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Originally published in the USA under the title:


Spiritual Java
by Destiny Image, Shippensburg, USA
Copyright © 2010 by Bill Johnson, Beni Johnson, Kris Vallotton,
Kevin Dedmon, Danny Silk and Banning Liebscher
All rights reserved.

Johnson, Bill
Café espiritual. - la ed. - Buenos Aires: Peniel, 2012.
248 p.; 21x14 cm.
Traducido por: Renata Viglione
ISBN 10: 987-557-389-2 ISBN 13:
978-987-557-389-5
1. Vida Cristiana. I. Vallotton, Kris II. Silk, Danny III. Renata Viglione, trad. IV. Título CDD
248.5 .

Impreso en ColombiaJ Printed in Colombia


Contenido

Introducción......................................................................................... 7

1. Fe dinámica.................................................................................... 11
2. Sumergirse en la corriente de la gracia.........................................17
3. Crear un lugar seguro.................................................................... 23
4. ¿De dónde viene tu tormenta? 29
5. Crecer en favor.............................................................................. 35
6. Olvida, pero no olvides. . .............................................................. 41
7. Gozo................................................¿ 47
8. Transformado por promoción.....................................................,..53
9. Amigos y colaboradores................................................................ 59
10. ¡Simplemente hazlo!..................................................................... 65
11. Terapia de Luz ................................................................................71
12. Vivir bajo la influencia..................................................................77
13. Inspirar sus deseos..........................................................................83
14. Dios siempre habla ........................................................................89
15. Carácter con poder..........................................................................95
16. Crecimiento del Reino..................................................................101
17. Orar en el Espíritu.........................................................................107
18. Convertirnos en hijos de luz.......................................................113
19. Persigue tu destino........................................................................119
20. Cuando Dios pinta fuera de las líneas......................................125
21. Exito al cien por ciento.................................................................131
12. Encuentros divinos........................................................................137
3. Conexión con Dios. 143
*4. Luz en lugares improbables....................................................... 149
25. De tal padre, tal hijo e hija.................................. 155
26. Acción de gracias, estar de acuerdo con el cielo. . . 161
27. Combate la oscuridad con alabanza de gozo.........................167
28. Utilizar la gracia de Dios............................................................ 173
29. Cubiertos por Dios ..................................................................... 179
30. Practicar los dones del Espíritu................................................. 185
31. El distrito de la luz verde . ................................................ ,191
32. Humildad verdadera , ................................................................. 197
33. Es fácil escuchar a Dios................................................. 203
34. Dios esconde cosas para ti, no de ti................................. 209
35. Si es importante para ti, es importante para El ... 215
36. El nombre de Jesús........................................................................221
37. Llevar las señales y las maravillas a las calles ..... 227
38. La fortaleza de las personas del pacto.....................................233
39. Primer amor................................................................................ 239
40. Darle la bienvenida a su visitación.........................................245

Sobre los autores 251


Qjritroduecióii
POR BILL JOHNSON

E staba de pie en el aeropuerto del frío Vancouver, Canadá, con


Mike, un colaborador de la iglesia Bethel, de Redding, Cali-
fornia, Estados Unidos, Estábamos esperando en la fila del Star- bucks 1
(uno de mis lugares favoritos). Mientras esperaba, antici pando la taza
de café caliente y disfrutando de los aromas, vistas y sonidos familiares
de la cafetería, noté que Mike estaba demoran do mucho con la cajera.
No se me ocurrió que estuviera pasando algó importante. Yo estaba allí
simplemente por un café, mientras esperábamos nuestro próximo
vuelo.
Luego lo vi tomar la mano de la cajera y que ambos cerraban sus
ojos e inclinaban sus cabezas en oración. Cuando terminaron, Mike se
unió a mí y me explicó lo que acababa de pasar. Al hacer su pedido,
había visto un espíritu de suicidio en la cajera, así que comenzó a orar
con ella para quebrantar aquel poder. Ella le dijo: “Dios lo envió acá
hoy”.
Me tomaron desprevenido. ¡En lo único que había estado
pensando era en el café! Momentáneamente me había olvidado de las
cosas más importantes en la vida. Es fácil hacer eso. Nues tra mente se
desvía para pensar solo en lo natural, nuestra fe se erosiona de forma
tan sutil que no nos damos cuenta de que está sucediendo, y poco a
poco podemos comenzar a pensar de forma “práctica”, y a apoyarnos en
la sabiduría natural en vez de hacerlo en la realidad del Reino.

1 N. de la E: Starbucks, conocida cadena de cafeterías de Estados Unidos y otros


países de América.
CAFÉ
ESPIRITUAL

Habacuc 2:2 dice: “Y el SEÑOR me respondió: ‘Escribe la visión, y


haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de
corrido”’. Las personas necesitan motivación para correr. Esa es la razón
principal por la que viajo, hablo y escribo tanto como pue do. Yo quiero
darles a otras personas el combustible que necesitan para levantarse y
andar. Quiero que tengan cualquier revelación que yo tenga, así como
yo me alimento de la revelación que me dan otros. Por lo general, para
participar del trabajo enérgico y grandioso del Reino no podemos
remar, remar y remar nuestro bote suavemente corriente abajo.
¡Tenemos que correr!
Yo hago como aconsejó Habacuc. Escribo las ideas de Dios sobre
mi vida cada vez que me son reveladas. Marco y subrayo mi Biblia en
todas direcciones. Escribo las profecías que he recibido en tarjetas y en
mi computadora, y las llevo adonde quiera que vaya. Pongo notitas
pegadas en el tablero de mi auto. Las pego en la iglesia por todos lados,
algunas veces para que, cuando camino alrededor y oro, vea las notas
por todos lados, lo que me hace recordar lo que el Señor dice. Llevo un
diario para mis hijos y mis nietos, así podrán ver lo que Dios hizo
durante mi vida. Incluso tenemos un miembro del equipo en nuestra
iglesia cuyo único trabajo es registrar los milagros que suceden en y a
través de nuestra iglesia y con los equipos de nuestro ministerio.
Quiero que las personas conozcan las obras grandes y poderosas del
Señor mucho tiempo después de que nos hayamos ido, así podrán
correr con la visión mucho más lejos.
Por supuesto, un registro por escrito solo es útil cuando lo revisas.
Re significa “movimiento hacia atrás” y revisar es “ver con atención y
cuidado”, ¡Regresar sobre las promesas de Dios hasta que puedas ver!
Esto no es pensamiento positivo ni es usar tu imaginación para
engañarte a ti mismo para creer alguna realidad alternativa. Es meditar
en lo que Él ha dicho hasta que lo veas y corras con eso. Es decirnos
unos a los otros las verdaderas historias de Dios, que tienden a
desvanecerse si no las releemos. El testimonio de lo que el Señor ha
hecho nos ayuda a recordar quién es Él, lo que es su pacto y quién

6
Introducció
n

quiere ser en nuestra vida. Todo testimonio de su obra en la vida de


alguien es una profecía para aquellos con oídos para escuchar.
Varios de mis colegas en la iglesia Betel y yo hemos compilado
este libro, porque queríamos extraer para ti la riqueza espiritual que
hemos compartido durante los años anteriores en muchos es cenarios.
Es como si nosotros hubiéramos preparado una cafetera de rico café para
ti. Cada vez que disfrutes unos pocos sorbos más, te sentirás entusiasta
y lleno de energía para salir y adentrarte en tu mundo con renovada
eficacia espiritual. Mientras lees y consi deras cada uno de estos breves
capítulos, quiero que cada uno de ellos sea como café espiritual para tu
alma.

7
CAPÍTULO I

-fe dinámica
POR BILL JOHNSON

E l Espíritu Santo vive en mi espíritu y en el tuyo. Ese es nues tro


lugar de comunión con Dios. A medida que aprendemos a
recibir de nuestro espíritu, aprendemos cómo ser guiados por
el Espíritu. Cuando nos abrimos al Espíritu Santo dentro de no
sotros, aprendemos cómo obrar por fe. “Por la fe entendemos...” (Hebreos 11:3).
“Así que la(jfe) viene como resultado de oír el mensaje...” (Romanos 10:17), no por haber
oído. Es el corazón que escucha, en

Toda la naturaleza de la fe da a entender una relación con Dios que es


presente. El énfasis está puesto en escuchar, ¡en el ahora!
Estoy seguro de que has tenido la experiencia de leer La Biblia y
que un versículo resalte para ti. Te da vida y aliento, sin embargo antes,
no podías ni enseñar ni explicar ese versículo en absoluto, o Lo que
sucedió es lo siguiente: tu.espíritu recibió del Espíritu San to el.poder,
vivificante de. La Palabra (ver 2 Corintios 3:6).
Ajnedjda que ..aprendes a recibir de tuespiritu, tujmentq.se
convierte ep_ e.l .discípulo yjgstá, porjo tanto, sujeta aLEspíritu Santo
jA través del proceso de revelación y del ejercicio de la fe, tu mente
finalmente logra entendimiento1, La fe refleja en nuestro mundo las
realidades del mundo de Dios; es la sustancia del reino invisible
(Hebreos 11:1).
Si entro en la pizzería local y pido una pizza, me dan un re cibo y
un número que debo colocar a la vista en un algún lugar

9
de la mesa. Podrá acercarse un extraño a mi mesa y anunciar que
nadie me va a dar ninguna pizza. Pero yo puedo simplemente se-
ñalar el número y decirle: “Cuando la pizza número 52 esté lista, ¡es
mía!”. Ese número es la sustancia de la pizza que se espera. Si ese
sujeto me dice que mi número no sirve de nada, puedo señalar mi
recibo. Este comprueba el valor del número. Cuando mi pizza esté
hecha, el camarero mirará alrededor para encontrar mi número y me
la traerá.
¿Cómo sabe el producto del cielo dónde aterrizar? El busca la
sustancia, el número. La fe es la moneda del cielo. Mi recompensa
ha sido pagada. Mi recibo (que está en La Biblia) comprueba mi
derecho, tanto al número como a la recompensa.
Esa clase de fe es dinámica por naturaleza. Tiene enfoque y
propósito. Se aferra a la realidad del Reino y con fuerza, incluso con
violencia, lo lleva a chocar contra ese reino natural, inferior y
terrenal, que no puede oponérsele. “... el reino de los cielos ha venido
avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran
aferrarse a él” (Mateo 11:12).
Eso no significa que nuestra fe necesite ser ruidosa. Los de-
monios conocen la diferencia entre las personas que son audaces y
agresivas debido a su fe y aquellas que simplemente cubren sus
temores con un comportamiento agresivo. Gon frecuencia, los
cristianos trataín de cubrir su inmadurez y temor al echar fuera
demonios por medio de gritos, amenazas, llamados a ángeles pi-
diendo ayuda, la agitación de manos y otras cosas más.
Pero nuestra autoridad viene de la fe real, la que se encuentra
en el descanso. El descanso apacible es el clima en el que crece la fe
(ver Hebreos 3:11—4:11). ¡Es el Príncipe de Paz quien pronto
aplastará a Satanás debajo de nuestros pies! (Ver Romanos 16:20).
Los corazones (espíritus) que encuentran descanso en El pueden
prevalecer sobre cualquier cosa que no provenga del Príncipe de
Paz,
Dos hombres ciegos que se sentaron a la orilla del camino
llamaron a Jesús. La gente les dijo que se callaran. Eso solo inten-
sificó su desesperada determinación y entonces clamaron con voz
más fuerte. Él los llamó y los sanó, y atribuyó sus milagros a su fe.
(Ver Mateo 9:27).
Una mujer que tuvo una hemorragia durante doce años se abrió
paso entre la multitud. Cuando por fin pudo tocar el manto de
Jesús, ella sanó. Él atribuyó su sanidad a su fe. (Ver Mateo 9:20-22).
Son muchas las historias de este tipo, todas con finales simi-
lares: personas que son sanadas o liberadas debido a su fe persis-
tente. Ya sea que la fe clame a gran voz o que en quietud fortalezca a
las personas a avanzar, las acciones de esta siempre parecen
violentas en el mundo espiritual. La fe se aferra a una realidad
invisible, superior y no la deja ir.
Nuestra fe tiene su ancla en el mundo invisible. Vive desde lo
invisible hacia lo visible. Ella hace real aquello que llega a com-
prender; provee ojos a nuestro corazón y mente.
Necesitamos entender que Jesús espera que la gente vea con su
corazón. Una vez llamó hipócritas a un grupo de líderes religiosos,
porque ellos podían discernir el clima, pero no podían discernir los
tiempos (ver Mateo 16:2-4). Ellos afirmaban ser líderes espirituales,
sin embargo no podían entender los asuntos espirituales con su
corazón. Se habían vuelto ciegos a su señorío a causa de su corazón
corrupto. Jesús consideró que su fe era hipócrita.
Un corazón que no ve es un corazón duro (ver Marcos 8:17-18).
Nuestra experiencia de nacer de nuevo nos permite ver desde el
corazón (ver Juan 3:3) y por consiguiente aplicar lo que vemos con
una fe llena de seguridad. Nuestra fe nunca tuvo el único propósito
de introducirnos en la familia de Dios. Más bien, es la naturaleza de
la vida en esta familia. La fe ve .('Centra la atención en su Reino.
Todos los recursos del Padre, todos sus beneficios están disponibles
a través de la fe./
Para alentarnos en nuestra capacidad de ver, Jesús nos dio
instrucciones específicas: "... busquen primeramente el reino de
Dios...” (Mateo 6:33). El les dijo a sus seguidores que solo hizo lo
que vio hacer a su Padre (ver Juan 5:19). Pablo nos enseñó:
“Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”
(Colosenses 3:2). También afirmó: “Así que no nos fijamos en lo
visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que
lo que no se ve es eterno” (2 Corintios 4:18). Estas palabras nos
instruyen a poner nuestra atención en lo invisible.
o Comprenderlo es vital para aquellos que quieren más.
cñintos para reflexionar

¿Qué se siente cuando ejercitas una fe dinámica? ¿Qué te impide


vivir por fe? ¿Qué te ayuda a vivir por fe?

Jesús espera que las personas vean desde el corazón y les dice
que un corazón que no ve es un corazón duro. En sus palabras:
"... ¿aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no
veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?” (Marcos 8:17b- 18,
RVR60).

¿Cómo se endurece más a menudo tu corazón? ¿Cómo hace eso


caer en pasividad a tu fe? ¿Qué te hace no escuchar su voz?
¿Qué puedes hacer al respecto?

13
^ ilación ^

^Qescanso^jDescansa por un tiempo en la presencia del dador de


vida, que es el Señor de tu espíritu, alma y cuerpo. Sin importar
cuánto te hayan distraído tus circunstancias actuales de Dios, tú
puedes dejar de pensar en tus propios pensamientos y comenzar a
vivir por fe. Su Espíritu te ayudará.
“Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti
confia” (Isaías 26:3). Escucha su voz, no tus preocupaciones. Confía
en El, no en tus temores. Permite que la continua influencia de su
Reino transformador fluya a través de tu espíritu.
CAPÍTULO 2

Sumergirse en la
corrien te de la gracia
POR BANNING LIEBSCHER

H e escuchado decir que la gracia es “el poder que Dios da para


hacer lo que estamos llamados a hacer”. Qué maravillosa
descripción. Cuando la gracia está presente en tu vida, hay poder
para hacer lo que está en tu corazón. Ya se trate de escribir libros, de
predicar, de administrar un negocio o de vivir una vida de santidad.
Su gracia lo hace posible. Cuando estoy apropiadamente alineado
bajo los líderes que Dios ha puesto en mi vida, la gracia fluye con
libertad. Este principio se describe en La Palabra:

/Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en


armonía! Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo
por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras.
—SALMO 133:1-2

La unidad habla de un alineamiento apropiado y el aceite se


refiere a la unción del Espíritu Santo, de gracia. Cuando me alineo
bajo autoridad espiritual, el nivel de gracia comienza a fluir en mi
vida, porque el aceite que fluye desde la cabeza comienza a
recorrerme. Siento que un viento me empuja hacia adelante.
Permíteme recordarte el versículo “Así mismo, jóvenes, sométanse a
los ancianos. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque

15
‘Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes(1 Pedro
5:5, énfasis añadido). Hay gracia que se recibe por estar bajo
cobertura.
Cuando era niño me gustaba el Slip TV Slide2. Hace poco, les
compramos a nuestros hijos su primer Slip TV Slide. ¡Qué placer!
Pero este en particular era más divertido que cualquier otro en el
que haya jugado cuando era niño: tenía dos franjas paralelas para
que dos niños se deslizaran y compitieran uno contra el otro; un
perfecto arco de agua lanzaba chorros desde el centro para cubrir el
trayecto, que terminaba en una pequeña piscina de agua respaldada
por un colchón infiable. ¡Este Slip TV Slide era tecnología de
avanzada! Mi esposa y yo nos reíamos sin parar mientras nos de -
leitábamos con nuestros tres hijos que se deslizaban con regocijo,
una y otra vez. Se veía tan divertido que nos preguntábamos si las
personas de treinta años todavía podrían utilizarlo.
Los Slip TV Slide son un placer, esto es, cuando están llenos de
agua. Sin ella son una experiencia completamente diferente, no son
divertidos. Imagínate corriendo a toda velocidad, lanzándote hacia
adelante en perfecta posición horizontal en el aire y cayendo sobre el
Slip TV Slide sin agua. ¡Ay! Vivir una vida sin gracia es como
deslizarse en un Slip TV Slide sin agua. Veo a muchas personas que
están sin cobertura, que tratan de vivir sin gracia. Siempre sienten
como si hubiese un viento que se les opusiera cuando intentan
avanzar. Sienten que fueron llamados a volar, pero nunca pueden
elevarse del suelo.
Hay personas que se sientan en mi oficina y me dicen que el
diablo los resiste y no saben por qué. Pero muchas veces no es él
quien los estorba, es Dios el que los resiste. Ellos se han rehusado a

2 N. de E.: Slip ‘N Slide [Resbalar y deslizar], es un juego para niños que consiste en una tira
larga de plástico que sirve como tobogán para deslizarse. Contiene un tubo que puede
conectarse a cualquier manguera de jardín. El agua corre a través del tubo y sale desde
pequeñas perforaciones, mojando toda la superficie. Así, el plástico se vuelve muy
resbaladizo, lo que permite a los participantes lanzarse sobre el plástico y recorrer toda su
longitud.
someter su vida a la cobertura, entonces el Señor resiste el orgullo en
ellos. No es una buena idea que Dios te estorbe. He visto de primera
mano que cuando alguien implementa la revelación de la cobertura
y se somete a la autoridad espiritual, el viento cambia en la vida de
la persona. En vez de resistencia, siente que el viento lo apresura
hacia su destino.
Cuando te sumerges en la corriente de la gracia, verás bene-
ficios definitivos en tu vida. Uno es la valentía. Dios nos llama a
hacer lo imposible, a ser los que cambiemos el mundo y nunca
podremos seguir su ejemplo sin la valentía que El provee. La reina
Ester necesitó valentía para cumplir con lo que fue llamada a hacer
en su tiempo. Fue gracias al aporte de su primo Mardoqueo, que se
había convertido en un padre para ella cuando el suyo murió, que
ella recibió la valentía necesaria para cumplir todo su destino. Como
resultado, una nación fue salvada de la muerte.
Otro beneficio de la gracia es la sabiduría. El libro de Proverbios
está lleno de aliento para buscar y valorar la sabiduría y un número
significativo de esas exhortaciones fueron dadas a un hijo por su
padre. Uno de los caminos principales en los que esta herencia de
sabiduría se muestra es en la habilidad de aprender de los errores y
éxitos de nuestros padres y madres en la fe. Yo quiero aprender de
aquellos que son mayores y más sabios que yo. Algunas cosas las
tengo que averiguar por mi cuenta, pero yo quiero impregnarme de
tanta sabiduría de las generaciones anteriores como pueda.
La protección es otro claro beneficio de caminar con humildad
bajo la cobertura de tus mayores. El espíritu de independencia ha
separado a demasiadas personas de la comunidad, y los dardos del
enemigo han caído sobre ellos. Realmente no es tan complicado. Si
llueve y no te quieres mojar, cúbrete con un paraguas.
Otro beneficio de ponerse bajo el tipo de “lluvia” correcto, el
Reino de la gracia, es que hacerlo te provee de una identidad fuerte.
Saber quién eres en Dios produce seguridad, y esa
seguridad produce confianza. La mayor parte de mi ministerio a
través de los años ha estado dirigido a los jóvenes y a los jóvenes
adultos. Por causa de ello, la mayor parte de mi enseñanza sobre la
gracia y la cobertura ha hecho énfasis en la importancia de que las
generaciones más jóvenes honren a las mayores. Pero Malaquías
menciona que los corazones de los padres se volverán hacia los
corazones de los hijos, y los corazones de los hijos hacia los de los
padres (ver Malaquías 4:6). La honra debe fluir en las dos
direcciones. Ambas generaciones se necesitan la una a la otra. Como
un equipo que cómpite para ganar una carrera de relevos, debemos
entender cómo pasar la posta. No queremos experimentar un gran
derramamiento del Espíritu Santo sin saber cómo pasar la posta con
éxito.
La gracia fluye. ¿Estás bajo el fluir?
¿Pensaste antes acerca de cómo opera el fluir de la gracia? ¿Te
diste cuenta de que gran parte de la gracia de Dios debe fluir a
través de las personas que Él puso por encima de nosotros? ¿A
quién puso sobre ti para que te ayude y te supla con valentía,
sabiduría, protección e identidad?

¿Tuviste la experiencia de encontrarte con la oposición de Dios


en vez de recibir de su gracia? ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Qué
hiciste al respecto?

¿Puedes identificar en tu propia experiencia un período en el


que elegiste “ponerte bajo el paraguas”? ¿Cómo fue esa expe-
riencia? ¿Piensas que todavía hoy estás bajo el paraguas de la
gracia?

19
o/
fediíaeión

Usa los ojos de tu corazón y mira a tu alrededor. Pablo oró para que sean
iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha
llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos”
(Efesios 1:18).
Medita sobre las relaciones en tu vida y en lo que consiste tu
“herencia entre los santos”. Con la ayuda del Espíritu Santo, fíjate si
puedes discernir su gracia en tu vida bajo la forma de valentía,
sabiduría, protección e identidad. Pídele a Dios que te ayude a
colocarte más plenamente en el fluir de su gracia.
CAPÍTULO 3

POR DANNY SILK

Dios, el creador de todo el universo, creó a las personas para que fueran libres. De hecho, le
confió a su Pueblo la libertad. C. S. Lewis presentó un relato conciso de la situación en Mero
cristianismo3:

Dios creó cosas que tienen libre albedrío. Eso quiere decir criaturas que pueden desviarse o
no. Algunas personas piensan que pueden imaginarse una criatura que era libre, pero que
no tenían la posibilidad de desviarse. Yo no. Si algo es libre para hacer lo bueno también es
libre para hacer lo malo. Y el libre albedrío es lo que ha hecho posible la maldad. Entonces,
¿por qué Dios les dio libre albedrio? Porque el libre albedrío, aunque hace po sible la
maldad, es también lo único que hace posible cualquier amor o bondad o la alegría. Tener
un mundo de autómatas, de criaturas que funcionan como máquinas haría difícil que
valiera la pena crearlas. La felicidad que Dios diseñó para sus criaturas es la felicidad de ser
libre, de estar voluntariamente unidas a El y a cada uno en un éxtasis de amor y deleite
comparado con el cual el más extasiado amor entre un hombre y una mujer en este mundo
sea insípido. Y para eso ellos deben ser libres.

3C.S. Lewis, Mero cristianismo, Madrid, Rialp, 1995.


21
Por supuesto que Dios sabía lo que podría pasar si usaban su
libertad de la manera equivocada: aparentemente El pensó que el
riesgo valía la pena.
La dificultad de liderar personas libres es riesgo: el riesgo de que
puedan usar su libertad de la manera equivocada. A diferencia de
Dios, demasiados de nosotros en la Iglesia no comprendemos por qué
vale la pena el riesgo. La amenaza de usar mal la libertad parece más
grande que el precio de la verdadera libertad. Y por ello, nos
asustamos. Este temor puede convertirse en endémico en sociedades
que se suponen libres. En Estados Unidos, que se supone es el
llamado “mundo libre”, el temor prolifera. Como creyentes,
necesitamos recurrir a cosas muy poderosas, si vamos a resistir el
temor en nuestra cultura y superarlo, al extender la confianza en Dios
y en las personas. Ciertamente necesitamos inculcar el valor que el
cielo le da a la libertad a nuestros propios sistemas de creencias.
Cuando usamos nuestra libertad para amar como estaba pre-
visto, como señaló Lewis, nuestra propia libertad y gozo, y los de las
personas a nuestro alrededor, serán protegidos y cultivados. Los
líderes necesitan llevar a cabo muchas cosas, desde definir la realidad
hasta alcanzar metas productivas. Pero la prioridad del Cielo es clara
como el agua: si no tienes amor... solo eres ruidoso (ver 1 Corintios
13:2). Los líderes que apagan el amor en el proceso de alcanzar metas,
han alcanzado, tal vez, las prioridades del mundo. Pero los objetivos
superiores del cielo requieren que cultivemos y preservemos al amor,
y de este modo, para cultivar y preservar la libertad no puedes amar
sin ella. Dios es amor, y su Reino es un Reino de libertad.
Cuando el Señor se manifiesta, su Pueblo se siente libre. Si eso
no pasa, debemos preguntarnos por qué. ¿Por qué la libertad no se
manifiesta en más lugares? ¿Será porque muchos de su Pueblo, entre
ellos los líderes, malinterpretan el objetivo del liderazgo de Dios en
nuestra vida?
Considero que el objetivo del liderazgo de Dios en nuestra vida
es crear un lugar seguro para que descubramos quiénes somos y por
qué estamos acá. Un lugar seguro es un lugar donde el temor de
hacer mal uso de la libertad no se levanta ni nos intimida a que
vayamos a perder la confianza y el amor en nuestras relaciones unos
con otros.^Un lugar seguro es el que se cultiva cuando la libertad se
expresa a través del amor, porque la esencia del amor es seguridad y
conexión J
Ahora la mayoría de su Pueblo piensa que el Señor quiere que
nos alineemos, que estemos en fila y que seamos buenos. Hemos
abrazado la idea de que El es paciente, pero aun así está al borde del
enojo. Pero considera lo que dijo a través del profeta Isaías: “Aunque
cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará
mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz...” (Ver Isaías 54:10). Dios
subraya el hecho de que El no es impredecible. El dice, en esencia,
que está de permanente buen humor. Quiere que tengamos una
bendita seguridad. Quiere que sepamos que, con El a cargo, el lugar
es seguro y que nos podemos relajar en la libertad que viene cuando
Jesús se hace presente. Esta verdad pareciera ser una cosa muy fácil,
especialmente desde que Jesús vino e introdujo el Nuevo Pacto hace
dos mil años. Ya deberíamos comprender esto.
Nuestro pacto con Dios nos po,ne, en un lugar seguro. Nosotros,
los seres humanos fiorej^mfls en up lugar seguro. Los efectos
nutritivos de su presencia nos llevan a la plenitud.
El Señor puso esa pequeña glándula en nuestro cerebro llamada
amígdala. Es una masa de núcleos en forma de almendra localizada
en la profundidad de los lóbulos temporales. Esta glándula es
importante porque determina nuestras respuestas emocionales,
especialmente las asociadas con el temor. Tan pronto como algo
amenazante sucede, tu amígdala “patea” y comienza a inundar tu
cuerpo con mensajes como: “¡Reacciona! ¡Defiéndete! ¡Huye! ¡Pelea!”.
No hace falta un ingeniero astronáutico para descubrir que las
personas asustadas hasta la muerte no están en su mejor momento
creativo. Solo mira lo que sucede si tratas de rescatar a una persona
que se ahoga y que se mueve agitadamente. Ten cuidado o estarás en
peligro. '
Pero cuando las personas están en un lugar seguro, donde otras
personas dan a conocer el Shalom del cielo, la gracia, la paz, la
confianza y el amor mutuo florecerán. La estructura de liderazgo
sustenta el fluir de la realidad espiritual. Se transmite confianza y
aceptación. Dentro de poco tiempo, la unción y creatividad del
Pueblo comenzarán a subir a la superficie, y las personas encon-
trarán lugar para manifestar sus dones en la Iglesia. Los milagros, las
señales y los prodigios ocurrirán de manera continua. Las cadenas
espirituales caerán. Entonces las personas comenzarán a cambiar el
mundo con el Reino de los cielos que ellos dan a conocer.
Juntos para reflexionar

1. Al mirar hacia tu pasado, ¿cuántos momentos de inseguridad


puedes identificar? ¿Y cuántos de seguridad? Compara tu
sentimiento de bienestar con el sentimiento de seguridad que
sentiste.

2. “(Jne los puntos” de tus experiencias. ¿De qué manera la se-


guridad enriqueció tus emociones y motivaciones como la paz, el
gozo y la creatividad? ¿De qué manera la inseguridad hizo que te
retrajeras? (Por ejemplo, considera la última vez que estuviste
enfermo o herido y pregúntate cuán capaz te sentiste para
alcanzar a otros en amor).

3. ¿Es tu iglesia un lugar seguro? ¿Tu lugar de trabajo? ¿Tu hogar?


¿Tienes la posibilidad de mejorar el nivel de seguridad en
alguno de esos lugares?

25
editaclóri

¿Dónde estás ahora?


¿Estás en un lugar seguro? ¿Puedes identificar tus emociones
dominantes y tus patrones de pensamiento lo suficientemente bien
como para llevarlos al Padre con la simple confianza de que El está
Pídele que calme tu alma y tu espíritu. Una vez que tengas más
paz interior (o quizás ya tenías paz interior), pregúntale qué tiene
ahora en mente para ti. “Señor, ¿es tiempo de dar o de recibir?”.
Pídele que te conduzca “junto a tranquilas aguas” (Salmo 23:2) y
que te mantenga en lugares seguros, para que tengas recursos
internos que necesitarás en situaciones de temor.
CAPÍTULO 4

^)e dónde viene


tu tormentad
POR BILL JOHNSON

T as tormentas de la vida pueden presentar grandes desafíos y 1


—/oportunidades para nuestro crecimiento. Pero hay una gran
diferencia entre un tipo de tormenta y otro. Algunas tormentas,
aunque son enviadas por el diablo, pueden despertarnos e invitarnos
a usar la revelación que ya tenemos. Sucederán milagros como el de
este pasaje:

Ese día al anochecer, les dijo a sus discípulos:


, —Crucemos al otro lado.
. Dejaron a la multitud y se fueron con él en la barca donde estaba. r >
También lo acompañaban otras barcas. Se desató entonces unafuer- ’f j te
tormenta, y las olas azotaban la barca, tanto que ya comenzaba a
inimdarse. Jesús, mientras tanto, estaba en la popa, durmiendo sobre un
cabezal, así que los discípulos lo despertaron.
—¡Maestro! —gritaron—, ¿no te importa que nos ahoguemos?
' El se levantó, reprendió al viento y ordenó al mar: y y..: y-jSilencio!
¡Cálmate! El viento sé calmó y todo quedó completa- fyy mente tranquilo.
—¿Por qué tienen tanto miedo? —dijo a sus discípulos—. ¿Todavía no
tienen fe?
V Ellos estaban espantados y se decían unos a otros:

2
7
—¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?
—MARCOS 4:35-41

Pero existen otro tipo de tormentas que Dios envía para mos-
trarnos que estamos yendo en la dirección equivocada, como esta que
es Conocida:

Pero el SEÑOR lanzó sobré el mar un fuerte viento, y se desencadenó una


tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos. Los
marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a
clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco.
Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse,
ahora dormía profundamente. El capitán del barco se le acercó y le dijo:
—¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá
se fije en nosotros, y no perezcamos.
—JONÁS 1:4-6

Vemos en estos pasajes dos tormentas y dos propósitos diferentes


para cada una. Una fue enviada por Dios, la otra, por el diablo. Ambas
situaciones involucraban a un hombre que dormía en una barca, uno
por causa de depresión y como forma de escapar de una realidad poco
agradable, y el otro, porque antes de vivir en la Tierra había vivido en
el cielo, y en el Reino no había tormentas.
La pregunta es: ¿bajo cuál tormenta te encuentras tú? ¿Manejas
esto de la forma en que Dios quiere que lo trates? ¿Has permitido que
los milagros pasados “te guíen” a un lugar de fe apropiado para tus
desafíos actuales?
La tormenta de los discípulos la envió el diablo para mantenerlos
lejos de la voluntad del Señor. La tormenta de Jonás fue enviada por
Dios para llevarlo de vuelta a la voluntad de El. Algunas personas
enfrentan tormentas porque tomaron hacia la izquierda cuando el
Señor giró a la derecha. Entonces Dios envía una
tormenta en su misericordia para llevarlos de vuelta. Otros enfrentan
tormentas porque están en el centro de la voluntad de Dios. A El no le
gustan las tormentas, pero quiere entrenarnos a usar las herramientas
que nos ha dado para calmarla.
La mayoría de nosotros, al encontrarnos en medio de una tor-
menta, llegamos a la conclusión inmediata de que nuestro trabajo es
pedirle a Dios que intervenga. Pero el propósito de la tormenta no es
hacernos clamar así. El Señor nunca permite una tormenta sin
proveer antes las herramientas para calmarla. Él quiere que usemos
esas herramientas para producir un resultado milagroso. Él reprendió
a sus discípulos por su falta de fe.
Quizás pensaron: “¡Espera un minuto! Tenemos solo la fe su-
ficiente para acercarnos y despertarte. Y Tú hiciste lo que te pedimos.
¿No es así como se supone que funciona?”. Aparentemente r no. Jesús
dio a entender que era responsabilidad de ellos ordenarle ¡L a la
tormenta que cesara.
Nosotros no somos diferentes. Nuestras oraciones consisten en
tratar de que Dios arregle nuestros problemas en la Tierra. Quizás
deberíamos ordenarle a las tormentas que se calmen. Quizás
deberíamos ver las situaciones desde la perspectiva del cielo y de-
clarar la Palabra del Señor, así podríamos ver que el cielo invade ?la
Tierra.
Tengo un amor y un respeto muy grande por el ministerio de
ntercesión, pues estoy casado con una gran intercesora. Pero uchos de
ellos gimen, se lamentan, lloran y se deprimen todo el ¡tiempo y
llaman a eso “intercesión”. Cuando oran, nunca entran lugar de fe.
o sé cómo es eso. Hubo períodos en mi vida cuando oré du-
■flnte mucho tiempo, con mucha diligencia y mucha disciplina, si
tibiera contado las horas hubiese sido impresionante. Dios nunca ,e
castigó por ello, porque conocía la sinceridad de mi corazón. Sro en
realidad, del tiempo que invertí en oración muy poco fue fe. La
mayor parte fue en depresión, desánimo o “carga”.
La tragedia es que muchos creyentes no pueden distinguir to-
davía la diferencia entre la carga del Señor y el peso de su propia
incredulidad.
Cuanto peor se sienten las personas al momento de orar, más
gratificados se sienten de ser intercesores ungidos. Está bien co-
menzar en ese punto, pero haz todo lo que sea necesario para llegar
al lugar de fe. Entonces, podrás ver las situaciones desde la
perspectiva del cielo y podrás traerlo a la Tierra con una o dos
palabras sencillas.
No tendrás que buscar a Dios en horas de desalentada oración.
El tiempo para orar es más bien, como hizo Jesús, clamando al Señor
en los tiempos de oración privada, cuando nada va mal. Así es como
se tiene reserva de poder y se crea una atmósfera interior de paz y de
fe que llevas contigo a la situación preocupante.
Tampoco desperdiciemos nuestros milagros. No observamos a
Dios hacer algo maravilloso para dar un aplauso tímido y sarcástico,
pronunciar un breve “amén” y salir caminando sin cambiar.
Piensa en los grandes conflictos o crisis en tu vida en el último
año. Fíjate si puedes identificar las herramientas que Dios puso
en tu vida para ayudarte a hacerte cargo de aquel problema.
¿De qué forma puede Dios haber usado esa circunstancia para
equiparte para el futuro?

Algunos maestros dicen que a Dios le gusta esperar hasta el


último minuto para intervenir y mostrar su soberanía. Ellos
piensan que es su linda e inteligente forma de mostrar que Él
tuvo el control todo el tiempo. Escuchas a las personas decir:
“Dios nunca llega demasiado temprano o demasiado tarde, Él
siempre llega a tiempo”. Si Él siempre interviene en el último
minuto, frecuentemente es porque nosotros no usamos las
herramientas que se nos han dado en primer lugar. ¡Piensa en
ello!
Dios permite que haya problemas en tu vida para que tú puedas
derrotarlos, no solamente para que clames a El todas las veces por
liberación. Las herramientas estarán en la embarcación contigo,
aunque el enemigo avivará los vientos del temor para que olvides
dónde están las herramientas.
Muchos de nosotros podemos identificarnos con los discípulos
en un día tormentoso. Quizás hasta los aplaudamos por haber hecho
lo correcto cuando clamaron: “¡Sálvanos, que nos vamos a ahogar /”
(Mateo 8:25). Pero Jesús se volvió hacia ellos y les preguntó por qué
no tenían fe.
En el medio de tu tormenta, aviva tu fe en Aquel que te mos-
trará dónde pusiste tus herramientas. Sin importar de dónde vino tu
tormenta, haz sido entrenado para ese momento. Sí sabes qué hacer.
CAPÍTULO 5

Greeer en favor
POR BILL JOHNSON

A lgunos que han crecido en una sociedad democrática quizás


luchen con la idea de que Dios le da más favor a unas personas
que a otras.
El favor del Señor no es lo mismo que su amor. No puedes hacer
nada para cambiar la inmensidad del amor de Dios por tí. Pero
incluso Jesús mismo tuvo que crecer “en sabiduría y estatura” (Lucas
2:52). Este versículo me maravilla. Puedo entender el hecho de que
Jesús tuvo que crecer en favor con el hombre, pero ¿por qué tenía que
crecer en favor con su Padre Dios? Él era perfecto en toda manera.
La respuesta yace en el hecho de que Jesús hizo todo lo que hizo
como un hombre, dejando su divinidad de lado, a fin de ser un
modelo para nosotros. Por lo tanto, Él, como cualquiera de nosotros,
tuvo que ser probado. En el bautismo, recibió la unción del Espíritu.
Pero en lugar de lanzarse directamente a su ministerio, fue guiado
por el Espíritu al desierto. Allí, fue probado por el enemigo,
específicamente en el área de La Palabra que se acababa de
pronunciar sobre Él. Si miras al relato de la tentación de Jesús en
Lucas, notarás que Él fue llevado al desierto “lleno del Espíritu San-
to” y que regresó “en el poder del Espíritu” (Lucas 4:1,14). Porque Él
pasó la prueba, el favor de caminar en su potencial fue liberado en
una medida mucho mayor.
Según el ejemplo de Jesús, cada uno de nosotros debe crecer en
favor, si vamos a alcanzar nuestros destinos en Dios. Pero

33
el favor, por ser tan glorioso y poderoso, es importante. De este
modo, en su misericordia, el Señor nos da su favor en la medida en la
que nuestro temperamento pueda manejarlo, llevándonos de gloria
en gloria, de fe en fe y de poder en poder.
Si vamos a desarrollar la personalidad para alcanzar nuestro
potencial como reyes y sacerdotes en su Reino, debemos crecer en
nuestra habilidad de fortalecernos a nosotros mismos en el Señor.
Cuando los amalecitas atacaron la ciudad de Siclag, David y sus
hombres no estaban. Regresaron para descubrir las cenizas de la
ciudad, sus mujeres y sus hijos, hijas y bienes habían sido capturados.
Amargados por el dolor y la furia, amenazaron con apedrear a
David.
Pero David reconquistó su favor y los guió a la victoria.

David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo; yesque


todos se sentían amargados por la pérdida de sus hijos e hijas.
Pero cobró ánimo y puso su confianza en el SEÑOR SU Dios.
—i SAMUEL 30:6

Funcionó. Sus hombres se agruparon bajo su mando, y juntos


persiguieron a los amalecitas y recuperaron lo que era suyo.
¿Cómo podemos aprender esta habilidad vital para fortale-
cernos y ministrarnos a nosotros mismos? Necesitamos reconocer
que, cuando David buscó a Dios y se fortaleció en Siclag, no era la
primera vez que lo hacía. Poseía la iniciativa de tener éxito en me dio
de una situación desesperada en Siclag, porque había buscado al
Señor durante años. Había buscado a Dios en el lugar secreto, cuando
nadie estaba mirando. Se había recuperado una y otra vez cuando,
humanamente hablando, la situación era sombría.
Podremos experimentar la fortaleza de Dios por medio de la
presión positiva de los pares y del impulso de un movimiento co-
munitario de la gloria de Dios, pero ¿qué nos pasará cuando no
tengamos nada en que apoyarnos? El Señor sabía que David iba a
tener éxito como líder, porque él demostró la misma cualidad de
madurez que El busca en nosotros. Las personas que pueden “salir
airosas” cuando todo se pone de cabeza han desarrollado persistencia
espiritual. No han sido destruidos por el agotamiento o el fracaso
moral. Ellos se mantuvieron firmes a su Dios en las buenas y en las
malas. Ahora, permíteme ser claro: aprender a fortalecernos no
significa que desarrollaremos un estilo de vida independiente.
Nuestro estilo de vida como creyentes debe permanecer enfocado en
servir, amar y aprender unos de los otros en el Cuerpo de Cristo.
Pero a fin de llegar a ser más maduros y de crecer en favor para
poder bendecir a aquellos alrededor de nosotros, Dios nos da
momentos en nuestra vida en los que estaremos solos en la dificultad
y en la prueba. El Señor incluso cerrará los ojos y los oídos de
nuestros amigos más cercanos en aquellos momentos, así podremos
aprender a ministrarnos a nosotros mismos.
No culpes a tus amigos por fallarte en los tiempos difíciles.
Entiende las prioridades de Dios y “aprende rápido”. El Señor quiere
poner nuevas herramientas en tus manos (al menos, serán nuevas
para ti). El quiere que te conviertas en un creyente maduro, que
piensa y actúa como El por voluntad propia. Los creyentes maduros
son aquellos a los que Dios les puede confiar los secretos de su
corazón, porque ellos no usarán el favor que les da para sus propios
propósitos, sino para los de Dios.
La vida de David no se incluyó en Las Escrituras solamente para
inspirarnos. Solo necesitamos leer los relatos de sus pecados para
saber que él no era algún tipo de súper héroe. Su vida es realmente
un llamado a todo creyente. Si un hombre que era un pecador, que
vivió cientos de años antes de que la sangre de Jesús fuera
derramada, pudo llegar a aquel lugar de favor de Dios, entonces:
¿cuánto más aquellos que están cubiertos por esa sangre deberían ser
capaces de llegar a un destino mayor, ser como Cristo y terminar su
obra en el planeta?
Tú y yo estamos sentados con Cristo en lugares celestiales (ver
Efesios 2:6). Si Jesús está actualmente sentado en el trono de David,
¡nosotros también lo estamos! Nosotros tenemos autoridad delegada
para establecer su Reino dondequiera que plantemos nuestros pies.
Pero, en tanto que Dios nos llama “reyes”, el grado en el cual
caminamos en esa posición todavía está en potencial. Y el Señor no es
responsable por hacernos alcanzar nuestro potencial. Ello requiere de
nuestra participación.
fpunlm para reflexionar

1. Explica en tus propias palabras esta afirmación: “El favor de


Dios no es lo mismo que su amor”. ¿Por qué Jesús mismo tuvo
que crecer “en sabiduría y estatura”, como lo tenemos que hacer
nosotros? (Lucas 2:52).

2. ¿Por qué tienes que ser probado?

3. ¿Puedes recordar una época cuando hiciste lo que David hizo?,


¿te fortaleciste en el Señor? ¿Fue hace poco o hace mucho
tiempo? ¿Qué has hecho entre un período de crisis y otro para
asegurarte de que serás capaz de fortalecerte en el Señor la
próxima vez que seas golpeado por la adversidad?

37
(edil-ación

Hazte el propósito de ir a tu “lugar secreto” en algún momento del


día de hoy y reconocer quién es Dios. Exáltalo y encuentra una
Escritura que fortalezca tu identidad personal como su hijo o hija.
Puedes comenzar por esta, la canción que se elevó en el cielo:

... porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para


Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación. De ellos
hiciste un reino; los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro
Dios, y reinarán sobre la tierra.
—APOCALIPSIS 5:9-10, ÉNFASIS AÑADIDO

Levántala tan seguido como puedas, así, cuando vengan tus


tiempos de prueba, estarás preparado.
pr. POR KRIS VALLOTTON
. . ■

jpT as personas que han sido amputadas experimentan algo llama- í'
iLrfdo dolor o sensación “fantasma”, cuando su sistema nervioso
8AV"!

í y el cerebro interpretan de manera equivocada que ciertas señales i


físicas están siendo enviadas a un miembro que ya no pertenece - más
a sus cuerpos. Algunas veces sienten que su brazo o pierna ^
amputada todavía está allí. Sienten desde dolores leves a agudos y
¡ también la sensación de punzadas y ardor. No es un juego, parece ■
muy real. Los amputados deben recordarse a ellos mismos que el :
dolor es imaginario.
Los recuerdos de tu pasado pecaminoso pueden ser como esos I
dolores fantasma, solo que pueden ser un poco más engañosos, *
porque al momento de tu conversión no perdiste solo una parte V de ti
mismo. Literalmente moriste y fuiste levantado de la muerte:
i
t
i' Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su p'
muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre,
íi ■; ■ . .
||C ': también nosotros llevemos una vida nueva. En efecto, si
hemos es~ fj tado unidos con él en su muerte, sin duda también
estaremos unidos \ con él en su resurrección. Sabemos que nuestra
vieja naturaleza fue ; crucificada con él para que nuestro cuerpo
pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo
esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado.
CAFÉ ESPIRITUAL

I —ROMANOS 6:4-7

40
¿Cómo puedes reeducar tu cerebro para que piense y recuerde
según esa nueva realidad? Existe cierta cantidad de verdades con las
que todos necesitamos interactuar con regularidad, así la realidad de
nuestra conversión se establece en nuestro pensamiento y se
manifiesta plenamente én nuestra conducta. Invita al Espíritu Santo a
que renueve esas ideas familiares, a que revele nuevas capas de esa
maravillosa y misteriosa salvación que hemos recibido y a que lleve
esa revelación más allá de un conocimiento mental a un nivel más
profundo de libertad y poder.
Primero, considera lo que Pedro le declaró al pueblo después de
la sanación del hombre paralítico en la puerta Hermosa: "...
arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de des-
canso de parte del Señor" (ver Hechos 3:1-19). El registro de tu pasado
pecaminoso fue eliminado, borrado por completo, cuando te
arrepentiste y te convertiste.
Las Escrituras también lo dicen de otra forma: al convertirte
entraste en un pacto con Dios a través de la sangre de Jesús y una de
las realidades fundamentales de ese pacto, profetizado por Jeremías,
fue: “ Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades" (Hebreos
10:17, énfasis añadido).
Si tus pecados han sido borrados y perdonados por Dios, ¿qué
tienes que hacer entonces con tus recuerdos? ¿Cómo puedes
reexaminar tu pasado a través de la sangre de Jesús y no fuera de
ella? Se trata de elegir a qué voz escuchar. ,
El diablo, por un lado, ha conservado un meticuloso registro de
tu pasado. A pesar de ello, aquellos recuerdos no tienen poder sin tu
acuerdo. El diablo es “el acusador de nuestros hermanos" (Apocalipsis
12:10), mientras que Jesús es tu defensor. Cada vez que miras tu
pasado fuera de la sangre de Jesús, terminas coincidiendo con el
diablo. Tu acuerdo alienta y le da poder, y él se colocará encima de ti
para devorarte. Por otro lado, cada vez que te pongas de acuerdo con
Dios, te sacudirás el poder de la mentira.
Cuando te pones de acuerdo con Dios, entras en el poder de la
verdad.
El diablo recuerda tu pecado. El Señor lo ha perdonado. Con
qué realidad espiritual vas a estar de acuerdo: ¿con la celestial o con
la infernal? Los resultados de tu decisión se manifestarán a sí mismos
en tu vida.
Pablo dice: “... ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos
para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:11). La evidencia de esta nueva
realidad no debe ser evaluada de acuerdo a tu comportamiento
individual, sino más bien por lo que Jesús hizo por ti en la cruz.
Habiendo sido enseñado a pensar en ti como muerto al pecado
es más que una sugerencia que pienses de manera de manera positiva
respecto de tu conversión: es una invitación para entrar en la realidad
de la verdadera conversión. El perdón, de hecho, cambia el pasado.
La sangre de Jesús cambia, verdaderamente, tu historia en su historia.
Así es el amor de Dios: lo que una vez fue . despreciado se convierte
en el testimonio de gracia de Dios y objeto de belleza.
¿Olvidar tu pecado parece una tarea imposible? Lo es, sin el
poder que el Señor da. Pero cuando decides estar de acuerdo con la
perspectiva de Dios sobre tu pecado, Él te da la gracia para olvidar
aquellas cosas que parecían tan malas e imposibles de olvidar.
También te da la gracia para recordar lo que es cierto acerca de ti,
ahora que eres suyo. Acá hay un par de Escrituras sobre ello (énfasis
añadido):

... Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y es-
í forzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia
° la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llama- í
miento celestial en Cristo Jesús.
—FILIPENSES 3:13-14

Alaba, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus


beneficios. El perdona todos tus pecados y sana todas tus
dolencias (...),
No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según
nuestras maldades. Tan grande es su amor por los que le temen
como alto es el cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó
nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente.
—SALMO 103:2-3; 10-12

Como Pablo, se espera que olvides el pasado, pero que recuerdes


los beneficios del Señor, especialmente el hecho de que El ha olvidado
todos tus pecados. Para olvidar tu pecado con éxito, debes llenar tu
mente con la realidad de que estás perdonado. Hazlo regularmente.
Haz que se transforme en una de esas cosas que proclamas en tus
alabanzas a Aquel que te salvó. Recuerda que aquello en lo que te
enfoques se transformará en tu realidad. Recuerdas a fin de olvidar.
Juntos para reflexionar

1. Toma un momento para recordar y hacer una lista de los


beneficios del Señor en tu vida. Al darte cuenta de que estos
están siempre embebidos en testimonios (las historias de lo
que Dios ha hecho en ti y por ti), recordarás las historias de las
épocas en las que Él te demostró su bondad.

2. ¿Cómo puedes darte cuenta en qué momento olvidas tus pe-


cados o tu nueva realidad? ¿Cómo te sientes en cada caso?
¿Cuánto te lleva comprenderlo? A medida de que creces en
Cristo, ¿recuerdas sus beneficios con mayor frecuencia y ra-
pidez?
Abordar los temas de la conversión y la salvación puede parecer muy
elemental. Después de todo, a esta altura, ¿no deberías haber
avanzado a asuntos que son más profundos y grandiosos?
Quizás no. Este es tu fundamento en Cristo. Asegúrate de que
todo lo que piensas y haces este firmemente basado en ello. Eso
define quién eres, lo que haces, a quién escuchas, adonde vas y
mucho más.
Sumérgete en ello, no lo pases por alto.
I

D CAPÍTULO 7

; QoZO
5, POR BENI JOHNSON

C omo pueblo de Dios, se espera que traigamos el cielo a la _ Tierra,


y el gozo es una gran parte de el. El cielo está lleno de . gozo.
Nuestra responsabilidad es traer ese gozo a la Tierra.
[ No hay depresión allí, por lo tanto no tenemos derecho legal de estar
deprimidos. Si lo estás, necesitas reevaluar tu vida. Date cuenta por
qué razón y, por el bien del cielo y la Tierra, resuélvelo. El mundo
necesita ver a un Pueblo de Dios feliz, gozoso, con vida, que ama y
sirve por gozo.
Puede que pienses: “¿Pero y todas las cosas horribles que su-
ceden en el mundo? ¿eso no debería afectarme?”. Sí, debería. Me
encontré con una mujer en nuestra iglesia que quería que yo supiera
algunas cosas que sucedían en nuestra ciudad con referencia ; al
ocultismo. Después de nuestro encuentro, me dirigí a nuestra i casa de
oración.
", Me sentía un poco pesado y necesitaba obtener la percepción í de
Dios respecto de todo lo que había oído. A medida que cami- ■ naba y
oraba en el jardín de oración, tuve una visión. En la visión, ’í estaba
con Jesús en un lugar que me era familiar. Caminábamos f tomados de
la mano, de forma similar a como lo hacen dos bue- !' nos amigos, es
decir, hombro con hombro. Sentí como si estu- ; viéramos
compartiendo secretos íntimos.
L Le comentaba a El acerca de la información que acababa de í recibir.
Miré hacia su otra mano que estaba cerrada. Puedo decir i que El
sujetaba algo secreto en esa mano.

46
Le pregunté qué tenía en su mano y la abrió. Vi que sostenía al
mundo entero. Se veía tan pequeño. Cuando vi eso, toda la sensación
de pesadez se fue y me di cuenta de que El tiene todo bajo su control y
en su mano. Eso no significa que no continúe orando sobre esos
asuntos de mi ciudad. Pero significa que no puedo llevar el peso. Jesús
ya lo hizo; El lo llevó todo en la cruz.
Lo que eso significa es que ahora peleamos desde la victoria y no
para la victoria. Cuando Jesús dijo: “ Todo se ha cumplido” (Juan 19:30),
¿puedes imaginarte lo que pasó en el mundo demoníaco? Los puedo
oir decir: “Sí, se terminó y nosotros ganamos” solo para horrorizarse
tres días después cuando Jesús triunfó sobre la muerte. Sí, “ Todo se ha
cumplido” es para los demonios del infierno. Tuvieron que empezar
de cero y formular todo un plan nuevo. Pero en el cielo, supieron lo
que Jesús quiso decir. Todo estaba hecho ahora, todo lo que Él se
había propuesto llevar a cabo en la Tierra.
Dio libertad a los cautivos, sanó a los enfermos, resucitó a los
muertos y echó fuera demonios (ver Lucas 4:18). Murió en la cruz y
luego se levantó de entre los muertos. Necesitamos estar
completamente convencidos acerca de lo que hizo Jesús, para que
podamos difundir su victoria acá en el mundo.
No digo que no habrá momentos en los que tengamos que orar
con una carga. Quizás tengamos que llevar cargas pesadas en tiempos
de oración, pero no creo que debamos cargarlas fuera de nuestras
intercesiones. Él nos da un programa de intercambio. Nosotros le
damos al Señor nuestras pesadas cargas y Él nos da descanso y gozo.
El mundo está lleno de sufrimiento. Jesús sufrió. Pero mientras
vivió en este mundo, supo cómo vivir con gozo, incluso en el medio
del sufrimiento. Supo dónde estaba su fortaleza. Había experimentado
el gran gozo del cielo donde no hay lágrimas ni dolor.
La Biblia nos dice que un día entraremos en el gozo de nuestro
Señor (ver Mateo 25:21). Si nos alimentamos con el gozo de lo

\
Goz
o

[ue Dios está haciendo en la Tierra, viviremos como Jesús vivió. £ero
si nos alimentamos con malas noticias todo el tiempo, vivi- Ííemos con
temor y desesperación.
| La palabra “gozo” se usa 182 veces en La Biblia. Esto debería
pacernos recordar la importancia de ser las personas gozosas que
primos creadas para ser.
w |

I Nosotros representamos (o volvemos a presentar) a nuestro fPadre


celestial en el mundo en el cual vivimos. Él es alegre. Se ríe. &

quiere que entremos en su gozo:


nrT
r

Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría


T

sea completa.
Í
= ■

—JUAN 15:11
r

Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz. A su paso,


!
" n s t :

las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo y


aplaudirán todos los árboles del bosque.
—ISAÍAS 55:12

Porque el SEÑOR tu Dios está en medio de ti como guerrero


victorio- j. so. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su
amor, se alegrará [|f por ti con cantos.
— SOFONÍAS 3:17

. . . el gozo del Señor es nuestra fortaleza.


—NEHEMÍAS 8:10

(EL ¿.. su tristeza se convertirá en alegría.


—JUAN 16:20

í
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de
nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz...
—HEBREOS 12:2

48
Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y
recibirán, para que su alegría sea completa.
—JUAN 16:24

... adoren al SEÑOR con regocijo. Preséntense ante él con


cánticos de júbilo.
—SALMO 100:2

Pero que los justos se alegren y se regocijen; que estén felices y


alegres delante de Dios.
—SALMO 68:3

... ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo llevo tu


nombre, SEÑOR, Dios Todopoderoso.
—JEREMÍAS 15:16

Y los discípulos quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo.


—HECHOS 13:52

... Porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o bebidas


sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo.
—ROMANOS 14:17

Encontrarás versículos que se refieran al gozo por todos lados en


La Biblia. Léelos en diferentes traducciones, para tu deleite.
''Punios para reflexionar

¿Eres una persona alegre por naturaleza? ¿Cómo puedes


“pasar” del gozo natural al gozo del Señor? ¿Eres por natu-
raleza una persona melancólica o callada? ¿Qué característi-
cas tiene el gozo del Señor cuando tú lo expresas?

2. ¿Debe el gozo ser siempre desbordante? ¿Cómo puede el


gozo ser sinónimo de descanso?

3. En este período de tu vida, ¿qué palabra en La Biblia referida al


gozo te atrae? Léela en diferentes traducciones y memoriza
aquella que mejor ministre a tu espíritu.
'^dilación

Recién, cuando leiste sobre el gozo, ¿saltó tu corazón con regocijo o


quisiste dar vuelta la página? ¿En qué lugar te encontró esa palabra?
O dicho de otra manera: ¿dónde te encuentra ahora La Palabra?
Vierte tu corazón a Él (ver Salmo 62:8). Dile a Él lo que hay en tu
corazón, ya sea una carga pesada o una confesión de deleite en tu
experiencia actual de su Reino. Pídele que te permita entrar en el
gozo de tu Maestro. Él responderá esa oración.

51
I transformado ;i por
promoción
POR BILL JOHNS

W acia el final de su vida terrenal, Jesús les dio a sus discípulos


la máxima promoción. Les dijo que ya no iba a llamarlos %
siervos, sino amigos. Estar en la misma habitación con Él habría sido
más de lo que ellos podrían pedir. Pero Jesús los había llevado : a su
vida. Habían probado ser merecedores de la mayor promo- ¡ ción
jamás experimentada por los seres humanos:

:] Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo


que ¡gao"' hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a
mi Padre |:, le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.
:
—JUAN I 5: I 5

| Con esta promoción, la atención de los discípulos pasaría de I


aquella tarea que estaba al alcance de la mano a Aquel que estaba | al
alcance de la mano. Se les había dado acceso a los secretos del *
corazón de Dios.
t í V, 7.
f Los siervos no saben lo que está haciendo su maestro. No tienen
acceso a la esfera personal e íntima de su maestro. Están :: orientados a
la tarea. La obediencia es su principal enfoque. Y es correcto que así
sea, pues sus vidas dependen del éxito en esa área. Pero los amigos
tienen un enfoque diferente. Casi parece una ¡ blasfemia decir que la
obediencia no es la preocupación principal
para un amigo, pero es verdad. La obediencia siempre será impor-
tante, como lo resalta el versículo previo: “Ustedes son mis amigos si
hacen lo que yo les mando ” (Juan 15:14). Pero los amigos están menos
preocupados por desobedecer que por decepcionar. El enfoque de los
discípulos cambió de obedecer los mandamientos a relacionarse con
Aquel que los da. En lugar de preguntar: “¿Qué debo hacer por El?”,
comenzaron a preguntarse: “¿Cómo le afectan a El mis elecciones?”.
Varios paradigmas cambian en nuestro corazón cuando abra-
zamos esta promoción. Primero: cambia lo que sabemos, ya que
obtenemos acceso al corazón del Padre. Ganamos libertad por co-
nocer su corazón.
Segundo: nuestra experiencia cambia. El ritmo de su corazón se
convierte en el ritmo del nuestro, y celebramos el cambio de nuestros
deseos. Los encuentros divinos se convierten en nuestros mayores
recuerdos y la transformación personal es el único resultado posible.
Tercero: nuestra función en la vida cambia radicalmente. En
lugar de trabajar para Él, trabajamos con Él. No trabajamos para su
favor, sino desde su favor. Él nos confía más de su poder y nosotros
cambiamos, naturalmente, a su semejanza más y más.
Cuarto: nuestra identidad se transforma de forma radical. Los
cristianos que viven como son realmente no pueden quedar impo-
sibilitados por las opiniones de los demás. Ya no se esfuerzan para
encajar en las expectativas de otras personas, sino que se consumen
cuando comprenden lo que su Padre dice que son.
El clásico ejemplo de la diferencia entre el siervo y los amigos lo
encontramos en la historia de María y Marta. María eligió sentarse a
los pies de Jesús, mientras que Marta eligió trabajar en la cocina (ver
Lucas 18:38-42). Era como si Marta estuviera haciendo bocadillos que
Él nunca pidió, mientras que María disfrutaba del favor de Jesús y
usaba su tiempo sencillamente para estar con Él. No era que María no
trabajara, ella había aprendido a servir
Transformado por
promoción

desde su presencia, haciendo solamente los bocadillos que Jesús


había pedido.
Con frecuencia, pensamos en la voluntad de Dios como algo fijo
e invariable. No recordamos que nosotros tenemos un papel que
desempeñar. El Señor le dijo a Moisés que se quitara del camino
cuando estaba por matar a la gente descarriada que Él había guiado
fuera de Egipto. Entonces, Moisés le recordó al Señor que no era su
pueblo, sino el Pueblo de Dios. No solo eso, él no los había guiado
fuera de Egipto, ¡Dios lo había hecho! El Señor reconoció que estaba
en lo correcto y entonces prometió que no los iba a matar.
Lo asombroso no es tanto que Dios cambiara su pensamiento y
perdonara a Israel. Más bien, era que Él esperaba que Moisés tomara
parte en el plan de su voluntad, y Moisés lo sabía. Abraham fue otro
que comprendió esto. A través de la historia, esos amigos del pacto
parecían tener una percepción común de la expectativa de Dios de
que ellos debían estar involucrados en la demostración de su
voluntad, e incluso influenciar los resultados. Ellos comprendieron
que la responsabilidad recaía sobre sus hombros, que debían tomar
acción ante el Señor para obtener lo que el pueblo necesitaba. Su
voluntad no siempre se enfoca en los sucesos. Se centra en los amigos
que se acercan y entran en su presencia, actuando como sus
delegados.
Cuando eras niño, habrás soñado con que se te otorgaba un
deseo. Salomón obtuvo uno, y su ejemplo elevó para siempre la
norma de nuestras expectativas en la oración. A los discípulos se les
concedió el mismo “deseo”, solo que mejor. En vez de un che que en
blanco, se les otorgó una provisión ilimitada de cheques en blanco, y
ese don les fue otorgado, específicamente, en el contexto de su
amistad con Dios.
Junto con esa promoción a la amistad, Jesús les dio a sus dis-
cípulos una lista de promesas asombrosas. Cada promesa era un

54
cheque en blanco que ellos podían usar a lo largo de sus vidas para la
expansión del Reino. Acá están, con especial énfasis añadido:

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes,


pidan lo que quieran, y se les concederá.
; ' —JUAN 15:7

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a


ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto
que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi
nombre.
—JUAN 15:16

Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré.


— JUAN 14:14

En aquel día ya no me preguntarán nada. Ciertamente les


aseguro que mi Padre les dará todo lo que le pidan en mi
nombre. Hasta ahora ho han pedido nada en mi nombre. Pidan
y recibirán, para que Su alegría sea completa.
. —JUAN 10:23-24

Dios nunca quiso que los creyentes fueran como marionetas. De


hecho, El se hace vulnerable a los deseos de su Pueblo. Es más, puede
decirse: “Si te interesa a ti, le interesa a El”. No es porque nos
necesite, sino porque nos ama.
En la historia de María y Marta, ¿con qué hermana te has
identificado más fácilmente? ¿Cómo el leer este breve capítulo
cambió tu perspectiva sobre el significado y el valor de la
servidumbre frente a la amistad?

Al aceptar tu promoción de amistad con Dios, ¿qué cambios has


notado en lo siguiente?:
En lo que sabes........................................ . ........................................
En tus experiencias............................................................................
En tu función en la vida....................................................................
En tu identidad....................................................................................

¿Qué le has pedido a Dios últimamente? ¿Crees que lo recibirás?


¿Por qué sí o por qué no?
Recuéstate en el corazón de Dios. Sí, puedes escuchar el latido de su
corazón, aun si nunca lo has escuchado antes. Relee la invitación que
les hizo a los discípulos para que se convirtieran en sus amigos y
toma su afirmación de forma personal. Él te incluye a ti también.
Dite a ti mismo: “Soy amigo de Dios”. Luego, dile a El: “Tú me
llamaste tu amigo”. Escribe tu nombre en el espacio en blanco:
“______________________que es amigo de Dios”. Permite que
estas palabras aclaren tu confusión. Ya no eres un siervo. Eres su
amigo. Él lo dice.
No tendrás que probar nada. Sigue recostándote.

57
f C¿írriigosy* colaboradores
POR BILL JOHNSON

L OS siervos no son colaboradores de sus maestros, los amigos sí.


Hoy en día no hay siervos, así que puede ser difícil para noso-
tros entender, pero imagina lo que sería tener personas viviendo en tu
casa que te sirvan y lleven a cabo tu voluntad. Un siervo sabría ciertas
cosas sobre ti, como tus aficiones, lo que te gusta para cenar y a qué
hora quieres el café por las mañanas. Pero un siervo no compartiría
tiempo personal contigo. No te consolaría en tus períodos de tristeza,
tú no invitarías a los siervos a participar de las discusiones sobre
problemas familiares o las decisiones de negocios.
Dios nos elevó de siervos a amigos. Nuestra relación va más allá
de las interacciones empleador-empleado. Él está deseoso de -que
compartamos el desarrollo su trabajo creativo. No es que a El le falten
ideas, es solo que disfruta de nuestra participación.
Y como amigos, nos hace colaboradores con Él (ver 2 Corintios
6:1). La vida cristiana normal es una alianza entre Dios y cada uno de
nosotros, que se desarrolla en la vida cotidiana al convertirnos en una
puerta del cielo, que suelta la manifestación de la “■realidad del
Señor para aquellos que están a nuestro alrededor.
Demasiados cristianos tienen una perspectiva unidimensional ;
sobre esta idea de colaboración. Piensan que es una interacción
..mecánica entre ellos y Dios, en la cual sus voluntades bajan a cero y
la voluntad de Él sobrepasa sus deseos y pensamientos. Ellos se ven
como seres a control remoto, bajo la dirección de un Dios que
se sienta en el cielo y opera los controles principales. Pero eso es
justamente lo opuesto de lo que dice La Biblia. De hecho, nuestras
ideas y deseos tienen una influencia monumental en cómo el Señor
lleva a cabo su plan en este mundo. Nosotros somos colaboradores, lo
que significa que, aparte de Cristo, nuestra obra no es completa y al
mismo tiempo, e increíblemente, su obra en la Tierra no está completa
sin nosotros. Dios nos considera a ti y a mí como contribuidores de lo
que Él está haciendo, no como robots que llevan a cabo sus ideas.
Muchos de nosotros, yo incluido, hemos orado en el pasado
oraciones como la siguiente: “¡Oh Señor, adquiere el control de mi
voluntad!”. Esa es una de las oraciones más tontas que alguien puede
orar. Desvaloriza nuestra voluntad, que es una de las cosas más
grandes que Dios haya creado. Tu voluntad es tan valiosa que Él no
podría violarla, aun al costo de su propio Hijo. Sin una voluntad
independiente, nos convertimos en juguetes programados. Pero con
el libre albedrío, nos enamoramos de Dios y nos convertimos en
colaboradores dispuestos. Y cuando colaboramos con Él, nuestras
ideas pueden, literalmente, cambiar el curso de la historia.
La Biblia nos muestra cómo funciona la colaboración. En la
Creación, el Señor le permitió a Adán que le diera nombres a todos
los animales (ver Génesis 2:19). Los nombres en aquellos días eran
más que lindas etiquetas que se daban para distinguir las criaturas
entre sí. Los nombres indicaban qué tipo de naturaleza expresaría esa
criatura. Dios lo creó todo, Adán añadió su expresión creativa al
darles a los animales ciertas características. Eso es colaboración.
Uno de los ejemplos más extraordinarios de colaboración fue la
edificación del templo, que fue uno de los sucesos más significativos
en La Biblia. Al dedicar el templo, Salomón, el hijo de David dijo:

Bendito sea elSEÑOR, Dios de Israel, que con su mano ha cumplido


Amigos y
colaboradores

¡|jiahora lo que con su boca le había prometido a mi padre David fli


cuando le dijo: “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo •
Israel, no elegí ninguna ciudad de las tribus de Israel para que en fr,
ella se me construyera un templo donde yo habitara, sino que elegí a
David para que gobernara a mi pueblo Israel”. Pues bien, mi pa-
W(' dre David tuvo mucho interés en construir un templo en honor
del ¡f SEÑOR, Dios de Israel.
— i REYES 8:15-17

Dios dijo: “Yo no elegí una ciudad, elegí un hombre y el templo


está en el corazón del hombre”. Es como si hubiera dicho: “El templo
no era mi idea, David era mi idea”. ¡Increíble! La creatividad y los
deseos de David escribieron la historia, porque Dios los había
acogido. Esto es absolutamente ajeno para la mayor parte de nuestra
forma de pensar. Esperamos las instrucciones y trabajamos duro para
suprimir nuestras propias ideas. Pensamos que todo lo que hacemos
para El debe fluir directamente del trono divino y ser llevado a cabo
al pie de la letra, como si proviniera de un manual de instrucciones
celestial.
Esto no es para anular el hecho de que Dios tiene planes e ideas
muy específicos que no tenemos oportunidad de cambiar. Es para
nuestro propio beneficio que dejemos de pensar en esos asuntos
particulares. ¿Y qué son? Solo puedes aprender a través de tu relación
con Él. Por ejemplo, Dios le dijo a David que Él lo había elegido para
ser el rey, y que haría su nombre grande, pero Dios no le había
pedido una casa, y David no era quien la iba a edificar, sino su hijo
(ver 2 de Samuel 7). Él nos da principios del Reino que establecen
nuestros parámetros. Entonces Él dice: “¡Ven!”. “¡Soñemos juntos y
escribamos la historia de la humanidad!”.
Como muchos pastores, enseñé erróneamente que, si nos de-
leitábamos en el Señor, Él cambiaría nuestros deseos, diciéndonos lo
que teníamos que desear. Comprendí mal el concepto bíblico detrás
de este pasaje: “Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu

60
corazón” (Salmo 37:4). Esto literalmente significa que Dios quiere ser
influenciado por lo que tú piensas y sueñas. Él anda tras tus deseos. A
Él le interesa la intimidad contigo. Él se abre a sí mismo a los deseos
de su Pueblo.
A Él le gusta ir de acá para allá contigo, lanzar su idea y esperar
tu respuesta. Incluso Jesús dijo: “A quien tu perdones, yo perdono”.

¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—, Como el Padre me


envió a mí, así yo los envío a ustedes. Acto seguido, sopló sobre
ellos y les dijo:
—Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen sus
pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no
les serán perdonados.
—JUAN 20:21-23

Colaborar es un aspecto importante del ministerio, que muchos


de nosotros simplemente no entendemos, porque una verdadera
amistad con Dios nos es algo muy extraño.

61
rfhnlos para reflexionar

1. Con tu Padre celestial, ¿te sientes más como un siervo o como un


colaborador (amigo)? ¿Por qué?

2. ¿Puedes indicar un momento en tu propia vida cuando te


convertiste en un compañero de Dios, cuando tus deseos in-
fluenciaron el resultado de una situación?

3. Piensa en algo que estés enfrentando en este momento, algo que ya


le has llevado a Dios en oración. ¿Cómo puedes avanzar en una
dirección que te permita colaborar en esa situación?
meditación

Al considerar tu rincón del mundo, ¿qué deseas? La frase: “en la


Tierra como en el cielo” es tu comisión. ¿Dónde quieres que venga el
Reino?
Transforma tus deseos en oraciones. Con tu espíritu (de espíritu
a Espíritu) siente deseos similares a los de tu Salvador, Amigo y
Padre. Analiza tus pensamientos sobre los deseos de tu corazón.
Piérdete en tu amistad con Él. Mira lo que lo conmueve a Él y
permite que ello marque tu rumbo.
Entiende que si Él saca una de tus ideas es solo porque tiene una
mejor en mente. Y Él preferirá mucho más escucharte soñar a que te
acobardes delante de Él preguntándole por tu siguiente tarea.

63
I <Sun/demente hazlo !
POR KEVIN DEDMON

A través de los años, escuché a muchos cristianos exigirles a


x V l o s pastores que les dieran “la carne de La Palabra”. Lo que
quieren decir es que quieren un estudio profundo de La Biblia, que
les dé más conocimiento. Obviamente, debemos aprender las
verdades de La Escritura, que requieren una base de información.
Pero la información (conocimiento) no es la “carne de La Palabra”.
Jesús fue claro en ese punto. El dijo “Mi alimento es hacer la
voluntad del que me envió y terminar su obra..” (Juan 4:34). En el
versículo siguiente exhorta a los discípulos a que abran sus ojos para
ver que los campos están listos para la cosecha (ver Juan 4:35). Quiero
sugerirles que hacer la voluntad de Dios, comer la carne de La
Palabra, no es escuchar a un maestro de La Biblia, sino ir y hacer lo
que esta dice, especialmente cuando se relaciona con el trabajo en los
campos de cosecha.
Santiago resume bien este punto en su epístola cuando instruye:
“No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan
ustedes mismos. Llévenla a la práctica” (Santiago 1:22). Solo esas
palabras se deberían consentir antes de que alguien saltara y dijera:
“¡Hagámoslo!”.
La parte más dura es hacer. Tenemos miedo. Sólo algunos de
nosotros asumimos riesgos de forma natural. La mayoría de nosotros
preferiría negociar una escapatoria para no hacer algo que parece
peligroso.
Pensamos: “En vez de ir, ¿por qué no comenzamos una reunión
de oración en la iglesia para orar por esto? Después de todo, la oración
es poderosa y efectiva, y bastante más segura”.
Creo que necesitamos decidir de antemano tomar riesgos, seguir
adelante y hacer las cosas que creemos que Dios puso delante de
nosotros. Un día estaba liderando una actividad de evangelis- mo cerca
de nuestra iglesia. Nos habíamos dividido en dos equipos a fin de ir a
varias localidades en las que sentíamos iba a haber “citas divinas”. Al
final del tiempo asignado, fuimos al punto de encuentro y juntos nos
dirigimos de vuelta a la iglesia.
Después de esperar en el punto de encuentro durante diez
minutos, supusimos que el otro equipo había quedado atrapado en una
prolongada cita espiritual, por lo que decidí enviar a mis otros dos
compañeros de grupo para que los encontraran, mientras que yo
permanecería en el lugar designado en caso de que vinieran.
Mientras esperaba de pie en el cordón de la calle, vi que venía
hacia mí un hombre joven. A medida que se aproximaba un
pensamiento saltó a mi mente: “Roger”. “¿Es esa una palabra de
conocimiento?”, pensé. Escuché de nuevo: “Roger”.
Decidí arriesgarme y comprobar esta palabra de sabiduría.
Cuando se acercaba por la calle, dije, con toda la confianza que pude
reunir: “Disculpe, pero ¿usted se llama Roger? Esperé que ese fuera su
nombre, lo que conduciría a una cita espiritual increíble.
Con una mirada de desdén, saltó de la acera y dijo: “¡Nooooo!”,
como si yo estuviera tratando de “atraparlo”, y continuó su camino.
Lleno de vergüenza por haberme parecido a algún tipo de predador
pensé en seguirlo para explicarle, pero me di cuenta inmediatamente
de que probablemente eso empeoraría las cosas. Pensé: “Por lo menos
no le dije que Dios me había dicho que su nombre era Roger, por lo
menos no difamé al cristianismo. Solo pensó que yo era un ‘chiflado’”.
Acto seguido pensé: “Muchas gracias, Dios. Acabo de com-
portarme como un tonto porque me arriesgué con una palabra
¡Simplemente
hazlo!

de conocimiento que pensé que me habías dado”. La respuesta que


escuché me sorprendió: “Kevin, yo te di el nombre ‘Roger’”. “¿Qué?
¿A propósito me diste mal el nombre?”, contesté. “Sí, lo hice, porque
quería ver si seguirías arriesgándote a pesar de que !ho obtuviste la
información correcta”. Continuó diciendo que no estaba interesado
en el éxito de la tarea como lo estaba en mi coraje de actuar, más allá
del resultado.
| Sé que esta historia está fuera de lo convencional para muchos í y no
quiero sugerir que el Señor tiene el hábito de dar falsas pa- | labras de
conocimiento para comprobar nuestra determinación. E Pero fue una
lección valiosa para mí darme cuenta de que algunas l veces
interpretaré erróneamente lo que creo que Él dice y algunas f veces
incluso me “pondrá una trampa”, pero de cualquier manera, Él quiere
que salga valientemente en fe. Siempre es mejor hacer algo y
equivocarse que no hacer nada por timidez, f No tenemos que
mantener un cien por ciento de precisión para evitar repercusiones.
Algunos recuerdan las advertencias del Antiguo Testamento y están
preocupados de ser llamados “falsos profetas”. Jesús identificó a los
falsos profetas por el fruto de su carácter, no por la exactitud de sus
palabras (ver Mateo 7:15-20). Un falso profeta también puede tener una
palabra correcta, lo que a la inversa significa que un verdadero profeta
puede tener una palabra equivocada. Por lo tanto, tener una palabra
equivocada no convierte automáticamente a alguien en un falso
profeta. Pablo instruyó a los corintios: “En cuanto a los profetas, que
hablen dos o tres, y que los demás examinen con cuidado lo dicho ” (1
Corintios • 14:29). Si se esperaba que los profetas estuvieran libres de
errores, entonces no habría necesidad de “juzgar” las palabras.
Repito, Dios está más interesado en el nivel de riesgo que
asumimos con un corazón puro para bendecir a aquellos a nuestro
alrededor que en que vayamos a lo seguro.
Al malinterpretar las advertencias sobre los profetas del Antiguo
Testamento, muchos se han asustado por temor de ser
“apedreados” por un error. Esto se aplica a las palabras proféticas, a

66
L
-
testificar y a otras situaciones más. Hay tanto temor a fracasar en los
encuentros que Dios ha preparado para nosotros, que tendemos a
ignorar la responsabilidad más que a asumir el riesgo. Sin riesgo, no
hay recompensa. “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).

67
1. ¿Asumes riesgos por naturaleza? Ya seas un tipo de persona ■
que por naturaleza asume riesgos o alguien que lo hace de forma
ocasional, ¿cómo respondes al estímulo de Kevin de “¡Solo hazlo!”?

2. ¿Cuál es la cosa más inesperada que Dios te pidió alguna vez


que hicieras? ¿Cómo lo manejaste?
o/
feditaeión

Conoces y crees en la verdad de este versículo: “Tu palabra es una


lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero” (Salmo 119:105).
Considera el hecho de que La Palabra de Dios, ya sea como parte de
La Palabra escrita o como su Espíritu que anima una palabra o una
frase para tu espíritu, trae con ella luz para los pasos siguientes. Tu
trabajo no es preocuparte por los detalles, sino únicamente mover tu
pie, uno a la vez, paso a paso.
¿Tienes tendencia a dudar antes de llevar a cabo su Palabra?
Habla con El sobre ello. El Señor ha esperado una oportunidad para
hacerlo, por tu beneficio y por el de Él. Él ya está encendi endo las
luces para ti. '

69
terapia de Jídiz
POR KEVIN DEDMON

E n la última temporada de esquíame encontraba junto a un


hombre de 30 años en una aerosilla que subía hacia el área para
esquiar. En el camino hacia la cima de la montaña, me di cuenta de
que hacía un gesto de dolor. Me explicó que unos días antes lo había
picado dos veces una araña solitaria marrón, una vez en el lado
izquierdo de su pecho y la otra en la parte de atrás de su hombro
izquierdo. Las mordeduras habían causado que el lado izquierdo de
su cuerpo estuviera de alguna forma paralizado, mientras que al
mismo tiempo se retorcía de dolor.
Había descendido de la montaña una vez y se había dado cuenta
de que apenas podía esquiar debido a los efectos debilitantes del
veneno de la araña. Planeó ascender una vez más para comprobar si
podía superar la rigidez, pero el dolor se había incrementado tanto
por el esfuerzo físico de la primera carrera que ahora le preocupaba
no poder descender de la montaña por segunda vez.
Le pregunté qué había hecho para tratar los síntomas. Me , contó
que su esposa lo había forzado a ir a un “terapeuta de luz”, que había
alumbrado las áreas inflamadas con ciertos tipos de luz ultravioleta.
Le pregunté: “¿Qué resultados obtuvo?”. A lo que él respondió: “¡No
muy buenos!”. Después me explicó que esa “terapia de luz” era,
aparentemente, la única esperanza que tenía para tratar los marcados
síntomas, pero que había recibido varias sesiones de tratamiento sin
cambios notables en su condición.
De modo casual, le mencioné que yo tenía acceso a una luz más
poderosa que podía encargarse de sus problemas. Eso llamó su
atención. Me preguntó a qué tipo de luz me refería. Le respondí: “Es
la Luz del mundo, Jesús, El puede sanarte aquí mismo, ahora
mismo”. Me explicó que nunca creyó en Jesús, pero accedió a que
orara por él mientras nos dirigíamos hacia la cima de la montaña en
la aerosilla.
Por lo que simplemente liberé la luz de la presencia de Jesucristo
sobre él en una oración muy breve, sin tocarlo, y luego le pedí que
me dijera qué sentía. Para su sorpresa, todo el dolor había dejado su
cuerpo por completo.
Estaba tan entusiasmado sobre los cambios que ocurrieron que
comenzó a preguntar acerca de mi creencia en Cristo. Después de
responderle rápidamente algunas preguntas, me dijo que siempre
había pensado que el cristianismo era solo otra filosofía, no una
relación con un Dios viviente. En pocas palabras, le expliqué que él
también podía tener una relación personal con Jesús y que él podría
sentir su presencia en cualquier momento que quisiera. A ello, solo
respondió que ya había sentido la presencia en todo su ser y que todo
eso era nuevo para él.
Como sabía que tenía poco tiempo antes de que llegáramos a la
cima de montaña, le pregunté sobre la insensibilidad en sus
músculos. Se estiró un poco y me dijo que todavía no había cambios.
Sobre la base de su respuesta, le pregunté si quería otra sesión de
“terapia de luz”, a lo que accedió rápidamente.
Una vez más, liberé la presencia de Dios con una oración simple
y corta, y luego le pregunté cómo se sentía. Con una mirada de
asombro en su rostro, exclamó que la insensibilidad se había ido.
“Pero espere un minuto”, dijo, “deje que me baje de la silla para
verificarlo”, como si yo hubiera usado un hechizo para lograr que
temporariamente pensara que estaba sano. Sin embargo, era obvio
que había sido sacudido por el encuentro con la presencia del
Señorque rodeaba la aerosilla, lo que lo ljevó
Terapia de
Luz

a hacerme más preguntas. Respondí a algunas de ellas y luego lo


bendije, al bajar del viaje.
Me dirigí hacia mi esposa e hija, que estaban en la aerosi- 11a
frente a nosotros y las ayudé con los deslizadores de nieve. En medio
de lo que hacíamos, el hombre se acercó para decirme que todo el
dolor y el entumecimiento se habían ido. No le dolía nada en
ninguna parte y ahora sentía la zona izquierda de su cuerpo tanto
como la derecha. Estaba tan entusiasmado que gritó un fuerte
“¡Gracias!” y luego descendió como si estuviera en una competencia.
Estoy seguro de que tuvo una larga conversación con su esposa
esa noche sobre la otra “terapia de luz” que había tenido ese día.
Todo lo que tuve que hacer fue prestar atención a una necesidad
y arriesgarme a satisfacerla con el poder de Dios. Pienso que muchos
creyentes se sienten intimidados por la idea de ministrar en el poder
sobrenatural del Señor, porque no sienten que tienen la habilidad
suficiente para liberar, con confianza, el Reino. Sin embargo, quiero
plantear que todos los creyentes poseen el potencial para operar de
esta manera, si quieren. Cada creyente tiene la habilidad potencial de
sanar a los enfermos, de profetizar y de liberar a las personas. Sé que
muchos de nosotros no somos conscientes de que estamos ungidos
más allá de nuestra habilidad como discípulos de Jesús.
Jesús oró al Padre sobre sus discípulos: “ Como tú me enviaste al
mundo, yo los envío también al mundo” (Juan 17:18). Después de la
resurrección, Jesús les informó a los discípulos: “... Como el Padre me
envió a mí, así yo los envío a ustedes” (Juan 20:21). Fuimos enviados a
hacer las mismas cosas que hizo Jesús: proclamar libertad a los
cautivos, dar vista a los ciegos, liberar a los oprimidos, y pregonar el
año del favor del Señor (ver Lucas 4:18-19).
En otras palabras, debemos liberar el Reino adonde quiera que
vayamos y a cualquiera con quien nos encontremos. Esa fue su
misión y es la nuestra también.

72
Juntos para reflexionar

1. ¿Alguna vez viviste una experiencia como esta? Si lo has hecho,


¿cómo fue? ¿Qué aprendiste de la experiencia? Si no has tenido
una experiencia semejante, ¿por qué crees que no la tuviste?
¿Supones que tales experiencias son para “otra gente”? ¿Qué te
ayudará a entrar en la plenitud de tu llamado como un discípulo
de Jesús?

2. ¿Cómo piensas que a Dios le gustaría usar la combinación


individual de tus dones, características e intereses? ¿Dónde
quiere Dios que liberes su Reino?
En tu mente, piensa en los lugares a los que fuiste ayer y hoy, y en las
personas que viste. Quizás, mientras lees estas líneas, estás en un
lugar con otras personas.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a ver con sus ojos. Él te ■ha
puesto en el lugar al que vas por una razón. Fíjate si puedes
identificar su amada dirección y si puedes liberar más de su Reino.
Incluso, si no da como resultado milagros asombrosos, al menos
puedes traer la bendición de Dios a aquellos que encuentres y
aprender más sobre ser su líder.
¿Cómo puedes preparar tus expectativas para mañana? Si te
responsabilizas por las necesidades a tu alrededor, Dios se revelará a
sí mismo a aquellos a quienes tocas en su nombre.
I ’\a¡r bajo la ¡nfhieneia
P O R B I L L J O H N S O N

E l propósito de las admirables historias de Dios es que nos


acerquemos más a la apasionante búsqueda de su presencia. Su
propósito es atraernos para que vivamos bajo la influenc ia de su
presencia más que a que vivamos simplemente obedeciendo sus
principios. Nos llama hacia El por medio de su bondad y es esta
bondad la que nos lleva al arrepentimiento.
Experimentar el perdón completo y obtener la renovación de
nuestra mente da como resultado afecto e intimidad.
Ese es el fundamento para las actuales experiencias del Reino. El
Reino de Dios y la presencia de Dios son inseparables.
Nosotros tenemos muchos dones espirituales, pero por lo general
permanecen en estado embrionario. No es que no tengan un propósito
o efecto presente. Sí lo tienen. Es tan probable que una persona vea
sanar un cáncer en su primer o segundo milagro de sanidad como que
vea la sanidad de un simple dolor de cabeza. La medida de fe más
pequeña puede mover una montaña. Por em brionaria, quiero
sencillamente decir que estos dones están vivos, pero que son
pequeños y no están completamente desarrollados. El Señor quiere
que los enciendas en llamas y que maduren. Los dones son gratuitos,
pero la madurez es costosa.
Tan cierto como esto es que hay momentos en que los dones del
Señor explotan y maduran mucho a través de un sencillo acto de
osadía. En otras palabras, lo que creíamos que iba a llevar años en
crecer algunas veces lo hace en un instante. Pero el clima
debe ser el adecuado: uno de gran fe y valentía. Eso es lo que le
sucedió a Pablo.
Cuando Saulo comenzó a servir a Cristo, era el aliado menos
conocido de Bernabé, “un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo
y de fe" (Hechos 11:24). Lucas identificó al equipo como “Bernabé y
Saulo”. Pero llegó un día en el que eso cambió.
Un hechicero llamado Elimas se les oponía para así socavar la
obra del Evangelio y engañar a los potenciales convertidos. Pablo
recibió denuedo del Espíritu Santo:

Pero Elimas el hechicero (que es lo que significa su nombre) se les


oponía y procuraba apartar de la fe al gobernador. Entonces Saulo, o
sea Pablo, lleno del Espíritu Santo, clavó los ojos en Elimas y le dijo:
“¡Hijo del diablo y enemigo de toda justicia, lleno de todo tipo de
engaño y defraude! ¿Nunca dejarás de torcer los caminos rectos del
Señor?Ahora la mano del Señor está contra ti; vas a quedarte ciego y
por algún tiempo no podrás ver la luz del sol”.
Al instante cayeron sobre él sombra y oscuridad, y comenzó a buscar
a tientas quien lo llevara de la mano.
— H E C H O S 13: 8-11

Por medio de un acto de denuedo, Saulo ayudó a crear la


atmósfera para que se soltara el crecimiento en su vida. Poco des pués,
y desde ese momento en adelante, Lucas menciona al dúo apostólico
como “Pablo y Bernabé”.
Todo lo que hizo falta para liberar el potencial que había esta do
durmiendo en Pablo fue valentía. El denuedo se convirtió en el
ingrediente catalizador que liberó el crecimiento inmediato. ¿No es
asombroso cómo Pablo sacó de su propio testimonio para esta
manifestación del Reino? El mismo había recibido una reprensión de
Jesús que resultó en una ceguera temporaria. El ya había visto aquel
milagro y sabía que Dios lo haría otra vez.
Vivir bajo la
influencia

Los dones en nuestro interior esperan a que se produzca un


cambio en nuestro corazón. Eso sucede cuando el mundo inter no de
nuestro espíritu se levanta para hacer frente al desafío del mundo
externo. En cierta forma, esto significa que todo creyente es un líder.
No todos tienen una posición con un título de liderazgo, pero
todos lideran. De hecho, viene el día en el que las naciones del mundo
se dirigirán al Pueblo de Dios para oír lo que Dios dice (ver Miqueas
4:2 e Isaías 2:2-3).
Jesús nos enseñó que debería ser algo natural para todos los
creyentes conocer su voz, así sería igual de natural poder decirle a
otros lo que El dice. El autor de Hebreos confirmó la tarea de
liderazgo para todos los cristianos cuando dijo: "... ya deberían ser
maestros...” (Hebreos 5:12).
El mismo Espíritu Santo le ha sido dado a todo creyente, haciendo
posible que cada uno tenga un papel significativo para traer
transformación a los individuos, las ciudades y las naciones.
Siempre habrá generales en el ejército. Pero un soldado raso en el
Nuevo Testamento tiene acceso a más autoridad que la que tuvo
cualquiera de los generales del Antiguo Testamento. Jesús remarca el
punto cuando dice: "... el más pequeño en el reino de los cielos es más
grande que él [Juan]” (Mateo 11:11).
Cuando cada uno de nosotros reconoce tener ese tipo de in -
fluencia, eso cambia nuestras prioridades y la forma en que apren -
demos, lo que pensamos que necesitamos aprender y cómo mane -
jamos los desafíos que se presentan en nuestro camino.
Es interesante notar, sin embargo, que nuestra mayor res -
ponsabilidad como líderes no tiene nada que ver con el liderazgo.
Tiene que ver con obedecer. Yo estoy diseñado para vivir bajo la
influencia del Rey y de su Reino, y debo asegurarme de que las cosas
correctas hagan un impacto en mí, para que el impacto que yo
produzca en el mundo a mi alrededor sea el que Dios quiere.

78
Ser testigo de milagros sobrenaturales produce una influencia
pronunciada en el alma y espíritu de una persona. El resultado es
maravilloso: los acerca a Aquel que realiza maravillas. A la inversa,
cuando las intervenciones sobrenaturales de Dios no ocurren o son
raras, las personas tienden a apartarse de Él. Mira lo que le sucedió a
Israel (ver Jueces 2:7,10,12; Josué 24:31). La exposición a las obras
sobrenaturales del Señor cambia la capacidad de los líderes para
liderar y, por consiguiente, cambia la disposición del Pueblo de Dios
a seguirlo.
Tal exposición es el equivalente a un cambio espiritual de ADN.
El Pueblo de Dios heredó un corazón para Él a través de la influencia
del líder. Los líderes crean una atmósfera, ya sea buena o mala. Los
verdaderos líderes espirituales son aquellos que tienen su sistema de
clima espiritual centrado en el cielo, que impregna su ámbito de
influencia y autoridad.
^Punios para reflexionar

1. ¿Te consideras un líder? ¿Por qué sí o por qué no? ¿Te ha dado este
breve capítulo una perspectiva nueva? ¿Qué puedes hacer de
forma diferente?

2. ¿Qué significa decir: “Los dones son gratuitos, pero la madu re/ es
costosa”?

3. ¿Quién ha “sembrado” en tu vida? ¿En quién estás sembran do?


¿A quién influencias con el cielo que llevas contigo y cómo se
expresa esa influencia?
Meditación

Tú serás muy influenciado por tu experiencia de la autoridad del


Señor expresada a través de otros, para bien o para mal. En au sencia
de experiencias sobrenaturales de Dios, durante los largos años de su
deambular por el desierto, una generación completa creció sin
brújula. Solo habían oído de sus maravillas, entonces se rebelaron.
La reducción del cristianismo a lo que es humanamente posi ble
es la responsable de la condición de insensibilidad de corazón de
muchas generaciones a lo largo de la historia.
La enseñanza moral, aunque es absolutamente necesaria, rara vez
enciende el fuego en los corazones de aquellos que quizás ten gan que
“aceptar la responsabilidad” por un propósito eterno.
La iglesia a la que perteneces nunca estuvo destinada a ser
conocida por sus disciplinas. Tú y los otros creyentes están desti nados
a ser conocidos por el apasionamiento y el cielo que traen a la Tierra.

81
P O R B E N I J O H N S O N

C uando cualquiera de nosotros va a la presencia de Dios y tie ne


acceso al Reino de los cielos, nos colocamos en la posición de
obtener grandes logros. En esos momentos, veo rostros, lugares y
situaciones en mi imaginación. A menudo, siento como .i el Señor me
mostrara cosas sobre las que necesito pensar y meditar, de la misma
forma en la que una gallina empolla sus huevos. Génesis 1:1-2 dice:
“...La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo.
Y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las
aguas”. El se movía sobre el mundo para dar vida a su voluntad.
Para ser honesto, la mayoría del tiempo no doy vueltas, solo estoy
de acuerdo. Yo estoy de acuerdo con los planes que el Señor ya tiene
para la vida de las personas, de las regiones y del mundo. “Sí, Dios,
haz esto”. “Ve allí, Padre”. “Gracias, Espíritu Santo”. Cuando oro de
esa manera, siento que lo hago desde el corazón de Dios y que estoy
llamando a la existencia los deseos que ya están en su corazón.
Una de las cosas sobre las que tenemos que tener cuidado es de
presentarnos delante de Dios con nuestros propios planes. Si vamos
ante el Señor y ya tenemos una idea de lo que nosotros queremos
hacer, nos cerramos a recibir de Dios y a hablar con El sobre aquello
que podría querer hacer en el momento. De he cho, puede ser que
quiera hacer algo completamente diferente. Es como si esposáramos a
Dios.
A menudo, cuando las personas me piden que ore por ellas,
vienen con un objetivo o una idea de lo que quieren pedirle a Dios
que haga. Algunas veces, sus peticiones no están en los propósitos del
Señor para ese tiempo. Debemos aprender a ser sensibles y a
movernos con el Espíritu Santo. Debemos escuchar el latir del corazón
de Dios y no siempre presentarle nuestras ideas como si fueran
reclamos. No se trata de si las prioridades están bien o mal, sino de
pasar tiempo con El y descansar en su presencia.
Lo asombroso para mí es que Dios está esperando que nos
relacionemos con El. Anhela que veamos su mundo, que examine mos
esa área gloriosa de su Reino. Quiere que nos asociemos con El para el
avance espiritual. El sí de Dios junto con nuestro sí es lo que trae
progresos en la oración.
Siempre me asombra que el Señor escogiera tenernos por
compañeros a nosotros. Pero al mismo tiempo, tiene todo el sen tido
del mundo que Dios quiera que nos unamos a El para hacer historia.
Después de todo, somos sus hijos. El es un Dios grande y
todopoderoso, y un Padre amoroso y comprensivo que, aunque
parezca increíble, quiere involucrarse en nuestras vidas y quiere que
nosotros nos involucremos en su Reino. El quiere que ayude mos a
construir su Reino acá en la Tierra.
Algunos de nuestros actos proféticos vienen directamente del
Señor. Pero pienso que algunas de las cosas que hacemos son bue nas
ideas que el Padre aprueba. En La Biblia dice que Dios escogió a
David y que estaba en el corazón de David construir un templo para
el Señor (ver 1 Reyes 8:16-17). Luego dice que Dios le dijo: “Me
agrada que te hayas interesado en construir un templo en mi ho-
nor” (v. 18). El Señor escuchó a un hombre que sabía que diría sí y
Dios dijo sí a las ideas de David. Todo lo demás es historia.
Cuando nuestra hija Leah esperaba su primer bebé, preguntó, con
el permiso de su marido, si yo podía ser su instructora de par tos. Yo
tuve tres hijos por parto natural y ella me dijo: “Tú eres la
profesional, mamá”. Fue un honor para mí.
Inspirar sus
deseos

Dios siempre penetra en nuestro mundo natural y nos mues tra el


reino espiritual. Eso fue lo que pasó en esa experiencia con mi hija. En
un alumbramiento natural, puedes invitar a amigos y familiares a la
sala de parto. Nuestra hija es una persona muy so ciable y le gustaba
tener a esos amigos y familiares con ella hasta la hora del parto. Como
sabrás, hacia el final del nacimiento, hay un momento que es el de
mayor intensidad. Tienes que concentrarte al máximo para superar las
contracciones. Cada vez que comenza ba una contracción, soltábamos
paz sobre Leah y entonces toda su atención se concentraba en mí, para
oír mis instrucciones.
Uno de nuestros amigos entró al cuarto en uno de esos mo mentos
y comenzó a hablar, sin prestar atención a la intensidad de lo que
estaba sucediendo. Pero Leah parecía estar bien. Después del
alumbramiento, le pregunté respecto de las distracciones en la
habitación. Me dijo que realmente no se había dado cuenta de ello, ya
que estaba muy concentrada en escuchar mi voz y en lo que le decía
que hiciera. Al decirme eso, tuve una revelación sobre la intercesión.
Cuando Dios nos da estrategias para orar, nos concentramos tanto en
su voz que no nos distraemos. Nada puede alejarnos de su voz. Hubo
tiempos durante el parto en el que mi hija y yo nos mirábamos a los
ojos. Ella obtenía energía al hacerlo. Había una intensidad o
determinación en mis ojos que ella tomó y que le permitió seguir
adelante.
Hay momentos en nuestra vida en los que debemos permane cer
así de cerca de Dios, aferrándonos a sus palabras y su visión. Podemos
estar seguros de que cuando el Señor nos da ideas y es trategias y lo
miramos a El para entender cómo orar, el nacimiento o progreso
vendrá después. Cuando estamos así de concentrados en Dios, todo lo
que tenemos que hacer es ponernos de acuerdo con El y asociarnos
por aquello que ya está en su corazón. No se requiere agenda.

84
^Punto* para reflexionar

1. Piensa en tu oración intercesora. ¿Sientes que te has “aso ciado”


con Dios algunas veces? ¿Qué has aprendido sobre
concentrarte en Él?

1. ¿Cuál es la diferencia entre llevarle a Dios tu propia agenda ya


preparada y acercarle una de tus ideas con las que Él está de
acuerdo?

1. ¿De qué forma has visto resultados por estar de acuerdo con la
agenda de Dios?
QtiledUaeión

Aquieta tu corazón y tu mente de modo que te puedas acercar a Dios.


En beneficio de la oración efectiva, fíjate si puedes detectar el “latido”
de su corazón. Si puedes hacerlo, ora alineado con las intenciones de
su corazón. Si no puedes, háblale de ello. Pídele que sea tu
“instructor”. Pídele que te muestre cómo centrarte en El y cómo
eliminar las distracciones.
No te concentres tanto en los resultados como en El. Sus res -
puestas a tus oraciones siempre serán perfectas y mucho mejor de lo
que tú podrías especificar desde tu propia perspectiva limitada.
El sí de Dios y tu sí a El es todo lo que se necesita.
.
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¿Dios siempre habla
P O R K R I S V A L L O T T O N

E l Señor está más determinado y entusiasmado por hablarnos de


lo que nosotros estamos por escucharlo. Debemos darnos cuenta
de que Dios siempre habla, pero Él no es humano y su pi i mera
lengua ¡no es la nuestra! Si podemos comprende! esl.i reve lación y
damos cuenta de que la mayoría de nosotros no sabe qué tan bien
vemos u oímos al Señor, podemos comenzar a “sintonizai nuestros
aparatos receptores en su emisora”.
No importa dónde te encuentres en este momento, hay música
tocando alrededor de ti (incluso si no puedes oírla). Con solo encender
una radio, captarás la música que ha estado allí todo el tiempo. Tu
cuerpo y tus oídos no fueron diseñados para que per cibieras ondas
radiales.
De forma similar, la voz de Dios está siempre a tu alrededor, solo
necesitas aprender a “sintonizar” su longitud de onda. Para hacer eso,
necesitas el don de la profecía, el cual te equipará para acceder al reino
espiritual que te rodea, aun cuando no puedes oírlo con tu oído
natural. El don de profecía es como un receptor radial del cielo. Te da
la habilidad de escuchar lo que Él te ha estado diciendo durante todo el
tiempo, pero que no has podido escuchar antes de que supieras sobre
ese don.
La mayoría de nosotros lucha por escuchar la voz de Dios, porque
el enemigo no quiere que lo hagamos. Jesús explicó lo que sucede muy
a menudo cuando el Señor habla y nosotros dudamos de lo que oímos:
El sembrador siembra la palabra. Algunos son como lo sembrado
junto al camino, donde se siembra la palabra. Tan pronto como la
oyen, viene Satanás y les quita la palabra sembrada en ellos.
—MARCOS 4:14-15

El objetivo de Satanás es evitar que recibamos o que nos trans -


mitamos los unos a los otros el consuelo y aliento de Dios a través de
palabra profética. El diablo se acerca y trata de convencernos de que no
hemos oído al Señor con claridad o de que la voz que oímos no era la
voz de Dios. Si el enemigo puede persuadirnos de que la palabra dicha
a nosotros no era de El, entonces puede robarnos los beneficios de esa
palabra. Si él puede convencernos de que no hablemos la palabra del
Señor, haciéndonos sentir ridículos o persuadiéndonos de que era solo
nuestra imaginación y no una palabra profética, entonces ha tenido
éxito en robar el fruto de la Palabra de Dios de la vida de alguien más.
A medida que aprendemos a sintonizar la voz del Espíritu San to,
debemos darnos cuenta de que no toda voz que nos habla desde el
reino espiritual proviene de Dios. Juan escribió esta advertencia:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si
son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo” (1 Juan 4:1, RVR60). Este pasaje deja en claro que nosotros
(los amados) somos muy capaces de escuchar a otros espíritus que no
sean el Espíritu Santo, por lo que debemos tener cuidado de no
escuchar al espíritu incorrecto, para no convertirnos en falsos profetas.
La práctica hace al maestro. Con experiencia, cada uno de nosotros
puede aprender a distinguir entre las cuatro fuentes po sibles de
información espiritual:

1. Tu propio espíritu. Cada uno de nosotros es un espíritu que


tiene un alma y un cuerpo. Cuando naces de nue vo, tu
espíritu revive y hace que puedas escuchar al reino
Dios siempre
habla

espiritual, como tu “receptor”, pero también puede generar


sus propias “señales”.
2. El Espíritu Santo. Tú quieres oír su voz, aun si apenas es
perceptible algunas veces.
3. Los espíritus malignos. Los espíritus del reino del mal pueden
hablarle a los cristianos tal y como le hablaron a Jesús cuando
El se encontró con el demonio en el desierto.
4. Los ángeles. De acuerdo con Elebreos uno, esos son espíritus
que son enviados a brindar servicio a los santos. Ellos te
pueden hablar acerca de las cosas de Dios.

Al dar un paso de fe, ganarás experiencia, tratando de escu char al


Espíritu Santo. No puedes crecer en los dones del Espíritu sin cometer
errores.
La Biblia dice: “Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de
un profeta, recibirá recompensa de profeta ” (Mateo 10:41). ¿Cuál es la
recompensa de un profeta? La habilidad de ver y escuchar La Palabra.
Todo el que aprecia a Jesús como profeta y recibe las palabras que Él
habla, recibió la habilidad de ver y escuchar. Una gracia que abre ojos
y oídos se suelta con sus palabras.
Estimar La Palabra del Señor significa que dedicamos tiempo a
escucharlo. Moisés caminó más allá de la zarza que ardía en el desierto
y no escuchó nada hasta que se detuvo y se apartó (Éxodo 3:2-4). En el
mismo sentido, nosotros tenemos que apartar tiem po para buscar a
Dios de forma diligente a fin de oírlo.

Pero si desde allí buscas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma, lo encontrarás.
— DEUTERONOMIO 4:29

El SEÑOR recorre con su mirada toda la tierra, y está listo para ayudar a
quienes le son fieles... •

—2 CRÓNICAS 16:9

90
Incluso si Dios hablara de forma audible desde el cielo, algunas
personas solo oirían el sonido de un trueno (ver Juan 12:28-29). La
diferencia entre ser sordo y oír no es cuán fuerte habla Dios, sino cuán
abiertos estamos a escucharlo hablar.
Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me
siguen” (Juan 10:27). Moisés dijo: “... /Cómo quisiera que todo el pueblo
del SEÑOR profetizara, y que el SEÑOR pusiera su Espíritu en todos
ellos!” (Números 11:29). El conocimiento es poder. Dios no quiere que
los orgullosos sean los poderosos en su Reino. Por lo tanto, Él esconde
su Palabra para que solo el hambriento y el hu milde tengan acceso a su
voz (ver Lucas 10:21).
La profecía, en su forma más simple, es simplemente oír al
Espíritu Santo y repetir lo que Él ha dicho.
Plantos para reflexionar

1. Fíjate si puedes dar ejemplos propios de haber escuchado: (1) la voz


de tu propio espíritu, (2) la voz de un espíritu maligno, (3) la voz
de un ángel, (4) la voz del Espíritu Santo. ¿Cómo puedes
diferenciar las fuentes de lo que has escuchado?

2. Anota algunas de las razones por las que a veces no escuchas la voz
de Dios. ¿Qué puedes hacer al respecto?

3. ¿Cuál es la forma más frecuente en la que Dios te habla per -


sonalmente?
■*)Jedit ación

Cultivar un corazón puro es de vital importancia para comunicar se con


Dios. Solo el de corazón puro verá a Dios. “Dichosos los de corazón
limpio, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8). Tómate un tiempo
para pedirle al Señor que escudriñe tu corazón. Permítele que cultive
la tierra, así las semillas de sus palabras tendrán un lu gar en el que
crecer. Con la humildad y el anhelo espiritual como tus guías, dale más
de tu confianza.

93
Carácter con poder
P O R B I L L J O H N S O N

M uchos creyentes hicieron que la meta más importante en la


vida fuera ser ciudadanos muy respetables en sus comuni-
dades. El buen carácter nos permite ser contribuyentes íntegros en la
sociedad, pero la mayoría de aquello que se reconoce como un estilo de
vida cristiana lo pueden lograr personas que ni siquiera conocen a
Dios.
Cada creyente debe ser muy respetado, y más. Mientras que el
buen carácter esté en el centro de todo lo que hagamos, seguiremos
siendo reconocidos en el mundo solamente como gente buena, hasta
que la Iglesia regrese al modelo de Jesús para una vida del Reino.
Algunos cristianos consideran que es más noble elegir el ca rácter
por sobre el poder espiritual. Pero nosotros no debemos separarlos. De
hecho, hacerlo es injustificable e ilegítimo. Solo juntos, carácter y
poder, permiten la respuesta clave, que es la obediencia.
Una vez, mientras enseñaba a un grupo de estudiantes so bre la
importancia de las señales y las maravillas en el ministerio evangelista,
un hombre joven dijo: “Buscaré las señales y las ma ravillas cuando
tenga más del carácter de Cristo en mí”. Aunque eso suene muy bien,
proviene de una mente religiosa y no de un corazón entregado al
Evangelio de Jesucristo. En respuesta al co mentario del alumno, abrí
mi Biblia y leí la comisión del Señor a los discípulos:
... Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto,
vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a
obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que
estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
—MATEO 28:18-20

Entonces le pregunté: “¿Quién te dio el derecho a determinar


cuándo estás listo para obedecer su mandamiento?”.
El carácter se forma a través de la obediencia. La obediencia es
hacer lo que Jesús nos dijo que hiciéramos. El le ordenó a sus
discípulos que fueran y enseñaran las cosas que les había enseñado a
ellos, y parte de lo que les enseñó fue cómo hacer milagros y prodigios.
El les había ordenado: “Sanen a los enfermos, resuciten a los
muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra,
expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo
gratuitamente” (Mateo 10:8). Parte de un carácter santo es la
obediencia a los mandamientos de Jesús, a todos ellos.
¿Será posible que la razón por la que vemos tan pocos mila gros en
Estados Unidos sea porque demasiadas personas piensan que tienen
que llegar a ser mejores cristianos antes de que Dios pueda usarlos? ¡Sí!
Esa sencilla mentira nos ha mantenido en una inmadurez permanente,
porque nos protege de los encuentros de poder que podrían
transformarnos. Tomamos a nuestros convertidos y los educamos y
educamos hasta que ya no queda vida, ni visión, ni ingenio. En cambio,
deberíamos estar enseñándoles a caminar en su identidad como agentes
de cambio del mundo, a ser personas que puedan encontrar múltiples
oportunidades de servir a causa de su carácter, pasión y poder
espiritual.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento están llenos de
grandes ejemplos de personas que tenían poder y estaban ungidas para
misiones sobrenaturales. No siempre esas personas manifes taron
madurez en sus rasgos de carácter, pero llegaron a ser todo
Carácter con
poder

lo que Dios quería que fueran. El rey Saúl es un buen rj(


Dios le habló y le dijo que el Espíritu del Señor iría sobre e l | U I , I
convertirlo en “una nueva persona” (ver 1 Samuel 10:6). Entorn e%,
“Dios le cambió el corazón” (v. 9) y él comenzó a “profetizar junio con
los profetas” (v. 11).
Tengo un querido amigo con un gran defecto de carácter que
cspiritualmente lo imposibilitó a él y a su familia durante un tiem po.
Sin embargo, durante ese tiempo, aun tenía una fuerte unción profética.
No fue la primera persona que pensó que su exitoso ministerio era una
señal de que Dios aprobaba su vida privada.
Sentí un fuerte sentido de responsabilidad de disciplinarlo, por el
bien de su iglesia, mi iglesia y los lugares en los que él minis traba. Lo
confronté con su pecado secreto y él lloró con profundo pesar. Aceptó
mi guía como algo necesario cuando le dije que de jara de profetizar
durante un tiempo. Pero después de varios meses, la historia de Saúl
retornaba a mi mente y eso me perturbaba. Me di cuenta de que si no le
permitía a mi amigo ministrar bajo la unción que Dios le había dado,
limitaría su exposición a aquello que sellaría y establecería su victoria
sobre el pecado.
Cuando le permití profetizar otra vez, había una nueva pureza y
poder en su voz. Su encuentro personal con la unción en el mi nisterio
lo había convertido en “una nueva persona”.
No te equivoques, el carácter es un asunto supremo para Dios.
Pero su enfoque es muy diferente al de nosotros. Su rectitud y carácter
no pueden edificarse en nosotros por nuestros propios esfuerzos. Solo
puede desarrollarse cuando dejamos de afanar nos y aprendemos a
entregarnos completamente a su voluntad. Como los discípulos,
necesitamos esperar por “poder de lo alto” (Lucas 24:49), pero cuando lo
recibimos, debemos propagarlo, no ocultarlo.
¿Por qué tenemos tanto temor a equivocarnos y somos tan
cautelosos en experimentar a Dios? Por supuesto, muchos grupos
engañados han venido de aquellos que basaron sus creencias en
experiencias que estaban en conflicto con Las Escrituras. Pero eso no

96
debe llevarnos a los campos doctrinalmente estables que no tienen
poder. No queremos ocultar nuestros dones y decirle al Maestro cuando
venga que teníamos temor a estar equivocados (ver Mateo 25).
En la cruz, el pecado y su naturaleza fueron arrancados de raíz.
Está terminado. En vez de pedirle a Dios más poder para vivir en
victoria, yo pediría poder y audacia para obedecer sus mandamientos y
hacer milagros. Necesitamos asegurarnos de que no estamos
acampando en el lado equivocado de la cruz.
El poder y el carácter están tan próximamente alineados a Las
Escrituras que no puedes ser débil en uno sin minar al otro.

97
míos para reflexionar

1. ¿Qué parte de este breve capítulo sobresalió para ti como si


tuviera una aplicación personal? ¿Cómo afecta tus supo -
siciones?

2. ¿Conoces a alguien que dé evidencia tanto de un buen ca rácter


como de poderosos dones espirituales? ¿Cómo era esa persona
hace años y cómo creció para llegar a ser más como Jesús?

3. ¿De qué lado de la cruz estás “acampando”?


Tu relación con el Espíritu Santo te asegurará que tu carácter y tu
poder espiritual vayan de la mano. El mandamiento “No agravien al
Espíritu Santo de Dios...” (Efesios 4:30) está centrado en el carácter.
Cuando te alejas del carácter de Cristo por culpa del pecado, por hacer
cosas malas o por dejar de hacer las correctas, traes aflicción al Espíritu
Santo. El mandamiento “No apaguen el Espíritu” (1 Tesalonicenses
5:19) se refiere a la obediencia a su liderazgo. Apagar significa detener
el fluir de su poder.
Reflexiona sobre un período en el que hayas justificado tus
decisiones y acciones en formas que apagaron o contristaron al
Espíritu de Dios. Vuélvete a El en oración y dile lo que quieres hacer
de ahora en adelante.

99
Crecimiento del r*t^eino
P O R B A N N I N G L I E B S C H E R

L as señales, los milagros, las sanidades y las profecías están, otra


vez, recuperándose dentro de la Iglesia, y se evidencian
regularmente, no solo en las cruzadas, sino también en la villa cotidiana,
tanto dentro como fuera de las paredes de la iglesia. Y ello no solo está
sucediendo a través de las manos de aquellos en el ministerio
profesional. Ocupadas mamás, gente de negocios, maestras, niños y
muchos otros están dando testimonio de que La Palabra se manifiesta en
su vida cotidiana.
Durante años, primordialmente oímos este tipo de testimonios de
los misioneros y predicadores itinerantes y nos regocijába mos con ellos.
Pero ahora no son solo historias de países del tercer mundo, el
Evangelio completo del Reino se predica con señales y milagros en las
naciones de Occidente.
Si el avivamiento mundial y el crecimiento del Reino que tie nen
lugar en este momento terminaran hoy, igual pasarían a la historia como
el avivamiento de mayor alcance y de mayor rapidez de todos los
tiempos. Sin embargo, lo que es más emocionante es que ¡solo estamos
en las primeras etapas de lo que Dios se propone hacer! El está decidido
a darle a su Hijo lo que pide: las naciones de la Tierra como su herencia
(ver Salmo 2:8). El Señor nos está preparando para algo extraordinario.
Está emergiendo una nueva generación de evangelistas, de aquellos que
arderán con pasión santa y escucharán los latidos del corazón de su
Padre y responderán a sus deseos.
Como pastor joven, tuve la oportunidad de hablar en clubes
cristianos de escuelas secundarias. Muchas veces me encontré con que
los estudiantes cristianos solo trataban de sobrevivir en medio de una
generación mundana. Se apiñaban, tratando de fortale cerse unos a
otros para no caer. Me los imaginé reuniéndose cada semana y
diciendo: “Bien, lo logramos por otra semana más, pero apenas. ¡Vaya!
Las cosas están mal allá afuera. La gente fuma, se droga, tiene sexo y
usan el nombre del Señor en vano”. También los imaginé
preguntándose unos a otros:
—¿Todavía eres salvo?
—Sí, ¿y tú aún eres salvo?
-Sí.
—Bien. Encontrémonos otra vez la semana que viene para
asegurarnos de que todavía somos salvos.
Eso no es algo que alguien haya dicho realmente, pero sé que eso
es lo que sucedía bajo la superficie, porque ellos tenían una
mentalidad de sobrevivientes. Estaban tan conmocionados por su
entorno que no podían soñar con cumplir la Gran Comisión. No se
daban cuenta de que tenían un poder sobrenatural con el cual ganar la
escuela secundaria completa para el Evangelio.
Pero la mentalidad está cambiando, en todas las edades. Las
personas están aprendiendo y comprometiéndose con el objetivo de
ver la gloria de Dios cubrir la Tierra. Ya no están satisfechos solo con
sobrevivir en el reino de este mundo, ellos quieren verlo transformado
en el Reino de nuestro Dios (ver Apocalipsis 22:15).
No es mucho decir que hemos sido llamados a tomar po sesión del
mundo. Somos parte de una revolución. Hemos sido designados para
derrocar el gobierno de la oscuridad, que ha es clavizado a la gente en
el pecado y en la enfermedad, y para esta blecer el Reino de la Luz en la
Tierra como en el cielo. Esta revolución no es una anarquía de
violencia y control, es una reforma celestial, en la que se habla la
verdad y se demuestra el amor con un poder sobrenatural.
Crecimiento del
Reino

En 1975, Bill Bright y Loren Cunningham tuvieron visiones


similares del Señor. Uno de ellos vio siete “montañas” y otro vio siete
“moldeadores de la mente” (esferas de influencia) en la so ciedad.4
Lance Wallnau transmite el mensaje de Las Siete Monta ñas hoy en
día. Quien domine y controle esas montañas y esferas de influencia
establece las prioridades y la atmósfera en una sociedad. Dios quiere
que nosotros las controlemos, con la sabiduría, el amor, el gozo y el
poder del Reino.

• Familia
• Religión
• Economía
• Educación
• Gobierno
• Artes y medios de comunicación
• Ciencia y tecnología

La nueva generación de evangelistas que está surgiendo en la


Tierra, no solo estará detrás de los púlpitos, sino que también ingre -
sará a todos los ámbitos de la sociedad, para sanar y liberar, y así las
naciones cambiarán de estar maldecidas a ser sanadas y bendecidas.
Dios quiere arraigarse en todos los creyentes y que sean la sal de
la Tierra (ver Mateo 5:13) para enviarlos a los confines de las naciones.
Algunos de los nuevos evangelistas son altos ejecutivos de
empresas multimillonarias. Otros son mujeres que comenzaron
hogares para madres solteras, trabajadores sociales que cambian la
forma en la que cuidamos a nuestros niños, políticos que hacen leyes
que reflejan el consejo del Señor, jueces que extienden el cetro de la
justicia de Dios en la Tierra, autores que escriben libros

4 Ver la transcripción de la entrevista a Loren Cunningham sobre la visión original de las


Siete Montañas “7 Spheres” ( 19 de noviembre de 2007): http://www.reclaim7moun-
tains.com/apps/artides/default.asp?articleid=40087&columnid=4347

102
que revelan el carácter de Dios a una nación, guionistas cinema -
tográficos que crean películas que nos incitan a la acción para el bien y
directores de escuelas que descubren mejores métodos para educar a
los alumnos.
Conozco personas que son evangelistas en diferentes posicio nes
en la sociedad. Uno es el superintendente de un distrito escolar en
California. Otro es un atleta olímpico, ganador de medalla de oro en
los X GamesS Otro es el cantante principal de una banda de rock.
Otro es un abogado de las Fuerzas Armadas. Alguien más es un
hombre de negocios que comenzó un gran orfanato y escuela.
Esas personas están haciendo aquello que aman y son usadas por
Dios. Ellos son la sal de la Tierra. La convergencia de sus habi lidades
y pasiones individuales con el llamado de Dios en sus vidas los ha
hecho “salados”.
Como ellos, tú y yo podemos ofrecer nuestros anhelos e incli-
naciones a Dios, y buscar su unción con el fuego y propósito del cielo.
A medida que El nos ayuda a identificar nuestros sueños en nuestros
corazones y nos equipa con fortaleza y poder, seremos ca paces de traer
cambio y sanidad a la sociedad, cumpliendo además la Gran Comisión
de Jesús:

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bauti-


zándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les
aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
—MATEO 28:19-20

Lejos de ser siervos sin entendimiento, que solo se preocupan por


leer La Biblia y asistir a la iglesia, hemos sido llamados a asociarnos
con el cielo.

5. Certamen de deportes extremos.


I. ¿La Gran Comisión está destinada solo a discípulos espe ciales que
sienten pasión por el evangelismo? ¿Por qué sí o por qué no?

2. ¿En cuál de las siete montañas de influencia te encuentras tú?


¿Cómo te ha llamado Dios a divulgar el Reino allí?
Cuando te encuentras con el Señor en oración ¿a dónde te llevan los
pensamientos de tu corazón? Todas las veces que has tenido que
buscar la fuerza fortalecedora del Señor, luego de un día o dos en el
campo de batalla: ¿cómo te ha provisto con una nueva visión y
determinación? ¿Estás apoyándote en El solo para obtener fuerza de
supervivencia o también para obtener fuerza de avivamiento?
Hoy, cuando te encuentres con El, haz un balance de tu vida.
Examínala en términos de cuán “salado” eres. Evalúa dónde te ha
ubicado Dios y pídele que derrame su luz sobre tus próximos pasos.

105
P O R B I L L J O H N S O N

uando nos fortalecemos en el Señor, nos concentramos en


hacer que nuestro corazón, mente y cuerpo se alineen con los propósitos de Dios. Eso
da como resultado que tengamos la fortaleza para ser fieles a ese propósito frente a
la dificultad y la oposición. Cuando hacemos la mayor parte, no estamos haciendo el edificio
entero. El Señor lo hace, como así también los hombres y mujeres que ha comisionado para
discipular a su Cuerpo.
Por ejemplo, Pablo se describe a sí mismo como el “maestro constructor” que echó las
bases espirituales de la casa de Dios, de la comunidad de los redimidos, en Corinto (ver 1
Corintios 3:10). Un poquito después en la misma epístola, él le da gracias a Dios de que “...
hablo en lenguas más que todos ustedes” (1 Corintios 14:18). Hablar en lenguas u orar en el
Espíritu fueron cosas que Pablo hizo para mantenerse fuerte como un edificador del Reino.
Judas también escribe acerca de esto: “Ustedes, en cambio, queridos hermanos,
manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el
Espíritu Santo... ” (Judas 1:20). Pablo expresó de nuevo esta idea de edificarse a uno mismo
mediante la oración en el Espíritu cuando le escribió a los corin tios: “El que habla en lenguas
se edifica a sí mismo...” (1 Corintios 14:4). La palabra edificar significa “fortalecer”. Cuando
oramos en lenguas, fortalecemos algo. Lance Wallnau lo llama un edificio interno de fe por el
cual se vuelven manifiestos los propósitos de Dios.
¿Cómo es que orar en lenguas logra esto? Cuando hablamos en
lenguas, usamos nuestras voces para dar expresión a nuestro espíritu
mientras tienen comunión con el Espíritu Santo. Esto es poderoso,
porque nuestro espíritu ora en perfecto acuerdo con Dios. Al enlazar
nuestra alma con nuestro cuerpo físico, podemos llegar aún más a estar
en completo acuerdo con el Espíritu Santo. Podría decirse que nuestro
cuerpo y mente comienzan a experimentar una mayor medida de la
realidad que nuestro espíritu ya experimenta en la presencia del
Señor.
Orar en el Espíritu le da al Espíritu Santo la oportunidad de
enseñarnos cómo pensar y orar. Jesús les explicó a sus discípulos que,
después de que El ascendiera, el Padre enviaría al Espíritu Santo con
ese propósito específico:

Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la


verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo
que oiga y les anunciará las cosas por venir. El me glorificará porque
tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.
—JUAN .16:13-14

Esa es la gloriosa promesa, pero tenemos que entender que el


Espíritu Santo no habla por un megáfono, ni tampoco es la única voz
que compite por nuestra atención. A fin de conectar nuestra mente a la
frecuencia en la cual puede escucharse su voz, primero debemos bajar
el volumen de la voz de nuestros pensamientos y esperar para
escucharlo a Él. Yo lo llamo “inclinarnos a su voz”. Orar en lenguas es
una herramienta poderosa que puede apartar nuestra atención de las
cosas que nos distraen, al mismo tiempo que nos ayuda a estar
conscientes de su presencia.
Esta postura invita al Espíritu de revelación a alumbrar “los ojos
del corazón” (ver Efesios 1:18), así no tratamos de usar nuestro propio
entendimiento limitado para explicar lo que vemos a nuestro
alrededor.
Orar en el
Espíritu

El maravilloso don de orar en lenguas nos permite hablar con el


Señor, incluso cuando nos falta entendimiento, y al acercarnos a su
presencia y permitir que nuestra mente perciba lo que el Es píritu dice,
obtenemos una mayor comprensión de lo que Él hace y del porqué lo
hace.
Cuando oramos con nuestro entendimiento y también en el
Espíritu, aumentamos el nivel de nuestro acuerdo con Dios en oración.
Pablo escribió: "... Pues orar con el espíritu, pero también con el
entendimiento...” (1 Corintios 14:15). Así es como la oración en el
Espíritu edifica nuestra fe.
Al orar en lenguas, por encima de nuestro intelecto humano, el
Espíritu activa nuestra fe, la fe no se origina en nuestra mente. Nuestra
fe nos conecta con el fluir espiritual que viene de I 'ios. Jesús dijo que
Él solo hacía lo que vio hacer a su Padre y que decía lo que le oyó decir
(ver Juan 5:19;12:49). Todo lo que hizo y dijo estaba en completo
acuerdo con su Padre. En otras palabras, todo lo que dijo e hizo lo hizo
con fe perfecta. Su fe liberó la realidad del Reino de su Padre a las
circunstancias alrededor de Él.
Esta es la clase de conexión constante a la presencia de Dios (que
sustenta un entendimiento progresivo de quién es Él y de la forma en
que se mueve) que es el corazón de la fe de cualquier creyente. De este
modo, el resultado final de la oración en el Es píritu y de permitir que
esas oraciones informen a nuestro entendimiento es que realmente
podremos comenzar a pensar y actuar como Él.
En vez de “orar” lanzando peticiones de oración al techo con la
esperanza de que alguna se “pegue” y traiga una respuesta, debemos
orar la oración de fe, que siempre obtiene resultados. La oración de fe
viene del corazón del Padre. Debido a que nos hemos acercado a su
corazón y lo hemos oído hablar sobre lo que quiere hacer, sabemos
cómo y por qué orar. Con este “cono cimiento interno” es relativamente
fácil estar en la posición de

108
autoridad delegada como sus colaboradores y declarar lo que el Señor
dijo sobre las circunstancias a nuestro alrededor.
Yo creo que Dios desea que todos los creyentes maduren hasta el
punto en el que puedan ver, cada vez más, lo que el Padre hace, oír lo
que dice y avanzar con fe para estar de acuerdo con Él. Al aprender a
hacer esto, encontraremos que, si bien obtener res puestas a las
oraciones es siempre algo hermoso e importante, oír su voz en la
intimidad de la oración es lo mejor de todo.
''Puntos pura reflexionar

1. Fíjate si puedes explicar en tus propias palabras cómo orar en el


Espíritu le da al Espíritu Santo la oportunidad de en señarnos
cómo pensar y orar.

2. Si apagar el Espíritu significa detener su fluir (ver 1 Tesalo-


nicenses 5:19 y la “Meditación” del capítulo 15 de este li bro), ¿de
qué manera puedes haberlo apagado recientemente? Acércate con
humildad a El y arrepiéntete. Pídele que te haga recordar que
pases más tiempo apoyado junto a El, prestando atención a su
voz.

3. ¿Qué te ha designado Dios a ti para edificar su Reino? ¿Cómo te


ha fortalecido y ayudado? En el proceso, ¿qué has aprendí do
sobre apoyarte en Él?
medilaeiófi

Con la expectativa de que el Espíritu active tu propio espíritu, pasa


algún tiempo en privado, adorando y orando en las lenguas que Dios
te ha dado. Si nunca has orado en lenguas, pídele que te dé ese don.
Recuerda las palabras de Jesús:

Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que


llama, se le abre. ¿Quién de ustedes que sea padre, si su hijo le pide
un pescado, le dará en cambio una serpiente? ¿O si le pide un huevo,
le dará un escorpión? (...), ¡cuánto más el Padre celestial dará el
Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
—LUCAS 11:10-13

Ahora, de manera constante y gradual, “reclínate” sobre la voz del


Padre. Calma tus propios pensamientos. Escucha con tu corazón. El te
está susurrando algo y quiere que lo escuches.

111
Convertirnos en
hijos de luz
P O R D A N N Y S I L K

M uchos cristianos creen que la naturaleza de la raza huma na es


irremediablemente sombría. “Nada hay tan engañoso como el
corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?” (Jeremías
17:9). Cuando ellos leen la declaración de Pablo: “Porque ustedes antes
eran oscuridad, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz"
(Efesios 5:8), se qúedan atascados en la primera mitad de la revelación
y fallan en cultivar la verdad de que realmente son “hijos de luz”.
Sí, una vez fuimos oscuridad, pero esa naturaleza cambió por
completo. ¿Cómo podemos superar nuestro temor al pecado y permitir
que nuestras ofensas sean echadas por tierra? ¿Cuándo entraremos de
lleno a la luz y permitiremos que el cielo gobierne en la Tierra a través
de nosotros?
Cuando las personas pecan, es ofensivo. Cuando alguien quiebra
las reglas, lo llamamos criminal y lo enviamos a prisión. Nuestra
sociedad está llena de pecadores que practican el pecado y
naturalmente nuestra sociedad está atrapada en una relación con las
normas. Incluso la anarquía es una relación con reglas. Algunas
personas definen su relación con las normas quebrán dolas. Sin una
relación con el Dios de amor y de luz, la única opción que queda es
vivir una vida dentro de los límites de las reglas y regulaciones.
La ofensa hace algo en ti, justifica que retengas el amor. Yo me
rehúso a brindarte mi amor cuando has quebrantado las reglas, porque
las personas que fallan no son dignas de amor y merecen ser
castigadas. Y cuando yo me rehúso a brindar amor, la ansiedad llena el
vacío y un espíritu de temor dirige mi comportamiento hacia el
ofensor.
Cuando tenemos temor, queremos tener el control, y nuestra
respuesta al pecado de otras personas es adoptar una serie de con troles
que nos ayudan a sentir que todavía estamos a cargo. Es por eso por lo
que la típica práctica de una familia, una iglesia o un gobierno es
pedirle a aquel que cometió una ofensa que atraviese una serie de
comportamientos llamados “castigos” a fin de probar que la familia, la
iglesia o el gobierno están todavía a cargo. Al hacerlo, ayudamos a
confirmar la creencia que tiene aquel que ofendió de que no tiene el
poder para cambiar y asumir responsabilidad por su comportamiento.
Para librarse de esto es precisamente por lo que Jesús murió. El
introdujo un mundo nuevo con toda una nueva forma. Nuestro desafío
es permitir que su Espíritu influencie nuestra manera de pensar más
que los modos del mundo a nuestro alrededor. La mentablemente, a
pesar de toda nuestra prédica sobre una nueva vida, la mayoría de
nosotros cae con demasiada frecuencia en un razonamiento atado a la
norma.
Dos discípulos de Jesús, Pedro y Judas, lo negaron. Pedro tres
veces y Judas una. Pedro finalmente salió de la oscuridad a la luz del
amor y el perdón, mientras que Judas no. Entonces, ¿cuál fue la
diferencia entre ellos? La verdadera diferencia entre ellos no está en su
pecado, sino en lo que hicieron después. Esto es de gran importancia.
Se llama “arrepentimiento”. Pero el arrepenti miento solo funciona
cuando una persona hace una conexión de corazón a corazón.
El arrepentimiento no satisface las reglas quebrantadas. El
arrepentimiento no funcionará en un ambiente en el que
Convertirnos en hijos de
luz

protejamos una relación con las reglas. En un entorno gobernado por


las reglas, el arrepentimiento tiene un significado diferente. Denota tu
voluntad de permitir que te castigue. Tú estás “arrepentido” cuando me
permites que imponga mis castigos sobre ti. Cometiste un crimen,
entonces debes cumplir una condena. El asunto del corazón que te
llevó a cometer el error en primer lugar nunca se trata, porque el tema
de la relación y el amor nunca se aborda. Cuando practicamos esta clase
de arrepentimiento en la Iglesia, estamos permitiéndonos a nosotros
mismos ser definidos por los límites del gobierno terrenal. No hemos
permitido que la luz brille en la oscuridad.
El verdadero arrepentimiento, sin embargo, es un don que viene
en una relación. El don de arrepentimiento hace posible la verdadera
restauración. De hecho, es absolutamente necesario a fin de sanar la
relación que ha sido herida por el comportamiento pecaminoso. El
verdadero arrepentimiento solo puede venir a través de una relación
con Dios en la cual hemos tomado contacto con la gracia de Dios para
cambiar.
Cuando el Señor restaura a alguien que se ha arrepentido, El
restablece a un miembro de la familia real a su lugar de honor. El
creyente restaurado puede decir: “Sé que ahora soy un hijo de Dios otra
vez”. La restauración para el creyente es siempre una restauración de la
relación, porque la restauración es definida por la cruz. Lo que la cruz
hizo es una restauración para relacionarse. Después de que Juan
declarara que Jesús se había convertido en el sacrificio por nuestros
pecados, él concluyó: “Porque tanto amó Dios al mundo...” (Juan 3:16),
esto es, si Dios estaba tan dispuesto a proteger su relación con nosotros,
en vez de proteger nuestra relación con sus reglas, “... también nosotros
debemos amarnos los unos a los otros” (1 Juan 4:11).
El modelo del gobierno del cielo es que aprendamos a cultivar y a
proteger nuestra relación con Dios, con amor y con los demás. Y si no
podemos hacerlo, no reflejaremos el cielo en la sociedad

114
en la que vivimos. Solo tendremos reglas más estrictas que nos
ofenderán más rápidamente y juzgaremos con más frecuencia y nos
haremos famosos por ser jueces agraviados.
En la Iglesia, tendemos a pintar a todos con el mismo pin cel.
Decimos que creemos en el arrepentimiento y la restauración, pero
tenemos una mirada limitada y atada a lo terrenal de lo que eso
significa. Cuando, a través de la sabiduría de Dios, los líderes pueden
guiar a un pecador de vuelta a la luz del rostro de su Padre, la vida de
ese creyente es cambiada. La luz continúa brillando. Se mueven de
gloria en gloria. No estoy diciendo que le demos a todo el mundo una
tarjeta de “sale gratis de la cárcel”, pero en lugar de castigarlos y
empujarlos aun más a la vida de un pecador, llamamos a las personas a
caminar en su más alta identidad y responsabilidad como hijos de luz.
bunios para reflexionar

1. “Arrepentimiento”, ¿qué hace esa palabra en tu interior? ¿Crea


dificultades a tu alma? ¿Te hace deshacerte en lágri mas? ¿Te
deja impasible? ¿Te hace recordar experiencias pasadas (las
buenas o las malas)? ¿Crees que comprendes lo que es el
verdadero arrepentimiento? ¿Qué acerca de la verdadera
restauración?

2. Haz un estudio de la palabra “arrepentimiento” en Las Escri turas.


Busca especialmente versículos que expandan tu com prensión
actual del don de arrepentimiento, de los cambios de la oscuridad
a la luz y de la verdadera restauración (algu nas posibilidades
incluyen: Romanos 2:4; 2 Corintios 7:9; 2 Corintios 7:10; 2 Timoteo
2:25; Hebreos 6:1; 2 Pedro 3:9).
Tu vida como hijo o hija del Rey, la vida en el Espíritu, tiene el pro -
pósito de contribuir a la revelación mundial de la gloria de Dios sobre
sus hijos. Toda la creación espera esta revelación:

Porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia


voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme
esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrup-
ción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos
de Dios.
— ROMANOS 8:20-21

La revelación de la gloria de Dios en nosotros está direc tamente


relacionada a la restauración de toda la Creación a su propósito
original. Esa es la esperanza del cielo. Así de alto se han elevado las
estacas. Así que no es un asunto para tomar a la ligera cuando uno
de nosotros menoscaba el fluir de la vida de resurrección al negar la
obra de la cruz y al aferrarse a la vieja identidad. Necesitamos darle
importancia al hecho de ayudar nos unos a otros a salir de la
oscuridad hacia su luz.

118
P O R K R I S V A L L O T T O N

P ara muchos de nosotros, lo más desconcertante sobre la in-


congruencia entre La Biblia y nuestra propia experiencia no es
que la mayor parte de la Iglesia todavía no logró el éxito de Jesús,
quien sanó, liberó y perdonó a todos los que acudieron a Él por ayuda,
sin excepción. Lo que nos perturba, y debe perturbarnos, es el hecho de
que Jesús hizo la siguiente promesa: “Ciertamente les aseguro que el
que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las
hará mayores, porque yo vuelvo al Padre” (Juan 14:12, énfasis
añadido).
Analizado en este contexto, no hay posibilidad de que Jesús se
pudiera referir a otra cosa sino a los milagros que hizo a lo largo de su
ministerio. Asimismo dijo:

Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán


demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos
serpientes; y cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno;
pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos recobrarán la salud.
— MARCOS 16:17-i S

Notarás que en ambas declaraciones, Jesús identifica a aque llos


que ejecutarán esos milagros y prodigios como “creyentes”. Por lo
general, usamos ese término para describir a la gente que va a la
iglesia, que lee La Biblia y que ora, pero la vida del creyente debe
destacarse por mucho más, debe hacerlo por llevar a cabo las
obras sobrenaturales de Jesús. Nuestro destino de dedicarnos a las
tareas particulares que Dios nos da cobra sentido solo porque gran
parte de lo que Él quiere que hagamos será milagroso.
Después de todo, la vida de un creyente comienza con un mi lagro.
El espíritu de resurrección nos trae a la vida al momento de nuestra
conversión, y todos nosotros experimentamos la realidad superior del
Reino a medida que este comienza a darnos poder para dejar viejos
hábitos, para recibir sanidad del pasado y para ser llenos de paz y
gozo. Solo para aquellos que han sido levantados de los muertos y
llenos del Espíritu de Dios mismo es natural de mostrar la realidad del
Reino de su Padre. La totalidad de la vida cristiana es un milagro.
Jesús declaró: “... Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a
ustedes” (Juan 20:21).
La totalidad de la vida cristiana es milagrosa. Nosotros somos los
representantes de Cristo de la misma forma en que Él repre sentó al
Padre a nosotros. Por lo tanto, es nuestro destino como creyentes cerrar
la brecha entre la realidad del Reino de nuestro Padre y el mundo
visible a nuestro alrededor. Todo lo que Jesús tenía a su disposición
está disponible para nosotros. Dios nos ha colocado en un lugar para
que tengamos éxito en todas las áreas. Solo hay cuatro cosas que
tenemos que hacer si queremos crecer en nuestro destino de caminar
en lo sobrenatural: primero, necesitamos estar convencidos de que es
nuestro destino, de lo contrario, tanto la afirmación de que aquellos
que creen en Cristo harán cosas aun mayores como la de que aquellos
que lo aman obedecen sus mandamientos, parecerán modelos
imposibles, diseñados para exponer cuánto nos falta para ser
semejantes a Él. Segundo, debemos evitar desarrollar un enfoque
negativo como consecuencia de dónde no estamos, lo que no somos y
lo que no está pasando en nuestra vida. Tercero, debemos guardar
nuestro corazón contra la decepción y la incredulidad, mientras
luchamos por avanzar y experimentamos resultados confusos. Por
último, debemos alimentar nuestro corazón y mente con las promesas
de
Persigue tu
destino

Dios y renovar nuestra voluntad de avanzar en fe y obediencia en


nuestra vida cotidiana.
Un enfoque incorrecto es no poder mantener una postura de fe
alimentándonos de las promesas y se trata de la misma manera que la
desilusión. Arrepentimiento. En el arrepentimiento, el patrón
perjudicial se quiebra y la gracia está disponible para tener un nuevo
comienzo para alcanzar tu destino.
Muchos en el Cuerpo de Cristo están en el mismo estado en el
que estaba Saulo: fueron ungidos como reyes y sacerdotes, se les
ordenó discipular naciones, fueron equipados con la misma sabiduría,
poder y autoridad de Dios. Sin embargo, de alguna ma nera aún se
encuentran siguiendo a un buey alrededor de la gran ja, vuelven a sus
viejos hábitos y se enfocan en la supervivencia, cuando fueron
llamados para liderar e influenciar a las personas para el Reino.
Debido a que nuestro destino es hacer lo imposible, no nos
debemos sorprender cuando Dios nos llama para hacer algo extra
vagante, arriesgado e insólito. Imagínate lo que sintió Saúl cuando fue
llamado al poderoso papel de reinar sobre su nación, un pa pel que no
había existido antes. Imagínate cómo se habrá sentido Abraham
cuando fue llamado a dejar la casa de su padre para va gar por el
desierto hasta que Dios lo llevó a la tierra de su destino. Imagínate
cómo se sintió María, cuando se le dijo que daría a luz un hijo fuera
del matrimonio, en medio de una cultura donde la mayoría de las
personas la podrían acusar de decir una mentira blasfema para cubrir
su inmoralidad. Con la decisión ya tomada, vemos cuán cruciales
fueron su obediencia y fe en Dios. Pero no siempre vemos la misma
verdad cuando el Señor nos presenta las tareas que El tiene para
nosotros.
Toda tarea asignada por Dios está relacionada con su voluntad y
es expresada por Jesús en su oración: “venga tu reino, hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10J. Ya sea lide-
rando un país o teniendo un hijo, la tarea asignada por Dios está

121
planeada para liberar la realidad de su Reino en la Tierra como en el
cielo, desplazando los efectos del reino de la oscuridad y trayen do
restauración.
Nuestra fidelidad en llevar adelante nuestras tareas es la for ma en
la que acompañamos al Señor para revertir los efectos del pecado y de
la muerte en la vida de las personas, para restaurar el conocimiento
del Dios verdadero. Nosotros restauramos las seña les sobrenaturales
de Dios. Restauramos la salud al cuerpo, alma y espíritu de las
personas. Restauramos relaciones y familias, y también la
prosperidad, moralidad, santidad y mucho más.
1. ¿En qué sueles poner el acento en tu vida con Dios: en lo que no
eres en vez de lo que eres o en lo que el Señor no está haciendo
más que en lo que El está haciendo? ¿Qué tipo de incredulidad
representa esto? Considera de qué manera el arrepentimiento
puede ayudarte a recobrar la confianza de que te diriges hacia
tu destino en Dios.

2. ¿Has recibido un llamado de Dios para hacer algo que parece


completamente irracional desde la perspectiva del mundo? O
¿sueñas con hacer algo que nunca se ha hecho antes? ¿Cómo
luchas por este llamado o sueño? ¿Qué puede estar retenién dote
de llevarlo a cabo?
ñfeclií ación

¿Eras más apasionado acerca de las manifestaciones del Reino de Dios


de lo que eres ahora? Si es así, ¿dirías que ese cambio se relaciona con
una “dieta alimenticia” más liviana de las prome sas de Dios, o tal vez
con morar en la desilusión cuando no viste un avance?
Puedes hacer que esto cambie. Arrepiéntete y disfruta de la libertad,
para que una vez más vayas detrás de tu alto llamamiento en Cristo
Jesús. “... olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está
delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece
mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).

124
I T* Cuando rf)ios pinta y
fuera de las lineas
P O R B I L L J O H N S O N

E l Reino de los cielos ha estado abriéndose paso en nuestro


mundo regularmente con salvaciones, sanidades y liberaciones.
Las manifestaciones de esa invasión varían. Son muy fasci nantes y
demasiado numerosas para clasificar. Mientras que algunas son
difíciles de entender a primera vista, se nos anima a verlas, porque
sabemos que Dios siempre obra de forma redentora.
En los últimos años, en muchas ocasiones, la risa llenó una
habitación y trajo sanidad a los corazones quebrantados. Algunas
veces, durante un tiempo de adoración o de ministración, los ros tros,
las manos o la ropa de las personas se cubrieron de oro. En ocasiones,
hubo aceite en las manos de su Pueblo, lo que parece suceder
especialmente entre los niños. Un viento entra en una ha bitación en la
cual no hay ventanas, puertas abiertas ni abertu ras. En algunas
localidades, los creyentes han visto una nube de su presencia que
aparece sobre las cabezas de personas que están adorando. También
ha sucedido que la fragancia del cielo llene una habitación. En mi
propia experiencia, esta fragancia llenó nuestro auto mientras Beni y
yo adorábamos durante un viaje corto. Duró unos treinta minutos, y
fue una fragancia que realmente pude probar, algo similar a tener
gránulos de azúcar salpicados sobre la len gua. Incluso he visto
pequeñas gemas que aparecen de repente en las manos de las
personas mientras adoran a Dios.
Desde principios de 1998 han caído plumas en nuestras reu -
niones. Al principio, pensamos que algunos pájaros entraban en los
conductos del aire acondicionado. Pero después, comenzaron a caer en
otras habitaciones de la iglesia que no estaban conec tadas al mismo
conducto. Ahora caen en casi todos los lugares a los que vamos:
aeropuertos, hogares, restaurantes, oficinas, etc. Menciono este
fenómeno en particular, porque parece ofender, aun, a muchas
personas que abrazan la renovación que Dios ha enviado. Puede ser
muy fácil, una vez que hemos hecho algunos ajustes a nuestro sistema
de creencias sobre lo que el Señor hará, pensar que ahora hemos ido
suficientemente lejos. Nada puede estar más lejos de la verdad. Como
las generaciones anteriores a la nuestra, estamos demasiado cerca de
regular la obra de Dios al generar una “nueva lista revisada de
manifestaciones aceptables”. Ya no se trata solo de llorar durante una
canción especial o durante un tiempo de arrepentimiento que sigue a
un sermón emotivo. Nuestra nueva lista incluye: caídas, sacudidas y
risas. El problema es que aun es una lista. Y Dios la quebrantará.
Debe hacerlo.
Necesitamos aprender a reconocer su mover, reconociendo su
presencia. Nuestras listas solo sirven para revelar nuestro enten -
dimiento o experiencia presente. Si bien no busco promocionar
extrañas manifestaciones ni ir tras las novedades, sí me rehúso a
sentirme avergonzado por lo que el Señor está haciendo. La lista que
nos mantiene lejos de ciertos errores también nos mantiene lejos de
ciertas victorias.
Las manifestaciones del poder de Dios, aunque sean ofensi vas
para la mente de muchos, son ilimitadas en número y son indicadoras
de la presencia y propósito de Dios. ¿Y por qué son necesarias?
Porque El quiere llevarnos más lejos, y solo podemos llegar allí
siguiendo señales. Nuestra comprensión actual de Las Escrituras solo
puede llevarnos hasta cierto punto.
Recuerda, las señales son realidades que señalan a una gran diosa
realidad. Si El nos da señales, ¿quiénes somos nosotros para
Cuando Dios pinta fuera de las
líneas

decir que no son importantes? Algunas personas tienen temor de


“adorar señales”. Mientras que su razonamiento puede ser noble en
propósito, es absurdo pensar que puedo llevar a cabo la asignación
que el Señor me dio e ignorar sus notas personales a lo largo del
camino. En lo natural, usamos señales para ayudarnos a encontrar una
ciudad, un restaurante en particular o un negocio. Es práctico. De la
misma manera, las señales y maravillas son una parte natural del
Reino de Dios. Ellas son la forma como Él nos lleva de donde estamos
a donde necesitamos estar. Ese es su propósito. Si los ma gos no
hubiesen seguido la estrella, nunca hubiesen visto a Jesús.
Hay una diferencia entre adorar las señales y seguirlas. Lo pri
mero está prohibido, lo segundo es esencial. Cuando seguimos sus
señales hacia mayores profundidades en Dios, sus señales nos
seguirán en mayor medida. Algo ha pasado en mí que no me peí mite
aceptar un Evangelio que no esté respaldado con señales y maravillas.
Yo no iba tras una revelación de milagros en la Tieii.i. Esta me buscó y
me capturó. He descubierto que no hay salisfac ción duradera en la
vida fuera de las expresiones de fe, y la forma en que el Señor “pinta
fuera de las líneas” mantiene mi fe en persecución intensa por Él.
Algunas veces, cuando enseño sobre buscar un Evangelio de
poder, una persona sigue mi mensaje con una afirmación sobre
nuestra necesidad de poder, al tiempo que recuerda a todos la
prioridad de conocer el poder de Dios. Palabras verdaderas, por cierto.
Pero lamentablemente, tal comentario con frecuencia es de naturaleza
religiosa, cuyo sentido es esquivar el poder real del Señor, para que Él
no perturbe su ordenada visión del mundo. Una persona que tiene
pasión por el poder y la gloria de Dios intimida a aquellos que no la
tienen.
Sé que mi anhelo por su poder solo es superado por mi deseo por
Él. Ciertamente, ha sido mi búsqueda de Dios la que me ha llevado a
esta pasión por un Evangelio auténtico, respaldado con señales y
prodigios.
He sido pastor durante décadas, pero no vi milagros, seña les y

127
CAFÉ ESPIRITUAL

prodigios la mayor parte del tiempo. Creía en la sanidad y en la


liberación, pero no tenía éxito con ninguna de ellas. Tenía una
doctrina correcta, pero no una práctica correcta. Sin embargo, hace
algunos años, Dios comenzó a hacernos transitar un camino y nos dio
una nueva mirada del Reino para ver lo que la vida cris tiana normal
debería ser. Al haber perdido mucha de la actividad central del Reino
durante tanto tiempo, estábamos ansiosos por zambullirnos en
cualquier cosa que el Señor quisiera hacer.
Me he llegado a dar cuenta de que la vida cristiana normal
significa milagros, intervención espiritual y revelación. Hay en el
ADN espiritual de todo creyente un apetito por lo imposible que no
puede ignorarse ni apartarse con el pensamiento.

128
¿Puedes indicar señales y maravillas de tu propia experien cia?
¿De qué forma te dirigieron las señales y las maravillas hacia el
Reino de Dios?

¿Te sentiste ofendido por algo que podría ser una señal o una
maravilla? ¿Le ha pasado esto a alguien que conoces? ¿Puedes
distinguir qué fue lo que te molestó o le molestó? ¿Piensas que
tu acercamiento a las señales y las maravillas se convirtió en un
obstáculo para tu progreso o en una ayuda?
Meditación

Las señales y las maravillas van de la mano con el mensaje del


Evangelio. Pablo habló de muchas cosas maravillosas que Dios había
realizado a través de él: "... para que los gentiles lleguen a obedecer a Dios,
Lo ha hecho con palabras y obras, mediante poderosas señales y milagros, por el
poder del Espíritu de Dios (...) he completado la proclamación del evangelio de
Cristo...” (Romanos 15:18-19). El autor del libro de Hebreos afirmó:

¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan gran-


de? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los
que la oyeron nos la confirmaron. A la vez, Dios ratificó su testimo-
nio acerca de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones
distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.
—HEBREOS 2:3-4

De la lectura del libro de Hechos, sabes cuáles eran algunas de


esas señales y prodigios. Usa tu imaginación inspirada por el Espíritu
para trasladar algunos de los sucesos extraordinarios al ambiente de tu
mundo actual. Ahora toma alguna de las señales y prodigios de este
capítulo e imagínalo sucediendo en el libro de Hechos. ¡Permite que
tus expectativas se amplíen!

130
al cien por denlo
POR KEVIN DEDMON

S olía tener un cien por ciento de éxito en la sanidad. Todos por


los que oraba, se sanaban. La trampa es esta: yo no oraba por
nadie, así que nadie jamás se sanó. Durante los tres primeros años de
mi vida cristiana, sin embargo, oré por muchas personas y varios se
sanaron. Un día, fui llamado a orar por una mujer que tenía cáncer. Fui
lleno de fe y oré por ella, esperando que mejorara. Sin embargo, una
noche, me enteré de que había muerto poco después de que yo orara
por ella. Estaba devastado. Me desesperó la idea de que la había
matado, porque yo realmente no tenía el don de sanidad y debería
haber solicitado la ayuda de alguien que sí lo tuviera.
Pasé los siguientes veintitrés años de mi vida evitando orar por
los enfermos. Yo creía en la sanidad y creía que el Reino de Dios podía
penetrar en la esfera terrenal. Simplemente no creía que yo podía
administrar el don de la sanidad, porque yo no lo tenía. Como pastor,
si sabía que alguien estaba enfermo, llamaba a alguno de los
“dotados” de la iglesia. Con frecuencia decía con sarcasmo: “Tú no
quieres que yo ore por ti, ¡puedo matarte!”.
Realmente creía que servíamos mejor a las personas si yo no
oraba por ellos. Entonces un día el Señor me llamó la atención con una
pregunta: “Kevin, ¿realmente crees que tienes el poder de causar la
muerte de alguien?”. “No, Señor, por supuesto que no”, le respondí.
“Entonces no tienes el poder de sanar a nadie tampoco”, me contestó.
Entendí el punto. Nuestro trabajo es traer el Reino de Dios a la
Tierra, lo que significa que nosotros representamos su nombre en
nuestra vida. Somos llamados cristianos porque hemos tomado su
nombre. Nosotros somos los hijos de Dios (ver 1 Juan 3:1), lo que
significa que se nos identificará con su nombre. Por lo tanto, tenemos
el poder que está asociado con el nombre que llevamos, a fin de
satisfacer toda necesidad que encontremos.
No solo tengo su nombre, sino que Cristo también vive en mí, así
es que El puede vivir a través de mí. En Colosenses 1:27, Pablo dice
que es "... Cristo en ustedes, la esperanza de gloria”. Por lo tanto,
tengo lo que se necesita para dar a conocer la gloria de Dios a través de
mi vida. Jesús dijo en Lucas 17:21: “... el reino de Dios está entre
ustedes". Simplemente, el Señor está buscando a aquellos que
derramarán lo que está dentro de ellos.
Yo no puedo salvar a nadie, pero Cristo en mí puede salvar a
todos. Yo no puedo liberar a nadie, pero Cristo en mí puede liberar a
todos. De forma similar, yo no puedo sanar a nadie, pero Cristo en mí
puede sanar a todos. Revelar el Reino es revelar a Jesús, que está
dentro de nosotros. Por supuesto, en algún sentido, tengo tanto de
Cristo como puedo tener, pero en otro sentido, todavía hay más de Él
que se está formando en mí (ver Gálatas 4:19). Entonces, cuanto más de
Cristo se forme en mí, más tendré para dar. El ministerio de la sanidad
es, sencillamente, soltar la presencia de Cristo que habita dentro de
nosotros.
Mi cambio respecto a lo que comprendía de este principio sucedió
en enero de 2001. Había un joven viviendo con nosotros en esa época
que tenía un período de tres meses de discapacidad porque se había
Asurado un disco en la parte baja de la espalda mientras trabajaba.
Acababa de tener una cirugía, pero eso no lo había ayudado. Había
quedado postrado en la cama y sufría un dolor constante. Me sentía
muy mal viéndolo sufrir tanto dolor sin ser capaz de ayudarlo.
Exito al cien por
ciento

Una noche, mientras nos preparábamos para un grupo de


confraternidad en nuestro hogar, él le pidió a algunos de los hombres
del grupo que lo ayudaran a levantarse del sillón en el que so lía
recostarse. Quería participar con nosotros y sacarse de la mente el
sufrimiento. Sin embargo, se retorció de dolor durante toda la reunión
y a la larga se convirtió en el centro de atención de la mis ma.
Finalmente, me suplicó que orara a Dios para que lo sanara.
De mala gana, accedí a su desesperada petición. Pensé que su
situación no podía empeorar y además, no había nadie más en la
habitación que tuviera el don. Así que yo era la mejor opción dis -
ponible. Les di instrucciones a los hombres que lo habían sacado del
sillón de que lo levantaran. Me dirigí hacia él y, con dudas, puse mi
mano sobre su espalda. Estaba listo para embarcarme en una oración
de “consuelo” para ayudarlo en su sufrimiento. Pero antes de poder
hacerlo, él gritó: “¿Sientes ese fuego en mi espalda en el lugar en el
que está tu mano?”. Sí, lo sentía. Para mi asombro, también sentía que
mi mano ardía ¡y todavía no había comenzado a orar!
Unos minutos después, él se inclinó y luego saltó alto en el aire,
mientras exclamaba: “¡Esto es increíble! ¡Todo el dolor se ha ido! ¡Estoy
sano!”. Luego agregó: “Esto es increíble... ¡Esto es in creíble!”, y
comenzó a llorar mientras seguía saltando alrededor de la sala de estar,
para demostrar su completa sanidad. En un mo mento, se sentó en el
sillón, me miró con lágrimas de gozo en los ojos y luego pegó un salto,
se levantó y dio una patada de karate.
Yo estaba impactado, primero, porque él había sanado en cuanto
puse mi mano en su espalda y, segundo, porque mi mano todavía ardía
en fuego, aunque ya no la tenía apoyada en su es palda. Como sabía
que esto era “una cosa de Dios”, pregunté si alguien más necesitaba
sanidad. Otras dos personas respondie ron de forma inmediata y puse
las manos sobre ellos y recibieron sanidad inmediata.
En el proceso, entendí que la sanidad no se trata necesaria mente
de un don, sino de la presencia libre y manifiesta de Dios, Cristo en

133
CAFÉ ESPIRITUAL

mí, la esperanza de gloria, su gloriosa presencia liberada a través de la


fe.

134
^Pimíos para reflexionar

1. ¿Te has estado rehusando a orar por sanidad, como solía hacerlo
Kevin? ¿Alguna vez consideraste que la sanidad es algo por lo
que tienen que orar otros cristianos? ¿Qué cambios en tu forma
de pensar y en tu fe se produjeron por la lectura de este
capítulo?

2. Quizá no has estado renuente, sino que has orado con avidez por
otras personas por sanidad y tu confianza ha crecido con el paso
del tiempo, ¿cómo aprendiste a ser un canal efectivo para el
poder sanador de Jesús?

3. Si alguien te dijera: “Posees lo que hace falta para orar por mi


sanidad”, ¿qué creerías que significarían esas palabras?
Al igual que con el resto de tu vida cristiana, la sanidad física se trata
más de soltar la poderosa y amorosa presencia de Jesucristo que de
conocer las técnicas correctas y sus combinaciones.
En una piadosa conversación con El, pídele que te comunique
más de su presencia y que te dé más fe, así puedes continuar
siguiéndolo adonde quiera que te lleve, incluso a situaciones de
extrema necesidad.
Pídele que te ayude a vivir en la verdad de tu filiación. En ese
lugar de intimidad, comprenderás cómo es que la buena voluntad del
Padre es darte el Reino (ver Lucas 12:32).

136
Suenen!ros divinos
P O R B I L L J O H N S O N

D urante más de dos décadas, una fuerza motriz dentro de mí ha


sido la convicción de que les debo a las personas un encuentro
con Dios. Les debo más que solo un mensaje lleno de verdad.
Cualquier cosa que haga por la gente debe contener la oportu nidad
para un encuentro divino. Si estoy lleno del Espíritu, será más
probable que mi prédica, mi servicio y mis diversas formas de
ministerio lleven a las personas a un encuentro de ese tipo.
En parte, es lo que Pablo quiso decir cuando afirmó: “No les hablé
ni les prediqué con palabras sabias y elocuentes sino con demostración
del poder del Espíritu” (1 Corintios 2:4). La gente no necesita estar
convencida de nuestro entendimiento, nuestros dones o nuestra
habilidad para transmitir la verdad. En el mejor de los casos, estas
cosas tienen una importancia secundaria. Lo que las personas necesitan
es a Dios.
Encontrarnos con su poder es encontrarnos con El. Pablo es taba
tan convencido de eso, que él quería que la gente pusiera su fe en el
poder del Señor: “para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría
humana sino del poder de Dios” (1 Corintios 2:5).
El es un Dios de pactos. Es lo suficientemente confiable y
soberano como para sujetarse a pactos con sus hijos. Prefiero no pensar
en ellos como contratos, porque ese término es demasiado estéril.
Prefiero hablar de los pactos en términos de límites relaciónales. A
medida que comenzamos a ser como Jesús a través de
la obediencia, encontramos que esa obediencia desata su presen cia,
poder y gloria.
Aunque no lo entienda completamente, estoy seguro de que Él
tiene un interés firme en nuestras opiniones y aportes. Él nos
prometió: “ Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes,
pidan lo que quieran, y se les concederá” (Juan 15:7). Es absurdo pensar
que Él quiere que seamos autómatas cuando nos ofreció la promesa:
“pidan lo que quieran”. Creo que en verdad confía en aquellos que
llegan a ser como su Hijo. En esa luz, ¿qué puede ser más normal para
nosotros que desear y buscar oportunidades para demostrar el poder
de Dios en la vida de los quebrantados alrededor de nosotros?
Sin poder, el Señor no puede ser representado con propiedad ni
tampoco con fidelidad. Los milagros son absolutamente nece sarios
para que la gente lo pueda ver a Él claramente. Testificar sobre esos
milagros es parte de una deuda que tenemos con el mundo. Cuando
hablamos, Él confirma lo que se habló.
Dios ha escogido revelarse a sí mismo a través de aquellos que se
rinden a Él. Sus apariciones son por lo general espectaculares y
conmovedoras, como se ha visto a través de la historia. Sus ma -
nifestaciones a través de su Pueblo pueden ser, a veces, igual de
asombrosas, aunque, por lo general, son prácticas y normales.
A menudo, aprendo al tropezar accidentalmente con una ver dad.
Por lo general, esto comienza al ver el fruto de algo antes de
entenderlo. No necesito entenderlo para obedecer. Si vives para
obedecer, sin importar qué, caminando con Él, también esto se
convertirá en tu forma de aprender.
Es admisible no entender los principios del Reino, ya que su
poder y efecto son liberados por medio de la obediencia. Pero si no
los entiendo, tengo menos oportunidades de liberar su presen cia
intencionalmente y no soy capaz de entrenar a otros a hacerlo.
La liberación de la presencia de Dios que trae su Reino, sucede
por medio de cinco acciones de las que soy consciente:
Encuentros
divinos

1. Imposición de manos. Es un mandato bíblico (ver Hebreos 6:1-


2). El Reino dentro de nosotros se libera a través del toque de fe, que
es un acto intencional para sanidad, bendición o imparti ción (ver
Marcos 16:18; 1 Timoteo 4:14).
2. Proximidad a la unción. Este es el principio que operó por
medio de Pedro cuando colocaron a los enfermos en cierto lugar para
que su sombra los sanara mientras él pasaba (ver Hechos 5:15). Lo que
te cubra a ti será liberado a través de tu sombra. Esto es lo que sucedió
cuando el manto de Jesús hizo posible que la mujer con flujo de
sangre fuera sanada (ver Marcos 5:28-29). Esto también se aplica a las
prendas que habían tocado el cuerpo de Pablo (ver Hechos 19:11-12).
La unción de Dios estaba sobre Pedro, Jesús y Pablo a tal grado que
incluso sus sombras y sus ropas estaban saturadas con el poder del
Señor que obra milagros.
3. Hechos de fe. La fe requiere una acción. Los hechos de le
liberan el Reino. Piensa con cuánta frecuencia Jesús fue requerido en
una situación de necesidad porque alguien más tuvo fe y entró en
acción convocando al Señor.
4. Hechos proféticos. A menudo, los hechos proféticos no pa -
recen tener ninguna relación con el resultado deseado. Considera lo
que pasó cuando Elíseo ayudó al hombre que había perdido el hacha
prestada en el agua (ver 2 de Reyes 6). Cuando Elíseo le dijo que tirara
un palo al agua, el hacha salió a flote. En lo natural, la madera no tiene
esos efectos sobre las hachas y estas no flotan. La única razón de
liberación del poder de Dios fue porque Elíseo fue obediente en
llevar a cabo el acto profético. La obediencia física trae liberación
espiritual.
5. Declaración. Nada sucede en el Reino sin una declaración.
Cuando nosotros decimos lo que el Padre dice, todo el cielo entra en la
ecuación. Cuando esa declaración es un testimonio, captu ramos el
momento de la historia del trato del Señor con la hu manidad.
Entonces un poder profético creativo es liberado en la atmósfera para
establecer la revelación de Dios en la Tierra.

139
La declaración debe convertirse en una estrategia intencional del
ejército de los últimos días. Es imperativo que ya no lo hagamos sin
intención ni de forma esporádica. Más bien, ardiendo con la
convicción de que llevamos la revelación de la naturaleza y presencia
de Dios a todos, debemos penetrar la oscuridad a favor de un mundo
que perece.
El Padre nos ha dado todo como herencia (ver Juan 16:15; 1
Corintios 3:21). Necesitaremos todo para poder cumplir con nuestra
misión.
Chillos para reflexionar

1. ¿Qué principio liberador del poder de Dios está en acción cuando


alguien entra en una habitación en la que están orando y recibe
sanidad instantánea?

2. ¿Qué evidencia tienes de que llevas la presencia de Dios a todo lugar


al que vas? ¿Es esta una idea atractiva para ti? ¿Cómo puedes
cultivar la atmósfera del cielo en el lugar en el que vives y
trabajas?
Tu primera acción de fe debe ser buscar a Dios en oración, prestar
atención a cualquier cosa que te diga, permitirle al Espíritu Santo que
te transforme de manera progresiva a la imagen de su carácter y ser
obediente a su dirección. Cualquier acción diaria de fe que siga
posteriormente estará determinada por cuanto de El mora en tu
espíritu. Tu parte es permanecer activo, no pasivo. El quiere que
tengas una vida de relación, no de servidumbre.
Mira a tu alrededor ahora mismo. Evalúa si el Espíritu de Dios
tiene o no alguna influencia a través de ti en el ambiente a tu
alrededor. Pregúntale qué hacer, ya sea interna, y externamente, o
ambas.

142
POR BENI JOHNSON

C uando realmente estoy en ese lugar en el que me siento com-


pletamente conectada con Dios, tengo paz instantánea. Todo
tiene sentido y queda “centrado” en un instante. Es como si mi
espíritu, alma y cuerpo dijeran: “Aahhh”.
Porque sé lo que se siente estar conectado con Dios, estoy mu cho
más consciente de lo que eso significa cuando he perdido esa
conexión. Aprendí que cuando no estoy caminando en ese lugar de
conexión con Dios, me siento insegura. Las cosas comienzan a no
sentirse del todo bien, y me tengo que reconectar con el cora zón de
Dios y su presencia para hacer que todo vuelva a estar en el lugar
correcto.
Otra forma en la que me puedo dar cuenta de que no estoy
conectándome con Dios es que comienzo a sentir influencias ex ternas
que afectan mis emociones, mi espíritu y mis decisiones. Es porque no
estoy conectada con lo que es verdaderamente real (ver 2 Corintios
4:18).
Entendí que puedo experimentar la realidad de la presencia de
Dios sin importar en dónde estoy, ni lo que estoy haciendo. El está allí
cuando estoy en mi auto, mientras hago una caminata o cuando juego
con mis nietos. Y porque yo paso tiempo con Dios, concentrándome
en su presencia, ahora tengo acceso a una conexión inmediata.
El lugar de conexión con Dios es el lugar de reposo. Se espera que
caminemos en reposo tanto como sea posible, día tras día. El
significado de la palabra “descanso” tanto en el hebreo ( shabath)
como en el griego (katapausis) es “cesar, celebrar, reposo o pausa en
el trabajo o fatiga, dejar, desechar, descansar”. Puedes buscar la
palabra “sabbath” en el hebreo. En un verdadero descanso sabático,
debes cesar tus labores, tus propios esfuerzos y tus propias
actividades, pero eso no significa que debes detener tu ministerio o tu
trabajo completamente. Un verdadero descanso significa te ner un
corazón reposado en todas las circunstancias.
Algunas veces una forma de pensar orientada a la realización
puede asumir el control y empujarnos a hacer cosas para Dios que Él
no nos pide que hagamos. Entonces nos ponemos inquietos, lo que
significa “menos reposo”. Cuando eso sucede, salimos del descanso.
En el momento en que comenzamos a sentir ese sen timiento
abrumador de inquietud y afán, debemos detenernos y volver
directamente al reposo del Señor. Tenemos que aprender a devolverle
las cargas al Señor. Cuando caminamos en reposo, po demos vivir
nuestra vida más plenamente y somos más efectivos al usar nuestros
dones espirituales.
Es posible hacer el reposo porque Dios no nos pide que lle vemos
el mundo en nuestra espalda. Él lo hará por nosotros. Mi esposo es,
creo yo, una de las personas más ocupadas del planeta. Para él es un
desafío conseguir el descanso que necesita. Pero he notado una cosa a
lo largo de los años que llevamos juntos, y es que él lleva un reposo
interno con el Señor. Eso es algo muy fuerte en él. Él sabe dónde está
la fuente, y saca de ella con frecuencia. Si no tuviese esa fortaleza
interior, no habría manera en la que pudiese continuar su vida. No
tiene plan “B”. Dios es su plan “A”, su fuente para todo.
Nos acercamos primero a Él, y entonces Él nos da reposo. Jesús
dijo:

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo


les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo
Conexión con
Dios

soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su


alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.
—MATEO 11:28-30

Se menciona el descanso dos veces en estos versículos. La pri mera


vez, Jesús dice: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados" y la
segunda vez promete: “encontrarán descanso para su alma”. Al
acercarnos a El y tomar nuestro yugo, aprenderemos más de Jesús y
creceremos en sus caminos. Permaneceremos en su presencia y
encontraremos descanso para nuestra alma.
Encontrar su descanso es una consecuencia de acercarnos a El, y
acercarnos a El debe ser algo intencionado de parte de noso tros. No es
algo que solo va a suceder. De la misma manera, volver a su descanso
es algo intencional.
Recuerdo una de las primeras veces que comencé a practicar
entrar en el descanso de Dios. Conducía hacia la ciudad para ha cer
unas compras. Durante ese viaje de una hora, el vehículo que
manejaba decidió dejar de funcionar. Mi primera respuesta fue entrar
en pánico y enojarme mucho. “¿Cómo pudo pasar esto? Ahora todo el
día se complicó”. Ya sabes cómo nos comportamos a veces. Encontré
un teléfono público (no había celulares entonces) para pedir ayuda. Al
comenzar a discar el número, pensé: “¿Por qué estoy actuando de esta
manera? ¿Por qué estoy tan enojada?”. Entonces me di cuenta de que
algo muy simple me había apartado de mi descanso.
Pensé: “Sabes, pienso que si me aplaco y reposo en mi interior,
seré capaz de ver lo que Dios puede hacer en esta situación”. Así que
hice una simple elección y decidí permitirle a Él que tomara el
pequeño problema del día. Por supuesto, una vez que tomé esa
decisión, todo se alineó y funcionó armónicamente. Yo elegí descansar
en el Señor aquel día.

145
Pienso en ese día con frecuencia. En algo que parecía una cosa
trivial, Dios me permitió ver que podía sacar de su reposo cada vez que
lo necesitara. Es mi elección.
El Señor nos llama a elegir su descanso y a desarrollarlo en todo lo
que hacernos. El quiere que las historias de nuestra vida reflejen su
presencia, lo que significa que también reflejarán su reposo.
1. ¿Cuántas veces perdiste tu descanso en los últimos tiempos? ¿Te
diste cuenta de lo que ocurría? ¿Qué hiciste al respecto?

2. ¿Puedes recordar una época en la que intencionalmente deci diste


regresar a un lugar de reposo? ¿En cuánto se ha conver tido en un
hábito hacerlo así?

3. Da un ejemplo de tu propia vida antes y después de estar sin


reposo (inquieto, afanado, conmocionado) y con reposo (pacífico,
con la mente clara, calmo). ¿Qué fuiste capaz de lograr con el
reposo y qué no pudiste hacer sin él?
QÜledUaeión

¿Qué sucedería si descansas en el Señor ahora mismo? Puedes utilizar


las palabras y oraciones de los salmos:

Guarda silencio ante el SUÑOR, y espera en él con paciencia (...).


Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al
mal (...), pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra (...).
Pero los desposeídos heredarán la tierra y disfrutarán de gran
bienestar.
—SALMO 37:7-9,11

Escucha, oh Dios, mi oración, no pases por alto mi súplica. ¡Oyeme y


respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran las
amenazas del enemigo y la opresión de los impíos...
—SALMO 55:1-3

¡ Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno


contigo!
—SALMO 116:7

Entra ahora en su presencia, El está solo a un paso de distancia.

148
uz en lugares improbables
POR BANNING LIEBSCHER

M e gusta leer a la noche, antes de irme a dormir. Pero nunca subí las escaleras hacia
mi habitación, prendí la luz y esperé ver la batalla entre la luz y la oscuridad. No
es tan complicado: si enciendo la luz, la oscuridad se va. La oscuridad no tiene opción. No
tiene derecho al voto. No se pone frente a mí desafiante y me dice: “Me gusta esta
habitación. No me voy”. Al minuto en que entra la luz, la oscuridad tiene que huir.
La luz que lleva cada creyente es la revelación de nuestro Rey y de su Reino. Jesús le
dijo a sus discípulos: “Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo ” (Juan 9:5).
Luego, anticipando su partida dijo:

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni
se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa
para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos,
para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
—MATEO 5:14-16
La luz revela cosas. Si se supone que tú y yo somos la luz del mundo, eso significa que
somos responsables de revelar la realidad del Reino a través de cada aspecto de nuestra
vida.
La Biblia es clara acerca de que el Reino está dentro de cada creyente (ver Lucas 17:21).
No dice que el Reino está solo entre los líderes cristianos o solo entre aquellos que tienen
una unción especial. Si tú y yo realmente aceptamos esto, pueden suceder co sas bastante
radicales.
Uno de mis amigos, Chad, iba camino a su casa tarde una noche cuando decidió
dirigirse a una tienda de comestibles para comprar unas rosquillas. Cuando caminaba
hacia el pasillo en el que estaban las rosquillas, vio a una señora en la línea de cajas que
usaba audífonos. Así que hizo lo que se está volviendo algo natural entre nosotros: se
detuvo y le preguntó a la señora si podía orar para que sanara de la sordera. Ella le explicó
que tenía una pérdida significativa en la audición de ambos oídos y gentilmente aceptó el
ofrecimiento de Chad.
El hizo una oración sencilla y luego le pidió a la señora que se sacara los audífonos
para comprobar su audición. La señora se sacó los audífonos. Chad se paró a un costado de
ella, donde no lo pudiera ver y en voz baja le preguntó: “¿Me escucha?”. Ella res pondió:
“Sí, puedo escucharlo”. Chad se hizo hacia atrás un poco más y dijo: “Mi nombre es Chad”.
Ella respondió: “Tu nombre es Chad”. Él se alejó un poco más y agregó: “La pizza es mi
comida favorita”. Ella respondió: “La pizza es su comida favorita”.
A esa altura, le rodaban las lágrimas por las mejillas, pues se daba cuenta de que
escuchaba claramente, sin la ayuda de los audífonos. Había sido sanada.
La cajera, que había observado todo lo que se desarrollaba allí, comenzó a llorar al
darse cuenta de lo que acababa de pasar en su línea de caja. Chad se volvió a la cajera y le
dijo: “Dios está acá hoy sanando gente. ¿Estaría bien si uso el intercomunicador y le digo a
la gente lo que Él está haciendo?”.
Luz en lugares
improbables

Con lágrimas en los ojos, la cajera respondió: “Por supuesto”.


Chad tomó el micrófono y con audacia anunció: “Atención
compradores, Dios acaba de sanar a esta señora de sordera”. Lue go,
hizo que la señora tomara el micrófono y compartiera el testi monio de
sanidad. Aprovechando el momento, mi amigo comen zó a dar palabra
de conocimiento a través del micrófono. “Si tiene síndrome de túnel
carpiano o si tiene problemas de cadera, Dios está ahora aquí y quiere
sanarlo. Venga a la caja registradora diez si quiere ser sano”.
En ese punto las personas alrededor miraban para ver qué pa saba.
Se comenzó a formar un pequeño grupo en la caja diez. A medida que
una multitud se aglomeraba, una señora en un carrito de compras
motorizado logró abrirse paso. Miró a Chad y 1c dijo: “Usted
mencionó a alguien con un problema de cadera. Bien, esa persona soy
yo. Tengo un intenso dolor de cadera y tengo pro gramada una
cirugía”. Chad le preguntó si podía orar por ella y soltar el poder de
Dios sobre su vida. Luego le preguntó si podía ponerse de pie y
probar su cadera. Ella respondió: “De ninguna manera. Apoyarme
sobre mi cadera me causa un intenso dolor”. El la convenció de que se
pusiera de pie. De mala gana accedió y al comenzar a caminar lanzó
un grito. Se volvió hacia Chad con una enorme sonrisa en su rostro y
declaró: “¡No hay dolor!”.
Luego, desde el fondo del gentío, un hombre se adelantó con sus
brazos estirados hacia adelante. Dijo: “Yo soy la persona con el
síndrome de túnel carpiano. Hace dos años que lo tengo. He tenido
tanto dolor que no puedo tocar el piano, que es lo que hago para vivir.
Doy clases de piano y soy concertista”. Chad se acercó y puso sus
manos sobre las muñecas del hombre y oró para que fuera sano. El
hombre comenzó a sacudir sus manos de arriba hacia abajo, mientras
exclamaba: “¡Mis manos están ardiendo!”. Instantáneamente, el Señor
lo sanó. El dolor se fue y recuperó la movilidad completa de sus
muñecas.
Mi amigo le habló a la multitud que había sido testigo de que esas
dos personas habían recibido el toque sanador del Señor y les habló

151
CAFÉ ESPIRITUAL

acerca de Jesús, el Sanador, quien estaba revelando su pre sencia y


poder allí y en ese momento. Después de dar una breve charla sobre el
Rey y su Reino, Chad preguntó si alguna persona quería entregarle su
vida a Jesús. En medio de la multitud, se le vantaban manos a medida
que las personas entregaban sus vidas a Jesús.

152
Chulos para reflexionar

i.
¿Qué significa ser la luz del mundo? (ver Mateo 5:14-16). ¿Ser la
luz del mundo tiene que ver solamente con el evan- gelismo?
Nombre algunas formas posibles en las que la luz de Cristo que
brilla a través de los creyentes puede disipar la oscuridad del
mundo.

2. ¿En qué maneras has sido el destinatario de la luz de Dios a


través de un creyente?

3. ¿Puedes pensar en una forma en que la luz de Cristo haya brillado


en ti en las últimas veinticuatro horas?
^Jeditaeión

A fin de brillar con la luz de Cristo para que el mundo la vea,


necesitas “estar conectado” con El. Su luz no brillará a través de ti
solamente porque creas en la doctrina correcta o porque vayas a la
iglesia. Para estar conectado con la Fuente de luz, necesitas prestar
atención a su Espíritu y comprometerte en dar y recibir de tu relación
con Él.
De muchas maneras, su luz y su amor son idénticos. Cuanto más
absorbas su amor, más luz llevas. Rebosa en ti. Algunas veces, las
personas incluso comentarán sobre ello. Tú te conviertes en una
fuente de luz tal como lo es El.
CAPÍTULO
25

rf)e tal padre, tal hijo e


hija
POR B I L L J O H N S O N

N uestro Padre celestial es el creador de todo, el Dador de todas las cosas buenas. Sus
hijos no solo deben tener su semejanza, sino que también deben ser creativos como
su Padre. Cuando los inconversos lideran el camino en las invenciones y las expresiones
artísticas, es porque la Iglesia ha adoptado una falsa espiritualidad. Es no vivir con una
verdadera mentalidad del Reino, la cual es la mente renovada. La mente renovada
entiende que el dominio del Rey debe hacerse realidad en todos los niveles de la sociedad
para que un testimonio eficaz tome lugar. Alguien con una disposición mental orientada al
Reino mira las abrumadoras necesidades del mundo y dice: “Dios tiene una solución para
este problema. Tengo acceso legal a su reino de misterio. ¡Por lo tanto, lo buscaré a El por
la respuesta!”. Con la perspectiva del Reino, nos convertimos en la respuesta a todo
problema, de forma muy similar a José y Daniel que fueron la respuesta para los reyes en
su época.
A lo largo de gran parte de la historia de la Iglesia, las perso nas han sido despojadas
de los dones, talentos y deseos dados por Dios, con el pretexto de la “devoción a Cristo”.
Esa versión del cristianismo reducida al mínimo saca al creyente del ministerio y relega
ese privilegio a cierta clase de cristianos llamados “minis tros”. Al creyente común y
corriente se lo reduce a brindar apoyo
financiero y emocional a aquellos que están en el ministerio pú blico. No desvalorizo el
honor de dar para promover el ministerio, pero sí me interesa poner énfasis donde debo
hacerlo: en la importancia de que cada individuo creyente lleve adelante su propia
expresión creativa del Evangelio al mundo a su alrededor.
Cada creyente tiene libertad de soñar con Dios, de conectarse con la fuerza más
creativa en el universo. Para soñar con el Señor, los hombres y las mujeres deben aprender
a colaborar con El. El deseo de un verdadero creyente es no ser nunca independiente de
Dios. La meta no es encontrar forma de moldear su pensamiento, como si El tuviera

155
CAFÉ ESPIRITUAL

necesidad de nuestro aporte. En lugar de eso, la meta es representarlo bien, aprender a dar
evidencia de su corazón con precisión e instintivamente, a través de nuestros dones y
oportunidades. El deseo de su corazón, por supuesto, es redimir a todas las personas, y las
herramientas que utiliza para mostrar su bondad son gloriosamente vastas y llegan a las
necesidades del corazón de cada individuo en el planeta. Solo la sabiduría divina puede
satisfacer el desafío y solo un ejército de colaboradores pue de llegar a tantos lugares de
forma tan efectiva.
Sabemos que el sueño del Padre de redimir a la humanidad le costó la vida de su Hijo.
Los sueños pueden ser costosos. Sin embargo, colaborar con el Señor en sus sueños soltará
en nosotros una nueva capacidad para soñar con El.
Evalúo la creatividad no solo en términos de arte o invencio nes. En La Biblia, la
sabiduría y la creatividad están relacionadas. De hecho, la creatividad es una
manifestación de sabiduría en el contexto de la excelencia y la integridad. La sabiduría se
personifica en el capítulo ocho de Proverbios y es la compañera de Dios en la creación de
todas las cosas. Por lo tanto, la sabiduría y la crea tividad no deben estar separadas en la
mente del creyente. Son herramientas esenciales necesarias para completar nuestra tarea
de ser testigos eficaces a los perdidos. La sabiduría nos da favor entre los no creyentes de
este mundo.
Aunque la mayoría de los cristianos le asignan un gran valor a la sabiduría, no le dan
un valor similar al papel de la creatividad. Sin embargo, es la creatividad la que ilustra la
presencia de la sabiduría.
Los seis días de la creación vieron la más maravillosa exhi bición de sabiduría y de
arte imaginable. Cuando Dios habló se formaron mundos. La luz y la belleza, el sonido y
el color, todos fluían juntos como una sola pieza a medida que la Sabiduría es tablecía los
límites de la creación. Salomón, el hombre conocido por su sabiduría sobrenatural,
describió en uno de sus proverbios el efecto de colaboración que aquella sabiduría tuvo
aquel día:

Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se cimentaran las montañas, antes que
él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo. Cuando Dios
cimentó la bóveda celeste, y trazó el horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente.
Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del mar profundo; cuando
señaló los límites del mar, para que las aguas obedecieran su mandato; cuando plantó los

156
De tal padre , tal hijo e
hija
fundamentos de la tierra, allí estaba yo, afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de
alegría, siempre disfrutaba de estar en su presencia; me regocijaba en el mundo que él creó;
¡en el género humano me deleitaba!
— PROVERBIOS 8:25-31

A la Sabiduría se le da un título artístico de “maestra artesa- na”. Ten en cuenta el


componente emocional: “Día tras día me llenaba yo de alegría”, “me regocijaba en el
mundo que él creó”, “¡en el género humano me deleitaba!”. La Sabiduría no es estoica, como
se la muestra con frecuencia. Ella es más que feliz, por naturaleza disfruta celebrar y
encuentra gran placer en el arte de la creación.
¡Pero el mayor deleite de la Sabiduría está en nosotros! En la humanidad, la Sabiduría
encontró a un compañero perfecto. Tú y
yo hemos nacido para ser compañeros con ella, para vivir en ella y para mostrarla a través
de la expresión creativa.
En Las Escrituras, la primera mención de una persona llena del Espíritu Santo es
Bezalel ¿y cuál era su papel? Fue llamado a liderar un proyecto de construcción para
Moisés. Su tarea era edificar una casa para Dios, para que El pudiera morar en medio de su
pueblo. El Señor reveló cómo quería que fuera la casa, pero iba a ser necesario un don de
sabiduría especial para edificarla. Bezalel recibió sabiduría sobrenatural para completar la
tarea con excelencia artística. La sabiduría lo calificó para asumir la tarea y también lo
habilitó como un artesano o maestro artesano para diseñar y edificar lo que estaba en el
corazón de Dios (ver Exodo 3 1 : 3 5 ; 3 5 : 3 0 - 3 5 ).
Debido al Espíritu de Jesús, tú y yo no solo podemos com binar la sabiduría de Dios
con el diseño artístico y un excelente trabajo de inventiva, nosotros también tenemos el
poder de su Espíritu para aportar soluciones a situaciones imposibles.

157
bunios para reflexionar

1. ¿Cómo demuestra la creatividad la presencia de sabiduría?

2. Traza algunos paralelos entre la creatividad de Dios en la Creación


y tus propias expresiones de creatividad. Amplía el alcance para
incluir muchos aspectos vivificantes de tus ruti nas diarias. De tu
propia experiencia, ¿puedes trazar relaciones entre las expresiones
creativas y la sabiduría?

3. ¿Cuáles son algunas de las formas en las que la creatividad y la


sabiduría ayudan a establecer el Reino de Dios?

158
^JediUieión

El diablo no tiene habilidades artísticas en absoluto. Todo lo que


puede hacer es distorsionar y deformar lo que Dios ha hecho. A pesar
de los esfuerzos del diablo, Dios recrea y crea más, gene ralmente a
través de la vida de su Pueblo, lo que te incluye a ti. Cuando la
sabiduría y la creatividad se convierten en la normal expresión del
Pueblo de Dios, la resistencia del maligno contra ellos se debilita.
El Señor se hace conocer a sí mismo a través de sus obras. Cuando
sus obras fluyen a través de sus hijos, sus identidades se dan a
conocer, y hay una ineludible revelación de la naturaleza de Dios en la
Tierra. El se vuelve irresistible para aquellos que tienen ojos para ver,
mientras que aquellos que se oponen a El se desalientan.
Su Espíritu dentro de ti quiere encontrar expresión a través de tu
mente, ojos, palabras y manos. Pregúntale cómo puedes hoy ser fiel a
ti mismo y a El.
CAPÍTULO
26

alcción de gracias, estar I de


acuerdo con el cielo
P O R B I L L J O H N S O N

I magínate la mañana de Navidad, Has pasado los últimos meses


buscando regalos exclusivos para cada uno de los miembros de tu
familia, regalos que reflejan tu íntimo conocimiento de sus intereses y
deseos. No has escatimado en gastos para comprar los regalos de la
más alta calidad, que serán tanto placenteros como beneficiosos para
cada persona. Pero cuando tu familia se acerca al árbol de Navidad,
hay una persona que ignora por completo los regalos. Otra persona
abre el suyo, pero comienza a usarlo para algo para lo que no fue
hecho. Otro solamente toma el regalo y se rehúsa a desenvolverlo.
Para empeorar las cosas, ninguno de ellos sabe siquiera que los
regalos fueron hechos por ti.
Lamentablemente, esta es la manera en la que muchos cris tianos
responden a los dones de Dios, particularmente a los del Espíritu. Así
que muchas personas dejan de recibir lo que el Señor les ha ofrecido,
porque no entienden lo que son los dones o cómo usarlos. Dicen cosas
ridiculas como: “Bien, el don de lenguas es el menor de los dones, por
lo tanto, no lo busco”. Si mis hijos dijeran eso sobre uno de los
regalos que puse debajo del árbol para ellos, les diría: “¡Este es tuyo!
No me importa cuán pequeño piensas que es. Lo compré teniéndote
en mente y yo no doy regalos baratos. Si solo lo abrieras, te mostraría
lo que es y cómo usarlo”. Tal rechazo de los dones es arrogante.

160
La gratitud conlleva una actitud de humildad. La acción de gracias
es la única manera apropiada de recibir lo que Dios nos ha dado,
porque honra nuestra relación con El, al expresar con fianza en su
bondad, incluso si no entendemos todavía lo que hemos recibido.
Dios nos da “toda buena dádiva y todo don perfecto” (ver San-
tiago 1:17), por dos razones primordiales: Él nos da dones para
hacernos prósperos, y que así podamos tener éxito en la vida, y
también nos da para demostrar su amor, como una invitación para
establecer una relación. La acción de gracias reconoce que los do nes
que hemos recibido del Señor vinieron con esos propósitos. Y nos
pone en rumbo para conocer a Dios y para descubrir las razones por
las cuales nos creó.
La acción de gracias está de acuerdo con el cielo por medio del
reconocimiento de la verdad de que nuestra vida es un regalo de Dios
y de que Él es soberano sobre todo. El Señor es exagera damente
generoso y la vida que Él nos ha dado en este mundo no es una vida de
supervivencia, sino una de abundancia y de bendi ción. Sin embargo, a
menos que reconozcamos apropiadamente lo que se nos ha dado, no
podremos experimentar esa vida. Esa es la realidad de recibir un
regalo. Si no entendemos lo que nos ha sido dado, no entenderemos
sus propósitos, ni seremos capaces de experimentar sus beneficios.
Conocer al Señor no es difícil. Realmente es la cosa más obvia del
mundo. Todo lo que tienes que hacer es glorificarlo como Dios y ser
agradecido. Esta respuesta, porque está de acuerdo con la verdad, te da
acceso a los vastos tesoros del conocimiento del Se ñor. Pero sin esa
respuesta, tus pensamientos se vuelven inútiles y tu corazón
oscurecido (ver Romanos 1:18-21). Inútil significa “sin propósito”.
Cuando fallamos en responder con agradecimiento por cada cosa en
nuestra vida, nuestro pensamiento se separa de nuestro propósito en
Dios. Cuando perdemos la visión de nuestro propósito,
inevitablemente haremos elecciones que están fuera de
los propósitos de Dios para nuestra vida. Los corazones oscurecidos no
pueden percibir la realidad espiritual. Los corazones oscu recidos, sin
agradecimiento, son impasibles ante los deseos y el afecto del Señor, y
por tanto no pueden responder a su invitación de relacionarse, que es
la fuente de vida. La ausencia de agradeci miento abre la puerta de par
en par al pecado.
Ya que agradecer nos mantiene sanos mentalmente y vivos, al
conectarnos con la fuente de nuestra vida y propósito, tiene senti do
que Pablo nos instruya a dar gracias “en toda situación': “Estén
siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación,
porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesaloni
censes 5:16-18).
Además de mantenernos sanos y con vida, una dimensión
específica o acción de gracias es particularmente poderosa en tiempos
de dificultad y de adversidad. Dicho de forma sencilla: la acción de
gracias santifica todo lo que toca, aun las cosas malas. Fíjate en los
consejos de Pablo a Timoteo en la primera epístola de Timoteo, donde
le dice que no se preocupe acerca de la comida sacrificada a los ídolos,
sino que la coma después de que los efectos purificadores de la acción
de gracias la hayan consagrado nuevamente al Señor (ver 1 Timoteo
4:1-5). Cuando Pablo dice que la acción de gracias santifica la comida
inmunda, se refiere a que la separa para Dios y sus propósitos. La
acción de gracias en realidad cambia la propia naturaleza de la comida
en algo santo.
Esta verdad se extiende más allá de la comida inmunda. Se
extiende a cada situación en tu vida en la cual encuentras otros
poderes que trabajan aparte del poder del Señor. No todo lo que
sucede en la vida es la voluntad de Dios. El no causó la crisis que un
individuo o que una nación puedan enfrentar. De hecho, no puede dar
cosas que no son buenas, porque no las tiene. Dios solo puede dar
cosas buenas porque El es bueno, y solo tiene buenos dones para dar.
Por lo tanto, dar gracias en todo no significa que la adversidad viniera
del Señor. Pero dar gracias en el medio de una
situación adversa, una dificultad con la que se pretendía socavar tu fe
e incluso destruirte, te permite controlarla y desvincularla de Dios y
sus propósitos.
Cuando das gracias, las armas del enemigo que tenían la intención
de apartarte de tu propósito divino son puestas en tus ma nos y se
convierten en la misma cosa que te lleva más plenamente a ese
propósito. Jesús declaró que Él nos envía con la misma tarea con la que
el Padre lo envió a Él: destruir las obras del diablo (ver 1 Juan 3:8). La
acción de gracias lleva a cabo la justicia divina del Reino, en la cual el
enemigo es destruido por la misma cosa que pretendió usar para
nuestra destrucción. El solo saber que podemos paríicipar en destruir
los propósitos del enemigo debería movernos a dar gracias.
r
\Punios ¡Mira reflexionar

1. ¿De qué manera podrías haberte comportado como los miem bros
de la familia que ignoraron o utilizaron mal los dones dados por
Dios? ¿Puedes ver cómo esas respuestas no solo son
desconsideradas, sino que también son profundamente
perjudiciales para tu relación con el Dador?

2. Piensa en un ejemplo específico de una época en la que bic islc


una elección que estaba fuera del propósito de Dios paia In vida.
Si haces una retrospectiva de una mala elección: ¿cómo fue que
no respondiste con acción de gracias por todo en tu vida, y por lo
tanto separaste tu pensamiento de los propósitos del Señor? En
otras palabras, ¿cómo dejaste de confiar en Él? ¿Cómo trataste de
hacer las cosas por tus propios medios?

3. ¿Has tenido ocasión de practicar la acción de gracias en tiempos de


aflicción? ¿Cómo te ayudó eso?

164
sditaemm

Cuando Dios te dice que le des gracias, Él no insinúa que te da un don


para obtener algo de ti. Él no manipula a las personas con sus dones.
Él quiere que le agradezcas porque el agradecimiento recono ce la
verdad acerca de tu vida. Y cuando estás de acuerdo con la verdad, esta
te hace libre para ver y manifestar la grandeza que Él ha puesto en ti
como a uno que ha sido hecho a su imagen. Cuando no le das las
gracias a Dios, te separas de tu identidad.
En una oración de gracias, comienza a nombrar las cosas por las
que le quieres agradecer, e incluye las dificultades actuales y los
problemas. Reconoce su señorío sobre tu vida y cada cosa en ella.
¡Regocíjate porque la verdad te hace libre!
CAPÍTULO
27

Combate la oscuridad con


alabanza de gozo
P O R B E N I J O H N S O N

D os de las cuatro herramientas más grandes de intercesión son la


adoración y el gozo. Yo creo que estas dos armas oca sionan
más confusión al campo del diablo que cualquier otra cosa. Ambas
armas de guerra provienen de nuestra relación intima con nuestro
Padre Dios.
La palabra griega para “adoración” es proslcuneo. Significa
“besar la mano”. Por lo que significa mucho más que solamente ir a la
iglesia los domingos y cantar algunos himnos. Significa adorar desde
el corazón. Cuando nosotros adoramos a Dios es como si lo besáramos.
Esto pone todo nuestro enfoque en El, lo que nos conduce a su
poderosa presencia.
En uno de nuestros servicios de adoración un domingo por la
mañana, sentía distracción en mi espíritu. Continuamente miraba
alrededor a las personas para ver si podía darme cuenta de una ra zón
espiritual para mi agitación. Entonces escuché que el Espíritu Santo
susurraba: “Yo te estoy distrayendo, solo adórame”. Fue un pequeño
codazo del Espíritu, pero lo entendí. Me di cuenta de que lo que
necesitaba era nada más estar con Dios y adorarlo. El se encargaría de
los asuntos espirituales del lugar. Mi adoración era un arma de guerra.
Cuando adoramos, tenemos acceso al Reino celestial. Cuan do
adoramos, logramos salir de las esferas inferiores en las que

166
recogemos todo lo negativo y terminamos en el Reino de la gloria,
rodeados de su presencia.
Cuando adoramos, podemos soltar la presencia de Dios y de su
Reino en la habitación. La adoración, en cualquiera de sus for mas, con
nuestros labios, danza, música o cualquier otra manifes tación,
aterroriza al reino demoníaco. Yo creo que el diablo y sus demonios no
pueden soportar escuchar ni estar cerca de aquellos que son verdaderos
adoradores. He visto a mi hijo, Brian, tocar su guitarra a una persona
atormentada para traerle paz. Conozco a una mujer que va al hospital
de convalecientes en nuestra ciu dad para tocar la flauta a pacientes con
alzhéimer hasta que se tranquilizan.
Por el mismo motivo, el gozo verdadero trae victoria. Se supone
que somos personas que estamos llenas del gozo de Jesús en todas las
áreas de nuestra vida y ministerio. Uno de los elementos que noté que
falta en muchos intercesores es que no están gozo sos. Su oración
necesita ser más como la intercesión del cielo. Me gustaría ir al cielo
para una visita, solo para ver cuánto gozo hay allí. Allá, la intercesión
no es trabajo intensivo. Ese es un lugar de conocimiento y de gozo
puro. “Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana” (Mateo 11:30). En
otras palabras, para Él trabajar es una experiencia llena de gozo.
Vivir de ese modo puede parecer algo imposible, pero es la forma
más estimulante y efectiva de hacer guerra espiritual. Una de las tretas
del enemigo es llevarnos a su nivel. Muchos hemos caído en el
anzuelo. El mundo de Satanás está lleno de trabajo y de afanes. Si
entramos a ese mundo, tendremos agotamiento mental. Ese es el plan
del enemigo: cansarnos por completo.
11
El camino de Dios es diferente. Él le dijo a su Padre: Ahora
vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo ,
para que tengan mi alegría en plenitud” (Juan 17:13). Su gozo se
cumplirá en nosotros cada vez que esperemos que su luz prevalezca
sobre las tinieblas. Nosotros podemos cargar cualquier yugo, si sa -
bemos lo que El hace con nosotros.
Somos liberadores de su luz. Solo estar gozosos es una forma
maravillosa de llevar confusión a la oscuridad que trata de gober nar
sobre nosotros y los demás. La oscuridad no puede superar a la luz, no
la entiende (ver Juan 1:5). Solo saber eso debería darte más gozo.
Como la mayoría de las personas saben, un principio importante
de cualquier tipo de guerra espiritual es el elemento sorpre sa. Esa es
una forma en la que puedes usar este tipo de guerra. El enemigo no
espera que estés gozoso. Después de todo, es una guerra. Y el enemigo
no sabe cómo combatir el gozo en una peí sona. No puede echar mano
de nada. Una persona gozosa es v i v a , - , incluso jovial, y se ríe cuando
las circunstancias dictarían lo < on trario. Con una combinación de
adoración y gozo, de adorac i o n continua y llena de gozo, las fuerzas
del enemigo serán echadas fuera y reemplazadas por ángeles, que aman
el gozo.
Hace algunos años estábamos realizando unas reuniones en
Alaska. Para las primeras reuniones, tuvimos algunas alabanzas, pero
nunca llegamos al lugar íntimo de adoración. Sentíamos que había una
pared entre Dios y nosotros. Habíamos llevado con nosotros a nuestra
líder de danza y adoración. Es una persona diver tida para llevar en los
viajes por la adoración gozosa que expresa cuando danza. Cuando
queremos que algo se quiebre en el reino espiritual, solo hacemos que
ella se ponga de pie y comience a adorar. No lo hace pensando en la
batalla, solo con la adoración en su corazón, pero su danza de adoración
se convierte en guerra. Ni siquiera le decimos lo que está pasando. Solo
queremos que ella adore. Hicimos eso en una de aquellas reuniones.
Ella se puso de pie y comenzó a danzar, y cualquier cosa que haya sido
esa pared, desapareció. El cielo entró en la habitación.
En el servicio había un caballero que podía ver el mundo espi-
ritual. Después de que ella terminó, él nos dijo lo que había visto.
Al principio, había visto a demonios sentados alrededor de la ha -
bitación. Pero cuando nuestra bailarina se levantó para danzar, los
demonios comenzaron a gritar y salieron de la habitación tan pronto
como pudieron.
Aun así, no llevábamos a nuestra adoradora por sus efectos so bre
la oscuridad, sino porque Dios es digno de ser adorado. Como Josafat,
podemos decir: “... Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud
que viene a atacarnos. ¡No sabemos qué hacer! ¡En ti hemos puesto
nuestra esperanza!” (2 Crónicas 20:12).
1. ¿Qué tipo de arma es la adoración?, ¿ofensiva o defensiva? ¿Por
qué?

2. Fíjate si puedes describir con tus propias palabras por qué el don
del gozo verdadero obra como un arma contra el enemi go.
¿Alguna vez has utilizado esta arma con propósito? ¿Cuál fue el
efecto?

3. ¿Conoces a alguien que lleva un espíritu de gozo adonde quie ra


que vaya? ¿O conoces a alguien cuya habilidad para entrar en
adoración te lleva a adorar a ti? Si no conoces a alguien así, mira a
tu alrededor para ver si puedes encontrar una per sona así en tu
círculo de amigos y conocidos creyentes. O conviértete en esa
persona tú mismo, por el bien del Cuerpo de Cristo.

170
editaeión

Derrama tu corazón honestamente ante el Señor. Confiesa las cargas


que has llevado, pero que deberías haberle entregado a Él y entonces
entrégaselas, si todavía necesitas hacerlo. Dile cómo a veces te olvidas
de adorar y cómo te olvidas que la adoración te puede sacar de tu
desesperanza y llevarte a su luz celestial. Permite que tu conversación
honesta con Él se vuelva adoración, acción de gracias y gozo. Continúa
hablando con El hasta que eso suceda y luego mantente en adoración
tanto como te sea posible.
Cultiva un espíritu de adoración. Puedes entrar en adoración en
cualquier lugar, en cualquier minuto. Producirá un gran cam bio en tu
nivel de victoria y, por supuesto, en tu gozo.
CAPÍTULO
28

POR DANNY SILK

S in una expresión completa y madura de los dones que equipan a


los santos, el Pueblo de Dios no puede estar preparado
cuadamente para contener al nuevo vino que Dios está vertiendo y
ade

soltarlo al mundo a su alrededor. En cualquier iglesia, grande o


pequeña, el “odre” de su liderazgo debe mantenerse flexible por medio
de las diversas unciones que provienen de los diversos dones. Cada
una de esas unciones aborda una parte esencial de la identidad y
propósito de la Iglesia, a través de las áreas específicas de atención y
motivación.
En particular, estoy interesado en lo que nosotros llamamos los
“Cinco” dones ministeriales, que se describen en Efesios:

El mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,


. evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de
Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento
del Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la
plena estatura de Cristo.
—E F E S I O S 4:11-13

Estoy convencido de que una de las razones por las que los líderes
de iglesia de más antigüedad experimentan el desalentador

172
ciclo de grandes derramamientos que gradualmente menguan para caer
en lo mismo de siempre es la falta de entendimiento de los cinco dones
ministeriales, de sus unciones y llamados y de cómo sus unciones
perfilan la dirección de sus iglesias.
Los cinco dones que equipan a los santos son: apóstoles, pro fetas,
evangelistas, pastores y maestros. ¿Cómo son cuando están en acción?
Yo pienso que la mejor forma de presentar los atributos de las cinco
unciones es describir lo que puede pasar si llegaran juntos a la escena
de un accidente de auto múltiple:

El pastor es el primero en salir del auto. Se apresura a evaluar la si-


tuación y comienza a establecer las prioridades médicas y a brindar
primeros auxilios a las víctimas heridas. Recoge mantas, abrigos,
agua y todo lo que puede encontrar para darles alivio. Examina la
situación para ver si algo amenaza la seguridad tanto de los que están
recibiendo atención como de aquellos que se han acercado a la escena
del accidente. Habla con cada una de las personas para averiguar el
nombre, el estado civil y si tiene hijos o no. Recopila información de
los signos vitales y cualquier información de contacto de emergencia
que esté disponible a fin de ayudar al equipo de emergencia cuando
llegue. Trae una sensación de calma a la situación y cada persona allí
tiene una sensación genuina de cuidado. El pastor se pregunta si
debería haber sido médico.

El maestro es el próximo en la escena. Estudia la situación a fin de


saber qué causó el accidente. Da un paso atrás, nota los patrones de
las marcas del derrape y la distancia a que cada auto se movió antes y
después del impacto. Calcula la velocidad de cada vehículo en el
punto de impacto. De su profundo conocimiento del manual del
conductor y de las leyes de tránsito, desarrolla una teoría sobre quién
tuvo la culpa. Su conclusión es que, en general, los conductores
necesitan más entrenamiento. Decide comenzar una escuela.
El evangelista llega a la escena y le pregunta a todos los que ya están
seguros y en lugares cómodos (gracias al pastor): “Si fueras a morir
como resultado de tus heridas, ¿sabes adonde irías, al cielo o al
infierno?”. Se da cuenta de que hay un gran grupo de personas que se
han reunido a observar. Comienza a dirigirse a la gran multitud con
la misma pregunta. Las personas entregan sus corazones al Señor allí
mismo al lado del camino. Les explica a todos estos nuevos creyentes
que el mayor don que uno puede darle a alguien es el don de la
salvación. Los entrena para que lleven a otros a Cristo y ora para que
el bautismo del Espíritu Santo venga sobre ellos. Después, dice:
“¡Esto fue buenísimo!”, y decide comprar un escáner policial cuando
vuelva a la ciudad.

El profeta sabía que esto iba a pasar, porque lo había soñado la noche
anterior. Debido a que todos en el sueño habían sobrevivido al
accidente, reprende, al espíritu de muerte y declara con gran fe que
todos vivirán y ninguno morirá. También proclama que hay ángeles
alrededor del lugar del accidente y ora para que los ojos de todos los
corazones de todas las personas se abran para ver en el Espíritu.
Luego, camina alrededor y profetiza a varias personas. Suelta un
espíritu de revelación dentro del grupo. Finalmente, y con
naturalidad, comienza a preguntar para averiguar quién está a cargo
en el lugar. Cuando descubre quién es, discierne si es o no un líder
elegido por Dios. O, si encuentra que nadie está a cargo, designará a
un líder.

El apóstol ora por los heridos. Invita al toque sanador sobrenatural de


Dios a entrar a escena. Comienza a contar testimonios de otros
accidentes de autos, y de épocas en las que ha testificado del poder de
Dios. El nivel de fe de las personas comienza a elevarse. Pregunta si
alguien puede sentir calor en las manos y entonces hace que esas
personas comiencen a orar para que los demás sanen. Habiéndole
demostrado a todos los que están alrededor que el Reino de Dios está
cerca, va a su casa y abre una escuela para aquellos que llegaron hasta
el lugar del accidente y los envía a todo el mundo a realizar milagros
y prodigios.

Ninguna unción es mejor, más importante o más correcta que otra.


Cada unción determina cómo una persona ve distintas circunstancias
y qué soluciones puede brindar para cada situación. Los cinco dones
de Dios para su Iglesia ayudan a traer la perspectiva del cielo a la
Tierra.

Necesitamos los cinco dones trabajando juntos. En resumen, los


apóstoles gobiernan, los profetas guían, los evangelistas reúnen, los
pastores cuidan y los maestros fundamentan.
r
1\uilos para reflexionar

1. Ser apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro es un llamado,


mientras que ministrar en una de esas áreas es un don. El
propósito y la dirección vienen de la unción. Lee los siguientes
pasajes con esas diferencias en mente: 1 Corintios 1:1; 1 Pedro 4:10;
Isaías 61:1.

2. ¿Sientes que tienes un llamado para alguno de estos ..........................>


dones? Si es así, ¿a quién puedes señalar en lu iglesia o en otra
iglesia que manifieste el mismo llamado? ¿Que puedes aprender
de esa persona sobre cómo el ministerio y la unción pueden fluir
con este don? Si no sientes que tienes un llamado para alguno de
estos cinco dones (lo que está bien, no se espe ra que todos tengan
un papel de gobierno como apóstol, pro feta, evangelista, pastor o
maestro), ¿puedes especificar cómo Dios te ha equipado para que
des apoyo a la vida del Cuerpo de Cristo? Tú tienes un llamado,
dones y propósito también.

176
Dljeditaeión

“Porque las dádivas de Dios son irrevocables...” (Romanos 11:29). Los


dones del espíritu son permanentes, pero la unción que les da impulso
siempre será un flujo y reflujo en función de tu relación actual con el
Espíritu Santo.
Tu nivel de actividad dependerá también, simplemente, de lo que
está sucediendo a tu alrededor. Tú eres parte de un cuerpo, y todas las
partes del cuerpo no están en uso en todo momento.
Pablo escribió: “Nosotros (...) tenemos la mente de Cristo” (1
Corintios 2:16), que es plural. Juntos formamos su Cuerpo. Pídele al
Señor que te ayude a encajar mejor en el Cuerpo local de cre yentes
para que favorezca el desarrollo de tus dones particulares y, sobre
todo, para crecer en tu relación con el Espíritu Santo.
CAPÍTULO
29

Cubiertos por ^Dios


P O R B I L L J O H N S O N

S abemos que las promesas de Jesús se aplican a cada persona que


lo busca por salvación: "... Y les aseguro que estaré con ustedes
siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Entonces, ¿por qué
algunas personas caminan con más sentido de la presencia de Dios que
otras? ¿Por qué algunas personas le dan un valor más alto a su
presencia que otras? ¿Qué hace posible que algunas personas disfruten
una comunión con el Espíritu Santo a lo largo de sus días, muy
conscientes de cómo se siente Dios sobre sus palabras, actitudes y
actividades? Preocupados por no contristarlo, tienen pasión por darle
preeminencia en todo, y esa pasión lleva a esos creyentes a una vida
verdaderamente sobrenatural en la cual el Espíritu Santo obra a través
de ellos de forma continua.
La diferencia está en la unción. La presencia del Senoi Iu< e
realidad en su unción. La palabra unción viene de una puluhiu latina
que significa “untar”. La unción de Dios nos cubre o “unta" con su
presencia llena de poder. ¡Suceden cosas sobren.ilm.llo arando una
persona camina en su unción!
En su mayor parte, la unción ha sido acaparada por la Iglesia, para
la Iglesia. Muchos han comprendido mal la razón por la que el Señor
nos cubre de sí mismo, pensando que solo es para nuesl ro disfrute.
Pero debemos recordar: en el Reino de Dios, solo pode mos conservar
aquello que damos. Se supone que esta maravillosa presencia de Dios
debe llevarse al mundo. Si no se hace así, núes tra efectividad
disminuye, ¿el Señor nos deja? No, pero quizá esta

178
oración te ayude a echar luz sobre este punto: ¡Él está dentro de mí por mi
bien, pero está sobre mí por el tuyo! Estar llenos del poder del Espíritu no
es solamente para el ministerio, sino para tener un elemento que “une”.
Jesús dijo: “...el que conmigo no recoge, esparce” (Lucas 11:23). Si
nuestros ministerios no recogen, dividirán.
La unción nos equipa para llevar al mundo a un encuentro con Dios.
Les debemos ese encuentro. Por esa razón, todo creyen te compasivo
debería clamar por mayor unción. Cuando estamos cubiertos con el Señor,
se remueve todo aquello con lo que entra mos en contacto. La unción se
entiende más comúnmente como algo que ayuda con la predicación de La
Palabra o para la oración de los enfermos, pero es la persona con la unción
continua la que abre muchas más oportunidades para ministrar.
Solía ir a un local de alimentos saludables. Era del tipo que tiene
música extraña y muchos libros de guías espirituales de di versos cultos.
Iba allí a comprar por un compromiso que había hecho de llevar la luz de
Dios a los lugares más oscuros de la ciu dad. Quería que vieran un
contraste entre lo que ellos pensaban que era luz y lo que la Luz realmente
es. Antes de entrar, oraba específicamente para que la unción del Señor
cayera sobre mí y fluyera a través de mí. Caminaba por pasillos y oraba en
voz baja en el Espíritu, con el deseo de que Dios llenara la tienda. Un día,
el dueño vino hacia mí y me dijo: “Algo cambia cuando usted viene al
negocio”. Una puerta se abrió ese día que me dio muchas oportunidades
para ministrar a futuro. La unción que estaba sobre mí me equipó para el
servicio.
Jesús iba caminando por un camino muy transitado con per sonas que
de todos lados trataban de acercarse a Él. Una mujer se acercó y tocó el
borde de su manto. Él se detuvo y preguntó: “¿Quién me ha tocado?”. Los
discípulos se sorprendieron ante semejante pregunta porque, para ellos,
tenía una respuesta obvia: ¡todos! Pero Jesús prosiguió y dijo que había
sentido que había salido poder de Él. Él había sido ungido por el Espíritu
Santo y
el poder real del Espíritu de Dios había salido de su ser y fluido hacia
la mujer y la había sanado. La fe de esa mujer demandó algo de esa
unción en Jesús. “... el yugo se pudrirá a causa de la unción” (Isaías
10:27 RVR60).
Un versículo muy popular para recibir una ofrenda es: "... Lo que
ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente” (Mateo 10:8). Pero
con frecuencia se olvida el contexto de este versículo. Jesús se refería al
ministerio de lo sobrenatural. La implicancia es que, ya que has
recibido al Espíritu Santo, que es el mayor don de todos, debes darlo.
Cuando ministramos en la unción, realmente damos de la
presencia de Dios, la impartimos a los demás. Jesús continuó, en -
señándoles a los discípulos lo que significaba dar. Incluía las cosas
obvias, como sanar al enfermo, echar fuera demonios, etc. Pero
también incluía un aspecto olvidado con frecuencia: “Al entrar, digan:
‘Paz a esta casa (...) que la paz de ustedes reine en él’” (Mateo
10:12-13).
El nos ha hecho administradores de la presencia de Dios. No es
que podarnos manipular y usar su presencia para nuestros propios
fines religiosos. Somos movidos por el Espíritu Santo, por con -
siguiente, nos transformamos en colaboradores de Cristo. En esa
posición, lo invitamos a invadir las circunstancias que se presentan
ante nosotros. Al buscar cambios para servir, le damos al Espíritu
Santo la oportunidad de hacer aquello que solo El puede hacer:
milagros. Dale la oportunidad al Señor de hacer lo que solo El puede
hacer. El busca a aquellos que están dispuestos a ser “un tados” por El,
para que permitan que su presencia afecte a otros para bien. Jesús dijo:
“Si no hago las obras de mi Padre, no me crean” (Juan 10:37). Las
obras del Padre son milagros. En el contexto de su ministerio
milagroso en la Tierra, dijo: “... el que cree en mí las obras que yo
hago también él las hará, y aun las hará mayores..." (Juan 14:12).
Ansio que llegue el día en que la Iglesia declare: “¡No
CAFÉ ESPIRITUAL

creas en nosotros a menos que estemos haciendo las obras que


hizo Jesús!”.
Le debo al mundo una vida llena del Espíritu, pues le debo al
mundo un encuentro con Dios. Sin la llenura del Espíritu Santo tanto
dentro como sobre mí, no seré una vasija rendida para que el Señor
fluya a través de mí.

181
1. Algunas veces, “la unción” puede parecer una palabra en có digo,
lo cual puede disminuir su significado. En tus propias palabras,
¿puedes describirla? Incluye ejemplos personales tanto de dar
como de recibir la presencia de Dios debido a la unción (sobre ti o
sobre alguien más).

2. ¿Cómo te ha ayudado la unción a usar tus dones espirituales para


lograr un mayor resultado? Asegúrate de incluir los do nes
ministeriales como el servicio y la ayuda.

3. ¿Cómo puedes llevar la presencia de Dios adonde quiera que


vayas en las próximas veinticuatro horas?
í)fédil(wión

Permite que las palabras que acabas de leer te motiven a buscar su


presencia nuevamente. Llénate de El. Invítalo a que te cambie aun
más. Escucha su voz en lo profundo de tu corazón. Entrégate por
completo a El otra vez.
Pídele que te cubra con su presencia, que te unja para que puedas
llevar su presencia a tu mundo hoy. Su corazón anhela tocar los
corazones de otros hombres, mujeres y niños a través de tí. Permítele
tener más acceso a tu corazón y, a través del tuyo, al de ellos.
CAPÍTULO
30

I cPracticar ios dones


del e spíritu

POR KRIS VALLOTTON

E n los días de Samuel, Elias y Eliseo, los “hijos de los profetas”


estudiaron bajo la guía de esos profetas en lo que era, pro-
bablemente, una escuela de profetas. Aunque los profetas tenían su
base en Nayot de Ramá, recorrían el desierto para profetizar mientras
eran aconsejados por esos profetas renombrados (ver 1 Samuel 19:18-
20).
Desafortunadamente, algunos cristianos comprendieron mal la
definición de practicar la profecía o cualquiera de los dones del
Espíritu. La verdad es que no practicamos para que el Espíritu Santo
mejore sus dones, sino más bien, lo hacemos para mejo rar nuestra
propia habilidad para fluir con aquello que el Espíritu Santo está
haciendo.
En el libro de 1 de Timoteo, Pablo exhorta a Timoteo a mi nistrar
con su don espiritual más allá de lo habitual. Cualquiera que haya
hecho ejercicio físico sabe que hay algún beneficio de ejercitarse hasta
que el cuerpo sienta cierto nivel de dolor. Si te levantas a la mañana
después de hacer ejercicios y no estás dolo rido, te das cuenta de que el
ejercicio realizado solo mantuvo tu condición actual.
El mismo principio se aplica a tu crecimiento espiritual. Si haces
solo aquello que es cómodo para ti, no crecerás. Cuan do realmente
estás creciendo es porque hay un elemento de

184
incomodidad. Puedes verlo de este modo: “Los perros del fracaso están
a las puertas del destino”. La fatalidad y el fracaso siempre nos asustan
y, a veces, impiden que avancemos hacia un futuro más promisorio.
En otras palabras, las cosas a las que les temes con frecuencia
guardan las mayores recompensas.
Pablo le recuerda a Timoteo que “ avives la llama del don de
Dios que recibiste (...) Pues Dios no nos ha dado un espíritu de
timidez, sino depoder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo
1:6-7). Pablo le habla a esa tendencia en nosotros. Cada vez que damos
un paso de fe, tenemos que pasar por encima del temor. El temor es el
perro guardián que protege la fortaleza de la prosperidad espiritual.
Cuando un perro comienza a ladrar, sabemos que el tesoro que protege
está cerca. La mayoría de las personas nunca pasan por encima del
perro que gruñe. El resultado: No crecen porque no practican el fluir
de sus dones.
Acá hay algunas sugerencias para practicar los dones del Es píritu,
en especial los dones proféticos:

1. Profetiza tu día. Cuando te levantes a la mañana, ora y


pídele al Señor información sobre lo que pasará durante el
día. Escríbelo tan claramente como lo comprendas. Al final
del día, revisa y fíjate si el suceso que te profetizaste a ti
mismo sucedió. Además, considera qué tan bien com -
prendiste los detalles específicos del o los hechos.
2. Practica palabras de conocimiento. Ve a un restaurante o
lugar público y ora por la persona que está proveyendo un
servicio para ti. Pídele al Señor palabras de conoci miento
para la persona. En general, es mejor si haces esto cuando la
persona no está frente a ti. Escribe las palabras de
conocimiento en un pedazo de papel. Después puedes
“entrevistar” a la persona respecto a las palabras de cono -
cimiento que recibiste.
Por ejemplo, si piensas que el Señor te mostró que esa
persona tiene tres hijos, simplemente le puedes preguntar si
tiene niños. Si la respuesta es sí, le puedes consultar cuántos,
etc. Te sugiero que, cuando recién estás apren diendo, no le
digas a la persona que tienes palabras de conocimiento de
parte de Dios. Al comienzo, esta prác tica es más para
desarrollar tu don que para ministrar. A medida que tu
habilidad para escuchar la voz del Espíritu Santo mejore,
comenzarás a avanzar con valentía y fe.
3. Forma un grupo con otra persona. Agrega la ayuda de un
compañero de oración. Oren uno por otro y pídanle al Se ñor
por palabras de conocimiento para cada uno. Tomen turnos
para comentar lo que creen que Dios les ha mos trado.
Permite que aquel que recibe la palabra la juzgue.
Obviamente, esto funciona mejor si ambos están tratando de
crecer en sus dones espirituales. Es importante en este
ejercicio que sean extremadamente sinceros uno con otro, a
fin de obtener una honesta evaluación del desempeño.
4. Practica palabras de conocimiento para sanidad. Puedes
practicar palabras de conocimiento para sanidad en un grupo,
simplemente orando y pidiéndole al Señor que te muestre a
alguien que está pasando por una enfermedad o dolor. Con
frecuencia, esto viene como una sensación en tu cuerpo que
coincide directamente con la parte del cuerpo de alguien que
el Señor quiere sanar. Si es apropiado en la reunión,
pregúntale al grupo si alguien tiene un problema específico
en su cuerpo. Luego, deberías orar por esa persona y
experimentar el gozo de ver al Señor sanar la dolencia.
5. Profetizar como un grupo. Otra forma de practicar en el
entorno de un grupo es elegir a un miembro del grupo y
hacer que los demás le profeticen a esa persona. A me dida
que se expresan las palabras, pídele a un miembro
del grupo que las escriba. Luego de que se hayan dicho un
número significativo de palabras proféticas, pídele a la
persona que las recibió que las juzgue y dé una devolución al
grupo sobre la exactitud de las mismas.
6. Intercesión profética. La intercesión profética toma lugar al
orar. A menudo en la oración, el Señor te dará una com-
prensión de la vida de las personas. Profetiza la respuesta a
cada uno de esos asuntos que puedes ver en la vida de esas
personas y entonces pídele al Señor que permita que los
caminos de ambos se crucen ese día. Te sorprenderás de
cuántas veces el Señor te hará recordar personas para que
ores por ellas, gente que no has visto en meses, incluso años.
Lo más probable es que pronto sepas de ellos.

La práctica de los dones del Espíritu debe hacerse en una at-


mósfera de amor y cultura de sumisión a la verdadera autoridad
espiritual, así podemos edificar sobre una base sólida mientras
practicamos nuestros dones espirituales.
''Punios para reflexionar

¿Cuáles son tus dones espirituales? Si no lo sabes, proponte


averiguarlo. Si los conoces, ¿cómo los utilizas? ¿De qué mane ra
han sido dejados de lado algunos de ellos?

Define un método en particular que deseas utilizar para prac ticar


tus dones espirituales. Sigue adelante con tu decisión y observa si
eso marca una diferencia en tu confianza y efecti vidad. ¿Cómo
podrás darte cuenta de que tus dones se están desarrollando?

¿Cuál es tu mayor temor cuando consideras caminar en la plenitud


de tus dones? ¿Qué vas a hacer al respecto?
Si has aprendido a tocar un instrumento musical, piensa de qué
manera llegaste a ser habilidoso. Incluso si eres un músico talen toso,
seguramente tuviste que practicar desde el primer día. Y sa bes que
puedes seguir mejorando por el resto de tu vida, no hay límites a lo
que puedes aprender. De hecho, las épocas de práctica intensa (solo o
en grupo), proveen la mejor preparación para cual quier música que
necesites ejecutar.
Ponte en una situación que te desafíe a usar tus dones espiri tuales
al mismo tiempo que te alimentas con enseñanza bíblica. Practica el
uso de tus dones. Fíjate si puedes estimular un “impul so” de
crecimiento espiritual en ti mismo.
CAPÍTULO
31

" 6l distrito de la luz verde


P O R B I L L J O H N S O N

M uchos creyentes viven con el concepto de que Dios los guiará


cuando les llegue el tiempo de hacer algo. Entonces, esperan, a
veces durante toda la vida, sin hacer un impacto significativo en el
mundo a su alrededor. Su filosofía es: tengo luz roja hasta que Dios me
dé la luz verde. Y la luz verde nunca llega.
Pablo vivió en el “distrito de la luz verde” del Evangelio. Él no
tuvo necesidad de señales del cielo para convencerse de obedecer Las
Escrituras. Fue suficiente cuando Jesús le dijo: “¡Ve!”. Pero todavía
necesitaba al Espíritu Santo para que le mostrara lo que estaba en la
mente del Padre.
Él tenía carga por Asia y había tratado de ir allí y predicar. El
Espíritu Santo lo detuvo, lo que también significa que no lo guió.
Luego, trató de ir a Bitinia, pero una vez más el Espíritu Santo dijo que
no. Después, tuvo una visión de un hombre que le rogaba que fuera a
Macedonia. Así que fue a Macedonia para anunciar el Evangelio. Esa es
una historia maravillosa de la guía de Dios (ver Hechos 16:6-10).
Pero es fácil no comprenderlo. Pablo pudo ser obediente por que
ya estaba trabajando, llevando el Evangelio a todo el mundo. Acá cabe
un decir popular: “Es más fácil conducir un auto cuando está en marcha
que cuando está detenido”.
El compromiso de Pablo hacia el estilo de vida de ir lo puso en el
lugar en el que podía escuchar las direcciones específicas que

190
Dios tenía para Él. El Espíritu Santo trataba de impedir que fuera a
ciertos lugares en los momentos equivocados.
El propósito del Apocalipsis no es hacernos más perspicaces. El
entendimiento es un maravilloso beneficio de un encuentro con Dios,
pero enriquecer nuestra inteligencia no es la preocupación primordial
del Señor. Su interés en la revelación es nuestra trans formación
personal. La revelación nos conduce a un encuentro con Dios, y ese
encuentro nos cambia para siempre. Los encuen tros pueden ser
experiencias sensacionales o simples momentos de estar inmersos en
su paz. De todas maneras, son indicadores a lo largo del camino de
“Venga tu reino..." (Mateo 6:10).
Sin el encuentro, la revelación nos vuelve orgullosos. Esa fue la
razón de la advertencia de Pablo a la iglesia en Corinto: “El conoci-
miento envanece...’’ (1 Corintios 8:1). El efecto real sobre nuestra
inteligencia está en relación con la medida de transformación que
hemos vivido. La revelación viene a ensanchar el terreno de juego de
nuestra fe. La verdad revelada permanece como teoría sin comprobar,
a menos que se haga una realidad a través de una experiencia accio -
nada por la fe. Dios quiere que experimentemos el fruto de la reve -
lación sobre la sanidad, por ejemplo, sanando personas. No quiere que
usemos la revelación para desarrollar una teología de la sanidad.
“Revelación” significa “levantar el velo” o “remover la cubier ta”.
La revelación nos da acceso a esferas de una mayor unción, las que
están disponibles para nosotros para hacer de esa verdad una
experiencia personal y un estilo de vida.
Cuánto más grande sea la verdad, mayor será la unción que se
necesite para demostrar esa verdad al mundo. Se debe buscar la unción
y no darla por supuesta (ver 1 Corintios 14:1).
La medida de la unción que tenemos revela la medida de la
revelación con la que vivimos.
Las personas me piden que ore por ellas a fin de recibir una
revelación mayor. En tanto que siempre es un honor bendecir a alguien
con oración, esas personas poco comprenden cómo o a
quién viene la revelación. La siguiente es una lista de sugerencias
prácticas para crecer en lo que respecta a recibir revelación de Dios.
Ser como niños. La sencillez y la humildad de corazón ayudan a
capacitar a una persona para escuchar a Dios, el deseo de ser profundo
es un deseo malgastado.
Lo que muchos descubren después de años de enseñanza es que la
palabra más sencilla es la más profunda. Jesús dijo: "... Te alabo, Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios
e instruidos, se las has revelado a los que son como niños” (Mateo 11:25).
Obedece lo que sabes. La claridad llega a aquel que está deseoso de
hacer la voluntad de Dios. La voluntad de obedecer atrae reve lación,
porque Dios es el máximo administrador, sembrando sus tesoros en
tierra fértil: los corazones rendidos.
Aprende el arte bíblico de la meditación. La meditación bíblii .1 es
una búsqueda diligente. Mientras que los cultos religiosos le en señan
a las personas a vaciar su mente para meditar, La Biblia nos enseña a
llenar la nuestra con La Palabra de Dios. La meditación necesita de un
corazón tranquilo y una mente controlada. Meditar es cuando
reflexionas en tu corazón sobre una palabra, buscando la verdad en la
misma forma en la que un niño curioso persigue algún asunto. “... Mi
corazón reflexiona por las noches; mi espíritu medita e inquiere” (Salmo
77:6).
Vive en la fe. Vivir por fe en tu tarea presente te prepara para más.
La luz de la gloria de Cristo llega a la persona que expresa fe (ver 2
Corintios 4:4).
Adquiere un corazón comprensivo. Un corazón comprensivo es una
buena base para que se edifique algo nuevo. Con sabiduría, Dios
concede entendimiento nuevo a aquellos que tienen los prin cipios
básicos en su lugar. Cuando viene la revelación, el corazón
comprensivo tiene una “ranura en la que ponerla”. No se pierde como
una semilla derramada sobre la tierra. "... para el entendido, el
conocimiento es cosa fácil” (Proverbios 14:6).
Entrégale tus noches a Dios. Trato de terminar cada día con el
amor de mi corazón encendido y dirigido al Espíritu Santo. Qué
maravillosa forma de irse a dormir. En Cantar de los Cantares esto se
revela de forma poética: “Yo dormía, pero mi corazón velaba...”
(Cantares 5:2). Dios ama visitarnos por las noches y darnos ins -
trucciones que nos costarían mucho más trabajo recibir durante el día
(ver Job 33:15-16).
Comparte lo que ya has recibido. Dar continuamente es una forma
segura de recibir más. Cuando estás en una situación mi nisterial que
“te supera”, Dios extrae de las profundidades de tu corazón
entendimiento que todavía no era parte de tus procesos de
pensamiento consciente (ver Proverbios 20:5).
Conviértete en un amigo para Dios. Dios comparte sus secretos con
sus amigos.
bunios para reflexionar

1. ¿Cuál es el último entendimiento profundo o la última re velación


que has recibido de Dios? ¿Qué idea “cobró vida” cuando la
escuchaste, leiste, pensaste o comprendiste? Hasta ahora, ¿qué has
hecho con ella? ¿Cómo lo acompañas con fe? ¿Cómo se convierte
en activa y tiene un efecto en el mundo a tu alrededor?

2. ¿Vives en el “distrito de la luz verde”? ¿Cómo te das cuenta?

3. Cuando Dios te da entendimiento, ¿cómo puedes evitar la trampa


del orgullo?
’^/ed ilación

Uno de los mayores gozos en la vida es escuchar a Dios. No tiene lado


negativo. Pero hay un costo que viene con lo que compren des. Parte
del costo es el esfuerzo que requiere buscar al Señor diligentemente y
otra parte del costo es dejar de lado los objetivos personales.
Si leer sobre el precio de la revelación disminuye tu emoción
sobre recibir revelaciones de Dios, pregúntale qué quiere que cam bies
y cómo puedes moverte en dirección al “distrito de la luz verde”.
¿Cómo puedes hacer que tu corazón se convierta en mejor tierra para
sus revelaciones?
Si crees que ya le estás dando a Dios una luz verde, ponte en la
posición para más. Pídele específicamente, por ejemplo, que te
ministre en la noche a través de visiones y sueños. Pídele más fe para
acompañar las revelaciones que Él te dé.
CAPÍTULO
32

uinddad verdadera
P O R K R I S V A L L O T T O N

L a humildad verdadera no es la ausencia de confianza, sino más


bien fuerza contenida. No podemos ser humildes por accidente;
debemos proponernos en nuestro corazón no exaltarnos más de lo que
debemos. La humildad es un asunto del corazón.
Jesucristo fue el modelo máximo de humildad y servicio. Él
contuvo su poder, vaciándose a sí mismo de sus privilegios como Dios
y adoptando las limitaciones humanas. Pero La Biblia registra que
Jesús no fue siempre percibido como un modelo de humildad. Con
frecuencia, ofendió a los fariseos e incluso a sus propios seguidores al
hacer declaraciones en las que les pareció arrogante y blasfemo. Acá
hay una respuesta típica a sus declaraciones:

Una vez más los judíos tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús
les dijo:
—Yo les he mostrado muchas obras irreprochables que proceden del
Padre. ¿Por cuál de ellas me quieren apedrear?
—No te apedreamos por ninguna de ellas sino por blasfemia; porque
tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios.
JUAN 1 0 : 3 1 - 3 3

El punto es que la percepción de las otras personas realmente no


tiene nada que ver con que una persona sea verdaderamente humilde o
no. La humildad es un asunto de cómo te relacionas con Dios y cómo Él

196
Humildad
verdadera

te percibe. La humildad es una consecuencia

197
de entender y creer la verdad de quién es Dios y quién eres en Él.
Podemos ser humildes y aun así confiar en nuestra identidad.
Desafortunadamente, incluso ese tipo de confianza le parece arro gante
al inseguro.
Es verdad que la humildad es una elección, pero el hecho es que
la mejor manera de escoger la humildad es elegir creer lo que el Señor
dice acerca de ti. Cuando salimos basados en las palabras que hemos
oído de nuestro Padre, descubrimos lo que está verdaderamente dentro
de nosotros y, consecuentemente, podemos aprender cómo moderar
nuestra fuerza. La fe es el atributo más humilde que podemos cultivar
en nuestra vida.
Juan el Bautista fue un gran ejemplo de humildad. Él fue un gran
hombre y Jesús mismo lo elogió y declaró que era el más grande de
todos los hombres “entre los que nacen de mujer” (ver Mateo 11:11
RVR60). Él sabía quién era y con fidelidad y valentía cumplió con su
divina misión de preparar el camino del Señor. Pero cuando Cristo se
reveló y comenzó su ministerio, Juan, por voluntad propia, se hizo a un
costado. Él dijo: “A él le toca crecer, y a mí menguar” (Juan 3:30).
¿Se estaba humillando Juan con esta afirmación? No, porque no
necesitaba hacerlo. Simplemente estaba afirmando un hecho: cuando
Jesús crece, todo lo demás nece sariamente mengua. La verdadera
humildad viene sencillamente de vernos a nosotros mismos en el
contexto correcto.
Hasta ahora, hemos tratado de ver nuestra grandeza en el contexto
de quién es Dios. También necesitamos ver nuestra grandeza en el
contexto de su propósito. Dios le ha hecho a la Iglesia un gran llamado,
y por lo tanto, se requiere de grandes personas para lograrlo. Si no
somos capaces de ver nuestra grandeza, incumpliremos con nuestro
llamado. Nuestra mentalidad limitada y nuestra falsa humildad han
hecho que gran parte de la Iglesia sea ineficaz, al disminuir nuestra
visión de la influencia que estamos destinados a tener en el mundo.
Todos hemos encontrado personas en el mundo a nuestro al
rededor que son arrogantes y egoístas. Algunas de esas personas han
alcanzado una supremacía real en algún área de la vida, a través del
desarrollo de sus talentos con trabajo duro y determinación. La
tragedia en esos casos no es que esos hombres y mujeres se llevan el
crédito por lo que han hecho, sino que su grandeza no ha sido dirigida
hacia el propósito divino para el que fueron creados. ¿Puedes
imaginarte lo que sería nuestro mundo si cada talento y habilidad que
fue dada al género humano fuese dirigida hacia la alabanza y la gloria
de Dios? Entonces el conocimiento de la gloria del Señor podría cubrir
la Tierra como las aguas cubren el mar (ver Habacuc 2:14).
En la parábola de los talentos (ver Mateo 25:14-30), los exi tosos
siervos fueron aquellos que entendieron que su maestro les había
confiado algunas de sus riquezas con el propósito de incre mentarlas.
Eso es lo que Dios quiere que entendamos acerca de la grandeza que ha
puesto en nosotros. No será una cuestión de si nos enorgullecemos
cuando realmente comprendamos y abracemos la responsabilidad que
viene con ello. Al contrario, nos volve remos formales, disciplinados y
apasionados por desarrollar lo que hemos recibido, a fin de cumplir
con nuestro llamado.
El precio que Jesús pagó en la cruz determinó el valor de la gen te
que El compró con su sangre. Fuimos creados para testificar la gloria de
Dios y para traerle gloria. Después de todo, ¿quién es más grande: un
rey que gobierna sobre un grupo de sujetos cualesquiera o un rey que
se para frente a un gran ejército de soldados llenos de seguridad, que
se enorgullecen de servir a su rey? ¿No es verdad que la grandeza de
los súbditos del rey a él mismo lo glorifica?
Aunque el primer ejército de David estaba lejos de ser podero so,
su grandeza personal levantó a esos hombres para que fueran como él,
a tal punto, que treinta y siete de esos hombres tienen sus nombres y
proezas documentadas en La Biblia (ver 2 de Samuel 23:8-39). Cuando
comenzaron, eran un ejército de perdedores:
“Además, se le unieron muchos otros que estaban en apuros, cargados de deudas
o amargados. Así, David llegó a tener bajo su mando a unos cuatrocientos
hombres” (1 Samuel 22:2).
En el Nuevo Testamento, este escenario se repitió con Jesús y sus
discípulos. Cuando los discípulos fueron a Él, eran solamente hombres
de trabajo con limitado entrenamiento espiritual. Bajo Jesús, dieron
vuelta al mundo (ver Hechos 17:6). Los entrenó para que hicieran todo
lo que Él hizo y les prometió que sus obras serían más grandes que las
que Él hizo.
Su grandeza vino directamente de lo alto. Su humildad vino, no
de degradarse a sí mismos, sino de exaltar a su líder.
^Pimíos para reftemonai

1. ¿Por qué es signo de humildad creer lo que Dios dice acerca de ti?

2. El hecho de que Jesucristo se humilló a sí mismo al conver tirse en


hombre obviamente no significó que í l nunca haya demostrado
gran fortaleza y valentía. Entonces, ¿qué signific a que contengas
tu fuerza?

3. ¿Comprendes la grandeza del llamado que Dios ha puesto en tu


vida como su hijo o hija, o por lo general sientes que no puedes o
no deberías ser una gran persona? ¿De qué manera una
mentalidad pobre disminuyó tu visión de influenciar el mundo?

201
féditación

El rey David hizo esta afirmación: “Mi alma se gloría en el SEÑOR; lo oirán
los humildes y se alegrarán” (Salmo 34:2). Nos hemos acostumbrado tanto a
escuchar ese versículo que no pensamos con seriedad sobre la incongruencia de
combinar jactancia con humildad. Sin embargo, este señala cómo la jactancia,
en el Señor, puede ser, de hecho, una expresión de verdadera humildad. De lo
que nos gloriamos es de mucha importancia.
Tórnate un tiempo ahora mismo y gloríate en el Señor. Adóralo, usa las
palabras de los Salmos y tus propias palabras. Declara su grandeza. Con tu
corazón enfocado en El en vez de en ti mismo, disfruta la libertad de la
humildad.
CAPÍTULO
33

P O R K E V I N D E D M O N

P ara muchos cristianos, la idea de escuchar directamente a Dios


es muy extraña. Esos mismos cristianos no tienen problema en
pedirle al Señor y esperan que El escuche sus oraciones. La dificultad
que tienen es creer que ellos mismos pueden oírlo.
Desafortunadamente, eso significa que muchos cristianos han
reducido el “oír a Dios” a lo que comprenden de La Biblia. Además,
para algunos, el pensamiento de que el Señor le hable directamente a
un individuo produce algo de temor, por todos los “chiflados” que
alguna vez han expresado que lo escuchan, pero que, obviamente, han
oído a otra fuente.
Escuchar a Dios personalmente es algo completamente es-
critural. Por ejemplo, Moisés tuvo una conversación con El en la zarza
ardiente, una conversación en la que Dios le daba ins trucciones
específicas para liberar a los israelitas de la esclavitud en Egipto (ver
Exodo 3). Gedeón ganó confianza para vencer a los medianitas cuando
el ángel del Señor mencionó su verdadera identidad y le dio
confirmación a través de un “vellón” para cumplir su destino (ver
Jueces 6:11-40). Pablo escuchó la voz de Jesús en el camino a Damasco
(ver Hechos 22:6-10) y Jesús instruyó a Pedro respecto a los animales
limpios e inmundos (ver Hechos 10). Jesús prometió: “Pero cuando
venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no
hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les
anunciará las cosas por venir" (Juan 16:13).

203
Se nos ha dado el Espíritu Santo para que nos comunique los
planes y deseos del Padre. El Espíritu Santo hace esto a través de
visiones, sueños, palabras proféticas, palabras de sabiduría y pala bras
de conocimiento (ver 1 Corintios 12).
Es fácil escuchar de Dios. Algunas veces lo escuchamos y ni
siquiera nos damos cuenta. Eso fue lo que le pasó al niño Samuel en el
templo. El Señor lo llamó, y tres veces fue a ver a Eli, el sumo
sacerdote, pues pensaba que era él quien lo había llamado (ver 1
Samuel 3).
Creo que Dios nos habla a todos nosotros más de lo que dis -
cernimos. Con frecuencia viajo a distintas iglesias, para equipar y
animar a las personas a vivir lo sobrenatural de forma natural. Un fin
de semana estaba en una iglesia. Durante el servicio de la mañana,
llamé al equipo de liderazgo al frente para darle palabras de
conocimiento para sanidad. Hubo muchas palabras de conoci miento, y
varias personas sanaron al momento en que se pronun ciaban las
palabras.
Finalmente, llegamos a uno de los líderes clave de la iglesia y le
pedí que diera una palabra de conocimiento. “No tengo ningu na”, me
respondió. “Seguro que tienes”, lo alenté. “No, realmente no tengo
ninguna”, me respondió. “Inventa una”, le imploré.
La congregación se quedó boquiabierta y el líder me miró con
incredulidad y me dijo: “Estás bromeando, ¿no?”. “No, hablo en serio,
inventa una”, presioné. El punto que trataba de demostrar es que
escuchar a Dios es mucho más fácil de lo que muchos de nosotros se
imaginan.
Con cara de consternación, el líder echó mano de la primera
palabra que vino a su mente y dijo: “Bien, alguien acá tiene dolor en la
parte baja del estómago y siente náuseas”. Inmediatamente, cinco
personas levantaron sus manos y todas ellas fueron sanas de
inmediato. La iglesia rompió en alabanzas a medida que los cinco
confirmaron sus sanidades y testificaron públicamente.
La noción de que “nuestros pensamientos no son sus pen -
samientos” es una afirmación del Antiguo Testamento sobre un Israel
rebelde al que el profeta le rogaba que se arrepintiera (ver Isaías 55:8).
Para el cristiano obediente, esa afirmación debería cambiarse por
“nuestros pensamientos son sus pensamientos”. La Biblia es clara: Es el
incrédulo el que tiene una mente depravada (ver Romanos 1:28). Y esa
mente es hostil hacia Dios (ver Roma nos 8:7). Al creyente, se le ordena
ser transformado mediante la renovación de su mente (ver Romanos
12:2).
Más aun, Pablo nos dice que nosotros, de hecho, “tenemos la
mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).
Dos veces al año, tenemos lo que llamamos el “Pastors’, Lea- ders’
Advances [Avances del Líder y Pastores]”, un evento de tres días en el
cual los estudiantes de segundo año de la School of Su- pernatural
Ministry [Escuela de Ministerio Sobrenatural] que han sido entrenados
para escuchar la voz de Dios, profetizan a los lí deres. Dos estudiantes
por equipo, junto con un estudiante de secundario de nuestra escuela
cristiana, pasan unos diez minutos con cada persona en una sesión de
más de dos horas de duración.
En una ocasión, dos de nuestros estudiantes habían formado un
equipo junto a un niño de doce años. A medida que los líde res pasaban
delante, los dos estudiantes mayores se miraban uno al otro,
preguntándose si tenían o no una “palabra”. Cada vez, respondían que
no tenían algo de forma inmediata y entonces le cedían la palabra al
estudiante de colegio secundario, que siempre tenía prolongadas
“palabras” de ánimo.
Cuando la sesión de dos horas había terminado, los estudian tes
de la Escuela de Ministerio Sobrenatural expresaron su asom bro ante el
nivel de capacidad del niño de doce años. Cuando le preguntaron cuánto
tiempo hacía que profetizaba, pensando que seguramente tenía mucha
experiencia, él les respondió que esa era la primera vez. Impresionados,
los estudiantes del Ministerio Sobrenatural comenzaron a preguntarle
cómo había tenido tantas
palabras, las que resultaron ser muy detalladas y de gran aliento para
los líderes a los cuales les habían profetizado.
Su respuesta fue sencilla. “Mi maestro me dijo que hoy iba a
profetizar, entonces pensé que, ya que estaba haciendo el trabajo de
Dios, cualquier cosa que viniera a mi cabeza vendría de parte de El.
Así que cuando ustedes me preguntaron si tenía algo, sim plemente
dije lo primero que vino a mi mente”. Los estudiantes recibieron una
revelación instantánea, transformadora para la vida sobre la
simplicidad de escuchar la voz de Dios.
La confianza para acceder y ser activos en “palabras de cono -
cimiento” viene de (1) aprender a conectarse con esta “nueva” mente, la
mente de Cristo, (2) como Samuel, aprender a discernir que lo que
estás escuchando es realmente de Dios y (3) asumir un riesgo para ver
si lo que escuchas ayuda a alguien.
¿Cuántas veces en el último tiempo has recibido palabras de Dios
que has entregado a otras personas? ¿Cuántas veces pien sas que
has escuchado que el Señor hablara para ti? ¿Cuántas veces te
gustaría oír de El? ¿Piensas que puedes escucharlo más a
menudo de lo que estás acostumbrado?

2. ¿Has recibido una palabra de un “chiflado”? ¿Te has conver tido de


alguna manera en un “tímido” como resultado? ¿Qué crees que
Dios quiere que hagas en cuanto a ello?

3. ¿Alguna vez has compartido lo que creiste que era una palabra de
Dios y te encontraste con una fuerte oposición o reprensión de la
persona a la que le entregaste la palabra? En retrospecti va, ¿crees
que cometiste un error (lo que es normal) o piensas que la palabra
era, de hecho, buena y precisa? ¿Fue alentador? ¿Has escuchado a
Dios de la mejor manera que te es posible? ¿Qué crees que El
quiere hacer con esa experiencia?

207
(
meditación

Si estás rodeado especialmente por personas que pueden oír a Dios, puede ser
que no escuches su voz tanto como podrías. Quizá pienses: “Bien, alguien con
más experiencia y valentía obtendrá la palabra de todas maneras”. No necesito
intentar. Seguramente confundiría todo si lo hiciera.
Después de leer este breve capítulo, ¿piensas que podrás escuchar más de
Dios que antes? ¿Crees que tienes la mente de Cristo? Detente en la lectura de
este libro y comienza a escucharlo ahora.
CAPÍTULO
34

^Dios esconde cosas


para li, no de ti
P O R B I L L J O H N S O N

J esús es La Palabra de Dios. Es difícil para El no tener algo que decir.


En ocasiones, pasamos por etapas en las que sentimos que Dios no
nos habla. La mayor parte del tiempo, simplemente cambió su lenguaje
y espera que nos ajustemos a El.
La voz audible del Padre habló a Jesús mientras estaba
predicando:

¡Padre, glorifica tu nombre! Se oyó entonces, desde el cielo, una voz


que decía: “Ya lo he glorificado, y volveré a glorificarlo”. La multitud
que estaba allí, y que oyó la voz, decía que había sido un trueno; otros
decían que un ángel le había hablado.
—JUAN 12:28-29

Las personas reconocieron haber oído algo, pero ninguno de ellos


sabía lo que era. No solo no se dieron cuenta de que era la voz de Dios,
sino que nunca se les ocurrió que ese suceso inusual tenía algún
significado para sus vidas. Jesús respondió a su incre dulidad diciendo:
“Esa voz no vino por mí sino por ustedes... ” (Juan 12:30). Dios
habló para proveer una salida al estilo de vida de incredulidad para
cada persona allí presente, pero la dureza de corazón hizo que no
pudieran entender lo que escuchaban. Algu nos creyeron que era un
rayo, un acto impersonal de la naturaleza.

209
Otros pensaron que había sido un ángel, algo espiritual, pero no para
ellos.
La incredulidad puede estar enmascarada como sabiduría pero
debe ser expuesta como el gran pecado que es. La incredu lidad tiene la
apariencia externa de una manera conservadora de ver la vida, pero
obra para someter a Dios mismo al escrutinio y control de la gente. Se
alimenta de la opinión de los demás, a la vez que se enorgullece de no
caer en los extremos en los que otros han tropezado.
¿Por qué tantos cristianos necesitan que yo pruebe que Dios ha
hecho lo que ellos han visto que hizo? Aunque los milagros suceden
frente a sus ojos, igual quieren informes médicos y ra diografías anlcs
de darle al Señor alguna alabanza. Acá hay una silla de ruedas vacía
con el antiguo ocupante que la empuja o una persona que estaba
deprimida que ahora se regocija, o un sordo que alaba a Dios por cada
sonido que puede escuchar, mientras que los espectadores demandan
pruebas de que esos son milagros realmente. Sé que los charlatanes
existen. Pero el esfuerzo de pro tegernos a nosotros mismos de ser
burlados es más un signo de incredulidad que de sabiduría.
El corazón que permanece en fe “se apoya en Dios”, anticipa su
voz en busca de su próximo movimiento. Como Jesús podemos decir:
“Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió. .. ” (Juan 4:34). Me
fortalezco y sustento cuando escucho hablar al Señor y lo obedezco.
Oír a Dios es esencial para la vida de un cristiano, pues “no sólo de pan
vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo
4:4). Su voz es nuestra vida.
En la vida podemos comer en la mesa de la opinión pública en
donde la comida es dulce, pero se vuelve agria en el estómago.
Podemos elegir la mesa del logro personal, un alimento poderoso sin
dudas, pero con una caída tan veloz como el ascenso. Solo una mesa
tiene un alimento rico que cae bien y trae fortaleza so brenatural: es la
mesa de la voluntad de Dios. Sin la belleza de su
voluntad, está perdida la persona que no conoce el lenguaje del
Espíritu.
Es importante aprender cómo habla el Señor. Su lengua ma terna
no es el español. De hecho, tampoco lo es el hebreo. Aunque usa los
lenguajes de los hombres para comunicarse, está más in clinado a
hablar a través de miles de otros métodos. A continua ción, encontrarás
una lista que está lejos de ser completa y que representa los limitados
descubrimientos de mi propia aventura con Dios.
El lenguaje de Las Escrituras. Las Escrituras son la base para todo
lo que se “escucha” de Dios. Aunque El no quebrantará su Palabra, con
frecuencia quebranta nuestro entendimiento de ella. Recuerda: el
Señor es más grande que La Biblia. Esta no contiene a Dios, lo revela.
El lenguaje de la voz audible. La voz audible puede venir a nuestro
oído natural mientras estamos despiertos o dormidos. También puede
oírse con nuestros oídos espirituales (hago esta aclaración porque
después de que sucedió no siempre puedes recordar si lo escuchaste
externa o internamente. Pero es mucho más que una “impresión”. Es
tan claro como escuchar a alguien hablar).
El lenguaje de la voz suave y apacible. Es la voz tranquila o la
impresión del corazón. Esa es probablemente la forma más común en
que la gente escucha a Dios. Podemos aprender a distinguirla de
nuestros propios pensamientos e ideas. Alguien una vez me dijo:
“¿Sabes que has oído de Dios cada vez que has tenido una idea mejor
que una que tú podrías pensar”.
El lenguaje de las visiones. Las visiones se manifiestan tanto al ojo
natural como a los ojos del corazón. Lo segundo son las imá genes en la
mente, las cuales son el equivalente visual de la voz suave y apacible.
Es tan fácil perderlas como obtenerlas, “apoyarse en Dios” es lo que las
hace entrar en foco.
El lenguaje de los sueños. Obviamente, la mayoría de los sueños
suceden durante la noche. Pero hay una forma de soñar que
es similar a una ensoñación, cuando una persona está despierta. Estas
son más propensas a ser ignoradas, porque parecen “solo mi
imaginación”. En su forma más intensa son más como un éxtasis.
El lenguaje de los dichos profundos (ver Proverbios 1:6). Dios
algunas veces nos habla escondiendo las verdades en proverbios,
declaraciones, enigmas, coincidencias y circunstancias. El signifi cado
está allí para que nosotros lo encontremos. Cuando nos apo yamos en
Dios es más fácil discernir cuando esas circunstancias son El o cuando
son sucesos inusuales de la vida. Este lenguaje único del Señor es una
invitación a entrar en su gran aventura.
Tener el corazón y la habilidad de escuchar y entender los
lenguajes de Dios nos provee un potencial ilimitado para traer los
recursos del cielo a la Tierra.
bunios para reflexionar

1. Explica por qué esta es una afirmación verdadera: “El corazón


anhelante escucha mejor”.

2. ¿De qué forma escuchas la voz del Señor generalmente? ¿Cuál de


sus “lenguajes” has aprendido a escuchar? ¿Puedes pensar en otro
lenguaje de Dios, aparte de los que se presentan en este capítulo?

3. ¿Has caído en la trampa de la incredulidad enmascarada como


sabiduría? ¿Qué hiciste al respecto?

213
íXfeditaeión

Aun mientras lees estas palabras, Dios te está hablando. Sin to marlo
sobrenaturalmente, ¿qué piensas que dice? Retén ese pen samiento y
escucha un poco más. Ahora, ¿qué piensas que El dice sobre lo que
pensaste que le escuchaste decir? Escucha con aten ción y espera que El
te sorprenda con algo precioso.
Guarda lo que el Señor te acaba de decir. Pídele que lo amplíe, si
fuera necesario. Pídele que modele tu fe y tu nivel de expecta tiva como
un alfarero modela una vasija. El quiere aumentar tu capacidad de
escuchar su voz, de día o de noche, a todo volumen o en silencio, entre
la multitud o cuando estás solo.
CAPÍTULO
35

(Si es importante para ti,


es importante para Cl
POR BILL JOHNSON

Q uizás has oído decir: “Dios en primer lugar, la familia en


segundo y la Iglesia en tercero”. Esa lista no oficial es im-
portante, por cuanto ayuda a dar prioridades en la vida de un cristiano.
Sé de muchas tragedias en las familias de los pastores porque ellos
ignoraron esas prioridades de la vida en el Reino. Sin embargo,
aunque es buena, no creo que técnicamente sea correcta. Cuando Dios
es el número uno, no hay número dos.
Por mi amor a Dios, me entrego a mi esposa y a mis hijos. No es
independiente del Señor, sino en Él. No es que no puedo amar a mi
esposa sin amar a Dios. Muchos no creyentes lo hacen bien. Pero al
conocerlo y amarlo, recibo una medida de amor sobre natural que es
inalcanzable fuera de Dios. Todo aquel que se ha entregado por
completo al Señor debe amar a los demás mucho más de lo que pensó
que era posible.
Es a causa de mi pasión por Jesús que amo a la Iglesia en la forma
en que lo hago. Mi amor por Dios es mi amor por la vida. No se los
puede separar. El amor por mi familia, la iglesia, el mi nisterio, etc. es
una expresión de mi amor por Dios, que es el número uno y el único.
La religión destruye esa conexión, porque implica que solo las
actividades abiertamente espirituales son aceptables como servi cio a
Dios. La religión nos remite al concepto de los componentes

215
espirituales y seculares de la vida cristiana. La persona que vive esta
vida dual necesita una lista de prioridades para sobrevivir, pero su
concepto de Dios no le permite realmente tener una pa sión por algo
que no es visto como una disciplina cristiana.
Tenemos que hacer un cambio en nuestra forma de pensar, por
medio de la cual reconozcamos que la pasión por Dios da a luz una a
una pasión por otras cosas. No debemos vivirlas como cosas que
compiten o que están separadas de nuestra devoción a Dios. Juan
escribió que nuestro amor por Dios será medido por nuestro amor
hacia otras personas (ver 1 Juan 4:20). Este principio es tan absoluto
que Dios dice que si no amamos a los demás, no lo amamos realmente
a Él. En el despertar de nuestra pasión por Dios, surge la pasión por las
personas y las cosas. Con frecuencia, al entregarnos a esas cosas,
probamos y manifestamos nuestro amor por el Señor.
En mi caso, mi amor por el aire libre es parte de mi devoción a
Cristo. Mientras que algunos adoran la naturaleza, yo adoro a Aquel a
la cual esta señala: el Creador. Mi amor por mi familia, por la caza y la
pesca, por las montañas y el océano, y por el café tostado francés son
parte del gozo de la vida para mí, y ese gozo nace a través de mi
relación con Él.
A lo largo de Las Escrituras se conoce a David como el hombre con
un corazón “conforme al corazón de Dios”. Su pasión por Dios
parece no tener paralelo en La Palabra. Al mismo tiempo, también
muestra un amor por la vida sin igual. En el Salmo 137, llama a
Jerusalén “mi propia alegría”. ¿Cómo puede hacer de una ciudad el
objeto principal de su afecto? ¿No se supone que el afec to mayor sea
Dios? Esta supuesta paradoja simplemente ilustra la idea de que
debemos tener una expresión práctica de verdades espirituales. El amor
de David por Dios necesitaba expresarse y Jerusalén era el blanco
perfecto.
En tanto que es posible valorar otras cosas por encima del Se ñor,
no es posible valorarlo a Él sin apreciar otras cosas. La mente
religiosa rechaza todo lo que no considera sagrado y recomienda un
estilo de vida monástico como un gran logro. Aunque siento
admiración por los creyentes que vivían una vida ascética en el pa sado,
no es el modelo que Jesús nos dio. Desde el punto de vista de Dios, la
forma en la que administramos el resto de nuestra vida se convierte en
la prueba de fuego de nuestro auténtico amor por El.
Como la mayoría de las personas, tengo una lista de cosas por las
que oro. Ellas representan los deseos y las necesidades básicas de mi
vida y de las personas a las que amo. Si no están escritas en papel, al
menos lo están en mi corazón. En la lista, tengo cosas que tienen una
importancia eterna obvia: oración por nuestras ciudades, por la
salvación de ciertas personas, por victorias de sa nidad en casos
difíciles, por provisión, tanto personal como para la Iglesia. A
continuación de lo urgente, está la sección de la lista de lo que “sería
bueno”. Es larga y los puntos tienen diferentes niveles de importancia.
He notado que Dios algunas veces pasa por encima de la sec ción
de mis prioridades más importantes y va directamente a la parte de “ni
siquiera me he molestado en preguntar” que se en cuentra en algún
lugar profundo en mi corazón. En una de esas ocasiones, un amigo vino
y mi dijo: “Oye, ¿te gustaría un perro de caza?”. Siempre había querido
un perro de caza bien entrenado, pero nunca tuve ni el tiempo ni el
dinero para semejante lujo. Ni tampoco estaba en mi lista. Mi amigo
añadió: “Un entrenador de perros me debe un gran favor y me dijo que
me daría la clase de perro que yo quisiera. No necesito otro perro. Así
que dime qué tipo de perro te gustaría y lo conseguiré para ti”. Así de
fácil fue como me convertí en el dueño de un perro que no estaba en mi
lista de oración. Ni siquiera estaba en la sección “sería bueno” de la
lista. No era lo suficientemente importante. Sin embargo, era un deseo
secreto de mi corazón. Dios pasó por encima de todo lo que tenía
importancia eterna y fue hacia algo temporal y aparen temente
insignificante.
Al principio me ofendió. No es que no estuviera agradecido, pues
sí lo estaba. Pero no tenía sentido. Hubiese preferido que me
permitiera usar esa “carta de triunfo” para algo que fuera más
importante para mí.
Me llevó un tiempo, pero finalmente lo comprendí. Mis pe -
ticiones eran importantes, pero mi perspectiva de El era más im -
portante. Allí y entonces comencé a comprender que si me importa a
mí, le importa a El. Lo que El había hecho me dijo más sobre mi
Padre celestial que lo que hubiese aprendido si me hubiera contes tado
todas las otras peticiones que tenía en mi lista.
Chillos para reflexionar

1. ¿Cómo has limitado a Dios a tu manera humana de pensar sobre


las prioridades? ¿Has comenzado a ver las cosas con una nueva
luz?

2. ¿Reconocer algunas prioridades fuera de lugar hace que quieras


justificar tus suposiciones y elecciones? ¿Qué harás? ¿Cómo
descansarás en su amoroso cuidado?

3. ¿Conoces a alguien que sea ejemplo de una vida con Dios rica y
abundante? Esa persona, ¿demuestra estar interesada o ávi da por
las cosas? ¿Está llena del gozo de vivir? Permite que el ejemplo de
esa persona te guíe a una mayor libertad.

219
wíjedilación

Con demasiada frecuencia, las personas limitan a Dios a ciertas


prioridades porque en el fondo creen que su poder es limitado. Es
difícil de ver, porque ellos parecen estar demasiado preocupados por el
bienestar de los demás. Dicen: “Oh, no te preocupes por mi dolencia
crónica. Más bien, pídele a Dios que sane a mi hijo”, como si Él se
fuera a quedar sin poder o sin misericordia luego de sanar al niño.
El Señor tiene suficiente poder para sanar a ambos. No obte nemos
solo uno o dos deseos. No se nos acabará la gracia. No es una situación
o la otra. Además, su capacidad de atención es exce lente, tan buena de
hecho, que puede prestarle completa atención a cada ser humano sobre
el planeta al mismo tiempo.
El se interesa por todo por lo que tú te interesas. Permite que su
abundancia fluya en tu espíritu y tu alma.
CAPÍTULO 3
6

ñ nombre de ^ems
POR KEVIN DEDMON

H ay más en un nombre que solo un nombre. Una clave central


para soltar el poder sanador de Dios se encuentra en la historia
de Pedro cuando sanó al mendigo lisiado (ver Hechos 3). Después de
sanar al hombre, Pedro se dirigió a la multitud que miraba, para
explicar cuál era la fuente de poder que proveía la sanidad. El declaró:
“Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este hombre a quien
ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo ha sanado
por completo, como les consta a ustedes” (Hechos 3:16).
La clave para traer sanidad a la vida de la gente fue y todavía es el
nombre de Jesús.
Lamentablemente, algunas personas han sido inducidas al error
de que, en tanto pongan la frase “en el nombre de Jesús” como una
etiqueta a sus peticiones, cualquier cosa que pidan les será hecha.
Algunos usaron esa frase como un amuleto de la suer te: “Si
simplemente digo: ‘En el nombre de Jesús’, sucederá”. Pero es
importante comprender que ese nombre es más que un nombre en Las
Escrituras.
En La Biblia, en especial en el Antiguo Testamento, el nombre
significaba la naturaleza de la persona, su carácter, personalidad y
atributos, y llevaba a comportamientos predecibles. Cualquier nombre
usado para identificar a Dios describía un aspecto espe cífico de su
naturaleza divina, carácter, personalidad y atributos. Por ejemplo, Yavé
o Jehová Rapha significa “Yo soy el SEÑOR, que les

221
devuelve la salud” (Éxodo 15:26). Este principio no se aplica solo a
Dios, sino a otros también.
El nombre Jacob por ejemplo, significa “impostor”. A lo largo de
la vida de Jacob en La Biblia, encontramos que manifiesta su nombre a
través de su comportamiento. Él engañó a su hermano Esaú (ver
Génesis 27), embaucándolo respecto a su bendición familiar, una
acción por la que tuvo que huir a la casa de Labán. Mientras se
refugiaba allí, usó tácticas engañosas para robar las ovejas de Labán, lo
que lo forzó a huir nuevamente (ver Génesis 30-31).
Incluso los hijos de Jacob, Simeón y Leví, siguieron con esa
conducta engañosa cuando Dina, su hermana, fue abusada por
siquemitas. Simeón y Leví les ofrecieron impunidad, si aceptaban
circuncidarse. Sin embargo, una vez que se sometieron a ese pro -
cedimiento los mataron, a pesar de que les habían efectuado una
promesa (ver Génesis 34).
Si regresamos al capítulo treinta y dos de Génesis, vemos que
Jacob tuvo una lucha con Dios, que terminó con Jacob bendecido con
un cambio de nombre. El Señor dijo: "... Ya no te llamarás Jacob, sino
Israel [literalmente “contendiente de Dios”, aquel que lucha con Dios y
gana y es por eso bendecido], porque has luchado con Dios y con los
hombres, y has vencido” (Génesis 32:28). Dios confirmó la nueva
identidad de Jacob después al decir: “... Tu nombre es Jacob, pero ya no
te llamarás así. De aquí en adelante te llamarás Israel. ..” (Génesis 35:10)
La implicancia es que Jacob fue bendecido porque venció.
Si leemos el resto de la historia de Israel, a lo largo del Anti guo
Testamento, encontramos a esta nación luchando con Dios e incluso, en
su rebelión, ganando finalmente y siendo bendecidos. Incluso hoy,
Dios trabaja y bendice a los judíos por medio de pe nurias y
persecuciones interminables. Israel es su nombre. Por lo tanto, no
pueden ser otra cosa sino bendecidos, porque esa es su identidad.
A lo largo de las mismas líneas, entre los muchos nombres usados
para describir al enemigo, la palabra “diablo” significa “el que
divide”. La palabra griega diaballo, que significa empujar por el medio
de algo [dia = “a través” y bailo = “empujar”], en otras palabras, el que
separa o divide algo. Lo que el diablo hace es dividir, es lo que él es, y
tú puedes ver los efectos de su nombre por todos lados. Para llevar a
cabo su voluntad, el diablo estimula y promueve calumnias, problemas
de comunicación, indirectas, ofensas y otras tácticas de división para
separar lo que Dios ha unido.
De manera similar, siempre que encontramos una revelación del
nombre de Dios en Las Escrituras es una expresión de su natu raleza,
carácter, personalidad y atributos, que lleva a un comporta miento
predecible. Su nombre es quien El es. Su nombre es lo que hace y
cómo actúa, su nombre es su propia naturaleza. Entonces, si su nombre
es Sanador, significa que la sanidad es parte de su naturaleza que se
expresa a través de su comportamiento. Es por ello que nunca podemos
decir que Dios quiere que alguien se con vierta en o que permanezca
físicamente enfermo o lisiado. Dios es el Sanador, no el Destructor. La
sanidad expresa quién es y, por lo tanto, la sanidad es lo que siempre
Dios desea para su Pueblo.
En una oración, Jesús le enseñó a sus discípulos a orar. Él co -
menzó mostrándoles cómo hacerlo: “Ustedes deben orar así: ‘Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre...’” (Mateo 6:9).
Cuando decimos las palabras “santificado sea tu nombre”, de-
claramos que su naturaleza, carácter, personalidad y atributos son
diferentes a cualquier expresión del mundo. En otras palabras, nada es
mejor que nuestro Padre del cielo.
Me gusta comparar esto con la diferencia entre un fiambre he cho
con carne picada de cerdo y un filete de cerdo. Nuestro Padre en el
cielo es como un filete de cerdo perfectamente condimentado y
cocinado. Y hasta el mejor padre de la Tierra es como un fiambre hecho
con carne picada de cerdo. A algunas personas les
gusta el correo no deseado porque es lo único que han probado.
Algunos simplemente eligen comer fiambre hecho con carne pi cada de
cerdo porque no pueden pagar el filete de cerdo, entonces han ajustado
sus gustos a sus posibilidades. He probado ambos y sin equivocación
concluí que el filete de cerdo es “santificado”. Está dedicado y es
consagrado y santo. Nada, especialmente el fiambre hecho con carne
picada de cerdo puede compararse con el filete de cerdo, está en un
nivel completamente diferente.
Así es también con el nombre de nuestro Padre. Su natura leza,
carácter y atributos están por encima de cualquier cosa de este mundo.
Así que cuando oramos: “Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre” o cuando oramos por alguien en el
nombre de su Hijo, jesús, oramos para que todo lo que expresa su
nombre sea revelado, para que las personas vean que Él es incom -
parable. Así accedemos a los atributos del portador del nombre y
obtenemos su aprobación y poder.
^Punlo* para reflexiona/ 3

1. ¿Has añadido “en el nombre de Jesús” como un eslogan a tus


peticiones de oración? Muchos cristianos lo han hecho. Ahora es
tiempo de pasar a un nuevo nivel de comprensión sobre la razón
por la que oras en el nombre de Jesús. Ya no necesitas invocar su
nombre solo para asegurarte de que tu oración sea “correcta”.

2. ¿Sabes cuál es el significado de tu nombre? Fíjate de nuevo para


asegurarte. ¿Cómo puede tu propio nombre llevar una bendición?

225
Q?
D
dilación

Su nombre habla por sí mismo y es todopoderoso:

Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre
todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el
cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
— FlLIPENSES 2:9-11, ÉNFASIS AÑADIDO

Por eso yo, por mi parte, desde que me enteré de la fe que tienen en el
Señor Jesús y del amor que demuestran por todos los santos, no he
dejado de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones. Pido
que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el
Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido
también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a
qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa
herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su
poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y
eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los
muertos y lo sentó a su derecha en las regiones celestiales, muy por
encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier
otro nombre que se invoque, no sólo en este mundo sino también en el
venidero.
—E F E S I O S 1:15-21

En el nombre de Jesús, amén.


CAPÍTULO
37

/ levar las señalesy las in ara


villa s a las va lles
P O R B I L L J O H N S O N

L a misión primaria de Jesús se resume en esta línea: "... El Hijo de


Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo”
(1 Juan 3:8). Esa fue la misión de Jesús, la de sus discípulos y es la
nuestra también. El propósito de Dios al salvarte no fue sim plemente
rescatarte y mantenerte ocupado hasta que te mande al cielo. Su
propósito es mucho mayor. El te comisionó para que demuestres la
voluntad de Dios “en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:10), y que
ayudes a transformar este planeta en un lugar que sea radiante y esté
saturado de su poder y presencia. Esa es la columna vertebral de la
Gran Comisión y debería definir tu vida y la mía.
En nuestra Escuela de Ministerio, entrenamos a las personas en lo
relativo a señales y maravillas, y estamos especialmente interesados en
aprender cómo operar en lo sobrenatural afuera de las cuatro paredes
de la iglesia. Nosotros alentamos a nuestros estudiantes, dándoles
asignaciones específicas para invitar a Dios a obrar en lugares
públicos.
Un día después de clase, un grupo de estudiantes de nuestra
Escuela de Adoración fue a visitar a una señora en el hospital. Ella
tenía un tumor cerebral, era sorda de un oído y estaba perdiendo la
sensibilidad en el lado derecho de su cuerpo. Hablaba con gran
dificultad, arrastraba las palabras y sufría fuertes dolores. En vez de
imponer manos sobre ella y orar, los estudiantes la rodearon

227
con adoración, cantando y expresando su amor por el Señor. Al poco
tiempo la mujer dijo: “¡Mis oídos están abiertos!”. La sordera se había
ido. Ellos continuaron cantando y ella dijo: “¡Mi habla es más clara!”.
Comenzó a hablar con claridad. Muy pronto comenzó a mover sus
miembros. Exclamó: “¡Todo el dolor se ha ido!”. Dios reconstruyó su
cuerpo cuando se adoró alrededor de ella.
Cuando hacemos la voluntad de Dios, hacemos que la reali dad del
Reino choque contra las obras del diablo. Nosotros ini ciamos un
conflicto entre la realidad terrenal y la celestial, y nos convertimos en
el puente que impone, a través de la oración y la obediencia completa,
la autoridad del Señor.
No hace mucho tiempo, una mujer con un brazo fracturado vino a
nuestra iglesia. Le dolía tanto la muñeca que ni siquiera podíamos
tocarle la piel para orar por ella. Mantuvimos nuestras manos lejos y
oramos, y a los pocos minutos, Dios la había sanado por completo. No
tenía ningún dolor y movía su muñeca para to dos lados. El brazo se
veía completamente diferente de como lucía segundos antes. La
realidad del Reino había aplastado una de las obras del diablo. Esa es
la vida cristiana normal.
Además de alimentar al pobre todas las semanas, tenemos una
fiesta anual en la cual las familias de la iglesia adoptan una mesa en
nuestro gimnasio y la decoran con adornos navideños. Las me sas se
tienden con la mejor vajilla, cristal y cubiertos de plata. Lue go,
transportamos a los necesitados hasta el evento que se lleva a cabo en
su honor. El año pasado servimos costillas de primera calidad.
Comenzamos con treinta y cuatro lomos asados para ali mentar a dos
grupos de quinientas personas cada uno. Después de servir diecinueve
lomos asados al primer grupo, nos dimos cuenta de que los quince que
nos quedaban no iban a ser suficientes para los más de doscientos
obreros más el segundo grupo de quinientos. Se tomó la decisión de no
alimentar a los obreros. Pero cuan do volvimos a la cocina, había
veintidós lomos asados. Habían aparecido siete más de forma
misteriosa. Se dio de comer a los
obreros y también al segundo grupo de gente necesitada. Eso de bería
haber agotado nuestros veintidós misteriosos lomos asados, ¡pero
quedaron doce más una vez que todos habían comido! La
multiplicación del pan es maravillosa, ¡pero realmente me gusta ver la
multiplicación de lomos asados!
¿No estás cansado de hablar sobre un Evangelio de poder, pero no
verlo nunca en acción? ¿No estás cansado de tratar de llevar la Gran
Comisión sin ofrecer pruebas de que el Reino realmente funciona?
Demasiados entre nosotros han sido como el vendedor de aspiradoras
que va hasta la puerta y tira un poco de tierra en el suelo y dice:
“Represento a la compañía de aspiradoras Whiz- Bang. Mi aspiradora
es tan potente que usted tendrá que sacar a las mascotas y a los niños
pequeños de la habitación. Absorbe todo lo que está a la vista”. Pero en
vez de hacer una demostración con la aspiradora, le entrega un folleto
(panfleto), que promete que la máquina va a funcionar y luego se va.
¡Eso es engañar a las personas! Sin embargo, así es como predicamos
con frecuencia el Evangelio. Les decimos a las personas lo maravilloso
que es el producto, pero rara vez les damos una demostración o lo
probamos. Es como decir: “Hola, mi nombre es Bill Johnson.
Represento al Rey y a su Reino. El sana todas tus enfermedades, te libra
de todas tus aflicciones y se encarga de todos los desastres de tu vida.
Sin embargo, no puedo mostrarte cómo. Simplemente tendrás que
creerlo. Hasta luego”.
¿No crees que hemos definido erróneamente la forma en la que
funciona el Reino de Dios y hemos perdido gran parte de lo que Jesús
enseñó? Algunas personas enseñan que el Reino de Dios es para algún
tiempo en el lejano futuro o era para el pasado, pero no para el acá y el
ahora. Algunos consignan todas las promesas de Dios en La Biblia al
milenio o a la eternidad, porque lo que se ha aceptado es que apenas si
vamos a lograr llegar al cielo. Pero Jesús enseñó y demostró que el
Reino de Dios es una realidad de tiempo presente, existe ahora en el
reino invisible y es superior
a cualquier cosa en el reino visible. De la misma manera en que Jesús
es por completo Dios y por completo hombre, así el Reino es por
completo acá y ahora. Jesús pasó su ministerio demostrándonos cómo
usar la fuerza del Reino para influir sobre las obras del diablo. Nuestro
ministerio debe hacer lo mismo.
No podemos tener nuestra propia comisión y apoyarnos en
nuestros propios dones ministeriales para llevar a cabo la Gran
Comisión. No podemos darnos el lujo de trabajar fuera de la in-
tervención sobrenatural de la realidad del Reino. Nuestra tarea nunca
fue lo que nosotros podemos hacer por Dios, sino lo que El puede
hacer a través de nosotros. El cristianismo normal es vivir la esencia del
Evangelio, hacer lo que Jesús hizo y destruir las obras del diablo.
Juntos para reflexionar

1. ¿Cómo estás llevando la realidad del cielo, no solo la doctrina del


cielo, a tus vednos y compañeros de trabajo? ¿Cómo anuncias la
realidad del Reino a todo lugar al que vas? ¿Qué tan “normal” es
tu vida cristiana?

2. ¿Conoces a alguien que esté cumpliendo la misión de la Gran


Comisión con éxito? La forma en que puedes medir el éxito es
observar las señales del Reino: “porque el reino de Dios no es
(...) sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo”
(Romanos 14:17). ¿Cómo han seguido la justicia, la paz y el gozo a
las acciones de esa persona? ¿Qué puedes aprender de ella?

231
La única forma de hacer las obras del Reino de forma consistente es
viendo la realidad desde la perspectiva de Dios. Eso es lo que La Biblia
quiere decir cuando habla sobre renovar tu mente. La bata lla está en tu
mente, que el Señor ha designado como guardián de la realidad
sobrenatural que El quiere que tú expreses al mundo a tu alrededor.
Una mente sin renovar no es de mucha utilidad para Dios. Es
como una nota discordante en un piano, que aprendes a esquivar
porque le resta valor a la música. Si estás fuera de sintonía con la
mente de Cristo, muy pocas veces te acostumbrarás, porque tus
pensamientos estarán en conflicto con los pensamientos del Señor. Es
mucho mejor estar en conflicto con el mundo a tu al rededor, porque
traerás el Reino y este chocará con el reino de la oscuridad. Aparta tus
ideas preconcebidas. Pídele al Señor que hoy renueve tu mente un
poco más.
CAPÍTULO
38

orí cueza personas del pacto


P O R B I L L J O H N S O N

N uestras estrechas amistades, especialmente con nuestros


cónyuges, son poderosas, porque se fundamentan en un pacto.
El pacto establece un acuerdo que permite que la realidad espiritual
que gobierna tu vida fluya hacia la otra persona y viceversa. Es por eso
por lo que es de tanta importancia desarrollar amistades con personas
cuyas vidas muestran de forma sistemática el fruto del Reino. Cuando
establecemos pactos de amistad con personas de fe, continuamos
conectados con una fuente creciente de fortaleza, que con frecuencia
determina en gran medida nuestra habilidad para perseverar durante
tiempos difíciles.
Tengo la bendición de tener estrecha amistad con personas de fe
genuina. Una y otra vez, he sido sostenido y fortalecido solo por el
hecho de estar cerca de ellas. Muy a menudo, ni siquiera puedo
mencionar la situación difícil que enfrento en ese momento y sin
embargo me voy animado. Hay varias razones para esto. Primero, el
amor y honor que sentimos unos por otros crea un intercambio de vida
siempre que interactuamos. Debido a que mis amigos son gente de fe,
ellos irradian esperanza, promesa y gozo de forma natural. Cuando
estoy con ellos no hace falta mucho tiempo para que me beneficie de su
actitud contagiosa y su buen espíritu. Pero lo mejor de todo es que
cuando estas amistades se construyen en el conocimiento mutuo, según
el Espíritu, tienen el efecto de

233
devolvernos nuestra propia y verdadera identidad en Cristo. Ellos
renuevan nuestra conexión a nuestro propósito y a quienes somos en
Él, y cuando nuestra visión para esas cosas se renueva general mente
también lo hace nuestra fortaleza. Por esta razón, sé que una de las
mejores maneras en las que puedo fortalecerme a mí mismo cuando
estoy cansado o desanimado es acercarme a un amigo y pasar algún
tiempo con esa persona.
Además, me he dado cuenta de que cuando estoy en una
condición de vulnerabilidad emocional o incluso si estoy cansa do
físicamente, debo tener cuidado de alejarme de las personas a las que
les gusta quejarse y criticar. Siempre tuve fuertes límites personales
para discernir y circunscribir mis interrelaciones con personas que
hablan con un corazón de negatividad e increduli dad. Normalmente,
me siento libre para ministrar a ese tipo de personas, pero no les doy
acceso a mi vida. Cuando me fallan las fuerzas, los evito
intencionalmente. Puede que eso no parezca muy compasivo, pero yo
soy el único responsable de guardar mi corazón de la duda y del juicio,
y solo yo puedo reconocer cuando soy vulnerable a la influencia de las
personas que están de acuerdo con esos espíritus. Salomón nos advirtió
respecto a los poderosos efectos de las personalidades y valores cuando
escribió: “No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los
iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas
en la trampa” (Proverbios 22:24-25).
La verdad sea dicha, no todo consejo impío viene del impío
aunque muchas personas pueden estar bien intencionadas, care cen de
la perspectiva de fe por la que me esfuerzo y suelen trabajar más duro
para que me vuelva más como ellas que para ayudarme a fortalecerme
en mi fe en Dios. Mi trabajo es protegerme de tales influencias,
especialmente cuando estoy vulnerable.
Mi corazón es un jardín. Algunas personas son buenas para
plantar maleza en él, mientras que otras plantan el Reino allí. Mi
trabajo y el tuyo es conocer la diferencia. Los Evangelios
mencionan específicamente ocasiones en las que Jesús llevó a sus
discípulos lejos de las multitudes para descansar y estar jun tos. El
testimonio de la historia del avivamiento nos enseña que muy pocos
hombres y mujeres de Dios saben realmente cómo y cuándo hacer esto.
Caso tras caso, la misma persona que llevó una maravillosa unción que
trajo salvación, sanidad y liberación a miles de personas, carecía de la
sabiduría para ver que él o ella no serían capaces de sostener ese
ministerio si no aprendía a apartarse de las multitudes el tiempo
suficiente como para tener descanso físico y cultivar relaciones
vigorizantes con la familia y los amigos que pudieran consolidar su
enfoque sobre el Reino. Como resultado, muchos de esos evangelistas
murieron jóvenes y muchos miembros de sus familias sufrieron física y
espiritualmente. No podemos darnos el lujo de desaprovechar la
lección que esas historias nos enseñan. Si vamos a convertirnos en
personas a las que Dios puede confiarles mayores medidas de favor y
unción para cumplir nuestro propósito como real sa cerdocio, tenemos
que reconocer que vamos a atraer personas con necesidades. Las
necesidades de las personas pueden ejercer presiones tremendas sobre
nosotros, y esa presión expondrá las partes de nuestro corazón que se
preocupa más por satisfacer las expectativas de otros que por hacer solo
lo que Jesús hace. En su ministerio, Jesús satisfizo las necesidades de
muchas personas, pero también pasó por delante de muchas otras
personas necesitadas. El entendió que, como un hombre, la única forma
en la que podría tener éxito en su labor era manteniéndose en una
posición en la que lo que lo moviera a la acción no fuera la mera
necesidad humana, sino el corazón de su Padre.
La fuerza de nuestra intimidad con el Padre, el Hijo y el Espí ritu
Santo y de las cercanas amistades de pacto en nuestra vida es lo que en
buena parte determina nuestra habilidad para ministrar desde un lugar
de fe fuerte y gozosa obediencia a Dios, más que desde un lugar de
esfuerzo para complacer o ayudar a la gente.
Las personas que son más propensas a extralimitarse a sí mismos
en beneficio de las relaciones ministeriales son las personas que
batallan con la intimidad, ya sea con Dios como con los otros. El
ministerio puede ser grande para hacerlos sentir relacionados y
amados, pero la verdad es que sin la responsabilidad que únicamente
viene de un pacto de amistad, solo están sentando las bases para
agotarse o transigir. Por eso el Señor sacará a muchos ministros del
ministerio durante un tiempo, para que puedan aprender a ser amigos
suyos, además de trabajar para Él.
Toda productividad verdadera fluye a partir de la intimidad con
Dios.
bunios para reflexionar

1. ¿Tienes amistad cercana con creyentes fuertes, amistades a las que


puedes dar el nombre de amistades “de pacto”? Escribe algunas
de las cualidades que hacen que estas relaciones sean únicas.
Decide cómo nutrir esas amistades y/o en primer lu gar cómo
desarrollarlas.

2. Nombra algunas formas específicas en las que has sido ayu dado
en tu caminar de fe por tus amigos santos. Nombra al guna de las
formas en las que las relaciones con no creyentes o creyentes
débiles que operan desde su mente carnal han obstaculizado tu
caminar de fe.

3. Si murieras hoy, ¿quién vendría a tu funeral? ¿Qué dirían en un


elogio sobre tu legado?

237
’^/cd ilación

La mayoría de las personas de fe que pueden hacer una contribución


positiva y consistente a tu vida en tiempos de necesidad son también
personas con un gran sentido del humor. Si eres el tipo de persona que
se resiste a reír en tiempos difíciles, necesitas amigos como esos. Se
necesita fe para estar gozoso frente a una prueba, y pasar tiempo con
personas en las que confías lo suficien te como para relajarte te ayudará
a fomentar una atmósfera en la que la risa venga con frecuencia y
facilidad.
Por extraño que parezca, algunas veces no necesitarás ence rrarte
en tu lugar secreto de oración o ir a un retiro. Solo necesi tarás contar
historias graciosas, comentar experiencias llenas de gozo y aprender a
reírte de ti mismo. Los amigos en la fe que pue den administrar la
buena medicina de la risa son, con frecuencia, lo que el médico
prescribe.
Recuerda eso la próxima vez que necesites un amigo o cuando sea
tu turno de ser fuerte para dar apoyo a un amigo en necesidad.
CAPÍTULO
39

^Primer amor
P O R B A N N I N G L I E B S C H E R

N o podía creer lo que escuchaba. Elena, una de nuestras líderes


del campus de la escuela secundaria estaba sentada en mi
oficina poniéndome al día sobre la ministración del campus que
acabábamos de lanzar. Su trabajo era activar a los estudiantes cris-
tianos a orar en el campus e iba a reunir a otros estudiantes, desa-
fiándolos a orar por cinco de sus amigos no salvos. Nuestra meta era
que se orara por el nombre de cada uno de los estudiantes no salvos del
campus todas las semanas. Elena se había vinculado con un grupito de
otros estudiantes cristianos y habían comenzado a organizar tiempos
de oración semanales. Pero unas pocas semanas después, sus amigos
cristianos se le acercaron para decirle que ya no estaban interesados en
orar y que no iban a asistir a las reuniones semanales de oración.
Cuando ella me dijo esto, quedé anonadado. Pensé que pare cía
tan antinatural que los jóvenes cristianos, o cualquier cristiano, no
estuvieran apasionados acerca de las cosas del Señor. Más espe -
cíficamente, me parecía anormal que los cristianos no estuvieran
apasionadamente enamorados de Dios y, a la vez, enamorados de las
cosas de Dios. ¿No debería ser el amor apasionado la caracte rística
principal de nosotros como creyentes?
Desafortunadamente, gran parte de la Iglesia ha promovido la
idea de que el sello distintivo de la vida de un creyente es su habilidad
de observar ciertas disciplinas espirituales: ir a la iglesia de forma
regular, leer La Biblia y evitar hacer cosas malas. Pero

239
el cristianismo nunca fue llamado a ser una vida de disciplinas.
Siempre fue ser una vida de pasión.
La cosa más natural en la vida del cristiano es estar enamorado
apasionadamente de Jesús y que ese amor resplandeciente infunda
todo lo que es y hace. De hecho, como seres humanos, fuimos creados
para vivir apasionadamente y para acercarnos a aquellos que viven con
fervor. Creo que somos atraídos a la pasión, porque hay algo dentro de
nosotros que sabe que estamos destinados a entregar nuestra vida a
algo mayor que nosotros mismos. El amor apasionado es en realidad el
único poder lo suficientemente fuerte como para llevarnos, más allá de
la conveniencia, hacia el sacrificio. La disciplina nunca será suficiente.
Ahora, soy un firme creyente en las disciplinas y aliento a los cristianos
a que las adopten, pero estas nunca pueden ser el estímulo propulsor
de nuestra vida.
Mi matrimonio no es un matrimonio de disciplinas. Aunque no
sería cierto decir que cada día de mi matrimonio rebosa de amor
apasionado, estoy casado con mi esposa porque estoy fer vientemente
enamorado de ella, no porque haya hecho un con trato de negocios con
ella. Es verdad que el amor es una elección, no solo un sentimiento que
tengo, pero no me levanto cada día diciendo: “Hoy voy a elegir amar a
mi esposa”. La pasión que siento por mi esposa llena mi corazón y me
motiva a caminar en la promesa de que voy a vivir el resto de mi vida
con ella.
Una de las claves principales para mantener una pasión cada vez
mayor por Dios se encuentra en el libro de Apocalipsis. Mien tras
estaba en el exilio en la isla de Patmos, Juan, fue llevado al cielo y se
encontró cara a cara con Jesús. En este encuentro, El le dio a Juan
algunos mensajes para que se los escribiera a varias iglesias. El
mensaje que entregó a los efesios fue que Jesús vio sus buenas obras,
pero que tenía algo contra ellos: “Sin embargo, tengo en tu contra
que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has
caído!..." (Apocalipsis 2:4-5).
Crecí en la iglesia y escuché muchos sermones sobre este pa saje
de La Palabra. El mensaje siempre fue algo así: “Cuando fuiste salvo,
naturalmente ardías por Dios y vivías una vida llena de pasión.
Amabas orar, leer tu Biblia, invitar a las personas a la iglesia y
testificar. Pero con el tiempo, a medida que tu camino te llevó más lejos
en el sendero de la vida cristiana, tu fuego y tu pasión por Dios
comenzaron a disminuir”. En conclusión, siempre se nos animó a
regresar a nuestro “primer amor” haciéndonos recordar cómo solíamos
vivir como nuevos cristianos para que comenzáramos a vivir de esa
forma otra vez.
Para nuestro crédito, tratamos de hacer eso, pero como ac tuamos
más por deber que por pasión verdadera, nuestros esfuer zos raramente
producen el resultado buscado y nuestros intentos siempre tienen corta
duración.
Acá hay un pensamiento radical. No estoy tan seguro de que este
pasaje quiere decir que tenemos que volver a la forma en cómo
amábamos a Jesús al principio. En otro pasaje, Juan escribe: “Nosotros
amamos a Dios porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19). Así que no
creo que Jesús les estuviera diciendo a los efesios que regresaran a la
manera en que lo amaban al principio, en cambio, estoy convencido de
que les decía que regresaran a la revelación de que El los amó primero.
Es esta revelación de su amor por nosotros lo que despierta
nuestro amor por El. Cuando te encuentras con su amor que todo lo
consume, la respuesta natural es enamorarse por completo de El. Su
amor despierta nuestro amor hasta el punto de que no tene mos que
esforzarnos ni luchar para vivir una vida de pasión. Viene de forma
natural.
Jesús les enseñó a sus discípulos. “Así como el Padre me ha amado
a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor”
(Juan 15:9). ¡Qué declaración asombrosa! Jesús nos ama de la misma
manera en que Dios, el Padre, lo ama a El. No hay mayor amor que ese.
Entonces El nos llamó a permanecer en ese amor. El
CAFÉ
ESPIRITUAL

Señor no nos dijo que tratáramos de recrear el amor que solíamos tener
cuando recién fuimos salvos y que luego permaneciéramos en nuestro
amor por El. Más bien Él quiere que permanezcamos en su amor por
nosotros.
Cada día de nuestra vida tenemos la oportunidad de perma necer
en el amor más extremo, celoso, desmesurado, desenfre nado,
asombroso que puede imaginarse. Cuando aprendemos a hacer eso,
nuestra respuesta natural siempre será un amor desmedido hacia Él.

242
Q\uitos para reflexionar

1. ¿Cambió este capítulo tu interpretación de Apocalipsis 2:4-5? ( “ . . .


has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído!
¡Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio\”) .
Ahora, ¿cuál es tu próximo paso?

2. ¿Cuándo te enamoraste por primera vez de Jesús? ¿Fue una


revelación de su amor por ti lo que hizo que sucediera? ¿Se ha
desvanecido tu experiencia de su amor? Siempre que se renovó,
¿qué despertó esa renovación?

3. ¿Cómo encajan las disciplinas cristianas en una vida de amor


apasionado por Jesús?
’Djfdit.aeión

Permanece. Descansa. Confía. Ama. Habita. Disfruta. Permanece.


Renuévate. Tranquilízate. Relájate. Respira. Sé libre. Encuentra.
Comprométete. Expándete.
Conéctate. Crece. Permanece.
CAPÍTULO
40

QVaríe la bienvenida
a m visitación
P O R BILL J O H N S O N

L a historia está llena de personas que oraron por una visitación de


Dios y la perdieron cuando llegó. Eso sucedió a pesar de que
algunos tenían una fuerte relación con el Señor. Muchos creyentes
tienen una ceguera que el mundo no tiene. El mundo conoce sus
necesidades. Pero una vez que muchos cristianos han nacido de nuevo,
dejan de reconocer sus necesidades. Hay algo en la desesperación por
Dios que hace que una persona pueda reconocer el mover de Dios.
“Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado
de no caed’ (1 Corintios 10:12). En Mateo dice que los de corazón
insensible no pueden ver (ver Mateo 13:15). Un cuchillo desafi lado es
uno que ha sido usado. La inferencia es que el insensible de corazón
tenía una historia en Dios, pero no se mantuvo al co rriente de lo que El
estaba haciendo. Mantenemos el filo en tanto reconozcamos nuestra
necesidad y busquemos apasionadamente a Jesús.
El “primer amor” es apasionado por naturaleza y domina to dos
los otros aspectos de la vida. El Espíritu Santo le dijo a la iglesia de
Efeso que El iba a remover su “candelabro” si ellos no regresaban a su
primer amor (ver Apocalipsis 2:5). Aunque los teólogos no se ponen de
acuerdo en lo que el candelabro represen ta, una cosa es cierta: las
lámparas permiten ver. Sin su lámpara,

245
la iglesia en Éfeso iba a perder sus habilidades de percepción. La
ceguera o la insensibilidad no siempre es del tipo que lleva al in fierno.
Simplemente no nos conduce a la plenitud de lo que Dios se propone
para nosotros acá en la Tierra. Sin la pasión del primer amor no hay
lámpara.
A lo largo de la historia de la Iglesia, aquellos que rechazaron el
mover de Dios fueron generalmente aquellos que experimenta ron el
anterior. Muchos decidieron que habían “llegado”. Sintieron que
habían experimentado el mover del Señor.
Pero El es un Dios de cosas nuevas. Anhelarlo nos obliga a aceptar
los cambios producidos por sus cosas nuevas. La pasión por el Señor
nos mantiene renovados y nos equipa para reconocer una visitación de
Dios, aun cuando otros la rechacen.
Tener una gran necesidad le permite a una persona detectar
cuando el Señor está haciendo algo nuevo. Esa gran necesidad no tiene
que ser adicción a las drogas o prostitución. Se supone que todo
cristiano debe mantener un corazón que se desespera por Dios.
¡Nosotros estamos en gran necesidad! Jesús hizo referencia a este
hecho con sus palabras: “Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino
de los cielos les pertenece” (Mateo 5:3). Para estar enraizados en el
centro de su obra, debemos permanecer pobres de espíritu y estar
consumidos por una pasión de primer amor por Jesús.
Cuando la Iglesia comienza a interesarse por el regreso del Señor
en vez de buscar un mayor avance en la Gran Comisión, la esperanza
bendita se convierte en escape bendito. Querer que Jesús regrese ahora
es sentenciar a miles de millones de personas al infierno para siempre.
No es que no tengamos que anhelar el cielo. Pablo dijo que es el
consuelo para el cristiano. Pero buscar el fin inmediato de todas las
cosas es pronunciar juicio sobre toda la humanidad que está fúera de
Cristo. Incluso Pablo no quería regresar a Corinto hasta que la
obediencia de ellos fúera completa. ¿Está Jesús, Aquel que pagó por
todo pecado, ansioso por regresar sin la gran cosecha final? Yo pienso
que no.
Creo que el deseo de ir al cielo ahora es en realidad la imita ción
de “buscar primero el Reino”. Muchos evangelistas tuvieron avances
tan significativos que esperaban el regreso del Señor en cualquier
momento. Como resultado, no pudieron equipar a la Iglesia para que
hicieran aquello para lo cual estaban dotados y alcanzaron multitudes
en vez de a naciones y generaciones. Debe mos planificar como si
tuviéramos toda una vida para vivir, pero trabajar y orar como si nos
quedara muy poquito tiempo.
Muchos servicios en las iglesias están diseñados para ser tan
inofensivos como sea posible, con la suposición de que el uso de
cualquiera de los dones del Espíritu hará escapar a la gente y los
apartará del Evangelio. Pero ya están apagados. En su mayor parte, la
adoración expresiva, la ministración en los dones espirituales y
actividades similares solo apartan a los cristianos que han tenido la
desafortunada experiencia de haber sido enseñados a oponerse a ellas.
Y muchos de estos individuos se encienden ante tales cosas cuando
enfrentan una situación imposible y necesitan la ayuda de alguien
experimentado en el Evangelio de poder.
La Iglesia tiene una adicción enfermiza por la perfección, del tipo
que no hace concesiones a los desórdenes. La norma de per fección solo
puede alcanzarse restringiendo o rechazando el uso de los dones del
Espíritu. El pasaje que se cita con frecuencia es: 11
Pero todo debe
hacerse de una manera apropiada y con orden” ( 1 Corintios 14:40). Sin
embargo el “todo” de esta oración se refiere a las manifestaciones del
Espíritu Santo. Por lo tanto, necesitas tener algunos “todos” primero
antes de tener el derecho a imponerles orden.
Mantener las cosas en orden se ha convertido en nuestra gran
comisión. Los dones del Espíritu interfieren con el impulso por el
orden. Pero los desórdenes son necesarios para lograr la multi -
plicación. Proverbios 14:4 señala: “Donde no hay bueyes el granero está
vado; con la fuerza del buey aumenta la cosecha”.
¿Cuán importante es la multiplicación para Dios? ¡Una vez Jesús
maldijo a una higuera porque no daba fruto fuera de tiempo! (ver
Marcos 11:13-14). Un hombre en una parábola fue echado a la
oscuridad por esconder su dinero en la tierra y no obtener inte reses
para su señor (ver Mateo 25:24-30). Hay una gran diferencia entre
cementerios ordenados y guarderías desordenadas.
No percibimos a Dios cuando vivimos como si ya lo compren -
diéramos completamente. De hecho, si pensamos que lo entende mos,
probablemente lo hemos conformado a nuestra propia ima gen.
Esforzarnos por conocerlo es embarcarnos en una aventura en la cual
las preguntas aumentan más de lo que disminuyen. El es Aquel que
siempre obra más allá de lo que nuestra capacidad puede imaginar.

Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos


imaginamos o pedir, por el poder que obra eficazmente en
nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por
todas las generaciones, por los siglos de los siglos!. Amén.
—E F E S I O S 3:20-21
^Pimíos para reflexionar

1. ¿En qué piensas cuando lees la palabra visitación? ¿La perspec-


tiva de una visitación personal del cielo es bien recibida por ti?

2. En el pasado, ¿has formado parte de lo que podría llamarse un


verdadero avivamiento, un tiempo de visitación especial de Dios?
¿Cómo terminó ese tiempo (si lo ha hecho)? Si ha terminado,
¿piensas que podrías revivir el avivamiento si lo quisieras? ¿Por
qué sí o por qué no?

3. Reflexiona sobre la siguiente oración: “sin la pasión del primer


amor no hay lámpara”. ¿Cómo puedes ilustrar la verdad de dicha
afirmación desde tu propia experiencia?

249
í^Jedilaelón

María recibió una visitación de un ángel. Él le llevó el anuncio más


impactante que jamás se le haya dado a una persona. Ella iba a dar a
luz a Cristo, el niño.
Como María, las personas que han experimentado encuentros
espirituales rara vez tienen una comprensión inmediata de lo que el
Señor está haciendo o por qué. Algunas veces, sus amigos más
cercanos quieren alejarlos de ello al declarar que el mover es del
demonio. Con frecuencia son vistos como parte de un elemento
marginal del Cuerpo de Cristo. Por supuesto, un estigma por sí solo no
es garantía de que una persona ha experimentado un ver dadero mover
de Dios. Pero la perspectiva de la vergüenza de ser contados entre los
herejes, o al menos, con los engañados, puede ser un obstáculo para
buscar una visitación del cielo.
En tu propia búsqueda del Señor, no permitas que tales temo res
te distraigan ni te detengan. Busca su rostro apasionadamente. Él te
mantendrá seguro:

¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no
caigan, y establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa
presencia, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por
medio de Jesucristo nuestro Señor, antes de todos los siglos, ahora y
para siempre! Amén.
—JUDAS 1 : 2 4 - 2 5
{Sobre los autores

Bill y Bemi Johnson son los pastores principales de la iglesia Bethel en


Retid ing, California. Juntos, sirven a un número cre ciente de iglesias
que se han asociado para un avivamiento. Bill es la quinta generación
de pastores, con una rica herencia en el Espíritu Santo. Beni supervisa a
los intercesores de Bethel y a los de la Casa de Oración, lo que hace
que la conexión sobrenatural con el Señor sea accesible para todos. Sus
tres hijos con sus esposas e hijos están involucrados en el ministerio a
tiempo completo. Tienen ocho hermosos nietos.

Kris Vallotton es el autor de otros cuatro libros y es un conferen cista


internacional. Es pastor principal asociado en la iglesia Bethel en
Redding, California. Ha estado casado con su bella esposa, Kathy,
durante treinta y dos años. Tiene cuatro hijos y siete nietos.

Kevin Dedmon tiene un ministerio itinerante que está enfocado en


equipar, fortalecer y activar a la Iglesia para el evangelismo so-
brenatural, a través de milagros y prodigios, sanidades y profecías.
Obtuvo una maestría en Liderazgo para Iglesias de la Vanguard
University y ha sido un ministro a tiempo completo durante más de 25
años. Él y su esposa son parte del equipo de la iglesia Bethel.

Danny Silk es el pastor administrador principal de la iglesia Bethel. Es


el desarrollador principal del equipo pastoral y es el director de los
ministerios de la iglesia, entre ellos The Transformation Center [El
Centro de Transformación], el alcance a la ciudad y las Salas de
CAFÉ
ESPIRITUAL

Sanación Bethel. Danny y su esposa, Sheri, son también fundado res


de Loving on Purpose [Amar con propósito], un ministerio para las
familias y las comunidades alrededor del mundo.

Baiming Liebscher ha pertenecido al equipo de la iglesia Bethel, por


más de diez años. Él y su esposa, Seajay, son los directores de Jesús
Culture [Cultura Jesús], un ministerio dedicado a movilizar, equipar,
activar y enviar a una nueva generación de evangelistas a todo el
mundo. Estos evangelistas tienen encuentros con Dios, ar den de
pasión por Jesús y están siendo entrenados y equipados en la esfera de
lo espiritual, para ser enviados a sus ciudades para mi nistrar con
poder. Antes de ocupar ese puesto, Banning fue pastor de jóvenes en
la iglesia Bethel y supervisor principal en la School of Supernatural
Ministry [Escuela de Ministerio Sobrenatural].

252
Esperamos que este libro
haya sido de su agrado.
Para información o comentarios,
escríbanos a la dirección
que aparece debajo.

Muchas gracias.

PENIEL
info@peniel. com
www.peniel.com

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