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Mi vida en tiempos de pandemia

Durante esta gran crisis por el COVID-19, sabemos que nuestras rutinas se vieron
muy afectadas y cada persona ha tomado esto de muy distintas maneras.

En lo personal, al principio tuve dificultades para adaptarme al no poder salir de la


casa; aunque no soy una persona de salir mucho y que no le incomoda
permanecer en casa, pero debido a que tampoco había retomado clases y fue de
un momento a otro sin algún aviso de que nos tomaría tanto tiempo y tantos
cambios.
Me inscribí en algunos cursos virtuales pedagógicos para mantener el contexto de
la carrera que estoy estudiando; como no abarcaban mucho de tiempo, me inscribí
a otro curso que ofrecía Google, sobre desarrollo de aplicaciones móviles donde
he aprendido mucho sobre esta temática.
También he realizado varias rutinas de ejercicio, he aprendido a cocinar ciertas
cosas, he estado más juiciosa con el cuidado de mi salud y he leído bastante.
Creo que la parte de la salud mental la he cuidado y mejorado bastante, porque he
sabido superar pensamientos que me hacían mal porque eran demasiado
negativos.

En lo ambiental, personalmente, considero que es muy triste ver cómo el planeta


Tierra ha mejorado sus aires, aguas y espacios por el hecho de que el ser humano
esté en las casas.
También, hay que tratar el tema de los animales, ya que, se han visto también
beneficiados de rondar por sus antiguos hábitats, ahora civilizados, porque el
hombre no se asustará ni lo capturará para diferentes fines; como el hecho de que
algunos fueron liberados, luego de ser usados como entretenimiento.
“El planeta Tierra necesitaba un respiro del ser humano”.

Y, la parte social creo que nos abrió los ojos para darnos cuenta en realidad quién
nos apoya en situaciones difíciles como también quiénes viven realmente del
trabajo diario.
Debido al aislamiento vemos que, primero, el ser humano es más solidario en
tiempos de crisis, hemos visto todas las recolectas y ayudas que se han brindado
a todas las familias que se han visto tan afectadas por no poder salir de sus
hogares; también vemos los apoyo a aquellas personas que deben convivir con
sus agresores. Entonces por el lado social, también me parece que hemos
mejorado mucho y, espero, de corazón, que al superar todo esto, sigamos siendo
solidarios con nuestros prójimos en lugar de volver a vernos como competidores
para alcanzar ciertos objetivos.
Ahora, debemos pensar en cómo toda esta situación ha afectado a los niños y
niñas, ya que, para ellos, la niñez es sinónima de estar en la calle jugando con los
amigos mientras se ensucian y, aunque, hoy en día, los niños se entretienen
mucho con aparatos tecnológicos, es una cuestión que debemos tratar.
Los niños no entienden lo que está sucediendo pero debemos buscar la manera
de explicarles la situación para, por lo menos, tener ciertas ventajas a la hora de
intentar calmarlos por querer salir a jugar o cuando comiencen con muchas
preguntas, como suelen hacerlo.
De todas maneras, debemos buscar alternativas para que las actividades que
permiten su mejor desarrollo sigan siendo implementadas creativamente.

Como docentes infantiles, podemos aportar, inicialmente, a todo este aislamiento


por la pandemia con diversas ideas como aliarse con los padres de familia para
continuar ciertas prácticas necesarias para el desarrollo de los niños y las niñas,
otorgando así, también, la posibilidad de mejorar la relación entre los padres e
hijos y que los adultos se relajen un poco disfrutando de los aprendizajes y
procesos de los niños y las niñas.
Creo que este aislamiento es un gran reto para las maestras infantiles porque
trabajar a distancia con los niños y las niñas es mucho más difícil, pero todo se
trata de pensar y mirar formas creativas y de la mano de los padres, se puede
seguir con el proceso de los más pequeños desde casa, también hay que tener
paciencia, ganas y amor a la hora de implementar las alternativas que tengamos
para permitirle la educación inicial a los niños y las niñas en esta situación de
pandemia.

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