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"El genocidio fue pensado, por lo tanto era pensable”

G. Didi-Huberman

Introducción

En el texto “Imagenes a pesar de todo” Didi-Huberman le refuta a Auschwitz la idea de


ser un acontecimiento impensable. Ya que dicha matanza rozaba lo inimaginable (al
menos para la moral general) el autor propone encarar este suceso, en primera
instancia, desde la imaginación.

“Así pues, pese a todo, imágenes: pese al infierno de Auschwitz, pese a los riesgos corridos. A
cambio, debemos contemplarlas, asumirlas, tratar de contarlas.”1

Resulta terrorífico pensar que esta matanza no solo fue planeada sino que pensaba ser
eliminada de la memoria de la humanidad. Un acontecimiento sin lugar para el luto, un
acto que superaba cualquier limite impuesto por las categorías morales, un suceso
que replanteaba lo que significaba ser humano.

“Arrancarle una imagen a eso, ¿a pesar de eso? Si. Costara lo que costase había que darle
forma a este inimaginable.”2

La humanidad se había derrotado a si misma tras este acontecimiento. Los esclavos


judios, en sus múltiples intentos por registrar, de todas las maneras posibles, la
actividad fuera y dentro de los crematorios, ya no mantenían un objetivo que les
ofreciera una posibilidad de salir victoriosos, de salvar su vida. Se sabían ya como
carne de cañon. Su objetivo se había alejado de toda idea de ganar esta batalla y se
había tornado en algo transpersonal, registrar la barbarie que los nazis estaban
ejecutando. No había victoria de ningún tipo en lograr registrar las imagenes. En este

1 Georges Didi-Huberman. (2004). Imágenes pese a todo. Barcelona: Paidós. p. 17


2 ibid. p. 28
intento por sacar a la luz la matanza se estaba manifestando uno de los últimos gestos
de humanidad.

“Para refutar lo inimaginable, varios hombres se arriesgaron colectivamente a morir y, lo que es


peor todavía, a sufrir la suerte reservada a este tipo de tentativas: la tortura…”3

Había entonces, para los esclavos, un paso aún pero que la muerte que estos tenían
prácticamente asumida, este era la tortura. Por eso decimos que su trabajo era ya
transpersonal, cuando ya no quedaban posibilidades de salvar su propia vida, cuando
incluso sabían que no había posibilidades de salvar a los próximos que iban a entrar al
crematorio, habían ofrecido su ultimo aliento a refutar lo inimaginable. A, al menos,
otorgarle memoria a esa pesadilla.

Problemática

Podríamos pensar en que la problemática esencial que aquí se aborda es la de relegar


este acontecimiento a lo indecible y a lo impensable. Didi-Huberman habla de este
intento de los nazis por desaparecer todo registro como una maquinaria de
desimaginación. Es decir, una vez terminada la masacre, había que disfrazarla de irreal:

“[Los nazis] estaban totalmente convencidos de que una de las probabilidades de éxito de su
empresa residía en el hecho de que nadie del exterior podría creérselo”4

La tarea de los prisioneros judíos, como lo relata Didi-Huberman, no era solo que los
que estaban al tanto del holocausto vieran las imágenes sino que aquellos que no
tenían idea de que eso estaba pasando (ni de que pudiera pasar) fueran conscientes
del acontecimiento que estaba teniendo lugar. El Sonderkommando intuía que, para
los que no habían estado ahí, era mucho más fácil suponer tal catástrofe como
imposible que como verídica.

3 Ibid. p. 37
4 Ibid. p. 38
La problemática esta en no relegar todo esto a la categoría de lo inimaginable porque
eso significaría adaptarse a los paradigmas del pensamiento. Definir Auschwitz como
impensable, según Hanna Arendt, significa no perseverar en el pensamiento. Sobre
esta tesis, el autor apunta lo siguiente:

“¿Auschwitz sobrepasa todo pensamiento jurídico existente, toda noción de falta y de justicia?
Es necesario, pues, pensar de nuevo por completo la ciencia política y el derecho. ¿Auschwitz
sobrepasa todo pensamiento político existente, incluso toda antropología? Es necesario pues,
pensar de nuevo hasta los fundamentos de las ciencias humanas como tales.”5

Con las fotografías se disuelven las dudas que surgen en el espectador al intentar
imaginar este suceso y al ser tentado de calificarlo como impensable. La imagen nos
acerca al suceso y elimina cualquier intento de caer en interpretaciones.

“Una imagen acude allí donde parece fallar la palabra.”6

La imagen no tiene que preguntarle nada a nadie (ni siquiera al pensamiento), es una
fuente de respuestas, se revela sin autorización de los paradigmas del contexto que la
rodea. Estas 4 imágenes deben tomarse como un punto de partida, no como un
complemento. Es a partir de ellas que se debe pensar y no a la par.

“Poca cosa, pues: solamente cuatro instantes del mes de agosto de 1944. Pero es inestimable,
porque es casi todo aquello de lo que disponemos (visualmente) en este caos de horror”7

Incluso una sola de estas imagenes sería suficiente para re-pensar el suceso fuera de
lo irreal. El asunto de la imagen es tratado aquí como un fenómeno irrefutable, una
revelación de la luz que obliga a replantearse cualquier enfoque o interpretación que se
haya hecho acerca de este acontecimiento. La imagen como punto de referencia para

5 Ibid. p. 47
6 Ibid. p. 49
7 Ibid. p. 57
contar un suceso, la imagen como guía para entender, para asimilar. A partir de la
imagen Didi-Huberman apunta:

"Despedirse de todo. De sus antepasados, de sus puntos de referencia, de su mundo, de su


pensamiento.”8

Es prudente aclarar que una imagen no puede darlo todo, mucho menos una imagen
como las que se abordan en este texto. Lo que creo que es relevante es como, a la
hora de relatar o de concebir la matanza, la imagen se eleva por encima de cualquier
otro documento.

El autor incluso utiliza las imágenes para reconstruir el momento en el que estas se
tomaron, ¡Cuanto puede hablarnos una imagen! Angulo de visibilidad, movimiento del
sujeto al comparar varias de las imágenes que este tomó, etc. Se puede deducir
mucho de lo que fue necesario hacer para arrebatar unas cuantas imágenes.

Comentario

Las fotografías presentadas en el libro resultan el saber del suceso. Un saber


incuestionable, que no necesita ser pensado otra vez, ni de distintas maneras, sino
asumido, una asunción que nos lleve al silencio. Porque no es necesario expresar algo
más, ahí está el registro de las atrocidades que ha creado nuestra especie. La
imaginación al suceso funciona en este caso como una especie de introducción a algo
que, pensamos, se encuentra lejos de las posibilidades que nos rodean.

No pude evitar leer este texto sin tener presente, desde las primeras paginas , la
extrema violencia que ha inundado nuestro país. Porque no solo es una cifra
escandalosa de muertos y desaparecidos, sino una serie de actos profundamente
inhumanos (que después de leer este texto debemos dejar de tachar como
inimaginables)

Creo que esta guerra entre carteles, en parte, todavía tiene una concepción
“inimaginable” en la sociedad. El hecho de que se haya normalizado nos lleva a

8 Idem.
generalizarla y, por lo tanto, a dejar de pensarla desde distintos puntos. Figuras como
“El Pozolero” (quien disolvía cadáveres en acido) parecen literalmente sacadas de
historias creadas por una mente retorcida. No sé si, para que esta guerra entre
narcotraficantes sea concebida por la sociedad como lo que realmente es, primero
deba cesar. En un futuro en el cual ya no tomemos la violencia que se ha gestado en
este tiempo como algo cotidiano, tal vez comencemos a pensarla, a realmente
lamentarla. Necesitaremos que llegue el futuro, que se vaya esta espantosa realidad,
para hacernos conscientes de este presente. Posiblemente el verdadero luto iniciará
cuando podamos descansar de esta sombra que ha llenado a practicamente todos los
hogares del país.

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