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En ocasiones, el temperamento se define como la manera característica, biológicamente determinada, en que la

persona reacciona a personas y situaciones. El temperamento es el cómo de la conducta: no qué hace la persona, sino
cómo lo hace (Thomas y Chess, 1977). Por ejemplo, es posible que dos infantes sean igual de capaces para vestirse por sí
mismos y que tengan la misma motivación, pero uno puede hacerlo más rápido que otro, estar más

Teoría psicosocial de Erikson La personalidad se ve influida por la sociedad y se desarrolla a partir de una serie de crisis
de personalidad.

argo del ciclo vital (véase cuadro 2-2) que discutiremos en los capítulos correspondientes. Cada etapa implica lo que
Erikson originalmente llamó una “crisis” de personalidad

Cada etapa requiere que se equilibre un rasgo positivo con su negativo correspondiente. Aun cuando debería
predominar la calidad positiva, también se necesita cierto grado de la negativa. Por ejemplo, el tema crítico de la
lactancia es confianza básica versus desconfianza básica. Las personas necesitan confiar en el mundo y en las personas
dentro del mismo, pero también necesitan aprender algo de desconfianza para protegerse a sí mismos del peligro. El
resultado exitoso de cada etapa es el desarrollo de una “virtud” o fortaleza particular; en la primera etapa, la virtud es la
esperanza. La teoría de Erikson es importante debido a su énfasis en las influencias sociales y culturales, así como en el
desarrollo más allá de la adolescencia. Tal vez se le conoce más por su concepto de crisis de identidad, ya que ha
ingresado en el lenguaje popular y ha generado una cantidad considerable de investigación (capítulo

Aun cuando los bebés comparten patrones comunes de desarrollo, también exhiben desde un principio personalidades
bien diferenciadas, las cuales reflejan influencias tanto innatas como ambientales. A partir de la lactancia, el desarrollo
de la personalidad se encuentra interrelacionado con las relaciones sociales autoprotección. El patrón característico de
reacciones emocionales de una persona se empieza a desarrollar durante la lactancia y es un elemento básico de la
personalidad La cultura influye en la manera en que las personas se sienten acerca de una situación y en la forma en que
expresan sus emociones. Por ejemplo, algunas culturas asiáticas, que enfatizan la armonía social, desalientan la
expresión del enojo, pero le dan gran importancia a la vergüenza. Con frecuencia, lo contrario es cierto en la cultura
estadounidense, que enfatiza la expresión de la individualidad propia, la autoafirmación y la autoestima (Cole, Bruschi y
Tamang, 2002).

Los recién nacidos demuestran claramente cuándo están infelices. Emiten gritos penetrantes, agitan brazos y piernas y
ponen el cuerpo rígido. Es más difícil saber cuándo están felices. Durante el primer mes de vida, se silencian ante el
sonido de una voz humana o cuando se les carga, y es posible que sonrían si se juntan sus manos para jugar palmaditas.
A medida que pasa el tiempo, los lactantes responden a más personas; sonríen, zurean, estiran sus manos hacia ellas y, a
la larga, van hacia ellas. Estas señales o signos tempranos de los sentimientos de los bebés son indicadores importantes
del desarrollo. Cuando los bebés quieren o necesitan algo, lloran; cuando se sienten sociables, sonríen o emiten risas.
Cuando sus mensajes obtienen respuesta, su sentido de conexión con otras personas crece. También aumenta su
sentido de control sobre su mundo a medida que ven que su llanto puede atraer ayuda y consuelo y que sus sonrisas y
risas evocan sonrisas y risas a su vez. Se vuelven más capaces de participar, de manera activa en la regulación de sus
estados de alerta y de su vida emocional.

Algunos padres se preocupan de que cargar a un bebé que llora lo hará malcriado. En un estudio, las demoras en
responder a la inquietud sí parecieron reducir la misma durante los primeros seis meses, tal vez porque los bebés
aprendieron a lidiar con irritaciones menores por sí mismos (Hubbard y van IJzendoorn, 1991). Sin embargo, si los padres
esperan hasta que el llanto de angustia se convierta en gritos de rabia, puede volverse más difícil calmar al bebé; y un
patrón de este tipo, si se experimenta de manera repetida, puede interferir con la capacidad del lactante para regular o
manejar su estado emocional (R. A. Thompson, 1991). De manera ideal, el enfoque más sensato en términos de
desarrollo podría ser el que siguieron los padres de Cathy Bateson: evitar la angustia, haciendo que el consuelo sea
innecesario.

Emociones que implican al yo Los dos tipos de emociones que implican al yo son las emociones autorreflexivas y las
emociones autovalorativas. Las emociones autorreflexivas, como turbación, empatía y envidia, sólo surgen una vez que
los niños desarrollan la autoconcienciación: la comprensión cognitiva de que tienen una identidad reconocible, separada
y distinta del resto de su mundo. Esta conciencia del yo parece surgir entre los 15 y los 24 meses de edad. La
autoconcienciación es necesaria antes de que los niños se puedan percatar de que son el centro de atención,
identificarse con lo que están experimentando otros “yos” o desear tener lo que alguien más tiene. Aproximadamente
para los tres años de edad, una vez adquirida la autoconcienciación junto con una buena cantidad de conocimientos
acerca de los estándares, reglas y metas aceptadas por su sociedad, los niños se vuelven más capaces de evaluar sus
pensamientos, planes, deseos y conductas contra lo que se considera socialmente adecuado. Sólo entonces se pueden
demostrar las emociones autovalorativas de orgullo, culpa y vergüenza (Lewis, 1995, 1997, 1998). La culpa y la
vergüenza son emociones diferentes, aun cuando ambas suelan darse en respuesta a transgresiones. Es posible que los
niños que no satisfagan estándares conductuales se sientan culpables (es decir, que se arrepientan de sus acciones),
pero no necesariamente sentirán una falta de valía propia, como cuando sienten vergüenza. Su atención se centra en un
acto malo, no en un yo malo (Eisenberg, 2000).

Empatía: sentir lo que otros sienten Se piensa que la empatía —la capacidad de “ponerse en los zapatos de otra
persona” y sentir lo que la persona siente, o que se esperaría que sintiese, en una situación particular— surge durante el
segundo año de vida. Al igual que la culpa, la empatía aumenta con la edad (Eisenberg, 2000; Eisenberg y Fabes, 1998).
La empatía depende de la cognición social, la capacidad cognitiva para comprender que otros tienen estados mentales y
para determinar sus sentimientos e intenciones. Piaget creía que el egocentrismo (la incapacidad de ver el punto de
vista de otra persona) demora el desarrollo de esta capacidad hasta la etapa de las operaciones concretas durante la
tercera infancia. Otros investigadores sugieren que la cognición social se inicia mucho antes. En un estudio, bebés de
nueve meses de edad (pero no de seis meses de edad) reaccionaban de manera diferente con una persona que no
estaba dispuesta a darles un juguete que con una persona que trataba de darles el juguete, pero que lo dejaba caer en
forma accidental. Estos hallazgos sugieren que los lactantes mayores habían adquirido cierta comprensión de las
intenciones de otra persona (Behne, Carpenter, Call y Tomasello, 2005).

La primera etapa del desarrollo psicosocial que identificó Erikson (véase cuadro 2-2 del capítulo 2) es confianza básica
versus desconfianza básica. Esta etapa inicia durante la lactancia y continúa hasta alrededor de los 18 meses de edad. En
estos primeros meses, los bebés desarrollan un sentido de la confiabilidad de las personas y objetos en su mundo.
Necesitan desarrollar un equilibrio entre la confianza (que les permite formar relaciones íntimas) y la desconfianza (que
les permite protegerse). Si predomina la confianza, como debería, los niños desarrollan la virtud, o fortaleza, de la
esperanza: la creencia de que pueden satisfacer sus necesidades y cumplir sus deseos (Erikson, 1982). Si predomina la
desconfianza, los niños percibirán al mundo como hostil e impredecible y tendrán dificultades para formar relaciones. El
elemento crítico para desarrollar la confianza es el cuidado sensible, responsivo y consistente. Erikson consideraba que
la situación alimenticia era el entorno para establecer la mezcla correcta de confianza y desconfianza. ¿El bebé puede
contar con que se le alimente cuando tiene hambre y, por consiguiente, puede confiar en su madre como representante
del mundo? La confianza permite que la madre del lactante no permanezca a la vista, debido a que “se ha convertido en
una certeza interna así como en una predictiPunto de verificación ¿Puede usted . . . ✔ explicar la importancia de la
confianza básica e identificar el elemento crítico para su desarrollo? Indicador 3 ¿Cómo es que los lactantes adquieren
confianza en el mundo y forman apego, y cómo es que lactantes y cuidadores leen las señales no verbales los unos de
los otros? confianza básica versus desconfianza básica Primera etapa del desarrollo psicosocial de Erikson en la que los
lactantes desarrollan una sensación de seguridad en las personas y objetos. Punto de verificación ¿Puede usted . . . ✔
enlistar y describir los nueve aspectos y los tres patrones de temperamento identificados por el New York Longitudinal
Study? ✔ evaluar la evidencia a favor de la estabilidad del temperamento? ✔ discutir la forma en que el temperamento
puede afectar la adaptación y explicar la importancia de la bondad de ajuste? ✔ proporcionar evidencia de las
influencias biológicas sobre el temperamento y el papel del manejo parental? 08 CHAPTER 8.indd 245 12/1/08 9:36:33
PM 246 Parte 3 Lactancia y primera infancia: vista previa bilidad externa” (Erikson, 1950, p. 247). En Cathy Bateson, esta
confianza interna posiblemente formó las bases sólidas para los periodos más difíciles del futuro.

El apego es un vínculo emocional entre el lactante y el proveedor de cuidados, en donde ambos contribuyen a la calidad
de la relación y hacen que dicho vínculo sea recíproco y duradero. Desde un punto de vista evolutivo, el apego tiene un
valor adaptativo para los bebés al garantizar que se satisfagan sus necesidades psicosociales, así como las físicas
(MacDonald, 1998). Según la teoría etológica (véase capítulo 2), los lactantes y sus padres están biológicamente
predispuestos a apegarse entre sí y el apego promueve la supervivencia del bebé.

apego seguro Patrón en el que un lactante llora o protesta cuando el proveedor principal de cuidados se aleja, y en el
que busca de manera activa el regreso del proveedor de cuidados. apego evitante Patrón en el que el lactante rara vez
llora cuando se separa del principal proveedor de cuidados y evita el contacto cuando esa persona regresa. apego
ambivalente (resistente) Patrón en el cual un lactante experimenta ansiedad antes de que el proveedor principal de
cuidados se aleje, muestra angustia extrema durante su ausencia y tanto busca el contacto como lo resiste al regresar
esa persona

El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos; la representación total de nuestras capacidades y
rasgos. Describe lo que sabemos y sentimos acerca de nosotros mismos y guía nuestras acciones (Harter, 1996, 1998).
Los niños incorporan a su autoimagen la representación que otros reflejan hacia ellos.

Erikson (1950) identificó el periodo aproximado entre los 18 meses y los tres años de edad como la segunda etapa del
desarrollo psicosocial, autonomía versus vergüenza y duda, que se distingue por un viraje del control externo al
autocontrol. los infantes empiezan a sustituir los juicios de sus proveedores de cuidados por los suyos propios. La virtud
o fortaleza que emerge durante esta etapa es la voluntad

El entrenamiento de esfínteres, que en la mayoría de los niños se completa con mayor rapidez si se inicia después de los
27 meses de edad (Blum, Taubman y Nemeth, 2003), es un paso importante hacia la autonomía y el autocontrolel
lenguaje; a medida que los niños se vuelven más capaces de dar a entender sus deseos, se vuelven más poderosos e
independientes decía Erikson, la vergüenza y la duda tienen un lugar necesario. Los infantes necesitan que los adultos
establezcan límites adecuados y la vergüenza y la duda los ayudan a reconocer la necesidad de tales límites. La
socialización es el proceso mediante el cual los niños desarrollan los hábitos, habilidades, valores y motivos que los
hacen miembros responsables y productivos de la sociedad. La obediencia de las expectativas de los padres se puede
considerar como primer paso hacia la obediencia de los estándares sociales. La socialización depende de la
internalización de estos estándares. Los niños exitosamente socializados ya no obedecen las reglas u órdenes tan sólo
para obtener recompensas o para evitar castigos; han hecho propios los estándares de la sociedad (Grusec y Goodnow,
1994; Kochanska y Aksan, 1995; Kochanska, Tjebkes y Forman, 1998).

autorregulación: control sobre su conducta para conformarse a las demandas o expectativas de sus proveedores de
cuidados, aun cuando no se encuentran presentes. La autorregulación es la base para la socialización e integra todos los
dominios del desarrollo: físico, cognitivo, social y emocional

autorregulación Control independiente que la persona tiene sobre su comportamiento a fin de conformarse a las
expectativas sociales implícitas

La conciencia implica tanto una incomodidad emocional al hacer algo malo como la capacidad de limitarse de hacerlo.
Antes de que los niños puedan desarrollar una conciencia, necesitan tener una internalización de los estándares
morales. La conciencia depende de la disposición a hacer lo correcto porque el niño cree que es lo correcto, no (como en
la autorregulación) sólo porque alguien más lo haya dicho. El control inhibitorio —refrenar los impulsos de manera
consciente o esmerada, un mecanismo de autorregulación que surge en la primera infancia— puede contribuir al
desarrollo de la conciencia, primero permitiendo que el niño obedezca de manera voluntaria los debes y no debes de sus
padres (Kochanska, Murray y Coy, 1997).

conciencia Normas internas de comportamiento que, en general, controlan la propia conducta y producen incomodidad
emocional cuando se les viola.

Resumen y términos clave Bases del desarrollo psicosocial Indicador 1 ¿Cuándo y de qué manera se desarrollan las
emociones y cómo es que los bebés las muestran? • Las emociones tienen funciones de protección. • Llorar, sonreír y
reírse son señales tempranas de la emoción. Otros indicios son las expresiones faciales, la actividad motora, el lenguaje
corporal y los cambios fisiológicos. • El repertorio de emociones básicas parece ser universal, pero existen variaciones
culturales en su expresión. • Las emociones complejas parecen desarrollarse a partir de las primeras más sencillas. Las
emociones autorreflexivas y autovalorativas surgen después del desarrollo de la autoconcienciación. • Regiones del
cerebro que están separadas, pero que interactúan entre sí, pueden ser las responsables de los diversos estados
emocionales. emociones (237) emociones autorreflexivas (240) autoconcienciación (240) emociones autovalorativas
(240) empatía (241) cognición social (241) egocentrismo (241) Indicador 2 ¿Cómo es que los lactantes exhiben
diferencias en temperamento y qué tan duraderas son esas diferencias? • Muchos niños parecen entrar en una de tres
categorías de temperamento: fácil, difícil y lento para entrar en confianza. Los patrones de temperamento parecen ser
innatos, y tienen bases biológicas. En general son estables, pero se pueden modificar por medio de la experiencia. • La
bondad de ajuste entre el temperamento del niño y las demandas ambientales ayuda a la adaptación. • Es posible que
las diferencias transculturales en temperamento reflejen prácticas de crianza infantil. 08 CHAPTER 8.indd 268 12/1/08
9:36:43 PM Capítulo 8 Desarrollo psicosocial durante los primeros tres años 269 temperamento (241) niños fáciles (242)
niños difíciles (243) niños lentos para entrar en confianza (243) bondad de ajuste (244) Cuestiones del desarrollo en la
lactancia Indicador 3 ¿Cómo es que los lactantes adquieren confianza en el mundo y forman apego, y cómo es que
lactantes y cuidadores leen las señales no verbales los unos de los otros? • Según Erikson, durante sus primeros 18
meses de vida, los lactantes se encuentran en la primera etapa de su desarrollo psicosocial, confianza básica versus
desconfianza básica. El cuidado infantil sensible, responsivo y consistente es esencial para la resolución exitosa de este
conflicto. • Las investigaciones basadas en la situación extraña encontraron cuatro patrones de apego: seguro, evitante,
ambivalente (resistente) y desorganizado-desorientado. • Instrumentos más nuevos miden el apego en entornos
naturales y en investigaciones transculturales. • Los patrones de apego pueden depender del temperamento del bebé,
así como de la calidad de la crianza infantil, y es posible que tengan implicaciones de largo plazo para el desarrollo. Los
recuerdos de los progenitores de sus apegos infantiles pueden influir en el apego de sus hijos. • La ansiedad de
separación y ante los desconocidos puede surgir entre los seis y 12 meses de edad, y parecen relacionarse con el
temperamento y las circunstancias. confianza básica versus desconfianza básica (245) apego (246) situación extraña
(246) apego seguro (246) apego evitante (246) apego ambivalente (resistente) (246) apego desorganizadodesorientado
(247) ansiedad ante desconocidos (249) ansiedad de separación (249) • La regulación mutua permite que los bebés
representen un papel activo en la regulación de sus estados emocionales. • La depresión de una madre, en especial si es
grave o crónica, puede tener consecuencias importantes para el desarrollo de su hijo. • La referencia social se ha
observado para los 12 meses de edad. regulación mutua (252) paradigma de la “cara inmóvil” (252) referencia social
(254) Cuestiones del desarrollo en la primera infancia Indicador 4 ¿Cuándo y de qué manera surge el sentido del yo y
cómo es que los infantes ejercitan su autonomía y desarrollan estándares de conductas socialmente aceptables? • El
autoconcepto se desarrolla entre los 15 y 18 meses de edad y depende de la autoconcienciación. autoconcepto (255) •
La segunda etapa de Erikson se refiere a la autonomía versus vergüenza y duda. El negativismo es una manifestación
normal del cambio de un control externo al autocontrol. • La socialización, que depende de la internalización de los
estándares socialmente aprobados, se inicia con el desarrollo de la autorregulación. • Un precursor de la conciencia es la
obediencia comprometida a las demandas del proveedor de cuidados; los infantes que exhiben una obediencia
comprometida tienden a internalizar las reglas adultas con mayor facilidad que aquellos niños que exhiben una
obediencia situacional. • Las prácticas de crianza infantil, el temperamento, la calidad de la relación entre padres e hijos
y los factores culturales y socioeconómicos pueden afectar la facilidad y éxito de la socialización. autonomía versus
vergüenza y duda (256) socialización (256) internalización (256) autorregulación (257) conciencia (259) obediencia
comprometida (259) obediencia situacional (259) cooperación receptiva (260) ¿Qué tan diferentes son los bebés
varones y mujeres? Indicador 5 ¿Cuándo y de qué manera aparecen las diferencias de género? • Aunque de manera
típica las diferencias significativas de género no aparecen sino hasta después de la lactancia, los padres estadounidenses
inician la tipificación de género entre varones y niñas casi desde el momento de su nacimiento. género (260) tipificación
de género (261) Contacto con otros niños Indicador 6 ¿Cómo interactúan lactantes e infantes con hermanos y otros
niños? • La adaptación de un niño a un bebé nuevo puede depender de la edad del niño, de la calidad de su relación con
su madre y de la atmósfera familiar. • Las relaciones entre hermanos representan un papel específico en la socialización;
lo que los niños aprenden de las relaciones con sus hermanos se transfiere a las relaciones fuera del hogar. • Entre el
año y medio y los tres años de edad, los niños tienden a exhibir un mayor interés en otros niños y una creciente
comprensión de cómo lidiar con ellos. Hijos de padres trabajadores Indicador 7 ¿Cómo es que el trabajo parental y el
cuidado infantil temprano afectan el desarrollo de lactantes e infantes? • En general, la participación de las madres en la
fuerza laboral durante los primeros tres años de la vida del niño parece tener poco impacto sobre su desarrollo, pero es
posible que el desarrollo cognitivo sufra si la madre trabaja 30 horas o más por semana para el noveno mes de vida de
su hijo. • El cuidado infantil no materno varía ampliamente en tipo y calidad. El elemento más importante en la calidad
del cuidado es el proveedor del mismo. • Aunque la calidad, cantidad, estabilidad y tipo de cuidado tiene cierta
influencia sobre el desarrollo psicosocial y cognitivo, la influencia de las características de la familia parece ser mayor en
términos generales. • Los niños de bajos ingresos, en especial, se benefician del buen cuidado infantil externo.

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