obligatorio el acto
justo. Hay e n ella un fundamento objetivo que debe serialarse. La
relación juñdica gira siempre en torno a un objeto que es lo que se
debe dar, ja sea una cosa, un acto o un servicio. El comprador
debe recibir lo que adquirió. el escribano debe extender la escritu-
ra encomendada, el obrero debe prestar sus servicios al emplea-
dor. Ese ob eto es el que da la medida de la obligación y del derecho
de los dos sujetos así vinculados, o sea la proporción exacta con
que s e debe retribuir la cosa. el acto o el servicio. No importa ya la
intención del que hace el pago, ni que éste lo haga voluntariamente
o compelid~por la sanción jurídica. Lo que aparece como funda-
mental e n la justicia así considerada es su valoración objetiva. Lo
cual no debe hacernos olvidar, como es lógico, la parte de virtud
que contiene el cumplimiento voluntario de la norma.
Por lotanto, el derecho obliga a realizar actos justos, y reci-
procamenl= caiiica de justas las soluciones que impone. Pero esto
se realiza a e dos maneras distintas. Si la norma jurídica que se
aplica es & origen moral -o sea si forma parte del derecho natu-
ral-, la salución será intrínsecamente justa, porque existe ade-
cuación pt rfecta entre el precepto y la virtud. Si, en cambio. se
trata de un a norma de origen social, también la solución ha de ser
justa, perc no porque el acto sea en si mismo virtuoso, sino simple-
mente porefecto de haberlo dispuesto asi el derecho. Pues como el
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derecho natural no abarca ni podría comprender todos los casos y


los problemas que suscita la convivencia humana. el legislador
puede sancionar una infinidad de normas en las materias que es-
capan a ese sistema jurídico superior. Y una vez establecidas, esas
normas imponen la solución que desde entonces se califica de justa,
aunque resulte indiferente a la cienciamoral. Esto se entiende, por
supuesto. siempre que la norma social no sea -por su contenido
o por sus consecuencias- repugnante al derecho natural, pues en
tal caso dejaría de ser justa. Por ello puede decirse que hay una
justicia absoluta, que realizan las normas morales incorporadas al
derecho, y una justicia relativa, propia de las normas sociales.
pues en este ultimo caso hay tantas soluciones posibles como sis-
temas jurídicos, mientras que en el primero hay una sola adecuada
a la moral y por lo tanto a la virtud dejusticia. Por donde se advier-
te que lo que a cada uno corresponde deriva. o bien directamente
del orden natural, o bien de la atribución concreta hecha por la so-
ciedad respondiendo a las circunstancias históricas, económicas y
políticas, que determinan la conveniencia de esa abibución.

17. EL IDEALDE JUSTICIA.- Este modo de considerar a la juS-


ticia como ordenamiento objetivo no trasciende de lo que ha esta-
blecido el derecho. Hay, en cambio, otro punto de vista superior
que la contempla como el ideal que el derecho aspira a realizar.
Tal posición es ineludible: deriva del sentimiento instintivo
que cada uno lleva consigo acerca de lo que deben ser los actos hu-
manos y el orden jundico. mediante el cual se juzgan unos y otros
segun reglas establecidas en la conciencia. Este sentimiento es in-
nato. En vano se ha pretendido afirmar que es u n producto de la
cultura o de la experiencia social. Si así fuera no existina posibili-
dad alguna de valorar la justicia de un sistema o de una norma.
pues s u vigencia revelaría precisamente su conformidad con esa
cultura, o el resultado de esa experiencia. Y como no siempre co-
rresponden las aspiraciones jurídicas con la realidad del derecho.
se demuestra así la existencia de ese sentimiento originario y au-
tónomo que estimula la justicia de las relaciones sociales.
Cuando ese sentimiento se eleva a consideraciones mas gene-
rales y se funda en la moral. llega a formarse u n ideal de justicia
que consiste en la idea de un orden superior que debe dominar el
campo del derecho. Ideal nunca totalmente alcanzado. pero que
persiguen siempre los legisladores. los gobernantes. los juristas y
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los magistrados que tienen una intención recta y aspiran a perfec-
cionar los instrumentos que rigen la convivencia humana.
Este ideal es. por lo tanto, algo que supera la realidad, perma-
neciendo en la esfera de las abstracciones, pero cuyo conocimiento
podemos alcanzar por medio de la inteligencia y de la razón. La
justicia asi considerada es un valor, o sea un arquetipo perfecto
que - c o m la verdad, la belleza o la bondad- encarna a veces en
ciertos actos o en ciertas cosas. dándoles esa cualidad. Y asi como
los artistas trabajan por crear nuevas obras en las que resplandez-
ca la belleza. así también los hombres de derecho se esfuerzan, en
una aspiración constantemente renovada, por encontrar solucio;
nes cada vez más justas a los problemas concretos. y por acrecen-
tar la justicia d e todo el ordenamiento social.
Este ideal, que inspira a los juristas en su perpetuo empeílo.
da un contenido progresivo a la justicia, y le permite abarcar un
ámbito cadavez mayor. Si aquél no existiera, si faltara ese impulso
por mejorar las relaciones humanas, el derecho se estancaría. o
seria simplemente un orden fundado en la fuerza, que al consa-
grar el predominio de los intereses más poderosos. perdería todo
contenido espiritual. En cambio, a la luz de ese ideal, los intereses
contrapuestos se confrontan y se logra un equiiibrio en el cual pre-
valecen los de mayor valor y más dignos de respeto. Por eso es que
la justicia supera al orden material, se eleva por encima del dere-
cho establecido, y representa un elemento queviene a transformar
e1 sistema imperante para convertirlo en un orden moral superior.
Tales son. al menos. la fe y la esperanza indestructibles que inspi-
ran a quienes tratan de perfeccionar el ordenamiento jurídico.
Este ideal de justicia. Les uno o múltiple? Sin duda se advier-
ten distintas valoraciones subjetivas, y aun modos diversos de
apreciar la justicia según las épocas y los grados de cultura. Ello
responde a variaciones del juicio moral, pues no todos los hombres
ni todos los pueblos tienen o han tenido el suficiente conocimiento
filosófico como para juzgar con criterio certero el contenido de un
sistema o de una institución. Pero la multiplicidad de valoraciones
-análoga a los distintos ideales de belleza- no impide que exista
un solo ideal de justicia que progresa al compás del adelanto cul-
tural del género humano y, sobre todo. de s u perfeccionamiento
moral.

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