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I. El Impuesto a la Renta.

El impuesto a la renta es aquel que grava las ganancias o ingresos tanto de personas
naturales como jurídicas. En nuestro país existen cinco categorías de Impuesto a la
Renta, cuya categoría está en función de la naturaleza o la procedencia de las rentas.

¿Qué es el impuesto a la renta? ¿Cómo entender el impuesto a la renta?


Se puede manifestar, que el impuesto a la renta será considerado como un tributo
directo, de carácter natural y subjetivo, el mismo que grava la renta de las personas.
Dicho en otras palabras, se trata de un impuesto que grava la renta o ganancia que se
ha producido a partir de una inversión o de la rentabilidad de cierto capital. Se
puede tratar también del producto de un trabajo dependiente o independiente.

En términos más sencillos, el impuesto a la renta es un tributo que, grava las los
ingresos que se configuran como utilidades o beneficios. Estos ingresos provienen de
un bien o actividad, constituyéndose la renta, a partir de todos los beneficios,
utilidades e incrementos de patrimonio que se perciban o devenguen, cualquiera sea
su naturaleza, origen o denominación (sin embargo existen excepciones).

Antecedentes.
Este impuesto encuentra su origen en la Edad Media, a fines del siglo XVIII, bajo la
forma de aduanas y sucesiones. Lo anterior surge en Europa, más específicamente en
Inglaterra, cuando se estableció el cobro de un impuesto extraordinario que tenía
como fin cubrir los costos de necesidades excepcionales. Esta práctica fue luego
transmitida y asumida por otros países tales como Alemania, Francia en Europa, y en
América, por los Estados Unidos, así como también ciertos países de Latinoamérica,
donde no fue asumido como un impuesto de cobro temporal, sino que se implantó
como un cobro permanente.

Como se trata de un impuesto sobre la renta, es necesario comprender en forma clara


se trata ésta, la que se constituye como el ingreso gravable neto o la denominada base
imponible. Entre los ingresos gravables están aquellos obtenidos de un trabajo de
relación dependiente, o bien, aquellos obtenidos de negocios unipersonales o de
empresas o sociedades que se hayan constituido. Se considerarán también, dentro de
este grupo, a los ingresos obtenidos de los rendimientos financieros que se generan a
partir de las inversiones de capital, aquellos que provienen de herencias o premios
como las loterías, exportaciones, los derechos de autor o las patentes. Considerando
este tipo de ingresos, la base imponible, se constituye como la diferencia entre el
ingreso gravable y las deducciones, de esta manera, se obtiene la base imponible que
se encontrará sujeta al impuesto que se deberá pagar.

Otro concepto importante, aplicable a muchos países, es el de los tramos impositivos.


Este consiste en que el impuesto a la renta no crece de manera lineal con las
ganancias, utilidades o sueldo de una persona, sino que el porcentaje a gravar
aumenta por "tramos", o sea que permanece fijo hasta llegar a una cierta cantidad
estipulada en las leyes correspondientes, para luego aumentar y permanecer fijo en
cuanto a su porcentaje hasta que las utilidades alcancen un nuevo valor. Por lo
mismo, es que en estos casos es conveniente derivar parte del sueldo a instrumentos
como ahorros previsionales voluntarios y otros que permitan rebajar impuestos y
optimizar el uso de los recursos para cada persona. Por lo mismo surge la obligación
de informarnos para decidir la mejor utilización de nuestro dinero.

El impuesto a la renta es aquel que grava las ganancias o ingresos tanto de personas
naturales como jurídicas. En nuestro país existen cinco categorías de Impuesto a la
Renta, cuya categoría está en función de la naturaleza o la procedencia de las rentas.

CATEGORI
ORIGEN PERSONAS ACTIVIDADES
A
 

PRIMERA CAPITAL NATURAL Arrendamiento o sub - arrendamiento de


bienes muebles e inmuebles, así como las
mejoras de los mismos.
Rentas obtenidas por intereses por
 
SEGUNDA CAPITAL colocación de capitales, regalías, patentes,
NATURAL
rentas vitalicias, derechos de llave y otros.
   
CAPITAL +
TERCERA NATURAL / Derivadas de actividades comerciales,
TRABAJO
JURIDICA industriales, servicios o negocios.
 
 
CUARTA TRABAJO Rentas obtenidas por el ejercicio individual
NATURAL
de cualquier profesión, ciencia, arte u
oficio.
 

  Rentas provenientes del trabajo personal


QUINTA TRABAJO
NATURAL prestado en relación de dependencia
(sueldos, salarios, gratificaciones,
vacaciones)

https://revistas.unc.edu.ar/index.php/REUNC/article/viewFile/6580/7664
GRAN BRETAÑA

El primer impuesto comprobado en Inglaterra tuvo lugar durante la


ocupación por el Imperio Romano.

Lady Godiva

La Sra. Godiva fue una mujer anglosajona que vivió en Inglaterra durante
el siglo XI. De acuerdo con la leyenda, el esposo de la Sra. Godiva,
Leofric, Barón de Mercia, prometió reducir los altos impuestos que había
establecido sobre los residentes de Coventry, cuando ella accedió a
cabalgar desnuda por las calles de la ciudad.

Cuando cayó Roma, los reyes sajones impusieron impuestos, conocidos


como Danegeld, sobre tierras y propiedades.  Los reyes impusieron
asimismo sustanciales derechos de aduana. 

La Guerra de los cien años (el conflicto entre Inglaterra y Francia)


comenzó en 1337 y terminó en 1453. Uno de los factores claves que
renovó la lucha en 1369 fue la rebelión de los nobles de Aquitania contra
las opresivas políticas fiscales de Edward, El Príncipe Negro.

Los impuestos durante el siglo XIV eran muy progresistas. La encuesta


sobre el impuesto de 1377 mostró que el impuesto sobre el Duque de
Lancaster era 520 veces mayor que el que gravaba al campesino
corriente.  

Bajo los primeros esquemas fiscales se impusieron impuestos a los


acaudalados, los que tenían cargos públicos, y el clero. Se gravó a los
comerciantes con un impuesto sobre los bienes muebles. Los pobres
pagaban poco o ningún impuesto.

Carlos I fue finalmente acusado de traición, y decapitado. Sin embargo,


sus problemas con el Parlamento resultaron a causa de un desacuerdo, en
1629, sobre los derechos de imponer impuestos otorgados al Rey y los
otorgados al Parlamento.

El mandato real establecía que a los individuos se les gravaría de acuerdo


con su posición y recursos. De ahí que la idea de impuesto progresivo
sobre los que tenían capacidad para pagar se desarrolló muy temprano. 

Otros impuestos notables impuestos durante este período fueron los de la


tierra y otros diversos sobre consumo. Para pagar al ejercito mandado por
Oliver Cromwell, el Parlamento, en 1643, impuso impuestos sobre
consumo de artículos esenciales (granos, carnes, etc.) Los impuestos por
el Parlamento allegaron aun más fondos que los impuestos por Carlos I,
especialmente de los pobres.  El impuesto sobre el consumo fue muy
regresivo, pesando tanto sobre los pobres que ocasionó los motines de
Smithfield en 1647. Los disturbios ocurrieron porque los nuevos impuestos
disminuyeron la capacidad que tenían los trabajadores rurales de comprar
trigo, al extremo de que una familia de cuatro moriría de inanición.
Además del impuesto sobre consumo, fueron cercadas las tierras comunes
usadas por los campesinos para cazar, y les fue prohibido   hacerlo. (¡Viva
Robin Hood!)   

Un precursor del impuesto moderno que hoy conocemos, fue creado por
los británicos en 1800, para financiar la guerra contra Napoleón. El
impuesto fue abolido en 1816, y sus oponentes, que pensaban que sólo
debía ser usado para financiar guerras, querían que todos los informes
sobre el impuesto fueran destruídos, junto con su abolición.  Los informes
fueron quemados públicamente por el Secretario del Tesoro, pero se
conservaron copias en los sótanos del Tribunal de Impuestos. 

https://www.neoliberalismo.com/impuestos.htm

El Impuesto Sobre la Renta y su Evolución


Lunes, 20 Febrero 2012 05:00
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El impuesto nace en Inglaterra


El origen del impuesto sobre la renta, se puede ubicar en el año 1797 en
Inglaterra cuando se organizan tributos con el fin de atender los gastos
urgentes que demandaba la guerra con Francia, gobernada por Napoleón
Bonaparte, debido al exiguo recaudo proveniente del incremento a las
importaciones, aumento de impuestos al consumo de productos tales como
licores, medicamentos, té y jabón; además del impuesto al uso de coches,
caballos, sirvientes, perros y hasta relojes.
Además, Europa es el mercado en el que
China invirtió más dinero para la compra o
fusión de empresas, sumando un 34% del
total, según un nuevo indicador publicado
por un fondo de inversión.El primer proyecto
se presentó en noviembre de 1797
estableciendo sobre las personas una serie
de gravámenes proporcionados a los
recursos de cada individuo, reconociendo
de entrada la equidad tributaria.
Las fusiones y adquisiciones realizadas por
inversores chinos en Europa aumentaron un
155% en 2011, alcanzando 10.400 millones
de dólares, muy por delante de las
inversiones hechas a ese fin en Asia (8.200
millones USD) y Norteamérica (6.400
millones), según el fondo A Capital.
Una vez aprobado y puesto en práctica
dicho impuesto, se encontró que favorecía
la evasión debido a la imposibilidad técnica
Foto: www.sxc.hu (Autor: Svilen Milev - Effective)
para esta época de confrontar las rentas de
las personas.
Para contrarrestar esta situación, en el año siguiente se creó la “presunción de renta” y se fija un impuesto sobre
la misma, cualquiera que sea su origen. Con esta primera modificación, el impuesto toma el nombre de “Income
Tax” y los resultados fueron muy positivos desde el punto de vista fiscal.
En el presente siglo el “Income Tax” evolucionó hacia el cobro mediante cédulas o categorías de rentas,
diferenciando las correspondientes a las personas físicas de las sociedades y, separando las sociedades de
personas y las sociedades de capital.
Luego hacia 1965 se suprime la diferencia entre las sociedades y aparece el “Corporation Tax” en el cual se
contemplan alivios para los beneficios no distribuidos y fortalecer así la capitalización.
Es importante resaltar que en Inglaterra se ha impulsado muchísimo el recaudo en la fuente, esto es el sistema
“pay as you earn”
En Colombia
Al concluir la campaña libertadora, teniendo en cuenta el contexto mundial se toma el modelo inglés y se
establece la contribución directa (Impuesto sobre la Renta) bajo el gobierno de Francisco de Paula Santander, en
1820, esto es, tan pronto se obtuvo ka independencia de España aunque se recaudo no fue posible durante el
siglo XIX, debido a las continuas guerras civiles.
No era fácil entrar a cobrar impuestos debido a que las personas consideraban que si se habían independizado
era para no tener que pagar altos impuestos, por ello en ocasiones los gobernantes preferían acudir al crédito
externo motivados por la urgencia de recursos y por la disminución en las rentas debido a la supresión de los
impuestos coloniales.
En esta primera época se decidió conservar los siguientes tributos: Alcabalas, aduanas, aguardientes, quintos de
metales, diezmos y vacantes que debían pagar 2.5 millones de habitantes.
El Gobierno de Marco Fidel Suárez y la Ley 56 de 1918
Se impulsa nuevamente la contribución directa gravando a las personas naturales y jurídicas, nacionales o
extranjeras, en este último caso no residentes o no domiciliados en el país, que obtengan rentas de bienes o
capitales radicados en el territorio nacional.
La estructura del impuesto sobre la renta, se determinó de modo cedular, mediante tres categorías para tasación
y recaudo de rentas:

 La renta proveniente exclusivamente del capital 3%


 La renta de capital combinado con industria 2%
 La renta originada en la industria o el trabajo 1%

Tratándose de personas naturales, el impuesto se fijaba en cabeza del jefe de familia y se establecía una
exención de $360 para cada renta individual y una rebaja el 5% para quienes tuvieran más de 2 hijos o personas
a cargo.
Además, se consagra la exención para las Asociaciones sin ánimo de lucro. El recaudo no arrojó los resultados
esperados por:

 Los porcentajes eran muy bajos


 No se aplicó tarifas progresivas para grandes rentas
 Ausencia de control gubernamental, ya que no se podían inspeccionar los libros de contabilidad ni
papeles de los negocios.
 No se tenía en cuenta la renta global en términos de su cantidad o volumen.
 Falta de estadísticas confiables, lo que reflejó el desacierto de los pronósticos de recaudo.
 Resistencia de la población a este impuesto.

A partir de ese momento surgieron las diferentes reformas tributarias hasta llegar a lo que hoy tenemos.

https://www.sectorial.co/articulos-especiales/item/50404-el-impuesto-sobre-la-renta-y-su-evolucion

- Antecedentes históricos y doctrinarios


No hay tal vez en el mundo país que presente, con relación al impuesto a la renta,
lecciones mas interesantes que Gran Bretaña. Para atender necesidades pasajeras del
Tesoro, a fines del siglo XVIII, los ingleses incorporaron en forma transitoria el impuesto a
la renta a su Derecho Financiero. Así se justificaron las imperfecciones de la ley desde el
punto de vista de la doctrina y las graves dificultades a que su aplicación dio lugar. Fue
suprimido y reincorporado una y otra vez hasta que adquirió en 1842, por lo menos en el
hecho, el carácter de un tributo de orden permanente. Su importancia crece en forma
considerable durante la segunda mitad del siglo XIX. Gracias a múltiples reformas
sugeridas por una práctica casi secular, la institución se perfecciona a tal punto que un
miembro de la Cámara de los Comunes  (1) pudo decir en 1884: "El impuesto a la renta de
Peel ha sobrevivido cuarenta y dos años. Detestado, denunciado, condenado y
recondenado a muerte, se ha arrastrado por etapas de tres años, de siete años y,
sobretodo, por medio de renovaciones anuales y hoy se encuentra más arraigado que
nunca como instrumento permanente de ingresos". Y Mr. Asquith pudo agregar en 1907: "
El income-tax es uno de los elementos más productivo de nuestro mecanismo fiscal, pero
es también unode los más delicados. No podría encantrarse nada semejante en el mundo.
Debe ser considerado como parter integrante y permanente de nuestro sistema tributario"
(2) Lloyd Gorge, por último, se expresó así en 1909: El impuesto a la renta, instituído al
principio como medio transitorio es hoy, en realidad, el eje y el centro de nuestro sistema
tributario". (3) La historia del impuesto a la renta en Inglaterra nos revela un doble proceso
secular de adaptación recíproca: los británicos se adaptaron a una institución tributaria que
parecía oponerse a su temperamento nacional y el impuesto a la renta evolucionó,
adaptándose a las exigencias de una opinión pública siempre alerta y vigilante.

En 1910 los estadistas ingleses, con un sentido práctico admirable, armonizan su viejo
impuesto cedular, que sólo parcialmente permitía realizar la progresividad exigida por los
nuevos tiempos, con el impuesto a la renta neta, global de origen prusiano, incorporando a
su legislación tributaria este último impuesto, en forma de un impuesto global
complementario. Hasta entonces la institución británica había representado una tendencia
extrema, la de gravar las diferentes rentas discriminadas con impuestos que
necesariamente debían ser proporcionales o casi proporcionales. Se hacía, sin embargo,
una distinción de orden social entre las rentas ganadas y no ganadas, gracias a la cual se
podía aplicar a las primeras, cuando eran inferiores a cierta suma, una alícuota más baja.
Con la reforma de 1910, la institución británica suma a las ventajas que le eran inherentes,
las que poseía el sistema germánico, como medio más adecuado para llevar a la práctica
el régimen de la imposición progresiva. Los estadistas ingleses que actuaron en la reforma
de 1910 proporcionaron a la ciencia financiera una fórmula armónica de la cual será difícil
desentenderse mas tarde. Más adelante veremos como esta fórmula inglesa, a través de
su adaptación francesa, ejerció una influencia decisiva sobre los gobernantes y
parlamentarios a quienes correspondió introducir en Chile el impuesto a la renta.

Se atribuye generalmente considerable importancia, como índice revelador de las


orientaciones de la política tributaria de un pueblo, al hecho de que figure, dentro de sus
sistemas de tributos, el impuesto a la renta, y a las tendencias más o menos influenciadas
por las escuelas socialistas que le hayan servido de fundamento doctrinario.

La historia parlamentaria de la última centuria revela, con entera claridad, que las fuerzas
políticas tienden a agruparse, cuando se debaten cuestiones de orden tributario, en dos
grandes tendencias: una de izquierda, formada por partidos de origen popular, adversa al
establecimiento de nuevos impuestos indirectos y a la elevación de los existentes, salvo
que se trate de gravar los artículos de lujo, y otra de derecha, a la cual adhieren las clases
capitalistas, que prefieren desarrollar el sistema de impuestos indirectos existentes,
reduciendo a un mínimum los impuestos directos, en cuyo desenvolvimiento la izquierda
pretende encontrar el medio más adecuado para realizar, en forma más o menos radical, el
principio de la justicia en materia tributaria.

Las clases capitalistas prefieren gravar la riqueza en cuanto se transfiere o se consume;


las clases populares quieren gravar la posesión misma de la riqueza y la percepción de las
rentas. Las primeras pretenden gravar la renta en sus manifestaciones externas, los gastos
que el individuo realiza; las otras, determinando objetivamente su cuantía como ingreso a
la economía del contribuyente. En un sistema de impuestos indirectos, queda sin gravar la
parte de la renta que el individuo anualmente capitaliza. El impuesto a la renta, sobre todo
cuando tiene carácter progresivo y se aplica a la totalidad de los ingresos de cada persona
natural, tiende a gravar, en forma particularmente intensa, los saldos favorables que se
originan en las economías individuales cuando el contribuyente goza de grandes rentas.
El impuesto a la renta presenta un grave inconveniente: hay ciertos casos en que las
rentas no son susceptibles de determinarse con rigor, como acontece con las rentas
provenientes del ejercicio de las profesiones liberales y con las utilidades de ciertas
empresas o negocios. Las indagaciones a que esta determinación da lugar repugnan al
individualismo clásico, a la mentalidad liberal de los hombres del siglo XIX, los cuales ven
en ellas un atentado contra las libertades consagradas por el sistema representativo de
gobierno.

Para realizar plenamente el principio de la justicia en materia tributaria por medio del
impuesto a la renta, es necesario considerar que las cargas de familia, los hábitos de vida,
el costo variable de la vida en las diversas regiones del territorio nacional, la situación
social u oficial del contribuyente, etc., son circunstancias en virtud de las cuales rentas
aritméticamente idénticas no originan, a los individuos que de ellas gozan, condiciones
idénticas de bienestar y desahogo económico. Es el problema de la renta libre formulado
por Seligman, al cual, en parte, por lo menos, se ha tratado de dar solución en la
legislación positiva.

El establecimiento del impuesto a la renta plantea también el problema de la


proporcionalidad o de la progresividad de esta carga tributaria. Mientras los autores de
tendencias rigurosamente individualistas se inclinan a favor del impuesto proporcional,
aquellos que consideran los factores sociales en materia tributaria, se pronuncian a favor
del impuesto progresivo, que parece haber triunfado definitivamente en la práctica. Pero
una cosa es la tasa moderadamente progresiva, encaminada a salvar las variaciones de
valor que la riqueza tiene para el individuo que la posee como consecuencia de la mayor o
menor cuantía de su patrimonio, y otra diversa el problema del impuesto progresivo
concebido con criterio socialista, o sea, con una doble función: servir de medio para
originar ingresos al Estado y como instrumento para modificar, en beneficio de las clases
económicamente inferiores de la sociedad, la natural distribución de la riqueza bajo el
régimen económico de la libre concurrencia y jurídico de la propiedad privada.

Es así como socialistas de Estado, que tan considerable influencia ha tenido durante los
últimos sesenta años bajo diversas etiquetas políticas en el manejo de los negocios
públicos de diversas naciones, ven en el impuesto progresivo a la renta y a las herencias
un medio para detener o atenuar la acumulación de grandes fortunas -esa concentración
de la riqueza, fenómeno propio del capitalismo de que nos habla Carlos Marx- y los
discípulos de este célebre pensador, un procedimiento para llevar a la práctica, desde el
poder, la gradual conversión de la riqueza privada en riqueza colectiva. Alrededor del
establecimiento del impuesto a la renta o de su modificación para darle, en forma más o
menos radical, una orientación socialista, se han desarrollado apasionados debates en los
parlamentos.

http://web.uchile.cl/vignette/analesderecho/CDA/an_der_simple/0,1362,SCID%253D744%2526ISID
%253D17%2526PRT%253D743,00.html

El caso del impuesto sobre la ventana

En 1696, el Rey Guillermo III de Inglaterra, en apremiante necesidad de


recursos adicionales, introdujo un impuesto sobre la unidad de vivienda
que gravaba la cantidad de ventanas de una morada. El impuesto fue
diseñado como un impuesto sobre la propiedad, tal como se deduce del
debate en la Cámara de los Comunes en 1850: “El impuesto sobre la
ventana, cuando se lo concibió, no tenía intención de tributar una ventana
sino una propiedad, ya que se consideraba que una casa era una
estimación segura del valor de los bienes de una persona, y se suponía
que la cantidad de ventanas era un buen índice del valor de la casa” (HCD,
9 de abril de 1850).

En su forma inicial, el impuesto consistió en una tasa única de 2 chelines


por cada casa y un cargo adicional de 4 chelines sobre casas que tenían
entre 10 y 20 ventanas, u 8 chelines sobre casas que tenían más de 20
ventanas. La estructura tarifaria se fue enmendando a lo largo de los años;
en algunos casos, las tasas crecieron significativamente. En respuesta, los
dueños de las moradas intentaron reducir sus facturas de impuestos
tapando ventanas o construyendo casas con muy pocas ventanas. En
algunas viviendas había pisos enteros sin ventanas, lo que causaba
efectos adversos muy graves para la salud. En un caso, la falta de
ventilación causó la muerte de 52 personas en el pueblo circundante,
según el informe de un médico local que fue llamado a una casa ocupada
por familias pobres:

"Para reducir el impuesto sobre la ventana, todas las ventanas de las que
todavía podían prescindir los pobres habían sido clausuradas, y por lo tanto
se eliminaron todas las fuentes de ventilación. El olor dentro de la casa era
sobrecogedor y nauseabundo hasta un extremo insoportable. No había
ninguna evidencia de que se hubiera importado la fiebre a esta casa, sino
que más bien se propagó de la misma a otras partes del pueblo, y 52
moradores murieron" (Guthrie 1867).

La gente protestó y presentó numerosas peticiones ante el Parlamento.


Pero a pesar de sus efectos perniciosos, el impuesto duró más de 150
años, hasta que fue finalmente revocado en 1851.

Para la mayor parte de las familias, el impuesto sobre la ventana


representaba una suma sustancial. En Londres, oscilaba entre
aproximadamente el 30 por ciento del valor de renta en “casas más
pequeñas de la calle Baker” hasta el 40 al 50 por ciento en otras calles,
según un debate en la Cámara de los Comunes de 1850 (HCD, 9 de abril
de 1850). El impuesto era particularmente oneroso para familias pobres
que vivían en conventillos, donde los tasadores tributaban el impuesto a los
residentes en forma colectiva. Por lo tanto, si un edificio contenía 2
apartamentos, cada uno de ellos con 6 ventanas, el impuesto se cobraba
sobre 12 ventanas. En contraste, en las casas muy grandes de los ricos, el
impuesto normalmente no excedía del 5 por ciento del valor de renta.

La tasa de impuestos sufrió varios cambios importantes antes de ser


finalmente revocada. En 1784, el Primer Ministro William Pitt aumentó las
tasas tributarias para compensar la reducción del impuesto sobre el té.
Después, en 1797, la Ley de Triple Tributo de Pitt triplicó la tasa tributaria
para ayudar a financiar las guerras napoleónicas. Al día siguiente de esta
nueva ley, los ciudadanos cubrieron miles de ventanas y escribieron con
tiza en los espacios cubiertos: “Ilumina nuestra oscuridad, ¡te rogamos oh
Pitt!” (HCD, 24 de febrero de 1848).

Inglaterra y Escocia estaban sujetas al impuesto sobre la ventana, pero


Irlanda estaba exenta debido a su estado de pobreza. Un miembro del
Parlamento bromeó: “Al abogar por la extensión del impuesto sobre la
ventana a Irlanda, el honorable caballero parece haber olvidado que una
ventana inglesa y una ventana irlandesa son cosas muy distintas. En
Inglaterra, la ventana es para dejar que entre la luz; pero en Irlanda, la
ventana se usa para dejar que se vaya el humo” (HCD, 5 de mayo de
1819).

El impuesto sobre la ventana, dicho sea de paso, era considerado una


mejoría con respecto a su antecesor, el impuesto sobre el hogar. En 1662,
Carlos II (después de la Restauración) impuso un tributo de 2 chelines
sobre cada hogar y estufa en Inglaterra y Gales. El impuesto generó una
gran indignación, sobre todo por el carácter entrometido del proceso de
tasación. Los “chimeneros”, como llamaban a los tasadores y cobradores
de impuestos, tenían que entrar en la casa para contar la cantidad de
hogares y estufas. El impuesto sobre la ventana, en contraste, no exigía
acceso al interior de la morada; los “mirones de ventanas” podían contar
los vanos desde el exterior sin invadir la privacidad del hogar.

El impuesto sobre la ventana, sin embargo, creó algunos problemas


administrativos propios, sobre todo con respecto a la definición de ventana
con fines tributarios. La ley era vaga y frecuentemente no quedaba claro
qué era una ventana para el cobro de impuestos. En 1848, por ejemplo, el
profesor Scholefield de Cambridge pagó impuestos por un agujero en la
pared de su depósito de carbón (HCD, 24 de febrero de 1848). El mismo
año, el Sr. Gregory Gragoe de Westminster pagó impuesto por una
trampilla de entrada a su sótano (HCD, 24 de febrero de 1848). Todavía
tan tarde como en 1850, los contribuyentes urgían al Secretario del Tesoro
que aclarara cuál era la definición de ventana.

https://www.lincolninst.edu/publications/articles/el-impuesto-sobre-la-ventana

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