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Realizado por: Bryan Xavier Buri Sicha

¿Qué es el alma?
Desde la niñez la sociedad nos ha hablado mucho sobre el alma, pero en muchos casos solo nos han
dado una vaga idea de lo que es: “ La idea del alma como aliento, hálito, exhalación, etc., es la más
común” (Mora, págs. 101-109) . También como una clase de fantasma que está limitada por el cuerpo.
Es por esta razón que ha despertado en mí la curiosidad de conocerla más a fondo. Para ello me he
preguntado ¿Qué es en realidad el alma? Puesto que resulta dificilísimo comprender lo que es
realmente el alma y cuál es su naturaleza, he decidido tomar en cuenta las diversas opiniones de
distintos predecesores, que en distintos momentos de la historia se han atrevido a manifestar algo
sobre esta.

Para Aristóteles, el alma es aquello que posibilita la vida en un cuerpo, el principio en sí de la vida.
“De donde resulta que todo cuerpo natural que participa de la vida es entidad, pero entidad en el
sentido de entidad compuesta” (Aristóteles, pág. 791). Define al alma como forma del cuerpo, que
sería materia, y como acto, que sería un organismo que posee vida. A diferencia del pensamiento de
Platón- el alma es perteneciente puramente a los humanos- para Aristóteles los seres humanos no
son los únicos en poseer un alma, si no que la poseen todos los seres vivos existentes, desde el ser
más pequeño hasta el ser más complejo, por lo que afirma existen 3 tipos de alma: el alma nutritiva,
el alma sensitiva y el alma racional.

Platón define al cuerpo como un obstáculo para el alma en su búsqueda de la verdad, pues considera
que el alma es frágil y se deja dominar por la seducción del placer; placer producido por una prisión
oscura (cuerpo): principio de todos los males, deseos, y demás pasiones. Para alcanzar la verdad,
piensa, se necesita de la filosofía, por esta razón el filósofo no debe temer más a la muerte, pues esta
viene para liberar al alma del cuerpo, y permitirle elevarse hacia la verdad. A diferencia de Platón San
Agustín nos expone que el alma es una sustancia espiritual e inmortal, este nos dice que el alma no
depende del cuerpo, si no que surge únicamente de la voluntad divina del Dios creador. “El alma es
una especie de vida, por la cual todo lo que está animado, vive; mas todo lo que no está animado y
que puede ser animado, se concibe como muerto, esto es, como privado de vida” (Agustín, págs. 13-
14) Nos dice también que la razón necesita la ayuda de algo que sea eterno e inmutable: Dios. Las
verdades universales están en Dios. Por lo que San Agustín divide al hombre en dos partes, el cuerpo
material que tiende hacia los placeres negativos que nos aferran a la tierra, y el alma espiritual y
positiva que nos impulsa a buscar el bien definitivo que es Dios.

Para Kant en cambio la inmortalidad del alma o la existencia de dios son postulados de la razón
práctica, que para él es “una proposición teórica, pero que no es demostrable como tal, sino en
cuanto depende inseparablemente de una ley práctica que vale incondicionalmente a priori” (Kant,
pág. 107). Rechaza la idea de que el alma o dios sean concebidos por el conocimiento científico, pero
existe algo que puede vincularnos con estos: esto es la experiencia moral; la cual exige a la razón
práctica presuponer “una existencia que perdure hasta el infinito y una personalidad del mismo ente
racional (lo que se denomina inmortalidad del alma)” (Kant, pág. 107).

Como vemos el alma está ligada a distintas concepciones, por lo que yo he decidido apegarme por el
pensamiento aristotélico: en la que el alma es principio vital e inmaterial de vida. La vida está
compuesta de alma y cuerpo, es decir cuerpo y alma están unidas simultáneamente. Pero el alma al
ser principio de vida, se podría decir que tiene prioridad sobre el cuerpo y además es la que define al
cuerpo, por lo que esta la poseen los seres vivos en general: plantas y animales. Es la acción primera
de donde florecen las diversas facultades y potencias del ser.
Bibliografia:

Aristóteles. (402). Acerca del Alma II. Madrid: Gredos.

Augustín, S. (387). La inmortalidad del alma. La Plata : Universidad de la Plata.

Ferrater, J. (1979). Diccionario de filosofía. Madrid: Alianza editorial.

Zambrano, M. (1950). Hacia un saber sobre el alma. Buenos Aires: Lozada.

Verneaux, R. (1967). Fiosofia del Hombre. Barcelona: Herder.

Aristóteles. (402). Acerca del Alma I. Madrid: Gredos.

Kant, I. (2003). Critica de la razón práctica. Buenos aires: La Pagina S.A.

Platón. (1966). De La Inmortalidad Del Alma. Buenos Aires: Espasa-Calpe.

Herschel, C. (1948). Creencias Antiguas en la Inmortalidad del Alma. Buenos Aires: Nova.

Rey, L. (1959). La inmortalidad del alma a la luz de los filósofos. Buenos Aires: Gredos.

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