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Posterior a los análisis de las ventajas comparativas y las ventajas competitivas como
estrategias de las regiones y las empresas para sostenerse en el mercado, cada vez más
global, se incluyen los enfoques hacia las relaciones de poder que existen entre los
agentes productivos y comerciales como actores activos dentro de una cadena. Uno de
los conceptos relevantes en este aspecto fue proporcionado por Michael Porter (1986)
acerca de las cadenas de valor, como estrategia para identificar el posicionamiento de la
empresa frente a sus competidores y desde allí trazar estrategias para consolidar ventajas
competitivas sostenibles.
Todas estas actividades están íntimamente articuladas y lo que se busca es reducir los
costos en los dos primeros elementos para que el margen sea lo mayor posible. Para
establecer el margen, Porter (1986) identifica los elementos generadores de costos y
generadores de valor. Entre los generadores de costos en una cadena de valor están los
factores de economías de escala, el aprendizaje, el uso de la producción, grado de
vinculación entre las unidades de la organización, localización, métodos y tiempos. Entre
los generadores de valor las políticas públicas, la ubicación empresarial y los vínculos
entre las distintas actividades de la cadena. A partir de los generadores de costos o los
generadores de valor, las firmas crean las estrategias para desarrollar ventajas
competitivas.
Otro elemento que presenta Porter en la teoría de la ventaja competitiva está relacionado
con tipos de cadenas de valor: Cadena de valor de los proveedores, cadenas de valor de
los canales y cadenas de valor de los proveedores.
En las cadenas de valor de los proveedores, son estos quienes incurren en los costos al
producir y despachar los suministros que requiere la cadena de valor y determinan la
calidad de esos insumos, por tanto ejercen alta influencia en los costos de la empresa y
en los elementos de diferenciación. En las cadenas de valor de los canales, la principal
influencia está en los mecanismos de entrega para que el producto llegue al usuario final
y tienen incidencia directa en el precio. En las cadenas de valor de los compradores, son
ellos quienes determinan los precios del producto y la influencia en la cadena.
Las cadenas globales de valor son consideradas una estrategia comercial que busca
establecer relaciones de negocios fuertes entre los actores de una cadena productiva
para competir con éxito dentro del contexto de la globalización. Lo que se pretende con la
estrategia comercial es satisfacer las necesidades, tendencias y oportunidades de
mercado, buscando el beneficio mutuo de todas las unidades productivas vinculadas
dentro de los eslabones de la cadena.
Para que una unidad productiva o empresa actúe bajo el enfoque de cadena de valor,
debe considerarse parte activa de una red de empresas y actores que buscan optimizar
un bien o servicio, por ello debe considerarse una empresa en red que es considerada
como una estructura que mantiene dinámica permanente por medio de relaciones
empresariales, a fin de dar respuesta de manera colectiva y solidaria a una demanda final
en un espacio económico de relaciones productivas de bienes y servicios. Esta red
generalmente está liderada por una o varias empresas que son las emisoras de las
órdenes, que a su vez provienen de las tendencias del mercado y/o los consumidores.
Green et al (1992).
El objetivo de las empresas articuladas en redes, dentro de una cadena de valor, es dar
respuesta eficiente a las tendencias y exigencias del mercado, es decir, tienen una
orientación directa al mercado y a la demanda.
Por tanto, las cadenas de valor son estructuras de empresas articuladas en red que
buscan objetivos comunes y aumentar la competividad de la red, maximizando los
recursos de la red, compartiendo información, riesgos y beneficios. Para ello se realiza
una estrategia competitiva conjunta buscando aumentar las ganancias de los miembros
de la cadena y garantizar la competitividad sustentable, a partir de labores conjuntas de
estructuras de costos, planes de marketing global y acuerdos organizacionales.
Estos eslabones de la cadena de valor pueden ser desarrollados por una sola firma de
una manera integrada (lo que se conoce como integración vertical); o puede darse por
varias firmas independientes que aportan a la cadena un conjunto de actividades y
recursos enfocados al bien y es el caso de una industria desverticalizada. Lopez et. Al
(2009).
Otro hecho que destacan Kosacoff et al (2007) es que para pertenecer a las cadenas
globales de valor, especialmente a aquellas que son lideradas o gobernadas por
multinacionales o trasnacionales, las regiones o países deben mantener ventajas para la
ubicación de las actividades específicas con las que contribuyen a la cadena como bajos
costos laborales, especialización de mano de obra, acceso a recursos y en otros casos a
preferencias arancelarias. Al no mantenerse las ventajas existe la amenaza de que las
actividades sean relocalizadas en otros países que si las ofrezcan. Esta es una de las
principales amenazas para los países y las empresas de América Latina, sumado al alto
costo del transporte.
Dentro del concepto de cadenas globales de valor han adquirido relevancia factores
determinantes como los costos de transacción y las estructuras de gobierno en la cadena.
Que se amplían a continuación.
Tradicionalmente se han considerado las cadenas productivas como la integración de
actividades empresariales en las diferentes etapas para la producción final de un bien o
servicio. Estas actividades pueden referirse al diseño, fabricación, comercialización, de
manera muy general, en el caso de productos manufacturados. En el caso de las
cadenas de valor, lo que cambia es el sentido de orientación de la cadena, que no está
enfocada en el productor sino en el consumidor final. En una cadena dirigida desde el
productor, son los fabricantes o productores los que trazan las directrices de los productos
y los que imponen las características de los bienes que finalmente llegan al mercado.
Gereffi G (2001)
Cadena de valor Modular: Se crean productos según las especificaciones de los clientes
finales o compradores. Las firmas líderes de la cadena son las que encargan de
comercializar el producto, casi siempre distribuidores, que se hacen responsables de las
características de calidad y especificaciones del producto hacia el consumidor final.
Cadena de valor Relacional: En esta cadena existen interacciones complejas entre los
actores de la cadena que conllevan a responsabilidades mutuas y toma de decisiones y
responsabilidades conjuntas. Estas cadenas se crean por altos niveles de confianza que
se logran entre los actores y por tener visiones conjuntas hacia las especificidades del
producto. Por tanto en este tipo de cadenas el liderazgo es compartido entre productores
y distribuidores.
Cadena de valor cautiva: Existe una alta dependencia de empresas líderes hacia los
proveedores que generalmente son pequeñas empresas y deben atender las
especificaciones dadas por las firmas líderes. Crea relaciones de dependencia entre las
empresas proveedoras hacia las empresas líderes y por tanto deben cumplir las reglas de
juego impuestas para seguir haciendo parte de la cadena y son controladas para verificar
el cumplimiento.
Cadena de valor jerárquica: Existe una relación vertical entre los actores de la cadena,
generalmente se presenta en multinacionales o en firmas que establecen subsidiarias en
otras regiones. La firma líder de la cadena se puede considerar como el eje central desde
donde se ejerce un control directivo hacia las demás empresas de la cadena que son
subordinadas.
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