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Dentro del área de la filosofía, la política y la economía, la figura de la doctrina marxista ha
tenido gran impacto a nivel mundial generando en muchas naciones movimientos políticos
conocidos como socialistas o comunistas, los cuales han formado los bloques de izquierda en
Temas relacionados
Feudalismo, humanismo, socialismo
¿Qué es el Marxismo?
marxismo se asienta en tres bases: el análisis del pasado, a través de la lucha de clases y el
materialismo histórico, la crítica al presente a través del análisis del capitalismo y la necesidad
de un proyecto futuro basado en una sociedad comunista donde el poder político es tomado
por los trabajadores. Esta doctrina fue presentada por primera vez en el texto
Consecuencias
Representantes
El Capital
El Manifiesto Comunista
explotación del hombre por el hombre; creando un estado comunista donde todos sean
iguales con los mismos beneficios y con una sola clase social.
Sostiene la teoría que afirma que todo acontecimiento histórico ha sido provocado por
materialismo histórico.
El valor de una mercancía se debe determinar por la cantidad de trabajo que fue
La sociedad ideal no tiene clases sociales. La clase gobernante se elimina para crear
una clase administradora del Estado que satisfaga las necesidades del pueblo y
El marxismo tiene su origen a mediados del siglo XIX, tomando su nombre del Karl Marx
que buscaba la transformación de la sociedad. Esta teoría también fue conocida como
socialismo científico porque era más pragmático que el socialismo presentado por los filósofos
anteriores.
El corpus de la doctrina marxista se vio publicado por primera vez en Londres en 1848 y
tenía por nombre el “Manifiesto Comunista”. Este apareció en vísperas de las revoluciones
que se produciría ese año en varios países de Europa como Francia, Alemania, el Imperio
Austríaco e Italia.
Poco a poco los pensamientos de Marx lograron penetrar la clase trabajadora de las fábricas
generando presión en las sociedades industriales de Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia
y posteriormente, a otros países de Europa. Sin embargo, es en Rusia donde las ideas de
marxista comunista.
Años más tarde, el comunismo ocupó un sitio importante en los partidos políticos de muchos
países como Rumania, China, Laos, Vietnam, Corea del Norte y algunos países africanos que
El objetivo principal del marxismo es que el Estado tenga el control total de los medios
Las bases ideológicas del Marxismo o Socialismo Científico son presentadas en el “Manifiesto
Comunista” elaborado por Marx y Engels en el año 1848. Estas reúnen los siguientes
principios:
económicos.
La sociedad socialista de la nueva era surgirá del triunfo de la clase proletaria al abolir
la propiedad privada, generando una clase social única y colocando los medios de
Entre las ventajas y desventajas del marxismo podemos mencionar las siguientes:
Ventajas
No existe la propiedad privada de los medios de producción.
No genera desempleo.
Desventajas
Consecuencias
Antes de hablar de las consecuencias del marxismo, es importante aclarar que existe una
un proyecto para mejorar el bienestar social que era pertinente y valido para su época y
para las futuras. Por esta razón, se puede afirmar que la tesis marxista trajo como
consecuencia una revisión y análisis de los problemas que generaba el capitalismo en las
naciones y como éste podía afectar significativamente a los pueblos, sobre todo a la clase
trabajadora.
lo que debería ser el futuro para crear una sola clase social que representara la
humanidad, por eso el marxismo se expandió por muchos países, hasta llegar a ser aplicado
en algunos, bajo el sistema comunista. El caso más conocido es el de Rusia en Europa, Cuba
Actualmente, los marxistas y comunistas siguen en la lucha contra la explotación del obrero
poder por décadas generando una burguesía gubernamental (donde solo los gobernantes
tienen acceso a las riquezas y el pueblo se hace cada vez más pobre). Además, por
tener que volver a abrirse al libre mercado para poder mantenerse. Estos son los ejemplos de
los gobiernos como el de Rusa (antes de la Perestroika), China (antes de abrirse al libre
Representantes
Los representantes más significativos del Marxismo son Karl Marx y Friedrich Engels.
Marx nació en Tréveris, en Prusia occidental, en una familia de origen judía que luego se
primer trabajo como periodista en la “Gaceta Renana”, se vio inmerso en medio de diferentes
economía política británica. Su doctrina filosófica parte del hombre como ser que actúa y
no como ser que piensa. Critica la religión y el Estado que según él, eran logros imaginarios
estudios de filosofía en Berlín y fue admirador de las ideas de Hegel y de Feuerbach. Es allí
donde conoce a Karl Marx, a quien luego vuelve a encontrar años más tarde, durante un viaje
en Paris. Engels se dio cuenta de que Marx y el tienen visiones filosóficas similares y
económico-social, sin embargo las obras más representativas del Marxismo son “El
El Capital
Esta obra de Karl Marx está presentada en tres tomos, sin embargo, Marx sólo pudo ver
publicado el primero en vida en Hamburgo en 1867; los otros dos fueron publicados por
Engels en los años 1885 y 1894. En esta obra, se plantea la crítica del presente en relación
al sistema capitalista. Marx explica como la explotación burguesa es una condición que
depende del capitalismo, donde existe un obrero que genera un beneficio superior a su salario
El Manifiesto Comunista
Esta obra elaborada por Karl Marx y Friedrich Engels entre los años 1847 y 1848 es una
Prensa
Marxismo en Cubadebate
https://www.euston96.com/marxismo/
https://www.ecured.cu/Marxismo
Marxismo
Contenido
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1 Surgimiento
o 1.1 Gran viraje revolucionario
2 Comunismo Científico
3 Base filosófica
o 3.1 Espíritu de partido en filosofía
4 Doctrina viva y creadora
o 4.1 Revisionismo
5 Marx y Engels
6 Lenin
o 6.1 Nueva época histórica
7 Marxismo legal
8 Filosofía marxista soviética
9 Presencia y enseñanza en Cuba
o 9.1Pseudorrepública
o 9.2 Concepción del mundo
o 9.3 Revolución triunfante
10 Evolución después del triunfo revolucionario
o 10.1 Primera etapa
o 10.2 Segunda etapa
o 10.3 Tercera etapa
11 Bibliografías
12 Fuentes
Surgimiento
El marxismo surgió en la década de 1840, tuvo por cuna la lucha
liberadora de la clase obrera y se convirtió en expresión teórica de
los intereses fundamentales de dicha clase, en programa de su
lucha por el socialismo y el comunismo.
Comunismo Científico
El Comunismo Científico -importantísima parte componente del
Marxismo-Leninismo- tiene su profunda fundamentación
económica en la Economía política creada por Marx, teoría que
descubre las leyes del modo capitalista de producción y
demuestra que el cambio de la sociedad capitalista en socialista
es inevitable.
Base filosófica
La base filosófica del Marxismo-Leninismo está constituida por
el Materialismo Dialéctico e Histórico.
Revisionismo
Corriente oportunista en el movimiento obrero revolucionario, es
hostil al marxismo, pero se presenta bajo su bandera. Recibió su
nombre por someter a “revisión” la teoría marxista, su programa
revolucionario, su estrategia y su táctica.
Marx y Engels
Marx.
Engels.
Marx y Engels prosiguieron infatigablemente las investigaciones
acerca de su teoría, la fueron enriqueciendo con nuevas tesis y
conclusiones cuya veracidad comprobaban en la experiencia
revolucionaria de las masas, en los nuevos éxitos de la ciencia.
Lenin
Lenin.
La nueva etapa en el desarrollo creador del Marxismo está
indisolublemente unida al nombre de Vladímir Ilich Lenin, fiel
continuador de la teoría de Marx. La aportación de Lenin a la
teoría marxista es tan grande que con razón esta teoría se llama,
actualmente, Marxismo-Leninismo.
Marxismo legal
Reflejo del marxismo en la literatura burguesa; tergiversación
liberal-burguesa del marxismo. Surgió en la última década
del siglo XIX. En aquellos años Lenin, Plejánov y otros marxistas
habían derrotado ideológicamente al populismo, y el marxismo se
difundía ampliamente por Rusia.
Entre la intelectualidad burguesa aparecieron “compañeros de
ruta” temporales del movimiento obrero. Publicaban sus trabajos
en periódicos y revistas legales, es decir, permitidos por el
gobierno (de ahí que se les llamaran “marxistas legales” y en
nombre del marxismo combatían a los populistas. Para los
“marxistas legales”, decía Lenin, la ruptura con el populismo no
significaba pasar del socialismo pequeño-burgués (o campesino),
al socialismo proletario, sino al liberalismo burgués.
Los marxistas legales intentaban adaptar el movimiento obrero a
los intereses de la burguesía, exaltaban por todos los medios el
régimen burgués e instaban a que en lugar de emprender la lucha
revolucionaria se procurase aprender del capitalismo.El marxismo
legal negaba lo principal en el marxismo (la teoría de la revolución
proletaria, la dictadura del proletariado).
Lenin sostuvo una lucha intransigente contra el marxismo legal,
aunque para batir más rápidamente a los populistas, admitió el
establecimiento de un acuerdo temporal con los marxistas
legales.
En “El contenido económico del populismo y su crítica en la obra
el señor Struve” (1894-1895), Lenin puso de manifiesto la esencia
antimarxista del marxismo legal, sometió a honda crítica el
objetivismo burgués, al que contraponía el espíritu de partido del
marxismo revolucionario. En filosofía, los marxistas legales, por
regla general, mantenían posiciones kantianas.
Revolución triunfante
La Revolución triunfante, democrática, popular y antimperialista,
rescató el honor y la dignidad nacional y dio origen a gigantescos
cambios socioeconómicos, políticos y espirituales. Las masas
imbuidas de fervor revolucionario radicalizaron su conciencia en
proporción directa con la radicalización del proceso, que transitó
en virtud de su propia naturaleza, aunque favorecido por la
coyuntura internacional, hacia el socialismo.
Con la declaración del carácter socialista de la Revolución, el
Marxismo como teoría social devino hegemónico. A partir de ese
momento se inició un proceso masivo de aprendizaje, que con
algunas variantes se prolonga hasta estos días, y en el cual
la población se instruye y educa en los principios y conceptos
fundamentales del Marxismo-Leninismo por vías directas (cursos
en escuelas políticas o en diferentes niveles de enseñanza), o
indirectas (participación en las organizaciones políticas y de
masas, medios masivos de comunicación, etcétera).
Primera etapa
La primera etapa transcurre en la década del 60 y se inaugura
con la enseñanza de la Filosofía Marxista a gran escala. Se
caracteriza por el debate, la diversidad de opiniones y la libertad
creativa.
La enseñanza del Marxismo no sigue en todas las instituciones un
patrón único. Junto al modelo soviético coexiste una
interpretación del Marxismo que, inspirada en la originalidad de
la Revolución cubana, no se circunscribe al empleo de los
clásicos, pues recurre a la lectura de autores contemporáneos
incluidos el Che, Fidel y diferentes líderes del movimiento
revolucionario y de liberación nacional del Tercer Mundo.
Segunda etapa
Los años 70 marcaron un viraje en la vida intelectual, pues unido
al proceso de institucionalización que experimenta`la Revolución,
se produce un mayor acercamiento a la URSS y a los demás países
del bloque socialista, conducente a la adopción del modelo
soviético de construcción del socialismo.
La interpretación soviética del Marxismo-Leninismo y su
concepción filosófica devienen predominantes, y dan lugar a un
proceso masivo de aprendizaje en las universidades y otras
instituciones docentes.
En el marco de este proceso arriban a Cuba numerosos asesores
soviéticos para contribuir a la formación emergente de profesores
y, casi paralelamente, viajan a la URSS y otros países socialistas
cientos de estudiantes para prepararse como profesores
de Filosofía, Economía política y Comunismo Científico. La
apertura de la carrera de Filosofía Marxista-Leninista en las
universidades de La Habana y Oriente fue un hecho
significativo.
Tercera etapa
Si bien la preocupación acerca del Marxismo o de los marxismos
posteriores a Marx no es nueva, sí adquirió mucha mayor
notoriedad después del derrumbe del sistema socialista de Europa
del Este y de la confusión que cundió en todo el mundo
progresista.
Con los ecos de la crisis del Marxismo y la política de
la Perestroika en lo internacional, se inicia la tercera etapa que
llega hasta la actualidad y que tiene con el llamamiento al Cuarto
Congreso del Partido Comunista de Cuba un punto significativo.
La creatividad y la búsqueda de una interpretación teórica propia
sobre la realidad cubana reclaman perentoriamente su lugar
principal como premisa vital para restaurar la credibilidad del
Marxismo, seriamente afectado por los años de aprendizaje
escolástico. Los acontecimientos que condujeron a la caída del
Campo Socialista y la difícil situación del país en el Período
Especial gravitan negativamente sobre estas intenciones.
Bibliografías
Rosental, M & Iudin P. Diccionario Filosófico. Editora
Política, 1981, Ciudad de La Habana, Cuba.
Fuentes
Santana Castillo, Joaquín. Algunos problemas de la Filosofía
Marxista y su enseñanza en Cuba. Universidad de La Habana.
Temas
La Polilla Cubana
https://www.allaboutworldview.org/spanish/teologia-
marxista.htm
Desde los días universitarios de Carlos Marx hasta el presente, portavoces oficiales del marxismo
han sido consecuentes con el contenido de su teología que Dios, ya sea que se le conozca como
un Ser Supremo, Creador, o Gobernante Divino, no existe, no puede existir, y no debe existir. 3
"La filosofía no oculta esto," dijo Marx. "La profesión de fe de Prometeo: 'En una palabra, ¡yo odio a
todos los dioses!', es la suya propia, su propio juicio contra todas las deidades celestiales y
terrenales que no reconocen la conciencia humana como la divinidad suprema. Nada debe
permanecer junto a ella."4
En un círculo radical de Juventud Hegeliana que incluía a Ludwig Feuerbach y a Frederick Engels,
Marx se convirtió en ateo. El ateísmo fue adoptado por el grupo, con la proclamación de
Feuerbach: "Es claro como el sol y evidente como el día que no existe ningún Dios; y aún más, que
no puede haber ningún Dios."5
Aceptando la conclusión de Feuerbach de que Dios es una proyección creada por la misma
humanidad, Marx alardeó: "El hombre es el ser supremo para el hombre." Ciertamente, Marx
explica que esta opinión señala el final de todas las religiones: "La crítica de la religión termina con
la enseñanza de que el hombre es el ser supremo para el hombre. . . . " 6
Para Marx, entonces, la humanidad es Dios. Nosotros creamos a Dios a nuestra propia imagen.
Nosotros creamos la religión para adorarnos a nosotros mismos. La idea de que Dios es
simplemente nuestra proyección está contenida en la afirmación de Marx de que el hombre
"buscaba un superhombre en la realidad fantástica del cielo y no encontró nada allí, sólo su propio
reflejo." 7
Debido a que Marx cree que somos Dios, también cree que debemos tomar el control de la
realidad y moldearla de acuerdo a nuestras especificaciones. "Los filósofos sólo han interpretado al
mundo de distintas maneras," dice Marx; "lo importante, sin embargo, es cambiarlo." 8 Debido a que
las instituciones de la sociedad descansan sobre una base de teísmo, Marx determinó cambiar
todas las instituciones sociales y re-establecerlas sobre bases ateas. Para este fin, Marx y Engels,
en el Manifiesto Comunista, exigieron el "derrocamiento forzoso" de todas las condiciones sociales
existentes.
Esta petición estaba basada en el ateísmo dogmático de Marx, y no en una observación social
desapasionada. Las teorías económicas de Marxy, ciertamente, toda su cosmovisión fueron
diseñadas para encajar con su teología.
El amigo y compañero ateo de Marx, Engels, declaró: "Queremos barrer todo lo que afirme ser
sobrenatural y sobrehumano, porque la raíz de toda falsedad y mentira es la pretensión del
humano y de lo natural de ser sobrehumano y sobrenatural. Por esa razón hemos declarado la
guerra de una vez por todas a la religión y a las ideas religiosas, y nos importa poco si se nos llama
ateos u otra cosa."10
Al igual que Marx, Engels previó un tiempo cuando acabarían todas las religiones. Arguyó que
cuando la sociedad adopta el socialismo, esto es, cuando la sociedad toma posesión de todos los
medios de producción y los utiliza en una base planificada (eliminando así la esclavitud económica
de la clase obrera), la religión misma desaparecerá.
Desde los excitantes días de Marx y Engels, pasando por la era de Lenin y Stalin y siguiendo hasta
la Escuela Fráncfort (Adorno, Marcuse, etc.), las Brigadas Rojas, Herbert Aptheker, William Z.
Foster, Paul Robeson (ganador del Premio de la Paz de Stalin), el Partido Comunista EEUU, Gerda
Lerner, Eric Foner, Howard Zinn, RESPUESTA Internacional, Antonio Gramsci, Gyorgy Lukacs,
Walter Benjamin, Eric Hobsbawnel juicio al marxismo continúa junto con su teología atea.
National Review se refirió al Imperio como "el libro comunista más candente e inteligente del
momento'"13 y la revista Foreign Affairs se refirió a él como [una] visión amplia neo-marxista del
orden mundial venidero."14 Los teístas de todas partes reconocen, como lo hizo Feodor
Dostoevsky, que "el problema del comunismo no es un problema económico. El problema del
comunismo es el problema del ateísmo."15
https://www.allaboutworldview.org/spanish/economia-marxista.htm
El sistema económico juega un papel mucho mayor en la cosmovisión marxista que en la cristiana
o en la del humanismo secular. Para los marxistas, el sistema económico determina las leyes, el
tipo de gobierno, y el papel de la sociedad en la vida cotidiana. Aunque la mayoría estará de
acuerdo en que un sistema económico afecta estas áreas hasta cierto punto, los marxistas afirman
que dicta el carácter preciso de ellas. Con esto en mente, los marxistas concluyen que sistemas
económicos indeseables crean sociedades retrógradas, indeseables. Ellos señalan los males en
una sociedad capitalista y concluyen que el capitalismo, basado en la propiedad privada, es un mal
sistema económico que debe ser reemplazado con un sistema más humano, uno que abolirá la
propiedad privada y el intercambio libre y pacífico de bienes y servicios (el libre mercado).
De acuerdo con Marx, el problema clave del capitalismo es que genera la explotación de los
trabajadores. Marx dice que en una sociedad capitalista, la burguesía (los dueños de la propiedad)
iguala el valor personal con el valor de cambio, conduciendo a la "explotación abierta,
desvergonzada, directa y brutal.2
El segundo defecto del capitalismo es su naturaleza caótica. Mientras que el Estado puede
controlar todos los aspectos del socialismo, desde la producción hasta la distribución, el
capitalismo es controlado por el libre mercado. (Técnicamente, el capitalismo es conocido como
una economía dirigida por el mercado, y el socialismo como una economía planificada
centralmente, aunque en la práctica la mayoría de las economías son una mezlca de ambas.) En
un sistema socialista, las decisiones económicas referentes a precio, producción, y consumo, son
tomadas por planificadores centrales afiliados al gobierno. En un sistema capitalista, las decisiones
son tomadas por cada productor y cada consumidor - una ama de casa con una lista de víveres,
por ejemplo, es una planificadora económica en un sistema capitalista. El marxismo acentúa esta
diferencia, afirmando que sólo una economía planificada puede descubrir verdaderamente los
mejores métodos de producción y distribución. Los marxistas creen que las economías capitalistas
se alimentan de las crisis que tienden a estimularlas. Marx creía que esta dependencia de las crisis
podría causar estragos a largo plazo, y por lo tanto, abogaba para que una comunidad planificada
reemplazara tal sistema espontáneo, errático e irresponsable.
De esta manera, el proletariado actúa como un catalizador para la caída del capitalismo y
surgimiento del nuevo sistema socialista. "El extremadamente agudo conflicto de clases entre los
explotadores y los explotados constituye la característica básica del sistema capitalista. El
desarrollo del capitalismo inevitablemente conduce a su propia ruina. Sin embargo, el sistema de
explotación en sí no desaparece. Es destruido sólo como resultado de una lucha revolucionaria y la
victoria del proletariado.5
El concepto de la dialéctica ilustra que la caída del capitalismo y el subsiguiente surgimiento del
socialismo, y eventualmente del comunismo, son inevitables. La burguesía (tesis) y el proletariado
(antítesis) chocan para crear el socialismo (síntesis) que garantiza el advenimiento del comunismo.
La dialéctica, de ser continuada, también garantiza que el comunismo no puede ser la síntesis final.
En resumen, los marxistas creen que el comunismo es el sistema económico ideal y la base de la
utopía en todos los aspectos de la sociedad.
En la cosmovisión marxista nada podría ser más ideal, y de acuerdo con Lenin, ninguna otra cosa
permitiría la supervivencia de la raza humana. Él dice: "Fuera del socialismo, no hay salvación para
la humanidad de la guerra, el hambre, y la destrucción adicional de millones y millones de seres
humanos.9
¡Aprenda Más!
Notas:
Presentado con autorización del libro: Understanding the Times: The Collision of Todays
Competing Worldviews (Rev. 2nd ed), David Noebel, Summit Press, 2006. Cortesía de John
Stonestreet, David Noebel, y del Christian Worldview Ministry en Summit Ministries. Todos los
derechos reservados en el original.
1
V.I. Lenin, Obras Escogidas, 38 vols. (Nueva York, NY: International Publishers, 1937), 9:479.
2
Carlos Marx y Frederick Engels, Obras Escogidas, 40 vols. (Nueva York, NY: International
Publishers, 1976), 6:487.
3
Carlos Marx, El Capital (London, UK: Sonnenschein, 1982), 6601. Citado en el libro de Harry W.
Laidler, Historia del Socialismo (Nueva York, NY: Thomas Y. Crowell, 1968), 1523.
4
Frederick Engels, Socialismo: Utópico y Científico (New York, NY: International Publishers, 1935),
69.
5
Raymond Sleeper, ed., A Lexicon of Marxist-Leninist Semantics(Alexandria, VA: Western Goals,
1983), 30.
6
Ibid., 249.
7
Ibid., 302.
8
Citado en el libro de Kenneth N. Cameron, Marxism: The Science of Society (Boston, MA: Bergin
& Garvey, 1985), 85.
9
John Strachey, The Theory and Practice of Socialism (New York, NY: Random House, 1936),
página título.
10
Stephane Courtois, et al., The Black Book Of Communism (Cambridge, MA: Harvard University
Press, 1999) y R.J. Rummel, Death by Government (New Brunswick, NJ: Transaction Publishers,
1994).
https://www.enciclopediafinanciera.com/teoriaeconomica/
economia-marxista.htm
La economía marxista (marxismo), desciende de la economía clásica,
siendo su autor original Karl Marx, de quien toma su nombre. El primer
volumen de la obra principal de Marx, El Capital, fue publicado en alemán
en 1867. En él, Marx se centró en la teoría del valor-trabajo o lo que él
consideraba, explotación del trabajo por el capital.
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Marx desarrollo una teoría del valor-trabajo, que sostiene que el valor de
una mercancía debe calcularse según el tiempo de trabajo empleado en
ella. En este modelo, los capitalistas no pagan a los trabajadores el valor
total de las mercancías que producen, sino que compensa al trabajador por
sólo una fracción de un día completo de trabajo - el resto, el excedente de
mano de obra, se lo embolsa el capitalista. Marx teorizó que la diferencia
entre el valor de lo que un trabajador produce y su salario es una forma de
trabajo no remunerado, conocido como plusvalía que se queda el
capitalista. Considera así más justo repartir el rendimiento del trabajo entre
todos los trabajadores en función de su esfuerzo y dedicación.
Por otra parte, Marx argumenta que los mercados tienden a oscurecer las
relaciones sociales y los procesos de producción. Así afirmaba que la gente
es muy consciente de las materias primas, y por lo general no pensamos en
las relaciones y el trabajo que ellos representan.
http://www.pensamientocritico.info/index.php/articulos-
1/goticas-de-economia-critica/el-objeto-de-la-leconomiar-
segun-marx-claves-limitaciones-y-desarrollos-necesarios
El objeto de la «economía» según Marx:
claves, limitaciones y desarrollos necesarios.
Para empezar, podemos citar una primera definición de la economía por parte de
Marx, que se asemeja mucho a la definición del Estado hecha por Hegel.
“Si resulta claro que la producción ofrece exteriormente el objeto del consumo,
también lo es que el consumo ofrece idealmente el objeto de la producción, como
imagen interior, como necesidad, como instinto o como fin” (Marx, 1978: 12).
En efecto, Marx usa aquí términos que Hegel ya había empleado cuando dice que
“...el Estado es necesidad exterior y poder superior” de la Sociedad Civil, “pero por
otra parte es fin inmanente...” de ella (Hegel, Filosofía del Derecho; citado en
Hinkelammert, 1970: 45). Pero en esta “definición”
Marx reemplaza la relación Sociedad Civil-Estado por la relación producción-
consumo. Es evidente que Marx da este paso conscientemente, pues ya en su crítica
a la Filosofía del Derecho de Hegel, había comentado extensamente el párrafo
referido, pero sin llegar todavía a este reemplazo por la dialéctica consumo-
producción. Sin embargo, la semejanza nos indica que Marx usa conscientemente
términos similares cuando escribe su Introducción a los Grundrisse.
Marx critica esta postura en todas sus formas. Para Marx el verdadero «equilibrio»,
detrás del equilibrio formal de los valores, es un equilibrio de la vida material de los
hombres. Los valores universalistas que él confronta son formales. Lo decisivo para
Marx es el contenido material. La interiorización de los valores universalistas no
asegura de ninguna manera un equilibrio del contenido material al cual se aplican. Los
valores universalistas no son más que normas para actuar materialmente, para vivir
una vida concreta. Son limitaciones y canalizaciones de esta vida concreta pero no la
reemplazan, y si no fijamos unilateralmente esta canalización de la vida concreta por
los valores, se llega a un problema totalmente nuevo, el problema del mantenimiento
material de la vida. Los hombres actúan hacia el mundo en producción y consumo y
los valores no son más que canalizaciones de este contenido material y verdadero de
producir y consumir (Marx, La Ideología alemana; en Fromm, 2009: 205-207).
Hasta aquí, Marx todavía mantiene posiciones compatibles con conceptos tan
tradicionales como la ética aristotélica y tomista (el hombre como un ser social).
También la ideología liberal-iluminista sabe que los valores son conceptos de
canalización de la vida material; pero Marx da un paso decisivo cuando destaca que
los problemas de la vida material de los hombres no se solucionan por la canalización
normativa de valores éticos; descubre que esta vida material (corporal) está dominada
por leyes específicas que influyen sobre el carácter de las normas. Encuentra la base
de estos problemas especiales en la «coordinación del trabajo social» (división social
de trabajo) dentro de la cual opera la vida material. Un equilibrio de valores no supone
equilibrio en la vida material de los hombres y la introducción continua de nuevos
valores no puede asegurarlo tampoco. Los valores sociales sólo determinan las
instituciones dentro de las cuales se realiza la vida material de los hombres; no
influyen las leyes interiores que dirigen el equilibrio material de la división social del
trabajo. Los valores sólo determinan relaciones sociales de la producción pero no
determinan la producción.
Pero lo anterior no lleva todavía a Marx a una ruptura radical con la ideología liberal-
iluminista. Esto sólo ocurre cuando insiste en que la relación producción-consumo se
rebela contra cualquier sistema de valores que pretenda independizarse de ella. Sólo
—es la tesis de Marx— si los valores pierden su independencia y se integran en la
regulación consciente de la relación producción-consumo, la sociedad toma
conciencia de sí misma. Marx habla en este caso de la producción de las relaciones
de producción, su definición última de la sociedad comunista (Idem).
Hoy, este objeto de la economía nos parece reduccionista, al menos por tres razones:
1-El mismo Marx insiste, ya en El Capital, que la reproducción material de la vida debe
entenderse a partir de un «metabolismo social» en que el ser humano asimila,
intercambia y transforma la naturaleza. Esto nos lleva a otra dimensión del análisis no
desarrollado por Marx: el equilibrio reproductivo del circuito natural de la vida humana.
Sin reproducción de la naturaleza exterior al ser humano, tampoco puede haber
reproducción de la vida humana.
Pero hay otros dos puntos –si se quiere de carácter metodológico-, de crucial
importancia para el análisis del capitalismo aportado por Marx y que deben ser
desarrollados. Primero, advertir que el “equilibrio” de los pensadores liberales, y con
más razón de los economistas neoclásicos, es un equilibrio predeterminado y, por
tanto, un mito. En Marx el equilibrio es tan solo un punto de referencia para analizar lo
que es normal en el capitalismo, esto es, el desequilibrio. Pero tampoco podemos
hacer del desequilibrio otro mito, y Marx invierte la “negación de la negación”
hegeliana para desarrollar su concepto del “equilibrio por el desequilibrio” del mercado
capitalista, donde la crisis económica es la manera de imponerse el equilibrio. Pero
también habría que estudiar si el “equilibrio definitivo” que Marx propone, el reemplazo
de las relaciones mercantiles por otras en las cuales el equilibrio se realice por el
equilibrio (libre regulación y orden espontáneo) es el camino más adecuado (y
factible) para una democracia directa o “real”.
En segundo lugar, la «dualidad trabajo concreto/trabajo abstracto», esto es, «el doble
carácter del trabajo», “donde se encierra todo el secreto de la concepción crítica”
(Marx, carta a Engels del 8 de enero de 1868, incluida en Marx, 1973: 699). Sin
embargo, esta dualidad de la mercancía capitalista tiene una expresión más general
que trasciende a la propia producción mercantil: trabajo específico/trabajo general o,
«forma social/contenido material». El estudio crítico de la economía no se puede
limitar a la forma social (el trabajo abstracto, el valor, el dinero como equivalente
universal, la acumulación, etc.), sino que debe abordar, simultáneamente, el análisis
del contenido material (el trabajo concreto, el valor de uso, el dinero como medio de
intercambio, la reproducción in natura, etc.). Ignorar uno u otro es caer en análisis
unidimensionales y reduccionistas de «lo económico».
Bibliografía citada:
https://www.ernestmandel.org/es/escritos/txt/la_teoria_marxista_de_la
s_crisis.htm
Marx no tuvo tiempo de elaborar en forma sistemática una teoría de las crisis. Había
reservado esta elaboración para uno de los tomos no escritos de El Capital, el tomo
dedicado al mercado mundial. Pero en el tomo 3 de El Capital, en las Teorías de la
plusvalía, en diferentes contribuciones periodístico-descriptivas, así como en su
correspondencia, Marx y Engels han incluído suficientes pasajes que tratan del ciclo
industrial y de la crisis como para que se pueda hablar de una verdadera teoría
marxista de las crisis, sin forzar los textos o falsificar su pensamiento.
La teoría marxista de las crisis rechaza toda concepción monocausal. Las crisis no se
deben exclusivamente al exceso de capitales (sobreacumulación) o, lo que es
equivalente, a la insuficiencia de la masa de plusvalía producida corrientemente. No
se deben exclusivamente a la insuficiencia del poder de compra por parte de las
masas. Tampoco se deben exclusivamente a la desproporción entre los dos
departamentos fundamentales de la producción, el departamento de bienes de
producción y el departamento de bienes de consumo. Todas estas causas
desempeñan un papel en el desencadenamiento de las crisis y en su reproducción
cíclica, pero ninguna de ellas determina, por sí sola, el estallido regular de las crisis.
La razón por la cual Marx rechaza toda explicación monocausal de las crisis es que
considera al ciclo industrial y a las crisis de sobreproducción en las cuales aquél
desemboca regularmente, como inherentes al modo de producción capitalista mismo.
Este modo de producción está basado sobre la producción mercantil generalizada. Es
del hecho de que los medios de producción (incluídas las tierras) y la fuerza de
trabajo se han convertido en mercancías, de donde se desprende la relación
capital/trabajo asalariado, es decir el modo de producción capitalista.
Nosotros definimos las crisis después de la segunda guerra mundial -en la época del
capitalismo tardío- como recesiones, porque son crisis combinadas con una inflación
permanente que atenúa parcialmente sus efectos. La inflación del crédito, es decir de
la moneda fiduciaria, de la "moneda bancaria", permite vender más mercancías que
con el poder de compra efectivamente creado durante el proceso de producción.
Permite acumular más capitales que con la plusvalía efectivamente producida en el
curso del proceso de producción y realizada en el curso del proceso de circulación. A
pesar de toda la demagogia de los monetaristas y todas las medidas deflacionistas
tomadas por los gobiernos burgueses (tanto de "derecha" como de "izquierda"), la
inflación subsiste en el curso del actual ciclo industrial, aunque ella haya sido reducida
con relación a los años 70 (pero. no con relación a los años 50 y 60).
No puedo analizar en detalle todos los rasgos particulares de las crisis de 1970-1971,
de 1974-1975 y de 1980-1982. Pero quiero insistir sobre un aspecto esencial de esta
combinación de rasgos particulares y rasgos generales de las crisis actuales: la
combinación entre el ciclo industrial septenal o sexenal, y la onda larga de tendencia
depresiva que comenzó manifiestamente hacia el fin de los años 60. Esta sucedió a
una onda larga expansiva que se extiende de 1948-1949 a 1968 (salvo en los países
anglosajones, donde comenzó sin duda hacia 1940).
Esta combinación entre ciclo industrial clásico y onda larga depresiva tiene
consecuencias considerables sobre la evolución económica a medio y largo término.
Tiene consecuencias igualmente importantes en el plano social y político.
Para los menos subdesarrollados de entre ellos esto significa un cambio de clima
socioeconómico y político completo con relación a los diez años precedentes, una
pérdida de credibilidad de los proyectos de industrialización (de desarrollo) en el
marco del capitalismo internacional, de los proyectos nacionalistas-populistas, etc.,
con una caída brutal del nivel de vida de las masas. Para los más pobres de entre
ellos lo que se está desarrollando es una tragedia de dimensiones históricas, de la
cual, para vergüenza común de todos nosotros, vanguardia revolucionaria
internacional, para no hablar ya del movimiento obrero internacional, no se ha
tomado la menor conciencia. Se puede resumir esta tragedia en una fórmula: la onda
larga depresiva provoca una pauperización absoluta en los países semicoloniales más
pobres que lleva el poder de compra de los salarios medios hacia el nivel de las
raciones de alimentos de los campos de concentración nazi.
Sin poder hacer una lista exhaustiva de todas las "explicaciones" de recambio de la
crisis con relación a la explicación marxista, mencionaremos los esquemas ideológicos
siguientes:
La crisis sería el resultado inevitable del alza excesiva de los salarios directos e
indirectos durante la fase de expansión precedente. Hay una versión
derechista de esta "explicación" (la explicación neoclásica, monetarista: "The
workers priced themselves out of the labor market"). Hay también una versión
de "izquierda" de esta explicación: la teoría del "profit squeeze", que volviendo
de Marx a Ricardo, reduce la caída de la tasa de ganancia a la caída de la tasa
de plusvalía, es decir que explica la crisis por el alza de los salarios.
La crisis sería el resultado inevitable de la inflación, considerablemente
aumentada por el alza de los precios del petróleo en 1973 y en 1979.
La crisis sería el resultado de una conspiración de las multinacionales, o de
una conspiración del imperialismo norteamericano, para « restablecer (o
consolidar) su hegemonía sobre la economía capitalista internacional, incluso
sobre la economía mundial.
La crisis no sería más que un mecanismo normal de relanzamiento y de
redespliegue internacional de la acumulación de capital, que el capitalismo
sería capaz de realizar y qué por otra parte estaría ya en vías de realizarse.
Todos estos resultados que persiguen tienen un objetivo central: ejercer una enorme
presión sobre la clase obrera para que ésta no reconozca que el capitalismo, y
solamente el capitalismo, es responsable de la crisis, y que toda lucha real y eficaz
contra las consecuencias desastrosas de las crisis para las masas trabajadoras debe
ser una lucha contra el capitalismo, una lucha anticapitalista. Es una presión para
impedir el surgimiento de una alternativa anticapitalista, socialista, a la crisis, por la
cual amplias masas estar{ian dispuestas a combatir.
Con el nivel alcanzado actualmente por el armamento -ante todo, pero no sólo, el
armamento nuclear-, con los procesos de destrucción del medio ambiente en curso,
con el ascenso del hambre en el mundo, este potencial destructor debería hoy ser
multiplicado por lo menos por cinco. Esto implica el riesgo real de destrucción de la
infraestructura material y humana sobre la tierra.
Desde 1914, la humanidad está confrontada con el dilema: socialismo o barbarie. Dos
guerras mundiales, innumerables guerras locales, el ascenso periódico de dictaduras
sanguinarias fascistas, semifascistas, militares, la extensión de la tortura en más de
sesenta países; todo esto prueba que la noción de "barbarie" no es propagandística,
ni mistificadora, ni abstracta, sino que está cargada de un contenido real cada vez
más dramático. Pero hoy, con el armamento y el sobrearmamento nuclear, el dilema
"socialismo o barbárie" adquiere una nueva dimensión más precisa todavía. Hoy, la
victoria mundial del socialismo se ha convertido en una cuestión de supervivencia
física del género humano. Hoy, a largo término, el dilema es: "socialismo o
destrucción del género humano".
Digo "a largo término". A corto término, y a medio término, el capital internacional
choca con obstáculos y resistencias inmensas para aplicar un curso hacia la
reconquista de los mercados perdidos, es decir un curso hacia la tercera guerra
mundial. Entre estos obstáculos y estas resistencias está ante todo la fuerza del
movimiento obrero y del movimiento antiguerra en los países imperialistas y la fuerza
del movimiento antimperialista en los países semicoloniales y en los países
dependientes. Hoy, lo que la remilitarización pone al orden del día en lo inmediato,
son guerras contrarrevolucionarias locales, como la agresión al Líbano contra la
revolución palestina, la agresión contra la revolución centroamericana, la agresión
contra la revolución en Africa Austral. Antes de que puedan ser infligidas derrotas
muy severas al movimiento obrero y al movimiento de masas de los principales
países del mundo capitalista, la tercera guerra mundial no estará al orden del día.
Para nosotros, esto no es algo que ya está resuelto: las batallas decisivas están. ante
nosotros, no tras de nosotros. Si queremos referirnos, con todos los riesgos
inherentes a las analogías históricas, a las etapas preparatorias de la segunda guerra
mundial, estamos hoy en 1929 y no en 1933 o en 1938. La marcha hacia la segunda
guerra mundial habría podido ser invertida si Hitler no hubiera tomado el poder, si
Franco hubiera sido derrocado, si el ascenso revolucionario en Francia no hubiera sido
ahogado por el Frente Popular. Las grandes batallas de clase que vendrán en Europa
occidental, en Brasil, en México, en Argentina, en India, en Canadá, en Africa del Sur,
en Japón y sin duda finalmente en Estados Unidos, decidirán la marcha hacia la
tercera guerra mundial y, en consecuencia, la suerte de la humanidad.
Es posible plantearse la cuestión: ¿es racional para el capitalismo, incluso dirigido por
un personal político de derecha y de extrema derecha, considerar una "solución" a la
crisis a través de la guerra nuclear mundial? La pregunta en sí misma está mal
planteada. La sociedad burguesa en su conjunto se caracteriza por una combinación
sui géneris de racionalidad parcial y de irracionalidad global. La misma característica
se aplica a los armamentos.
Esta crisis sólo será resuelta si las masas toman en sus manos la gestión de sus
propios asuntos, de la economía, del Estado, de la sociedad. Esta crisis sólo será
resuelta por la socialización de los grandes medios de producción, su puesta en
funcionamiento planificada sobre la base de objetivos prioritarios fijados
democráticamente con el pluralismo político indispensable a la democracia, por la
masa de los productores-consumidores mismos, por la gestión de la economía por los
productores asociados, por la creación de una Federación Socialista Mundial, basada
en el poder de los trabajadores, el poder de los consejos obreros y populares en el
mundo entero.
1 de junio de 1983
https://elpais.com/diario/1983/03/13/opinion/416358009_850215.html
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LUCIO COLLETTI
13 MAR 1983
La ciencia no es todo
Quien conozca la extraordinaria consideración de que gozó la
ciencia durante la segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, el
valor último, definitivo, absoluto -el esencialismo, del que más
tarde hablará Popper-, que los científicos atribuían a sus proDios
descubrimientos (el siglo XIX careció, en gran medida, de una idea
perteneciente alfalibilismo de la ciencia, o sea, la del significado
hipotético y. conjetural de sus teorías), comprenderá bien lo que
Marx se proponía cuando hablaba del paso del socialísmo de la
utopía a la ciencia.
Pero en el marxismo la ciencia no es todo. Hay algo más. Marx
proviene de Hegel, como es sabido, y en su evolución lleva consigo
la filosofía de la historia, es decir, la concepción del curso histórico
como si se tratase de algo preconfigurado, una trayectoria hacia
una meta ya determinada. Lo mismo que en el providencialismo
cristiano, en este caso la historia está dividida en tres etapas:
existe un primer estadio anterior a la caída, es decir, el de
la unidad primigenia, el de la armonía original. A éste sigue una
larga época histórica caracterizada por el dolor y la infelicidad: lo
que Hegel llama el reino de la alienación y Marx identifica con la
división de la sociedad en clases. El tercer estadio, finalmente, es
el destinado a suprimir la escisión o alienación y a restablecer la
unidad original a un nivel más alto.
Según Hegel, esta concepción de la historia finaliza con la
venida de Dios al mundo, con su realización; sin embargo, según
Marx y los hegelianos de izquierdas, el proceso se mundaniza
hasta las últimas consecuencias. Todo lo que al principio
significaba trascendencia se traslada al futuro, el cual -siendo el no
presente, es decir, lo que todavía no es y, por tanto, en cierto
modo, lo que trasciende todo lo que existe actualmente- se
convierte en el nuevo absoluto. En el lenguaje de Marx, esta
característica de lo absoluto del futuro es la sociedad del
porvenir, el comunismo, un estadio en el que ya no existirán
¿QUÉ QUEDA DEL MARXISMO?
conflictos ni divisiones; la sociedad sin Estado, sin leyes, dinero, tribunales
ni cárceles; el sitio donde finalmente se realizará la emancipación completa
y total: el paso del reino de la necesidad al de la libertad.
Una mano a Lenin
La unión de estas dos perspectivas -la científica, por una parte, y la
filosófica o escatológica, por la otra- es, desde un punto de vista teórico,
desastrosa. La ciencia y la teoría de la alineación, la ciencia y la dialéctica,
son incompatibles entre sí, como la causalidad y el finalismo, el
materialismo y la teleología. Sin embargo, desde otro punto de vista, su
combinación da lugar a una mezcla explosiva. Marx consigue conjugar en
ellas dos ideas de fuerza decisivas: la idea de la ciencia y la exigencia
mesiánica de la salvación y de la redención absoluta, que hasta entonces
había sido patrimonio exclusivo de la religión. De la unión de estos dos
factores pasa al primer plano lo que constituye el verdadero elemento
específico del marxismo, su mayor originalidad: el momento de
la realización, es decir, la idea de un saber o programa absoluto que se
tiene que aplicar en el mundo y se traducirá en una ordenación de las
cosas.
En ambos sentidos, este momento de la realización es esencial. Con un
primer significado de que debería de ser la comprobación o
el control experimental del marxismo como ciencia; con un segundo
significado (que es el decisivo) de que se trata -como sostiene la undécima
tesis sobre Feuerbach- "no de comprender el mundo, sino de
transformarlo", o sea, suscitar y conseguir que nazca el hombre nuevo, la
humanidad redenta, traer al mundo la Jerusalén celestial.
Precisamente en este aspecto es donde la obra de Marx parece tender la
mano a la de Lenin y buscar en ella su natural conclusión. Lenin
comprendió que no había que predicar la revolución, sino hacerla, y, dado
que él la hizo, es obvio que se erigió en el único y verdadero
marxista ortodoxo. Con ello, Lenin representó un papel decisivo en la
historia del mundo moderno y, sobre todo, penetró en la verdad del
marxismo y se realizó su vocación esencial, es decir, que lo realizó. Con
su actuación obró retrospectivamente sobre la propia labor de Marx y le
confirió ese peso, esa gravedad, ese significado tan trascendente para el
mundo que no tuvieron las obras de otros reformadores o utópicos sociales
(como Proudhon, Fourier, Saint-Simon, etcétera), y que ni siquiera la obra
de Marx hubiera tenido probablemente sin la Revolución de Octubre.
Las responsabilidades
Para bien o para mal, el leninismo es, por tanto, el marxismo del siglo XX.
Un marxismo preleninista no tendría hoy sentido; por lo demás, es lícito
afirmar que, desde 1917, el marxismo de las socialdemocracias
occidentales se ha ido extinguiendo progresivamente, hasta el punto de
que los sucesores de Kautsky ya no son marxistas hoy día.
Teoría ricardiana.- Ricardo afirma que existe renta porque la tierra de buena
calidad es escasa y a medida que crece la población se tiene que cultivar tierra
de menor calidad o mal situada. Ricardo habla precisamente de la renta
diferencial basado en la diferente calidad de la tierra. Ejemplifica que con la
misma calidad de trabajo y de capital, pero con tierras de diferente calidad,
sólo el propietario de las mejores tierras, de las más fértiles, obtendrá renta.
Dice que el valor de las mercancías se mide por el trabajo que cuesta
producirlas en las peores condiciones; en consecuencia, el valor y el precio de
los productos agrícolas aumentan cuando se producen en malas condiciones
debido a que se requiere de más trabajo, no porque se deba pagar renta y
concluye: "…no es el trigo caro porque se para la renta, sino la renta se paga
porque el trigo es caro…"
Teoría Marxista.- Para Marx, la renta es una parte de la plusvalía generada por
los obreros asalariados de la cual se apropian los terratenientes por ser los
dueños de la tierra. La renta representa el excedente de la plusvalía sobre la
ganancia media de la tierra en la agricultura.
Teoría Marginalista.- Los marginalistas explican que los propietarios de la tierra
reciben renta porque el factor productivo que posee es escaso y, en
consecuencia, su productividad marginal aumenta proporcionalmente a medida
que se incrementa la demanda. Por un lado, existe una oferta restringida de
tierra, limitada a cierta extensión, lo que significa una oferta inelástica de la
tierra; por otro lado, la demanda de tierra se va incrementando, lo cual hace
aumentar la renta.
El servicio que prestan los dueños de la tierra recibe una remuneración que es
la renta, la cual depende de la demanda que exista sobre la tierra. Debido a
que la población crece y demanda mayores productos agrícolas o diferentes
usos de la tierra, la demanda de tierras se incrementa y el resultado es un
incremento constante de las rentas.
https://www.gestiopolis.com/escuelas-teoria-contable/
Contabilidad
11.05.2001
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Evolución de la contabilidad:
A. Edad antigua
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B. Escuelas de la práctica
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Esta comprende el periodo del 470 al 1458, a partir de este
momento se pasa de oficio a profesión, se habla del uso de libros
ligados normas, esto crea un nuevo sentido, ya que se mejoran las
prácticas contables, el desarrollo histórico lleva a la introducción
de la partida doble. También se debe tener en cuenta que nacen
varias escuelas que investigan y contribuyen al desarrollo
contable, que buscaban mejorar la práctica y entregar información
útil, pero dejaron a un lado la formulación de una teoría contable
que le diera fundamento a sus avances.
Definiendo:
La contabilidad debe permitir conocer en cualquier momento en
donde está y a donde va la empresa, dar informes claros y precisos
sobre su situación económica, así es un poderoso medio de dirección y
el principal instrumento administrativo de planeación y control
financiero.
C. Principios de teorización:
Teoría de la personificación:
Teoría jurídica:
Teoría económica:
Teoría administrativa
Costo de reposición.
Precio de venta.
Valor actual.
La pertinencia
La verificabilidad
La cuantificabilidad
La comparabilidad
La comprensibilidad
La validez
La neutralidad
La veracidad
Esta información debe ser útil para la predicción y posterior
análisis, con el fin de permitirle al usuario llegar a una buena
decisión.
C. Escuela ética:
D. Escuela sociológica:
Proceso deductivo:
Proceso inductivo:
Conceptualización contable
Después de tener claros los conceptos principales en el sistema
evolutivo y en las escuelas de pensamiento contable, se pretende
llegar a una conceptualización de la contabilidad, teniendo en
cuenta que este concepto es muy ambiguo gracias a la variedad
de ideas que se tiene sobre este concepto, que ha pasado de ser
una simple práctica a ser una ciencia.
Contabilidad:
Bibliografía: