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FISIOPATOLOGÍA DEL
SISTEMA DIGESTIVO.
Profesor: Integrantes:
Inés Díaz
Daniela Villalba
Barbara Ordosgoitte.
TSU Enfermería.
ABRIL-2020
Introducción
Las enfermedades digestivas son trastornos del aparato digestivo, que algunas veces se
denomina tracto gastrointestinal (GI). Una enfermedad digestiva es cualquier problema de
salud que ocurre en el aparato digestivo. Las afecciones pueden ir de leves a graves si no se
tratan a tiempo.
El tubo digestivo está formado por la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino
delgado y el intestino grueso o colon. En cada una de estas partes del tubo digestivo tienen
lugar los diversos eventos que permitirán la digestión y la absorción de los alimentos
ingeridos.
Boca
Cavidad que se abre en la parte central e inferior de la cara y por la que se ingieren los
alimentos. En la boca encontramos la lengua y los dientes. Es aquí donde vierten su
contenido las glándulas salivales y tienen lugar la masticación y salivación de los
alimentos. Con la salivación y los fermentos digestivos que contiene la saliva (amilasa
salival) se inicia la digestión de los alimentos, formándose el bolo alimenticio. Después de
estos procesos se produce la deglución del bolo alimenticio, que es el proceso mediante el
cual éste pasa de la boca y faringe al esófago.
Faringe
Se comunica con la boca por la parte anterior, y por la parte posterior con la laringe, de la
que está separada por la epiglotis, y con el esófago, al que derrama el bolo alimenticio. La
deglución implica una gran coordinación neuromuscular a nivel de la faringe. Los defectos
en estos mecanismos pueden producir el paso de alimentos a las vías respiratorias o en la
nariz, en vez de pasar al esófago.
Esófago
Intestino delgado
Conducto de 6 a 8 metros de largo, formado por tres tramos: Duodeno, separado del
estómago por el píloro, y que recibe la bilis procedente del hígado y el jugo pancreático del
páncreas, seguido del yeyuno, y por la parte final llamada íleon. El íleon se comunica con
el intestino grueso o colon mediante la válvula ileocecal. En el intestino delgado continúa la
digestión de los alimentos hasta su conversión en componentes elementales aptos para la
absorción; y aquí juega un papel fundamental la bilis, el jugo pancreático (que contiene
amilasa, lipasa y tripsina) y el propio jugo intestinal secretado por las células intestinales.
Una vez mezclado con estas secreciones, el quimo pasa a llamarse quilo. Las paredes del
intestino delgado tienen también capacidad contráctil, permitiendo la mezcla de su
contenido y su propulsión adelante. Una vez los alimentos se han escindido en sus
componentes elementales, serán absorbidos. En el intestino delgado se absorben los
nutrientes y también sal y agua. La absorción es un proceso muy eficiente: menos del 5%
de las grasas, hidratos de carbono y proteínas ingeridas se excreta en las heces de los
adultos que siguen una dieta normal. La digestión de las grasas (lípidos) de la dieta se
produce por efecto de las lipasas, originándose entonces los triglicéridos y fosfolípidos, que
se absorben en el yeyuno. Para que se produzca este proceso, es necesaria la contribución
de las sales biliares contenidas en la bilis. Los hidratos de carbono (almidones, azúcares,
etc.) son digeridos mediante las amilasas salival y pancreática, las disacaridasas,
formándose monosacáridos que son absorbidos en yeyuno / íleon. Finalmente, la digestión
de las proteínas mediante pepsinas y proteasas (tripsina) da lugar a los péptidos y
aminoácidos, absorbidos también en yeyuno / íleon.
Colon
Glándulas anejas.
Glándulas salivales.
Hay tres pares: dos parótidas, una a cada lado de la cabeza, por delante del conducto
auditivo externo; dos submaxilares, situadas en la parte interna del maxilar inferior, y dos
sublinguales bajo la lengua. Todas ellas tienen la función de ensalivar los alimentos
triturados en la boca para facilitar la formación del bolo alimenticio e iniciar la digestión de
los hidratos de carbono (por efecto de la amilasa salival).
Hígado.
Glándula voluminosa de color rojo oscuro que produce la bilis, que se almacena en la
vesícula biliar. Durante las comidas la vejiga biliar se contrae, provocando el paso de bilis
en el duodeno, a través del conducto colédoco. La función de la bilis en el intestino delgado
es facilitar la digestión de las grasas. Por otra parte, el hígado juega un papel clave en las
vías metabólicas fundamentales. Recibe de la sangre proveniente del intestino los nutrientes
absorbidos, los transforma y sintetiza los componentes fundamentales de todos los tejidos
del organismo. El hígado contiene también numerosas vías bioquímicas para detoxificar
compuestos absorbidos por el intestino delgado.
Páncreas.
Glándula de forma triangular situada inmediatamente por debajo del estómago y en
contacto con el duodeno, y que tiene una función doble: 1) Páncreas exocrino: fabrica el
jugo pancreático que contiene las enzimas digestivas (amilasa, lipasa y tripsina). El jugo
pancreático llega al duodeno por el conducto de Wirsung para participar en la digestión de
los alimentos. 2) Páncreas endocrino: fabrica varias hormonas que se excretan en la sangre
para llevar a cabo funciones imprescindibles para el organismo. La más conocida es la
insulina, que regula el metabolismo de los azúcares.
Cáncer intestinal.
El cáncer de intestino delgado es un tipo de cáncer poco común que ocurre en el intestino
delgado. El intestino delgado es un tubo largo que transporta la comida digerida entre el
estómago y el intestino grueso (colon).
El intestino delgado es responsable de digerir y absorber los nutrientes de los alimentos que
consumes. Produce hormonas que ayudan a la digestión. El intestino delgado también juega
un papel en el sistema inmunitario del cuerpo que combate los gérmenes, ya que contiene
células que combaten las bacterias y los virus que ingresan al cuerpo a través de la boca.
Signos y síntomas.
Los signos y síntomas del cáncer de intestino delgado incluyen los siguientes:
Dolor abdominal
Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
Sentirse inusualmente débil o cansado
Náuseas
Vómitos
Pérdida de peso sin proponértelo
Sangre en las heces, que puede ser rojas o negras
Diarrea líquida
Enrojecimiento de la piel
Diagnóstico y laboratorio
Enema de doble contraste: Es una exploración que se realiza mediante una serie
de radiografías con la aplicación de un enema. El enema es un preparado líquido
que se introduce por vía rectal y que permite ver el relieve de la mucosa intestinal.
Tacto digital: Lo realiza un especialista con un guante lubrificado y solo sirve para
localizar posibles alteraciones en la parte final del recto.
Etiología.
Hemorragia intestinal.
Signos y síntomas.
Los signos y síntomas del sangrado gastrointestinal pueden ser evidentes o estar ocultos.
Los signos y síntomas dependen de la ubicación del sangrado, que puede ser en cualquier
parte del tracto gastrointestinal, desde donde comienza (la boca) hasta donde termina (el
ano) y el tipo de sangrado.
Vómitos con sangre, que pueden ser de color rojo o marrón oscuro y parecerse a la
textura de los granos de café
Heces oscuras o alquitranadas
Sangrado rectal, por lo general dentro o con las heces
Aturdimiento
Dificultad para respirar
Desmayos
Dolor en el pecho
Dolor abdominal
Úlceras pépticas. Esta es la causa más frecuente del sangrado del tracto
gastrointestinal superior. Las úlceras pépticas son llagas que se desarrollan en la
capa que reviste al estómago y en la parte superior del intestino delgado. El ácido
del estómago, ya sea por bacterias o por el consumo de medicamentos
antiinflamatorios, daña el revestimiento, lo que provoca la formación de llagas.
Desgarros en el revestimiento del conducto que conecta la garganta con el
estómago (esófago). Conocido como desgarro de Mallory-Weiss, puede ocasionar
un sangrado significativo. Esto es más frecuente en personas que beben alcohol en
exceso.
Venas agrandadas y anormales en el esófago (várices esofágicas). Esta
enfermedad ocurre más a menudo en personas con enfermedades hepáticas graves.
Esofagitis. La causa más común de la inflamación del esófago es la enfermedad de
reflujo gastroesofágico (ERGE).
Obstrucción intestinal.
Una obstrucción intestinal ocurre cuando la comida o las heces no pueden salir del
intestino. La obstrucción puede ser completa o parcial. Hay muchas causas. Las más
comunes son adherencias, hernias, cánceres y algunas medicinas.
Signos y síntomas.
Etiología.
Adherencias intestinales — bandas de tejido fibroso en la cavidad abdominal que
pueden formarse después de una cirugía abdominal o pélvica.
Cáncer de colon.
Hernias — porciones de intestino que se introducen en otra parte del cuerpo.
Enfermedades intestinales inflamatorias, como la enfermedad de Crohn.
Diverticulitis — una afección en la que pequeñas protrusiones (divertículos) en
forma de bolsas en el sistema digestivo se inflaman o se infectan.
Torsión del colon (vólvulo).
Retención fecal.
Diagnóstico y laboratorio.
El síndrome del intestino irritable es un trastorno frecuente que afecta el intestino grueso.
Los signos y síntomas comprenden cólicos, dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea o
estreñimiento, o ambos. Solamente una pequeña cantidad de personas con síndrome del
intestino irritable tienen signos y síntomas graves. Algunas personas pueden controlar los
síntomas con cambios en la dieta, el estilo de vida y con tratamiento del estrés. Los
síntomas más graves pueden tratarse con medicamentos y terapia psicológica.
Signos y síntomas.
Los signos y síntomas del síndrome del intestino irritable varían. Los más frecuentes son
los siguientes:
Dolor abdominal, cólicos o hinchazón que suelen aliviarse de forma total o parcial
al evacuar los intestinos
Exceso de gases
Diarrea o estreñimiento; a veces, episodios alternados de diarrea y estreñimiento
Mucosidad en las heces
Etiología.
Diagnóstico y laboratorio.
Criterios de Roma. Estos criterios incluyen el dolor abdominal y las molestias que
duran, en promedio, como mínimo, 1 día a la semana en los últimos 3 meses,
asociados con, al menos, dos de los siguientes factores: El dolor y las molestias
están asociados con la defecación, hay alteración en la frecuencia de la defecación o
en la consistencia de las heces.
Criterios de Manning. Estos criterios se centran en el alivio del dolor después de
defecar y en tener evacuación intestinal incompleta, mucosidad en las heces y
cambios en la consistencia de las heces. Mientras más síntomas presentes, la
probabilidad de padecer síndrome del intestino irritable será mayor.
Tipo de síndrome del intestino irritable. A los fines del tratamiento, el síndrome
del intestino irritable se puede dividir en tres tipos, según los síntomas: predominio
de estreñimiento, predominio de diarrea o tipo mixto.
Sigmoidoscopia flexible. El médico examina la parte inferior del colon (sigmoide)
con un tubo flexible iluminado (sigmoidoscopio).
Colonoscopia. El médico usa un tubo flexible pequeño para examinar la longitud
total del colon
Radiografías o exploraciones por tomografía computarizada. Estos análisis
producen imágenes del abdomen y de la pelvis que podrían ayudar al médico a
descartar otras causas de tus síntomas, especialmente si tienes dolor abdominal. El
médico podría llenar el intestino grueso con un líquido (bario) para que cualquier
problema se pueda ver más claramente en la radiografía. Esta prueba de bario a
veces se llama «serie gastrointestinal inferior».
Pruebas de intolerancia a la lactosa. La lactasa es una enzima necesaria para
digerir el azúcar de los productos lácteos. Si no produces lactasa, podrías tener
problemas similares a aquellos causados por el síndrome del intestino irritable,
como dolor abdominal, gases y diarrea. El médico puede pedir una prueba del
aliento, o pedirte que elimines la leche y los productos lácteos de tu dieta por varias
semanas.
Prueba del aliento para detectar el crecimiento excesivo de bacterias. La prueba
del aliento también puede determinar si hay un crecimiento excesivo de bacterias en
el intestino delgado. El crecimiento excesivo de bacterias es más frecuente entre las
personas que se sometieron a una cirugía intestinal o que tienen diabetes o alguna
otra enfermedad que haga más lenta la digestión.
Endoscopia superior. Se inserta un tubo largo y flexible por la garganta hasta el
interior del tubo que comunica la boca con el estómago (esófago). El médico,
mediante una cámara al final del tubo, inspecciona el tubo digestivo superior y
obtiene una muestra de tejido (biopsia) del intestino delgado y del líquido en busca
del crecimiento excesivo de bacterias. El médico podría recomendarte que te
realices una endoscopia si hay sospecha de celiaquía.
Análisis de heces. Podrían examinarse las heces en busca de bacterias o parásitos, o
de un líquido digestivo producido en el hígado (ácido biliar) si tienes diarrea
crónica.
Enfermedad celíaca.
Signos y síntomas.
Diarrea
Fatiga
Pérdida de peso
Hinchazón y gases
Dolor abdominal
Náuseas y vómitos
Estreñimiento
Sin embargo, más de la mitad de los adultos con enfermedad celíaca tienen signos y
síntomas no relacionados con el sistema digestivo, que incluyen los siguientes:
Las investigaciones sugieren que la enfermedad celíaca afecta solo a personas con genes
particulares. Estos genes son comunes y aproximadamente un tercio de la población lo
tienen. Para que el trastorno se manifieste, la persona tiene que comer alimentos que
contengan gluten. Los investigadores no saben exactamente qué desencadena la
enfermedad celíaca en personas en situación de riesgo que comen gluten durante un largo
período. A veces la enfermedad es hereditaria: alrededor del 10 al 20 por ciento de los
parientes cercanos de las personas con enfermedad celíaca también se ve afectado.
Diagnóstico y laboratorio.
Enfermedad de Crohn.
Signos y síntomas.
En algunas personas con enfermedad de Crohn, solo está afectado el último segmento del
intestino delgado (íleon). En otras, la enfermedad se limita al colon (parte del intestino
grueso). Las zonas que se ven afectadas por la enfermedad de Crohn con mayor frecuencia
son la última porción del intestino delgado y el colon.
Los signos y síntomas de la enfermedad de Crohn pueden oscilar entre leves y graves. Se
suelen manifestar gradualmente, pero a veces se presentan de forma súbita, sin señales
previas. También es posible que tengas períodos sin signos ni síntomas (remisión).
Diarrea
Fiebre
Fatiga
Dolor y cólicos abdominales
Sangre en las heces
Llagas en la boca
Poco apetito y adelgazamiento
Dolor o drenaje cerca o alrededor del ano debido a la inflamación de un túnel hacia
la piel (fístula)
Diagnóstico y laboratorio.
Úlceras pépticas.
Las úlceras pépticas son llagas abiertas que se forman en el revestimiento del estómago y la
parte superior del intestino delgado. El síntoma más frecuente de las úlceras pépticas es el
dolor de estómago. Las úlceras pépticas incluyen:
Con menos frecuencia, las úlceras pueden causar signos o síntomas graves, como ser:
Diagnóstico y laboratorio.
Cáncer de colon.
Signos y síntomas.
Muchas personas con cáncer de colon no experimentan síntomas en las primeras etapas de
la enfermedad. Cuando aparecen los síntomas, es probable que varíen, según el tamaño del
cáncer y de su ubicación en el intestino grueso.
Etiología.
Los médicos no saben exactamente qué provoca la mayoría de los cánceres de colon.
En general, el cáncer de colon comienza cuando las células sanas del colon desarrollan
cambios (mutaciones) en su ADN. El ADN de una célula contiene instrucciones que le
indican a la célula qué funciones realizar. Las células sanas crecen y se dividen de manera
ordenada para mantener el funcionamiento normal del cuerpo. Pero cuando el ADN de una
célula se daña y se vuelve canceroso, las células continúan dividiéndose, incluso cuando no
se necesitan nuevas células. A medida que las células se acumulan, forman un tumor.
Con el tiempo, las células cancerosas pueden crecer para invadir y destruir el tejido normal
cercano. Y las células cancerosas pueden trasladarse a otras partes del cuerpo para formar
depósitos allí (metástasis).
Diagnóstico y laboratorio.
Pólipos en el colon.
Signos y síntomas.
Muchas veces, los pólipos en el colon no provocan síntomas. Es posible que no sepas que
tienes un pólipo hasta que el médico lo encuentre durante un examen de los intestinos. Sin
embargo, algunas personas con pólipos en el colon tienen:
Sangrado rectal. Esto puede ser un signo de pólipos en el colon, cáncer de colon u
otras afecciones, como hemorroides o desgarros leves del ano.
Cambio en el color de las heces. La sangre puede presentarse como rayas rojas en
las heces o hacer que las heces tengan color negro. El cambio de color también
puede ser provocado por alimentos, medicamentos o suplementos.
Cambios en los hábitos intestinales. El estreñimiento o la diarrea que perduran por
más de una semana pueden indicar la presencia de un pólipo de gran tamaño en el
colon. Pero muchas otras afecciones también pueden causar cambios en los hábitos
intestinales.
Dolor. Un pólipo de gran tamaño en el colon puede obstruir parcialmente los
intestinos y provocar dolor abdominal con cólicos.
Anemia por deficiencia de hierro. El sangrado de los pólipos puede ocurrir
lentamente con el tiempo, sin sangre visible en las heces. El sangrado crónico
elimina el hierro necesario para producir la sustancia que permite que los glóbulos
rojos transporten oxígeno por el cuerpo (hemoglobina). El resultado es la anemia
por deficiencia de hierro, que puede provocarte cansancio y dificultad para respirar.
Etiología.
Las células sanas crecen y se dividen de manera ordenada. Las mutaciones en ciertos genes
pueden causar que las células sigan dividiéndose incluso cuando ya no se necesitan células
nuevas. En el colon y el recto, este crecimiento no regulado puede provocar la formación de
pólipos. Estos pólipos pueden aparecer en cualquier parte del intestino grueso.
Existen dos categorías principales de pólipos, los neoplásicos y los no neoplásicos. Los
pólipos no neoplásicos pueden ser pólipos hiperplásicos, pólipos inflamatorios y pólipos
hamartomatosos. Generalmente, los pólipos no neoplásicos no se vuelven cancerosos.
Los pólipos inflamatorios pueden aparecer con la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn
en el colon. Aunque en sí mismos, los pólipos no son una amenaza significativa, tener
colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn en el colon aumenta el riesgo general de padecer
cáncer de colon.
Los pólipos neoplásicos pueden ser adenomas o pólipos serrados. La mayoría de los pólipos
en el colon son adenomas. Los pólipos serrados pueden volverse cancerosos, según su
tamaño y su ubicación en el colon. Por lo general, cuanto más grande es el pólipo, mayor es
el riesgo de padecer cáncer, en especial en el caso de los pólipos neoplásicos. En raras
ocasiones, las personas heredan mutaciones genéticas que pueden provocar la formación de
pólipos en el colon. Si tienes una de estas mutaciones genéticas, corres un riesgo mucho
mayor de contraer cáncer colorrectal. Los análisis para la detección, así como la detección
temprana, pueden ayudar a prevenir la aparición o la propagación de estos tipos de cáncer.
Diagnóstico y laboratorio.
Conclusión
El objetivo de este ensayo es conocer las enfermedades que afectan tanto al colon como al
intestino delgado teniendo en cuenta la patología, los signos y síntomas, el diagnóstico y las
pruebas de laboratorio.
Se puede decir que las alteraciones anteriormente mencionadas en el ensayo pueden afectar
otros órganos si no se diagnostican a tiempo, o si no son tratadas con eficacia.
Bibliografía