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Laura Rocha Marcelo

Gelman Vs. Uruguay


Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma
Fábricas de amor, Juan Gelman
La Operación Condor, se entiende como el plan de cooperación de los regímenes dictatoriales del cono
sur para aniquilar al denominado enemigo común “el comunismo” y reprimir a sus simpatizantes
también llamados “elementos subversivos”. En este marco, desde 1968, Uruguay venía aplicando
medidas prontas de seguridad para la implementación de políticas basadas en la doctrina de la seguridad
nacional; pero no es hasta 1973 con el golpe de estado del entonces presidente Juan María Bordaberry,
que se establece una dictadura cívico-militar, en la que se aplican medidas de vigilancia y especial
represión hacia la izquierda. Este no es un fenómeno aislado, en 1976 el gobierno de Isabel Perón cae
tras el golpe de estado militar que da inicio al denominado proceso de reorganización nacional. Tanto
Uruguay como Argentina colaboraron activamente en la creación y ejercicio de estrategias contra su
enemigo común.
En este contexto sociopolítico, son detenidos en Buenos Aires por militares argentinos y uruguayos
Marcelo Gelman y María Claudia García, quien estaba en estado de embarazo. Son trasladados a un
centro de detención clandestino donde ejecutan a Marcelo. Posteriormente María Claudia es trasladada a
Montevideo a otro centro clandestino, donde meses después da a luz y tras el mes de lactancia, sustraen
a su hija. La mujer desaparece y se sospecha de su asesinato en una base militar. La menor es dejada en
la puerta de un policía uruguayo quien junto a su esposa la registran como hija propia y le dan el nombre
de María Macarena Tauriño. Los abuelos biológicos de la joven 20 años después la localizan y tras
conocer la verdad, María Macarena inicia una acción de reclamación de filiación legítima y modifica sus
documentos con los apellidos de sus padres biológicos.
La detención y el traslado sin control migratorio alguno de María Claudia García a los ojos de la Corte
son ilegales a claras luces y son situaciones tan atroces que solo pueden entenderse como la abstracción
de la mujer del amparo de la ley y el inicio de la configuración de la desaparición forzada. La
indeterminación jurídica de la que fue objeto le anuló la posibilidad de ejercer sus derechos como
cualquier persona titular de estos. Respecto a la detención en Uruguay, se dice que el trato diferenciado
por virtud del embarazo que hicieron los agentes estatales no fue debido al cumplimiento de su
obligación de protección, sino para instrumentalizar su cuerpo en función del nacimiento de la menor.
Esto tiene como consecuencia la violación a la libre maternidad, factor que forma parte del desarrollo a
la libre personalidad de las mujeres.
Laura Rocha Marcelo

La desaparición forzada de María Claudia vulneró la integridad psíquica y moral de su hija, y además
desencadenó en la sustracción ilegal de la menor por agentes estatales, también considerada como una
forma de desaparición forzada. Este es un hecho violatorio de múltiples derechos, pero primariamente el
Derecho a la Identidad. A pesar de no estar contenido en la Convención americana, este derecho cobija
un conjunto de características que permite el ejercicio de la personalidad jurídica y conjuntamente es
intrínseco a la dignidad humana. El desconocimiento de su identidad eliminó el vínculo de origen y el
contacto de María Macarena con su verdadera familia. El Estado no estaba solamente obligado a
proteger a la familia, sino también a permitir su amplio desarrollo.
Juan Gelman, vio su integridad psíquica gravemente afectada por la pérdida de su núcleo familiar. La
imposibilidad de encontrarles y las constantes negativas del Estado a su petición de investigar, violan el
deber estatal de investigación de violaciones de derechos humanos. Los entes estatales consideraban que
el caso se enmarcaba en la Ley 15.848 y por ello caducaba el ejercicio de la pretensión punitiva, pero
como lo ha reiterado jurisprudencia anterior, estas leyes son incompatibles con la convención. El olvido
es contrario a la dignidad humana. No conocer la verdad es casi tan cruel como el hecho mismo de la
desaparición.

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