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ACP Medicine I/2006 8.

III Reanimación cardiaca

I/2006

III REANIMACIÓN CARDIACA


DR. TERRY J. MENGERT

El paro cardiaco súbito fuera del hospital termina con la vida de por lo menos 300,000 personas en los Estados Unidos
cada año, lo que lo convierte en la primera causa de muerte.1-4 De hecho, alrededor del 50 % de todas las muertes
cardiacas son muertes súbitas.5 En los hospitales un mínimo de 370,000 pacientes sufrirán un paro cardiaco, seguido
del intento, solo en ocasiones útil, de reanimación.6 Aunque la mayoría de las víctimas de la muerte súbita tiene
enfermedad arterial coronaria (70 a 80 %), la muerte súbita es la primera manifestación de la enfermedad en la mitad de
estas personas.2 Otras causas y factores que contribuyen a la muerte súbita incluyen alteraciones del miocardio (i.e.,
insuficiencia cardiaca crónica o hipertrofia por cualquier causa), alteraciones electrofisiológicas, cardiopatía valvular,
cardiopatía congénita y procesos inflamatorios e infiltrativos diversos (v.gr., miocarditis, sarcoidosis y
hemocromatosis).7-9

La fisiopatología que culmina en una muerte cardiaca súbita es compleja y mal comprendida. Es posible que represente
una mezcla de alteraciones eléctricas combinadas con trastornos agudos de la función, por isquemia miocárdica, efectos
del sistema nervioso central y autonómico, alteraciones de electrolitos e incluso influencias farmacológicas.1
Clásicamente la mayoría de las muertes súbitas que ocurren en los adultos de la comunidad parecen ser secundarias a
taquicardia ventricular (TV) que degenera a fibrilación ventricular (FV). Durante los últimos 10 años, las arritmias
encontradas en el área de Seattle en pacientes con paro cardiaco extrahospitalario fueron FV (45 %), asistolia (31 %),
actividad eléctrica sin pulso (AESP, 10 %), TV (1 %) y otras arritmias (14 %). 3 Los estudios indican que la incidencia de
FV extrahospitalaria ha disminuido en los últimos años, quizá por la menor mortalidad de la enfermedad coronaria.10

Cadena de supervivencia

La reanimación de una víctima adulto de un paro cardiaco súbito debe tener una secuencia ordenada, no importa donde
ocurra el evento. Esta secuencia se denomina cadena de supervivencia.11 Comprende cuatro elementos, que deben
instituirse todos lo más rápido posible: activación de la red de servicios de emergencia médica, reanimación
cardiopulmonar (RCP), desfibrilación y administración de apoyo avanzado.
ACTIVACIÓN DE LOS SERVICIOS DE EMERGENCIA MÉDICA

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Una persona en paro cardiaco que no responde, sin pulso y con respiración agónica puede sobrevivir minutos. Debe
confirmarse que la persona no responde hablándole fuerte y moviéndola. Al confirmarlo debe solicitarse ayuda de
inmediato activando el servicio de emergencia médica de la localidad (en los Estados Unidos 911). Si el paciente ya está
en el hospital se notificará el código correspondiente (v.gr., código azul o código 199). Si se dispone de un desfibrilador
externo automatizado (DEA) debe traerse de inmediato al sitio; este equipo es fácil de usar y puede salvar la vida del
paciente.12-16
INICIO DE LA RCP

Mientras se espera la llegada del desfibrilador y la ayuda avanzada, el rescatista debe evaluar la vía aérea del paciente,
la respiración y la circulación [ver adelante, Evaluación primaria] y debe iniciarse RCP [ver tabla 1]. Cuando se inicia la
RCP en los primeros 4 minutos posteriores al colapso del paciente la posibilidad de supervivencia es del doble.17,18

Tabla 1 Pasos iniciales en la reanimación del paciente que no responde

Confirmar que el paciente no responde


Activar el sistema médico de emergencia
En la comunidad, llamar al teléfono de urgencia local
En el hospital, activar el código adecuado
Solicitar un desfibrilador externo automático (DEA)
Apoyo vital básico (RCP)
Permeabilizar la vía aérea
Revisar la respiración, si no respira, administrar 2 respiraciones
iniciales
Revisar el pulso carotídeo, si no existe pulso, hacer lo siguiente:
Comenzar compresiones torácicas a una velocidad de 100/min,
deprimiendo el esternón 1.5 a 2 pulgadas en pacientes mayores
de 8 años
Intercalar las respiraciones con las compresiones torácicas: en
pacientes no intubados, administrar 15 compresiones, hacer una
pausa para 2 respiraciones y repetir. En pacientes intubados
administrar una respiración cada 5 segundos, sin pausa en las
compresiones

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Revalorar el retorno de la circulación espontánea cada 1-3 min


Cuando llegue el desfibrilador, evaluar de inmediato el ritmo y tratar la
arritmia
Colocar el DEA [ver tabla 2] o el monitor desfibrilador [ver tabla 3] al
paciente
Analizar el ritmo y tratar en la forma adecuada [ver figura 2]

Tabla 2 Uso del desfibrilador externo automático


en pacientes mayores de 8 años

Llega el desfibrilador externo automático (DEA), la RCP ya se está aplicando


Colocar el DEA al lado del paciente
Encenderlo
Fijar los cables al DEA (pueden ya venir fijos)
Fijar los electrodos al paciente (como se muestra en el diagrama que
tienen)
El DEA analiza el ritmo cardiaco del paciente
Suspender la RCP (y asegurarse de que nadie toca al paciente)
Presionar el botón de Analizar en el DEA (algunos equipos analizan el ritmo
en forma automática en cuanto se colocan los electrodos al paciente)
El DEA instruye a los rescatistas (a través de una voz audible o con
instrucciones en una pantalla)
Se indica la descarga eléctrica: dejar de tocar al paciente y presionar el
botón Descarga.
Después de administrada la descarga, presionar de nuevo el botón
Analizar, la secuencia de análisis seguida de descarga (si así está indicado)
puede realizarse hasta 3 veces.
o
No está indicado administrar una descarga: evaluar de nuevo al paciente en
busca de signos de circulación, si existe, evaluar la respiración. Si no hay
datos de circulación reanudar la RCP por 1-2 min. Después de 1 min de

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RCP evaluar al paciente de nuevo buscando datos de circulación, si existe,


evaluar la respiración. Si el paciente aún no tiene pulso repetir el análisis
seguido (si está indicado) de los pasos para descarga.

Tabla 3 Uso de un desfibrilador manual52,89

Llega el desfibrilador, la RCP ya se está aplicando


Colocar el desfibrilador al lado del paciente
Encenderlo (el nivel inicial de energía suele ser 200 J).*
Colocar el botón de Selección en Electrodos. Si el paciente ya tiene
colocados electrodos de un monitor, colocar el botón de Selección en las
derivaciones I, II o III. Asegúrese que los electrodos están bien colocados
tanto en el paciente como en el desfibrilador: blanco en el hombro derecho,
negro en el hombro izquierdo y rojo en las costillas del lado izquierdo.
Aplicar gel a las paletas o a los electrodos y colocarlos en el tórax del
paciente. Algunos equipos vienen con electrodos ya preparados con un gel
conductor. En cualquier caso la posición correcta de las paletas es la
siguiente: la paleta del esternón se coloca a la derecha del esternón, justo
por debajo de la clavícula derecha, la del ápex del lado izquierdo de la tetilla
izquierda, a la altura de la línea medio axilar y el quinto espacio intercostal.
Analizar el ritmo
Suspender en forma breve la RCP
Si se usan las paletas para evaluar el ritmo, aplicarlas como se describió
con presión firme (25 libras en cada una), observando el ritmo en el
monitor. Si se usan electrodos suspender en forma breve la RCP y evaluar
el ritmo en las derivaciones I, II o III. Si el ritmo es TV sin pulso o FV
proceder de la siguiente manera:
Desfibrilar y evaluar
Anunciar al equipo de reanimación: "Cargando desfibrilador, alejarse" y
presionar el botón de Carga en las paletas o en el desfibrilador (energía
inicial 200 J, no sincronizado).*
Advertir al equipo de reanimación que va a aplicarse la descarga. "Voy a

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desfibrilar a las tres, Uno, estoy lejos, Dos, ustedes ya están lejos, Tres".
En forma simultánea, asegurarse visualmente que nadie del equipo esté en
contacto con el paciente.
Presionar los botones de Descarga en ambas paletas en forma simultánea
para administrar la descarga.
Revalorar el ritmo en el monitor, si el paciente aún está en TV o FV,
recargar el desfibrilador (ahora con 300 J)* y repetir el proceso de informar
al equipo, aplicando después la descarga.
Revalorar el ritmo en el monitor, si el paciente aún está en TV o FV,
recargar el desfibrilador (ahora con 360 J)* y repetir el proceso de informar
al equipo, aplicando después la descarga.
Revalorar el ritmo en el monitor, si el paciente aún está en TV o FV,
reanudar la RCP y continuar con la secuencia de reanimación [ver figura 2].

* Nota: si se usa un desfibrilador bifásico, es aceptable iniciar con un nivel de energía bajo (< 200 J)

sin aumentarlo en las siguientes descargas.


FV-fibrilación ventricular TV- taquicardia ventricular

INICIO DE LA DESFIBRILACIÓN

Cuando llega el DEA o el monitor-desfibrilador, se colocará el equipo al paciente y se evaluará el ritmo cardiaco. Si el
paciente tiene TV sin pulso o FV se administrará una descarga desfibriladora [ver tablas 2 y 3]. Si se requiere pueden
administrarse dos descargas más secuenciales. Debe enfatizarse la importancia de un acceso rápido al desfibrilador. En
un paciente que está muriendo por un ritmo susceptible de desfibrilar, la posibilidad de sobrevivir disminuye de 7 a 10 %
por cada minuto que se retrase la desfibrilación.19
INICIO DEL CUIDADO AVANZADO

Si el paciente persiste sin pulso a pesar de los pasos descritos deberá continuarse la RCP, se establecerá una vía aérea
definitiva, una vía venosa permeable y se administrarán los medicamentos adecuados, dependiendo del ritmo y las
circunstancias del paro. Si el paciente tiene TV sin pulso o FV, los intentos repetidos de desfibrilar deberán intercalarse
con la administración de medicamentos vasoactivos y antiarrítmicos [ver tabla 4].

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Tabla 4 Fármacos útiles en el paro cardiaco3,90

Fármacos y
Indicaciones en
Categoría dosis Dosis en el adulto Comentarios
paro cardiaco
administradas

Los bolos de epinefrina IV (1 mg)


son apropiados solo en los
1 mg IV en bolo, puede
pacientes en paro sin pulsos, si se
repetirse cada 3-5 min
requiere continuar epinefrina
mientras el paciente no
Epinefrina, jeringa posreanimación, debe iniciarse
TV sin pulso o FV, no tenga pulso, también
con 1 mg en 10 una infusión continua (1-10
respuesta a las puede administrarse por
ml; 1 mg/ml µg/min)
descargas iniciales, vía endotraqueal: 2-2.5
(frascos de 1 ml y La epinefrina en dosis altas (hasta
AESP, asistolia mg diluida en solución
30 ml) 0.2 mg/kg por dosis IV) no mejora
salina normal (SN)
la supervivencia hasta el alta
Vasopresores hasta un volumen total
hospitalaria en pacientes con paro
de 10 ml
cardiaco y no se recomienda ya
en adultos.

Bolo de 40 UI IV, solo


una dosis, también
Si no hay respuesta después de
Vasopresina, 20 TV sin pulso o FV, no puede administrarse por
10 min de reanimación continua,
UI/ml (frasco de 1 respuesta a las vía endotraqueal en
administrar epinefrina, según se
ml) descargas iniciales misma dosis, diluir con
describe arriba
SN hasta un volumen
total de 10 ml

TV/FV: 300 mg diluidos


en 20-30 ml de SN o
TV sin pulso o FV, no dextrosa al 5% en bolo
Amiodarona, 50 respuesta a las IV, puede repetirse una Los efectos adversos pueden
mg/ml (frasco de 3 descargas iniciales y dosis de 150 mg si se incluir hipotensión y bradicardia en
ml) a las descargas más requiere en 5 min, la la fase posreanimación
epinefrina dosis máxima en 24 h
no debe exceder 2,200
mg

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Dosis inicial: 1-1.5 Si la lidocaína es eficaz, iniciar


mg/kg IV, para FV o TV infusión IV continua 2-4 mg/min
inestable puede cuando el paciente ha retornado a
Lidocaína, 50 mg
repetirse 1-1.5 mg IV en un ritmo perfusorio (pero no usarla
o 100 mg en TV sin pulso o FV, no
3-5 min, dosis máxima 3 si este ritmo es idioventricular o un
jeringas de 5 ml, respuesta a las
mg/kg bloqueo de tercer grado con
bolsa descargas iniciales y
Puede administrarse escape idioventricular).
premezclada, 1 a las descargas más
también por vía La infusión continua debe
g/250 ml o 2 g/250 epinefrina
endotraqueal, 2-4 mg/kg comenzarse a 1 mg/min en los
ml
diluidos con solución pacientes con insuficiencia
salina normal hasta un cardiaca congestiva, hepatopatía
volumen total de 10 ml crónica o ancianos.

Administrar 1-2 g
Antiarrítmicos La medición de los niveles de
diluidos en 100 ml de
magnesio correlaciona solo en
dextrosa al 5 % IV en
forma aproximada con el nivel real
TV sin pulso o FV, no 1-2 min
de deficiencia.
Sulfato de respuesta a las La deficiencia corporal
Los pacientes con insuficiencia
magnesio, 500 descargas iniciales y total de magnesio debe
renal tienen riesgo de
mg/ml (frascos de a las descargas más sustituirse en forma
hipermagnesemia, usarlo con
2 y 10 ml) o epinefrina si se gradual después de que
precaución.
jeringa de 10 ml sospecha el paciente esté estable,
Los efectos adversos incluyen
hipomagnesemia administrar 0.5-1 g/h por
bradicardia, hipotensión, debilidad
3-6 h y después
generalizada y pérdida temporal
revalorar si es necesario
de los reflejos.
continuar

20-30 mg/min IV (hasta


50 mg/min si la situación
Administrar procainamida durante
es crítica), dosis
un ritmo perfusorio.
Procainamida, máxima de 17 mg/kg
Detener la administración de
100 mg/ml TV sin pulso o FV (pero se reduce a 12
procainamida cuando la arritmia
(inyección de 10 recurrente o mg/kg en caso de
se controle, ocurra hipotensión, el
ml), 500 mg/ml intermitente disfunción cardiaca o
QRS se ensanche > 50 % de su
(frasco de 2 ml) renal)
duración original o se administre la
La dosis de
dosis máxima.
mantenimiento es de
1-4 mg/min

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Para asistolia o AESP: 1


mg IV cada 3-5 min La dosis mínima en el adulto es
Asistolia o AESP (si hasta 3 mg de 0.5 mg.
Atropina, jeringa
Anticolinérgicos la velocidad del ritmo Puede administrarse por Evitar su uso en bloqueo cardiaco
con 1 mg en 10 ml
es baja) sonda ET: 2-3 mg de segundo grado tipo II o de
diluidos en 10 ml de tercer grado.
solución salina normal

En pacientes hipercalémicos no
Hipercalemia dependientes de diálisis el
Tratamiento de la
significativa bicarbonato es muy útil si existe
hipercalemia: 50 mEq IV
Acidosis metabólica también acidosis metabólica, este
Acidosis metabólica: 1
significativa que no medicamento es menos eficaz en
mEq/kg en bolo IV lento,
responde a RCP, pacientes con insuficiencia renal
Bicarbonato, repetir la mitad de la
oxigenación y dependiente de diálisis. El uso de
jeringa con 50 dosis inicial en 10 min,
ventilación óptimas bicarbonato en el manejo de la
mEq en 50 ml idealmente deben
Ciertas sobredosis de acidosis metabólica en pacientes
usarse GSA para guiar
medicamentos, con paro cardiaco es motivo de
el tratamiento posterior
incluyendo controversia.
Diversos Usar si hay sobredosis:
antidepresivos Los efectos adversos incluyen
discutir con el toxicólogo
tricíclicos y aspirina sobrecarga de sodio, hipocalemia
y alcalosis metabólica.

Hipercalemia En hipercalemia: 5-10 No usar si se sospecha que la


significativa ml en bolo IV lento, causa de la hipercalemia es
Cloruro de calcio, Sobredosis de puede repetirse en caso intoxicación aguda por digoxina.
jeringa prellenada bloqueadores de los necesario No combinar en la misma línea IV
con 100 mg/ml en canales del calcio En sobredosis por que el bicarbonato de sodio.
10 ml Hipocalcemia bloqueadores de los El cloruro de calcio no es un
profunda por otras canales del calcio: medicamento que se use de rutina
causas discutir con el toxicólogo en el paro cardiaco.

Nota: Todos los medicamentos usados durante el parocardiaco cuando se administran por una vía venosa periféricaen una extremidad deben ir
seguidos de un bolo de 20 ml de soluciónsalina y elevación de la extremidad por 10 a 20 seg.
GSA- gases en sangre arterial ET- endotraqueal AESP- actividad eléctrica sin pulso FV- fibrilaciónventricular TV- taquicardia ventricular

RESULTADO DE LA REANIMACIÓN

Cuando cada paso de la cadena descrita se logra en forma rápida y secuencial el paciente tendrá una oportunidad

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óptima para recuperar la circulación espontánea.19-22 En los Estados Unidos comunidades individuales reportan tasas de
supervivencia de 4 a 33 % o más en los casos de muerte cardiaca súbita.23-27 Las víctimas de FV fuera del hospital
tienen tasas de supervivencia hasta ser dados de alta del hospital mayores a 50 % cuando se usa un DEA en forma
rápida.28 Sin embargo, muchos otros factores influyen en la supervivencia del paciente, incluyendo si había un testigo en
el momento del paro, el ritmo asociado al paro cardiaco y las enfermedades subyacentes.29,30 Por ejemplo, en los
pacientes hospitalizados que sufren paro cardiaco las tasas de supervivencia global varían de 9 a 32 %,31-37 pero en un
estudio la supervivencia hasta el alta hospitalaria fue de 30 % en los pacientes con cardiopatía, 15 % en los pacientes
con enfermedades infecciosas y solo 8 % en los pacientes con enfermedades en fase terminal (v.gr., cáncer,
enfermedad pulmonar, insuficiencia hepática o renal).38

Estas estadísticas destacan la importancia de usar la reanimación cardiaca en forma apropiada y con discriminación. La
reanimación cardiaca proporciona a los rescatistas una herramienta poderosa que salva la vida de miles de personas
cada año. Estas técnicas son capaces de ayudar a pacientes que de otra manera terminarían una vida productiva y con
sentido. Sin embargo, la reanimación cardiaca no debe emplearse para revertir la muerte oportuna y natural. En esas
circunstancias puede prolongar el proceso de muerte y aumentar el sufrimiento humano. Todos los profesionistas de la
salud deben recordar que "la muerte no es lo opuesto a la vida, la muerte es lo opuesto al nacimiento. Ambos son
aspectos de la vida."39 Es la muerte no oportuna la que requiere de intervención inmediata con reanimación cardiaca
bien conducida.

Evaluación primaria y secundaria en la reanimación cardiaca

La reanimación cardiaca es un evento estresante para toda persona que se involucre. Con demasiada frecuencia el paro
cardiaco en un hospital y su manejo constituye un episodio de caos en las vidas ocupadas de los residentes y médicos a
cargo. Se ha afirmado que un buen equipo de reanimación debe funcionar como una orquesta sinfónica.40 Para lograr
estos niveles de destreza se requiere de práctica individual y en equipo y de un código cuidadoso de organización. La
maestría en la reanimación cardiaca es en realidad una destreza que requiere entrenamiento periódico en el apoyo
cardiaco vital avanzado (ACLS), práctica y revisión regular, liderazgo y desarrollo de un equipo. Sus elementos clave
incluyen no solo a la reanimación en sí, sino la respuesta ante el anuncio de un código, la estabilización del paciente
posreanimación y la notificación a la familia y al médico tratante. Para ayudar a los médicos a aprender y aplicar algunas
de las técnicas indispensables usadas en la reanimación cardiaca en forma más fácil y eficaz, la American Heart
Association (AHA, Asociación Americana del Corazón, n. del t.)) ha desarrollado los conceptos de evaluación primaria y
secundaria de un paciente con paro cardiaco no traumático.41
EVALUACIÓN PRIMARIA

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La evaluación primaria de la víctima de un paro cardiaco consiste en la revisión de la vía aérea del paciente (A), la
respiración (B) y la circulación (C), y de la aplicación simultánea de RCP experta y hasta que pueda administrarse
desfibrilación (D) (suponiendo que el paciente tiene TV sin pulso o FV). Por lo tanto, la evaluación primaria incluye al
segundo y tercer eslabón en la cadena de supervivencia (ver antes). En 1958 Kouwenhoven observó que cuando su
residente aplicó electrodos de desfibrilación externa con fuerza en el tórax de un perro en su laboratorio, ocurrió una
onda de presión arterial.42 Estudios posteriores y el refinamiento de la técnica llevaron a la técnica de RCP en tórax
cerrado, cuya descripción cuidadosa se publicó en 1960.43 El primer reporte sobre el uso de esta técnica en pacientes
fue en 1961.44 Desde estos días iniciales, los fundamentos de la RCP en tórax cerrado han permanecido prácticamente
sin cambio. La ventilación boca a boca, boca a mascarilla o con mascarilla y ambú oxigenan la sangre. Las
compresiones del tórax producen un flujo sanguíneo anterógrado. Este flujo parece deberse a la combinación de la
compresión directa del corazón y de cambios en la presión intratorácica.45,46

La RCP aislada no desfibrila el corazón. Su principal beneficio consiste en prolongar la viabilidad del paciente hasta que
se disponga de un desfibrilador y de intervenciones avanzadas que restituyan con éxito la circulación espontánea en el
paciente. La RCP no es tan eficaz como la contracción cardiaca, puede generarse una presión arterial sistólica máxima
de 60 a 80 mm Hg, pero la presión diastólica permanece muy baja y el gasto cardiaco es de solo el 25 a 30 % del normal
en condiciones óptimas.47 A pesar de ello, la RCP eficaz es crítica para mantener vivo al paciente. Es importante
recordar que los rescatistas más valiosos durante la reanimación cardiaca son los que realizan una RCP en forma
experta porque es por sus esfuerzos que el corazón y cerebro del paciente se mantienen viables hasta que la
desfibrilación y otras intervenciones avanzadas puedan restablecer la circulación espontánea.

Después de que se confirma que el paciente no responde, se activa el sistema de emergencia médica y se solicita un
DEA, se realiza la evaluación primaria (A, B, C y D) como se describe a continuación.

Optimización de la vía aérea

Debe abrirse la boca del paciente y optimizar la vía aérea usando la maniobra de inclinar la cabeza y levantar la barbilla.
Puede usarse la maniobra de empujar la mandíbula en lugar de la técnica de inclinar la cabeza si se sospecha lesión de
la columna cervical. Debe recordarse que en los pacientes con sospecha de lesión cervical debe mantenerse la
alineación adecuada de la columna durante todas las fases de la reanimación. En estos casos, en cuento se cuente con
el equipo adecuado, se movilizará al paciente con una camilla de transporte, un collarín duro, fijación adecuada
alrededor de la cabeza del paciente para evitar el movimiento y fijación del paciente a la camilla. 48

Evaluación de la respiración

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Para evaluar la respiración el rescatista debe colocar su mejilla cerca de la boca del paciente y ver, escuchar y sentir la
respiración del paciente. Si las respiraciones son agónicas o el paciente está en apnea el rescatista administrará dos
respiraciones iniciales. Cada respiración debe administrarse en 1.5 a 2.0 segundos. El tórax del paciente deberá
elevarse con cada respiración y se permitirá la exhalación entre las mismas. Las respiraciones se administrarán usando
técnica de boca a boca con precauciones de barrera adecuadas (se oprimirá la nariz del paciente si se usa la técnica
boca a boca), o con una técnica boca a mascarilla. El equipo ideal, cuando se tiene, es una mascarilla con ambú
conectada a una fuente de oxígeno a flujo alto, esto permite administrar una cantidad sustancialmente alta de oxígeno al
paciente. Si el paciente no puede ser ventilado se recoloca la vía aérea y se intenta de nuevo la técnica. Si aún está
obstruida la vía aérea, se administran hasta cinco compresiones abdominales, seguidas de limpieza con el dedo de la
orofaringe, y se reintenta la ventilación. La intervención definitiva y en un hospital para la vía aérea obstruida puede
incluir visualización con laringoscopio para retirar el cuerpo extraño. Si no puede establecerse una vía aérea por
métodos menos invasores, se requerirá una cricotirotomía.

Inicio de la RCP

Debe revisarse el pulso carotídeo, pero no por más de 10 segundos. (La AHA no recomienda ya que los rescatistas que
no sean profesionistas de la salud revisen el pulso. 49 En lugar de ello, los rescatistas no médicos deben iniciar
compresiones torácicas si el paciente no respira, tose o se mueve después de las dos respiraciones iniciales). Si el
paciente no tiene pulso carotídeo se iniciarán las compresiones torácicas. El paciente debe estar sobre una superficie
firme y se coloca el talón de la mano del rescatista en el centro de la mitad inferior del esternón del paciente (pero por
arriba del apéndice xifoides). La otra mano del rescatista se coloca sobre la mano inferior, con los dedos entrelazados.

Los brazos del rescatista deberán estar rectos y la fuerza de cada compresión debe provenir del tronco del rescatista. En
los pacientes mayores de 8 años el esternón debe comprimirse con suavidad de 1.5 a 2 pulgadas y después liberarse.
La duración del ciclo compresión-liberación debe dividirse en igual proporción entre la compresión y la liberación. La
velocidad de las compresiones debe ser de 100/min. El tórax debe recuperar su dimensión previa entre las
compresiones, pero la palma del rescatista cercana al paciente debe mantenerse en contacto con el esternón.

En los pacientes no intubados las compresiones torácicas se interrumpen en forma regular por las ventilaciones. La
secuencia es la misma, independientemente de si se realiza RCP con uno o dos rescatistas: el rescatista administra 15
compresiones, se detiene para dar dos respiraciones (cada una de 1.5 a 2 segundos) y reanuda las compresiones. En
los pacientes con intubación endotraqueal la compresión y la ventilación no se sincronizan, cada 5 segundos se
administra una ventilación en un periodo de 2 segundos, mientras que las compresiones continúan sin pausa. 18

Aún es motivo de investigación el momento óptimo y la relación entre ventilaciones y compresiones en la RCP, y es

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posible que se hagan cambios a las recomendaciones actuales. Por ejemplo, en el modelo porcino se logró una
evaluación neurológica óptima con el uso de solo compresiones durante los primeros 4 minutos, seguido de una relación
compresión-ventilación de 100:2.50 En el ámbito prehospitalario, cuando se dispondrá de atención avanzada en minutos,
el inicio de ventilación boca a boca combinada con compresiones torácicas no es mejor que solo las compresiones
torácicas. 51

Es crucial que la RCP tenga una buena técnica. Debe existir pulso carotídeo al comprimir el tórax y ruidos respiratorios y
movimiento torácico adecuados con las ventilaciones. Es interesante que los pulsos femorales no necesariamente
indican una RCP eficaz. Con frecuencia estas pulsaciones son venosas, más que arteriales. Cuando es práctico deben
medirse los niveles de bióxido de carbono al final del volumen corriente. Los niveles más altos correlacionan con una
RCP más eficaz y mayor supervivencia posterior.52 El paciente debe ser revalorado en busca de recuperación de la
circulación espontánea cada 1 a 3 minutos [ver tabla 1].

Desfibrilación

Cuando llega el DEA, este se fija al paciente, se analiza el ritmo y, si el paciente tiene TV sin pulso o FV, se administra la
desfibrilación [ver tablas 2 y 3].

La desfibrilación actúa en forma simultánea despolarizando una masa suficiente de miocitos cardiacos de modo que el
tejido cardiaco cercano a la onda de TV o FV sea refractario a la conducción eléctrica. Subsecuentemente el nodo
sinusal u otro marcapaso apropiado del corazón con automaticidad inherente pueden retomar una
despolarización-repolarización ordenada, con retorno a un ritmo que produzca perfusión.15,53 Mientras más pronto se
lleve a cabo la desfibrilación, mayor posibilidad de reanimación. Cuando se proporciona inmediatamente después del
inicio de la FC el éxito de la desfibrilación es muy alto.54 En un estudio de pacientes con paro cardiaco súbito en casinos
de juego de Nevada, la tasa de supervivencia hasta el alta del hospital fue de 74 % para los pacientes que recibieron la
primera desfibrilación no más de 3 minutos después del paro con testigos.28 En este estudio la desfibrilación se
administró por medio de un DEA operado por oficiales de seguridad de los casinos.

La desfibrilación pronta es tan importante que si existe un desfibrilador disponible, su uso tiene prioridad sobre la RCP
para pacientes con TV sin pulso o FV. Si la RCP ya se está realizando, debe detenerse mientras se administra la
descarga. Los nuevos desfibriladores pueden compensar la impedancia torácica, asegurando que el nivel seleccionado
de energía sea en realidad la energía administrada al tejido miocárdico. Además, los desfibriladores que administran
ondas bifásicas en lugar de las ondas monofásicas sinusoidales permiten una desfibrilación eficaz con niveles más bajos
de energía (<200 joules) y sin necesidad de aumentar el nivel de energía durante las descargas subsecuentes.15,55-58 En
el Estudio de Respuesta Optima al Paro Cardiaco (ORCA), que incluyó 115 pacientes con FV extrahospitalaria, el DEA

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de ondas bifásicas de 150 joules fue superior al DEA monofásico tradicional de alta energía en cuatro aspectos: produjo
una desfibrilación exitosa con la primera descarga (96 contra 59 %), permitió mayor tasa de éxito final con la
desfibrilación (100 contra 84 %), se asoció con mayor frecuencia de regreso a la circulación espontánea (76 contra 54
%) y su uso se asoció con mayor tasa de buena función cerebral en los sobrevivientes (87 contra 53 %). 59 Sin embargo,
no se encontraron diferencias en términos de supervivencia hasta el ingreso al hospital o el alta del mismo. Los
lineamientos actuales del AHA indican que los desfibriladores de onda bifásica y energía baja son seguros y tienen una
eficacia equivalente o mayor para terminar la FV, comparado con los desfibriladores estándar de onda monofásica.15,49

La investigación actual sugiere que la duración de la FV debe ser una consideración al decidir si desfibrilar de inmediato
y tan pronto como esté disponible el desfibrilador o realizar RCP durante un periodo breve para "preparar la bomba"
antes de desfibrilar. En el modelo porcino, en caso de FV prolongada (> 10 minutos) la RCP previa a la descarga
proporciona varios beneficios fisiológicos.60 Los estudios han encontrado que los pacientes con FV de más de 5 minutos
de duración tienen mejor retorno a la circulación espontánea, supervivencia hasta el alta hospitalaria y supervivencia a 1
año si el personal de la ambulancia proporciona 3 minutos de RCP antes de aplicar la desfibrilación que si se aplica la
desfibrilación inmediatamente después de arribar a la escena. Sin embargo, algunos expertos cuestionan la validez de
estos resultados por el diseño del estudio.61,62
EVALUACIÓN SECUNDARIA

La evaluación secundaria de una víctima de un paro cardiaco persistente tiene lugar después de terminar la evaluación
primaria. Como la evaluación primaria, la secundaria sigue un formato ABCD, que en este caso consiste en
intervenciones avanzadas para la vía aérea (A), oxigenación y ventilación óptimas por medio de la colocación de una
sonda endotraqueal (ET) y revaloración repetida de lo adecuado de las respiraciones administradas (B), acceso
intravenoso y administración de los medicamentos adecuados en la circulación del paciente (C) y tratamiento definitivo
(D), que depende de considerar el diagnóstico diferencial del proceso que pudo causar o contribuir al paro cardiaco. La
evaluación secundaria incluye el cuarto eslabón en la cadena de supervivencia, la atención avanzada rápida (ver antes).

Colocación de una vía aérea óptima

Los pacientes que permanecen en paro cardiaco después de terminar la evaluación primaria requieren de una vía aérea
óptima. Dependiendo de las circunstancias y de la experiencia de los rescatistas, esta vía aérea puede ser una
mascarilla laríngea, un Combitube esófago-traqueal (una sonda traqueal unida lado por lado a un obturador esofágico) o
una sonda ET.36,63,64 La mascarilla y el Combitube pueden ser colocados por personal con menos entrenamiento del
requerido para intubar a un paciente y no requieren de equipo especial para visualizar las cuerdas vocales. Sin embargo,
en general se prefiere la intubación como técnica avanzada para la atención de la vía aérea en la reanimación cardiaca,

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en especial en el medio hospitalario, en donde generalmente se cuenta con personal experimentado para intubar. En el
ámbito prehospitalario, las evidencias para apoyar la intubación endotraqueal aún son inconsistentes. La intubación
endotraqueal aísla la vía aérea, mantiene su permeabilidad, ayuda a proteger la tráquea del riesgo siempre presente de
aspiración, permite una oxigenación y ventilación óptima, permite la succión traqueal e incluso proporciona una vía para
administrar algunos medicamentos a la circulación sistémica (a través de la circulación pulmonar) si no logra obtenerse
un acceso venoso o éste se pierde.63

Optimización de la respiración y la ventilación

Cuando un paciente en paro cardiaco es intubado debe confirmarse de inmediato la posición correcta de la sonda y
reconfirmarse este dato en forma periódica durante y después de la reanimación [ver tabla 5]. Se recomienda el uso
rutinario de un detector esofágico o un detector de CO2 al final del volumen corriente, junto con el examen cuidadoso del
paciente. Es necesario tener precaución con los detectores cualitativos colorimétricos de CO 2 al final del volumen
corriente porque se han demostrado resultados tanto falsos positivos como negativos durante el paro cardiaco.65 Deben
existir ruidos respiratorios a la auscultación en las paredes anterior y lateral del tórax y el tórax del paciente debe
elevarse y descender durante las ventilación. No deben escucharse borborigmos cuando se ausculte el epigastrio. La
sonda ET debe insertarse hasta la marca adecuada: 21 cm en la comisura de la boca en la mujer adulta promedio y 23
cm en el varón adulto. El color de la piel del paciente debe ser razonable (i.e., no cetrino o cianótico), siempre y cuando
la pigmentación del paciente permite esta evaluación.

Tabla 5 Confirmación de la colocación de la sonda endotraqueal

Proceso de intubación
Se visualizan las cuerdas vocales
Se pasa la punta de la sonda ET a través de las cuerdas
Se pasa el manguito de la sonda ET a través de las cuerdas alrededor
de 1 cm
Revisión posintubación
Un equipo detector esofágico o un detector de CO2 al final del volumen
corriente confirma que la sonda ET está colocada en la tráquea
Los ruidos respiratorios son simétricos (se auscultan en la cara
ánterolateral del tórax y en la línea medioaxilar bilateral)
No existen borborigmos al auscultar sobre el epigastrio

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El tórax del paciente se eleva y baja en forma adecuada con la


ventilación
La profundidad de la sonda ET es adecuada: 21 cm en el ángulo de la
boca para la mujer adulta y 23 cm en el varón adulto
Se asegura la sonda ET para evitar que se mueva
Revalorar lo adecuado de la oxigenación y la ventilación durante toda la
reanimación (evaluación al lado de la cama del paciente, si es posible
obtener GSA)
Posreanimación debe solicitarse una tele de tórax

GSA- gases en sangre arterial ET- endotraqueal

Una vez confirmada la posición correcta, la sonda ET debe asegurarse para evitar que se mueva. Cuando es posible se
medirán gases en sangre arterial (GSA) para confirmar lo adecuado de la oxigenación y la ventilación durante el proceso
de reanimación.

Acceso circulatorio

Es obligatorio contar con un acceso a la circulación venosa del paciente, este puede lograrse por un miembro del equipo
mientras otros rescatistas realizan los pasos A y B de la evaluación secundaria. Idealmente se coloca un catéter
intravenoso largo en una vena de la extremidad superior o en la vena yugular externa para optimizar el aporte de
medicamentos. Si no puede colocarse una línea periférica otras opciones incluyen colocar una línea central a través de
la yugular interna, la subclavia (por abordaje supraclavicular) o, menos adecuado, la vena femoral. Incluso es posible
establecer un acceso intraóseo (el acceso intraóseo es común en pacientes pediátricos, pero se emplea poco en
adultos). Es útil recordar, como ya se mencionó, que algunos medicamentos importantes para la reanimación puede
administrarse a través de la sonda ET en casos en que no se cuente con un acceso intravenoso. Entre estos se incluyen
naloxona, atropina, vasopresina, epinefrina y lidocaína (la nemotecnia para ellos es NAVEL).

Los medicamentos empleados en forma habitual en la reanimación cardiaca pueden agruparse en las siguientes
categorías generales: vasopresores (epinefrina y vasopresina), antiarrítmicos (amiodarona, lidocaína, magnesio y
procainamida), agentes anticolinérgicos (atropina si el paciente está en asistolia o si la AESP es lenta) y fármacos
diversos usados para tratar problemas específicos que contribuyen al estado de paro, como bicarbonato de sodio (para
la acidosis metabólica severa, la hipercalemia y ciertas sobredosis de medicamentos) y cloruro de calcio (para
hipercalemia, sobredosis de bloqueadores de los canales del calcio o hipocalcemia severa) [ver tabla 4].

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Las personas en paro cardiaco (que puede deberse a TV sin pulso, FV, AESP o asistolia) deben recibir 1 mg de
epinefrina intravenosa cada 3 a 5 minutos mientras permanezcan sin pulso. La epinefrina estimula los receptores
adrenérgicos, lo que causa vasoconstricción y optimización del flujo sanguíneo generado por la RCP al corazón y
cerebro. En los pacientes con TV sin pulso o FV, la vasopresina (40 unidades IV en una sola ocasión) es una alternativa
razonable a la epinefrina, por lo menos al inicio. La vasopresina, en la dosis recomendada, es un vasoconstrictor
potente. También tiene la ventaja teórica sobre la epinefrina de no aumentar el consumo miocárdico de oxígeno o la
producción de lactato en el corazón en paro.66 Sin embargo, a pesar de sus ventajas potenciales, un estudio reciente de
200 pacientes hospitalizados con paro cardiaco no encontró diferencia en la supervivencia entre los que recibieron
vasopresina y los que recibieron epinefrina.67 También se encontró que la vasopresina es comparable a la epinefrina en
el manejo del paro cardiaco fuera del hospital cuando el ritmo fue FV o AESP pero fue mejor que la epinefrina para los
pacientes en asistolia.68,69

Durante la RCP la aplicación de medicamentos por el catéter intravenoso debe ir seguido de un bolo de 20 ml de
solución salina. Si el catéter está en una vena periférica, la extremidad debe elevarse por 10 a 15 segundos para
aumentar la llegada del medicamento a la circulación central. Esto es especialmente importante por el bajo estado de
flujo en la RCP a tórax cerrado.

Diagnóstico diferencial y atención definitiva

La parte más difícil de la evaluación secundaria y en general de la reanimación cardiaca ocurre cuando no se restablece
la circulación espontánea a pesar de las intervenciones apropiadas. Esta situación obliga a los rescatistas a hacerse la
siguiente pregunta crucial: ¿Por qué está muriendo el paciente? El reto intelectual ante tal pregunta, que los rescatistas
deben tratar de contestar en forma rápida y en el lecho del paciente, se complica por la intensidad emocional que
acompaña al momento de la reanimación cardiaca.

Los problemas susceptibles de solución que pueden interferir con la reanimación se agrupan en tres categorías
generales: técnicas [ver tabla 6], fisiológicas y anatómicas [ver tabla 7]. Los problemas técnicos consisten en dificultades
con el equipo o destrezas de la reanimación, como RCP ineficaz, oxigenación y ventilación inadecuadas, problemas con
la sonda ET, dificultades con el acceso venoso y disfunción o mal uso del monitor-desfibrilador. Los problemas
fisiológicos y anatómicos incluyen condiciones graves pero potencialmente tratables que pudieron haber causado en
principio el paro cardiaco. La distinción entre fisiología y anatomía es un tanto artificial porque la fisiología siempre
participa en el paro cardiaco, pero tiene utilidad desde el punto de vista académico y de solución de problemas. Los
problemas fisiológicos clásicamente incluyen hipoxia, acidosis, hipercalemia, hipocalemia severa, hipotermia y
sobredosis de medicamentos. Los problemas anatómicos son hipovolemia/hemorragia, neumotórax a tensión,

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tamponade cardiaco, infarto al miocardio y embolia pulmonar.41

Tabla 6 Problemas técnicos que pueden impedir una reanimación exitosa

Pacientes en
Problema Recomendaciones
riesgo

Asegurar una RCP técnicamente perfecta.

Confirmar que existen pulsos carotídeos con la RCP.

Todos los Si se colocó una línea arterial antes del paro, confirmar una onda arterial
RCP ineficaz pacientes en adecuada con la RCP en la línea arterial del monitor.
paro cardiaco
Vigilar la CO2 al final del volumen corriente cuando está disponible (los niveles
altos correlacionan con mejor RCP y mayor supervivencia del paciente).

Confirmar una oxigenación adecuada cuando se cuente con GSA.

Asegurar una posición y control óptimos de la vía aérea.

Succionar de inmediato las secreciones faríngeas y de vías respiratorias.

Usar una mascarilla que se adapte y selle en forma adecuada para la ventilación
con mascarilla y ambú hasta que se establezca la vía aérea definitiva.

Aplicar presión cricoidea para evitar distensión gástrica durante la ventilación con
mascarilla y ambú hasta que se establezca la vía aérea definitiva.
Oxigenación y Todos los
ventilación pacientes en Asegurarse que se administra oxígeno suplementario a 15 L/min.
inadecuadas paro cardiaco Administrar un volumen corriente adecuado por ventilación (6-7 ml/kg si se cuenta
con oxígeno) a una velocidad de 12-15 respiraciones/min.

Confirmar ruidos respiratorios bilaterales y simétricos con la ventilación.

Confirmar que el tórax del paciente se eleva con cada ventilación.

Permitir un tiempo adecuado de exhalación entre las ventilaciones.

Confirmar una oxigenación y ventilación óptima cuando puedan realizarse GSA.

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Permitir un intento <20-30 seg para la intubación.

El rescatista debe visualizar la punta de la sonda ET y pasar el manguito entre las


cuerdas vocales al intubar.
Todos los
Después de la intubación debe confirmarse la colocación correcta de la sonda y
Dificultades con la pacientes
reconfirmarse ésta periódicamente durante la reanimación.
sonda ET intubados con
una sonda ET Confirmar lo adecuado de la oxigenación y ventilación con GSA.

Después de la intubación considerar colocar una sonda nasogástrica para


descomprimir el estómago y optimizar el movimiento del diafragma con la
ventilación.

Colocar uno o más catéteres número 18 o mayores en la vena antecubital o


yugular externa.

Revisar que no existe infiltración IV en forma regular durante la reanimación.

Administrar un bolo de 20 ml de solución salina después de todos los


medicamentos aplicados a través de la vía IV periférica y elevar la extremidad por
10-15 seg (si es posible).

Considerar colocar una línea central si se prolonga la reanimación.


Todos los Estar atento a todas las infusiones IV que recibe el paciente.
Dificultades con la
pacientes en
línea intravenosa
paro cardiaco Suspender todos los medicamentos no indispensables que se hayan iniciado
antes del paro cardiaco.

Durante la reanimación las únicas infusiones que el paciente debe recibir son
solución salina, derivados de la sangre (si están clínicamente indicados) y los
medicamentos necesarios para ayudar al retorno de la circulación espontánea.

Los catéteres en la arteria pulmonar y las líneas centrales actúan en ocasiones


como un foco arritmogénico dentro del ventrículo derecho. Si es aplicable,
desinflar todos los balones y retirar el catéter a una posición en la vena cava
superior.

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Estar seguro de que el botón de Modo de Sincronización esta en la posición de


apagado al desfibrilar a los pacientes con TV o FV.

Asegurarse de que la electricidad no haga arco en el tórax del paciente por


sudoración o esparcimientos del gel conductor, secar el tórax del paciente con
una toalla excepto en las zonas directamente por debajo de las paletas o
electrodos.

No administrar la descarga a través de pasta o parches de nitroglicerina.


Todos los
Dificultades con el Si el paciente tiene un cardiovertor-desfibrilador interno (CDI) o un marcapaso,
pacientes en
monitor-desfibrilador debe desfibrilarse en forma manual pero no se aplicará la descarga directamente
paro cardiaco
sobre el equipo interno. En este caso las paletas deben colocarse por lo menos 1
pulgada alejada del equipo interno. Si el CDI está disparando en forma
intermitente pero no desfibrila al paciente y si se piensa que está interfiriendo con
la reanimación, debe apagarse con un magneto, de modo que se realice la
desfibrilación manual sin interferencia.

Maximizar la imagen del electrocardiograma y revisar el ritmo en varias


derivaciones (o cambiar el eje de las paletas y leer el ritmo en el modo Paletas)
para confirmar que existe asistolia si éste parece ser el ritmo inicial.

GSA- gases en sangre arterial ET- endotraqueal FV- fibrilación ventricular TV- taquicardia ventricular

Tabla 7 Condiciones potencialmente tratables que pueden causar o contribuir al paro cardiaco3

Condición Circunstancia clínica Diagnóstico y acciones correctivas

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Obtener GSA de inmediato.

Revalorar la calidad técnica de la RCP, la


oxigenación y la ventilación.

Confirmar la colocación correcta de la sonda


Acidosis previa, diabetes, diarrea, fármacos,
endotraqueal.
Acidosis toxinas, reanimación prolongada, enfermedad
renal, choque Hiperventilar al paciente (PaCO2 de 30-35 mm Hg)
para compensar en parte la acidosis metabólica.

Si el pH < 7.2 a pesar de las intervenciones


previas, considerar administrar un bolo lento de
bicarbonato de sodio, 1 mEq/kg IV.

Iniciar reanimación con grandes volúmenes de


cristaloides IV.

Confirmar el diagnóstico con un ecocardiograma


Diátesis hemorrágica, neoplasias, pericarditis, portátil, si es posible.
Tamponade
poscirugía cardiaca, posinfarto al miocardio, Realizar pericardiocentesis.
cardiaco
traumatismo
Es adecuada la intervención quirúrgica inmediata si
la pericardiocentesis no es útil y se sabe o
sospecha en forma intensa que existe tamponade
cardiaco.

Considerar las circunstancias clínicas y obtener un


Insuficiencia suprarrenal, abuso de alcohol, destrostix o medición de glucemia de inmediato
sobredosis de aspirina, diabetes, fármacos, (puede obtenerse de la muestra de GSA).
Hipoglucemia
toxinas, hepatopatía, enfermedad renal, sepsis, Si la glucosa < 60 mg/dl, tratar: 50 ml = 25 g de
ciertos tumores dextrosa al 50 % IV. Vigilar los niveles de glucosa
postratamiento. *

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Obtener el nivel de magnesio de inmediato.


Abuso de alcohol, quemaduras, cetoacidosis
Tratar: 1-2 mg de sulfato de magnesio IV en 2 min.
diabética, diarrea severa, diuréticos, fármacos
Hipomagnesemia
(v.gr., cisplatino, ciclosporina, pentamidina), Vigilar los niveles de magnesio en forma periódica
malabsorción, poca ingesta, tirotoxicosis por que la concentración en sangre correlaciona
poco con la deficiencia corporal total.

Obtener la temperatura central.

Si existe hipotermia severa (< 30 °C), limitar las


Abuso de alcohol, quemaduras, afección del descargas iniciales para TV sin pulso o FV a tres,
sistema nervioso central, pacientes debilitados y iniciar el calentamiento interno activo y el apoyo
ancianos, ahogamiento, fármacos, toxinas, cardiopulmonar y esperar antes de administrar más
Hipotermia enfermedad endócrina, historia de exposición al medicamentos o descargas hasta que la
ambiente exterior, pobreza, lesiones cutáneas temperatura central sea > 30 °C.+
extensas, enfermedad de la médula espinal,
traumatismo Si la hipotermia es moderada (30-34 °C), continuar
la reanimación (espaciar los medicamentos a
intervalos mayores de lo habitual) realizar
calentamiento pasivo y activo en el tronco.

Iniciar reanimación con volúmenes grandes de


cristaloides IV.

Obtener la concentración de hemoglobina de la


muestra de GSA.

Transfundir urgente un paquete de eritrocitos (tipo


Quemaduras severas, diabetes, pérdidas O negativo si no se tienen pruebas cruzadas) si
Hipovolemia,
gastrointestinales, hemorragia, diátesis existe hemorragia o anemia severa que estén
hemorragia,
hemorrágica, neoplasias, embarazo, choque, contribuyendo al paro.
anemia
traumatismo
Consultar al especialista en urgencias para la
atención definitiva.

Realizar toracotomía de urgencia con masaje a


corazón abierto si existe gente capacitada para ello
en el paciente con traumatismo penetrante y paro
cardiaco.

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Revalorar la calidad técnica de la RCP, de la


oxigenación y de la ventilación.
Todos los pacientes en paro cardiaco están en
Hipoxia Confirmar la posición correcta de la sonda ET.
riesgo
Obtener GSA para confirmar una oxigenación y
ventilación adecuadas.

Revisar las manifestaciones y el ECG previos al


paro.
Considerarlo en todos los pacientes en paro
cardiaco, en especial los que tienen factores de Continuar el algoritmo de reanimación, administrar
Infarto al miocardio riesgo para enfermedad coronaria, historia de atención definitiva según sea adecuado para las
cardiopatía isquémica o cuadro clínico previo al circunstancias inmediatas (v.gr., terapia
paro de síndrome coronario agudo trombolítica, cateterismo cardiaco/reperfusión
coronaria, equipo de asistencia circulatoria,
derivación cardiopulmonar urgente).

Considerar el cuadro clínico y las circunstancias,


proporcionar atención de apoyo cuidadosa.

Abuso de alcohol, comportamiento bizarro o Consultar en forma urgente a un toxicólogo (del


manifestaciones metabólicas, síndrome tóxico centro regional de intoxicaciones) para orientación
Intoxicación clásico, exposición laboral o industrial, historia sobre la atención de reanimación y definitiva,
de ingestión, abuso de muchas sustancias, incluyendo el uso apropiado de antídotos.
enfermedad psiquiátrica
Son adecuados los esfuerzos prolongados de
reanimación. Si es posible debe considerarse una
derivación cardiopulmonar inmediata.

Obtener el nivel de potasio sérico de la muestra de


GSA.

Acidosis metabólica, administración excesiva, Tratamiento: cloruro de calcio al 10 % (bolo IV lento


fármacos y toxinas, ejercicio vigoroso, hemólisis, de 5-10 ml [no usar si la hipercalemia es
Hipercalemia secundaria a intoxicación digitálica], seguido de
nefropatía, rabdomiolisis, síndrome de lisis
tumoral, lesión tisular significativa glucosa e insulina (50 ml de dextrosa al 50 % y 10
U de insulina regular IV), bicarbonato de sodio (50
mEq IV), albuterol (15-20 mg nebulizados o 0.5 mg
en infusión IV).++

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Obtener el nivel de potasio sérico de la muestra de


Abuso de alcohol, diabetes, uso de diuréticos, GSA.
fármacos y toxinas, pérdidas gastrointestinales
Hipocalemia importantes, hipomagnesemia, estados de Si existe hipocalemia importante (K+ < 2-2.5
exceso de mineralocorticoides, alcalosis mEq/L) que esté contribuyendo al paro cardiaco,
metabólica iniciar sustitución IV urgente (2 mEq/min IV por
cada 10-15 mEq) después revalorar.§

Revisar las circunstancias clínicas previas al paro,


iniciar reanimación apropiada con cristaloides IV y
administrar vasopresores si es necesario.

Intentar confirmar el diagnóstico en forma urgente,


Pacientes hospitalizados, procedimiento dependiendo de la disponibilidad y de las
quirúrgico reciente, periparto, factores de riesgo circunstancias clínicas, considerar la derivación
Embolia pulmonar conocidos para tromboembolia venosa (TEV), cardiopulmonar para mantener vivo al paciente.
historia de TEV, presentación preparo
compatible con embolia pulmonar aguda Continuar el algoritmo de reanimación, proceder
con el tratamiento definitivo (terapia trombolítica,
embolectomía por radiología intervensionista o
trombectomía quirúrgica) según sea apropiado
para las circunstancias inmediatas y si están
disponibles.

Considerar los riesgos y la presentación clínica


Poscolocación de catéter central, ventilación (historia previa, ruidos respiratorios, venas del
Neumotórax a mecánica, enfermedad pulmonar (incluyendo cuello, desviación traqueal).
tensión asma, EPOC, neumonía necrosante),
postoracocentesis, traumatismo Realizar descompresión urgente con una aguja,
seguido de inserción de una sonda pleural.

* La hipoglucemia no detectada puede causar daño neurológico significativo y poner en peligro la vida, pero es apropiado
administrar la glucosa IV con cuidado durante el paro cardiaco porque existen evidencias que indican que la hiperglucemia
puede contribuir a menor recuperación neurológica en los pacientes que sobreviven al paro cardiaco.
+ El calentamiento interno activo o central consiste en oxígeno humidificado y caliente (42-46 °C) administrado a través de la
sonda ET, líquidos IV calientes, lavado peritoneal, sondas de calentamiento esofágico, lavado vesical y calentamiento
extracorpóreo. El calentamiento activo externo incluye camas calientes, botellas de agua caliente, compresas y radiadores
aplicados en forma externa al paciente.
++ No se requiere glucosa al inicio si el paciente ya tiene hiperglucemia, pero la glucemia debe vigilarse en forma cuidadosa
después de la administración de insulina IV por el riesgo de hipoglucemia (en especial en pacientes con insuficiencia renal por
la larga duración de la acción de la insulina IV en estos pacientes). El bicarbonato de sodio es útil principalmente en pacientes

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ACP Medicine I/2006 8. III Reanimación cardiaca

con acidosis metabólica concomitante, es menos eficaz para disminuir el potasio sérico en pacientes con insuficiencia renal
dependiente de diálisis. El albuterol nebulizado en dosis altas debe disminuir el potasio sérico en 0.5 a 1.5 mEq/L en 30 a 60
minutos, pero la administración durante el paro cardiaco puede ser difícil.
§ En una situación no de paro cardiaco los lineamientos habituales para sustitución IV de potasio son de 10 a 20 mEq/h con
vigilancia electrocardiográfica continua. Sin embargo, si existe hipocalemia profunda que esté contribuyendo al paro cardiaco
esta velocidad de sustitución no es suficiente por la naturaleza crítica de la situación. En esas circunstancias es adecuado
administrar cloruro de potasio, 2 mEq/min IV por 10 a 15 min, revalorando y vigilando los niveles, la redistribución y las
circunstancias clínicas para evitar hipercalemia que ponga en peligro la vida.

GSA- gases en sangre arterial EPOC- enfermedad pulmonar obstructiva crónica ET- endotraqueal, FV- fibrilación ventricular
TV- taquicardia ventricular

Siempre que sea posible debe obtenerse de los familiares, testigos o personal del hospital, la historia médica y
quirúrgica del paciente, así como las circunstancias y síntomas inmediatamente previos al paro cardiaco. Esta
información puede contener claves importantes respecto al problema original y como tratarlo. Por ejemplo, un paciente
que acudió al servicio de urgencia con dolor torácico y sufre un paro cardiaco con FV probablemente esté muriendo por
infarto al miocardio masivo, embolia pulmonar o disección aórtica. También son posibilidades el neumotórax o el
tamponade cardiaco.

Son preguntas específicas a considerar las siguientes: ¿Tiene el paciente factores de riesgo para cardiopatía, embolia
pulmonar o enfermedad aórtica? ¿Cuál era el tipo de dolor del paciente y su irradiación antes del paro cardiaco?
¿Cuáles fueron los signos vitales y datos al examen físico antes del paro? ¿Qué datos tenía el ECG previo al paro (si
existe disponible)? ¿Puede emplearse esta información ahora para definir las intervenciones en la reanimación durante
la fase D de la evaluación secundaria? Por ejemplo, si el ECG preparo mostró un segmento ST elevado en las
derivaciones V1 a V4 consistente con infarto al miocardio anterior extenso, si la reanimación del paciente no es exitosa a
pesar de las intervenciones apropiadas y no parecen existir problemas técnicos, entonces puede hacerse un diagnóstico
de infarto al miocardio masivo y el tratamiento trombolítico intravenoso podrá ser parte razonable de las maniobras de
reanimación.70

El análisis cuidadoso e integral de los posibles motivos por los que está fracasando la reanimación implican un reto para
el capitán y el resto de los miembros del equipo, y también permiten establecer los límites de las maniobras. Sin
embargo, no considerar estos aspectos privarán al paciente de una oportunidad óptima para sobrevivir a un paro
cardiaco.

Reanimación cardiaca basada en el ritmo encontrado

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ACP Medicine I/2006 8. III Reanimación cardiaca

Cuando se cuenta con un monitor-desfibrilador para un paciente en paro cardiaco debe analizarse de inmediato el ritmo
del paciente (parte inicial de la fase D en la evaluación primaria). Existen cuatro posibilidades [ver figura 1]: (1) TV sin
pulso, (2) FV sin pulso, (3) actividad eléctrica organizada o semiorganizada en ausencia de pulso carotídeo palpable,
que se denomina AESP, y (4) asistolia. El manejo de cada una de estas situaciones en la reanimación cardiaca ha sido
definido por las recomendaciones de la AHA49 y el Comité Internacional de Reanimación.71 Al seguir estos lineamientos
el clínico debe recordar que, con excepción de la RCP temprana y la desfibrilación pronta para la FV y la TV sin pulso,
muchas de las recomendaciones que son el fundamento de la reanimación moderna están apoyadas por evidencias o
consenso (más que basadas en evidencias, que sería lo ideal). Debido a la naturaleza del paro cardiaco y a las múltiples
variables involucradas, es excepcionalmente difícil realizar investigación de alta calidad en el campo de la reanimación
cardiaca.

Figura 1
Arritmias asociadas a paro
cardiaco súbito.

TAQUICARDIA VENTRICULAR SIN PULSO O FIBRILACIÓN VENTRICULAR

La aparición de TV sin pulso o VF en el monitor en un paciente que recibe RCP es un hallazgo relativamente favorable
porque existe una esperanza razonable de buena evolución con estos ritmos. Además, las intervenciones y
medicamentos que se usan en forma secuencial en la reanimación están bien definidos y el inicio de las acciones es
claro. La TV sin pulso y la FV se manejan en forma idéntica.

Inicio de la desfibrilación

Debe intentarse de inmediato desfibrilación con 200 joules. Sin embargo, si se calcula que han pasado más de 5

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minutos entre el inicio del paro y hasta la disponibilidad de la fibrilación, puede ser razonable continuar la RCP por 3
minutos antes de iniciar la defibrilación [ver antes, Desfibrilación]. Si persiste la TV o la FV, deben hacerse intentos
posteriores con 200 a 300 joules y después 360 joules, sucesivamente [ver figura 2].

Figura 2
Manejo del paro cardiaco

Es aceptable un nivel de energía bifásica equivalente, más baja y sin aumentarla cuando el desfibrilador tiene esta
opción. No se recomienda ya que se vigile el pulso carotídeo del paciente en forma manual entre las descargas, pero
debe evaluarse con cuidado el ritmo mostrado por el monitor después de cada intento de desfibrilación. Si existe duda
respecto al ritmo o sospecha de disfunción de un cable, será adecuado evaluar el pulso en forma manual. Si persiste la
TV sin pulso o FV se reanudará la RCP, el paciente se intubará, se confirmará la posición correcta de la sonda ET,
asegurándola. En forma simultánea debe establecerse una vía venosa.

Inicio del tratamiento farmacológico

En los pacientes con FV el tratamiento comienza con la administración de un vasoconstrictor (epinefrina o vasopresina)
[ver tabla 4]. Si no se cuenta con un acceso intravenoso el fármaco puede administrarse por vía endotraqueal. Después
de cada dosis intravenosa se administra un bolo de 20 ml de solución salina y se eleva la extremidad que contiene la
línea intravenosa. Los rescatistas deben continuar la RCP después de 30 a 60 segundos para permitir que el fármaco
alcance el corazón, después de lo cual se intenta de nuevo la desfibrilación con 1 a 3 descargas de 360 joules cada una.
Mientras el paciente siga sin pulso se repite la administración de epinefrina cada 3 a 5 minutos, seguida cada dosis de 1
a 3 intentos de desfibrilación. Cuando se elige vasopresina como fármaco inicial solo se administra 1 dosis, se la
reanimación continúa 10 minutos o más después de que se administra la vasopresina, se sustituye ésta por epinefrina

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durante el resto de las maniobras. Si persiste la TV sin pulso o la FV a pesar de la administración inicial de un
vasoconstrictor y de intentos repetidos de desfibrilación, se agrega un fármaco antiarrítmico, la amiodarona o la lidocaína
son agente apropiados [ver adelante, Elección de los medicamentos antiarrítmicos]. Durante todos estos pasos el líder
del equipo debe buscar en forma activa problemas técnicos y fisiológicos/anatómicos que puedan impedir la reanimación
exitosa y corregirlos [ver tablas 6 y 7].

Pruebas de laboratorio de urgencia

Si no se recupera la circulación espontánea después del tratamiento antiarrítmico inicial, el equipo de reanimación debe
tratar de identificar y tratar las condiciones clínicas que puedan causar o contribuir al paro cardiaco [ver tabla 7]. En
teoría las intervenciones hasta este momento deberían lograr un ritmo perfusorio, en caso contrario el equipo debe
preguntarse porqué e intentar contestar esta pregunta mientras continúa la reanimación. Estudios de urgencia que
pueden ser útiles incluyen la medición inmediata de GSA y la medición de hemoglobina, potasio, magnesio y glucosa (la
mayoría de las cuales pueden obtenerse de la misma muestra de GSA).

Elección de los medicamentos antiarrítmicos

Son 4 los antiarrítmicos usados en la reanimación cardiaca: amiodarona, lidocaína, magnesio (si se piensa o demuestra
que el paciente tiene hipomagnesemia) y procainamida (para la TV o FV recurrente que respondió inicialmente a la
desfibrilación). 72 No se sabe cuál de estos fármacos o qué combinación será la óptima para la mayor supervivencia del
paciente hasta el alta hospitalaria. A pesar de muchos años de uso rutinario, no existen estudios controlados que
demuestren un beneficio en la supervivencia por la lidocaína contra el placebo en el manejo de la TV sin pulso o la FV.
Dos estudios recientes en pacientes con FC prehospitalaria refractaria a desfibrilación mostraron que la supervivencia
hasta el ingreso al hospital fue mejor con la amiodarona que con el placebo (44 contra 34 %, p =0.03)73 o con lidocaína
(22.8 contra 12.0 %, p = 0.009). 74 Ninguno de estos estudios demostró mayor supervivencia hasta el alta hospitalaria,
aunque los estudios no tenían el poder estadístico para poder demostrar esta diferencia. La amiodarona es
considerablemente más cara que la lidocaína.

El papel óptimo y el beneficio exacto de los medicamentos antiarrítmicos en la reanimación cardiaca no se ha aclarado
del todo. De acuerdo con los lineamientos de la AHA, tanto la amiodarona como la lidocaína son una opción adecuada
para el tratamiento inicial de los pacientes con TV o FV que no responden a la desfibrilación inicial, RCP, manejo de la
vía aérea y administración de epinefrina o vasopresina más desfibrilación. Sin embargo, con base en la evidencia
disponible, la amiodarona parece ser el agente antiarrítmico de elección en el caso de la FV prehospitalaria refractaria,
permitiendo una supervivencia óptima hasta la llegada al hospital. 72-74

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ACTIVIDAD ELÉCTRICA SIN PULSO

Las personas entrenadas en ACLS en la comunidad encuentran con cada vez más frecuencia arritmias no ventriculares
(i.e., AESP y asistolia). Clásicamente el pronóstico de la AESP ha sido pobre, con tasas de supervivencia en el paciente
ambulatorio de 0 a 7 %.75,76 La secuencia de los pasos de la reanimación en el manejo de la AESP es la siguiente:
activación del código de urgencia médica, evaluación primaria (RCP y evaluación del ritmo) y evaluación secundaria
(intubación y confirmación de la posición correcta de la sonda ET, oxigenación y ventilación óptimas, acceso IV,
administración de epinefrina y, por último, solución de problemas por dificultades técnicas, así como investigación de la
causa del paro cardiaco) [ver figura 2]. Los dos medicamentos principales para el manejo de la AESP son la epinefrina
(repetida cada 3 a 5 minutos mientras el paciente esté sin pulso) y atropina ( hasta 3 mg si el ritmo de AESP en el
monitor es inapropiadamente bajo). Aunque no se incluye actualmente en el algoritmo de AESP de la AHA, la
vasopresina probablemente es la mejor alternativa a la epinefrina. La mejor oportunidad para la reanimación exitosa es
encontrar y tratar la causa de la AESP, de ahí lo difícil del manejo de la reanimación [ver tablas 6 y 7]. Debido a que la
trombosis arterial coronaria y la tromboembolia pulmonar son causas comunes de paro cardiaco, un estudio reciente
evaluó la eficacia del activador tisular del plasminógeno (t-PA) en el caso de AESP de causa desconocida o probable
cardiovascular en 233 pacientes tanto fuera del hospital como en el servicio de urgencias.77 No se encontró beneficio
con el tratamiento trombolítico para la AESP en este estudio, la proporción de pacientes que recuperó circulación
espontánea fue de 21.4 % en el grupo tratado con t-PA y 23.3 % en el grupo que recibió placebo.
ASISTOLIA

El pronóstico de la asistolia generalmente se considera muy malo a menos que el paciente esté en hipotermia o existan
otras circunstancias extenuantes pero tratables. La secuencia de los pasos de la reanimación en el manejo de la
asistolia es la siguiente: activación del código de urgencia médica, evaluación primaria (RCP, evaluación del ritmo y
confirmación de la asistolia) y evaluación secundaria (intubación y confirmación de la posición correcta de la sonda ET,
oxigenación y ventilación óptimas, acceso IV con administración de epinefrina y atropina, colocación de un marcapaso
transcutáneo si está disponible y solución de problemas por dificultades técnicas, así como investigación de la causa del
paro cardiaco) [ver figura 2]. Los dos medicamentos principales para el manejo de la asistolia son la epinefrina (repetida
cada 3 a 5 minutos mientras el paciente esté sin pulso) y la atropina( hasta 3 mg). Como en el caso de la AESP, la
vasopresina parece ser un sustituto adecuado y útil para la epinefrina en los casos de asistolia. También puede ser
adecuado administrar una sola dosis de aminofilina (250 mg IV) en la asistolia resistente a atropina.78 Las causas
potencialmente tratables de asistolia incluyen hipoxia, acidosis, hipotermia, hipocalemia, hipercalemia y sobredosis de
medicamentos. Los esfuerzos de reanimación deben suspenderse si la asistolia persiste por más de 10 minutos a pesar
de RCP, oxigenación y ventilación, y administración de epinefrina/atropina óptimas, si no existen circunstancias

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extenuantes (i.e., hipotermia, inmersión en agua fría o sobredosis de medicamentos), y ni no se identifica alguna otra
condición susceptible de tratamiento.

Atención inmediata posreanimación

Incluso cuando la reanimación es exitosa la situación del paciente sigue siendo grave y se requiere atención cuidadosa
continua. Cuando el monitor cardiaco indica que existe un ritmo perfusorio, debe de inmediato confirmarse la presencia
de pulso palpable. Si existe pulso se obtendrá la presión arterial. En forma simultánea el equipo de reanimación debe
evaluar con rapidez la vía aérea del paciente, la posición de la sonda ET y la ventilación, así como el nivel de conciencia
y molestias del paciente.

Si el paciente está hipotenso el manejo de la presión arterial depende de la presencia o ausencia de sobrecarga de
líquidos. Si el paciente clínicamente tiene sobrecarga de volumen o está en franco edema pulmonar se iniciará
dopamina a dosis inotrópicas (5 µg/kg/min IV), ajustando hasta lograr una presión arterial sistólica de 90 a 100 mm Hg.
Si el estado clínico del paciente sugiere normo o hipovolemia se administra un bolo de cristaloides (en incrementos de
250 a 500 ml) en lugar de la dopamina para asegurar una adecuada perfusión tisular. Si el paciente recupera la
conciencia se evaluarán sus molestias y se administrará analgesia y sedación según se requieran.

Si el ritmo del paro fue TV o FV, se continuará el fármaco antiarrítmico parenteral usado inmediatamente antes del
retorno a la circulación espontánea como infusión de mantenimiento (amiodarona 1 mg/min por 6 h, después 0.5 mg/min
por 18 h según lo permita la presión arterial, o lidocaína 2 a 4 mg/min). Si aún no se ha administrado un antiarrítmico,
por lo general se indica para evitar la recurrencia de la TV sin pulso o de la FV. Sin embargo, existen excepciones
importantes a esta regla. Si el ritmo perfusorio posparo es un ritmo idioventricular o bloqueo de tercer grado aunado a un
ritmo idioventricular de escape, no deberá iniciarse un medicamento antiarrítmico porque el agente podría eliminar el
foco perfusorio ventricular y regresar al paciente a un ritmo sin pulso.

Los estudios iniciales posreanimación suelen incluir ECG, radiografía de tórax portátil, medición de GSA, electrolitos
séricos, glucemia o destrostix, magnesio sérico y niveles de enzimas cardiacas, hemoglobina y hematocrito. El paciente
reanimado requiere traslado inmediato al sitio óptimo para continuar su atención definitiva. Dependiendo de las
circunstancias este puede ser un servicio de cateterismo cardiaco o la unidad de cuidados intensivos.

Las investigaciones actuales continúan evaluando las estrategias óptimas de manejo posreanimación para la evolución
neurológica y la supervivencia hasta el alta hospitalaria. 79 La hipertermia y la hiperglucemia comprometen la evolución
neurológica, mientras que inducir hipotermia leve a moderada parece mejorar la evolución neurológica y disminuir la
mortalidad. 80-83

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Final de los intentos de reanimación

Durante el proceso de reanimación el líder del equipo debe hablar con calma y autoridad, debe coordinar la reanimación
con claridad y tomar las decisiones clínicas sin realizar directamente procedimientos específicos. Todos los paros
cardiacos se asocian con alta carga emocional, pero el líder debe insistir en realizar un procedimiento ordenado y
técnicamente eficaz. Es adecuado aceptar sugerencias del resto del equipo y asegurarse de que todos los miembros
están conformes con la decisión de suspender la reanimación cuando esto sea lo conveniente.

La decisión de suspender la reanimación es difícil. Para tomar esta decisión son consideraciones importantes las
circunstancias del evento, la comorbilidad del paciente, el tipo de arritmia letal y la capacidad del equipo de reanimación
para identificar y tratar las posibles causas contribuyentes al paro. Los esfuerzos de reanimación por más de 30 minutos
sin retorno de la circulación espontánea suelen ser inútiles a menos que el paro cardiaco se asocie con TV o FV
intermitente o recurrente, hipotermia, inmersión en agua fría, sobredosis de medicamentos u otras condiciones
identificadas y susceptibles de tratamiento.84,85

En el ambiente extrahospitalario (suponiendo que se cuenta con el equipo y los medicamentos adecuados y que no hay
circunstancias que lo impidan), los esfuerzos de reanimación deben aplicarse en el sitio de la escena de un paro
cardiaco no traumático en lugar de transportar al paciente a un servicio de urgencias. La reanimación extrahospitalaria
adecuada que no resulta en retorno por lo menos temporal de la circulación espontánea debe suspenderse. Sin
embargo, es importante adherirse a ciertos criterios, incluyendo: se proporcionó RCP de calidad, se colocó una vía aérea
adecuada, con oxigenación y ventilación apropiadas, se estableció una línea IV, se administraron los medicamentos
necesarios, la reanimación se intentó por lo menos durante 10 minutos, el paciente no tiene FV persistente y no existen
circunstancias que justifiquen continuar la reanimación en el hospital (v.gr., hipotermia, sobredosis de medicamentos).
La decisión de suspender los esfuerzos de reanimación en el sitio del paro debe ser compartida por los médicos de los
servicios de urgencia. También es indispensable que exista un servicio adecuado para proporcionar ayuda y apoyo a la
familia del paciente que ha fallecido.

Es adecuado suspender la reanimación en el hospital cuando se satisfacen 3 criterios: (1) el paro ocurrió sin testigos, (2)
el ritmo inicial fue diferente a TV o FV y (3) la circulación espontánea no se recupera después de 10 minutos de
reanimación continua.86 En un estudio de toma de decisiones, solo 1.1 % de los pacientes (3 de 269) que cumplieron
con estos parámetros sobrevivieron al alta hospitalaria y ninguno fue capaz de recuperar una vida independiente.87 En
un estudio reciente de 445 intentos de reanimación en pacientes hospitalizados, ningún paciente que sufrió un paro
cardiaco entre las 12 pm y las 6 am sobrevivió cuando el paro ocurrió sin testigos y el paciente no estaba monitorizado.38

Los intentos de reanimación en un paciente con asistolia persistente no deben durar más de 10 minutos, suponiendo

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que existen las siguientes circunstancias: la asistolia se confirma por medio de un monitor, se realiza RCP de calidad, se
coloca una sonda ET en posición correcta, se administra oxigenación y ventilación adecuadas, se logra un acceso
intravenoso, con medicamentos apropiados (epinefrina y atropina), y el paciente no es víctima de hipotermia, inmersión
en agua fría, sobredosis de medicamentos u otra causa identificable y reversible.

Después de los intentos de reanimación, el líder del equipo debe animar al mismo de modo que todos aprendan de la
experiencia. Por último, se requiere empatía y sensibilidad para informar en forma cuidadosa y compasiva a los
familiares sobre el resultado de la reanimación.88

El autor no tiene relaciones comerciales con fabricantes de productos o proveedores de servicios mencionados en este
capítulo.

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