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El Movimiento dialéctico hegeliano del Espíritu es un constante devenir en sí (interior), Que

atraviesa hasta llegar a lo universal, mediante distintos grados de elevación hasta llegar a la
Razón, llegar por el pensamiento hasta la verdad que se sabe a Sí misma, es el devenir el
movimiento dialéctico del Espíritu. La Verdad se sabe a sí misma. El devenir es lo verdadero de
la realidad así como lo verdadero del conocimiento. En la lógica y en la fenomenología se
desarrolla una contradicción dialéctica, superada por la Filosofía. El Espíritu, que se ha vuelto
hacia sí mismo (por su propia naturaleza) para hacerse

subjetivo

(tesis-afirmación)

y que luego, desde allí, ha creado una especie de segunda naturaleza a través del mundo
humano por intermedio del

derecho, la política y la moral, se hace el espíritu

objetivo

(antítesis-negación)

, debe regresar hacia sí mismo,

confrontando subjetividad y objetividad (síntesis-negación de la negación) en un

bsoluto

El Espíritu subjetivo y el espíritu objetivo son

unilaterales

: el primero es consciente y personal, pero carece de objetividad; el segundo posee objetividad


pero no es consciente de sí; el espíritu Absoluto, es consciente que se tiene a sí mismo como
objeto, de tal manera que desaparece toda oposición entre subjetividad y objetividad,
realizando la verdadera esencia del espíritu; la Infinitud. La

Idea

, ley interior de la naturaleza, como un plan o proyecto de toda realidad posible, es el principio
que da unidad y estructura a toda realidad posible. En principio, esa idea es una ley que "no se
sabe así misma". Su manifestación más plena será la "objetividad" de la naturaleza, aunque no
pueda reconocerse a sí misma, alienada en la naturaleza. Para que pueda volverse hacia sí, es
necesario un proceso ("desarrollo") sólo posible a través del hombre, cuyo motor será el
Espíritu.

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