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LIMA _ PERU
2020
CAPITULO I
Felicito Yanaqué, dueño de la empresa de transportes narihuela salió de su casa
como todos los días de lunes a sábado a las 7:30, vivía en el centro de Piura y en
la calle Arequipa había ya estallado el bullicio de la ciudad, los altos veredas
estaban llena de gente yendo a la oficina al mercado o llevando a los niños al
colegio algunas beatas se encaminaban a la catedral. Los vendedores ambulantes
ofrecían chupetes, chifles, empanadas y toda suerte de chucherías, Esta mañana
alguien había pegado a la vieja puerta de madera claveteada su casa a la altura
de la errada de bronce. Un sobre azul en el que decía su nombre del propietario
DON FELIPE YANAQUE. Donde decía que a su empresa de transportes narihuela
le vaya tan bien, pero también es un riesgo, pero no preocupe nuestra
organización se encargara de proteger a transporte narihuela y como a usted y su
digna familia. En vez de firma la carta llevaba la figura de una arañita, Don Felipe
lo leyó un par de veces y le pareció un poco gracioso. Don Felicito recordó una
palabra de su padre antes de morir: nunca te dejes pisotear por nadie hijo eso es
la única herencia vas a tener, Yanaqué se fue a su empresa y por ahí mismo salió
para atrás porque recordó que tenía que ir a la estación de la policía a poner la
denuncia. Don Felicito le entrego la carta al sargento, la leyó muy cuidadosa
mente y le dijo que no lo tomara mucha importancia y que si pasara a mayores la
estación de policía se iba a encargar de inmediato. Molesto e indignado salió
Yanaqué de la estación. Camino y camino hasta encontrarse con una vieja amiga
que le agradeció mucho por las ayudas y consejos, pero Yanaqué le entrego la
carta a Adelaida, al ver la carta la señora, la huele, la saborea y le parece que
nada extraño. Yanaqué y Adelaida se pusieron a recordar aquel día del accidente,
que supuestamente le había escrito en la carta. No se trata de plata, sino que no
debe dejar pisotear en la vida se trata de eso no más comadrita.
CAPITULO II.
CAPITULO III.