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La atención como valor de los bienes de información

Por

Juan Diego Torres Restrepo

Las TIC como apoyo para la toma de decisiones

por parte del gestor en la 4° Revolución Industrial

Diego Fernando Cardona Madariaga Ph.D.

Maestría en Gestión Cultural

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Sede Manizales

2020
En un mundo completamente permeado y transversalizado por la globalización en términos
económicos y culturales, por la digitalización, el consumo de masas y la hiperconexión. La
información se ha posicionado como uno de los bienes de mayor valor e influencia dentro de las
dinámicas de producción, circulación y consumo en el mundo virtual. Para este ensayo tomaremos
como definición de información: “cualquier cosa que pueda ser digitalizada y codificada como un
conjunto de bits”. (Shapiro, 1998)

Esta valoración que se le da a los bienes de información como factor productivo no es por
ningún lado homogénea, pues no solo el mercado, sino los consumidores valoramos y utilizamos
de maneras muy diversas y diferentes todo tipo de información. La cuarta revolución industrial
ha transformado de manera significativa esta relación con los datos depositados en la esfera virtual,
además de caracterizarse por ofrecer conexiones digitales veloces y móviles, también le ha
brindado el poder de utilizar y automatizar el uso de datos no solo al mercado sino a los
consumidores y usuarios para diferentes tipos de fines y propósitos.

Lo que se plantea como un nuevo escenario no es la posibilidad de acceso a grandes flujos


de información que nos brindó el desarrollo de tecnologías y sistemas computacionales (Hardware,
software y wetware) desde la tercera revolución industrial, si no la posibilidad de uso que esta le
dio al mercado, productores y consumidores en la actualidad; (Saladino, 2016) plantea que:

“Lo que tiene valor no es el flujo abierto de la información en red, lo que vale es lo que se
puede inferir mediante el análisis de consumo de esa información, […] “el nuevo Capital
no es la información o el conocimiento, sino la atención, porque posibilita captar la
información relevante para producir y usar conocimiento.” (p. 24)

A lo que se hace referencia es al resultado de una elección por parte de alguien que, con
libertad y decisión, acoge una opción u otra depositando en ella su tiempo y asignándole parte de
su bien más preciado y escaso de estas épocas la atención, “transformado, así, a través de un
proceso complejo, pero manoseado de cotidianidad, su atención y, por ende, su tiempo en flujo
económico”. (Pérez, 2012, pág. 274)

Esta dinámica acelerada y agresiva por la recolección de datos mediante el consumo de


bienes ha ocasionado una sobrecarga de publicidad e información. Por tanto , se plantea que en
gran parte la información está siendo utilizada como medio y no como fin, este aspecto lo vemos
representado en la explotación estadística y de procesos de automatización en los procesos de
oferta de nuevos productos y bienes de información.

“En términos generales y sin hacer un listado exhaustivo, la sobrecarga informativa está
dada por altas tasas de información continuamente producida: periodismo, foros, blogs,
redes sociales, etc.; facilidad para reproducir y transmitir información a través de Internet;
incremento en la cantidad de canales: telefonía, correo electrónico, mensajería instantánea,
etc.; grandes cantidades de información histórica disponible; contradicciones e impresiones
en la información disponible; una baja relación señal-ruido; falta de métodos de
comparación y procesamiento de la información; falta de conexión o estructura evidente
en la información”. (Saladino, 2016, pág. 9)

Como consumidores aportamos a esta masificación y sobre carga informativa de manera


“consciente” y consensuada, mediante la entrega de nuestros datos y nuestra atención a grandes
bases de datos, que pueden manipularla y generar tendencias y estadísticas económicas, políticas,
sociales y culturales de alto interés para el mercado, la industria o los poderes en curso y de mismo
modo para la academia. (Campos, 2008) Declara que el precio que pagamos por el acceso a redes
sociales o diferentes plataformas se puede ver representado de la siguiente manera:

“El usuario paga el acceso con sus datos personales (perfil de usuario), produce gratis
(colabora enviando fotos y videos) y genera audiencia para la venta de publicidad. Es, por
lo tanto, un triple pago: economía de la afiliación, economía de la colaboración y economía
de la atención”. (p. 63).

Aspecto que evidentemente genera una importante fuente de información en términos del valor
comercial y un nuevo escenario de responsabilidad social ante el uso de tan masiva base de datos
personales de los sujetos y las culturas.

En ese sentido, (Vizer, 2019):

“tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y la aplicación de algoritmos representan


formidables herramientas de colección de Big Data que permite no solo registrar tendencias
económicas, políticas y sociales, sino también generarlas, acelerarlas o frenarlas en sus
mercados específicos y de acuerdo a intereses particulares definidos. (p. 6)
Es este pues un nuevo escenario de importantes retos para la humanidad, pues las TICs se han
posicionado como interfaces determinantes e influyentes en las relaciones entre sujetos y culturas
y como un espacio veloz de mercado de notable dinámica. Por ello es pertinente continuar
avanzando en la discusión y en la reflexión empírica y teórica sobre las implicaciones de la
economía de la información y los desafíos que nos propone.

REFERENCIAS

Campos, F. (2008). El Impacto de Las Nuevas Redes Postmediáticas de Difusión de Información


y Entretenimiento. Obtenido de
http://search.ebscohost.com.ezproxy.unal.edu.co/login.aspx?direct=true&db=edsbas&AN
=edsbas.1462D0A9&lang=es&site=eds-live
Pérez, M. (2012). Economía de La Atención’: La Implicación de La Cultura Digital En El
Cambio Corporativo y Empresarial Del Grupo PRISA. Obtenido de Universidad
Nacional de Colombia:
http://search.ebscohost.com.ezproxy.unal.edu.co/login.aspx?direct=true&db=edsbas&AN
=edsbas.FD4FABF5&lang=es&site=eds-live.
Saladino, M. (2016). La disputa por la atención de los estudiantes. Sobrecarga informativa en la
economía de la atención. (Trabajo final integrador). Obtenido de Universidad Nacional
de Quilmes, Bernal, Argentina: http://ridaa.unq.edu.ar/handle/20.500.11807/211
Shapiro, C. V. (1998). Information rules: A strategic guide to the network economy. Harvard
Business Press; 1ST edition. ISBN-13: 978-0875848631,, 352.
Vizer, E. C. (2019). Las Tecnologías de La Información y La Comunicación Como Paradigmas
de La Economía de La Información. Obtenido de Universidad Nacional de Colombia:
http://search.ebscohost.com.ezproxy.unal.edu.co/login.aspx?direct=true&db=edsbas&AN
=edsbas.40310F8E&lang=es&site=eds-

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