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Cantar del Tiempo.

Julio César Campopiano

"No lo busquen más. Lo matamos", dijeron por teléfono a Adelaida Carloni de Campopiano, la
recordada "Pirucha", Madre de Plaza de Mayo en Tucumán.

Julio César tenía 18 años, era estudiante. Fue secuestrado el 21 de octubre de 1976 frente al
Cementerio del Oeste. En esos momentos se dirigía a un centro oficial a preguntar por el paradero
de su hermano, Cesar Gustavo, secuestrado previamente el mismo día en su domicilio (y
posteriormente liberado).

La familia fue informada por el Suboficial Mayor Gustavo Núñez que Julio César había sido llevado
al Arsenal. El responsable de su secuestro fue el Sargento de Gendarmería Américo Gómez. Según
el Ex-Gendarme Antonio Cruz, Julio César murió de tétanos, luego de sufrir brutales torturas, en
febrero de 1977, en el centro clandestino de detención y exterminio que funcionó en el Arsenal
Miguel de Azcuénaga, provincia de Tucumán.

En la primera página de su libro "Cantar del tiempo" (una bellísima compilación de poemas
aguerridos, imposibles de socavar el olvido) su madre escribe: "Yo diría que mi hijo fué un canto a
la vida, a la que amaba, pero en un esquema de valores éticos como sólo él podía hacerlo".
Adelaida reunió la poesía de Julio, tituló al poemario y se encargó de organizar la publicación.
Algunos poemas estan fechados por Julio: 22 de los 64 que componen el libro. Uno de ellos A
manera de confesión, recibió el primer premio del Concurso "Jackes Prévert" cuando Julio ya había
sido secuestrado. Su mandre y sus hermanos continuaron buscandolo incansablemente.

En Especial Poesía versus dictadura, compartimos poemas de Cantar del tiempo, una carta para
Julio escrita por su hermana y un poema de Adelaida de Campopiano. También incluímos las
palabras de Ezequiel Del Bel, Perito e integrante del LIGIAAT, a propósito de la reciente
inauguración de la Biblioteca "Julio César Campopiano".

La presente publicación está dedicada a Julio César Campopiano, a Adelaida Carloni de


Camppopiano, Gustavo, Noemí y Celia Campopiano. A los 30.000 desaparecidos de nuestro
pueblo, a quienes considero compañeros, y a Jorge Julio López.

Simona.

Poemas de Julio César Campopiano

A manera de confesión

Uno sigue creyendo más allá de la ausencia


uno amontona soledades en el fondo de un espejo
y después de todo piensa que ya no hay tiempo
para volver a ser un hombre en medio del silencio.
Uno le copia los gestos a la lluvia
antes que los días inventen otro esquema
que casi siempre habla de ojos grises y lejanos.
Uno se recuesta en las palabras más inútiles,
uno aprende idiomas extraños de tarde o de mañana
y después se olvida de dibujar el punto de partida.
Uno nunca está demás con sus preguntas
pero tampoco hace falta escribiendo un sueño;
uno acaso es un poco de lo que siempre quiso ser
y jamás se animó.
Uno sigue creyendo más allá de la ausencia
quizás porque fue la ausencia la que perdió los recuerdos
en una mirada azul y pequeña.
Uno va y viene de tanta gente que pasa,
uno espera lo que sabe que no existe,
le pone un largo número a la piel mas dulce
y al final está en el mismo lugar
donde el regreso dice cosas que no terminan de entenderse.
Uno recurre a la duda más inédita
para palpar la ternura que falta en los rincones
Donde una vez nos detuvimos a mirar las horas.
Uno, a pesar de todo, camina sin puntos suspensivos
por esta enorme historia que lo abarca;
uno renuncia simplemente a lo que no quiere ser.

Vos entre nosotros


Escrito el 1 de agosto de 1976

Vas con tanto silencio en los rincones


caminas en medio de la gente
preguntando cosas para todos lados
y siempre vuelves a la misma soledad
la que se acostumbró a estar en los relojes.
Te quedas de olvido detrás de las palabras
y además le impones condiciones a los días
así nunca te vas a quedar en la ternura
porque los sueños
son un pedacito de tu propia historia
nada más
porque no aprendiste a despedir tu sombra
cada mañana.
Es simplemente mirar de frente a cualquier recuerdo
y desparramar las dudas a orillas de la ausencia.
Tu enseñaste un cielo enamorado
y te fuiste mirándolo desde el fondo de tu nombre.
Eres capaz de contarle al tiempo
que te has quedado quieta en una canción sin regreso.
Ya sabes
que a veces las cosas vienen muy difíciles
entonces hay que hacerse poeta o algo así
acumulando mensajes que nunca llegan a ninguna parte.
Ya sabes
que hay que decidir de una vez por todas
si estamos o no para quedarnos

Poema para vos

Necesitamos estar juntos esta vez.


Necesitamos reencontrarnos en los ojos,
reconocernos las miradas
hasta el final del brillo.
Volver a reírnos a cada paso
entre la gente,
y caminar sin rumbo o hacia el sol.
Necesitamos sabernos de una manera
o de otra,
de una idea o de otra;
pero siempre
siempre del lado definitivo.
Podríamos olernos
a la mañana en el desayuno,
a la tarde en un café,
a la noche en todo el cielo
o solamente en el reloj.
Y descubrirnos desertores de la formalidad,
vanidosos devotos de las cosas simples.
Podríamos caminar el otoño de punta a punta,
sin pisar las hojas,
adivinando que nos necesitamos.
Volveríamos a reeditar lluvias
en la pantalla de la vida,
a olvidarnos del silencio,
a charlar en secreto con la soledad
de la noche.
Querríamos creer que existe un cielo
para un obrero explotado,
y daríamos feroces gritos de oposición
a la injusticia.
Intentaríamos barrer
el frío de los piececitos pobres
y tirarlo en el umbral de las mansiones.
Estaríamos seguros de una de las manos,
de la otra,
de la mirada ajena al día,
del recuerdo de nuestro futuro.
Necesitamos decidirnos
a meternos en la piel de la realidad
de esta realidad que llega al alma de
la bronca,
de la importencia y
del valor de rebelarse.
Queremos aplastar los palos,
las armas y los odios,
todo,
todo contra un puñado de verdades.
Reconozcamos el camino de regreso
a nuestra vieja lucha,
vivamos del momento,
creamos que juntos es mejor.
Hoy
de nuevo el frío duele adentro,
y de nuevo la lluvia pega fuerte
en la nostalgia.
No quiero sacarme la imagen de la mano
y de los ojos,
ni proponer la solución de nada.
Solamente quiero decir que he pensado
que queda poco tiempo para resucitar
el cadáver de los sueños,
para rejuntarnos en las esquinas,
empuñar un par de broncas,
de ideas,
y emprender la nueva lucha
por el hombre y por los hijos.

De mis palabras
Escrito el 14 de junio de 1976
"Vos sabes que hay cosas que mueren
y se pierden. Vos sabes que hay cosas
que florecen. Vos sabes que somos vida,
inevitablemente."
Aníbal Ford

A veces
quizás cuando no encuentro palabras
para decidir mi sombra
o cuando la ausencia es más dulce
que mis propios recuerdos,
a veces te imagino de silencio,
como aquella lejana amistad
entre los viejos y los pájaros.
A lo mejor porque una vez
te llevaste un poema con tu nombre,
o porque tu cuerpo le puso límites al día;
o porque la lluvia te heredaba la sonrisa.
O tal vez
porque el tiempo es más evidente
que el regreso.
Por eso vos sabés
cuando viene la soledad tirando a muerte
la mañana,
como termina un sueño enamorado,
donde el olvido es más difícil que el poeta.
Porque vos sabés
que la soledad aparece así de golpe,
que en un momento te borra del espejo
y te amontona en los rincones del fracaso.
Porque vos tenés memoria y la entendés.

Julio César Campopiano,


Cantar del tiempo,
Ediciones de Saltomortal, 1986, Estocolmo-Suecia.

Julio César Campopiano, poeta y escritor. Secuestrado y desaparecido el 21/10/76. Mi hermano.

Leí que los eclipses totales de sol sirven para soltar y dejar partir. Me ha costado tanto… y tal vez
llegó la hora, finalmente, después de un duelo de décadas que no acaba de terminar. Ni siquiera te
enteraste de tu último premio, el Jacques Prevert, auspiciado por la Embajada de Francia: Hacía
veinte días que te habían secuestrado en la dictadura.

Este, tu poema premiado con el primer puesto en aquel concurso del Gymnasium, cuando apenas
tenías 16 o 17 años, forma parte de tu sueño más preciado: Un libro. No lo publicaste vos, sino
mamá, mientras te esperó y te esperó, hasta que cerró los ojos definitivamente y ya no hubo caso.
Pudo verte, pero no aquí, sino allá. Juntó tu literatura, esa inmensa producción que dejaste como
si la vida te apremiara a ser vivida, bebida, en un solo sorbo, le puso un nombre – Cantar del
Tiempo, porque como ella misma decía “mi hijo fue un canto a la vida, a la que amaba…” – y fue
editada en el país de los elfos: Suecia. Esos elfos que deseabas acompañaran el nombre de tu hija
tan anhelada que nunca vio la luz: Ana de los Elfos…y para quien le escribiste el poema que la
editorial decidió quede estampado en la pagina 80. Y 80 eran los años que pensábamos vivir
juntos, hacernos viejitos como hermanos queridos, pero la historia, la bestialidad menos
imaginada, quiso convertir en 18 casi 19.

Han pasado tantas cosas…decidí colgarte en un lugar donde todos te ven, y al mismo tiempo
pueden elegir no verte con un simple, “ocular esta historia”. Decidí compartirte, y también existe
la opción que no te compartan. Hoy, hubieras pasado de tu adorada maquinita de escribir portátil
a la informática mas avanzada. Todavía la conservo, como conservo tantas hermosas historias que
compartimos…como aquella vez, los dos tirados un atardecer de verano, en patas, sobre el césped
húmedo de Río Ceballos, vos con 10 y yo con 6, apenas unos niños que ni siquiera conocían el
mar…y lo deseábamos tanto. “Julio, ¿que habrá del otro lado del mar?” Dragones…ni dudarlo….” Y
yo te creí, sabés? Te creía todo, porque todo en vos era creíble. Tu sonrisa, tus sueños, tu
fantástico y ocurrente humor. Tu rapidez mental para captar cualquier situación. Me traducías
todo…y me quedé sin traductor.

Esta será una corta y definitiva despedida. Te voy a tener que dejar ir, seguramente al país de los
elfos, esos cuentos fantásticos que tantas veces me contaste y formaron parte de nuestro pacto
secreto, cuidarnos mutuamente.

Te cuento que en esta corta despedida, cada tanto, voy a colgar tus poemas, pero solo algunos,
porque soy egoísta y esto de compartirte funciona hasta cierto punto. Vos me entendes.

No pudiste llegar a la universidad porque no te dejaron. Hubieras sido un excelente periodista,


orgullo de hermana. Me seguís entendiendo, verdad? Pero llegaste lejos, tu libro llegó para
quedarse en algunas bibliotecas – Harvard, Indiana, el Congreso de EEUU y hasta la nacional
nuestra – y es, como te dije, mérito de tu madre: Quería darte una sorpresa por si alguna vez el
milagro nos alcanzaba: Recuperarte…pero te mataron y lo que mas me duele, es no haberte
sostenido la manito en esa instancia final. Porque morir solo, así, salvajemente torturado, me
remite a aquella frase en tu poema “Forma de Morir”, como una videncia triste y perfecta “..y yo,
con mi lenguaje moviéndose a través de la tragedia…”, porque como dijiste: “aprendí de cada día,
acumulando dudas y recuerdos/desparramando sueños por todas partes/a hacerle frente a la
sombra de mi vida/aunque venga tirando a muerte.”
Gracias por haber sido un maravilloso hermano y ser humano, aunque sea por poquito tiempo.
Hasta siempre.
Mimí.

Cumpleaños

Poema escrito por Adelaida Carloni de Campopiano, Madre de Julio Cesar Campopiano.

Hijo mío: Es todo cuanto puedo regalarte.


Brotó del fondo de mi alma, cual manantial
de agua cristalina...
Sola, en esta noche callada
Triste, en la inmensidad de tu ausencia
Que cala hondo en el alma
Y vive añorando un regreso
Que bien puede ser mañana...
Un año más en tu vida
Y una herida abierta en la mía
No habrá besos ni despedidas
Sólo ausencia y mucha ternura.
Esbirro y carceleros apagarán la luz
De tu celda fría...
No habrá velas ni confituras.
Sólo tu alma junto a la mía.
Duerme...hijo mío.
Yo te acunaré con ternura.
La venganza de los hombres
No acabará con tus días...

Biblioteca Julio César Campopiano

por Ezequiel Del Bel, perito e integrante del LIGIAAT.

Desde nuestros inicios hace ya trece años, venimos investigando y acopiando material sobre la
temática que nos compete, en este sentido hoy inauguramos nuestra biblioteca, que cuenta con
material bibliográfico como libros, artículos, películas, documentales y archivo periodístico, etc.
acerca de estas temáticas. El material incluye abordajes desde diferentes disciplinas como
arqueología, historia, pedología, antropología forense, filosofía, sociología y criminalística;
contando con un cuerpo de textos teóricos, metodológicos, técnicos y periodísticos que
contribuyen a la construcción de conocimiento completo y actualizado para quien se encuentre
interesado en esta temática.
Queremos que este sea un punto de referencia para todos aquellos que quieran conocer nuestro
pasado reciente, que tanto dolor nos trae y así entender el fenómeno en toda su magnitud, para
poder transformar la realidad. Pretende así constituirse como un disparador para la memoria…
para no olvidar.

La biblioteca está ubicada en un anexo de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo,
de la Universidad Nacional de Tucumán, en calle San Martín 1545, Planta alta. Tel.: (0381)
4527555. Son todos bienvenidos.

Homenaje

Hemos decidido homenajear al poeta y escritor Julio César Campopiano, secuestrado y


desaparecido el 21 de octubre de 1976 en nuestra provincia, colocándole su nombre a la
biblioteca.

El nombre de él surge como un reconocimiento, un homenaje, ya que fue visto en el ex Arsenal


Miguel de Azcuénaga, lugar donde actualmente desarrolla sus tareas el LIGIAAT. Es un homenaje
también a su madre, Adelaida Carloni de Campopiano, por su lucha constante, su fuerza
inagotable en la búsqueda de su hijo, por ser ella una de las personas impulsoras de la apertura de
las causas y las investigaciones, y por su apoyo personal a nuestro grupo de trabajo.

Hoy convocamos a la apertura de nuestra biblioteca haciendo un homenaje puntual a Julio César
Campopiano con una propuesta que perdure; junto a nuestro trabajo diario, un trabajo que
conlleva grandes esfuerzos y que desarrollamos sin descanso desde ya hace trece años, porque
entendemos que es otra manera de reconocer a todos los desaparecidos, recuperarlos para sus
familias, para aliviar y reelaborar el dolor y sobre todo rescatar su historia personal…

Equipo

El Laboratorio de Investigaciones del Grupo Interdisciplinario de Arqueología y Antropología de


Tucumán (LIGIAAT) es un grupo de investigación, que ya cuenta con 13 años de trayectoria e
involucramiento en diversas investigaciones, proyectos de trabajo y peritajes tanto dentro como
fuera de la Provincia. El grupo aborda desde una perspectiva interdisciplinaria la problemática de
los procesos de confrontación política y social de la década de los ´70, específicamente los
despliegues de las operaciones militares como el Operativo Independencia y las confrontaciones
durante la dictadura militar en la provincia de Tucumán.

El grupo está conformado por profesionales, docentes y estudiantes de Arqueología, Antropología,


Sociología, Geología e Historia que se desempeñan como investigadores y auxiliares en programas
y proyectos de investigación desarrollados en universidades nacionales.

El principal propósito de nuestro trabajo como espacio de investigación y formación es construir y


aportar conocimiento en relación a las modalidades y técnicas que se desarrollaron en los
procesos de desaparición forzada de personas, específicamente en el despliegue del secuestro,
cautiverio, producción de muerte y ocultamiento de cadáveres.
En nuestros avances producimos también datos judiciables que aportan a investigaciones
periciales sobre violaciones a los derechos humanos cometidas por el Estado durante la última
dictadura militar. Estos desarrollos no sólo se orientan a los requerimientos judiciales, sino a la
sociedad en general de modo tal de contribuir al conocimiento sobre las particularidades que
asumieron aquellos hechos y los efectos que produjeron en la vida social. Podemos nombrar,
entre otras, varias causas judiciales de gran envergadura en las que hemos trabajado, tales como
la pericias efectuadas actualmente por el equipo en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, cuyo
aporte se vio reflejado en la Megacausa Arsenales II-Jefatura II; además, en sus primeros años con
las pericias e investigaciones realizadas en territorio social en el denominado Pozo de Vargas, y las
incipientes investigaciones sobre centros clandestinos de detención en la localidad de Roque
Saenz Peña, Chaco.

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