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UNIDAD 2 “COMO EVALUAR EL IMPACTO DE UN SINIESTRO”

Contenido

Qué tenemos en riesgo en las copropiedades 2

A LA COPROPIEDAD. SUJETOS O ELEMENTOS EN RIESGO 3


Propiedades expuestas a riesgos 4
Exposición de personas a riesgos 9
Exposición a responsabilidades 9
Exposición a pérdida de beneficios 10

B LOS PROPIETARIOS. SUJETOS O ELEMENTOS EN RIESGO 11


Propiedades expuestas a riesgos 12
Personas expuestas a riesgos 15
Exposición a responsabilidades 16
Exposición a pérdida de beneficios 17
Medición del riesgo en la copropiedad 18
Matriz del riesgo 21
Las pérdidas máximas en la copropiedad 21
Aplicación del cálculo de pérdidas máximas (PMLs) 24
Consecuencias de la evaluación 27
¿Cuánto vale lo que tenemos en riesgo? 28

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Qué tenemos en riesgo en las copropiedades. Lo que tenemos en riesgo. Los activos de la
copropiedad en riesgo o bajo amenaza de los factores o fuentes de riesgo deben incluirse en
un inventario con base en la inspección física, balances de la empresa, examen de
documentos etc., el cual incluye terrenos, edificaciones, maquinaria, equipos, instalaciones,
vehículos, maquinaria de construcción, existencias de mercancías, herramientas, elementos
consumibles, repuestos, muebles, enseres, elementos de oficina, dinero y títulos valores.
Recordar que pueden ser afectados por el siniestro personal en general al servicio de la
empresa, directivos y personal clave, existencias de mercancías o materias primas,
vehículos, dinero, etc. bienes en predios de terceros, lo mismo que los bienes de terceros en
predios propios, activos inmateriales como información contenida en planos, diseños,
manuales, soportes informáticos, archivos, imagen, cuenta de resultados, cash flow, activos
de terceros como los consumidores, vecinos, el medio ambiente y el patrimonio de terceros,
en general.

Los sujetos en riesgo. Entendemos por los mismos el conjunto de activos o intereses
susceptible de ser afectado por la acción de las amenazas o fuentes de riesgos, siendo por
antonomasia la comunidad de propietarios en su conjunto.
En una comunidad de propietarios, no sólo están en riesgo los bienes comunes del edificio
o conjunto, sino que también lo están la responsabilidad civil de la copropiedad, los
empleados de la misma, los usuarios, visitantes, contratistas, arrendatarios, etc. por una
parte. Pero también lo están los bienes de los propietarios representados en su parte privada
de la edificación, sus contenidos, su responsabilidad civil, su persona, familia,
dependientes, visitantes, su vehículo, además de que también está en riesgo su inversión y
la rentabilidad de la misma.
A LA COPROPIEDAD. SUJETOS O ELEMENTOS EN RIESGO.
Primeramente, establezcamos que los bienes en la copropiedad referentes a las
edificaciones se denominan privados, comunes y comunes de uso o utilización exclusiva
(art. 3 Ley 675).:
a) Bienes comunes: Partes del edificio o conjunto sometido al régimen de propiedad
horizontal pertenecientes en proindiviso a todos los propietarios de bienes privados, que,
por su naturaleza o destinación, permiten o facilitan la existencia, estabilidad,
funcionamiento, conservación, seguridad, uso, goce o explotación de los bienes de dominio
particular.
b) Bienes comunes esenciales: Bienes indispensables para la existencia, estabilidad,
conservación y seguridad del edificio o conjunto, así como los imprescindibles para el uso
y disfrute de los bienes de dominio particular. Los demás tendrán el carácter de bienes
comunes no esenciales.
Se reputan bienes comunes esenciales el terreno sobre o bajo el cual existan construcciones
o instalaciones de servicios públicos básicos, los cimientos, la estructura, la circulación
indispensable para aprovechamiento de bienes privados, fosos de ascensores, escaleras,
entradas, las instalaciones generales de servicios públicos, las fachadas y los techos o losas
que sirven de cubiertas a cualquier nivel.
c) Bienes comunes de uso exclusivo: Son aquellos bienes comunes no necesarios para el
disfrute y goce de los bienes de dominio particular, y en general, aquellos cuyo uso
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comunal limitaría el libre goce y disfrute de un bien privado, tales como patios interiores,
terrazas, cubiertas y retiros, asignados de manera exclusiva a los propietarios de los bienes
privados que por su localización puedan disfrutarlos.
Propiedades expuestas a riesgos. Los activos físicos o sujetos en riesgo pertenecientes a
propiedades, los podemos clasificar según lo siguiente:

 Bienes inmuebles. Se consideran como tales las estructuras en general, terrenos y las
edificaciones construidas sobre ellos.

• Edificios y construcciones anexas. En las copropiedades corresponden a las


construcciones fijas que de acuerdo con la ley corresponden a la copropiedad, con todas sus
adicciones y anexos, incluyendo todas las redes e instalaciones de servicios públicos,
ventilación y alumbrado, rejas, puertas, avisos, mejoras locativas, refacciones y en general
todos los demás implementos e instalaciones permanentes que forman parte de las
construcciones.
• Mejoras locativas permanentes. Son aquellas efectuadas con posterioridad a la
construcción original, destinadas a mejorar, corregir u optimizar las condiciones iniciales.
• Obras de ornato. Se reputan como tales los jardines, fuentes, obras de ornato y
ambientación exterior, prados especiales, plantas florales, etc.
• Cimientos. Construcciones por debajo del nivel inferior de la edificación cuya finalidad es
dar sustentación, conformar la base de las construcciones y la seguridad de las mismas.
• Suelos y terrenos. El lote de tierra sobre el cual se construyen las edificaciones o
estructuras y ocupado por éstas y los servicios comunales.
• Otros bienes comunes. En general podemos mencionar una serie de bienes que
normalmente no se tienen en cuenta pero que sí están expuestos a pérdidas:
►Cerramientos y puertas de acceso
►Zonas verdes de uso comunal
►Porterías, garitas, etc.
►Plazoletas, andenes, senderos
►Canchas deportivas
►Juegos infantiles
►Áreas de parqueo
►Vías internas, rampas, puentes
►Muros de contención
 Bienes muebles. Como su nombre lo indica son aquellos bienes movibles que se pueden
quitar y poner, trasladar y suelen denominarse contenidos.
• Maquinarias y sus equipos e instalaciones. Comprende el conjunto de máquinas
utilizadas para el desarrollo de las actividades normales de la copropiedad, incluyendo
herramientas, accesorios y equipo, instalaciones eléctricas y de aguas que corresponden a
maquinaria.
• Equipos electrónicos y sus aditamentos. Comprende el conjunto de elementos para el
procesamiento de datos, computadores y sus accesorios, sistemas de comunicación y
teléfonos, copiado o fotocopiado, sistemas de video y proyección, sistemas de seguridad y
prevención.
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• Equipos móviles y portátiles. Se entienden como tal todos aquellos que por sus propias
características operan en forma independiente, se puede portar en forma manual y poseen
alimentador propio de energía en forma de acumulador o batería, utilizados dentro o fuera
de los predios asegurados.
• Mobiliario y enseres en general. Se refiere a los muebles, enseres y electrodomésticos
de la copropiedad, incluyendo toda clase de máquinas, utensilios de oficina, aunque no se
hayan determinado específicamente, ubicados dentro de los predios de la misma.
• Equipos y elementos de oficina. Se refiere a los muebles, enseres y electrodomésticos de
la copropiedad, incluyendo toda clase de máquinas, utensilios de oficina, aunque no se
hayan determinado específicamente, ubicados dentro de los predios de la misma.
• Equipos y elementos de gimnasios, piscina, sauna, turco, etc. Se refiere a los muebles,
enseres y electrodomésticos de la copropiedad, incluyendo toda clase de máquinas,
utensilios de oficina, aunque no se hayan específicamente ubicados dentro de los predios de
la misma.
• Herramientas, equipos y elementos de aseo. En general podemos mencionar una serie
de bienes que normalmente no se tienen en cuenta pero que sí están expuestos a pérdidas:
• Otros bienes comunes. En general podemos mencionar una serie de bienes que
normalmente no se tienen en cuenta, pero que sí están expuestos a pérdidas:
► Transformadores a la intemperie
► Redes eléctricas exteriores
► Sistemas de vigilancia
► Red de citofonía
• Otros bienes especiales. Normalmente excluidos de las pólizas, pero que pueden ser
amparables mediante convenio expreso:

► Documentos, libros y papeles de valor en general


► Obras de arte, frescos, estatuas, etc.
► Hardware, software, y medios de almacenamiento de datos
 Bienes monetarios. Valores en general. Se reputan como tales
a. Dinero en efectivo y cheques al portador.
b. Cheques, pagarés, letras y demás títulos que puedan convertirse en dinero.
Exposición de personas a riesgos. Son aquellas personas que laboran o prestan servicio
para la copropiedad y que llevan a cabo sus funciones dentro de los predios o fuera de ellos.

a. Personal propio. Al servicio de la copropiedad y vinculados mediante contrato de trabajo.


b. Personal de terceros. Que prestan su servicio a la copropiedad, pero contratados por
terceros, empresas por outsourcing, etc.

Exposición a responsabilidades. En cumplimiento del deber de reparar el daño ocasionado


a un tercero, se tienen las siguientes exposiciones a pérdidas:
Responsabilidad por posesión de predios. Derivadas del desarrollo de labores y
operaciones dentro de los mismos y en su carácter de persona jurídica.

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Responsabilidad patronal. Derivada del contrato de trabajo de los empleados al servicio


de la copropiedad.
Responsabilidad por acción de contratistas y subcontratistas. Provenientes de los daños
o perjuicios ocasionados a terceros por los mismos y en su condición de solidarios con
ellos.
Responsabilidad por vehículos bajo su custodia. La constituyen todos los vehículos de
copropietarios, arrendatarios o terceros visitantes que hayan sido admitidos dentro de los
predios de la copropiedad y que por lo tanto han sido autorizados para ingresar y quedan
bajo responsabilidad de la misma.
Responsabilidad de administradores y consejeros. Emanada de la aceptación pública de
sus cargos y responsabilidades dentro de la copropiedad de acuerdo con el reglamento de
propiedad horizontal, la responsabilidad establecida bajo la Ley 675 de 2001 y lo
establecido bajo la Ley 222 de 1995, que regula la actividad de los administradores,
representantes legales, miembros de juntas y consejos directivos, etc.
Exposición a pérdida de beneficios. Aunque las copropiedades no son consideradas como
entidades con ánimo de lucro, al presentarse un siniestro sí pueden verse afectadas en sus
finanzas y presentarse pérdida de beneficios tales como los siguientes.
• Suspensión de pagos de cuotas de administración. El daño de las unidades privadas por un
siniestro puede ocasionar el no pago de cuotas de administración por parte de los
copropietarios con las dificultades económicas que ello puede ocasionar, sobre todo en el
caso de siniestros catastróficos.
• No ingresos por arrendamientos. Al ser dañadas las áreas comunes por un siniestro, los
arrendatarios de zonas o locales en arriendo son desocupados por períodos que, en
ocasiones, pueden ser largos con la pérdida de ingresos por arrendamientos y que son base
de los presupuestos de ingresos.
B LOS PROPIETARIOS SUJETOS O ELEMENTOS EN RIESGO.
Los propietarios de unidades privadas de la copropiedad no sólo tienen en riesgo los bienes
comunes en los que participa de acuerdo a su coeficiente de propiedad, sino que tienen otra
gran cantidad de bienes e intereses sujetos a diferentes riesgos.
Bienes privados en copropiedades. Se consideran bienes privados o de dominio particular
los inmuebles debidamente delimitados, funcionalmente independientes, de propiedad y
aprovechamiento exclusivo, integrantes de un edificio o conjunto sometido al régimen de
propiedad horizontal, con salida a la vía pública directamente o por pasaje común.

Propiedades expuestas a riesgos. Este tipo de sujetos en riesgo, pertenecen a una gran
variedad de intereses sobre bienes tangibles e intangibles como los que describimos a
continuación.
 Bienes inmuebles. Corresponden a las construcciones fijas e instalaciones permanentes
que forman parte de las construcciones y que conforman la parte del inmueble de dominio
particular y propiedad exclusiva de los copropietarios.

• Edificios. Aquellos que comprenden el conjunto de elementos de construcción que


conforman la parte vendible del inmueble, local o apartamento, tales como cielos, pisos,
divisiones internas y paredes medianeras, instalaciones hidráulicas, eléctricas, telefónicas o
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de gas, baños, cocinas integrales, closets, etc., que sean de propiedad y uso exclusivo de
cada uno de los copropietarios.
• Mejoras locativas permanentes. Son aquellas efectuadas con posterioridad a la
construcción original, destinadas a mejorar, corregir u optimizar las condiciones iniciales,
las cuales pueden ser cuantiosas.
 Bienes muebles. Como su nombre lo indica son aquellos bienes movibles, que se pueden
quitar y poner, trasladar y suelen denominarse contenidos.

• Mobiliario, enseres y elementos de oficina. Se refiere a los muebles, enseres y


electrodomésticos, incluyendo toda clase de máquinas, utensilios de oficina, aunque no se
hayan determinado específicamente, ubicados dentro de los predios de la unidad privada,
incluyendo herramientas, accesorios e instalaciones eléctricas.
• Electrodomésticos y sus equipos e instalaciones. Comprende el conjunto de estos
elementos utilizadas dentro del hogar u oficina, para el desarrollo de las actividades
normales propias del propietario de la unidad privada correspondiente.
• Equipos electrónicos y sus aditamentos. Comprende el conjunto de elementos para el
procesamiento de datos, computadores y sus accesorios, sistemas de comunicación y
teléfonos, copiado o fotocopiado, sistemas de video y proyección, sistemas de seguridad y
prevención.
• Equipos móviles y portátiles. Se entienden como tal todos aquellos que por sus propias
características operan en forma independiente, se pueden portar en forma manual y reciben
alimentación energética por sí mismos a través de acumulador o batería, utilizados dentro o
fuera de los predios del asegurado.
• Otros bienes especiales. Normalmente excluidos de las pólizas pero que pueden ser
amparables mediante convenio expreso:
► Documentos, libros y papeles de valor en general
► Obras de arte, frescos, estatuas, etc.
► Hardware, software, y medios de almacenamiento de datos
► Joyas, libros especiales, obras de arte, frescos, estatuas, etc.
 Bienes monetarios. Valores en general. Se reputan como tales el dinero en efectivo, los
cheques, pagarés, letras y demás títulos que puedan convertirse en dinero.
Personas expuestas a riesgos. Toda persona tiene dos patrimonios: Uno adquirido, que se
refiere a la propiedad que ha adquirido a través de su vida, y el otro que se refiere a la
potencialidad económica que su capacidad de producir puede transformar en riqueza, para
sí para otros. En su vida familiar, está expuesto a numerosos eventos que pueden afectarlo
personalmente a o al grupo familiar.
• Su propia persona. El copropietario está expuesto a riesgos varios como pérdida de la
vida, daños a su integridad física, enfermedad y gastos de hospitalización, incapacidad
parcial o total (permanente o temporal), gastos médicos por accidente, desempleo, etc.
• Su familia. El copropietario está expuesto a riesgos varios de su cónyuge e hijos como
pérdida de la vida, daños a su integridad física, enfermedad y gastos de hospitalización,
incapacidad parcial o total (permanente o temporal), gastos médicos por accidente, en estas
personas y familiares dependientes.

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• Dependientes y empleados. También es responsable por enfermedad, accidentes de


trabajo, enfermedad profesional y gastos médicos de sus empleados y dependientes.
Exposición a responsabilidades. En cumplimiento del deber de reparar el daño ocasionado
a un tercero, se tienen las siguientes exposiciones a pérdidas:

• Responsabilidad por posesión de predios. Derivadas del desarrollo de labores y


operaciones dentro de los mismos y en su carácter de persona natural y como padre de
familia.
• Responsabilidad patronal. Derivada del contrato de trabajo de los empleados a su
servicio.
• Responsabilidad por acción de contratistas y subcontratistas. Provenientes de los
daños o perjuicios ocasionados a terceros por los mismos y en su condición de solidarios
con ellos.
• Responsabilidad por vehículos propios. La constituyen todos los vehículos de su
propiedad y por los cuales debe responder por daños, lesiones o muerte ocasionados por
ellos.
Exposición a pérdida de beneficios. Al presentarse un siniestro que afecte la copropiedad
o su unidad privada, el copropietario sí puede verse afectadas en sus finanzas y presentarse
pérdida de beneficios tales como los siguientes.

• Imposibilidad pago de cuotas de administración. El daño de las unidades privadas por


un siniestro, puede ocasionar el no pago de cuotas de administración por las dificultades
económicas que ello puede ocasionar, sobre todo en el caso de siniestros catastróficos.
• Pérdida de arrendamientos. Al presentarse un daño en la edificación, los arrendatarios
de zonas o locales en arriendo deben desocuparlos por períodos que, en ocasiones, pueden
ser largos con la pérdida de ingresos por arrendamientos.
La evaluación de los riesgos. Se define como la valoración de la probabilidad o frecuencia
de ocurrencia y de la intensidad o severidad de los daños esperados. A fin de ampliar
conceptos y tal como se comentó anteriormente, debemos primeramente tener en cuenta
aspectos principales como son la medición del riesgo, el cálculo de las pérdidas máximas y
la valoración económica de los riesgos para luego estudiar la reducción de los mismos y la
necesidad de su transferencia. Queremos referirnos a la evaluación principalmente de los
riesgos de daños o pérdidas en las copropiedades por ser objeto de un seguro obligatorio,
permitiendo con ello tener un mejor panorama de lo que podría significar el impacto de un
siniestro, sobre todo en los bienes comunes referentes a edificios y maquinarias.
Medición del riesgo en la copropiedad. El grado de peligrosidad de las amenazas que
gravitan sobre una copropiedad se puede expresar en forma matemática como una medida
de los riesgos que presenta cada uno a fin de aplicar medidas para evitar su realización o
reducir sus efectos.
a. Factores de evaluación. Para calificar la vulnerabilidad a cada uno de los riesgos o
amenazas identificadas en la empresa, se analizan factores como la frecuencia de
siniestros, la severidad de las consecuencias y las protecciones o seguridad
existentes respecto del riesgo:

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La severidad o Intensidad de las consecuencias. La severidad es el porcentaje esperado


de pérdida sobre el valor total asegurable de la instalación analizada, dado en términos de
extensión de la pérdida, pérdida económica, interrupción de actividades, daño en la imagen
de la empresa, daños al medio ambiente, etc. La severidad varía desde 0 para un porcentaje
de pérdida mínimo hasta 10 para porcentajes de pérdida grandes que definitivamente
afectan la estabilidad de la empresa.
La severidad de las consecuencias valorada en dólares podría clasificarse en:

 Leve: Cuando la pérdida esperada es inferior a USD 10.000


 Moderada: La pérdida esperada o probable por la materialización de la amenaza
está entre los USD 10.001 y los USD 100.000.
 Grave: Cuando la materialización de la amenaza ocasiona pérdidas entre los USD
100.001 y los USD 500.000.
 Catastrófica: La pérdida probable o esperada por la presentación del siniestro
sobrepasa los USD 500.000.
Estas últimas categorías, cuya aparición es de muy difícil pronóstico, pueden surgir en
cualquier momento con consecuencias impredecibles, por lo que debe preverse su cobertura
o su transferencia, normalmente bajo un seguro.
Exposición o frecuencia con que se presenta el riesgo. Se entiende la misma como el
número de veces que se presenta o realiza un determinado suceso o siniestro en un lapso
determinado, ya sean días, meses o años, para efectos de medir los hechos económicos que
pueden afectar la empresa. La también llamada exposición al riesgo considera la frecuencia
de materialización o aparición del evento que causa la pérdida. La exposición varía desde 0
cuando el evento nunca aparece, hasta 10 cuando el evento aparece continuamente. Las
cuatro clases de pérdida que normalmente se utilizan en el medio son las siguientes:

 Remota: Cuando el evento ha ocurrido al menos una vez en los últimos 10 años o
no se ha presentado.
 Baja: Cuando el evento ha ocurrido al menos una vez en los últimos 5 años.
 Media: Cuando el evento ha ocurrido al menos 1 vez en los últimos dos Años.
 Alta: Cuando el evento ha ocurrido al menos 1 vez en el último año.
Protección: Este tercer factor considera las medidas de protección y seguridad tomadas para
prevenir la ocurrencia del riesgo, tales como un programa de gerencia de riesgos, control de
calidad, equipos de protección, equipos de emergencia, planes de contingencia, auditoría
externa y servicios de socorro externos. Cuando hay buenas condiciones de protección, la
cuantificación es de 10, con un mínimo valor de 1 para cuando no hay medidas de
protección o seguridad.
Calificación del riesgo: Las calificaciones individuales obtenidas para cada Factor, se
combinan en la siguiente ecuación:

Valor del Riesgo= Severidad x Frecuencia / Protecciones

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Los valores o puntajes resultantes nos permiten clasificar los riesgos como inaceptables,
muy altos, altos, medios, leves.
Matriz del riesgo. En forma más simplificada y considerando sólo los factores de
frecuencia e intensidad para medición del riesgo, se suele determinar una matriz que se
puede representar según el diagrama siguiente para una empresa promedio ubicada en el
área andina del país. De acuerdo con el diagrama se observa que los riesgos más altos lo
constituyen el incendio y el terremoto, siguiendo en peligrosidad el daño eléctrico, la
anegación, el terrorismo, los robos de empleados y los riesgos de equipos electrónicos.
Las pérdidas máximas en la copropiedad. El establecimiento de pérdidas máximas30 en
la copropiedad es una invaluable herramienta en la tarea de evaluación de los riesgos y la
medida máxima de la severidad del riesgo se expresa según varios tipos de parámetros. Es
de extenso uso en el medio, pero se presta a confusión por ser utilizadas indistintamente,
razón por la cual exponemos a continuación las tres denominaciones más utilizadas para la
evaluación de los riesgos patrimoniales y por extensión a los riesgos consecuenciales y
gastos extraordinarios.

a. Pérdida máxima posible (PMPos). Representa la estimación máxima de los daños que
se producirán en las condiciones más desfavorables que razonablemente puedan preverse,
suponiendo que no se recibe ayuda normal del exterior (bomberos públicos, organismos
especializados) y que, además, fallen los medios propios de control disponibles
(protecciones activas, pasivas o automáticas) o que las mismas resultan insuficientes, a lo
que se sumarían las más desfavorables condiciones del entorno (terremotos, erupción
volcánica, etc.). En estas circunstancias, puede preverse la destrucción de un área
determinada y posiblemente más si las paredes contra incendio permiten que el fuego, el
calor y el humo se propaguen a las áreas adyacentes.
b. Pérdida máxima previsible (PMPre). Es la máxima exposición al riesgo de un
determinado grupo de activos o el porcentaje de valor total del mismo, que pueda resultar
dañado por el siniestro cuando fallan los elementos de protección internos activos, pero no
los pasivos y los externos operan con normalidad. En este caso los sistemas de detección o
extinción no funcionan o son inoperativos en contra de lo esperado, por lo que bajo estas
circunstancias un fuego avanzaría hasta que sea detenido por una pared cortafuego o hasta
que se queme todo el material combustible o hasta que el cuerpo de bomberos público,
avisado por una persona ajena a la empresa afectada apague el incendio.
c. Pérdida máxima probable (PMPro). Representa la estimación máxima por la
exposición al riesgo de los daños que deban esperarse cuando los medios propios de control
disponibles o los recursos externos pueden intervenir perfectamente y sin contratiempo y
existe la certeza de que funcionarán como es de esperar en circunstancias normales. Se da
esta circunstancia cuando, por ejemplo, un fuego se declara y ante su magnitud el vigilante
de la empresa avisa a los bomberos y se detiene el incendio antes de llegar a una barrera
protectora o antes de quemar todo el material combustible.

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UNIDAD 2 “COMO EVALUAR EL IMPACTO DE UN SINIESTRO”

Aplicación del cálculo de pérdidas máximas (PMLs). Una vez expuestos los factores de
medición del riesgo y los parámetros para expresar la medida de la máxima exposición al
riesgo de determinados grupos de sujetos o activos, examinemos a continuación la
evaluación de pérdidas de acuerdo con la clasificación de los riesgos expuesta
anteriormente.

a. Riesgos de daños. La medida de su frecuencia determinada según la experiencia propia


del negocio en riesgo o la del medio y el cálculo de pérdida máxima según los parámetros
anteriores son indispensables por las consecuencias de un siniestro y por la concentración y
alto valor de los activos expuestos.
b. Riesgos patrimoniales. La medida de su frecuencia determinada según la experiencia
propia del negocio en riesgo o la del medio y el cálculo de pérdida máxima según los
parámetros anteriores, son indispensables por las consecuencias de un siniestro y por el alto
valor de posibles pérdidas.
c. Riesgos consecuenciales. Como para que existan riesgos consecuenciales debe ocurrir
previamente un siniestro por daños físicos, el factor de frecuencia de la evaluación de este
tipo de riesgos será el mismo que el de los riesgos de daños. No obstante, el factor de
severidad de este tipo de riesgos es muy diferente ya que un siniestro de daños de poca
cuantía puede producir cuantiosas pérdidas consecuenciales y viceversa. Se recomienda
efectuar previamente distintos ejercicios de simulación de siniestros en varios escenarios
imaginarios con grandes pérdidas consecuenciales previsibles, para determinar la cuantía
con base en los parámetros de evaluación. Para los efectos, el punto de partida son los
registros contables y los programas de planificación de la empresa.
d. Riesgos de responsabilidad civil. La evaluación de los riesgos para este grupo es
bastante delicada y requiere una gran imaginación y conocimiento de la experiencia general
sobre estos temas, toda vez que la responsabilidad es muy variada como se deduce del
análisis de los siguientes tipos:
• R/C copropiedad. Si se tratara de daños físicos a bienes de terceros, la evaluación se
haría de modo similar a la de los activos de la empresa puesto que el riesgo es conocido. No
obstante, en los demás casos, la evaluación tendría que hacerse con base en la experiencia

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de otros casos o en la estadística de sentencias judiciales en procesos similares, razón por la


cual debe procederse con sumo cuidado.
• R/C patronal. En este tipo de riesgos, la estadística sobre frecuencia en la misma
empresa puede ser suficiente y el cálculo de la severidad puede basarse en las sentencias
judiciales del medio y a lo estipulado en los contratos y convenios colectivos.
• Responsabilidad de directivos y ejecutivos. La evaluación máxima en estos casos estará
unida al alcance de las decisiones de los administradores y directivos, del proyecto en que
participen, o del servicio prestado por los mismos.
e. Riesgos de las personas. Son aquellos capaces de causar daño a las personas vinculadas
contractualmente a la empresa y, para evaluarlos, se deben tener en cuenta aquellos que
impactan mayormente a las personas de una organización, por lo que es necesario analizar
los peligros que las amenazan. Estos temas son abordados ordinariamente por las ARP
(Administradoras de Riesgos Profesionales) por cuanto los empleados de la copropiedad
deben siempre estar afiliados al Sistema de Seguridad Social.
NOTA ESPECIAL
No existe una norma que obligue a la contratación de coberturas para los copropietarios
sobre los riesgos personales y de sus dependientes, pero ello no desvirtúa el hecho de que la
comunidad tiene todo tipo de amenazas y la posibilidad de contratar algunos tipos de
seguros en bloque, creativos e innovadores, serían una solución ideal en un universo de
riesgos y amenazas con comunidades altamente vulnerables.
Si procediéramos a evaluar los riesgos principales de los copropietarios referentes a riesgos
de personas, encontraríamos que el más alto lo constituye la invalidez total, le siguen la
muerte y la pérdida de ingresos por incapacidad laboral, seguidas por despido, las pérdidas
patrimoniales por demandas de orden legal, las enfermedades graves y erogaciones por
gastos médicos; la enfermedad leve, la renuncia voluntaria, pérdidas por maternidad,
eventualmente no significarían un riesgo alto.
Consecuencias de la evaluación. De acuerdo con las mediciones anteriores, a la
calificación sugerida y a los riesgos identificados dentro de la empresa, se puede obtener un
mapa de riesgos o panorama de riesgos cuando de personas se trata, que permite apreciar
las consecuencias que cada amenaza supone o la vulnerabilidad, entendida como la medida
del alcance de los daños que puede sufrir un elemento o conjunto de elementos ante la
ocurrencia de un riesgo determinado.
¿Cuánto vale lo que tenemos en riesgo? Valoración económica del riesgo. Identificados
los sujetos en riesgo en las copropiedades, Identificados y analizados los riesgos, calculada
la magnitud de su impacto, debemos proceder al cálculo del valor en riesgo de los sujetos o
activos expuestos. Los criterios de valoración serán tratados más adelante en Área III.
Capítulo 10. ¿CÓMO ASEGURAR LAS COPROPIEDADES?, en el cual abordamos los
diferentes bienes o activos en riesgo que deben asegurarse y bajo los tipos de seguros más
frecuentes.

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