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INFERENCIA
Si queremos conocer a fondo el origen etimológico del término inferencia, tenemos
que proceder a trasladarnos hasta el latín. Allí encontraremos como aquel es el
resultado de la suma de tres partes claramente identificables: el prefijo in-, que
puede traducirse como “hacia”; el verbo ferre, que puede establecerse como
sinónimo de “llevar”, y finalmente el sufijo –ia, que es equivalente a acción o
cualidad”.
7. FALACIA
Del latín fallacia, una falacia es una mentira o engaño con el que se pretende
dañar a una persona sin que ésta se dé cuenta. Una persona que descubre que
ha sido víctima de una falacia puede expresar, por ejemplo: “La falacia de su
empleo me hizo vivir engañada durante muchos años”, “Pablo está siempre con
sus falacias, tratando de estafar a la gente”. Una persona utiliza una falacia para
obtener algo que sabe no podría conseguir de otro modo que no sea a través de la
apelación a la falsedad, generalmente su intención no es precisamente dañar,
sino obtener un beneficio, pero no le preocupa herir a otros para conseguir lo que
desea.
En la lógica también se utiliza el concepto para referirse a un argumento que
intenta defender algo que es falso. Lo explicaremos mejor a continuación. Según
la definición del diccionario, la lógica es la ciencia del pensamiento, la que
permite analizar un razonamiento y determinar si es o no correcto. De todas
formas, dentro de esta ciencia existen diversas ramas: la lógica difusa y la
constructiva y dentro de cada una diferentes corrientes. La lógica Booleana es la
más conocida y parece que es la única considerada por el común de la gente,
aunque es importante tener presente que no es la única existente. Dentro de ésta
se define como una proposición aquellas afirmaciones que pueden tener carácter
verdadero o falso; es la esencia de un razonamiento. Es importante señalar que
la proposición no hace referencia a la forma en la que es conjugada la oración sino
a su significado, el cual no varía aunque la preposición sea reformulada.
En lo que respecta a las falacias, pese a que puede parecer una tarea sencilla la
construcción de un razonamiento deductivo, sin embargo muchas veces nos
encontramos con errores muy comunes, que llevan a que concluyamos que un
razonamiento no es para nada preciso. Este defecto técnico en la forma de
plantear un razonamiento se conoce como falacia. Aquellos razonamientos
que contienen falacias se conocen como falaces y tienen la particularidad de que
generalmente a simple vista parecen válidos y hasta convincentes y sólo a través
de un exhaustivo análisis podemos caer en la cuenta de su “engaño”.