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Procesos eleccionarios, voto popular y gobernabilidad

Introducción

Con la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912 se abre en nuestro país la


posibilidad de participación en las elecciones de las autoridades
gubernamentales de los siguientes años mediante el voto, de los ciudadanos
habilitados por aquella disposición.

No es la intención del presente trabajo el desarrollo pormenorizado de


cómo se sucedieron las distintas posibilidades de elegir la opción para gobierno
ni tampoco analizar los períodos de interrupción de los mismos. Las preguntas
que nos hacemos y movilizan a la investigación tienen que ver más bien con la
relación entre la intención de voto ciudadana, las propuestas de gobierno, los
porcentajes de votos obtenidos en la contienda electoral y su relación con el
grado de gobernabilidad obtenido durante la gestión.

En este sentido también nos obliga preguntarnos, de acuerdo a la manera


en la cual el título se preocupa en insinuar, como a pesar de resultados
contundentes en el recuento de votos la gobernabilidad encuentra rápidamente
límites de maniobra que llevan a esos gobiernos a abandonar las ideas, siempre
haciendo la salvedad que estas fueran enunciadas en la campaña previa, en el
momento de hacerse cargo de la gestión. Dejaremos fuera del análisis, ya que
bien merecen un trabajo profundo de investigación para conocer cuáles fueron
los factores y los actores que participaron en su desarrollo, los paquetes de
medidas económicas tomados por los gobiernos elegidos para la elaboración del
texto.

Para cumplir con el propósito de responder a estas inquietudes,


recurriremos a los trabajos realizados por distintos autores que serán
referenciados en la bibliografía consultada. Como recurso adicional, y
aprovechando la oportunidad para demostrar su grado de eficacia cuando se los
vincula con el proceso analizado, se intentara un análisis comparativo de los
porcentajes obtenidos por las distintas fuerzas políticas en los actos
eleccionarios en cuestión. De este modo, la propuesta será darle sentido a los
números y porcentajes tantas veces esgrimidos como garantía de gestión, que
sin embargo en no pocas oportunidades ponen en acto la trilogía que titula este
breve trabajo.

Debemos destacar que justamente a causa de la extensión acotada,


dejaremos para trabajos más profundos el análisis de protagonistas de gran
importancia para la garantía de gobernabilidad que se anuncia en el título. Nos
referimos a la incidencia de las elecciones de gobernadores, intendentes y
legisladores que completan el escenario político.

Los períodos de gobierno elegidos son sólo algunos y obedecen a la


necesidad de mostrar algunas variables que nos permitan justificar la
elaboración de este artículo. Seguramente nuestras preguntas seguirán sin
encontrar respuestas al menos aproximadas a despejar estas dudas pero al
menos la intención, y en definitiva el objetivo principal, será considerarlas con
un grado de pertinencia aceptable.

Primeros pasos de la democracia

El 2 de abril de 1916 es elegido presidente Hipólito Yrigoyen con algo


más 340.000 votos aventajando al Partido Conservador por más del doble. Sin
embargo si a este voto se le suma el de los demás partidos intervinientes, la
oposición del partido ganador suma mas adhesiones del voto popular, situación
que genera la conformación de un Parlamento siempre desfavorable en número
y tendencia a la voluntad del partido ganador modificando el escenario de una
situación de triunfo clara en los números a una no tan transparente en el
momento de tomar decisiones

Fecha de la Elección | 2 de Abril de 1916


Departamento | TOTAL DEL PAIS
Electores Hábiles | 1.189.254
% Votantes | 62.71
Partidos Políticos | Electores Presidente y VIce Presidente Votos | %
UCR | 340.802 | 45.59
Socialista | 66.397 | 8.88
Conservador | 96.103 | 12.86
Demócrata Progresista | 98.876 | 13.23
Socialista Argentino | 347 | 0.05
Autonomista | 30.968 | 4.15
Concentración | 17.965 | 2.40
Provincial | 5.265 | 0.70
Resto Desconocido | 26.256 | 3.52
UCR Disidente | 28116 | 3.76
Popular | 16.141 | 2.16
Demócrata | 6.314 | 0.84
Unión Democrática | 13.921 | 1.86

Fuente: Ministerio del Interior. Elaboración Propia

A lo largo de toda la gestión, el nuevo ejecutivo estuvo condicionado por


la influencia que ejerció la estrecha relación de los grupos económicos
extranjeros con la oligarquía porteña y sus representantes en el Parlamento.
Esta circunstancia ofrece razones para dar una explicación de marchas y
contramarchas en las decisiones de gobierno tomadas en el período

No podemos analizar el primer gobierno de Yrigoyen solamente por


episodios aislados, pero tampoco podemos desagregarlos del vínculo que los une
a la siempre conflictiva relación entre capital y trabajo. Es justamente allí donde
podemos identificar tanto los límites de maniobra del gobierno electo como así
también la decisión del camino que tomó para cumplimentar los seis años de
mandato que la ley contemplaba.

¿Podemos advertir alguna contradicción entre lo que prometiera Yrigoyen


antes de ser gobierno y lo que los acontecimientos lo obligaron a realizar
después?; o mejor aun ¿se ha llegado a comprobar que esas promesas existieran
o mas bien el voto que lo consagró ganador respondía a un sector que sólo se
esperanzaba en el desplazamiento de los espacios de decisión de las elites
dominantes? Y desde este lugar, si los conservadores eran derrotados en las
urnas ¿aceptarían sin más todas las modificaciones que afectaran sus intereses
en beneficio de los sectores mas postergados?

Los resultados de las elecciones obligaron a las elites a revisar la


ecuación que les daría, a cambio de los votos, la legitimidad en la conducción de
los destinos del país que muy lejos de sus voluntades tenían intenciones de
modificar. Evidentemente, y a juzgar por los avances y retrocesos de la política
de Yrigoyen en su tarea de mediación entre patrones y trabajadores, la
gobernabilidad y su consolidación deben haber ocupado un lugar de especial
atención. La pregunta obligada será entonces ¿hasta que punto el triunfo en las
elecciones le permitiría al nuevo gobierno tomar decisiones sin sopesar cuales
serian sus consecuencias inmediatas? Tomarlas a favor de los sectores
dominantes hasta ese momento seguramente no les habría traído tantas
dificultades como sí se las ocasionarían tomarlas en beneficio de los más
desfavorecidos.
La primera presidencia de Yrigoyen estuvo marcada en gran medida por
la incidencia de los sectores dominantes que llegado el caso conformarían
cuerpos cívico militares que mantuvieran el orden establecido y persiguieran a
quienes intentaran modificarlo. Cuando este orden, luego del interregno de
Marcelo Torcuato de Alvear donde la situación se mantuvo en calma para esos
sectores, se vio seriamente amenazado por factores internos y externos se
recurrió a situaciones extremas hasta ese momento mediante la interrupción por
la fuerza de los gobiernos democráticos.

Perón al poder

Fecha de la Elección | 24 de Febrero de 1946


Electores Hábiles | 3.405.173
% Votantes | 83,30
PARTIDOS POLÍTICOS | TOTAL NACIONAL | %
Partido Laborista* | 1.487.886 | 52,40
Unión Democrática** | 1.207.080 | 42,51
Demócrata Nacional | 43.499 | 1,53
Unión Cívica Radical Lencinista | 3.918 | 0,14
Unión Cívica Radical Bloquista | 13.469 | 0,47
UCR Sgo. Del Estero | 12.362 | 0,44
Resto desconocido | 47.558 | 1,67
Votos Positivos | 2.815.772 | —
Blanco y Nulos | 23.735 | —
Total General | 2.839.507 | 100
Fuente:Actas Escr. Def. Ministerio del Interior
Elaboración propia
*La coalición peronista estuvo conformada por el Partido Laborista, la UCR
(Junta Renovadora) y el Partido Independiente.
**Unión Democrática estaba conformada por los siguientes partidos: UCR, el
Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista, y el Partido Comunista.

Fecha de la Elección | 11 de Noviembre de 1951


Electores Hábiles | 8,633,998
% Votantes | 87,95
Partidos Políticos | Votos | %
Partido Justicialista | 4.745.168 | 62,49
Unión Cívica Radical | 2.415.750 | 31,81
Demócrata | 174.399 | 2,30
Socialista | 54.920 | 0,72
Comunista | 71.318 | 0,94
Demócrata Progresista | 2.625 | 0,03
Concertación Obrero | 1.233 | 0,02
Salud Pública | 5.512 | 0,07
Resto Desconocido | 12.871 | 0,17
Unión Cívica Nacionalista | 163
En Blanco y Anulados | 109.989 | 1,45
Subsecretaría de Asuntos Políticos y Electorales
103
Votos Positivos | 7.483.959
Total General | 7.593.948 | 100
Fuente: Publicación “Confirmación electoral de la voluntad justicialista del
pueblo argentino. Ministerio del Interior y Actas de Escrutinio del Ministerio del
Interior.

De acuerdo con los números presentados en ambas elecciones, el


justicialismo debería haber tenido dificultades para alcanzar un grado aceptable
de gobernabilidad en el primer período, situación que revertiría en gran medida
en la segunda de las elecciones. Sin embargo, en los primeros 6 años el
gobierno elegido por el pueblo pudo llevar a cabo la mayoría de sus propuestas
mientras que el período que arrancó en 1952 se vio violentamente frustrado en
1955.

En esta instancia de la historia argentina entraron en escena con más


fuerza algunas novedades con respecto al nuevo protagonismo que tomarían los
trabajadores, situación que generó una lógica influencia en el voto popular. El
24 de febrero de 1946 se impuso la fórmula Perón-Quijano con el 56% de los
votos y comienza, en este caso con marcado vínculo entre lo prometido y lo
actuado, la era de la justicia social.

¿Se pueden identificar cuáles eran los actores sociales que reclamaban
dichas políticas y quienes se oponían a ellas? Un recorrido por la historia de la
Argentina previa a esta instancia nos permite observar claramente quiénes
habían sido los sectores dominantes y quiénes los eternamente postergados. La
concentración de la propiedad de la tierra en pocas manos a partir de la
actuación de los gobiernos que condujeron el país desde 1880 y hasta 1916,
también habían concentrado la actividad en la exportación de productos
primarios.

El incipiente proceso de industrialización por sustitución de


importaciones iniciado en los primeros años de la tercera década del siglo XX no
provocó modificaciones en la primera de las variables pero si en la segunda, con
el agregado de la incorporación de una importante masa de trabajadores
provenientes sobre todo de las provincias cercanas al puerto de Buenos Aires y
que conformó la base de la fuerza de trabajo de nuevas actividades donde, entre
otras, se destacó en esos años la industria textil.

Esta base social de considerable experiencia laboral, conformada por


viejas y nuevas camadas de trabajadores emitieron su voto a favor de Perón
pero, fundamentalmente, del proyecto que los incluiría por vez primera no sólo
en las propuestas sino también en los hechos como lo demuestran las iniciativas
de reformas laborales para el trabajador urbano y el rural, la incorporación de
protección previsional a todos los trabajadores y los tan ansiados períodos de
descanso que igualaban a estos actores sociales con los antiguamente
privilegiados para estas cuestiones.

Ahora bien, en lo que tiene que ver con la difusión de estas propuestas en
los medios de comunicación, es un hecho significativo el producido en octubre
de 1945 cuando se permitió a Perón utilizar la cadena nacional de radio para
comunicarse con el pueblo. Fue quizás un error de cálculo y una subestimación
por parte de los sectores conservadores, que en el futuro y con Perón fuera del
poder no volverían a repetir, ya que no tuvieron en cuenta, por un lado su poder
de oratoria pero fundamentalmente el gran auditorio que esperaba escuchar
nuevas propuestas que los valoraran y los incluyeran.

Durante el primer mandato de Perón esta influencia, además de inclinar


la intención de voto, ejerció un respaldo político de fundamental importancia
para la toma de decisiones que conformarían el ideario justicialista. Sin
embargo, este respaldo inicial que permitió el surgimiento de un gobierno
especialmente preocupado en recrear un clima de dignidad para los
trabajadores, si bien tuvo una primera etapa de éxitos traducidos en un
mejoramiento en los porcentajes negativos de desempleo, en la distribución de
los beneficios generados por el trabajo y tantos otros logros en materia
económica y social, encontró que los tropiezos y dificultades mas grandes
aparecerían en una medida decisiva hacia el final del segundo período, donde
como hemos visto cosechó aun más votos a favor que en el primero.

¿Estos sectores de la sociedad no tuvieron intenciones de desestabilizar al


gobierno en su primera etapa? ¿El gran apoyo en las urnas logrado por el
justicialismo detuvo sus intenciones? En este sentido, si comparamos la
adhesión en el voto de las elecciones de 1951, la revolución libertadora no
habría tenido una situación favorable unos pocos años después. O debemos tal
vez pensar que no obstante el período de bienestar económico que atravesaba el
país, el objetivo estuvo puesto en encontrar la manera de cercenar dicho
crecimiento o mejor dicho la orientación social del mismo. De tal manera, a
pesar del gran apoyo popular, evidentemente la restante porción del electorado
encontraría la forma de interrumpir el ciclo justicialista.

A pesar de las distintas corrientes historiográficas de interpretación del


período de Perón en el gobierno, la forma de conseguir los objetivos de la
oposición conformada por parte del ejército, el sector conservador, la iglesia y
los partidos de izquierda quedó plasmada en los hechos sangrientos de 1955 por
los cuales, además, jamás hasta el día de hoy se pidieron disculpas y mucho
menos se encontraron culpables.

De esta forma el proceso democrático abierto en 1946, iba a encontrar su


finalización sólo 9 años después con graves consecuencias para los trabajadores
y para el partido desalojado por la fuerza del poder. Transcurrirían 18 años
hasta que en 1973 fuera autorizado el partido encabezado por el viejo líder para
volver a participar en un acto eleccionario donde volvió a imponerse con el 49%
de los votos mediante la fórmula Cámpora-Solano Lima en marzo de aquel año y
con el 62% la fórmula Perón-Perón en septiembre ya que en ese mes recién
quedaba habilitado legalmente para su participación.

Una vez más, y a pesar del gran caudal de votos conseguido, el período se
vería interrumpido por causas que excedieron la garantía que aquellos pudieran
ofrecer. La muerte del general Perón en 1974, la difícil situación económica, un
contexto internacional en período de profunda transformación y los factores
internos que favorecieron dicha interrupción forzosa, dejaron libre el camino
para el desembarco del gobierno de facto que ocupó la casa Rosada durante los
próximos 7 años.

El retorno de la democracia

Fecha de la Elección | 30 de octubre de 1983


Partidos Políticos | ELECT. PRES. Y VICE VOTOS | % | DIPUTADOS NAC.
VOTOS | % | CAR*
UCR | 7.724.559 | 51,75 % | 7.104.748 | 47,97 % | 129
JUSTICIALISTA | 5.995.402 | 40,16 % | 5.697.610 | 38,47 % | 111
PARTIDOS DE DISTRITO | 409.565 | 2,74 % | 665.076 | 4,49 % | 111
INTRANSIGENTE | 347.654 | 2,33 % | 411.883 | 2,78 % | 10
MID | 177.426 | 1,19 % | 223.763 | 1,51 % | 3
AL. DEMÓCRATA SOCIALISTA | 47.736 | 0,32 % | 121.889 | 0,82 %
DEMÓCRATA PROGRESISTA | 2.183 | 0,01 % | 2.907 | 0,02 %
SOCIALISTA DEMÓCRATICO | 265 | 0,00 % | 289 | 0,00 %
AL. FEDERAL | 57.026 | 0,38 % | 91.301 | 0,62 % |
FEDERAL | 10.148 | 0,07 % | 9.957 | 0,07 %
MO.LI.PO. | 10.409 | 0,07 % | 19.198 | 0,13 %
COMUNISTA | | | 182.296 | 1,23 % |
CONFED NAC. DE CENTRO | 7.745 | 0,05 % | 12.126 | 0,08 %
CONSERVADOR POPULAR | 13 | 0,00 % | 13 | 0,00 %
DEMÓCRATA CRISTIANO | 46.544 | 0,31 % | 139.881 | 0,94 % | 1
FTE. IZQUIERDA POPULAR | 14.093 | 0,09 % | 18.750 | 0,13 %
MAS | 42.500 | 0,28 % | 56.193 | 0,38 % | |
OBRERO | 13.067 | 0,09 % | 17.720 | 0,12 %
SOCIALISTA POPULAR | 21.177 | 0,14 % | 35.631 | 0,24 %
VOTOS POSITIVOS | 14.927.512 | 97,25 % | 14.811.231 | 96,49 %
VOTOS BLANCOS | 326.678 | 2,13 % | 441.496 | 2,88 %
VOTOS NULOS | 95.984 | 0,63 % | 97.450 | 0,63 %
TOTAL VOTANTES | 15.350.174 | 100,00 % | 15.350.177 | 100,00 %
Fuente: Ministerio del Interior. Porcentaje de Votantes 85.61 % del total del
Padrón electoral
*Total de bancas que obtuvo cada partido en Diputados entre 254 escaños a
distribuir.

El período democrático que dio comienzo en 1983 y sigue hasta el día de


hoy había sido antecedido por el golpe militar de 1976. El primer presidente de
la nueva etapa, Raúl Alfonsín se impone en las urnas con el 52% de los votos
pero en segundo lugar el partido justicialista se alza con el 40%. Si a esto
sumamos que los militares habían dejado la casa rosada pero de ninguna
manera su incidencia en la política, podemos ubicar al nuevo gobierno en un
lugar con escaso margen de maniobra.

En el nuevo escenario donde la actividad de los partidos políticos fue


masiva, el partido radical obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados ya que
se aseguró 128 de las 254 bancas que la componían. No fue del mismo modo en
las provincias de las cuales sólo se adjudicó el triunfo en 7 de las 23 de manera
que el Senado no pudo conformarse con mayoría oficialista como la Cámara
baja.

El gobierno tuvo que enfrentar la difícil situación de la salida del poder de


los militares y sobre todo comenzar a avanzar en la resolución de los miles de
desaparecidos que se produjeron en los años anteriores. Además, el mundo se
encaminaba decididamente en el rumbo establecido por las políticas
neoliberales al frente de las cuales se erigían principalmente el presidente de
los Estados Unidos y la primer ministro de Gran Bretaña.

Las decisiones en cuanto a la política económica estuvieron marcadas


desde un principio por los preceptos del Consenso de Washington, en lo que
respecta al factor de influencia externo, y en lo doméstico por un sector con
gran poder de fuego económico que se conoció con el nombre de los “Capitanes
de la Industria”. Ambos actuaron de consuno con la finalidad de ajustar las
decisiones que tomaría el nuevo gobierno, significando esta situación un claro
ejemplo de elementos externos que condicionaron su actuación pero a la vez
como los sectores económicos locales fungieron como determinantes de gran
importancia en el trazado del camino a recorrer.
Frente a esta situación, la respuesta del sector obrero con la conducción
de Saúl Ubaldini en la CGT no se hizo esperar manifestándose a través de
huelgas generales que se sucedieron a lo largo de todo el mandato y
permanentemente mostraron el malestar de los trabajadores que gradualmente
asistían a un proceso que erosionaría sin prisa pero sin pausa el poder
adquisitivo del salario obtenido en sus tareas.

¿Le alcanzaría al nuevo gobierno el impulso recibido en las urnas para, no


sólo mantenerse en el poder sino también imponer sus ideas en la práctica? A
juzgar por los elementos que acabamos de describir, que no son los únicos pero
si de gran importancia, la gobernabilidad de la nueva gestión iba a transitar por
un camino colmado de dificultades.

Tampoco la democracia esgrimida como reaseguro de gobierno resultó


exitosa. La repetida frase de campaña que afirmaba que mediante la nueva
forma de administración se come, se cura y se educa, se dio de bruces con la
sentencia resignada del no supimos, no pudimos, no quisimos. O del mismo
modo que se reclamó a un sector de gran poder haberles hablado con el corazón
y estos contestado con el interés de sus bolsillos.

La administración radical se vio desbordada por la descontrolada


situación social y debió entregar el gobierno 6 meses antes de su finalización.
Las elecciones de 1987 de renovación de autoridades ya habían dado un indicio
del retroceso sufrido en la intención de voto, que se vio reflejada en el triunfo de
justicialismo que gobernaría durante los siguientes 10 años con Carlos Saúl
Menem como presidente.

Los últimos años

Hasta aquí hemos mencionado brevemente las gestiones de Yrigoyen,


Perón y Alfonsín quienes fueron elegidos contundentemente en las urnas. El 25
de mayo de 2003 asume como presidente de la Nación Néstor Kirchner que,
habiendo obtenido algo mas del 22 % en primera vuelta el 18 de abril frente al
algo mas del 24 % logrado por Carlos Menem, se impone en segunda vuelta al
no presentarse el ex presidente en esa ocasión para evitar una derrota segura
frente al ex gobernador de la provincia de Santa Cruz.
Fecha de Elección | 27 de Abril de 2003
Departamento | TOTAL GENERAL
Electores Hábiles | 25.480.440
% de votantes | 78,22 %
Partidos Políticos | PRESIDENTE Y VICE VOTOS | %
AL. MOV. FED. P | RECREAR | 3.173.475 | 16,37 %
AL. FTE. MOV. POP. | 2.340.174 | 12,07 %
UNIÓN Y LIBERTAD | 395.655 | 2,04 %
AL. FTE. POR LA LEALTAD | 3.776.632 | 19,48 %
U. Ce. Dé. | 964.275 | 4,97 %
AL. AFIRM. P | UNA REP. IGUALITARIA (ARI) | 2.723.574 | 14,05 %
AL. FTE. P | VICTORIA | 4.312.517 | 22,24 %
AL. IZQUIERDA UNIDA | 332.863 | 1,72 %
AL. TIEMPOS DE CAMBIO | 54.875 | 0,28 %
UNIÓN POPULAR | 8.574 | 0,04 %
AL. UNIDOS O DOMINADOS | 39.505 | 0,20 %
M.I.D. | 47.951 | 0,25 %
U.C.R. | 453.360 | 2,34 %
DEMÓCRATA CRISTIANO | 47.750 | 0,25 %
OBRERO | 139.399 | 0,72 %
HUMANISTA | 105.702 | 0,55 %
SOCIALISTA AUTENTICO | 50.239 | 0,26 %
MODIN | 31.766 | 0,16 %
SOCIALISTA | 217.385 | 1,12 %
POPULAR DE LA RECONSTRUCCIÓN | 42.460 | 0,22 %
CONF. P | QUE SE VAYAN TODOS | 129.764 | 0,67 %
VOTOS POSITIVOS | 19.387.895 | 97,28 %

VOTOS BLANCOS | 196.574 | 0,99 %

VOTOS NULOS | 345.642 | 1,73 %


TOTAL VOTANTES | 19.930.111

Si bien es cierto que el nuevo presidente asumió con todas las de la ley,
esta maniobra le restó el gran porcentaje de legitimidad que le hubieran dado
los votos conseguidos en su favor en la segunda vuelta. De todos modos como
hemos visto esta situación no representó en el pasado, salvo en la gestión de
Perón de 1946 a 1952, una garantía de éxito en la gestión.
La construcción de gobernabilidad tuvo como cimiento el acercamiento a
los sectores históricos de poder que condicionaron la actuación de todos los
gobiernos democráticos y no democráticos. Podemos mencionar como actores
protagónicos a las empresas periodísticas, algunas de las cuales auguraban un
pronto fracaso del nuevo gobierno, la presión siempre presente de los grupos
económicos pero sobre todo la difícil situación que atravesaba una gran parte de
la población sin trabajo y sin expectativas sobre su futuro.

Combinar la atención en la solución de una vasta variedad de dificultades


en lo social, económico, político y cultural era el desafío de la nueva
administración para hacer pie en un escenario que además de mostrarse
complicado lo ubicaba allí con un escaso porcentaje de apoyo en las urnas. No
es la intención de este artículo mostrar la gestión de Kirchner como exitosa por
haber llegado a término, ni tampoco hacer una enumeración de aciertos y
fracasos de su paso por la Casa Rosada.

Evidentemente y habida cuenta de la situación en la que encontró las


cosas, no se deben restar méritos a sus acciones para generar un proceso de
relativa gobernabilidad. Tampoco encontraremos respuestas absolutas a algunas
preguntas: ¿fue fruto del esfuerzo de transformar el escaso porcentaje
conseguido en primera vuelta? ¿o acaso la visión y el manejo político de un gran
estadista que tomo las riendas de un país que naufragaba unos meses antes? ¿O
su figura emerge gracias al generalizado “que se vayan todos” que vociferaba el
clamor popular en aquellas jornadas de diciembre de 2001?

El país, con avances y retrocesos, se fue acercando al año 2007 con la


incertidumbre de aquellos días que ponía el interrogante en la sucesión del
gobierno que terminaba su gestión. ¿Era viable la reelección de Néstor
Kirchner? La posibilidad de su esposa para la continuidad del proceso de cambio
impulsado por el Frente para la Victoria en el año 2003 comenzaba a tomar cada
vez más fuerza. Pero los hechos que se sucedieron rápidamente una vez
instalada Cristina Fernández de Kirchner en la primera magistratura iban a
mostrar claramente las serias resistencias a su candidatura.

Ahora bien, volviendo a lo planteado en el principio del artículo, el


porcentaje de votos recibido en las elecciones de renovación presidencial del 45
% aventajando a su inmediata seguidora Elisa Carrió con algo más de 23 %
podían posicionar a la nueva presidenta con una holgura considerable para sus
primeros actos de gobierno.
Una vez más esta situación entró en un serio cuestionamiento, y
probablemente con una rapidez mayor que en los casos anteriormente
expuestos. No es el propósito cuestionar o analizar las decisiones de los
gobiernos que hemos mencionado, pero el enfrentamiento con las corporaciones
empresariales de negocios agropecuarios por la implementación de las
retenciones móviles a las exportaciones significó un banco de pruebas por
demás exigente para el equilibrio gubernamental de la nueva administración.

Los resultados de las elecciones de medio término para la renovación de


autoridades llevada a cabo en 2009, fueron un corolario de dicho
enfrentamiento y provocaron al oficialismo una dura derrota que los opositores
se apuraron a calificar como un golpe mortal a la administración kirchnerista.

Las decisiones tomadas inmediatamente de producido el acto electoral,


mostraron claramente que lejos de producir aquel efecto anunciado por la
oposición, el ejecutivo comenzó a avanzar con medidas de corte social que
paulatinamente inclinarían la balanza en su favor. La recuperación de los
aportes jubilatorios, hasta ese momento en manos de las AFJP, por parte del
Estado, la adjudicación de una asignación universal por hijo o la decisión de
tomar a cargo el fútbol para todos transmitido por la televisión pública fueron
algunos ejemplos evidentes.

Hasta aquí hemos intentado plantear el cuestionamiento sobre la ecuación


que, a priori, indicaría que un resultado electoral holgado significaría un
margen de gobernabilidad por lo menos aceptable. Si bien es cierto que no
resulta una cuestión menor marcar una diferencia clara en las urnas antes de
asumir la función presidencial, evidentemente esto no representa un elemento
definitivo para imponer la forma de gobernar. Como así tampoco el escaso
caudal de votos cosechado por Kirchner en primera vuelta de 2003 significó un
escollo insalvable para el desarrollo de su gestión que llevó a término sin
grandes dificultades.

En definitiva, el objetivo de alcanzar una efectiva gobernabilidad o al


menos aproximarse a esa condición, depende de muchas variables y el voto
popular siendo una de ellas no alcanza a tener el calificativo sine qua non para
su ejecución. Políticas económicas que se puedan adecuar a atender las
necesidades de la mayoría de la población ocupan un lugar determinante, como
así también cuestiones como las relaciones con los sindicatos, de manera tal que
el Estado tenga algún grado de mediación entre capital y trabajo o lo
concerniente al presupuesto contemplado para las áreas de salud y educación
son algunas de esas otras variables que mencionábamos. Todas ellas en
conjunto y muchas otras que no se mencionan en este artículo conforman el
difícil entramado de elementos que determinan los grados de gobernabilidad.

Otro de ellos es el rol jugado por la prensa como factor de importancia


muy relevante en la formación de intención de voto de los ciudadanos.
Recurrentemente el relato histórico que cuestionó severamente a los gobiernos
peronistas, hizo hincapié en el manejo de los medios en el período 1946/1955.
Es cierto que dicha maquinaria propagandística del peronismo tuvo un gran
protagonismo en aquellos años y estaba dirigida esencialmente a formar una
ciudadanía encolumnada con el justicialismo sin ningún tipo de
cuestionamientos.

Pero si bien esto es innegable, lo es también la gestión llevada a cabo


durante esos años a través, no sólo de la presidencia de la Nación con la gran
batería de medidas implementadas para arribar a lo propuesto en la campaña
previa: la justicia social que equilibrara la distribución de los beneficios, sino
también desde la Fundación Eva Perón que además de tener un gran
protagonismo en la propaganda, la presencia marcada en los hechos concretos y
en el hallazgo de sus soluciones superó en gran medida la propuesta retórica.

La proscripción aplicada al peronismo entre 1955 y 1973 representa una


operación a la inversa. En ella no se proponía sino la prohibición hasta de
mencionar el mas mínimo elemento relacionado con el líder. El vacío de
propuestas tuvo su explicación en la clara intención de retornar al orden
establecido imperante en los años previos a 1943.

Habría que esperar hasta 1983, cuando el retorno de la democracia


también incluyó la devolución de la libertad de prensa. Y en este punto,
¿podemos pensar en una prensa libre y totalmente independiente de cualquier
inclinación política? En los últimos años, la tendencia parece mostrar un grado
extra de análisis de estos elementos y es más común escuchar que la ingeniería
destinada a inclinar la aguja de la balanza en la opinión pública es comúnmente
denominada como “operaciones de prensa”.

También en los últimos años hemos asistido a la investigación de ciertas


maniobras ejercidas por parte de los grandes monopolios de los medios de
comunicación, que los posicionaron en una situación de ventaja frente a sus
competidores. Esto habla claramente de un posicionamiento definido en
términos políticos y económicos que en gran medida erosionaron el poder de
observación, crítica y opinión de dichos medios a la vez que los convirtieron en
la voz hegemónica de la comunicación.

Evidentemente estas nuevas condiciones pasaron a jugar un papel


protagónico de primer nivel tanto en la formación ideológica y política de los
ciudadanos como así también en la difusión partidaria. Sin la intención de
establecer algún juicio de valor la pregunta que proponemos en esta instancia es
¿hasta que punto el rol de la prensa colaboró en la profundización de la política
como elemento central de las decisiones electorales de los ciudadanos? O
también ¿su papel es más bien imponer mediáticamente a tal o cual partido
independientemente de sus propuestas? ¿Ayuda esto a favorecer un debate del
que surjan nuevas ideas y proyectos o sólo genera la instalación de cruces de
acusaciones mas relacionadas con el mundo del espectáculo que con la política?
Como planteábamos anteriormente sólo podemos hacernos preguntas por estas
cuestiones. Las respuestas podrán encontrarse seguramente luego de muchos
años de maduración o quedaran para la discusión y el análisis de especialistas
que nos ayuden a aclarar estos interrogantes que de seguro darán pie para
nuevas preguntas.
Conclusión

A lo largo del texto intentamos reflexionar sobre los temas propuestos en


el titulo, a partir de la formulación de preguntas que nos llevaran a establecer
algún hilo conductor de ideas. Probablemente no cumpla este breve artículo con
la profundidad que merecen estos temas, ya que se trata de cuestiones que
seguramente podrían ocupar páginas y páginas de investigación.

Sin embargo, la intención del mismo es plantear como una herramienta


interesante la generación de interrogantes, como una manera eficiente de poder
avanzar o muchas veces retroceder para volver a comenzar desde algún otro
punto de partida. El objetivo de máxima fue desalentar la instalación de
verdades absolutas y proponer como gimnasia saludable la duda y la búsqueda
de nuevos elementos que permitan la elaboración de relatos más sustanciosos.
Es decir, poder llegar a aplicar esta estrategia para cualquier proceso histórico
del que nos formulemos algún cuestionamiento, como una manera de buscar
nuevos caminos que orienten nuestro sendero.

En definitiva, la pequeña colaboración del presente texto, estará puesta


en generar nuevos trabajos que refuten, agreguen, interroguen y profundicen
estos y otros temas siempre partiendo de la premisa de ignorar las estructuras
rígidas pero con el compromiso de no pretender la imposición de nuestra propia
“verdad”.

Si algún propósito hemos tenido es justamente colaborar con este


hermoso espacio que compartimos y que nos permite intercambiar impresiones
y pareceres sobre distintas temáticas. Si en alguna medida hemos podido
contribuir sea probablemente a causa de la única intención que nos moviliza:
mantener un espacio de diálogo y propuestas que a su vez nos generen la
construcción de nuevas ideas para pensarlas y debatirlas.
Bibliografía

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