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La ciudad desde la

arquitectura: Bogotá a finales del


siglo XX y principios del siglo XXI,
Carlos Orlando Fino Gómez2

La injerencia de la arquitectura en la experiencia cotidiana es continua y a pe-


sar de los distintos niveles de autoconciencia que tiene el ciudadano sobre ella,
es una experiencia que constituye una gran parte de su vivencia cotidiana. La
ciudad se ha construido gracias a la arquitectura. A diario el bogotano camina
entre edificios, paseos, parques, y una mirada consciente del espacio Ie puede
revelar esa ciudad construida de manera colectiva, algunas veces de forma or-
denada y coral, otras como resistencia y supervivencia a los cambios.
Por tanto, es preciso entender esa serie de procesos que afectan Ia creación
de la ciudad, las vías de conservación y crecimiento, así como los medios que
permiten su existencia. Desde esa perspectiva, es posible afirmar que en el con-
junto de las artes, la arquitectura es la que tiene mayor injerencia en la vida
humana, pues llega a hacerse, en cierta medida, indistinta con las prácticas de
la habitación, y por qué no decirlo, de la vida misma.
Antes de ingresar al estudio de la Bogotá de Ia primera década det siglo XXI y
la última del siglo XX se hace pertinente aclarar que la arquitectura es el conjunto

El siguiente texto está basado e inspirado en la conferencia que dictó la Profesora Silvia Arango
en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, en al Auditorio Hermanos San Juan de la
Sede Macarena A, el jueves 3 de Septiembre de 2015; desea plasmar las ideas expuestas por la
profesora Arango, por Io mismo respeta sus conceptos, así como la estructura de su presentación.
Profesional en estudios literarios. Magister en Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la
Ciudad. Candidato a Doctor en Arte y Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia.

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Carlos 0rlando Fino Gómez

de elementos construidos, que se pueden dividir en dos grupos: una arquitectura


corriente, eu€ en gran medida tiene visos de informalidad; y, otra arquitectura
excepcional que se erige como propuesta encaminada a la reformulación de las ex-
periencias urbanas. La arquitectura excepcional es, generalmente, construida Por
un arquitecto o equipo de ellos, los cuales además de cumplir un programa de
necesidades, piensan las maneras en cómo se pueden variar las interrelaciones del
ciudadano con su entomo construido.

La ciudad dual como un antecedente urbano


Antes de precisar el cambio entre la ciudad dual y la ciudad fragmentada es
pertinente anotar que estos dos tipos de ciudad emergen en el contexto del
crecimiento de la mancha urbana en Ia Sabana de Bogotá: mientras en 1910 se
estima una ciudad de 450 hectáreas con una población de 120.000 habitantes,
100 años después se estimó una ciudad de aproximadamente 50.000 hectáreas
con algo más de 8 millones de habitantes, según los cálculos oficiales'. Pero al
analizar la densidad poblacional, 270 habitantes por hectárea en 1910, frente a
160 habitantes por hectárea en 201.0, es posible constatar un crecimiento hori-
zontal y extenso de la mancha urbana.
Una ciudad extensa necesita poderosas y robustas vías de comunicación. Las
grandes vías traen como consecuencia el seccionamiento del tejido interno de Ia
ciudad, que al intensificarse tiene como consecuencia Ia fragmentación urbana.
La ciudad extensa, en términos modernos, es sinónimo de la ciudad auto-
motriz. El aumento del número de automóviles trae como consecuencia una
disminución del espacio peatonal. Por tanto, la ciudad de las últimas décadas
ha reaccionado reclamando e invirtiendo esfuerzos en ciclorutas, ciclovías y
sistemas masivos de transporte (Transmilenio y Servicio Integrado de Trans-
porte). Los esfuerzos se concentraron en la densificación de la ciudad para que
los problemas de movilidad no aumentaran. Sin embargo, son esfuerzos insufi-
cientes para contrarrestar en fenómeno expansionista.
En tal contexto, es posible dividir y cualificar el acontecimiento urbano en
relación con el tipo de arquitectura construida en dos macro períodos: la ciu-
dad dual, desde principios de siglo hasta la década de los noventa; y la ciudad
fragmentada, desde los noventa hasta el presente (circunstancia que tiene visos
de continuidad).

3 Según el Reloj de Población Bogotá tiene a 2O't5,7'922.598 habitantes, sin contar con Soacha, la
décima ciudad más poblada de Colombia según et DANE con5LL.262 habitantes, además de
la población flotante de.otros municipios no incluidos en el Distrito Capital, pero en donde sus
habitantes contemplan modalidades de habitación mixta (dormitan en el municipio, trabajan
y/o estudian en Bogotá).

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La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo Iü y principios del siglo )Xl

La principal característica de la ciudad dual consiste en la diferenciación


arquitectónica entre la ciudad formal y la ciudad informal; es decir, una ciudad
planificada, organizada, urbanizada, diseñada bien sea por entidades públicas
o asociaciones privadas frente a una ciudad informal, en donde los pobladores
realizan ejercicios de diseño autónomo y en gran medida empírico. La ciudad
informal se caracteriza por su irregularidad estilística, por la combinación de
usos/ por procesos constructivos prolongados en el tiempo, es decir, por etapas,
en donde se añaden reformas a los planteamientos originales. Allí prevalece la
arquitectura poPular, el diseño colectivo, así como la imitación en el diseño de
barrios populares de mayor tradición. En estos barrios, los servicios públicos
se instalan a posteriori, y dicha instalación significa un reconocimiento de la
ciudad hacia sus nuevos predios (antes de su reconocimiento catastral). Por lo
mismo, son comunes las redes de comunicación y energía a la vista y otra serie
de inconvenientes logísticos que con los años, en algunos casos, se superan
(inundaciones, problemas de saneamiento, falta o carencia en las circulaciones
viales, etc.). La ciudad informal durante el siglo XX ocupa unA}oídel total de la
ciudad dual, siendo un patrón arquitectónico potente en la urbe. Pero es preciso
no estigmatizar la ciudad informal: en ella se resalta una poderosa vida en co-
munidad, en la cual se rescatan las relaciones vecinales, qr" llenan los espacios
informales de los barrios.
Antes de la década de los noventa, la arquitectura bogotana aunó esfuerzos
Por reconciliar las dos urbes, creando proyectos que le dieran vida comunal a la
formalidad y condiciones de diseño digno y seguro a la informalidad.
Proyectos como Pablo VI y El Experimental, se ubicaron en los límites de la
ciudad dual como solución a Ia polaridad urbana que reflejaba claramente Ia pola-
rización a nivel social y humano: los ricos versus los pobres; el sur versus el norte,
etc. Silvia Arango en Historia de la Arquitectura en Colombia (7989), se refiere estos
dos proyectos:

Con promoción del ICT (Instituto de Crédito Territorial) se adelantó eI vasto


conjunto de edificios de seis pisos destinados para Ia clase media de Paulo VI
(diseño de 1968 de Fernando JiménezM., Eduardo Londoño y Gabriel Pardo
Rosas). En su diseño se llegó a una solución de compromiso: por un lado se
recreó la calle y la plaza como elementos aglutinadorés del coúnto, con usos
comerciales en los primeros pisos, y alavez se conservaron amplias zonas de re-
creo hacia la parte de atrás de los edificios; asimismo, se buscó dar variedad a la
arquitectura con utilización de varios colores que permitieran Ia identificación
de cada sector. Esta "ciud adela", por su dlme¡iión intermedia y características
urbanag ha logrado consolidarse ór, el tiempo como un barrio de Ia ciudad. Ha-
cia 1968-69 et ICT contó con un equipo de áiseñadores especialmente dotados,
dirigidos por Pedro Alberto Mejía, qli"r,es, conscientes a los fracasos respecto
a la vivienda de menores ingresos, büscaron aproximarse a una solución
-irtu,
que combina las ventajas de la vivienda unifámiliar y la multifamiliar, dentro
de procesos constructivos económicos, racionalizadós y modulares, pero con

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Carlos 0rlando Fino Gómez

riqueza formal. Aunque se diseñaron varios interesantes proyectos con ese en-
foque, solo se construyeron parcialmente los "experimentales" de Ciudad Ken-
nedy y de El Tunal en Bogotá y el conjunto Santiago de Cali en Cali; desafortu-
nadamente esta línea de experimentación no fuvo continuidad pues el Instituto
cambiará su política de diseño directo en los años 70. (pp.2UA35)

Otro aspecto significativo se puede analizaren los comercios, los cuales se en-
contraban polarizados: o bien en San Victorino, tal vez el mayor exponente
del comercio informal en contraposición con los nacientes centros comerciales,
como Unicentro. Efectivamente los centros comerciales aparecen en el contexto
de la ciudad formal y son exponentes de una concentración del comercio en
un punto urbano, el cual está diseñado con predilección para la llegada del
consumidor en automóvil, y que formalizaba no solo los usos del suelo, eue los
concentra y difiere entre comerciales y residenciales, sino que paralelamente
formaliza las relaciones comerciales que además de impersonales, se norma-
tivizan y tiene mayor control de aduanas. Alberto Saldarriaga Roa en su libro
Bogotá siglo XX: urbanismo, arquitectura y oida urbana (2000), señala:

En el escenario creado por las UPAC se desarrolló otra fase de la arquitectura


moderna bogotana [...] Tres productos principales se incluyen en la categoría
de arquitectura comercial: los grandes desarrollos de vivienda en serie, los
grandes centros comerciales y los edificios y centros empresariales, financia-
dos todos ellos por las corporaciones de ahorro y vivienda las que a partir de
cierto momento, ampliaron su campo de financiación e incluyeron todo tipo
de edificios [...] Un producto temprano de esta nueva forma de construcción
de ciudad fue el desarrollo del sector bautizado con el nombre de Multicentro,
al norte de Bogotá, promovido y realizado por Pedro Gómez y Cía. Su estra-
tegia se basó en la construcción casi simultánea de una agrupación de casas
"escandinavas" y de un enorme centro comercial, Unicentro, inaugurado en
1e76. (pp.200-201)

En San Victorino la informalidad era tanto espacial como comercial: allí aún fun-
cionaban las formas de intercambio como el "regateo", que solo es posible con
una relación más directa entre cliente y el comerciante en ciertos casos con el
-o
mismo productor-. Este ejemplo, como otros tantos, muestra una ciudad que se
construye tanto materialmente como imaginaria y socialmente de una manera
antípoda a la otra, pero que aunque dual configuraba un sistema de pertenencia
e identidad de mánera sectorial.

La ciudad fragmentada: paradoias de la ciudad del siglo XXI


La ciudad dual transita hacia la ciudad fragmentada. Esta ya no se puede es-
quematizar bajo una división socio-funcional asociada a la formalidad e infor-
malidad, categorías que marcaron la ciudad dual, sino más bien responde a
una serie de procesos con causas múltiples como el crecimiento demográfico,
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La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo )fr y principios del siglo )Xl

la expansión de la mancha urbana, la creación de distintos centros urbanos, la


redefinición geográfica de las marginalidades y las periferias. Zonas anterior-
mente periféricas como Fontibón, Suba o Usaquén, en las últimas décadas se
consolidan como nuevas centralidades urbanas.
También son factores incidentes: los sistemas de planeación estudiados en
los años noventa e implementados, para Bogotá, desde el año 2000 con el Plan
de Ordenamiento Territorial (POT), donde se suscribe el mejoramiento urbano
a corto, mediano y largo plazo. En este contexto se inscriben planes de mejora-
miento urbano, entre los que se destacan: la recuperación de plazas como la de
San Victorino y la demolición del Cartucho y Sania Inés para la construcción del
Parque Tercer Milenio (L998-2002). En dicho contexto, el tránsito de la ciudad
dual a la ciudad fragmentada, produce una serie de paradojas características de
la Bogotá del siglo XXI, pero parangonables con situaciones urbanas similares
en las grandes urbes de América Latina. Las paradojas se pueden clasificar en
tres categorías: incongruencias, indistinciones, e interpenetraciones.

Incongruencias
En el caso de Bogotá, la mayor incongruencia se suscribe en la relación ciu-
dad-regióry en el contexto del crecimiento e invasión del área urbana sobre los
municipios cundinamarqueses. Esta incongruencia se debe, en gran medida, a
la vigencia de un sistema administrativo qr" .,o circunscribe la totalidad del
área urbana en los límites políticos-geográfi.or del Distrito Capital. Es preciso
mencionar que el sistema administrativo territorial vigente se funda en 1955
cuando se declara a Bogotá como Distrito Especial, adjuntándose los munici-
pios de Fontibón, Usaquén y Usme. Dicho modelo se actualizay toma nombre
de Distrito Capital con la integración de sumapaz, en1.960.
El crecimiento de la ciudad ha desbordado los límites de Distrito Capital, no
solo en su casco urbano, sino en la transformación de una serie de municipios
de preeminencia rural en suburbios con dinámicas urbanas y suburbanas, que
hace unas décadas les eran ajenas.

Dichos municipios no cuentan con el equipamiento necesario para alojar Ia


población flotante que generalmente habita en el municipio pero trabaja ylo
estudia en la ciudad. Por 1o mismo, son municipios con un desequilibrio pobla-
cional entre casco urbano principal y la poblr.iór, que habita en la totalidad de
los demás cascos que conforman ei municipio. Soacha constituye un ejemplo
dramático Porque además ya no existe una barrera física o visible que dife-
rencie la cabecera municipal y el área urbana de Bogotá. En términos técnicos
Soacha se encuentra conurbada con Bogotá.

Por lo mismo, se hace necesario, además de una nueva delimitación del área
urbana, nuevos instrumentos administrativos que permitan clarificar las rela-

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Carlos 0rlando Fino Gómez

ciones ciudad-departamento y ciudad-municipios. Es preciso mencionar que


administrativamente los municipios son legislados económicamente por los
departamentos y estos dependen de la administración nacional; mientras que
el Distrito Capital tiene, además del sistema de financiación más directo, una
legislación especial para la administración territorial.
El caso de Soacha contrasta con el de los suburbios construidos a la manera
de "condominios" en los municipios situados al norte y nororiente del Distrito
Capital. En las últimas dos décadas Ia proliferación de los "condominios" confi-
Suran otro fenómeno de desbordamiento urbano que encuentra ciertas ventajas
comParativas al situarse a las afueras de la ciudad. Se trata de pequeñas islas, o
micro comunidades encerradas que buscan mejor aire, silencio, privacidad, en-
tre otras ventajas. Se blindan entre ellas, promoviendo la idea de seguridad inte-
rior y miedo extramurallas, tal como en las ciudades medievales. Pero al mismo
tiempo, son islas interconectadas con el mundo a través de potentes conexiones
a Internet ylo telecomunicaciones. Se trata de la construcción de una realidad
urbana signada bajo el imaginario de Ia utopía de la felicidad. Sin embargo, el
éxito depende en gran medida, de una conexión terrestre eficiente con la ciudad
y la garantía de servicios públicos y aprovisionamientos de alta calidad.
El éxito de la vida blindada, últimamente sufre problemas logísticos que pue-
den convertir la utopía en un espacio pesadillezco. Con la proliferación de di-
chos condominios, los sistemas de desagüe naturalmente rurales, se recargan
generando inundaciones en época de lluvias. Han sido numerosos los casos en
los cuales dichas utopías sufren realidades urbanas, como Ia damnificación por
catástrofes naturales, muy común durante el siglo XX en las zonas inundables del
río de Bogotá, Tirnjuelito, el canal det Fuch4 el río ]uan Amarillo, al sur, surocci-
dente y occidente de la ciudad. Los municipios no cuentan con los presupuestos
Para convertir las redes de capacidad rural en redes urbanas o suburbanas.
De igual manera, la movilización de un número amplio de automóviles
por vías municipales, como La Calera-Bogotá, produce innumerables tranco-
nes, convirtiendo esos corredores viales en extensiones de la malla vial bogo-
tana, Pero sin su legislación, y mucho menos sin su financiación (sistema de
peajes, controles de tráfico, pico y placa, etc.). Hasta la misma Autopista Norte
es insuficiente para la carga de tráfico de la población flotante, provenientes
del casco urbano b de los condominios periféricos.

In-distinciones
Pero las realidades urbanas y las paradojas no son exclusivas de los márgenes
administrativos. Los límites interiores de la ciudad dual también tienden a des-
vanecerse, no porque sus límites geográficos cambiery sino específicamente a
que las dinámicas internas cambian y demarcan sus propios horizontes.

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La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo lX y principios del siglo )Xl

Son dos los escenarios en donde tienen lugar las indistinciones de los límites
de la ciudad dual. En primera instancia, los barrios que nacieron informales a
lo largo del siglo XX han vivido procesos de consolidación. En ellos, sus habi-
tantes han logrado edificar sus viviendas, construyendo un "estilo", aunque
particular, definido por elementos como los volados, el uso de ladrillo y cierta
uniformidad estructural. Pero las administiaciones también han trabajado para
pavimentar las vías de los barrios informales, dotarlas de alcantarillado y ser-
vicios públicos. Son barrios que en gran medida sirven como modelo de creci-
miento para otros barrios informales y como modelo, también, arquitectónico.
Pero a su vez, aunque su ubicación absoluta no cambie y estos no se interpe-
netraron con los barrios tradicionalmente formales, si se convierten en nuevas
centralidades urbanas, es decir, su ubicación relativa frente a la periferia y a los
territorios emergentes es distinta. Las últimas administraciones han rcalizado
importantes esfuerzos por dotar a dichos barrios de colegios, centros de salud,
jardines infantiles, sistema de transporte, aspectos que han colaborado en su
proceso de legalización y consolidación urbana.
La otra cara de la moneda se observa en los barrios que hacen parte de la ciudad
formal, planeada y urbanizada. Allí, sus habitantes han reformado las viviendas,
intentando aprovechar las áreas no construidas como patios, jardines, antejardi-
nes, entre otros. Thmbién han convertido predios originalmente residenciales en
usos mixtos, incluyendo usos de pequeña industria y comercios de escala barrial.

Son varios los barrios que se pueden citar al respecto, pero los barrios urba-
nizados por la firma constructora del ex-alcalde de Bogotá Fernando Mazue-
ra como Mandalay, Milenta y Modelia, son claros ejemplos del tránsito de la
formalidad a la informalidad. Esto no sucede con los conjuntos cerrados, pues
en ellos la legislación no es flexible y Ia propiedad horizontal tiene mayores
dificultades físicas para las reformas.

Interpenetraciones
En las últimas décadas se han visto algunos casos de interpenetraciones de una ciu-
dad en la otra. Un caso paradigmático, es tal vez ese gesto nostálgico de retomar la
idea del "Mercado de las pulgas" e instalarlo en Usaquén. Esta es una práctica que
nace en la ciudad informal, más exactamente tiene lugar en el centro de la ciudad,
y varias administraciones intentaron o bien normalizarla, o bien prohibirla. Se veía
como un mercado antihigiénico, con tintes de ilegalidad. Después de estar extinto
por más de una década, la localidad de Usaquén abre las puertas a un "Mercado de
las pulgas", que si bien está mucho más controlado y reglamentado que el original,
intenta emular la informalidad comercial ausente en la ciudad formal. Allí los pre-
cios vuelven al umbral de Io negociable y retoma el vínculo entre comerciante y, en
algunas ocasiones, el artesano con el comprador.'

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Cafos 0rlando Fino Gómez

Pero tal vez la interpenetración más radical, aunque es posterior a 201,0,


es la intención de construir las VIP (viviendas de interés prioritario) en áreas
tradicionales de la ciudad formal. Aunque las VIP responden a la formalidad
arquitectónica y urbanística, ya que son proyectos de urbanización formales,
los beneficiarios no son los habitantes que comúnmente pueden acceder a la
vivienda en estas zonas de la ciudad. Las resistencias y las tensiones sociales
ante este proyecto son hoy en día un tema de discusióna.

Tensiones urbanísticas y paradojas no resueltas en el pano-


rama del siglo XXI
De esta manera es posible sostener que Bogotá desde los años noventa hasta
el presente, es una ciudad que se construye y fragmenta gracias a profundas
tensiones entre la ciudad informal y la ciudad formal construida durante el
siglo XX. Vale la pena resaltar que es una condición no solo visible en Bogotá
sino que se da eb otras urbes latinoamericanas que con ciertas variantes, sufren
procesos análogos entre la ciudad formal y la ciudad informal.
Pero dichas condiciones han permitido ciertos replanteamientos de,las mi-
radas arquitectónicas. Durante la ciudad dual la arquitectura y el urbanismo se
ubicaban en su mayoría de lado de la arquitectura formal y tenían como inten-
ción principal renovar, formalizar las áreas informales que en cierto sentido se
estigmatizaron. Pero como existe una condición cultural del latinoamericano
hacia la informalidad, en términos positivos se puede entender como una bús-
queda, a veces deliberada, a veces no tanto, de su forma, es preciso cambiar la
óptica y la valoración hacia la informalidad.
Es también cierto que las formas y formalidades, en gran medida, implemen-
tadas en la ciudad formal latinoamericana erary en gran medida, inspiradas en los
Procesos de formalización urbana planteados en Europa o Norteamérica. Por 1o
mismo, es natural la resistencia a la adaptación a formas habitacionales en gran
medida for¿íneas (CIAM o el Estilo Internacional). En este sentido, las propues-
tas arquitectónicas contemporiíneas prefieren partir de la informalidad, trabajar
directamente en barrios informales para, a partir de allí, desarrollar propuestas
arquitectónicas que promuevan y potencien sus actividades comunales.
Proyectos corño Arquitectura Expandidau, o los de la Fundación Juligon',
estudian las posibilidades y beneficios de la ciudad informal y plantean pro-
yectos que aPortan desde su vida comunal a mejorar sus espacios, en zonas,

4 El Juez Jorge Luis Lubo Sprockel anuló uno de los proyectos VIP en el norte de la ciudad, el L9
de octubre de 2015, argumentando la "defensa del patrimonio público", como respuesta a una
acción interpuesta por Jorge William Gutiérrez Medina, Luis Enrique Daniel Buriticá, Salomón
Parra Pérez y Pedro Antgnio ZapataGarcía.

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La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo M y principios del siglo Iül

sobre todo, marginales. Se caracteri zan pon sus niveles de participación en sus
etapas de diseño y construcción; por la búsqueda de materiales a la mano ylo
económicos pero duraderos; por ser iniciativas de reforma urbana que se cons-
truyen a pequeñas dosis, en contra de la renovación urbana de grandes dosis,
las cuales tienen costos sociales e históricos muy altos.
Otra tensión se encamina precisamente al cambio de mirada en cuanto los
instrumentos de planificación urbana y ordenamiento territorial. Dos aspectos
cambian en este sentido: primero, ya no se parte de la premisa de que el territo-
rio, en este caso la ciudad, es informe y desordenado y que los instrumentos se
encaminan a legalizar, ordenar, formalizar; ahora, se entiende Ia ciudad como
poseedora de Iógicas urbanas implícitas y el ordenamiento, se piensa, mejor
como un re-direccionamiento, de las fuerzas que construyen la ciudad. Este
mismo tópico se ve reflejado en un segundo aspecto, el de la "participación
ciudadana". Durante el siglo XX quienes diseñaron los planes de ordenamiento
y renovación urbana conformaban un grupo, generalmente mono-disciplinar,
de arquitectos (urbanistas), los cuales decidían los cambios constructivos de
Ia ciudad. Ahora, es evidente una clara intención de realizar una planificación
en conjuncióry con la participación ciudadana, pues es, finalmente, a esta po-
blación a quienes afectará (de manera negativa o positiva) las obras y mejo-
ras urbanas. Pero además, los equipos y consejos de planeación se encuentran
integrados por sociólogos, antropólogos, ingenieros, miembros de las comu-
nidades y minorías, quienes discuten desde un enfoque multidisciplinar, las
propuestas de cambio urbano.

En la web de Arquitectura Expandida es posible lgs¡¡ «Arquitectura Expandida es un laborato-


rio ciudadano de autoconstrucción -física, social y culturál- del territorio, en el que confluyen
comunidades, profesionales, niños y, en general, ciudadanos interesados en hacerse cargo en
primera Persona de la gestión política, social y cultural de su territorio desde la calle. Estas
iniciativas de autoconstrucción parten de la desconhanza hacia muchas lógicas formales e ins-
titucionales de construcción de ciudad que no se adaptan a las necesidades y las lógicas lo-
cales, y al mismo tiempo del reconocimiento de los potenciales ciudadanos y culturales para
la construcción de ciudad". (http'//a.qrritecturaexpandida.orgl,recuperado,75l1,Ll2015). Este
colectivo realiza proyectos desde 2010, han recibido numerosos reconocimientos como el Pre-
mio cívico de Bogotá (2013) y el premio Amor por Bogotá (2012). Las preguntas directoras del
proyecto son las siguientes:
"¿Cómo inscribir en el mundo de lo visible y de lo protegido las
realidades marginales? ¿Cómo gestionar eficazmente sus recursos urbanos y sociales? ¿Cómo
garantizar una gestión participativa del entorno urbano? ¿Cómo incorporar al desarrollo de
temáticas tradicionales algunos conceptos emergentes como "estrategiás", "ttabajo en red",
"interactividad" y "proyectos ciudadános colectivos"?». (hftp:llarquitecturaexpandida.orgl
recuperado, 15 I 1,L I 20L5).
En la web de la Fundación se encuentra consignado: Creada en memoria de Juliana Gon-
"(2010)
zález Bozzi en 2010, la Fundación Juligon comenzó como una iniciativa de jóvenes arquitectos
y diseñadoreg ofreciendo sus conocimientos profesionales a la población vulnerable del país.
Durante estos años hemos trabajado con voluntarios profesionalés realizando proyectos de me-
joramiento de vivienda y de diseño participativo, enmarcados en la innovación, sostenibilidad y
exploración de materiales". (htfp://fundaciónjuligon.org/acerca-del recuperado, 151LU2OL5).

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Carlos 0rlando Fino Gómez

La última paradoja que se puede enumerar es la existente entre una "rica


ciudad pobre" y una "pobre ciudad rica": ya que ahora las miradas a los fenó-
menos urbanos no se dan sólo con el ánimo de tomar decisiones de diseño, se
pueden valorar elementos como las dinámicas sociales y barriales. En los con-
dominios del nororiente bogotano se observa un contraste entre una ciudad de
ricos elementos materiales pero de muy pobres dinámicas sociales, en ciertos
casos, inexistentes. Mientras que la ciudad informal se puede entender, desde
este punto de vista, como una "pobre ciudad rica", porque allí sí existe una
poderosa dinámica barrial y, €11 ciertos casos, es posible hablar de formación
de comunidades que se expresan en relaciones sociales, bien estimuladas por el
comercio, la vecindad y los mismos problemas comunales.

Arquitectura excepcional
Aunque en el panorama actual de la arquitectura contemporánea formal esté
rodeada por procesos urbanos como el de la gentrificacióry o la especulación
inmobiliaria, el ámbito de la arquitectura espectacular que compite por Ia altu-
ra, la suntuosidad o la correcta imitación del homogéneo estilo internacional,
existe, en contraste, una arquitectura de orden excepcional, la cual se'erige y
contrapesa dichos fenómenos internacionales, los cuales tienen lugar en la ca-
pital colombiana, como parte de un sistema de ciudades que se construyen e
imaginan a partir de estos modelos.
La arquitectura colombiana excepcional, con grandes obras en Bogotá, pre-
cisamente entra en conflicto con las dinámicas globales que inciden en la ciu-
dad, pero al mismo tiempo, media en las tensiones y ambigüedades del tránsito
de la ciudad dual a Ia ciudad fragmentada.
La arquitectura excepcional se caraderiza, principalmente, por tener una inten-
ción deliberada de estudiar e integrar el pasado como criterio simbólico, así como de
ser un referente para el diseño urbano. Al mismo tiempo, existe una intención por
rescatar el espacio público, pues dinámicas como el encerramiento de los conjuntos
habitacionales, el imperio del automóvil frente al peatón y la ausencia de Parques
y plazas en la ciudad tradicionalmente informal, sustraen el espacio público, clave
para la construcción de los espacios de participación y apropiación ciudadana.

Esta arquitectura excepcional tiene, gracias a la intención estatal por dotar a


la ciudad de equipamientos, dos ejes principales de desarrollo: la red de biblio-
tecas públicas y los colegios distritales.

Un último aspecto que cualifica dicha arquitectura es la intención de hacer


ciudad, en cuanto a que se incluye de manera respetuosa en el contexto urbano
y se propone, a partir de su estudio, potenciar las falencias urbanas, realizar
proyectos que alavez cumplan con el programa funcional y construyan mane-
ras de interactuar con la ciudad, teniendo como finalidad su integración.

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La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo IX y principios del siglo ül

La integración del pasado


La conciencia patrimonial de la ciudad ha ganad o fuerza y adeptos en las
últimas décadas. Valga la pena resaltar que se trata, también como enuncia
FranEois Choay (1925), en Alegoría del patrimonio, de un interés novedoso en la
cultura occidental. Esta mirada contrapesa Ia ansiedad esnobista de gran parte
del urbanismo del siglo XX, que propuso, con el sistema de grandes dosis, de'
moler una serie de manzanas para mejorar el espacio público y construir gran-
des bloques de edificaciones que concentraran a la población.

La crítica al urbanismo postulado especialmente sobre la Carta de Atenas'


(CIAM, 1933), tiene un peso especial en la mirada patrimonial la cual estima o
lee Ia ciudad como un documento en el cual es posible entender los Procesos
históricos, siempre y cuando, pervivan su referentes en la cultura material.
Por lo mismo, la intención del urbanismo y la arquitectura llevada a cabo
en el contexto de la conservación patrimonial, consiste en crear un tipo de in-
novación que conserve elementos urbanos y arquitectónicos de interés para la
historia urbana, así como que, además de conservar los edificios, construya cir-
culaciones y reformas en concordancia con el objeto patrimonial.
En especial, los bogotanos han logrado concientizaÍse de la importancia del
casco histórico de La Candelaria, patrimonio arquitectónico y material de la
época colonial americana. Dicho casco tiene un específico interés, gracias a que
es uno de los pocos cascos urbanos coloniales en las grandes ciudades colom-
bianas, pero a su vez es uno de los pocos conservados en el contexto de las
grandes ciudades latinoamericanas, las cuales sufrieron las consecuencias de la
renovación urbana propuesta por la escuela del urbanismo moderno, especial-
mente los seguidores de la propuesta CIAM.
La conservación de La Candelaria hace parte de un esfuerzo gubernamental
materializado en la creación del Instituto Distrital de Patrimonio Culturala, que
además de realizar el inventario de los inmuebles y las zonas de conservación
por su interés histórico cultural, se encarga de realizar investigaciones que cola-
boran en el entendimiento del acervo material urbano, así como su divulgación
y su pedagogía.

7 En el parágraf o 67 de la Carta de Atenas se condiciona la patrimonialidad a la funcionalidad:


de la justicia
"No puede permitirse que por un culto mezquino del pasado, se ignores las reglas
social. Algunas personás, á las que preocupan más el esteticismo que la solidaridad, militan
en favor de la cónservación de vlejoi barriós pintorescos, sin preocuparse de la miseria, de la
promiscuidad y de las enfermedades que estos albergan. Eso es cargar con una grave resPon-
sabilidad. El problema debe ser estudiado, y a veces resuelto mediante una solución ingeniosa,
pero el culto por lo pintoresco y por la historia no debe tener en ningún caso la primacía sobre
la satubridad de lal viviendas dá las que tan estrechamente dependen el bienestar y la salud
moral del individuo". (L05-L06).

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Carlos 0rlando Fino Gómez

En esta dimensión es preciso enunciar el ejemplo de la conservación y res-


tauración de la Iglesia Santa Clara (16L9-1630), construida por Matías de San-
tiago, para la Orden Franciscana de las Claris as, y que hoy se cataloga como
joya del arte colonial del Barroco indiano. Fue restaurado desde 1975 por Col-
cultura mediante el convenio entre la Universidad Nacional y el Distrito Espe-
cial de Bogotá. Actualmente cumple Ia función de Museo Iglesia Santa Clara y
en él tienen lugar diferentes actividades culturales como conferencias, conver-
satorios, conciertos de música antigua, entre otros.
Pero los bogotanos además del patrimonio colonial, han declarado bienes
de interés cultural, expresiones arquitectónicas propias del siglo XX, como el
Art Decó, Art Nouveau, la Escuela Bauhaus, entre otros. Bajo estos criterios han
declarado patrimoniales los barrios ingleses -estilo Tudor-,la arquitectura
de Quinta Camacho, Palermo y La Merced, exponentes de piezas de los años
treinta y cuarenta, el Teatro el Parque (1936) obra de Carlos Martínezliménez
y Hernando Gonz ález Yarona, como ejemplo de Ia influencia del movimiento
moderno en Colombia, y han protegido algunos edificios de la Universidad
Nacional de Colombia. En este caso, el edificio de Ia Facultad de Ingeniería,
construido por Leopoldo Rother y Bruno Violi en la década de los cuarerita, de
maravillosas cualidades formales, no solo fue conservado sino además restau-
rado y ahora se concibe como una de las mejores piezas del periodo de la Ciu-
dad Blanca, en la Ciudad Universitaria. De Ia misma manera se protegen obras
maestras de la arquitectura y el urbanismo contemporáneo, como el Centro
Antonio Nariño (1951-1958), o las obras de arquitectos icónicos como es el caso
de Rogelio Salmona, o Fernando Martínez.
Desde esa perspectiva, la ciudad se entiende como un libro abierto y la clave
de desciframiento se encuentra en la capacidad de conservación y divulgación
del patrimonio material urbano.

Restauración y rescate del espacio público


Así como existe una intención por conservar y restaurar el patrimonio arquitectóni-
co, es también clara, como complemento del programa de conservacióry la intención
de recuperar el espacio público. Por ejemplo, la intervención autoría de Rogelio Sal-
mona y Luis Kopec, para recuperación de la Avenida |iménez gracias a la restaura-
ción del río San Francisco, cuerpo de agua de relevancia histórica para la ciudad, que
perdió terreno hasta el punto de desaparecer con la consolidación del centro. Dicha
iniciativa no solo incluye la recuperación de un canal de agua, realizado en forma

8 La creación del Instituto tiene que ver con la formalización de las prácticas patrimoniales en
el espacio público llevadas a cabo por La Corporación La Candelaria, desde la década de los
ochenta. El Artículo 92 del Acuerdo 257 del30 de noviembre de 2006, transformó la Corpora-
ción La Candelaria en el I¡stituto Distrital de Patrimonio Cultural.-l06).

78
La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo XX y principios del siglo )Xl

de jardín escalonadg sino la peatonalización de la Avenida Jiménez desde la carrera


décima hasta la Universidad de los Andes,la arborización y la creación de un mobi-
liario urbano que estimula la apropiación del espacio por el peatón.
La recuperación del espacio público tiene como una de sus premisas esconder
los automóviles y recuperar espacio para los peatones. Por ellq se estimula reconec-
tar los fragmentos de ciudad rotos por grandes aglomeraciones viales. Un ejemplo
claro de esta premisa se desarrolló frente al Museo Nacional, en el cual las vías de
Transmilenio se sumary construyendo una estación subterránea, para peatonalizar
la carrera décima entre calles treinta y dos y veintiocho, y construir una plataforma
peatonal con jardines y mobiliario urbano.

Por lo mismo, las últimas administraciones distritales han hecho énfasis en


la restauración y remodelación de los parques metropolitanos. Son ejemplo, el
mejoramiento y consolidación del Parque Metropolitano Simón Bolívar (7972-
1,992), y la reciente remodelación y recuperación de los cuerpos de agua y el
paisaje en el Parque Metropolitano Timiza.
Pero otro foco de interés urbano en las últimas administraciones de la capi-
tal se centró en la recuperación y conservación del poco acervo medioambiental
de la ciudad. Además de la expresa conservación de los Cerros Orientales que
vivían procesos de urbanización e invasión urbana, el conjunto de humedales
ubicados casi todos al occidente de Ia ciudad se constituyeron como focos de
interés y mejoramiento urbano. Actualmente el Distrito reconoce 15 humeda-
les, pero según la Fundación Humedales de Bogotá existen otros L3 que buscan
su reconocimiento. En estos 15 humedales se llevaron proyectos de renovación,
en los cuales se destacó, por ser uno de los de mayor envergadura, el de la res-
tauración del humedal Juan Amarillo o Tibabuyes. En este proyecto, participan
equipos interdisciplinarios, conformados por biólogos, botánicos, ingenieros
hidráulicos, además del equipo arquitectónico. Pero más allá del proceso de
descolmatación, que consiste en la recuperación del cuerpo visible de agua que
a su vez permite el retorno a las aves migratorias, el proyecto ofrece espacios
Para los peatones como plazas, paseos y alamedas dotadas con mobiliario urba-
no. Como este se han recuperado otros humedales como La Conejera en Suba o
Techovita (La Vaca) al sur de la ciudad.

Presencia gubernamental en las dotaciones educativas


Desde mediados de la década de los noventa ha existido un interés claro para que
las dotaciones físicas paralos colegios distritales de la capital, alavez de cumplir
con las condiciones espaciales y estructurales, en especial la norma de Sismo Re-
sistencia (NSR-98), sean piezas de magnífica arquitectura.
Por lo mismo, el Distrito convocó a concurso a los mejores arquitectos y ofi-
cinas de arquitectos del país para presentar las propuestas de 1o que hoy cono-
Carlos 0rlando Fino Gómez

cemos como los megacolegios, que junto con las megabibliotecas y los jardines
infantiles, hacen parte de la intención de descentralizar la gran arquitectura ex-
cepcional, focalizada o en el centro urbano o en el centro económico de la ciudad.
Efectivamente estas dotaciones para servicios educativos, son intervenciones de
reestructuración y remodelación para llegar a Ia meta de la Sismo Resistencia, o
bien fundaciones de un nuevo colegio en zonas de carencia educativa. Es clave
resaltar que Ia totalidad de estas dotaciones están destinadas a la red de colegios
públicos distritales, que contrapesa la exclusividad de Ia gran arquitectura que
durante el siglo XX se realizí prioritariamente en colegios privados.
Pero de otro lado, vale la pena resaltar la función de la arquitectura en la
formación humana, especialmente primaria y secundaria,Ia cual posibilita am-
bientes no solo dignos y funcionales, sino atmósferas creativas, resaltando el
carácter estético que es, a propósito, una de las puntas delanza en Ia pedagogía
contemporánea.
Estos colegios han sido merecedores de reconocimientos nacionales e inter-
nacionales y se convirtieron en un modelo que rápidamente han emulado otras
ciudades de Colombia y América Latina. En ellos, se logra Ia movilización de
los esfuerzos institucionales, en conjunción con las posibilidades para realizar
grandes proyectos para los arquitectos locales, con finalidades y ganancias so-
ciales significativas.
Cada colegio se construye no como un modelo a imitar en los demás lotes,
sino que se realiza un concurso para cada lote, que estudia su particularidad
realizando una propuesta arquitectónica única.
Esta condición produjo una arquitectura de excelencia. Son referentes el cole-
gio Carlos Pizarro León Gómez (2007) en Bosa, diseñado por Motta y Rodrígtrez
Asociados Ltda., y el colegio María Mercedes Carcanza de Ciudad Bolívar, dise-
ñado por Leonardo ÁluarurYépez, Diego StárezBetancourt y Sergio Trujitlo Ja-
ramillo. A tenor de estos criterios, y de manera complementaria, la ciudad cons-
truyó cuatro grandes bibliotecas, las cuales recuperaron espacios perdidos de la
ciudad: una zona de relleno en el caso de la Biblioteca Virgilio Barco (200L); una
planta de compactación de basuras para la biblioteca El Tintal, Manuel Zapata
Olivella (2000); para direccionar y complementar espacios como el que se ins-
taura en el Parque el Tunal; o dotar de espacios culturales a zonas en desarrollo
como la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo en San )osé de Bavaria.
Estas constituyen grandes obras para la ciudad, eue además de llevar libros
a las localidades, y descentralizar los espacios culturales, ofrecen una nueva se-
rie de servicios culturales, pues conciben como lugares de encuentro académico
y cultural: estas bibliotecas están dotadas de sala de exposiciones, auditorios,
salas de música, entre otras. Pero al mismo tiempo, se construyen bajo el con-
cepto de parque biblioteca; es decir, el diseño de Ia biblioteca incluye el diseño

80
La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo )fr y principios del siglo IXI

del lote en donde se implanta, el cual es paisajísticamente reformulado, con el


ánimo de brindar un espacio de estancia y divertimento a la ciuda d,, y al,mismo
tiempo aislar a la biblioteca del ruido circundante.

Arquitectura que hace ciudad


Precisamente, quien de manera más contundente consigue la realización del
sueño "parque-biblioteca" es Rogelio Salmona en la Bibtioteca Pública Virgilio
Barco. Este es un ejemplo de una arquitectura que construye ciudad, porqr"
además de reconectar el sistema de parques del Simón Bolívar con las unidades
habitacionales, las cuales estaban aisladás, como es el caso de pablo VI, constru-
ye un diálogo formal entre el paisaje y la bibtioteca, que le permite diseñar un
sinnúmero de experiencias dirigidas al usuario.
La principal, es el uso de los umbrales: Salmona propone una entrada inte-
rior a Ia biblioteca que se ubica a gran distancia de los accesos del parque. En la
más cercana, Ia entrada de la carrera sesenta, el usuario debe subii ,r,u ,u*pu,
ingresar a un esPacio verde, primer umbral; luego descender por una rampa que
le_hace pasar Por una serie de jardines.verticalei, cursos de agua plazas,-qr.
, Io
silencian y aíslan del ruido de la ciudad; en el tercer umbral, Salmona propone
un Paso ritual por las aguas como una purificación atmosférica que prepara al
lector para las labores intelectuales.
La decisión de sumir la biblioteca posibilita la itinerancia del ingreso, pero
además algunas vistas, como la de la cafetería que divisa un montí.rlo'u"rá., y
conecta, como si fuese un continuo, con los alticlinales de verde azulad,o de los
Cerros Orientales. En esta vista no se ve un solo centímetro de ciudad edificada,
a Pesar de que Ia biblioteca se encuentra implantada en una de las zonas más
centrales de la ciudad. Este es uno de los mayores ejemplos de una arquitectura
que se interesa por el análisis del contexto y por la posibilidad de reflndar las
relaciones entre la arquitectura y la ciudad.
Pero otro magnífico ejemplo del gran arquitecto colombiano, Rogelio Salmo-
nd, Y precedente de esa tendencia actual, es la construcción entre 1965-1,921. de
las Torres del Parque. Ese proyecto fue paradigmático, pues el cliente solicita una
propuesta Para un conjunto de edificios, lo habitual es que el arquitecto se regla-
mente por los deseos del cliente, en este caso el Banco Central Hipotecario, quien
deseaba rcalizar una extensión residencial del conjunto de arquitectura interna-
cional y comercial construida en el Centro Internacional. Lo tradicional sería que
este conjunto de torres residenciales fuese un conjunto cerrado,
tal como las uni-
dades habitacionales del Centro Internacional, o io, conjuntos bogotanos, situa-
dos aI norte de la capital. Pero en cambio, propone un diálogo formal y abierto
entre el espacio público formulado en el diseño orgánico del Parque de la Inde-
pendencia y el espacio privado, pero de uso público, perteneciente a 1as Torres

81
Carlos 0rlandc : -: 3re

del Parque. La solución se refuerza interconectanoo ]- tim*¡etas del parque con


las de las Torres a través de un juego de escalinatas en trwráe a Jorge Zalamea
y su poema "Sueño en las escalinatas", inspirado a s¡.¡ srzz err la ciudad mítica de
Varanasí. Por ello, no existe una distinción ense er e*rxrc público y privado,
sino que parque y torres parecen una extension n¡a¡=.i de un mismo proyecto
que se refuerza con una dermis común gracias a la r.aesu en la eiecución cons-
tructiva de ladrillo y la inclusión de plazas ciro¡la¡es r- Fas€crs que dialogan con
los del Parque de la Independencia. Ese pror-ecto omcE esaaco peatonal para la
ciudad, posibilitando una conexión con grandes logrss E(€icos r- formales, entre
el Centro Internacional, propiamente dicho )'lo= ba;r..t h¿htaconales al oriente
de las Torres, como la Macarena y Bosque IzquierCer. ru¿§ 3rmsarnente.

A tenor del principio de que Ia arquitectura puede hacEr ciudad, está entendi-
da como un diálogo urbano para el peatón, no solo corno cúliunto formal Para su
vista, Salmona realizaotra serie de proyectos en el centro Ce la ciudad en donde
tiene la intención de abrir el espacio privado de los coniur.tos habitacionales, con
circuitos de umbrales de carácter simbólico como arcos' PI'--'' dobles aceras que
permiten establecer de manera sutil los límites e inr-itan a entat'lar nuevas formas
de diálogo. Es posible citar los ejemplos del conjunto residencial \ueva Santa Fe
(1985-1987) y su relación con el Archivo Ceneral de la \acon-

Pero además de la Biblioteca Virgilio Barco como Ia m¿rima resolución de


la propuesta de una arquitectura que hace ciudad a tra\-es de ta construcción
y desarrollo del ejemplarizante parque-biblioteca, es preciso destacar su últi-
mo proyecto en el centro histórico de Bogotá, a petición del Fondo de Cultura
Económica de México. Se trata del Centro Cultural Gat riel García Márquez
(2004-2006), en donde Salmona, un arquitecto \-a consagrado, realiza algunos
de sus mejores gestos en lo que se puede catalogar como una magistral sínte-
sis de su trayectoria. Son tres aspectos que deben señalarse en este proyecto
en cuanto a la propuesta de la arquitectura como gestora de ciudad. Primero,
ofrece un espacio neutro, vacuo, una plaza circular en un sector abigarrado en
construcción, con carencia de aceras, espacios peatonales v lugares de estancia;
segundo, abre el edificio con un sistema de terrazas v paseos elevados que ofre-
cen una multiplicación de los recorridos públicos del edificio, los cuales gozan
de maravillosas vistas de la Candelaria y los Cerros Orientales; tercero, respeta
la tipología de la'calle, incluyendo gestos que simulan el ritmo de la arquitectu-
ra colonial, y los gestos mod.ernos de la carrera con un marcado perfil del siglo
XX, creando un edificio de doble fachada que hace las veces de bisagra formal
entre los dos estilos arquitectónicos.
Es posible sumar otra serie de nombres que se resisten a la tendencia inmo-
biliaria y que han seguido dialogando con las propuestas de Salmona. Pero es
justo anotar el proyecto llevado a cabo por Enrique Triana en el centro histórico
de la ciudad y vecino del Centro Cultural Gabriel García Márquez: se trata del

82
La ciudad desde la arquitectura:Bogotá a finales del siglo XX y principios del siglo XXI

Museo de Arte del Banco de la República. En Triana plantea diálogos entre


é1,
distintos tipos de arquitectura coionial y su edificio moderno a través de la
construcción de recorridos que interconectan la manzana interior y el conjunto
de edificios. Mantiene el revestimiento en piedra de los patios interiores, in-
cluye la restauración de otros edificios coloniales y unifica el estilo a través del
color y el revestimiento de la obra. Triana ofrece una serie de espacios para la
estaniia que abren el edificio al recorrido público y ofrecen un interludio entre
los espacios expositivos y los espacios abiertos.
Como conclusión, es posible anotar que los arquitectos y la arquitectura ex-
cepcional de las últimas décadas, ofrece posibles soluciones a los problemas y
paradojas que la ciudad fragmentada ahonda. Por ello, es preciso insistir en el
estudio y ,á.o.,ocimiento de sus propuestas arquitectónicas, ya que sus logros
pueden ofrecer criterios para el desarrollo de Bogotá en el presente siglo'

Referencias bibliográficas
Arango, S. (1993) . Histoiia de la arquitectura en Colombia. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia.
Colón, L.C., Escobar, A., White,W., Niño, C., Saldartiaga,A. (2003) 'Elpatrimo-
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Saldarria A. (2000). Bogotá siglo XX: urbanismo, arquitectura y aida urbana' Bo-
ga,
gotá: Departamento Administrativo de Planeación Distrital'
Téllez,G. (1991) . Rogelio Salmona, arquitectura y poética del lugar' Bogotá: Escala'

83
Contenido

Introducción 9

Primera parte
Excurso sobre la dimensión espacial de la ciudad L5

El crecimiento de la ciudad y los servicios públicos en Bogotá 17


Fabio Zambrano Pantoja

Pluralismo jurídico en Ia legalización de barrios de Bogotá 51


Natalia Pedraza
La ciudad desde la arquitectura: Bogotá a finales del siglo XX
y principios del siglo XXI 67
Carlos Orlando Fino Gómez

La movilidad del futuro en Bogotá 85


Andrés Felipe lara Moreno
La región metropolitana de Bogotá: avances y perspectivas
en la gestión ambiental regional 93
lair Preciado Beltrán

Segunda parte
Participación y construcción social del espacio 113

Contra el espectáculo: estrategias para una arquitectura y un urbanismo


inclusivos y socialmente comprometidos 115
losé Manuel Prieto González, Daniel Torrego Gómez, Ana locabed Baños Áloarez
Cultura ciudadana y recursos de uso común 151
Freddy Cante
O Universidad Distrital Francisco José de Caldas
@,lnstituto para la Pedagogía, laPazy el Conflicto Urbano
O Leopoldo Prieto Páez (Compilador)
Primera edición, noviembre de2017
ISB N; 978-95 8-5434-57 -8

Dirección Sección de Publicaciones


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Coordi nación editorial

LJD
Editorial
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Corrección de estilo
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Diagramación
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Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Carrera 24 No. 34-37
Teléfono: 3239300 ext. 62O2
üiit¡irilh Correo electrónico: publ icaciones@udistrital.edu.co
r$TOGilGN
Visiones alternativas a la ciudad de hoy / Leopoldo Prieto Páez
-
y otros. Bogotá : Universidad Distrital Francisco.losé de
Caldas, 2017.
362 páginas ;24 cm. (Ciudadanía y democracia)
-
lsBN 978-958-5434-57 -8
1. Ciudades y pueblos 2. Urbanismo 3. Arquitectura
4, Desarrollo urbano l. Prieto Páez, Leopoldo, autor ll. Serie.
711.4 cd 21 ed.
A1 584869

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis AngelArango

Todos los derechos reservados.


Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la
Sección de Publicaciones de la Universidad Distrital.
Hecho en Colombia
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