Sunteți pe pagina 1din 16

Estudiante: Ana Laura Gutiérrez Torrico

Curso: 2do N
EL ARTE EN BOLIVIA

El manierismo es una de las tendencias artísticas más importantes de América


Latina. La pintura del Virreinato recibió la influencia directa de Zuccari y
de Vasari, y la arquitectura, la de Sebastián Serlio. En lo que concierne a la
pintura, fue importante la influencia del jesuita Bernardo Bitti que vivió
en Charcas, trabajó en las misiones jesuitas del lago Titicaca, especialmente en
Juli y es considerado el pintor más importante de América del Sur en el siglo
XVI y a principios del XVII. Sus obras muestran personajes idealizados,

Cuidadosamente estructurados, cuyas actitudes y costumbres nos recuerdan


La Virgen del Cerro, pintura anónima de 1720

a Miguel Ángel, los rostros, en particular los de la Virgen María, son tan dulces
como los de Rafael su colorido es contrapuesto y no es extraño encontrar
sombras verdes sobre paños ocres. Bitti influye notablemente en el arte popular
pro la relación que tuvo con los indígenas en Cusco y Potosí. Las escuelas de
arte indígena más importantes, las de Cuzco y del Collao, mostraron cierta
reticencia hacia el realismo y el claroscuro, lo cual se puede en parte explicar
tanto por la influencia de Bitti, como por las tradiciones incaica y tiahuanacota,
en las que el arte era estilizado carecía de realismo.5
Uno de los seguidores más cercanos de Bitti es Gregorio Gamarra quien
sobresala depor obras como La Epifanía (Museo de La Paz)
Posteriormente, Jerónimo Diego de Ocaña con la Virgen de Guadalupe del
Monasterio franciscano de La Paz, datada de 1609. Es igualmente en esta época
que fueron establecidos los principios de las diferentes escuelas artísticas y que
los artistas indígenas aprendieron su arte de los europeos. La influencia de Bitti
sobre Diego Cusihuamán es evidente. Surgen además artistas indígenas
como Pedro de Loayza y Tito Yupanqui.5

BARROCO:
El barroco aparece en la Audiencia de Charcas entre 1630 y 1640. Este cambio es
motivado por el ingreso de obras de Zurbarán. En esta época, Potosí era la ciudad
más grande de América. Su población alcanzaba los 160.000 habitantes, tratándose
de españoles en una gran proporción. Las órdenes religiosas confiaron a los artistas
locales la reproducción de series de grabados. Si bien está claro que la influencia
española es fundamental en Potosí, no sucede lo mismo en el Collao, en donde las
composiciones flamencas constituyeron la fuente principal de inspiración. Lo vemos
en la obra de Leonardo Flores, el pintor más importante de esta región

 ÁNGELES ARCABUCEROS (1680) DEL PERÍODO DEL VIRREINATO DEL PERÚ,


ACTUAL BOLIVIA. ÓLEOS SOBRE TELA. SE ENCUENTRAN EN LA IGLESIA DE
CALAMARCA.

En el mundo andino los arcángeles y ángeles fueron transformados por


sus habitantes nativos en las divinidades de los elementos naturales.
Según su manera de ver el mundo, las fuerzas de la naturaleza son
divinidades. La representación de los ángeles está presente en la
tradición europea y del medio Oriente desde el siglo IV. Los ángeles como
personajes individuales se crearon recién en el barroco, a principios del
siglo XVII. Los artistas andinos recurrieron tanto a los grabados que
incluían escenas con ángeles, como a las pinturas, de donde tomaron
modelos para representarlos. Se tienen obras documentadas pintadas
por Leonardo Flores, José López de los Ríos, el Maestro de Calamarca y
otros.

Los arcángeles militares o arcabuceros son una creación local de gran


importancia, inspirados en los soldados españoles del siglo XVII. Esta
iconografía se generó y desarrolló especialmente en la región
circundante a la ciudad de La Paz y al lago Titicaca. Las series de ángeles
son un desarrollo religioso y cultural del mundo andino sur, del altiplano;
son un exponente de la creatividad que logra fusionar elementos
diversos para formar una cultura sincrética y mestiza. Dentro de ello los
arcángeles militares o arcabuceros son uno de los elementos más
originales y geniales de la creatividad americana.

La República. Entre el academicismo y lo popular

En el siglo XIX, tras el proceso de Independencia, como en el resto de


América Latina, la vida política del país estuvo marcada por períodos de
gran inestabilidad y gobiernos caudillistas.
A pesar de que en esta situación se dificultó la consolidación de
instituciones de formación artística como las Academias de Bellas Artes,
en las obras de la época se aprecia la influencia del modelo
academicista. Proliferan retratos de los libertadores, del Mariscal Andrés
de Santa Cruz, presidentes y personajes de la sociedad, así como
pinturas de acontecimientos fundamentales de la historia del país.
En este periodo se dio el fenómeno de los artistas viajeros, retratistas
como Martin Drexel, José Gil de Castro y Manuel Ugalde viajaban por las
repúblicas americanas recientemente creadas, ofreciendo sus servicios y
retratando a libertadores, caudillos y a otros personajes de la sociedad.
Otra práctica frecuente fueron los grabados sobre temas relevantes de la
historia como la Batalla de Ingavi, mandados a realizar en talleres
europeos, especialmente en París. De igual modo, a fines del siglo XIX se
encargaron retratos basados en fotografías, d artistas europeos como
Eugene Boudin.

Paralela a los temas académicos, la imaginería católica subsistió en la


pintura. A medida que la Iglesia fue dejando el patronazgo de las artes, la
pintura de santos de devoción gremial, del arcángel San Miguel y de
ciertas advocaciones de la Virgen María (Copacabana, El Carmen,
Guadalupe) predominaron cada vez más en el consumo popular. Este tipo
de pintura  se caracterizó por ser de artistas anónimos, de pequeñas
dimensiones, por el soporte de hojalata y particularmente por su factura
popular y estética ingenua. Este tipo de arte se han encontrado
sobretodo en las ciudades intermedias, que guardaban una fuerte
relación con la producción agraria. Inclusive hasta mediados del siglo XX
existió una relación muy cercana de los ciclos agrícolas con las fiestas
patronales y la devoción popular a santos como San Isidro Labrador del
que se encuentran varias imágenes.

Arte republicano
El siglo XIX tuvo una fuerte influencia del neoclasicismo con obras de arte
de apariencia grandilocuente y de colorido sobrio. Los artistas más
destacados fueron Manuel Oquendo y Manuel Gumiel de Sucre.
La independencia y el advenimiento de la república incorporan
el academicismo. El retrato votivo es relegado a la tradición familiar y
popular, siendo sustituido por los retratos oficiales compuestos a la
manera de la escuela francesa. Entre los retratos oficiales la iconografía
bolivariana es la más abundante y característica. En Chuquisaca existe
un magnífico retrato de Bolívar debido a la mano del mulato peruano José
Gil de Castro. Del círculo de Castro es el retrato de Andrés de Santa Cruz,
fechado en 1828.
En la línea de pintores de retratos de políticos se destacan Melchor María
Mercado y Antonio Villavicencio de Chuquisaca. La modalidad intermedia
entre la pintura de retrato y la pintura religiosa se halla representada por
dos pintores Juan de la Cruz Tapia y Saturnino Porcel. En el último tercio
del siglo, la ciudad de La Paz produce un grupo interesante de pintores
más inclinados a las tendencias románticas que los potosinos o
chuquisaqueños. Sobresale entre ellos Zenón Iturralde cuyos paisajes de
los Yungas(1867) y otros sitios cercanos a La Paz, lo colocan dentro de un
género que en Bolivia tuvo escasos cultores. Otros destacados
son Mariano Florentino Olivares.8 Otros artistas importantes son: Manuel
Ugalde, José García Mesa y Joaquín Castañón.7

Indigenismo: En las primeras décadas del siglo XX hubo un fuerte


sentimiento de nacionalismo, vinculado con los preparativos de la
conmemoración del Centenario de la Independencia del país (1925).  
Se hizo visible una conformación del país a partir de lo indígena, que
coincidía con el pensamiento de la época, particularmente con el libro
Creación de la Pedagogía Nacional (1910) de Franz Tamayo, quien
proponía recuperar la energía originaria para la constitución de una
identidad nacional. Y con novelas y ensayos como La Chascañawi y La
educación del gusto estético de Carlos Medinaceli (1898-1949),
cofundador del grupo de intelectuales y artistas Gesta Bárbara, que
reivindicaba los valores y la fortaleza de los indígenas como base para la
construcción de la identidad
nacional, y lideraba un sector
importante de la opinión publica.
También existieron experiencias
en el ámbito de la educación,
como la Escuela Ayllu de
Warisata que trastocaron los
modelos establecidos por la
sociedad criolla y mestiza luego
de la independencia.
Fueron frecuentes las alegorías y
la representación al estilo de
Cecilio Guzmán de Rojas en las
que se representa a una pareja
indígena, madre y padre de una
nueva nación, que surgen de la
tierra en los paisajes míticos de
las civilizaciones prehispánicas
(Tiwanaku y el Lago Titicaca).
La tierra, el paisaje y los sitios sagrados de las culturas andinas como el
lago Titicaca, Machu Picchu, Ánimas y otras formaciones y montañas que
rodean La Paz, por su particular significación fueron motivo de
representación frecuente.

Asimismo hacia los años treinta, se hicieron cada vez más frecuentes las
representaciones del paisaje de distintas regiones del país, del campo y
las fiestas populares indígenas. En este mismo periodo se realizan de
manera paralela  vistas de ciudades bolivianas en las que se destaca la
herencia de la arquitectura colonial.  
Siglo XX

El Yatiri, pintura de Arturo Borda, 1918.

Arturo Borda: Fue incomprendido en el medio artístico local. Vendió un


cuadro en vida, El Yatiri de 1918,  con el dinero de la venta, viajó a
Buenos Aires, donde expuso, logrando buena crítica.  En los años 1960, la
obra Retrato de mis padres, se expuso en Estados Unidos y fue
destacada en la revista The New York Times por John Canaday,
importante crítico de Nueva York, que la calificó como “una de las obras
más significativas del arte latinoamericano”.

Hoy, su obra es muy apreciada por su expresividad y carácter simbolista,


en ella destacan elementos locales con los que logró expresar sus
particulares ideas sobre el arte y la vanguardia, reflejar y cuestionar a la
sociedad de su época.

Borda,  fue un activista político, ligado al anarquismo. Impulsó la creación


de la Sociedad Obrera, importante antecedente de la Central Obrera
Boliviana (C.O:B). Actuó en teatro y en el incipiente cine nacional de la
época. Incursionó en la literatura con su obra El loco, publicada después
de su muerte y considerada como una de las cumbres de la literatura
boliviana.
El Siglo XX ha significado, dentro del arte, la toma de conciencia y la
búsqueda paulatina de la identidad nacional. Durante la primera mitad
trabajaron importantes pintores que marcaron pasos en esa ruta. 7 Arturo
Borda (1883-1953), realizó numerosos retratos con un sentido de
realismo mágico y simbólico, y obras alegóricas. Cecilio Guzmán de
Rojas (1898-1950) desarrolló y propulsó el indigenismo. 7 Otros artistas
trabajaron también dentro de esta tendencia como Genaro Ibáñez, Jorge
de la Reza, y Juan Rimsa, que aportó el expresionismo al arte del país.
Más adelante llegaron Raúl Prada (1900-91), Mario Unzue (1905-84)
y Armando Jordán (1900-83) en Santa Cruz.7
A consecuencia de la Guerra del Chaco se generaron movimientos de
cambio de la realidad del país que desembocaron en la Revolución
Nacional de 1952.7 Aparecen los artistas revolucionarios como Miguel
Alandia Pantoja (1914-75), Walter Solón Romero (1925), Alfredo La
Placa(1929) con los indígenas y obreros como temas de fondo. 7

Contemporáneo

Gil Imana

A fines del siglo XX los temas como el indio y el obrero son sustituidos


por el hombre urbano y el arte con un fuerte contenido de crítica
social.9Roberto Valcárcel abrió una nueva senda en este sentido con sus
torturados, sus muchachos equívocos, el Che Guevara o Franz
Tamayohechos con bolsitas de té, valiéndose en gran medida del
dibujo.9 Gastón Ugalde trabaja los barros secos, los indios tornados
urbanistas y los héroes desconocidos, tan desconocidos y anónimos con
los monigotes de papel vestidos y los toros sin cabeza de Efrain
Ortuño.9 Es muy valiosa también la producción hiperrealista de Tito
Kuramoto en Santa Cruz y la pintura aparentemente naïve de Carmen
Villazón.9
Dentro la pintura de protesta es importante la obra de Edgar
Arandia, Javier Fernández, Gil Imaná y Lorgio Vaca.9 Carlos Fernandez,
por su parte expresivo y colorista por esencia, ha sintetizado en su
pintura el paisaje urbano y los rostros de ciudadanos bolivianos. 9
En 1981 se realiza la primera "Bienal Boliviana" organizada por el Grupo
Pucara y más adelante surgen pintores como Sol Mateo, Roberto Mamani
Mamani, Luis Zilveti, Fernando Rodríguez Casas, Cesar Jordán, Patricia
Mariaca, Angeles Fabbri, Silvia Dáttoli, Juán Carlos Apaza, Ejti
Stih, Carmen Torres, Alejandra Alarcón, Fernando Ugalde, entre otros.

Lorgio Vaca
Walter Solon Romero
Autorretrato Raul Lara

Herminio Pedraza

María Nuñez del Prado:

Reconocida en el mundo entero y admirada por personalidades


como Picasso y Gabriela Mistral, Marina Núñez del Prado es
considerada una de las más grandes escultoras latinoamericanas.
Su trabajo se distingue por el uso de estilizadas curvas (trabajadas
en ónix, granito negro, alabastro, etc.), que simbolizan a la mujer
(la silueta femenina, la imagen de la mujer, la mujer indígena, etc.),
tema que o cupa un lugar central en su obra.
Zenon Zansuste Zapata
ARTE ABSTRACTO
Aunque no todos fueron realmente abstractos, así se denominó a un grupo de
artistas que adoptaron un enfoque independiente a la ideología política. Era el
grupo de los Ocho Contemporáneos: María Esther Ballivián, María Luisa
Pacheco, Enrique Geuer, Jorge Carrasco, Armando Pacheco, entre otros, cuyas
exposiciones de 1953 causaron gran polémica en la prensa y en el medio
artístico. Defendían la opción de un arte como búsqueda estética pura, en
disidencia con la idea de arte como instrumento político para el cambio. Sin
embargo, al igual que los primeros, en su imaginería fueron frecuentes los
temas en boga en la época. No por abstractos estos artistas fueron menos
revolucionarios en sus propuestas temáticas y plásticas.  

S-ar putea să vă placă și