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La política monetaria en Colombia se rige por un esquema de Inflación Objetivo, cuyo propósito
es mantener una tasa de inflación baja y estable, y alcanzar un crecimiento del producto acorde
con la capacidad potencial de la economía. La Junta Directiva del Banco de la República (JDBR)
determina la política monetaria con el objetivo de mantener la tasa de inflación alrededor de su
meta de largo plazo de 3%, con un margen admisible de desviación de +/- 1% (Banco de la
República, 2019)
Un punto fundamental que indicó el Fondo fue el hecho de que las decisiones de política
monetaria no se comunican de forma adecuada en el país.
Para el organismo internacional, en el último año algunas de las decisiones que se tomaron
resultaron imprevistas para el mercado dada la situación económica general, a la cual catalogó de
incierta.
Si bien la misión celebró las modificaciones introducidas en el proceso de toma de decisiones del
Banco Central para reforzar el análisis que las respalda, recomendó al Emisor “preparar
comunicados que sean coherentes a lo largo del tiempo y que expliquen mejor la opinión de la
Junta Directiva sobre las disyuntivas en materia de políticas”. (La República, 2018)
La política fiscal está en cabeza del gobierno, no del banco central como en el caso de la monetaria,
y se centra en el crecimiento económico a través del manejo de dos instrumentos el gasto público
y los impuestos. Su lógica se apoya en la siguiente ecuación del Producto Interno Bruto PIB:
En esta ecuación un aumento en el gasto público generará un aumento en el PIB, sin embargo, no
cualquier aumento de gasto es benéfico para la economía en el largo plazo, solo inversiones con
un plazo determinado que busquen generar empleo lo que a su vez mejore los ingresos de los
hogares y haga aumentar su consumo, llevando a las empresas a aumentar su producción y por
tanto luego a contratar más empleados.
Uno de los ejemplos más claros de estas inversiones es la infraestructura. La otra herramienta a
disposición del gobierno para afectar el crecimiento económico son los impuestos y es tal vez aún
más precisa que afectar el gasto público como un todo. Una reducción en los impuestos puede
aumentar el ingreso disponible de los hogares y aumentar el consumo lo que a su vez aumentaría
el PIB o si la reducción se realiza por el lado de las empresas podría llevar a mayores márgenes de
ganancias y a aumentar la producción y por tanto la contratación.
Deuda colombiana
Todo lo anterior suena muy bien, sin embargo, como siempre en economía no se puede mover una
variable económica sin descuadrar otra, en este caso el principal problema que tiene la política
fiscal es que los recursos que obtiene un gobierno o van para esos planes de política o para su
funcionamiento y es ahí donde la cosa empieza a enredarse.
Entonces los recursos de la política fiscal tienen un impacto en las finanzas pública y en el gráfico
1 se puede ver que el gobierno central en Colombia de acuerdo a datos del Banco de la República
ha estado en déficit los últimos 9 años, es decir, más egresos que ingresos y que en 2014, 2015 y
2016 este valor aumentó como porcentaje del PIB pasando de 2,43% a 4,08%. Así que si no hay
ingresos suficientes para cubrir los gastos, lo único que se puede hacer es endeudarse, bien sea a
través de entidades multilaterales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional o
emitiendo bonos públicos llamados TES. El gráfico 2 muestra cómo es el esquema de vencimientos
de todas las emisiones de los TES emitidos en UVR y en pesos organizados por vencimientos. Lo
que muestra es que del total de la deuda de vía bonos públicos, los mayores niveles de pagos están
concentrados en el corto plazo, es decir en los próximos 8 años, con lo que cualquier emisión de
bonos debe hacerse con vencimientos por encima de 2026.
¿De dónde vienen los ingresos de un estado entonces? Pues en mayor medida de los impuestos,
así que si se busca una reducción en estos debe venir soportada en un aumento bien sea en otras
fuentes de ingreso o una reducción en el gasto de funcionamiento del estado. ¿Tiene sentido no?
Salvo que queramos continuar aumentando el déficit del Estado claro está.
Estoy convencido de que el ejercicio se puede realizar siempre y cuando se hagan los ajustes
necesarios, el primero y más difícil será cómo reducir el tamaño del Estado, empezando por evaluar
en qué rama está el mayor peso a las finanzas, en la legislativa, ejecutiva o judicial y realizar los
ajustes necesarios. Pero al final de cuentas, cada vez que alguien diga "voy a bajar impuestos", la
pregunta que debemos hacer es, ¿cómo va a pagarlos? Esto no solo pasa aquí en Colombia, también
se ha convertido en un gran temor dentro de las expectativas de los inversionistas con la reducción
de impuestos a las empresas realizada por Donald Trump a finales del año pasado y el posible
costo para el gobierno y la economía estadunidense que pueda acarrear. Y eso mis queridos
amigos, es el gran dilema de la política fiscal. (Revista Dinero, 2018)
El verdadero problema fiscal colombiano
La política fiscal es clave para la búsqueda de un crecimiento económico con pleno empleo,
para la instauración de una sociedad más igualitaria socialmente y, en el caso colombiano, para
la garantía de una paz estable y duradera. Casi siempre, la búsqueda de estos objetivos requiere
del mantenimiento de déficit presupuestarios, pues la búsqueda del equilibrio se convierte en una
restricción que impide canalizar el volumen de recursos adecuado para impulsar los objetivos
mencionados, y obliga al Gobierno a promover reformas que tributarias que, en términos
generales, terminan golpeando a quienes menos posibilidades de cabildeo y presión democrática
poseen: la mayoría de los sectores sociales y populares. El equilibrio presupuestal se impone,
entonces, como una barrera para el crecimiento económico, el pleno empleo, la igualdad y la
construcción de paz. (La República, 2018).
La Devaluación del peso colombiano con relación al dólar estadounidense: En el año 1995, para
comprar un dólar estadounidense necesitaban $1000 pesos, mientras que, en el año 2005, para
comprar el mismo dólar estadounidense se necesitaban casi $3000 pesos colombianos. ¿Qué
sucedió? Es muy simple: el peso colombiano perdió valor en relación con el dólar
estadounidense, es decir, se devaluó, por lo que se requería una mayor cantidad de la moneda
local (peso colombiano) para comprar una unidad de la moneda extranjera (dólar
estadounidense).
Estos cambios de valor en la moneda tienen grandes consecuencias para la economía, pues para
los países o las empresas que tienen deudas en monedas extranjeras (dólares), el valor de su
deuda en caso de una devaluación, aunque dicha deuda sea la misma, en la moneda extranjera,
tal valor no va a ser el mismo (en la moneda local), porque las empresas y los países necesitarán
obtener más recursos en la moneda local para pagar el mismo valor de la deuda contraída
inicialmente en una moneda extranjera, razón por la cual dicha deuda será más costosa.
Por estas razones, cuando se devalúa el peso colombiano, los exportadores celebran, pero los
importadores, los turistas que viajan al exterior y los que tienen deudas en monedas extranjeras,
no. Por esta razón el gobierno debe establecer políticas económicas que le permitan controlar el
valor de la moneda local, para garantizar que los cambios en ella no sean muy fuertes; todo esto
según como se tenga proyectada la economía del país. (Inflación Colombia, 2011)
Es un registro contable de todas las transacciones económicas de los residentes de un país con el
resto del mundo, que ocurren en un período dado de tiempo, generalmente un año. Es decir,
muestra el total de pagos hechos al extranjero y el total de ingresos recibidos del extranjero.
Registra tanto los flujos de recursos reales (bienes y servicios) como los flujos de recursos
financieros (movimientos de capitales).
La balanza de pagos comprende dos grandes partidas: la cuenta corriente y la cuenta de capitales.
Dado que la balanza de pagos está sujeta al principio de partida doble como cualquier registro
contable, siempre debe estar en equilibrio o con saldo cero. No obstante, esto no implica que
necesariamente la cuenta corriente o de capitales estén equilibradas. (Banco de la República de
Colombia, 2013)
Cada una de estas balanzas da un saldo independiente que puede ser positivo o negativo, en
términos más técnicos si el saldo de un tipo de balanza es positivo, se dice que esa balanza está en
SUPERAVIT, en el caso de saldo negativo se dice que la balanza esta en DEFICIT, lo que se busca
no es el equilibrio de cada una de estas balanzas por sí sola.
Para verlo de forma más concreta, cuando un país compra más de lo que vende, es decir, gasta
más fondos de los que dispone tiene que financiar la diferencia con préstamos, es decir, cuando la
balanza por cuenta corriente es negativa, será necesario convertir en positiva la balanza financiera,
volviendo a los términos técnicos.
Balanza en Colombia
Un déficit en cuenta corriente para este año cercano (2019), a 3,9% del PIB, muy por encima
del déficit financiable, estimado en un rango entre 2,5% y 3% del PIB.
La cuenta corriente mide la diferencia entre los ingresos y los egresos de divisas para un país
producto de su actividad económica con el exterior. Esas divisas pueden provenir de la actividad
comercial o de la Inversión Extranjera Directa (IED), la inversión de portafolio o los créditos.
Desde otra perspectiva, la cuenta corriente también puede medir si una economía está
gastando más de lo que puede financiar.
Por eso, un creciente déficit en este rubro puede derivar en duros choques cuando los países no
logran cubrir sus necesidades de financiamiento. Así ocurrió luego de la caída de los precios del
crudo a partir de 2014, cuando el déficit de cuenta corriente de Colombia inició una tendencia de
crecimiento que lo llevó a cerca de 7%. Pero luego, se logró un ajuste que llevó a que en septiembre
de 2018 cayera a 3,6% del PIB, para un total de US$9.000 millones; tal ajuste fue posible gracias
a que hubo capitales internacionales para cubrirlo, bien por la vía de IED o de nueva deuda.
De acuerdo con un informe del Banco de la República, uno de los factores que marcó diferencia
a finales del año pasado fue “el incremento en los egresos netos del rubro renta de los factores”
que llegó a US$2.582 millones; en total hasta el noveno mes de la anterior vigencia del país habían
salido por cuenta de renta de la inversión US$12.737 millones, especialmente por la inversión
extranjera directa (US$7.402 millones) y los rendimientos en la inversión de cartera (US$3.916
millones).
Fuente: Banco de la República
2.3. Política cambiaria.
Es importante aclarar que la DIAN es el único Ente autorizado para determinar la clasificación
arancelaria, según el Decreto 2685/99 Art.236 y la Resolución 4240/00 Art. 154 al 157 de la
DIAN.
Las tarifas arancelarias tienen una nomenclatura que identifica las mercancías formando un
sistema completo en su clasificación, se definen a partir de la política comercial del país en este
caso Colombia. La Nomenclatura es la numeración que describe, ordena y sistematiza, las
mercancías según su forma jurídica.
Las tarifas son el conjunto de impuestos que se someten a las mercancías, que son el objeto del
comercio, al cruzar las fronteras de algún país. Estos tipos de aranceles pueden ser nombrados
por ley y pueden ser también resultados de tratados con otros países. La tarifa puede ser: ad-
valorem, específica o mixta.
El acuerdo comercial es un convenio entre uno o más países cuyo objetivo es eliminar
obstáculos al intercambio comercial, consolidar el acceso de bienes y servicios y favorecer la
inversión privada. Este tipo de estrategia económica puede ser emprendida por empresas,
organizaciones privadas empresariales superiores o incluso por naciones por medio de tratados
comerciales.
Colombia tiene 16 acuerdos comerciales firmados con las más importantes economías del
mundo; por tal razón, que no se firmen más Tratados de Libre Comercio (TLC), no tiene
implicaciones significativas para la economía nacional. (Dinero, 2018). Los analistas
coinciden en la necesidad de fortalecer la oferta exportable; pues si bien se ha dado una
diversificación en los últimos años, esta no es suficiente para lograr niveles de competitividad
adecuados. (Dinero, 2018).
América Latina supo aprovechar los precios altos de sus productos básicos para impulsar
su crecimiento económico y generar empleos mejor remunerados, con una mejora significativa
de sus indicadores económicos y sociales, impulsado en gran parte por el comercio
internacional. Es fundamental evaluar el impacto del comercio y diseñar estrategias de
aplicación óptimas para los acuerdos existentes. Las reglas de origen, por ejemplo, establecen
las condiciones bajo las cuales un país importador considera un producto como originario de
un país exportador que recibe un trato preferencial.
Brasil y Colombia cuentan con dos acuerdos comerciales, en el cual uno de ellos es el
acuerdo de complementación económica No 72, aplicado el 20 de diciembre del 2017 entre
Colombia y Brasil en donde los piases aliados son: Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay,
Estados parte del Mercosur, y Colombia. Este acuerdo tiene como fin de acceder a un
mercado potencial cercano a 250 millones de consumidores de PIB además materias primas y
bienes de capital más baratos, con el fin de contribuir en la disminución de costos de
producción y mejorar su competitividad.
La duración hace énfasis al periodo de tiempo que dura el ciclo económico: Los ciclos
económicos con periodo aproximadamente de 50 años. Los llamados ciclos de Onda Larga; Los
ciclos Grandes, que pueden ser de 7 a 11 años; y los ciclos Cortos, de 3 a 4 años (zona
económica, s.f.)
Podemos decir que Colombia ha presentado una economía que no ha sufrido ni auge económico o
decrecimiento conocimos alarmantes o que se den de una manera muy atípica, esto nos demuestra
que aunque se acelera muy poco la economía no hay crisis extremadamente difíciles de superar,
sin embargo esto no quiere decir que nuestra economía es perfecta ya que hay muchas variables
que corren el riesgo de hacernos retroceder. Por ejemplo, el petróleo que se ha devaluado, los
sectores económicos como el de la agricultura entre otros que no han obtenido un crecimiento
significativo pueden hacer que no tengamos las bases más seguras ante la incertidumbre económica
del futuro.
En cuanto a los ciclos económicos podemos decir que hay buena estabilidad no hay bajones
llamativos últimamente que nos alarme, pero si podemos ver que hay un nivel de pobreza elevado
y que la clase media no ha aumentado significativamente.
A partir de la gráfica podemos definir las otras cuatro fases del ciclo económico.
-Crisis: Cuando en la producción experimenta un decrecimiento o crecimiento bajo.
-Depresión: Es una caída muy profunda y prolongada de la actividad económica.
-Recuperación: Es punto del mínimo del ciclo económico, donde se produce una desigual
productividad.
-Auge: es el punto máximo del ciclo económico que presenta un aumento desigual en el nivel de
precios.
TEMA 4. INDICADORES ECONÓMICOS Y SU IMPACTO EN LAS
ORGANIZACIONES
4. ¿En que fase del ciclo se encuentra el país objeto de estudio, en que años dicho país se
Revista Dinero, (20 sep. 2013), Importancia de los aranceles. Recuperado de:
https://www.dinero.com/pais/articulo/importancia-aranceles/184649 .
¿Cuáles son las principales tasas arancelarias en Colombia? (25 sep. 2015). Recuperado de:
https://www.elanbiz.org/faq-display/-/asset_publisher/7t9b58DpyW1x/content/-cuales-son-las-
principales-tasas-arancelarias-en-colombia-
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