Sunteți pe pagina 1din 3

CATEGORÍAS GRAMATICALES Y FUNCIONES SINTÁCTICAS

DEL IDIOMA ESPAÑOL

Se llama categoría gramatical a una palabra particular según su morfología, es


decir, según su forma. En la gramática española hay nueve:
Artículo. Es un determinante que actualiza o precisa al sustantivo al cual acompaña,
ya que puede transformarlo de desconocido y abstracto («un» árbol) en conocido y
concreto («el» árbol). Los artículos definidos o determinados son: el, la, los, las; los
indefinidos o indeterminados son: un, uno, una, unos, unas.
Sustantivo. También llamado «nombre», designa entidades de la realidad material
(personas, animales, cosas) y mental (ideas). Hay distintas clases de sustantivos.
Los comunes son aquellos que engloban entidades de la misma especie de manera
general, sin referirse particularmente a ellos; por ejemplo: fruta, perro, ciudad. Los
propios individualizan a una entidad particular de otras de su misma clase; así pues,
el nombre «Elena» especifica a una persona del género femenino. Lo mismo ocurre
con el nombre «Xalapa»: remite a una ciudad entre todas las ciudades que existen.
También hay sustantivos abstractos, los cuales refieren a entidades que, al no poder
percibirse mediante los sentidos, sólo pueden comprenderse por la razón, como la
belleza y el miedo.
Adjetivo. Es un complemento del sustantivo cuya función es calificarlo. De ahí que,
al igual que el artículo, debe concordar con el sustantivo en género (masculino,
femenino) y número (singular, plural). Ejemplos de adjetivos calificativos son: alto,
bajo, bueno, malo, triste, feliz, grande, pequeño, etcétera. También hay adjetivos
posesivos: mío, tuyo, suyo; y adjetivos numerales: uno, dos, tres; primero, segundo,
tercero, etcétera.
Pronombre. Es un sustituto del nombre o sustantivo. En sí mismo, carece de
significado léxico y sólo lo adquiere gracias al contexto lingüístico. Los pronombres
pueden ser personales: yo, tú, él, ella, ello, nosotros, nosotras, ustedes, ellos, ellas;
reflexivos: me (investigué a mí mismo), te (saliste de la junta), se (cura las heridas),
nos (enojamos la última que hablamos); demostrativos: este, esta, esto, estos, estas;
ese, esa, eso, esos, esas; aquel, aquella, aquello, aquellos, aquellas; relativos: que,
cual, cuales, cuanto, cuantos, donde, quien, quienes, cuyo, cuyos; interrogativos:
qué, cuál, cuáles, cuánto, cuántos, dónde, quién, quiénes; etcétera.
Verbo. Expresa la acción, la condición, la consecución, el estado, la existencia o los
movimientos del sujeto. Sus accidentes son cinco: tiempo, modo, voz, número y
persona. Los verbos más comunes son transitivos (requieren complemento directo),
intransitivos (no requieren complemento directo) y copulativos (requieren atributo).
Adverbio. Es un modificador que acompaña normalmente al verbo. Hay adverbios
de lugar: aquí, allí, cerca, lejos, encima, debajo; de tiempo: antes, después, ayer,
hoy, mañana, siempre, jamás; de modo: rápidamente, fácilmente, lentamente; de
afirmación: sí, cierto, exacto, obvio; de negación: jamás, nunca, tampoco; entre
otros: sólo, aún, incluso, viceversa, siquiera; etcétera.
Preposición. Permite que se establezcan relaciones de dependencia entre dos o más
palabras. Por lo general, la palabra que está después de la preposición funciona
como complemento. Actualmente, las preposiciones son: a, ante, bajo, cabe, con,
contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin,
sobre, tras, versus, vía.
Conjunción. Establece relaciones entre las palabras. Las relaciones son de jerarquía
sintáctica y de significado. Las conjunciones se dividen en coordinantes y
subordinantes. Las coordinantes se subdividen en adversativas: pero, mas, sin
embargo; copulativas: y, e, ni, que; distributivas: éste… aquel, ya… ya, bien…
bien; disyuntivas: o, u, ora, o bien; explicativas: esto es, o sea, es decir, a saber. Las
subordinantes se subdividen en condicionales: si, a menos que; causales: porque,
pues; concesivas: aunque, si bien; finales: para, a fin de que; comparativas: tal…
como; más… que; modales: como; etcétera.
Interjección. Expresión que manifiesta, por sí sola, un estado de ánimo. Se emplea
sólo para desahogarse o bien para llamar la atención del interlocutor. A pesar de su
brevedad, son consideradas oraciones completas. Por ello, algunos estudiosos creen
que son una huella del lenguaje primitivo. Ejemplos de interjecciones propias: ¡ah!
¡arre!, ¡aso!, ¡ay!, ¡bah!, ¡ea!, ¿eh?, ¡epa!, ¡hola!, ¡oh!, ¡ole!, ¡ojalá!, ¡órale!, ¡uf!,
¡uy!, etcétera. También hay interjecciones impropias, llamadas así porque se
formaron a partir de sustantivos: ¡bravo!, ¡cielos!, ¡hombre!, ¡rayos!, ¡socorro!,
¡venga!, entre otras. Asimismo, están las locuciones interjectivas: ¡Dios mío!,
¡madre mía!, ¡Virgen santa!, y más.

Las primeras cinco categorías (artículo, sustantivo, adjetivo, pronombre, verbo) son
variables, pues no siempre tienen el mismo género y número o, en el caso del verbo, la
misma persona o voz, o el mismo tiempo o modo. Las últimas cuatro (adverbio,
preposición, conjunción, interjección) son invariables.
Un ejemplo de análisis morfológico es el siguiente:

En el mercado central la abuela compra manzanas de California para sus nietos


prep. artíc. sustantivo adjetivo artíc. sust. verbo sustantivo prep. sustantivo prep. adj. sust.

Por otra parte, se llama función sintáctica al papel que cumple una palabra o un
conjunto de palabras dentro de una oración. Las funciones básicas del idioma español son:
Sujeto: persona, animal, cosa o idea de quien se dice algo; responde a la pregunta
¿quién?
Complemento adnominal: indica pertenencia; responde a la pregunta ¿de quién?
Complemento u objeto directo: recibe directamente la acción; responde a las
preguntas ¿a quién?, ¿qué?
Complemento u objeto indirecto: recibe indirectamente la acción, responde a las
preguntas ¿a quién (una cosa es dada)?, ¿para quién (una cosa es hecha)?
Complemento u objeto circunstancial: indica circunstancia semántica de tiempo,
lugar, modo; también puede indicar cantidad, causa, posibilidad o finalidad.
Responde a las preguntas: ¿dónde? (lugar), ¿cuándo? (tiempo), ¿cómo? (modo),
¿por qué? (causa), ¿para qué? (finalidad), ¿con quién? (compañía), ¿con qué?
(instrumento), ¿de qué? (materia), ¿a pesar de qué? (concesión).
Un ejemplo de análisis sintáctico es el siguiente:

En el mercado central la abuela compra manzanas de California para sus nietos


circunstancial de lugar sujeto compl. directo compl. adnominal compl. indirecto

Así pues, una palabra independiente puede clasificarse gramaticalmente según su


forma, y sintácticamente dependiendo de la función que cumpla dentro de una oración.

S-ar putea să vă placă și