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¿ QUE ES UNA CRISIS DE PANICO?

 Sudor, mareos, dolor en el pecho y taquicardia. Estos son solo algunos de los
síntomas de una crisis de ansiedad o ataque de pánico. Su origen no necesariamente
es físico y suelen suceder sorpresivamente. Acudir a un especialista rápidamente para
identificar por qué ocurren es el primer paso para poder superar un problema de salud
que, lamentablemente, se ha vuelto común entre los chilenos.
 Las crisis de pánico son episodios repentinos en los que comenzamos a sentir una
sensación intensa de temor sin razón aparente, acompañada de otros síntomas como
taquicardia, mareos e hiperventilación pulmonar. Su duración puede ser de algunos
minutos hasta horas, sin embargo, para quien las vive pareciera que durara un tiempo
mucho más largo que lo que realmente duró.

¿Cómo saber si es una crisis de pánico?


Los síntomas más intensos de una crisis duran entre 10 y 15 minutos, siendo los más
comunes:

 Miedo intenso y sin motivo aparente


 Dificultad para respirar (disnea)
 Sensación de desmayo
 Taquicardia
 Sudoración
 Dolor de pecho
 Mareos

¿Cómo ayudar a alguien en una crisis de pánico?


Si presenciamos una crisis de pánico, lo primero que debemos hacer es mantener la calma.
Debemos entender que la persona que lo está sufriendo siente un miedo incontrolable, por lo
que es importante transmitirle tranquilidad y hacerle entender que no está solo.
También es recomendable seguir estos pasos:

 Respirar: cuando una persona sufre una crisis tiende a respirar más profundo y/o
rápido de lo habitual, lo que provoca una hiperventilación que aumenta la sensación de
pánico. En estos casos, pídele que se concentre en hacer que su respiración sea más
corta y superficial. También puedes pedirle que siga el ritmo de tu respiración.
 Preguntar sobre lo que pasa: es importante saber si el afectado ya ha tenido un
episodio similar antes, debido a que varios de sus síntomas coinciden con los de otras
enfermedades (cardiacas o metabólicas son las más frecuentes). Si la persona te indica
que es la primera vez que se siente así, evalúen acudir a un servicio de urgencia para que
un especialista pueda descartar otros problemas de salud.
 Acude a un lugar seguro: frente a cuadros ansiosos es recomendable buscar lugares
sin ruidos estridentes o con mucho público y quedarse ahí hasta que pase la crisis. No
uses frases como “no pasa nada” o “tranquilízate”, ya que la persona en este estado se
encuentra muy vulnerable y presionarla para que se calme puede ser contraproducente.
 No seas invasivo: si bien es importante que la persona se sienta acompañada, no
trates de sostenerla o abrazarla. Tampoco realices movimientos bruscos o repentinos, ya
que pueden gatillar reacciones adversas. Pregúntale a la persona si puedes tocarla o
tomarla del brazo para ayudarla.
 Cambia el foco: en algunos casos, una alternativa es dirigir la atención de la persona
hacia algún elemento que esté a su alrededor que lo ayude a concentrarse en otra cosa y
no en sus síntomas, ni el temor que siente.
 No te frustres: quienes sufren de estos episodios pocas veces logran ver con claridad
qué es lo que sienten o qué es lo que pasa. La sensación de miedo es tan repentina e
irracional, que quien la está experimentando está tan sorprendido como tú.
 ¿Te tomaste los remedios?: en el caso de pacientes que están bajo tratamiento
psiquiátrico, estos cuadros pueden aparecer cuando se olvidan de sus medicamentos. Por
eso es importante preguntar si la persona afectada ha vivido esto antes, si toma algún
medicamento y si tiene algún tipo de remedio que deba tomar en estos casos.
 No obligues a comer: muchas veces la sensación de náuseas es más fuerte que la
necesidad de comer o hidratarse. Recomienda beber sorbos pequeños de agua, y de ser
necesario, ingerir bocados pequeños de comida, pero solamente una vez que haya
terminado el episodio.

Es posible que estas sugerencias sean de utilidad en la mayoría de los casos, sin embargo, si
conoces a alguien que sufre crisis de pánico de manera recurrente, pregúntale cómo puedes
ayudarlo mejor ante una de sus ataques.

 Reafirmar la inexistencia de enfermedad física.


 
 Ofrecer compañía.
 
 Poner en práctica estrategias sencillas de relajación y técnicas de
respiración.
 
 Evitar la sobreestimulación ambiental (luz, ruido, personas etc.)

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