Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Profesor Titular
César H. Albornoz
Profesor a cargo
Carlos Aire
Auxiliares docentes
Alfredo Ochonga
Gabriela Stratico
Ezequiel Rizzo
Celeste Riera
Matias Nastasi
Natalia Spinelli
Ricardo Collazos
1
Las ganancias distribuidas en violación a esta regla son repetibles, excepto que hayan
sido percibidos de buena fe.
Los dividendos se declaran en la asamblea general de los accionistas. La mayoría de las
empresas argentinas declaran los dividendos en el mes de marzo en forma anual.
Cuando la asamblea de accionistas declara los dividendos, indica las fechas de pago. La
fecha del pago de los dividendos es usualmente el 1 de abril.
Los accionistas que compran las acciones después la fecha de declaración, no tienen
derecho sobre los dividendos. Los dividendos declarados y no pagados se convierten en
el pasivo de la empresa (dividendos por pagar).
2. Teoría de dividendos
Mercado perfecto
Si el pago de dividendos es algo irrelevante para los accionistas, la empresa considerará
las utilidades retenidas como una de las fuentes de financiación.
Mientras existan proyectos de inversión con rendimientos que superan los rendimientos
requeridos por los socios (la tasa de oportunidad del accionista), se retendrá la mayor
parte de la utilidad para alcanzar el financiamiento de estos proyectos. En caso contrario,
el accionista preferirá recibir los dividendos en efectivo.
La parte de utilidad que sobre después de financiar todos los proyectos de inversión
aceptables (de ahí el nombre de teoría residual de los dividendos), se distribuirá entre los
socios en forma de dividendos en efectivo.
En otras palabras, se debería retener la mayor cantidad posible de utilidades hasta
construir el componente patrimonial en la estructura óptima de capital y repartir como
dividendos lo que sobre, si es que llega a sobrar algo. De esta manera se incrementará la
riqueza del accionista.
2
En el segundo caso (utilidades de 250 millones), no repartiría dividendo, ya que las
utilidades son iguales al monto de la aportación patrimonial que requiere la estructura
óptima de capital.
Para el tercer caso, las utilidades que se generan en el ejercicio no son suficientes
para suplir la aportación patrimonial requerida. Por ello, no solo no se debería repartir
dividendo alguno, sino que habría que proceder a conseguir 50 millones adicionales
mediante una emisión de acciones.
3
Por eso, se dice que el inversionista es indiferente entre la recepción de dividendos o la
retención de las utilidades y ganancias de capital.
El precio de una acción en el mercado al principio del período se define como:
1
P0 ( D1 P1 )
1 r
donde:
I = total de inversiones nuevas durante el período 1
X = total de nuevas utilidades de la empresa
La ecuación (3) indica que el total de las fuentes (la utilidad más emisión de acciones
nuevas) debe ser igual al total de los usos (las nuevas inversiones más los dividendos).
Sustituyendo la ecuación (3) con la ecuación (2), MODIGLIANI Y MILLER encuentran que
el término n * D1 queda cancelado y n * P0 n m * P1 I X 1 r (4)
Debido a que D1 no aparece en forma directa en la expresión (4) y que se supone que
todas las variables de la ecuación son independientes de D1 , MODIGLIANI Y MILLER
concluyen que el valor actual de la compañía no depende de los dividendos. Lo que
ganan los accionistas en mayores dividendos se ve compensado exactamente con la
reducción en el precio de la acción P1 .
Ejemplo: una firma tiene un valor de mercado de $ 2.000 (200 acciones valuadas cada
una en $ 10). Suponga que la firma quiere distribuir $ 1.000 entre sus accionistas:
alternativa 1: pago de dividendos
alternativa 2: recompra de acciones
Si a los fines de aislar el puro efecto del pago de dividendos, el mismo se financia con una
nueva emisión, 200 acciones a $5 c/u, entonces el precio de la acción es $ 2.000/400 = $
5 (la riqueza del accionista tampoco se alteró).
4
b) Recompra de acciones: se recompran 100 acciones a $ 10 c/u (no se ofrece un
premio)
el valor de la firma se reduce a $ 1.000
el precio de cada acción se mantiene en $ 1.000/100 = $ 10
la riqueza de los accionistas no se altera, puesto que los que vendieron sus acciones
obtuvieron por ellas $10; mientras que los que no la vendieron poseen acciones
valuadas en $10 c/u.
Si a los fines de aislar el puro efecto de la recompra, la misma se financia con una nueva
emisión, entonces el valor de la firma se debe mantener en $ 2.000, emitiéndose 100
acciones a $ 10 c/u.
Mercado Imperfecto
Cuando existen imperfecciones en el mercado, la política de dividendos puede ser
relevante para la empresa.
Diversas imperfecciones:
Impuestos: algunas teorías señalan el hecho de que los accionistas con una mayor
tasa de impuestos tenderían a hacer un menor reparto de dividendos en efectivo,
buscando obtener su rentabilidad de la valorización de la acción y pagar un menor
impuesto, dado que usualmente este tipo de rendimiento (por la valorización) tributa
un porcentaje menor.
A su vez, el inversionista rentista, que usualmente tiene una tasa marginal inferior,
preferiría un dividendo elevado en efectivo, ya que sus ingresos personales se verían
seriamente afectadas por una decisión en contra.
Esta situación no se aplica en Argentina, donde la legislación tributaria actual
establece la eliminación de la doble tributación en el caso de la sociedad anónima.
Lo anterior significa que los dividendos que recibe el accionista están exentos de
impuestos. Asimismo, la ley estableció que las utilidades que se hagan en la
enajenación de acciones a través de la bolsa están exentas de impuestos.
5
costos de transacción y divisibilidad de acciones actúan en contra del accionista. Por
lo tanto estos dos factores afectan a ambos.
Señales financieras: Cuando una empresa tiene una razón de pago de dividendos
estable en el tiempo y cambia esta razón, los inversionistas pueden creer que la
administración está anunciando un cambio (aumento) en la rentabilidad futura de la
empresa. En consecuencia, el precio de las acciones puede reaccionar (subir) a este
cambio en los dividendos.
Incentivos gerenciales: el pago de dividendos obliga a los managers a acudir al
mercado de capitales más frecuentemente, quedando sujetos a un mayor control.
Leverage óptimo (impuestos vs financial distress): el pago de dividendo aumenta el
leverage.
Conflicto de intereses: el pago de dividendos incrementa el riesgo de la deuda,
transfiriendo riqueza de los acreedores a los accionistas.
Ejemplo: el valor nominal de la deuda de una firma es $ 1.000, con vencimiento a un
año. Los activos de la firma se componen de $ 500 en efectivo y un proyecto de
inversión cuyo retorno será de $ 700 o $ 900, con la misma probabilidad, dentro de un
año. Tasa de interés libre de riesgo = 10%.
De no pagarse dividendos la deuda es libre de riesgo pues se tendrá (500+700 o
500+900). Valor de la deuda $ 1.000/1,10 = $ 909,09
Si se asume que se pagan $ 500 en dividendos, la deuda se vuelve riesgosa, ya que
el valor de la deuda pasa a (0,5 * 900 + 0,5 * 700)/1,10 = $ 727,27 (los acreedores
perdieron $181, 82 a favor de los accionistas)
4. Recompra de acciones
Se considera la recompra de acciones como sustituto de pago de los dividendos.
Métodos de recompra: una oferta de compra a precio fijo (empresas pequeñas), subasta
holandesa (empresas grandes), se compran las acciones al precio más bajo de todas las
acciones ofrecidas por las accionistas y por debajo del mismo y las compras en el
mercado abierto (a través de la casa de corretaje).
6
5. El valor de los dividendos y divisiones de acciones para los inversionistas
En un sentido económico, los dividendos en acciones y Split de acciones son muy
similares, pero hay una diferencia desde el punto de vista contable: Con un dividendo en
acciones no se reduce el valor par, mientras sí se reduce con una división.
6. Integración de acciones
Bibliografía Consultada
ALBORNOZ, Cesar (Comp.), Gestión financiera de las organizaciones, Buenos Aires, Eudeba,
2012, Capítulo 11
PASCALE, Ricardo, Decisiones Financieras, 3ª Edición, Buenos Aires, Macchi, 1999, Capítulos
21, 22
GITMAN, Lawrence, Principios de Administración Financiera, 10ª Edición, México, Pearson
Educación, 2003, Capítulo 12
VAN HORNE, James, Administración Financiera, 10ª Edición, México, Prentice Hall
Hispanoamericana, 1997, Capítulo 11
BREALEY, MYERS, ALLEN, Principios de finanzas corporativas, 8ª Edición, Madrid, Mc Graw
Hill, 2006, Capítulo 16