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¿CÓMO SERÁ EL DESPUÉS?

INTRODUCCIÓN.
El presente ensayo busca dar una respuesta a una interrogante que circula en las diferentes redes sociales y en
la sociedad en general, cómo será la sociedad después de la llegada del COVID – 19, será la misma sociedad del
año 2019, será una sociedad con miedo a socializar o será una sociedad que ingrese a la rutina como de
costumbre.

DESARROLLO.
Todo empezó con el primer caso que se reportó en 2019 a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en
Wuhan, China. Los primeros casos de neumonía detectados en Wuhan son reportados a la OMS. Durante este
periodo, el virus es aún desconocido. Los casos ocurren entre el 12 y el 29 de diciembre, según las autoridades
de salud de Wuhan. A partir del año 2020 se fue expandiendo por todo el mundo causando pánico e
incertidumbre, especialmente porque viene acompañado por la muerte de las personas vulnerables, llegando
en todo lugar la cuestionante de cómo será la sociedad después del coronavirus.

Esta interrogante llego a Bolivia el 10 de marzo de 2020, Bolivia confirma los dos primeros casos positivos de
coronavirus, a partir de esa fecha empieza a cambiar todo, primero se restringe las salidas y se suspende las
clases, entrando por último a una cuarentena total.

Si bien la pandemia nos ha encerrado en nuestras casas sin poder salir, también nos ha reunido para apoyar a
los necesitados en nuestros propios barrios y comunidades, también nos ha demostrado cómo los grupos más
vulnerables son olvidados con demasiada frecuencia y dejados atrás para que se valgan por sí mismos.

Infobae plantea una respuesta a esta interrogante: habrá cambios fundamentales en las formas de
organización laboral. Todos los que se acostumbren a trabajar en forma remota y su labor siga siendo una
solución eficiente para las empresas y organizaciones, no querrán hacer largos viajes cada mañana y cada
noche para cumplir con un trabajo que pueden hacer en sus casas. Y ningún empresario que descubra que de
esa manera se puede ahorrar mucho dinero –alquiler de oficinas, licencias, gastos de electricidad, etc.- va a
estar dispuesto a gastarlo. El teletrabajo se impondrá en casi todas las industrias y servicios. Y con esto habrá
una evolución tecnológica más rápida. El sistema G5 de transmisión de datos se impondrá en mucho menos
tiempo de lo que se esperaba.

También se consolidarán ciertas industrias y desaparecerán otras. Es probable que estemos más cerca de la
extinción definitiva de los medios de comunicación impresos y toda su cadena de distribución. Los cines,
también pueden perder adeptos. El transporte público deberá adaptarse. Después de meses de viajar más
holgados, ¿quién va a querer regresar al tratamiento de ganado? Todo lo digital se va a consolidar. De lo
analógico no va a quedar rastro. Es probable que regresemos a reparar más cosas y consumir menos productos
superfluos. En estos días es mejor poner manos a la obra que dejar entrar un plomero o un gasista que puede
traer el virus en su caja de herramientas. Se va a revalorizar la vida al aire libre y evitar cualquier gran
aglomeración. Es probable que dejen de ser tan populares las concentraciones masivas.

La palabra “pandemia” significa “todo el pueblo”. El virus no entiende de fronteras físicas ni sociales ni
generacionales. Y, en este caso, “el pueblo” es la humanidad. Se trata de un virus que desató una crisis global y
que, por lo tanto, requiere de una solución global. “Ante el virus todos somos, efectivamente, iguales; ante el
virus los seres humanos no somos más que eso, seres humanos, es decir, animales de una determinada especie
que ofrece un huésped a una reproducción mortal para muchos”, escribió el filósofo alemán Markus Gabriel. Y
para reparar esta situación y salir fortalecidos, Markus Gabriel dice que “cuando pase la pandemia viral
necesitaremos una pandemia solidaria, una unión de todos los pueblos bajo el techo común del cielo del que
nunca podremos evadirnos. Vivimos y seguiremos viviendo en la tierra; somos y seguiremos siendo mortales y
frágiles. Convirtámonos, por tanto, en ciudadanos del mundo. Cualquier otra actitud nos exterminará y ningún
virólogo nos podrá salvar”.
Es posible que salgamos de esta situación fortalecidos y mejores. Tal vez, más conscientes de que tenemos que
encontrar también “una vacuna” contra el calentamiento global, la concentración de la riqueza, el hambre y
analfabetismo digital. Una vacuna para la incertidumbre.

CONCLUSIÓN.
En conclusión, ¿CÓMO SERÁ EL DESPUÉS?, los cambios conductuales serán muy expuestos mostrando miedo e
incertidumbre, puesto que según los científicos todos debemos contraer el coronavirus ya sea por contagio o
por una vacuna, pero lo más importante es que después de esta pandemia seamos más humanos, que ese
amor al prójimo y esa mano amiga de ayuda siga presente, que esas muestras de solidaridad sean
multiplicadas, que esas oraciones a Dios se multipliquen y se hagan un hábito día a día, que expresar nuestros
sentimientos a nuestros seres queridos sean espontáneos.

Todo este cambio positivo nos llevará a una verdadera humanización y habremos aprendido que como
humanos podemos cambiar, podemos mejorar y que no haga falta de estar frente a la muerte para buscar un
cambio, porque ahí, en ese instante, será tarde.

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