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Títulos valores y la vigencia hoy en día dentro del derecho mercantil

Se plasmará contenido referente a los títulos valores y cono se


desarrolla dentro del derecho mercantil donde el objetivo de este ensayo es
plasmar cuales son los efectos vigentes de la actualidad y si tiene función
necesaria para el derecho mercantil hoy en día. Por lo tanto los títulos
valores son un fenómeno exclusivamente mercantil. Porque si nos
preguntasen cuál es la contribución del derecho comercial en la formación de
la economía moderna, tal vez no podríamos apuntar otra que haya influido
más típicamente en esa economía que la institución de los títulos de crédito y
dentro de este contenido se estará reflejando de manera analítica la
información.
Al respecto, los títulos valores son unos documentos que representan
derechos de contenido patrimonial, sometidos a un especial régimen
sustantivo que simplifica el ejercicio y la transmisión del derecho
documentado. En este sistema de circulación no tiene que acudir a trámites,
y se concede a esos títulos ejecución lo que se hizo fue cambiar el derecho
obligacional romanista al derecho de obligaciones mercantilista y se crearon
para hacer más fácil el ejercicio y la transmisión de los derechos
incorporados al título.
Las relaciones jurídicas entre comerciantes precisan de una sencillez,
facilidad de transmisión y ejecutividad que históricamente no se alcanzaba a
través del instrumento del contrato. Por eso, el Derecho mercantil histórico
desarrolló los llamados títulos valores es decir una serie de documentos, de
muy diferentes características, pero que tienen algo en común: el emisor se
compromete a efectuar determinada prestación en favor del que resulte ser
su legítimo tenedor.
La gran diferencia con los contratos escritos es pues que se trata de un
documento breve, firmado por una persona, sin que sea necesaria la
aceptación por su receptor, documento que circula de mano en mano, de
forma que su último tenedor es el que puede exigir al emisor el pago de la
prestación incorporada al título.
La función económica de los títulos valores es facilitar la circulación de
los créditos o excesos de dinero en la economía para así incentivar la
economía en ambas partes. La gran cantidad de recursos monetarios que se
materializan y trasladan a través de los títulos valores ayudan a la economía
de las empresas e inversionistas.
El derecho consignado en el documento, nace con la creación de éste.
Tiene un valor en la actividad económica en general y en los negocios
mercantiles en especial, por ello y para el desarrollo de la economía de un
país, interesa que el titulo como valor en sí mismo, pueda entrar en
circulación económica como los demás bienes. Quien suscribe un título valor
se obliga a una prestación frente al poseedor del título, o quién resulte tal, y
no subordina esa obligación a ninguna aceptación, ni a ninguna
contraprestación.
En el cual si en el título se dejan espacios en blanco cualquier tenedor
legítimo podrá llenarlos, conforme a las instrucciones del suscriptor que los
haya dejado, antes de presentar el título para el ejercicio del derecho que en
él se incorpora. Una firma puesta sobre un papel en blanco, entregado por el
firmante para convertirlo en un título valor, dará al tenedor el derecho de
llenarlo.
Para que el título, una vez completado, pueda hacerse valer contra
cualquiera de los que en él han intervenido antes de completarse, deberá ser
llenado estrictamente de acuerdo con la autorización dada para ello. Si un
título de esta clase es negociado, después de llenado, a favor de un tenedor
de buena fe exenta de culpa, será válido y efectivo para dicho tenedor y éste
podrá hacerlo valer como si se hubiera llenado de acuerdo con las
autorizaciones dadas.
Cabe resaltar que tienen función necesaria el derecho mercantil debido
que mediante el empleo de los títulos-valores se consigue superar
inconvenientes, pues se produce la incorporación del derecho al documento,
perfilándose en éste el alcance y caracteres del crédito. El deudor no podrá
negarse al pago en las condiciones determinadas al sujeto que aparezca
como legítimo tenedor del título, no pudiendo por tanto oponer excepciones o
circunstancias que no consten en el documento.
Al mismo tiempo, se facilita la circulación del crédito, que viene
aparejada a la correcta transmisión del documento en el que éste se
encuentra reflejado. Al estar perfectamente definidos los caracteres de éste y
al impedirse al deudor oponer excepciones que no se reflejen en el título, la
circulación del crédito corre la misma suerte que el documento en el que se
representa: si el documento se transmite de forma adecuada, se habrá
transmitido igualmente el derecho que incorpora.
Los títulos-valores presentan igualmente ventajas por los que afecta a
la transmisión de cosas materiales, al permitir la representación de las
mismas a través de su reflejo en el documento. A raíz de tal representación
los bienes representados pasan a correr la misma suerte en el tráfico jurídico
que la que corra el título que los simboliza.
Así, en el título se incorpora el derecho a obtener las cosas materiales
que en él se representan, pudiéndose, del mismo modo, disponer de tales
bienes a través de la transmisión del documento, permitiendo el tráfico de las
mercancías sin necesidad de su desplazamiento material. Las cosas
representadas pueden cambiar de amo sin cambiar de mano. Lógicamente,
las principales potencialidades de esta forma de transmisión a través de la
entrega del documento se manifestarán respecto a bienes que se encuentran
en lugares lejanos, o que están siendo transportados a otro lugar.
Finalmente, los títulos valores facilitan la liquidez del acreedor,
permitiendo que éstos concedan mayores aplazamientos a sus deudores en
el pago de sus obligaciones si sus necesidades así lo requieren. De este
modo, la posibilidad de transmitir el crédito o el derecho a través de la
transmisión del título, implicará que el acreedor que se vea necesitado a
cobrar el crédito que en el documento se representa, pueda, a su vez,
transmitir éste a sus propios acreedores, gracias a la facilidad de transmisión
que caracteriza a los títulos-valores.
Obviamente, para que ello sea viable, es necesario que desde el
ordenamiento jurídico se otorgue una protección sustantiva y procesal
adecuada de modo que se faciliten la exigibilidad y ejecución del derecho
que se incorpora al documento, limitándose las posibilidades de oposición
del deudor. Estas ventajas que presentan los títulos-valores han fomentado
la titulización de bienes y derechos, pues permiten y facilitan la circulación y
transmisión de cuanto incorporado al documento.
La incorporación de derechos a los títulos valores produce como efecto
una cierta materialización de su contenido. De este modo, si antes de la
emisión del título-valor lo que existía era un derecho, de carácter inmaterial e
ideal por su propia naturaleza, la emisión de un título-real que lo represente
produce una cierta cosificación del derecho.
De este modo, en el tráfico jurídico, el título como tal puede emplearse
en actos y negocios jurídicos, así como ser objeto de derechos reales,
recibiendo el mismo tratamiento que el ordenamiento jurídico dispensa a las
cosas materiales. Sin embargo, hay que advertir que todas estas relaciones
de carácter real recaen de forma directa sobre el título como documento y
sólo de forma refleja sobre el derecho incorporado.
Concluyendo que es un documento que incorpora un derecho para cuyo
ejercicio hace falta la presentación del documento se transmite de tal forma
que el que lo adquiere, si es de buena fe, adquiere en su caso el documento
y el derecho que incorpora y está al abrigo de las excepciones derivadas de
las relaciones personales entre los anteriores titulares y obligados por el
documento.
O sea que el concepto amplio exige sólo que, llegada la fecha del
ejercicio del derecho (el vencimiento de la deuda incorporada a una letra de
cambio o a un pagaré y reflejada en la fecha de vencimiento o emisión si son
títulos a la vista) mientras que el concepto estricto exige que el adquirente de
ese documento esté especialmente protegido en su adquisición, de manera
que sea mantenido en ésta aunque el que le transmitiese el título no fuera
propietario o aunque los anteriores obligados pudieran negarse a pagar
sobre la base de circunstancias desconocidas para el adquirente.
De tal modo los títulos-valores crediticios, son la letra de cambio, el
pagaré o vale a la orden y el cheque, en los que la relación causal no se
revela del tenor del documento. Tratándose de los llamados títulos de
tradición, o sea, aquellos representativos de mercaderías, la acción
emergente del título aparece vinculada a la relación causal, es decir, al
contrato que originó la emisión del documento. Así, las obligaciones emitidas
en virtud de un empréstito colectivo, los conocimientos de embarque, los
cupones de los dividendos, son títulos expuestos a las excepciones
derivadas, respectivamente, del contrato de préstamo, de transporte, de
seguro o de sociedad.

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