mológica, no sólo por ser la que más me
Interesa. sino por ser la que más ha anali-
Hacia una
psicología
de la Arquitectura:
Teoría y métodos*
Josep Muntañola Thornberg
Este libro comporta ya su propia crítica en
el ponderado prólogo de Tomás Llorens, con
el que estoy, de entrada, de acuerdo. No voy
a repetir sus puntos de vista sobre la im-
portancia de la psicologia de la arquitectura
sino que voy a plantear mi crítica desde una
perspectiva muy diferente. ¿Es la psicología,
de la que parece hablar todo este libro, "LA"
psicología existente hoy en día, o sólo parte
de la psicologia que podemos usar? ¿Ha de
someterse, sin más, la arquitectura a la
*Ciencia psicológica^, o también debería so-
meterse la psicologia a la .Ciencia Arquitec-
tónica.?
Empezando por la segunda pregunta diré que
me parece muy presuntuosa la postura (que
respira el libro hecho por psicólogos) de
suponer en la psicología un valor científico
comprobado, y, por el contrario, afirmar la
pobreza científica de la arquitectura también
comprobada y total. Un análisis de la historia
reciente de la psicología y de la arquitectura
nos ofrece tantos errores en la psicología
aplicada como en la práctica de la arquitec-
tura, sin que pueda en absoluto afirmarse
que la psicología es una ciencia fuera de toda
sospecha de .Intuición Subjetivista.. Y esto
no es lo más importante. El dibujo que en
el libro refleja humorísticamente el casamien-
to de la arquitectura y la psicología, coloca
a la arquitectura en una postura de pasiva
feminidad, y, en cambio, la psicología es un
activo varón que toma siempre la iniciativa
(no en vano el libro está escrito por psicó-
logos). Bromas aparte, creo que no sólo la
arquitectura debe aceptar las aportaciones
de la psicología, sino que la psicología de-
bería adaptarse al nuevo objeto de estudio
(los edificios arquitectónicos), si de veras
se espera constituir una disciplina (la psico-
logía de la arquitectura] que sea útil para
los arquitectos y para los psicólogos, cada
cual según sus propios intereses y necesi-
dades. La actitud de suponer en la arquitec-
tura una falta de lógica propia está impidien-
do y retrasando lamentablemente este obje-
tivo.
En cuanto a la otra pregunta planteada m6s
arriba sobre el tipo de psicología usada en
el libro, no puedo dejar de extrañarme de
que no se citen apenas psicólogos france-
ses y suizos que como Piaget, Fraisse y
Guillaume, etc., han dedicado largos años al
tema del espacio, de la percepción, etc. Al
parecer, la psicología se acaba con Inglaterra,
Estados Unidos y Japón, incluyendo la psico-
logía alemana y austriaca cuyos representan-
tes principales se fueron a vivir a Estados
Unidos después (o antes) de la guerra euro-
pea última. La excepcidn ineludible es, claro
está, Freudl. Me extraña especialmente la
ausencia de Piaget y de su psicología eplste-
Publlcaclones del COACB. Colección .Temas verlos
d e Arqultectura.. Barcelona, 1973.
72
de un enfermo crónico: la ciudad de Barce-
lona. Para no perderse en historiales clínicos
zado el desarrollo de la percepción espacial,
de las ímánenes. etc. La primera explicación
(malvada), q u e se me ocurre, es ia de un
partidismo científico basado en la pertenen-
cia cultural de los psicólogos, pero esta ex-
plicación sería demasiado superficial. En mis
conversaciones y en mi correspondencia con
Canter, Sommer y Stringer (tres de los cua-
tro autores-psicólogos del libro) he podido
comprobar un marcado escepticismo hacia la
psicología franco-suiza, y, más concretamen-
te, hacia la psicología de Piaget, hasta el
punto en que no es posible dialogar sobre
los resultados de las tres corrientes psico-
lógicas principales: la conductlsta (behavio-
rista), la psicoanalítica y la psicología epis-
temológica o genética. Esta falta de diálogo
priva a la psicología de la arquitectura de
sus mejores posibilidades.
Quizás estoy siendo demasiado riguroso con
un libro que plantea con cierta extensión te-
mas muy importantes y muy nuevos para los
arquitectos españoles y de habla española,
como son: la comprensión sistematizada de
las reacciones de los usuarios y la evaluación
de los espacios percibidos, etc. Yendo a lo
más positivo del libro (que es mucho. no
obstante mi crítica), se pueden considerar
los artículos de Canter como un orimer oaso
de la psicología de la arquitectu;a hacia una
desmitificación de las relaciones entre fun-
ción y forma de mera .causa-efecto., es de-
cir, las relaciones *función-forma. son mu-
cho más complejas estructuralmente que lo
que permite analizar un modelo de .estímulo-
respuesta*. Los artículos de Stringer, Som-
mer -.y Lee nos ofrecen algunas .pistas de
progreso. de la psicología de la arquitectura,
mayormente con base psicoanalítica, pero
con propuestas que se acercan mucho a una
filosofía piagetiana, aunque sin nombrar nun-
ca a Piaget, por supuesto. En resumen: el
libro tiene un valor terapéutico y desmitifi-
cador considerable, y a partir de él, tanto
los arquitectos como los psicoólogos (y no
sólo los arquitectos] deberían constatar los
escasos medios y métodos sobre los que se
apoya su acción profesional. J. M. T.
La Barcelona de
Porcioles
Félix Fanés
.Al igual que la medicina -puede leerse en
la introducción al n." 21 de la revista C.A.U.-
ha basado su progreso en el estudio de la
patología humana, es decir, ha sido el estu-
dio de las enfermedades y de los estados
morbosos lo que ha permitido el conocimien-
to y dominio de la anatomía y fisiología hu-
manas, para poder deducir de los mismos
las medidas curativas y preventivas necesa-
rias a fin de sanar el cuerpo enfermo, de la
misma manera, la consideración de los pro-
blemas urbanos más agudos, el análisis de
las políticas más contradictorias, el tomar
el pulso a una situación conflictiva, etc., ha
sido adoptada aqul como actitud metodológi-
ca, es decir, como la forma más idónea para
profundizar en las causas y orígenes de la
situación presente..
.Enfermedad., .estados morbosos~,ufisiolo-
gía., *cuerpo enfermo., nombres y adjetivos
se ordenan con una claridad casi superflua
para advertir sobre los términos en los que
se desarrollará el trabajo. Los autores del
mismo (J. M. Alibés, M. J. Campo, E. Giralt,
J. M. Huertas Claveria, R. Pradas, S. Tarra-
g6) muestran pues con claridad las cartas de
su baraja, desde el principio. Se trata (acti-
tud metodol6gical de .profundizar en las cau-
sas y los orígenes* de un estado patológico,
excesivos, los autores se centran en unos
años de la vida de la ciudad, concretamente
los que van de 1957 a 1973: ambas fechas
coinciden con el inicio y el fin del mandato
de José M." de Porcioles en la alcaldía de
la ciudad; de ahí el titulo del número mo-
nográfico: La Barcelona de Porcioles.
Como con la vida de los enfermos no se jue-
ga, los autores de La Barcelona de Porcioles
descartan de entrada cualquier aproximación
teoricista o formalista del problema y optan
por chocar con otros obstáculos epistemoló-
gicos, quizá más banales, pero no menos
plausibles. El utilitarismo para ser exactos.
La preocupación de los autores: ofrecer el
máximo de información sobre un espacio en
el que el misterio y el silencio imperan, aun-
que ésta se presenta en bruto, casi sin es-
tructurar. De esta manera, la compilación de
datos se sitúa al nivel más empírico, clasi-
ficándose en fichas por orden alfabético. La
utilidad de la información priva así por en-
cima de su orden; la cantidad se valora por
encima de la calidad de la selección. La es-
tructuración en forma de diccionario, si bien
impide cualquier mínima formalización -ni
el orden taxonómico se alcanza-, tiene sin
embargo la ventaja de clasificar todas las
voces posibles, de dar cabida al máximo nú-
mero de aspectos, de incluir todos los datos
que nos permitan aproximarnos a los sínto-
mas de la enfermedad. Ante la imposibilidad
-material- de curar, los autores de La Bar-
celona de Porcioles optan por señalar dónde
le duele al enfermo.
Esta inordenación del dato, la presentación
de materiales aislados, el interés por los
puntos neurálgicos de la apariencia más es-
pectacular nos sitúan sin duda en el orden
(desordenado) característico del discurso de-
tectivesco. Como el falso marinero, licencia-
do y miembro activo de la Internacional de
Trabajadores industriales que esconde bajo
la pantalla de Henry F. Neil al astuto y empe-
cinado cerebro de un empleado de la Conti-
nental Detective Agency [véase Red Harvest
de Hammett), también los autores de La Bar-
celona de Porcioles quieren a su manera lim-
piar la ciudad, llámese ésta Personville, Poi-
sonville (Venenoville) o Barcelona (de Por-
cioles). La higiene y la salud no son concep-
tos ajenos entre sí. Pero si el discurso poli-
cial de Hammett se asienta sobre una ciega
manipulación de resortes que hacen saltar la
caldera de la corrupción para alcanzar así el
inevitable baldeo con el que se desvela el
misterio (itinerario unívoco). el mensaje po-
licial de los autores de La Barcelona de Por-
ciales al no contar ni con el reconfortante
lenguaje que da la Smith & Wenson -del
32- puesta bajo el sobaco, deberá confor-
marse dentro del proceso convencional con
el salto de alguna etapa que, en todo caso,
conducirá a un idéntico puerto: la desvela-
ción del misterio. El misterio por excelencia
-según quería W. Benjamin- en el modo
de producción capitalista: el económico. Pro.
ceso sin embargo equívoco.
Equívoco sí, porque al saltarse el eslabón de
la caldera explotando y ta subsiguiente lim-
pieza, el discurso detectivesco sólo puede
desentrañar el misterio en la medida ue
cuenta con una estrecha y positiva cola o- 71
ración del lector. Del dato en bruto, inevita-
blemente, éste ha de extraer las interrelacio-
nes entre las instancias económica, política
e ideológica y sus engarces con el sistema
urbano; el lector ha de estar atento y orde-
nar en un segundo discurso, al margen del
texto material, los datos que le permitan co-
legir un esbozo de teoría, *una teoría general
sobre la ciudad y la vida urbana que enhe-
bra y trata de recomponer la unidad misma
de la realidad analizada. [según quieren los
autores], en la que aquellas interrelaciones
que se manifiestan especificamente en el sis-
tema urbano queden vinculadas a la forma-
ción soclal dentro de la cual se desarrollan.
El problema es: jcómo conseguir este pro-
pósito, con garantías?
Josep Pla escribió hace ya algunos años, y
de manera aproximada, que el barcelonés
desde que se levanta y coge el tranvía hasta
que se va a dormir no es más que una má-
quina para hacer ganar dinero (y añadía el
escritor ampurdanés: sin contrapartida apre-
ciable). El desglose de esta máquina que,es
el barcelonés, la realidad del entorno, que -
hace posible su perfecto funcionamiento, es
el objeto de los autores de La Barcelona de
Porcioles. Hay que detallar, desmembrar la
realidad. Resultado: un mosaico de fichas
-más de ciento treinta- en las que los com-
ponentes del sistema urbano se desmenuzan
y pulverizan a través de sus puntos más con-
flictivos, de zonas preestablecidas, de perso-
nalidades relevantes. El consumo, la pioduc-
ción, el intercambio Y la gestión quedan así
englobados en un sistemade abecedario que
nos lleva de lo particular a lo general en un
proceso de lectura -a poder ser- ininte-
rrumpido. De esta manera todo aparece: la
reproducción simple de la fuerza de trabajo
(Barraquismo, V.O.T., Santa Coloma, Déficit
viviendas ...) y la ampliada (Espacios verdes,
Contaminación, Déficit escuelas, Equipamien-
to deportivo, Equipamiento espectáculos...),
en et plano del consumo, la relación entre el
proceso de trabajo y la instancia económica
en su conjunto (Bancos, Huarte y Cía ) y....
la relación entre el proceso de trabajo y otras
instancias [Opus Dei, Colegios Profesiona-
les...), en el plano de la producción; las re-
laciones entre producción y consumo (Mer-
cabarna, Mercados, Metro.. .l y las relaciones
entre consumo e ideología (-Noticiero Uni-
versal....), en el plano del intercambio; la
articulación del sistema urbano con la instan-
cia política en un nivel global (Comisión de
Urbanismo, Carta Municipal ...1 y la misma
articulación, pero en su nivel local (Area Me-
tropolitana, Planes Parciales, Consorcio Tú-
neles Tibidabo ...), en el plano de la gestión;
esmaltado todo ello con un extenso surtido
de pequeñas noticias bio-financieras de las
más significativas personalidades de la Bar-
celona de estos últimos años, estén o no
ligadas a las funciones públicas, Sebastián
Auger, Guillermo Bueno, Jaime Castells, Pe-
dro Durán, José M.' Figueras, Enrique Massó,
José M.' Müller, Juan Antonio Samaranch,
Luis Sentís, Miguel Vall, en fin, José M.' de
..
Porcioles.
Del mosaico de fichas, de la abundante in-
formación, la primera consecuencia es que
la máquina para hacer ganar dinero que es
el barcelonés funciona perfectamente por-
que hay quien se encarga de lubrificarla, por
un lado, y, por otro, que existen telas de
araña suficientemente espesas como para
actuar de biombo ante los ojos de la máqui-
na, de tal manera que ésta puede incluso
no enterarse de sus cualidades alquimistas.
Un ejemplo: el de TABASA.
La Sociedad TABASA (Túneles y Autopistas
de Barcelona] recibe en 1967 del CTT (Con-
sorcio Túneles del Tibidabo) la concesión de
las obras de los túneles que han de unir
Barcelona con el Vallés Oriental. De esta
manera se levanta un espectacular entrama-
do de límites imprevisibles. TABASA se con-
vierte en el ojo de un enorme pulpo finan-
ciero que cubre Barcelona, del Vallés al mar.
Pero curiosamente, en la capitalización de
esta sociedad -en la que participan casi
todos los bancos barceloneses- n o aparece
el banco más ligado desde siempre a las
realizaciones importantes de la Barcelona de
Porcioles: el Banco Condal. Por el contrario,
los hombres del Banco, ante las extrañas
manipulaciones en el trazado de túneles y
autopistas que conducen a las sucesivas des-
valorizaciones y revalorizaciones del suelo,
parecen esconderse tras una aparente som-
bra, sombra quizá desvelada al estudiar la
composición del organismo político-adminis-
trativo, el CTT, concesionario de TABASA.
En efecto, en el CTT aparecen al menos dos
miembros del consejo del Banco Condal, con
lo que no parece difícil colegir que es a tra-
vés de este organismo que las relaciones se
tejen, a pesar del destejido aparente. Y este
es sólo un ejemplo del arte de tricotar: ban-
cos, cajas de ahorro, diputaciones, ayunta-
mientos, financieras, constructoras, organis-
mos de gestión, todo queda unido por víncu-
los económicos o familiares como si el so-
plo de la imaginación de los Buendía hubiera
pasado por aquí. La laboriosa práctica de un
punto al derecho y otro al revés, enmarcada
en lo que J: Borja definía en el nP 10 de
CAU como la actual coyuntura urbana de la
sociedad española: * A l el capitalismo para-
sitario que actúa a través de la especulación
del suelo y un mercado inmobiliario prote-
gido (se privatizan las plusvalías y se socia-
lizan las pérdidas); B) La sobreexplotación
de los trabajadores a través de los meca-
nismos indirectos, mediante los cuales re-
producen su fuerza de trabajo; C) La función
ideológica de la Administración que presenta
como una política social lo que no es sino
colusión con intereses privados., aquella la-
boriosa práctica, digo, presenta en Barcelona
una pecularidad distintiva, original, que los
autores de La Barcelona de Porcioles resu-
men así: .El papel histórico que el ex-alcalde
ha desarrollado t...) ha consistido en reacti-
var a una burguesía catalana conservadora y
en promocionar a nuevos bancos catalanes
y cajas de ahorro mediante un sistema de
ágiles y fáciles conexiones con los poderes
centrales.. La peculiar función del Ayunta-
miento barcelonés vendría dada -según los
autores del trabajo- por *la falta de un po-
der político directo en Barcelona-, con lo
que la burguesía catalana se ve obligada a
recurrir a ese *casi-ministerio que es la Casa
Gran de la Plaza San Jaime.. De esta ma-
nera -prosiguen los autores de La Barcelona
de Porcioles- use repite una experiencia
histórica que desde el siglo XIX se venía
dando; lo único nuevo es el elevado grado
de desarrollo conseguido y la definición pro-
gresiva de dos hechos (...): el uso y abuso
de la ciudad -su suelo preferentemente, el
patrimonio cultural y urbanístico que nos fue
legado por quienes concebían Barcelona en
otros moldes cívicos, menos espectacula-
res...- por parte de una minoría y el des-
pertar progresivo de una conciencia civica
cada vez más exigente..
Hasta la saciedad las ciento treinta y pico
de fichas que componen el nP 21 de CAU
confirman estas tesis, cerrándose así el dis-
curso utilitario, informativo, policial. El falso
H. F. Neil sin duda se sentiría orgulloso de
sus discípulos. Y la clase médica también.
F. F.
Comentario al
libro aLas mallas
espaciales en
Arquitectura,, de
J. Margarit
y C. Buxadé
José Calavera Ruiz
"Lo que hoy es la dovela de la construccidn
metálica, es decir, e l triángulo, pasaría de
esta manera a una categoría superior, con-
virtiéndose en tetraedro; e l tetraedro, pues,
figura estérea indeformable y de inalterabi-
lidad absoluta, constituiría admirablemente l a
célula estructural de las composiciones ge-
nerales del hierro y e l acero.
La consecuencia de este hecho implicaría,
...
naturalmente, la creación de una nueva "Re-
slstencia de materiales". FBlix Cardellach
"Filosofia de las Estructuras"
(Barcelona, 1910) 2.' edicidn 1970
Puede imaginar el lector con cuánto interés
se recibe un libro uclaroa sobre un tema tan
escaso de bibliografía seria. Es difícil anali-
zar el porqué del atractivo que la malla es-
pacial ejerce no sólo sobre el técnico, sino
incluso para el profano, pero este atractivo
ha sido una ventaja y un inconveniente para
el desarrollo de las estructuras espaciales.
La ventaja reside en el hecho de que legio-
nes de alumnos de escuelas técnicas han
jugado con maquetas (casi siempre maque-
tas construidas con mondadientes) y han inq
tuido la belleza y las posibilidades del nuevo
tipo estructural. El inconveniente ha sido que
la mayoría no han pasado de las maquetas,
han retrocedido ante los planteamientos se-
rios y algunos, los peores, han enturbiado
el tema con palabrería hueca y teorías fan-
tásticas.
El volumen de publicaciones, en especial ar-
tículos sobre las estructuras espaciales, es
tan grande que irónicamente se ha dicho que
=hay más métodos de cálculo de estructuras
espaciales que estructuras construidas..
Yo conocí a los autores de este libro cuando
eran casi alumnos, precisamente en la Pri-
mera Conferencia Internacional de Estructu-
ras Espaciales, en Londres en 1966. Desde
entonces he tenido la oportunidad de seguir
de cerca su interés y sus trabajos sobre
el tema, los he visto transformarse en Cate-
dráticos y finalmente me llega este libro suyo
del que querría destacar algunos aspectos.
El primero es su planteamiento completo del
tema, en sus tres facetas de Proyecto, Cálcu-
lo y Realización. Los escasos libros existen-
tes eluden casi siempre la segunda de estas
facetas.
En cuanto al Proyecto, el libro contiene una
clara exposición de la génesis conceptual de
la estructura espacial y una buena selección
de ejemplos interesantes bien por el proble-
ma resuelto, bien por la forma de resolverlo.
A l tema del Cálculo está dedicada la parte
fundamental del libro. Se explica el cálculo
en dos sistemas generales; el de asimila-
ción a una superficie continua y homogénea,
en general anisótropa y el de cálculo directo
mediante un ordenador. Algún lector se pre-
guntará el porqué del primero de estos mé-
todos, si existe la posibilidad de resolver
el problema mediante un ordenador. La razón
es que en muchos casos las estrutcuras es-
paciales presentan tan elevado número de
nudos que los actuales ordenadores resultan
aún insuficientes. De ahí el interés y la ne-
cesidad de los métodos de asimilación, am-
pliamente expuestos por los autores. Es cu-
rioso señalar que mientras en las estructu-
ras superficiales recurrimos al artificio de
Inscribir en ellas una malla para poder resol-
ver un cálculo en ordenador, en las espacla-
les hagamos lo contrario. Es evidente que
éste es un problema de tiempo y que es de
esperar que el ordenador se imponga. Sin
embargo, por el momento los métodos de
asimilación son de una potencia considerable
y los que han permitido el cálculo de algu-
nas de las mayores estructuras de este tipo
hoy existentes. En relación con este tema
los autores introducen perfeccionamientos
claramente originales (por ejemplo para las
placas tetraédricas introducen los esfuerzos
derivados de la torsión, perfeccionando mé-
todos anteriores, en alguno de los cuales yo
había trabajado, aunque los autores tienen
la elegancia, rara hoy día, de no señalar las
imperfecciones de los métodos ajenos) y ha-
cen, además, un tratamiento sistemático de
los distintos tipos.
Yo espero que este libro, que no es que sea
una novedad en España, sino en todo el mun-
do, no sólo va a ser una eficaz herramienta
de trabajo, slno que despertará y consolidará
aficiones y vocaciones sobre el tema al des-
pojarlo tanto de la falsa palabrería de la
pseudo-filosofia estructural como del plan-
teamiento esotérico.
J. C. R.
C..
 drbanizaciones
8

*%$
ZTg&
.* Recientemente ha llegado a mis manos la carta que le adjunto. Creo
sería interesante reproducirla simultáneamente con la que encabezaba
mi artículo =Querida familia*, publicado en el nP 98 de Cuadernos.
Los lectores de la revista podrán aventurar sabrosas teorías si barajan
las hipótesis que pueden formularse a partlr de la identidad de textos.
Atentamente.
LLUlS CANTALLOPS
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