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MÓDULO
EPISTEMOLOGÍA
JAVIER CALDERÓN
Lic. Filosofía y Letras
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN 6
UNIDAD 1 9
EVALUACIÓN INICIAL 11
1. TEORÍAS FILOSÓFICAS DEL CONOCIMIENTO. 12
1.1 DESCRIPCIÓN FENOLÓGICA DEL CONOCIMIENTO. 12
1.2 PROBLEMAS DEL CONOCIMIENTO. 16
1.2.1 La posibilidad del conocimiento. 16
1.3. EL ORIGEN EL CONOCIMIENTO. 21
1.4 LA ESENCIAL DEL CONOCIMIENTO. 37
1.5 OBJETIVIDAD DEL CONOCIMIENTO. 46
RESUMEN. 54
AUTOEVALUACIÓN. 55
UNIDAD 2. 57
EVALUACIÓN INICIAL. 60
2. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO. 61
2.1 LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA: PRINCIPALES CONCEPCIONES. 61
El método Inductivo. 65
El método Deductivo. 66
El positivismo Lógico. 68
El falsacionismo de Popper. 69
Los programas de investigación científica de Lákatos. 75
El anarquismo metodológico de Feyerbend. 78
El método de las ciencias sociales 80
La estructura de un cuerpo científico. 82
EVALUACIÓN. 110
RESUMEN. 111
LECTURA. 112
UNIDAD 3. 119
3. LA CIENCIA Y EL MÉTODO CIENTÍFICO. 123
3.1 CUESTIONES EPISTEMOLÓGICAS. 123
3.2 BREVE EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA CIENICA. 140
3.3 CARACTERÍSTICAS DE LA CIENCIA MODERNA. 141
3.4 CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO: EL MÉTODO. 145
3.5 EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO. 149
3.6 LA FILOSOFÍA HERMENEUTICA DE HANS GEORG GADAMER. 154
3.7 LOS PARADIGMAS DE KHUN. 158
RESUMEN. 165
EVALUACIÓN. 166
LECTURA. 167
BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN
Amigo(a) Estudiante:
Para facilitar el buen manejo del módulo, es recomendable que sigas las siguientes
instrucciones de manejo:
Es conveniente que usted realice una lectura de forma analítica de cada Unidad,
trate de comprender los contenidos, reflexione sobre los alcances e interrelaciones
de la temática tratadas.
Unidad 1
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 6
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
UNIDAD 1.
ACTIVIDADES.
ATRÉVETE A OPINAR
1
¿Cuáles cree que son los problemas del conocimiento?
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2
¿Existe alguna finalidad del conocimiento?, ¿cuál?
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3
¿Cuál es la esencia del conocimiento?
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_______
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 9
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
UNIDAD 1.
1
1. TEORÍAS FILOSÓFICAS DEL CONOCIMIENTO.
1
Van Peursen. C. A. Orientación Filosófica, Editorial Herder. Barceloa, 1975.
2
Idem.
3
Van Steenberghen, P. Epistemología. Editorial Gredos. Madrid
Esto significa que el sujeto se nos presenta como algo verdaderamente existente
que, a su vez, es impresionado por un hecho o una cosa real; y que la forma
como el sujeto representa al objeto, también es algo. No es lo mismo tener una
impresión o una representación en la mente que carecer de ella. Esto lo
podemos sintetizar así: En el conocimiento se da una primacía del ser (realidad)
sobre el conocer (orden lógico). El ser se nos presenta como sujeto (capacidad
de conocer) o como objeto (como determinante del sujeto) y como una actividad
(la representación que logramos del objeto): “La dualidad de sujeto y objeto en mi
conciencia me permite captar el “conocer” como una modalidad del “ser”. En
este punto de partida del análisis epistemológico, la “conciencia real” se nos da
en una unidad concreta y con una indistinción tal que la conciencia y lo real, el
ser y el conocer, forman una identidad… Así el polo objetivo de mi conciencia
actual está constituido por paredes, muebles, cuadros, etc. Todos estos objetos
son sin duda contenidos de conciencia. Si se comparan entre sí el ser y el
conocer, la prioridad sicológica del ser se manifiesta inmediatamente. En efecto,
conocer implica evidentemente ser, mientras que ser no implica evidentemente
conocer: No hay ninguna dificultad para que yo conciba que alguna cosa existe
sin que sea una conciencia mientras que no puedo concebir que algo sea
conciencia sin que exista”.
4
Harman, Nicolai. Principios de una metafísica del conocimiento. Vancourt. París.
que se nos escapan. Nuestro conocimiento se enriquece todos los días. Eso
prueba la limitación como sujetos cognoscentes. Nuestros conocimientos se
renuevan continuamente tal como la realidad se renueva en su proceso evolutivo.
Aunque nuestro conocimiento sea limitado, no por esto debemos caer en el
escepticismo: “En esta conciencia de la inadecuación radica el fenómeno del
problema. En el problema el sujeto traspasa la frontera de la objetivización y
penetra en el dominio de lo transobjetivo sin que por ello éste último venga a ser
objetivado. La conciencia del problema es la conciencia positiva de los límites de
la objetivización a la vez que la conciencia negativa del contenido encerrado en la
transobjetivo. De la conciencia de la inadecuación resulta la tendencia a realizar
la adecuación, el esfuerzo activo por aprehender círculos cada vez más amplios
de las determinaciones de los objetivos, una tendencia de progresiva penetración
en lo transobjetivo, de progresiva objetivación de lo no objetivado y de progresiva
incorporación de todo el objeto en la relación de conocimiento. De la conciencia
del problema resulta el progreso del conocimiento 5.
a. El Dogmatismo.
Están convencidos de que el conocimiento es posible. Por eso lo dan como un
hecho. Suponen que sí se puede dar una relación entre el sujeto cognoscente y
5
Hartman, Nicolai. Principios de una metafísica del conocimiento. Vancourt. París.
b. El Escepticismo.
Toma una actitud contraria al dogmatismo. El sujeto no puede aprehender el
objeto. En efecto, los sentidos nos engañan, el hombre comete muchos errores,
estamos sometidos a las contradicciones, la diversidad de opiniones entre los
hombres respecto de una misma cosa hace que no podamos tener ninguna
seguridad respecto de nuestros conocimientos; nuestras facultades cognoscitivas
(sentidos, razón) están sometidas al engaño. El sujeto cognoscente depende de
una serie de factores que impiden llegar al objeto.
6
Hessen, J. Teoría del conocimiento. Editorial Losada. Buenos Aires.
7
Rammoux, Clémence y otros. Historia de la Filosofía. Siglo XXI Editores. Madrid.
c. El relativismo y el subjetivismo.
Para esta escuela, el conocimiento sí es posible, dado que podemos tener algún
grado de certeza. Pero lo que niegan de hecho es que podamos llegar a obtener
verdades universales, absolutas, inmutables. En efecto, nuestro conocimiento
siempre es relativo, es decir dependiente de factores y circunstancias especiales.
Hay muchas circunstancias que afectan al objeto que vamos a conocer como hay
también circunstancias que afectan al sujeto cognoscente. La actitud relativista
queda formulada así por Protágoras: “El hombre es la medida de todas las
cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no
son”. Lo que significa que las cosas son para cada cual lo que cada cual quiera
pensar de ellas. Cada cual elabora su propia verdad. Hay tantas “visiones del
mundo” de acuerdo a las experiencias de cada cual, pero ninguna de ellas puede
imponerse con la pretensión de ser total y común a todos. La validez de
nuestros conocimientos es limitada. Para el subjetivismo el conocimiento
depende de factores que rodean al sujeto: cultura, convicciones, prejuicios, etc.
Mientras que el relativismo insiste más en los factores externos que rodean al
objeto. Al respecto de la actitud relativista-subjetivista se nos dice: “El
subjetivismo y el relativismo juzgan que no hay verdad universalmente válida.
Pero también en esto hay una contradicción. Una verdad que no sea
universalmente válida en un contrasentido. La validez universal de la verdad
8
De Alejandro, José M. Gnoseología. Madrid.
d. El Criticismo.
Mientras los dogmáticos aceptaban el conocimiento como un hecho, sin justificar
sus presupuestos, el criticismo acepta que el hombre puede llegar a conocer,
puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos que le dan certeza,
pero se hace indispensable justificar racionalmente la forma como llegamos al
conocimiento, o sea, que es indispensable demostrar cómo es que conocemos y
en qué forma se nos da la realidad. Hay que reflexionar en los elementos que
determinan el conocimiento, hay que tomar una actitud crítica ante el problema
del conocimiento, no se puede dar como un hecho sino que es necesario mostrar
los mecanismos de que se vale el sujeto y la forma en que se nos da el objeto.
Si nos remontamos a la antigüedad tenemos como filósofos críticos a Platón (s.V
a.C.). Distingue varios grados de conocimiento: el conocimiento sensible, que
tiene por objeto los seres materiales que se nos dan a través de los sentidos. A
los sentidos corresponde un mundo variable, inestable, del cual no puede existir
una verdadera ciencia. El conocimiento racional discursivo: versa sobre el
número y la cantidad; se refiere a las verdades matemáticas. El conocimiento
racional intuitivo se refiere a los seres carentes de toda materia y de cantidad; es
el mundo de las ideas; sólo de éste puede haber verdadera ciencia. El mundo
inteligible o de las ideas es el verdadero, el objetivo, eterno, inmutable y sólo de
él hay ciencia.
e. El Pragmatismo.
Afirman la posibilidad del conocimiento. Más el conocimiento queda subordinado
a la acción, la que se convierte en fundamento de la verdad y de la certeza. El
hombre, antes de ser teórico, es un ser práctico; de ahí que todo el valor de
nuestro conocimiento es en base a la acción. Es verdad lo que es útil y
provechoso al hombre. Carlos Pierce considera que la única función de la razón
o del pensamiento es producir creencias y toda creencia es regla de hábito o
acción. William James sostiene que el criterio de la verdad es la utilidad de algo
para la vida individual y social; supone, por tanto, que la verdad no es absoluta
sino relativa. Para J. Dewey la verdadera sabiduría consiste en la aplicación de
lo conocido a la conducta inteligente del hombre. El intelecto nos ha sido dado
para obrar; con lo cual, el pensamiento y el conocimiento hacen referencia
directa a la vida práctica del hombre. El hombre no es un ser pensante
solamente sino un ser que actúa en función de lo útil y valioso pues esto ayuda a
la conservación del a vida.
a. El racionalismo.
Para el racionalismo, el conocimiento tiene su origen en la razón; la experiencia
no cuenta en la elaboración de nuestros conocimientos. Esta corriente del
racionalismo tiene como representante en la antigüedad a Parménides, quien
sostenía que los sentidos nos engañaban, que sólo la razón podría conducir al
hombre a la verdad. Tiende a una identificación del pensar y del ser.
9
Descartes. Discurso del Método. Editorial Losada. Buenos Aires.
sin El no pueden subsistir un solo momento. Así pues, las ideas que formamos a
través de los sentidos y que corresponden a las cosas sensible deben provenir
de la sustancia externa (cuerpos), puesto que si no correspondieran, entonces
Dios me engañaría, lo cual es contradictorio, porque un ser perfecto no puede
engañarme; de ahí deduce que el mundo, los cuerpos, existen porque tienen a
Dios como causa.
Sentido de la Determinación
Para Descarte
ORDEN LÓGICO ORDEN
(evidente, claro, distinto) ONTOLÓGICO
Yo pienso ________ Existo
Pienso en la idea de
Perfecto ________ Dios existe
Pienso en la idea de
Extensión ________ El mundo existe
Todo lo que yo pienso ________ Existe
Determinación real
Igual que descartes, Malebrache se interesa por buscar las causas del error y la
forma de librarnos de él. Los sentidos no nos ofrecen mayor seguridad. Por ello
predica cierta desconfianza. A lo sumo los sentidos tienen un valor práctico en
cuanto ayudan a la conservación de la vida. En ningún caso los sentidos nos
permiten conocer la verdad y la naturaleza de las cosas. Las sensaciones son
oscuras, confusas. En cambio, las ideas son claras y distintas, generales y
comunes a todos los hombres.
Baruch Spinoza sostiene que para hallar un criterio que permita distinguir las
ideas verdaderas de las falsas basta con reflexionar sobre las propias ideas tal
como lo había postulado Descartes. Se hace indispensable buscar
ordenadamente la esencia de las cosas. Para estar seguros de algo no hay que
acudir a causas extrínsecas a nosotros mismos sino que basta la evidencia, la
conexión intrínseca necesaria de las ideas entre sí y de todas ellas con la idea de
Dios para que podamos tener plena seguridad.
Para Spinoza, Dios es la sustancia única, el primer Ser, la primera Idea, fuente
de todas las ideas, y de toda verdad. Los seres no son más que modos de la
sustancia divina. Esto es lo que constituye la teoría panteísta de Spinoza.
Todas las ideas son verdaderas en cuanto se refieren a la idea de Dios. Las
únicas ideas claras y distintas son aquellas que se relacionan adecuadamente
con Dios, que es el primer principio del ser y de la verdad. Este tipo de
Epistemología se estructura en una concepción teológica, ya que Dios es la
sustancia fundamental y de ella proceden todos los seres.
1. Por los sentidos externos (contactos empíricos), y por los sentidos internos
(opinión e imaginación);
2. Por razón (conocimientos discursivo, cierto, necesario, verdadero); y
3. Por intuición, el grado más elevado de conocimiento (por el que nos
remontamos a la primera causa y vemos todo baja el carácter de eternidad,
Dios como fuente de todo).
1. Hay una percepción que adquirimos por el oído o por otro sentido que puede
llamarse como se quiera.
2. Hay una percepción que adquirimos por una experiencia vaga, es decir, por
una experiencia que no está determinada por el intelecto pero que se llama
así porque de hecho así se realiza sin que tengamos experiencia de ningún
caso que la contradiga y por eso nos parece inconclusa.
3. Hay una percepción en la que, de la esencia de una cosa, se concluye la
esencia de otra, pero no de modo adecuado. Es la que se da cuando
inferimos una causa de un efecto o bien cuando deducimos alguna
proposición universal a la que siempre acompaña alguna propiedad.
4. Finalmente, hay una percepción en la cual se percibe la cosa por su misma
esencia o por el conocimiento de su causa próxima.
Leibnitz por medio del método matemático aspira a llegar a las verdades
absolutas. Su deseo es que todo sea claro y demostrable por la razón. Las
verdades de razón presentan necesidad y se refieren a las esencias de las
cosas. Las conocemos con certeza y en forma a priori, tal como sucede con las
verdades lógicas y matemáticas, que se rigen por el principio de identidad y de
no contradicción. Estas verdades nunca necesitan demostración. En cambio, las
verdades de hecho, son contingentes, se conocen por la experiencia, hacen
referencia a la existencia de las cosas y requieren de demostración para poder
ser reducidas al primer principio.
10
Spinoza. La reforma del entendimiento. Aguilar argentina S.A.
b. El empirismo.
Toma la actitud contraria: el origen de nuestros conocimientos no están en la
razón sino en la experiencia. Todo contenido del pensamiento necesariamente
ha tenido que pasar por los sentidos. Nuestra mente es un papel en blanco y
sólo al contacto de los sentidos con las cosas empieza a grabar impresiones.
“Supongamos que la mente es, como nosotros decimos, un papel en blanco,
vacío de caracteres, sin ideas. ¿Cómo se llena? ¿de dónde procede el vasto
acopio que la ilimitada y activa imaginación del hombre ha grabado en ella con
una variedad casi infinita? A esto respondo con una palabra: de la experiencia.
En ella está fundado todo nuestro conocimiento y de ella se deriva todo en último
término”11.
Por otra, los sentidos internos, que suministran los estados interiores del
individuo, se constituyen en la autopercepción y reciben el nombre de reflexión:
sentimientos, pasiones, placer, duda, etc. El conjunto de sensaciones
suministrado por los sentidos externos e internos constituyen las ideas simples.
Las ideas complejas se forman por combinación de las ideas simples ya sea
separando, juntando o combinando las sensaciones. Podemos estar seguros de
la existencia del Yo, porque la intuición o reflexión nos da la máxima certeza en
la captación de nuestros propios estados. De Dios podemos hablar a través de
la demostración y de la causalidad pues todo lo que ha empezado requiere de
alguien que se manifieste como causa. La objetividad del mundo se demuestra a
través de las sensaciones externas.
11
Locke, John. Ensayo sobre el entendimiento humano. Aguilar Argentina S.A.
De igual tendencia son Tomás Hobbes, Berkeley, David Hume, quienes llevan a
sus consecuencias las teorías elaboradas por Locke.
Jorge Berkely intenta defender las verdades de la religión. Cree que la fuente de
todas las teorías que están en contra de la existencia de Dios, no es otra que
aquella de afirmar que la materia existe como una sustancia real. Si negamos la
existencia de la materia el materialismo también cae por tierra.
Mundo. M IDEAS.
E
N
Yo. T Combina, asocia,
E separa.
Cualidades de Estados
los cuerpos. anímicos. Reflexión.
El conocimiento
para John Locke.
Berkeley afirma que no existe más sustancia que la de Espíritu y lo que éste
percibe; el mundo material es incognoscible, la sustancia material no existe. Se
niega el mundo corpóreo para no aceptar más que la existencia de las sustancias
espirituales: la de Dios y el espíritu del hombre. Su teoría no es más que un
idealismo psicológico que pretende reducir el ser de las cosas al ser percibidas.
Los únicos objetos del conocimiento humano son las ideas; lo que se denomina
“cosa” no es más que una colección de ideas. Por ejemplo, una naranja no es
más que el conjunto de ideas de color, sabor, forma, tacto, pero estas cualidades
no se sustentan sobre una sustancia material; ese conjunto de sensaciones o
ideas que son las cosas no tiene como fuente un cuerpo material, realmente
existente, sino que más bien se identifica la cosa con la percepción de la cosa;
por eso el ser de algo se reduce a ser percibido.
¿De dónde provienen entonces esas sensaciones o ideas? No puede ser de las
sustancias materiales pues ya nos ha dicho que no existen. Luego esas ideas o
sensaciones tienen como fuente a Dios, que las ordena, y nosotros que las
percibimos a través de nuestros sentidos. Las ideas que llamamos reales son
producidas por Dios en nuestras facultades sensibles; las que no tienen cierta
regularidad a lo sumo son producto de nuestra imaginación. En concreto,
Berkeley es empirista por sostener que nuestro conocimiento se reduce a un
conjunto de impresiones o sensaciones o ideas, pero es inmaterialista al
sostener que esas impresiones no proceden de una sustancia material sino de la
sustancia espiritual: Dios. Con lo cual negó la realidad al mundo y lo redujo a
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 26
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
puras impresiones cuya fuente es Dios. Así cree salvar la religión, estableciendo
una prueba evidente y clara de la existencia de Dios, en la misma forma se
prueba la inmortalidad del alma o sustancia espiritual humana que es la que
percibe las impresiones que Dios manda. La ciencia, por tanto, necesariamente
tendrá que reconocer la existencia de Dios.
c. El intelectualismo.
Ante la posición extrema del racionalismo y el empirismo, el intelectualismo
busca una integración al sostener que en todo conocimiento tanto los sentidos
como la razón desempeñan una función necesaria. Nuestros conocimientos, en
efecto, tienen su puno de origen en los sentidos. Este conocimiento sensible nos
permite formar las percepciones a partir de las cuales entra en acción el
intelecto. Con esto se destruyen aquellas posiciones como las de Heráclito,
Parménides, sofistas, escépticos y platónicos, que profesaban una desconfianza
exagerada al valor de los conocimientos sensibles. Nuestras facultades
sensibles están hechas por naturaleza para suministrarnos información acerca
de la realidad, si algunas veces nos engañan es sólo accidentalmente. La razón,
por su parte, funciona con la materia suministrada por los sentidos: “nada hay en
el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos”. El entendimiento
elabora los conceptos por un proceso abstractivo a partir de las percepciones
sensoriales. De este modo experiencia y razón se integran para constituir el
conocimiento humano.
Aristóteles fue en la antigüedad quien formuló esta teoría al sostener que las
ideas son conceptos mentales con fundamento en lo real, y no, como pensaba
Platón, objetos independientes de la realidad sensible. Según Aristóteles, las
sensaciones son conocimientos objetivos pero no científicos; las sensaciones
nos enfrentan con la realidad particular, concreta. Sin embargo, los
conocimientos sensibles no logran distinguir lo sustancial de lo accidental. Para
eso se requiere la intervención de la razón, la cual toma las percepciones y por
un proceso abstractivo, saca lo común o esencial que hay en ellas logrando así
la formación del concepto o idea.
Sentidos Entendimiento
12
Kart, Popper. El desarrollo del conocimiento científico. Paidos.
Proceso Proceso
Realidad Percepción Ideas
Sensible Abstractiv
o
Esta teoría fue desarrollada en la Edad Media por Santo Tomás y en general es
una posición aceptada por toda la filosofía tradicional.
d. El apriorismo.
Es un sistema que, como el intelectualismo trata de integrar la posición
racionalista y la posición empirista, Kant, que es su representante, consideraba
que el racionalismo llegaba a verdades universales con la experiencia. Por su
parte, el Empirismo mostraba esa relación con la experiencia, pero le quitaba a
los juicios todo carácter de necesidad y de universalidad. Por otra parte, Kant
estaba convencido de la validez del conocimiento científico de su época,
especialmente de la Física newtoniana, que se estructuraba en principios
universales y necesarios. La intención de Kant es hacer una fundamentación del
conocimiento humano, para ello hace un análisis detenido de la forma como el
entendimiento humano juzga acerca de la naturaleza de las cosas.
“La crítica de la razón pura”, que es su obra fundamental, pone de manifiesto que
se debe hacer un análisis exhaustivo de la facultad de la razón, determinando
sus fuentes, extensión y sus límites.
1. Juicios analíticos;
2. Juicios sintéticos; y
3. Juicios sintéticos a priori.
Los juicios analíticos son aquellos en los que el predicado no agrega nada nuevo
al sujeto, repite lo ya contenido en el sujeto; su función es explicar ese contenido;
corresponde a la fórmula A=A; por ejemplo: el hombre es animal racional. Estos
juicios tienen carácter necesario y universal, pero no consultan la experiencia y
no agregan nada nuevo, por tanto no sirven para la ciencia. En los juicios
sintéticos, el predicado sí agrega algo nuevo al sujeto; pero lo que agrega lo
hace después de la experiencia. Estos juicios consultan la experiencia pero no
tienen carácter necesario ni universal; por ejemplo: Bolívar libertó cinco naciones;
los norteamericanos fueron a la luna. Estos juicios tampoco le sirven a la
ciencia. Los únicos juicios que le sirven a la ciencia son los sintéticos a priori.
Sólo éstos reúnen necesidad, universalidad, consultan la experiencia y, por tanto,
agregan algo nuevo; por ejemplo, todo cambio tiene una causa. La experiencia
nos da las diferentes formas de cambio, pero no nos da la causa, ésta la aporta
el entendimiento humano al hacer la relación de los fenómenos de la experiencia.
La causa tiene carácter necesario y universal y con ella se agrega algo nuevo a
la experiencia.
En adelante, Kant nos mostró cómo son posibles esos juicios sintéticos a priori.
La “Critica de la razón” la divide en 3 grandes partes:
1. La estética trascendental.
O estudio de la sensibilidad para mostrarnos cuáles son las formas a priori de
esta facultad, cuál es su función en el conocimiento y cómo es que se pone
en contacto con la realidad. El espacio y el tiempo como formas a priori de la
sensibilidad fundamentan la Geometría y la Matemática.
2. La analítica trascendental.
Que estudia las estructuras a priori del entendimiento humano y que sirve de
fundamento a las ciencias naturales.
3. Dialéctica trascendental.
Estudio de la razón para determinar si ésta puede hacer uso de las categorías
a priori del entendimiento fuera de las condiciones de la experiencia. De este
estudio depende que la Metafísica pueda ser considerada como ciencia.
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 30
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
1. Estética trascendental.
El término “estética” significa, sensibilidad y el término “trascendental” se
refiere a las condiciones o formas a priori de esa sensibilidad, que son las que
hacen posible la experiencia sensible. Por eso la estética trascendental
estudia los principios a priori de la sensibilidad.
Por vía de la experiencia los sentidos reciben un dato o sensación que viene
a constituir la materia del conocimiento. Esos datos que proceden por vía de
la sensibilidad son caóticos, amorfos, desunificados. Por tanto, se hace
indispensable que esos datos amorfos sean recibidos en una forma, que es la
forma a priori de la sensibilidad la cual se encargará de unificarlos, darles
forma, ordenarlos. El resultado de ordenar los datos en la forma a priori de la
sensibilidad es el “fenómenos”. Fenómenos es, pues, la síntesis o integración
de los datos sensible desunificados, en la forma a priori de la sensibilidad que
tiene como función unificar esos datos, ordenarlos. Esas formas a priori de la
sensibilidad son, para Kant, el espacio y el tiempo. En efecto, el espacio es la
forma a priori de los datos sensibles provenientes de los sentidos externos,
mientras el tiempo es la forma a priori de los sentidos internos, de los estados
del sujeto. El espacio por tanto no es una cosa, ni un concepto, ni está
tomando de la experiencia, sino que, más bien todo dato de experiencia
externa debe estar en el espacio. El espacio es la condición necesaria de
todos los fenómenos, de todos los datos que suministra la sensibilidad; es,
por tanto, una forma que antecede a los fenómenos de experiencia; de ahí
que sea a priori. El tiempo no se deriva de la experiencia, ni es un concepto,
ni una cosa, es una forma a priori de los sentidos interno; gracias a él
podemos llevar un registro de los estados anímicos. Espacio y tiempo son,
por tanto, formas a priori, necesarias, fundamentales, que hacen posible que
la materia del conocimiento (sensaciones) sea organizada a nivel de
fenómenos. Espacio y tiempo son aportes que el sujeto hace a nivel de la
sensibilidad. En el espacio se funda una ciencia como es la Geometría y en
el tiempo se funda la Matemática y la Mecánica.
Espacio Unifica
Tiempo Ordena
13
Kant. Críticas de la razón pura. Editorial Losada. Buenos aires.
CONOCIMIENTO FENÓMENO
Caóticas
Realidad Sentidos Sensacione Amorfas
2. La analítica trascendental. s
Mientras que la sensibilidad nos da el fenómeno como síntesis de una materia
y una forma, el entendimiento, será la facultad encargada de pensar el objeto
de la intuición sensible, hacerlo inteligible sometiéndolo a conceptos. El
entendimiento es facultad activa porque enlaza fenómenos, los relaciona,
hace síntesis de fenómenos en conceptos. La analítica trascendental tiene
por fin descubrir los principios puros del entendimiento y que son los que
hacen posible el que podamos pensar o relacionar los fenómenos preparados
por la sensibilidad.
Estas doce categorías que Kant ha deducido son estructuras a priori del
entendimiento, son funciones del sujeto que hace posible que un fenómeno
se pueda pensar. Son formas puras a priori del entendimiento porque ellas
son las condiciones son las cuales no se puede garantizar la objetividad de
ningún juicio. Pensar un fenómeno no es otra cosa que referirlo a una
categoría a priori. El entendimiento enlaza activamente los fenómenos en las
categorías o conceptos a priori. Estas categorías tienen carácter necesario y
universal. De ahí que los juicios sintéticos a priori se vayan realizando tanto a
nivel de la sensibilidad como a nivel del entendimiento.
3. Dialéctica trascendental.
(o estudio de la razón). Todo nuestro conocimiento empieza por los sentidos,
pasa por el entendimiento y termina en la razón. La razón tiene por objeto
hacer la síntesis suprema de los conocimientos tratando de unificar todo el
saber en unas ideas trascendentales. Mientras que el entendimiento es la
facultad del juicio, la razón lo es del raciocinio. Lo que interesa saber, al
estudiar la razón, es si ella está facultada para hacer un uso de las categorías
del entendimiento fuera de la experiencia a que deben estar sometidas esas
categorías. De hecho se sabe que no se puede hacer ningún uso
extraempírico de las categorías del entendimiento, por eso la Metafísica es
imposible como ciencia. Para salvarla habría que usar las categorías fuera de
los límites de la experiencia, aplicándolas a realidades suprasensibles,
realidades que no vienen justificadas por vía sensible.
La razón trabaja con unas ideas a priori, conceptos puros, que exceden la
posibilidad de la experiencia. En ellas la razón pretende hacer la unidad total
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 33
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Con esto Kant demuestra que la Metafísica es imposible como ciencia porque
las partes de la Metafísica tradicional (que eran: Dios, alma y mundo)
quedaron reducidas a simples ideas regulativas. Ideas a las que no se puede
atribuir valor trascendente, valor ontológico. Esto significa que por vía de la
razón puro, no podemos justificar la existencia de Dios; pero por la razón
práctica si se puede postular su existencia.
Sensaciones
amorfas Yo mundo
Dios
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 34
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Realidad en
Inconocible
sí
El conocimiento queda
La fuente de todo reducido a un fenómeno
Tom conocimiento está en la sensible. Destrucción de la
as Hobbes. 1588-1679 experiencia, en los sentidos. Metafísica. Subjetivismo en
Origen del Empirismo John 1632-1704 Negación de todo cuanto se tiende a confundir la
conocimie Locke. 1585-1753 conocimiento innato: El percepción con el objeto
nto (¿cuál Jorg 1711-1776 entendimiento es un papel en percibido, lo que dio origen al
es la e Berkeley. blanco y sólo la experiencia idealismo psicológico de
fuente de Davi deja allí sus huellas. Berkeley.
nuestros d Hume.
conocimie
ntos?) En el conocimiento cumplen Se establece una integración
Arist una función igualmente entre la facultad sensible y la
óteles. 384-322 importante tanto los sentidos facultad intelectiva. Las ideas
Intelec- Sant 1227-1274 como la razón. Los sentidos nacen de un proceso
tualismo o Tomás. suministran el material que ha abstractivo y tienen su
Filos de ser pensado, elaborado por fundamento real.
ofía tradicional. la razón.
El conocimiento es una El objeto gira en torno a las
síntesis entre los datos estructuras a priori del sujeto.
aportados por la experiencia y Las estructuras a priori son
las estructuras a priori del condiciones de posibilidad de
sujeto. El dato carece de la experiencia.
Apriorismo 1724-1804 objetividad en si, pero a Al dar más importancia al a
Man
medida que es organizado por priori, cae en un idealismo
uel Kant
las formas a priori de la trascendental.
sensibilidad, del Negación de toda Metafísica
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE.entendimiento, adquiere como ciencia. 35
objetividad. Las formas a
priori son siempre necesarias y
universales.
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Habíamos entendido el conocimiento como una actividad del sujeto, por la cual
pretende captar el sentido de los objetos. El estudio de esa relación entre los dos
polos del conocimiento, su naturaleza y sus límites, es lo que han intentado hacer
algunos sistemas para resolver en esta forma la esencia del conocimiento. Veamos
algunos planteamientos:
a. Teoría Platónica.
Desde la antigüedad se ha planteado el problema de la relación entre el ser y el
conocer. Los mismos presocráticos llegaron a la distinción entre lo que era un
conocimiento de los sentidos y un conocimiento racional. Sabían contraponer la
opinión a la ciencia: Vivir de la opinión es vivir de los sentidos, pero hacer ciencia
es conocer racionalmente; lo que se trataba de buscar, entonces, era cuál es el
objeto de la ciencia, es decir, qué es lo que sirve de fundamento a un conocimiento
racional, estable, fijo, inmutable. Para resolver esto, el mismo Sócrates sostiene
que la ciencia debe darse a nivel de conceptos universales. Platón, por su parte,
aborda el problema desde el orden lógico-ontológico. Desde el punto de vista
ontológico Platón da subsistencia a las ideas; atribuye a los conceptos, que para él
son independientes de las cosas sensibles, carácter ontológico. Las ideas son
sustancias, son cosas, entes reales. El conocimiento ha de determinarse a partir
de esa realidad que son las ideas. El conocer y el ser-idea, vienen a ser cosas
correlativas. Por eso llegó a creer que así como existen grados de ser deben existir
también grados de conocer. La relación entre la mente y el objeto-idea, es pasiva.
Ello indica que la mente es totalmente determinada por su objeto. Esto dio origen a
la teoría del realismo exagerado, que pretende concebir las ideas como objetos y
no como simples conceptos. El objeto-idea lleva una prerrogativa sobre el sujeto
que conoce: éste no es más que un simple receptor pasivo (innatismo) de las ideas.
b. Posición Aristotélica.
Algunos filósofos antiguos ante el problema del conocimiento optaron por formular
un realismo, es decir, una teoría en la cual se afirmaba que los objetos, las cosas,
el mundo sensible, tienen existencia independientemente del sujeto que los conoce.
La realidad tiene su entidad propia que no depende el sujeto; al contrario, el sujeto
debe regularse por el ser de las cosas. En el caso de los primeros filósofos
llegaron a practicar un realismo ingenuo consistente en la convicción de que en
todo acto de conocimiento percibimos la realidad exactamente como es. No
pudieron elaborar una diferencia entre el acto de conciencia y la realidad. Por eso
tendieron a identificar la percepción con las cosas mismas, cuando percibir es un
acto del sujeto, mientras las cosas son independientes del sujeto. El mundo
sensible es tal cual lo percibimos. No guardan desconfianza o no ven que muchas
veces nuestras representaciones son diferentes del objeto conocido. Así, si veo
una superficie continua en la realidad ella es continua; no se dan cuenta que ella
puede estar llena de agujeros o ser porosa. Tienden a aceptar las cosas tal como
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 36
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Para Aristóteles la inteligencia del hombre tiene la capacidad de llegar hasta las
cosas y obtener de ellas los contenidos del conocimiento, tratando así de reproducir
a nivel de conceptos la realidad objetiva.
c. Realismo Crítico.
Pretende superar el realismo ingenuo y el natural. Concibe la diferencia entre los
dos miembros, sujeto-objeto. Cada uno de ellos tiene su función propia. El objeto
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 37
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
d. Posición Idealista.
Es una toma de posición ante el problema del conocimiento extrema al realismo.
Mientras el realismo acepta la existencia del objeto con independencia del sujeto, el
idealismo pretende reducir el mundo a una actividad del espíritu. Es decir, el
mundo no tiene existencia en sí, con independencia del sujeto, de toda
representación o conocimiento. Se trata de eliminar el dualismo sujeto-objeto para
reducirlo todo a actividad del sujeto. Es la consecuencia del racionalismo de
Descartes quien había reducido todo a la actividad pensante. El pensamiento era
la única realidad desde donde se probaba la existencia del yo, de Dios, del mundo.
Las cosas son verdaderas en cuanto yo las pienso claras y evidentemente. El
idealismo pretende identificar lo real con lo racional, el objeto con el sujeto o
conciencia.
f. Posición de la fenomenología.
De E. Husserl. La fenomenología ha ejercido una influencia en el
pensamiento europeo, particularmente en el desarrollo del pensamiento
existencialista. La fenomenología como método pretende llegar a una visión
intelectiva del objeto por medio de la intuición. La intuición siempre hace
referencia alo inmediatamente dado, a las cosas. La fenomenología parte
del hecho total del conocimiento humano. Su interés es hacer una
descripción de los fenómenos o hechos del conocimiento tal como lo
podemos ver en la experiencia inmediata.
1. Reducción crítica:
Consiste en aceptar sólo las vivencias que tienen del mundo, los
fenómenos, los actos de conciencia. Pero suspende o coloca entre
paréntesis, todo el mundo, la realidad espacio-temporal. Es decir, no
hacemos uso alguno de la creencia en el mundo. De manera que en esta
actitud sólo nos quedamos con el “fenómeno puro”. La intención es que
renunciemos a todo lo que se ha aceptado común y corriente: teorías,
opiniones, creencias religiosas, etc., para dejar que las cosas hablen por si
mismas, el fenómeno como tal. Luego, nos abstenemos de todo juicio
existencial: como es el caso de que el mundo existe, de que yo existo.
2. Reducción eidética:
Se pretende reducir el “fenómeno” a su esencia. Tiende a separar las cosas
accidentales del “fenómeno” para quedarse sólo con la esencia. Tal sucede
cuando, por ejemplo, hacemos el paso de este árbol (fenómeno) a la
esencia de árbol, o de los hombres concretos a la esencia hombre. Queda,
pues, entre paréntesis todo aquello que no sea dado en la intuición de las
esencias.
3. Reducción trascendental.
Podemos agudizar más la reducción. Esas estructuras de “noesis” (actos
psíquicos) y de “noemas” (contenidos de conciencia), tienen o viven de un
fundamento último que es la conciencia, el yo puro, la conciencia pura. Pero
esa conciencia se presenta como un fundamento absoluto, que no requiere
para su existencia de nada real. Mientras que el mundo siempre se da
referido a la conciencia, ésta es algo independiente de las cosas. La
conciencia pura se presenta como una verdad indubitable, absoluta.
Parménides entiende que la verdad no puede ser otra cosa que el desenvolvimiento del
ser. Sólo hay verdad en la autorrevelación del ser. Pero esa tarea la cumple la razón
porque los sentidos no viven más que de la apariencia, del engaño. No hay pues más
que un camino, el del ser, y ese camino es el de la verdad. El camino del error está
dado por el que afirme que el ser no existe.
Heráclito, por su parte, está convencido de que la verdad sólo s descubre a través de la
razón. Los sentidos no nos dan la naturaleza de las cosas. Sólo la razón es capaz de
comprender la verdad del ser, uno y en perpetuo movimiento, y de conocer la razón que
gobierna todas las cosas.
eterno, fijo, es decir, de las ideas. Postulaba, por tanto, cierta correspondencia entre la
razón, los pensamientos y la realidad, las ideas. Pero esta correspondencia es, más
que todo, un conformarse con los modelos-ideas. De todas maneras, el verdadero
conocimiento en Platón requiere de la postulación de un mundo inmutable, real,
ontológico, sustancial, eterno, necesario. La verdad es vista ya como una estructura
relacional.
Santo Tomás concibe así la verdad: “Veritas est adaequatio intellectus cum re” –la
verdad es la adecuación del pensamiento con las cosas-. La verdad hay que plantearla
como una relación entre un objeto y el entendimiento, como una relación entre las cosa
y lo que pensamos de ellas. Lo que yo conozco es algo independiente de mi propio
conocimiento. Todo juicio está determinado por el objeto. Según esto, la verdad es
una igualdad, una adecuación, entre pensamiento y el objeto del pensamiento.
Siempre que se hable de verdad se implica conformidad, adecuación del pensamiento
con la cosa. El ser se nos presenta como algo objetivo y es anterior a toda posible
relación con el entendimiento. Con esto Santo Tomás nos quiere poner de manifiesto
que las cosas en sí tienen su propia verdad, su propia entidad. Es lo que se llama la
verdad ontológica. A partir de esta verdad se establece la relación de adecuación al
pensamiento, que eso constituye la verdad lógica. La verdad ontológica es fundamento
de la verdad lógica. Es en la operación del entendimiento donde se da la verdad, es
decir, en el juicio. Sólo en el juicio afirmamos la conveniencia de un predicado con un
sujeto o, por el contrario, negamos la conveniencia del predicado respecto del sujeto.
El objeto, por tanto, del conocimiento es todo aquello que conocemos, pero no se
confunde con el acto de conocer.
presenten las ideas. Porque a partir de la claridad de las ideas deduzco la objetividad
de las cosas. La verdad no depende del ser real, sino de la claridad con que se me
presente la idea de ser en mi mente.
Tanto Platón como Descartes tienden a elaborar una teoría del Conocimiento,
estructurados en un modelo de ciencia, como es la matemática, cuyas verdades, para
ellos, son evidentes, necesarias, universales, inmutables. Sólo el conocimiento racional
de esas características de la verdad.
Hegel identifica el ser como el conocer, lo racional con lo real. La verdad ha dejado de
ser conformidad para concebirla más bien como una identidad. En Hegel no hay
dualismo sino que el sujeto reabsorbe el objeto en el proceso racional, en tal forma, que
es la conciencia la que produce el ser y no éste el que determina la conciencia.
Para Husserl, por tanto, no se trata de determinar el sentido de una relación entre el
pensamiento y el mundo sino d determinar el sentido de la trascendencia en la
inmanencia, que es la vida de la conciencia.
una verdad que es conformidad, correspondencia entre los dos miembros esenciales
del conocimiento.
Sin embargo, esta posesión consciente de lo real, a la que se llega desde el primer acto
integral de mi conocimiento y que puedo perfeccionar indefinidamente gracias a nuevas
experiencias y gracias al razonamiento, tiene sus límites y sus imperfecciones que le
son esenciales.
Por otra parte, la verdad desde el punto de vista científico, implica también ciertas
posiciones, que bien vale la pena analizar someramente.
Mario Bunge concibe el conocimiento científico como algo falible, es decir, que es
imposible esperar la formulación de verdades definitivas en el proceso científico. La
Ciencia verifica pero a la vez desconforma ciertas teorías o las supera con la
formulación de nuevos problemas en un cuerpo de conocimientos dados. No pretende
reconocer barreras a priori que limiten el conocimiento científico. Aún los principios
más generales y seguros son postulados que pueden ser corregidos en un momento
dado. Así la ciencia o la verdad científica no se convierte en sistema dogmático sino
siempre controvertido y abierto y, por eso, la ciencia siempre está en progreso.
“Obsérvese que no pretendemos que el conocimiento científico, por contraste con el
ordinario, el tecnológico o el filosófico, sea verdadero. Ciertamente lo es con frecuencia
y siempre intenta serlo más y más. Pero la veracidad, que es un objetivo, no
caracteriza el conocimiento científico de manera tan inequívoca como el modo, medio o
método por el cual la investigación científica plantea problemas y pone a prueba las
soluciones propuestas”15.
14
Popper, Kart. El desarrollo del conocimiento científico. Editorial Paidos. Buenos Aires.
15
Bunge, M. La Ciencia, su método y su filosofía. Editorial Siglo XX, Buenos Aires.
RESUMEN
RESUMEN
AUTOEVALUACIÓN
Unidad 2
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 54
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
Una vez terminado el resumen, debe hacer un análisis general sobre toda la
Unidad, para que afiance lo leído.
ATRÉVETE A OPINAR
1
¿Qué cree usted que es la filosofía de la ciencia y para qué
se utiliza?
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2
Enuncie los métodos epistemológicos que conoce.
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3
¿Qué es la investigación científica?
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2.
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EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 57
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
UNIDAD 2.
2. TEORÍA DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO.
Se puede considerar que la referencia a los hechos, los fenómenos, así como las
unidades de análisis, es conocimiento, pero en sí mismo no es ciencia, no constituyen
un “conocimiento cierto de las cosas”, un conocimiento preciso, por sus causas
(Corominas, 1998). Para que haya ciencia, además de un ámbito empírico hace falta
también teoría (además de método, por supuesto, que se expondrá más adelante),
construcción teórica de la realidad de los fenómenos por medio del método, de la
investigación.
Einstein (1940) considera que las teorías son construcciones del hombre. En otras
palabras, una teoría es un conjunto de conceptos abstractos e hipótesis elaborados por
el hombre que tratan, entre otras cuestiones, de dar forma, representar y explicar algo
(Engler, 1999; Fierro, 1996a; Pervin y John, 1997).
respuesta a las preguntas de qué, cómo y porqué. Otros autores (González, 1987)
hablan de establecer dicho orden a partir del análisis de la regularidad objeto de interés,
la ordenación o estableciendo de distintos niveles de generalización, y la relación de
cada una de las partes en la visión global de la teoría. Teniendo en cuenta estas
consideraciones, y en coherencia con Fierro (1996c), se pueden resaltar varios modos
de establecer dicho orden racional, que abarcan y expanden a los anteriores:
4) Las teorías, las “buenas” teorías, han de ser también lo más “heurísticas” posible.
Por ello, las teorías anteceden, se anticipan, a la investigación, al conocimiento
empírico, contribuyen a poner los hechos de manifiesto. Esta función heurística destaca
sobremanera en ciertas filosofías de fundamentación del conocimiento científico, como
la epistemología de Popper, que resalta justamente que, en la observación científica,
las hipótesis teóricas preceden a la captación de los hechos.
Por todo ello, se puede decir que la Economía Aplicada, tiene que poner orden racional
en su campo empírico mediante un conjunto de operaciones encaminadas a:
Existen diferentes criterios epistemológicos para delimitar las buenas de las malas
teorías, las científicas de las metafísicas. El positivismo del Circulo de Viena considera
que se puede distinguir la ciencia de la no ciencia a partir de una valoración general y
ahistórica de los métodos. Así mismo, considera que un enunciado es científico cuando
puede deducirse de otros que han sido objeto de comprobación. Entre sus principios
básicos destaca la verificabilidad (comparación de las afirmaciones teóricas o derivadas
de una teoría con la observación) como criterio de demarcación entre ciencia y no
ciencia, y la noción de confirmación de teorías (Chalmers, 1976).
Kuhn (1962) y otros autores en esta corriente falsacionista, frente a la idea poperiana
de que la validez de los principios científicos es ajena a las influencias sociohistóricas,
resaltan las influencias internas y externas a la comunidad científica en el desarrollo,
aceptación y rechazo de las teorías; por tanto, consideran que el cambio y el progreso
científico hay que estudiarlo en su lógica sociohistórica (no como consecuencia
necesaria de un avance lineal en la aplicación del método, en el descubrimiento de la
realidad). Kuhn cuestiona la falsación en sentido estricto, no comparte con Popper el
rechazo completo de una teoría rebatida, y describe las revoluciones para alcanzar
nuevos descubrimientos. Se detectan dos etapas en el desarrollo científico de las
ciencias normalizadas: en una hay un consenso en la comunidad científica respecto a la
utilización de las soluciones dadas en el pasado a los problemas, creándose las
soluciones universales denominadas por Kuhn “paradigmas”. En un segundo momento,
conforme las “soluciones universales” van dejando de ser eficaces, se van buscando
nuevas teorías y herramientas de investigación. Si una resulta superior a las existentes,
se va aceptando y cuestionando a la anterior hasta producir una “revolución científica”.
Estas rupturas conllevan cambios de conceptos, problemas, soluciones, métodos..., es
decir, llevan a un nuevo “paradigma”.
teorías producen enunciados falsables, por tanto, aquellas teorías que así los producen
pueden ser consideradas científicas.
El concepto de paradigma fue introducido por Kuhn (1962), quien propone un número
considerable de definiciones del mismo. Todas estas definiciones apuntan a que un
paradigma viene a ser un conjunto de reglas respecto al que hay un considerable
consenso, es decir, reglas compartidas por una comunidad, respecto a los problemas y
las soluciones; reglas que modulan la elaboración teórica, cuál sí y cual no es un objeto
de estudio, recopilación de datos, estrategias y técnicas metodológicas, alternativas
explicativas de los fenómenos... Es decir, que el paradigma constituye el conjunto de
directrices (o coordenadas paradigmáticas) que implica una visión del mundo, del ser
humano, de la ciencia, y que condiciona el proceso de teorización. Por tanto, los
modelos paradigmáticos son modelos generales de referencia para la elaboración
teórica y la investigación.
Otra nota que caracteriza a los modelos paradigmáticos es que son incompatibles, lo
cual se mantiene en la escala descendente de elaboración teórica. Esto implica que las
teorías pertenecientes a diferentes paradigmas son irreconciliables e incompatibles. Sin
embargo, las teorías derivadas de un mismo modelo básico (paradigma) pueden y
suelen agruparse formando "familias" de teorías. Además, las teorías de una misma
familia o grupo pueden y suelen diferir en contenidos y problemas que abordan, pero
esas diferencias serán compatibles (Bermúdez, 1985b).
Caracterizados con las notas expuestas en los párrafos anteriores, los modelos
paradigmáticos son modelos metafísicos y epistemológicos, que proporcionan el
"contexto" en que se forman los diferentes modelos teóricos y teorías de un nivel
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 61
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
De manera más precisa vamos a determinar las concepciónes que en la evolución del
conocimiento científico destacan como fundamentales, las cuales son las siguientes:
El método Inductivo.
Según este método, se admite que cada conjunto de hechos de la misma naturaleza
está regido por una Ley Universal. El objetivo científico es enunciar esa Ley Universal
partiendo de la observación de los hechos.
Según estos empiristas clásicos, se han de considerar teorías científicas las formadas
por conjuntos de enunciados probados empíricamente y que, o bien describen hechos
firmes, o bien son generalizaciones inductivas de aquellos. La teoría no es aceptada
hasta que no haya sido probada. De este modo, vemos en estos empiristas un rechazo
frontal hacia toda especulación teórica sobre campos del conocimiento en los que no se
pueda realizar una contrastación empírica.
El método Deductivo.
Antes de iniciar unas breves pinceladas obre este método, es interesante resaltar una
distinción importante entre deductivismo y deducción, lo mismo que podría establecerse
entre inductivismo e inducción. La deducción, tanto si es axiomática como matemática,
puede emplearse de manera que facilite el análisis estadístico y el contraste. Sin
embargo, el deductivismo implica que la estadística y el conocimiento empírico es tan
transitorio que no vale la pena y que un primer análisis deductivo puede proporcionar
una mejor comprensión de un determinado fenómeno (Pheby, 1988, pág. 14).
Las primeras consideraciones del método deductivo podrían remontarse a los trabajos
de Descartes a comienzos del siglo XVII, en su afán de encontrar un método que
proporcionara un mejor conocimiento de las diferentes esferas de actividad. Por
consiguiente, los objetivos de Bacon y Descartes eran similares, sin embargo, la forma
de conseguirlos era diametralmente opuesta. Descartes utilizaba la deducción y las
matemáticas como punto referencial, mientras que Bacon le prestaba muy poca
atención a estos instrumentos.
Las leyes universales vendrán dadas por proposiciones del tipo “en todos los casos en
los que se da el fenómeno A, se da también el fenómeno B. Estas leyes tendrán un
carácter determinista cuando se refieran a fenómenos >”B” individuales y carácter
estocástico cuando hagan mención a clases de fenómenos “B” que se den con una
cierta probabilidad.
3. Enunciado de leyes de carácter general, a los que se llegará partiendo del conjunto
axiomático y a través del proceso de deducción.
Del procedimiento lógico se infiere que las explicaciones y predicciones siguen las
mismas reglas de deducción, la única diferencia está en que la explicación se produce
una vez que ha ocurrido el suceso, mientras que la predicción tienen un carácter
apriorístico.
Para citar una causa determinada como explicación de un fenómeno concreto, hemos
de someterlo a una ley universal. En el caso de la predicción, partimos de una ley
universal y de un conjunto de premisas deduciendo de ellos proposiciones acerca del
fenómeno desconocido.
Por último, finalizaremos la descripción del método deductivo afirmando que, dada la
dificultad para contrastar empíricamente las hipótesis básicas, se da cada vez un mayor
grado de abstracción de las teorías construidas a partir de este procedimiento, lo que
conlleva la construcción de modelos como representación simplificada de la realidad,
con el consiguiente riesgo de separación entre modelo y realidad. Sin embargo, es
preciso señalar, como apunta Pheby (1988, pág. 14), que existe una clara separación
entre deductivismo y los procedimientos de deducción que habitualmente se emplean
en economía. La deducción, sea axiomática o matemática, puede ser empleada para
facilitar los análisis estadísticos y test de hipótesis, en cambio el deductivismo postula
que el conocimiento estadístico y empírico es transitorio, un primer análisis deductivo
puede proporcionar mejor comprensión de los fenómenos.
El positivismo Lógico.
Los positivistas Lógicos del Círculo de Viena utilizaban el método Inductivo cuyos
postulados fundamentales son (Katauzian, 1982):
La sujeción a test empíricos justifican las teorías para los positivistas lógicos
entendiendo que el conocimiento se deriva objetivamente de los hechos objetivos
vacíos de opiniones personales.
Las críticas a los empiristas lógicos vienen por el lado de la inducción (que para Popper
no precisa justificación ni es necesaria) ya que nunca se dispone de la seguridad de
que no aparezcan hechos que contradigan las leyes emanadas de la experiencia, así
como la búsqueda del número de pruebas necesarias para validar las leyes o teorías
generales sin entrar en la prueba ad infinitum. De tales críticas, Carnap y Neurath
emprendieron el desarrollo de una versión más moderna denominada Empirismo Lógico
que reemplaza el concepto de verificación por el de gradual incremento de la
confirmación mediante la utilización del método estadístico inductivo y realizando un
apoyo probabilístico de sus conclusiones sobre la base de la acumulación de
observaciones, de tal modo que una prueba negativa puede llevar a replantear la
imagen del mundo real, el modelo y las hipótesis, y una prueba positiva sirve para
incrementar la aceptación gradual de la teoría.
El Falsacionismo de Popper.
El criterio utilizado por Popper para contrastar dos teorías y elegir la mejor entre ellas
fue primero el “grado de corroboración”, que como indica Pheby (1988, pág. 27) se trata
de una guía más cualitativa que cuantitativa para aceptar una teoría. Posteriormente
introdujo el concepto de “verosimilitud lógica”, utilizando sus propias palabras: “Una
teoría está más cerca de la verdad que otra si, y sólo si, se siguen de ella enunciados
más verdaderos, pero no enunciados más falsos, o, al menos igual número de
enunciados verdaderos, pero menos falsos” (Popper, 1988, pág. 62). En definitiva, el
grado de verosimilitud se refiere a ponderar el contenido –verdadero y falso- de las
diferentes teorías. El procedimiento que propone Popper para mejorar el conocimiento
es el siguiente, se parte del problema objeto de estudio, se extraen conclusiones o
teorías que dan una explicación al problema.
2. Una nueva teoría, para que se aceptada, deberá siempre contener mayor contenido
empírico que sus predecesoras.
3. Una nueva teoría aceptada debería ser capaz de explicar todos los éxitos pasados
de sus predecesoras
4. Las teorías deberían siempre ser contrastadas tan rigurosamente como sea posible.
Por tanto, una proposición es científica cuando es susceptible de ser falseada por algún
hecho (Popper, 1967). De esa forma, en la búsqueda de refutaciones, es como la
ciencia puede progresar y avanzar. La ciencia progresa gracias al ensayo de prueba y
error. En palabras de Popper, el avance de la ciencia se encuentra “porque buscamos
la verdad (incluso aunque nunca podamos estar seguros de haberla encontrado) y
porque las teorías refutadas son reconocidamente falsas, mientras que las teorías no
refutadas pueden ser todavía verdaderas” (Popper, 1980).
Tal y como expresa el profesor Donoso Anés (1995), el mencionado autor distingue
“cuatro procedimientos de llevar a cabo la contrastación deductiva de teorías una vez
que han sido extraídas por deducción lógica sus conclusiones:
El método deductivo que utiliza la contrastación empírica del punto 4 según Popper
(1980) sería el siguiente:
Por ello la posible validez de una teoría no se adquiere, de una vez para siempre, de las
observaciones que la preceden, como defiende el inductivismo, sino que ha de
confirmarse con la verificación posterior.
Como consecuencia de lo anterior, elaboró una serie de leyes, entre las que destacan
(Popper, 1967):
- La teoría científica implica una prohibición, de tal forma que cuanto más prohíbe una
teoría tanto mejor es.
- Ciertas teorías genuinamente estables suelen ser objeto de reinterpretación, pero sólo
a costa de rebajar o destruir su estatus científico.
Por tanto, la concepción de Popper se basa en la simple distinción entre psicología del
conocimiento y lógica del conocimiento, de lo cual se deriva la necesidad de distinguir el
proceso de concebir una teoría de los métodos de su examen lógico, pues la tarea de
este análisis del conocimiento científico “consiste pura y exclusivamente en la
investigación de los métodos empleados en las contrastaciones sistemáticas a que
debe someterse toda idea nueva antes de que se la pueda sostener seriamente”
(Popper, 1980).
Este autor propugna frente al inductivismo, que en lugar de esperar regularidades como
resultado de la repetición, debemos tratar de imponer regularidades, al mundo, de
descubrir similaridades en él en función de hipótesis establecidas por nosotros, es
decir, en lugar de proceder de la observación a la teoría, actuar a la inversa: sin la
previa fijación de premisas, saltar a conclusiones, aunque después debamos
descartarlas si la observación muestra que son erróneas.
sus reglas son demasiado severas, estando más próximas a ocultar que a promover el
conocimiento científico.
Este autor mantiene una posición crítica tanto frente a Kuhn como a Popper, intenta unir
la interpretación metodológica de Popper con la necesidad planteada por Kuhn de
conocer la historia y el desarrollo de una ciencia. En palabras de Blaug (1985, pág. 54):
“Lakatos es menos duro con la ciencia que Popper, pero mucho más duro que Kuhn, y
se siente siempre más inclinado a criticar la mala ciencia con la ayuda de una buena
metodología que a evaluar las especulaciones metodológicas recurriendo a la práctica
científica”, Los “Programas de Investigación Científica”, forman el concepto fundamental
de la aportación metodológica de Lakatos.
Este giro es importante porque existía un problema, ya comentado por Kuhn, sobre la
inconmensurabilidad de paradigmas (teorías), pero este problema no es debido a los
propios paradigmas sino a la falta de un objetivo común con el que medirlos y, en este
caso, Lákatos unifica el objetivo en el concepto de contenido excedente. Pero la clave
no está sólo en proponer un nuevo objetivo para comparar teorías, sino que además
elude la cuestión de la validez del conocimiento actual centrando la atención en ver
porqué existe y si está creciendo o no, como señala Lákatos (1981): En ciencia
aprendemos de la experiencia no la verdad (o probabilidad) ni la falsedad (o
improbabilidad) de las teorías, sino el progreso y degeneración empíricas, relativos a
los programas de investigación científica (P.I.C). Por programa de investigación
científica entiende una configuración de teorías interconectadas, ninguna de las cuales
se considera totalmente autónoma por lo que es difícil descartar teorías individuales sin
hacer referencia al programa de investigación como un todo.
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 72
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Para este autor la ciencia en su conjunto puede ser considerada como un enorme
programa de investigación dotado de la regla heurística de Popper de diseñar
supuestos que tengan más contenido empírico que sus predecesoras: “La historia de la
ciencia es la historia de los programas de investigación, más que la historia de las
teorías”*.
De esta forma lakatos propuso una nueva teoría que describió como “falsacionismo
sofisticado, que gira en torno al concepto de “ programa de investigación” frente al
“falsacionismo ingenuo” que considera a las teorías científicas aisladamente y exige su
rechazo cuando no están de acuerdo con la realidad. Lakatos rechaza las
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 73
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
“Reglas metodológicas: algunas nos dicen las rutas de investigación que deben ser
evitadas (heurística negativa), y otras, los caminos que deben seguirse (heurística
positiva)” (Lakatos, 1989, pág. 65).
“El cinturón protector de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las
contrastaciones y para defender al núcleo firma, será ajustado y reajustado e incluso
completamente sustituido” (Lakatos, 1989, pág.66).
El núcleo central está referido al conjunto de teorías centrales que reúnen los logros
más notables en ese campo de conocimiento. El cinturón protector comprende el
conjunto de hipótesis auxiliares destinadas a ser sometidas a contraste con los hechos,
con la posibilidad de que resulten refutadas.
Para el profesor García Martín (1984) “en los propósitos de Lákatos se ha de señalar la
integración de la obra de Popper de las críticas provenientes de la nueva filosofía de las
ciencias, en especial las efectuadas por Khun. Así, de Popper desarrolla la idea sobre
la sustitución constante de unas teorías antiguas por otras nuevas. Este principio de
proliferación lo integra con el concepto kuhniano de ciencia normal, a fin de explicar la
inercia de las teorías a ser sustituidas hasta que surgen las anomalías. Con estos
elementos, Lákatos confecciona un esquema de progreso de la ciencia a través de la
historia. Estas ideas las desarrolla a través de programas de investigación científica,
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 74
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Según Giner Inchausti “en un intento de aproximación cabría decir que: la ciencia
normal, a la que Kuhn se refiere avanza dentro de un programa de investigación, que la
actividad de los científicos de esta etapa, orientada a la resolución de problemas dentro
del paradigma se corresponde con la existencia del llamado cinturón protector de
Lákatos. También puede entenderse que la transición de una época de ciencia normal a
una situación de crisis, en terminología de Kuhn, se corresponde con la transición de un
programa progresivo a la fase degenerativa de un programa de investigación
lakatosiano, y que la sustitución revolucionaria de un viejo paradigma por otro equivale
al abandono de un programa por otro nuevo, una vez sustituido el núcleo central” (Giner
Inchausti, 1994).
Uno de los ataques más fervientes contra todo tipo de esquemas metodológicos se
produce con la aportación de Feyerabend. Su pensamiento se halla recogido
principalmente en su obra “Contra el método: esquema de una teoría anarquista del
conocimiento”, donde se muestra opuesto a la racionalidad científica como guía para
cada investigación.
Parte del hecho de que no existe norma en la metodología científica que no haya sido
atacada en algún momento en el transcurso histórico de la ciencia. A este respecto
Feyerabend (1986, pág. 7) explica: “Descubrimos entonces, que no hay una sola regla,
por plausible que sea, y por firmemente basada que esté en la epistemología, que no
sea infringida en una ocasión u otra”.
De ahí que para este autor, la sumisión a reglas y normas haga, a la larga, estéril el
trabajo del científico; y más que una teoría del camino recto, se ha de escribir una teoría
del error. “La ciencia como realmente la encontramos en la historia es una combinación
de tales reglas y de error. De lo que se sigue que el científico que trabaja en una
situación histórica particular debe aprender a reconocer el error y a convivir con él,
teniendo siempre presente que él mismo está sujeto a añadir nuevos errores en
cualquier etapa de la investigación. Necesita una teoría del error que añadir a las reglas
ciertas e infalibles que definen la aproximación a la verdad” (Feyerabend, 1975).
“Mi intención no es abolir las reglas ni demostrar que no tienen valor alguno. Mi
intención es más bien ampliar el inventario de reglas y proponer un uso distinto de las
mismas. Es este uso el que caracteriza mi posición y no cualquier contenido
determinado de las reglas” (Feyerabend, 1975). Para Martínez Freire (1990) esto último
debe interpretarse como que “las reglas no deben usarse como moldes previos a los
que se ajusta la investigación prescindiendo de las características de ésta, sino que en
una investigación determinada se usará una regla u otra según interese e incluso se
abandonarán las reglas ya existentes para inventar una nueva”.
Por último, como señala Martínez Freire (1990), la actitud de Feyerabend “es útil para
evitar dogmatismos en Metodología pero su radicalidad le lleva a olvidar la existencia
de patrones de descubrimiento que son eficaces. Finalmente, las consideraciones de
Feyerabend son relevantes en el contexto de la investigación en nuevos campos de
estudio, pero no pueden pretender aplicarse a la práctica científica en campos de
estudio ya conocidos, donde la rutina en el uso de reglas es posible”.
“Feyerabend no está en contra del método en las ciencias, sino que más bien está en
contra del método en general, incluyendo su propio consejo de ignorar todo método”.
En los apartados anteriores nos hemos referido a la ciencia en general, apenas hemos
hecho referencia a las ciencia sociales y aún menos a la economía. Esta sección la
dedicaremos a señalar las peculiaridades de las ciencia sociales dentro del conjunto de
las demás ciencias. En el siguiente, profundizaremos en la economía como disciplina
científica enclavada en el ámbito de las ciencias sociales.
3. Por último, los individuos normalmente están influidos por las circunstancias de las
sociedades a las que pertenecen, por lo que a veces es difícil ser objetivo y liberarse de
los juicios de valor.
Estas características especiales llevan a Blaug (1985, pág. 66) a plantearse el siguiente
interrogante: “¿Existe un método científico aplicable a todas las ciencias, sea cual sea
el tema de que se ocupen, o deben las ciencias sociales emplear una lógica de
investigación especial y propia?”. La respuesta es claramente positiva, la mayoría de
los científico y filósofos de la ciencia son partidarios de que todas las ciencias sigan la
misma metodología, sin embargo, también se señalan las particularidades de las
ciencia sociales y los requerimientos especiales para la validez de las explicaciones de
estas ciencias. De este principio, denominado “monismo metodológico” (Blaug, 1985,
pág. 66), se muestran partidarios inminentes científicos entre lo, pág. s que podemos
señalar al mismo Popper (1957): “Todas las ciencias teoréticas o generalizadoras
deberían hacer uso del mismo método, tanto si se trata de ciencias naturales como de
ciencias sociales”. Sin embargo, Popper reconoce las particularidades de las ciencias
sociales a raíz de lo que prescribe un principio de “individualismo metodológico” al
comentar que la tarea de las ciencias sociales consiste en construir y analizar nuestros
modelos sociológicos “en términos de los individuos”.
Por su parte, Gibson (1982, pág.129) hace una interesante comparación entre el objeto
de las ciencias sociales y las de naturaleza: “Las ciencias sociales se ocupan de los
hombres, no de las cosas. Del mismo modo que los átomos y otras partículas
materiales individuales constituyen los elementos del estudio físico, los seres humanos,
sus experiencias, sus actitudes y su comportamiento, constituyen los elementos del
estudio social”. Este autor deja constancia de que la única diferencia entre ciencias
sociales y de la naturaleza radica en las peculiaridades del objeto de estudio,
mostrándose partidario, implícitamente, del monismo metodológico y criticando
enérgicamente las posturas anticientíficas en torno a la investigación social.
• Una objeción antigua sostenida por algunos filósofos alemanes del siglo XIX,
miembros de la escuela neokantiana.
• Otra nueva que emana de algunos de los trabajos del filósofo Wittgenstein.
Los primeros proponen su punto de vista en torno al vocablo alemán “Verstehen”, que
significa comprensión por medio de la intuición, como opuesto al conocimiento a través
de la observación y el cálculo. Según estos autores, los científicos de las ciencias
naturales carecen de este tipo de conocimiento de participante, de primera mano,
porque les es imposible imaginar lo que es ser átomo o molécula. Pero los científicos de
las ciencias sociales, al estar interesados en el comportamiento humano, pueden
colocarse en el lugar de los agentes humanos que analizan.
Ambas objeciones en contra del monismo metodológico están sujetas a las mismas
críticas, “ya que no ofrecen método alguno de contrastación interpersonal con el que
validar las proposiciones referentes al comportamiento gobernado con normas” (Blaug,
1985, pág. 69).
Por último, no queremos finalizar este apartado sin enfatizar –a la vista de las opiniones
expuestas- que aunque el ideal de ciencia es el monismo metodológico, es imposible
abstraerse de las particularidades propias de las ciencias sociales, motivadas
básicamente por la dificultad de realización de experimentos controlados y por las
características especiales de su objeto de estudio.
Por tanto, como afirma Braithwraite (1965), el sistema científico estará integrado por
hipótesis “de tal modo que tomando alguna de ellas como premisa se siga lógicamente
todas las demás como conclusiones”. De esta forma, las proposiciones de un sistema
deductivo estarán situadas en “una serie de niveles, de suerte que las del nivel supremo
aparecerían exclusivamente como premisas del sistema, las del nivel ínfimo sólo como
conclusiones del mismo y las de los niveles intermedios serían las que puedan aparecer
como conclusiones de deducciones procedentes de hipótesis de nivel más elevado y
servir como premisas para deducciones que conduzcan a hipótesis de nivel inferior”
(Braithwraite, 1965).
Al respecto, considera el profesor Requena (1986) que todo cuerpo científico vendrá
definido por aquel “conjunto de conocimientos, expresados a través de proposiciones
que forman un sistema deductivo, destinado a proporcionarnos retrodicciones,
explicaciones y predicciones respecto del conjunto de fenómenos que constituyen su
dominio de aplicación, en cuya consecuencia, su estructura vendrá configurada por la
articulación lógica de los argumentos contenidos en sus enunciados”.
En este sentido (Carnap, 1969), parece que no es posible definir de una forma
totalmente precisa los citados conceptos de observable e inobservable, toda vez que
forman parte de un continuo que comienza por las observaciones sensoriales directas y
termina con observaciones altamente complejas. De ahí la práctica imposibilidad de
establecer una división entre ellos de una manera definitiva y tajante, por ser
circunstancia una cuestión de grado. Como afirma Bunge (1972), la dicotomía no es
estricta, sino que más bien ofrece cierto margen para que esas categorías de transición,
y en cualquier caso, la noción de observable no deba tomarse excesivamente al pie de
la letra.
Así planteadas las cosas, la Epistemología tiende a convertirse en una ciencia con
sus propias especialistas, es un disciplina que se va desprendiendo de a filosofía para
caer en manos de los científicos. La Epistemología, tendrá que resolver todas las
dificultades internas que se presentan en los distintos campos de las ciencias
particulares. Esto no significa en ningún momento, que la Epistemología, vaya a
abordar problemas relativos a una filosofía de la ciencia, porque al lado de los
problemas propios de las ciencias subsisten problemas que atañen a todas las ciencias
en general, de esos problemas, como veremos, se ocupará la filosofía de las ciencias.
Jean Piaget considera que la Epistemología puede dividirse en tres grandes grupos
cada uno de ellos con orientaciones definidas:
a. Epistemologías Metacientíficas.
Son todas aquellas teorías que se han formulado partiendo sobre el modelo de
una ciencia en desarrollo y que luego aspiran a convertirse en una teoría general
del conocimiento. Trata de demostrar con esto, que las formulaciones hechas por
las grandes teorías del conocimiento desde la antigüedad se montaron sobre el
modelo de una ciencia y luego quisieron hacer válida esa teoría para todas las
ciencias. Platón, estructurado en la matemática, que era un conocimiento que
demostraba necesidad, universalidad e inmutabilidad, levantó su teoría de la
ciencia y la generalizó. Tiene la convicción de que las estructuras matemáticas
preexisten o que los entes matemáticos subsisten, no en lo sensible, sino en lo
inteligible, es decir, en el mundo de las ideas. Todo conocimiento, debe tener
necesidad, inmutabilidad, universalidad, pero estas características no pueden
provenir del mundo sensible que es sombra, apariencia, mutabilidad; lo único que
garantiza un tipo de conocimiento de tal naturaleza son las “ideas” que son
inmutables y eternas. Aristóteles establece su teoría del conocimiento basándose
en la Lógica y en la Biología. Las ideas o los conceptos, se explican a partir de
las percepciones que tenemos de los objetos. Las ideas son como las “formas”
del conocimiento, pero el mundo real también se especifica en formas que son las
que dan las características y cualidades propias de cada cosa. Se hace
indispensable que en todo conocimiento disociemos las formas de los contenidos.
Las formas o estructuras de la mente son aptas para recibir cualquier contenido.
Pero las formas son también las que sirven para la organización de los mismos
cuerpos, la diferencia entre los distintos seres se establece a partir de las formas,
tal como sucede en los seres vivos.
Descartes, aspira a fundamentar la Filosofía sobre una base firme, sólida, que
sea capaz de resistir la duda más radical; para ello, cree que el método más
apropiado es el racional-deductivo, que es el utilizado por las matemáticas. La
matemática y la geometría analítica son el fundamento de la Epistemología
moderna. Descubre la existencia del yo cognoscente (el sujeto que es fuente de
construcciones) e introduce en conexión con la geometría analítica un paralelismo
entre extensión y pensamiento. Las verdades matemáticas son las únicas que
ofrecen universalidad y necesidad y solo se pueden justificar desde la razón y no
de la experiencia. Kant, toma como modelo de su teoría del conocimiento, la
física de Newton, está convencido de que las ciencias deben estructurarse en
principios necesario y universales, pero esa necesidad y universalidad no hay que
buscarla en la experiencia sino en las estructuras puras a priori del sujeto
cognoscente. Leibnitz, fuertemente influenciado por la lógica, la matemática, el
cálculo y el álgebra, aspiraba a construir una ciencia a priori, independiente de la
experiencia. Todo consistiría en un catálogo de nociones fundamentales,
simples, evidentes y expresadas por símbolos de los cuales, combinándolos entre
sí, podrían deducirse todas las ideas y todas las ciencias. La lógica sería, pues,
una álgebra del pensamiento, un arte de invención o combinación. Todas las
ciencias no serían más que ramas de la matemática y ésta se convertiría, en una
especie de filosofía perennis o ciencia fundamental.
b. Epistemologías Paracientíficas.
Se originan en una crítica fuerte al conocimiento científico, a su método y a la
pretensión de ser el único tipo de conocimiento válido, objetivo. Establecen por
tanto, un método diferente para llegar a la obtención de conocimientos, es el
método o la vía de la intuición, tal como lo proclaman H. Bergson, E. Husserl,
Jean Ravaisson, Etienne Boutroux.
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 82
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
b. Epistemologías científicas.
Nacen de la reflexión sobre las ciencias. Explican el conocimiento científico, sus
problemas internos. Tienden hacia una especialización del conocimiento, antes
que a una generalización de una teoría. Tal, por ejemplo, las corrientes
positivistas, que buscan delimitar las fronteras de la ciencia contra toda incursión
de carácter metafísico. Su intención es fijar los principios y métodos de la ciencia.
Esta era la intención de A. Comte, creía erróneamente que la ciencia solo se
ocupaba de los fenómenos y no de la naturaleza de las cosas. En la misma
forma, pensaba que la ciencia produce leyes e ignora por otra parte, la
producción o causalidad de esas leyes. También se colocan en esta corriente el
neopositivismo de Mach, con el fenomenismo sensorial y Scjlick con el logicismo.
El primero basado en la percepción y el segundo basado en la lógica matemática.
También representan avances, los trabajos de Antoine A. Cournot, filósofo de las
ciencias, quien distinguió en la jerarquía de los conocimientos, la interpretación
probabilística como fundamento de la inducción, y la demostración formal,
producto solo de la lógica. León Brunchvicg, nos habla de las etapas de la
filosofía de la matemática, en función de su desarrollo mismo, a la vez que, hace
un análisis de las raíces de la verdad aritmética, algebraica, geométrica, en el
terreno de la psicología del sujeto. E. Cassirer, realizó trabajos sobre el
conocimiento físico, matemático, químico, teniendo en cuenta el alcance de las
teorías einsteinnianas en el campo epistemológico. Emil Mayerson, elaboró
trabajos, sobre la discordancia entre la ciencia real y el positivismo, sobre la
necesidad de la explicación causal y de la deducción, así como, sobre el papel de
la identificación en la causalidad y en la deducción misma. G. Bachelard,
sobresale por sus estudios en torno de la Física y la filosofía. Koyre, hombre de
estructura matemática y además, gran historiador de las formas de pensamiento.
16
Wartofsky, Marx. Introducción a la filosofía de la Ciencia. Editorial Alianza, Madrid.
Ya hemos dicho que la Epistemología trata del conocimiento válido y que su función es
la de ser una ciencia interdisciplinaria en cuando que aborda problemas de hecho y de
validez de diferentes ciencias. Pero en Epistemología no puede darse por válido un
método, una técnica o unos principios sino dentro de las necesidades de cada disciplina
o, mejor, dentro de las necesidades propias planteadas por la región de lo real que
manipula el investigador. Desde luego, que en todos estos planteamientos va implicada
la Lógica pues de ella sería imposible prescindir ya que tiene que abordar problemas de
validez formal y dificultades de carácter fáctico.
1. El método histórico-crítico.
El cual parte de un cuerpo de doctrinas determinado al estudio retrospectivo que
lo ha hecho posible. Le interesa una doctrina, pero en las causas que la hicieron
posible; su interés está más en el desarrollo histórico que en los aspectos formales.
Lo primordial es determinar la forma como procedieron los inventores de principios o
la forma como llegaron a preparar un descubrimiento. Procura reconstruir los pasos
que dieron los investigadores para llegar a postular determinada doctrina o teoría.
Se hace pues importante saber determinar las experiencias a las que ellos
acudieron, la forma como interpretaron los hechos y esto no es posible sino
acudiendo a la Historia. Este método ha sido vigorizado con los aportes de Pierre
Deum, Gaston Milhaud, Pierre Boitroux, León Brunschevucg, Emile Meyerson, Arnold
Reymond, Alexandre Koyré, Gaston Bachelard, ha sido empleado en todos los
campos, especialmente en Matemáticas y en Biología.
2. El método Sicogenético.
Pretende valerse de los aportes de la Psicología. Como la Epistemología trata de
las relaciones de conocimiento entre el sujeto y los objetos, lógico es que se
presenten problemas de validez formal y problemas de orden fáctico relativos al
sujeto. Se sabe que el objeto es conocido gracias a la experiencia, pero esa
experiencia es siempre la de un sujeto. De ahí que lo más importante sea saber
cómo es que el sujeto organiza esa experiencia. De aquí que los servicios que la
Psicología puede prestar a la Epistemología, se basan ante todo en el análisis
genético del desarrollo del pensamiento humano, mostrando en qué forma van
progresando nuestros conocimientos en cada una de las etapas del desarrollo por
las que atraviesa el individuo: desde la infancia hasta la edad adulta.
Los enunciados de la ciencia tienen que ser coherentes, bien fundados, y capaces de
permitir la confrontación con los hechos. Esto sólo se consigue cuando se supera los
límites de un conocimiento espontáneo. Para lograr ese objetivo la ciencia requiere de
medios, de procedimientos adecuados, de organización y sistematización. En el
conocimiento científico se procura eliminar toda interpretación que no esté dada por el
hecho observado, es decir, cuando se hace ciencia se ha de acomodarse sólo a lo que
los fenómenos ofrecen. No se permite buscar explicaciones que no estén contenidas en
la experiencia. Se busca poner freno a especulaciones de carácter subjetivo, o a los
prejuicios que tienen los investigadores, o a las influencias de la tradición o teorías
diferentes al hecho científico.
Charles Pierce y Mario Bunge, afirman que, frente al método científico, quedan sin valor
una serie de método que son utilizados a nivel del conocimiento ordinario, pero que en el
fondo sus postulaciones jamás se han sometido a una verificación para determinar la
objetividad de sus planteamientos. Bunge nos dice que el método de los gustos como
criterio de verdad, el dogmático, el método de las evidencias, el de la autoridad o el de
utilidad, carecen de valor objetivo. En efecto, para algunos no hay más verdad que
aquella que sea del agrado, del gusto de un individuo. Otros deciden el valor de un
enunciado acudiendo a la autoridad. Generalmente, si un gran personaje hizo tal
afirmación, es porque así debe ser, no queda más remedio que aceptarla. Los
dogmáticos postulan verdades que deben ser así y que no requieren más que
17
Bunge, Mario. L investigación científica. Editorial Ariel. Barcelona.
aceptación. La evidencia es criterio de objetividad para aquellos que creen que las
cosas son así porque sí las aprehendemos o las intuimos. Para otros, lo verdadero es
sinónimo de último.
Charles Pierce nos habla del método de la tenacidad, donde los individuos se aferran a
ciertas creencias porque piensan que siempre han sido verdaderos aunque la ciencia
demuestre su carácter contradictorio. M. Cohen y E. Ángel, en su libro “Introducción a la
Lógica y al Método Científico”, nos hablan del método intuitivo, donde basta que las
verdades aparezcan como evidentes, sean racionales, para deducir su objetividad.
Muchas veces, aunque la experiencia diga lo contrario, lo que es evidente racionalmente
puede que no lo sea realmente.
Todos estos métodos carecen de rigor en sus apreciaciones, de suerte que, no queda
sino el método científico, que tiende a no aceptar nada como objetivo, aunque parezca
evidente, mientras no haya sometido a prueba los enunciados y una vez contrastados,
los da por válidos o los rechaza.
El punto de partida del método científico está en saber formular problemas: se parte
siempre de un examen detenido de hechos, es decir, de un cuerpo de conocimientos.
Dentro de esos hechos se descubre alguna incoherencia o dificultad. Se busca
entonces formular esa incoherencia a nivel de problema. Luego viene la invención
de hipótesis centrales, es decir, suposiciones o conjeturas acerca de los nexos entre
distintos fenómenos; formuladas las hipótesis, se les buscan bases tanto racionales
18
Bunge, Mario. La ciencia, su método y su filosofía. Ediciones Siglo XX. Buenos Aires.
Cuerpo de
conocimiento
disponible Hipótesis
PROBLEMA
Consecuencias
contrastables. Nuevo cuerpo de
conocimiento
Estimación
de NUEVO
Hipótesis. PROBLEMA
Técnica de
Contrastación. Evidencia.
El método científico no pretende otra cosa que lograr eliminar toda apreciación
subjetiva en el conocimiento del mundo y de los procesos sociales: “El método
científico es un rasgo característico de la ciencia, tanto de la pura como de la
aplicada: donde no hay método científico, no hay ciencia. Pero no es infalible ni
autosuficiente. El método científico es falible: puede perfeccionarse mediante la
estimación de los resultados a los que llega mediante el análisis directo. Tampoco
es autosuficiente, no puede operar en un vacío de conocimientos, sino que requiere
algún conocimiento previo que pueda luego reajustarse y elaborarse, y tiene que
Esto nos da a entender que el método de la ciencia no es de por sí, seguro, sino más
bien progresivo, sometido a renovaciones en la medida en que el mismo se corrige.
Bertrand Rusell nos dice al respecto del método científico: “Para llegar a establecer
una ley científica existen tres etapas principales: la primera consiste en observar
hechos significativos; la segunda en sentar hipótesis que, si son verdaderas,
expliquen aquellos hechos; la tercera, es deducir de estas hipótesis consecuencias
que puedan ser puestas a prueba por la observación. Si las consecuencias son
verificadas se acepta provisionalmente la hipótesis como verdadera, aunque
requerirá ordinariamente modificación posterior, como resultado del descubrimiento
de hechos ulteriores”20.
El método científico se basa en los hechos, parte de ellos. Pero no se queda en ellos
sino que los interpreta en forma conceptual hasta llegar a establecer pautas o leyes
que sean capaces de explicar los fenómenos o los hechos en forma objetiva. Ahora,
partir de los hechos no es como piensan algunos, que sea un simple contacto de los
sentidos con la realidad: El fundamentar el conocimiento científico es un conjunto de
sensaciones. Por el contrario, el método científico para entrar a justificar un
conocimiento objetivo empieza por cuestionar y analizar detenidamente el material
que suministran los sentidos. Por eso, cuestionando, llega a estructurar problemas y
con base a éstos busca hechos que se conecten o se relacionen adecuadamente.
19
Bunge, Mario. La investigación científica. Ediciones Ariel. Barcelona.
20
Rusell, B. La perspectiva científica. Editorial Ariel. Barcelona.
Prácticamente, los hechos de los que parte el método científico son proposiciones
que pueden ser susceptibles de verificación o de pruebas. Estructurando un
problema se empieza por sugerir soluciones que se convierten en hipótesis. Toda
hipótesis es sugerida por una observación en los campos de la especialidad del
investigador. Las hipótesis son la guía de la investigación pues una vez que éstas se
han formulado, se buscan los soportes empíricos o racionales para llegar a
establecer su respectiva prueba.
b. ¿Qué es el PROBLEMA?
La ciencia no se puede reducir a colección de hechos. Se hace indispensable
seleccionar esos hechos, organizarlos, relacionarlos, buscarles cierta consistencia.
Hay conocimiento científico cuando a través del método científico se ha logrado
acumular nuevos conocimientos, nuevas experiencias. La ciencia avanza en la
medida en que logre plantearse y resolver problemas. Es más, el proceso del
conocimiento se da en la medida en que se descubren, se aclaran y se resuelven
nuevas dificultades. Ahora, la investigación no es otra cosa que problematizar
aquello que para la mayor parte de las gentes, es de hecho aceptado. Un problema
es una dificultad que se presenta en un cuerpo de conocimiento dado y que requiere
de investigación para clararlo, para explicarlo.
Nuevos
conocimientos,
aquí se responde
Problema. Investigación. Resultado. a la causa que
engendró el
problema.
c. La Hipótesis.
Junto con el problema, las hipótesis constituyen la base de la investigación científica.
Una vez que se ha determinado un problema, se intenta, desde luego, encontrar una
solución de acuerdo a la naturaleza de ese problema.
La hipótesis no es más que una salida tentativa de aclaración entre dos variables y
que es posible comprobarla a nivel de la experiencia. Es una solución provisional,
posible, ante el problema que se ha planteado. Por ello habrá que mostrar la verdad
o la falsedad de dichas hipótesis. Generalmente una hipótesis requiere de la ayuda
de teorías para poder llegar a su comprobación. Hay que tener en cuenta que toda
hipótesis requiere de datos, que acumulados, permiten mostrar la factibilidad de
determinada hipótesis. Esto de las hipótesis nos muestra como aquellos pensadores
que suponían que la verdad es una adecuación entre el pensamiento y el objeto y
que creen que la realidad está ahí como dada, sufrieron cierta equivocación porque
el proceso hipotético tiende a la interpretación real de los problemas sin la pretensión
de llegar a un ajuste definitivo en el planteamiento de las dificultades; es decir,
aunque encontremos soluciones a unos problemas, inmediatamente el proceso
continúa al revertir en nuevas dificultades. La hipótesis es siempre un “supuesto”,
premisas que se utilizan con una gran probabilidad de explicar adecuadamente un
21
Bunge, Mario. La investigación científica. Ediciones Ariel. Barcelona.
Esto significa que las hipótesis no se formulan caprichosamente sino que debe existir
cierta lógica en su planteamiento, lo mismo en la viabilidad de su comprobación o
contrastación con la realidad o con los datos empíricos.
Las hipótesis se formulan con base a relaciones que el individuo establece frente a
los datos que rodean un problema dado, ya sea por un proceso inductivo
(generalizando casos), por un proceso deductivo (de axiomas, teoremas, etc.), por un
proceso analógico (correlación entre los hechos), intuitivas (sin preparación, proceso
espontáneo). Esto es lo que le da contextura y legitimidad a una formulación
hipotética pues una hipótesis no se puede lanzar por puro capricho sino que hay
ciertos fundamentos para ello.
d. La Ley.
Cuando se llega a la comprobación de una hipótesis podemos hablar de ley en el
sentido de que toda ley obedece a hipótesis plenamente comprobadas, justificadas,
verificadas, empíricamente. El significado de ley: “En estos campos ley cubre los
siguientes conceptos: (I) esquema objetivo; (II) fórmula que intenta reproducir un
esquema objetivo; (III) fórmula que se refiere a un esquema objetivo y a la
experiencia; (IV) metaenunciado que se refiere a un enunciado legaliforme; y (V)
regla basada en un enunciado legaliforme” 23.
La ley, de todas maneras, está indicando una especie de relación constante; ya sea
en los fenómenos de la naturaleza, en los del comportamiento en los sociales. El
sentido de la ley es permitirnos representar a nivel intelectivo la norma a que
obedecen los diferentes fenómenos del universo. Descubrir las leyes de los
fenómenos naturales es hacer ciencia. Los antiguos pensaban que podíamos hablar
de ciencia, cuando, a nivel intelectivo, nos representábamos las esencias de las
cosas, es decir, aquellos modos de comportamiento que son comunes a muchos
seres. Hoy la aspiración del científico es explicar los fenómenos mediante la ley o la
pauta que los regula: “una hipótesis científica (una fórmula fundada y contrastable)
es una fórmula de ley si y sólo si, es general en algún aspecto y con algún alcance
dominio, y pertenece a algún sistema científico” 24. Toda ley debe generalizar de
22
Bunge Mario. Op. Cit.
23
Bunge, Mario. Op. Cit.
24
Idem.
e. Teorías.
La ciencia no es caótica; todo lo contrario, plantea problemas, fórmula hipótesis,
busca interpretar los fenómenos en leyes para terminar en la elaboración de teorías,
es decir, conjunto de ideas sistematizadas, coherentes, relacionadas y que, como ya
se ha dicho, son contrastables con la realidad. Las teorías realmente tienden a
establecer relaciones entre las diferentes síntesis hipotético-deductivas. “A medida
que se desarrollo la investigación se descubren o inventan relaciones entre las
hipótesis antes aisladas y se introducen hipótesis más fuertes que no sólo contienen
las viejas sino que dan de sí generalizaciones inesperadas, como resultad de ello se
constituye uno o más sistemas de hipótesis. Estos sistemas son síntesis que
incluyen lo conocido, lo meramente sospechado y lo que puede predecirse acerca de
un tema dado.
La ciencia debe ser sistemática. Establece vínculos entre las distintas hipótesis hasta
formar un cuerpo unitario de interrelaciones entre hipótesis y principios más
generales.
25
Bunge, Mario. Op. Cit.
26
Bunge. Mario. Op. Cit.
Toda teoría pretende explicar un fenómeno real o, mejor, una parte de lo real. Pero
en la misma forma en que procura interpretar la realidad se convierte en elemento
que permite prever situaciones y, por lo tanto, lleva a la acción al individuo. Cuando
se está en capacidad de una predicción a través de la ciencia podemos decir que se
anticipa a un nuevo conocimiento y, por tanto se puede llegar a estar preparado para
actuar:
“Es posible, pues, apreciar dos puntos de vista distintos: por una parte, las teorías se
conciben a veces como leyes de gran generalidad de las que pueden deducirse leyes
de menor generalidad por un método de inferencia; por otra parte se distinguen
netamente las teoría de las leyes en virtud de las aseveraciones existenciales de las
primeras. Según el primer punto de vista las teorías son cómodos resúmenes de
leyes empíricas, que también sirven para revelar que más habrá de cumplirse si se
cumplen las leyes empíricas. Por ejemplo, puede ocurrir que, a partir de una
generalización a un alto nivel, un conjunto de leyes, que por lo demás se distingan
empíricamente resulten distintas descripciones posibles de un mismo dominio
empírico, que la teoría permita concebir como referencia común de las distintas
leyes. La teoría haría explícito, o revelaría, que entre las leyes particulares existe un
isomorfismo, en función del cual pueda postularse que la inavariancia común indica
un objeto común… El otro punto de vista distingue netamente entre leyes, de
cualquier nivel de generalidad, y teorías porque estas últimas hacen la adicional y
peculiar suposición (o conjetura) existencial (u ontológica) de que existen entidades
de cierto tipo, a las que se referirían los términos teoréticos. El sentido en el que
tales entidades teoréticas existan, atañe, pues, a una presunción ontológica, ausente
en el otro punto de vista acerca de las teorías como leyes de nivel superior” 27.
27
Cohen, M y E., Ángel. Introducción a la lógica y el método científico. Amorronú Editores. Buenos Aires.
En muchas cosas las teorías son la forma adecuada de llegar a hacer comprensibles
las leyes, es decir, a dar de ellas una explicación o interpretación adecuada. Por eso
recibe el nombre también de modelo, marco conceptual o teoría propiamente dicha.
En estos modelos teóricos para unos hay un conocimiento del modo de ser de las
cosas reales, son maneras de captar los fenómenos naturales o sociales y por eso
son susceptibles de confrontación; para otros, las teorías son construcciones ideales
en cuanto guían la actividad imaginativa del hombre. Pero lo cierto es que la razón
de ser de las teorías son los hechos reales porque de ellos son expresión. Es decir,
que así como las leyes no se las damos a la realidad sino que ésta viene
estructurada en pautas o normas y que, aunque no las conociéramos no por eso
dejarían de funcionar, en la misma forma las teorías como explicativas de la forma
como se comporta una determinada región de lo real tienen que tener un
fundamento. Por eso la relación estrecha que existe entre teoría y práctica. Lo que
sí debemos aceptar es que las teorías no son definitivas como no lo es nada en el
conocimiento sino que esos marcos teóricos se renuevan continuamente a medida
que la realidad va siendo conocida en una mejor forma.
f. Concepto de ciencia.
Ahora conviene explicitar el concepto de ciencia después de haber demostrado en
forma rápida el proceso que sigue el método científico. La precisión, claridad, la
coherencia, el mismo orden, son el producto de un método, el científico. Este es el
método que pretende liberar al conocimiento de la subjetividad, de la simple creencia
espontánea, para poner en una relación objetiva nuestra persona y el mundo que nos
rodea. Es el método que concibe el conocimiento como algo progresivo y no como
un estadio definitivo.
Algunos definen, la ciencia mirando exactamente a lo que la ciencia hace. Por tanto,
sería un tipo de conocimiento en el que se experimenta, se controla, se formula
problemas se hacen hipótesis, se elaboran leyes y se establecen teorías. Aunque
esto es cierto, sin embargo, se entremezclan el método y la ciencia propiamente
dicha.
científico. “Lo que afirma la ciencia es: (I) que es más verdadera que cualquier
modelo no-científico del mundo; (II) que es capaz de probar, sometiéndola a
contrastación empírica, esa pretensión de verdad; (III) que es capaz de descubrir sus
propias deficiencias, y (IV) que es capaz de corregir sus propias deficiencias, o sea,
de construir representaciones parciales de las estructuras del mundo que sean cada
vez más adecuadas”28
Con esto, se desvirtúa la concepción que elaboraron los griegos de ciencia, como un
conocimiento absoluto, necesario, universal e inmutable de las cosas. Este sería el
concepto estático de ciencia frente al concepto de ciencia moderna que es
profundamente dinámico, progresivo, ajustable a los nuevos descubrimientos. No es
posible pensar en elaborar un concepto de saber completo acerca de lo real, sino,
más bien, los diferentes enunciados científicos pueden poseer un grado de verdad y
a medida que existan métodos más adecuados de investigación, se podrá intentar
una mayor profundización en aquello que estudiamos.
2. Cuando una ciencia abandona una teoría para adoptar otra, como sucede con
frecuencia, es un error suponer que ha entrado en “bancarrota” y que es incapaz
de descubrir la estructura del dominio que estudio. Tales cambios indican, más
bien, que la ciencia va concretando progresivamente su ideal, pues son el
resultado de la corrección de observaciones o razonamientos anteriores, lo cual
indica que poseemos hechos más confiables.
28
Bunge, Mario. La investigación científica. Ediciones Ariel. Buenos Aires.
“La ciencia es una actividad humana y posee sus raíces en las capacidades humanas
corrientes que todos compartimos. Con todo lo familiar y obvio que esta verdad es, su
importancia suele desdibujarse en muchas de nuestras definiciones de la ciencia y en
nuestra actitud hacia ella.
29
Cohen, M y E., Ángel. Op. Cit.
Por su parte, Mario Bunge nos dice lo siguiente en lo que respecta a la ciencia:
“Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de entenderlo
y, sobre la base de su inteligencia imperfecta, por perfectible del mundo, el hombre
intenta enseñorearse de él para hacerlo más confortable. En este proceso, constituye
un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede
caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por
consiguiente falible. Por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado
una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y
exacta. Un mundo le es dado al hombre; su gloria no es soportar o despreciar este
mundo, sino enriquecerlo construyendo otros universos. Amansa y remoldea la
naturaleza sometiéndola a sus propias necesidades; construye la sociedad y es a su
vez construido por ella; tratando luego de remoldear este ambiente artificial para
adaptarlo a sus propias necesidades animales y espirituales, así como a sus sueños:
crea así el mundo de los artefactos y el mundo de la cultura. La ciencia como actividad
–como investigación- pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento
de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales y
culturales, la ciencia se convierte en tecnología. Sin embargo, la ciencia se nos parece
como la más deslumbrante y asombrosa de las estrellas de la cultura cuando la
consideramos como un bien por sí mismo, esto es, como un sistema de ideas
establecidas provisionalmente (conocimiento científico), y como una actividad
productora de nuevas ideas (investigación científica)” 31.
La ciencia es:
g. División de la ciencia.
Toda clasificación de las ciencias tiende a buscar los vínculos entre las diferentes
formas del saber, establece nexos con base a principios lógicamente
fundamentados. Esto implica el objeto propio de cada ciencia y sus relaciones con
otras áreas; el método o las condiciones que exige cada ciencia al enfrentar su
objeto y, los propósitos para los cuales produce el hecho de investigación. En la
antigüedad se dividían las ciencias de acuerdo al objeto de estudio, se habló
entonces de la Física, que estudiaba la naturaleza; la Ética que estudiaba la
sociedad, la Lógica que hacía referencia al pensamiento. Aristóteles fue el primero
en intentar una clasificación de las ciencias: tomó como punto de partida lo que cada
ciencia se proponía: ciencias teóricas que se ocupan del a verdad: Física,
Matemática, Metafísica; ciencias prácticas que establecen pautas de
comportamiento: Economía, Política, Moral, ciencias poéticas cuyo fin es la
32
Bernal, John. Historia social de la ciencia. Ediciones Península. Barcelona.
Lógica.
Formal.
Matemática.
Ciencia.
Física.
Natural. Química.
Biología.
Psicología individual.
Las ciencias formales se interesan por entres ideales, así se trate de abstracciones
que se realicen a partir de lo real. La matemática y la Lógica, no se interesan por el
estudio de cosas, de situaciones, de hechos sino por las formas y en tal sentido esas
formas se pueden aplicar después de cualquier tipo de contenido. Las ciencias
fácticas, por el contrario, se preocupan de hechos, de cosas reales, de procesos y
debido a esto requieren de la experiencia y del experimento para comprobar sus
hipótesis. Las ciencias formales acuden a la lógica, pero no requieren de la
experiencia, utilizan la deducción, buscan la coherencia de los enunciados con
principios previamente establecidos. Las ciencias fácticas deben verificar, contrastar
lo que dicen. Sólo los hechos pueden aprobar o descartar una hipótesis.
M. B. Kedrov y A. Spirkin nos ofrecen una clasificación más amplia de las ciencias:
Ciencias filosóficas:
Dialéctica.
Lógica.
Ciencias matemáticas:
Matemática práctica. (cibernética)
Lógica matemática.
Bioquímica.
Biología y ciencias agropecuarias.
Fisiología y ciencias médicas.
Antropología.
Ciencias Sociales:
Historia.
Arqueología.
Etnografía.
Geografía económica.
Estadística económica-social.
Política.
Economía.
Jurisprudencia.
Lingüística.
Psicología y ciencias pedagógicas.
Pablo Tillic elaboró una clasificación en: Sistema de las ciencias, según los objetos y los
métodos. Las ciencias en forma general serían o del pensamiento (ideales), o de lo real
(existenciales), o de lo espiritual (normativas).
- Medicina.
- Veterinaria.
- Pedagogía.
- Políticas.
Ciencias ideales.
Lógica.
Matemáticas.
Ética (formal).
Estética (formal).
Ciencias reales.
Ciencias naturales.
- Física, astronomía.
- Geología.
- Geografía.
- Paleontología.
- Biología.
- Botánica.
- Zoología.
- Antropología.
- Psicología aclarativa.
Ciencias sociales.
- Psicología comprensiva.
- Sociología.
- Jurisprudencia.
- Ciencias políticas.
- Economía.
- Historia.
- Etnología.
- Etnografía.
- Ciencias lingüísticas.
- Ciencias literarias.
- Ciencias del arte plástico y de la música.
- Ciencias de la religión.
Metafísica.
- Ontología.
- Teoría del conocimiento.
- Filosofía natural.
- Filosofía cultural.
EVALUACIÓN
PREGUNTAS.
RESUMEN
LECTURA
LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA.
Tras el rico período del Renacimiento, durante el cual Europa entró en contacto con la
ciencia de la Antigüedad, la primera mitad del siglo XVII es de una importancia capital
en la historia del pensamiento científico pues ve nacer una nueva ciencia, moderna,
experimental y cuantitativa, que se desarrollará en los siglos siguientes. Los progresos
realizados en las matemáticas son importantísimos: nacen o se renuevan el álgebra, la
teoría de los números, el cálculo de probabilidades, la geometría proyectiva y el cálculo
infinitesimal. Las matemáticas se aplicarán a las diversas ramas de las ciencias físicas:
a la dinámica, constituida en ciencia autónoma desde Galileo a Newton; a la mecánica
celeste, cuyos principios fundamentales formularon Kepler y Newton con los
precedentes copernicanos, y a la óptica. En el campo experimental se produjeron
también enormes progresos gracias a la invención de las lentes y del microscopio, al
descubrimiento de las leyes de la óptica geométrica y al estudio de fenómenos
magnéticos y eléctricos. En medicina se descubre la circulación mayor de la sangre y
se desarrolla la anatomía microscópica. Durante el siglo XVII se sustituyó la física de
las cualidades por la física cuantitativa, el cosmos jerarquizado y cerrado por un
Universo indefinido y el mundo sentido de la percepción inmediata por el mundo
pensado del matemático. Todo eso era nuevo entonces y para descubrirlo era
necesario que se produjera una verdadera revolución, mirar el mundo con ojos nuevos.
En efecto, estos progresos no se entenderían sin la profunda transformación de las
mentalidades y los métodos científicos y sin la participación de investigadores audaces,
todos ellos creadores de la ciencia moderna: Kepler, Galileo, Malebranche, Fermat,
Leibniz, Newton, Bacon, Harvey, Napier, Pascal, Descartes, Gassendi, Torricelli y otros.
El gran mérito de esos científicos fue que descubrieron y establecieron los principios y
las bases de la ciencia moderna. En el terreno de los descubrimientos su aportación fue
impresionante: las leyes de Kepler, la mecánica de Galileo, el sistema circulatorio de
Harvey, la geometría de Descartes, la geología de Stenon, la óptica astronómica de
Newton, etc. ¿Cómo se lograron esos resultados? La solución consistía en derrocar la
idea de investigación y de ciencia que reinaba desde Aristóteles, atacar directamente su
doctrina, sustituir el milagro griego por una nueva forma de contemplar la Naturaleza.
La nueva ciencia fue instaurada al margen de la enseñanza oficial. Esto puede
apreciarse, en primer lugar, en la diversidad de ocupaciones y en el origen social de los
científicos y, en segundo lugar, en las condiciones en que llevaron a cabo su labor
científica. Los críticos de la situación en que se encontraba la enseñanza científica a
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 108
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
principios del siglo XVII coinciden en gran medida en el diagnóstico de sus dolencias. El
crítico más sistemático fue Francis Bacon. En su obra "Advancement of learning" (1605)
y más tarde en su "Novum organum" (1620), así como en el prefacio de la "Instauratio
magna" (1620), ofrecía un diagnóstico mediante la interpretación de la historia del
movimiento científico. En su opinión, sólo habían existido tres sociedades en las cuales,
durante un corto espacio de tiempo, las ciencias progresasen: Grecia, Roma y la
Europa de su tiempo. Pero aún en esos períodos favorables los avances habían sido
vacilantes. Propugnaba como método de investigación una indagación de la naturaleza
de tipo experimental. El fracaso de las ciencias teóricas para acrecentar sus
conocimientos mediante la investigación lo comparaba Bacon al fracaso del sistema
universitario de su época. Científicos como Descartes y Torricelli urgían, por su parte, a
que se procediese a una mayor extensión de los estudios científicos en las
universidades y a una mayor dotación económica a los investigadores. Sin embargo, y
pese a los críticos del sistema educativo universitario, los grandes hombres de ciencia
fueron, sin excepción, graduados universitarios. Fueron las instituciones educativas
tradicionales las que formaban a los hombres. De los estudios obligatorios de la lógica
de Aristóteles y su física aprendieron los elementos de un sistema teórico científico,
adquirieron una experiencia técnica y desembocaron en una nueva filosofía. Si es
verdad que los graduados universitarios adquirieron una formación técnica fuera de la
universidad, fue la formación universitaria recibida la que les hizo comprender la
importancia de crear no sólo una tecnología científica, sino una nueva filosofía
experimental. La ciencia teórica mantenía aún su estructura tradicional en el
"quadrivium" (aritmética, música, geometría y astronomía) para formar a la juventud en
la virtud por medio de las humanidades, que se enriquecían con algo de óptica. Se
estudiaba también medicina y física. La enseñanza tradicional de estos contenidos se
reducía a la lectura y comentario de las obras de Euclides, Tolomeo, Aristóteles, Galeno
y, cuando las circunstancias eran propicias, de autores más recientes. En 1650 ninguna
universidad se había reorganizado conforme a los deseos de los innovadores. Las
aportaciones oficiales se redujeron a la creación de nuevas cátedras y de algún material
(físico, astronómico o botánico).
rechazo de una relación causal entre fenómenos que no estuviesen a la vez ausentes o
presentes. Por su parte, la contribución hecha por Descartes difirió bastante de la
realizada por Galileo o Bacon. El pensamiento de Descartes representó un gran
impacto para sus coetáneos, de influencia duradera gracias a la publicación de su
"Principia philosophiae", en los que intentó una reducción completa de todas las formas
del cambio físico a una sola: el movimiento. La base de la reducción de Descartes
estribaba en la división del mundo creado en dos esencias o naturalezas simples
mutuamente excluyentes: la extensión y el pensamiento. Puesto que el mundo material
no es más que extensión, de la que el movimiento es un modo de ser que se presenta
en diversos estados de complejidad, las leyes de la Naturaleza se identifican con las
leyes del movimiento. La nueva filosofía de Galileo, Kepler, Bacon y Descartes liberó a
las ciencias naturales de sus antiguas ligaduras y las sometió a los hechos y a un
mayor rigor en la apreciación de la exactitud matemática como algo distinto de la
argumentación teórica. Esto condujo a poner cada vez más énfasis en a precisión, tanto
en el cálculo como en la observación, y a enriquecer los sentidos con instrumentos u
órganos artificiales. A este respecto, la primera mitad del siglo XVII estaba destinada a
revelar el latente poder de tales instrumentos más que a aplicarlos. Así, en 1610 se
usaba una especie de microscopio; en 1603 Galileo ideó un termómetro de aire y
perfeccionó el telescopio; hacia 1640 el barómetro tuvo una notable importancia y el
péndulo fue incorporado hacia 1656 por Huygens.
CONDICIONES DE TRABAJO.
En cualquier caso, la situación era muy distinta según los países. Hasta mediados del
siglo XVII la primacía la tuvieron las ciudades italianas, que conservaban la hegemonía
a la hora de ofrecer la más acabada formación científica en sus instituciones y en
donde, desde el siglo XVI, una rica y emprendedora burguesía estaba interesada en los
progresos de las ciencias. Más que en ningún otro lugar, las ciudades y las
universidades italianas de vieja tradición autónoma como Padua, Pisa, Bolonia, Pavía y
Florencia intentaban acaparar para sí los sabios de mayor renombre que hubiese en
Occidente, atraídos, además, por príncipes y mecenas laicos y eclesiásticos. El italiano
y el latín eran consideradas, de esta manera, las primeras lenguas científicas, de tal
manera que los científicos franceses, alemanes, holandeses e ingleses las conocían y
sus impresores las utilizaban en las ediciones de mayor difusión. Fuera de Italia, las
universidades que más cultivaron las ciencias fueron las holandesas Leiden y Utrecht.
En España, la universidad de Salamanca, que durante el siglo XVI había estado a la
cabeza de la enseñanza de la anatomía y de la astronomía de Copérnico, pareció
perder el interés y se refugió en la tradición escolástica. En Francia, sólo la universidad
de Montpellier aceptó la nueva ciencia, pues la Sorbona parisina seguía dominada por
la teología y aferrada al escolasticismo, superada por el "Collége Royal", que acogió a
Gassendi y a Roberval. Por el contrario, fueron mecenas particulares estimulados por la
tradición italiana, como Peiresc, un consejero del Parlamento de Provenza, o como el
cardenal Mazarino, apasionado bibliófilo, los que junto a las grandes ciudades de
provincia favorecieron a los primeros grupos científicos franceses. También en
Inglaterra se favoreció la ciencia desde instancias docentes oficiales, sobre todo en el
"Gresham College" de Londres, que fue el núcleo que, hacia 1660, daría paso a la
constitución de la "Royal Society". La principal crítica que los científicos hacían a las
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 111
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
La Ciencia y el Método
Científico.
Unidad 3
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
Una vez terminado el resumen, debe elaborar un análisis general sobre toda la
Unidad para que afiance lo leído. El análisis debe ser objetivo y discutido con
sus compañeros de CIPA una vez se reúna con ellos.
ATRÉVETE A OPINAR
_______________________________________________
1
Epistemología; ¿Cuáles son sus principales cuestiones,
_______________________________________________
qué es?
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 115
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
2
¿Qué es ciencia, cómo la clasificaría usted?
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
3
¿Sabe algo sobre los paradigmas de Khun?, explique sí
sabe.
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
3.
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
_______________________________________________
UNIDAD 3.
3. LA CIENCIA Y EL MÉTODO CIENTÍFICO.
Un objeto de investigación, por más parcial y parcelario que sea, siempre tiene que ser
definido y construido en función de una problemática teórica que permita someter a un
sistemático examen todos los aspectos de la realidad puestos en relación por los
problemas que le son planteados. Por eso es importante no perder de vista que lo real
no tiene nunca la iniciativa puesto que sólo puede responder si se lo interroga.
Bachelard y Piaget ya postularon que el vector epistemológico va de lo racional a lo real
y no a la inversa.
García es construccionista. Afirma que "ningún sistema global está dado en el punto de
partida de la investigación. El sistema no está definido, pero es definible. Una definición
adecuada sólo puede surgir en cada caso particular en el transcurso de la propia
investigación" (García, 1986: 46), esta afirmación antiempirista niega que las
características del sistema estén dadas y sean accesibles a la experiencia directa de
cualquier "observador neutro".
parte de cero sino que pone en juego un conjunto de teorías o teorizaciones, que
constituyen un corpus de conocimiento a partir del cual abordará dicho problema. La
identificación y la selección de datos, que proveerá el soporte empírico de su estudio,
estarán determinadas por dos elementos: a) cómo define los objetivos de su
investigación orientados fundamentalmente por el tipo de preguntas a las cuales intenta
responder el investigador; b) cómo delimita el campo empírico, es decir, aquellos datos
de la experiencia que serán privilegiados o puestos prominentemente de relieve por la
investigación, en virtud de su relación con el paradigma que sustenta el investigador.
Esta lógica epistémica ayuda a la identificación del papel que desempeñan las teorías
con relación a los observables y los hechos. Su función consiste en tornar inteligibles
los hechos, organizarlos, jerarquizarlos y explicarlos. Todo ello implica necesariamente
establecer relaciones causales entre ellos. Las relaciones causales aparecen, desde
esta perspectiva, como una atribución a la realidad empírica, de relaciones expresadas
desde el punto de vista de necesidad lógica y de coherencia en el seno de la teoría.
Bourdieu y otros (1990) han fundamentado que las técnicas de acopio de información
no son neutrales. Cada técnica tiene implícita una concepción de la realidad. Durante la
construcción de las técnicas es preciso evitar el etnocentrismo metodológico, lingüístico
y ético, que podría llevarnos a introducir categorías ficticias, dictadas por nuestra propia
terminología y nuestros propios criterios axiológicos, entonces sólo crearíamos
artefactos obscurecedores de la construcción del objeto científico.
La ilusión positivista que las técnicas son neutrales limita la crítica del trabajo
sociológico al examen de sus supuestos ideológicos y al de sus valores, apartándose
(por efecto de desplazamiento) del examen crítico del conocimiento sociológico.
Si no hay registro neutral tampoco hay pregunta neutral. El sociólogo que no somete
sus propias interrogaciones a cierta dosis de vigilancia epistemológica, no podría hacer
un análisis verdaderamente neutral de las respuestas que provoca. Por ejemplo, la
concepción del tiempo y espacio varía entre los campesinos y los urbanitas, entre el
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 119
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
"Dado que se puede preguntar cualquier cosa a cualquiera y que casi siempre alguien
tiene buena voluntad para responder cuando menos algo a cualquier pregunta, aun la
más irreal, si quien interroga, carente de una teoría del cuestionario, no se plantea el
problema del significado específico de sus preguntas, corre el peligro de encontrar con
demasiada facilidad una garantía del realismo de sus preguntas en la realidad de las
respuestas" (Bourdieu y otros, 1990: 63). Hay que evitar el etnocentrismo lingüístico y
será posible liberarse de las pre-construcciones del lenguaje más que estableciendo la
dialéctica que lleva a construcciones adecuadas por la confrontación metódica de dos
sistemas de pre-construcciones. Igual vigilancia se debe tener con las conductas y
actitudes estudiadas en determinadas coyunturas, las encuestas están expuestas a
captar sólo las actitudes u opiniones que no valen más allá de los límites de esta
situación. Habrá que remitirse a la historia para descubrir las constantes (sí es que
existen) de reacciones a situaciones nuevas.
No hay una operación por más elemental y automática que sea de tratamiento de la
información que no implique una elección epistemológica e incluso una teoría del
objeto. Del mismo modo, el principio de la neutralidad ética paradójicamente puede
incitar al error epistemológico que aspira prevenir. El investigador que se propone
ignorar las diferencias de valores que los sujetos sociales establecen entre obras
culturales, realiza una transposición ilegítima, en tanto incontrolada, del relativismo al
cual se ve obligado el etnólogo cuando considera culturas correspondientes a
sociedades diferentes. En consecuencia habrá que evitar el etnocentrismo ético.
La renuncia pura y simple ante el dato de una práctica que reduce el cuerpo de
hipótesis a una serie de anticipaciones fragmentarias y pasivas condena a las
manipulaciones ciegas de una técnica y genera automáticamente artefactos,
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 120
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Olvidar que el hecho construido puede no ser otra cosa que un artefacto, es admitir la
posibilidad de aplicar las técnicas a la realidad del objeto al que se las aplica. No es
sorprendente que los que sostienen que un objeto que no se puede captar ni medir por
las técnicas disponibles no tiene existencia científica, se vean llevados, en su práctica,
a no considerar como digno de ser conocido más que lo que puede ser medido, o peor,
a conceder sólo la existencia científica a todo lo que es pasible de ser medido.
"Nada ha retardado más el progreso del conocimiento científico que la falsa doctrina de
lo general que ha reinado desde Aristóteles hasta Bacon inclusive, y que aún
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 121
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
permanece, para tantos espíritus, como una doctrina fundamental del saber. [...] Hay en
efecto un goce intelectual peligroso en una generalización precoz y fácil. Un
psicoanálisis del conocimiento objetivo debe examinar cuidadosamente todas las
seducciones de la facilidad. Es con esta condición que se llegará a una teoría de la
abstracción científica verdaderamente sana, verdaderamente dinámica" (Bachelard,
1990: 66).
Por ejemplo hay que tener cuidado de las generalidades inadecuadas, se describe la
caída de los cuerpos y se concluye: "todos los cuerpos caen". Sin embargo, Aristóteles
enseñó que los cuerpos livianos, humos y vapores, fuego y llama, encontraban en el
empíreo su lugar natural, mientras que los graves buscaban naturalmente la tierra.
Los hábitos puramente verbales son obstáculos del pensamiento científico. La simple
palabra esponja permite expresar los fenómenos más variados. "Esos fenómenos se
expresan: se cree entonces explicarlos. Se les reconoce: se cree entonces conocerlos.
Sin embargo, en los fenómenos designados por la palabra esponja, el espíritu no es la
víctima de una potencia sustancial. La función de la esponja es de una evidencia tan
clara y distinta que ni se siente la necesidad de explicarla. Al explicar los fenómenos
mediante la palabra esponja, se tendrá pues la impresión de caer en un
substancialismo oscuro; tampoco se tendrá la impresión de que se está haciendo
teorías puesto que aquella función es totalmente experimental" (Bachelard, 1990: 88).
Réaumur considera el aire como esponja, y mucho más esponjosa que todos los demás
cuerpos o reunión de cuerpos con los que se pueda comparar. Se comprime, puede ser
enrarecido. Así esta metáfora se aparta de la verdad. Ahí hay una apariencia engañosa.
No es tan fácil desterrar a las metáforas en el exclusivo reino de las expresiones.
Quiérase o no, las metáforas seducen a la razón. Son imágenes particulares y lejanas
que insensiblemente se convierten en esquemas generales. Un psicoanálisis del
conocimiento objetivo debe pues aplicarse a decolorar, sino a borrar, estas imágenes
ingenuas. En la mentalidad científica la analogía desempeña su papel después de la
teoría. En la mentalidad precientífica lo hace antes.
La sustancialización lleva por ejemplo a considerar que los cuerpos livianos se adhieren
a un cuerpo electrizado, he ahí una imagen inmediata de ciertas atracciones. De esta
imagen aislada, que no representa sino un momento del fenómeno total o que debiera
ubicarse en una descripción correcta sin fijar bien su lugar, el espíritu precientífico hará
un medio absoluto de explicación, y, por tanto, inmediato. Dicho de otro modo, el
fenómeno inmediato será tomado como el signo de una propiedad sustancial:
enseguida toda investigación científica será detenida, porque la respuesta sustancialista
sofoca todas las preguntas, se emprende un mal camino donde los falsos problemas
auscultarán experiencias sin valor, cuyo resultado negativo carecerá hasta de papel
advertidor.
esenciales. Es así que Borhaave no titubea en atribuir al agua, como cualidad primaria,
la suavidad; en contraste, para Pott, no es la suavidad, sino la dureza, la cualidad
esencial del agua.
Así como los obstáculos descritos hasta aquí, la libido, los conocimientos cuantitativos,
el mito de la digestión y otros también se comportan como causas de estancamiento y
hasta de retroceso del conocimiento científico, en consecuencia, debemos inducir a que
durante el proceso de construcción de conocimientos científicos se debe aplicar
constantemente una buena dosis de vigilancia epistemológica.
4. La vigilancia epistemológica.
La epistemología se esfuerza por captar la lógica del error para construir la lógica del
descubrimiento de la verdad como debate contra el error y como esfuerzo para someter
las verdades próximas a la ciencia y los métodos que utiliza a una rectificación
metódica y permanente. El investigador puede encontrar un instrumento privilegiado de
vigilancia epistemológica en la sociología del conocimiento, como medio para
enriquecer y precisar el conocimiento del error y de las condiciones que lo hacen
posible.
Bourdieu y otros (1990) reflexionan sobre toda práctica, buena o mala, y de concretar
en preceptos prácticos el principio de vigilancia epistemológica. Luego intenta la
definición de la función y las condiciones de aplicación de los esquemas teóricos para la
construcción del objeto de estudio. Los conceptos y los métodos podrán ser utilizados
como instrumentos que se abren a nuevos usos. Sus reflexiones los llevan a proponer
que el problema de la filiación de una investigación sociológica a una teoría particular
acerca de lo social, la de Marx, la de Weber o la de Durkheim por ejemplo, es siempre
secundario respecto del problema de la pertenencia de esta investigación a la ciencia
sociológica: el único criterio de esta pertenencia reside en la aplicación de los principios
fundamentales de la teoría del conocimiento sociológico que de ningún modo separa a
autores a los que todo aleja en el plano de la teoría del sistema social. Aunque la
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 124
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
mayoría de ellos han llegado a confundir su teoría particular del sistema social con la
teoría del conocimiento de lo social que abrazaban, por lo menos implícitamente en su
práctica sociológica, el proyecto epistemológico puede permitirse esta distinción
preliminar para vincular autores cuyas oposiciones doctrinarias ocultan el acuerdo
epistemológico.
Hay necesidad de desarrollar los medios para adquirir una disposición mental que sea
condición de la invención y de la prueba. "Si va de suyo que los automatismos
adquiridos posibilitan la economía de una invención permanente, hay que cuidarse de la
creencia de que el sujeto de la creación científica es un automaton spirituale que
obedece a los organizados mecanismos de una programación metodológica constituida
de una vez para siempre, y, por tanto, encerrar al investigador en los límites de una
ciega sumisión a un programa que excluye la reflexión sobre el programa, reflexión que
es condición de invención de nuevos programas" (Bourdieu y otros, 1990: 18).
El conocer –postula Bachelard- debe evolucionar junto con lo conocido. Lo que equivale
a afirmar que es inútil buscar una lógica anterior y exterior a la historia de la ciencia que
se está haciendo. Para captar los procedimientos de la investigación es necesario
analizar como operan en lugar de encerrarla en la observancia de un decálogo de
procedimientos que quizá no deban parecer adelantados respecto de la práctica real
sino por el hecho de que son definidos por adelantado. La fascinación por el hecho de
que en matemáticas evitar el error es cuestión de técnica, se pretende definir la verdad
como el producto de una actividad intelectual que responde a ciertas normas. La
exhortación insistente por una perfección metodológica puede provocar un
desplazamiento de la vigilancia epistemológica. El ritual de procedimientos es la
caricatura del rigor metodológico y es opuesto a la vigilancia epistemológica.
Bourdieu comenta sobre los tres grados de la vigilancia de Bachelard: El primero, como
espera de lo esperado o aun como atención a lo inesperado, es una actitud del espíritu
empirista. Segundo, supone la explicitación de los métodos y la vigilancia metódica
indispensable para la aplicación metódica de los métodos; en este nivel se implanta el
control mutuo del racionalismo y el empirismo mediante el ejercicio de un racionalismo
aplicado que es la condición de la explicitación de las relaciones adecuadas entre la
teoría y la experiencia. Tercero, aparece la interrogación propiamente epistemológica,
la única capaz de romper con el "absoluto del método" como sistema de las "censuras
de la Razón", y con los falsos absolutos de la cultura tradicional que puede seguir
actuando en la vigilancia del segundo grado. La libertad, tanto respecto de la cultura
tradicional como de la historia empírica de las ciencias, obtenida por esta "crítica
aguda", conduce a un "pragmatismo sobrenaturalizante" que busca en una historia
recompuesta de los métodos y las teorías un medio para superar los métodos y las
teorías. Así, la sociología del conocimiento y de la cultura y la sociología de la
enseñanza de las ciencias, es un instrumento casi indispensable de la vigilancia del
tercer grado.
La metodología de Popper implica tener una posición crítica para reconocer que los
enunciados son teorías, y éstas, no dejan de ser meras conjeturas; verificar la solidez
de una teoría por medio de la contrastación deductiva y su acercamiento a la verdad
mediante la demarcación y la falsificación o contrastabilidad. El procedimiento del
conocimiento es el método de ensayo y eliminación de error. Para Popper, la
metodología será científica si el proceso de conocimiento se desarrolla en la tríada:
problema-conjetura-refutación (crítica).
en algunas ocasiones nos podemos dar cuenta que el conocimiento que se tienen de la
realidad va aumentando.
No obstante, algunas teorías son admitidas como enunciados verdaderos, para verificar
esa afirmación se requiere hacer una contrastabilidad por medio de: 1) La comparación
lógica de las conclusiones unas con otras (verifica la coherencia interna del sistema); 2)
El estudio de la forma lógica de la teoría (para determinar su carácter empírico o
científico); 3) Comparación con otras teorías para examinar si la teoría es un adelanto
científico; 4) Contrastarla por medio de la aplicación empírica.
La ciencia progresa mediante su falsación. Se dice que una hipótesis está falsada si
fueron aceptados los enunciados básicos que la contradigan. La falsación es aceptada
sólo si se propone y corrobora una hipótesis empírica y se la denomina hipótesis
falsadora. El requisito de que la hipótesis falsadora ha de ser empírica y, por tanto,
falsable, quiere decir exclusivamente que debe encontrase en cierta relación lógica con
respecto a los posibles enunciados básicos, así pues, lo que exigimos atañe sólo a la
forma lógica de la hipótesis.
Entre varias teorías, estos son los criterios para preferir unas frente a otras: Sólo hay
preferencia cuando existen teorías rivales que ofrecen soluciones a los mismos
problemas. Debe interesarse por la falsedad. Si supera el enunciado falso se aproxima
más a la verdad. Aún cuando no se refute la nueva teoría por una nueva contrastación
se le considerará superior a su antecesora. Considerar posible la falsedad de cualquier
teoría. Construir una ley falsadora. El sistema de eliminación de teorías nos llevará
hacia la verdad (aproximativa). La existencia de varias teorías reinicia el proceso. La
teoría nueva contiene la vieja. Este es un método crítico.
4. La hermenéutica.
5. La metodología en el marxismo.
Por último, los rasgos del método marxista son: 1) analítico, porque
abstrae los aspectos más relevantes, 2) histórico: explica las diversas
formas de desarrollo, y 3) estructural, pretende descubrir la estructura
interna o sistema de vínculos.
Gutiérrez (1986) expone que Paul Feyerabend elabora la idea de negar el método como
método. Feyerabend postula que la negación también se constituye en un método.
Desarrolla la idea de un método que contenga principios científicos, inalterables y
obligatorios que entra en dificultades al ser confrontada con los resultados de la
investigación histórica. Encuentra que no hay una sola regla que no sea infringida en
una ocasión o en otra. Esas infracciones no son accidentales, sino necesarias para el
progreso. La revolución copernicana o el surgimiento del atomismo ocurrieron fuera de
las reglas o porque las violentaron. Resulta, pues, sugestiva la idea que los avances se
han realizado porque no se respetaron los métodos rígidos. El "todo vale" es el único
principio de la metodología anarquista.
en caracteres muy concretos: el color de las semillas, o el color de las flores, y estudia
como se hereda esa única característica.
De esta forma se consigue conocer la realidad con una gran eficacia y se han podido
desarrollar las tecnologías que tan profundamente influyen en nuestra forma de vivir.
Qué es la Ciencia.
La palabra Ciencia (del latín scientia) significa conocer o discernir. Indica lo que se
conoce a través de la observación, el estudio y la experimentación. Francis Bacon, uno
de los fundadores de la ciencia moderna, al meditar sobre lo que era el conocimiento y
como adquirirlo propuso la siguiente regla: observa, mide, explica y luego verifica.
Se usa el término "ciencia" con dos significados algo distintos que conviene distinguir.
Por un lado para designar el conjunto de conocimientos adquiridos a través de la
observación, el estudio y la experimentación; y, por otro, para llamar al método por el
cual obtenemos estos conocimientos.
El conocimiento científico.
Las proposiciones que hace la ciencia deben tener una serie de características. Deben
poseer precisión y objetividad; usar un lenguaje abstracto especializado; y ser el
resultado de un análisis disciplinado y concienzudo de la experiencia.
El comienzo de una investigación científica es un trabajo muy creativo que suele partir
de una suposición, un presentimiento o una idea de como pueden ser las cosas. El
científico convierte esta idea previa en una hipótesis, es decir, un problema que se
pueda investigar con los medios de que dispone. En muchas ocasiones el éxito de su
Una vez que el científico comienza a trabajar en un problema la inspiración debe estar
acompañada de un trabajo sistemático y cuidadoso. Para lograr resultados buenos
hace falta una combinación compleja de razonamientos y experiencia.
Los conocimientos científicos se tienen que poder comprobar y verificar. Por eso tienen
que ser observaciones o experimentos que otros científicos puedan repetir para
confirmar la exactitud de lo observado o medido.
Todo hallazgo o trabajo científico debe ser publicado para que sea analizado y
contrastado por otros investigadores.
Ciencia y técnica
La ciencia y la técnica están estrechamente relacionadas entre sí, pero son dos cosas
distintas.
Cada vez más los avances técnicos condicionan el progreso de la ciencia y la forma de
vida de nuestras sociedades. Es claro, por ejemplo, que el desarrollo de ordenadores
cada vez más potentes ha hecho posibles investigaciones científicas y trabajos
matemáticos imposibles hasta hace unos años.
La decisión sobre qué temas se van a investigar y que tecnologías nuevas se van a
desarrollar no es algo que esté en manos de los científicos solamente. En la actualidad
los programas de investigación exigen inversiones tan fuertes que sólo con la
colaboración de los poderes públicos y de las grandes empresas se pueden llevar a
cabo. Esto significa que, en nuestra época, las decisiones políticas y los intereses
sociales condicionan la ciencia y la tecnología de forma casi total.
Por otra parte el efecto que producen la ciencia y la tecnología en la sociedad es tan
importante que influyen dramáticamente en lo que será el futuro de la humanidad. Hay
que procurar que la ciencia que se haga sirva para progresar, no para retroceder o
destruir. Por esto es muy importante que todos los ciudadanos conozcan los
fundamentos de la ciencia y la técnica moderna y sus repercusiones, para que puedan
juzgar con acierto e intervenir en la selección de los campos de investigación que
deben ser potenciados.
En ocasiones una novedad con efectos muy positivos tiene efectos secundarios no
deseables. A veces se puede determinar que los efectos negativos son suficientemente
reducidos como para admitirlos. Esto es muy frecuente en el caso de algunos
contaminantes. Por ejemplo, si no quisiéramos que hubiera óxidos de azufre o de
nitrógeno de origen artificial en la atmósfera, tendríamos que renunciar a todos los
automóviles y a la energía que se obtiene por procesos de combustión. Obviamente
eso sería una exageración desproporcionada. Lo que hacemos es procurar que sea
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 137
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
En otras ocasiones usamos productos que presentan grandes ventajas pero que, con el
paso del tiempo, se descubre que producen efectos secundarios tan indeseables que
llevan a dejar de usarlos. Ha sido el caso, por ejemplo, de los CFC, productos
formidables por muchas de sus propiedades, pero de los que se descubrió al cabo del
tiempo que causaban la destrucción de la capa de ozono. Su fabricación se ha
paralizado y se han buscado otras alternativas para sus aplicaciones.
"Las teorías son redes que lanzamos para apresar aquello que llamamos "mundo":
para racionalizarlo y dominarlo. Y tratamos de que la maya sea cada vez más fina" (La
lógica de la investigación científica, Popper, 1959)
Es por tanto claro que el concepto método, lo definiremos con carácter general, como el
camino para alcanzar cierto fin o un procedimiento para tratar un conjunto de
problemas. En el terreno científico será un camino definido por unas reglas que
utilizamos para el descubrimiento de una verdad que desconocemos. Podemos
delimitar aún más esta idea y definir el método científico como el conjunto de
procedimientos de investigación de conceptos, teorías y principios de razonamiento
utilizados en una parte concreta del conocimiento humano. Más formalmente, Machlup
(1978, pág. 54) lo define de la siguiente forma: “La metodología es el estudio de los
principios de discriminación que guía a los investigadores a decidir si se aceptan o
rechazan ciertas proposiciones como una parte de un cuerpo de conocimiento”. Para
Oscar Lange (1966, pág. 94): “El método en las ciencias es un caso particular del
método comprendido en sentido amplio, en efecto, la investigación científica es la
acción humana que tiene un fina definido y que tiende a conocer la realidad y las leyes
que la rigen”. Para Bunge (1985, pág.29): “El método científico y la finalidad a la cual se
aplica constituyen la entera diferencia que existe entre la ciencia y la no-ciencia.
Gibson (1982, pág. 15) define el método de investigación como científico si posee las
siguientes características:
5. Objetividad. Es un método objetivo, nadie puede estar influido por las circunstancias
generales en que se desenvuelve la investigación cuando se elaboran afirmaciones
que se deducen de la experiencia.
El conocimiento para poder ser considerado como científico debe reunir al menos dos
rasgos singulares mínimos, tal y como genéricamente viene afirmando la doctrina
(Bunge, 1973) que son las características de objetividad y racionalidad. No obstante,
esto no significa que el conocimiento ordinario carezca de tales atributos, ya que tanto
el sentido común como la ciencia son críticos y aspiran a ser coherentes, y a no
efectuar especulaciones sin control, intentando adaptarse a los hechos.
En este sentido, los enunciados científicos, a juicio del citado autor, son opiniones
fundadas y contrastables, a diferencia de las de la experiencia común que no son
susceptibles de contrastación o prueba, ya que rara vez resultan dignos de duda, y de
ahí que sean científicamente irrelevantes.
“a) Que está constituida por conceptos, juicios y raciocinios, y no por sensaciones,
imágenes pautas de conducta, etc.”.
“b) Que esas ideas pueden combinarse de acuerdo con algún conjunto de reglas
lógicas, con el fin de producir nuevas ideas. Estas no son estrictamente nuevas desde
un punto de vista lógico, puesto que están implicadas por las premisas de la deducción;
pero son gnoseológicamente nuevas, en la medida en que expresan conocimientos de
los que no se tenía conciencia antes de efectuarse la deducción”.
En cuanto a la objetividad, podríamos apuntar, como señala Bunge (1980), que viene
caracterizada por una construcción de imágenes de la realidad que sean verdaderas e
impersonales, de tal forma que los enunciados científicos han de ser contrastables
intersubjetivamente. A este respecto Popper (1973) cuestiona estos matices
asegurando que toda persona es una víctima de su propio sistema de prejuicios, de
manera que difícilmente un investigador, a título individual, puede ser objetivo. La
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 140
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
objetividad -viene a decir el citado autor (Popper, 1982) - se encuentra ligada al aspecto
social del método científico, al hecho de que la ciencia y la objetividad científica no
resultan de los esfuerzos de sólo un hombre de ciencia individual por ser objetivo, sino
más bien de la cooperación de muchos hombres de ciencia. En el mismo sentido se
manifiesta Kant al asegurar que la objetividad de los enunciados se encuentra
estrechamente ligada con la construcción de las teorías de forma tal que, cuando algo
es válido para quien esté en uso de razón, entonces su fundamento, además de
suficiente, es objetivo.
Así, el profesor Álvarez Melcón (1978a) considera que las características principales del
conocimiento científico se concretan en su aspecto crítico intersubjetivo y basado en la
experiencia, poniendo mayor acentuación en uno u otro sentido según las diferentes
concepciones epistemológicas. De ahí que -apunta el mencionado autor- llegue a una
cierta ambigüedad respecto al sentido que recibe el quehacer científico. Parece
oportuno, por tanto, la existencia de una opción colectiva en relación con lo que se
entiende por ciencia, aunque reconoce que tal circunstancia sólo es posible mediante la
adhesión a un propósito de convención como consecuencia de un estudio
epistemológico normativo o proyectivo.
Por su parte, Bunge (1980) considera que la verdadera diferencia existente entre la
ciencia y la no-ciencia se encuentra en el método científico y la finalidad a la cual se
aplica, asegurando que “donde no hay método científico, no hay ciencia”.
Para Popper, la actitud crítica es un requisito del científico puro, entendiendo que el
trabajo del científico consiste en proponer teorías y en contrastarlas (Popper, 1980). A
su entender (Popper, 1967), las teorías científicas no son simplemente los resultados
de la observación. La ciencia -es cierto- no encuentra su origen en la observación, pero
conduce a nuevas observaciones, cumpliendo su cometido pleno tan sólo en el
rechazo, la eliminación y la crítica de las teorías, cuyo estímulo nos conduce a otras
nuevas.
Wartofsky (1973), por su parte, afirma que la característica más importante del
conocimiento científico se concreta en ser explícito y rentable, además de concebir la
crítica como algo natural. Para que exista esa crítica es necesario que el “objeto de la
misma se articule, de modo muy claro, como objeto de reflexión consciente y deje de
ser tácito. Ser crítico con respecto a la experiencia requiere formularla de tal modo que
pueda pasar a constituir objeto de reflexión”.
Bunge (1975, pág. 9) nos proporciona varias definiciones y descripciones que nos
aproximan al concepto de ciencia. Así, entiende que la ciencia puede caracterizarse
como “conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y, por consiguiente,
falible”. Considera que ciencia es “un bien por sí mismo, esto es, como un sistema de
ideas establecidas provisionalmente –conocimiento científico-“. Más recientemente,
Bunge (1985, pág. 10) la define como “el estudio de la realidad por medio del método
científico y con el fin de descubrir las leyes de las cosas”.
Otros autores más próximos a la disciplina que nos ocupa, prefieren entender la ciencia
como “Cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos para
perfeccionarlo” (Schumpeter, 1982, pág.41), en el mismo sentido es posible aportar otra
definición de ciencia debida al Profesor Castañeda (1968, pág. 11): “Una ciencia es,
pues, un conjunto sistemático de cuestiones y proposiciones referentes a un objeto y
elaboradas con criterios de verdad y certeza”.
La búsqueda de respuestas a todos los acontecimientos que inciden en la vida real del
ser humano ha originado, desde siempre, la continua preocupación de éste por el saber
y la verdad, esto es, por los términos caracterizadores de la ciencia. El hombre ha
sentido, desde sus orígenes, la necesidad de comprender, cuando el conocimiento
sobre algún hecho alcanza un grado de interés generalizado; “...a la confianza con lo
habitual, en las cosas en que no se repara, sucede la desconfianza, la desorientación...”
(Ortega y Gasset, 1966a).
Tradicionalmente, y hasta el siglo pasado, era mantenida por gran parte de los filósofos
la convicción casi generalizada de la validez incontestable de las teorías, de ahí que la
mera aceptación de un conocimiento como válido podía hacer pensar en el método que
lo había permitido alcanzar.
Tal idea es posible que se derive de la interpretación etimológica del término, como el
camino que ha de recorrer la mente en la búsqueda de la verdad, "como si se tratara de
una vía ineludible que necesariamente hay que recorrer en la elaboración de un cuerpo
de conocimientos para que su estructura merezca la calificación de científica" (Carreras
Artau, 1955).
En lo que se refiere a su clasificación, muchos han sido los intentos de ofrecer una
tipología de las mismas. Una primera clasificación general discierne entre ciencias
humanas y ciencias de la naturaleza. Particularmente nos sentimos atraídos por la
clasificación del Profesor Bunge, distinguiendo entre ciencias formales y ciencias
factuales o empíricas: “La diferencia primera y más notable entre las varias ciencias es
la que se presenta entre ciencias formales y ciencias fácticas, o sea, entre las que
estudian ideas y las que estudian hechos. La lógica y la matemática son ciencias
formales, no se refieren a nada que se encuentre en la realidad, y por tanto, no pueden
utilizar nuestros contactos con la realidad para convalidar sus fórmulas. La física y la
economía se encuentran en cambio entre las ciencias fácticas, se refieren a hechos que
se supone ocurren en el mundo, y, consiguientemente, tienen que apelar a la
experiencia para contratar sus fórmulas” (Bunge, 1985, Pág.38).
La ciencia formal, por tanto, estudia las ideas y utiliza como principios de razonamiento
las reglas de la lógica y las matemáticas. La lógica sirve a las demás ciencias para
aclarar y analizar las verdades propias de su objeto, proporciona un método para
analizar las estructuras de las ciencias, sus conocimientos principales, así como para
ver la manera de relacionarlos y resumirlos hasta llegar a sus conclusiones. Las
Matemáticas proporcionan el instrumento de formalización decisivo, con el que las
ciencias resultan más comprensivas y universales. La ciencia factual o empírica es
aquella que analiza los hechos, la relación entre los fenómenos que se observan, trata
de explicar la realidad y predecir los acontecimientos. Bunge (1975, pág. 15) establece
un amplio abanico de características de las ciencias factuales y de los elementos que
identifican al conocimiento científico*:
1. El conocimiento científico es fáctico: “parte de los hechos, los respeta hasta cierto
punto, y siempre vuelve a ellos”. Toda ciencia empírica comienza con una observación
de los hechos y fenómenos que le interesan y los estudia sin modificarlos, si ello no es
posible, los cambios serán objetivos, nunca arbitrarios.
11. La ciencia es explicativa (“Intenta explicar los hechos en términos de leyes y las
leyes en términos de principios”). Los científicos, además de saber como son los
fenómenos buscan sus causas.
14. La ciencia es útil (“Busca la verdad y por ello la ciencia es eficaz para proveer
herramientas para el bien o para el mal”).
Las ciencias factuales o empíricas se pueden clasificar en tres grandes grupos: ciencias
de la materia, biológicas y humanas. Las dos primeras son ciencias naturales y por
tanto son empíricas y experimentales. Un ejemplo de una ciencia experimental es la
química. Los datos químicos provienen de un modelo teórico cuidadosamente
especificado y se corresponde con el establecimiento de un experimento controlado.
Las ciencias sociales son las que tienen por objeto el estudio de los fenómenos en lo
que intervienen las personas actuando en grupos organizados. Dentro de las ciencias
sociales Jean Piaget considera cuatro grandes grupos de materias realizadas por el
hombre dentro de la sociedad (Piaget, 1973)):
• Ciencias Nomotéticas
• Ciencias Históricas
• Ciencias Jurídicas
• Ciencias Filosóficas
Las ciencias históricas del hombre son “aquellas disciplinas que tienen por objeto
reconstruir y comprender el desarrollo de todas las manifestaciones de la vida social a
través del tiempo” (Piaget 1973, pág. 47).Las ciencias jurídicas se dedican al estudio de
las normas, esto es, del debe ser. Finalmente, las disciplinas filosóficas, intentan
alcanzar “una coordinación general de los valores humanos” (Piaget 1973, pág. 51).
Las denominadas ciencias nomotéticas las define como: “Aquellas disciplinas que
intentan llegar a establecer leyes en el sentido, algunas veces de relaciones
cuantitativas relativamente constantes y expresables en forma de funciones
matemáticas, pero también en el sentido de hechos generales o de relaciones ordinales
de análisis estructurales, etc., traduciéndose por medio del lenguaje ordinario o de un
lenguaje más o menos formalizado” (Piaget, 1973, pág. 46). Piaget destaca como
características principales de las ciencias nomotéticas las siguientes (Piaget, 1973,
pág.47):
El objetivo e estas clasificaciones, parece claro que la economía es una ciencia social,
ya que tiene por objeto el estudio de los fenómenos en los que intervienen las personas
actuando en grupos organizados y, como analizaremos más adelante, sigue un método
científico. Además, los rasgos de nuestra ciencia son los señalados para las ciencias
nomotéticas en general, sin embargo, retomando otra clasificación de las ciencia entre
experimentales y no experimentales (categorización que refleja los diferentes caminos
para la obtención de los datos y que tiene gran relevancia sobre todo en la forma en
que los datos se utilizan para investigar cuestiones de interés y realizar inferencias
sobre el mundo real), quedaría enclavada, además, dentro de las ciencias no
experimentales.
cuestión-, una "fusión de horizontes" con respecto a su propuesta. Es así que a título de
comienzo podemos indicar que entabla un debate contra el cientificismo, a través del
cual lucha contra el positivismo ingenuo (y por que no también, ingenuo positivismo).
Este debate se sustenta sobre una serie de pilares tales como: el fenómeno de la
comprensión como modo de ser en el mundo y en la historia; el carácter
irreductiblemente lingüístico de nuestra relación con el mundo y con los demás; la
conciencia de la fínitud tanto de la voluntad como de la comprensión.
"La cuestión que nosotros planteamos intenta descubrir y hacer consciente algo que la
mencionada disputa metodológica (hace referencia a la disputa metodológica entre las
ciencias del espíritu y la moderna ciencia natural), acabó ocultando y desconociendo
algo que no supone tanto limitación o restricción de la ciencia moderna cuanto un
aspecto que le precede y que en parte la hace posible". (3) (el paréntesis es mío).
seguramente tan sólo apropiarse una opinión trasmitida o reconocer lo consagrado por
la tradición. Heidegger, que es el primero que cualificó el concepto de la comprensión
como determinación universal del estar ahí, se refiere con él precisamente al carácter
de proyecto de la comprensión, esto es, a la "futuridad del estar ahí". (5)
Es así que reconoce junto a Heidegger que la realidad es condición de ser existente,
pero también reconoce que la adecuación cognoscente-conocido, es decir, entre el que
conoce y lo que es conocido tiene un peculiar modo de ser que es común a ambos. De
este modo, la relación con el mundo no la comprende ni desde un punto de vista
objetivista ni subjetivista; ni subsumiendo el objeto al sujeto ni el sujeto al objeto.
Volviendo a la frase del comienzo, podemos afirmar que en tanto que seres "arrojados"
al mundo, nuestro modo de ser en el mismo implica que este se nos presente como un
obstáculo, una resistencia que nos obliga a comportarnos como seres que
comprendemos, y comprender no es tan sólo un tipo de actividad propia que
desarrollemos sino que es parte constitutiva de nuestra existencia.
El mundo en que vivimos, el "lewensfeld" husserliano -que está pre-dado y que es base
para toda praxis-, se nos presenta así como lo otro que nos enfrenta a nuestra
conciencia de la finitud de la experiencia humana en tanto que constantemente está
poniendo límites que es necesario trascender, superar. Esta conciencia de la finitud es
el resultado de la experiencia humana en el mundo y es además, un irreductible del
análisis al cual llegamos a través de la limitación de toda previsión humana. En este
sentido, para Gadamer la conciencia humana es limitada. La existencia del hombre es
entonces el mundo, pero además, el mundo es un otro que se nos presenta como
interpelación y como obstáculo.
"Ganar un horizonte quiere decir siempre aprender a ver más allá de lo cercano y de lo
muy cercano, no desatenderlo, sino precisamente verlo mejor integrándolo en un todo
más grande y en patrones más correctos". (8)
"La fusión tiene lugar constantemente en el dominio de la tradición; pues en ella lo viejo
y lo nuevo crecen siempre juntos hacia una validez llena de vida, sin que lo uno ni lo
otro lleguen a destacarse explícitamente por sí mismos". (10)
Sí bien ésta fusión de horizontes tiene lugar en forma constante, debemos tener
presente que cada vez que comprendemos lo hacemos de modo diferente, es decir,
comprendemos desde nuestra "actualidad", pero también es menester tener en cuenta
que la conciencia de la finitud pone límites a la experiencia humana y del mundo, y que
por ende, no podemos abarcar ni comprenderlo todo. "La experiencia es pues, una
experiencia de la finitud humana". (11)
En este sentido podemos afirmar que no se conoce la "cosa en sí" sino que lo que se
logra con la comprensión es una unidad de sentido que se da en base a acuerdos, es
decir, no hay fenómenos sino interpretaciones de los fenómenos.
Esto nos conduce a considerar al hombre también como un "ser histórico", en tanto que
en el proceso y experiencia del comprender no se participa acríticamente como meros
espectadores sino en tanto que partícipes ubicados en la historia. Y esto es lo que
Gadamer denomina "historia efectual", es la estructura de la comprensión y que
predispone la apertura del mundo, es decir, se comprende siempre desde y dentro de
determinado contexto. Historia efectual en tanto que siempre la experimentamos desde
adentro y siempre nos encontramos en la historia, la cual transcurre permanentemente
y es parte constitutiva de nuestra historia personal en tanto que seres en el mundo. Es
algo que nos precedió y de lo cual no podemos escapar.
La tradición es esa "historia" dentro de la cual nos encontramos inmersos, la cual nos
constituye y a la cual constituimos a través de un proceso dialéctico continuo y
dinámico.
De esta manera llegamos a comprender -en el sentido gadameriano del término-, que
podemos hablar del mundo y de nosotros de múltiples maneras; el problema es que lo
que se dice ha de permanecer en una forma predecible pero no definida en cuanto a su
relación con lo dicho, es decir, no todo se dice y no todo se comprende.
Lenguaje y comprensión son entonces aspectos inseparables del ser en el mundo. "...
esta fusión de horizontes que tiene lugar en la comprensión es el rendimiento genuino
del lenguaje". (13)
El ser que puede ser comprendido es lenguaje. Todo comprender es interpretar y toda
interpretación se da en medio del lenguaje que se abre a lo otro, en una palabra, la
realidad no está a espaldas del lenguaje. Y en este sentido, tener lenguaje es tener
mundo porque no lo dominamos como la ciencia a los objetos y además, no lo creamos
conscientemente (al mundo), sino que ya estamos en él. Tener mundo es comportarse
con respecto al mundo en el mundo. El lenguaje no es así un instrumento sino el mundo
en que vivimos desde el comienzo.
Los problemas para falsar concluyentemente una teoría, ya que los enunciados
observables dependen de la propia teoría, así como la dificultad de progreso científico
si se aplica de forma radical el falsacionismo, llevaron a algunos investigadores a
meditar sobre la resistencia al cambio en las teorías científicas por el hecho de que no
se encuentran aisladas sino que funcionan como estructuras organizadas. Entre estos
autores, y dentro de la denominada escuela histórica, destaca Kuhn, quien en su obra
Kuhn señala que las ciencias progresan cíclicamente comenzando por un paradigma
aceptado por la comunidad científica e investigado durante un período de ciencia
normal. La ciencia normal intenta adecuar la teoría a la práctica, pero pueden existir
ciertas discrepancias. Estas discrepancias si no son resueltas se convierten en
anomalías, y si éstas se acumulan se produce una crisis que conlleva la caída del
antiguo paradigma, y el surgimiento de una revolución científica en la que el antiguo
paradigma es reemplazado por uno nuevo incompatible con el anterior. Por tanto, para
este autor, la ciencia no se desarrolla por medio de la acumulación de descubrimientos
o inventos individuales, sino que se forma como proceso de ruptura con lo anterior. En
el proceso de traslación -nos recuerda Wells (1976) - del viejo conjunto de ideas al
nuevo, la comunidad de científicos sigue un número de pasos determinados:
2. Período de inseguridad.
En cualquier caso, las teorías articuladas no dejan de ser científicas por el hecho de
que hayan sido descartadas. Sin embargo, es difícil poder considerar el desarrollo como
un proceso de acumulación. La investigación histórica misma, que muestra las
dificultades para aislar inventos y descubrimientos individuales, proporciona las bases
para abrigar dudas profundas sobre el proceso de acumulación, por medio del que se
creía que había surgido esas contribuciones individuales a la ciencia (Kuhn, 1971).
La amplitud del concepto de paradigma hace que Kuhn admita la imprecisión del
término y posteriormente lo sustituya por el de “matriz disciplinaria” (disciplinaria,
porque se refiere al patrimonio común de los que practican una disciplina, y matriz,
porque alude a un conjunto ordenado de elementos de diversa naturaleza que
requieren especificación adicional): “Una matriz disciplinar está compuesta de
paradigmas, partes de paradigmas que constituyen una unidad y funcionan
conjuntamente” (Katouzian, 1982, pág. 123).
• Periodo de confusión
• Nuevamente ciencia normal, integrada por los nuevos paradigmas aceptados, con lo
que el proceso dialéctico inicia un nuevo ciclo.
El camino abierto por Kuhn apunta, pues, no sólo a una concepción diferente a la
popperiana de progreso científico y de racionalidad científica, sino que también propicia
cierta reflexión sobre la finalidad de las ciencias, las responsabilidades de la praxis
científica y, encontrando una perspectiva hacia la epistemología social de la ciencia
(Mardones y Ursa, 1982).
Kuhn ofrece una teoría del progreso científico en la que la ciencia normal es lo habitual
y la revolución lo excepcional, realizándose la aceptación de la falsación por parte de la
comunidad científica con carácter extraordinario.
A lo largo de un período de ciencia normal, las teorías y principios que dan lugar a un
paradigma son aceptados de forma indiscutida en la comunidad científica, originándose
un proceso de perfeccionamiento del mismo. Como afirma el profesor Quintanilla
(1976), “la actividad científica en estas épocas se limita a ser una tarea de resolver
rompecabezas más o menos nuevos con ayuda de los instrumentos tradicionales. Se
trataría, en cierto modo, de un proceso en el que lo único que acontece es que aumenta
el campo de las experiencias a las que se aplican unas teorías y procedimientos
dados...”. Y como indica Schwartz (1972), durante las épocas de ciencia normal “la
comunidad científica trabaja sobre la base de un paradigma o teoría común indiscutida;
los científicos se ocupan principalmente de resolver los acertijos que plantea tal
paradigma. Lejos de querer refutarlo buscando contraejemplos fácticos, los científicos,
en épocas normales, consideran los hechos que no corresponden a lo predicho por el
paradigma como anomalías que, o se resuelven, o se archivan, o se toman como
muestra de la incapacidad del experimentador. La acumulación de anomalías, sin
embargo, crea un ambiente de crisis en la comunidad científica; cuanto más se
prolongue la crisis, más probable es la aparición -a menudo simultánea en varios
lugares distintos- de un nuevo paradigma, que resultará en otra época de ciencia
normal. Lejos de abandonar, pues, sus teorías a la primera señal de refutación, los
científicos tienden a mantenerlas contra las anomalías hasta tanto no tienen otro
paradigma más satisfactorio al que acogerse”.
Kuhn (1971) señala, por su parte, que “el descubrimiento comienza con la percepción
de la anomalía, o sea, con el reconocimiento de que en cierto modo la naturaleza ha
violado las expectativas inducidas por el paradigma, que rige a la ciencia normal”. Esta
sustitución de paradigmas tiene lugar cuando la energía de una crisis y un paradigma
alternativo se satisfacen. Ese es el punto donde la resistencia al cambio se debilita y
acaba por derrumbarse.
De esta forma, con el establecimiento del nuevo paradigma se consigue cumplir tres
importantes exigencias (Katauzian, 1982): “Ofrece una solución a la crisis científica;
proporciona una nueva visión del mundo; y finalmente ofrece una agenda de
investigación alternativa sobre la que los científicos trabajen”.
De otro lado, cabe señalar que la tesis defendida por Kuhn estaba dirigida, en cierto
modo, a criticar la metodología de Popper. Como es sabido, este autor niega la
existencia de todo procedimiento de verificación, y en su lugar hace hincapié en la
importancia de la falsación, esto es de la prueba que, debido a que su resultado es
negativo, hace necesario rechazar una teoría establecida. En este sentido, Kuhn (1971)
señala “el papel que en este ensayo atribuimos a las experiencias anómalas; o sea, a
las experiencias que, al provocar crisis, preparan el camino hacia una nueva teoría. Sin
EPISTEMOLOGÍA - CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE. 155
Teorías Filosóficas del Conocimiento. - Unidad 1.
Cabe añadir, que la principal novedad aportada por este autor es, en opinión de Medina
(1989), el concepto de paradigma, y que las principales diferencias que lo separan de
los positivistas se encuentran en la sustitución del individuo por la comunidad científica
y la teoría por el paradigma, así como la eliminación de la acumulación lineal de hechos
y teorías por las fases normales y revolucionarias en la ciencia (Medina, 1989).
Por último, señalar, que motivado por las críticas recibidas por la imprecisión del
concepto de paradigma, Kuhn (1971) sugiere la utilización del término “matriz
disciplinar” en sustitución de este último, porque se refiere a la posesión común de los
practicantes de una disciplina particular y está compuesta por elementos ordenados de
varios tipos. Estos elementos serían los que a continuación se exponen:
3. Valore: son los elementos que más hacen en pro de considerar a la comunidad
científica como un todo. Su importancia particular surge cuando los miembros de una
comunidad científica deben identificar las crisis o, posteriormente, elegir entre teorías.
RESUMEN
La principal novedad aportada por Khun es, en opinión de Medina (1989), el concepto
de paradigma, y que las principales diferencias que lo separan de los positivistas se
encuentran en la sustitución del individuo por la comunidad científica y la teoría por el
paradigma, así como la eliminación de la acumulación lineal de hechos y teorías por las
fases normales y revolucionarias en la ciencia (Medina, 1989).
EVALUACIÓN
PREGUNTAS.
LECTURA COMPLEMENTARIA
Protagonistas como Christine Müller o Josep M. Basart opinan que la ciencia moderna
occidental parece haber desplazado a un segundo plano el conocimiento local y la
ciencia indígena. Es importante recuperar los conocimientos ancestrales y no
occidentales para poder mezclarlos y, tal vez, investigar estas mezclas para conseguir
remedios y curas más eficaces para muchos problemas que en la actualidad cuesta
resolver.
Combinar ambas visiones del conocimiento otorgará una perspectiva más amplia y
diversa que pondrá de manifiesto que no siempre existe un único camino. En muchos
casos, los conocimientos locales e indígenas parten de planteamientos más
respetuosos con el medio ambiente, es decir, más sostenibles.
Problemática:
Al tercer mundo le resulta sumamente difícil acceder a la maquinaria y los recursos
sanitarios del primer mundo y, por otro lado, se está perdiendo la cultura tradicional que
hasta ahora servía para hacer frente a los problemas vitales. No existe una convivencia
armónica entre ambas formas de conocimiento, sino una supeditación de la sabiduría
basada en la experiencia al marco científico-técnico. Asimismo, en el desarrollo del
conocimiento científico y técnico se utilizan esquemas lógicos desligados, en muchos
casos, del contexto social y cultural.
Propuesta:
Recuperar el conocimiento indígena y tradicional para poder investigarlo y aplicarlo, y
combinar las curas ancestrales con la ciencia del primer mundo. También se registra la
necesidad de democratizar la convivencia entre el conocimiento indígena y el
conocimiento científico a través de la escucha y el respeto.
Posturas:
Importancia de revalorizar y recuperar el valor del conocimiento ancestral. Christine
Müller afirma que no existe una dicotomía entre ambas formas de conocimiento, sino un
intercambio mutuo y una convivencia que comporta una interacción recíproca. Josep M.
Basart sostiene que es fundamental alcanzar un respeto que hasta la fecha no existe.
Buenas prácticas
Conclusiones:
BIBLIOGRAFÍA