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PARTE JESICA

UNIDAD 3
LA IDENTIDAD PERSONAL – MORENO GIMENEZ –
CAPITULO 8
Personalidad, identidad y autoconcepto
W. James establecía que si de una parte existía el sujeto como objeto de su propio conocimiento, el sujeto
empírico, de otra existía un sujeto agente del conocimiento, flujo y corriente de actividad cognitiva que
mantenía su identidad y su unidad a lo largo del tiempo. En la identidad personal habría dos aspectos
complementarios e irreducibles el uno al otro, el YO que se refiere al sujeto que actúa y observa y el MI
que es el producto de la observación y objeto de autoconocimiento. El yo sería la instancia ejecutiva de la
personalidad mientras que el mí sería su autorrepresentación.

La autoconciencia sería la capacidad que desarrolla el infante de reflexionar sobre si mismo y de tomarse a
sí mismo como objeto de observación y reflexión. El YO sería el proceso activo mientras el MI sería su
resultado.

La identidad personal es lo que uno asume ser; es la vivencia y representación que la persona hace de si
misma. La personalidad abarca todos los elementos que configuran y singularizan la conducta, la identidad
es el conjunto de tales elementos que el sujeto elige para singularizarse y ser reconocido por los demás. La
personalidad tiene una extensión mayor que la identidad, e incluye componentes sociales, corporales y
personales de los que el sujeto puede no tener conciencia.

La identidad es un proceso en el que están presentes diferentes elementos que se van formando a lo largo
del desarrollo: la imagen corporal, los autoesquemas y el autoconcepto como integración de los anteriores.
La primera fase se organiza en torno a la percepción corporal. Posteriormente, son los autoesquemas
sobre su experiencia, cogniciones y emociones. A través de ellos, el niño se percibe como dominante o
sumiso, agradable u hostil. La segunda fase se organiza en torno a la percepción de la propia conducta. La
tercera parte es la integración de ambos aspectos que da lugar a una concepción integrada y singular de sí
mismo que es el autoconcepto.

La identidad corporal
La imagine corporal es el conjunto de representaciones, percepciones, sentimientos y actitudes que el
individuo elabora con respecto a su propio cuerpo, en su infancia y a lo largo del ciclo vital. Esta, se
distingue del esquema corporal en que este ultimo consiste en la representación espacial que tenemos en
cada momento de nuestra posición corporal y la capacidad de movimiento posible. El concepto de
esquema corporal es básicamente motor y espacial.
El resultado final del proceso de desarrollo con respecto a la imagen corporal es la elaboración de una
representación mental en la que el cuerpo es considerado como propio, singular, diferente y al mismo
tiempo agente de acción y objeto de acciones de otros.
La satisfacción entre la imagen corporal y la imagen global de si mismos se produce con el somatotipo
percibido y subjetivo, no con el real. En general, los datos de diferentes estudios indican que las personas
somos poco conocedoras del atractivo real de nuestro cuerpo tal como es percibido por los otros,
especialmente las mujeres.

La percepción del somatotipo y su comparación social con las normas culturales es uno de los elementos
críticos para la identidad persona. La percepción de un somatotipo alejado de los valores de moda puede
crear fácilmente problemas de seguridad y autoestima personal, mientras que un somatotipo acorde con
los valores aceptados proporciona seguridad personal y social.
La satisfacción con la propia imagen corporal estaría ingulamente relacionada con la personalidad.

La experiencia corporal forma parte de la identidad más básica y primitiva. Es un entramado de


experiencias cinestésticas, de sensación y de emociones asociadas.
Los trastornos profundo de la identidad suelen llevar consigo trastornos de la imagen corporal y de la
experiencia corporal. La representación global del propio cuerpo, la imagen corporal, es un indicador
básico de la salud mental.

En el DSM-IV TR nombran a el trastorno dismórfico. Este se diagnostica a partir de tres elementos:


 Preocupación por algún defecto imaginado del aspecto físico
 La preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social.
 La preocupación no se explica mejor por otro trastorno mental.
La dismorfofobia, el temor a la fealdad, es un síndrome que tiene presentaciones subclínicas y
verdaderamente patológicas que ha llevado históricamente a pesar en posibles componentes psicóticos.

La imagen corporal insatisfactoria suele llevar asociada muchos problemas, personales, interpersonales y
sociales.

La experiencia del cuerpo es un tema que ha sido abordado con frecuencia por la fenomenología
considerado clásicamente por la psicología humanista y el psicoanálisis y más recientemente por la
psicología cognitiva, de los procesos emocionales y la psicofisiología. Rogers consideraba que la persona
alcanzaba un nivel óptimo y funcional cando estaba en consonancia con los procesos organísmicos, con sus
estados corporales. Los estados corporales median la aparición de los estados emocionales e
indirectamente del flujo de pensamientos.
La experiencia corporal cambia a lo largo del tiempo y cambia especialmente en momentos críticos de
cambio personal, por un fracaso o un éxito notorio. Los cambios críticos de la persona suelen ir unidos al
manejo y a la presentación diferencial de la propia imagen corporal.

La imagen del cuerpo es a veces propia de una estética y ética personales o de grupo, asociada a formas
culturales de entender la vida. La estética corporal es propia de diferentes grupos urbanitas y culturales, y
ha sido una constante en la historia.
La relación con nuestro cuerpo, la representación social del mismo, ha variado largamente a través de la
historia.
La sociedad actual se caracteriza por una marcada orientación a la belleza y a la juventud como índices de
salud y bienestar subjetivo.

La experiencia, la representación y la conducta corporal no parecen ser elementos secundaros o periféricos


en la organización psicológica de la persona, sino de relevancia para la misma.
El estudio del cuerpo ha estado sesgado por la dualidad mente-cuerpo. El principio básico de una
psicología del cuerpo debería partir de asumir el principio de que no tenemos un cuerpo, sino que somos
ese cuerpo, primer principio de nuestra identidad.
Parte de la identidad personal proviene de la relación con nuestro propio cuerpo, en algunos casos de
forma positiva, en otras de forma negativa. En algunos casos predomina la identificación con el propio
cuerpo, consciente o inconscientemente. En no pocos casos, elementos de nuestra identidad personal,
como la seguridad o el miedo, provienen de la percepción y experiencia de nuestro cuerpo. Variables
personales como la seguridad o inseguridad pueden provenir de la percepción del tamaño y la fuerza del
cuerpo. En otros casos la percepción y experiencia del cuerpo se hacen como si fuera algo distante al yo.
La imagen corporal que trasmite la persona cambia en función de los estados de ánimo y de los
acontecimientos. Los estados de ánimo positivos afectan haciendo que la persona se sienta bien en su
cuerpo, mientras que los estados de ánimo negativos provocan el abandono y la dejadez corporal.

La identidad cognitiva: los autoesquemas


El desarrollo cognitivo del niño le permite ir captando progresivamente diferentes aspectos de si mismo.
El niño va captando sus formas de adaptarse y de anticipar los acontecimientos, va observando y
evaluando su forma de ser. La forma de hacerlo son los autoesquemas.

Markus plantea que los autoesquemas son generalizaciones cognitivas del sujeto sobre si mismo que
contienen información específica sobre pasadas experiencias y características personales. Las define como
generalizaciones cognitivas sobre si mismo, derivadas de la experiencia pasada que organizan y guían el
procesamiento de la información autorreferencial contenida en las experiencias individuales y sociales.
Los autoesquemas se originan en la conducta personal, privada y pública, y que una vez la conducta se
plasma en un autoesquema, sirve para organizar la conducta, privada y pública.
Son un conjunto organizado de conocimientos de la memoria a largo plazo que resume lo esencial de los
sentimientos, pensamientos y experiencias de la persona en el área del si mismo. El sí mismo puede
considerarse como un esquema, y actuar como tal en la información autorreferencial. Los esquemas del si
mismo influencian el proceso de información acerca del propio sujeto en una amplia variedad de dominios,
tales como las variables de personalidad, el rol sexual o la aparición física.
La importancia del si mismo como esquema proviene de cuatro características diferenciales con el resto de
los esquemas:
1. Amplitud y complejidad: aunque sepamos de algo mucho, nunca sabremos de nada tanto como de
nosotros mismos
2. Interconexión: nuestros conocimientos están interrelacionads y sabemos claramente la conexión
que tiene en nosotros ser amable y estar furioso.
3. Frecuencia de la activación: las referencias a nosotros mismos son constantes a lo largo del día
puesto que son múltiples los factores que pueden activar la referencia personal
4. Emocionalidad: los esquemas sobre nosotros están afectados de valencias personales, es decir, son
esquemas emocionales, en el sentido que generan estados de bienestar o malestar.

Según Markus los sujetos pueden ser esquemáticos, aquellos que reconocen que la variable es relevante
en su autoconcepto, por exceso o por defecto, o a-esquemáticos aquellos sujetos que unas veces actuarían
de forma dominante y otras de forma sumisa, en función de roles y circunstancias y que por lo tanto la
variable, el esquema, no es relevante para definirles.
Los sujetos esquemáticos tienen algunas diferencias respecto al procesamiento de la información relativa
al esquema:
 La procesan más rápidamente. Suelen ser sujetos que responden de forma más rápida a
cuestionarios de autoinforme en los aspectos relativos al autoesquema.
 Tienen más claro la probabilidad de una conducta relativa al autoesquema
 Resisten y se oponen con mayor fuerza a la información contradictoria con el autoesquema
Los tipos de esquemas que pueden tener la persona son múltiples. Lecuyer ha propuesto una serie de
aspectos del si mismo que estarían entrelazados formando una unidad. Distingue hasta siete aspectos que
podrían sintetizarse en tres:
- Si mismo material: son aspectos relacionados con el propio cuerpo como la altura y otros aspectos
diferenciales y los aspectos materiales a través de los cuales la persona suele diferenciarse de los
demás.
- Si mismo subjetivo: aspectos referidos a la representación cognitiva que tiene de si mismo, y a la
valoración emocional que hace de tales aspectos.
- Si mismo social: vinculación con la sociedad y con grupos específicos en particular
Todas las personas tienen los tres elementos, pero su referencia a ellos puede ser muy diferente. La
referencia a los tres aspectos del si mismo es cambiante y puede variar a lo largo del ciclo vital y en función
de marcos referenciales importantes.

La identidad social
James propuso la idea de un yo social constituido por el sistema de relaciones que mantenía el sujeto, de
forma que podía proponerse que se poseían tantas identidades sociales como personas le reconocían e
interactuaban con él.

Según Mead, el si mismo necesita del proceso social y solo la actividad y las relaciones sociales dan lugar a
su aparición. Por si mismo el autor entiende la capacidad que tiene el ser humano de desdoblar su
conciencia y convertirse en su propio objeto de atención, la conciencia perceptiva de uno mismo.
Mead sitúa la génesis del si mismo en las etapas del desarrollo y especialmente en el desarrollo del juego
infantil. La acción de la persona se organiza por la referencia no al otro inmediato, sin al otro generalizado,
de forma que los gestos individuales son en última instancia sociales, tal como aparece en las secuencias
del juego deportivo organizado. En este juego, el niño desarrolla un conjunto de conductas y una
organización interna de ellas que constituye el primer perfil de personalidad del sujeto. El autor define la
personalidad como el conjunto de roles organizados que un sujeto juega en la interacción social. La génesis
social y grupal de la personalidad aparece como el resultado de dos procesos convergentes, la
interiorización del otro generalizado y la aceptación del conjunto de roles impuestos. Desde la perspectiva
del interaccionismo simbólico de Mead, la personalidad aparece como un puro emergente social, de forma
que las personas están constituidas por procesos sociales y son reflejos individuales de ellos.
La identidad social para muchas personas es el verdadero núcleo de su identidad, y en algunos casos puede
llegar a suprimir cualquier otra forma de identidad personal.
Un elemento importante de la génesis de la identificación con los grupos es su carácter distintivo y
diferencial. Los grupos sobresalientes por su éxito tienen una clara capacidad de convocatoria y atracción
emocional. El sentimiento de oposición y de diferencia marcada con otros grupos es un factor de
aproximación a los miembros del propio grupo y de oposición a otros grupos.
El sentimiento de pertenencia a minorías es un factor de identificación.

La identidad social supone la identificación emocional con los acontecimientos del grupo, sus éxitos y
fracasos. La respuesta emocional ante los acontecimientos es probablemente el indicador más claro de la
identificación real de una persona con un grupo.
La identidad social conlleva un juicio de reconocimiento con los miembros del propio grupo.
Los aspectos cognitivos y emocionales de la identidad social llevan a respuestas muy intensas cuando los
grupos se sienten amenazados, física o simbólicamente. La confirmación y respaldo de valores de grupos
opuestos lleva a la radicalización de los propios.

La identidad vicaria
Identidad individual e identidad social juegan un equilibrio inestable en el que puede predominar un
aspecto u otro. Ambo están presentes intercambiándose de forma fluida y funcional en la mayoría de las
personas. Cuando el equilibrio entre la identidad individual y la social se pierde, aparece lo que podría
llamarse una identidad vicaria, un tipo de identidad en la que es la identidad de grupo la que impone el
marco de la acción personal.

Parte de nuestra identidad es ajena. Nuestra comprensión de nosotros mismos tiene buena parte de la
mirada de los otros.
Cooley consideraba que existía una inseparabilidad entre sociedad e individuo, hasta el punto de que no
constituían fenómenos separados sino los aspectos colectivos e individuales de la misma realidad. La
propuesta del autor es que la conciencia de nosotros mismos, nuestra experiencia como sujetos, nace de la
conciencia refleja y del feedback que los otros nos comunican, de forma que somos en parte el sujeto que
la interacción con los otros produce.

En algunos casos la identidad vicaria como forma de actuación se convierte incluso en identidad física. Otro
aspecto de la identidad vicaria es el desplazamiento relevante de la experiencia personal a sucesos
externos a la persona en los que tienen una función pasiva y como espectador. El sujeto más que vivir sus
propios eventos y hechos de vida, se centra en la experiencia de hechos colectivos y grupales.

La desindividuación
La desindividuación ocurre cuando la identidad social lleva a realizar conductas que pueden ser contrarias
a las supuestas en una identidad individual, guiada por principios de reciprocidad y ética. Aparece cuando
el individuo, al amparo del grupo y sus normas, actúa contra otras personas o contra bienes o principios,
actuación que supuestamente no tendría actuando de forma individual.
El grupo y su actuación comunica a sus miembros una idea de poder, de capacidad de acción y de pérdida
de la responsabilidad que el sujeto no tiene fuera del grupo.
Los comienzos de la desinividuación suelen ser lentos, comienzan por pequeños hechos que aumentan
ligeramente la activación emocional del grupo y la identificación con los planteamiento ideológicos o
motivacionales del grupo.
En los momento de desindividuación el foco de atención es cuales son las demandas del grupo. Es eso lo
que posibilita que se ejecuten conductas que de forma individual no se harían. Lo que se prodcue es una
desconexión de la persona de sus propias actitudes, creencias y sentimientos. La desindividuación no es sin
más una conducta de anonimato. Supone una logica, una motivación, una ctitud grupal que la persoa
asume en el grupo y la ejecuta.

El autoconcepto: la identidad subjetiva


El autoconcepto es la representación mental global que el sujeto hace de si mismo. Es el conjunto de
autoesquemas. Incluye las habituales dimensiones o rasgos de personalidad de forma que el sujeto puede
hablar de si mismo en términos o aspectos de la personalidad. El autoconcepto es la representación
cognitiva que engloba todos los elementos de la personalidad.
El autoconcepto utiliza predominantemente los elementos que consideramos nos diferencian y sirven para
identificarnos frente a los demás. Son los aspectos que singularizan más a la persona, los que le diferencian
de forma más clara, los que suelen ser utilizados como elementos representativos de la propia identidad.
El autoconcepto es la representación de la organización de los autoesquemas.

Según Epstein el autoconcepto sería la organización de la información acerca de si mismo que le permite al
sujeto asegurar la unidad y la eficacia en sus conductas. Dentro de las funciones podemos mencionar:
- Proporcionar una identidad: nos da un sentido diferencial con respecto a los demás. Nos informa
acerca de nuestros motivos, sentimientos, ideas, objetivos, valores, ilusiones y otros aspectos.
- Proporciona una integración temporal: es el armazón de la memoria que integra cuanto ha
sucedido a la persona a lo largo del tiempo. Proporciona una identidad de nosotros como narración,
es la historia que contamos nosotros de nosotros mismos.
- Principio de autoestima: al decirnos como somos y lo que somos también nos dice cuanto valemos.
Proporciona información sobre nuestras cualidades y sus limitaciones. El autoconcepto es
fundamentalmente positivo. Todas las personas reconocen en si mismas algunas cualidades y
competencias, por ello el autoconcepto es el principio de la autoevaluación que da origen a la
autoestima.

El autoconcepto negativo sería uno de los problemas más difíciles para el cambio de la conducta.
Según Swann, el autoconcepto genera una fuerte tendencia a verificar la propia teoría que se tiene de si
mismo, lo que puede llevar a conductas de desarrollo o de autodestrucción.
El autoconcepto de trabajo ha sido propuesto para referirse al autoconcepto que está activo en un
determinado momento. Los autoconceptos contendrían elementos diferenciales y podrían ser hasta
incluso claramente divergentes.

Cuando una persona tiene autoconceptos que están claramente diferenciados y que son claramente
independientes, en esa persona se podría hablar de complejidad del autoconcepto. La complejidad del
autoconcepto dependería en un primer momento de la complejidad de la vida real que esa persona
llevara, pero también de la organización subjetiva de la misma.
En una persona con una alta simplicidad del autoconcepto, los acontecimientos influirán sobre una gran
parte de sus autoconceptos debido a su alto grado de interdependencia, mientras que en una persona con
alta complejidad del autoconcepto la influencia sería parcial, con menor repercusión global.

Las necesidades de autoconsistencia en el autoconcepto ha sido descrita como uno de los motivos más
recuentes asociados al si mismo. La estabilidad debe entenderse desde una forma relativa pues el
autoconcepto varía en función de los acontecimientos y sucesos, especialmente en la medida en que la
persona se siente comprometida con ellos, además el cambio del autoconcepto no solo es posible son que
en muchos casos es deseable y uno de los objetivos de la psicología y específicamente de la terapia.

La identidad
La identidad es el sistema de variables que definen y singularizan a la persona. El auoconcepto es la
representación cognitiva de si mismo, parcial y global, la identidad incluye ese aspecto pero incluye
también la experiencia emocional y la experiencia de la singularidad personal. La identidad es explicita,
tematizada pero tambien implícita. Este concepto se refiere a la personalidad como sistema complejo y
singular, con la interacción de sus diferentes componentes y la estructuración activa y cambiante de los
mismos.
La identidad es la respuesta de ¿Quién soy yo? O ¿Quién es usted?, mientras que el autoconcepto es mas
bien la respuesta a que se es.

La teoría de las identidades posibles


Desarrollos recientes sobre la identidad han enfatizado en la multiplicidad de “yoes” que pueden estar
presentes en una misma persona. Existiría la identidad real, la ideal, la que uno desearía ser, como también
la que uno debería tener, la obligatoria, o incluso la que se temería tener, la indeseada.
Las identidades posibles se refieren a las posibles, a las mejores y a las peores probabilidades de desarrollo
personal, a lo que uno quisiera ser y lo que uno teme en convertirse. El autoconcepto deseado y temido
activa objetos, metas y compromisos de la persona, en un caso para favorecerlo, en otro para evitarlo.

Higgins ha propuesto la teoría de la auto-discrepancia que propone la existencia en la persona de tres


niveles o dominios de la identiad:
1. La identidad real: la que el sujeto percibe que tiene en un determinado momento
2. La identidad ideal: la que le gustaría poder tener
3. La identidad obligatoria: la que se ve obligado a mostrar y ejecutar en su vida real.
Cuando una persona experimenta una discrepancia entre la identidad real y la obligatoria aparece la
ansiedad, mientras que cuando la discrepancia se produce entre la real y la ideal lo que aparece es la
depresión.

La identidad narrativa
Nuestra identidad está hecha de tiempo y de memoria. La historia de un sujeto es su identidad temporal,
su perfil de variable es su identidad estructural. Perder la memoria equivale a una pérdida de la identidad.
La historia que recordamos es el resultado de lo que admitimos y queremos ser. La gran virtualidad de la
memoria personal es que puede cambiar el pasado a partir del presente. El olvido de hechos de la propia
vida e historia forma parte de la identidad. La historia personal puede exponerse de diferentes maneras,
de cada una de ellas surge una identidad diferente.
Ha sido Dan McAdamas quien ha introducido de lleno el tema de la identidad narrativa. La identidad del
sujeto tiene una estructura narrativa, de tal manera que al reorganización y la contextualización de los
hechos sirven para describir y explicar la identidad final del sujeto. El sujeto propone su identidad como el
resultado del proceso particular de su historia de vida. Las narraciones que la gente hace de si mismos son
la identidad que asumen y desde la que asumen una forma de comportamiento.
El autor plantea que la identidad de una persona se expresa en la narración que hae de su propia biografía
y que existirían tres niveles de la identidad de la persona. El primero estaría constituido por la estructura
de su personalidad, un segundo nivel por la dinámica de la misma y el ultimo nivel seria la forma de asumir
y de interpretar su propia biografía, la narración que hace de su propia historia.

La biografía de nuestra vida, la historia que hacemos de nosotros mismos y que nos contamos, con
variaciones, a nosotros mismos y a los demás, es el resultado de la socialización y la cultura en que nos
movemos. Cultura y socialización son los contextos iniciales de la propia identidad narrativa. La cultura es
el macrosistema y la socialización el microsistema, ambos en interacción. En segundo lugar, la historia
personal es el resultado de las cosas qu nos ocurren y la suma de los acontecimientos que hemos
originado, ambos contribuyen a nuestra historia pero diferencialmente y asumido de forma singular. La
personalidad como estructura, el sistema de procesos que componente nuestros recursos ante la realidad
es el arco de estructuración de las dos fases anteriores. En cuarto lugar, la memoria de trabajo, la memoria
de significados, en parte resultado de os elementos anteriores, es que construye los hechos vividos y le da
un contexto de significado y una unidad personal, que puede ser consistente o inconsistente. La
bibliografía es el resultado final de estos elementos.

La identidad es la historia de o que hacemos y las razones de por qué lo hacemos, pero es también la
historia de lo que dejamos de hacer.

La conciencia de si mismo
El tema de la conciencia hunde sus raíces en uno de los problemas más clásicos y perennes de la psicología
como es la dualidad mente- cuerpo, y se fundamenta en el planteamiento de Descartes de que el acto de
conciencia fundamenta todo saber y conocimiento.

La conciencia es un hecho real y un constructo teorico y como tal tiene las mismas posibilidades de estudio
científico que cualquier otro dato o teoría. Desde una perspectiva evolutiva, la conciencia psicológica tiene
una función biológica y como el resto de funciones psicológicas tiene sus causas, sus formas, sus niveles de
intensidad y actividad y un entramado de relaciones que la determinan y la configuran.

La conciencia se ha definido por su referencia a un contenido, pero tambien puede ser por su referencia al
continuo entre el estado de sueño y el de vigilia, a los estados de conciencia descritos como patrones
específicos fisiológicos y subjetivos de respuesta. El estado de conciencia, el nivel de alerta y la percepción,
es un flujo continuo y las personas normales pasamos por diferentes tipos de ellos a lo largo de la actividad
diaria: del ensoñamiento desierto a la exaltación de momentos de máxima activación personal.
Los diferentes estados de conciencia son formas menos frecuentes de la misma: la relajación, la
meditación, la actividad sexual orgásmica, la actividad frenética o relajada. Los estados de conciencia se
definen por su referencia a los contenidos de la percepción y a los procesos de atención. Ambos son
críticos en los procesos de la personalidad.
El estado de conciencia no tiene una forma única, sino que varía a lo largo de un continuo que va desde la
inconsciencia hasta los niveles mas altos de conciencia y percepción de si mismo.

El ensueño despierto es la alteración del estado de conciencia más común. Es el tipo de actividad mental
no realista en el que la persona elabora historias sin fundamentación real y sin que constituyan planes de
acción. Son fantasías que la persona utiliza en su experiencia personal sin que se proponga directamente
realizarla.
El estudio científico de la conciencia tiene múltiples niveles y dimensiones, pero probablemente el eje
central de todos ellos es el enfoque neurológico. Ha sido la neurociencia cognitiva la que ha permitido
conocer de cerca que pasa en el cerebro cuando la persona siente, quiere y piensa. El córtex sería la sede
de los procesos conscientes.

Desde la perspectiva mas cognitiva y volitiva, los estudios mas actuales centran la conciencia de si mismo
en los procesos de memoria, concretamente en la memoria de trabajo. Los estudios sobre la memoria
distinguen dos tipos fundamentales, la memoria declarativa que supone el recuerdo de datos,
acontecimientos o hechos, y la memoria no declarativa o memoria de procedimiento que no requiere
conciencia de su contenido.

Rogers propone que la experiencia subjetiva de la persona constituye su marco de referencia y el campo de
su conducta.

El conocimiento de si mismo
Las fuentes de conocimiento sobre si mismo que tiene la persona son variadas.
La experiencia personal. La primera fuente de información sobre nosotros mismos es lo que
pensamos y lo que sentimos. Pensamientos y sentimientos están menos influidos por las presiones
externas que las conductas. La propia experiencia es la primera fuente de información
La propia conducta. Darrryl Bem propone que cuando los indicadores internos son débiles e
inseguros, difíciles de interpretar la persona se encuentra en la misma posición que un observador
externo y que en este caso son los datos objetivos y externos los que le proporcionan la
información sobre si mismo.
Las conductas de otras personas. Las formas que tienen los demás de tratarnos y de considerarnos
nos proporcionan una fuente de información sobre nosotros mismos.
La comparación social. La comparación social considera que parte de la información que
obtenemos acerca de nosotros la obtenemos por comparación activa con los otros.

El conocimiento de si mismo tiene un proceso que depende de la maduración de la persona y del acceso a
las diferentes fuentes descritas.
El proceso de autoconocimiento es un proceso complejo y continuamente abierto, pues no existe un
momento final o de acabamiento completo.
El autoconocimiento es el resultado de la acumulación de las experiencias tenidas, se circunscribe a las
mismas y no puede extenderse con certeza a otros tipos de situaciones, nade sabe con certeza como
actuará en situaciones que no ha vivido, y que a veces ni puede imaginar.

La teoría de la autoconciencia objetiva de Duval y Wicklund propone que esta se produce cuando el sujeto
es obligado a realizar una objetivación de su propia imagen en algún tipo de tarea. El efecto de la inducción
de la autoconciencia objetiva es una disminución relevante de nuestra autoestima personal y aumento de
la autocrítica acerca de la ejecución de la tarea.

En cuanto a los límites y errores del autoconocimiento, Nisbett y Wilson plantean que:
a) a veces no se es consciente de los estímulos que influencian la conducta
b) no se es consciente de elementos de la respuesta o de la misma respuesta
c) no se es consciente de que el estímulo ha afectado a la respuesta
Han insistido en que las personas son incapaces de responder acerca de nuestros procesos cognitivos y que
nuestras limitaciones en el procesamiento de la información no nos permiten decir que aspectos son los
que deciden nuestra conducta.

El autoengaño ha sido señalado como un tema básico en los procesos de autoconciencia. Supone que
aunque el sujeto conoce la verdad, prefiere optar por otro tipo de alternativas aunque sepa que no son las
opciones convenientes. Este proviene de la incapacidad de la persona para atender de forma efectiva a la
retroalimentación que está recibiendo de que una alternativa, una convicción o una línea de acción no es la
correcta.
El autoengaño tiene su base en la dificultad de la persona para cambiar una actitud, una creencia o una
conducta a pesar de los inconvenientes que pueda tener pues el cambio es visto peor que los efectos del
mantenimiento del error. El autoengaño ocurre a un nivel personal y también social.
En algunos casos puede ser positivo. Ocurre cuando da lugar a ilusiones positivas.

La imagen de si mismo
Nuestra conducta suele tomar las formas de lo que queremos conseguir, de lo que nos interesa de
nuestros interlocutores. En la conducta humana hay un manejo constante de nuestra imagen ante los
demás.
Goffman ha hecho de la autopresentación de si mismo un elemento básico de la interacción personal. El
autor radicaliza el origen etimológico del termino personalidad, mascara, y lo convierte en su significado
semántico, la persona sería por su propia naturaleza una representación teatral. Según el autor, en la
interacción se trata siempre de definir la situación de forma que permita ganar el control sobre las
impresiones que los demás forman de nosotros.
La propuesta de Goffman insiste en la negociación como forma básica que adopta la adaptación social en
su interacción. La identidad es la forma de presentarse del sujeto en función de las ventajas y desventajas
que tienen las posibles multiples identidades del sujeto en un momento dado.

Baumeister ha propuesto dos motivos centrales por los que se utiliza la táctica de la autopresentación. La
búsqueda de la audiencia favorable es decir la transmisión de una imagen positiva a fin de agradar a otras
personas y el otro motivo sería la autoconstrucción que consistiría en la búsqueda de la confirmación de
una imagen positiva que tenemos de nosotros mismos y queremos que los demás confirmen.

El inconsciente
Hoy día no es posible pensar la personalidad sin pensar el inconsciente, es su zona de sombra, en parte
también su zona dinámica.
Una de las grandes hipótesis de Freud es que el inconsciente se deriva fundamentalmente de la represión.
En el inconsciente tendrían su origen toda una larga serie de mecanismos como los contenidos de los
sueños, los lapsus dirarios, la psicopatología y en general toda una serie de procesos defensivos de los
contenidos inconscientes en su pugna por acceder a la conciencia.
El Icc seria de origen infantil, activo, tendente a manifestarse continuamente, primario, regido por el
principio de placer y la satisfacción inmediata y carecería de todo principio de organización lógica o
temporal. El inconsciente sería por su propia naturaleza libidinal, dinámico y primario.

El inconsciente cognitivo seria un tipo de contenidos y procesos de los que el sujeto no tiene conciencia,
pero que influencia sus pensamientos, sus emociones y sus conductas conscientes.
Según Kihlstrom el inconsciente cognitivo estaría formado por sistemas implícitos, cuatro de ellos estarían
bien documentados en la investigación empírica: la memoria implícita que se manifiesta cuando la
conducta de alguien se modifica como consecuencia de la activación de la memoria de un evento pasado
del que se carecía de conciencia. La percepción implícita consistente en la modificación de un tipo de
conducta cuando ocurre un suceso, aunque el sujeto no tiene conciencia de la presencia del suceso. El
pensamiento implícito consistente en la capacidad del sujeto para resolver problemas o encontrar
soluciones sin conciencia de estar trabajando en su resolución. El aprendizaje implícito se refiere a la
adquisición de conocimiento sin conciencia de ello. Según el autor el inconsciente cognitivo presenta
características de amable, gentil y racional.

La autoactualización
El concepto de autoactualización es propio de la psicología humanista y se refiere a la idea de que la
persona tiene un potencial natural para alcanzar su máximo desarrollo en todos sus recursos y
competencias personales e interpersonales. Rogers consideraba que era una tendencia formativa propia
del organismo hacia un mayor orden y complejidad.
El enfoque de la autoactualización de Rogers se centra en la idea de la persona que funciona
integralmente. Se centra en el proceso por el que una persona funciona integrada, capaz de percibir y
asumir su propia experiencia de si mismo para manejarla y adaptarla a la realidad. La persona que funciona
integralmente es sinónimo de persona que esta en contacto consigo misma.

Características de la persona autoactualizada:


 Dejan de utilizar fachadas externas
 Abandonan las obligaciones compulsivas
 Abandonan las obligaciones sociales no asumidas
 Su objetivo no es satisfacer a los demás
 Se desarrollan en la línea de la autodeterminación
 Se perciben como complejos
 Aceptan a los demás con sus limitaciones

La autodestrucción
La conducta autodestructiva es el tipo de conducta por el que la persona se comporta de una manera que
impide la obtención de logros normalmente esperables, como el éxito en una relación interpersonal o la
consecución de una buena calificación académica Son comportamientos irracionales en los que se actúa de
una forma que impide la obtención de un éxito o satisfacción y bloquea sus posibilidades. Básicamente son
conductas de autosabotaje que impiden el éxito o llevan al fracaso.

El DSM- III R introdujo el trastorno autodestructivo de la personalidad definiéndolo como un tipo de


trastorno por el que la persona evita o desestima las expectativas satisfactorias, se deja arrastrar por
situaciones o relaciones que le pueden causar problemas y evitar la ayuda de otras personas.

Los trastornos de la identidad


Erikson acuño la expresión crisis de identidad para referirse a la reestructuración que especialmente se
realiza en la adolescencia y juventud para integrar los diferentes aspectos de uno miso y tener una
experiencia unificada y clara de quien se es y que es lo que se quiere. Es una fase caracterizada por la
ansiedad y la incertidumbre, por la ejecución de pruebas y tentativas acerca de diferentes alternativas
personales.
La deficiencia de identidad se daría cuando el sujeto no ha llegado a formarse una identidad definida de si
mismo, por lo que tiene problemas y dificultades a la hora de tomar decisiones sobre temas importantes
en los que se decide parte del futuro posible.
El conflicto de identidad aparece cuando se presenta antagonismo entre aspectos que definen la propia
identidad, como la opción personal por el pacifismo y la necesidad de aportar la propia contribución en
una situación bélica, o como mantener la cultura de origen y adaptarse a la nueva realidad en las
poblaciones inmigrantes, o la posibilidad de una promoción laboral relevante y el inevitable alejamiento de
la propia familia.

James estableció lo que se ha llamado la paradoja de la identidad múltiple en una según la cual, cada uno
de nosotros actúa y presenta diferentes identidades en contextos claramente diferenciados, y no obstante
no se produce una pérdida de la unidad de la identidad de la persona, a pesar de que entre unas
identidades sociales y otras puedan existir discrepancias en algún caso considerables.
La unidad de la identidad personal es relativa. Como en todo el ámbito de la personalidad, entre la
normalidad y la patología hay un arco continuo de matización y diversidad que va de la incongruencia y la
contradicción personal en aspectos menores, a la patóloga grave de la personalidad múltiple.
La patología disociativa suele ir acompañada de pérdida completa o parcial de conciencia, de la memoria o
de alteraciones perceptivas, pero hay disociaciones en las que no ocurren tales fenómenos. Son
disociaciones de las que el sujeto tiene conciencia y advierte la disparidad de su forma de proceder.
Los trastornos disociativos son los trastornos psicopatológicos de la identidad. Los procesos disociativos
serían parte de la respuesta estándar al trauma y sus formas leves serían tan frecuentes como la ansiedad
y la depresión. Como otros proceso patológicos formarían parte de un continuo, desde la normalidad hasta
su patología más manifiesta.
Los trastornos disociativos muestran la ruptura de procesos como la conciencia, la memoria, las
emociones, la volición y la identidad, aspectos que suelen darse conjuntamente en una experiencia única,
pero que en este tipo de trastornos se fragmentan.
La gama e intensidad de todos estos fenómenos es variada e incluso puede pasar desapercibida o
confundirse con otros procesos más habituales como la ansiedad. Solo los casos más patentes pueden
incluirse en los criterios que las habituales nosologías incuyen para su diagnóstico pero su campo es mayor.
Steinberg y Schnall presentan algunas de las experiencias disociativas:
 Sensación de desapego corporal de si mismo
 Sensación de irrealidad
 Adormecimiento de las emociones
 Agudización de los sentidos
 Cambios de percepción del entorno
 Ralentización del tiempo
 Aceleración de los pensamientos y experiencias
 Movimientos robóticos o automáticos
 Resurgimiento repentino de recuerdos olvidados.

El trastorno disociativo de identidad, conocido como personalidad múltiple, se caracteriza por la presencia
de identidades diferentes con alguna forma de autonomía entre ellas, habitualmente sin conciencia entre
si, aunque existan formas diversas.

La despersonalización sería otro de los trastornos disociativos y ocurriría cuando la persona siente irreal su
propia experiencia, lo que suele ir unido a la extrañeza acerca del mundo real o desrealización.
Otras manifestaciones que últimamente se han asociado a los trastornos disociativos han sido las
percepciones de abandono del cuerpo en momentos percibido como inmediatos a la muerte. El intenso
estrés generado por este tipo de percepción propiciaría una percepción particular del propio cuerpo y la
experiencia subjetiva y alucinatoria de separación del mismo.

Entre las disociaciones saludables de la identidad puede que la más frecuente sea el cansancio del propio
autoconcepto y su secuela del deseo de unas vacaciones de si mismo. Ocurre a veces que el sujeto necesita
romper consigo mismo, vivir un día, una noche o un período loco, en el que las propias pautas
referenciales se pierden para dejar paso a otras marcadamente diferentes.

La autoestima
Mruk proporciona argumentos por los qe debe estudiarse de forma específica y directa la autoestima:
 Sus implicaciones prácticas
 Su carencia está asociada a la patología
 Es un concepto importante en el ámbito de las ciencias sociales
 Su relación con los problemas sociales
Autoconcepto y autoestima son dos variables psicológicas diferentes en la experiencia de la persona. El
autoconcepto expresa los aspectos perceptivos del si mismo, la autoestima los valorativos y apreciativos.
La autoestima no deriva directamente del autoconcepto, sino que supone además una serie de actitudes
positivas sobre si mismo.

La autoestima es el resultado de un proceso por el que se aprende a evaluarse positiva o negativamente.


Hay cuatro factores que favorecen una autoestima alta o baja:
 La retroalimentación social. El modelo, representado por la escuela de Chicago plantea que la
autoestima personal reflejaría la valoración que apreciamos en los demás acerca de nosotros.
Hay una serie de filtros que actúan ampliando o disminuyendo las evaluaciones recibidas:
-diferencia con la línea de base de la propia autoestima. Se aceptan mejor aquellas evaluaciones, positivas
o negativas, próximas a nuestro nivel habitual de autoestima. Se desestiman las evaluaciones que son
excesivamente positivas o negativas.
-se aceptan mejor las valoraciones positivas. Reciben y se integran mejor las consideraciones positivas que
las negativas. Integramos mas fácilmente lo que nos realza que lo que nos limita.
Pero la información que recibimos de nuestra propia valía se acepta mejor o peor en función de la fuente
que emite la información:
-autoridad de la fuente. Atendemos con mayor consideración la información que consideramos proviene
de alguien con autoridad. El efecto se produce tanto en el aumento como en la disminución de la
autoestima.
-valoración de la fuente. Cuando se valora la fuente, tanto por razones emocionales como por razones
competenciales, sus juicios son mas tenidos en cuenta que si no se valora la fuente.
-conocimiento personal. Se acepta una valoración apreciativa o critica cuando se considera que quien
emite la valoración tiene un conocimiento real y especifico de la persona valorada.
 La comparación social. La autoestima de la persona no depende exclusivamente de la
apreciación externa que recibe, sino de la valoración personal que ella misma está efectuando
continuamente. Uno de los sistemas de autovaloración es el proceso de comparación social,
sistema que le sirve a la persona para ubicarse en el grupo social inmediato y en el global.
La comparación social se hace principalmente sobre las relaciones inmediatas y próximas. Esta puede ser
ascendente, cuando se hace con quienes gozan de mejor situación, y entonces sus efectos sobre la
autoestima son principalmente negativos, y descendentes cuando se hace con quienes están en peor
situación y entonces su efecto es el aumento de la autoestima.
 Los resultados de la conducta. Un dato establecido por muchos estudios es que el
éxito aumenta la autoestima y el fracaso la disminuye. James estableció una fórmula para
establecer los niveles de autoestima que la persona podría tener.
Autoestima= éxitos % expectativas.
Los éxitos y los fracasos inciden más en la autoestima en la medida que el sujeto considera que afectan a
temas y valores importantes para el considera que el éxito o el fracaso se debe a variables internas,
estables y controlables.
Los resultados de la conducta personal afectan a la autoestima principalmente a través de cuatro
mecanismos.
-informan de los niveles de competencia personal
-generan poder e influencia
-suscitan la atención de los otros
-merecen la aprobación social
 Los factores sociales y culturales influencian la autoestima a través de varios procesos, en
primer lugar de los procesos emocionales y atencionales que se recibe del ambiente
inmediato, especialmente de la familia, en segundo lugar a través de la creación de patrones
sociales de referencia, mejor o peor valorados.
La formación y la educación de la autoestima tienen su fundamento en las relaciones familiares. La
aceptación y valoración de los niños es el primer factor que actúa sobre los niveles de autoestima de la
persona. Una red familiar influencia la autoestima a través de varios proceso:
-presencia y seguimiento e la vida de los niños
-creación de expectativas altas y realizables
-respeto a los hijos a pesar del incumplimiento de expectativas
-coherencia de criterios de valoración
La observación de la autoevaluación en los padres y otros modelos próximos facilitan el desarrollo de la
autoestima, cuando observan que los patrones de referencia importantes para ellos, principalmente los
padres, no se respetan a ellos mismos, el sentimiento del propio valor no se desarrolla.
En nuestra sociedad, la autoestima tiene también una fundamentación social y cultural. El pertenecer a un
grupo u otro supone valorarse más o menos.

Características de la autoestima
Las personas con niveles altos de autoestima suelen tener una serie de características positivas:
1. suele estar asociada al afecto positivo
2. tiene mayor efectividad en el manejo en las diferentes tareas y retos
3. suelen ser personas más independientes y autónomas.

Los sujetos con baja autoestima aceptan la información del fracaso y asumen la predicción de su
repetición, por lo que desisten de la tarea. Algunos estudios indican que quienes tienen una alta
autoestima desarrollan estrategias para bloquear los efectos de la información que contradice la imagen
que tienen de ellos mismos, complementariamente, su estrategia se centra en focalizar los aspectos
positivos del acontecimiento.
Las personas con alta y baja autoestima parecen organizar de forma diferencial los procesos
motivacionales. Diferentes trabajos han mostrado que quienes tienen una autoestima alta suelen estar
preocupados por los procesos de automejora, son personas que desean mejorar su imagen pública, su
prestigio y la consideración que otros pueden tener de ellos.
Las personas con bajo nivel de autoestima parecen mas afectadas por deseos y motivaciones de
autoprotección, es decir, tratan de evitar situaciones en las que su rendimiento puede no ser adecuado.

Cuando se tiene una baja autoestima, la reacción suele ir acompañada de fuertes emociones negativas y
una disminución de la motivación por la tarea. En algunos casos, cuando la autoestima es baja, los fracasos
son insoportables y especialmente los fracasos interpersonales, amorosos y emocionales. En estos casos se
pueden producir reacciones y conductas altamente autodestructivas, de la depresión al suicido.

Los trabajos de Kernis han encontrado que las personas con bajo nivel de estabilidad de la autoestima
suelen depender más de los acontecimientos externos y que son especialmente sensibles a la
retroalimentación que reciben de otros, tanto para bien como para mal, pues si bien pueden sentirse
positivamente afectados por los éxitos, también por los fracasos y aparecen más vulnerables tanto a la ira
como a la depresión.

MELANIE KLEIN
Discípula de Sigmund Freud y una de las autoras del psicoanálisis más importantes, Melanie Klein es
conocida por su ajuste del modelo psicoanalítico al trabajo con niños, siendo una de las principales autoras
en trabajar con menores.
La teoría psicoanalítica de Melanie Klein, si bien continuadora en numerosos aspectos con la obra de
Freud, destaca por ampliar y profundizar en aspectos del desarrollo a lo largo de la infancia y crear un
enfoque más centrado en cómo se relaciona el individuo con los objetos (entendiendo generalmente como
tales otras personas), siendo esta la base de la teoría de las relaciones objétales.
Melanie Klein y la teoría de las relaciones objétales
La teoría psicoanalítica de Melanie Klein se basa principalmente en su teoría de las relaciones objétales. En
esta teoría se establece que el sujeto se relaciona con el medio a partir de las sensaciones e impulsos que
siente y proyecta sobre los objetos de su impulso. Las relaciones con dichos objetos generan huellas
permanentes que marcarán la futura relación con otros, internalizándose las experiencias vividas y
originándose en base a ellas la estructura psicológica del sujeto.
Así, la configuración psíquica de una persona estaría basada en cómo se ha relacionado y como ha
internalizado la interacción con dichos objetos, desarrollándose el individuo en base a ello. Es decir, que los
aprendizajes pasados tienen mucha importancia para la teoría de Melanie Klein, a diferencia de la
corriente biologicista de la época, que defendía lo esencial de los genes.
El individuo y su desarrollo
En la teoría psicoanalítica de Klein, el ser humano se encuentra desde el nacimiento en un constante
estado de conflicto entre pulsiones de vida o amor y de muerte u odio. A lo largo del desarrollo del ser, el
sujeto deberá ir superando las etapas y conflictos propios de la etapa vital que se está viviendo, forjando
un equilibrio entre lo externo y lo interno a través de las relaciones con los diferentes objetos y
enriqueciendo con el tiempo su yo, personalidad y carácter.
Durante dicho desarrollo el individuo va a pasar por diferentes fases, variando el modo en que captamos la
realidad y relacionamos nuestros impulsos y deseos con ella y alcanzando diferentes hitos y aspectos que
nos ayuden a generar un yo integrado que nos permita hacer frente a los conflictos entre los deseos
propios del ello y la censura del superyó.
El Yo en el psicoanálisis
Si bien la obra de Melanie Klein es en gran parte seguidora de la de Sigmund Freud, existen algunos
aspectos en los cuales se pueden encontrar divergencias.
Una de las principales es que mientras el padre del psicoanálisis considera que en el nacimiento el ser
humano es puro ello, en la teoría psicoanalítica de Melanie Klein se cree que desde el parto el infante tiene
un yo primitivo que le permite vincularse con los objetos y proyectar sobre ellos sus propios impulsos y
conflictos inconscientes.
Así, en un inicio las relaciones objétales se basarían en la proyección de impulsos y la introyección de los
estímulos externos, para ir desarrollándose un yo más o menos diferenciado en las diferentes etapas o
posiciones.
Las posiciones del desarrollo
En la teoría psicoanalítica de Melanie Klein se establece que a lo largo del desarrollo el ser humano pasa
por una serie de etapas en las cuales va desarrollando el yo y las relaciones con el entorno.
Concretamente, establece la presencia de dos posiciones concretas en la infancia en que las relaciones
objétales y las ansiedades derivadas de ellas van evolucionando hacia una integración del yo, la posición
esquizo-paranoide y la posición depresiva.
La autora propone un momento de aparición de cada uno, pero no niega la posibilidad de que sujetos
adultos sufran algún tipo de regresión y/o fijación en alguna de ellas. Así, la posición esquizo-paranoide
estaría más vinculada al surgimiento de trastornos psicóticos y la depresiva a los neuróticos.
1. Posición esquizo-paranoide
Esta posición aparece siendo el primer tipo de relación objetal, iniciada con el nacimiento y que tiende a
durar hasta los seis meses de edad. En esta etapa inicial del desarrollo, el niño aún no es capaz de
identificar qué es el yo y que no, teniendo un pensamiento concreto y no siendo capaz de distinguir
elementos holísticos.
Al no ser capaz de distinguir el yo del no yo el niño no puede integrar la existencia conjunta de aspectos
gratificantes y aversivos en un mismo objeto, con lo que reacciona identificando los objetos de forma
parcial haciendo que considera la existencia de uno bueno que le cuida y otro malo que le daña o frustra
(denominándose escisión a este mecanismo de defensa), proyectando en ellos sus impulsos e intentos. El
ejemplo más importante y que más marcará al infante es el del pecho materno, que en ocasiones le
amamanta y en otras le frustra.
Debido a la existencia de un objeto malo, persecutorio, el infante desarrollará ansiedad y angustia ante la
idea de que éste pueda atacarle. De este modo, se desarrolla un miedo paranoide que a su vez despertará
instintos agresivos y sádicos hacia el objeto. Asimismo, son frecuentes la confusión y angustia ante el
desconocimiento de qué objeto se va a encontrar.
Si el niño consigue introyectar el aspecto bueno de los objetos (esencialmente el pecho bueno de la
madre) a través de la vivencia de más o mejores experiencias positivas que negativas, conseguirá formar
un yo sano que le permita pasar a la siguiente posición.
2. Posición depresiva
Según el niño va madurando, empieza a tener un mayor desarrollo del yo y una mejor capacidad de
discernimiento de lo que es el yo de lo que no, siendo ahora capaz de observar que los objetos son
independientes de sí mismos. Esta etapa surge alrededor de los seis meses después del nacimiento.
Se incorpora e introyecta el aspecto bueno de los objetos, concretamente del pecho materno, y el niño es
capaz de integrar los aspectos agradables y desagradables de los objetos. Poco a poco se ha pasado a
poder ver los objetos como un solo elemento que en ocasiones puede ser bueno y en otras malo.
Disminuyen las pulsiones agresivas, y al observar que el objeto es un ente independiente nace el miedo y la
ansiedad ante la posibilidad de su pérdida. Así pues, en esta posición o etapa aparecen angustias de tipo
depresivo, que se añaden a las propias de la posición anterior. Nacen los sentimientos de culpa y gratitud
hacia los objetos, y empiezan a aplicarse mecanismos de defensa como la represión de instintos y el
desplazamiento.
El complejo de Edipo
Uno de los conceptos más polémicos de la teoría psicoanalítica es el complejo de Edipo, que según Freud
aparece a lo largo de la etapa fálica alrededor de los tres años de edad. En la teoría psicoanalítica de
Melanie Klein este complejo es bastante anterior, apareciendo junto a la integración de los objetos
parciales en un objeto total durante la posición depresiva.
Dicho de otro modo, Klein considera que existe un complejo de Edipo desde el momento en que el niño es
capaz de discernir que sus progenitores son individuos ajenos a él, observando que existe un vínculo entre
ellos del que él no forma parte. El niño proyecta sus deseos en dicho vínculo, generándose envidia y
provocando sentimientos ambivalentes al respecto.
Posteriormente aparecerá el complejo de Edipo propuesto por Freud, en el momento en que se reduce la
ambivalencia y se realiza la elección entre el deseo por un progenitor y la rivalidad e identificación con el
otro.
El juego simbólico y la fantasía inconsciente
La capacidad para expresarse verbalmente y exteriorizar mediante la palabra pensamientos, emociones,
deseos y vivencias se va desarrollando a lo largo de la vida. Esta capacidad requiere un cierto nivel de
desarrollo madurativo y de aprendizaje, así como de una cierta capacidad de introspección.
Así pues, para un niño que no ha finalizado su desarrollo es sumamente complejo ser capaz de expresar sus
pulsiones, deseos y angustias. Este es uno de los principales motivos por los cuales el método de la
asociación libre propio del psicoanálisis freudiano no podía ser originalmente aplicado a niños.
Sin embargo, los elementos pulsionales, los deseos y miedos que forman parte de cada uno, están
presentes desde el nacimiento. Para la teoría psicoanalítica de Melanie Klein, si bien en la infancia dichos
elementos pueden no ser conscientes pueden encontrarse simbolizadas en la generación de fantasías. De
este modo, las fantasías inconscientes actúan como método de expresión de los instintos básicos y las
angustias, proyectándose éstos en el juego y dirigiendo en gran medida la actitud y la conducta infantil.
En este aspecto, una de las contribuciones más valoradas por parte de la teoría psicoanalítica de Melanie
Klein es la introducción del juego simbólico como método de evaluación y trabajo con menores. Para Klein,
el juego es un método de comunicación en el que el infante exterioriza sus inquietudes y deseos
primigenios de forma indirecta. De este modo, analizando el simbolismo encerrado en el proceso de juego
es posible observar las fantasías inconscientes que rigen la conducta del niño de un modo análogo al
empleado en los métodos de asociación libre aplicados en adultos.
A la hora de utilizar el juego simbólico es muy importante el setting o ajuste de la situación, es decir tener
en cuenta que la necesidad de que las sesiones, el tipo de mobiliario y juguetes sean adecuados para el
niño de manera que no le venga impuesto como debe jugar. El niño debe escoger aquellos juguetes que
quiera utilizar por sí mismo, pudiendo a través de ellos expresar de forma libre sus miedos, angustias y
deseos.
El Superyó Temprano
La idea de un Superyó operando muy tempranamente en la mente infantil es uno de los primeros
postulados de Melanie Klein.
Sus primeras observaciones corresponden al historial de Rita (LOS PRINCIPIOS DEL ANÁLISIS INFANTIL,
1926). En él atribuye la culpa observable en el análisis de niños de corta edad a la misma causa que en los
adultos: tensión entre el yo y el Superyó. En esa primera etapa de su teorización sostiene que el origen del
Superyó es la introyección de los padres edípicos pero que su inicio es anterior a la descripción de Freud.
En ese mismo año Jones escribe un artículo postulando la importancia de los factores innatos en la
formación del Superyó y sostiene que la severidad del mismo deriva de los impulsos sádicos del niños (The
origin and structure of the super-ego).
Un año antes Ferenczi había escrito sobre la "moral esfinteriana" en "Psicoanálisis de los hábitos sexuales".
En 1928 Klein afirma:
La conexión entre la formación del Superyó y las fases pregenitales del desarrollo es muy importante desde
dos puntos de vista. Por un lado, el sentimiento de culpa se vincula con las fases oral y anal-sádicas que
están predominando y, por otro lado, el Superyó empieza a existir mientras estas fases están en ascenso,
lo que explica su sádica severidad.
En esa época Klein sostiene que las frustraciones orales (destete) desencadenan tanto las tendencias
edípicas como la formación del Superyo, pero aún no afirma que el Superyó aparece desde los comienzos.
Al avanzar en su teorización va ubicando cada vez más tempranamente este origen, que por lo tanto queda
cargado de un carácter más intensamente oral.
En este período teórico en que aún sostiene la postulación de las fases libidinales de Abraham, supone
coincidente el inicio de la formación del Superyó con la "fase de sadismo máximo”, correspondiente con la
fase oral secundaria. Esta coincidencia explicaría la enorme severidad del Superyo.
En 1932 considera el Superyó arcaico, junto con el Complejo de Edipo temprano, surgiendo de
frustraciones orales e iniciándose a los 6 meses. Dos años más tarde adelanta aún más la aparición de
impulsos sádicos hacia el pecho y el interior de la madre, en la medida en que va abandonando el esquema
de Abraham, hasta que en 1944-54 el concepto de "fase de sadismo máximo" desaparece. En esa misma
época ("Desarrollos...") desliga definitivamente los comienzos del Superyó del Complejo de Edipo y ubica
sus orígenes en la introyección de objetos parciales.
En 1948 afirma que el desarrollo del Superyó es previo e independiente de Edipo, se origina en la escisión y
proyección del instinto de muerte y condiciona el desarrollo del Complejo de Edipo.
Ya en 1935 había opinado que los objetos incorporados tempranamente forman la base del Superyo.
La evolución del concepto de Superyó está íntimamente relacionado a la del concepto de posiciones. El
Superyó tiene un doble origen, con aspectos buenos y malos. La introyección del primer objeto, el pecho
materno, constituye el núcleo del Superyó en ambos sexos. En la relación con objetos parciales, a la
internalización del pecho se suma la internalización del pene y ambos, en sus aspectos buenos y malos, se
constituyen en los primeros objetos internos protectores y auxiliadores, por un lado, y atacantes y
agresivos, por el otro. A esto se van sumando las internalizaciones de los padres como objetos totales y
como figuras combinadas.
La evolución del yo y del Superyó sucede en forma paralela, formándose ambos a través de una larga serie
de introyección, proyección y reintroyecciones, en una compleja relación dialéctica entre el mundo interno
y el mundo externo. A lo largo de todo el proceso, se mantiene una estrecha relación entre el desarrollo
del Yo, el Superyó y el Complejo de Edipo.
Este modo de conceptualizar el origen del Superyó implica que el carácter del mismo corresponde más a
una función que puede ser asumida por diferentes objetos internos, correspondientes a distintos
momentos introyectivos-proyectivos, que a una estructura definitiva.
Ya no es necesario recurrir al concepto de "fase de sadismo máximo”, pues la severidad extrema del
Superyó precoz se explicaría por la relativa debilidad del Yo, el predominio de las fantasías agresivas y la
intensa repercusión de las vivencias de frustración en el moldeo de las ansiedades. Dicha severidad
ocasiona que el niño pequeño experimente intensas ansiedades, de características psicóticas, y las
defensas estén orientadas hacia esas ansiedades. Esto lleva a una clínica centrada en la angustia provocada
por las fantasías destructivas (transferencia negativa).
Klein sostiene que el Superyó tiene distintas características en el varón y en la mujer. Considera que, en la
mujer, la ausencia de un órgano genital externo incrementa las ansiedades relativas al estado del interior
de su cuerpo, además de reforzar la posición masculina. Esto conduce a que el mundo interno tenga mayor
relevancia en la vida emocional de la niña. La naturaleza receptiva de su órgano genital y la necesidad de
contrarrestar las intensas ansiedades provocadas por los objetos internos persecutorios (materno y
paterno) lleva a una mayor intensidad de los procesos introyectivos, comparativamente con el varón.
Los aspectos sublimatorios activos corresponden a identificaciones con el Superyó masculino (paterno). La
combinación de las identificaciones con el padre bueno, tanto en la posición femenina como en la
masculina, otorga una cualidad particular al Superyó de la niña, estableciendo una intensa relación de
dependencia y admiración hacia ese objeto interno.
La última fase en el pensamiento kleiniano acerca del Superyó corresponde a 1958, cuando atribuye la
formación del mismo, además de a procesos introyectivos, a un clivaje dentro del yo por el cual una parte
se enfrenta a otra parte.

CERVONE CAPITULO 6
TEORIA FENOMENOLOGICA DE ROGERS: APLICACIONES, CONCEPTOS TEORICOS E INVESTIGACION
CONTEMPORANEA
Este capítulo inicia en el punto en donde Rogers comenzó su propia carrera profesional: en la clínica
psicológica, enfrentando los desafíos de la psicopatología y el cambio de la personalidad, con una serie de
técnicas.
El pensamiento de Rogers se puede entender a partir de contrastarse con el de Freud; el cual, con una
educación médica, trataba a sus clientes como pacientes. Para él, éstos eran personas con problemas que
debían ser diagnosticados y después curados. El terapeuta era un individuo con habilidades curativas y con
destreza para el diagnóstico. Por su parte, Rogers destacaba la pericia y el poder curativo del paciente
mismo. Al desarrollar este enfoque terapéutico, “la persona que buscaba ayuda no era tratada como un
paciente dependiente, sino como un paciente responsable”
La labor del terapeuta era simplemente la de apoyarlo a identificar las condiciones que podían estar
interfiriendo con el crecimiento personal, con ello ayudaba a que la persona superara sus obstáculos y
avanzara hacia la autorrealización.
Psicopatología: Discrepancia entre el self y la experiencia
Antes de entrar a revisar el enfoque de Rogers sobre el tratamiento de la angustia psicológica, se deberá
responder una pregunta que por lógica le antecede: ¿de dónde viene la angustia psicológica? Si la gente
tiene tal capacidad de autorrealización, ¿por qué padece entonces de angustia psicológica? Los elementos
esenciales de la respuesta de Rogers a esto fueron presentados previamente en el capítulo anterior. Se
trata del self y de la congruencia entre el self y la experiencia.
Para Rogers, una persona sana es quien es capaz de asimilar sus experiencias dentro de su autoestructura.
Es aquélla que está abierta a la experiencia, en vez de interpretar los acontecimientos de forma defensiva.
Este tipo de personas son las que viven una congruencia entre el self y la experiencia.
Aquéllas experiencias que son incongruentes con la estructura del self están subcebidos; es decir, los
acontecimientos amenazadores se detectan por abajo de los niveles de alerta consciente, para luego ser
negados o distorsionados. Esta distorsión da como resultado una discrepancia entre la experiencia
psicológica real y la consciencia de la experiencia por parte del self, es decir, una discrepancia entre el self
y la experiencia. Tales discrepancias demuestran una rígida defensa de parte del self en contra de aquellas
experiencias que pudieran poner en riesgo al autoconcepto.
Coherente con su rechazo a un modelo médico, Rogers no distingue entre tipos de patología, sí hacía una
diferencia entre las distintas conductas de defensa. Por ejemplo, una de ellas es la racionalización. Al
racionalizar, una persona distorsiona su conducta haciéndola coherente con su self. Si la persona se
considera a sí misma como alguien que jamás comete errores, cuando comete uno, puede ser que ésta lo
racionalice culpando del error a alguien más. Otra conducta de defensa es la fantasía. Un hombre que
como defensa cree ser alguien adecuado, puede fantasear con que es un príncipe y que todas las mujeres
lo adoran, y negar cualquier experiencia que sea inconsistente con esta imagen. Un tercer ejemplo de
conducta de defensa es la proyección. En ella, un individuo expresa una necesidad, pero de tal forma que
la necesidad es negada de la consciencia, y la conducta es considerada como consistente con el self. La
gente cuyo autoconcepto no involucra ningún pensamiento sexual “malo” puede creer que los demás lo
obligan a tener tales pensamientos.
Las descripciones de estas conductas de defensa se parecen bastante a las que daba Freud. Sin embargo,
para Rogers, lo importante de estas conductas es el manejo que hacen de la incongruencia entre el self y la
experiencia, por la negación de la consciencia, o por la distorsión de la percepción.
Rogers se puso como compromiso el entender cómo se daba el cambio psicológico. El proceso de cambio,
o conversión, sería su mayor preocupación. Su aportación más valiosa para la comprensión del cambio fue
el trabajo en el que subrayaba las condiciones necesarias para la terapia; él describía, en otras palabras, las
circunstancias y los acontecimientos que tenían que presentarse en una relación entre paciente y
terapeuta para que tuviera lugar un cambio en la personalidad.
Condiciones terapéuticas necesarias para el cambio
En sus primeros trabajos, Rogers enfatizaba el uso terapéutico de la técnica de la reflexión de sentimiento.
En este tipo indirecto de aproximación, el terapeuta no es quien controla el flujo de los acontecimientos de
la terapia, éste meramente sintetiza, o refleja de nuevo al paciente, un entendimiento de lo que dice él
mismo; esta técnica ofrece al paciente la oportunidad de sentirse entendido plena y profundamente por el
terapeuta.
En esta terapia enfocada en el paciente, el terapeuta no sólo emplea la técnica de reflexión, también
desempeña un papel más activo en el entendimiento de las experiencias del paciente. En última instancia,
Rogers pensaba que la variable principal en la terapia enfocada en el paciente era la naturaleza del
encuentro interpersonal entre paciente y terapeuta, a lo que se conoce como clima terapéutico.
Rogers describía al clima terapéutico ideal en términos de una serie de condiciones, tres de las cuales son
condiciones esenciales que consideraba como necesarias para lograr el cambio terapéutico: la
congruencia, o autenticidad, la mirada positiva incondicional, y el entendimiento empático.
La primera de las tres es la autenticidad. Los terapeutas auténticos son quienes se permiten ser ellos
mismos. No anteponen una imagen de científicos o de médicos. Todo lo contrario, el terapeuta es alguien
abierto y transparente. El terapeuta vive el encuentro terapéutico de manera natural, y comparte con el
paciente sus verdaderos sentimientos; inclusive cuando éstos sean negativos hacia el paciente. Además,
que sea honesto y que el paciente pueda experimentar una relación interpretación real con su terapeuta.
La siguiente condición esencial para el movimiento terapéutico es la que se conoce como mirada positiva
incondicional. En ella, el terapeuta demuestra un cuidado profundo y auténtico por su paciente como
persona. El paciente es apreciado de un modo total e incondicional. La vivencia de un respeto y de una
mirada positiva incondicional le permite al paciente explorar con confianza su self interior.
Por último, la tercera condición terapéutica es la conocida como el entendimiento empático. Se trata de la
habilidad del terapeuta para comprender las experiencias del paciente, del modo en el que son
experimentadas por éste. El terapeuta hace un esfuerzo por lograr la empatía con el paciente a cada
momento del encuentro psicoterapéutico. El terapeuta logra comprender el significado y el sentimiento
subjetivo de los acontecimientos que experimenta su paciente, y le deja en claro que están siendo
verdaderamente entendidos con empatía por sus terapeutas.
Estas tres condiciones terapéuticas que se acaban de explicar son de fundamental importancia,
independientemente de la orientación teórica del terapeuta.
Resultados de la terapia enfocada en el paciente
¿Cuál es el aspecto crucial de la tensión psicológica que debería ser aliviado con la terapia? La tensión
psicológica profunda no viene meramente como resultado de los sucesos objetivos del mundo. Viene como
resultado de un sentido interno de inadecuación personal, de un sentido de no ser “quien quiero ser” o, en
términos rogerianos, de una falta de congruencia entre el self actual y el self ideal. Para que una terapia
“funcione”, el paciente deberá lograr una mayor congruencia entre el self actual y el self ideal.
Rogers reconocía que una de las grandes deficiencias de los métodos de evaluación de una terapia que
proporcionaron Freud y sus seguidores estaba en que eran demasiado subjetivos, los estudios de casos
podrían estar manipulados.
En su terapia enfocada en el paciente, Rogers buscaba un modo de evaluar el éxito terapéutico que fuera
superior a los reportes subjetivos de un terapeuta. Rogers llevó una serie de pasos diseñados para permitir
que la comunidad científica, y el público en general, pusieran a prueba sus propuestas terapéuticas. Este
autor y sus colaboradores empleaban medidas objetivas de autoconcepto, tales como el Q-sort, en el que
evaluaban su self actual (los participantes elegían reactivos que tenían que ver con cómo se veían a sí
mismos en realidad), y un segundo procedimiento en el que evaluaban a su self ideal (elegían entre varios
reactivos de acuerdo a si los atributos describían rasgos que idealmente les gustaría tener). Dos medidas
son más que suficientes para computar una correlación, para el caso de cualquier persona, en un Q-sort
que evalúe entre el self actual y el self ideal. Esta correlación es, por lo tanto, un índice numérico del grado
de congruencia entre el self actual y el ideal; una correlación positiva mayor indica una mayor congruencia
entre el self actual y el self ideal.
Rogers se dio cuenta de que, en aquellos encuentros terapéuticos que resultaban particularmente
exitosos, él mismo experimentaba su propio self esencial, en interacción con el de sus pacientes, y podía
responderles de una forma profundamente intuitiva, que en ocasiones ellos eran capaces de compartir con
él.
Para el terapeuta enfocado en el paciente, estos encuentros profundamente intuitivos, casi espirituales
pueden resultar sumamente transformadores. Parecía que las experiencias interpersonales entre paciente
y terapeuta que parecen estar “más allá de las palabras y de la lógica” (McMillan, 2004) permiten un
cambio psicológico profundo.
El concepto de presencia, y sus potenciales beneficios terapéuticos, se utiliza para referirse a las mismas
cualidades psicológicas reconocidas por Rogers: esa poderosa sensación de conexión interpersonal creada
por la consciencia excepcional y la abertura emocional de un líder espiritual.
VARIACIÓN EN EL ENFOQUE ROGERIANO: DE LOS INDIVIDUOS A LOS GRUPOS Y A LA SOCIEDAD
A lo largo de su carrera, Carl Rogers puso un énfasis continuo en la experiencia fenomenológica, el self y el
cambio psicológico. Un segundo viraje de enfoque se dio de las relaciones terapéuticas de uno a uno, a las
grupales. Rogers argumenta que los grupos pequeños, e intensivos, constituyen escenarios más efectivos
en el cambio psicológico. Un grupo de particular interés para él era el de las relaciones maritales, y de las
alternativas de matrimonio.
CONCEPTOS TEÓRICOS RELACIONADOS
En específico, se hablarán de tres de ellos: 1) el movimiento del potencial humano, 2) el movimiento de la
psicología positiva, y 3) el existencialismo.
 Movimiento del potencial humano: Rogers no es el único teórico que ha comentado la capacidad
de la gente para la autorrealización. Este tema fue desarrollado a mediados del siglo XX por autores
tales como Murphy (1958), quien colocó al estudio de las potencialidades en el centro de la
psicología de la personalidad, así como Kurt Goldstein. Tales aportaciones teóricas para el
movimiento del potencial humano fueron conocidas como una “tercera fuerza” dentro de la
psicología.
Abraham Maslow (1968, 1971), al igual que Rogers, se enfocó en los aspectos positivos de la experiencia
humana. Proponía que la gente era básicamente buena, o bien, neutral, más que malvada, y que todos
poseían el empuje hacia el crecimiento y la satisfacción de sus potenciales. La psicopatología es el
resultado de la desviación y la frustración de esta naturaleza esencial en el organismo humano.
Primero, promovía un enfoque con respecto a la motivación humana que distingue entre las necesidades
biológicas, tales como el hambre, el sueño y la sed; y las psicológicas, tales como el autoestima, el cariño y
la pertenencia. Por ello, éstas pueden acomodarse en una jerarquía que va desde las necesidades
fisiológicas básicas, hasta las necesidades psicológicas importantes. Una segunda contribución importante
de Maslow (1954) fue su estudio intensivo acerca de los individuos sanos, autosuficientes, y
autorrealizados.
 Movimiento de la psicología positiva: El punto de vista de Maslow acerca de los aspectos positivos
de la naturaleza humana anticipó el surgimiento de un movimiento contemporáneo en psicología.
Se le conoce como el movimiento de la psicología positiva. ¿Cuál es el precio de enfocarse en la
angustia y en la patología? El psicólogo positivo argumentará que este tipo de enfoque provoca que
el psicólogo pase por alto las fortalezas humanas. Se termina teniendo una imagen distorsionada de
la personalidad cuando se subestima lo positivo. En un esfuerzo por enmendar esto, los psicólogos
contemporáneos han tratado de poner un énfasis en la naturaleza de las virtudes y de las fortalezas
humanas. El psicólogo Martin Seligman, quien ha sido un personaje clave en la promoción del
movimiento de la psicología positiva. Seligman y Peterson (2003) proporcionaron una lista
preliminar que agrupa las fortalezas dentro de seis categorías; la sabiduría, el coraje, el amor, la
justicia, la templanza (la compasión), y la trascendencia (p. ej., el aprecio por la belleza). Éstas son
las cualidades que, hoy en día, se pueden reconocer inmediatamente como rasgos positivos de la
personalidad humana. Estas tres áreas de estudio -la clasificación de los valores humanos de
Seligman, la teoría amplia y reforzada de las emociones positivas de Fredrickson, y el trabajo de
Csikszentmihalyi sobre el flujo- ilustran las promesas y los logros del movimiento de la psicología
positiva.
 Existencialismo: Los existencialistas no se preocupaban acerca de cuestiones abstractas sobre la
estructura del universo, o sobre los límites del conocimiento. El existencialismo se ocupa de temas
que se volvieron centrales para Carl Rogers: “la libertad, la elección, la autenticidad, la alienación”.
Las ideas y preocupaciones existencialistas han hallado su expresión en tres ramos de la vida
intelectual: la literatura y los productos vinculados con el arte, la filosofía, y la psicología.
DESARROLLOS RECIENTES EN LA TEORÍA Y LA INVESTIGACIÓN: Discrepancias entre las partes del self
Según Rogers, la patología psicológica es el resultado de las discrepancias entre el autoconcepto y la
experiencia real. Muchos estudios actuales se concentran de manera similar en la importancia de las
discrepancias que se presentan en la angustia psicológica. Sin embargo, este trabajo difiere de cierto modo
del de Rogers. Éste se concentra menos en las discrepancias entre el self y la experiencia, y más en una
discrepancia psicológica interna: las discrepancias entre las distintas partes del self. Una teoría
particularmente influyente de las discrepancias entre las partes del self fue desarrollada por el psicólogo
Tory Higgins (1987, 1999). Su trabajo aborda la relación entre los aspectos del autoconcepto, y la
experiencia emocional. Su trabajo es una extensión del pensamiento de Rogers, que diferencia entre dos
aspectos de nuestro self futuro. Además del self ideal, que fuera identificado por Rogers, Higgins señala
que todo individuo posee un self debido, es decir, un aspecto del autoconcepto que concierne a los
deberes, las responsabilidades, y las obligaciones. El self ideal, en comparación, se centra en las
esperanzas, ambiciones y deseos personales. De acuerdo con la teoría de Higgins, las discrepancias entre el
self actual, y el self ideal lleva a las emociones asociadas al decaimiento. Por ejemplo, si alguien tiene el self
ideal de ser un muy buen estudiante, pero obtiene una calificación reprobatoria en una clase,
probablemente se sentirá decepcionado, triste y deprimido.
En algunos estudios que se relacionan con esta teoría, se le pedía a la gente que describiera cómo era en
realidad (su self real), y cómo es que le gustaría ser idealmente (su self ideal). Se suponía que la gente con
mayor discrepancia en cuanto a su self sería más vulnerable a las experiencias emocionales negativas.
Fluctuaciones en la autoestima y las contingencias de valor
Las ideas de Rogers sobre el self proponían que las personas poseen un sentido relativamente estable de
auto valía, o autoestima. Para provocar cambios en el sentido del self en las personas, parecían ser
necesarios los enfoques sistemáticos.
Crocker y Wolfe (2001) están interesados en las “contingencias de la autovalía”. Su idea es que la
autoestima de una persona depende de -o es “contingente a”- acontecimientos que son positivos, o
negativos.
Estos éxitos y estos fracasos son los que constituyen las contingencias de la autovalía sobre las que
depende la autoestima. A pesar de que el nivel normal, y promedio de autoestima de alguien puede ser
relativamente estable, su sentido de autovalía cotidiana puede que fluctúe considerablemente a medida
que viva estas experiencias contingentes positivas y negativas.
“El impacto de los acontecimientos” sobre la autoestima depende “de la relevancia con la que son
percibidos los acontecimientos de contingencia en nuestra autovalía”
Metas internamente motivadas y autenticidad
A mediados del siglo XX, la psicología vivió un descenso en su interés por el concepto del self. Muchos
psicólogos sintieron que era difícil, si no es que imposible, llegar a formular una teoría, con verdadera
profundidad científica, acerca del autoconcepto. Sin embargo en los últimos 25 años, las cosas cambiaron
de manera dramática. Los avances en la teoría psicológica, así como en los métodos de investigación
adelantaron lo que pudiera decirse que fue “una era del autoconcepto”.
Mucho del interés actual en el self ha sido promovido por una tendencia cognitiva que difiere de la de
Rogers.
. Aquellos psicólogos de la personalidad que apoyan este enfoque novedoso sugieren que los individuos
tienen múltiples fuentes de autoestima, en vez de una autoestima global. Por ejemplo, en un estudio
reciente se comparó al enfoque específico de la autoestima, con el enfoque global; basándose en la
habilidad de cada caso para determinar las reacciones de la gente ante el éxito y el fracaso. Lo que se
descubrió fue que la autoestima global determinaba mejor las reacciones emocionales a los resultados de
desempeño que la autoestima específica; indicando que los efectos de la autoestima global no se pueden
reducir al modo en que la gente piensa acerca de sus cualidades específicas.
En concordancia con la postura de Rogers, los investigadores proponían que “la alta autoestima es un
sentimiento incondicional de afecto por uno mismo, que no depende de la percepción de que se cuenta
con alguna cualidad o calidad particularmente positiva”. Otro modelo de estudio que coincide con las
opiniones de Carl Rogers es el trabajo reciente acerca del concepto de la autenticidad, definida como el
grado al que una persona se comporta con respecto a su self, comparado con un comportamiento formado
a partir de los papeles que fomentan falsas presentaciones del self. Una idea clave en el trabajo de la
autenticidad, es que, para entender la experiencia humana, no basta con poner atención únicamente a las
conductas que resultan observables en la gente.
Un concepto relacionado con el de la autenticidad es la pregunta sobre los tipos de metas que persigue un
individuo.
La misma noción del self -de la identidad de la persona, su papel en la familia y en la sociedad, sus metas,
sus propósitos en la vida, se adquieren socialmente. La gente adquiere un sentido del self a partir de la
interacción con los individuos que conforman su familia, de la comunidad, y de la cultura en general. Es
plausible que ciertas culturas en esencia enseñen a la gente a tener una necesidad de una estima positiva;
una cultura que valora al individuo y a sus logros puede fomentar la creencia de que los individuos
deberían elevar su propio bienestar. En principio, las otras culturas pueden enseñar a la gente una forma
diferente de llevar la vida, que no involucra una búsqueda por una autoestima positiva.
Rogers subrayó la importancia de las relaciones interpersonales entre paciente y terapeuta, al mismo
tiempo que proporcionó técnicas para la construcción de esa relación. Ayudó a establecer métodos
objetivos para determinar si un enfoque terapéutico dado, en verdad podía beneficiar al paciente. Por
último, y quizás lo más importante, trató a sus pacientes como personas, no sólo como pacientes.
tratándolos como personas que eran capaces, a través del poder del motivo de autorrealización, de
mejorar sus propias vidas.
Las aportaciones de Rogers a la teoría de la personalidad deben ser entendidas dentro de un contexto
histórico. Hoy, en los comienzos del siglo XXI, la discusión del papel del self es un lugar común. Casi todo
psicólogo de la personalidad reconoce que los procesos cognitivos y afectivos que involucran al self son
centrales para la estructura y el funcionamiento de la personalidad. Sin embargo, éste no era el caso en los
tiempos de Rogers. Cuando comenzó su trabajo a mediados del siglo XX, ninguno de los modelos teóricos
de vanguardia en el ramo, el psicoanálisis y el conductivismo, ponían suficiente atención al papel de los
procesos del self.
Sumario de fortalezas y limitaciones de la teoría y fenomenología de Rogers.
Fortalezas
 Se enfoca en aspectos importantes de la existencia humana que son dejados fuera en muchas otras
teorías, incluyendo el autoconcepto, y el potencial humano para el crecimiento personal
 2. Proporciona estrategias terapéuticas concretas que han demostrado ser útiles para generar el
cambio psicológico en la terapia
 3. Genera objetividad científica y rigor para los procesos difíciles de estudiar, que involucran tanto
las relaciones interpersonales, y la experiencia fenomenológica
Limitaciones
 1. Es menos exhaustiva que algunas otras teorías, con poca atención hacia las bases biológicas de la
naturaleza humana
 2. Puede excluir de su estudio y de su preocupación clínica los fenómenos que caen fuera de la
experiencia consciente
 3. Dedica poca atención a la posibilidad de variaciones culturales o de variaciones entre situaciones
en las estructuras psicológicas y en los procesos que implican al self, y por ello provee pocas
herramientas para explicar estas variaciones existentes

CONCEPTOS PRINCIPALES
 Autenticidad: Grado al que una persona se comporta de acuerdo con su self, en comparación con
comportarse a partir de papeles que promueven autorrepresentaciones falsas.
 Congruencia: Concepto de Rogers que expresa la ausencia de conflicto entre el self percibido y la
experiencia. También una de las tres condiciones del terapeuta, sugeridas como esenciales para el
crecimiento y progreso terapéutico.
 Contingencias de autovalía: Eventos positivos y negativos de los que dependen nuestros
sentimientos de autoestima.
 Discrepancia entre self y experiencia: Enfoque de Rogers sobre el potencial para el conflicto entre el
concepto de self y la experiencia, la base de la psicopatología.
 Entendimiento empático: Término de Rogers para la habilidad de percibir experiencias y
sentimientos, así como sus significados, desde el punto de vista de alguien más. Una de las tres
condiciones esenciales del terapeuta para el progreso terapéutico.
 Estima positiva incondicional: Término de Rogers para la aceptación de una persona de una forma
total, e incondicional. Una de las tres condiciones sugeridas como esenciales para el crecimiento y
el progreso terapéutico.
 Existencialismo: Aproximación para entender a la gente y realizar terapia, asociada con el
movimiento del potencial humano, que enfatiza la fenomenología y las preocupaciones inherentes
en la existencia como persona. Derivada de un movimiento más generalizado en la filosofía.
 Movimiento del potencial humano: Grupo de psicólogos, representados por Rogers y Maslow, que
enfatizaban la realización, o la satisfacción del potencial individual, incluyendo la apertura a la
experiencia.
 Terapia enfocada en el paciente: Término de Rogers para su enfoque temprano a la terapia, en la
que la actitud del consejero es la de interés hacia la forma en que el paciente experimenta su self y
el mundo.

CERVONE CAPITULO 12
TEORIA SOCIOCOGNITIVA: BANDURA Y MISCHEL
Para el sociocognitivista, el psicoanálisis sobre enfatiza el papel de los impulsos inconscientes y la
influencia de las experiencias para la infancia temprana. Los teóricos sociocognitivos reconocen el hecho
de que gran parte de la cognición sucede de manera inconsciente; sin embargo, consideran que los
procesos conscientes de pensamiento tienen igual importancia excepcional para la construcción de la
personalidad. Estos teóricos reconocen que las experiencias de la infancia temprana son de suma
influencia, pero al mismo tiempo consideran que la gente tiene una enorme capacidad gestora sobre su
propio desarrollo y crecimiento a lo largo de toda la vida.
Los teóricos sociocognitivos son sumamente críticos hacia los argumentos de la teoría de los rasgos, y
ponen en tela de juicio su premisa más básica: aquella que dice que la personalidad puede entenderse a
partir del estudio de las tendencias generales y promedio de la gente (es decir, los niveles promedio de sus
rasgos). Los sociocognitivistas creen que la personalidad queda al descubierto no sólo a partir de la
observación de los niveles promedio de la conducta de un individuo, sino también de la observación de los
patrones de “variabilidad” que están presentes en sus acciones.
Desde la teoría sociocognitiva, consideran que la psicología evolutiva representa un fundamento impreciso
para la construcción de una psicología de la personalidad. Una perspectiva evolutiva no llega a ser capaz de
explicar la vastedad de cambios que tienen lugar en la vida social del ser humano, los cuales pueden
observarse de un periodo histórico a otro. Hace un siglo, los psicólogos evolutivos podían haber explicado
por qué era que las mujeres, en comparación con los hombres, estaban evolutivamente predispuestas a
permanecer en el hogar, en vez de sumarse a formar parte de la fuerza laboral. Ahora que las mujeres ya
están totalmente integradas dentro del campo de trabajo, y en cantidades masivas, tal explicación es un
poco irrelevante.
La teoría sociocognitiva rechaza todos los principios básicos del conductismo. El conductismo considera
que los organismos se encuentran controlados por las recompensas y los castigos del ambiente. Los
teóricos sociocognitivos, en contraste, argumentan que la gente está, por lo menos, un poco “en control”
de su circunstancia. Las habilidades de pensamiento con las que cuenta la gente le da la capacidad de
motivar y de dirigir sus acciones. La teoría sociocognitiva es fundamentalmente una teoría sobre el
potencial humano, es decir, una teoría acerca de los sistemas psicológicos que le permiten a la gente jugar
un papel activo en el curso de su propio desarrollo (Bandura, 2006). La teoría sociocognitiva también
contrasta con el conductismo al buscar demostrar cómo la gente aprende nuevos patrones de conducta a
través de la observación, o la “imitación”, incluso en ausencia de refuerzos.

Albert Bandura (1925-)


Este autor es uno de los teóricos del aprendizaje, en su teoría del aprendizaje social reconoció el papel
central que juegan las influencias modeladoras (el aprendizaje a partir de la observación de los demás)
dentro del desarrollo de la personalidad.
Durante el último cuarto de siglo, Bandura ha dedicado mucho de su atención a los “auto procesos”, es
decir, hacia aquellos procesos de pensamiento que involucran a las metas personales, la autoevaluación, y
las consideraciones acerca de las propias capacidades de desenvolvimiento del individuo. Su principal
interés es con la forma en la que estos procesos de pensamiento habilitan al individuo a ser el gestor de su
propia persona; es decir, les da la capacidad de intervenir dentro de sus propias experiencias, acciones y
desarrollo personal. Este enfoque da a la teoría sociocognitiva de Bandura una concepción “gestora”
acerca de la naturaleza humana. Al estudiar la capacidad de gestoría personal, Bandura no analiza al
individuo aislado. Más bien, busca ocuparse de los factores sociales, como serían las condiciones sociales y
económicas, las cuales influyen en el criterio de la gente acerca de su propia habilidad por intervenir en el
desarrollo de los acontecimientos.
En sus estudios también se destaca la importancia que tenían para él, las reacciones emocionales
situacionales, las metas propuestas por cada sujeto, las experiencias, capacidades y los estándares
evaluativos.
Walter Mischel (1930-)
La influencia de Kelly está a la vista en el interés de Mischel acerca de los constructos a través de los cuales
se supone que la gente codifica información. Además, la influencia de Rotter se hace visible en el estudio
de Mischel acerca de las expectativas en los desenlaces y en los valores de desenlace para determina la
forma de actuar en una situación.
En Mischel aumentaría el escepticismo con respecto a las teorías tradicionales de personalidad como la
psicoanalítica y la de rasgos, por utilizar variables generalizadas de manera muy amplia, tales como los
rasgos globales. A este escepticismo ofreció una alternativa, una serie de variables personales cognitivo
sociales, que pueden ser entendidas como un sistema complejo, interconectado de los procesos cognitivos
y afectivos que subyacen a la individualidad humana.
Tanto Bandura como Mischel formaban parte de la lista de los principales 25 psicólogos de mayor impacto
del siglo XX.
La forma mas fácil de compreder la teoría sociocognitiva es haciéndose las preguntas ¿Qué es una
persona? ¿qué es lo que hace a determinados seres personas y a otros, no personas?
Son tres las características psicológicas que conforman los rasgos esenciales de una persona:
1) las personas son seres capaces de razonar acerca del mundo a partir del uso del lenguaje
2) las personas son capaces de razonar no sólo acerca de las circunstancias del presente, sino también de
los eventos del pasado y de los hipotéticos eventos del futuro
3) este razonamiento generalmente involucra la reflexión acerca de sí mismos; esto es, de los seres que
están haciendo el razonamiento. Por lo tanto, las personas son seres capaces de emplear el lenguaje para
razonar en tiempo pasado, presente, y futuro, acerca de sí mismas y del mundo.
La teoría sociocognitiva, concentra en la personalidad las capacidades cognitivas del ser humano, pero,
además, la capacidad de sobreponerse a las influencias del medio y de los impulsos emocionales, para
mantener bajo control sus vidas.
Ellos consideran que la psicología de la personalidad tiene una tarea integradora. Los psicólogos de la
personalidad deberían integrar el conocimiento de las diversas ramas de la psicología -la desarrollativa, la
social, la cognitiva, la cultural, la neurociencia- dentro de un retrato coherente de la naturaleza humana y
de las diferencias entre las personas. Otra característica importante de la postura sociocognitiva sobre la
ciencia de la personalidad es que ésta enfatiza el estudio de las personas individuales., los teóricos
sociocognitivos han empleado no sólo los métodos de investigación “nomotéticos”, sino también los
“ideográficos”
PERSPECTIVA DE LA TEORÍA SOCIOCOGNITIVA SOBRE LA PERSONALIDAD: ESTRUCTURA
Las diferentes estructuras que subraya la teoría sociocognitiva involucran principalmente procesos
cognitivos. Hay cuatro conceptos estructurales que resultan particularmente notorios: las capacidades y las
habilidades, las expectativas y las creencias, los estándares conductuales, y las metas personales.
 Capacidades y habilidades:
El insight central de la teoría está en que las diferencias entre la gente pueden no sólo deberse a las
diferencias presentes en las emociones, o en los impulsos motivacionales, como lo proponían otras teorías.
Las diferencias entre las personas pueden reflejarse en la ejecución de distintas actividades, sobre todo en
la resolución de problemas y afrontamiento de retos de la vida. Se involucran a esto, dos tipos de
conocimiento: uno de procedimiento (capacidades conductuales y cognitivas para la resolución de tareas) y
otro declarativo (que es el que se puede expresar en palabras). Las capacidades van a involucrar una
combinatoria de ambos.
Además, el implicarse en capacidades, involucra los contextos (ya que las personas no se desenvuelven
igual en todas las situaciones) y el cambio psicológico, que se adquiere mediante la interacción y la
observación del mundo social (es decir, que cuando no se cuenta con las habilidades necesarias, se las
puede adquirir).

 Creencias y expectativas:
Son los pensamientos los que implican creencias sobre cómo es en realidad el mundo y las cosas, como son
y cómo pueden ser en el futuro. Esos pensamientos se denominan creencias, y cuando se dirigen al futuro,
son expectativas.
Esto implica evaluar la validez de eventos, la realización de tareas, el logro de metas, entre otros.
Manifestándose la posibilidad de ejecución, las expectativas que tienen las personas acerca de
recompensas o castigos del medio, incluso sus habilidades para manejar el estrés y los retos.
Estas expectativas, pueden variar entre las personas y además, modificarse de acuerdo al contexto o
situación. Esta capacidad, es básica para la supervivencia de la persona, para su adaptación al medio y
resolución de los conflictos diarios de la vida.
Las expectativas acerca de las capacidades propias del desempeño de la persona, son claves para la
realización humana y el bienestar. Bandura se refiere a estas expectativas como percepciones de
autoeficiencia, se refiere a la propia capacidad de acción en situaciones futuras.
Aquellos que poseen un mayor sentido de autoeficiencia, son más propensos a enfrentar situaciones
difíciles, son perseverantes, pueden llevar a cabo sus tareas con calma, tienen pensamiento analítico, entre
otras. Quienes no, son más ansiosos, cuestionan sus capacidades, renuncian ante retos difíciles, etc.
Este enfoque sobre las expectativas distingue al pensamiento sociocognitivo del conductismo. En este
último, la conducta era entendida como algo provocado por el refuerzo y los castigos en el ambiente. A
diferencia de esto, en la teoría sociocognitiva, la conducta se explica cómo las expectativas que tiene la
gente acerca de las recompensas y los castigos del medio. Ésta es una diferencia importante. El giro de
expectativas de estudio, en comparación con los eventos meramente ambientales, permite al teórico
sociocognitivo explicar por qué dos diferentes personas pueden reaccionar de forma distinta ante el mismo
ambiente.

Consideraciones con respecto a uno mismo y a la autoeficiencia


Las expectativas de particular importancia para el funcionamiento de la personalidad involucran al self. Las
expectativas de un individuo acerca de sus propias capacidades de desempeño son el ingrediente clave
para una realización humana plena y para el bienestar. Él se refiere a estas expectativas como
percepciones de autoeficiencia. La autoeficiencia percibida, por lo tanto, se refiere a las percepciones que
la gente tiene sobre su propia capacidad de acción en las situaciones futuras.
¿Por qué son tan importantes las percepciones de la autoeficiencia? Se debe a que las percepciones de
autoeficiencia influyen en una serie de tipos distintos de conducta, que, a su vez, son necesarios para la
realización del ser humano.
La gente con un mayor sentido de autoeficiencia es más proclive a decidir afrontar un reto difícil, a
perseverar en sus esfuerzos, a estar en calma y no ansioso durante el desempeño de la tarea, y a organizar
sus pensamientos de un modo analítico. En comparación con esto, las personas que se cuestionan acerca
de sus propias capacidades de desempeño no pueden ni siquiera tratar de participar en actividades
valiosas, pueden renunciar al momento en que las cosas se ponen difíciles, tienden a sentirse ansiosas
durante el desempeño de la tarea, por lo regular se ponen nerviosas y no son capaces de pensar y de
actuar de un modo calmado y analítico.
La autoeficiencia percibida difiere de la autoestima; la cual se refiere a la evaluación general (o “global”) de
la gente sobre su valía personal. En comparación con esto, la autoeficiencia percibida se refiere a la
apreciación de una persona acerca de lo que es capaz de completar en determinado escenario. Así pues, la
autoeficiencia percibida se distingue de la autoestima en dos maneras:
1) la autoeficiencia percibida no constituye una variable global; más bien, es el reconocimiento de que la
gente por lo regular tiene diferentes percepciones acerca de su autoeficiencia conforme a las diferentes
situaciones
2) la autoeficiencia percibida no es algo referente a la valía personal sólo que en un sentido abstracto, sino
que constituye un juicio acerca de lo que alguien puede hacer.
Las expectativas acerca del desenlace son consideraciones acerca de las recompensas y los castigos que
tendrían lugar si el individuo presentara un cierto tipo de conducta. Las expectativas de autoeficiencia son
consideraciones acerca de si una persona puede presentar una conducta, en primer lugar.
En términos de evaluación, Bandura subraya lo que él llama una estrategia de investigación microanalítica.
Conforme a esta estrategia, se toman medidas detalladas de autoeficacia percibida antes del desempeño
de las conductas en situaciones específicas en los contextos diseñados.
Un argumento básico del pensamiento sociocognitivo es que las percepciones acerca de la autoeficiencia
influyen de manera causal en la conducta.
Una estrategia de investigación ha sido emplear una técnica conocida como manipulaciones de “anclaje”.
Se entiende por anclaje un proceso de pensamiento que entra en acción cuando la gente trata de
encontrar la respuesta a un problema.

 Metas:
Es una representación mental del objeto de una acción o varias. La capacidad que las personas tienen para
visualizar su futuro y plasmar sus deseos, les permite fijar metas para actuar, motivando y dirigiendo su
conducta. Las metas, por lo tanto, contribuyen a la capacidad de autocontrol, guían al individuo para
establecer prioridades y distinguir situaciones. Estas metas se organizan en un sistema, pueden ser a corto,
mediano o largo plazo de ejecución.
Además, las expectativas de las personas pueden influir en sus metas y viceversa.
Las metas guardan una relación con el constructo sociocognitivo de la personalidad anterior: las
expectativas. Las expectativas influyen en el proceso de fijación de una meta.
Las metas pueden influir en las expectativas y pueden interactuar de manera sistemática con las
expectativas conforme la gente avanza en sus tareas y obtiene resultados con respecto a su actuación.
 Estándares evaluativos:
Son los criterios mentales de evaluación, para juzgar el valor o beneficio de personas, objetos, eventos, etc.
Además, como influyen en estas evaluaciones sus emociones y acciones.
Los estándares personales son fundamentales para la motivación y acción humana, ya que, mediante
estos, hay una regulación de las conductas.
De particular importancia en la teoría sociocognitiva son los estándares evaluativos concernientes al propio
self, o los “estándares personales”. Los estándares personales son fundamentales para la motivación y la
acción humana. La teoría sociocognitiva reconoce que la gente por lo regular evalúa su conducta corriente
de acuerdo con estándares personales internos.
Los estándares evaluativos provocan reacciones emocionales, reacciones de autoevaluación, el individuo
evalúa sus propias acciones y luego responde de manera satisfecha o insatisfecha consigo mismo.
Además, estos estándares, son centrales para la conducta y lo que se considera moral o inmoral, ya que
algunos de ellos implican una serie de valores éticos y morales, que conciernen a otras personas.
Pero una vez que se adquieren, los estándares y las reacciones de la autoevaluación sirven como un tipo de
sistema de orientación interna a partir del cual la gente dirige sus propias acciones. La conducta actual,
entonces, está determinada por este sistema psicológico interno, no por la influencia del entorno, como lo
habían argumentado los conductistas.
Cada una de las cuatro es un subsistema cognitivo dentro de un sistema general de la personalidad. El
argumento teórico es que las cogniciones acerca de lo que el mundo es en realidad (las creencias), acerca
de los propios objetivos para el futuro (las metas), y acerca de cómo las cosas deberían ser
normativamente (los estándares), juegan distintos roles en el funcionamiento de la personalidad, y por lo
tanto, debieran ser tomados como estructuras de la personalidad distintas. De manera semejante, el
conocimiento declarativo y de procedimiento que brinda a las personas la capacidad de actuar de un modo
inteligente, y práctico (las capacidades) es visto como algo psicológicamente distinto de las creencias, las
metas, y los estándares evaluativos, y por lo tanto, como constituyente de una estructura de la
personalidad distinta.

TEORÍA SOCIOCOGNITIVA DE LA PERSONALIDAD: EL PROCESO


La teoría sociocognitiva aborda las dinámicas de los procesos de personalidad en dos distintas formas. Uno
de ellos es un análisis de las causas de la conducta llamado determinismo reciproco y otro, es una
estructura para pensar los procesos internos de la personalidad, al que se le conoce como modelo CAPS
(sistema de proceso cognitivo-afectivo).
Determinismo reciproco: es causa-efecto en el estudio de los procesos de la personalidad. Bandura lo que
trata de resolver es que al analizar la conducta se toman tres factores: la persona, su conducta y el
escenario ambiental donde se actúa. Estos factores son de causalidad recíproca, como un sistema de
fuerzas que se influencian mutualmente a lo largo del paso del tiempo.
Personalidad como un sistema de procesamiento cognitivo-afectivo (CAPS), refiere a partes integradas
que interactúan entre sí. Se considera a la personalidad como un sistema complejo. Tiene tres aspectos:
 Primero: las variables cognitivas y emocionales como complejamente vinculadas entre sí.
 Segundo: este modelo concierne al entorno social, es decir, que existen rasgos situacionales
que actúan subconjuntos en el sistema de la personalidad.
 Tercero: los rasgos situacionales generan en las personas diferentes emociones y acciones, que
hacen que entre estas se diferencien, además, por su manera de percibir y afrontar.
Aprendizaje observacional
Los autores Bandura y Mischel plantean cuatro estructuras de la personalidad que son centrales en la
teoría sociocognitiva, y han observado dos principios teóricos para entender las naturalezas y causas de la
personalidad. Se denominarán como dos funciones psicológicas: adquirir nuevos conocimientos y
habilidades, a través de los procesos de aprendizaje observacional, y ejercer control o autorregular las
acciones y emociones.
La primera de estas funciones trae consigo las preguntas ¿Cómo se adquieren los conocimientos y
habilidades? ¿Cómo se aprenden las habilidades sociales?, entre otras. Lo cierto es que hay poca discusión
explicita acerca de la adquisición de éstas. La única teoría que abordo más este tema fue el conductismo,
mediante los procesos de prueba y error, con reforzamientos como patrón de conducta.
En un avance profundamente importante para la psicología, Albert Bandura tuvo éxito en explicar los
errores de la teoría conductual y en brindar psicología con una explicación teórica alternativa.
En ocasiones, no se puede aprender simplemente por medio de la prueba y el error, debido a que los
errores resultan demasiado costosos.
La teoría sociocognitiva explica que la gente puede aprender de la mera observación de la conducta de los
otros. A la persona a la que se observa se le llama modelo, y este proceso de aprendizaje observacional
también es conocido como imitación. La capacidad cognitiva de la gente le permite aprender formas
complejas de conducta gracias a la mera observación de un modelo al realizar estas conductas. Como
Bandura (1986) ha subrayado, la gente puede formar una representación mental interna de la conducta
observada, y puede referirse a esa representación mental en algún otro momento posterior en el tiempo.
El individuo que es observado durante el proceso de aprendizaje observacional (es decir, el modelo) no
necesita estar físicamente presente.
La gente aprende qué tipo de conducta es aceptable o inaceptable en distintos escenarios sociales, a partir
de la observación de las acciones de los demás. La noción de “imitación” por lo general implica la
repetición exacta de un patrón limitado de respuesta. En la imitación, sin embargo, la gente puede
aprender las reglas generales de la conducta al observar a los demás. Luego pueden usar esas reglas para
autodirigir una variedad de tipos de conducta en el futuro. La conceptualización de Bandura sobre la
imitación es aún más reducida que el concepto psicodinámico de la identificación. La identificación
involucra una incorporación de amplios patrones de conducta exhibidos por otro individuo en específico.
La imitación, en contraste, involucra la adquisición de información a través de la observación de los demás,
sin implicar que el observador interiorice el estilo completo de acción exhibida por el otro individuo.
En la sociedad contemporánea, mucho de la imitación ocurre a través de los medios de comunicación. Se
pueden aprender estilos de pensamiento y de acción de gente a la que jamás se llega a conocer en
persona, a quienes meramente se observa en la televisión u otras fuentes mediáticas.
Adquisición contra representación:
Una parte importante de la teoría de la imitación es la distinción entre la adquisición y la representación.
Un patrón nuevo y complejo de conducta puede ser aprendido o adquirido a pesar de los refuerzos, pero si
la conducta es o no representada dependerá de las recompensas y de los castigos. Un ejemplo claro, es el
estudio realizado por Bandura con el “muñeco bobo”.
Sin embargo, otros estudios han comprobado que la observación de consecuencias afecta la realización,
pero no la adquisición. La conducta no solo puede ser aprendida por la observación, sino también
mediante las reacciones emocionales como alegría y miedo, condicionadas por base vicaria.
El proceso de aprendizaje emocional reacciona a partir de observar a los demás, conocido como
condicionamiento vicario, ha quedado evidenciado tanto en humanos como en animales. Por ello, los
sujetos humanos que observaron un modelo que mostraba una respuesta a un miedo condicionado
demostraban el desarrollo de una respuesta emocional condicionada de forma vicaria a un estímulo neutro
al previo.
Un proceso de personalidad central en la teoría sociocognitiva es la adquisición de conocimiento y de
habilidades, lo cual es comúnmente obtenido a través de un aprendizaje observacional. Un segundo
proceso implica el poner ese conocimiento en acción. En otras palabras, involucra una cuestión de
motivación humana
El término general para los procesos de la personalidad que implican la motivación auto dirigida de la
conducta es el de autorregulación. El término busca dar a entender que la gente tiene la capacidad de
motivarse a sí misma: fijándose metas personales, planeando estrategias, evaluando y modificando su
conducta actual. La autorregulación no sólo implica iniciar la realización de una meta, sino también el
evitar las distracciones ambientales y los impulsos emocionales que pudieran interferir con el progreso
persona. Las personas fijan metas en su vida, planean, manifiestan expectativas, utilizan estrategias para
conseguir lo que desean, y también, evalúan su desempeño conductual.
Los sujetos mediante el desarrollo de mecanismos cognitivos como expectativas, estándares y
autoevaluación, son capaces de establecer metas futuras y controlar su destino. Sin embargo, la
anticipación de satisfacción de nuestros logros o la insatisfacción, son los que incentivan los esfuerzos
personales.
La teoría sociocognitiva aborda la motivación humana básicamente al examinar el impacto motivacional de
los pensamientos relacionados con uno mismo, o el pensamiento autorreferente. La idea general es que la
gente por lo común guía y motiva sus propias acciones a partir de sus procesos de pensamiento. Los
procesos de pensamiento clave por lo regular involucran al self.
Como se mencionó anteriormente, las personas al autorregularse, fijando metas y esforzándose por
conseguirlas, van a controlar su conducta y la motivación para llevarlas a cabo.
Las percepciones sobre la autoeficiencia, las metas, y la autoevaluación sobre la conducta actual propia- se
combinan para contribuir a la autorregulación.
El estudio en teoría sociocognitiva indica que la capacidad de la gente para aplazar la gratificación tiene un
origen social. El aprendizaje de imitación y el observacional son importantes para el desarrollo de
estándares de desempeño para el éxito y la recompensa que sirven como una base para el aplazamiento
de la gratificación.

BARBERO
CAPÍTULO 1
EL ENFOQUE DIFERENCIAL EN EL ESTUDIO SEXO/GÉNERO.

El sexo es un importante componente de nuestra identidad, uno de los más tempranos y universales, actúa como
categoría de nuestro pensamiento y acciones. Éstos, a menudo están influidos por nuestras creencias sobre las
características que diferencian a ambos sexos, aunque esas creencias sean falsas. Con frecuencia, los medios de
comunicación plantean cuestiones referidas a las diferencias de sexo en términos bélicos: Sexo fuerte frente sexo
débil, la batalla de los sexos. Esto es una mala interpretación, pero es cierto que las posiciones, ocupaciones y
relaciones que mantienen varones y mujeres conllevan una relativa desigualdad, en términos tanto materiales y
jurídicos como de las oportunidades. La atribución de una inferioridad intelectual impidió, por ejemplo, a las mujeres
de principios del siglo pasado al acceso a la educación superior o a ciertas carreras, cuando el talento en verdad, se
consideraba una cualidad innata.

El debate sobre la existencia de diferencias psicológicas y comportamentales entre los sexos queda enmarcado por
dos tendencias opuestas:

 Sesgo alfa: Tendencia a exagerar diferencias mínimas o inexistentes, con el fin de ofrecer una caracterización
de los grupos, en detrimento de las similitudes entre ellos y de las diferencias entre los individuos que los
integran.
 Sesgo beta: Tendencia a ignorar las diferencias entre grupos o a minimizar su magnitud, dando más
relevancia a la diversidad entre individuos y/o a los contextos que determinan su conducta, con
independencia del sexo.

Ambos sesgos resultan problemáticos: Se puede dar a entender que son las diferencias las que generan la
desigualdad entre sexos, sobre todo si al tiempo se sugiere una lectura androcéntrica, donde lo masculino se
considera la norma de referencia y lo femenino lo diferente. Aunque subrayar las diferencias puede servir también
para ensalzar cualidades femeninas, esta postura potencia la visión de varones y mujeres como opuestos. En cambio,
negar las diferencias tiene el riesgo de ocultar, bajo una aparente igualdad, experiencias de vida y necesidades
específicas de cada grupo sexual.

Por lo tanto, desde el enfoque diferencial, el único modo de contestar los estereotipos y comprender las diferencias
existentes es analizar la evidencia disponible con el debido rigor, contrastando hipótesis y teorías. Para valorar en
qué medida el enfoque diferencial puede ayudarnos a comprender y ponderar el papel del dimorfismo sexual en la
dinámica de las sociedades y las relaciones humanas, es precioso entender el estatus que se da a la variable SEXO,
desde este enfoque. Sólo a partir de un juicio informado y bien fundamentado podremos estimar el potencial que
este campo de estudio tiene para desmitificar las convenciones sociales (roles y estereotipos) que posibilitan
relaciones de poder y desigualdad entre las personas en función de su sexo, disminuir los conflictos que se alimentan
de los prejuicios y del sexismo y clarificar malentendidos que a veces son difundidos por los medios. Nuestra
interpretación de los mismos nunca podrán servir para justificar desigualdades que, obviamente, no dependen de las
cualidades de los individuos. Por el contrario, el papel que éstas desempeñan en el funcionamiento psicosocial de
varones y mujeres, como sujetos humanos, únicamente puede ser analizado y comprendido desde un enfoque
ecológico amplio, que considere los elementos procedentes de la biología, la cultura y el contexto social, etc.

El enfoque diferencial y la variable sexo.

En el ámbito psicológico se han desarrollado dos estrategias para trabajar con el concepto sexo y analizar los
procesos y relaciones que subyacen a las diferencias: sexo como variable sujeto frente a variable estímulo. Cuando
comparamos grupos de mujeres y varones en sus cualidades psicosociales, utilizamos el concepto sexo en el sentido
de una variable sujeto (sujeto sexuado, como dimensión). Sin embargo, es erróneo pretender que esta estrategia
facilite un prototipo de mujer o de varón, psicológicamente hablando, es decir, como portadores de habilidades,
actitudes, preferencias y tendencias de conducta típicos de los sujetos de cada grupo sexual. Los primeros intentos
de caracterizar “cómo son las mujeres” por comparación a “como son los hombres”, denominaron a dichos
conjuntos de atributos masculinidad y feminidad, pronto se clarificó que no se referían tanto a diferencias reales
como a ESTEREOTIPOS, los prototipos de mujer o varón, tienen que ver con las creencias que mantenemos sobre
ellos como grupo definido por su identidad sexual.

Se estudia si las personas reaccionamos en función de expectativas asociadas a nuestra identidad sexual. La
influencia del sexo cuando actúa como variable estímulo puede empañar el intento de describir, de forma neutra y
objetiva, “como son realmente hombres/mujeres”, las diferencias pueden responder a demandas de la situación, el
sexo de las personas con que interactúan o las expectativas del investigador, un efecto denominado “profecía
autocumplida”.

Es un error asumir que diferencias entre sexos significa debido al sexo. El sexo, no puede ser entendido en sentido
CAUSAL; en todo caso , pueden producir las diferencias los factores que vienen asociados a la definición del sexo de
los sujetos, y que son tanto de orden biológico como psicológico y social, donde se dan condiciones físicas,
oportunidades de aprendizaje, funciones y valores culturales.

En este enfoque, el sexo se concibe como un simple marcador que sirve como variable de clasificación de los sujetos.
Los grupos se configurar A PRIORI, partiendo de esta variable de clasificación, tratada a modo de variable
independiente y comparamos la actuación de ambos grupos en algunas variables dependientes con el fin de
observar qué efecto tiene sobre las respuestas el hecho de haber sido clasificados por su sexo.

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE MUJERES Y VARONES.

Se trasmiten mensajes sobre las habilidades de chicos y chicas. Los estereotipos culturales también sentencian las
cualidades socio-afectivas que adornan a cada sexo: “las mujeres hablan más y escuchan mejor” y los varones
“tienen mas confianza en sí mismos y son mas duros de carácter, agresivos, etc”.

Revisión de Maccoby y Jacklin.

Éstos autores revisaron trabajos de los sesenta y setenta, pese a sus limitaciones, son una referencia obligada, hasta
el punto de que sus conclusiones se siguen considerando un precedente de todo trabajo que se desarrolle en este
campo. Esta primera revisión mostró que había un conjunto de hipótesis claramente rechazables y dejaban sin
fundamento algunas creencias estereotipadas. En realidad, fueron muy pocas las hipótesis claramente verificadas y
hacían referencia principalmente al dominio cognitivo: había diferencias en habilidad verbal (con ventaja para las
chicas), viso-espacial y matemática, así como en la disposición a la agresividad, tanto física como verbal (con ventajas
para los chicos en los tres). Básicamente se hicieron investigaciones sobre las diferencias de los sexos en los ámbitos
de DOMINIO COGNITIVO, específicamente en inteligencia general, habilidades verbales, habilidades matemáticas,
habilidades viso-espaciales. Y DOMINIO AFECTIVO MOTIVACIONAL. El DOMINIO SOCIAL, dentro de éste, se
evaluaron las variables de agresión, conducta de ayuda, influenciabilidad y conformidad, comunicación no verbal.
Síntesis de lo que arrojaron las investigaciones:

Los resultados de la comparación entre sexos son contradictorios y complejos y no es fácil establecer su etiología,
donde se mezclan tanto factores biológicos como sociales. Los genes, la química cerebral, la educación y la
interacción social inciden de forma simultánea en el psiquismo y es difícil separar sus efectos. Los estímulos, pueden
alterar la base biológica de la cognición y al afecto, que transforma la información que la persona selecciona del
entorno provocando otros cambios en la biología, las actitudes y las futuras elecciones. Los resultados de la línea de
investigación que se aboca a los factores biológicos, no son concluyentes. Existe evidencia de diferencias en algunas
áreas del cerebro, el cuerpo calloso parece mayor en las mujeres, en consonancia con la teoría de que su cerebro se
organiza más bilateralmente, que de los varones. También se ha estudiado el efecto de los hormonas en la
estructura y organización del cerebro y los patrones de actividad del mismo, al realizar tareas cognitivas. Las
estructuras cerebrales cambian a lo largo del ciclo vital, en respuesta a estímulos del medio. A su vez, los niveles
hormonales cambian en respuesta a factores como el estrés, ejercicio intensivo, nutrición y enfermedad, afectando
las conductas y las reacciones emocionales. Las predisposciones biológicas son mantenidas o neutralizadas por
normas prescripciones sociales y la propia capacidad de decisión del sujeto. El desarrollo de potencialidades e
intereses se configura a través de un proceso de socialización que está guiado por creencias asociadas a las
diferenciación sexual y determina las oportunidades de aprendizaje y los marcos de comprensión de la experiencia
que les proporciona. En este proceso, intervienen entre otros, el aprendizaje observacional, mensajes sobre las
conductas adecuadas y modelos, premios y castigos, que se trasmiten en las prácticas de crianza y en interacción con
los pares.

El grado de correspondencia entre el autoconcepto de género y el estereotipo de la tarea: masculino, en


matemáticas y actividades mecánico-tecnológicas, femenino en destrezas verbales y artísticas- incide en la confianza
del logro y el rendimiento. Un estereotipo negativo sobre el rendimiento en una tarea, que se puede activar a través
de claves sutiles, afecta a la motivación y a las expectativas. Las chicas reciben mensajes de que son “incapaces de
hacer” ciertas cosas; los varones reciben el mensaje de que “no deberían hacer” ciertas otras. La tipificación de
tareas favorece la segregación de las materias elegidas y afecta a su futuro profesional. En definitiva, según la teoría
del rol social, la adopción de roles de género confirma la expectativa de que los varones deben ser agentes e
instrumentales y las mujeres, comunales y expresivas; las diferencias en disposiciones y conductas sociales se
ajustan al contenido de las creencias culturales debido al modo en que nuestra sociedad organiza la división sexual
del trabajo. Es posible que mujeres o varones sean socializados para tomar parte en ciertas actividades, tengan mas
o menos habilidades y/o interés que el otro sexo; la forma en que son tratados, debido a diferencias
temperamentales innatas y/o estereotipos, puede amplificar la expresión fenotípica de una diferencia inicial mínima.
Siendo que en la mayoría de los casos esas diferencias son pequeñas, lo que significa un amplio margen de
semejanzas entre los grupos y gran diversidad en cada uno de ellos. La investigación indica que las diferencias
dependen de la naturaleza de las tareas, el nivel de habilidad, la edad y variables contextuales y socio-actitudinales.

CAPITULO 2
PERSPECTIVA EVOLUTIVA, IDENTIDADES Y DESARROLLO DE COMPORTAMIENTOS SEGÚN EL GÉNERO.

Para hablar de género, es necesario hacer una distinción del concepto con respecto al sexo. Los autores plantean
distintas posturas que dicen no ser del todo claras y proponen ir desglosando su propia definición de género con la
que trabajan en sus investigaciones. Dicen que van a mantener que existe una doble realidad: DEL SEXO y DEL
GÉNERO, y que ambas realidades se muestran complejas y diferenciadas, aunque pueda haber, y de hecho exista un
cierto solapamiento entre ambos campos. Se puede y debe hablar de los sexos, sexualidades, eróticas y de la ciencia
y los especialistas que estudian estas materias. Como también se puede y se debe hablar del género, en tanto éste
se fundamenta en dos pilares básicos: por un lado, los morfismos sexuales, que fueron fruto del azar y la necesidad
de la evolución, y por otro, las elaboraciones sociales en torno a lo mas idóneo para cada sexo, en todos aquellos
dominios humanos que desbordan lo sexual. Nos referimos a dimensiones de la personalidad (sujetos
instrumentales o expresivos); a las categorías o estatus (ciudadanos de primera y segunda clase); a los roles,
estereotipos o asimetrías sociales (distribución de las funciones domésticas según el dimorfismo sexual- productivas
y reproductivas-, políticas salariales diferenciadas según el referido dimorfismo, jerarquías laborales en la esfera
pública, etc). Creemos que todo ello, debe ser estudiado por una nueva disciplina para la que hemos propuesto el
título de generología.

Adopción de perspectivas: el modelo biopsicosocial a lo largo de la vida.

Los autores asumen como marco de referencia el modelo biopsicosocial a lo largo de la vida, lo que implica que
discrepan con los planteamientos de la sociobiología como de los del construccionismo. En ambos casos, se parte de
que lo biológico y lo social son dos componentes necesarios para le explicación del comportamiento humano. En el
modelo de la sociobiología, hacen hincapié en que las variables biológicas son las máximas responsables de las
conductas diferenciales entre los sexos, dejando entrever que no serían buenos los intentos de modificar esas
tendencias naturales. En los planteamientos construccionistas, se entiende que las diferencias entre los sexos, han
sido y son un claro reflejo de los imperativos sociales, debiendo exigir a cada sociedad acciones que produzcan
cambios en dirección a la igualdad. Una de las consecuencias de estos planteamientos, es la afirmación que uno
puede encontrar de que el SEXO es lo BIOLÓGICO y el GÉNERO ES LO SOCIAL. Si así fuera, tendríamos que negar los
avances de la biología y la psicología, entre otras disciplinar y lo que denominaremos CONDICIONAMIENTO
CIRCULAR.

El modelo biopsicosocial parte de que no es especialmente útil en el siglo XXI preguntarse por cuanto es debido a la
herencia y cuanto al medio, ni siquiera por el cómo interactúan, dado que herencia y medio son categorías
demasiado generales como para que con ellas se produzcan avances en el entendimiento de las
semejanzas/diferencias en función de los morfismos. Actualmente, las aportaciones se producen cuando se
investigan los mecanismos concretos que subyacen a las supuestas peculiaridades de cada morfismo sexual,
sabiendo que lo biológico no es siempre y necesariamente lo inmodificable y lo social lo fácilmenta modificable en
cualquier circunstancia. El modelo biopsicosocial pretende atenerse únicamente a los mecanismos específicos, que
bien encuadrado en los tres campos, muestren qué proporción de varianza explicativa cabe atribuirles en cada caso.
Se parte de que el conocimiento de estos mecanismos específicos es el que posibilitaría las modificaciones de
comportamientos no deseables, la historia se inclina contrariamente a lo pensado a garantizarnos una mayor
facilidad en general para el cambio de los mecanismos biológicos, una vez conocidos éstos, que para los mecanismos
sociales. El futuro pues, parece indicarnos que la ciencia reforzará a los que estudien mecanismos concretos y la
interacción entre los mismos, resultando bastante irrelevante su adscripción a la categoría de lo biológico o social. Es
aquí donde cobra sentido el concepto de “condicionamiento circular”, implica que las variables pierden el carácter
de independientes (CAUSAS) y dependientes (Efectos), dado que hay continua interacción e influencia de las unas en
las otras, siendo todas ellas alternativamente condicionantes y condicionadas. Lo que hoy por ejemplo se sabe
(condicionamiento circular) es que los padres influyen en los comportamientos de sus hijos a la par que éstos inciden
en las conductas de aquellos, en una interacción permanente que se repite a lo largo de la vida. Esto mismo valdría
para los mecanismos explicativos concretos de las semejanzas/diferencias según el morfismo sexual: el hecho de
haber nacido varón o mujer estimula unos comportamientos y actitudes paternas, a la par que éstas conforman y
configuran las conductas de aquellos.

Desde esta perspectiva, lo que nos interesa es descubrir los mecanismos en su interacción sin que sea para nosotros
lo más relevante el que algunos de ellos puedan encuadrarse dentro de lo biológico o dentro de lo social. Éste
modelo, también establece que la evolución, el desarrollo o el aprendizaje ocurren a lo largo de toda la vida, no
siendo cierto que estos acaben en la adolescencia o la edad adulta.

HITOS SIGNIFICATIVOS EN SU DESARROLLO: Polimorfismo sexual y reflexividad.

Hoy gozamos de mecanismos bien asentados, que dan razón de ser de por qué un bebé nace niño o niña. Existe, una
primera información relevante que se halla en el par 23 de cromosomas, de forma que al ser este par XX o XY, el
óvulo y espermatozoide unidos van a dar lugar, en principio, a un niña o niño. El gen o los genes, por sí mismos
explican muy poco de la complejidad humana. Encontrarnos con este par de cromosomas, no es mas que el primer
paso, para entender el proceso de diferenciación sexual. En la búsqueda de esos múltiples pasos, nos encontramos
con el “factor desencadenante del testículo”, mecanismo que explica por qué la gónada indiferenciada deja de serlo
para convertirse en testículo en vez de ovario, cuando ambas opciones son posibles. A partir de allí, la información
“recetaria” (la que nos dice lo que hay que hacer en los pasos sucesivos) pasa a las hormonas. Éstas toman el control,
a fin de hacer que los órganos genitales internos y externos del feto vayan en una u otra dirección: la de mujer o
varón. Las hormonas obedecen órdenes del sistema nervioso (a su vez), éste actúa a la par en función de la
información química que le proporcionan las hormonas (femeninas o masculinas). Ejemplo de condicionamiento
circular. Durante el embarazo se producen una serie de informaciones cruzadas en distintos niveles (genético,
endocrinológico y neurológico) que darán lugar a una persona necesariamente sexuada. Cuando algún mecanismo
falla, nos encontramos con los sujetos AMBIGUOS, es decir, bebés que presentan debido a los mecanismos
concretos aludidos ciertas ambigüedades mas o menos acusadas, en sus órganos genitales. Si esto es así, parece
lógico reemplazar el concepto de “dimorfismo sexual”, por el de “polimorfismo sexual” a fin de integrar a los sujetos
de sexualidad ambigua.

Una vez nacido el bebé necesariamente sexuado, un nuevo mecanismo aparece de inmediato: el de la REFLEXIVIDAD
humana. Para comprender esta reflexividad, tenemos que hacer referencia a las transformaciones del cerebro
humano en unos momentos históricos determinados. Son básicamente estos cambios, los que posibilitan que
contemos con esa capacidad, humana que consiste en tener que reflexionar de forma corporeizada sobre la
información que nos llega de los diferentes sentidos. Una de las informaciones que inevitablemente llega a nuestras
áreas de asociación es la correspondiente a los morfismos sexuales. Lo fundamentalmente biológico (morfismos
sexuales) y lo básicamente psicológico y social (reflexividad) interactúan permanentemente (condicionamiento
circular) sin que nos sea permitido afirmar que todo es creado por los humanos o que todo nos viene dado por la
naturaleza. Además, lo llamado biológico es producto inequívoco de la evolución, como la propia reflexividad.

Los morfismos sexuales y la reflexividad, que sentimos y vivimos, pero que actualmente nos resulta mas difícil de
comprender al no conocer sus mecanismos, construirán los dos pilar fundamentales sin los cuales es difícil, por no
decir, imposible, seguir comprendiendo el resto de pasos o hitos del desarrollo postnatal del género. La reflexividad,
se nutre de los sistemas de creencias sociales con los cuales, a su vez, está en permanente interacción
(condicionamiento circular).

Asignación y discriminación.

Apenas nacido el bebé, quedará adscrito, por imperativo social a un morfismo sexual. Esta adscripción está
fundamentada en los morfismos que se han ido produciendo en el vientre materno y que han estado funcionando
así a lo largo de la evolución, en todas las sociedades humanas. Lo primero que se puede constatar es la presencia de
nuevos condicionamientos circulares. En todos los casos, aparecerá un determinado grado de acomodación a los
patrones establecidos por cada sociedad específica con respecto a los dismorfismos, por parte de padres, familiares
y medios de comunicación o información. Es decir, los morfismos inciden necesariamente en la reflexividad, a la vez
que ésta influye en los morfismos, tratando de que éstos se acomoden o dejen de acomodarse a los patrones
concretos de cada sociedad. El resultado será que aspectos, como la vestimenta, los regalos, modo de hablar, etc van
a estar condicionados, en mayor o menor grado, tanto por los morfismos como por las fuerzas sociales que sirven de
contexto a la reflexividad de cada persona. Los bebés, van a ir a asimilando todo lo que les rodea, aprendiendo de
forma explicita e implícita, lo que se les quiere enseñar intencionadamente como lo que les resulta manifiesto
aunque no haya intencionalidad por parte de las personas que le enseñan.

En los dos o tres primeros años, dentro de este condicionamiento circular del morfismo y la reflexividad, se
prolongará a lo largo de toda la vida, el avance más importante que hay que destacar de los bebés, es el de su
perfeccionamiento de las capacidades discriminatorias de los currículos manifiesto y oculto referidos a la compleja
realidad del género, dentro de los distintos contextos o sistemas en los que se mueven. Todos estos aprendizajes,
pueden ir en la misma dirección si todos los currículos de los distintos contextos comparte el mismo sistema de
creencias por lo que respecta al género o pueden ser sometidos a disonancias cognoscitivas en función de cada
reflexividad. Aquí comprobamos la conveniencia de distinguir entre el sexo y género, que basada en los morfismos,
hace clara referencia a los comportamientos semejantes o diferentes en las distintas esferas sociales.

Los mecanismos concretos que están en juego en esta etapa de la vida, serán los mismos para ambas realidades: la
del sexo y la del género. Estos son los siguientes:

 Imitación.
 Control de las contingencias.
La imitación es bien visible por parte de los niños a la par que el control de las contingencias es patente por parte de
los padres, ellos son los que establecen refuerzos positivos o negativos y castigos positivos o negativos tras las
conductas que discrepan o se adaptan a los sistemas de creencias dominantes en una determinada sociedad.

Primera identidad sexual y de género.

Entre los 3 y 7 años tiene lugar un acontecimiento de primera magnitud: la construcción paulatina de su primera
identidad sexual, percibirse y concebirse como niña o niño, o sujeto ambiguo, clasificarse como tal, clasificar a los
demás, ser conscientes de que el cambio de las meras apariencias no conlleva cambio en su condición de
pertenencia a un determinado morfismo ni para si mismo, ni para los demás, satisfacción o insatisfacción de
pertenecer a un morfismo. Junto con esta primera identidad tiene lugar la correspondiente identidad de género:
grado de identificación con los papeles asignados por una determinada sociedad a la condición de su específico
morfismo. Sólo cuando dominan la reversibilidad pueden superar las pruebas de las distintas constancias de género
y sexo. Pueden ser conscientes de que el que se vista o se peina como el otro sexo, en modo alguno supone cambio
de sexo. Esta, es la base por sobre la que se cimienta la IDENTIDAD SEXUAL.

Identidad de género: Necesariamente se fundamenta en la identidad sexual, no es siquiera concebible el género sin
el correspondiente morfismo sexual, pero hace referencia a contenidos distintos. Los contenidos hacen referencias a
lo que cada sociedad asume que son típicos de un sexo pero no del otro. El razonamiento de los niños es sencillo:
Puesto que soy mujer o varón he de identificarme y mostrar aquellos comportamientos idóneos para las mujeres o
los varones. De esta forma, las personas que me rodean alabarán mi comportamiento, si son adultos y me admitirán
en mi grupo, sin son pares, de manera mas fácil. La falta de consideración de esta doble identidad, puede conllevar
quebraderos de cabeza para los responsables de los niñes y para los propios críos. El hecho de ser varón o mujer, no
dificulta y mucho menos incapacita para desarrollar o desempeñar ninguna de las funciones comunes que exigen
nuestras actuales sociedades. La elección de cualquier función, propia de la edad, que a uno le apetezca, no tiene
por qué interferir en el normal desarrollo de su identidad sexual: ser varón o mujer, y vivirse a gusto por el hecho de
ser y pertenecer a un dimorfismo sexual.

Segunda identidad sexual y de género.

En torno a la pubertad, y a lo largo de la adolescencia, hay un nuevo condicionamiento circular. Se produce una
nueva identidad sexual, y con ella, identidad de género. Las hormonas masculinas y femeninas van a proceder a
mandar mensajes a distintas partes del cuerpo, de forma que éste va a sufrir las bien patentes modificaciones que a
todos nos han sido dado comprobar, tanto en nosotros mismos como en los demás. Ante esto, la reflexividad no
puede hacer dejación de su principal función: reflexionar acerca de estos hechos, para tratar de entender qué es lo
que está pasando y cuál es su significado posible. Los cambios corporales, inciden en la reflexividad y ésta puede
acabar condicionando desde el dearrollo de los mismos hasta sobre todo su real y verdadera significación.

Esta segunda identidad, no se asemeja a la primera, los mecanismos cognoscitivos que intervienen son distintos (al
encontrarse los adolescentes en el período de las operaciones formales), al igual que lo es la fuerza de la presión que
ejercen los padres y adultos en general, los pares de uno y otro sexo. El adolescente se ve obligado a preguntarse
por la significación de su particular morfismo sexual, para adaptarse lo mejor posible. Su sexualidad también se ve
modificada drásticamente: órganos genitales y las posibilidades de reproducción se hacen presentes.

Al asunto sexual se le junta necesariamente el problema de la identificación de género, el de la aceptación o rechazo


de los papeles que la sociedad asume que son mas idóneos para cada sexo. Va desde la elección de carrera, hasta el
modo en que se desarrollan los distintos labores en la esfera doméstica o contextos públicos. Queda claro que una
cosa es la identidad sexual (ser conscientes de ser varón, mujer y gozar de serlo) y la correspondiente orientación
sexual (atracción por uno u otro sexo, por ambos, o ninguno) y otra bastante distinta es la identificación con los roles
y sistemas de creencias que una sociedad juzga como propicios para las mujeres, pero no para los varones y
viceversa, en ámbitos que desbordan el terreno de lo sexual.

Distintas realizaciones.

Etapa adulta: podemos ver entrelazados, los desarrollos múltiples posibles desde la realidad del sexo como de
género. La orientación del deseo sexual puede dar origen a cuatro alternativas tanto para mujeres como para
varones:
Personas heterosexuales- personas homosexuales-bisexuales y las asexuales, junto con las posibles disfunciones
específicas de cada sexo.

En la realidad del género, podríamos contar también con una tipología para mujeres y varones que resulta
independiente de la analizada para el sexo:

 Bigenéricos: Mujeres y varones que dicen poseer ambas dimensiones en alto grado.
 Heterogenéricos: Aquellos varones que creen poseer la dimensión de la expresividad en alto grado y la de
instrumentalidad en bajo grado.
 Homogenéricos: Varones con alto grado de instrumentalidad y mujeres con alto grado de expresividad.
 Ágenericos: Los que piensan que las dos dimensiones se dan en ellos en bajo grado.

Con respecto a esta cuádruple tipología, constatamos que la hipótesis de la independencia se confirma, es decir, que
el hecho de pertenecer a una categoría determinada en el ámbito de lo sexual, por ejemplo una persona
homosexual, no nos dice nada sobre si se mostrará heterogenérica, bigenérica, ágenerica, etc. El que este tipo de
conocimientos tenga difusión, ayuda a propiciar mayor tolerancia y aceptación de la diversidad de desarrollos en
personas adultas sin que tengan que discriminarse unos tipos frente a otros, ni en lo sexual ni en lo genérico. Lo
heterosexual siempre ha sido la norma y el dominio de lo instrumental ha gozado de mejor valoración que el de lo
expresivo. Dentro del campo del género, lo que se ha potenciado como lo normal frente a lo disfuncional ha sido el
modelo del varón instrumental y el de la mujer expresiva. Desde el enfoque que proponen los autores, la clave del
desarrollo positivo de los adultos, está en entender que el hecho de haber nacido mujer ovarón no le ha de
condicionar para vivir su heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad o asexualidad, al igual que ocurre en la
realidad del género, poder desarrollar bien la instrumentalidad o expresividad, bien ambas o bien mostrarse bajo
cualquiera de ellas.

Tercera identidad sexual y de género.

Las hormonas, han de trasmitir sus mensajes químicos al cuerpo en esta última etapa: senectud. A la reflexividad, no
le queda otro remedio que mediar entre los cambios que observa en el cuerpo y las interpretaciones sociales que en
forma de sistemas de creencias (Esterotipos), tratan de imponerse.

La menopausia, es ilustrativa. Hipotálamo e hipófisis en permanente condicionamiento circular, van a hacer llegar
sus ordenes de que pare el ciclo menstrual, haciendo entrar a toda mujer en la menopausia. La reflexividad trata de
ayudar a crear la última identificación sexual. El cuerpo apto para procrear hasta esos momentos ya no lo es. Los
cambios biológicos estimular a la reflexividad que embebida en lo social, debiera buscar soluciones satisfactorias a
todo un rosario de preguntas que giran en torno a la nueva identidad. Estos cambios le van a acompañar en los
relativos a la identidad de género, que se generan en el caso de las mujeres trabajadoras, por ejemplo, en la
jubilación. La reflexividad, estimulada una vez mas por el contexto social (cese de actividad productiva) ha de hacer
frente a este otro tipo de cuestiones diferentes, centradas en la realidad de género. Los mismos mecanismos, deben
ser usados por los varones, ya que su cuerpo también sufre cambios, asociados algunos al ámbito sexual. Ante estos
cambios, la reflexividad ha de actuar siempre dentro del contexto, para bien o para mal, de los sistemas de creencias
en cada sociedad.

La columna vertebral de esta línea puede resumirse en la necesidad de delimitar y estructurar la doble realidad de
sexo y genero.

CAPITULO 3
PERSPECTIVA SOCIO-COGNITIVA: ESTEREOTIPOS Y ESQUEMAS DE GENERO. CAPITULO 3 BARBERÁ
INTRODUCCION:
Desde mediado de la década de los setenta la psicología desarrolla la androginia psicológica, concepto que se
interpreta como el desarrollo simultaneo de características masculinas y femeninas por parte de una misma persona.
Esta conceptuación ha contribuido a propagar la idea de que el desarrollo de rasgos masculinos y femeninos es
relativamente independiente del hecho de ser varón o mujer.
A la serie de creencia y suposiciones compartidas acerca de determinados grupos humanos la psicología lo denomina
estereotipo. Es un termino implementado por Lippmann que hace referencia a ideas distorsionadas que interferían
en la percepción adecuada de miembros de otros grupos. Cuando tales suposiciones van referidas a los grupos
varones y mujeres o a las características de masculinidad (M) y feminidad (F) por ellos desarrolladas se suele hablar
de estereotipos de genero (EG).
1. Descripción, explicación y prescripción de los comportamientos generizados.
Desde la psicología se intenta responder a tres preguntas básicas: ¿Qué son los EG? ¿Cómo funcionan los EG? ¿para
que sirven los EG?
La respuesta a la pregunta de para que sirven los EG ha dado lugar a una de las aportaciones más fructíferas de la
Psicologia. Cumplen una función prescriptiva, referida a <lo que debe ser> y < lo que debe hacerse>. El componente
prescriptivo de un estereotipo esta siempre sostenido por la estructura social. Es la representación que cada cual se
planta de como los demás piensan que debe comportarse. De este modo, los estereotipos se ofrecen como modelos
comportamentales, suscitadores de acuerdo o desacuerdos, que marcan la conducta a seguir.
La función prescriptiva, índice en los factores afectivos y emocionales estrechamente vinculados con el análisis de las
actitudes y los prejuicios sociales.
RASGOS INSTRUMENTALES (M) Y EXPRESIVOS (F)
Persons y Bales analizaron distintos tipos de estilos de liderazgos, por un lado, el del conducta instrumental o dirigida
a conseguir metas y por otro lado el de conductas encaminadas a mantener la armonía dentro del equipo, estos
mismos autores extendieron esta clasificación al género, relacionando instrumentalidad con el contenido M y la
expresividad con el F. atribuyendo a la vez un poder superior a la dirección instrumental que la dirección expresiva.
El líder instrumental centra su dirección en la meta a conseguir y sabe transmitir el valor dl logro, mientras que le
líder expresivo se interesa especialmente por mantener la armonía dentro del equipo.
Tomando como referencia la clasificación anterior, Rosenkrantz, Vogel, Bee, Broverman obtuvieron dos conjuntos de
agrupamiento, bien delimitados, correspondiente a estereotipos masculinos y femeninos. Los primeros se
correspondían a valores agente-instrumental, mientras que los segundos hacían referencia a rasgos comunales o
expresivos. Diversas investigaciones han confirmado, también, que los contenidos agente-instrumental (M) o
comunal-expresivos (F) se presentan con características similares en culturas y nacionalidades diversas.
MULTICOMPOENCIALIDAD DE LOS ESTEREOTIPOS DE GENERO
Las creencias estereotipadas de genero son mas variadas e incluyen, además de factores estables, otros referidos a
roles de género, características físicas y destrezas cognitivas. Se puede afirmar que la idea de feminidad se vincula
con los rasgos de dulzura y comprensión, pero también con llevar la dirección en las tareas domésticas, con tener un
rasgo físico suave y con destreza cognitiva verbal, expresiva o artística. También se han analizado diferencias en las
creencias estereotipadas respecto a la expresión de la emocionalidad. Mientras la expresión de emociones tales
como la rabia o el orgullo se asocia con M, una gran mayoría de expresiones comunes tale como la felicidad, culpa,
miedo, amor o preocupación se vincula con lo F.
2.2 MODELOS DE REPRESENTACIO DE MASCULININDAD Y FEMINIDAD
Los dos modelos mejor establecidos son:1) el de congruencia, también denominado modelo clásico, unidimensional
o bipolar, que desarrollo la psicología en torno a los años cuarenta y 2) el modelo andrógino o dimensional que se
configura a mediados de la década de los años setenta.
MODELO DE CONGRUENCIA.
De acuerdo con el criterio básico de este modelo, el genero se convive como una única dimensión en uno de cuyos
polos se sitúa la M y en el polo opuesto la F.
Clasificas a una persona como muy masculina significaba, según esta representación, reconocer al mismo tiempo su
falta de feminidad. La conceptuación de M y F en tanto polaridades opuesta generaba otra consecuencia importante
referida al contenido de los EG, como era el hecho de que, si, por ejemplo ser muy activo se consideraba un rasgo M,
la pasividad era equivalente femenino.

F M

MODELO ANDROGINO
El modelo andrógino o bidimensional, por el contrario, asume una relación de independencia entre los contenidos
de M y F, de manera que, si la actividad se considera un rasgo masculino y la sensibilidad uno femenino, ello no
significaba que los opuestos (pasividad e insensibilidad) tuvieran que ser características femeninas o masculinas
respectivamente.
La independencia en la representación de M y F posibilito, a su vez, la incorporación de la androginia psicología. En
psicología se consideraba que una persona era andrógina cuando desarrollaba, al mismo tiempo, características
estereotipiadamente masculinas y femeninas. Ser andrógeno se convirtió así en algo deseable para las mujeres como
para los varones a que significaba el desarrollo, en alto grado, de características M y F, siendo asi deseable en para
cualquier persona. No obstante, el reconocimiento de la deseabilidad social de los rasgos masculinos y femeninos no
significa, en modo alguno, que unos y otros actúen de forma parecida sobre el desarrollo personal.
2.4 EVOLUCION EN EL CONTENDIO DE LOS ESTEREOTIPOS DE GENERO
Por un lado, el interés se ha centrado en conocer si a lo largo de las últimas décadas ha habido transformaciones en
las creencias estereopiadas de <las mujeres> y <los hombres> en general. Por otro lado, se ha estudiado la evolución
registrada en el carácter definido o borroso que poseen los atributos configuradores de M Y F. finalmente, es
interesante saber si el contenido estereopiado correspondiente a determinados subgrupos particulares de mujeres o
de varones, tales como el colectivo de amas de casa o de ejecutivos.
PERCEPCIONES ESTEREOTIPADAS Y AUROPERCEPCIONES
La psicología ha hallado una cierta correspondencia entre las percepciones estereotipadas que las personas
desarrollan sobre los demás y las que tiene sobre si, aunque casi siempre los estereotipos de los otros suelen ser más
extremos que la visión que cada cual tiene de si mismo.
A lo largo de la historia se puede afirmar que las personas han cambiado más su propio autoconcepto y los rasgos de
M y F que se atribuyen a si mismas.
RELATIVIDAD Y BORROSIDAD DE LAS CREENCIAS ESTEREOTIPADAS
A pesar de la tendencia al inmovilismo característica de los EG, el momento actual presenta una serie de
innovaciones. Una de ellas tiene que ser con el carácter relativo y no absoluto de la mayor parte de creencias
estereotipadas sobre los géneros. Estudios recientes ponen de relieve que el componente relativo de los
estereotipos tiende a incrementarse, en un momento en el que bastantes funciones sociales son compartidas por
ambos sexos. Por ejemplo: la independencia.
En 1994 Helgeson adopto un enfoque diferente para identificar el contenido de M Y de F. mas que representarse M y
F como dimensiones independientes vinculando cada una de ella con un conjunto de rasgos diferenciales bien
definidos, esta autora los describe como categorías borrosas compuestas por un conjunto de rasgos siendo variable
su representatividad en dicha categoría.
REPRESENTACION SOCIAL Y ESQUEMA DE GENERO
Las principales preguntas a la que la psicología ha intentado responder según el nuevo enfoque son: a) ¿cómo se
originan los EG? B) ¿Cuáles son los procesos psicológicos que intervienen en la formación de los EG y en su
activación? C) es posible modificar un estereotipo una vez que ha sido claramente establecido? Estas tres preguntas,
referidas al origen, formación y posibilidades de cambio en los esquemas de representación de los géneros,
confluyen en un interés compartido, como es el conocimiento de los procesos que subyacen a la representación
mental y que posibilita en la psique la percepción de significados compartidos.
3.1 ORIGEN Y UTILIDAD DE LOS ESQUEMAS DE GENERO
El origen de los esquemas metales se vinculan con la necesidad de organización dela psique como forma evolutiva de
adaptación ambiental. El desarrollo de la estructura mental va a estar jalado por una serie de etapas a través de las
cuales se irán sucediendo procesos de descentralización mental cada vez mas complejos, que van a posibilitar un
conocimiento más abarcador y más autónomo del entorno que habitan y de si mismos dentro de él. Para ello los
infantes utilizan categorías y clasificaciones.
Varias son las razones que colaboran en convertir la dimensión genero en un criterio organizativo central. En primer
lugar, se trata de una categoría fácil de observar. Además, pertenecer a uno otro grupo tiene carácter excluyente
(cada persona se adscribe al grupo de chicos o al de chicas), dicotómico (en principio hay dos categorías, hombres o
mujer, mas delante se incorpora el termino androginia) y que nos afecta a todos en mayor o menor medida. De
hecho, ser mujer o varón y saber que si uno es varón o mujer lo seguirá siendo durante el resto de su vida
representa uno de los primeros aprendizajes categoriales humanos.
¿Para qué sirven los esquemas? Se puede definir esquema como una estructura organizada de conocimiento que en
el caso de los esquemas de genero hacen referencia a los rasgos que se suponen compartidos por los grupos y
subgrupos de mujeres y varones. Por su propia naturaleza, la representación esquemática siempre conlleva un
proceso de simplificación y perdida de matices, que opera de acuerdo con determinadas reglas. Entre ellas dos
fundamentales: por un lado, los mecanismos de distorsión y por otro los procesos de acomodación familiar. Un
esquema nunca es un reflejo de la realidad, sino que actúa de modo parecido a como lo hacen los espejos
deformadores, que nos devuelven una imagen distorsionada de nosotres mismos. Además, la construcción subjetiva
y distorsionada, característica de las representaciones esquemáticas, no se produce al azar ni se desarrolla en el
vacío, sino que opera de acuerdo con estructura de conocimiento previamente desarrolladas.
En suma, los EG en tanto esquemas simplificados de conocimiento, tienen una función adaptativa clara, como
facilitar la información del entorno y prepararnos para afrontarla con un cierto conocimiento, aunque este tenga que
ser indudablemente esquematizado e inexacto. Cuando el esquema deja de ser funcional y transmitir conocimiento
para pasar a convertirse en una estructura rígida que dificulta la percepción de la diversidad humana, su utilidad
desaparece y pasa a convertirse en un criterio de discriminación social.
3.2 FORMACION Y ACTIVACION DE LOS ESQUEMAS ESTEREOTIPADOS DE GENERO
La formación de un esquema implica siempre la confluencia de una serie de procesos que supone un nivel de
complejidad considerable que se desarrolla a lo largo del tiempo. Sin embargo, la activación de ese esquema, una
vez configurado, se produce durante un periodo brevísimo de tiempo y su funcionamiento es casi automático.
Hace falta un proceso de aprendizaje repetitivo para que cualquier persona sepa identificar determinados trabajos
como prototípicamente masculino o femenino. Este aprendizaje discriminativo conlleva tiempo y esfuerzo. Sin
embargo, una ver formado el esquema, la simple mención del trabajo etiquetado como femenino favorecerá el que,
de forma casi automática e inmediatamente, aparezca la presentación mental de que es una mujer la que esta
ejecutando.
3.3. MODIFICAICON DE LOS ESQUEMAS ESTEREOTIPADOS
En tanto estructura dinámica de conocimiento, los esquemas son adaptativos, por lo que se están actualizando
continuamente en función del contexto social en el que se desarrolle.
La influencia del sistema de creencias sobre el comportamiento actúa como la <profecía autocumplida> al convertir
en realidad lo profetizado.
Se puede afirmar que los esquemas de género, por su naturaleza adaptativa, son susceptibles de evolución y cambio;
incluso se están actualizando continuamente. Sin embargo, este reconocimiento no es incompatible con la
resistencia al cambio, que en general ofrece cualquier esquema y que es consecuencia de su carácter funcional. Si se
invierte energía psíquica en construir un esquema para afrontar situaciones desconocidas o desafiantes, es lógico
que se trate de mantener.
Ahora bien, aunque el punto de partida para explicar la resistencia al cambio de los esquemas es el reconocimiento
de su carácter funcional, en ocasiones se producen resistencias patológicas vinculadas a prejuicios sociales con
referencia casi siempre a grupos estigmatizados (por ejemplo, negritos, gitanos, mujeres, viejos, etc.) en estos casos
se mantienen la opinión negativa respecto a tales personas por su mera pertenencia al grupo en cuestión, aunque se
tenga información personalizada fehaciente en contra del estereotipo
CAPITULO 6
UNA PERSPECTIVA DE GENERO SOBRE CONFLICTOS Y VIOLENCIA
CAPITULO 6 BARBERÁ
1. GENERO Y VIOLENCIA
Desde el punto de vista de una psicologia feminista podemos considerar la violencia como una forma primitiva de
comportamiento que tiene sus raíces en épocas ateriores al nacimiento de la palabra y del discurso organizado que
permite el uso de argumentos, una de las características específicamente humanas.
Las ideas sobre la legitimidad del uso de la violencia difieren de manera significativa entre hombres y mujeres, asi
como su uso real.
Existe desde hace tiempo una amplia polémica entre quienes atribuyen la tendencia a desarrollar actitudes violentas
a razones biológicas (genéticas, hormonales) y quienes consideran que estas actitudes obedecen a causas
ambientales. Ningún trabajo, ya sea desde el punto de vista innatista ya sea desde el ambientalista, puede pretender
aportar datos absolutamente concluyentes, pero lo que se deriva del conjunto de todos ellos es que tanto los
factores de tipo biológico como los de tipo ambientales representa un papel importante en la conducta humana, ya
sea porque el medio favorece o reprime la expresión de determinados rasgos o tendencia innatas ademas de aportar
muchos de los elementos que consideramos conforman nuestra personalidad. También existe una la voluntad
individual.
La noción de justicia pertenece al dominio de la moral, con el que muchas veces se identifica, al considerar que lo
moral es aquello que es justo. Esto, sin embargo, no parece tan claro, principalmente si se observa a través del
pensamiento feminista contemporáneo.
2. DOS CONCEPCIONES DE MORAL
Los trabajos de Gilligan pusieron al descubierto que la población femenina poseía un tipo de razonamiento capaz de
tener en cuenta un gran número de variables contextuales que sobrepasaban los limites del pensamiento masculino
tradicional.
A partir de sus trabajos Gilligan distingue entre <ética de la justicia> y <ética del cuidado>. La primera de ellas,
tradicionalmente sustentada por los varones, se centra fundamentalmente en la óptica del <otro generalizado>,
postura que atribye a todos los individuos los mismos deberes y derechos. Partiendo de este principio, no se tienen
en cuenta la individualidad ni la individualidad ni la identidad concreta de las personas, sino que se considera aquello
que todos los seres humanos tenemos en común, sometiéndola a los principios de igualdad formal y de reciprocidad.
Predomina la idea de justicia entendida como el respeto por los derechos y los deberes de las personas por encima
de sus necesidades y de sus diferencias, ya que la justicia es consideraba igual para todos y no es licito establecer
diferencias.
La <ética del cuidado> y la responsabilidad se basa en la consideración del <otro concreto> y a partir de ellas los
seres humanos son considerados como personas con una identidad, una historia y una constitución afectiva y
emocional especifica. Desde esta perspectiva se hace hincapié en la singularidad de las personas, lo cual nos hace
diferente a todas las personas y a también se tiene en cuenta lo que tenemos en común todas las personas. Es
preciso comprender las necesidades individuales, sus motivaciones, sus aspiraciones y deseos.
Desde la ética de la justicia, cada persona tiene derechos a ser considerada un ser humano igual a los demás. La ética
del cuidado, además de tener en cuenta los aspectos comunes a todos los seres humanos, tiene también en cuenta
las características inherentes a su personalidad y sus circunstancias inherentes a su personalidad y sus circunstancias
individuales.
Cada una de estas éticas obedece a una posición moral diferente, aunque ambas son consideradas complementarias.
La ética de la justicia prohíbe tratar injustamente a los demás, mientras que la ética del cuidado y la responsabilidad
además impide abandonar a alguien que se encuentre en una situación de necesidad.
2.1 PENSAMIENTO PATRIALCAL Y VIOLENCIA
El pensamiento patriarcal tradicional es un pensamiento esquemático y lineal que tiene en cuenta muy pocas
variables al analizar las diversas situaciones de las que se ocupa, debido fundamentalmente al hecho de que
considera únicamente la perspectiva de los varones y reduce a ellas rodas las posibles formas de mirar. Por esta
razón es un pensamiento reduccionista y esta característica le impide ver las cosas desde perspectivas diferentes a la
suya propia. Esto también lo convierte en lineal, lo cual equivale a ver el mundo a través de un solo agujero, que
hace que se lo presente como una secuencia lineal de causa y efecto.
La noción patriarcal de justicia esta basada en un poder desigual, (las leyes las imponen los mas fuertes y nunca lo
hacen de manera que les perjudique). Además, legitiman el uso de la violencia para imponerla. Frente a esto, desde
la perspectiva de la ética del cuidado se da significación a los lazos relacionales entre los individuos y se considera
que la justicia no debe dar la espalda a los sentimientos, necesidades e historias personales.
La moral patriarcal, basada en su particular concepción de justicia, según la cual todas las personas tienen los
mismos derechos y deberes, independientemente de su situación personal y de sus circunstancias particulares, s una
moral con graves carencias, puesto que trata a todo el mundo con el mismo rasero y no tiene en cuenta las
diferencias ni las necesidades de cada persona.
Como hemos visto, dentro del sistema patriarcal se considera licito el uso de la violencia por quienes ejercen el
poder, que son los mismos que dictan las leyes y deciden lo que es licito y lo que no lo es. Dentro del ámbito familiar,
quien dispone del poder en la sociedad patriarcal es el <pater familias>. Desde la “lógica” que impera en este
sistema, se arrogue el derecho de ejercer la violencia sobre aquellas personas en quienes ejerce su poder. La
violencia familiar y la violencia de genero constituyen, en la actualidad, uno de los índices mas sangrientos del
patriarcado que, aunque oficialmente penalizadas y rechazadas, siguen ejerciéndose con relativa impunidad.
3. LA INTERIORIZACION DE LA MORAL PATRIARCAL Y LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES.
La interiorización de los deseos y valores de quienes dominan, por parte de las personas dominadas, es lo que
provoca la indefensión de estás, que consideran “natural” o “normal” aquello que las oprime, llegando incluso a
anticiparse y a ir más allá de los deseos del dominador. En cualquier caso, las deja en una situación de indefensión
que ha sido denominada “indefensión aprendida”, que es la que aqueja a las personas que han aprendido el
sometimiento y lo viven como algo inevitable y a lo que les resulta muy difícil de oponerse de manera eficaz.
Uno de los factores más importante que favorece la opresión es la interiorización y la apropiación de la moral de los
opresores, de la cual las mujeres se convierten en transmisoras, a través de la educación, y en eficaces defensoras.
3.1 LA PERCEPCION Y LA DETECCION DEL MALTRATO EN LA ADOLESCENCIA
La adolescencia, según Gilligan, la época en que las chicas se ven presionadas a adaptar su sexualidad, sus relaciones
personales, sus deseos y sus juicios a lo que es considerado adecuado en el modelo patriarcal, so pena de sentirse
relegadas y excluidas de aquello que el sistema considera como lo más deseable.
SITUACION DE EJEMPO!: es un conflicto real, escrito por una adolescente -LAURA- que narra el problema que tiene
con su compañero sentimental. El muchacho -JUAN- es algo mayor que ella y Laura se muestra preocupada por lo
que acontece en su relación. Su compañero le lleva siempre la contraria y en cierta ocasión en que ella se molesto
por eso el la empujo y la hizo caer en el hueco de un árbol. Después de esta agresión él se mostró muy cariñoso con
ella y estuvieron bien durante algún tiempo, hasta que un fin de semana ella le dice que no podrá salir con el porque
tiene que preparar un examen. En esta ocasión, el chico le grita y la insulta, dándole de nuevo un fuerte empujón
que la hace caer. Laura se muestra muy preocupada por la conducta de Juan, al que ve como inseguro de si mismo y
le conseja que vaya a ver un psicólogo.
3.2.1 IDENTIFICACION DEL MALTRATO
La ignorancia de la violencia de genero es un rasgo que hace muy difícil su eliminación, ya que es imposible eliminar
aquello que no se sabe que existe. E spreciso que sea visible, es decir, identificada como tal, para que provoque
reacciones de defensa o cuanto al menos de rechazo.
Encontramos, en efecto, que algunos sujetos de la muestra relacionan explícitamente las acciones del protagonista
masculino con el maltrato:
“ lo que yo haría seria dejarlo sin pensarlo mucho; con toda esta movida que hay con eso de que las mujeres son
maltratadas no dejaría que el chico con el que salgo se tomara la libertad de decidir por mí y dar un empujon cuando
le venga en gana, creo que cuanto mas tiempo estuviera con el peor iría la cosa “ (chica, 14 años)
“yo creo que este chico es el típico que dé más mayor maltratará a su mujer y eso se ve a distancia; ella creo que
debe dar cuenta, pero por el amor que siente por él no se atreve a dejarlo. Ya se sabe que el amor deja ciegas a las
personas” (Chica, 14 años)
El elemento al que estas respuestas conceden mayor relevancia es a las agresiones que el protagonista inflige a su
pareja a las cuales otorgaron el significado de <maltrato>. Ellos les conducen a la conclusión de que la chica debe
separarse de su compañero. La relación que establece, en el primer caso, entre la actuación de él (“no dejaría que el
chico con el que salgo se tomara la libertad de decidir por mí y dar un empujón cuando le venga en gana”) y el
maltrato (“con eso de que las mujeres son maltratadas”) implica una conclusión necesaria: “lo que yo haría seria
dejarlo sin pensarlo mucho” ya que “cuanto más tiempo estaría con el peor iría la cosa”
En la segunda respuesta aparece, además de los anteriores, un nuevo elemento considerado significativo que ejerc
una influencia de sentido opuesto al que provoca la conducta de maltrato, que es “el amor que siente por el”, cuyo
significado explicita a continuación: “el amor deja ciega a las personas” y ello implica que “ no se atreve a dejarlo”
4. UN ORDEN SOCIAL SIN VIOLENCIA
La adhesión de las personas a un modelo de relaciones de pareja del tipo patriarcal mas que tradicional, produce
ceguera hacia el maltrato.
Esta concepción de la “naturales humana” (lease machista) concuerda perfectamente con las ideas que exponía
Freud y que le conducían, como s recordara, a la conclusión de que “ni siquiera adentro de una misma colectividad
se puede evitar la solución violenta de los conflictos de intereses”. Según este autor, los que detentan un poder
injusto y lo usan abusivamente deben recurrir a la violencia, a la coerción o al autoritarismo para mantenerlo.
Estas ideas freudianas podrían aplicarse también a la clásica familia patriarcal, la cual esta también formada por
“elementos de poder dispar, por hombres y mujeres, hijos y padres” y esta desigualdad se refleja en las leyes.
Debería añadir; y también en las costumbres y en los modelos inconscientes de acción que son impuestos a través de
la educación.
La violencia contra las mujeres, la violencia institucional y la violencia de guerra, aunque derivan hacia
manifestaciones diferentes, se basan en un orden social que se fundamenta en el dominio de unos de individuos
sobre otros. La violencia de genero la practica generalmente en un varón aislado o un pequeño grupo de estos,
teóricamente al margen de la ley pero no siempre de la costumbre. La violencia institucionalizada y la violencia en
guerra son consideradas legales por quienes las practican, ya que son los mismos que atribuyen el poder de decidir
que es y que no es legal.
La violencia contra las mujeres es tan evitable como las demás. La creencia en su inevitabilidad las hace inevitable.
Todas ellas obedecen a un deseo ilegitimo de demonio que se suele justificar con el argumento de que el oro
necesita ser dominado. Esta trasmisión forma parte de la aculturación al sistema y la educación construye su canal
de transmisión. Hay que inventar una nueva educación que abarque o contrarreste todos los campos mencionados,
para construir nuevas formas de relación entre los individuos y entre las colectividades. De la misma manera que el
analfabetismo innato, con el que todo ser humano llega al mundo, desaparece cuando aprende a leer, también
puede aprenderse a regular las emociones y a desarrollar formas no violentas de resolución de conflictos.
(Leer hojas investigación)

CAPITULO 7
CONDUCTA SEXUAL DE MUJERES Y VARONES: IGUALES Y DIFERENTES
EN EL PRINCIPIO ERA LA VIDA, DESPUÉS ALGUNOS SERES VIVOS SE HICIERON SEXUADOS
Desde el principio: la aparición de los sexos es un «canto a la diversidad», «un milagro o suceso que nos
hace distintos». Distintos en cuanto machos o hembras y distintos en cuanto personas: individualidad,
identidad sexual y rol sexual. Todos los seres sexuados pertenecemos a una y, dentro de ella, tenemos una
identidad sexual, la de machos o la de hembras. Estos dos hechos hacen que tengamos mucho de
semejantes, con la especie y con los miembros que compartimos identidad sexual; pero también que
tengamos mucho de diferentes, de los o las que no comparten nuestra identidad sexual y de todo el resto
de seres vivos, porque cada ser vivo sexuado es único, individual.
La reproducción sexual trajo otras grandes novedades, muy importantes para el tema que nos ocupa:
funciones distintas en la reproducción (el macho y la hembra tienen morfología, fisiología y conducta
sexual distintas, aunque compartan muchas cosas), emociones y afectos sexuales. Se hizo necesario el
deseo y la atracción sexual (sin ellos, el macho y la hembra no se buscarían) y el placer sexual (para
asegurar la repetición de la conducta con el alto poder reforzante del placer). Desear aparearse, sentir
atracción por la otra identidad sexual y gozar con el apareamiento era una condición necesaria para la
supervivencia de las especies sexuadas. + el cuidado
La sexuación en machos y hembras desencadena una serie de cambios que afectan al cuerpo, a su
funcionamiento, especialmente en la reproducción, a las emociones y afectos sexuales y, por último, a los
afectos sociales.
Dada determinada edad, sexo, condición hormonal y situación, era fácil predecir la conducta del macho y
de la hembra. Sólo el dominio, en algunas especies, de los machos o las hembras sobre un determinado
grupo introducía variables sociales que podían modifica las conductas sexuales. Ej: macho dominante,
único que, en estos casos, puede acceder a tener relaciones sexuales con las hembras del grupo.
LA SEXUALIDAD EN EL REINO DE LA LIBERTAD
La sexualidad humana pertenece al reino de la libertad. Ésta es la verdadera humanización de la sexualidad
y también el verdadero motivo de las diferencias hombre-mujer, por un lado, y persona individual-
personas, por otro.
La conducta sexual deja de estar preprogramada de forma estereotipada e instintiva, para hacerse sujeto
de decisión e interpretación, es decir, humana. Este camino hacia la libertad y el simbolismo es la
verdadera razón que nos hace diferentes a cada uno de nosotros, en cuanto personas únicas dentro de la
especie humana y en cuanto manera única también de ser hombre o mujer.
Cuando hablamos del reino de la libertad, para referirnos a la sexualidad específicamente humana,
constatamos un hecho central: la mujer, a diferencia de otras hembras, no está preprogramada para
desear, sentirse atraída y obtener placer en un momento concreto del ciclo, ni en una concreta estación
del año, ni en una época determinada de la vida. La mujer puede desear, sentirse atraída y gozar
sexualmente en cualquier momento del ciclo, a lo largo de todo el año, antes de la pubertad y después de
la menopausia. Es decir, el deseo, la atracción y el placer se han desvinculado de la reproducción, aunque
ésta pueda ser una consecuencia en determinadas circunstancias, sólo en determinadas circunstancias.
Los machos de otras especies están preprogramados para aceptar cualquier ocasión de aparearse, salvo
que estén extenuados, enfermos o muy viejos. No saben decir «no». Los hombres pueden y deben saber
decir sí o no, sabiéndose dueños de su libertad, haciendo uso de ésta, mediante su capacidad de
interpretar la realidad. Por ello, precisamente, por el hecho de que la sexualidad pertenece al reino de la
libertad, el núcleo de toda ética sexual es la ética del consentimiento; y una de las conductas menos
humanas, la coerción y la violencia sexual.
La libertad nos da posibilidades motivadoras positivas (conducta sexual por placer, ternura, comunicación,
deseo, atracción, enamoramiento, amistad, compromiso, intimidad, procreación, etc.); pero también
perversas (violar para demostrar poder o hacer daño, reforzar la autoestima con conquistas, considerar un
«no» un fracaso, ceder a demandas sexuales para obtener un beneficio, etc)
Unas y otras nos hacen a las personas más diversas y crean diferencias entre los hombres y entre las
mujeres. Los propios cambios evolutivos son otra causa de diversidad, porque no se producen en el mismo
tiempo, ni son iguales entre los sexos, ni tienen la misma intensidad y significado entre las personas. El
momento histórico, el país, la generación, los padres que tenemos, los iguales que nos rodean, los medios
de comunicación y las experiencias personales, entre otros muchos factores, contribuyen a nuestra
diversidad de comportamientos sexuales, por un lado, y a nuestra semejanza, en cuanto compartimos
estas variables.
. EL CUENTO DE ADÁN Y EVA
Los hombres se las han arreglado para organizar la vida de forma que ellos sean considerados más
importantes, tomen las decisiones más relevantes y tengan, en definitiva, más poder.
quienes escribieron la Biblia dijeron que Eva había salido de una costilla de Adán. Lo cierto es que las cosas
no son así: la base del embrión humano está preparada para acabar siendo hombre o mujer, cualquiera de
las dos posibilidades. Tenemos originalmente dos gónadas indiferenciadas, que pueden acabar siendo
testículos u ovarios, dos tipos de genitales internos, que pueden acabar en genitales internos de mujer o
de varón, y una base sobre la que pueden acabar desarrollándose los genitales externos de un hombre o
una mujer.
Este hecho es muy importante, porque quiere decir que somos una especie con una doble posibilidad en el
desarrollo sexual, y que quienes son hombres pudieron ser mujeres y quienes son mujeres pudieron ser
hombres.
En contra de lo que supone la Biblia, lo decisivo de la cadena que da lugar a la sexuación en hombre o
mujer es la acción del cromosoma Y; de tal forma que, si éste no actúa, el embrión sigue el curso femenino
ANATOMÍA, FISIOLOGÍA Y ROLES SEXUALES DISTINTOS EN LA REPRODUCCIÓN
Compartimos proyectos iniciales, aunque acabamos siendo en parte muy semejantes y en parte muy
diferentes: dos cuerpos sexuados, dos fisiologías, dos roles en la reproducción. Entre las diferencias
anatómicas y fisiológicas más importantes hay que destacar los siguientes hechos:
- El pene del varón es más externo que el clítoris de la mujer. Facilitando el descubrimiento de la
excitación sexual y el aprendizaje de la masturbación. Además, la erección del pene es una
condición para el coito, hecho que ha facilitado que el pene se convierta en símbolo de poder y
causa de ansiedad para el varón, especialmente si se concede al coito el único protagonismo en una
relación sexual. El ocultamiento del clítoris no impide, en todo caso, que un número importante de
mujeres descubran su significado sexual; significado sexual que ha llevado a algunas culturas,
contrarias al placer sexual de la mujer, a incluir el rito de su eliminación.
- El hombre mantiene desde la pubertad capacidad reproductora y en cada eyaculación suele
disponer de miles de espermatozoides que vuelven a reproducirse, prácticamente, sin límite; su
capacidad reproductora no está sujeta a ciclos de temporalidad después de la pubertad, ni a
cambios equivalentes a la menopausia. Su compromiso con la reproducción se limita, desde el
punto de vista biológico, a la aportación del espermatozoide. En este hecho biológico encuentra la
teoría evolucionista la razón de la mayor disponibilidad del varón a aceptar y buscar el sexo
ocasional, sin implicaciones emocionales y sin compromisos formales. El varón puede tener muchas
conductas sexuales, disfrutar del placer y no está vinculado a ninguna consecuencia. La
responsabilidad con la crianza es un hecho social para el varón
- La mujer tiene un número amplio pero limitado de óvulos, está sujeta a ciclos que regulan su
reproducción; a la vez que esta capacidad tiene un final cronológico definido, la menopausia. La
mujer tiene un compromiso biológico mucho mayor con la reproducción: aportar el óvulo, gestar
durante nueve meses, parir y amamantar. También es probable que el «sistema de cuidados» esté
biológicamente preprogramado en la mujer. Estos hechos biológicos explicarían, que la mujer sea
más selectiva buscando varones dispuestos a comprometerse con la crianza y que posean recursos
para defender, sostener, etc., a la familia. Ésta sería la base biológica que explica la tendencia de la
mujer a dar más peso a las implicaciones emocionales y a los reconocimientos formales de la
relación, como indicadores de un mayor compromiso.
Es evidente que la mujer tiene un compromiso biológico infinitamente mayor con las crías. Puesto que
con el nacimiento no se acaba este desigual compromiso, sino que se mantiene, al menos, durante el
primer año de vida. Estamos hablando de compromiso biológico, no social.
Otras diferencias anatómicas y fisiológicas afectan también a la sexualidad (la sexuación cerebral, las
diferencias hormonales, las diferencias en la respuesta sexual humana, etc.), pero es más difícil
concretar cómo finalmente regulan la manera de ser del hombre o mujer y están mucho más sujetas a
diferencias individuales entre personas. De todas ellas, una de las más evidentes es que:
- el varón tiene una capacidad limitada de eyaculaciones, en determinados periodos de tiempo, y un
periodo refractario después de cada orgasmo, más o menos acentuado, en relación con la edad y
otros factores. La mujer, por el contrario, no tiene limitaciones marcadas en relación con las
conductas coitales, ni periodo refractario propiamente dicho y, por supuesto, no depende de la
capacidad eréctil
Pero todas estas diferencias están muy sujetas a influencias de factores históricos, culturales y sociales,
por un lado, y también hay grandes diferencias individuales, por otro.
SEMEJANTES Y DIFERENTES
Las indudables semejanzas
Niños y niñas, tienen la fisiología del placer sexual activable; es decir, pueden excitarse y aprender a
excitarse con determinadas conductas. La excitación es con alguna frecuencia visible (en la erección del
pene y en la vasocongestión genital), pudiendo aparecer por causas endógenas que suelen permanecer
desconocidas, por frotamiento no intencional o, de forma especialmente evidente, por masturbación.
- En la infancia, hay erección-vasocongestión, cambios en el ritmo respiratorio y cardiaco,
movimientos rítmicos, cambios en la coloración de la piel y sofoco, concentración de la atención en
las sensaciones de forma que «parecen idos/as», tensión muscular y relajación posterior
- Están muy interesados por conocer e interpretar numerosos aspectos de la sexualidad. Hacen
preguntas explícitas, especialmente antes de los seis años, tienen conductas de observación y se
muestran intrigados por saber qué significan ciertas cosas que hacen los adultos.
- Los besos, los abrazos y tantas conductas sexuales de los adultos son observadas con interés y
perplejidad
- imitan numerosos juegos con contenido sexual más o menos explícito, referidos a roles de género o
a conductas sexuales como los besos, las caricias, los abrazos, el acostarse con intimidad e incluso
imitar el coito
Doble patrón de conductas prepuberales.
- Los niños, en general, tienen más conductas sexuales que las niñas. Las niñas superan a los niños en
las siguientes: masturbarse con un objeto (conducta muy condicionada por la anatomía del niño –
poco apropiada para ello– y de la niña), imitar besos, acariciar, conducta de seducción y
enamoramientos
Se trata de conductas con un significado sexual, pero también con contenidos afectivos más explícitos.
En todas las otras conductas los niños superan a las niñas, aunque en proporciones distintas
- Las niñas tienen conductas sexuales más motivadas por el juego, mientras los varones están
comparativamente más motivados por el placer
- Los niños se excitaron y llegaron comparativamente más al orgasmo que las niñas
- Las niñas se sintieron con mayor frecuencia culpables que los niños
La sexualidad de las niñas es más afectivo-relacional que la de los niños; mientras que la de éstos está
más directamente relacionada con la excitación y el placer sexual, aunque ninguno de estos dos
aspectos está ausente en el otro sexo
¿Cuál es la base de estas diferencias grupales? No lo sabemos con seguridad. Baldwin y Baldwin (2000)
consideran que las diferencias prepuberales se deben a factores biológicos, como son el tamaño y
ubicación del pene y el clítoris, y a factores sociales, dado que las manifestaciones sexuales de los niños
son mejor aceptadas y menos castigadas que las de las niñas en numerosas culturas
LA ADOLESCENCIA Y LA JUVENTUD
Más diferentes anatómica y fisiológicamente a partir de la pubertad-adolescencia
en la pubertad chicos y chicas se alejan en su anatomía y en su fisiología sexual. Las funciones en la
reproducción, nueva capacidad alcanzada, son distintas. La anatomía se marca y especifica (tanto en los
órganos sexuales primarios como en los secundarios). La cronología de la pubertad es diferente, y, sobre
todo, el funcionamiento del sexo cerebral, gonadal y genital es claramente distinto. Entre todas estas
diferencias destaca el mayor incremento de los niveles de testosterona en los varones lo que puede
revestir gran importancia dada la indudable relación entre testosterona y activación y deseo sexual,
aunque no se trate de una relación mecánica y simple. Estas diferencias anatómicas, fisiológicas y de
cronología de la pubertad pueden tener grandes implicaciones para la conducta sexual.
¿Puede hablarse de un doble patrón sexual en las actitudes y conductas sexuales de adolescentes y
jóvenes?
¿Cómo eran antes las cosas?
Hasta hace unos años, este doble patrón era muy evidente: los pensamientos, los sentimientos y las
conductas estaban claramente diferenciados entre los chicos y las chicas.
- Los chicos eran más liberales y erotofílicos, desde el punto de vista de las actitudes, estaban más
dispuestos a valorar las conductas sexuales y a involucrarse en ellas, incluso sin poner la condición
de la mediación de compromisos y afectos. accedían antes, como grupo, a las diferentes
experiencias sexuales, tenían más parejas y valoraban más la actividad sexual.
- Las chicas interiorizaban más la moral conservadora, eran más erotofóbicas y, tenían menos
conductas sexuales, menor número de parejas y valoraban menos la actividad sexual
¿Qué queda de estos patrones entre los adolescentes y jóvenes?
las cosas han cambiado mucho, acercando o diluyendo estos patrones:
- La mayor parte de los chicos y chicas tienen opiniones liberales y sentimientos erotofílicos. Les
parece legítimo masturbarse, si así lo desean; admiten las relaciones prematrimoniales; no ponen
como condición necesaria el compromiso de pareja, ni los afectos
- el inicio de las relaciones coitales (entre los 15 y 18 años) las diferencias entre chicos y chicas son
mucho menores. Pero, desde un segundo punto de vista, más complejo y profundo, las cosas no
han cambiado tanto y se mantienen elementos de los patrones tradicionales, por un lado, y de un
doble patrón más estable, vinculado a cada uno de los dos sexo
¿Qué elementos actuales nos permiten hablar de un doble patrón?:
A. Desde el punto de vista de las conductas:
- Los varones reconocen la mayor excitabilidad sexual propia de la pubertad dos o tres años antes
que las chicas, así como la mayor frecuencia e intensidad de episodios de excitabilidad. La conducta
de masturbación la practica un número mucho mayor de chicos
- Los varones están más dispuestos al sexo ocasional, es decir, a tener relaciones sexuales sin
especiales afectos o compromisos
- las mujeres encuentran más gusto por la comunicación, las caricias y los juegos afectivo-sexuales.
Por eso en las primeras manifestaciones sexuales (besos, caricias, etc.), las diferencias entre chicos
y chicas son menores que en cuanto a las relaciones coitales.
- las chicas suelen quejarse del machismo, la falta de delicadeza, y el hecho de que vayan demasiado
directos y rápidos al coito. También se quejan de un menor interés afectivo y de comunicación; y de
que si se muestran demasiado abiertas y activas sexualmente las interpretan mal y las tienen por
«desvergonzadas»
- Los chicos se quejan más de la resistencia de las chicas para aceptar tener relaciones sexuales, de
que le dan demasiadas vueltas a las cosas, etc

B. Los afectos, la intimidad y el compromiso

- las mujeres asocian la actividad sexual más a los afectos, la intimidad y el compromiso que los
varones. suelen tener menos parejas y darle un significado emocional, afectivo y social más fuerte.
También, ponen la condición, más o menos explícita, de los afectos, de que sus relaciones sexuales
tengan lugar en un contexto amoroso y su actividad sexual está más vinculada al hecho de tener
pareja
- En las conductas sexuales ocasionales también es más frecuente que las mujeres acaben
atribuyéndole más contenido afectivo y tengan más dificultades para aceptar que la experiencia
sexual haya sido sólo eso: un encuentro para compartir el placer sexual

C. Las fantasías

Los varones tienen fantasías con contenidos sexuales más explícitos que las mujeres, especialmente
cuando éstas no han tenido o están empezando a tener relaciones sexuales. Es frecuente que las
mujeres, cuando fantasean con un encuentro con un hombre, lo contextualicen más en un sistema
de relaciones más amplio, que sean más escénicas y románticas en comparación con los varones

D. Los estímulos

Los varones ven, se excitan y disfrutan más con los contenidos erótico-pornográficos que las
mujeres. Las mujeres están más interesadas por contenidos románticos o eróticosexuales, más que
pornográficos. Parece que la sexualidad del varón es más visual y táctil, mientras que la de la mujer
atiende a estímulos y factores relacionales más complejos

E. Frente a los riesgos.


- Las mujeres tienen mayor percepción de riesgos (en el caso de prácticas sexuales de riesgo), están
más interesadas y dispuestas a prevenirlos, postergan el coito si no se dispone de condón,
participan en discusiones y actividades de grupo, etc.
- Los varones tienden a asumir más riesgos en las relaciones sexuales y están menos dispuestos a
invertir esfuerzos en prevenirlos

F. Actitud ante las minorías.

Las mujeres suelen aceptar mejor a determinadas minorías como los homosexuales, transexuales,
etc.

G. Edad de la pareja sexual

Las mujeres, con más frecuencia que los hombres, tienen su iniciación sexual con una pareja mayor
que ellas.

H. Agresores y víctimas.

- Los agresores son casi siempre varones, tanto en el abuso sexual infantil como en el acoso y la
violación, mientras las víctimas son con más frecuencia mujeres
es mucho más probable que los varones empleen la violencia, la coerción o el engaño, para
imponer prácticas sexuales a las mujeres o a los hombres, buscando en unos casos la satisfacción
sexual y en otros fines más perversos, como la demostración de poder, etc.

I. La instrumentación de la sexualidad

- Los varones es más probable que la usen para demostrarse a sí mismos que son capaces (su miedo
a la impotencia es especialmente característico), que pueden conquistar y obtener así aprobación
de otros varones e incluso, lo que es especialmente grave, que pueden doblegar, dominar, hacer
sufrir, etc a la mujer.
- Las mujeres utilizan con más frecuencia la sexualidad para demostrarse y demostrar que son o
siguen siendo atractivas, para conseguir ser queridas por su pareja, aceptadas o promocionadas en
el mundo laboral y social, etc.; su manera de alcanzar algunos de estos fines es ser condescendiente
con los deseos de los varones o coquetear con ellos.

¿Perduran esos patrones en la vida adulta y en la vejez?


Doble patrón fisiológico, pero con elementos esenciales en común
En torno a los cincuenta años, el patrón fisiológico cambia de forma espectacular:
- la mujer tiene un claro climaterio, con la menopausia como hecho central, que acaba con su
capacidad de reproducción. Los efectos de estos cambios en la conducta sexual pueden ser
positivos o negativos según se vivan, siendo un hecho objetivo el riesgo de sequedad vaginal. Junto
con estos cambios, los que afectan a la figura corporal, la piel y, la pérdida de turgencia de las
mamas, suelen ser los que pueden llegar a preocupar más a una mujer, en buena medida por la
presión del modelo social de belleza juvenil y cosmético
- Los varones tienen una pérdida paulatina de vigor en la erección, especialmente después de los
sesenta años, que puede convertirse en su gran preocupación, también aumentada por la presión
de un modelo de conducta sexual juvenil y coital
¿Doble patrón en las conductas sexuales en la vida adulta?
Lo que caracteriza a la situación actual es que los adultos y las parejas son muy diferentes unos de otros,
de manera que no es fácil encontrar regularidades o patrones
El estado civil mantiene un poder regulador de las conductas sexuales muy elevado; pero los estados civiles
son cada vez más difusos y diferentes. La libertad ha llegado a las formas de vinculación y desvinculación.
Poco tiene que ver una pareja casada, convencional, con dos jóvenes que se encuentran cada quince días,
porque así lo quieren o porque trabajan lejos
a) Conductas
Las conductas sexuales entre los adultos y en el matrimonio son hoy más variadas, de forma que muchas
parejas practican el sexo oral y dan importancia a caricias diversas normalmente anteriores al coito
Las mujeres suelen manifestar más interés por caricias y conductas sexuales no coitales, porque las
relaciones sean lentas, tranquilas y afectuosas, por la comunicación, el afecto y los contextos románticos.
Los varones se quejen de falta de interés o disponibilidad de la mujer para la actividad sexual
El orgasmo, en cuanto resultado de estas conductas, lo alcanzan con más frecuencia los varones que las
mujeres
b) El interés por los afectos y la intimidad.
Es más frecuente que las mujeres echen de menos esta dimensión, que consideren, más que los hombres,
que debe acompañar a la actividad sexual. También es más frecuente que, en una escala de prioridades,
antepongan la intimidad a la actividad sexual, mientras los hombres es más probable que hagan lo
contrario
c) Fidelidad
Los varones son más permisivos que las mujeres cuando juzgan las relaciones extramatrimoniales, pero se
vuelven más intolerantes cuando se trata de aceptar la relación extramatrimonial de su pareja. En relación
con la conducta, los varones tienen más relaciones extramaritales que las mujeres y lo hacen por múltiples
razones (entre ellas, la propia satisfacción sexual, aun sin afectos especiales), mientras que las mujeres que
tienen relaciones extramaritales lo hacen más por razones emocionales.
d) Estímulos.
Desde el punto de vista de los estímulos sexuales los varones, como en el caso de los jóvenes, se sienten
más atraídos por estímulos pornográficos, mientras las mujeres prefieren una erótica más sensual,
contextual y relacional.
e) Parejas sexuales
Ambos, hombres y mujeres, tienden cada vez más a considerar la historia de relaciones sexuales como una
serie de monogamias sucesivas, que mientras duran deben conllevar fidelidad. Pero finalmente los
hombres acaban teniendo más parejas sexuales a lo largo de la vida que las mujeres y cumpliendo peor el
supuesto deber de la fidelidad.
Las mujeres, además de tener de hecho menos parejas sexuales, suelen darle mayor significado romántico
a las relaciones de pareja
f) Salud y bienestar
Las mujeres suelen estar más dispuestas a invertir esfuerzos para que las relaciones de pareja mejoren, a
buscar ayudas o asistir a cursos de promoción de salud y bienestar
g) Prostitución
Los varones adultos es más probable que recurran a servicios de prostitución, fenómeno, sin duda,
transcultural. En la sociedad actual la prostitución tiene como clientes preferentes a varones adultos,
mientras es poco frecuente que las mujeres recurran a comprar estos servicios
h) Agresiones sexuales
Los varones, como ya ocurría en la etapa anterior, tienen muchas más posibilidades de ser agresores. Sin
embargo, cada vez hay más mujeres que se quejan de aquellos aspectos que les hacen sufrir o les
decepcionan. También puede decirse, sin duda, que cada vez hay más varones que van flexibilizando el
patrón masculino y comparten relaciones más igualitarias, afectivas, íntimas y satisfactorias con su pareja
CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN
Estas diferencias dependen del concepto de sexualidad. Si nos referimos a la masturbación y el coito, los
varones tienen una conducta sexual más explícitamente relacionada con búsqueda directa del placer
sexual, poniendo menos condiciones para acceder a él, entendiendo la activación sexual en términos de
excitación fisiológica y búsqueda de conductas coitales. Si, por el contrario, entendemos la sexualidad de
forma mucho más amplia, las mujeres estarían más motivadas y dispuestas a encuentros interpersonales,
en los que cada vez menos mujeres rechazan la actividad sexual explícita
¿Cómo entender la sexualidad? En la respuesta a esta pregunta es muy probable que encontremos lo más
nuclear de los dos patrones: los hombres piensan, sienten y actúan en términos más directamente
relacionados con la excitación y el placer (lo que no quiere decir que no puedan enriquecer la relación con
afectos y compromisos) y las mujeres piensan, sienten y actúan más en términos interpersonales (lo que
no quiere decir que no deseen, se sientan atraídas y disfruten con la actividad sexual).
Grado y poder explicativo de estos patrones
estas diferencias grupales tienen poca intensidad, se están reduciendo en las últimas décadas y, sobre
todo, llegan a ser más pequeñas que las diferencias individuales entre las personas
es mucho más lo que compartimos, hombres y mujeres; y somos, en cuanto personas, más diversos que en
cuanto hombres o mujeres. No formamos dos grupos con fronteras definidas, sino dos grupos, con
numerosas intersecciones y diversidades dentro de cada grupo.
estos patrones son multidimensionales, es decir, que no en todas las dimensiones se da el mismo grado en
las diferencias y que cada persona es una construcción compleja, de forma que en una dimensión puede
estar más cerca de un patrón, y en otra, más cerca del otro.
¿Cuál puede ser la causa original de estos patrones?
Nuestra fisiología se ha conformado a lo largo de la historia de la vida y la filogénesis y nos hace ser como
somos y tener unos roles en la reproducción bien definidos. Algunos aspectos centrales de nuestras
emociones, nuestras capacidades mentales y lingüísticas, incluso nuestros grandes sistemas relacionales (el
apego, el sistema de cuidados, la sexualidad, etc.) forman parte de una manera específica de ser, y del
hecho de ser hombre o mujer
Ciertas diferencias biológicas pueden explicar, en parte, algunos aspectos de los patrones.
La sexualidad ha dado un salto cualitativo y los patrones de conducta sexual tienen mucho que ver también
con las influencias y los guiones y roles sociales. En tiempos recientes ha habido otros cambios científicos y
sociales fundamentales que hacen operativa la libertad del deseo, la atracción y el placer sexual Podemos,
literalmente, organizarnos la vida sexual como consideremos oportuno, con el único límite de la libertad
del otro, es decir, la necesidad del consenso.
Los dos saltos cualitativos, el biológico (al no depender el deseo, la atracción y el placer de programaciones
que determinen la conducta sexual), y el científico-social (al permitir funcionalmente tener relaciones sin
miedo al embarazo, tener autonomía económica y vivir en un mundo secularizado), nos colocan en un
verdadero reino de la libertad; pero como la sexualidad y las relaciones interpersonales tienen grandes
implicaciones sociales, comerciales y económicas, esta doble libertad se ve dificultada por varios motivos:
- Falta de autonomía económica de muchas mujeres.
- Morales fundamentalistas que aún presionan a los ciudadanos, destacando entre nosotros el peso
de la Iglesia católica.
- Por prescripciones de los modelos de la industria de la cosmética, la moda y la publicidad.
- Todo ello en un marco económico en el que los hombres y mujeres más incorporados al sistema de
producción se ven presionados por la necesidad de desarrollar un currículum largo y valioso,
trabajar de «sol a sol» (en terminología bien ancestral), estar dispuestos a viajar de un lado para
otro y tener como valores de referencia la competitividad y la excelencia
¿Hacia dónde vamos?
Mujeres adultas jóvenes, especialmente si trabajan, se caracterizan hoy por no tener claro qué es lo que
deben primar en la vida, oscilando entre un modelo tradicional de entrega y dedicación a la pareja y la
familia, por un lado, y un nuevo modelo, cercano al masculino, en el que la lucha por tener un buen
currículum profesional y disfrutar de la vida personal, social y cultural se convierten en los principales ejes
organizadores de la vida. Por eso, no es infrecuente que bastantes mujeres adultas, jóvenes profesionales,
tengan que ser a la vez dos mujeres, la clásica y la moderna, con las dificultades, sufrimientos y
contradicciones que eso supone.
La solución no es fácil, porque, si bien es comprensible y lógico que las mujeres reclamen estos derechos,
lo cierto es que entre todos acabamos construyendo una sociedad desvinculada, ya que los hombres, como
siempre, y las mujeres, a partir de ahora, no están dispuestos a dedicar esfuerzos a la familia y a la pareja,
o a desarrollar el sistema de cuidados.
La solución no puede ser la vuelta al pasado de explotación de la mujer. Se hace necesario que ambos,
hombres y mujeres, se comprometan con las relaciones interpersonales, en lugar de hacerse víctimas de
un sistema de producción y una concepción de la vida en la que las personas, si hacen caso a lo que les
pide sin piedad el sistema económico, deben sacrificar sus necesidades emocionales, interpersonales y
familiares a la empresa.
Las empresas y las instituciones naturalmente no lo plantean así, sino a través de dos supuestos valores
fundamentales:
- insistiéndonos en que es necesario mejorar la producción sin fin, ser competitivos y luchar por un
currículum de excelencia. el desarrollo, la competencia y el enriquecimiento del país, de las
empresas, etc., se convierte en obsesión y deber para todos
- confundir el bienestar con el tener y con el consumir, haciendo del consumo sin límites otro deber.
No se consume lo que se necesita, sino que se crean las necesidades de consumo y se llega a
inventar el cliente de lo que se va a producir. Trabajar mucho para tener mucho, tener mucho para
consumir mucho, cerrando el círculo al servicio de los intereses de una economía que no tiene en
cuenta el crecimiento sostenible, ni se preocupa del bienestar de las personas.
Estos mecanismos, esclavizan a hombres y mujeres, y les conforman con un único patrón social: el de la
competencia, producción y excelencia, por un lado, y el del consumo, por otro. El resultado es que
hombres y mujeres se enajenan de sus verdaderas necesidades y acaban sufriendo de soledad e
insatisfacción. Cuanto más logran y más tienen, más esclavos se hacen. Puede ser el final de los patrones
sexuales, pero un final que supone un grave fracaso para todos
Si estos valores acaban generalizándose y dominando nuestras vidas, de poco nos servirán los cambios
cualitativos que nos han acercado a la libertad: la liberación del deseo, la atracción y el placer de las
programaciones biológicas, la liberación de fundamentalismos ideológicos que reducían la sexualidad a
procreación, la autonomía económico-social de la mujer y los logros científicos que nos permiten tomar
decisiones sobre la conducta sexual sin riesgo
El futuro con que soñamos es la realización de la utopía de la libertad en las relaciones interpersonales,
dejando que cada persona, hombre o mujer, organice su biografía sexual como considere más oportuno;
pero ojalá sea a favor de su bienestar, teniendo en cuenta que somos seres para el contacto y la
vinculación, necesidad que sólo se resuelve cuando somos capaces de, en condiciones de igualdad,
sabernos gozar y querer. Que el reino de la libertad se convierta en el reino del placer, el reino de la
igualdad, el reino de la diversidad, el reino del bienestar. Entonces será importante ser persona y también
ser hombre o mujer, pero para reconocerse, respetarse, tratarse como iguales y amarse.

CAPITULO 9
GÉNERO, TRABAJO Y PODER
La igualdad jurídica entre mujeres y hombres es un hecho conseguido en gran cantidad de países, pero
cada día es más evidente que este reconocimiento de derechos y libertades no es suficiente para lograr
una ciudadanía plena. En la sociedad patriarcal en la que nos hallamos inmersos continúan existiendo unas
marcadas relaciones asimétricas entre los sexos, de manera que el hecho de ser hombre o mujer sigue
condicionando las posibilidades de acceder en igualdad de condiciones a derechos fundamentales como la
educación, la salud, el trabajo o el poder

SEGREGACIÓN LABORAL DE GÉNERO


La segregación ocupacional por razón de género es un fenómeno presente en todos los países con
independencia del nivel de desarrollo económico, e indiferente a la existencia de condicionantes religiosos,
culturales y sociales particulares. Atendiendo a los cambios socioeconómicos acontecidos en los últimos
años, podemos decir que la situación está evolucionando. Es un hecho probado la incorporación de la
mujer a la educación superior y al mercado de trabajo. Sin embargo, este avance no se ha producido por
igual en todos los empleos y sectores de actividad; de hecho, las mujeres siguen concentrándose en
profesiones caracterizadas como «femeninas», generalmente con menor valoración, mientras que los
varones lo hacen en aquellas estereotipadamente «masculinas», que gozan de mayor reconocimiento
social y económico.
La tasa de actividad de las mujeres es bastante menor que la de los hombres. El bajo porcentaje de
mujeres activas se debe a que todavía muchas de ellas están inmersas en la «economía sumergida», o bien
en las tareas del hogar como «amas de casa», actividad no reconocida como «económica»
La tasa de empleo es baja en mujeres. Gran parte de ellas tiene un empleo precario. Las mujeres ocupadas
tienen un trabajo temporal, incluyendo los contratos de duración determinada y a los trabajadores/as
estacionales. En segundo lugar, el trabajo a tiempo parcial representa más a mujeres que hombres. Por
otra parte, existe una marcada discriminación salarial en todos los sectores de actividad.
La concentración de mujeres en determinados sectores y puestos, esto es, la segregación horizontal
(diferencias en la representación de mujeres y hombres en los diversos sectores de actividad económica) y
vertical (diferente concentración de hombres y mujeres en determinados niveles y puestos), sigue siendo
muy marcada
Uno de los ámbitos en los que se hace más patente la segregación vertical es el de la empresa privada,
donde las diferencias entre mujeres y varones son muy grandes.
Cuanto mayor es el nivel de responsabilidad y el reconocimiento social y económico del puesto, menor es
la presencia de mujeres.
La baja representación de la mujer se produce en todos los ámbitos del poder. La participación política
femenina sigue siendo muy escasa.

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO LABORAL: ENFOQUES Y ESTRATEGIAS


Las Ciencias Sociales no reconocieron la necesidad de analizar la división sexual del trabajo, ya que se
consideraba el resultado natural de las funciones de hombres y mujeres en la reproducción biológica de la
especie. Por ello, la Psicología y otras ciencias se han interesado de forma relativamente reciente por
indagar los complejos mecanismos psíquicos y los diversos fenómenos socioeconómicos a través de los
cuales se desarrollan las relaciones de género en todos los niveles de la vida cotidiana, y más
concretamente en la actividad laboral. Puesto que la gran diversidad cultural de roles de género ha
invalidado las explicaciones exclusivamente biológicas, los estudios actuales tratan de analizar los factores
históricos, culturales, sociales, económicos y psicológicos que determinan el desigual lugar ocupado por
hombres y mujeres en el sistema laboral.
En la actualidad, lograr el acceso de las mujeres a posiciones de responsabilidad es uno de los desafíos
fundamentales del siglo XXI, planteado desde un doble enfoque. Así, la representación paritaria en los
puestos de poder se reivindica no sólo por motivos de justicia social y derechos fundamentales, sino
también por argumentos económicos en relación con una mejora de la eficacia de las organizaciones
basándose en el máximo aprovechamiento del potencial humano.
Desde el primer enfoque, se plantea que una mayor representación de mujeres en la toma de decisiones
es necesaria para lograr la equidad y un cambio de valores y formas de comportamiento más igualitarias,
que beneficiarían a las mujeres y la sociedad en su conjunto
Desde el segundo enfoque, la participación femenina en la toma de decisiones se valora no sólo como una
reivindicación de las mujeres, sino como un modo de afrontar las exigencias planteadas por la globalización
socioeconómica actual, la cual requiere una gestión eficaz de la diversidad humana.
El análisis de las relaciones de género en el mundo laboral y en los puestos de poder debe abordarse,
desde dos perspectivas. Por un lado, desde el análisis de las barreras que todavía impiden el acceso de las
mujeres a posiciones de responsabilidad. Pero, por otro, desde una perspectiva más positiva e innovadora,
se deben vislumbrar los factores que podrían favorecer su incorporación
Investigaciones realizadas desde los dos enfoques planteados

EL «TECHO DE CRISTAL» EN LA PROMOCIÓN PROFESIONAL DE LAS MUJERES


La explicación sobre los motivos por los que existe esta clara situación de desventaja sociolaboral de las
mujeres respecto a los hombres es muy compleja ya que, en la mayoría de ocasiones, la discriminación no
se ejerce de forma directa sino mediante múltiples mecanismos difíciles de analizar y demostrar
La invisibilidad de los factores que sustentan esta problemática llevó a las investigadoras/es del tema a
bautizar el fenómeno con la metáfora del «techo de cristal»
Se considera discriminatorio el hecho de que dos personas comparables no sean tratadas con igualdad
pero esto es lo que suele suceder en la mayoría de procesos de selección y promoción a puestos de
elevada responsabilidad
Las explicaciones basadas en factores personales internos analizan si la existencia de características
diferenciales entre hombres y mujeres requeridas para la promoción a puestos de elevado nivel provoca
procesos que actuarían en detrimento del éxito profesional femenino
Las explicaciones basadas en factores sociales y organizacionales externos giran en torno a las
consecuencias derivadas de la cultura patriarcal, creadora de relaciones de poder asimétricas entre
hombres y mujeres
Principales teorías desarrolladas sobre la problemática del «techo de cristal»

Actitudes y motivación laboral


La no existencia de mujeres en puestos de poder ha sido achacada durante años a que no era «su sitio»,
además de a su falta de interés, formación o, incluso, de capacidad.
La identidad profesional sigue estando marcada por la dimensión de género. La socialización se ejerce,
fundamentalmente, a través de la familia de origen, los medios de comunicación y el «currículum oculto».
El proceso de socialización fomenta el desarrollo de características y actitudes asociadas a la identidad de
género femenina que pueden ser negativas para su promoción y éxito profesional. La carrera profesional
femenina tradicionalmente ha sido dirigida hacia puestos de cuidado y servicio relacionados con su rol de
género, de menor estatus y valoración.
La motivación de logro ha constituido durante muchos años una de las principales explicaciones de la
desigualdad laboral entre hombres y mujeres, así como la hipótesis del miedo al éxito de las mujeres
En el sistema de valores y, sobre todo, en el nivel de compromiso personal con el trabajo no aparecen
diferencias sustanciales entre mujeres y hombres. La creencia de que las mujeres tienen altos índices de
abandono y absentismo laboral es otro mito que carece de fundamento. Las mujeres que ejercen una
profesión se sienten tan motivadas, comprometidas con su trabajo e implicadas en la tarea como sus
colegas masculinos
Muchas mujeres sufren una crisis de identidad debido a que la feminidad no es aceptada por las
organizaciones, lo que las puede llevar a abandonar (mayores índices de autocrítica y exigencia, dejando
pasar oportunidades por considerar que no están preparadas; inseguridad y autodesconfianza, al sentirse
constantemente evaluadas por ser mujeres que hay que incluir/que pertenecen a la «cuota»
representativa; niveles elevados de estrés, provocados por las políticas organizacionales y los conflictos de
identidad y rol de género)
Se debe estudiar la dinámica organizacional para corregir la desigualdad, puesto que la mayoría de análisis
coinciden en señalarla como el principal obstáculo en la carrera profesional de las mujeres

Cultura organizacional y estereotipos de género


Desde los años noventa se comienzan a relacionar las dificultades de las mujeres para lograr posiciones
reales de poder con la cultura organizacional.
en las organizaciones predominan las características y valores asociados con el rol estereotipado masculino
(independencia, control, competición, racionalidad y objetividad). Por el contrario, las características
asociadas al rol femenino (interdependencia, cooperación, receptividad, intuición, emocionalidad y
sensibilidad) son rechazadas por la mayoría de organizaciones, a pesar de ir en contra de las exigencias
socioeconómicas actuales
La cultura organizacional se construye, a partir de los estereotipos de género, puesto que no sólo influyen
en los comportamientos personales, sino también en las normas y valores que se comparten dentro de la
propia organización, afectando, a las políticas de selección y promoción de personal y a las redes
informales existentes dentro de las organizaciones. El problema todavía radica en que muchos directivos,
seleccionadores de personal y empresarios consideran que las mujeres no son lo suficientemente «duras»
como para «funcionar» en los ambientes de más alto nivel y exigencia
La asociación de la masculinidad a la figura directiva, otro bloque de estereotipos de género persiste en el
imaginario cultural. Existe la creencia de que las mujeres no se comprometerán ni se dedicarán
plenamente a su trabajo o, incluso, que pueden llegar a abandonar la carrera por sus responsabilidades
familiares
La cultura organizacional actúa en detrimento de la promoción laboral de las mujeres a través de varios
procesos influidos por los estereotipos y roles de género:
- las reglas informales y «redes de chicos» que unen a los hombres y excluyen a las mujeres de los
círculos de auténtico poder;
- las políticas de selección de personal y de desarrollo de carrera, puesto que siguen sesgadas por el
género;
- la escasez de redes femeninas y mentorización de mujeres; y
- la falta de políticas organizacionales tendentes a lograr un mayor respeto de la vida privada y de la
conciliación entre el trabajo y las responsabilidades domésticas.
Las mujeres suelen acceder a sus puestos por promoción interna tras «ganarse la confianza» del
empleador al demostrar su centralidad en el trabajo y valía profesional. Muy pocas superan procesos de
selección normales y, mucho menos, de «cazatalentos»

Las responsabilidades familiares


El triple papel de las mujeres, esposa-madre-directiva, representa un problema crucial, puesto que el perfil
directivo imperante está asociado a largas horas de permanencia y movilidad geográfica
Barreras:
- la asignación social de roles de género es interiorizada por las mujeres como parte integrante de su
identidad, de manera que la maternidad es asumida por muchas de ellas como un «deber»
prioritario. Este hecho puede provocar la autoexclusión del mundo laboral o la aceptación de
empleos compatibles con su rol de género
- la falta de un reparto equitativo entre los miembros de la familia, y la carencia de ayudas sociales y
organizacionales imposibilita el desarrollo de carrera de muchas mujeres que desean promocionar,
puesto que se les «obliga» a desarrollar un doble rol (productivo y reproductivo) que las deja
exhaustas y complica su ejercicio profesional.
- La maternidad es lo más característicamente femenino, y es también lo más enfrentado a los
valores y códigos de la empresa. La maternidad, desde el punto de vista económico y
organizacional, es un estado de invalidez, es el anti-trabajo, la no disponibilidad absoluta. Por ello,
la creencia estereotipada sobre el posible abandono o menor dedicación laboral provoca
reticencias entre los empleadores para contratar y promocionar mujeres a puestos de
responsabilidad, y/o a invertir en su desarrollo de carrera
Sin embargo, las mujeres están cada vez menos dispuestas a abandonar su carrera. Aunque la
maternidad sigue siendo una parte fundamental de la identidad de género femenina, se observa un
importante cambio generacional con respecto a otras épocas,

NUEVAS PERSPECTIVAS: DEMANDAS ORGANIZACIONALES Y DIVERSIDAD DE GÉNERO


Cambios sociales y económicos están provocando la transformación de los entornos laborales. Como
consecuencia, las organizaciones se ven obligadas a modificar su estructura y relaciones, en un intento por
adaptarse a los requisitos de la nueva economía y de responder a la creciente diversidad del entorno y de
la fuerza laboral. Las mujeres tienen un papel muy importante en la aportación de nuevos valores.
El nuevo entorno socio económico
El actual entorno socioeconómico es enormemente complejo y dinámico, víctima ineludible de la
globalización. algunas de las modificaciones del entorno socioeconómico que se han producido son:
- la ampliación de los contenidos del mercado,
- la aceleración de la incorporación de la mujer al mercado laboral,
- la equiparación del ciudadano con el consumidor, y la prolongación de la formación obligatoria de
los jóvenes, con el consiguiente retraso en la incorporación al mercado laboral.
Estos cambios, unidos a la tendencia a la internacionalización y globalización de los mercados, dan forma a
un entorno socioeconómico cambiante e inestable. Esta nueva situación obliga a las organizaciones a
realizar constantes adaptaciones, tanto en su morfología (estructura) como en su dinámica (adaptabilidad),
tanto en sus potencialidades actuales como en la previsión de sus capacidades futuras, con el fin de
adaptarse y garantizar su supervivencia y éxito
Cambios requeridos a las organizaciones para su adaptación a la nueva situación
- la transformación de la estructura organizacional, pasando de ser excesivamente jerarquizada a
estructuras más horizontales, flexibles y multiculturales, y el desarrollo de nuevas habilidades de
dirección, como la capacidad de liderazgo, el trabajo en equipo, la dirección de personas, la
creatividad y la intuición, la toma de decisiones, la gestión del cambio y la diversidad, las
habilidades de negociación y solución de problemas, el autoaprendizaje y el desarrollo personal, las
habilidades interpersonales y el dominio de las técnicas de comunicación

La diversidad emergente
La constante transformación y globalización del mercado laboral están provocando una creciente
diversificación de la fuerza laboral, debido principalmente al aumento de la inmigración y a la masiva
incorporación de la mujer al trabajo
La diversidad puede contemplarse desde múltiples perspectivas: diversidad étnica, personas de diversas
generaciones que colaboran en el mismo lugar de trabajo, confluencia de creencias religiosas, políticas,
multiculturales, etc. Desde esta consideración, la diversidad de género aparece como un elemento más a
tomar en consideración ante la nueva perspectiva socio-laboral
Estas diversidades son las que tienen una mayor incidencia en la organización, por varios motivos. En
primer lugar, la diversidad supone un reto a lo conocido, porque introduce una nueva visión, una nueva
cultura de trabajo, dinamizando así la innovación y la creatividad a través de nuevas ideas y puntos de
vista. En segundo lugar, la gestión de la diversidad permite la reducción de los costes operativos y
estructurales, mediante la reducción del absentismo, la optimización de la gestión y de la eficacia de las
acciones empresariales, puesto que busca la satisfacción y respeto de las necesidades de los trabajadores
La diversidad de género se considera no un problema que hay que afrontar y resolver, sino una
potencialidad que puede ser útil para el desarrollo organizacional y conveniente para enriquecer las
relaciones interpersonales y favorecer la incorporación de la mujer al ámbito laboral
El papel de las mujeres
las mujeres no sólo aparecen como personas que reclaman derechos de ciudadanía, sino que se presentan
también como individuos que aportan valores positivos al desarrollo económico y al progreso social.
Este contexto de remodelación y cambio del sistema organizacional ofrece la oportunidad de introducir el
criterio de la diversidad de género en las organizaciones como una estrategia que eliminaría las
tradicionales barreras que han impedido la participación de las mujeres en cargos de dirección. El
planteamiento de la diversidad abre las puertas a la diferencia y la diversidad humanas

DIFERENCIAS DE GÉNERO EN LOS ESTILOS DE DIRECCIÓN


Los entornos laborales actuales no deben ni pueden dejar de contar con la importante aportación de las
mujeres en el liderazgo de sus organizaciones. Es necesario crear entornos inclusivos donde la diversidad
de género en los equipos de dirección sea un valor añadido en el desempeño de sus funciones.
con la incorporación de la variable género en el estudio sobre el trabajo directivo, además de analizar las
carencias aptitudinales y actitudinales de las mujeres para ocupar un cargo directivo, su falta de habilidad y
experiencia para desempeñar un puesto de liderazgo, se viene haciendo especial hincapié en sus
aportaciones y cualidades como distinto modo de ejercer la dirección
Se plantea la existencia de un estilo directivo femenino diferente al modelo tradicional de dirección
masculina y destaca los puntos fuertes de las mujeres. Frente al estilo de dirección ejercido principalmente
por los hombres y considerado el único para alcanzar el éxito en las empresas, hay que defender el estilo
propio de las mujeres en beneficio de ellas mismas y de sus organizaciones. De forma individual, las
diferencias en el desempeño directivo pueden ser sutiles y difíciles de observar, pero como grupo las
mujeres tienen realmente su propio estilo directivo
Estilo directivo masculino versus estilo directivo femenino

ESTILO MASCULINO O TRADICIONAL


- Caracterizadas por una gran masa de personas en la base y con numerosos niveles jerárquicos hasta
llegar a la cúspide donde se asienta la dirección general
- El objetivo principal es lograr el triunfo y vencer al resto de competidores, y las características clave
más valoradas en estas organizaciones son un riguroso control, una dirección autoritaria, capacidad
para pensar analítica o estratégicamente y una actitud objetiva y no emocional con respecto al
trabajo.
- Potencian la individualidad, valoran los logros independientes y subordinan otras actividades o
compromisos en favor del desarrollo de carrera
- Orientación competitiva donde el objetivo es ganar, el poder se utiliza para controlar a los demás y
el principio fundamental es el respeto a la autoridad
- Estructura organizacional es piramidal
ESTILO FEMENINO
- Se caracteriza porque se basa tanto en lo racional como en lo emocional. Las mujeres directivas
pretenden conseguir los objetivos organizacionales a través de la cooperación de todo el personal
implicado, por lo que el equipo es la unidad fundamental en la estructura de la organización
- El objetivo básico en la dirección femenina es el logro de la calidad, y la resolución de problemas se
hace a través tanto de la intuición como de la estrategia racional. Las características más
importantes de este estilo son un control reducido, comprensión, colaboración y niveles altos de
rendimiento.
- Se caracterizan porque valoran más las relaciones entre los elementos que los elementos en sí
mismos, comprenden a los demás y tienen en cuenta sus necesidades, se centran en la
colaboración con otros, reconocen y expresan las emociones propias y facilitan el desarrollo
emocional de los demás, son creativas y desean trabajos que les permitan autorrealizarse. Son
cooperativas, comprensivas, amables y apoyan a los demás
- Estilo directivo como abierto, flexible, comunicativo, persuasivo, no combativo, innovador, con un
alto sentido de la calidad y centrado en la persona
- Fomentan las relaciones con el equipo, se centran en las necesidades particulares y el bienestar de
los miembros de su equipo y dan preferencia a la integración de la vida personal y la laboral
- Se caracteriza por la colaboración, por una visión del poder sinérgica, donde se comparte el poder
con los demás para lograr los objetivos, se potencian la participación y el consenso.
- La estructura se configura por medio de redes

Liderazgo transformacional y diferencias entre hombres y mujeres


Las características más destacables del estilo directivo femenino coinciden en gran medida con los
aspectos que definen el estilo de liderazgo transformacional.
El estilo transformacional se caracteriza por fomentar la relación con el equipo, tener en cuenta sus
necesidades personales y profesionales, motivarles para superarse y esforzarse cada vez más y por la
confianza depositada en todas y cada una de las personas que forman parte del equipo.
Este estilo de liderazgo está formado por cuatro dimensiones:
- Carisma: a persona líder actúa de modelo, proporciona una visión de futuro, infunde orgullo y
obtiene la confianza del personal–;
- Inspiración: motiva a su equipo informándoles de lo que es necesario hacer, les comunica altas
expectativas y aumenta el espíritu de trabajo en equipo–
- estimulación intelectual: motiva a pensar una y otra vez el modo en el que tienen que realizar las
cosas, cuestiona las viejas creencias y estimula la innovación para aportar nuevos puntos de vista
- consideración individualizada: presta atención y apoyo a las necesidades individuales y les escucha
atentamente.
La dirección femenina se basa en el trabajo en equipo, la cooperación, la dirección participativa, y en la
orientación a las relaciones interpersonales, por lo que podemos afirmar que el liderazgo transformacional
es el estilo de las mujeres

CONCLUSIONES
Las mujeres no sólo han sido marginadas de la vida socioeconómica, sino que, además, sus aportaciones
nunca han sido valoradas y reconocidas. A pesar de los grandes avances en la incorporación de las mujeres
al ámbito público, la discriminación de género sigue mermando la actividad laboral femenina. Las mujeres
trabajan bajo peores condiciones laborales y son excluidas de determinados sectores de actividad y de las
esferas de poder en todos los ámbitos laborales. A los obstáculos que impiden el «empoderamiento» de
las mujeres a nivel profesional se les ha denominado «techo de cristal», dada su complejidad e
invisibilidad.
el aprovechamiento del potencial femenino no será posible si no se crean las condiciones sociales y
organizacionales adecuadas para que las mujeres puedan acceder en igualdad de condiciones a las
posiciones de poder y toma de decisiones. No podemos transformar lo público sin modificar, al mismo
tiempo, lo privado. No podemos cambiar la situación de desventaja y exclusión de las mujeres sin abordar
las condiciones de su vida cotidiana y las interrelaciones entre los roles productivo y reproductivo. Ámbitos
en los que hombres y mujeres deben compartir derechos y obligaciones. Obligaciones que no tienen sexo y
que son básicas para el funcionamiento del sistema social. La tarea central del siglo XXI consiste en la
creación de un nuevo proyecto mundial que cuente con una perspectiva más humanista e integradora de
las distintas realidades que lo componen. En este nuevo proyecto de vida, la cultura masculina y la cultura
femenina deben compartir espacios, creando unas relaciones nuevas donde el poder sea compartido por la
diversidad humana.

PARTE MAIN
POWER IDE – INVENTARIO POR DESGASTE DE
EMPATIA
En este trabajo se presenta el primer instrumento nacional para evaluar capacidad empática y el nivel de
desgaste por empatía que pueden presentar aquellos que realizar profesiones de ayuda (dentro de la
constelación de síndromes asociados a variables laborales potencialmente negativas). El IDE presenta
bondades psicométricas adecuadas para utilizarse en nuestro país, tanto para realizar trabajos preventivos
como diagnósticos referidos al desgaste por empatía.
SíndromeCreencias
Situación de desgaste por empatía
intermedias
Pensamient
Pensamientos
Creencias
Creencias
Creencia
(reglas,
intermedia
central
centrales
automáticos Síndrome
actitudes y presunciones) de burnout
Reacciones:
Aparición rápida de síntomas. o Recuperación rápida. Estado
Sentimientos
de cansancio de ayuda,
físico,compasión
mental y
“lectura de este libro” “si no comprendo algo a la perfección, soy tonto”  Emocional: malestar
“soy incompetente”
y confusión. Síntomas desconectados
automático de causas reales.
emocional
grupo de eventos en particular. Si existen inconsistencias en el sistema causado
constructos, las involucrado
por
deComportamiento:estar apuestas no fructificarán;
Es un estado de tensión y preocupación por los pacientes
durante 
traumatizados
un largo periodopor a una
situaciones
re- ser puesta
de a prueba.
La primera muestra
se cancelarán estuvoSicompuesta
mutuamente. el sistema
“es por 186
resulta profesionales
consistente, deuna
se hace 20 acerrar
61 años
predicción que
que se
el libro desempeñan
puede en
experimentación del acontecimiento traumático oalta
por demanda
evitación/entumecimiento
emocional. de os
tareas relacionadas
Si el evento que fueracon la atención
anticipado y la asistencia
en realidad delapersonas
tiene lugar, predicciónen lasFisiológica:
habría provincias de Santa
sido acertada, Fé y Entrevalidado,
y el constructo, Rios.
recursos persistentes asociados al paciente. Independientemente la empatía
pesadez y sin
por lo menos por ese momento. Si el evento anticipado no ocurre, el constructo ha sido invalidado. En el último
demandar unadeexposición
abdomen especifica al
caso, elesindividuo
¿Qué debe desarrollar un nuevo constructo o debe aligerar o expandir el viejo constructo para así incluir
la empatía? trauma y al sufrimiento de un cliente.
la predicción del evento
Según Eisemberg y Strayer que tuvo
es lalugar.
capacidad para experimentar las mismas
Recuperación emociones que otra persona está
rápida,
sintiendo. Esto implica:
Los individuos buscan prevenir los eventos, e incrementar elSíntomas conectados
rango de conve- cono causas
niencia, reales.
los límites de sus sistemas de
 En una relación humana significativa, es inevitable Se que
da yo
porque sienta
por lo que
mucho el otro
tiempo siente
la persona
constructos. Este punto lleva a la distinción entre las posturas de Kelly, y aquéllas de Rogers. De acuerdo con Kelly, el
 El grado de compromiso e interés con la persona estuvo
individuo no busca consistencia por el hecho de la mera consistencia, expuesta
con la que meaencuentro
o incluso situaciones laborales
marca muy
la intensidad
por la autoconsistencia.
del
Más bien, los
proceso empático fuertes,
individuos buscan anticipar los eventos, y un sistema consistente negativas.
sería lo que lesSe da a lo hacer
permitirá largo esto.
del
 Las diferencias de intensidad de la empatía estatiempo, es crónico.
dada por Debe haber
las características deluna
vínculo (relación de
Ansiedad,pareja,
miedo,madre-hijo,
y amenaza amistad, vecinos, de trabajo) exposición prolongada a esos factores para
que la persona exprese los síntomas. Es un
La ansiedad es el reconocimiento de que los eventos a losestrésque un individuo
crónico: se enfrenta
se puede tratarestán fuera del rango de
y se recupera.
conveniencia de su sistema de constructos. El individuo se siente ansioso cuando se reconoce sin constructos,
¿Qué sucede cuando una persona significativa sufre un estado emocional penoso?
cuando ha “perdido el contacto estructural sobre los eventos”, cuando es “sorprendido sin contar con sus
El síndrome de desgaste por empatía se manifiesta en los profesionales que brindan atención a personas
constructos”. La gente se protege a sí misma de la ansiedad de diferentes maneras. Confrontado por los eventos que
que sufren. Se ha observad que los profesionales que trabajan en la atención a traumatizados (guerra,
no con- sigue construir -es decir, que se ubican fuera de su rango de conveniencia- el individuo opta por extender un
desastres
constructo,naturales;
permitiendovictimas de delitos aviolentos)
así su aplicación una mayorpresentan en eventos,
variedad de forma casi inmediata
o bien, losymismos
lo limita síntomas
enfoca en detalles
que sus pacientes.
minúsculos. Asimismo los profesionales que atienden a personas que sufren, como médicos,
psicólogos, abogados, contadores y en general todo profesional de la salud presenta una serie de síntomas
En comparación
relacionados con la ansiedad,
directamente con ellosindividuo siente
problemas quemiedo cuando un constructo nuevo pareciera estar a punto de
atendieron.
irrumpir dentro de su sistema de constructos. Ahora bien,
El profesional desarrolla un grado de contacto y compromiso el sentimiento
con sus de amenazay clientes
pacientes parecierapor
ser el
aún dellega
que mayor
a
relevancia. Secon
identificarse entiende por amenaza,
los estados de ánimoladeconsciencia
estos. de si se aproxima un inminente cambio profundo en la
estructura central del individuo. Una persona se siente amenazada cuando una sacudida importante en su sistema
de constructos
Desarrollo está a punto de suceder. El individuo se siente amenazado por la muer- te si la percibe como
del SDpE
inminente
En y si implica
1971 Figley comenzóun cambio drástico
a estudiar en sus constructos
las consecuencias centrales.
de ayudar La muerte
a gente no es amenazadora
traumatizada. cuando no es
Realizó entrevistas
inminente, o bien, cuan- do no se interpreta como algo fundamental para el significado de la vida del
con médicos y enfermeros del ejercito de la corporación marina norteamericana afectados por la guerra de individuo.
Vietnam.
Siempre que Noto que sus memorias
el individuo se involucradeenguerra estaban
una nueva dominadas
actividad, por asentimientos
se expone sí mismo a lade culpa asociados
confusión con El
y la amenaza.
no salvar, no ayudar o no hacer lo suficiente por sus pacientes.
individuo se siente amenazado cuando se percata de que su sistema de constructos está a punto de ser afectado de
En 1980drástica
manera se publicó el Manual
por aquello queEstadístico
se descubreycomo
diagnóstico de desórdenes
nuevo. “Éste es el momentomentales, se presenta
de la amenaza. Es el por primera
umbral entre la
vez el diagnostico para el DESORDEN DE ESTRÉS POST TRAUMATICO-DEPT- alguien cercano a la
confusión y la certidumbre, entre la ansiedad y el aburrimiento. Es precisamente en este momento cuando estamos persona
traumada
más tentadospodría presentar (Kelly,
a retroceder” síntomas similares
1964). como consecuencia
La respuesta a la amenaza del
puede estrés
ser compartido.
la de renunciar a la aventura y
regresar a los viejos constructos para evitar el pánico. La amenaza tiene lugar a medida que el individuo se aventura
Desordenhumano
en el conocimiento de estrés postraumático:
y cuando se ubica al filo de Desorden decambio
un profundo estrés en
traumático
su interior.secundario:
Síndrome en el que los síntomas se Comportamientos y emociones resultantes de
desarrollan
La amenaza, por compartir
la consciencia de un un
profundo cambioconocer
inminente
unaen la estructura
situación central
traumática del por
vivida individuo, puede
sentimiento
experimentarse de estrés
con respecto con la cosas.
a muchas persona otro significativo. Estrés consecuente por
traumatizada. Se conectan directamente ayudar o querer ayudar a una persona que
Lo que vuelve
con latanpersona
significativos a los conceptos
que sufre, estuvo o estáde ansiedad, miedo y amenaza es que sugieren una nueva dimensión
sufre.
a la opinión de Kelly
en peligro. sobre el funciona- miento humano. Las dinámicas de funcionamiento pueden ser ahora
No hay conexión directa con el otro sino que
consideradas como implicadas
Pensamiento en lasimilares
intrusivos: interacción entre el deseo del individuo por expandir su sistema de constructos
a los conozco lo que le paso al otro por un tercero.
y el deseo
quedeelevitar la amenaza
otro cuenta. Estosdenounpueden
trastorno de aquél sistema. Los individuos siempre buscan conservar e
Contratransferencia
incrementar sus sistemas
controlarse premonitorios.
y aparecen Sin embargo, ante la presencia de la ansiedad y la amenaza, los individuos
en cualquier
Reacción
momentodeEmocional
pueden adherirse después
manera de del
queaterapeuta
rígida launpersona
sistemahacia
lomuy estrecho, en vez de aventurarse en el peligroso ámbito de la
expansiónel cliente
contó.
de sus independientemente
sistemas de constructos. de la
empatía, el trauma o el sufrimiento.
Para resumir este tema, los procesos de la teoría del constructo personal, Kelly planteaba la existencia de un
Verse a uno mismo en el cliente.
organismoEnlace
activo,crónico
y no consideraba
asociado la existencia
a las de fuerza motivacional alguna. Para él, la gente se comportaba a la
relaciones
manera de los científicos
familiares de orden.al momento de construir los eventos, al hacer premoniciones, y al buscar expandir su
sistema de constructos.
Reacción de unEnterapeuta
ocasiones,frente
igual aqueun los científicos, el individuo se vuelve tan ansioso y tan amenazado
ante lo desconocido, que busca sujetarse
paciente que no tiene que ver con la a verdades absolutas, volviéndose dogmático. Por el otro lado, cuando el
individuo empatía.
actúa como Tiene
buenque ver conesproyectar
científico, capaz de el adoptar un estado de ánimo abierto, exponiendo a su sistema de
vínculo
constructos original,de
a la diversidad delos
sueventos
familia,quede conforman
las su vida.
figuras paternas; como si el terapeuta
fuera su madreo padre.
Aparición rápida de los síntomas.
Crecimiento y desarrollo

Un aspecto en el que la teoría del constructo personal no está plenamente desarrollada es su forma de abordar el
crecimiento y el desarrollo.

Kelly jamás fue lo suficientemente explícito al hablar de los orígenes de los sistemas de constructos. Argumentaba
que los constructos se derivaban a partir de la observación de patrones repetitivos de eventos. Pero hizo muy poco
por describir los eventos que llevaban a las diferencias como las que se encuentran entre los sistemas de constructos
simples y los complejos. Por lo tanto, los comentarios que hace Kelly en relación al crecimiento y al desarrollo son
limitados. Subraya que el desarrollo de los constructos pre verbales durante la infancia, y la interpretación de la
cultura implican un proceso de expectativas adquiridas. Los individuos pertenecen al mismo grupo cultural en el
sentido que comparten ciertos modos de construir eventos y tienen el mismo tipo de expectativas con respecto a la
conducta.

Los estudios sobre desarrollo asociados con la teoría del constructo personal por lo general subrayan dos tipos de
cambio. Primero, ha habido una exploración acerca de los incrementos en complejidad del sistema de constructos
asociado con la edad. Segundo, ha habido exploraciones acerca de los cambios cualitativos en la naturaleza de los
constructos formados, y en la habilidad del niño por ser más empático o consciente de los sistemas de constructos
de los demás.

Con respecto a la complejidad de un sistema de constructos, existe evidencia de que conforme el niño se desarrolla,
se eleva el número de constructos que le son disponibles, hace diferenciaciones más finas, y muestra una
organización o integración jerárquica mayor. En cuanto a la empatía, existe evidencia de que conforme el niño se
desarrolla, se vuelve cada vez más consciente de muchos eventos que no se relacionan con el self y es cada vez más
capaz de valorar los constructos de los demás.

La cuestión de los factores que determinan el con- tenido de los constructos, y la complejidad del sistema de
constructos es de importancia crucial. En particular, resulta relevante para el campo de la educación, ya que una
parte de ella parece ser el desarrollo de sistemas de constructos complejos, flexibles, y adaptado.

Psicopatología

De acuerdo con Kelly, la psicopatología es la respuesta desordenada a la ansiedad. Al igual que en las teorías de
Freud y Rogers, en la teoría de Kelly, los conceptos de ansiedad, de miedo y de amenaza juegan un papel crucial para
el tema de la psicopatología.

Kelly define a la psicopatología como el funcionamiento desordenado de un sistema de constructos. La metáfora de


la persona-como-científico aquí también es importante. Sólo un científico mediocre mantiene una sola una teoría y
hace las mismas predicciones a pesar de los repetidos fracasos de sus estudios. De manera similar, sólo una persona
con funcionamiento mediocre mantiene su sistema de constructos intacto, si en repetidas ocasiones produce
predicciones incorrectas.

Arraigados en la base de una adherencia así de rígida a un sistema de constructos, están los sentimientos de
ansiedad, miedo y amenaza. Kelly apuntaba que el individuo podía construir la conducta humana en una dirección
contraria a la ansiedad. Los desórdenes psicológicos son desórdenes que implican ansiedad y esfuerzos errados por
reestablecer el sentido de ser capaces de acertar en la anticipación de los eventos:

Existe un sentido en el que todo desorden de comunicación es un desorden que involucra a la ansiedad. Un individuo
“neurótico” lucha frenéticamente por encontrar nuevas maneras de construir los eventos de su mundo. En algunas
ocasiones se aboca a los eventos “pequeños”, en otras a los “grandes”, pero siempre se encuentra peleando contra
la ansiedad. Un individuo “psicótico” parece haber encontrado una solución temporal para su ansiedad. Pero se trata
de una solución, en el mejor de los casos, precaria, y debe ser conservada aún con todo y una evidencia que para la
mayoría de nosotros sería anuladora.

Por esto, algo que según Kelly es fundamental para la psicopatología, es el esfuerzo de la gente por evitar la ansiedad
(la experiencia de que el sistema de constructos personal no sea aplicable a los eventos), y por evitar la amenaza (la
consciencia del inminente cambio profundo en el sistema de constructos). Para protegerse contra la ansiedad y la
amenaza, el individuo emplea métodos de protección. Esta postura recuerda a la de Freud. De hecho, Kelly sugería
que, frente a la ansiedad, el individuo puede actuar de modos que harán que sus constructos sean inaccesibles para
la verbalización; esto es, no conscientemente accesibles. Por lo tanto, por ejemplo, ante la ansiedad, el individuo
puede sumergir alguna terminal de un constructo, o algunos elementos suspendidos que no encajan bien dentro de
él. Éstas son respuestas a la ansiedad que se asemejan mucho al concepto de represión.

Cambio y la terapia del rol fijo

En la teoría del constructo personal, el objetivo del cambio es el sistema de constructo personal del paciente. El
terapeuta trata de promover el desarrollo de un mejor sistema de constructos. Si el constante uso de constructos
inválidos es patológico, la psicoterapia es el proceso para ayudar al paciente a mejorar sus predicciones por medio
del desarrollo de mejores constructos. Se trata de hacer del paciente un mejor científico. Entonces, la psicoterapia es
un proceso de reconstrucción del sistema de constructos. Algunos constructos son reemplazados, algunos nuevos
son agregados, algunos son ajustados, otros son aflojados, se hace a algunos más permeables y a otros menos.

¿Cómo se hace esto? Kelly desarrolló una técnica específica denominada terapia del rol fijo. La meta de esta terapia
es permitir que el paciente piense acerca de sí mismo de un modo nuevo. El terapeuta busca que el paciente se
comporte de manera nueva, que se interprete a sí mismo de manera distinta, y que, con ello, se convierta en alguien
nuevo. Una técnica para lograr esta meta es utilizar un bosquejo de personalidad. Luego de llegar a un conocimiento
básico acerca del paciente, el psicólogo o el equipo de psicólogos crea un bosquejo por escrito de una persona
nueva, un tipo alternativo de persona que el paciente pueda “intentar ser” como modo de expandir su sistema de
constructos. Luego de que se ha trazado este bosquejo de personalidad, es presentado al paciente: el cual decide si
el bosquejo se acerca a una persona a quien él quisiera conocer, y se pregunta si acaso se sentiría cómodo estando
con una persona así.

De este modo se busca asegurar que la nueva personalidad no sea excesivamente amenazadora para el paciente. En
la siguiente fase de la terapia del rol fijo, el terapeuta invita al paciente a actuar como si fuera esa persona. A lo largo
de aproximadamente un par de semanas, se le pide al paciente que se olvide de quién es, y que, en adelante, se
comporte como esta otra persona.

La meta del cambio terapéutico es la reconstrucción individual del self. El individuo da a conocer algunos
constructos, crea algunos otros nuevos, hace ajustes, y desarrolla un sistema de constructos que le llevará a lograr
predicciones más acertadas. El terapeuta entusiasma al paciente a fingir, a experimentar, a buscar alternativas, y a
reconstruir el pasado a la luz de nuevos constructos. El proceso terapéutico es complejo. Los diversos pacientes
deben ser tratados de maneras distintas, y la resistencia al cambio debe superarse. Sin embargo, es posible lograr el
cambio positivo en una situación en donde un buen director asista en la actuación del drama humano o un buen
maestro asista en el desarrollo de un científico creativo.

Héctor Fernández Álvarez “FUNDAMENTOS DE UN


MODELO INTEGRATIVO EN PSICOTERAPIA”
Las psicoterapias o terapias por medios psicológicos constituyen un conjunto de técnicas destinadas a promover
situaciones de cambio personal en individuos que padecen, cuando dicho padecimiento no se sostiene en alguna
forma de valoración que lo justifique.

Hay un proceso de admisión. La tarea principal de este proceso de admisión es dilucidar sobre la pertenencia o no de
la consulta, y, por consiguiente, establecer si el motivo de consulta justifica una indicación terapéutica. En el caso de
que esta sea alguna forma de psicoterapia (como tratamiento único o asociada a otra) podemos sostener que dicho
proceso se extiende desde la declaración del malestar hasta la fijación de un proyecto o plan de acción
psicoterapéutica. Durante la admisión, los objetivos de ayuda que persigue el paciente se transforman en metas de
una psicoterapia.

Factores que condicionan la declaración del malestar:

Es el motivo de consulta. Esta precedido por una triple acción condicionante: contextual, actitudinal y verbal.
 Condicionante contextual: formado por el conjunto de factores que rodean el primer encuentro. Ello incluye:
el grado de prestigio social de la psicoterapia, del terapeuta, el grado de credibilidad que el paciente asigna
al tratamiento según experiencias previas referidas a si o a otras personas. También las instalaciones del
local, aspectos infra o supra estructurales de la institución donde se lleva a cabo la entrevista.
 Factor actitudinal: tiene que ver con la forma y la disposición con que el entrevistador se sitúa ante el
paciente. La manera en que inicia el contacto, la forma de saludarla, el tono de voz, etc.
 Factor verbal: sobre el que comienzan a analizarse la mayoría de las entrevistas. ¿en qué puedo ayudarlo? O
¿Qué es lo que lo ha traído a la consulta? En el momento que el paciente declara su malestar, este queda
automáticamente resignificado. El terapeuta y el conjunto de factores contextuales que envuelven esta tarea
operan con un enorme peso en esta resignificación.

La psicopatología como disciplina teórica, constituye el intento de describir y explicar los trastornos psicológicos
como si estos existieran por si mismos o estuviesen enfrascados. Por más dinámica que sea la psicopatología
opera con las perturbaciones. En la psicoterapia los trastornos nunca se expresan en ese estado, desde el inicio
de nuestra tarea contribuimos a reelaborarlos activamente y colaboramos en darles una forma acorde. El
terapeuta ejerce desde el comienzo una presión en el paciente, para que justifique ese lugar que está ocupando,
para que diga que algo en el no funciona bien.

Todo terapeuta influye sobre el paciente desde un primer momento. Todos sabemos que los pacientes aprenden
a decir el tipo de cosas que los terapeutas (según ellos creen) esperan escuchar. Los pacientes aprender que
pueden contar con un tratamiento que durara muchas o pocas sesiones, y en la medida que responde a sus
expectativas les resultara útil y provechoso. Si alguien no está preparado para una psicoterapia es simplemente
porque no la necesita, porque necesita otra modalidad terapéutica o porque necesita otra cosa antes. En
muchas oportunidades los pacientes realizan una consulta en momentos que no están maduros para llevarla
adelante, porque no sufren lo suficiente o porque no están dispuesto a los esfuerzos que exige, a estos se les
aconseja regresar en otra oportunidad.

¿Quién consulta? Una persona que porta un malestar. Que la persona que consulta haya autodetectado su
trastorno simplifica el camino para trazar los objetivos de un tratamiento. Cuando esto ocurre, el paciente podrá
mostrar cuales son los indicadores clave de esa detección.

Cuando alguien manifiesta estar mal por lo que otros le provocan, pueden ocurrir 2 cosas: o bien que considere
que algo no funciona adecuadamente en el como para estar involucrado en esa situación, o que solo se queja de
un hecho que le excede, del mismo modo que alguien podría quejarse de pasar una mala situación económica, a
causa de la crisis del país. El primer caso es una variante de la situación anteriormente analizada, mientras que el
ultimo, un problema social y este cae fuera del alcance de la psicoterapia.

Una situación interesante se plantea cuando la forma de detección del trastorno depende de un juicio alterno.
Son estos casos en los que los pacientes consultan afirmando que buscan ayuda por requerimiento de otras
personas, los trastornos son situaciones observadas por otros y el paciente actúa respondiendo a ese reclamo,
sin que el mismo reconozca los signos que los demás ven en él.

Otros casos, son los que la definición de los objetivos terapéuticos se hace más difícil y las probabilidades de
éxito están muy relacionadas con la participación activa de aquel que opero como detector del trastorno. La
psicoterapia es un recurso que suele tener éxito cuando responde a una libre disposición del paciente y que
fracasa cuando se la inicia en respuesta a alguna forma de coerción, generando una fuerte frustración.

Una situación diferente se plantea cuando la persona consultante muestra una preocupación relativa a la
necesidad de ayudar a otro que padece, al que atribuye incapacidad para decidir sobre su estado de salud, se
sitúa en posición de hablar con otro.

En casos de perturbaciones como psicosis, debilidad mental, demencias, se espera que haya personas
responsables de sus cuidados y atenciones, todo esto lo determina la cultura y los derechos civiles.

También existen numerosos casos en los que los que consultan son más de uno, principalmente parejas o grupos
familiares.
Evolución de la demanda:

Cuando el paciente nos relata su experiencia de sufrimiento, asistimos a una situación que se inicia, pero al
mismo tiempo observamos la última escena de un proceso muchas veces prolongado. En el proceso de admisión
es fundamental indagar los caminos seguidos por la demanda.

El malestar da lugar a la demanda de ayuda del paciente puede iniciarse de 2 maneras: A) bruscamente cuando
el caudal de información desborda ampliamente la capacidad de procesamiento del individuo. B)
progresivamente, cuando el déficit de procesamiento se va acumulando de manera gradual, hasta alcanzar el
límite de la disfuncionalidad.

A) de manera brusca, por experiencias traumáticas, se sufre súbitamente un desequilibrio que se traduce en
fuerte malestar. Se produce un aumento acelerado de información, mayor al que el sistema procesa
habitualmente. Aumenta la incertidumbre. La desventaja de esta consulta es que los pacientes se muestran
muy exigentes, buscan soluciones rápidas a problemas complejos, y no siempre es fácil precisar el tipo de
cambios necesarios para mejorar la situación. En algunos casos, estos hechos traumáticos resultan de
cambios considerados positivos.
B) corresponde a los que evolucionan de forma gradual. Durante un cierto tiempo oscilaran entre la sensación
de pérdida y recuperación de su bienestar. Se describe este estado como disfuncionalidad constructiva. En
algunos casos, los síntomas del paciente se arrastran hace años.

Estimaciones de admisión:

El proceso de admisión es una doble evaluación, del paciente y del admisor.

 La evaluación del paciente: se compone del conjunto de estimaciones subjetivas e intersubjetivas que
confluyen en torno a la naturaleza del malestar, la intensidad del sufrimiento, las consecuencias que acarrea,
las expectativas que de él se desprenden para la vida del paciente y de personas allegadas, y los esfuerzos
estimados que será necesario realizar para revertir la situación.
En los últimos años, además, se han llevado a cabo terapias de tipo institucional o familiar. Para cada forma
de organización sociopolítica se necesita una cierta forma de funcionamiento.
 La evaluación del terapeuta: está conformada por su estimación en torno a la severidad del trastorno, la
comprensión teórica que dispone, así como los recursos técnicos con que cuenta para enfrentar situaciones,
también la cantidad de recursos adicionales que será necesario movilizar para ayudar al paciente. En el
mismo momento que el terapeuta entra en contacto con el paciente empiezan a operar distintos
mecanismos para la situación con la que se enfrenta, el motivo de consulta, los factores que sustentan la
situación y los antecedentes. Los mismos terapeutas los que en función se supuestos expertos que operan
en un campo determinado, proponen métodos de abordaje para ayudar a aliviar ciertos problemas, movidos
por su peculiar manera de interpretar, como integrantes de una cultura determinada, con patrones de
comportamientos y roles determinados.

Acuerdo entre paciente y terapeuta en torno a objetivos:

El resultado de la admisión que facilitara el inicio de un buen proceso psicoterapéutico debe confluir en la
elaboración de un acuerdo entre el paciente y el terapeuta, en relación con los motivos que ponen en marcha el
proceso y la definición de los objetivos que habrá de ajustarse el tratamiento. Tal acuerdo no será siempre posible y
esto abre una serie de interrogantes entorno a los caminos que deberán seguirse. Pero cuando dicho acuerdo es
posible, será el resultado de la articulación entre las estimaciones respectivas hechas por ambas partes
comprometidas en la situación.

La experiencia muestra un porcentaje significativos de pacientes que en la admisión rechazan la oferta de comenzar
una terapia. La razón fundamental está vinculada al error cometido por los admisores en el momento de evaluar la
estimación subjetiva del paciente, en torno a la relación existente entre los objetivos del tratamiento y el nivel de
esfuerzos necesarias para llevar adelante la terapia.

¿Cuáles son los criterios que deben seguirse para el establecimiento de este acuerdo primordial, previo al inicio de
una psicoterapia? En el momento de escuchar el pedido de ayuda del pacente, el terapeuta interpreta lo que
escuhca en términos de una serie de dimensiones que incluyen la severidad del trastorno, sus causas o
determinantes y las técnicas requeridas y disponibles para tratar de resolver la situación y ayudar al paciente. El
resultado es una estimación.

Las personas pueden tener una vivencia subjetiva del padecimiento que las aqueja que resulta totalmente diferente
del dictamen de una escala sobre niveles de severidad de trastornos, lo que afectara las decisiones sobre el nivel de
colaboración para el tratamiento.

No necesariamente existe relación directa entre el nivel de severidad establecido en función de la clasificación de
trastornos y el nivel de gravedad que es posible establecer en función de los recursos que se necesita movilizar para
la puesta en marcha del tratamiento. Si bien existe cierta correlación positiva en este sentido, indicadora de que un
trastorno considerado más grave recibe una indicación terapéutica que implica mayor duración, mayor frecuencia
semanal, mayor complejidad de procedimientos utilizados, esta relación no es estricta y muchas veces se invierte en
función del nivel de las expectativas trazadas en torno a los objetivos.

Podemos estimar la gravedad en función del grado de las consecuencias que pueden esperarse de una situación
penosa, lo que obliga a considerar el papel del contexto. En el momento de la admisión como en cualquier otro
tramo, ¿Cómo podríamos determinar para esa situación la gravedad de las consecuencias posibles si no fuera en
función de un contexto de valores, relativo a cada persona o grupo social? El terapeuta opera necesariamente como
un representante de la cultura y se ve inclinado a establecer juicios subjetivos sobre el orden de la gravedad de lo
que escucha.

El terapeuta en cuanto persona, no puede dejar de juzgar y ese juicio lo somete a una dimensión en la que esta
encadenado con el eterno problema del bien y el mal.

La posibilidad de establecer reglas de correspondencia entre los juicios del paciente y del terapeuta, por medio de
un dialogo que intente establecer el punto óptimo de determinación del nivel de severidad en todos los sentidos
simultáneamente. Cuanto mayor sea este acuerdo, mayor será el éxito de la psicoterapia emprendida, toda vez que
estará reflejando la comunidad de opiniones entre el paciente y el terapeuta en cuanto a la severidad del problema
que aqueja al primero y la cantidad de recursos de los que será necesario disponer en el curso del tratamiento para
tratar de lograr los objetivos que se han fijado.

Pero es necesario que exista un acuerdo mínimo que garantice el inicio concierta posibilidades de éxito. Muchas
veces ocurre que una psicoterapia comienza con un nivel demasiado bajo de acuerdo y eso se traduce en abandono
y deserciones en una temprana etapa del tratamiento.

Una situación adicional que contribuye a incrementar la probabilidad de fracaso de un tratamiento es la cantidad de
intentos terapéuticos fallidos, previamente realizados por paciente. Lo que se traduce en una disminución del nivel
de credibilidad asignado a la terapia.

El conjunto de circunstancias que rodean la vivencia subjetiva de sufrimiento por parte del paciente es resignificado
por el terapeuta en el momento de la escucha, pues lo examina a través del diagnóstico que realiza vinculando
rasgos de personalidad, condiciones vitales, edad, nivel de instrucción y otras capacidades personales y habilidades
sociales, etc. El resultado será un cierto grado de correspondencia.

El grado de participación del paciente, cuanto mayor sea el grado de explicitación posible, mejores resultados se
podrán obtener, manteniendo una posición activa por parte del paciente. La falta de ello obliga necesariamente a los
pacientes a someterse a una situación de entrega excesiva, que deposita un margen de poder exagerado en manos
del terapeuta.

Tales objetivos trazados deberán remitirse a una serie de procedimientos específicos que será necesario emplear
para lograrlos. La cantidad y diversidad de recursos que deberán ser aplicados en cada caso confrontarán
nuevamente las diferencias de estimación entre el paciente y el terapeuta. Cuando el resultado final d estas
operaciones de lugar a un acuerdo, la psicoterapia tendrá una buena posibilidad de éxito.

La negativa de una persona a iniciar un tratamiento o la decisión de abandonarlo durante su curso eran
sistemáticamente signos de resistencia. Si la discrepancia es muy elevada el tratamiento correrá riesgo de fracasar.
PERTENENCIA DE LOS CAMBIOS PSICOTERAPEUTICO

No buscamos recomponer a las personas hasta alcanzar formas ideales, y sabemos que la posibilidad de obtener
ciertos logros en su vida exterior o en el funcionamiento de su cuerpo, depende de otras variables que escapan al
control que se opera en el contexto del espacio terapéutico. La posibilidad de alcanzar una forma de relación con
otras personas o de cambiar una posición en el ámbito social y laboral es algo que implica la participación de otros
cuyas acciones no pueden ser controladas desde la actividad que se produce en las sesiones de psicoterapia.

Es por eso que los logros a los que la psicoterapia apunta es a modificar estructuras internas o esquemas
preparatorios para la acción, modificación de la cual podrá surgir un cambio manifiesto en ciertas áreas de la ida o
dependiendo de las circunstancias.

De manera, semejante podemos hablar sobre el efecto de la psicoterapia en relación con desordenes que implica un
compromiso de aspectos físicos. El curso de una enfermad está determinado por una serie de estructuras biológicas
que conforman el organismo de cada individuo e incluso de la interacción que ese organismo mantiene con un
entorno biofísico. Los componentes psicológicos forman parte de una compleja trama de elementos que
intervinieren en dicho curso, pero de ninguna manera operan con independencia de la reactividad de las restantes
estructuras a sus cambios. Por lo tanto, la capacidad de promover cambios corporales en el curso de una
enfermedad por medio de la acción psicoterapéutica depende de un efecto indirecto, consistente en que los
cambios psicológicos operen sobre el conjunto del organismo, facilitando una mejor disposición frente a la
enfermedad.

Melillo - Resiliencia como proceso.


En el comienzo del nuevo siglo, el énfasis en el desarrollo humano, pasó a ser la importancia de promover
el POTENCIAL HUMANO. En ese contexto el concepto de resiliencia ha cobrado especial importancia. Ésta,
se ha estudiado sobre todo en niños, tiene como objetivo entender como ellos, adolescentes y adultos son
capaces de sobrevivir y superar adversidades a pesar de sus condiciones de pobreza, violencia familiar,
enfermedad mental o físicas de los padres, o a pesar de consecuencias de una catástrofe natural. Intenta
promover procesos que involucren tanto al individuo como a su ambiente social para que tenga una mejor
calidad de vida.
El enfoque de resiliencia surge a partir de tratar de entender las causas y evolución de la psicopatología.
Estos estudios demostraron que había un grupo de niños que no desarrollaban problemas psicológicos o
de adaptación social a pesar de las predicciones de los investigadores. Se postula el concepto de resiliencia
en vez del de “invulnerabilidad” porque ésta implica que el individuo ES AFECTADO por el estrés y/o
adversidad, pero es capaz de superarlo o salir fortalecido; además implica un proceso que puede ser
desarrollado y promovido, mientras que la invulnerabilidad se considera un rasgo intrínseco a la
personalidad del individuo.
Desarrollo histórico del concepto resiliencia.
Existen dos generaciones de investigadores:

 Primera generación: Principios de los 70’. Buscan identificar aquellos factores de riesgo y de
resiliencia que influyen en el desarrollo de niños que se adaptan positivamente a pesar de vivir en
condiciones de adversidad. ¿Qué distingue a esos niños (que viven riesgo social) que se adaptan
positivamente a la sociedad de los que no? Se comienza a ampliar el foco de investigación, que se
desplaza desde un interés en cualidades personales que permitan superar la adversidad hacia un
interés mayor en estudiar factores externos al individuo (nivel socioeconómico, estructura familiar,
presencia de un adulto cercano). Se adscriben al modelo tríadico de la resiliencia: que consiste en
organizar los factores resilientes y de riesgo en tres grupos: los atributos individuales, los aspectos
familiares y las características de los ambientes sociales en los que los individuos están inmersos.
 Segunda generación: Mediados de los 90’. Retoma el interés de la primera en inferir qué factores
están presentes en aquellos individuos en alto riesgo social que se adaptan positivamente a la
sociedad, a lo que agregan el estudio de la dinámica de los factores que están en la base de la
adaptación resiliente.

Dos investigadores pioneros:


Rutter Propuso el concepto de mecanismos protectores. Entiende a la resiliencia como una
respuesta global en la que se ponen en juego los mecanismos de protección, entendiendo por éstos
aquella dinámica que permite al individuo salir fortalecido en cada situación y respetando las
propias características.
Grotberg Noción dinámica de la resiliencia. Define que la resiliencia requiere la interacción
de factores resilientes provenientes de tres niveles diferentes: soporte social (yo tengo),
habilidades (yo puedo) y fortaleza interna (yo soy y yo estoy). Incoporta como elemento esencial
la dinámica e interacción de estos tres factores.
La mayoría de los investigadores de esta generación pueden adscribirse al modelo ecológico-
transaccional. La perspectiva que guía el modelo de la resiliencia, es que el individuo se halla
inmerso en un ecología determinada por diferentes niveles que interactúan entre sí, ejerciendo una
influencia directa en su desarrollo humano. Los niveles que conforman el marco ecológico son: el
individual, familiar, el comunitario y vinculado a servicios sociales, el cultural y vinculado a valores
sociales. El desafió que se plantean es que la identificación de los procesos que están en la base de
la adaptación resiliente, permitirá avanzar en la teoría e investigación en resiliencia, además de
permitir el diseño de estrategias destinadas a promoverla.

Concepto de resiliencia: Proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva a
contextos de gran adversidad. Tres componentes esenciales.
 Noción de adversidad, trauma, riesgo o amenaza al desarrollo humano.
 Adaptación positiva o superación de la adversidad.
 Proceso que considera la dinámica entre mecanismos emocionales cognitivos y
socioculturales que influyen sobre el desarrollo.
1) Adversidad: Constelacion de muchos factores de riesgo (vivir en la pobreza) o una situación de vida
específica (muerte de un familiar). Puede ser definida mediante instrumentos de investigación o
subjetivamente por la percepción del individuo. Tiene que indicar la naturaleza del riesgo y la
conexión que existe con la adaptación positiva.
2) Adaptación positiva: Permite identificar si ha habido o no proceso de resiliencia. Es considerada
positiva cuando el individuo ha alcanzado expectativas sociales asociadas a una etapa del desarrollo
o cuando no hay signos de desajuste. Si ocurre a pesar de la exposición a la adversidad, es
resiliente.

Para identificar la resiliencia es necesario que exista una adaptación positiva. Esta adaptación puede
estar determinada por el desarrollo de algún aspecto del individuo o por la ausencia de conductas
disruptivas. Es necesario tener en cuenta el concepto de “desarrollo normal” que puede particularizar a
cada grupo cultural, que la resiliencia puede observarse en conductas o áreas específicas del desarrollo
y que es necesario fortalecerla a lo largo de todo el ciclo de vida (si el ambiente provee los recursos
necesarios).
3) Proceso: Permite entender la adaptación en función de la interacción dinámica de múltiples
factores de riesgo y factores resilientes, pueden ser familiares, bioquímicos, fisiológicos, sociales
y/o culturales. La noción de proceso descarta definitivamente la concepción de resiliencia como
atributo personal y la adaptación no es solo responsabilidad del niño, sino de la familia, la escuela,
comunidad y sociedad.

Metodología de investigacion.
Se preocupan por definir tres conceptos:

 Cómo medir la adversidad.


 Cómo medir la adaptación positiva.
 Como medir el proceso de desarrollo que permite superar la adversidad y adaptarse
positivamente.

El modo de identificar la resiliencia está dado por la conexión teórica y metodológica que se establezca
entre la situación de adversidad y la adaptación positiva o la ausencia de desajuste. Puede ser medida a
través un test, entrevistando a profesores, padres o miembros de la comunidad, al niño o a través de la
combinación de todos los métodos mencionados. La investigación utiliza teorías del desarrollo para definir
la adaptación positiva.
Ventajas de un modelo de resiliencia: Han cambiado la forma en que se percibe al ser humano.

 Se pasa de un modelo de riesgo basado en necesidades y la enfermedad a un modelo de


prevención y promoción basado en las potencialidades y los recursos que el ser humano tiene en sí
mismo y a su alrededor.
 Las estrategias de intervención buscan promover ventajas y aspectos positivos de la ecología del
individuo, además de reducir el riesgo o las fuentes de estrés: buscan promover procesos de
desarrollo humano.
 Se considera al individuo agente de su propia ecología y adaptación social. No es mas un individuo
que solo “carece o enferma” sino que es capaz de buscar sus propios recursos y salir fortalecido de
la adversidad.
 Obliga a trabajadores de salud a fijarse en la “magia cotidiana” al entender que la adaptación
positiva puede ocurrir en contextos cotidianos de adversidad.
 El proceso de adaptación no depende solo del individuo sino también de la ecología que lo rodea.
 La promoción de la resiliencia pasa a ser una responsabilidad compartida entre profesionales de
diferentes disciplinas, distintos niveles de influencia y distintas edades.

Desafíos del modelo:

 Ser consistentes con el concepto de resiliencia y con la terminología.


 Necesidad de elegir un marco conceptual que explique y ayude a dilucidar el proceso de
resiliencia o la interacción entre los diferentes factores.
 Al ser un proceso que puede ser promovido, los investigadores y personas que trabajaban en
intervención deben apoyarse en teorías que los ayuden a dilucidar cuales son las dinámicas
inmersas en el proceso de adaptación para que puedan ser replicadas en intervenciones en
contextos similares.
 Las teorías deben estar sustentadas en el grupo específico al cual esta dirigida la intervención
(cultura donde el sujeto está inmerso).
 Necesidad de investigación interdisciplinaria para trabajar para la promoción de factores
resilientes específicos. Hace un llamado a la responsabilidad colectiva.
Resiliencias familiares.
Los déficit, lo negativo, la enfermedad, fallas, problemas, nos han sesgado la mirada y han hecho
considerar, a las personas u otras entidades en sus aspectos mas reducidos. Lo mismo ocurre con familias,
instituciones y culturas. Los modelos de déficit se han instaurado en el centro de los paradigmas medico-
psiquiatrico-psicológico-sociales y nos inducen a pensar pronósticos reductores y negativos que inhiben a
los sujetos de tomar iniciativas para resolver sus problemas y de asociarse con pares para enriquecer sus
capacidades. Los modelos de déficit niegan la capacidad de quienes protagonizan sufrimientos, los inducen
a delegar la solución y a transformarse en pasivos receptores de esas soluciones, en lugar de ser quienes
activamente propongan lo más adecuado a sus propias necesidades. Las prácticas psicológicas
predominantes son costosas, recortan a las personas de su ecología y no están orientadas a soluciones, se
propolongan en lapsos impensables y en ocasiones no producen cambios positivos en conductas que
afectan a las personas. La necesidad de dar respuestas a los problemas de alcoholismo o drogadicción,
violencia intrafamiliar, trastornos de conducta, ha llevado en Argentina a la creación de agencias
gubernamentales y no gubernamentales, que incorporan enfoques comunitarios e investigan sobre
modalidades innovadoras.
¿Por qué estudiar las resiliencias?
El concepto de resiliencia constituye una fuente de modalidades y lenguajes en los que podemos confluir
con los profesionales interesados en una práctica que ayude a resolver problemas. Otro concepto, es la
noción de construcción social de la realidad, asociada a la ejercitación deconstructiva que nos ayuda a
dudar de afirmaciones que pueden reducir nuestras posibilidades y por el otro, el entrenamiento para
participar de conversaciones que promuevan los cambios. Podemos deconstruir y redefinir diversos
contextos. Podemos tomar consciencia de las tendencias que sostienen nuestros discursos y generar un
lenguaje que ayude a producir debates y conversaciones liberadoras. La observación de los desarrollos de
vida que aparecieron al principio como excepciones a esos desenlaces, y que empiezan a ser cada vez
menos excepcionales en la medida en que se abre espacio mental para que sean visibles, da lugar a
construcciones nuevas y a preguntas que amplían el campo de la psicología, como la que se produce en
torno a la familia relaciones y comunidad.
Resiliencias relacionales.
“Conjunto de creencias y narrativas compartidas, que fomentan sentimientos de coherencia, colaboración,
eficacia y confianza, son esenciales para la superación y el dominio de problemas”.
Resiliencia familiar: Marco de referencia útil para orientar las investigaciones, intervenciones e intentos de
prevención. Hace lugar a la creencias de que a pesar de los golpes las familias no necesariamente se
destruyen y de que todas las personas cuentan con recursos para superar la crisis. Nuestro desafío actual
es estudiar las interacciones familiares considerando los recursos que es importante alentar y promover en
aquellas familias donde hay crisis, en especial en esas relaciones con continuidad y gran compromiso
afectivo. En los campos del déficit, las propuestas formuladas en estas teorías lineales causales ha
significado la permanente culpación de las familias (en particular las madres) por parte de los profesionales
del campo de la salud mental, eso aporta solo una mirada reduccionista. Las ciencias sociales han
encontrado fructífera la metáfora de la resiliencia para describir fenómenos observados en personas que a
pesar de vivir en condiciones de adversidad, son de todas maneras capaces de desarrollar conductas que
les permiten una buena calidad de vida. Permite sostener una mirada sobre los factores de protección y la
posibilidad de identificar los recursos usados por individuos y comunidades para mejorar las condiciones
de vida. En las relaciones muy importantes que las personas lleguen a:

 Reconocer los problemas y limitaciones.


 Comunicar abierta y claramente acerca de ellos.
 Registrar recursos personales y colectivos existentes.s
 Organizar y reorganizar las estrategias y metodologías evaluando los logros y pérdidas.

Es necesario que en las relaciones se produzcan la sgtes prácticas.

 Actitudes demostrativas de apoyo emocional.


 Conversaciones en las que se compartan lógicas (premios y castigos acuerdos).
 Conversaciones en las que se construyan significados compartidos acerca de los
acontecimientos perjudiciales.
 Conductas de humor, confianza y creatividad.
 Capacidad de fantasear, imaginar, cultivar los sueños y esperanzas.
 Dejar de culpar a otros o nosotros por las adversidades.
 Necesidad de que los miembros de la familia sean abiertos y flexibles.
 Ejercicio de funciones de cuidado y preservación, firmeza y estabilidad.
 Capacidad de superar obstáculos y estimular a los afectados.
 Estimular recursos, roles y pautas.

Papel de los operadores de salud mental:


Si pensamos que es posible reconocer e impulsar competencias individuales y grupales y que los recursos
sociales pueden reforzar las resiliencias de personas, familias y culturas, se afirma la capacidad de ejercitar
una permanente mirada sobre la competencias, el factor de resiliencia mas importante que pueden
aportar los operadores. La metáfora de la resiliencia nos permite ampliar los enfoques terapéuticos a
enfoques psicosociales y ganar en humildad buscando alianza de redes ampliadas en lugar culpables a
quienes castigar. Los profesionales se ven implicados a construir también modos para atravesar la
adversidad y procesar las experiencias, poder tomar distancia de la mirada de déficit y transformar
nuestras propias resiliencias.

PEKA TIENARI
Interacción genotipo- ambiente en el espectro de la Esquizofrenia: Responsabilidad genética y
clasificación global familiar en un estudio de adopción finlandés.
PekkaTienari realizo un estudio longitudinal con familias adoptivas y riesgos de padecer esquizofrenia.
Para abordar este estudio combino el muestro nacional epidemiológico de adoptados con madres
biológicas esquizofrénicas la observación directa de los entornos familiares de crianza de los mismos.
Realizo a partir de esta estrategia 3 evaluaciones diferentes:
 Hipótesis genéticas: Al comparar los adoptados con alto riesgo genético(con madres biológicas
esquizofrénicas) versus adoptados con bajo riesgo genético
 Hipótesis medioambientales: al comparar adoptados criado en familias disfuncionales versus
adoptados criados en familias saludables
 Interacción genotipo-ambiente: definido por el control de sensibilidad genética sobre el ambiente o
el control ambiental sobre la expresión genética.
Los investigadores plantearon que ningún conjunto simple de escalas “ambientales” para el estudio de
familias es adecuado para reflejar el enorme rango de conceptos familiares y posibles circunstancias de
evaluación, por eso enfocaron esta dificultad utilizando un test de medición de un subsindrome de la
comunicación: la comunicación desviada de los padres adoptivos. La comunicación desviada predijo
longitudinalmente en los adoptados un alto efecto positivo en la adquisición de algún desorden
psiquiátrico.
Métodos:
 Escalas globales de medición familiar: Son escalas comprehensivas sobre el funcionamiento familiar
general, extrapoladas del estudio con familias de pruebas. Consiste en un continuum de 5 niveles de
funcionamiento, siendo los niveles mas bajo indicadores de buen funcionamiento familiar y los niveles
altos de disfunción
Muestreo:
El proceso de selección de muestreo empezó con la identificación de 19,447 mujeres en Finlandia, quienes
al menos una vez habían recibido un diagnostico psiquiátrico hospitalario de esquizofrenia o de psicosis
paranoide durante un periodo de 10 años. Subsecuentemente, se contacto a los registradores de población
civil para identificar cuáles de esas mujeres habían dado uno o mas hijos en adopción, Luego se ubico a los
padres adoptivos mediante la agencia finlandesa de adopción primaria, por último, aun si una evaluación
diagnostica de ellos, se seleccionaron los padres adoptivos.
Los resultados de las evaluaciones de los adoptados se evaluaron luego de un intervalo de doce años por
nuevos psiquiatras y se chequearon nuevamente luego de 21 años a partir de registros psiquiátricos.

Procedimiento de evaluación de familias adoptivas:


Observación informal: Las familias fueron visitadas en sus hogares en un periodo de dos días. El tiempo de
observación y entrevistas fue de 14-16 horas. Este procedimiento permitió realizar observaciones muy
amplias, incluyendo, por ejemplo, la evidencia no verbal de tensión entre los miembros.
Investigaciones semiestructuradas: Primero, se entrevistaba a toda la familia adoptiva en su conjunto,
luego la pareja parental y luego a los padres y adoptados individualmente. Junto con las entrevistas se
grabaron las pruebas ROSCHASCHS individuales y consensuadas y el MMPI.

RESULTADOS
En el grupo de referencia de los adoptados con bajo riesgo genético criados en familias saludables, la
prevalencia del trastorno fue mínima(2,9%). Cuando el riesgo genético permanecía bajo pero la crianza de
la familia era disfuncional, la prevalencia del trastorno aumento ligeramente hacia un 6 %. El efecto del
medioambiente en el grupo con bajo riesgo fue solo de 3,3% por lo tanto no fue estadísticamente
satisfactoria.
Cuando el riesgo genético fue alto pero la familia de crianza fue saludable, la prevalencia del trastorno fue
de 6,1%, casi idéntico al porcentaje del grupo con bajo riesgo genético y crianza disfuncional. Hasta aquí, ni
el alto riesgo genético ni el ambiente disfuncional por si solos se asocian con un aumento significativo de
enfermedades dentro del espectro en los adoptados.
Cuando ambas variables fueron factores de riesgo(riesgo genético alto y entorno de crianza evaluado como
disfuncional), la prevalencia de trastornos dentro del espectro en adoptados aumento ampliamente(33%),
por lo tanto si hay interacción el riesgo crece ampliamente.

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