Sunteți pe pagina 1din 10

¿Cuáles habilidades personales están consideradas dentro de los programas de psicología

de la ciudad de Pereira para la realización de práctica clínica a la luz de la ley 1164 de

2007?

Carolina Gómez Contreras

Mariana Mejía Valencia

  

Universidad Católica de Pereira

Nota del autor

Carolina Gómez Contreras & Mariana Mejía Valencia, estudiantes del programa de Psicología

de Séptimo semestre de la Universidad Católica de Pereira. Este trabajo corresponde a la

segunda entrega del proyecto de investigación. Dirigido a la docente Lucy Nieto.

La correspondencia en relación con este artículo debe dirigirse a Carolina Gómez Contreras, del

programa de Psicología, Universidad Católica de Pereira, Av. Las Américas.

Correo contacto: carolina1.gomez@ucp.edu.co


La psicología clínica se define como un campo de aplicación de la psicología, que se

sirve de los principios, teorías y modelos provenientes de ésta para entender, explicar e intervenir

las afectaciones emocionales, cognitivas y conductuales del ser humano; por esto, las funciones

que se realizan en este campo están dirigidas a la investigación, evaluación, diagnóstico,

tratamiento, rehabilitación, promoción y prevención de las diferentes afecciones del ser humano

(APA, División 12).

Dichas explicaciones dirigidas a entender e intervenir las diferentes afectaciones

humanas, son abordadas desde diversos modelos teóricos, como el enfoque humanista,

psicoanalítico, sistémico, cognitivo-conductual, entre otros. Para fines de esta investigación se

abordarán los postulados desde el modelo cognitivo-conductual, en donde Aaron Beck (2010),

expone que el psicólogo clínico es quien guía al paciente a pensar y actuar de forma adaptativa

en lo concerniente a su perturbación psicológica, y de esta manera reducir o eliminar sus

síntomas (Beck, et al., 2010).

Es por esto que en función de este objetivo, se han planteado  una serie de habilidades

personales que debe tener un buen terapeuta, como el autoconocimiento, el cual va dirigido a

identificar sus propias potencialidades y limitaciones personales, y en esa medida, trabajar sobre

tales limitaciones llevará a no presentar actitudes que desfavorecen el rumbo de la terapia, como

enfadarse con los pacientes o satisfacer las necesidades de dependencia de éstos; además en

compañía de esta característica debe estar la autorregulación, la cual tendrá como objetivo que

las dificultades personales no interfieran en la realización del proceso terapéutico, para esto, se

recomienda tener una actitud responsable frente a sus procesos internos, ya sea con terapia

personal o buscar estrategias que incentiven el desarrollo personal, y de esta manera responder

ante otra de las características del buen terapeuta, la cual es tener un buen ajuste psicológico
general, que si bien no debe ser total, va relacionado, junto con las demás características, con

mejores resultados en el proceso terapéutico (Bados & García, 2011; Beck, 2010). 

Ahora bien, a pesar de la reflexión teórica anteriormente mencionada que gira en torno a

los requerimientos personales que debe tener el psicólogo que se desenvuelve en el campo

clínico, la discusión en Colombia ha estado influencia a partir del marco legal.

Éste se contemplará desde el año 2006 hasta la actualidad, en donde se encuentra el

código deontológico del psicólogo en Colombia (ley 1090 de 2006), el cual determina que el

ejercicio profesional del psicólogo, indistintamente del área profesional en que se desempeñe

dentro del sector público o privado, hace parte privilegiadamente del ámbito de la salud, por lo

tanto, se posiciona al psicólogo, también, como un profesional de la salud. 

En función de esto, en cuanto a la formación del talento humano en salud, que incluye la

formación de los psicólogos clínico, existen una serie de leyes y decretos que mencionan el papel

de las instituciones de educación superior (IES) que orientan programas de formación del talento

humano en salud, como la ley 1164 de 2007, La ley 1438 de 2011, y el decreto 1075 del 2015, en

donde se expone que dichas instituciones deben garantizar que los futuros profesionales tendrán

una formación pertinente de acuerdo a los avances en el conocimiento, en función del desarrollo

de las competencias requeridas para un óptimo desempeño profesional, que estén en

concordancia con los requerimientos del Sistema General de Seguridad Social en Salud

(SGSSS), fundados en la ética, calidad, pertinencia y responsabilidad social, con el objetivo de

responder ante las necesidades de la población Colombiana en el ámbito de la salud.

En ese sentido, con la finalidad de garantizar tal formación profesional, dentro de la ley

1164 de 2007, que incluye las características de la formación del Talento Humano en Salud, se

menciona que las IES deben incluir prácticas formativas en salud, entendiendo esta última a
partir del Artículo 2.7.1.1.2 del Decreto 780 de 2016, en donde se define como una “Estrategia

pedagógica planificada y organizada desde una institución educativa que busca integrar la

formación académica con la prestación de servicios de salud, con el propósito de fortalecer y

generar competencias, capacidades y nuevos conocimientos en los estudiantes y docentes de los

programas de formación en salud, en un marco que promueve la calidad de la atención y el

ejercicio profesional autónomo, responsable y ético de la profesión” (Decreto 780 de 2016).

En lo mencionado anteriormente en el marco normativo, se evidencia que a la hora de

referirse a la formación del psicólogo que se desempeña en el área de la salud, y por lo tanto,

incluye la práctica clínica, principalmente se hace alusión al desarrollo de competencias

profesionales, que según el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2003) se definen como el

conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que un joven estudiante debe

desarrollar para desempeñarse de una manera idónea en entornos laborales. 

Esto, con el objetivo de dar respuesta ante lo que se espera del psicólogo clínico, lo cual

está abordado únicamente desde el desarrollo de competencias profesionales,  teniendo en cuenta

lo mencionado por el Colegio Colombiano de psicólogos en el artículo denominado “Perfil y

competencias del psicólogo en Colombia, en el contexto de la salud” (Colpsic, 2014), en donde

se proponen las competencias que deben tener los psicólogos que ejercen en el área de la salud,

la cual cobija a los psicólogos clínico; éstas se dividen en dos, las competencias específicas, que

hacen referencia a las capacidades de un profesional de acuerdo a su disciplina en particular,

además, comprende 5 dominios: A. Identificación de problemas relevantes, B. Evaluación y

diagnóstico, C. Diseño e implementación de programas de promoción, prevención e

intervención, D. Monitoreo y seguimiento y E. Comunicación de resultados; y, las competencias

transversales, las cuales comparten diferentes disciplinas con la finalidad de mejorar el


desempeño, y comprende 4 dominios:  A. Acción profesional, B. Ética y valores, C. Relaciones

interpersonales/interdisciplinarias, D. Contexto, cultura y diversidad y E. Investigación.

 Sin embargo, si la discusión está dirigida a estos fines, es decir, que la formación esté

direccionada hacia el desarrollo de competencias profesionales, se desdibuja lo planteado

teóricamente, teniendo en cuenta que, si bien se habla sobre un próximo desempeño profesional,

en la etapa de formación no se están contemplando las habilidades personales de un buen

terapeuta.

Partiendo del modelo teórico, tal vacío es importante abordarlo, dado que, dichas

habilidades no se desligan de la ejecución de las competencias profesionales, teniendo en cuenta

que si bien éstas últimas son importantes no son suficientes para la práctica (Mendizabal, 2018),

dado que en la medida en que se desarrollen las habilidades personales, se mejora el desempeño

laboral y paralelamente se fomenta el bienestar personal (Werner, 2010; Arón y Llanos, 2004).

Es por esto que, en la formación del psicólogo clínico, es indispensable la

concientización dirigida al desarrollo de tales habilidades, debido que, en la realización de la

práctica, las habilidades personales toman un papel primordial a la hora del establecimiento de la

alianza terapéutica (Araya & Jalife, 2017; Echeburúa, 2008), siendo esta última, considerada

necesaria para lograr el éxito en el tratamiento psicológico (Gavino, 2015; Beck, et al., 2010),

además, considerando la idea que las situaciones que enfrenta el qué hacer de la profesión le

pueden generar trastornos emocionales, como ansiedad, depresión y desgaste emocional, debido

que trabaja con el sufrimiento y vulnerabilidad humana y social (Garavito, 2019; Casari, 2010;

Echeburúa, 2008). Es por esto que, no se puede descuidar el peso que se le otorga a las

habilidades personales del psicólogo clínico, teniendo en cuenta que están vinculadas al

resultado de la terapia (Echeburúa, 2008), y al bienestar psicológico del terapeuta. 


Ahora bien, es importante mencionar que, si bien las competencias son evaluables en

cuanto al desempeño profesional, dichas habilidades personales, aunque inculcadas desde la

etapa de formación, por la importancia de su desarrollo en los psicólogos clínicos (Casari, 2010;

Zahniser, et al., 2017; Barraza, et al., 2017; Garavito, 2019), van dirigidas a un desarrollo

autónomo de cada profesional, lo cual responde a los compromisos éticos para la ejecución de

una práctica responsable, que los involucra tanto a sí mismos como a los pacientes (Wise &

Barnett, 2016).

En conclusión, teniendo en cuenta que dentro del recorrido realizado se encuentra

 la vital importancia de fomentar las habilidades personales del psicólogo clínico, desde la etapa

de formación, considerando que están en función del cuidado de su estabilidad psicológica, y por

consiguiente beneficia directamente la calidad de su práctica, el objetivo de esta investigación es

identificar si dentro de los programas de psicología de la ciudad de Pereira están consideradas las

habilidades personales para la realización de la práctica clínica a la luz de la ley 1164 de 2007. 
Ruta de búsqueda

Bases de datos: 

Apa (3)

ScienceDirect; Redalyc (1)

Scielo (2)

Google (6)

Repositorio Nacional (2)

Google académico (2)

Otras fuentes:

Bibliografía sugerida por docentes (4)

Bibliografía sugerida por otros artículos (1)

Palabras claves:

Autocuidado; competencias profesionales; self care; psychologist; habilidades terapéuticas;

estudiantes de psicología; psicología clínica.


Referencias 

American Psychological Association (Division 12). About Clinical Psychology.

Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (2010). Terapia cognitiva de la depresión.

Desclée de Brouwer.

Araya-Véliz, C., & Jalife, B. P. (2017). Habilidades del terapeuta y mindfulness. Revista

Argentina de Clínica Psicológica, 26(2), 232-240.

Arón, A. M. & Llanos, M. T. (2004). Cuidar a los que cuidan: Desgaste profesional y cuidado de

los equipos que trabajan con violencia. D-332-Arón_Ana_María-2004-421.

Bados López, A., & García Grau, E. (2011). Habilidades terapéuticas.

Barraza-López, R. J., Muñoz-Navarro, N. A., & Behrens-Pérez, C. C. (2017). Relación entre

inteligencia emocional y depresión-ansiedad y estrés en estudiantes de medicina de

primer año. Revista chilena de neuro-psiquiatría, 55(1), 18-25.

Casari, L. (2010). ¿Es necesaria la salud mental en los psicólogos? Revista diálogos, 1(2), 29-41.

Colegio Colombiano de Psicólogos (2014). Perfil y competencias del Psicólogo en Colombia en

el contexto de la salud. Bogotá: COLPSIP.

Congreso de Colombia. (19 de enero de 2011) Por medio de la cual se reforma el sistema general

de seguridad social en salud y se dictan otras disposiciones. [Ley 1438 de 2011].

Recuperado de https://www.minsalud.gov.co/Normatividad_Nuevo/LEY

%201438%20DE%202011.pdf

Congreso de Colombia. (2006). Ley 1090: Código Deontológico y Bioético y Otras

disposiciones. Recuperado de

https://docs.supersalud.gov.co/PortalWeb/Juridica/Leyes/L1090006.pdf
Congreso de Colombia. (3 de octubre de 2007) Ley del Talento Humano en Salud. [Ley 1164 de

2007]. Recuperado de https://www.colpsic.org.co/aym_image/files/Ley_1164.pdf

Echeburúa, E. (2008). Retos de futuro de la psicología clínica. Análisis y Modificación de

Conducta, 34(150-151).

Garavito Amézquita, M. D. A. (2019). Competencias personales requeridas para el ejercicio

profesional de la psicología. Trabajo de investigación como opción de grado. Duitama,

Colombia. 

Gavino, A. (2015). Manual de terapia de conducta. Tomo I (2a. ed.). Madrid: Dykinson.

Mendizabal, J. B. (2018). EuroPsy: Un modelo basado en competencias. ¿Es aplicable a la

formación sanitaria especializada en Psicología Clínica?. Educación Médica.

Ministerio de Educación Nacional (2003). Articulación de la Educación con el Mundo

Productivo. Competencias Laborales Generales. Revolución Educativa. Recuperado de:

https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-106706_archivo_pdf.pdf

Ministerio de Educación Nacional. (26 de mayo de 2015) Decreto Único Reglamentario del

Sector Educación. [Decreto 1075 de 2015]. Recuperado de

https://cijuf.org.co/sites/cijuf.org.co/files/normatividad/2015/DECRETO

%201075%20DEL%2026%20DE%20MAYO%20DE%202015_0.pdf

Ministerio de Salud y Protección Social. (6 de mayo de 2016) Artículo 2.7.1.1.2 [Título 1].

Decreto Único Reglamentario del Sector Salud y Protección Social. [Decreto 780 de

2016]. Recuperado de https://www.minsalud.gov.co/Normatividad_Nuevo/Decreto

%200780%20de%202016.pdf
Werner, D. (2010). Percepción del burnout y autocuidado en Psicólogos Clínicos

Infantojuveniles que trabajan en Salud Pública en Santiago de Chile. Memoria de Título

de Psicóloga. Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales.

Wise, E. H., & Barnett, J. E. (2016). Self-care for psychologists.

Zahniser, E., Rupert, P. A., & Dorociak, K. E. (2017). Self-care in clinical psychology graduate

training. Training and Education in Professional Psychology, 11(4), 283.

S-ar putea să vă placă și