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por
TRADUCCION AL ESPAÑOL
9
todo lo que estas instituciones me facilitaron y por la gentil
ayuda que sus empleados me prestaron.
10
INTRODUCCION
12
en esos planes cuando en l'Os años de 1799 a 1804 viajó ex-
tensamente por varios países hispanoamericanos haciendo
acopio de datos científicos que publicó más tarde. Basado
en sus estudios llegó a la conclusión de que era posible cons-
truir un canal interoceánico por cualquiera de los cinco lu-
gares que indicó. De ellos dijo que "el istmo de Nicaragua
yel de Cupica Iconocido ahora con el nombre de Dariénl, me
han parecido siempre los más a propósito para la construc-
ción de un canal de gran tamaño". (3).
13
porte de pasaieros de Nueva York a San Francisco a través
del istmo centroamericano. Y este negocio que duró mós de
Veinte años fUe causa de una de las más interesantes fases de
la historia de la llamada fiebre del oro. Si bien los primeros
cazadores de fortuna probaron numerosas rutas a través del
istmo, sólo dos estaban destinadas a ser permanentemente
transitadas: la de Nicaragua y la de Panamá. En la copiosa
literatura de la fiebre del oro la ruta de Panamá ha sido
objeto de atención bien merecida, así como también el viaie
que por tierra se hacía cruzando el territorio estadounidense
y por agua doblando el Cabo de Hornos. Mas en todos esos
escritos, pese a las muchas referencias al respecto, jamás se
ha dado su debido Jugar a la importancia que en esa misma
época tuvo la ruta del tránsito a través de Nicaragua. El
propósito de este libro ha sido ¡untar en un solo haz dichas
referencias a fin de dar una visión completa y significativa
de la historia de la ruta del tránsito por Nicaragua hacia los
campos auríferos de California.
14
LA RUTA DEL TRANSITO
(JI Hubert Howe Bancrofl, Th. Works of Hube" Howe Bancroft, vol. 23, Hlstory of
California, 1848 - 1859 iSan Froncisco: History Co.. 1883 - 88l. 6: 56 - 57. _
17
1849, Y hacia el Oeste se desplazó entonces un gran torrente
humano. (21.
i21 DC''.JgIClS S. Wolson Herold of th¿ Goid Rush-50m BrOnnon, "Quarferly of the
California Historlcol Sodety 10, No. 3 ¡Septiembre de 1931 298 - 301; Bancroft.
History of CalifOrnia 1848· 1859,6· 56 - 57.
13) U. S., Congresr.. Senate, C::ongressionol Globe, 29 th. Cong., 1st. Secc., 1845 ·46,
p. 1199; Jann H. Kemble. The Panema Roule, 1848· 1869, The University of
Caljfornia PubJications in History IBerkeley ond Los Angeles: Unjyersity of
California Press, 1943). 29: la -
25.
141 Jahn Carl Parish, 'By Seo 10 California, The Trans-Miu.l!>sippi 'Nest, Papers r~d
al a [onferen[e held al the Universilyaf Colorado Jun. 18 - Jun. 21, 1929, eds.
James F. WiJlord and Cojín S_ Goodykoontz ISouJder: University of CoJorado, 1930),
¡J- 1 :}7; Ke'T1bl<:, The Panama Route, p. 31
18
Entre tanto, el vapor Falcon, de la United States Mail
Steamship Company, había salido de Nueva York ello. de
Diciembre de 1348 para Chagres {hoy Colónl cuatro día;
después del mensaje del presidente. Cuando llegó a Nueva
Orleans llevaba a bordo a más de doscientos alucinados ca-
zadores de fortu.la; el Falcon llegó a Colón el 26 de Diciembre
de aquel año. (51. Gran desconsuelo de los viajeros fue el
no encontrar allí muelle; muchos se tiraron al agua y llegaron
a la ornla al nado, en tanto que otros desembarcaron menta-
dos sobre los hombros de robusros mocetones del país. Co-
nocido ya cama uno de los más insalubres lugares de la cris-
tiandad, Colón era un poblacho de unos treinta ranchitas
inmundos. El hecho de que la póliza de seguro de vida de
los pasaieros estipula·ra que la permanencia de una sola
noche en Colón entrañaba la cancelación de su seguro, es
prueba evidente de cuán malsano y peligroso era ese remoto
lugar para la vida de los viaieros. (61.
Ir,l Porish, "BI Seo T:.¡ Cal¡fornia p. 12/; Kemble. Th. Panama Route, p. 32 1 &enl. C.
Wriqht. San fronti"Q'~ Oteen Tmde. Post _nd Futur. ISon Francisco: A. Carllsle
& Ca" 1911). p, 15
i6) John M. Letfs, California /lIustrated: Inclvd';ng a Delcriptlon of th. Panama dnd
Nlcot'Cl9uQ Routu (Nue'lo York, W¡!¡¡ClT1"\ Holredge. 1852), p. 14.
17:1 Juliu$ H. f-'rdft, 'To Colifornio by Panomá in 49" The Century, 4', n. s. 19 de
Noviembre de 1890 a Abril de 18911, 904.
,el .Joseph W. Gregory, Gregory'$ Guid. for California frav.Ue,..; via lh.. hthmul ot
Panamá {Nl.e",o York Nofi, & Cornish, 1850), p.4.
19
días se la dieron por perdido; los que no pudieron conseguir
mulas siguieron a pie hasta Panamó. (O).
20
chocho aywdante del warto de máquinas, habían desertado.
Lo mismo hicíeron los de otros vapores, de werte que pronto
la bahía de San Francisco se convirtió en un cementerio de
barcos abandonados. (121.
21
de cincuenta galones. LOS carpinteros despeiaron la bodega
y construyeran a lo largo de sUs costados cubículos de tablds
puestos en hileras; cada uno tenía seis pies de alto por otro
tonto de ancho y lo mismo de fondo; en él se alojaban nueve
personas. Como esos cubículos resultaran insuficientes, el
resto de los pasaieros se resignó a dormir sobre cubierta y en
los botes salvavidas que colgaban de [os pescantes. Al subir
a bordo el que hacía de líder halló que la cubierta estaba tan
atestada de gente desde la proa a [a popa, que apenas si
se podía caminar. "Muchos enfermos yacían postrados",
escribió, "y todo el día se pasaba esa gente sudando, revol-
viéndose en sus lechas, riñendo y renegando. Faltó la comida,
y entonces el hombre y lo sed abrieron la puerta a las desen-
frenados pasiones de eso chusma". (141.
14' PI;~·tTo C'JI~o,n,1) by ?arl'M')r. •19 rr:q~ /fOS 6; N{!wYork HeTtlld. a y 1r;
rlt> Abril d(, 18~Q ¡en nd[':antt' ~t' dr(l unlc:Jn-,l'n'e N. Y. HE."rcldJ; Ke-nble. The
Ponomo Roule, I~. 37
I ¡ '" Wrighl SOft F-ranclsco'$ Otean Tn:Jde, /_;. J 1 (('mbe The PonQmo Route, p. J9
22
La gran mayoría de los barcos de vela que salieron de
Panamá nunca hicieron un segundo viaje. Una vez que pa-
saieros y tripulantes pisaban tierra en San Francisco corrían
a l'Üs lavaderos de oro. Para mediados de Noviembre, más
de seiscientos barcos habían entrado en la bahía; más de
quinientos seguían fondeados allí mismo. Muchos se pudrían
en el agua; los comerciantes vararon en la playa unos cuantos
para convertirl'Üs en bodegas o en casas de huéspede's. En
Marzo de 1848 la melancólica aldea mejicana de San Fran-
cisco tenía 812 habitantes. Para fines de 1849 unos cien mil
busca- fortuna hormigueaban en las serranías californianas.
Más de treinta y ocho mil de estos nuevos pobladores llegaron
por agua. Aquellos desdichados que habían gastado su ú'l-
timo dólar en el viaie al Oeste se encontraron con los precios
de los víveres por las nubes. La libra de papas pequeñitas
costaba $ 1.50, los huevos $ 12 dólares la docena, y mil pies
de madera valían $ 450 dólares. Los viejos habitantes de
San Francisco, de regreso de las minas se encontraban con que
su propiedad había subido de cinco a diez veces de valor;
esto era para muchos una fortuna aún mayor que la sacada
de las minas. (161.
23
La ruta de Nicaragua
(18) Ephraim G. Squier, Nicaragua; lis People, Scenery, Monuments, and 'he Proposed
Inl.roeeanle Canal INueva York: D. AppJeton & Ca., 1852), 2:260-61; Correo del
Istmo de Nicaragua lleón), 13 de Marzo de 1851; U. S., Congress, Senete, Report
of th. Ist"mlan Canal Comminlon, 1899-1901, 57 th. Cong., 1st Secc., 1901·1902,
S. Doc. 54, pt. 1,108.
(191 Roger S. Boldwin. Jr., "Tarrying in Nicaragua", The Century, 42. n,$. 20 (Octubre
de 1891), Págs. 911 -12.
24
nada techumbre se apiñaban arriba pudiendo verse desde
ellí le densa ¡ungla; y los opacos perfiles de las lejanas mon-
tañas de Nicaragua fueron para mí, junto con todo, uno de
los más bel'los paisajes que jamás había contemplado". (2°1.
25
los llevó el 20 de Julio. Los últimos del'grupo no llegaron a
San Francisco sino hasta el 4 de Octubre de 1849, o sea a los
siete meses y catorce días de haber salido de Nueva York (221.
26
Las compan las navieras Howard and Sons y Law cind
Company, ambas del Pacífico, promovieron la conveniencia
de utiljzar la vía de Nicaragua. A principios de Julio de 1850
anunciaron que tenían el proyecto de hacer de El Realeio su
principal lugar de abastecimiento de carbón y demás provi-
siones para sus vapores que hacían la travesía Panamá-San
Francisco y viceversa. Con tan prometedores planes para el
viaje de El Realejo a San Francisco, los barcos de Nueva
Orleans se dispusieron a explotar la ruta de tránsito a través
de Nicaragua.
27
para los dos citados puertos; y también en los meses sucesivos
continuaron saliendo diariamente en los periód',cos avisos si-
milares. Ya para Enero de 1851 la línea de William A. White
and Company había fundado la Regular Packet Une and
Passage Office anunciando 'la sa'lida semanal de barcos para
El Realejo y Panamá. El Correo del Istmo dijo en sus colum-
nas que del 8 al 30 de Noviembre de 1850 un total de 1.613
viajeros habían cruzado Nicaragua. (26). Gran número de
esos buscadores de oro habían hecho fortuna en California
y regresaban a los estados norteños del Atlántico "con las
bolsas llenas". Por desdicha, no había un enlace bien sin-
cronizado entre el tiempo de salida y de llegada de los bar-
cos de las costas del Atlántico y del Pacífico estadounidenses,
En consecuencia, los pasajeros que iban al Este se veían de
ordinario obligados a esperar varios días en San Juan del
Norte, y acababan por tomar allí un vapor inglés para Colón,
en donde sí conseguían quien los llevara a Estados Unidos.
Un indignado ciudadano publicó el 3 de Enero de 1850 en
el New York Herald el siguiente relato,
126) San Francisco Alta Califarnla, del 10. al 30 de Septiembre de 1850, 5 de Enero
de 1851 len adelante se diró Alta!: Cor"'o del Istmo d. Nicaragua, 26 de
Diciembre de 1850.
28
ven por llegar a sus casas,lo s que en cambio tienen
que esperar la insegura llegada de un barco inglés."
29
las bestias y can etas, hacían del viaie una cosa muy e"ojosa.
Los puebles y ciudades del camino eran como encantadores
oasis por su abundaClcia de frutas y su aire embalsamado de
fragancias tropicales. De comido había polios, huevos, coro
nes, queso, arroz, leche. chocolate, y ni qué decir de frutas.
Un hombre pedia comer con veinticinco a treinta centavos de
dólar ai día; aunque hubo quien. un glotón sin duda, que
en ccho días ·-io diio é: mismc- se gastó $ 15 dólares en
darle gusto a ia panza.
1281 Charles R. f1tlrke. "Journol D' a trlp ClUOSt _he ploinl from t/linoi, lo California
Or woy of Ft. Loro·Mil & Donner Pan; mining on the Fent"'er River: and a voyoge
fro'Tl Son frClI\ClKO 10 New Orieans vio Nicaraguo", Henry E. Huntington LibraIY.
Son tAurino, Calit.; Juhus Fraebel. Se.,.n Vea", Tl'ClIvelln Central Amerko, Nor'IMrn
MeJfICD, and thlt Fa, We.t D' ,h. Ualted' Stat•• !Londres: Richard Sen,I\". 1859),
Págs.. ¡9 -1.1; Squiel. NlCmDJI.-a, 1 5S-' 13: letts, California IlIultroIed.
Pógs.. 141 ·60
31
El Istmo de Tehuantepec
,7'1' 8~1 /w., r.urVlno "N·tClI"lqU::J j'. 91 J. flar.s", "111' SCtl la ; aldorn"o",
p. 135.
32
El 19 de Noviembre de 1850 public6 el N_ O"'-s
Picayune el primer aviso aparecido en el Este de Estados
Unidos sobre la ruta de Tehuantepec. En él se anunciaba
que el vapor Alabama abriría la ruta el 5 de Diciembre.
Decía también que esa ruta acortaría la distancia a San Fran-
cisco en casi dos mil millas, y que además reduciría grande-
mente el costo; en primera clase costaría $ 50 dólares, $ 45
en segunda, 'y $ 30 en tercera. Aseguraba que en buenas
condiciones el cruce podría hacerse en unas veinticuatro ho-
ras, con suficientes mulas, caballos. y comida para todo
mundo.
33
CAPITULO 2
El contrato de Nicaragua
El paso a la India
35
de Nicaragua, y ver la manera de obtener de ese gobierno
lm provechoso contrato. La noticia de esta expedición suscitó
entre los capitalistas estadounidenses la idea de formar una
compañía en Nueva York que enviara a un representante con
el encargo de conseguir, de ser posible, un contrato antes que
los británicos. En vista de tales actividades, la reciéninstau-
rada República Federal de las Provincias Unidas de la Amé-
rica Central promulgó und ·Iey autorizando la construcci6n de
un canal a través de Nicaragua con muy generosas conce·
siones. para quienquiera que emprendiese la obra. (21.
131 Rockwell,
Canal ancl
on e_.
Government PrIn'lng Offlce, 18831. P6gl. 18· 19.
Pág•. 360·74, Undloy M. Kea.boy, Tho NI........
Mon... DoctrIne INueva York: G. P. Putnam"s Sons, 18961. Ngs.
143·45
36
folleto exponiendo' los ventajas del canal interoceánico a
través de Nicaragua. Con claridad meridiana vio el futuro
papel que la cuestión del tránsitb interoceánico jugaría en
la política americana y europea. Luego de señalar la simi-
litud comercia'l que geográficamente tenían Constantinopla
y Nicaragua, razonaba así:
37
lo futuro debían reconocer al" reino mískito como nación so-
berana bajo el protectorado de .Gran Bretaña. 15 /.
38
De estos hechos, así como de la pasada usurpación bri-
tánica de Belice, había dado cuenta al Departamento de Es-
tado el encargado de negocios de Estados Unidos en la Amé-
rica CentraL El Gobierno· de Nicaragua, por su parte, y dán-
dole cuenta de lo mismo, pidió protección al gobierno ameri·
cano. Pero el Presidente James K. Polk cerraba los ojos ante
la conducta británica y se tapaba los oídos a las súplicas 'de
Nicaragua. Apurado al parecer por la inesperada oposición
que se le estaba haciendo durante la guerra con México, el
Presidente Polk no se decidía a tomar partido frente a la usur-
pación británica llevada a cabo en nombre del rey mosco. (71.
39
finales de Octubre de 1848. Después de dos meses de son-
deos diplomáticos informó que Gran Bretaña pretendía ejer-
cer control sobre cualquier forma de comunicación intero-
ceánica que intentara establecer en Nicaragua. A causa
de Jo lentitud de los medios de transporte de aquellos días,
la documentaci6n de Hise lIeg6 a Washington hasta después
de. haber terminado el período presidencial de Polk¡ por la
misma raz6n fue que, sin haber recibido "instrucciones oficia-
les al respecto, firmá con el gobierno de Nicaragua un tra-
tado de control sobre el proyectado canal que luego fue
invalidado. 19 1. .
(91 Ibld•. PeSg,. 288 . 3061 U. 5. Conqresl. Haure. Tia" hlGnd IUKI Celttrcr' Amwfca.
31~' Cang .. I,t 5Dr.s... 1849.50. H. Rept. 75. P6g", 110·117.
40
El contrato de Nicaragua
41
Vanderbilt buscó a varios de sus socios, entre los cuales
estaban Daniel B. Allen y Joseph L. White. Este último, abo-
gado de Indiana, se había trasladado recientemente a Nueva
York. Hombre de muchas gavetas, este White figuró como
congresista del partido 'YVhig y fue de los electores presiden-
ciales cuando la candidatura de Clayton en 1844. Y puesto
que el partido Whig había triunfado en las elecciones de
1848, sus conexiones políticas servirían de mucho. Los so-
cios aprobaron la idea de Vanderbilt y nombraron al Coronel
David L. White su representante ante el gobierno de Nica·
ragua en la gestión de obtener una concesión de tránsito a
través de ese territorio. Por otro lado, encargaron a Joseph
L. White solicitar al Departamento de Estado la concesión del
contrato de llevar el correo del Pacífico, ya que también ha-
bía capitalistas ingleses que trataban de obtenerlo. (111.
1111 Wheaton J. Lane, Como".'" Vanderbllt, and Epie of 'he St.am Age (Nueva Yorkl
Alfred A.. Knopf, 19-421. Págs. 86·87.
1121 U. S. A., Cong,.lIlonol 610.... 32nd Cong., 2nd Sess., 1852·53, pt. 2, Ap'ndice,
p. 251.
42
dos Unidos interpondría sus buenos oficios ante Gran Bre-
taña a fin de que ambos naciones llegaron o un acuerdo
respecto a la cuestión de la Mosquitia. Clayton llamó a Hise,
cuya documentación referente al tratado canalero no había
llegado aún a Washington, y lo substituyó con Ephraim
George Squier. En una extensa carta con instrucciones para
el nuevo diplomático, C1ayton delineó su política ístmica. En
primer lugar, apuntaba que Estados Unidos debía echar mo-
no de todos los resortes de orden moral a su alcance para
frustrar los designios que Gran Bretaña tuviera de apoyar las
pretensiones de soberanía del rey mosco sobre la costo Mos-
quitia y el puerto de San Juan del Norte. En segundo, Squier
debía ejercer su influencia personal en beneficio de los capi-
talistas americanos (Vanderbiltl que querían obtener una con-
cesión de servidumbre de paso por la ruta del tránsito.
Clayton señaló a Squier el hecho de que el interés de Estados
Unidos en\ conseguir el paso a través del istmo había au-
mentado grandemente, puesto que "pudiera llegar a ser in-
dispensable mantener contacto entre Estados Unidos y sus
nuevos territorios del Océano Padfico, y un canal que atra-
vesara el istmo de mor a mar podría muy bien volcar los te-
soros del Padfico en las arcas de nuestro país" En tercer
lugar, no debía interpretarse esta ayuda de Estados Unidos
como deseo de obtener un privilegio exclusivo para los ame-
ricanos. Estados Unidos ~ebía quedar esto muy en da-
rcr-- no quiere paro sí el monopolio de lo ruta del tránsito,
yo· que entonces "tendríamos que empeñarnos en guerras
más sangrientas y costosas que los de Inglaterra y España par
Gibraltar". Squier sólo debía trotar de obtener un "derecho
igual de tránsito bajo iguales términos para todas las na-
ciones". 113 1.
Cuando Squier I'/egó a Nicaragua se encontró con que
las intrigas de los agentes británicos y lo propensión natural
a la anarquía habían convertido en pandemónium o los re·
públicos centroamericanos, así que Nicaragua no podía es·
t131 De Clayton o SqUle1'. 10. eie Moyo de 1849, pn MO""ing, Central Amerlca, 1831 ..
18.50, PlÍgs. J6; - .S 1.
43
perar ayuda de ellas. De ahi que a Squier no le fuera muy
difícil obtener una concesión a favor del Coronel David L.
White, representante de Vanderbilt, para construir un canal.
En Agosto de 1849 firmó un tratado comercial con Nicaragua
basado en los términos genera,les de las instrucciones apun-
tadas por Clayton. El tratado obligaba a las dos partes a
defender la empresa americana, garantizaba además el re-
conocimiento, por parte del gobierno de Estados Unidos, de
los derechos y soberanía paseídos por Nicaragua sobre la
ruta del canal, y garantizaba asimismo la neutralidad del
canal hasta tanto estuviese controlado por ciudadanos ame-
ricanos. De los derechos y privilegios podría disfrutar cual-
quier otra nación que suscribiera con Nicaragua un acuerdo
sobre la protección del proyectado canal. (14 1.
44
aariera .0 companla. Esta obtuvo ei derecho exclusivo
de construir una líneo férma o un camino de carruajes y de
llevar vapores al lago y vaporcitos al río, según fuesen ne-
cesarios para el func:onamiento del canal. En caso de que
acontecimientos de fuerza mayor impidieran la construcción
del canal, la compañía se comprometía a construir sólo una
línea férrea o un camino poro carruajes y a establecer co-
mu~.icación entre los dos océanos. Conforme a estas dos
~:t¡mas estipu:aciones, Vanderbilt podía inmediatamente
establecer una ruta de trónsito en competencia con la de
Ponamó, e incluía también el contrato una cláusula que 1i·
oeraba a la compañía de ciertas responsabi:idades para que
pudiera seguir expiota"do la ruta mediante otros arbitrios en
caso de que fallara el grandioso proyecto canalero. (151.
, 'i\ .'&lnl' ".'}, Cenlfot Am'l!nca, 1131 ... 1850. Paq'.. 361 ·66 N. t'lrC1';'",a, Clmtrato d.
Canallz.ad'"
45
El Tratado Claytan - Bulwer
46
tiro de Gran Bretoria de la Casta Mosquitia podría inducir a
Estados Unide; a pedir,e q.Je también renunciara a su viejo
pretensión de dominio sobre Belice. ('61.
47
por votación de cuarenta y dos contra diez, y sin modifica-
ción alguna. (lRI.
48
Puesto que un entendimiento diplomático era vital a
sus intereses, sobre todo cuando Sir Henry Bulwer dio a en-
tender que los capitalistas londinenses invertirían en la cons-
trucción del canal, el Comodoro Vanderbilt recurrió a todos
los medios a su disposición para que las negociaciones de
Clayton y Bu1wer llegaran a una meta feliz. Exhort6 al señor
Eduardo Carcache, Encargado de Negocios de Nicaragua en
Washington, a eiercer su influencia a favor del tratado. Aun
antes de firmarse el tratado Clayton-Bulwer, la compañía de
Vanderbilt había dado en Nueva York un banquete a Carca-
che en agradecimiento a sus gestiones. Daniel B. Allen,
vicepresidente de la compañía, lo presidi6, y Joseph L. White
tuvo a su cargo el discurso de ofrecimiento. Clayton y Bulwer,
así como el ya por su edad declinante Henry Clay quien por
mucho tiempo había demostrado interés en un canal inte-
roceánico, enviaron mensajes lamentándose de no poder
asistir. Vanderbilt, al igual que la mayoría de los miembros
del Senado, creía que Gran Bretaña había aceptado renun-
ciar a su protectorado de la Mosquitia. Basado en tal con-
vicción procedi6 a realizar la obra. Resolvi6 también son-
dear a los capitalistas londinenses tan pronto como estuviese
todo listo para iniciar los trabajos de la ruta del tránsito a
través de Nicaragua. (221.
49
CAPITULO 3
Su inauguraci6n
11 J Corroo del Istmo da Nicaragua, 10. de Marzo do 1850; Grsgory. Gree"". hiele,
p. ~.
51
El Coronel David L. White sali6 de Nueva York en Di-
ciembre de 1849 con un pequeño grupo a bordo del Crescent
Clty para Col6n, llamado entonces Chagres, en donde se hizo
cargo del Orus. Después de ciertas averiguaciones se dio
cuenta de que debia remover del rio sus peores obstáculos
para que el vaporcito pudiera remontarlo. Dejando pues al
Orus en San Juan del Norte, el grupo remont6 el rio en bono
gas con el fin de explorar/o. En Febrero de 1850 el Coronel
White informó en la ciudad nicaragüense de León al corres-
ponsal del New York Herald que, tomando un vaporcito del
rio y cruzando después el lago de Nicaragua para en seguida
recorrer por tierra un trayecto de doce millas al Pacifico, el
cruce del istmo lIevaria sólo treinta y seis horas. De esa
manera, di¡o se haria el viaje a California en seis dias menos
que por la ruta de Panamá, ahorrándose los viajeros dos días
en el Atlántico y cuatro en el Pacífico. (21.
52
realizadas por el Coronel Childs en el agrandamiento del Co-
nal del Lago Erie como jefe de ingenieros del estado de Nueva
York eran su mejor carta de recomendación. El grupa parti6
en Agosto a bordo de la goleta Enterprise y llegó a San Jorge,
puertecito del Lago de Nicaragua, el 27 de Agosto de 1850.
Parte de la gente se qued6 atrás dando comienzo a la lim-
pieza del río; el resta empezó a hacer estudios topográficos
del trecho de doce millas que median entre los puertas de
La Virgen, en el lago, y San Juan del Sur, en el Pacífico. La
compañia se habla propuesto inaugurar, a la mayor breve-
dad posible, una ruta de tránsito interoceánico. En Julio fue
batado el primer vapor de paco calado en los astilleros de
Jeremiah Simonson. Bautizado con el nombre \le Director,
zarpó el mismo mes con destino a Nicaragua. Con porte de
120 toneladas y capacidad para unos 400 pasajeros, el Direc-
tor sali6 a navegar las aguas del Lago de Nicaragua. I~).
I~J Orvill. Whllm Chlld.. • ...... el 'loo SU""" ..... EsH....... el .... CeII ..
Canltnldlnl Inter-OeeaIIlc Ihlp Canal,. . • • INueva York, w. C. Bryant & Co.,
18521. Po 3, San r-dsca CalIfornia Couttot. 26 de Ago de 1850, _ 010I
1.1ma do NJea....u... 5 d. Septl.mbre de 1850, San flud Dall, H........ 9 do
EnerD da 'SS,; Xealbey, 'Y1Ie NIcaragua Canal, p.217.
151 ,.. Y. Ho..,ld. 3 d. Dicl.mbnr d. 1850.
161 n_ Iland,..l. 15 d. Octubre d. 1850........ Cam_... V.....- . Po 91.
53
En el interín, cuadrillas de peanas realizaban en Nica-
rtlgua los trabajos que el Caronel Childs indicaba. Los in-
genieros habían trazado el camino del trónsito que era un
corte de doce millas a través de los montes que separan la
bahía de La Virgen del puerto de San Juan del Sur. El prin-
cipal obstáculo para abrir la ruta del tránsito de mar a mar
era la navegación del Río San Juan. Aun cuando en la ma-
yor parte de su curso era lo suficientamente profundo para
los vaporcitos fluviales, varios raudales estorbaban el paso.
Uno de ellos, el Machuca, nombre que aón recuerda al ca-
pitón español que exploró primeramente el río en 1529, pre-
sentaba el primer tropiezo a setenta y dos mi::as de San Juan
del Norte. .En un re<:odo que hace el río el agua corre con
gran turbulencia a lo largo de casi una mil/a sobre un lecho
de grandes piedras y peñascos. Sin embargo, era el raudal
de El Castillo, que rugía doce millas más arriba, el que obs-
truía mayormente la navegación. Rocas sueltas embarazan
el rro que con violencia irrumpe a través de una estrecha gar-
ganta formando algo que más que raudal parece cascada.
Los marineros, llamados así en Nicaragua, tenían que des-
cargar allí los bongos y empujarlos sobre las rocas mientras
ios pasaieros caminaban el trayecto sobre la ribera. Ocho
millas adelante hallábase el último de los raudales nombra-
do El Toro. Este, a s610 veintisiete millas del Lago de Nica-
ragua, era el menos dificultoso, salvo en el verano.
El Río San Juan tiene una anchura qUe varía de 100 a
400 yardas y una profundidad de 2 a 20 pies a lo largo de
sus 121 millas que van de su desagüe en San Juan del Norte
a su embocadura en el Lago de Nicaragua. Desemboca en
el Atlántico por diversos brazos que se desprenden de él a
unas veinte millas del océano, formando un delta que nutren
numerosos caños. El Colorado, su brazo más importante,
acarreaba por Jo menos dos terceras partes del caudal de las
aguas que arrojaba al mar unas qu!nce millas al Sur del
puerto. Desafortunadamente, una casi infranqueable barra
en su entrada impedía que durante la mayor parte del año
la pasaran embarcaciones de cierto porte. Por ello, la ca-
54
rriente que desembocaba en la bahía de San Juan del Norte,
si bien llevaba 5610 una tercera parte del volumen total del
agua del río, formaba el único puerto utilizable como tal.
Aun cuando los vaporcitos podían navegarlo sin dificultad
durante lo más del año, en su desembocadura habla una
barro que, estando la marea baja, daba únicamente tres o
cuatro pies de profundidad. Los vapores se varaban all!
con frecuencia y tenían que ser remolcados pOr otros.
111 froobol. S8ven Veara Trovel, Póg.. 22· '3, Peter F.Stout. Nlcarasuar Pcnt, Pm:1tIIf
ond Futu"" .,. (f'Htld~lfJa~ John E. Pottcr. 11591, Págs. 21 ·22; &quler. NkaragUD,
1:27,80,106·13, U. 5.. leport of 'he Isthmlcul CIIId canal CommfssJon, p. loa,
Odds. Report of thu Survey, P6ga. 30 - ~OJ Correo del1.tm. eJe Nicaragua, 23 de
()ctubre dD 1B501 Plcayvne, 14 de Enero do 1851; de Bulmon a 8ennett. 25 de
Agosto de 18S0. Gron Brotaña. Publie Record' Offtce. Londres. Farelgn 0ffIce,
corrc.pondL."cia con1oular con la Oficina Brit6nlCCl da Aauntos bferiorel. a inform..
d. 101 comandantes Navales brlt6nlcos al almirantazgo. Fe.53 IMosqulto) Carrete
1a. Vol. 25, Boncno/t L;I,...ry. J_h N. Allen, DI.rlo., 1850.51, Boncrolt
Ubrary.
55
A su regreso de Inglaterra Vanderbilt resolvió ir a Ni-
caragua a inspeccionar los trabajos de fa ruta. De los mis-
mos astilleros de Simonson habla salido en Agosto el nuevo
vapor Prometheus. TenIa tres puentes y porte de 1.207 to-
neladas. Este fue quizá el primer vapor propiedad de un
solo hombre. (81. Vanderbilt lo pagó al contado porque, dijo,
querla llevarlo como dueño absoluto. [91.
56
Director en el raudal de El Castillo, y ya para Julio estaba en
servicio la ruta.
57
A poco de haber llegado el Prometheus se le arrimó un
vaparcito con toldo en la cubierta superior; su misión era
transbordar a los pasajeros y remontar el río con ellos. El
cuarto de máquinas, la caldera y el equipaje de los pasa·
jeras atestaban la cubierta inferior. Minutos antes de las
siete de la mañana del 24 de Julio todo mundo se hallaba
a borda de! Sir Henry Bulwer que despegó del Prometheus
para remontar por primera vez el San Juan can pasajeros.
Momentos después el piloto lo embancó en el arenal de un
caño. La mayoría de los pasajeros, excitados por el loable
deseo de comenzar el cruce, se lanzaron al agua en un in-
tento de alzarlo en vilo para desatollado. Cuando después
de tres fatigosas horas estaban ya a punta de darse por
vencidos, se apareció con su gente el capitán de un barco
de guerra británico surto en la bahía, y entonces todos jun-
tos lograron zafarlo.
58
IIeze de este pemíso tropico: embelesaba o los pasajeros,
aun cuando se quejaban de los molestias del viaje.
59
taba resuelto a pasarlo, aun cuando el capitán del vaporcito
advirtiera que todo intento sería inútil. llevados que fueron
a tierra pasajeros y equipaje, lo ataron con cables y cadenas
a los 6rboJes de la orilla, y así, a la sirga, hicieron el impulso.
El barquito trató de franquear el raudal. Y una, dos, y tres
veces probó a saltar sobre las rocas, pero la corriente lo hizo
retroceder, hasta que al fin, tras de bandazos y porrazos,
quedó varado en un banco de arena, torriente abajo. Desde
las cuatro de la tarde a las diez de la noche Vanderbilt, con
tozuda intrepidez, se empeñó en lucha contra la fuerza del
raudal que parecía invencible. Los pasajeros, entre tanto,
buscaron el abrigo de los árboles coposos para pasar la
noche.
60
Al igual que el Sir Henry Bulwer, el Diredor no tenia
camarotes. Así que, siendo la travesta una larga noche hasta
Lo Virgen, las señoras improvisaron biombos con las s6banas
que llevaban, y los hombres se acomodaron de cualquier mo-
do en la cubierta. Toda la noche los azotó el oleaje; muchas
se marearon y otros sufrieron remojones, frío y cansancio. Al
. clarear el dio todos suspiraron de alivio al ver la ansiada
costa en frente. El vapor ancló a un cuarto de milla por·
que el poco fondo del lago era allí duro y arenoso. El
fuerte viento que encabritaba las olas de la reventazón im-
pedía la llegada de bongos al vapor a desembarcar a los
pasajeros. Tres horas después pudo el Director bajar un pe·
queño bote que sólo podía llevar a unos pocos pasajeros
hasta cierta distancia de la playa en donde se montaban en
hombros de mozos para no mojarse los pies. Mas a pesar
de esta precaución, algunos, perdiendo el equilibrio, sufrie.
ron sendos chapuzones en el lago.
Debido a la total insuficiencia de Jos seis hoteluchos de
Lo Virgen, la mayoría alquiló mulas o caminó las cuatro millas
que hay hasta Rivas, ciudad de unos diez mil habitantes, para
esperar allí la llegada del vapora San Juan del Sur. El Pacific,
que arribó de San Francisco a San Juan del Sur dos días des.
pués -29 de Julio-- desembarcó a 150 de sus 425 pasa·
jeros y siguió hasta Panam6. Los que iban a San Francisco
se quedaron en Rlvas hasta el 12 de Agosto, hospedados en
el hotel de un inglés ex-capit6n de dragones; ese dia vol-
vieron a alquilar mulas, esta vez a razón de $ 5 Y$ 7 dóla-
res por el viaje de doce millas a San Juan del Sur. Allí se
quedaron tres días m6s esperando que el Pacific volviera de
Panam6. Las noches se las pasaban apretujados bajo el
único techo que habia disponible en el puerto. El 16 de
Agosto el Pacific pasó por entre los dos altos cerros que ata·
layan la bahía y fondeó a tres cuartos de milla de la playa.
A eso de las seis de la tarde, con sus nuevos pasajeros a
bordo, levó anclas y zarpó rumbo a San Francisco. Habiendo
hecho escala el 17 de Agosto en El Realejo yel 21 en Aca·
pulco, el Pacific entró en San Francisco a las dos de la ma·
61
drugada del 30 de Agosto de 1851 con 11 O pasajeros. Así
terminó el primer viaje de la línea de Vanderbilt a California
por la ruta de Nicaragua. El viaje entero, desde Nueva
York, había durado cuarenta y cinco días divididos así: diez
en el Atlántico, veinte en el istmo, y quince en el Pacífico.
Uno de los pasaieros describió de la siguiente manera el viaie
desde San Juan del Sur a bordo del Pacifico Aunque con tino
tes de dureza, pinta un gráfico cuadro de la vida o bordo del
vapor:
62
Los pasajeros que yendo de San Francisco a Nueva York
desembarcaban del Pacífic en San Juan del Sur, hacían el
viaje más rápido que los qua salían de Nueva York para San
Francisco. Los 150 pioneros encontraron suficientes mulas
en San Juan del Sur para hacer el viaje de doce mi:las a La
Virgen. La compañía de Vanderbilt había terminado el ca-
mino que pasaba por entre lomas y cruzaba riachuelos.
Fuera de unos cuantos barriales de las primeras cuatro millas,
el camino era por lo genaral parejo y seco. Un hombre
emprendedor había construido a mitad del camino una pe-
queña casa en donde muchos viajeros desmontaban para
descansar y comprar frutas. Debido a que el Director no
había llegado a La Virgen, la mayoría de las pasajeros se
fueron a Rivas en donde aguardaron tres días. El 10. de
Agosto llegó el Director y lo abordaron para cruzar el lago
y seguir luego río abajo hasta el raudal de El Toro; eso les
llevó veintiuna horas. Aquí tomaron bongos y siguieron bao
¡ando el río hasta el raudal de Machuca en donde le esperaba
el Sir Henry Bulwer. Diez horas después atracaban al cos-
tado del Prametheus; todo esto en tan sólo cinco dias y
treinta y cuatro horas y media --de viaje estrictamente di·
cha-- desde el Pacífico. A la mañana siguiente el Prametheus
zarpó de San Juan del Norte para Nueva York a donde arribó
el 12 de Agosto a las 11 de la noche, habiendo durado el
viaje desde Sen Francisco veintinueve días y cinco horas. (13].
La apertura de la ruta del tránsito a través de Nicara-
gua era só:o la primera etapa del plan de Vanderbilt. Y
había logrado hacer esto creando dos organismos separa-
dos. La Línea de Vanderbilt, por intermedio de sus agentes,
conseguía pasajeros y manejaba los vapores oceánicos que
I!evaban pasajeros de Nueva York y San Francisco al istmo
nicaragüense. Después de pagar los gastas y deducir la co-
misión entregaba las utilidades netas a los propietarios de
los vapores. Con arreglo a la concesión obtenida por la
American Atlantic and Pacific Ship Canal Company,
[1 31 N. Y. Horald. '4 do Agos'l) d~ 1851, Froubul. Seven Yean Trovol, PógL 106 .. 109,
Staut, Nicaragua, Pógs. 159 . 60.
63
Vanderbilt cre6 otro organismo independiente para transo
portar pasa;eros a través de Nicaragua. En Agosto de 1851,
la compañía dividió su trabajo de construir el canal y de
transportar pasajeros incorporando la Compañía Accesoria
del Tránsito a fin de que ésta se hiciera cargo del transporte
de pasajeros a través de Nicaragua. Esta compañía no tenía
participación económica en ninguno de los vapores. Antes
de la salida de éstos entregaba boletos de tránsito para cruzar
Nicaragua a los agentes de la compañía que Vanderbilt te·
nía en Nueva York y San Francisco. Uno o dos días después
de qUe los vapores habían zarpado Jos agentes pagaban
$ 35 dólares por cada uno de los boletos vendidos, y devol-
vían Jos que habían quedado sin venderse. En 1850 - 51
la Compañía Accesoria del Tránsito transportaba a través
del istmo por $ 40 dólares a quienquiera que arribara a las
costas de Nicaragua. El Brother Jonathan hizo por cuenta
de Edward Milis varios viajes de Nueva York a San Juan del
Norte; Jo mismo hicieron desde Nueva Orleans los vapores
independientes México y Alabama. Muchos barcos de vela
llevaron y trajeron numerosos viajeros a puertos nicara-
güenses del Atlántico y del Pacífico. Esta política indulgente
rigió hasta en Enero de 1852; a partir de entonces la línea
de Vanderbilt prácticamente monopolizó la ruta de Nica-
ragua. 1' .1.
_rIa . .
Nueva Orleana y San FranCiSCO. d. 1851; AIIa, 10. de Enero d. 1852; Nicaragua,
Tratados, etc. Convenio Celebrado en la CIudad d. Granada . • . lstobIedendo
Una ''Cempefila Tnln.I.... (Granada. Imprenta del Orden, 18521-
64
decir que en el acto aunaron sus esfuerzos tendientes a desa-
lentar a los viajeros que se inclinaban por la ruta de Nica·
ragua. Cuando los avisos publicados en el Alta California
destinados a disuadir a la gente a viajar en el Pacific no
consiguieron hacerse oír, la Pacific Mail fletó al absoleto
Sarah Sands para zarpar al día siguiente, reduciendo el pre-
cio a $ 100 dólares con camarote y a $ 60 en tercera clase
para competir así con los precios reducidos de la Línea de
Vanderbilt. Semanas antes de que el nuevo Golden Gate
de :a Pacific Mail zarpara de Nueva York con destino a Pa-
namá por la vía del Cabo de Hornos, en los periódicos estu·
vieron salie;'ldo detalladas descripciones de las excelencias
y el confort del barco. Las compañías Mail, rivales de la
Línea de Vanderbilt, publicaron también largos artículos
enumerando los inconvenie;'ltes de la ruta nicaragüense. El
siguiente editorial del Panama Star, aparecido en Octubre de
1851, es un escrito típico de los esfuerzos hechos para desa-
lentar a los viajeros: '
1151 Stor IPi:lnD."ól. 3 de Cr'",br..: de 1851J Wr:g"at, Son 1Tandsc.'. Oceon Tracle,
PáU~" 31 . 33, ICl:rrbl0, Thu Panama louto, Pág:.. 38.52, Emeat A. W,ltace.
Gold RU5.h Slcarncrt of tho Padffc :San Franc::.co: Thu Grabhom Proas. 1938).
P6gs.. 55 - 56, Alta, 7 du Julio do 1851.
65
Si bien las auténticas condiciones de la ruta nicara·
güense nunca fueron pero ni parecidas a tan descabellado
cuadro descriptivo, la verdad es que el fin de la estación
lluviosa causó muchas inconveniencias. En Octubre, por
eiemplo, los pasaieros llegados de San Francisco en el Nort"
5tar se encontraron en San Juan del Sur con que todas las
mulas habían sido despachadas a la Virgen a traer a los
que iban en viaje a San Francisco. Obligados a tener que
caminar bajo un torrencial aguacero, se hundían en lodo más
arriba de las rodillas, y hasta las mulas que venían con los
viajeros de Nueva York se enfangaban hasta la cincha. Tras
una espera de cinco días en Rivas, supieron que el vaporcito
fluvial se había descalabrado en un raudal. Y habiendo te·
nido ellos que llegar en bongos a San Juan del Norte, se
encontraron con que el Daniel Webster era ido ya. El agente
de la compañía les prometió embarcarlos en el Brother
JOIlathan, pero al llegar éste su capitán se negó a aceptarles
su boleto y les obligó a pagar $ 100 dólares por pasaje con
camarote y $ 80 en tercera dase hasta Nueva York. Para
colmo de males el vapor iba ya hasta los topes y sin sufi-
cientes provisiones para el viaje. Once de esos pasajeros
describieron al vapor como "una pestilencia ambulante, cuyo
pútrido esqueleto venía salpicado de cadáveres y agonizan-
tes, y sólo nos salvamos para quedar como monumentos
vivientes de la piedad de Dios, y poder relatar la odisea del
viaje". En Nueva York fueron a reclamar a la oficina de
Vanderbilt con el objeto de conseguir /a devolución del di-
nero, pero no recuperaron más que los $ 40 dólares pagados
por cruzar el istmo. (16).
66
Webster en el Atlántico, y con ellndependence, el Pacific y el
North America, más los pequeños vapores alquilados Gold
Hunter y Seabird, en el Pacífico. De éstos el Comodoro
Vanderbilt era dueño del Prornetheus y el Daniel Webster, y
tenía la mitad en el Pacific y en el North America; R. y G. L.
Schuyler habían dado dinero con hipoteca sobre ellndepen-
dence. La Compañía Accesoria del Tránsito llevó el nuevo
Central America, de 375 toneladas, al Lago de Nicaragua, y
en Punta de Castilla había operarios ocupados en ensamblar
nuevos vaparcitos de río. [17 1.
117) Sn" ••• Vand....Ut aad D..... 19 Barbaur INuova YOIk). 222 118551. 0.1....,. ••
VanderbUt, 17 Smlth (Nuava Yorkl. 306 {1858b N. Y. H.rald, 2 d. DJdembre
do 1851.
67
Los banqueros de Landres
nIegan dInero
68
Estados Unidos para que lo estudiara y diera su opinión. El
29 de Marzo de 1852 ese organismo aprobó, con ciertos cam-
bios y modificaciones, la practicabilidad del proyecto. (191.
Tan pronto como la noticia se hizo pública, en la Bolsa
de Valores de Nueva York comenzó la especulación comer-
cia/ de los "derechos cana/eros" de la American Atlantic and
Pacific Canal 5hip Company, Al principio esta compañía
había emitido 192 acciones preferentes con valor de $ 2.000
dólares cada una para cubrir los primeros gastos. Cada una
de estas acciones preferentes había sido subdividida en 200
acciones ordinarias de la Compañía Accesoria del Tránsito
cuya capitalización nominal se fijó en 40.000 acciones. Los
"derechos canaleros" no subdivididos se vendieron primero
a $ 800 dólares aproximadamente, y para fines de Marzo
habían subido a $ 3.600. En medio de ese optimismo ge·
neral, las acciones de la Compañía Accesoria del Tránsito
subieron de $ 20 a $ 50 dólares; de esta manera fue que los
primeros accionistas de la Canal Company vieron aumentado
de $ 2.000 a $ 3.000 dólares el valor de sus títulos. (20).
A principios del verano de 1852, cuando e/ interés por
el canal subía de punto en Estados Unidos, Vanderbilt en-
vió a Londres al Coronel Childs con una comisión a presen-
tal' su informe a los ingenieros y capitalistas ingleses. A
solicitud de Abbot Lawrence, Ministro de Estados Unidos en
Londres, Lord Malmesbury encargó al Teniente Coronel
Edward Aldrich, del Cuerpo de Ingenieros Reales, y a Mr.
James Walkcr, ingeniero civil de renombre, analizar el in-
forme. El 1ó de Julio estos señores presentaron su estudio
reconociendo la practicabilidad del proyecto de Childs; pero
expresaron su inconformidad con la dimensión que planeaba
dársele al canal, y sugerían se le diesen veinte pies de pro-
fundidad, pues que eso, argumentaban, sería más indicado
para el comercio. (21].
69
Los comisionados entonces, iustamente alentados, visi-
taron a los capitalistas londinenses quienes, por primera vez,
consideraran que el proyecto estaba ya en una etapa tan
avanzada que merecía su atención. Y así fue que en Agosto
la casa bancaria Baring Brothers comunicó a la Canal Com-
pany las conclusiones de su estudio. Para desconsuelo de.
esa compañía, ros capitalistas rehusaban financiar la obra.
Si bien reconocían que el canal sería de inmenso valor para
Estados Unidos, sus conclusiones se apoyaban en dos razones
fundamentales para demostrar que el proyectado canal na
sería ventajoso para los inversionistas ingleses. La primera
razón era que un análisis del estudio topográfico señalaba
a las claras que el tamaño limitado del canal impediría uti-
lizarlo a casi dos tercios de ros buques ingleses que viajaban
al Asia yola costa occidental de Estados Unidos, y ese era
precisamente el único tráfico naviero que sirviéndose del ca-
nal beneficiaría a Europa. Los cálculos indicaban también
que poco o nada del comercio europeo con el Oriente cruzaría
el canal, como que la distancia por la vía del Cabo de Ruena
Esperanza era de unas 1.500 millas menor que por el pro-
yectado canal. Y encima de eso estaba el hecho de que el
propuesto alto peaje de $ 3 dólares por tonelada que se co-
braría a ios barcos que lo cruzaran resultaba elevadísimo,
pues un buque de 1.000 toneladas tendría que pagar $ 3.000
dólares, suma mayor al promedio de la utilidad que en sus
viajes dejaban los buques de ese porte. (221.
70
Atlantic and Pacific Ship Canal Company bajaron rápida-
mente a $ 800 dólares y pronto desaparecieron del mercado.
Así fue como el viejo sueño de un paso a la India a través
del istmo se retardó medio siglo más. Vanderbilt entonces
concentró su atención en 'el lucrativo negocio del transporte
de pasajeros a través de Nicaragua. (23).
71
Expansián de la ruta
72
la pérdida del North America fue algo .incomprensible.
Su capitán lo embancó en una nítida f10che de luna en aguas
serenísimas y con la costa a simple vista. El señor R. J.
Vanderwater, agente de la compañía en San Francisco, pu·
blicó una nota explicando que l/n fenómeno de óptica, con
respecto a distanda, le hizo ver la costa más lejana 0,1 Ca-
pitán BJethen; la compañía' de Vanderbilt, por lo visto, aceptó
la excusa, como que deió en su puesto al capitán. Y nunca
más en su larga carrero Blethen tuvo otro percance, llegando
a ser prácticamente el me¡or de todos los capitanes de la costa
del Pacífico. (251.
73
lidos irregu\ores de tres o cuatro vapores y de numerosos ve-
leros que aprovechaban el auge para entrar ellos también
en la tapisca. Con el propósito de iniciar la travesía Vanderbilt
compró en Ba/timore el PGmpero y quító el Daniel Web5ter
de ro ruta de Nuevo York. El Pampero partió ello. de Julio
de 1852 para San Juan del Norte, comenzando así SUs violes
fi¡os de cada dos semanas desde Nueva Orleans. El valor del
boleto en primera era de $ 300 dólares, en segunda costaba
$ 250, Y en tercera $ 180. los anuncios de los periódicos de
San Francisco dedan ahora: "COMPA,.;i/A DE VAPORES
VANDERBILT. PARA NUEVA YORK Y NUEVA ORLEANS. VIA
NICARAGUA. BOLETOS PARA VIAJE COMPLETO". 1"1.
74
!ice y sin carbón, una mar gruesa comenzó a llenar de tanta
agua al barco que las bombas no daban abasto. Para evitar
un naufragio, el capitán lo varó en la bahía de San Simón,
unas 200 millos al Sur de San Francisco. Dichosamente, el
vapor Seabird, que iba para San Diego, se arrimó al Pioneer
y tomando a todos los pasaieros los Jlevó a San Francisco. (281.
75
Cómo se viajaba en
aquellos vapores
76
iguales privileglos que los de primera¡ comían de lo mismo,
aunque a veces ,los hadan comer después de aquéllos. A
menudo daban a los pasajeros de primera y de segunda bo~
letos de color blanco o verde para que fueran al comedor en
orden alterno. Un día iban primero los de boleto blanco, y
otro tos de boleto verde.
77
biera comensales, o bien se refugiaban en los camarotes
cuando el capitán del barco prohibía los juegos de azar en
público.
130) O,cer Lewi'. S.a Rourel lo lh. Gold FI.ld., the Migratlon by Water ro C(llIfomla
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y,," 1850, '52 and '53 (Ogdensbo'gh: HjlChcoc:k & Tillolsoo, 1855}, pógl. 251.54¡
e. S. Ceproo, HIllory of Collfomla, . . . wlth a Joumal of Ih. Yaya,. frvm N_
Yoril, vla Nlca,aSlUa, lo Son Francisco, and Back, vla Panama IBoston, John P.
Jewell & Co., 1854), pógs. 247 - 48; Kemble, lhe Panama Roule, pógl. 121 ·23¡
Alexander Holin.ki, La California el Le. loutel InMlocéo!llqu... (Bruqllll!L< A.
lobrOUll el Compogni., 1853), Pág,. 250· 51¡ Fi,h Fomily Papers, 8aOg'Qh
lIbrary¡ JOOn Chorles o.,chow, Th. Duchow JOIlrDCl!¡ a VOYasl' &oln Iollon lo
Caflfomio, 1852 IMollell. Deon, 1959). poS$im.
79
CAPITULO 4
81
la Compañía Accesoria de! Tránsito aceptó Jo propuesta
e inmediatamente dió los pasos encaminados a la compra.
Para conseguir eol dinero la compañía ofreció 40.000 nuevas
accjones aJ grupo de funcionarios que la controlaban y tam-
bié.1 0105 principales capitalistas de Wall Street. las acciones
fueron rápidamente vendidas, ya que al posar la Iíhea a un
sólo dueño la obtención de utilidtldes era cosa segura. En
la bolsa de valores subieron ¡as acciones de $ 30 a $ 40 dó-
lares. la compañía pagó a Vanderbilt $ 1.200.000 dólares
en efectivo y firmó un pagaré por los $ 150.000 restantes;
aporte de eso se comprometió a pagar, de las primeras uti·
lidades que rindiera \0 empresa, $ 180.706 d61arE!s por el
carbón, lanchas carboneras y demós enseres. Vc:mderbilt
retuvo la agencia de la línea naviera por los próxirnos doce
meses a cambio del 20 por ciento de los ingresos brutos de
la ccmpañío. Más tarde diio qu~ había hecho estE! trato a
fín de asegurarse fa suma que ro compañía le adeudaba.
El 14 de Febrero de 1853 se aseguro doblemente de ello
volviendo a hacerse director de la compañía, pero no volvió
a ocupar la pre~idencia que siguió vacante. {21,
82
distas que dijeron' todo en él era más /Uios9 que ,la mayorta
de· las mansiones de los millonarios de Park Avenue. Di-
jeron c6mo estaba el salón principal hecho de maderas pre·
ciosas; el mobiliario era tallado al estilo Luis XV y tapizado
en suntuoso. terciopelo recamado de flores. Mármoles ías-
peados y pulidos como espejos revestían las paredes del co.
medor, y tenía también paneles de granito importado de
Nápoles, como los jaspes de Brescia, incrustados de mármol
de los Pirineos. En el cielo roso veíanse retratos de Colón',
Webster, elay, Washington y otros estadistas americanos.
El Reverendo J. O. Choules, que viajó en el yote como mínis-
tro evangélico, escribió lo siguiente: "Todo el mobi'liario fue
fabricado con la sola idea de producir ~I meior eféCto posible,
y cada objeto que lo adorno revela ,la maestría del artista; y
todo tambiétn habla muy en alto de la destreza y buen gusto
americanos", (4J.
r", JoI," O"'rton Chovles, l'h. C"llse o, th. $I.am Yatcfl North Slar IBafton, Gould and
lInctl1n, lS54\, POgL 19·22.
83
La ruta cambia de manos
B4
Hombres. y mujeres clamaban fvera de sí, ellos se rosgaban
el pecho, ellas se arrancaban frenéticqmente sus desgreñados
cabellos. tas madres arrojaban sus tiernos hiios ~(mor petra
no verlos devorados por el fuego. esperanzadas! sin duda a
que (as olas llevaran sus cuerpee/tos a la playa. En sus
intentos por fcmzarse 01 agua muchas muieres quedaron sus-
""ndidas de las faldas que se habían enganchado en los
garfios. y opore;~ del oorto, y en eso posición implorobao
auxilio hasta que las \lomos llegaban el liberar SUs cuerpos
que yo sin 'vida caíaJ1 hvndJéndose en las aguas. los qUe
nadaban -pasdjeros o tripulantes- aullabQn ci}radamente
disputándose un ,madero o cualquier cosa . quefloh;tra
. para
poder salvarse; algunos que pudieron agarrado fl.!.cron,"~
vados mar afuera por la corriente. El capjtón fue el último
:;0 abandonar el barco, y en un bote se dedicó a salvaf' a !c~
náufragos que luchaban con las olas hasta que las tiAleblas
de le noche le impidieron se~uir en el salvamento•.
8S
bahía de San Francisco, todos ¡untaron su último h6/ito de
vida para pegar brincos de alegría. (SI.
86
ya que el Lewis no estaba en condiciones de navegtJr'.'. {9J.
Los desastres estremecieron la canciencia de la ciudadanía,
pero no detuvieron la corriente migratoria a través de Nica-
ragua. Tal vez Se creyeron que a ellos no podría ocurrides
una cosa semejante. Como quiera que fuese, el lewis había
zarpado de San Francisco trece días después del naufragio
dellndependence con 886 pasajeros, y ello. de Abril le siguió
el Sierra Nevada con 716. Seguidamente a la tragedia del
lewis salieron tres vapores para San Juan del Sur con pro-
medio de más de quinientos pasajeros cada uno. (10 1.
87
Vanderbilt, satisfecho de tener en el Pacífico a un tipo
de la talla de Garrison, buscó a otro de igual calibre para que
en su ausencia se hiciera cargo del negocio en el Atlántico.
Se decidió por Charles Margan, uno de los directores de la
compañía. Este hombre, como el propio Vanderbilt, había
pasado su vida 'entre vapores. A los veinte años de edad
era dueño de un vapor en Peck Slip, Nueva York. En 1833
se asoció a otros dos empresarios para fundar [a Southern
Steam Packet Company. Tres años después había comprado
el negado a sus socios y comenzó a trabalar con los barcos
entre Nueva Orleons y Jos estados del Golfo de México. Ya
para 1849 era dueño de la floreciente Margan Iron Works y
de siete vapores que recorrían Nueva York, Habana, Colón,
Nueva Orleons, Galveston, Part Lavaca, Ind¡anola y Brazos
Saín Lago. Su vapor Crescenf City entró en Colón sólo una
semana después del "pionero" Falcon, y en el otoño de 1850
su compañía, la Empire City Une, hizo tan fiera competencia
a las Moil que éstas se vieron obligadas a comprársela. A
poco de haber inaugurado Vonderbilt la ruta a través de Ni~
coragua, puso su nuevo vapor México a hacer la travesía
Nueva orlecns-San Juan del Norte. Siendo como era uno
de los más fuertes inversionistas de Ja Compañía Accesoria
del Tránsito, se convirtió el 14 de Febrero de 1853 en uno de
sus directores. Vonderbilt debió haber previsto que un em-
presario de la categoría de Charles Margan no se conformaría
con ocupar un puesto secundario e'n la compañia. Diez días
después de haber zarpado el North Star paro Europa, Margan
abrió nuevas oficinas en el No. 5 de Bowling Green, y cuando
Vanderbilt regresó de su viaie se encontró con que el nuevo
socio 10 había sup~a',ltado en la presidencia de la campa·
ñía. (121.
Pl) )Otmll Porte' SOLlghmon, "Th" Mocilim" ond Roilrood Inl.resr, gr Ch",lu Mg,gon,
1837 ·1885" A H;t!ory 01 the MO'lIon Line", (Ph. O. OI1$e"olion, Tulon.
Universily, 18621. Págs. 6·85, lewi, f. Slonlon, Aft Accounl ot Ih. Dedltollon
of Mo'1Jon 5chooJ RuJldin" INuevo Yo,k, f, Ho" ond Co., 18731, po"im.
88
si&ron a urdir planes para apoderarse del contro) de Com-
pañía Accesoria ,del Tránsito. Mediante brujuleos bursátiles
'q
en la bolsa de valores, Morgan y Joseph L White reolizaron
su jugada apoderándose de la direcci6n¡ y el18 de Julio de
1B53 Margan fue electo presidente de lo Compañía Accesorio
del Tránsito. Esta entonces, timoneada por Morgan, entabl6
demanda contra Vanderbilt por deudas a ella y suspendió los
pagos que, conforme a contrato, debían hacérsele al Come-
doro.
89
Para asegurar su posición en la nueva empresa naviera,
Garrison llegó a un acuerdo de palabra con el Capitán Knight
--agente de la Pacific Mai I Steamship Company- que de-
bían acatar ambas compañías. En Mayo de 1853 acorda-
ron fijar en $ 244 dólares el valor del pasaie de primera
clase, en $ 188 el de segunda, yen $ 133 el de tercera, sin
incluir el pago del tránsito del istmo. Pero los representan-
tes de la Pacific Mail en Nueva York no aprobaron el con·
venia. El 17 de Agosto apareció en el Alta California un
anuncio diciendo que reconocían todo lo que el Capitán
K'n ight había hecho, salvo 10 relativo a los nuevos precios de
los pasajes. p51.
90
"ea que tenía con ella para adjud¡cárselo a la Compañía del
Tránsito. Estas conjeturas no llegaron nunca o realizarse, ya
que tras un rápido despliegue de sus capacidades empresa-
riales, Margan y Garrison, en vez de reducir los precios de
los pasaies, efectuaron mejoras en sus -barcos ci fin de indu.
tir a los buscadores de oro o viajar en ellos. A mediados de
Octubre los precios habían vuelto O su nivel anterior; por la
ruta de Nicaragua cobraban $ 50 dólares más en primera
clase, y $ 25 más en segunda yen tercera que las compañías
MaH. (171.
(171 Ponomo H_ld, '17 de Octubre de 1853; Kemble, ThI Pancnno Rout., P601'. 67-6'1.
91
más tres horas el viaje de San Francisco a Nueva York, la
marca de velocidad más corta registrada hasta entonces. (18).
El tránsito a través de Nicaragua se hada a satisfacción
de Morgan y Garrison. Bajo la dirección de Vanderbilt la
admi'nistración del tránsito mejoró mucho en comparación a
la de aquellos primeros días de 1851 en que Se inició. En
Punta de Castilla, frente al puerto de San Juan del Norte, la
Compañía Accesoria del Tránsito montó talleres de mecáni-
ca y construyó casas en lugares que antes ocupaban los pri-
mitivos ranchos de los mískitos. Allí fondeaban y se repara·
ban los vaporcitos del río que en verdad costaba mucho mano
tener en servicio con sus chimeneas herrumbrosas y sus toldos
haraposos y despintados. Enfrente, las casuchas de techo
de paia del vieio puerto de San Juan del Norte habían de-
saparecido para dar sitio a edificaciones más respetables.
La selva se batía en retirada por todos lados, y calles tira-
das a cordel reemplazaban a los antiguos y_ trjllados cami~
nitos. Varias casas de dos pisos, hechas de pino, en Estados
Unidos y llevadas allá en partes que luego armaban, eran
hoteles en que se aloiaban los cansados viajeros.
Había en Punta de Castilla cuatro vaporcitos de río que
los pasajeros llegados de Nueva Grleans y Nueva Yorkto-
mabon hasta el raudal de Machuca. Aquí caminaban sobre
un sendero que pasando por entre la espesura de la selva
orillaba el raudal mientras los marineros llevaban el equi-
paie en bongos hasta cierto lugar de más arriba. Allí com-
praban cerveza, café, pan dulce, tortillas. queso y también
frutas mientras esperaban transbordar a vaporcitos más pe-
queños que los llevaban al pie de la histórica fortaleza de
El Castillo. En el extremo oriental del raudal que lleva este
mismo nombre -e/ mayor obstáculo de la navegación- la
compañía había construido un muelle y un tranvía de san·
gre para conducir a los pasajeros y su equipaie, orillando
el raudal, hasta dejarlos en los vaporcitos que esperaban río
lISI N. Y. Herdd, de Enero de 1852 a Diciembre de 1853: Alta, de Enero de 1652 Q
Diciembr. de IS53.
92
arribts. Al pie de El Castillo se asentaba Úl1 poblado de unos
doscientos, habitantes con varios hoteles que el tránsito había
hecho brotar. El Hotel El Castillo, de moyor clientela que
los otros, alardeaba de un bar repleto de zarandajas y nu-
merosas garrofas de fantásticas figuras y co!orés. El segun~
do piso lo partía a lo IQrgo un pasillo; por un lado era un
solo cuarto con vnos cincuenta catres" y por el otro tenía cuar-
tifos con sólo dos o tres. El hotelero ponía una colchíta en
cada catre. Para los que preferían dormir a campo raso ha-
bía hamacas. Aunque las sábanas y almohadas eran allí
lujo de otro mundo, los viajeros, después de haberse posado
una noche a la intemperie en la cubierta de uno de aquellos
vaporcitos, acogían encantados el catre del hotel. Ocasiones
había en que apenas si hallaban lugar para ir de pies en
esas carracas embutidas de humanidad y equipaje. Y para
mayor tormento a sus miserias, el hollín y las cenizos que
aventaban los chimeneas amasijados con el rocío de la ma-
ñanita los encenagaba de algo no muy diferente del lodo.
ta último escala en el Río San Juan se hada en el rau-
dal de El Toro, unas siete millas arriba deEI Castillo. Aquí
volvían los pa'sa¡eros a orillar el raudal caminando otro corto
trecho" y llegaban a un paraje donde los esperaba alguno
de los vapores del lago que eran más grandes que los del
río. En ellos cruzaban el lago de Nicaragua y desembar-
caban en la Virgen. Estos vapores, que eran el Ceritral
América y el Ometepe no tenían camarotes ni cocina., los
relatos de Jo época dicen que los pasajeros se turnaban para
poder echarse a descansar o- dormir en cubierta, y que iban
esos barcos tan repletos que no se podía caminar en ellos.
Bajo tales condiciones, las diecinueve horas que duraba el
cruce del lago solían ser la peor etapa del tránsito. Todos,
naturalmente, se alegraban cuando divisaban la Virgen. la
compañía había reemplazado allí a los bongos con un lan-
chón de hierro montado en receptáculos herméticos. Cdn un
~ble se ataba el vapor a un poste clavado en la playa, y
unos doce marineros cogidos en fila del cable sirgaban el
lanchón que en cada viaie Hevaba hasta cincuenta poso.¡eros.
93
'la Virgen era un puertecito de U'nas treinta casas ali-
neadas al borde de la costa; de aj.H partía el camino del
tránsito internándose en la selva rumbo a San Juan del Sur.
En varios hoteles había camas-tijeras provistos de colchas
para los huéspedes que con destino a los estados america-
nos del Atlántico aguardaban o los vapores del lago. Muchos
de esos cansados viajeros apenas desembarcados corrían a
apagar la sed y saciar el hdmbre en cualquiera de los largas
mesas d~nde muchachas del país vendían cocos, naranjas,
piñas, nísperos, mangos, bananos, huevos, pollos, pan y di.
versos obietos de curiosa artesa'nía nativa. Conforme a cen.
trato hecho entre la Compañía Accesoria del Tránsito y el
ciudadano alemán Henry GatteJ, un suficiente número de mu-
las compradas en Marzo de 1852 esperaban ensilladas siem-
pre para llevar a los pasajeros y su equipaje a San Juan del
Sur. Los empleados de la compañía facturaban el equipaje
en uno de los extremos de la ruto terrestre, y los pasajeros
lo reclamaban en el extremo opuesto mediante el pago de
quince centavos de dólar por libra.
94
y muchachc;:zs del país vendícm coñac, refrescos y toda clase
de frutas tropi¡:ales.
95
taran pasajeros y equipaie. Mientras Margan se esmeraba
en íntroducir estas mejoras, Gorrison solicitabo al gobierno
americano les concediese a ellos el contrato de llevor el co-
rreo por la ruta de Nicaragua. (20).
96
la susp~ns¡ón de los pagos a ~I, dictó a su secretario uno c1ó-
sica advertencio suya dirigido o Gorrison y a Morgon:
Caballeros:
Atentamente
97
El Comodoro deóo haber aceptado la agenCia en garantia
de lo que la tompoñía estaba obligada a pagarle, y suponía
que ésta, en su ausencia, había suprimido la agencia para
eludir Jos pagos. Terminaba así: "los derechos que alego
serón consideradas por las tribunales de justicia, ante las
cuales, y na onte el público -según lo exige el mós mínimo
buen gusto-- debió apelar la compañia". Al día siguiente
la Compañía Accesoria del Tránsito respondió en la siguiente
forma: La compañía recibirá teda cuenta y recibo que ata-
ña a lo agencia, y está en capacidad y dispuesta a pagar a
Mr. Vanderbilt cualquier saldo que crea deberle". (23J.
98
de medio millón de dólares. y se apresuraba o· participar
que todos esos beneficios los había aplicado a cancelar vie-
jas deudas -principalmente por mejoras hechas en el istmo
nicaragüense--- a la compro del Cortés, y g, la. liquidación de
$ 150.000 dólares en bonos para cancelar el importe de la
línea naviera. Prometía que si el negocio continuaba pros·
perando, los accionistas podían contar con dividendos se-
mestrales. (25).
99
Stor en borco de posaieros y pactó con Edward Milis. Este
hombre, dueño de vapores independientes, tenía acaparado
desde un principio parte del transporte marítimo con su va-
por Brother Jonothon que hacío lo travesía Nueva York-Son
Juan del Norte. En Mayo de 1853 había enviado su vopor
Uncle Sam al Pacífico con el propósito de enlazarlo con el
Yonkee Blode, próximo a salir del astillero Perine, Patterson
and Stock, en Nueva York. Apenas echado of aguo en Di-
ciembre el Yonkee Blade hizo un viaje Q Colém cuando
Vonderbilt y Milis ya habían acordado crear la Línea Com-
petidora Independiente. Conforme al pacto, el Ytlnkee Blade
zarpó el 2 de Febrero de 1854 con rumbo al Pacífico pora
unirse al Unde Som_ El 20 de Febrero sali6 el North Star de
Nuevo York hacia Colón en el primer viaie de lo Lmea Com-
pefidoro Independiehte. pI),
100
dos 10n bojos éstos como nunca se hahían "isto. Comen-
zaba a hacerse sentir lo competencia, y era palpable que el
Comodoro estaba dispuesto a gastarse una parte"de su for-
tuna en someter a la Compañía Accesoria del Tránsito. Aun
cuando poco antes la rLita Cl través de Nicaragua había igua-
lado en número dé pasajeros en tránsito a Ja de Panamá,
alcanzando un promedio de más de 2.000 al mes, la creaci6n
de ta Uneo Competidora Independiente indinó \0 balanza a
favor de Panamá. Las compañías MajJ, viendo que no po-
díon ponerse a la par de la Unea Competidora Independien-
te, subieron su tarifo a $ 225 dólares en primera clase, $ 130
en segundo, y $ 75 en tercero. j29):
Pasada la primavera disminuyó la afluencia de viate-
ros, y entonces la Compañía del Tránsito y las Moil se vieron
ante la disyuntiva de entenderse con Vanderbilt o seguir en
la brega bajo las férreas condiciones impuestas por Id reba-
ia de precios. Entraron al fin por el aro aceptando las infle-
xibles condiciones de Vanderbilt, y el '10. de Septiembre de
1854 anunciaron que la Compañía del Tránsito, lo Pacific
Mail Steamship Campan y, la United States Moil Steamship
Company habían comprado conjuntamente los vapores Unde
Som, Yankee Blado, y North Sta•. Vanderbilt cobró $ 800.000
dólares por ros tres, más $ 100.000 como bono adicional por
su promesa de' jdmós volver a entrar con sus vapores en el
negocio de transporte de pasa\eros a California. la Com-
pañía del Tránsito pagó $ 500.000 dólares por el Unde Sam
yel Yankee Blade, en tanto que las compañías Moil dieron
$ 400.000 por el North Star. Conforme a los términos del
Jcuerdo conVinieron en aumentar s.us precios a $ 200 dóla-
res en primera, $ 168 en segundo, y $ 112 en tercera clase,
:on exclusión del valor del boleto de tránsito a través del
stmo nicaragüense. Acordaron asimismo hacer que sus vo·
Jores salieran e'n semanas alternos para de ese modo dar
iervicio semanal entre Nueva York y Son Francisco. (Jo).
101
Hasta ese momento Vanderbift no había logrado arrui-
nar o Morgan y Garrison, pero los tenía agachada la frente
y de rodillas. Lo fortuna apretó más todavía 10 tuerca. El
Yanlcee Blade zarpó de San Francisco fletado por Frefz y
Ra\ston, agentes de la Línea Competidora, el 30 de Septiem-
bre con 800 pasajeros, sin saber que había sido vendido a
la Compañía del Tránsito. En su segundo día de viaje,
mjentras atravesaba una espesa niebla frente a Punto Ar~
quilla, qurn<:e millas arriba de Punta Concepción -en las
costas californionas- chocó contra un escollo y en menos de
veinticinco minutos se hobía hundido hasta abajo de \0 cu-
bierta superior y estaba firmemente incrustado en las rocoso
E/ capitán botó en seguida los botes solvavidas para llevar
a las muieres a la costa, pero antes de quedar terminada la
tarea se les vino la noche encima. Y reinó entonCes el caos
entre los pasajeros que, obligados a pasar a bordo una no~
che temerosa, esperaban, presas de pánico, que los olas des-
cuartizaron de un momento O otro el barco. Al amanecer
estaban yo los botes otra vez en movimiento y no poraron
trasto las ocho de la mañana cuando los náufragos gritaron
g02:0SOS al ver aparecer 01 Goliah. Este, que también venía
costeando, vio el aprieto en que se hallaba el Yonkee BJode
y corrió al rescate. Tomó a bordo a seiscientos de los sete·
cientos náufragos que todavía estaban en el vapor encallado
y ayudó a pasar el resto o tierra. Después de haber llevado
a San Diego a los que había tomado a bordo, volvió por los
demós.
102
ocurrido antes de que los agentes embarcadores de Sa'n Frar'l-
cisco supieran del arreglo a que habían llegado las compo-
ñías navieras,Aun cuando Margan y Garrison pudieron SCl-
lirse con las suyas negando toda responsabilidad, tuvierdn
que pagar un elevado precio Ha pérdida del Yankee BIade\
por la solución de su disputa con Vanderbilt. (31),
1311 Alto, 10, 13 Y 15 de Octubre de 1854: Wlltsee, Gold RI/.h Sleomlr', p. 148.
103
Competencia con Panamá
104
f~eron especialmente construidas para llevar pasajeros de La
Virgen a San Juan del Sur y viceversa. Cabían en el'las ocho
y hasta nueve personas. Con asientos blondos, resortes el-íp-
ticos, toldos fijos y cortinillas impermeables, eran los dili·
gencias muy admiradas y apreciadas por los cansados v¡a~
i~ros. Tenían el interior decorado con paisajes de California
y Nicaragua, y su exterior con franias azul y blanco --co-
lores de la bandera de Nicaragua- entrelazadas con ,las de
\a bandera de Estados Unidos. Cuatro mulas tiraban de
'ellas¡ los carruajes formaban una pintoresca caravana sobre
el camino que cruzaba la selva. Con esta clase de servicie
terrestre los pasajeros recorrían ahora las doce millas en ho-
ra y media o dos. (33).
105
setenta y cinco; entre todas podían llevar 700 pasajeros. Con
un muelle en San Juan del Sur- al que atracaban los vapores,
diligencias rodando entre San JuO'n del Sur y la Virgen, y
nuevos vapores en el lago y en el río, los viajeros iban ahora
de un océano al otro en sólo veintiuna horas y media, y el
viaje entre Nueva York y San FrOTlcisco se hacía en menos de
veintiún días. (35).
106
de las dos componlas para ella 5010, y cantaba con que la
Pacific Moll costearía sus propios gastos, vehículos, etc. la
Pacific Moil rechazó semejantes condiciones, y ahí paró todo
lo hablado. En Mayo se reanudó con furor la competencia
comenzando ambas empresas a rebaja( sus tarifas. En Ju-
nio la Compañía del Tránsito redujo a $ 175 dólares el pa-
saie en primera, a $ 125 en segunda, y a $ 50 en tercera
clase, vía Nicaragua. (371.
1371 Pocific MOII S'eomship Ca .. Re!>ort. 01 Pe>ciflc Moil Sleom.hip CO'I Slockholderl,
Póg •. 29 _ 37; Slalemenl 01 28th June. 1855. lrom M•. WiHiam H. Alplnwall.
P.. ~ldent of Ihe Po<Íli( Mall Ste.,m.hip Compony. in an.wer lo the Reporls f .......
¡he Two Commiltees Appolnled by Stockholde". 2-4 Ih Moy. 1855 [Nueva York):
H"II, Clay!ol'l & Co. 1~55 Págs 7 ~. N. Y. He.ald, 14 y 17 de Marzo. JO d"
)c.n." de 1ass.
107
a los 9.687 de Nicaragua, esta ventaja quedó reducida a
5.382 en 1854 año en que la Compañía de Nicaragua au-
mentó su total a 13.063. (38),
1381 A~,,<l;ce 8
loa
El bombardeo' de San Juan del Norte
109
En Enero de 185 J que el Promeiheus hizo su primer Vicie
o Son Juan del Norte, lo Compañía del Tránsito se 'negó a
pagar el referido portazgo alegando que el Tratado C1ayton-
Bulwer no le reconocía a las autoridades mískltas dominio
alguno sobre el puerto, pero sí al gobierno que había otor-
gado a la compañía un contrato exonerándola de todo im-
puesto o derecho. {4l). El 21 de Noviembre de 1851 por lo
tarde, el capitán i'nterino del puerto subió a bordo del
Prometheus a notificar al Capitán Churchil1 que llegaba allí
a cobrar el portazgo de no :;ólo el Prometheus sino también
de los retrasos que debían otros vapores de lo compañía. El
Comodoro Vanderbilt, que se encontraba a bordo, fe respon-
dió que no le reconodo ningu'no autoridad y que no pagarío
más que por la fuerzo. El capitán se regresó al puerto y ante
la autoridad competente procedió a embargar el barco por
deuda. •
,411 De CM!e." G~n, FO 53 (Mo,q... itoL Corre!e IG, Vol. 29: Fn:¡nklin Pi"'ce, M ...<f9'.
on Rou'., ~tw. . n Allanllt and Paclfit, ¡>. 9J.
:,421 De (""'el ~ Sfeen, n,d., FO 53 ,Motqui'ol, Corre'" ID \/01 29; H,,""'{ ~h_'r,h,¡',
Co:,i,,,n del vapaf Pro ....elheu" 01 N. '1'. He'old, en FO :MolquiTO'] (""ele 10,
Vol J9 y el N. Y. He"ll<l, 2 de Diciembre de 1851; de Groen '" F\1od, 8 de Did\1mb'e
de 1851 ibid.: d" Sreen (\ Fe"d, 21 de No\,..,mbr., de lB51; PlI,1- PlIp.",
~Q: T) 3; de ~e"d ~ M(Q~oe, 8 de ú,ciembre de Tes l. ib,d.; de Feod " Porker
3 de [1er<; oe 12~7 '-(:. 53 .Mo,qJ"O~ COHeTe 10. Vol 29
110
Una vez de regreso el Comodoro en Nueva York, el abo-
gado de la Compañía del Tránsito puso al Secretario de Es-
tado en conocimiento de! suceso. Le hizo notar que el capi-
tán del Express había actuado cumpliendo órdenes del cón-
sul británico en San Juan del Norte, quien seguía ejerciendo
dominio en flagrante violación del Tratado Clayton-Bulwer,
y le pidió e'nviar a ese puerto un barco de guerra a proteger
la vida y propiedad americanas. El Secretario de Estado or-
denó al Comodoro Parker partir a San Juan del Norte advir-
tiéndole que si bien el Tratado Clayton-Bulwer prohibía ter-
minantemente a Gran Bretaña eiercer dominio sobre San
Juan de! Norte y también registrar barcos americemos, Esta~
dos Unidos no respaldaría la negativa de los barcos ameri-
canos a pagar impuestos legales de portazgo. Al mismo
tiempo inquiría por medio del ministro americano en landres
si los funcidnarios británicos en San Juan del Norte habían
procedido en conformidad con órdenes de su gobierno. El
14 de Enero de 1852, el Ministerio de Reladones Exteriores
de Gran Bretaña informó al ministro americano que desau-
torizaba de todo punto el próceder de sus funcionarios en
San Juan del Norte, y que les había ordenado no volver a
apoyar con la fuerzo el cobro del impuesto en cuestión. Es-
tados Unidos aceptó las satisfacciones dadas, y todo se arre-
gló de manera pacífica. (43J.
111
jeros directamente de los vapores oceónicos a los vaporcitos
de! rio. De esa manera se impedía que la gran mayoría de
los pasajeros bajaran al puerto a comprar en el comercio
de la localidad. Al siguiente día del incidente con el Pro-
metheus, y sintiéndose los porteñ.os protegidos por la marina
de guerra británica, la municipalidad notificó a lo Compañía
del Trónsito que en lo futuro todos los pasa¡eros y Jo carga
en tránsito, antes de tomar los vaporcitos, tendrían que ser
desembarcados en el puerto de San Juan del Norte, y que
la compañia debía trasladar sus talleres de Punto de Costilla
al otro lado de la bahía. (441.
1441 ParL 1'01'''''' 60-1 lB: B.ili.h and fa,,,i!i/n SIal" 1'01''''', 41:77:'.
1451 B.¡¡¡.h ond Fgrelgn SIal" Pap".., 4 1 /.' 2; Parl. pgp"~, 60,1 16, 120, de Green "
IJ\C1I~-_e""'/v 3 de J-_,n,o de 1S~7 y de ~,'ee" ,,1 Br-",h Fore,?n aflic" 31 de M'-lyo
,-1,.'"5: "::::-'.'3 ',\~q~-TO:' _",,"e'C \'c·: ,Q
112
prar algo en las tiendas del poblado. El cebo del lucro hizo
creer a lo municipalidad que ha necesitaba del apoyo de la
menina de guerra británico. Así que el 7 de Febrero de 1853
ordenó a la Compañía del Tránsito deshacer" en el tér,mino
de cinco días las casas que recientemente había levantado,
y en treinta las otras. Con la buena intención de compensar
a la compañía en cierto grado el traslado a San Juan del Nor-
te, lo municipalidad resolvió además -en caso de que la
compañía accediese a su demanda- eximirla de todo im·
puesto sobre sus propiedades o vapores. Cuando el repre-
sentante de la compañía se negó a cumplir, el alguacil, con
un grupo de gente armada, llegó a Punta de Castilla y pro-
cedió a destruir algunas casas que la compañía había edi-
ficado para viviendas de sus empleados. (46 1.
113
el poblado en sus manos. Ante estos hechos el Cónsul Green
convocó a los más respetables e irtfluyentes ciudadanos para
decirles que debían reasumir sus deberes para con sus con-
ciudadanos. El último día de Marzo los ex-concejales reasu-
mieron sus funcianes, yel lo. de Abril el Capitán Hollins re--
conoció a las autoridades en la medida que 10 permitían las
instrucciones que tenía. Ese mismo día el comandante del
barco de guerra británico Geyser y el Cónsul de esa misma
nacionalidad reconocieron c;:J1 gobierno provisional, con lo
cual la paz quedó temporalmente restablecida. (048).
114
que si el representante de la Compañía del Tránsito sabía
cuán imposible era para la municipalidad construir un mue-
lle, la compañía no trasladaría a otro lugar sus casas yofi-
cinas. El 17 de Marzo salió de San Juan del Norte el repre-
sentante sin haber solucionado nada, y dejó órdenes para
los capitanes de los vapores de no pagar derechos de por-
tazgo, ni de llevar correspondencia, paquetes postales, ni
carga, así como tampoco mantener relaciones de ninguna
especie can los habitantes de San Juan del Norte. (50).
115
agente comercia! d~ Estados Unidos en San Juan del Norte,
se constituyó en fiador. En vista de que las autoridades por·
teños se negaban (J devolver la mercancía, Scott regresó o
Punto de Castilla y redactó un informe que envió a la direc-
tiva de la compañía en Nu·eva York. (51).
(511 Pierce. Mtruag, I"plellng Ih. gamban:lmenl 01 San JUQn de Ni",ragllll. Págs.
1]·14; 8rlthh a<ld Foreig<l S''''N PafHrJ, 46,860-63.
(521 Oeclo,a,ión de Hen'Y Wiedem(:lnr'l. U. S. Congre", Senale, Presidente Jame.
BuchOn<ln. Menog, On Afft"" In Ni"'.... gua, 35th Con9'ess, 1st Seu. lB57·1858.
S. Doc. P6;¡ •. 8· 9; Informe del médico fo,ense re.peclo del cad6vef de Antonio
Poladino, 16 de Moyr¡ de 1854, Fa 53. IMo$C¡uitol: Carrete 12, Vol. 33; de
BorlQnd a Mo,.-¡. 30 de Moyo de 1854, Pierce Meuog. Resp.dlng !he
Bombord""nt ot Son Juan," Nlcorag...... p. .2.
116
!Esa tarde, mientras el vaporcito del río estaba abarloa-
do al Northem Light transbordando sus pasajeros, llegó un
bongo con unos treinta hombres armados que atracó al cos..
todo del Routh. El alguacil con unos cuantos de los suyos
subió a bordo y trotó de arres.tar al Capitón Smith bajo acu-
sación de asesinato. Enterado de esto Borland que se en·
contraba a bordo del Northem Light, salió a cubierta y dijo
01 alguacil que nadie en San Juan del Norte podía arrestar a
un ciudadano americano, y le ordenó retirarse con sus hom-
bres. Cuando éstos comenzaron a bajar, varios de los que
se habían quedado en el bongo blandieron sus armas y en
tropel intentaron abordar el vapor. Entonces Borland, to-
mando un rifle de me'nos de un pasaierQ¡ se fue O la baran-
dilla y advirtió a los homlpres que si daban un paso más se
morían. La amenaZa los contuvo y todos se volvieron en su
, bongo al puerto.
117
comisión de tres paro ir a consultar con Sorland. Al aproxi-
marse ellos a lo playa un grupo armado los amenazó con
dispararles si intentaban desembarcar¡ los fallidos comisio-
nados tuvieron que regresarse al vapor. Todo la noche es~
tuvo Jo playa vigilada por hombres armados, y Borlond pero
maneció encerrado hasta el amanecer. En las primeras ho-
ras del día pudo regresorse en bote al barco, en donde Fabens
y Scott lo pusieron al tanto de las dific\Jltodes que \0 Com-
pañía del Tránsito había tenido antes con las autoridades
de San Juan del Norte. Convencidos de que la vida y la pro--
piedad americanas no estarían seguras después que el vapor
se fuera, Borland convocó a los pasajeras y formó una guaro
dio de cincuenta hombres encargada de quedarse prote-
giendo los interes'es americanos en Plinto de Castilla. El
Northem Ught zarpó a informar o Washington del ultraje
inferido al ministro y del robo de lo propiedad americano. ¡53 1.
1531 Dedorod6n del sob.ecorgO del ~opo' HOf1"em tig'" cdc¡:'l,,"o "f¡d"r,.,enle
po. el Mini.t.o Bo,I':md ComO lo S"yo prO'pio. P¡eree, Meuog. Respedlng
tM hmbDrdmi"l) ot Xm J_n d. NltQrog1>Q, pogs.. 5 . Be de a.:,rlond O Mon;y, JO
de Mo'{o de 185A, ibid., P6g •. de Felben, o Marcy, JO do> Moyo d.. 1854, Brltlsh
and .0..19" Slot. Popen, 46,864_66, Dedo'odón de Thamo. l, Codd. ¡..I.. d ..
polido del puerto, 16 de M"yo de 1854, FO A3 IMosquito) Carrete 12, VoL 33,
de J"mes Geddes 01 fa.1 de Clorendon, 20 de Moyo de 1854, ¡bid,
118
relato de lo ocurrido. las instrucciones que llevaba eran
terminantes, como puede verse por este párrafo:
119
vacilará en exigir las debidas reparaciones.
"Espero saber de parte suya que todo ha salido
bien". (55).
120
respuesta satisfactoria de parte de Jo ciudadaníQ de San Juan
del Norte, cañonearía el poblado a las 9 de la mañana del
siguiente día 13, como ya se los había notificado. (57). luego
desembarcó un pelotón de marinos que se llevó del cuartel
las armas y municiones que había allí. (581.
121
intervalo recomenzó el fuego que duró veinte minutos, y por
fin cesó. Hollins manifestó después que concedió a los ha-
bitantes esas treguas para darles tiempo a que se decidieran
a solucionar satisfactoriamente la cu'estión con él. Pero ha-
biéndose ellos negado a entablar negociaciones, a las cuatro
de la tarde mandó desembarcar un pelotón de marinos a
completar la destrucción gel pueblo quemando lo que que-
daba de las casas. Durante el incendio, un barco correo
de la marina británica remolcó al Bermuda fuera de la
bahía. (61 1.
rEl .cañoneo del Capitán Hollins redujo a cenizas el puer-
to de San ,Juan del Norte y deió a toda ·la población sin un
solo techo baj.o el cual guarecerse. No cabe duda de que
Joseph L. White debe haberse solazado cuando le llegó el
informe de Fabens. Pasaría mucho tiempo antes de que el
concejo municipal del puerto volviera a importunar ala
Compañía del Tr.ánsito. Bien mirado, este hecho fue una
medida de extrema barbarie. la prensa estadounidense
reaccionó con severidad. El New York nmes aCUSÓ al Pre-
sidente Frankli'n Pierce de haber violado la Constitución yel
Tratado Clayton.Bvlwer. la censura de la ciudadanía fue
causa de que en ambas cámaras del Congreso se aprobaran,
por gran mayoría, resduciones pidiendo toda b correspon-
dencia referente al caso junto cCJln las instrucciones impartidas
0,1 Capitón Hollins. (621.
.122
moda por un gobierno corrompido e incapaz, que ha defrau-
dado ,la confianza de sus electores y sacrificado mucho 'de
"os más sólidos principios de su política nacional". /ó3}, El
Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaño calificó
el caso de "un desmán sin paralelo en los tiempos modernos",
y decía que el gobierno de Estados Unidos repudiaría el hecho
como ya lo hqbía repudiado el consenso de la opinión públi~
ca americana. (641.
123
ca'so hasta donde pudo. Por último, en su mensaj'e anual del
4 de Diciembre de 1854, el presidente expresó el criterio de
su gobierno. Después de reseñar con cierta extensión y par-
cialidad el hecho, el presidente manifestó que, si bien habría
sido preferible que la corbeta Cyane hubiera cumplido su
misión sin tener que emplear la fuerza, "la arrogante con·
tu macia de los delincuentes hizo imposibe evitar la alterna-
tiva de arrasar el poblado o deiarlo bajo la impresión de que
podían continuar impunemente su carrera de insolencias y
saqueos". (6S). Estas palabras fueron el epitafio de la cues-
tión. Muy en breve las actividades del filibustero Wi!liam
Walker harían palidecer el episodio de San Juan del
Norte. {66l.
1651 Jame. D. Ri,ha.dson, OO,. A Cumpilollon of th. M....oge. and Pape•• of Ih.
Pnuidenh, 20 Vals. INueva York, Bureau 01 Not;onal literatu.., 19\71. 7,2BI7.
1661 David l. Folkman, J ••, "W..stward Vi" N¡,a,agua, Tlle Uniled Slate. and Ihe
NiooraguQ Raule. lB26· 1Bb"?' , 1?t1. D. dissertal;on. Universjly af Utah. 19661.
pógs. 165·70,
124
CAPITULO 5
El problema filibustero
125
la vida de Willíam Walker es uno de las más interesan~
tes del período aquel de la fi~bre del ora. Aunque no medía
más que cinco pies y dneo pulgadas de estatura y su peso
no llegaba a las 120 libras, su exigua humanidad rebosaba
confianza en sí mismo, y sUs glaciales oros grises irradiaban
autoridad. la supremacía de su intelecto y su firme resolu-
ción fueron fuerzas que )Jevaron derechamente su corta vida
hasta la meta que ~ había fiíado; de ahi que 'Se le conoci'era
como "el predestinado de los ojos grises".
Nadó Walker en 1824 en Noshville, Tenesí. Demostró
su talento graduándose a los catorce años en la Universidad
de Nashville y a los diecinueve se doctoró de médico en la
Universidad de Pensilvania. la medidna, sin embargo, no
se amoldaba a su naturaleza inquieta, y a pesar de haber
ido a Europa a ampliar sus estudios durante dos años, volvió
a Estados Unidos a estudiar leyes y se hizo abogado. Ca--
menzó a siercer esta profesión en Nuevo Orleans. Mas tam-
poco la abogacía le s.atisfizo. En los cuatro años siguientes
sU azogado espíritu fe llevó a traboíar de periodista primero
en el New Orleans Crescent, y después en e.) Dally Heralef, de
San Francisco, a donde se ha-bía tras'Jodado, para en seguida
volver a su profesión de abogado en lo ciudad de Marysville,
en California. Estando allí concibió el atrevido plan de fun-
dar una co:cm:a militar en el estado mexicano de Sonora.
Walker comenzÓ su carrera de filíbustero en Octubre de
1854 cuando con una pequeña fuerza de aventureros salió
paro Sonora. Pero las deserciones, las enfermedades yel
hambre les obligaron a huir clelo~ s.olclados mexicanos que
los perseguían. Estuvieron todos a punto de perecer, mos al
Hn pudieron cruzar lo fronterd de la Bajo California internón.
dose en territorio estadounidense. Esta experiencia, lejos de
amilanar su espíritu le hizo prestar oidos 01 grandioso pro-
yecto que le presentó Byron Cale. (T lo
[11 Williom o, S:'o\lg~, ~lIjbuslers and Financie.s¡ Ihe Slory 01 Willlom Wolk.,ond
Hb Ass<>dc;m IN"""", Vor1<, The MOLmillom Co., 19161, pógs. 9· 16, Witliom V.
Wells, Wolke.'s Expedillon lo Ni«lrogua; A Hislory of Ihe Central Ame.leon War
ond lh. S<>nora ond Klnney E>!pedlfions IN.. e"" V"rk, SIringe' on;:! Townsetld,
1B561. Págs. 21·22.
126
Aun cuando se dedicaba principalmente a SUs quehace-
res como uno de los propietarios del periódico Commerciol
. Advertiser, de San Francisco, Cole era también condueño de
la Honduras Mining and Trading Company, una compañía
minera que gestionaba la explotación de ciertos yacimientos
auríferos de Honduras. Sin entrar a analizados problemas
políticos de la América Central, bástenos decir que Cole ha-
bía llegado a la conclusión de que si en Nicaragua fracasaba
la revuelta de los democráticos, muy probablemente se de-
rrumbaría el gobierno liberal de Honduras que le había otor-
gado su concesión minera. Por otra parte, si los democráti·
cos conquistaban el poder con ayuda de aventureros ame-
ricanos, Nicaragua también podría ser campo propicio para
el espíritu emprendedor de ellos.
127
ronel. la cordialidad demostrada desapareció muy pronto
al hacerse 'notorio que Walker no tenía intenciones de seguir
la estrategia trazada por los líderes democráticos. Obsesio-
nados únicamente por la idea de defender a león y de atacar
a sus enemigos en Granada, los revolucionarios desatendían
la ruta del tránsito situado muchos mH1as al Sur. Walker,
en cambio, puso todo su empeño en controlar la ruto. Cans·
ciente de que nunca podría realizar sus planes con sólo cin-
cuenta y seis hombres, antes de salir de San Francisco dejó
instruccione~ de reclutar aventureros que debían enviársele
en los vapores que regularmente llegaban a Nicaragua.
Tambié,n llevaba en mente aumentar sus fuerzas reclutando
gente entre los americanos que cruzaban el istmo. Con un
considerable número de fi libusteros sí podría sojuzgar el país.
la consternación de Castellón fue grande cuando Walker se
'negó a lanzarse directamente sobre Granada y se dispuso
en cambio a apoderarse del trónsito. la animosidad que
había surgido entre ambos probablemente hubiera causado
su ruina si fracasaba el osado plan que pensaba poner en
práctica para tomarse Granada. (3J.
128
EllO de Octubre se apoderó en el lago del vapor Virgen
que llegó a la bahía de La Virgen con pasajeros procedentes
de los estados del Atlóntico de Estados Unidos en viaie a
California. Después que pasa'leros Ycargo hubieron desem-
barcado, embarcó a su tropa y enfiló rumbo a Granada.
Bordeando lo costa frente Q ,la ciudad y con Ids luces del va-
por apagados, Wolker desembarcó con sus hombres unos
tres millas al Norte. A eso de las seis de la moñona del 13
entraron en Granada mientras lo pequeña guarnidón legi-
timista dormía plácidamente. Después de linos quince mi~
nutos de nutrido tiroteo los filibusteros se apoderaron de lo
dudad. Firmemente ya en posesión de ·10 capital del ene·
migo, Walker comenzó a entablar negociaciones de paz. {41.
129
mental. los pasajeros se ab¡aron en Granada donde y como
pudieron en espera ,de que se reabriera la ruta del trán~
sito. 15 ).
Habiendo sido rechazadas sus propuestas de paz,
WaUcer resolvió asestar otro golpe aterrador. En la moñana
del 22 de Octubre ordenó el fusHamiento de don Mateo Ma-
yorga Cuadra, el legitimista de mós relieve que tenía en su
poder. Fue ejecutado en la plaza mayor de la ciudad. En
seguida hizo saber a las fuerzas fegitímistas que tenía en
rehén a las familias de Granada en garantía de! buen com-
portamiento del enemigo. la amenaza surtió el efecto de-
seado, ya que la ma'yoría de los oficiales legitimistas tenían
familiares en aquella ciudad. Y entonces sí todos comen-
zaron a hablar de paz. Hecha ésta se designó presidente
provisiona'l a don Patricio Rivas, un legitimista moderado, y
a Walker se ,le hizo comandante en ¡efe del ejército de lo
república. Esa noche Jos pasajeros americanos se embarca-
ran en el San Cartos para San Juan del Norte, con lo que el
transporte trasoceánico recobró su normalidad. Fuera de
los inconvenientes sufridos por los pasajeros que iban a Nue-
va York, la acción de Walker no había siquiera interrumpido
el tránsito. {61.
1S0
y a mostrar anualmente las cuentas de los ingresos y egresos.
la del Tránsito abonó $ 10.000 dólares anuales de 1849 a
1852¡ sin embargo, ello. de Jun io de 1852 'la compañía dio
a sus accionistas un divídendo del 2%, y nada a Nicaragua.
Enterado qe esto, el gobierno 'n icaragüense envió a Nueva
York dos comisionados con el encargo de averiguar el por
qué de Jo anomalía y a pedir el estado dé cuentas.
171 Pieree, M,,$$cge on Roulu belw.. en Alloniic ond Podfl,. P69'. 68, 81 ·86-7, 9S,
102 Y 121; Corre,,;:>onden<:¡o entre lo, c:rni"ionocio" de Nicorogua y lo Compañia
A;;c",or;" ce' Trin;:!o, re:;.'ockeido e" el N. y, Herold, 18 de Noviembre de 1852.
131
Antes de salir de San Francisco, Walker se había infor.
modo de CÓmo andaban las cosas respecto de la deudo de
lo compañía con el gobierno de Nicaragua, por lo que pro-
puso a Garrison su cancelación con el envío de reclutas ame·
rica nos en Sl./S vapores. En tal ocasión Garrison le dijo que
sus principios le impedían hacer transacciones de esa clase.
Una agradable sorpresa fue la que recibió Walker cuondo
después de haberse tomado Granada Charles J. MacdonoJd,
agente de Gorrison en Nicaragua, le ofreció dar al nuevo
gobierno un anticipo de $ 20.000 dólares que tomaría del
oro que iba en tránsito de San Francisco a Nueva York. Luego
de haberse convencido Walker de que Macdonald tenía au~
torizocián de Garrison poro hacer tal coso, envi6 una fuerzo
armada al vapor San Carlos. A pesar de la protesta de
Joseph N. Scott, los soldados se JJevaron u-no coio con oro
en barras por 10 cantidad apuntada. Walker prometió que
el estado pagaría el préstamo con intereses, y puso como
garantía 10 que la Compañía del Tránsito estaba obligada
a pagar a Nicaragua. Margan aceptó la letro de cambío
cuando ,le fue presentado en Nueva York. [81.
I~I Walker, W.. , in Nit"IOg,,,,., ~coq._ 1:- 2F; de· JO''';o11 n S,ol' ( John H, Whp~l~r
(_,,,da en 1" "bm d~ Wil',ee, Gold R".h Sle"men. p, 1B?
132
fuesen allá organizados bajo régimen militar ni se les reclu-
tase después como soldados. Antes de este convenio la como
pañía había llevado a Nicaragua en sus vapores a mós de
mil emigrantes. (9).
133
El New York Herald la censuró duramente advirtiendo
que:
134
dar.ando qUe habían emitido ¡legalmente 40.000 acciones
para comprar los vapores de! Comodoro y que de manera
indebida se estaban apropiando de los fondos. Obtuvo un
embargo provisional para que no se emitieran más acciones
y también para que Margan y Garrjson no pudieran concer-
tar nuevos contratos con la compañía. Aun cuando el ¡uez
manifestó qUe no podía determinar si la compañía se había
o no excedido en sus atribuciones hasta que ella fuese porte
en el caso, la medida adoptado tuvo el efecto deseado. Al
. saberse lo del embargo, el precio de los acciones ba¡ó a $ 15
t:lólares; en el verano de 1855 las noticias de la guerra de los
filibusteros en Nicaragua las hicieron bajar más. Durante
ese tiempo Vanderbilt y su? socios se habían dedicado ca-
lladamente a comprar grandes cantidades de las acciones
.en venta. Antes de Noviembre Margan y Garrison ya sabían
que ero sólo cuestión de tiempo para que Vanderbjlt hiciera
sentir en la bolso el peso de sus acdones. Garríson, al darse
cuenta de esta realidad, cambió su actitud para con Walker
e ideó el golpe mediante el cual esperaba obtener el control
absoluto de la ruto del tránsito a través de Nicaragua. (14).
135
El 17 de Diciembre de 1855 10$ señores W. R. Garrison,
hijo de Cornefius K. Garrison, Charles Macdonald, y Edmund
Randolph llegaren a Son Juan del Sur con mós de cien reclu-
tas embarcados en los condiciones' convenidas. Randolph
había sido amigo de Walker desde los tiempos aquellos de
Nueva Orleans, y como abogado que era lo defendió cuando
el juicio por la invasión a Sonora; eran íntimos amigos, y
Walker admiraba sus grandes capacidades. Garrison no pu-
do haber escogido o un hombre mejor para el desempeño de
la misión. 116 }, Llegados a Granada Rondolph informó a
Walker que él y Crittenden, des-pués de examinar cuidado-
samente el contrato de la Compañía del Tránsito, estaban
plenamente convencidos de que dicho contrato hobía prescri-
to por incumplimiento de la compañía. le dijo en seguida
que se encontraba allí a solicitud de Gorrison quien le había
puesto al tanto de la propuesto, y que actuaría en represen-
tación suya. Walker, desde /lJego, aceptó la idea y ambos
redactaron el texto de un nuevo contrato, hecho lo cual
Macdona·ld se volvió a San Frandsco llevando una copIa para
Garrison, y luego W. R. Garrison partió para Nueva York a
dar cuenta del arreglo a Morgan. Todo esto se hizo a espal·
das del Presidente Rivas y de su gabinete. p 7 1.
136
neralj a Morgan lo obligaron a renunciar, yel 30 de Enero
de 1856 eligieron a Vanderbjlt presidente de la compañía. [IElI.
,
Estas c<?Sas enfurecieron a Morgan. A f.in de poner en
mal predicado a la compañía y depreciar el valor de las
acciones, entabló contra ella demanda por $ 70.000 dólares
y lanzó a la venta grandes cantidades de acciones. En estas
circunstancias aceptó gustosamente la propuesta! de adquirir
el contrato d.e la Compañía del Tránsito, y W. R. Garrison se
regresó a Nicaragua llevando la completa aprobatión del
proyecto. [19 1.
Habiendo Macdonald y W. R. Garrison regresado a Ni-
caragua con el plan definitivamente ap'robado, Randolph y
Walker se sentaron a redactar con todo esmero un de:ereto
anuJando el contrato. El decreto revocaba los contratos otor-
gados a la American Atlant"lc and Pacific ShlpCanal Company
y a la Compañía Accesoria del Tránsito, y nombraba a tres
comisionados con autorización para apoderarse de los bienes
de Jos compañías y examinar sUs cuentas con el objeto de
determinar el monto que adeudaban al Estado de Nicaragua.
En una disposición final el decreto establecía que los bienes
podrían darse --<on las garantías debidas- a otra compa-
ñía a fin de que no se interrumpiera el transporte interqceá-
nico. En seguida Walker llevó el texto del nuevo contrato
al Presidente Riva'S quien Jo firmó "'no sólo sin vacilar sino
que con gusto no disimulado". (201.
Esto ocurrió el 18 de Febrero de 1856. Al dío siguiente
Walker presentó al Presidente Rivas un nuevo proyecto de
contrato en nombre de RandoJph y sus socios. Para el pre-
sidente esto fue una sorpresa. Don Fermín Ferrer, miembro
del gabinete, lo calificó de "una venta del país", y sólo hasfa
137
que su traducción al español-fue vuelto a rePodar suprimién-
. dole a la compañía muchos privilegios, pudo Walker obtener
la firma del presidente. Walker retardó la publicación del
decreto hasta que los pasaferos procedentes de California
-que en eSos dios cruzaban el istmo- habían salido de So-n
Juan del Norte para Nueva York, 'pero mandó secretamente
un rnensaie Q Margan poniéndolo en autos de la maniobro
para darle tiempo a crear una nueva lí;nea naviera antes de
que Vander'oilt se enterara. En consecuencia, Margan reci-
bió el mensaje el 28 de Febrero, en -tClnto que la noticia del
decreto aporedda en El Nic'aras - ~nSe {semanario de Walker
publicado en Granada} el 23 de ese mismo mes no \q 5upa
Vanderbilt :lino hasta el 73 de-Marzo de 1856. (2;!.
138
;:l,Jbano que había hecho arreglos con WC¡1!ker para llevarle
:~i1ibusteros, había convencido o Vanderbilt de que Walker
'9$taba dispuesto o solucionar ;0 disputa que tenía la como
"pañía con Nicarogua. Vanderbilt estalló en borbollones de
~OSlera. Inmediatamente suspendió el tráfico de los vapores
del Atlántico y despachó o James M. Cross con "órdenes de
~hacer que los vapores procedentes_de California se dirigieran
directamente a Panamá sin tocar en San Juan del Sur. EI17
de Marzo de 1856 el N~w Yor!~ H~i'Q!d (':0 el público la no-
ticia del denete de revocación del co~ ':TC 1o. (23).
139
llegado a la conclusión de que la compañía era más bien la
acreedora, no Nicaragua. Vanderbilt afirmaba que el va-
lor de los bienes embargados fluctuaba entre $ 700.000 Y
$ 1.000.000 de dólares, lo cuo;, dedo, Nicaragua retenía
"fraudulentamente y por lo fuerzo de las armas ... en abier.
to reto a las leyes y a las autoridades", y pedía "la inter-
vención del gobierno .... para quitar el botín a los agreso-
res, y devolvérnoslo para poder disfrutar de nuestros dere·
chos conculcadas ahora". (~51.
140
~rancisco, se topó con el Unde Sam al que ordenó dirigirse
directamente a Panamá. Con esto medida quedaba para-
lizado el transporte o través de Nicaragua. Pasaron mós de
seis semanas antes de que fuero reabierto. p7J.
141
Capitón Tar:e~on de la ¿orbe+a británica Eurydice. Le pidió
no dejar que el vaporcito de río tomara dios pasaíeros de!
Orizaba, pues que ya Var.derbilt había quitado toda auto-
ridad ol agente y Qseguraba qUe la mayoría de los paso\e-
ros ero.'l filibusteros ccnJTotCJdos para engrosar las filas de
VlaJker. El Ca¡::;itán "0 rieto:l s.e negó a entrome~erSe en la
querella de dos corr,pClr,ícs CHn2riconClS, pero crlvió a Ur\o de
sus ofic'ales Q deener el vaporcito mientras se investigaba lo
de los filibusteros. Ei ofícioí pasó 01 vaporc¡¡o y, después de
hablar con el agente y el C9pit'Ón Tinklepaugh, subió a bordo
de,' Ori:raba Q vc;r SI.} holo de rufa: El ccr.tador le mostró Jo
documentación 0 Infc¡rmó a Tarleton qL:e antes de saiir de
Nueva York '¡ei3 autc-r':cladcs eSTCo.8unide-ilses habían exami-
nado barco y paSa[Dr'ls. A la ccr,-j-:::duria se presentaron en
e;,os momentos unos p:xos pmajeros diciendo que no tenían
ninguno h:t'enc'ón ele sumarse a lels fuerzas de Walker. En
v:sta de le cual el (apiló" Tarieron se retiró deiando al VQ-
pNciio remontar el rio. l3QL
I~'J) D~ rhotl"'15 L,,¡ri (, Ho,~o t,ifrlc~:I,U ,J~ Abril de 1856, fO 53 IMo''l'cito!, Correle
1~. \';,'. :;7~" el" f-\c~~" e,,,,,,,,',;
"·\1.>''''16,, \,{I(\n1c\"\, \7 <1", /l..",,'lld~ \2.S~; Ib:,l
el,,~' '.:/ -"'.:~';~ d J~·"k; (,f!'~.~, 2c.; ,'c Ab".:! ce.· 1;"6, i''):".; P,~I~,t" cel Cop:t6n
r·,I<!"?,,u:o". :,~+~,~~ ~I" ~ :.'c:.',t> '"'e '10"6 F:er<:~. Me\,~!:,~ Crl R~ote. betweerl
Alhn~"c "nd fo<ifi<, reí",-. ! 5.3 - !"j
':~I) D,''''''''' l'c,c,I'!'WI CJ J_ '':,'. "ltlcl:>n 9 d~ Junio de l256 FO 53 (MQS(¡oltoL C"nete
\.- e! --;
'3~' e" ~ '. í,,·~"-:~ '-, J,o'·'" _,ro~n.?:S de ':""'il d~ loó". V) '-4 IMo:qe>¡!o!. C)"el~
1,) V'.,, 3711, P¡c"'Y~"c, 3 e.:e M~"'Q de' 1856
142
Entre tanto, cuando los pasajeros de! Orizaba llegaron
O El Castillo, supieron que había estallado la guerra entre
Costa Rica y Nicaragua y que la ruta estaba cerrada. Tras
dos días de espera la compañía les dio a escoger entre vol-
verse a Nueva York o ir a Granada a esperar allí la reaper·
;furo de la ruta. En vista de que si se regresaban tendrían
·que deiarallí su equipaje, y de que todo indicaba que Walker
io reabriría pronto, unos trescientos decidieron proseguir has~
to Granada. (331.
133' Sen Froncüco 81l1lell", 7 _~" kn¡o ,le; F56; filIe, 7 -'-, }'.'r.? ele 1,':",: P¡c"yune,
3 de Mayo de 12~6
143
Guerra y reapertura de la ruta
1341 Monl0far, Wolker en Centro Am.r;«l. p, 186; Praci"m<:> de don J~rln j:!ofoef Moro,
2Q de No,,¡embre de 1855, citado en lo obro de Jooqu,n Berf'lordo (olva, La Ccrmpoño
No~ionol Contro lo. Filibu$lero.en 1856 y 18571Son Jose, Costo Rico, Tipografía
Nocio""l, 19091, Pógs , 17 y 18; Rolelel Obregón Lo'i", Lo Compoño d.l T.6nsUo,
1a56 - 1857 ISon Jose, Coslo R;co, Ar'l'onio Lehmonn, 19561. p. 62; Felipe Molino,
Br:.$CIue¡o de lo R.público de Coslo Rico, INuevu York, S. W. Ben..et;ct, 18S1],
Pug., 52 5J
144
nalmente el mando y la movilización de las fuerzas en San
José, y salió a invadir Nicaragua. (35 1•.
145
ciudad a hurtadillas con los demás protegidos por la obscu-
ridad y el agotamiento del enemigo.
(37) Walker, War In Nicaragua, P6gs. 179·211; Obreg6r¡, La Campaña del Tránllto,
Págs. 83· 22'; ColVQ, La Compa;;o Nacional, Págs. 15. 38; Cenlencula de la
Guena, P6gs. 20· 2f1, Comisión de Invesligaciór¡ Hi.'6rica de la Compaña. 1856-
1857, Herol.m.. de Juan Sanlamarla, No. 2 ¡$<ln Jo", COSIO Ilico, 19541, Págs.
11 • 65; Alta, 2 de Jl.mio de 1856; 'lc,oYlOM, 12 ¡;., J",.;o de 1856.
146
Tal era la situación en Nica,ragua cuando llegaron a
.Granada los posaieros del Orizaba. Si bien poro .el 27 de
Abrrl Walker había vuelto a apoderarse del Tránsito y de
San Juan del Sur, los días pasaban y no veía aparecer nin-
gún vapor. Mientras esperaban en Granada, muchos pa~
sajeros, desoyendo consejos referentes al clima y a la alimen_
tación del pafs, abusaron de ambas cosas y se enfermaron.
Muchos otros cayeron víctimas del cólera que de Rivas se ha-
bía propagado a Granado. A medida que el tiempo pasaba
Walker tenía que ir suministrando comida a 105 que no te-
nían con qué comprarla. Antes del 20 de Mayo, día en que
se supo la llegada del Sierra Nevada a Son Juan del Sur,
habían muerta 79 de tos 300 pasajeros alolados en Grana-
da. Los sobrevivientes se apiñaron en un vapor del lago y
después de diecinueve horas de un viaje aventurado llegaran
a la Virgen. Algunos murieron en la travesJa del lago y otros
perecieron en el trayecto de la Virgen a San Juan del Sur.
En v¡aie a ese puerto se'cruzaron con los ~saieros que iban
de San Francisca a Nueva York y Nueva Orleans. Por fin
Margan y Garrison habían logrado reabrir la ruta. Más de
dos meses habían transcurrido desde el día en que Vanderbilt
retirara los vapores de la Compoñía del Tránsito. pB).
147
Mientras se hacían esos trámites en Nueva York, lo co-
misión nicaragüense nombrada para apoderarse de los bie·
nes de la Compañía del Tránsito y averiguar lo que ésto adeu-
daba al Estado, publicó SU informe. En él se daba detallada
cuenta de las dificultades encontradas debido a que la com·
pañía no guardaba duplicados en Nicaragua. Sirviéndose
de documentos particulares y declaraciones de los empleados
principalmente, los comisionados intercalaron numerosas
interpolaciones para poder hacer un cálculo definitivo del
adeudo de la compañía.
148
, ridad efímera Walker indujo al Presidente' Rivas a firmar un
, ,decreto -paro celebrar nuevas elecciones presidenciales., El
.presidente accedió pero sólo para ganar tiempo. Tan pronto
como Wolker so'lió de león con su fuerza de batidores rumbo
. a Granada, Rivas lanzó la voz de alarma de que el presidente
y otros 'líderes demócratas ibona ser arrestados por 105 ame-
ricanos, y de que Walker se llevaría de nuevo la capital a
Granada. Al punto los leoneses se echaron a la calle gritan- .
do "¡Mueran los americanos''', y el presidente y su gabinete
huyeron a Chinandega de donde enviaron mensajes Q' las re·
públicas de El Salvador y Guatemala pidiéndoles ayuda para
expulsara los invasores. (041). ,
149
cuya deuda er" de $ 400.000 d61are,. Walker concibió el
arreglo parQ el pago de eso suma adjudicando los bienes. (;1
Margan y CJ Garrison sin tener ellos que desembolsar un cen~
tova.
\43) a NI""llSlil.~",. :!o do!' Ag"~to de 1$56, W;!l.",,,. GOI<:I R...,h ''-<lIM'''_ p. f8!i;
Wall<Etl. Wo'l ~ ~\,<lrq,_. 13_ 247,
150
La venganza de Vandemilt
1451 Obr~g6n. La Compoño del Tr6n.llo, P<igs. 78 . 80; C"lvo, Lo Compaña Nodonal,
p. 21.
1461 Oe Morcole\o o Morcy, 7 de Enero de 1B56, Pioree. ft\1!$$og. on loul.. belw..n
Atlantlc and Pacific, p. 67.
152
Cuando el Presidente Rivas rompió con Walker y pidió
ayuda a los tres gobiernos de la América Central, ya ellos
habían puesto sus fuerzas en movimiento. El propio día que
Walker tomaba posesión de la presidencia, el General Ramón
Balloso entraba en León con 800 salvadoreños. Seis días des·
pués el General guatemalteco Mo'riano Paredes llegó con 500
hombres. Honduras entonces declaró que dado que Nica-
ragua le había implorado ayudo -refiriéndose al llama-
miento del Presidente Rivos- acudiría en SU socorro, y así
el 20 de Julio 600 hondureríos salieron rumbo a Nicaragua.
Dos días antes el representante de Honduras había firmado
un pacto de alianza con Guatemala y El Salvador para la
defensa de su soberanía e independencia. Los tres países
reconocieron o Rivas como presidente provisional de Nica-
ragua y prometieron el envío de tropos para terminar con
las disenciones internas de ese país. Esto alianza fue con-
secuencia del deseo común de impedir que los filibusteros se
apropiaron del istmo. Los centroamericanos no querían que
sus repúblicas cayeran bajo el ola de la gran águila
americano. (.e 7 1.
Aun cuando estaban unidos en una causa común, los
celos tradicionales que habían mantenido al istmo en agita-
ciones periódicas desde su dedo ración de independencia,
aparecieron ahora con tan mayor virulencia que llegaron a
poner en peligro el éxito de Jo causa por la cual peleaban.
Cuando las fuerzas aliadas se concentraran en león, la pre-
sencia del gran número de tropas de diferentes nacionalida-
des exigía que alguien tomase el mando supremo. El Pre-
sidente Rivas fue designado para hacer la nominación. El
nombramiento que hizo del general salvadoreño Ramón Be-
llosa contrarió grandemente a los guatemaltecos, como que
su deseo era que el honor recayese en el General Paredes.
El despecho degeneró en constantes reyertas callejeras, y tan·
tos fueron que hubo de recluirse a los soldados de cada co-
mando en cuarteles separados. los profundos celos entre los
147) Colvo. La Campclña NadCHlol, p. 42; Obregón, La Compalio cMl 1,6nsllo, P6g1.
227 • 28; República do Nica,ogua, Bole'ln Ofldol, 21 de Agallo de 1856.
153
jefes impidieron durante tres meses llegar o un acuerdo res-
pecto de la unión de todas las fuerzas para atacar a Walker.
Ninguno de ellos quería someterse a la autoridad de otro.
Esta discordia llevó la desunión a tal grado que -aún cuan-
do estaban en patente,i'nferioridad numérica- los hombres
de Walker contuvieron repetidamente sus ataques. Eso pro-
longó una simple campaña haciéndola durar muchos meses
que fueron de muerte y enfermedades, y hasta poco faltó
para que los aliados perdieron la guerra. (48 1/
154
dictó un decreto de renovación de la guerra contra 'os fili-
busteros, y decretó además el bloqueo del Río San Juan. Al
siguiente día el General Cañas salió con tropas de avanzada
a ocupar el camino de la ruta del tránsito. En vista de que
la invasión costarricense amenazaba cortar la comunicación
de Walker con Estados Unidos, "resolvió acuartelar su gente
en Rivas con el objeto de proteger la ruta. Desocupó Gro·
nada, pero de¡ó allí a Henningsenal mando de 300 fillbus·
teros con órdenes de incendiar la dudad."
Tan pronto corno los aliados supieron que Walker ha·
bía evacuado Granada, la atacaron simultáneamente por
tres lados. Henningsen, entre tanto, prendía fuego a los
edificios de la plaza y tomaba por asalto la Iglesia de Gua-
daJupe. y comenzaron entonces 19 días de horror y pesa·
_dillas. En el ~ecinto de la pequeña iglesia, hechos un solo
montón, había cerca de 400 hombres, mujeres y niños, he-
ridos, enfermos y_sanos. los cadáveres que yacían putre-
factos en las carIes' despedían hedores nauseabundos. la
insalubridad prevaleciente en 'la iglesia propagó las enfer·
medades, y la rápida disminución de víveres redujo la dieta
a pequeñas radones de carne de mula 'f de caballo y puñi·
: tos de harina y de café. Los aliados se lanzaron varias ve·
ces al asa'lto de la iglesia, pero los filibusteros los repelieron
siempre.
En los días que Henningsen luchaba' desesperadamente
en Granada llegaron de Nueva Orleans y California 300
reclutas, todos ellos frescos y ganosos de pelear. Wa\ker
, organizó en seguida una fuerza de 1600'1 mando der Coronel
John Waters, y en la noche del 12 de Diciembre los desem-
barcó en el mismo punto de la playa del noreste de Granada
en donde justamente catorce meses antes había él desem·
barcado para tomarse la ciudad. En la noche se tomaron
por asalto 'las trincheras levantadas por los aliados y se unie·
ron a Henningsen. Pero esta hazaña costó a los filibusteros,
entre muertos y heridos, más del veínticinco por ciento de sus
hombres. Su recia arremetida hizo pensar a los defensores
155
que Walker les había echado todas sus fuerzas encima. En
consecuencia, -los aliados tuvieron que abandonar las posi-
ciones que tenían entre la ig'lesia y el muelle. libre ya el
camino, Henningsen comenzó a hacer preparativos poro em-
borco'rse, -Y o las dos de la madrugada del 14 de Diciembre
todos se encontraban o bordo del Virgen. Henningsen, an-
tes de partir, dejó clavada en la playa una lanza con un le-
trero que deda: "Aquí fue Granada". El incendio de Gra-
nada costó a Walker más de -la mitad de la gente que deJó
allí con órdenes de arrasar la ciudad. la abrumadora ma~
yoría de las fuerzas aliadas había comenzado a hacerse
sentir.
156
'~o entre sí por pequeñeces: Pero no eron los aliados su úni-\
:coenemigo, porque, sin saberlo él, VanderbHt moquinaba su
(kstrucción. Desde meses antes el Comodoro venío comu-
niéÓndose con '\os gobernantes centroamericanos a quienes
exhortaba a unirse para que pudieran todos juntos luchar
contra Wolker. y tan pronto como ellos se lanzaron al fin
contra el filibustero, puso Vanderbilt en eiecución su plan
destinado a echar de Nicaragua a Walker, a Garrison y a
Margan simultáneamente.
El plan co'nsistía en mandar a Costa Rica a W. R. C.
Webster a ofrecerle 0'1 Presidente Moro $ 50.000 dólares en
efectivo y un préstamo de $ 1.000.000 si aceptaba dos pro-
puestas para continuar la guerra. la primera decía que
debía cambiar su política de guerra a muerte proclamada
contra los filibusteros, ofreciendo en cambio pasaje gratis a
Estados Unidos a todo aquel que desertara las filas de Walker;
el costo de esto saldría de dinero ofrecido por Vanderbilt.
.la segunda cosa era que debía aceptar Jos servicios de
Sylvanus M. Spencer quien se encargaría de tomarse los va-
pores del Río San Juan y del lago de Nico'ragua. Este Spencer
había sido maquinista de uno de los vapores del río y cono-
cía a todos los tripulantes como también el sistema de ope-
ración de los vapores fluviales y la'Custres. Si el plan tenia
éxito Walker no volvería a recibir más hombres ni pertrechos,
y Morgan y Garrison desaparecerían del escenario. Una vez
realizada esta fase, Vanderbilt pcdrfa celebrar un nuevo
contrato con las agradecidas repúblicas de Nicaragua y Costa
Rica. (51).
(5" I G6mez, HIUorlo de NlcClTagllCl, pógs. 56', 630. 31: de Wallel1stein 01 Seaetarlo
de Eltado de Su Majellad, 31 de Diciembre de 1856, ,FO 21 (CasIo Rlcol, Carrele
2, Vol. 4; New York nme., 19, 28, Y29 de Enero de 1857. Rafael Obreg6n Lorlo
escrlbi6 todo vn libro en apoyo de lo lesis de qu'" todos los historiadorn han
exogerodo rotundamente lo intervem:,6n de Vondllrbilt en CoslCl Rico. Sostiene"
que lo idso de lomo..e los vapores ..sluva en lo "'enle del P"'sidente Moro desde
el co",le",,:o de lo guerra. Esto es sin dvelo muy c1erto, pUM duronte lo primero
invosi6n le habían hecho esfuerzol paro lograr el cont'ol del río, y así lo e~plica
detallado"'ente Obregón, pero el muy cvesliO"oble que 101 cosll:lrrreansn hubieran
tenido blto sin lo colabaroo:iÓll de SflAlno:::er '1 el dinefo <:lado ¡:lO! Vonderbill palO
pagar el pasaje de los desertores o Esladas Unidas; véose Lo CCllllpoño del Tránsito,
p. 243.
157
Provistos de dinero y bien instruidos para el caso,
Webster y Spencer llegaron a San José a fines de Noviembre
de 1856. El Presidente Mora escuchó con interés la propues-
ta de Vanderbilt, y aun cuando el hecho de que debía dejar
el asunto en manos de un americano lastimaba un poco su
orgullo, la aceptó. El 3 de Diciembre sa'lió de San José para
el Río San Juan una columna de 200 hombres, y ella Mora
pubJicó vna proclamo ofreciendo pasaje gratis a los deser-
tores. (52),
(52) Declaraoión Ce Mr. Web,le., en el New York Time', 29 de Enero ce 1857, Proclama
del Pre'ieenle Mora fechado ellO de Diciembre de 1857 J San F",,,clsco Bullell",
30 de Enero de 1857.
153) Dedoro~ión de M•. Web'ler, ,...w York Timll'S, 29 de Enero de 1857, DetlotOción
del Copilén John E. Erskine, 23 ce Diciembre de 1856, FO 53 (Mosqujfo], Carrete
15, VoL 41.
158
Al día siguiente Spencer y la tropa costarricense remon~
taron el río en los voporcitos capturados que sus viejos
tripulantes mane¡aban. Spencer había J'levado consigo
$ 10.000 dólares para comprar SUs s~rvicios, y casi todos
aceptaron el cambio de amo para no perder su empleo. Al
llegar a la desembocadura del Río San Carlos Spencer des·
pechó uno de los vaporcitos a recoger al GenerO'I José Joa-
quín Mora, hermano del presidente, y a 800 hombres que
habían seguido a Spencer hasta el embarcadero del río..- Con
este considerable refuerzo Spencer pudo fácilmente adue-
ñarse de los vaporcitos de río Scott y Ogden, y de los vapo-
res del 10'90 Virgen y Sern Carlos. lo único que tuvo que ha-
cer fue atracar a el(05 llevando sU gente oculta; cuando sus
capitanes reconocían a Spencer y a los tripulantes no sos-
pechaban de la estrategema, pero al aparecer las tropas cos-
tarricenses se daban cuenta de que habían caído en úna
trompa. Con este mismo ardid se tomé sin disparar un tiro
lo fortaleza de San Carlos en la boca del Río San Juan, sobre
el Lago de Nicaragua. (54).
1541 Carta del Coron'lll IWdll1r, P/cClyUn., ¡ 6 de Enero de 1857¡ Oedaración del Capitón
I<ruger, N. Y. H..ald, 26 de Enero de 1857 1 Declarocl6n de un miembro de Ja
tropa de Spencer, ¡bId., 29 de Enero de 1857.
159
el Atlántico, y la ruta del tránsito estaba cerrada para la
línea de vapores de Garrison y Margan. (551.
160
'Afortunadamente para los qliados, la noticia de la to~
ma de ,los vapores les llegó en un momento decisivo. Aba-
tido el ánimo por el incendio de Granada, contemplando
además la posibilidad de que le llegaran a Walker más ra-
clutas, y sobre 'lo cual pesaba aún su incop,acidad para hacer
desaparecer los funestos celos que relajaban, la disciplina de
las tropas, Se encontraban los aliados a punto de abandonar
la campaña. la noticia, pues, llegó a inyectárles nuevas es-
peranzas. Y fue entonces que resolvieron avanzar sobre ~a
fuerte posición de Walker. Al mismo tiempo regaron en los
alrededores de Rivas hojas sueltas prometigndo garantía de
la vida y pasaje gratis a Estados Unidos a todo aquel que
abandonara los filas fi'libusteras. El efecto fue inmediato y
, la deserción estalló como epidemia. la generalidad de los
. reclutas recién llegados e~taban m4Y decepcionados porque
la situación no era ni la sombra de como se las habían pin-
tado en Estados Unidos, y viendo que sacrificar la vida por
una causa perdida no tenía ningún sentido, en la primera
oportunidad que se les presentaba se pasaban al campo
aliado. (561.
161
cuidaría de proteger los derechos de los ciudadanos ameri-
canos.
162
no le qued6 otro camino que aceptar ~as condiciones de caP
pitulación convenidos con los aliados. A los cil1CO de la tar p
163
o Nuevo orleons hizo necesario envior un vapor o ese puerto.
El Tennessee fue entonces ollá y desde allí prestó servicios
hasta en Diciembre que fue reemplazado por el Texas y vol-
vió a Nueva York. 10o}.
164
por otra cosa a Walker se le recuerda por haber sido el cau-
sante del cierre de la comunicación interoce6nica o través de
Nicaragua.
165
CAPITULO 6
Amenazas d. guena
167
Al mismo tiempo el Presidente Mora dio pasos encami-
nados a asegurarse parte de los beneficios económicos del
tr6nsito# P~ro ese fin suscribió en Octubre de 1856 un con-
trato provisional de tránsito con W. R. C. Webster a nombre
de Vanderbilt. Pero éste no aceptó los condiciones. Webster
entonces se fue O ver .0 Morgan yo Garrison y volvió a Costa
Rico con el propósito de obtener ciertas enmiendas al con-
trato. Vanderbilt, a su vez, entró en pláticas con el ex-secre·
tario de Webster con miras a que éste le consiguiera un con·
trato para la Compañía del Tránsito. Después de haber es#
tudiodo los propuestos de ambos agentes, el Presidente Mora
firmó el 14 de Julio de 1857 un contrato con Webster y con
rsrael c. Harris, yerno de Morgon. Dicho contrato estipula-
ba la concesión a Costo Rica de un préstamo de $ 500.000
dólares que debía ser cancelado o base de capitación abo-
nando $ 2 dólares por cada viajero que cruzase el istmo. (2).
168
al llegar o Granada se en~ontró con que el gobierno había
ratificado el contrato St~bbins-Irisarri. Cuando Nicaragua
descartó la injerencia de Costa Rica, esta república anuló el
convenio de límites y declaró que respaldaría con la fuerza
de las armas SU contrato firmado con Webster y Harris. En
Octubre de 1857 el Coronel George F. Couly, copilón del va-
por San Carlos, intimó a las autoridades nicaragüenses la
entrega del fuerte de San Carlos, porque, decía él, Nicaragua
no tenía capacidad para defender el tránsito en caso de otra
invasión de Walker. Cuando el comandante del fuerte se
negó a entregarlo, el Coronel Cauty procedió a bloquear, el
río y el lago, y destituyó al empleado de-hacienda que el
gobierno de Nicaragua tenía en El Costillo. (4).
14) Mannlng, c.r.t,ol A1Mtlco, 1851.1860, P6gl. 6:/2 - 25: dt Gaorg. COl/ty o
J"""I Grllfln, 13 de Octubre de 18-57, FO 53 [Mosquito), C(me'e 14, Vol. 40;
Son Franclno Bulletl., 2 de Diciembr. de 1857: Ntlw Voñ , ..... 30 d. Navlombre
V 10, do Diciembre de 1857.
¡SI N'w Vork TI_1 lo. de Dkiembte de 1857: SGII Frlalld.co 81/1I"'n. 2 di Diciembre
de 1857.
169
una u otra parte 10 supieran, ese mismo día Walker arriaba
bandera en Punta de Castilla entregándose al Comodoro
Hiram Paulding. (61.
[61 lriti.h IInd For.len $tate Papen, A9,1222·23; u. 5., Congreso, $enCIte, Pr,"ldent
Jllmeo 8uchcrflon, ~soe' On 'Iht Arr." of WlllicnWalktr, 35fh Cong., '"1 StH.
1857 . 58. 5. Doc. U, P. 24.
170
Fin del filibusterismo
172
Comodoro Hiram Paulding de la marina estadounidense. El
barco de guerra ancló un poco afuera de la bahía, exacta~
mente frente al campamento filibustero. Al día siguiente
entraron otro barco americano y dos británicos, de guerra
todos.
173
reños que lo perseguían, pero al llegar al Río Negro el korvs
y una goleta con 250 soldados hondureños 1e- cortaron el
paso. y otra vez, ante fuerzas abrumadoras, tuvo que ca-
pitular. El y su gente fuero!') lJevodos o Trujillo en el Icarus;
allí el Copitán Salmon lo entregó a las autoridades hondu~
r.ma,. El 12 de Septiembre de 1860, ante un pelotón de fu-
,
silamiento hondureño, se desvanecieron paro siempre 'los
sueños imperiales del "predestinddo de los oios grises". pI},
!ll ¡ Wl>lker I!n Trujillo, 10 de Agosto de 1860, Informe de O<lrling sobre les oetlvldl>del
de Wallter, 28 de AgOSlo de 1860, InfOllTle del Copit6n Salmon sobre lo c;Qptura d,
Walker, 11 de Septiembre de 1860, E¡ewci6n de Wolker. 4 d. Odtlbre d. 1860
ro 39 ¡Honduras). Correte 4, Vol. lO,
J74
El fiasco ele Mansieur hUy
,1121 IrttiIh.-el F«efIa 5t* ,~. "9,1222-23, s.n Ftallt1Ko ....1Mt\fl. 12 de Moyo
de 1860.
175
más segura manera de terminar con el filibusterismo era que
Estados Unidos y Nicaragua concertaran un tratado que fue-
se garante de la neutralidad y la seguridad del tránsito. El
Presidente Buchanan, deseoso de reabrir la ruta y mante-
nerla en forma qUe no sufriera más interrupciones, aceptó
de buen grado la sugerencia, y las pláticas sostenidas al res-
pecto llevaron a la concertación del Tratado Cass-lrisarri el
16 de Noviembre de 1857, una semana ,después de la eva-
sión de Walker en el Fashion. Además de las corrientes es-
tipulaciones de un tratado de comercio y amistad, Estados
Unidos se comprometió a garar"'ltizar la neutralidad y la se-
guridad de cualquier ruta de comunicadón que pudiera lle·
gar Q construirse. Irisarri remitió a Nicaragua el tratado que
creía sería ratificado prontamente. (13).
(131 Brlrhh C1nd fo..,lgn Srotu Pope,., 49,1222·23, U. S. Coogre.s, Senole. Tho ClayloA-
Bulwor Tr.oly ond Ih. Monroe Doctrino, 471h Cong., I~t Se...., S. Doc. 194, P<:lgs.
"7 - 25.
(14) Morming. Cenlrol Am.rlco, 1851 -1860, p. 630; N..... York n ...... 10. de Julio
de 1858.
176
animándolo a devolverlos y 'gestionar su propio nombra-
miento de ministro de- Nicaragua y Costa Rica con. plenos
poderes para disponer de la ruta. Vanderbilt volvió a uti-
lizar los servicios de W. R. C. Webster para que acompañase
a su yerno Daniel B. Allen en una nueva misión a la América
Central. Estos dos hombres salieron para allá a fines de
Noviembre de 1857 con el encargo de impedir la ratificación
del tratado y de obtener un nuevo contrato firmado por
aquellas dos repúblicas. A poco de eso don Domingo de
Goicouría escribi6 al General Máximo Jerez, en Nicaragua,
recomendándole a Webster y Allen. Exhortábale modifi- a
car el tratado conformándolo a las instrucciones q'ue llevaba
Allen, y exponía la necesidad de que se destituyera a Irisarr:i
por sus relaciones ccnlos filibusteros. Decía Goicouría que
Vanderbilt era el único hombre capaz de reabrir inmediata-
mente el tránsito. pSI.
177
mente sus contratos, y trafar de inclinar la opinión a favor
del Tratado Cass-Irisarri. (16),
1161 H_ Vo.... TI....l, 27 dI! Mono de laSS; lone, Commodore Vonderbl1l, p. 133,
M,mr.ing. Cenlrol Ameti~<l, 1851.1860, pógs. 104·07.
1171 Mo~ninJ, C..nl..,1 Am.. '¡~o, 1851.1860, p. 660
(lB) Monnjng. C..nt1o:1 Am..,iCO:, 1851.1860, p. 61>0; San fRlnd.oo Bullenn, 12 de
Moyo de lESa.
178
Resultado de estas intrigas fue que el gobierno de Ni-
<aragua adoptara ciertas medidas en Marzo de 1858. Pri-
mero extendió hasta el 28 de Julio el plazo dado a la.Canal
Company para comenzar las operaciones. Después firmó.",!"
convenio con Costa Rica reconociendo la legalidodde,la v,en-
ta de los vapores del tránsito a Webster a cambio de. una
tercera parte de la cantidad recibida. NicaraguQ otorgó tam-
bién un contrato condicional, de tránsito o Webster en nombre
de Cornelius Vanderbilt y Horace F. Clark, el cual contrato
sólo entraría en vigor en caso de incumplimiento de la Canol
Company. Al fin, tras de prolongados y acaloradosdebotes,
el Congreso nicaragüense ratificó el Tratado Coss-Irisarri sin
modificaciones por votación de diez a cinco, sien~o necesarJa
una mayoría de dos tercios paro su aprobación. Al día. si-
guiente el Ministro Lamar visitó al Presidente Martínez para
expresarle su satisfacción. Informó Lamarque el presidente
10 recibió muy contento sin decirle que no iba a enviar, el
tratado a Estados Unidos en el vapor surto entonces .en~n
Juan del Sur. Cuando el.Coronel Schlessinger lIeg6 donde
Lomar con un voluminoso envoltorio que decía ser el tratado
que llevaba a Washington, Lamar lo ocompqñ6 hasta Gra-
nada y le dio una carta para el O,epartamento de, Estado en
la cual decía que el portador llevaba la ratificación del t(o·
todo. (191,
1191 Manning. Central America, 185' -1160. P6gs. 663·6.... 671 ·72, San Frand.co
Bull.tln, 12 d. Moyo de 1858; N.w York TlnMS, 27 d. Marzo de 1858.
179
bro que era del partido legItimista que tenía su baluarte en
Granada, era natural que tal temor sintiera. Temían los legi-
timistas que el tránsito, en virtud del Tratado Cass-lrisarri,
atra¡era un sinnúmero de americanos que debido a su mayor
energía, conocimientos técnicos, y capital, se adueñaran del
territorio y sus riquezas reduciendo a los nicaragüenses a la
condición de pobres zambos para hacer del país un protecto·
rodo americano. Al explicar la conducta del presidente, el
Ministro Lomar informaba que en Nicaragua se tenía la im-
presi6n de que Estados Unidos había firmado el Tratado
Clayton.8vlwer para impedir que Gran Bretaña extendiera
su influencia, y que el temor a un conflicto con esa potencia
era 10 único que detenía a Estados Unidos para apoderarse
de la América Central. Terminaba diciendo el diplom6tico
que "Nicaragua ve en los tristes resultados de la guerra de
Walker cuán cerca estuvo de ser conquistada por un puñado
de filibusteros, y desde entonces, hasta el presente, se ha sen·
tido oprimida por una sensación de inseguridad, y así se sen-
tirá mientras se permita a un americano pisar su suelo". (20).
,
to que después hizo el Presidente Martínez confirm6 la
opinión de lamar. El la de Abrir de 1858 lanzó una proda-
ma dirigida al pueblo centroamericano exponiéndole el peli.
gro en que se hallaba de perder sus tierras, aguas, ciudades
y pueblos, su religi6n y su libertad,frente a un alud de aven-
tureros. "¡Unámonos!", clamaba el mandatorio, "y de las
cinco repúblicas formemos un solo estado". (21). La semana
siguiente salió para Rivas acompañado de una reducida co-
mitiva a solucionar su disputa territorial con Costa Rica.
180
a Mora y a Morttnez diciéndoles que su viaje de Francia a lo
América Central obedecía al fin de exponerles proyectos tras·
cendentales, siguió hasta San José. Si bien él no era m6s que
agente de un grupito de obscuros especuladores parisienses,
logr6 hacer creer al Presidente Mora que tenía el respaldo
personal de Luis Napoleón, Emperador de francia, para la
construcción del canal. Aun cuando negaba tener represen-
tación oficial, lo hacía en forma tal que daba la impresión de
querer ocultarlo por razones diplomáticas. Propuso que la
disputa territorial se solucionara dándole a la ruta del trán-
sito carácter de propiedad conjunta de Nicaragua y Costa
Rica, y presentó un proyecto de concesión canalera que firma-
rían ambas repúblicas bajo la protección de Francia, Gran
Bretaña V Cerdeña. En cosa de uno semana consiguió que
el Presidente Mora le acompañara a Rivas a obtener la apro-
bación del Presidente Martínez. (22).
181
El contrato del canal, fechado ello. de Mayo de 1858,
obligaba a Nicaragua y a Cesta Rica a otorgar derechos ex-
clusivos, por noventa y nueVe años, para la construcción de
un canal interoceánico que llevaría a cabo una compañía in-
ternacional formada por Monsieur Félix Be\lyy Monsieur P. M.
Millaud, de París, a cambio de iguales portes del 8"1" de los
ingresos brutos. Dábase a )a compañía dos años de plazo
para Comenzar los trabaios de la obra y seis paro terminarla;
convenían ambas naciones, además, en obtener de Francia,
Gran Bretaña y Estados Unidos su consentimiento para garan·
tizar \a neutralidad del canal. Y para proteger las propie-
dades de la compañía se concedía al gobierno de Francia
derecho a mantener, en el río y en el lago mientras durasen
los trabaibs de construcción, dos barcos de guerra. (24).
182
Después de hacer observar que tres años de guerras y destro-
. zas habían de¡adoa las repúblkas en tal estado de postración
que no podrían resistir un nuevo ataque de miles de bandidos,
el documento terminaba con una solemne declaración ponien-
do la independencia y nacionalidad de ambas repúblicas bajo
Jo hegemonía de Francia, de Gran Bretaña y de Cerdeña. (25 1.
183
sus enredos; los periódicos neoyorkinos dieron amplia pubJi~
cidad a la desautorización. la repulsa de Belly por el gobier.
no de Francia destruyó toda esperanza de protecci6n esta-
dounidense o europea a su concesión canalera, y el francés
se regresó a París prácticamente sin ninguna influencia ya. (27).
lB"
vencido de lo infundado de ellas, libre y espontáneamente se
retractaba. (:191•.
185
fuese ratificado en el término de seis meses a partir del 27 de
Junio de 1860. Nicaragua alegó que la presencia de Walker
en Honduras le impedía convocar al congreso a sesión extra·
ordinaria; por tanto, se abstuvo de hacer nada al respecto
hasta el 25 de Marzo de'1861 cuando, tres meses después del
término fijado, ratificó el tratado con el añadido de otra en-
mienda_ Si bien Estados Unidos no halló obieción que hacer,
su propia guerra civil lo tenía muy ocupado. En tales circuns·
tancias, ambos países no pudieron canjear ratificaciones sino
hasta el 20 de Junio de 1868, en Granada. (31).
186
M6s complicaciones
187
trato con los señores Van Dyke y Waflace, de Filadelfia. Er
2 de Noviembre publicó en los diarios un aviso advirtiendo
que la rutó no eltaba en condicfones de ser transitada. Pero,
pes~ a e\\o, el Wash¡"gton salló conforme o itinerorio con 320
pasaiero,s. (331.
(33) Monning, e."tral Am.rlCCl, 1BSt • 1B60, P6gl, 132, 721. 22¡ San Frtmdlco
Bull.tin, 27 y 29' de Noviembl'll, 2 de Dic1<tmbre deleSe¡ N.w York Tim'l, 13 de
Oiclembr. d. 185e.
\34) J\l'w 'iork l1m'I, 13 d. Dlclembre d. 1B5B¡ Alto, .. d. OiCiembre d. 1esa¡ San
Francllco Bull.Nn, 27 y 29 d. Noviembre d. 1asa. '
laa
Transit Company anunció que el 5 de Octubre el Keystone
abriría la ruta de Nicaragua a California como el único va-
por autorizado a llevar correo de Estados Unidos. Con este
paso quería el director general de correos reducir la exorbi M
189
sugirió a Vanderbilt enviar el carreo Vía Panamá. El espectro
de William Walker seguía rondando el tránsito. Tres años
habrían de pasar antes que ningún otro intentara reabrir la
ruta a través de Nicaragua. (SS).
1351 U. S., Conq., ~1., Dil"lIdor ~ne'o! dtt Co"~ Joseph Holl, .eport Oft MCliI
Contradl, 36th Cong., 1st Seu., 1859·60, S. [)ce. 45, Págs. 1 - 44; Monnln;,
Central AlII8rlCCl, 1.51 -1860, Págs. 144·51, 771.72; Son Francisco ....lletln,
2 de Diciembre de 1858.
190
CAPitULO 7
Reábrese la ruta
191
'lares por el uso del carnino carretero de. la Virgen a San Juan
del Sur, y $ 35.000 dólares por el uso de los muelles, vapores,
y otros bienes pertenecientes al antiguo tránsito. Compro-
metíase además la compañía o abrir la ruta seis meses des·
pués de 10 fecha de ratificación, conviniendo ambas partes en
que razones de fuerza mayor, como decir terremotos, guerra~
o naufrag'io de vapores ameritarían la extensión del plazo
concedido. ('1.
(11 Mannlng, c:.ntral Am.rlta, 1851 -1860, P6'd1. 742 _44, 756, 764, 820,1346_905,
J"sús Rod\a, t6dlgo oto. leglslad6n d. lo "p4b!lcCI de NlcarGillo en C.nlro-.Amfrlco,
1.21 - 1863 lMonaguch Imprenta dE¡. "El Cenlro·AmeriCClno", 18731. p. 134, cI.
Dlmilry CI P'tez, 2 de Abril de 1861, Archivos Nacional.., MicrOCClPia No. 219.
Rollo 12, Val. 6; Britllb ClIt6Forelgn ~itale 'apeno 51:9'4·24.
(2) N_ York TI,"e•• 28 de Enero de 1858; de Dlckinsa,n 1;1 SeWgrd. 14 de Enero de
1862. 13 d. Fllbrerod. 1862. 9 de Junla de 1862, Archivos N(ldanol..,
Microcoplo No, 219. Rollo 13. Vol. 7,
192
Aún después de haber comenzado los trabajos en el
istmo, acontecimientos de fuerza mayor continuaron azotan~
do a la compañía. El viejo vapor Virgen encalló durante un'
chubasco, se 'le puso a flote, pero comenzó a hacer agua y al
fin se hundió para no ser recobrado nunca más. El bergantín
Mistery, en viaje de Nueva York q:lrgado de herramientas,
maquinarias, vagones y otros materiales, se hundió también
en vna tempestad antes de llegar a Nicaragua. Pero, pese
a todo, los trabajos continuaron y ya para Octubre de 1862
estaban terminadas las obras esenciales para reabrir el trén-
sit'O. Obreros nicaragüenses habían 'reparado el camino ca·
rretero San Juan del Sur· la Virgen, cdn excepción de unos
puentes. El 4 de Octubre el CapitÓn George B. Slocum entró
al lago de Nicaragua con el nuevo vapor de ruedas laterales
San Juan, de 317 toneladas y con capacidad para llevar 800
pasajeros con su equipaje. De los nuevos talleres de Punta
de Castilla el 19 de Octubre echaron al agua el vapor de río
City of GranadO. Entre tanto, la compañía había hecho arre·
glos con M. o. Roberts para que sus vapores America y Moses
Taylor hkieran viajes a Nicaragua, el primero desde Nueva
York y el segundo desde San Francisco. (3).
193
Sur. Igual que en el pasado, íos pasajer,os que iban a Cali-
fornia desembarcaban en El Castillo y orillaban el raudal
mientras el vap<:>rcito se abría paso por entre loo:. rocOs yaguQs
turbulentas. En ccmsecuencio, los pasa;eros en vicie a Nueva
Orleans y Nueva York se posaban cinco días cruzando el
istmo, y ocho los que iban a California. 14 ).
Así las cosos, los que esperaban hacerle una recia com·
petencio al monopolio de Panamá vieron pronto frustradas
sus esperanzas. 00$ años más pasaron para que los vapores
pudieran salir regularmente a N¡carogua. A fines de No.
viembre M. O. Roberts hizo saber al público que debido a las
malas condiciones de la ruta sus vapores harían temporar-
mente la travesta a Panamá. El 28 de Noviembre el ministro
de relaciones exteriores de Nicaragua notificó al agente ge-
neral de lo Centro) American Tronsit Company que, c causa
de la falta de cumplimiento del contrato por parte de la com.
pañía, le sugería concertar un contrato suplementario. Pero
en vista de que las condiciones propuestas cercenaban la
concesión original y de que el agente no tenía autorización
para actuar en tal caso, pidi6 tiempo para consultar con la
ofiC"lOa de Nueva York. Al día siguiente el gobierno de Ni-
caragua emitió un decreto declarando anulado el contrato COn
la compañía. Decía el decreto que la compañía, no habiendo
cumplido ras cláusulas der contrato, lo nabía perdido auto.-
máticamente. Daba entre sus razones la de que la compa-
ñía no había puesto el suficiente número de vapores ni me·
dios de transporte terrestre para reabdr la ruta el J 9 de Oc·
tubre de 1862, fecha final de los dieciseis meses de extensión
concedidos. Reconocía que ROCa después de esa fecha los po-
saieros habían cruzado el istmo, pero también alegaba que
las facilidades del tránsito eran inadecuadas. Y aun cuando
insistía en la invalidez del contrato, el decreto aceptaba que
194
la compañía siguiera operando por tres meses más en la es·
pera de llegar a un nuevo acuerdo. 15 1.
t61
Val. 7.
San 'randuo 1"II.lln, 22 de Enero, 20 d. Abrll de 18631 NIW York n_.
31
d. Enero d. 18631 Decrlto de NiC<lrCIll"a, 20 de Feb••ro d. 1863, d. Z.I.d6n o
Cloy, 28 de Febrero de 1863, Archivos Naclo~ale5, Mlcrocoplo No. 219, Rollo 13,
Vol. 7 ~ Declaraci6~ de George B. Slowm, 22 de Junio d. 1863, Dee!arael6n d.
Henry 6alnbtldge, 7 de Julia de 1863. Archivos Nacional.., MicrocopIa No, 219,
Rollo 14, Vol. 8.
195
miento de Nicaragua ero injust,o e ilegal, y pedía que el go-
bierno americano interviniera en la restitución de los bienes y
en lo revalidación del contrato. El Departamento de Estado
recibió también informe del caso enviado por el ministro ame-
ricono, Thomas E. Clay. Este, sin embarg,o, daba la razón a
Nicaragua iustificando 10 ocurrido como consecuencia de la
írresponsabHídad de la compañía. El Secretario de Estado
William H. Seward trasladó a (laya Honduras y nombró a
Andrew B. Dickinson nuevo ministro en Nicaragua para que
éste estudiara el caso. D¡¡o a Dickinson que aun cuando el
gobierno no podría mirar con indiferencia ninguna acción
ilegal contra ningún ciudadano americano, e') presidente ro-
bía resuelto abstenerse por de pronto de emitir un juicio de-
finitivo sobre la controversia. Seward dio instrucciones a
Dickin'son para que investigara los pro y contra de la cues-
tión, y que hiciera saber o Nicaragua que si bien el presiden-
te no desautorizaba el criterio de Clay, no podía apoyarlo
hasta no tener información más completa. Dio poderes a
Dickinson para usar sus buenos oficios en pro de un arreglo,
advirtiéndole que no prometiera nada en nombre de Estados
Unidos. Fl.
196
Company, la guerra esta,~Jó entre tI Salvador y Guatemala.
Nicaragua se vio envuelta en el conflicto cuando la facción
encabezada por el General Jerez, con el propósito de derrocar
al giDbierno, atacó Granada al mando de 1.800 soldados hon-
dureños y salvadoreños. En el curso de las hostilidades, el
general revolucionario Fernando Chamarra, con la coopera-
ción del ex.fiIibusterista Santiago Thomas y la aparente com-
plicidad de la marinería del tránsito, se apoderó del vapor
San Juan, capturó el fuerte de San Carlos y por un corto tiem·
po controló el comertiodellago y del Río San Juan. Las fuer·
zas gubernamentales recobraron el vapor cuando los revolu·
cionarios huyeron tras la derrota y desbandada del General
Jerez y de sus trop<:ls el 29 de Abril de 1863. ¡'l.
197
después de Julia M. O. Raberts volvió Q retiror sus vapores y
los puso en la ruta de Panamó. (9).
19B
empresas americanas concertaran con gobiernos extranjeros.
Así que, sin esperanzas de ayuda de porte de su gobierno, lo
Central American Transit Company se resignó O satisfacer las
nuevas reclamaciones de Nicaragua. (ll).
199
Otro contrato
200
$ 50.000 al momento de la rotificación y el resto a los seis
meses. En un nuevo convenio sobre.~1 contrato y en lugar del
impuesto de capitación, acordó pagar una suma Cl'nual de
$ 20.000 dólares durante los primeros siete años, $ 25.000
por los siguientes ocho años, y $ 30.000 por los diez restantes.
Además de eso Nicaragua recibió 2.200 acciones de capital
nominal, suma que era un poco menor que la anterior. la
cantidad que debía invertirse en meioras siguió siendo de
$ 500.000 dólares; s,in embargo, lo compañía se obligó'
también a construir en cuatro años un ferrocarril entre el lago
'Y el océano Pacífico. (13).
201
de mes los VIOleros ya cruzaban otra vez la ruta nicara·
guense. (14l,
202
navegación en el propio puerto de San Juan del Norte. Entre
1851 y 1857 la barra de la entrada al puerto ten la unos 23
pies de profundidad, de manera que barcos de todo porte la
franqueaban fácilmente. En esos años los vapores oceánicos
fondeaban en la propia bahía frente a Punta de Castillo, y
los vaporcitos del río atracaban a ellos para transbordar a los
pasajeros. Pero en 1862 que la compañía reabrió la ruta, los
acrecencias aluviales creadas por la lengueta de areno de
Punta de Castilla comenzaron a invadir la bahía. la como
pañía creyó al principio que podía rehabilitarla. luego, en
1863, un terremoto levantó la barra de la entrada y redujo
su profundidad a menos de 10 pies. Después de esto los va·
pares y buques de vela de gran calado no pudieron volver a
cruzarla. A veces las inclemencias del tiempo causaban atra-
sos en el transbordo de pasajeros a los vaporcitos de río.
Además, el levantamiento de la barra redujo el caudal de
aguas del Río San Juan y acrecentó e1 amontonamiento de
arenas en la bahía y en la parte baia del río. A medida que
el sedimento aumentaba, las aguas se desviaban más y más
hacia el Colorado, ramal del San Juan que penetra en Costa
Rica. En 1848 unas nueve décimas partes del caudal fluía
por el bajo San Juan; paro 1865 once duodécimas partes del
caudal se vertían por el Colorado hacia el océano. Desafor-
tunadamente, la desembocadura del Colorado no tiene bahía,
y la combinación de arenas aluviales ¡vnto con la disminudón
del caudal de agua hicieron casi innavegable durante el ve·
raoo lo parte baja del San Juan. En Marzo de 1865 el va-
porcito City of Granada se estrelló contra los peñascos de aba·
jo de El Castillo, y se hundió. Por suerte se salvaron pasajeros
y equipa¡e, pero tardaron seis días en cruzar el istmo. Con
las yerbas acuáticas creciendo en donde 'antes el Capitán
Hdllins había anclado el Cyane para cañoneor San Juan del
Norte, y con el baio San Juan haciéndose día a día más difícil
de navegar, la compañía' se vio ante la disyuntiva de encontrar
203
otro puerto o dragar la bahía. y estudió ambas posibili-
dades. (16).
116) Frencis Monis, "To Ihe Stoc1<holderl 01 the (enl'ol Ame,icon Tren.il Company",
Nueva York, 6 de SeaTiembre de 1865, Henry E. Huntington librery, Son Marino,
Calif., de Dickinlon o Zeled6n, 1S de Agosto de 1863, Archivos Nocionales, Micro.
copla No. 219, Rollo 14, Vol. S, de Dickinlon a Riotlee, 15 de Junio de 1866,
Archivos Nactonoles, Microcopia No. 219, Rollo 14, Vol. 9; 5(1n Francisco Bullelln,
23 de Morza de 1865.
1171 Francis Morrl., "To Ihe Stockholders of the Central American Transit Company",
Nueva York, 6 de Septjembre de 1865, Henry E. Huntlngtan Librclry, Sarl Marino,
Cal;f.
204
-El Presidente Morris daba cuenta tambi~n a los accionis-
tas de un Contrato otorgado por Nicaragua al Comandante
Bedford Clapperton Trevelyan Pim de la marina británica.
Dicho contrato autorizaba a Pim y sus socios construir uh fe-
rrocarril desde Monkey Point hasta El Rea'lejo, vía San Migue-
lito en el Lago de Nicaragua. Este -puertecito dista unas
setenta millas de Monkey Point, y queda dieciocho millos. al
Norte de la boca del Río San Juan. Morris' decía que si Pim
lograba con6truir el feJ'rocarril, no sería muy difídl tomar las
medidas adecuadas para ccnseguir que en él se llevara a los
pasajeros de los vapores oceánicos que arribaran en Monkey
Point hasta los vapores del Lago de Nicaragua. Opinaba
Mórris que la compañía podría construir un ferrocarril de La
Virgen a San Juan del Sur, con lo cuall se conseguiría que los
viajeros cruzaran el istmo én doce horas. Pero el plan de
Morris no pasó del papel, porque Willliam H. Webb, que fue
electo presidente en el otoño de 1865, y la nuevd junta direc-
tiva decidieron concentrar su atención en ver cómo salvaban
de la quiebra a, la compañía creando ;10 North American
Steamship Company para que se hiciera cargo de la opera·
ción de los vapores oceánicos y continuar luchando contra la
. creciente dificultad de utilizar la bahía de San Juan del Norte
y la parte baja del Rí.o San Juan. (181.
205
estudios topográficos y de abrir una trocha desde el Atlántico
al lago, en 1863 obtuvo del gobierno de Nicaragua un Con-
trato paro construir el ferrocarril. Cuando se dio cuenta de
que las condiciones de'l contrato no eron )0 suficientemente
halagadoras como para tentar a los capitalistas ingleses, vol-
vió a Nicaragua el 10. de Marzo de 1865 Y logró que se le
hicieran ciertas modificaciones. Entonces fue que el Presi-
dente Morris se interesó en el proyecto. En 1866 P¡m formó
la Nicaragua Rai1way Company, pero las subscripciones ape-
nas llegaron a la cuarta parte de la sumo requerido. Desilu-
sionado de los capitalistas ingleses, prestó oídos a propuestas
procedentes de Estados Unidos y partió para Nueva York en
vísperas de Navidad.
206
and Nicor~gua Railway Company. Esta corporoción tóm-
poco-pudo emprender la obra. (19l.
207
por resultado la terminación de un buen caminó macadami-
zado para que las diligencias rodaran suavemente, se ha-
bían reconstruido los muelles de la Virgen y Son Juan del
Sur, se había reparado el trecho de rieles de la orilla del rau-
dal de El Castillo; y se contaba con suficientes vapores paro
ef río y para el lago. Mas con todo y que estas faóHdades
tenían a la ruta como en SUs mereres días, el término medio
del viaje entre Nueva Yo'rk y San Francisco era de 29 días,
en comparación con los 21 de 1855. En ese año los pasa-
jeros cruzaban el istmo en unas 22 horas; ahora, en cambio,
con el retraso debido a que los vapores oceánicos tenían que
andar fuera de la bahía y a que la navegación en el bajo San
Juan ero lento, les llevaba de cuatro a ocho días el cruzarlo.
En 1855 ,los pasajeros desembarcaban una sola vez para
transbordar en el raudal de El Castillo; ahora tenían que
transbordar a los vaporc.:ites de río en el ramal del Colorado,
y en los raudales de Machuca, El Castillo, y El Toro. Puesto
que entonces sólo un vapor salía cada mes de Nueva York y
San Francisco con un promedio de 500 pasajeros, ese número
era apenas 1'0 mitad del que en T855 cruzaba el istmo c,uando
la compañía mantenía servicio quincenal. Por consiguiente,
no Se había hecho nada por mejorar las facilidades hoteleras
que diez años antes se los consideraba primitrvas. Todo mun-
do trataba de acomodarse de la mejor manera posible en las
destartaladas edificaciones. El caserío de El Costilla surgido
entre la iungla y que según cálculos contaba ahora con 200
habitantes, cuando Frederick Boyle pasó por al1i contenía unos
treinta chanchos y den semiclesnuclos y mugrientos vecinos.
Cuenta ese viaiero que caminó la mitad de la distancia entre
el raudal de Machuco y el río Sorapiquí sobre el propio lecho
del río, y que éste estaba tan seco que paro no moiarse los
ponto lenes no hizo más que voltearse los ruedos. Josepn
Worth, otro trotamundos, sólo pudo ver un hotel, el Sto Charles,
en La Virgen, y de Sa.. \ Juan del Sur dejó escrito que era el
lugar más insalubre y sucio del país. En 1866 sóJo 8.369
pasaieras cruzaron la ruta de Nicaragua, contra 35.339 que
10 hicieron por Panamá. A.principias de 1867 lo directiva de
208
lo compañía se dio cuento de que, si 5e quería salvar la ruta
de Nicaragua, algo debía hacerse y cuanto más antes
mejor. 12lJ.
209
de traba¡o con el Presidente Webb, firmaron un convenio ba-
sado en las enmiendas propuestas por fa compañía. Weibb
partió en seguida a Nicaragua a recabar la ratificación del
nuevo contrato, pero al llegar a Managua se encontró con
que el gobierno repudiaba todo lo hecho por Silva por no
tener él la autorización debida. Ademós de eso Webb des-
cubrió que el 3D de Agosto el gobierno había concedjdo al
alemán Maximilian Sonnerstern el privilegio exclusivo de
construir un canal sobre 10 ruta del tránsito. {23 l.
(231 Ibid.
1241 O" Dickin"m a Sewo'd; 22 d" Enero, 7 de Morzo de 1868, 11 de Febrero de
1869. Archivo. Nadon"le., Microcopia No. 219, Rollo 15, Vol. 10, P,otesta de lo,
Centro! American Tmn.iT Company. 18 de Enero de 1868, de Runnels " Dickinson,
5 de O('f~b'e de 1 8/;8 A.",hi~os Nocionole•. Mic'oco"-,, No. 21 9, ~ol!o 15. Vol. 10,
210
promedio de duración del vioie- Nueva York - San Francisco
'de la compañía era de 29 días, contra 20 que duraba por:
Panamá,' por lo cual ella tenía que cobrar precios más bajos.
En Diciembre de 1862, por ejemplo, cuando lo Pacific Mail
cobraba $ 163 Y $ 137 dólares en primera clase, $ 83 en'
segunda y $ 60 en tercera, la Central American Transit Com-
peny cobraba $ 125 en primera, $ 80 en segunda, y $ 40 en
tercera. las tarifas fluctuaron mucho en 1864 y 1865, pero
la Central An1erican Transit Company siempre cobró bastante
menos. A principios de 1865 once pasajeros de tercera dase
salieron de Nueva York por la vía de Nicaragua pagando
$ 11 dólares por cabeza, y a principios de 1866 con su tarifa
de $ 150 eA primera, $ 100 en segunda y $ 50 en tercera, la
Central American Transit Company cobraba sólo la mitad de
Jo que Jo Pacific Mail. No era, pues, una empresa remune-
rativa. 1251.
211
de la Central American Transit Compony eran fiel ref!eío de_
su decadencia económka. las acciones emitidas original-
mente con valor de $ 100 dólares llegaron a su máximo va-
Jor de $ 102 en Agosto de 1864. Poro Septiembre de 1865
habíon baiado a $ 45, Y cerraron ese año a $ 30 dólares. En
Marzo de 1866 baiaTon hasta $ 17, subieron temporalmente
0$ 23 en Diciembre, pero a principios de 1867 habían desa-
parecido del mercado. (261.
212
Octubre la Corte Suprema de Nicaragua falló a favor de
Runnels y ordenó que el vapor de lago Tipitapa y los vaporci-
tos de río Cora y Memagua fuesen vendidos para pagar la
'deuda. El siguiente mes la North American Steamship, Como
pany hizo sus últimos viaies a Panamá, y la Central American
Steamship Company quedó oficialmente liquidada. {28 1.
{2BI D.. I/un"..11 o Dickinsor'l, 5 d.. Octubre de 186B, Archivol Naljionalel, MicrocoplQ
No. 219, 1/1'110 15, Vol. \0: San Frondtco Bulfl'tln, 8 de Odubh de 1868.
1291 o. Díck¡nlon (1 Seward,22 d. Oe:tubre de 1867, 2:1 d.. Enero, 7 d. Ma~o, 21 de
Mayo de 1868, 11 de Febrero dltl869, Archi'o'OSNacionales, Miaocopla No, 219,
Rollo 15, Vol. lO, de Seword Q Oid:inson, 26 de Marzo de 1858, Archivol
Nacionalel, Microcopia No. 77 Rollo 29, Vol. 17,36-37.
213
Aunque Nicaragua debe admitir SU culpa por el cierre
de la ruta en 1868, es cosa casi cierta que de todos modos al
año siguiente hubiera sido clausurada. Cuando ellO de
'Mayo de 1869 se clavó el perno de oro que en Estados Unidos
unió los rieles del ferrocarril transcontinental, quedó sellada
la primera gran era del transporte ístmico.. Habiendo sido
creado el tránsito por la necesidad de millares de viajeros que
querian trasladarse al Oeste, la razón de su existencia se des-
vaneció rápidamente bajo las ruedas de la estrepitosa loco·
motora. Lo segundo ero no I:cgaría sino hasta casi medio
siglo después. En esos días el istmo de Nicaragua volvió a
sonar como la más factible de las rutas para construir un canol
interoceánico.
214
RESUMEN
215
blemas de transbordo acuática y terrestre ya \<:1 consiguiente
pérdida de tiempo, el proyectado ferrocarril tronscontinentol
estadounidense fu,e un presagio del pronto abandono de la
ruta de Nicaragua.
2)6
A pesar de que las perspectivas erdn prometedoras,
1'855 fue el año cumbre de la 'ruta, pero la intrusión de
William Walker ese año fue desa'Strosa para su futuro. Si el
problema fi'libustero no hubiera afectado al tránsito a través
de Nicaragua, poca duda cabe de que habría llegado a su-
perar al de Panamó. Siendo la ruta de Nicaragua 500 millas
más corta y también más saludable, una administración exi-
tosa hubiera dado mucho dinero al fisco nicaragüense y el
contrato no habría sido anulado. las mejoras del río y la
terminación del ferrocarril hubieran dado gran auge a la
América Central. Y tan grande habría sido que tal vez el
interés despertado en 1880 pór la construcción de un canal
hubiera sido realidad en Nicaragua. Pero esto no pasa de
ser una hipótesis; lo cierto es que la intrusión de Walker dio
al traste con todas las esperanzas.
217
eran corrientes hasta entre los más destocados líderes del
país, y siguieron siendo el obstáculo primordial pard reabrir
el tránsito; y esto aún hasta después de la muerte de Walker
en 1860 frente a un r.elotón de fusilamiento en la costa Norte
de Honduras.
218
En ·1864 la Central American Transit Compcmyaceptó
las nuevos condiciones impuestas por Nicarágua, y después
de haberle dado uno buena suma reanudó en Agosto la ex-
plotación de la ruta conforme a un nuevo contrato. Aunque
la compañía siguió hadendo sus viajes mensuales en los cua-
tro Clños siguientes, jamás pudo volver a rendir utilidades.
Además de las considerables deudas que contraiopora ,rea-
brir la ruta, advirtió que la bahía y la entrada al río se esta-
ban inundando lentamente de arenas que obstaculizaban ló
navegación. Después de desechar lo idea de enlazar el trán-
sito con la proyectada línea férrea de Pi m, la Central American
Transit C;omp'YIny propuso al gobierno de Nicaragua modifi-
car el, contrato para poder conseguir suficientes fondos que
utilizaría en drogar el río y la bohío. Cuando al fin estas
gestiones terminaron con el embargo de las propiedades de
la compañía en el istmo, y que Nicaragua declaró prescrito
el contrafo de la Central American Transit Company por no
haber terminado en Abril de 1868 el ferrocarril que debía
~nir el toga con el océano Pacífico, la compañía finalmente
arrió bandera retirando sus vapores.
Los 'viajes en Abril de 1868 de los vapores de la Centrol
American Tronsit Compony fueron los últimos de la primera
era del transporte a través de la ruta de Nicaragua. En la
larga lucha de la compañía por sobrevivir, el Ministro
Dickinson pidió repetidas veces a su gobierno que la ayu-
dara. Pero el gobierno americano nunca se interesó en el
coso. Despues del arreglo de la controversia con Inglaterra
en 1860, los asuntos del istmo se borraron de la mente de los
americanos. Al finalizar en Estados Unidos la guerra civil,
la atención se concentró en el ferrocarril transcontinental. Y
a medida que iba acercándose la fecha de sU terminación y
que el tiempo para cruzar el continente norteamericano se
acortaba día a día, la necesidad del transporte o trovés del
istmo disminuía lentamente. El día de 1869 en que se clavó
el perno de oro entre los rieles transcontinentales de Estados
Unidos terminó la primera gran era del transporte ís1mico.
Habiendo ya la línea férrea unido la costa del Pacífico a los
219
demás estados norteamericanos, cesó la apremiante nece-
sidad de utilizar el transporte a través del istmo nicaragüense.
y osi fue que otra vez volvieron los visionarios a idear planes
paro construir un canol interoceánico y a pensar en el lejanc
sueño del poso a lo India. Medio siglo después el istmo de
Nicaragua volvió al tapete de la atención nacional de Estados
Unidos como el principal competidor del proyectado ca~al.
220
Apéndl'. A
,
Moviml.nto d. Vapo,..
la. Pal'h
.....
1 ,.5 1
Do San ....dn. a NlcanIf'NI
v_ '0'01· U..ada
De 'Nl~ a Sa" fNndtce
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Jul. Pocil¡c
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181
330
I1S7
235
Apéndi~ I
¡11 Los núm'rOI de p'JI,ojerOI "'o Panamó f"etOrl lomados de la obra fu Pfln_
Ro"", 1848 _1869. por John H. Kemble IBerk;eley y los Angeles, Unilr8ulty of
CalifornlCl Pre'l, 1943], PÓ\It. 253·54. Esle apéndiee le reproduce con p&1milO
de s" a"tor. lo. número. de pa.aferos cen d<¡stino a Nlcara9"a ru&1on tomados
de periódicos de Nue"o York, N"eva Otleans '1 Son Frol'lCisco.
236
INDICE GEOGIIAFICO
SaMa de Grito, 68
Bahía de Margarita, 84
Bahía de Monkey Point, 204, 207
Bahía de Nl!eva Yo~k, 35
Bahía de, Panam6. 21
~ahía de Salinas, 1al
Bahía de San Fmncisco, 21, 23
Bahía de San Juan del Norte, 55
Bahía de Son Simón, 75
Bahía de Talcahuono, 74
Bahío de la Virgen, 54, 129
Baja California. 84, 1'26
Boltitnore~ 74
!elice, 74 '
'erkeley, 9
~ton, 32
El 0:11100, puerto, 18
IEI Castillo, cerro, 59
El iReale¡o. puerto, 24, 30, 55, 61. 91, 20S
El Salvador, 144, 149, 152, 153
España, 12, 434, 154
iEstados. Unidos, 9, 18,26, 28, 29, 32,33,35; 36,37,39,41,43,44,
46,48,68,70,72,82,92,98, 105,109, 111, 113, 116, 119, 121,
123. 126,129,132,139,140,150,155,157,161,162,171,173,
174.176,177,180.182.184. 186, 189,192. 196,197,198,Q04.
206, 207, 213, 214, 218. 219. 220
Europa. 36, 37, 70, 8i. 83, B8, 97. 126, 183, 216
Galvesto"n. 88
Gilbraltar, 43
GoI'o de México, 32, 88
Gorgooo. pueblo de, 19
Granado, 24, 25,27,29,30,38,55,64, 125, 128, 132, \38, 143. 145.
147,149.152,154.156,161, 169, 179. 181, 186, 197,210,
Gran Bretaña, 18, 38, 40. 43, 46, 49, 55, 109, , 11, 116, 121, 723, 154.
158, 173, 174, 180, 183,
Greytown, 57, 109
Guatemalo, 36, 149, 152, 153
Habana, 88
Holcmda, 37
Honduras, 48, 123, 127, 152, 153, 173, 186, 196,218
lago Erie, 53
lago de Nicarogua, '24, 27, 41,51,53,54,60,67,93,125,156,157,
159, 193, 206, 207
lagos, los Grandes, 87
1.0 Virgen, puerto, 53, bO, 61,63,66,93,95,104,107,128,131,160,
192, 193, 195, 201, 208, 216
león, 24, 26, 52, 125, 1'28, 149, 153, 154, 169, 196
landres, 10, 36, 53, 68, 111, 122
'lolJsiana, 9
Managua, 210
Marysville, 126
Masaya, 156
Masatlán, 32
México, 'Estado de, 1S1
México, Ciudad de, 32, 38
Misslsipí, 171
Minotitlán, puerto de, 32. 33
Nópoles, 83
Nashville, 1'26
Nicaragua, 13, 14, 24, 3D, 32, 34, 36, 45, 47, 49, 51,54,56,57,59,
60,62,66,68,71,74, 75, 87,89,92,95, Joo, 10J, J05, 107,
109, 116, 125, 127,128, 130,133, 135, 137,139, 141, 143,
145, 147, 148, 151,153, 157, 160, 165, 167, 168, 186, 187,
189,202,205,207, '209, 214, 219
Nueva Granada, (Hoy ColombiaJ, 41
Nuevo York, 13,18, 19,24,26,33,34,36,42,49,51,53,56,57,62,
67, 72, 75, 83, 87, 92, 96, 98, 100, 102, 106, 111, 116, 118,
J29, J32, 136, 138, 141, 143, 147, 148, 160, 163, 164, 171,
183, 188, 193, 194,206, 20a, '209, 211, 212,221
Nueva OrJeans, 9, 19,26,27. 29, 30, 32,33,56,64, 73, 74, 88, 89,
92, 114, 126, 129, 133, 136, 141, 147, 155, 160, 164, 171,
194, 221
Oreg6n, 1 a, 37
Raudol del Castillo, 31, 54, 55, 57, 59, 92, 208
'Raudal-de Machuco, 31, 54, 55, 59, 63, 92, 20a
Raudal del Toro, 31, 54, 60, 63, 93, 208
Reino Unido, 191
Rio Americano, 13 r 17
Rio Colorado, 54, 55, 17'2, 203, 204, 208
Rfo Chagres, 19, 51
Rio Frío, 60
Río Hudson, 87
Río San Carlos, 59, 158, 159
Rio San Juan, 24, 25, 27,30, 31, 37, 38,41,51,54,59,68,91, 93,
105, 144, 155, 157, 159, 162, 164, 167, 172, 181, 197, 203,
205, 208
Río Sarapiquí, 208
Rlvas, 61, 63,66, 129, 146,147, -155, 156, 161; 163, 16?, 171, 180
SocllOmento, 9
San Bias. 3'2
San Carlos, fuerte, 60, 169, 197
San Carlos. puerto, 24', 25~ 30, 31, 60
San Diego, 32, 75, 102
San Francisco. 13, 17,20,27, '29,33.55,57,61, 66, 72, 75.85,87,
89,91,92,95,96,98,100, 103, 106, 126,128, 132,136, 140,
150, 188, 193, 208,221
San José, ciudad, 1.45, 146, 158, 181
San José, puerto, 32
San Jorge, puerto, 53, 156
San Juan del Norte, 24,'26, 31, 38, 43, 46, 52,54,56,57, (¡O, 63, 64,
66,73,74,88,91,92,100, 107,109, 111,122,124,130, 133,
138,141, 142,154,158,160,172,180,181, 183, lB7, 188, 197.
203, 204, 216
Son Juan del Sur, 53,54,57,60,63,66,68,72,74,87,89,91,94,
95, 102,104, 107, 110, 128, 131, 136,139,140,141, 161, 163,
179,188,192,193,195,201, 208,216
Son Marino, 9
So-nta Rosa, hacienda, 145
,Sorapiqul. 59
Segovia, 152
Sonora, 126, 128, 136
Staten 151000, 35
Suchll, 33
Tehuantepec, 12, 32
Tenesi, 126
Texas, 37, 171
Trulillo, 173, 174
Tulane, 9
Utah, 9, 10
Valparaíso, 188
Ventosa, 33
VerocrlJz, 32, 33, 141-
Volcán Modera, 60
Volcán Ometepe, 60
Volcán Orosí, 60
Calvo, Joaquín Bernardo, 144, 145, 146, 149, 152, 153, 163
Compbell, 134, 141
Coños, Gral. José Moría, 146, 155, 167, 168, _176
Capron, E. S., 79
Carlos V, 12
Carson Jamison, Jame$, 156
Cass, lewis, 171, 176, 184, 185, 187, 189
Cas!>-Irisarri, (Tratado), 176, 178, 180, 182, 185, 187
Castellón, Francisco, 127, 128
Cauty, George F., 167, 169
Cave, Alfred A., la
Clorendon, Conde de Eorl, 114, 118, 121, 122
Clark, Horace F., 178, 187
Clay, Henry, 49, 83
Clay, Tnomas E., 195, 198, 212
Clayton_Bulwer, (Trotado], 46, 49, 109, 111, 116,1'22,123,171,
176, 180
Cloyton, John M., 42, 44, 107
Coates, 110
Codde, Tomás, 118
Cole, 8yron, 126, 127
Colón, 12
Crompton, Gregory, 10
Crittenden, A. P., 132, 135, 136
Cross, James M., 139, 140
Darling, 174
Davis, Charles H., 161, 162, 171
Dean, Malette, 79
Dickinson, Andrew, 186, 192, 194,196, 199, 201, 202,204,207,
209, 2JO. 2J'2, 213, 219
Dimitry, 186, 192
Dobbin, 122
Doubleday, C. W., 151
Douglas, 5tephen A., 47
Doxey, WiJliam, 130
Duchow, John Charles, 79
Erskine. John E.• 158, 160
Estrada, Gral, José María, 152
Gámez, José Dolores, 52, 127, 154, 156, 157, 161, 163
Garrison, CorneJius K., 87,92,96,99,102,104, 106,107, 125,131,
136,137,140,141,144,147,148.150,157,160,163,164,167,
168, 177, '210, 216, 217
Garrison, W. R., 136, 137, 157
Geddes, James, 11 B, 121, 122, 168
Gilmon, Charles, 128
Glenlon, 139
Goicouría, Domingo, 138, 177
Gordon, 26
Green, Jomes, liO, 112, 114,142,167,168,169
Gregory, Joseph W_. 19. 20, 51
Griffith, Wil1iom J., 10
Hall, 107
Horadan, Isaac c., 195, 197, 199, 200, 209, '212
Harty, 168
Harris, 1sraeJ c., 168, 169
Henningsen, 155, 156, 162, 171, 172
Heyet, Erick, 10, 76
Hidy, Ralph W., 10
High, Roger M., 10
Hise, Eliioh, 39, 40, 43
Hitchcock, 79
Hobson, W. L, 188
Holinski, Alexander, 79
Holt, Joseph, 189
Hollins, Capt., 113, 114, 118, 119, 120, 122, 203
Howland, 32
Humbolt, Alexander Von, 1'2, 13, 215
Huntington, Henry E. {Biblioteca!. 9, 30, 95, 204, 207
Napoleón 111, 37
Ralston, 102
Rondolph, Edmund, 136, 137, 138, 147
Rexford, Benjomin F., 160
Richordson, Arthur, 10
Richordson, James D., 124
Ridgoway, Williom, 111
Riottee, 193, 204
Rivos, Pdfe. Potrodo, 130, 136, 137, 145, 149, 153
Roberts, O. M., 193, 196, 198, 200, 201
'Rockwell, John A., 12, 36
Racho, Jesús, 192
Rache, James Jeffrey, 129
'Rodríguez, MOfio, ) O
Rousell, John E., 198
Rudler, Cnel., 159, 160
Runnels, Ron, 210, 213
Russell, 114
Wolker, D., 3
Walker, James, 69
Walker. WiHiom, 9.124.133,135,139,142.165,167,169,177, 1S3,
186, 187, 190, 217, ~lB
Wollace 188
Wallensteln, 157, 162
Washington, 83
Watson, Douglas S.• 18
Waters. John, 155, 156, 162
Webb, William, 202, 205, 206, 207, 210, 212
Webster, W. R. c., 83, 111,157,158,168,169,177,178,179,187
Webster-Harris, [Contrato), 175
Weed, 'Roymond K., 193,212
Wells, Williom V., 126.
West, G. e, 204
Wheeler, John H., 129, 130, 132, 145, 149, 154
White, Dovid e, 42, 44, 52
White, ene!. G. W., 104, 111
White, Joseph lo, 42,44,49, 53, 89, 96, 114, 115, 119, 122, 131, 175
White, W¡l1iam A., 28
Wiedemann, Henry, 116
Willioms, Mory, 47, 48, 120, 122, 123
Wiltman, Walt, 12
Wiltsee, 73, 103, 132, 147, 150
Wolfe, Nathaniel, 44, 191
Wood, Capt., 158
Woods, l. C., 202
Worth, Joseph, 208, 209
Wright, 20, 22, 23, 65
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Prefacio •••••••••••••••••••••• , •••••••••••••••••••••••. ,••••••• o •• '. __ H' •••••••• H'.R ••••••••• H . . ~ •• 9
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