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-ASui,ARGENT
MII{OC MCH(IrS.19[
IIIARCXTO IATAIO
sociales (generalmente de los adversarios de los portado-
res de la fantasía de turno) para resistir y bloquear
tliohas fantasías.
La segunda razbr, de la tragedia de la última década y
media tuvo que ver con la índole de las conclusiones que
los actores polítig"os dominantes extrajeron de sus co-
rrectos diagnósticos de la dualidad que había caracteri-
zado a la política argentina hasta 1966. En efecto, las
fórmulas políticas intentadas a partir de ese año se pro-
pusieron super¡¡r dicha dualidad pretendiendo fusionar
la escena política y catahzar hacia el interior del marco
institucional los procesos de negociación y conflicto que
en el período anterior se había¡ desa¡rollado extra-insti-
tucionalmente. El efecto de dichos intentos no fue el
deseado: en el caso de los gobiernos militares no se logró
embretar por mucho tiempo la política dentro de esque-
mas corporativos o propios de una sociedad de súb- I
ditos paralizados y atomizados; tampoco el gobierno
peronista logró que el Parlamento y el Pacto Social EL FRACASO DE LA "SEMI-DEMOCRACIA"
canalizaran, más o menos ordenadamente, las presiones y Y SUS LEGADOS
los intereses sociales. Sin embargo, el despliegue de los
proyectos cle 1966, 1973 y 1976 tuvo como consecuen-
cia que, en buena medida, se cetraran los espacios y se En 1955 una insurrección cívico-mütar puso fin al
obtumran los intersticios por los cuales la política se gobierno peronista. La inzu¡rección no sólo produjo el
había colado hasta 1966 sin que se produjeran grandes derrocamiento de Perón: asimismo tuvo éxito en des-
estallidos. Por ende, se tornó a seguir haciendo política mantelar el modelo político prevaleciente durante los
extra-institucionalmente, pero de manera cada vez más diez años anterio¡es. El modelo peronista, basado en la
salvaje, con el resultado de que los distintos actores relación di¡ecta entre lider y masas, había hecho de
fueron aceleradamente dejando de lado los límites que se Perón el depositario único de la representación del
habían autoimpuesto en sus interacciones sociales, adop- pueblo. Este fenómeno tuvo como efecto que los canales
tando estrategias en las cuales la consideración por las parlamentarios y partidarios fueran permanentemente
consecuencias destructivas de sus comportamientos indi- relegados y perdieran relevancia en la escena politica.
viduales (en relación-a "los otros" y al conjunto de la Además, el peronismo en el poder tendió a considerar las
colectividad) fue reduciéndose progresivamente en cada actividades de los partidos de oposición (y de las organi
nuevo ciclo. zaciones profesionales y sindicales no peronistas) como
Examinemos, entonces, las características de las dos manifestaciones de intereses sectoriales ilegítimos. Con-
etapas apuntadas. secuentemente, elgobierno obstaculizó en forma crecien-
te tales actividades, tanto dentro como fuera del Parla-
rnento.
Los líderes del golpe de estado de 1955 caracteriza-
ron al régimen peronista como una dictadura totalitaria
y, en consecuencia, levantafon los estandartes de la
democracia y la libertad, proponiéndose como objetivo
el restablecimiento del régimen parlamentario y el sistc.
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rn.r (lo l)artidos. Irste objetivo, sirt embargo, se frustró se fueron definiendo estos modos de hacer política. para
r('( r¡rre ntcmente: en 195'7 , la asamblea constituyente, ello se exploran tres de sus elementos más importantes:
t onlrolatla por 1os partidos no peronistas, no pudo a) el surgimiento de desfasajes significativos entre el nivel
:rr'ortlar una nueva constitución y se disolvió sin lograr de los intereses socio-económicos, por un lado, y el de
r¡rra reforma del anticuado, texto del siglo pasado; en los bloques políticos, por el otro; b) la formación de un
l()62, los militares con el apoyo de varios partidos, movi¡niento sindical peronista con características nuevas,
tlrrrocaron al presidente Frondizi, elegido constitucio- que se constituyó en un actor político autónomo y
nrlmente cuatro años antes; en 1966, Ios militares articuló progresivamente una estrategia defensiva y de
volvieron a i¡terveni¡ para derrocar a otro gobierno oposición; c) el ingreso de los militares a la arena polí-
constitucional, esta vez el del presidente lllia. tica, asumiendo, primero, un ro1 tutela¡ en el marco de
Tanto en 1955-1958 como en 1962-1963,los i¡te- regímines semidemocráticos, y expandiendo, más tarde,
rregnos entre gobiernos constitucionales fueron ocupa- su esfera de intervención con el objetivo de acabar con
dos por administraciones militares. Las mismas, sin las prácticas democ¡áticas y las instituciones parlamenta-
ernbargo, no se propusieron reemplazar la democracia rias.
parlamentaria por un régimen político alternativo ni
posponerla p¿ua un futu¡o distante, al que se arribaría Argenüna post 1955: Una comunidad
sólo después que ciertos cambios económicos o sociales política desarticulada
fueran logrados. Más bien, el principal y autoproclamado
objetivo de estos gobiernos temporarios fue la imposi- El derrocamiento del gobierno peronista en 1955 fue
ción de mecanismos proscriptivos del peronismo, mien- promovido por un amplio frente político que incluyó a
tras, ¿rl lnismo tiempo, intentaban erradicarlo. El pero- todos los partidos no peronistas, los representantes
nismo era percibido como un fenómeno inherente e corporativos e ideológicos de las clases medias y las
irremediablemente adverso a las instituciones y valores burguesías urbana y rural, las fuerzas armadas y la
democráücos, á los cuales, de haberle sido permitido Iglesia. Los miembros del frente antiperonista persi-
actuar libremente, hubiera deformado e i¡cluso destruí- guieron objetivos dispares. Sin embargo, el frente pudo
do. mantenerse unido durante un cierto tiempo bajo la
El despliegue de una nueva fórmula política, después bandera de la "democracía", que fue levantada oponién-
de 1955, fue en verdad un proceso convulsivo y frustran- dola al carácter dictatorial y totalitario atribuído al
te. Pero los fracasos en la tarea de lograr estabilidad régimen peronista.
institucional no impidieron que durante esos. años se Muchos antiperonistas compartieron la noción, un
configuraran nuevos modos de hacer política que impli- tanto ingenua, que Ios peronistas habían sido converü-
caron una profunda redefinición de los patrones de dos a ese credo político mediante una combinacion de
procesamiento de los conflictos y relaciones sociGeconG demagogia, engaño y coerción. En consecuencia, creye-
micas. Estos nuevos modos de articulaciÓn política se ron que la mera denuncia de los "crímenes de la dictadu-
desplegaron gradualmente durante la década siguiente a ra", acompañadade un procesode reeducación colectiva,
la caída de Perón; si bien no dieron lugar al surgimiento ¡esultaría en una gradual reabsorción de ex-peronistas
de una fómrula institucional que produjera estabilidad por partidosy si¡dicatos "democráticos". Esta ilusión no
política, su relevancia trascendió al período 1955-1966' duró mucho;elperonismotsobrevivió a la caída de su go-
Fln efecto, los nuevos modos dejaron un legado político- bierno y se constituyó en el eje de un vigoroso movimien-
ideológico con el cual tuvieron que lidiar necesariamente to opositor, Sin embargo. en el corto plazo, dicha ilusión
los diferentes actores políticos, viejos y nuevos, cadavez tuvo el efecto de permitir a los antiperonistas proclamar
r¡ue se esbozaron fólmulas políticas alternativas a partir que la proscripción de'l peronismo -una medida que
rlc 1966" implicaba segregar políticamente entre un tercio y la
l.«rs puntos de esta sección analizan la forma en que mitad de la ciudada¡ía argentina- era en realidad una
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ir( ('ra)r) rle trtocrática. Naturalmente, una consecuencla A la limitada correspondcncia tluc cxisliri entre, por
;rtlrr ior)ul rle la proscripción del peronismo fue su exclu- un lado, los conflictos y los alineamientos sociales y, por
siirn tle I gobierno. e1 oiro, las modalidades institucionales de hacer política,
lrl coiolario de la exclusión del peronismo, tanto del t'enómeno al que hemos caracterizado como de "disyun-
¡rlano electoral como del correspondiente a la acción ción", se agregó un segundo factor que la acentuó- Este
irolítica legal, fue particularmente complejo. En primer podría ser considerado como una "disyunción dentro de
iugar, intródujo una profunda disyunción entre la socie- la disyunción" y afectó al antiperonismo. Originalmente.
tlad y el funcionamiento de la política en Argentina, que el bloque social que enfrentó a los sectores populares se
,csuiió en la emergencia paulatina de un sistema político expresó plenamente a través del frente forrnado por los
tlual. En el mismo, los mecanismos parlamentarios co- partidos no peronistas y los militares "de¡-noc¡áticos"
cxistieron, de manera conflictiva y a veces antagónica, triunfantes en 1955, Poco a pcco. sin embargo, esta
con modalidades extra-institucionales de hacer política' situación se fue alterando y partidos no peronistas y
lil principal ¡esultado de este dualismo fue que los dos rnilit¿res comenzaron a expresar contenidos disímiles, y
"blóques;' principales de la sociedad es decir, el sector
a veces antagónicos. Esto sc debió a dos razones. La
¡,,,priu. y el frente antiperonista, compuesto por los prinrera fue que los militares "democráticos" de 1955
scotores burgueses y de clase media- rataYez compartie- fue¡on perdiendo prngresivamente su "vocación demo-
ron la mismá arena politica para la resolución de conflic- erática", para concluir respaidando el establecirniento tle
tos y el logro de acuerdos basados en mutuas concesio- regímenes cle carácter autoritario. Este "deslizamiento"
nes. El sector popular y especialmente la clase obrera,
^eipresado autoritario de los militares los llevó a enfrentarse crecien-
que se había principalmente a través del
temente con los partidos, pues a pesar de que éstos por
peronismo, quedó privado de toda representación tanto lo general no renegaron de su antipeionisrno, su razón de
cn las instituciones parlamentarias semidemocráticas ser estaba obviamente ligada a1 funcionamiento de un
como en la maquinaria i¡stitucional del Estado' En sistoma dernocrático-parlarnentario y al mantenimiento
contraste, sus adversarios sociales -quienes, por otra cle un mínimo de libertades púbücas. La segunda causa
parte, hábían zufrido una exclusión política parcial que complicó las relaciones entre militares y políticos
¿,r.*t. la época peronista- tuvieron la posibilidad de fue que ios partidos no-peronistas se transformaron en el
recurrir tanto a los mecalismos parlamentarios como a principal c¿rnal de expresión de una compleja interacciÓn
los extra-institucionales. Gozaron de un acceso privilegia- entre dos controversias que dolninaron la escena política
tlo al Estado y ejercieron una influencia decisiva sobre argentina luego de la caída de Perón. Un 1955 el frente
las políticas y los impactos de las acciones- estatales' antiperonista se había coaligado en torno al estandarte
Las presiones ejercidas por ei sector popular fueron, "oposicionista", es decir. el proyecto de destruccción del
,u irutt mayoría, de carácte¡ extra-institucional' El régimerr peronista. Esta unjdad, sin embargo, conlenzó a
"n
nlovimiento sindical peronista se transformó progresiva- dewanecerse cu.ando llegó el momento de ejercer el
nrente en la expresión otganaada más poderosa del aquel poder Cesde cl Estado -v hallar vias de resolución a las alu-
sector. En última instancia, sin embargo' la presión po- didas controvcrsias.
frtr. ." redujo a la capacidad de desestabilizar, desde La primera de estas controversias se rlefilió en torno
¿rfucra del escenario político oficial, a cada uno de los al ro1 cle gobierno con respecto a la erradicación del
rcgírnenes civiles y Inilitares que se sucedieron durante el peronismo. Las diferentes posiciones en ese sentido com-
p"ríoclo. Tai desestabilizacíó¡ se logró tanto a través del prendieron un espectro que iba desde el "integracionis-
planteo de demandas económicas que contradijeron y rno' -el cual postulaba una gradual ¡eabsorción dei
,,,.rrurnn la viabilidad de las políticas de estabilizaciín peronismo a la ¡rida política, aunque sin desconocer
larrzatlas cntre 1956 y 1963 como mediante el apoyo a la necesidad de una purga de sus aspectos más "da-
t:arrtlitlatos antioficialistas en elecciones nacionales, pro- ñinos", como el mismo Perón- hasta el "gorilismo",
vrr¡t:iltlcs y localcs. con su nunca abandonado propósito de "extirpar com-
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plstamente el cáncer peronista" de la sociedad ar- 1946.s En 1956 el pa¡tido se dividió; un ala, la Radical
gentina. La segunda controversiá estuvo vinculada aI Intransigente o frondizista, era partidaria de una g¡adual
modelo socio.económico que, presumiblemente, reem- legalización del peronismo; la otra, los Radicales del
plazaría al que había prevalecido durante el período Pueblo, permanecieron cercanos a la posición proscripti-
1945-1955. En 1955 el victorioso frente antiperonista se va, más dura, de los militares. En todo caso, las facciones
unificó en torno a la denuncia de los problemas econ& mayoritarias de los dos nuevos partidos mantuvieron su
micos que Argentina habla enfrentado desde fines de la adhesión al programa de Avellaneda, que proponía en 1o
década de 1940; inicialmente, resultó relativamente fácil económico una serie de medidas de carácter nacionalista
para los distintos integrantes del f¡ente coincidi¡ en la y reformista.
condena de una conjunto de políticas poco efectivas y Sin embargo, cuando el líder de los Intransigentes,
de una administraciófr corrupta, como principales fuen- Arturo Frondizi, fue elegido presidente en 1958, redefi-
tes de las dificultades que enfrentaba el país. Sin embargo, nió radicalmente la orientación económica del partido,
esta transitoria unidad pronto se hizo trizas al aflorar articulandó una posición enteramente distinta, la "desa-
diagrósticos opuestos de la crisis económica argentina. rrollista", y fue la otra fr¿cción, es decir los Radicales
El perfilamiento de estos diagnósticos se tradujo en la del Pueblo, quienes mantuvierqn su apoyo a los postula-
formulación de ¡ecomendaciones alternativas acerca del dos del populismo reformista.
curso a seguir en materia de política económica. Los desarrollistas, en cambio, sostuvieron que el
A partir de 1956 fueron emergiendo gradualmente estancamiento económico de la Argentina se debia prin-
tres posiciones divergentes en el campo del antiperonis- cipalmente a un retardo en el crecimiento de las indus-
mo, la del populismo reformista, la desarrollista y la trias de base. Tal debilidad, según esta postura, sólo
liberal. La primera no cuesüonó las premisas básicas del podía zuperarse medianteun proceso de "profund?ación"
modelo irnpulsado durante la década peronista.3 Por el que abarcará la expansión de los sectores productores de
contrario alentó la posibilidad bienes de capital e intermedios, y de la infraestructura
-y conveniencia-
promove! simuftárneamente los intereses de la clase obre-
de
econQmica. Asimismo, la posición desarrollista postuló
ra y 1a burguesía urbana, y propuso una política naciona- que el modelo de conciliación de clases del período
lista moderada, que impidiera, o al menos limitara, la 1945-1955 tenía, al menos en el corto plazo, una
presencia del capital extranjero en sectores tales como contradicción ineludible. La misma sólo podia ser resuel-
energfa, comunicaciones, y la producción de bienes de ta disminuyendo el salario real de los trabajadores para
capital. Esta posición combinaba elementos reformistas aumentar la renta de los industriales; tal aumento era, a
y popuüstas y, en realidad, sólo formuló dos críticas su vez, considerado un requisito indispensable para una
importantes a las políticas económicas del gobierno pero- elevación significativa del nivel de inversión. Finalmente,
nista. Po¡ una parte, el populismo reformísta sostuvo que los desarrollistas abogaron por un cambio sustancial en
las políticas de Perón habían desalentado la producción las políticas relacionadas con eI capital extranjero, apli-
agropecuaria, acusación que quedaba corroborada por el cadas en el país desde el fin de la Segunda Guera
estancamiento de la producción en ese área a lo largo del Mundial. El desarrollismo §ostuYo que, dado que los
gobierno peronista. Por otra pado, esta posición argu- recursos locales de capital eranin§uficientespara lograr la
mentó que se había fracasado en la promoción de la deseada "profundización", se requería una incorpora-
industria pesada y el desarrollo de la infraestructura ción masiva de capital extranjero a la economía' El
económica, y que elEstado había expandido despropor- desarrollismo recién se terminó de a¡ticular en 1958,
cionadamente sus gastos iorrientes, retrasando la inver- cuando Frondüi cambió de curso y tiró por la borda el
sión en obras públicas.a piograma "nacional y popular" que había contribuido
Las consignas del populismo reformista fueron prG significativamente a generar los apoyos sociales que le
movidas por el radicalismo, que se había transformado permitieron alcanzar la victoria en las elecciones de ese
en la única oposición partidaria organizada después de año.6
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( onrc hcmos visto, el desa¡rollismo no prestó un ,;oinün: los ciiva.jes y a,linea;nicntos políticos lto rtsl)()n-
apoyo irrrstricto al modelo de conciliación de clases, ireron solamente a los cálr:ulos quL: sc hicitrron dcl
sino que propugnó la introducción de significativos impacto que las políticas econi,nlicas produt'iríirn cn
ajustes del mismo. Tales modificaciones tuvieron por cada clase social. Existió. ':den-rás, otro lat:l.or qut cslttvtr
ob.jeto inducir un cambio r:n la correlación de fuerzas cn vinculado sólo en forina indircc:ta, cuantltt no conlratlic-
favor de ia burguesía urbana-. A pesar de ello, el ¡rrogra- Loria,.a las respectivas evahlacion':s de los interescs
nla tlesarrollista nc¡ cuestionó los aspectos cent-rales dei ,rconómicos particulares, ese facto¡ no fue otro r,¡ue la
procesc de i¡dustrialización sustitr,rtiva inaugurado en 1o:r cuestión dei peronismo. I-a presencia dei proscripto
al-los treinta. Por ei conira¡io. los políticos desarroilista-. inovimiento peronista se expresó de un modo muy
impulsaron tanto la aceleración como ia ampiiación cspecial en la escena potítica. Dicha presencia, si bien
c'.¡alitativa d el pro cesc de indu st¡ializ.ación. implícita, iue uno de los factores determinantes de los
Comparativamente. la irltirna Ce las posiciones. ia rnodos en que las organizaciones po1íticas y sociales que
liberal, fue mr¡cho más lelos en ia crítjca <iel proceso de cncarnaron las tres posiciones descriptas más arriba
industrialización i¡ir:iadc¡ eil 1a dócada de i930 y de lar rlefinieron y resoivieron los conflictos surgitlos durante
prácticas sociales y políticas asociadas al misnro. Los cste ¡reríodo.
liberalc¡s no sólo cnticarcn el modelo de conciliación de A partir de 1955, los partidos políticos, organizacio-
clases; c:uestionaron tambión Ia grrernisa según la cual ei rles corporativas y corrientes ideológicas, a través de los
desarrollc i¡dustriai debía cotstituir e1 núcleo dinámico r:uales se expresaron e1 refo¡mismo populista, el desarro
de una economía cerrada. Arp¡:rrei'rtaton en c-cte senti.- llismo y el liberalismo, entraron en numerosas alianzas y
do, que desde ios años treini.a 'v particulamrente desde lonl-lictos. Como se adelantaba arriba, tanto Ios apoyos
1946--- la Argentina se había errfrr,nt¡rdo con dos proble- rluc tales partidos y organizaciones recibieron, como las
mas críticos: el progresivo de terioro de la disciplina de lrposiciones que susr:itaron, tuvieron que ver con dos
los trabajadores y la i¡reficiencia de anrplias franjas de 1:: i'acl-ores: 1) ias predicciones de las consecuencils tlue
burguesía industrial. Tales probic-.rnas tenían su raiz" ¡;revisiblemente tendría la impleméntación dr: las po1íti-
desde 1a perspectiva liberal, en las políticas que trabian cas económicas alternativas en relación a los inte¡eses
cer¡ado la econonría, favoreciendo la proliferación de ecc;nómicr¡s de cada clase o sector social, y 2) el modo
iirdustrias "altificiales", y e;r el excesivo crecimier to del en que la retórica, 1as plataforrna,s v ia irl,rolt¡gía de cada
Estado. La imagen dei mercado pasó a constituir, en urr partido o corriente aludierr¡n a l:l cue:stión tiel peronis-
doble sentido, 1a piedra fuirdemerrtal de la posición mo. Iales alusiones, a su verz, hacía¡l rele rr:ncia ¡ l;¡-s dos
liberal. Por una parte, implicatra la apefiura de la ;rrincipales manifestaciones polítlco-lnstitucionales de la
economía argentina y su reirtegración al mercado inter- idcniidad peronista de los sectoies populares, la exclu-
nacional, mediante la reducción de los ararceles y la :ión política que sufrían como ciudadanos, y su renova-
eliminación de otras "distorsiones" que protegían a lcs tia adhesión a un movimientc» sindical que continuó
sectores artificiaies. Por otra parte, suponía una drástica definiéndose como parte del peronismo y no meramente
reducción de la intervención del Estado en la eccnomía como una red de organizaciones corporativas de la clase
y la restauración. mediante arlecuados incentivos, de la o breta. ?
mente, oscilaron k¡s liberales. Al r¡risrno tiernpo. suer te de "pariamentarismo negro". Este estilo de
embargo, los liberales ejercieron sólo una 5j¡ :oiitica se fue conformando a taíz de la frustrada
influencia r,¡rpiementación de los proyectos pertenecientes a 1os
mínima en e1 curso seguido por ia política y la
mia^ Si bien inicialrnente estuvie¡o, .n .,.,nái.iones
econo_ ilrürtares "democráticos" y de Ia no prevista configura-
rie lión de nuevos patrones de acción política que fueron
imponer programas de estabilüación, fucron
lnás tardo prevaleciendo subsecuentemente. Hasta cierto punto, la
obligados a renunciar a sus ob.letivo, d"
lu.go plazo o, inisma situación se reprodujo en relación a las políticas
aírn peor, forzados a abanclonailu, po,,i.iorreíconqulsta_
das en el gobierno. De tanto en tanto tuyieron hacia la c:lase obrera y las relaciones laborales. IJl rógimen
éxiio en rnil-ltar fracasÓ rotundamente en sus intentr-¡s de erradica¡
lograr- la proscripción del peronismo, p.r.-i.u.ururun
rotundamente en su ob.¡etivo de conirola¡ 11 peronismo de la clase trabajadora. Asimismo, el
semi-democ¡ático que pretendieron fundar.
el régimen régimen no logró imponer su proyecto de crear un
l-os liberales, como cabia esperar, adquirieron sistema de afiliación y representación sindical mú1tip1e,
una lestinado a reemplazar las pautas establecidas por la ley
eonciencia creciente de la futi_lidarl cle ius penclulaciones,
t'n t:rrrnto al logro de sus objetivos de ürgo plazo, peronista de los años cuarenta. Sin embargo, a pesar de
,it't ir, l¡ crradicación del peronismo (y es que no cuajaron, estos intentos produjeron cambios
de su"espectro.) y
lu rL.t:til'icación de la orientación importantes en el i¡rterior del movimiento obrero a partir
estatista y
¡rto-rntlLrstrialjsta. Hacia mediados ".on0_i*
de 1a década de 1960
Ce 1955.
eslrr prrol',¡¡¡;iya toma de conciencia fue un En primer lugar, el estilo de control político de 1a
factor decisivo clase obrera establecido dura¡rte 1a época peronísta fue
r¡ttc inrlujo a los liberales a optar por una estrategia
abir:rturne nlc rrntitlcmocrática. Til estiategia radicalnrente modíficado. Este estilo se había basado en
puso énfasis el tuteiaje benévolo de la clase obrera por el Estado y en
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lr¡ subt>rdinación ideológica del movimiento sindical a
l'crón. Más aún, los líderes sindicales peronistas que te proletario. Esta gradual transformaci(rn fitc favorccida
lrabían controlado los sindicatos hasta l-955 se vieron, por un factor adicional: en cada ocasión quc la pr"scri¡>
salvo contadas excepciones, efectivamente desplazados ción electoral de1 peronismo fue levantada atln(lut:
clc la escena sindical, y nunca recuperaron su ante¡ior fuera de manera parcial- la esfera de acciórr du los
influencia. En segundo lugar, el frustrado proyecto de líderes sindicales se vio considerablemente expandida al
los militares creó las condiciones para el surgimiento de tener Ia oportunidad de incidir en la lucha política tn
un movi¡riento sindical peronista enteramente diferente torno a los comicios. El voto de los trabajadores sc
que_ganó cierta iadependencia frente a pe¡ón y fue capaz transformó así en un instrumento de presión y negocia-
de desarrollar su propia estrategia política. ción, comparable a los paros y huelgas' Además, a
Sin embargo, Perón no desapareció de la escena eliferencia de Perón y los políticos peronistas, los líderes
política argentina ni del peronismo luego de 1955. Su sindicales tuvieron siempre tra opción de replegarse a una
esfera específica de acción: las negociacicrnes colectivas y
rol, eso sí, sufrió cambios significativos. Para ernpezar, la
neturaleza cie su vínculo con las masas populares ca.mbió, las relaciones industriales. En consecuencia, 1os líderes
ya que Perón dejd de tener la posibiiiAid de satisfacer sintlicales del perronismo rlersarrollaron una aptifud de la
que habían carecido ha;ta 1q55. es decir, la capacidad de
sus demandas y de apelar periódicamente a ellas en
fornra directa. Alternativamente, la figura de perón regociar cern ar-:tcies poiíliiuir lto peronistas, tales como
emergió como el principal símbolo del ¡eto¡no" La bs partidos, las isociaciol-les e;'tpresariales y los miiita-
tgs_
imagen del retorno a un pasado mejor se constituyó en la
base rnás importante del at¡activo que el peronismo F)l poder del movimiento sindical peronista se amplió
despertó permanentemente en las masas y, en particular, después de 1955. Asinrismo, este poder se apoyó ert
en la clase obrera. Otro cambio importante fue que bases bastantes diferentes. ¿Cómo empleó el slndicalis-
Ferón perdio, en parte, zu poder de cont¡olar a los mo su redefinido poder? Más arriba se sugirió que ias
1íde¡es peronistas. Algunos políticos provinciales. sobre acciones de los líderes sindicales fueron gobernadas, a
todo de zonas ajenas a las á¡eas metropolitanas de 1a p¿rtir de 1955, por una estrategia defensiva y de oposi-
región pampeana, y numerosos 1íderes sindicales, gene- ción. Esto estuvo estrecharnente ligado al énfasis puesto
raron bases propias de poder, 1o cua_l les dio un espacio por el peronislno en la imagen del retorno. Los sindicalis-
p:1ra de.safiar ocasionalrnente la autoridad del "Iíde¡,,. Si tas peronistas de la época posterior a 1955 actua¡cn cn
bie n ios desafíos más serios v explÍcitos a la autoridad de una sociedad que cada vez se pareció menos a la
i'erón fracasaron inva¡iablemente, el poder para sancio- Argentina del período 1945 -1955. A partir de 1959 la
na¡ las expresiones de rebeldía, otrora ejercido sin economia fue gradualrnente transformada por la expan-
¡estricciones por el "líder", se vio reducido sustancial- sión de los sectores i¡dustriales productores de bienes
mente. intermedios y de consumo durable. Dichos sectores eran,
Los desafíos abiertos a la autoridad de Perón no más i¡tensivos en el uso del capital y estaban más pe-
c:onstituyeron la única rnanifestación de las transforma-
l:iones quc su iiderazgo sufrió a partir de 1955. Otra net¡ados por e1 capital extranjero que los sectores indus-
circunstanr:ia inrportaLnte fue que las connotaciones ideo- triales desarrollailos durante las dos décadas anteriores'
lrigicas dcl pcronismo se fueron übrando en parte de su L.os nuevos sectores pronto desplazaron a estos últinlos
inlluencria. La siempre ambigua ideoiogía perooista em- de su rol de núcleo dinámico del capitalismo argentino'
Sin embargc, e1 discurso de los sindicalistas peronistas re-
Irtz-o a rr:flejar en inayor medida la cor¡elación de fuerzas
inlcrnas del movimiento" Un peronismo menos zubordi- clamó continuamente larestauración de los atributos pre-
nutlo ¡ la autoridael de Perón, y reflejando más directa- valecientes antes de 1955. Estos atributos eran, en parte'
rasgos reales de la Argentina de la Cécada 1945-1955 y,
rnc n lr cl peso relai.ivo de las fuerzas sociales que 10
r orrslilr¡ íu, str transformó en un peronismo crecientemen-
en parte, una destilación de la visión ideológica del
peronismo. la ahanza entre la burguesía nacional y la cla-
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',( ()l)rr'ra lrljo el lutela.je protectorciel Estadc¡: po]íticas bina¡on dos elerteJ)l()s: I ) r.rn ¡ratrón tle csprrrátlicas pe-
rr)rrr')rllicas redistributivas; n¿cionalismo; netrar:iones en los ,rrecanismos de re¡rrcscnlaciirn par-
,Ic lu oligarguÍa (ag¡aria) como e1 principai la definición
a<iversario larrentaria que se rnanifestó a través de l¡ linitada,
;ri¡i3l i¡¡ Ias fue¡zas ,'nacionales
y populares,, 1, el poder aunque significativa. capacidad de los líderes sintlicalcs:
,rrhitr¿tl rJe Perón. para influir sobre la i:onducta electoral de los trabalado'
lrl símbolo unificador de. la recuperaciirn de la época res; y 2) una aución Ce rlesg:rste a la,rgo plazo algo así
rlr oro pcrdida, la constituía, pn, l"upuesto, el retorno como un contínuo c rrnplacable asedio "desde afue¡a"
,ic l'crirn a la ,\rgentirla...y al poder. Sr.n embargo, el rlue se ejerció contra rrlgímenes políticos r¡ue excluyeron
rL)romo de Perón, y de la Afgentiaa peronista, a1 peronismo. al cost(-) de ser altamente vulnerables a
deió de
scr objetivo político fundamental riel inovjmienio sincli_ ataques cuestlonadores de su representatividad y legiti-
la1 peronista. Se transformó, más bien, en üna especie midad.
de
nrito que Lrumplía dos funciones. En primer lugar, Las administrar;iones del períooo I955--1966, tanto
r¡rr¡nitió a los lídores sindicales interpelar a los obre¡os ,:iviles c<.¡n1o militares, resl¡ltaron clebitritaCas por Ios
rrolr()
_obreros peronistas, y por 1o tanto rescata¡ una de r:fectos que proúujc rtno de sus plripios axiom:ls o1;otati-
ia:; raíccs tie su idcntitlacl cole ctiva. que no fieg6 isei vos. es decir, la exclusión del peronrsmo de la escena. po'
l¡orrarla por los sucesivos regímenes post-peronistas.l2 lítit:a legal. En cfecto. tal exciusión reduncló en que la
l:n_ -segundo lugar, 1a proclamatla adheiión a un c¿pacidad políl.ica de la clase ohrera para obtenel concc-
objetivo
político qrie, en ei contexto de 1a Argentin¡ de 1955_ siones fue mayor tcda vez que ésta se prcpirso quebra.i'r
.1966. cia considerado inalcanzable por todos los secto_ tar las reglas f'ormales. En consecu¿ncra, c1 r:iovin-rient<:
rcs polirierts iinportantes peronistas ürcluicios - liberó sindical percnista se tornó, tal cr¡mo se quejaball algunos
;l los cinriicalistas de la responsabilidad clc reconocet. las de sus advcrsarics. una ft¡erza sul¡versiv¿1. 'f ¿ri caráctel
L:trn.sccLri:ncias y corolarios políticos ntás concretos que subversiyo, sin r emhargr), rIo estuvo asociado a un
t.erria su cstrategia. Dicho reconocimiento los hubie¡a cuestionamientcr de la natur¿ieza capitalista de las rela-
i,rrzado a autolimitarse en sus ciemanclas económicas. ciones sociales. Reflejó, en cambio, que ei sindicalisrno
i-l este s--ntido, e1 sindicaLismo peronista no fue. como
irigunos han argumentado, un movimiento meramente -así óorno otros actorgs-- recurrió, ctrmo i¡ltino recilr-
sL-l. al quebrantamiento de las reglas f rrrrrraies de1 siste ma.
dconorrlicista; en éi, más bien, los objetivos económicos tin realidad, a.i efecto tlesestabiliz.ador de las acciorres
)' p()1íticos se entrelazaron de una ,rlárr".u muy peculiar. crnprendidas por el sindicalismr,r fuc siemf¡re iircli¡ecto.
Aunque las demandas impulsadas por los-si¡dicatos como resultado del impactit quc tales accione¡- prodtlje-
peronistas eran de naturaleza económica y corporativa, roll en la conducta de otros actores, y efl p¿rticular de
contuvieron frecuenternente una invocación política. las fuerzas arinadas. Los sindicalistas contribuyercn a
Los sindicatos argumentaron -a veces de un modo üear circunstalrcias que indujeron a los mliitares a
directo, otras de manera oblícua-, que las políticas deponer a las administraciorles civiles, o fruslraron los
cconómicas y laborales de los regímenés no peronistas objetivos de los regímenes nlilitares, induciéndolos de
no sólo perjudicaban los intereses inmediatos rle los ese modo a abandorlar e1 poder para evitar situaciones
trabajadores sino que además socavaban la posiblidnd clel
que, ai rnenos en la percepción de los lnilitares, hubierarr
re torno a la época dorada del peronismo. y,
aunque la requeriCo como solución la apLicar:ión de medidas de
invocac:ión estuvo dirigida a ios trabajadores, lue ..oíc1a,,
represión maslva.
lanrhién por otras clases: la burguesía argentina también
lri¿o ia conexión entre ei programa ..o.rómi"o y corpo_
La estrategia del movimiento si¡dical peronista tuvo
una ventaja irnportante: su poder se materializó, en
l;rlivo dc los sirdicatos peronistas, y la posibilidad de buena medida. a travós de las acciones de otros actores.
rcsL¡rrr.'cción de una era acerca de la cual sus memorias
('rln (,r)torilnlente diferentes a las de la clase obrera. Esto perrnitió a los sindicalistas disociars*: de las conse-
cuencias inCeseables de ,los ciclos r1e golpes y repliegue§l
I rrs ¡rnrr:ticas políticas tjel lnovimiento sindical com_
de los miLitares, como ocurrió reit;radarfr:nte entre 1955
29
y I 9(16.. La estrategia sindical tuvo, además, otras dos
caracte¡ísticas. Por una parte, que el movimiento sin_ 'r'r. los aumentos de la procluctividad dc la nlano dc
tiical promoviera el logro de sus objetivos a través de ,l¡ra industrial fueron sustancialmente mayores rluc los
otros actores dio lugar a que los objetivos de estos ,r¡mentos de los salarios reales. En resumen, el dcsplie-
"intermediarios" interfirieran o modificáran parcialmen_ r rc exitoso de las acciones de contrataque del movimien-
tc los propios de.l movimiento sindical. por otra parte, r,, sindical impidió 1a completa ejecución y consolida-
que ei poder del sindicalismo se manifestara priniipa_ r'¡n de los proyectos de estabilización y crecimiento de
mente a través de la imposición de restricciones a las_ inlr::; de la década del cincuenta y principios de los anos
acciones de otros actores, ocultó su.incapacidad para r':;cn[¿, pero no pudo revertir las significativas transfor-
formular un diagnóstico propio de la crisii estructural r:r¡r:iones sufridas por 1a economía argentina a partir de
que afectaba a la economía argentina desde r1)59.
fines de la
década de I 940 y para proponer respuest¿5.1 3
rrnerat(,s, sin, trn,t,;;Ld1i,,ttl, !"l"plácito no sólo por'los ,,rivirtió cn una tentación cada vez mayor para dirigen-
,
r, L, l, Í r, \ 5indlcales vinculaclos a un movimiento político cuya
,. ;, i,, I i, li II ;,?i l;
I i I,,,: ruX i:l :, denlro ric é1, o sea iiJilr,
u,l
I
i,r,rr,:i ipción clectoral renovada por 1os
gobierrlos scmi-de-
Ei¡..1,,"r_.I^t',..,
ris.mo.rr"r..J el vando-
los.llfrs¡x¡g. .orno Ios l)rrrcr':iticos previos a 1966, se estaba transforrnando en
calisras upnr*.i"lrn" sintti-
1111:,l'?
refl"1ó uás c,,;;;:'i,"1:{-1tdo,cl. golpc r¡rilitar de ier,o irl tiuto estable de la política argentina. l,a "intervención
inicial .r" lr. f.opri,r- ,1,' 1os trabajadores en la orientación del futuro económi-
tu, ,r" oreñJ
atracrivo <lc.polílica c,'onómica'
"n';1T'',*üeLlad , r, del país" que los sindicalistas peronistas venían
ur.'r],r. ::::"tllt v'el It'r¡randando desde 195'7 parecía poder llegar a materiali-
.',u ni..íiJ,r",;"j; J;11 "] vand orismo lu p"'iu u jJa'a. i
n político auioritario. E sá ¿:rrse sólo si se privilegiaban vías de participación altema-
úl tima ctrcrin;,",i;""i.i.:t9.Te
consecuencia de l ivas a1 semibloqueado ca¡ril partidario electoral. La
de- ios ,rai.¿i.irl
;::^ili la afinidad
ortlen, Ia ;;;d;:""r.;i::?,1titt con las invocaciones al presencia de militares que, por una parte, condenaban el
tutela estatJ ;;r;:,'iti]ismo' el anticomunism. ; ü lrrcgo partidaio in toto, y no simplemente al peronismo,
ideología .rh.;;í1",.".-^un lugar prepontlerand. .n l, y, por 1a otra, parecían responder a consignas de tono
rrlcionalista, estatista y anti gran capital fue, entonces,
;:*l t*itili :rl* [:
_.r";;:;ili
i.x:,fl::Íl":J.
ra oecada del ci¡",,",,leras.durante Ia segunda mitad de
_ cuan do
;l :r: vista por los sindicalistas peronistas como el posible
lgente catalizador de un régimen político no parlamenta-
rio que sirviese p.ara cimentar la aliatza entre fuerzas
...r. ul..i¿ J los peronisr as
se- predominio dentro ha b í an armadas y sí¡dicatos que, supuestamente, se había frus-
,;r;;;;;"::
habían de la cla-
trado en 1955.
lrr."r.iárJJ ,en f¡lseresiones muv serias
aquellas a
biieron;;;;.,";;.'i;"?i,{,,ii3i1,j:"T"1;:,;,i;..x:,,.[
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