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Unidad 2: fase 4 - Desarrollo de un proyecto piloto huerta vertical

Presentado por:
Ingrid Yuliet Pérez Granados
Código: 1091807233

Presentado a:
Tutora: María del Pilar Calderón
Grupo: 358030_20

Universidad Nacional Abierta y a Distancia -UNAD-


Ingeniería Ambiental
Manejo de Recursos Naturales y Energéticos
Cúcuta, 7 Semestre – 2020
1. Diagnóstico de la vivienda.

Comparto el diagnóstico de la vivienda donde se implementará el proyecto piloto Huerta Vertical


con Hortalizas el cual busca beneficiar en el consumo de las personas que viven en dicha vivienda.
En el lugar de residencia donde se va a implementar la huerta vertical, está ubicada en el Barrio la
Victoria del Municipio de Sardinata (N de S), es una vivienda tipo casa familiar, habitada por 3
adultos y 1 joven. El terreno tiene una dimensión de 91 m2, distribuidos en 4 habitaciones, 2 baño,
sala, comedor, cocina, lavadero y patio. Cuenta con servicios públicos de agua, energía eléctrica,
gas natural y televisión, sistemas de alcantarillado, en el domicilio se desarrollan actividades de
preparación de alimentos familiar.

2. Plano de la vivienda y ubicación de la huerta.

7 mts

Habitación

Sala

Habitación

13 mts
Comedor Habitación
Cocina

Lavadero Baño

Patio

Huerta Habitación
Baño
Vertical
3. Tipo de hortalizas.
El tipo de hortalizas a sembrar en la huerta vertical son: cilantro, lechuga, habichuela y pimentón.

 Cilantro: Es una planta anual, herbácea, de 40 a 60 cm de altura, de tallos erectos, lisos y


cilíndricos, ramificados en la parte superior. Los frutos son diaquenios, globosos, con diez
costillas primarias longitudinales y ocho secundarias, constituidas por mericarpios
fuertemente unidos, de color amarillo-marrón. Tienen un olor suave y agradable y un sabor
fuerte y picante. Contiene dos semillas, una por cada aquenio. Las raíces son delgadas y
muy ramificadas.

Actualmente el cilantro es una de las especias de mayores implicaciones económicas, ya


que es un cultivo con buen rendimiento y muy buen precio internacional. Se calcula que las
especias mueven alrededor de US$ 6.000 millones en el mercado mundial y que el sector
está creciendo entre un 5 y 6 % por año.

El cilantro requiere un clima templado, y aunque puede tolerar un clima templado-cálido,


en éste experimenta una notable disminución del rendimiento.

La plantación se realiza por semilla, en siembra directa sobre el terreno asentado. El peso
medio de 1000 semillas es de 9,033 g y su poder germinativo es superior al 90% a una
temperatura media de 15º C y en 20 días de laboratorio. Las filas se separarán de 50 a 60
cm y las plantas de cada fila entre 15 a 20 cm. Cuando se vayan a producir hojas, estas
separaciones serán menores. Se hacen agujeros en la tierra de poca profundidad y se colocan
las semillas cuidadosamente; se cubre de tierra y se riega todo el semillero. Las plántulas
brotarán a los 15 días aproximadamente. Primero aparecen dos hojas pequeñas y fuertes y
a las dos semanas aparecerán las primeras hojas pecioladas características del cilantro que
hemos descrito anteriormente. Es conveniente no exponerlas mucho tiempo al sol durante
las primeras semanas de vida, aunque a partir de las 6 hojas, una mayor insolación
favorecerá su crecimiento.

La recolección puede realizarse a los 40 - 60 días tras la siembra y hasta los 4 meses para
la producción de semilla madura. En este caso, la recolección de las umbelas debe hacerse
antes de su maduración completa de los frutos, a primera hora de la mañana. Para la
producción de hojas, se llevará a cabo antes de la aparición del tallo, para evitar las semillas
precoces. Si se cosechan las exteriores más viejas, la planta continuará produciendo follaje
nuevo hasta que eche flores. A veces se corta a una altura de 2-3 cm sobre el suelo y se
agrupan en el campo. De esta forma, la planta puede volver a crecer para un segundo corte,
a pesar de que no lo hace tan eficazmente como otras aromáticas como el perejil. Por esto
es común que sólo sea cosechado una vez. También se puede recolectar la planta entera,
incluyendo las raíces.

Se conocen muy pocas enfermedades en el cilantro. La más importante es la mancha


bacteriana (Pseudomonas syringae). Produce lesiones que consisten en venas delimitadas y
angulares de la hoja, que en primer lugar están en forma de hojas translúcidas y más
adelante y con condiciones secas, las manchas se vuelven de color negro o café. Cuando el
ataque es grave, las manchas de la hoja pueden unirse y causar un efecto de marchitamiento.
Bajo condiciones experimentales el patógeno también infecta al perejil. El patógeno se
ubica en la semilla, por lo que la enfermedad se propaga a través de la semilla contaminada.
La lluvia y el riego favorecen el desarrollo de la enfermedad.

 Lechuga: La lechuga es una planta anual y autógama, perteneciente a la


familia Compositae y cuyo nombre botánico es Lactuca sativa L. La raíz, que no llega
nunca a sobrepasar los 25 cm. de profundidad, es pivotante, corta y con ramificaciones.
Las hojas están colocadas en roseta, desplegadas al principio; en unos casos siguen así
durante todo su desarrollo (variedades romanas), y en otros se acogollan más tarde. El borde
de los limbos pueden ser liso, ondulado o aserrado. El tallo es cilíndrico y ramificado. La
inflorescencia son capítulos florales amarillos dispuestos en racimos o corimbos. Las
semillas están provistas de un vilano plumoso (Romana, Baby).

Las variedades de lechuga se pueden clasificar en los siguientes grupos botánicos:


Romanas: Lactusa sativa var. longifolia. No forman un verdadero cogollo, las hojas son
oblongas, con bordes enteros y nervio central ancho.
Acogolladas: Lactuca sativa var. capitata. Estas lechugas forman un cogollo apretado de
hojas. (Batavia, Mantecosa o Trocadero, Iceberg).
De hojas sueltas: Lactuca sativa var. inybacea. Son lechugas que poseen las hojas sueltas y
dispersas, (Lollo Rossa, Red Salad Bowi, Cracarelle).
Lechuga espárrago: Lactuca sativa var. augustana. Son aquellas que se aprovechan por sus
tallos, teniendo las hojas puntiagudas y lanceoladas. Se cultiva principalmente en China y
la India.

La temperatura óptima de germinación oscila entre 18-20ºC. Durante la fase de crecimiento


del cultivo se requieren temperaturas entre 14-18ºC por el día y 5-8ºC por la noche, pues la
lechuga exige que haya diferencia de temperaturas entre el día y la noche. Durante el
acogollado se requieren temperaturas en torno a los 12ºC por el día y 3-5ºC por la noche.
Este cultivo soporta peor las temperaturas elevadas que las bajas, ya que como temperatura
máxima puede soportar hasta los 30 ºC y como mínima temperaturas de hasta –6 ºC.
Cuando la lechuga soporta temperaturas bajas durante algún tiempo, sus hojas toman una
coloración rojiza, que se puede confundir con alguna carencia.

Los suelos preferidos por la lechuga son los ligeros, arenoso-limosos, con buen drenaje,
situado el pH optimo entre 6,7 y 7,4.
En los suelos humíferos, la lechuga vegeta bien, pero si son excesivamente ácidos será
necesario escalar. Este cultivo en ningún caso admite la sequía, aunque la superficie del
suelo es conveniente que este seca para evitar en todo lo posible la aparición de
podredumbres de cuello.

En cultivos de primavera, se recomiendan suelos arenosos, pues se calientan más


rápidamente y permiten cosechas más tempranas.
En cultivos de otoños, se recomiendan los suelos francos, ya que se enfrían más despacio
que los suelos arenosos.
En cultivos de verano, son preferible los suelos ricos en materia orgánica, pues hay un mejor
aprovechamiento de los recursos hídricos y el crecimiento de las plantas es más rápido.

La multiplicación de la lechuga suele hacerse con planta en cepellón obtenida en semillero.


Se recomienda el uso de bandejas de poliestireno de 294 alveolos, sembrando en cada
alveolo una semilla a 5 mm de profundidad. Una vez transcurridos 30-40 días después de
la siembra, la lechuga será plantada cuando tenga 5-6 hojas verdaderas y una altura de 8
cm, desde el cuello del tallo hasta las puntas de las hojas.

La plantación se realiza en caballones o en banquetas a una altura de 25 cm. para que las
plantas no estén en contacto con la humedad, además de evitar los ataques producidos por
hongos. La plantación debe hacerse de forma que la parte superior del cepellón quede a
nivel del suelo, para evitar podredumbres al nivel del cuello y la desecación de las raíces.

Los mejores sistemas de riego, que actualmente se están utilizando para el cultivo de la
lechuga son, el riego por goteo (cuando se cultiva en invernadero), y las cintas de exudación
(cuando el cultivo se realiza al aire libre), como es el caso del sudeste de España. Existen
otras maneras de regar la lechuga como el riego por gravedad y el riego por aspersión, pero
cada vez están más en recesión, aunque el riego por surcos permite incrementar el nitrógeno
en un 20%. Los riegos se darán de manera frecuente y con poca cantidad de agua,
procurando que el suelo quede aparentemente seco en la parte superficial, para evitar
podredumbres del cuello y de la vegetación que toma contacto con el suelo. Se recomienda
el riego por aspersión en los primeros días post-trasplante, para conseguir que las plantas
agarren bien.

La madurez está basada en la compactación de la cabeza. Una cabeza compacta es la que


requiere de una fuerza manual moderada para ser comprimida, es considerada apta para ser
cosechada. Una cabeza muy suelta está inmadura y una muy firme o extremadamente dura
es considerada sobremadura. Las cabezas inmaduras y maduras tienen mucho mejor sabor
que las sobremaduras y también tienen menos problemas en postcosecha.

La plaga TRIPS (Frankliniella occidentalis), Se trata de una de las plagas que causa mayor
daño al cultivo de la lechuga, pues es transmisora del virus del bronceado del tomate
(TSWV). La importancia de estos daños directos (ocasionados por las picaduras y las
hendiduras de puestas) depende del nivel poblacional del insecto (aumentando desde
mediada la primavera hasta bien entrado el otoño). Normalmente el principal daño que
ocasiona al cultivo no es el directo sino el indirecto transmitiendo el virus TSWV. La
presencia de este virus en las plantas empieza por provocar grandes necrosis foliares, y
rápidamente éstas acaban muriendo.
 Lechuga: La judía es una leguminosa con grandes posibilidades para la alimentación
humana, por su doble aprovechamiento (de grano y de vaina) y por su aporte proteico;
además una parte de su producción se comercializa congelada y en conserva; aunque debe
avanzar a través de la mejora genética y la adecuación de las técnicas de cultivo.
Planta: Anual, de vegetación rápida. Raíces: Sistema radical es muy ligero y poco
profundo. Está constituido por una raíz principal y gran número de raíces secundarias con
elevado grado de ramificación. Tallo: El tallo es herbáceo. En variedades enanas presenta
un porte erguido y una altura aproximada de 30 a 40 centímetros, mientras que en las judías
de enrame alcanza una altura de 2 a 3 metros, siendo voluble y dextrógiro (se enrolla
alrededor de un soporte o tutor en sentido contrario a las agujas el reloj). Hoja: La primera
hoja es sencilla, lanceolada y acuminada, y todas las demás son compuestas de tamaño
variable según la variedad. Yemas: Se encuentran en las axilas de las hojas compuestas
formando tríadas (3 yemas). Las tríadas pueden ser vegetativas, de flor o mixtas. Flores: Las
flores son de color blanco en las variedades más importantes. Éstas pueden ser de diversos
colores, pero son únicos para cada variedad. Las flores se disponen en racimos de 4 a 8
flores cuyos pedúnculos emergen de las axilas de las hojas o en las terminales de algunos
tallos. Fruto: El fruto es una legumbre de color, forma y dimensiones variables, en cuyo
interior se disponen de 4 a 6 semillas. Existen frutos de color verde, amarillo jaspeado de
marrón o rojo sobre verde, etc., aunque los más demandados por el consumidor son los
verdes y amarillos con forma tanto cilíndrica como acintada. En estado avanzado, las
paredes de la vaina o cáscara se refuerzan por tejidos fibrosos.

El manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el


funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente
relacionados y la actuación de uno de estos incide sobre el resto. Es planta de clima húmedo
y suave, dando las mejores producciones en climas cálidos. Temperatura: Las temperaturas
críticas para la judía son las siguientes: Cuando la temperatura oscila entre 12-15ºC la
vegetación es poco vigorosa y por debajo de 15ºC la mayoría de los frutos quedan en forma
de “ganchillo”. Por encima de los 30ºC también aparecen deformaciones en las vainas y se
produce el aborto de flores. Las variedades de mata alta son 3-4 grados más exigentes en el
mínimo biológico que las de mata baja. Humedad: La humedad relativa óptima del aire en
el invernadero durante la primera fase de cultivo es del 60% al 65%, y posteriormente oscila
entre el 65% y el 75%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de
enfermedades aéreas, dificultan la fecundación y aumentan la posibilidad de corrimiento de
flores. Es importante que se mantenga sin excesivas oscilaciones de humedad y de
temperatura ya que las flores podrían desprenderse. Luminosidad: Es una planta de día
corto, aunque en las condiciones de invernadero no le afecta la duración del día. No
obstante, la luminosidad condiciona la fotosíntesis, soportando temperaturas más elevadas
cuanto mayor es la luminosidad, siempre que la humedad relativa sea adecuada. Suelo: La
judía admite una amplia gama de suelos pero los más indicados para su cultivo son los
ligeros, de textura franco-arenosa, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. En suelos
fuertemente arcillosos y demasiado salinos vegeta deficientemente, siendo muy sensible a
los encharcamientos, de forma que un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el
cultivo, quedando la planta de color pajizo y achaparrado. En suelos calizos las plantas se
vuelven cloróticas y achaparradas, así como un embastecimiento de los frutos (judías con
hebra). Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5; aunque en suelo enarenado se
desarrolla bien con valores de hasta 8,5.

Antes de la siembra hay que realizar una labor semiprofunda (25 a 30 cm), con la que se
envuelve el estiércol. Si se desinfecta el suelo, una vez transcurrido el tiempo preceptivo,
se labra de nuevo a menor profundidad. Le sigue el aporte de abonado de fondo y a
continuación se dan dos labores superficiales (15 cm) con grada o cultivador. En el caso de
riego por gravedad se harán los caballones y regueras correspondientes.

El marco de siembra más frecuente en invernadero es de 2 m x 0,5 m, con 2-3 semillas por
golpe, e incluso con una semilla por golpe. Al aire libre, la distancia entre líneas es 0,5 m
para variedades enanas y de 0,7-0,8 m para las de enrame, con 3-5 semillas por golpe. En
el caso de judías enanas destinadas a la industria se suelen dejar las líneas de siembra entre
20 y 30 cm.

La profundidad de siembra es de 2-3 cm. Dichas semillas deben haber sido seleccionadas
adecuadamente y tratadas con fungicidas e insecticidas. Si la temperatura no es suficiente
o si se desea mantener el cultivo anterior más tiempo en el terreno, se procede a la siembra
en semillero y posterior se trasplanta en el invernadero. La nacencia de las semillas depende
de la época de siembra y de la climatología, pudiendo oscilar entre 7 y 20 días. Conviene
esperar hasta que el tiempo sea favorable para que la nacencia sea más rápida ya que no es
deseable que sobrepase los 10 días. Si el clima es frío, puede calentarse el terreno
previamente a la siembra colocando túneles de plástico. También se favorecerá la nacencia
realizando varios riegos.

Es una práctica imprescindible en la judía de enrame para permitir el crecimiento vertical


y la formación de una pared de vegetación homogénea. Consiste en la colocación de un
hilo, generalmente de polipropileno (rafia) que se sujeta por un extremo al tallo y por el
otro al emparrillado del invernadero. Colocando un tutor más entre cada par de plantas,
aumenta la uniformidad de la masa foliar, mejorando la calidad y la producción.

La judía es muy exigente en riegos en lo que se refiere a la frecuencia, volumen y momento


oportuno del riego que van a depender del estado fenológico de la planta así como del
ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua
de riego, etc.): Influencia del suelo: Debe ser un suelo con bajo contenido en sales (CE <
2mmho/cm). En suelos limo-arcillosos, los riegos deben ser de mayor volumen y menor
frecuencia ya que retienen más cantidad de agua. En suelos arenosos, los riegos deben ser
de menor volumen y más frecuentes ya que retienen menos cantidad de agua. Calidad del
agua: Debe ser un agua con bajo contenido en sales (CE < 1mmho/cm). Si el suelo es
arenoso y hay un buen drenaje, se pueden emplear aguas más salinas en grandes volúmenes.
De este modo, se lavarán las sales del suelo a la vez que se riega. La técnica del acolchado
favorece la no acumulación de sales. Época: La mayor demanda hídrica coincide con la
formación de frutos. Al inicio y durante el período de floración, la planta es sensible al
exceso de humedad. Tras la floración, los riegos deben ser más frecuentes para favorecer
la elongación de las vainas. Tras las diferentes recolecciones también se debe regar para así
favorecer la recuperación de las plantas. Frecuencia: 2-3 riegos/semana en bajas dosis. De
este modo, se evitará la aparición de enfermedades de cuello y raíz.
Calendario de riego: 1-2 días antes de la siembra para facilitar la siembra y la germinación.
Cuando la planta alcance 10-15 cm de altura. A los 15-20 días de la siembra. A los 7-10
días de la nacencia.

A partir de la germinación y nacencia, y hasta la floración, el abonado debe ser bajo en


nitrógeno, para evitar un excesivo crecimiento vegetativo en detrimento de la floración. Los
fertilizantes de uso más extendido son los abonos simples en forma de sólidos solubles
(nitrato cálcico, nitrato potásico, nitrato amónico, fosfato monopotásico, fosfato
monoamónico, sulfato potásico, sulfato magnésico) y en forma líquida (ácido fosfórico,
ácido nítrico), debido a su bajo coste y a que permiten un fácil ajuste de la solución nutritiva,
aunque existen en el mercado abonos complejos sólidos, cristalinos y líquidos que se
ajustan adecuadamente, solos o en combinación con los abonos simples, a los equilibrios
requeridos en las distintas fases de desarrollo del cultivo.

 Pimentón: El pimiento es originario de la zona de Bolivia y Perú, donde además


de Capsicum annuum L. se cultivaban al menos otras cuatro especies. Familia: Solanaceae.
Especie: Capsicum annuum L. Planta: herbácea perenne, con ciclo de cultivo anual de porte
variable entre los 0,5 metros (en determinadas variedades de cultivo al aire libre) y más de
2 metros (gran parte de los híbridos cultivados en invernadero). Sistema radicular: pivotante
y profundo (dependiendo de la profundidad y textura del suelo), con numerosas raíces
adventicias que horizontalmente pueden alcanzar una longitud comprendida entre 50
centímetros y 1 metro. Tallo principal: de crecimiento limitado y erecto. A partir de cierta
altura (“cruz”) emite 2 o 3 ramificaciones (dependiendo de la variedad) y continua
ramificándose de forma dicotómica hasta el final de su ciclo (los tallos secundarios se
bifurcan después de brotar varias hojas, y así sucesivamente). Hoja: entera, lampiña y
lanceolada, con un ápice muy pronunciado (acuminado) y un pecíolo largo y poco aparente.
El haz es glabro (liso y suave al tacto) y de color verde más o menos intenso (dependiendo
de la variedad) y brillante. El nervio principal parte de la base de la hoja, como una
prolongación del pecíolo, del mismo modo que las nerviaciones secundarias que son
pronunciadas y llegan casi al borde de la hoja. La inserción de las hojas en el tallo tiene
lugar de forma alterna y su tamaño es variable en función de la variedad, existiendo cierta
correlación entre el tamaño de la hoja adulta y el peso medio del fruto. Flor: las flores
aparecen solitarias en cada nudo del tallo, con inserción en las axilas de las hojas. Son
pequeñas y constan de una corola blanca. La polinización es autógama, aunque puede
presentarse un porcentaje de alogamia que no supera el 10%. Fruto: baya hueca,
semicartilaginosa y deprimida, de color variable (verde, rojo, amarillo, naranja, violeta o
blanco); algunas variedades van pasando del verde al anaranjado y al rojo a medida que van
madurando. Su tamaño es variable, pudiendo pesar desde escasos gramos hasta más de 500
gramos. Las semillas se encuentran insertas en una placenta cónica de disposición central.
Son redondeadas, ligeramente reniformes, de color amarillo pálido y longitud variable entre
3 y 5 milímetros.

El éxito del pimiento radica en que es un cultivo con tres destinos de consumo: pimiento
en fresco, para pimentón y para conserva.

La coincidencia de bajas temperaturas durante el desarrollo del botón floral (entre 15 y


10ºC) da lugar a la formación de flores con alguna de las siguientes anomalías: pétalos
curvados y sin desarrollar, formación de múltiples ovarios que pueden evolucionar a frutos
distribuidos alrededor del principal, acortamiento de estambres y de pistilo, engrosamiento
de ovario y pistilo, fusión de anteras, etc. Las bajas temperaturas también inducen la
formación de frutos de menor tamaño, que pueden presentar deformaciones, reducen la
viabilidad del polen y favorecen la formación de frutos partenocárpicos. Las altas
temperaturas provocan la caída de flores y frutitos. Humedad: la humedad relativa óptima
oscila entre el 50% y el 70%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo
de enfermedades aéreas y dificultan la fecundación. La coincidencia de altas temperaturas
y baja humedad relativa puede ocasionar la caída de flores y de frutos recién cuajados.
Luminosidad: es una planta muy exigente en luminosidad, sobre todo en los primeros
estados de desarrollo y durante la floración. Suelo: los suelos más adecuados para el cultivo
del pimiento son los franco-arenosos, profundos, ricos, con un contenido en materia
orgánica del 3-4% y principalmente bien drenados. Los valores de pH óptimos oscilan entre
6,5 y 7 aunque puede resistir ciertas condiciones de acidez (hasta un pH de 5,5); en suelos
enarenados puede cultivarse con valores de pH próximos a 8. En cuanto al agua de riego el
pH óptimo es de 5,5 a 7.

Pueden considerarse tres grupos varietales en pimiento:

Variedades dulces: son las que se cultivan en los invernaderos. Presentan frutos de gran
tamaño para consumo en fresco e industria conservera. Variedades de sabor picante: muy
cultivadas en Sudamérica, suelen ser variedades de fruto largo y delgado. Variedades para
la obtención de pimentón: son un subgrupo de las variedades dulces.

Dentro de las variedades de fruto dulce se pueden diferenciar tres tipos de pimiento:

Tipo California: frutos cortos (7-10 cm), anchos (6-9 cm), con tres o cuatro cascos bien
marcados, con el cáliz y la base del pedúnculo por debajo o a nivel de los hombros y de
carne más o menos gruesa (3-7mm). Son los cultivares más exigentes en temperatura, por
lo que la plantación se realiza temprano (desde mediados de mayo a comienzos de agosto,
dependiendo de la climatología de la zona), para alargar el ciclo productivo y evitar
problemas de cuajado con el descenso excesivo de las temperaturas nocturnas.
Tipo Lamuyo: denominados así en honor a la variedad obtenida por el INRA francés, con
frutos largos y cuadrados de carne gruesa. Los cultivares pertenecientes a este tipo suelen
ser más vigorosos (de mayor porte y entrenudos más largos) y menos sensibles al frío que
los de tipo California, por lo que es frecuente cultivarlos en ciclos más tardíos.

Tipo Italiano: frutos alargados, estrechos, acabados en punta, de carne fina, más tolerantes
al frío, que se cultivan normalmente en ciclo único, con plantación tardía en septiembre u
octubre y recolección entre diciembre y mayo, dando producciones de 6-7 kg.m-2.

Para los cultivos intensivos, en especial los de invernadero, se utilizan híbridos F1 por su
mayor precocidad, producción, homogeneidad y resistencia a las enfermedades.

Es una práctica imprescindible para mantener la planta erguida, ya que los tallos del
pimiento se parten con mucha facilidad. Las plantas en invernadero son más tiernas y
alcanzan una mayor altura, por ello se emplean tutores que faciliten las labores de cultivo
y aumente la ventilación.

Pueden considerarse dos modalidades:

Tutorado tradicional: consiste en colocar hilos de polipropileno (rafia) o palos en los


extremos de las líneas de cultivo de forma vertical, que se unen entre sí mediante hilos
horizontales pareados dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos.
Estos hilos se apoyan en otros verticales que a su vez están atados al emparrillado a una
distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta en posición vertical.

Tutorado holandés: cada uno de los tallos dejados a partir de la poda de formación se sujeta
al emparrillado con un hilo vertical que se va liando a la planta conforme va creciendo. Esta
variante requiere una mayor inversión en mano de obra con respecto al tutorado tradicional,
pero supone una mejora de la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento
de la radiación y la realización de las labores culturales (destallados, recolección, etc.), lo
que repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades.

4. Puesta en marcha de la huerta vertical casera


Para la construcción de la huerta vertical procedí a utilizar los siguientes implementos:
 Botellas plásticas 3 litros.
 Cabuya.
 Cuchillo.
 Bisturí.
 Tijeras.
 Tierra negra.
 Abono orgánico.
 Semillas.

5. Cronograma de actividades/Huerta vertical casera


Semana 1: (16-19 abril)
Actividades
 Preparación de la huerta vertical, procedí a abrir las botellas plásticas en donde se realiza
la siembra de las hortalizas, uní las botellas por medio de una cabuya hacia abajo para que
así quedase vertical la huerta.
 La huerta está comprendida por 3 filas y 3 columnas.
 El sustrato está compuesto por tierra negra y abono orgánico.
 Preparación del semillero en una canastilla.
 Selección de semillas.
 Las semillas utilizadas son: cilantro, lechuga, habichuela y pimentón.

Evidencias
Semana 2: (20-26 abril)
Actividades
 Riego mañana y tarde de la huerta y semillero.
 Inicio de germinación de las semillas.

Evidencias
Semana 3: (27 abril – 3 mayo)
Actividades
 Riego mañana y tarde de la huerta y semillero.
 Se evidencia mayor porcentaje de germinación en las semillas de pimentón.

Evidencias
Bibliografía

 (Departamento de Ingeniería Agrónoma y Contenidos, 2020)

Departamento de Ingeniería Agrónoma y Contenidos. (2020). infoAgro.com. Recuperado el 18 de


Abril de 2020, de https://www.infoagro.com/aromaticas/cilantro.htm

 (Londoño, Juan Pablo, 2016)

Londoño, Juan Pablo. (2016). uerta vertical, modular y escalable. (s.f.). [Archivo de video].
Bogota . Recuperado el 18 de Abril de 2020, de
https://www.youtube.com/watch?time_continue=8&v=Wxrqms36eU0

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