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Creer que somos quienes Dios dice que somos


En esta semana centramos nuestra atención en el creer que somos quienes Dios dice que somos y en el
actuar de acuerdo con eso.
Más que cualquier otro desafío a la fe, creer que soy quien Dios dice que soy exige una decisión
consciente de lo que Dios dice por encima de lo que yo siento.
Si estoy hablando en serio cuando digo que le creo a Dios, tengo que creerle a Dios en lo que dice de mí.
La Palabra de Dios dice que ya soy quien Dios dice que soy. Si hemos aceptado a Jesús como Salvador, la
suma de nuestra identidad la encontramos en 1 Juan 3:1: Somos llamados Hijos de Dios.
Puede que la evaluación resumida en las Escrituras de quiénes somos se halle en Efesios 1:3-8.
La representación de los creyentes con una estrella puede ser tomado de Filipenses 2:15 que dice que
nosotros brillamos “como estrellas en el firmamento” al mantener “en alto la palabra de vida”.

Bendecida (v.3)

Perdonada (v.7) Escogida (v.4)

En amor

Redimida (v.7) Adoptada (v.5)

Aceptada (v.6)

Habla en voz alta con tu alma, como el salmista (Sal. 42:5), tantas veces como sea necesario para
comenzar a creer que: En amor soy bendecida, escogida, adoptada, aceptada, redimida y perdonada.
El enemigo sabe que no vamos a poder vivir con una victoria constante si no creemos activamente que
somos quienes Dios dice que somos.
Abraham, David y Pedro habían pecado tan gravemente que necesitaban fe para creer que seguían
siendo quienes Dios decía que eran.
Creer que somos quienes Dios dice que somos, nos reporta enormes beneficios:
1. Una sensación de seguridad enormemente fortalecida. La inseguridad te trae como
consecuencia malas decisiones que ni siquiera querías tomar.
Si absorbemos que somos aceptadas por Dios por causa de Jesucristo, nuestras decisiones y
nuestro comportamiento consecuente se verían afectados profundamente de manera positiva.

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2. Se nos toma en cuenta como justicia. Cada vez que le creemos a Dios, nos lo cuenta como
justicia.
Si de verdad creemos que Dios es quien dice ser, que puede hacer lo que dice que puede hacer,
y que nosotros somos quienes Dios dice que somos, entonces nuestras decisiones y
comportamiento correspondiente lo reflejarán. Nuestra forma de comportarnos fluye
poderosamente de lo que creemos.
3. Gloriosa liberación de la carga de nuestros propios pecados. Dios nos puede perdonar de
verdad y puede usar a quienes tienen pasados terribles.
Desde el principio hasta el final la fe es el corazón de la justicia.
Al poner nuestra fe en un Dios de gracia, que perdona a quien se arrepiente de verdad, nunca
cuenta nuestros pecados y transgresiones1 contra nosotros.
4. Obediencia. La obediencia viene de la fe (Romanos 1:5).
Nuestra obediencia fluye directamente de nuestra fe al creer que somos quien Dios dice que
somos, incluso si no lo sentimos.
A veces tenemos que ejercitar la fe para creer que obedecer a Dios en una situación difícil
producirá fruto al fin y al cabo, aun cuando parezca que en primera instancia podría ocasionar
dificultades.
Dios puede contar nuestra fe como justicia sin preocuparse de que nos aprovechemos de esa
libertad. Él sabe que la fe que no lleva a la obediencia no es más que palabras vacías.
La verdadera restauración exige fe.

(Tomado del Libro “Creerle a Dios”: cómo vivir por fe en su Palabra. Beth Moore 2004, Editorial B&H)

Un sacrificio más excelente


El Tesoro de hoy
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín.” Hebreos 11:4

Esta semana nuestro reto es el de comenzar a comportarnos como personas que creemos que somos
quienes Dios dice que somos.
Nos preguntamos cómo un Dios divino puede elegirnos, mientras que el Señor se deleita cuando
corazones tan propensos a alejarse por su propio camino lo eligen a Él.
Para Dios es mayor el deleite que significan nuestras victorias, que la decepción de nuestras derrotas.
Peleemos nuestra batalla diaria para llegar a estar centrados en Dios y no en nosotras mismas.
La ofrenda de Caín representaba cada ocasión en la que un creyente sabe lo que Dios quiere y se rehúsa
a darlo. Abel presentó su ofrenda con fe.
Dios deseaba tener comunión con Caín y Abel, pero el acceso vino por medio de la fe que miraba al
futuro (por medio de la ofrenda simbólica), a la muerte sustitutoria de Cristo. La permanente negación
de Caín a obedecer o arrepentirse condujo finalmente a su expulsión de la presencia de Dios.

1
Transgresión - generalmente representa un pecado de rebelión. Denota una desviación voluntaria del camino de
justicia, una premeditada violación de la ley de Dios, un acto de rebelión de rechazar la autoridad de Dios.
2
La sangre rociada por el cuerpo desgarrado de Cristo habla de gracia para todos los que reciben por fe la
ofrenda perfecta. La sangre de Cristo continuamente habla a nuestro favor.
El pago por todos los pecados (pasados, presentes y futuros) ya ha sido hecho. Sin embargo Dios sigue
llamando a los suyos a la obediencia. En un momento u otro nos hemos negado a dar a Dios
precisamente aquello que Él más desea de nosotros.
La fe significa creer que la bendición nunca deja de seguir a la obediencia, no importa cuál sea el
sacrificio.
Dios tiene un ministerio (servicio) para ti, y en Él estas capacitada para aceptarlo y desempeñarlo. ¿Le
vas a creer a Dios?
Crónica de Fe
1. ¿Qué aspectos de tu vida estás reteniendo y sabes que Dios quiere de ti?
2. ¿Cómo te sientes con respecto al hecho de que la sangre de Cristo habla permanentemente a tu
favor?
3. ¿Conoces tu llamado? ¿Crees que Dios te ha llamado a servirle?
El obrar de Dios
¿En qué circunstancias vi a Dios obrar en esta semana? Respondió una oración, Me disciplinó, algún
suceso extraordinario, cualquier manera en la que Dios se revela a nosotras.

Por la fe Enoc
El Tesoro de hoy
“Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes
que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios” Hebreos 11:5

Nuestros testimonios son nuestros relatos de la fidelidad de Dios en nuestra vida personal.
Los testimonios de Dios son los relatos de la fidelidad de la humanidad en la vida personal de Dios.
(Hebreos 11)
Uno de los objetivos principales de este estudio bíblico es asegurarnos que Dios tenga un glorioso
testimonio de cada uno de nosotros.
Ya hemos descubierto que todo el propósito de nuestra existencia es hacer la voluntad de Dios,
agradarle. Por lo tanto, Enoc ya cruzó la raya final; no con una vida perfecta, sino con un testimonio
perfecto.
Cada una de nosotras tiene su propia oportunidad para agradar a Dios. Para agradar a Dios lo único que
tenemos que hacer es como Enoc, caminar con Él. Dios quiere nuestra compañía, y la única manera en la
que podemos caminar con Él es andar por fe y no por vista.
Enoc caminó con su Dios durante 300 años hasta que, un día, Dios simplemente lo llevó caminando a
casa, le ahorró el trabajo de morir.
En mi caminar con Dios, ¿Estoy tratando permanentemente de zafarme de la cuerda sin que Él se dé
cuenta? ¿Estoy constantemente tratando de salirme del sendero y pretendiendo arrastrar a Dios para
que vaya a donde yo quiero? ¿Me lanzo permanente en persecución de distracciones, en lugar de
mantenerme en mi curso?
¡Oh, si solamente lo siguiéramos a Él y no corriéramos adelante ni nos quedáramos retrasadas!
Simplemente seguirlo.

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Cuando elegimos caminar con Dios en lugar de apartarnos del sendero para responder a innumerables
otras opciones, encontramos su perfecta voluntad para nuestra vida. Encontramos nuestra tierra
prometida.
Si Satanás no puede dañarte con la destrucción, tratará de enredarte con la distracción para sacarte del
camino.
Dios podría concedernos la victoria y la madurez sin la más mínima participación nuestra. Pero nos creó
para que alcanzáramos la máxima satisfacción al “asir” las cosas como resultado de una persecución
diligente.
Nuestra salvación es un regalo de gracia que exigió exclusivamente la obra de Jesucristo. Sin embargo,
Dios se aseguró que gran parte de nuestra realización personal implicara la búsqueda de Dios y de sus
metas, de modo que nuestra alma fuera satisfecha y se entusiasmara por los constantes
descubrimientos. Dios es soberano.

Ahora es su turno
¿Cómo puedes estar segura de que no sacrificarás algo hermoso o algo de valor si adoptas la meta
máxima de caminar con Dios?
Crónica de Fe
1. ¿Cuáles son las áreas de tu vida en las que necesitas desesperadamente una simplificación?
El obrar de Dios
¿En qué circunstancias vi a Dios obrar en esta semana? Respondió una oración, Me disciplinó, algún
suceso extraordinario, cualquier manera en la que Dios se revela a nosotras.
Por la fe Noé
El Tesoro de hoy
“Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor
preparó el arca en que su casa se salvase”. Hebreos 11:7

Noé representa las siguientes condiciones:


1. Ser la minoría. El mundo de Noé era totalmente malvado, y sin embargo, Noé era un hombre
justo, intachable entre las personas de su tiempo y caminaba con Dios (Génesis 6:9). El carácter
no está determinado por el medio en el que vivimos.
Noé era el único hombre en toda su generación que sostenía lo que era su verdadera
convicción.
Noé, un simple hombre de carne y hueso, tuvo fe para ponerse de acuerdo con Dios. Noé creyó
que Dios podía hacer algo que ningún hombre había visto jamás.
2. Ser ridiculizado. 2 Pedro 3:3-13 nos confirma que en los últimos tiempos los burladores se
levantarán y harán oír sus voces.
Algunas veces ante la presión y burla de los demás (algunas veces otros cristianos) nos
sentiremos tentadas a preguntarnos si acaso no estaremos equivocadas. Dios está en lo cierto.
Podemos descansar seguras de que Él lo demostrará una vez más, tarde o temprano.
La presión de nuestros semejantes es un poderoso disuasivo para la fe. No dejes que te robe tu
tierra prometida.

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Cada día que Jesús se tarda, es la oportunidad para que otros crean y sean salvos. Dios no quiere que
ninguno perezca, pero les deja la posibilidad de elegir.
Al igual que la familia de Noé, los creyentes en Cristo estaremos seguros y seremos librados de la
destrucción venidera que afectará a los actuales cielos y la tierra. El sacrificio expiatorio de Cristo nos ha
cubierto para toda la eternidad. Únicamente nuestros pecados han sido destruidos.
Crónica de Fe
1. Comenta como te sientes al practicar la fe como parte de la minoría o si eres objeto de burla en
el medio en el que te desenvuelves (familia, hogar, trabajo, escuela, etc.).
El obrar de Dios
¿En qué circunstancias vi a Dios obrar en esta semana? Respondió una oración, Me disciplinó, algún
suceso extraordinario, cualquier manera en la que Dios se revela a nosotras.
Por la fe Abraham
El Tesoro de hoy
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia;
y salió sin saber a dónde iba.” Hebreos 11:8

No importa cuál haya sido nuestro pasado, nuestro historial de dudas y necedades, aún podemos dar a
Dios una oportunidad para que Él de testimonio de nuestra fe. El fracaso no es un problema mortal. La
falta de fe sí que lo es.
El reto de la fe es obedecer ahora y recibir después.
Podemos descansar seguras de que lo que Dios tiene para nosotras, aun en nuestro futuro terrenal, no
es idéntico a nuestro presente.
Abraham fue probado monumentalmente en el tiempo. Entre ir y recibir está, la mayoría de las veces, la
prueba de fe del tiempo, es decir el síndrome de más adelante.
El tiempo puede poner a prueba prácticamente todo, e indudablemente a todos.
Cristo también experimentó la prueba del tiempo, realizó su primer milagro hasta que tuvo 30 años de
edad.
Solamente Dios prepara, enseña, capacita y madura de manera eficaz a las personas, pero podemos
contar con que Él a menudo usará el tubo de ensayo del tiempo para lograrlo.
Dios usa el tiempo para prepararnos para construir, con lo que hemos recibido, únicamente aquello que
dura. Dios indudablemente desea que nuestra vida lleve mucho fruto. Él ve el panorama completo.
Dios nuestro Padre, basado en el ejemplo de Cristo, nos llama a realizar contribuciones de calidad, no
simplemente de cantidad.
Dios creó el tiempo y nunca lo desperdicia. Solamente nosotras lo desperdiciamos cuando nuestra
impaciencia por recibir nuestra herencia terrenal se convierte en un obstáculo de nuestra preparación
para sabe qué hacer con él.
Debemos permanecer en su Palabra. La Biblia es todavía la manera fundamental en la cual Él habla. Dios
no se enoja por nuestros intentos asegurarnos que estamos en el camino correcto. Solo estemos
seguras de no caer en el error de practicar la incredulidad después de haber recibido la confirmación.

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Existe un espacio de tiempo entre “obedezca ahora” y “reciba más adelante”. Algunas veces Dios espera
hasta que tengamos un poco más de madurez para poder responsabilidades más importantes en
nuestras manos. Él también revela la sabiduría de este principio al permitirnos ocasionalmente ver lo
que puede suceder cuando se nos da mayor responsabilidad de la que tenemos la madurez para
manejar.
Somos coherederas de Jesucristo (Romanos 8:17). No solo tenemos una enorme herencia reservada
para nosotras en el cielo, sino que también tenemos dones y riquezas para invertir en el trabajo del
reino aquí en la tierra.
Tomemos el tiempo para permitir que Dios nos haga más sanas y mejor capacitadas.
Dios se esfuerza mucho para prepararnos tanto como nosotras le permitamos.
Cuando nos importa más el largo, el ancho y la altura del ministerio (servicio) y no le permitimos a Dios
que se haga cargo de estas tres dimensiones, y no nos concentramos únicamente en la profundidad; no
estamos en condiciones de construir lo duradero.
Ahora es su turno
¿Sientes que puedes estar en el lugar correcto en el lugar equivocado en relación con la voluntad de
Dios para tu vida? Explica por qué.
Crónica de Fe
1. Comenta lo que la lección de hoy te ha revelado.
El obrar de Dios
¿En qué circunstancias vi a Dios obrar en esta semana? Respondió una oración, Me disciplinó, algún
suceso extraordinario, cualquier manera en la que Dios se revela a nosotras.
Por la fe Isaac
El Tesoro de hoy
“Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras”. Hebreos 11:20

Los hebreos entendían que la bendición significaba mucho más de lo que los no hebreos comprenden.
Las bendiciones implicaban invocar el nombre del Señor en cada voto y creían que solamente Dios tenía
el poder para quebrarlo.
Si realmente tuviéramos fe para creer que la mayoría de las veces recibiríamos lo que pedimos, seríamos
más cuidadosos con respecto a lo que oramos. Algunas veces nuestras oraciones impulsivas revelan una
falta de convicción con respecto al verdadero poder que hay en el nombre de Jesús.
Isaac tenía una elección muy importante que debía realizar, al igual que muchas de nosotras. Podía
preocuparse y terminar más pronto en la tumba o podía confiar en la soberanía de Dios.
Dios ve a la fe que se preocupa como una falta de fe.
Lo que hizo Rebeca fue exactamente lo que nosotras somos muy dadas a hacer. Se ofreció para ayudar a
Dios a llevar a cabo su voluntad o dar cumplimiento a su profecía.
En su absoluto conocimiento previo, Dios declaró, antes de que Jacob y Esaú nacieran, que el menor
dominaría al mayor. Los planes soberanos de Dios para el futuro se fundamentarían en el conocimiento
previo.

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Cuando Isaac envejeció y llegó el tiempo de transmitir la bendición, eligió respetar el nombre y la
soberanía de Dios aun cuando había sido engañado.
Hemos visto la fe básicamente desde el punto de vista de la acción. En otras palabras, creemos y en
consecuencia actuamos. Otra dimensión de la fe diferente y en algunas ocasiones más dura es cuando
esta requiere que no hagamos nada, mientras que nuestra naturaleza humana nos pide a gritos que
interfiramos. En estos casos creemos y en consecuencia, no actuamos. La sabiduría es conocer la
diferencia entre las dos.
La dimensión de fe que hemos estudiado hoy puede verse en varias ocasiones en la vida de Cristo. El
confiar en el plan soberano de Dios también hizo necesario que en ciertas ocasiones Jesús no actuara,
cuando ciertamente tenía el poder para hacerlo.

Ahora es su turno
Comenta una experiencia en la que tuviste que quedarte cruzada de brazos y esperar sin actuar. ¿Qué
aprendiste?
Crónica de Fe
1. ¿Qué crees que tu mayor reto de fe en este momento te está pidiendo que hagas: actuar o no
actuar?.
El obrar de Dios
¿En qué circunstancias vi a Dios obrar en esta semana? Respondió una oración, Me disciplinó, algún
suceso extraordinario, cualquier manera en la que Dios se revela a nosotras.

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