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c\i,\1G.
rs i. ltlur."linu Gonzá1ezse queja contra e1
AGS'
rrailora del General Castillo", 1890'
i. i.rl.o", Boletín tle Agriatltura 1 (15 de
.::ttil'i ¿ti.d.
a
253 I
á,*+
campesina de la tierra, sino consoiidarla y orientarla hacia la econo-
mía del mercado. De modo simiiar, los resultados de ia privatización
fueron complejos y permitieron la titulación de tierras por parte de
campesinos y labradores corno también de empresarios urbanos.
La conversión de las tierras del común en propiedad privada de
particulares se ubica entre los acontecimientos más importantes de
la historia salvadoreña. Miles de parcelas previamente poseídas y
administradas por comunidades y municipalidades pasaron a
manos privadas. Campesinos, labradores y empresarios obtuvieron
títulos de tierras que ahora podían vender o hipotecar con mayor
facilidad, amén de administrarlas sin recurrir a las autoridades
municipales o comunales.
*:'
La abolición de formas anteriores de tenencia y administración
{1.- de la tierra alteró radiqalmente el poder de laq. co¡porac-ionqq2 como
g
U -¡:'lg. los municipalidades y las comunidades étnicas. Al perder su rol
"!t -
i tu' principal y las bases de su solidaridad y cohesión local. las comu-
r,nidades indígenas y ladinas tuvieron que buscar nuevas maneras de
$'mantener su identidad y su organrzación formal. No obstante, la
privatización de las tierras comunes también resolvió muchas ten-
siones y presiones que se habían estado desarrollando entre pro-
ductores campesinos y agricultores. lo que a su vez acareó nuevos
conflictos y contradicciones, algunos de los cuales todavía forman
parte del panorama agrario contemporáneo de El Salvador.
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la v orientaria hacia la econo- incentivos a agricultores y campesinos interesados en sembrar nue-
resultados de la privatización vos cultivos courerciales mediante el ofrecimiento de títulos a los
lación de tierras por parte de ejidos o baldíos que trabajaban.
S.,*
t de empresarios urbanos. Sin ernbargo, después de 1870, numerosos problemas asociadosl {i: .
mún en propiedad privada de con el uso de ejidos y la creciente densidad poblacional vinculada'
d§
imrentos más importantes de a la agricultura cclmercial persuadieron a muchos a cuestionar las \u¡*q
:e1as previamente poseídas y bondades de un sistema de tierras del común como base del bie-, i¡** '
municipalidades pasaron a nestar de campesinos y agricultores comerciales. Esta preocupación'
h,Hd'
res \¡ empresarios obtuvieron estaha relacionada con la promoción y diversificación de los pro-
:nder o hipotecar con mayor ductos agrícolas de exportación. Aunque los ejidos y las tierras {§
n recurrir a las autoridades comunales siguieron existiendo en la década de 1870, ya se habían
escuchado propuestas para abolir el sistema. La presión se mani-
d
de tenencia y administración t'estó inicialmente con respecto a las tierras comunales controladas
:r de i a_s- c ogppf a-ql gqgl,*gglgg o trabajadas por las comunidades indígenas, no a los ejidos. En
les étnicas.-Al perder su rol 1872, hubo una sc.licitud (probablemente ladina) desde Opico para
I r cohesión local, las comu- aLrolir la ley de 1869 que institucionalizó las comunidades indíge-
ue buscar nuevas maneras de nas y iadinas. Esto conllevó amenazas de violencia por parte de los
;ión formal. No obstante. la indígenas. 1o que persuadió al alcalde del pueblo a pedir tropas adi-
mbién resolvió muchas ten- cionales.t Como de costumbre, ladinos y blancos de todas las cla-
ldo desarrollando entre pro- ses veían a los indios como privilegiados, ineticientes y
que a su vez "acarceó_nu-glgs pendencieros, y consideraban que su control sobre las tierras era
de ios cuales todavía forman* ' injusto y antirepublicano, una prolongación hasta fines del siglo
áneo de El Salvador. xix de los privilegios de "casta" del período colonial. Estos recia-
mos tenían algún mérito en tanto chocaban con el ideal republica-
trtttct de la tierca no popular (al menos, entre ladinos y blancos) del derecho de todos
rras comunes tuvo preceden- los ciudadanos a poseer los rnedios básicos de subsistencia y a
'i e'tado salvadoreño decretó gozar de una igualdad formal; el liberalismo de finales del siglo xrx
líos o para otorgar títulos de equiparaba, popularmente, al ciudadano ideal con el labrador pro-
ran cultivos comerciales per- pietario <le sus tierras. El control de tierras, con frecuencia exten-'
soir ló por su tamaño, se dis- sas, por una población indígena cuyos números decrecíarri
pt,.cedores.2 Los ingresos de gradualmente, parecía un privilegio ante los demás que no tenían.
uda nacional. En casos como acceso a tierras a título gratuito.
iá-
ie 1deológicos y no conlleva- Una emergente clase media rural, formada por agricultores
nnismo de tierras del común. comerci al e s, campesinos emprendedores y comerciantes, constituía
r promover los productos de el núcleo de oposición al sistema de ejidos. Sus opiniones apare-
ocasiones, el estado ofreció cieron en varios artículos publicados en el Boletín de Agricultura el
''E
rtq
255
- \rü
año anterior a la abolicién de los ejidos, y contribuyeron a acrecen-
tar 1a oposición ai sistema. El artículo principal del segundo núme-
ro de la revista criticaba los ejidos como antieconómicos:
"Permaneciendo como hasta hoy esa multitucl de terenos conocidos
, con el nombre de ejidos, que por nuestras leyes se encuentran por
decirlo así sin dueño cleterminado, pues sus poseedores no pueden
considerarlos corno tales, se aleja de los agricultores el interés indi-
vidual que podrían tener con el trabajo fundado de la propiedad;
defraudánclose así al estado y al indiriduo .. uQu.,razon hay para
que sigan existiendo los ejidos que no hacen más que embarazar su
progresol) Un riquísimo , inagotable manantial de prosperidad se
abrirá a la Nación cuando por una providencia directa. incondicional
se reduzcan a, propiedad particular, tanto mas que, por lo general, se
componen de excelentes tierras de cultivo, pues ejercitándose en
ellos la actividad del dueño. se rnultiplicaría ésta considerándose
propietario. Se ha observado en nuestros puebios la costurnbre de dar
á los vecinos esos ejidos un canon determinado, cuyo producto sirve
para sufragar en parte los gastos de los municipios; y la recaudación,
además de ser enojosa casi nunca se hace con probidad y exactirucl,
no consiguiéndose por Io tanto ni aun este beneficio ... Las pobla-
ciones que tienen mas ejidos han sido y sor.r, por lo regular. menos
industriosas, por cuanto sus rnoradores, debido á la incertiduml¡re de
que hemos hablado, se contentan con sus siembras de poca impor-
tancia y sus frutos ies son srificientes para llenar las mas perentorias
necesidades, que es hasta donde llegan sus aspiraciones. Siendo de
propiedad particular dichos terrenos, se establecería en elios,
mediante la libre trasmisión del dominio, un gran núrnero de fantilias
nuevas. que llevando por todas paftes sus riquezas, artes, instruc-
ción, mejorarían positivamente las poblaciones tanto en Io moral
como en lcl material: 1o que nunca puede efectuarse bajo el sistema
de ejidos, pues es muy conocida Ia poca estimación que los aboríge-
nes de los pueblos tienen por los avecinados, circunstancia que los ha
estacionado desde la conquista.l
256
\ contribuyeron a acrecen- a pesar cle ios carnbios ocurriclos desde 1a década de ltl60, El
,nncipal del segundo núme- Salvador aírn carecía de una industria agrícola. También vinculaba
o antieconómicos: los cambios en la tenencia de la tierra a un aspecto importante de la
titud de terrenos conocidos estructura de clases salvadoreña:
as 1e1'es se encuentran Por Hace apenas unos años que los capiialistas han principiado á Íijarser
sus poseedores no pueden en la agricultura del café [1860]. En ninguna parte rie la República
asricultores el interés indi- han existido verdaderas haciendas cle cultivos variados. destinadas á
, iLurdado de la propiedad; explotar el terretto. A excepción de i¿rs haciendas cle ganaclos, las
uo ,.. ¿Qué razon hay para cuales exigeu algún capital para su compra y entreienimiento de los
acen más que embarazar su pastos, 1a mayoría de los gue poseen algúrr capital se dedican al
ranantiai de prosPeridad se comercio_, porque el cainpo exige trabajo asiduo y conocimientcs
encra directa. incotdicional especiales. La cría de ganado por otra parte proporciotlt especula-
rllls que, por lo general, se ciones muy lucrativas; se han necesitado así grandes porcioues de
i,ro. pues ejercitándose en terrenos venido á coiocarse en m¿lnos de tttlos pocos propietarios.
licaía ésta considerándose Pero 1o que en reaiitlad constituía una verdadera y pesada rémora
pueblos ia costumbre de dar para ia agricultura nacional, en un país tan pequeño como el nuestro,
;lnado. cuyo producto sir.¡e era esa mal entendida repartición de los ter-renos que el Estado había
runicipios; y la recaudación, concecl.iclo á las municipalidades y cier-tas comunidades de indígenas
:e ;on probidad y exactitud, ... Con la nueva ley de extinción de ejiclos se ha venido á reparar este
:ste beneficio ... Las pobla- gran vacío. dividiendo la propiedad en concesiones oportunas que
, sor1. por Io regular. menos deben redundar en t'eneficio de la agricultura dándole á Ia propiedacl
debido á la incertidumbre de un valor real. El progreso se generaliza, el país avanza, ias poblacro-
u: siembras de poca imPor- nes acrecientan su prosperidad y hay gran ventaja eu sustituir plantí-
:e l:rtar las mas perentorias os de poca importancia... por artículos ... que pueden exportarse'r'
su. aspiraciones. Siendo de
, se establecería en ellos, El autor después pasa a arlalizar otros problemas que impedÍan
r.un gran número de familias el desarrollo cle la agricultlrra nacional, como la escasez de rnano de
sus riquezas, artes, instruc-
obra y de crédito.
blacrones tanto en lo rnoral
ie etectuarse bajo el sistema Teodoro Moreno, senador por Santa Ana, antiguo gobernador
r estlmación que los aboríge- clel departamento y de lnomento presidente cle la Asamtrlea
ldos. circunstancia que los ha Nacional, redactó las leyes de privatización. Era el rtás elitencliclo
de todos los funcionarios relacionados con la administración del
\samblea Nacional Para que estado y la producción de café.' El año que se aprobaron los decre-
otro artículo exPre- tos de abolición de los ejidos, Moreno declaró en su discurso cle
'rguiente,
iudrcación de los egidos a su .iiiusura a la Asamblea:
ntre los vecinos de cada loca- Los ejidos, como sabéis, señores, fueron creados para proteger á los
.ta.rios y de agricultores, con hijos de esta tier:ra virgen corrtra las pretensiotles de k¡s conquistado-
res. lloy. señores, no hiry conquistadores, no hay diferencias sociales
. completarían Y Perfecciona-
ante ia ley. La cielcia, por otrc parte, rr-chaza corlo nociva ia sus-
aria á conclusioncs tan satis- tracción de la propiedad territoriai, y los ejidos nacla proclucen ia
".t Otro escritor afirmaba que,
251
na!:ión y filenos á los posl:eclores de ello¡. Era ya pi¡es una neccsidad
poner esas tieras en el conlcrcio cornün.t
*!
se habían clesarrollacio grandes desigualdades.'n Las propiedacles
t" : cornunales
i, ;; las estmcturas conexas reterdaban e[ desarrollo cle ]a
agdclliruIa nacionai a1 rrlantener incultas las tieras y al desalentar
it!
t
a campesinos y agricultoles de la siemhra de ctrltivos de largo
plaza, corng café, caucho y cacao. Los conflictcs entre rniemi:trgs
de la comunidad y de éstos c()n forastelos eran ilna amenaza al
ordell público. En gran medida, esta apreciación era conecta. Tanto
para los afrendatarios o inversionistas de fuera de la comunidad que
, r-leseaban accescr a 1as tierras comunales, como para aquellos
dentro
r1e la misma que aspiraban a ser aglicultoles colnerciales. el control
comunal de 1as tierras era trn problerna'
Debidc a que cada vez más carnpesinos producían para el mel-
cac1o. la distribución de las tierras no utilizadas fue un asunto con-
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flictivo. Estas fuercn adquiricias por miembfos acaudalados ile 1a
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ti conlunidad o permanecían ociosas. En muchos municipios, las
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mejores tierras pertenecían a las comur-ridades indígenas o ladinas
. r'::
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li¡ ,i,',. y. con frecuencia, éstas no permitían que las usaran los campesinr-'s
o agricultores cle otros pueblcs.r' En 1882. el Mini:;tro de
,1j
{"i' 258
''¡: /
Era ¡ a pues una necesiclad La supresión de esta institución anti-económica' que estancaba gran-
des porciones de temeno en poder de unas pocas personas Y que el
sistema de administración hacía regularmente improductivo con
rto caincidió con este anáii- daño de la riqueza púbiica, ha dado los beneficios que la ley se pro-
, por la tenencia municipal puso. La mayor parte de estas comunidades han sido ya extinguidas;
quedando a\gunas cuya división se ha dificultado pot varias causas'
siendo la más notable, la resistencia que la rutina y costumbres impo-
i del atraso, principaJrnente
nen á la implantación de las reformas, aún las más benéficas'''
.l .1 unA tradición. se obsti-
rrendándolos solamenie y Las políticas nacionales se habían orientado consistentemente
atuirr-. sus vecinos pára uria
err dirección a ia privatización. A finales de la década de 1870. ,
¿nras e.ientuales, inseguras, i
varias decisiones locales y nacionales permitieron la privatización
+11e. mantiene el espíritu de
l,rs pr,ret'rlos limítrofes que de las tieras ejidales sembradas con cultivos valiosos. pero estas
'
medidas tuvieron un impacto regional muy limitado.'' Un hombre
d: gr:bernación presentó el de negocios extranjero opinó sobre la tendencia a la privatización:
io¡ a ia Asambiea Nacional. Una de las causas que se oponen al desarrollo de la agricultura, es Ia
e 1as comuniclacles propieta- vinculación de las tierras á censo enfitéutico en mano de las munici-
palidades, pues es un hecho. corroborado por la experiencia y eleva-
.es e;rtensicnes que controla-
do al rango de ciencia económica incontestable. que las tierras
lmiiristración de estas tienas producen más al dueño que al que las cultiva con un derecho de pose-
uaiciades.to Las propiedades sión precario. Si esas tierias se redujesen á propiedad particular, sin
3tf,rdaban ei desarroilo de Ia que los municipios perdiesen su renta. la agricultura tomaría un
ensanche que no podemos calcular todavía' Dos sistemas podrían
¡as las tierras y al desalentar
seguirse para conseguirse ese resultado: ó bien autorizar á las muni-
emhra cle cultivos de largo cipaliclades para vender á los poseedores, o bien para ceder gratuita-
rs conflictcs entre mietnbros mente á cada uno su lote respectivo. reasumiendo el dominio útil de
LSlerOS eran una AmefiAZA Al que goza y el dominio directo que no tiene.'a
¡ue 1as usaran ios campesincs viajes de investigación a Cuba y otros sitios para estudiar nuevos
En 1882, el Ministro de métodos de producción de anicar y tabaco.'5
i¡ *i
L; 1 réi.:!
Pt st'^iff¡ 'i.-
chos podrían ser imPugnados'
Políticasdepromocióncleexportacionesyreforrnadelcltierrct
de las tie-
l} Las cliscusiones sobre los berreficios de la privatización
i'i
debates más
f ,ru, municipales y comunales tbrmaban parte cle unos
l! u,rptios soúr" Ia Lxpansión de 1a producción agrícola'
A finales de
* la,Jécada de 1870 yprincipios de la de 1880,
los intelectuales iibe-
debería ofiecer
rales habían ¿ifunáiáo 1a noción de que el estado
¿' y ciiversiticar la agricultura'
-uyor". incentivos pala expandir
LibrosCOmoLeccir¡nesyAputttamientos,publicadosenlST6y
.lSS3,respectivanlente,oÍ-recíanunapanorámicadelasregionesy
lasprácticasagrícolasdelpaís.coninformacióndetalladasobre
productostradicionalesynuevos,inclu,vendolosmétodosdepro-
blancc» y
cluccién, tipos de suelo y otras similares.'6 Intelectuales
261\
I¿
261
fueronefectivassoloenunospocosrnunicipioscomosantaTecla'
dondeladistribucióndelosejiciosestabaestrechamentevlnculada
aiaproduccióndecaféyazttcar.Laprivatizacióndelastierras
.orrrun"rocurrióalapardeuncúmulodernedidassimilares'gene-
ralmenteasolicitutld.,nupocasmunicipalidarJes,comoelofreci-
mientodecondicionesmásfavorabiesparaprivatizarlastierrasen
cuando estas se usaran
posesión o para, camprar,tier¡as qdicignales
para productos comerciaies o de exportación'
la agri-
A pesar de que las juntas habían tratacio de promover
culturaantesdeladécadade1880'susesfuerzoshabíansido
mayormente infructuosos' Sin embargo'
la Junta Central de
rápidamente y
Agricultura, creada alrededor de 1880' se expandió
estableciófilialeslocales",uLasjuntaslocaies,dirigidasporagri.
cultoresinteresadosenmejorarsusr]estrezastécnicas'supervisaban
aprtlpiados a las condicio-
los experimentos con ,**iliu' y cultivos
para viveros' También dis-
nes locales y compraban pequeños lotes
tribuían semillas y árboles entre todo tipo
de productores' Sus
locales y nacionales y, a
limitados ingresosirovenían de impuestos
veces,delaventaytitulacióndetierrasejidales.Laparlicipación
deloscampesinospalecehabersidolimitadaexceptocomorecep-
que se manif'estó durante
tores de árboles y sernillas' Un problema
todoelsiglofir.gque-ag¡icultores-yinversion-i§tá§eranproclivesa
-éntusiasmo :f'luctuación-en el pre-
perder el ante ia rnenor señal de
procluclo.r. Eran, por necesidad' bastante
conservadores'''
lin.g.- ¡, diversificando paulatina-
Los procluctos áe exportación se tueron
del valor
'mente, aunque el café y el añil representaban la mayor parte
,cle 1as exportaciones. Se añadieron
nuevos productos' como maderas'
se expandió y estimuló la
caucho y cacao. La ganatlería tamLrién
de tienas sin dueño que
incorpoiación de las grandes extensiones
décadas del siglo'" Aun en
fueron divididas y tituiaclas en las últimas
1os clepartamento con abun<lante
riego' como Sonsonate' más tierras
sededicaronalpastoreoclebidoalaescasezdemanodeobrayotros
tactores; la rnayor parte de 1os agricultores
y hace¡dados en
rneclida, a la ganadería." Pero
sonsonate estaban deáicados, en cierta
ciertosfnc:torespolíticosobstaculizaremestosestuerzosporpromo.
verlaagricultura.Debidoaiosconflictosregionaleseintemosolos
262
:ipios como Santa Tecla, problemas tiqcajgs en las eiácaeiasde"1880 ,v18Yü,1Ó§X§re.fltore5 v
estrechamente vinculada c'drnAiüñ-t"t a"a,rdálaclos debieron hacer pféslamos forzosos ai esta-
vatización de las tierras do. Los.ejempio rnás uotables se dieron <iurante elgotrienio de Fzeta,
medidas similares, gene- pero tambidn ocurrienrn en los gobiem3s de las presidentes Campt-rs,
alidacles, como el ofreci- Barrios Za1 ívar." Algunas de las cantidades en cuestión eran lnu)'
5,
lt¡-r
Diezañosnrástarcle,unanllevaleyreplantetiesencialmentelos
del gobierno de Ezeta
rnismos contenidos cle la de 188i' El decreto
del24deabrildelSgl,reconociriquemuchastierrascomunales
todavíanohabíansidoparceladas.Esinteresanteobservarqueuno
que firmó este decreto
de los diputados de la Asamblea Nacional
eraarendatarionoresidentedelastierrascomunalesdelzalcoyno
habíapagadoelcanondestleprincipiostleladécadade1880,mien.
trasintentabainscribirlastierrasasunombre..oMrtchascomunida.
y tit,lación
r,Ju, cumplido cc¡n la obligatoria parcelación
n,r habían
r l, á" la, tietras, o haúía, comenzaclo el proceso para luego revertirlo
\ t:o abandonarlo. Esto se debió, en parte' a resistencias locales' pero
:,fue entre las misntas
también resultaclo de 1os tremend.s coriflict<ls
debidos a los cambios de gobierno y al impacto
i de
,".*ri¿^des,
¡\n en el capítulo 8)' El
ias guerras regionales (ta1 corno se analiza
,.,
'i
J decretoafirmabaquecomolaaboiicióndelosejidoshabía..multi-
$ plicado"elvalord.lu,tierrasyacabacloconlosconflictosrelacio-
tradosconlaasignacióndetierras,laabcllicióncieiascomunidades
tenclríaelmismoefecto.Losgobernacloresclebíanprocederadis-
de 1882 que aboiieron
tribuir tierras de acuerdo a las disposiciones
iosejiclos.Losingresosprovenientesclelastierrassedistribuirían
entre to<ios ios miembros <1e ia comunidad'
y las municipa'lidades
seempeñaríanenresoh,ertodasiasclisputaspendientesrelaciona.
das con las tierras comunales' El decreto
otorgaba un plazo de seis
plazo' el estado tomaría
meses para la pari:elación; ai vencer ei
posesión de las tien-as sobrantes'
los decretos de la
Después de dtezaños ¡Je conflictos y retrasos'
décadaLlelsgOincrementaronelpapeldelestadonacionalenei
procesocleparcelación.Aldecretodelsgllesiguierorrdirectrices
másespecíficasparalaparticióndelastierrascomunales.L,os
archivos.o*unul*,cieberíanserintegraclosalosarchivosmunici-
palesytodoslostítulosentregadosalosgobernadores.Losgober-
que tomarían las
nadores también nombrarían a 10s agrimensores
meclidasyelaboraríanlosmapasdelodosloslotesexistentespara
debían asegurar una
levantar el catastro. Los gobernadores también
mecliciónjustayobjetivayresolverlasclisputasconexas.Además.
de la comunidad a
otorgarían títuios cle propiedad a cada miembro
264
eplailteó esencialmente los
cambio de un arancel de 2*5 centavos. Los poseedores
:reto del gobierno deEzeta tendrían que
pagar 1.875 pesos por cada manzana (0.67 hectáreas)
muchas tieras comunaies que titularán.
Esto eq,ivalía a los seis pagos cier ca,on de 31.5 centavos
teresante observar qlle uno por man-
zana que estipulaba la ley original de 1gg1, los cuales
nal que firmó este decreto ahárapoclí-
an pagarse e, cuatro cuotas anuales, más un recargo
s comunales de Izalco y no basado en una
tasa de interés del 9 por ciento. Los peticionarios
e la década de 1880, mien-
tamtrién pagarían
un impuesto del 5 por ciento a ra m¡-lnicipalidacl. Toc]as
Iás tierras
Trbre.ro Muchas comunida- sobrantes se venderían públicamente y los ingr:esos
ia parcelación y titulación cle clichas ven-
ras y tifulaciones se distribuirían en forrna pareja entre
)ceso para luego revertirlo todos los
miembros de la comunidad después de descontarse ros gastos.
t resistencias locales, pero La
ley que privatizó los ejidos estipulaba la conservación d! Ios
onf-lictos entre Ias mismas bos-
ques si éstos no habían sido repartidos.r,
sobierno ,v al impacto cle
La legisiación posterior buscó favorecer a cuarquier poseedor
hza en el capítuio g). El
le los ejidos había ..multi-
de tieras que hubieran siclo nacionalizadas por carecer
propiedad (fueran estas tierras sin dueño o antiguas
de título de
¡!'
"i,
con los conflictos relacio- tienas ejidales
o comunales) al ofrecerle todas las tacilidacles para titularlas,
lición de ias comunidades aun si
hubieran sido denunciatlas por otra persona. Generalmente,
es debían proceder a dis- estas
disposiciones se cumplían con algunas notables excepciones, .*.
Les de i882 que aboiieron cuan-
do la fuerza o la manipuración del proceso administrativo-judiciar
las tienas se distribuirían
desembocaba en expulsiones y apropiaciones ilegales"
iii. 1, ias municipalidades Después de 189r, argunas municipalidades solicitaron
itas pendientes relaciona- que ias
tiemas que no habían sido tituladas de acuerdo a los
otorgaba un plazo de seis decretos ante
riores f'ueran distribuidas. La mayoría de estas solicitudes
piazo" el estado tomaría no fueron
aprobadas. Más bien, er gobierno decretó que estas
tiemas se ven-
clieran a precios establecidos por d.s evaluadores, uno
etrasos, Ios decretos de la de los cua-
les sería nombrad. por ros solicitantes. Aunque er resuitacro
iel estado nacional en ei siempre file el mismo. los precios podían, a veces, ser
ri le siguieron directrices más altos que
si hubieran sido tituladas a principios cie la décacla de 1gg0.r,
2
tierras comunales. Los Durante las décaclas de i 880 y i g90, el proceso de privatización
rs a los archivos munici- 0.¡b
enfrentó una serie de obstáculqs.. A pesar de la necesidad
robemadores. Los gober- un procedimiento ordenado, las autoridades locales
de ,,P
, t,=
a menudo Í
:nsores que tomarían las pretaban la ley como mejor res parecía, haciendo caso *J
los lotes existentes para omiso de inci
sos que, según ellos" iban en fi
J¡
bien debían asegurar una I
-juzgaban contraproducentes. fiscalizaron el
'putas Conexas. Además, ce§ó denná máñerá-ire§ilár. A veces, importante
s documentos
1
mbro de la comunidad a o
iibros de registros desaparecían de los archivos. como en
189r§
265
cuando el nuevo gobernador cle Satrta Ana adviltió la ausencia cie los
libros <it-inde se anotaban ias cuotas anuales. En esto caso. lcs ejida-
tarios tuvieron que Conlprobar que habían pagado tr¡clas las cuotes
para que les devolvieran sus títulos."' Lin problema siniilar surgió
cuando i-ln grupo cle campesinos de Ia abolida comllnidad ciel volcán
cie Sanfa Ana solicitó la rlistribución de tieruas indivisal. Si bien era
sabido que los títulos habían siclo deposita-dos en el archivtl riel
gobernadgr cuando 1a c6munidad dividió sus tieras, los documen-
tos no fueron encontraclos.:'''No obstante, la rnayoría de eampesiilcs
de la región puclieron reclarnar sus lotes en virtud de su penenencia
a la comunidacl voicaneña. Muchos, sin embargo, perdieroil sus tie-
ffas por deuctras, o por venta, a principios del siglo xx'r'
266
i ',i
r acivitió la ausencia de 1os deseaba Iimitar los abusos en la distriLrución de la tierra. En la ciudat
ies. Eri este caso. lcs ejida- de La Unión, por ejemplo, el alcalde recibió título de propiedad sobre
in pagado to<las las cuotas todo ¡¡n valle, mucho más de las 34 hectáreas que poseía. En este
n problema sirnilar surgió caso. se despachó una queja al N{inistro de Gobernación y ei título
;iida comunidacl riel volcán del alcalde ftre revocado y ei funcionario quedó clespedido. Las tie-
ien'as indivisas. Si bien era rtas baldías se distribuyeron enü'e los pobres del pueblo.'o En San
rsitados en el archivo del Julián, el alcalde fue multado por otorgar títuios ilegales a personas
ó sus tierras. los documen- que no eran los verdaderos poseedores.3'
. 1a mayoría de campesiiros El gobierno nacional y las autoridades locales intentaron a tr#6
en virtud de su peñenencia tar sutlcientes tierras para los campesinos pobres, con .*;'rS*P,
embargr:, perdieron sus tie- rnediante cuotas rnódicas y la distribución de pequeños lotes de tie- Ptu'
s ciei siglo xx.t' rras baldías a quienes no podían pagar. En algunos sitios, el tama-
ño de los lotes estaba Iimitado a 3 hectáreas y, como en todas
otttun.idc¡des pafies, ia tierra se concedía con la condición de que una cuarta parte
uiarizar y siraplificar ei sis- se sembrara con cultivos comerciales "permanentes". En algunos
rlri ros elidos y las tierras municipios. la cantidad totai de tierra distribuida de esa rnanera fue
ilererte. Antes cle 1880, la considerable. La municipaliriad de Usutrután había solicitaclo per-
stirrciones sobre el uso y la rniso en 1882 para vender a los pobres 1.800 hectáreas todavía "no
L nivel nacionai cúrlio local, medidas ni cercadas", en parcelas de 5 hectáreas y sin costo, y lotes
ir¡luaban. especialmente ahí rnás grandes, de -5 a 20 hectáreas, a 3 reales por hectárea. San
bía sr¡scitado el tema de la Rafael distribuyó 540 hectáreas de fonna semejante, y
orras complicaciones cllan- ''Guaimango", San Alejo, Santiago Texacuangos" Jicalapa y San
te s inténtarcrndirnidir o'vbn- isidro, entre otros, siguieron ei ejemplo. En Jiquilisco, se distribu-
e las cualq;- poetrían-habe+ '\'eron 2.700 hectáreas de baldíos en parcelas de 10.7 hectáreas a 1
e 1os elecretos de privatiza- peso por cada0.7 hectáreas. con cuatro años de plazo.tt
n \ vetta se ai:eicábAa-tós El proceso de división y privafízación cle las tierras comunales,,' {**&'Y
:meraL,les disputas sobre la aunque rápida en ciertos Iugares, tard<1, generalmente, unos veinti-i f-#
*:+
I
ación de los títuios colonia- .inco años, plagados de conflictos en aquellos sitios donde la tradi- bs*
dicicnes y Ce resoluciones e ión iocal o la resistencia de la comunidad retrasó la retbrma de las ,F
261
Santa Elena, Guacotecti, San Buenaventura, Nueva Concepción,
Tamanique, El Rosario, Cacahuatique, Suchitoto, San Alejo y
Armenia habían sido vendidos totalmente.ao
Varios ministros de gobemación informaron durante la década
de 1880 que la división cle tierras locales había concluido, pero al
promulgarse alguna nueva legislación que facilitaba la tituiación o
simplemente reconfirmaba las disposiciones existentes. surgía una
plétora de nuevas peticiones de títulos y denuncias de tierras no ins-
critas. Los decretos de la década de 1890 que conf-irmaban la abo-
lición de las comunidades y prolongaban el plazo para la venta de
las parcelas ejiclales sobrantes tuvieron este efecto.*l Esto sucedió
serbre todo en 1as tien-as comunales poseídas por miembros de algu-
na comunidad pero controladas por un pueblo. Algunas disputas
sobre linderos se prolongaron hasta el siglo xx.
A principios clel siglo xx, se apearon algunas tierras que habían
sido medidas y divididas, pero nunca tituladas. En 1901, por ejern-
plo, se enviaron topógrafos a rnedir la montaña de Quezalapa, partes
dei volcán de Santa Ana, y San Miguel de Mercedes." Toclavía en
1912, un grupo de indígenas de Coatepeque solicitó la di.¿isión y titu-
lación de 165 hectáreas en la hacienda "San .]osé de las Flores". que
la comunidad había "comprado al rey de España y que fue tituiada
durante el gobierno deZaldíyar". El título de la comunidad estaba en
poder del Tribunal de Hacienda, el cual dictaminó que la solicitud no
estaba comprendicla dentro de las disposiciones de un decreto recien-
te. Sin embargo, ia Corte Suprema falló a manera de permitir la divi-
sión de las tierras por el N4inisterio de Gobemación.al
."-e:::ryffi 268
f
\
tura. Nueva Concepción, de las tierras eiidales se había dividido entre propietarios particulares
Suchitoto. San Alejo y y recomendaba clue los ingresos de las venias posteriores quedaran
bajo control nacional.'Aun así, la privatización no fue algo simple;
nnaron durante Ia década invoJucró a campesinos, especuladores urbanos, pclíticos locales,
s había conciuido, pero ai of-iciaies <iel ejército y affesanos cle puebio. todos los cuales se bene-
Le facilitaba la titulación o ticiaron. Inciuso aquellos que luego se conr,irtieron en acaudalados
Ines existentes. surgía una empresarios reclamaron algunas parceias relativamente pequeñas.
lenuncias de tiertas no ins- Altiedo Schlesinger, un empresario adinerado, solicitó título de 4
J que confirmaban ia abo- hectáreas en Santa Ana. en tanto Juan Mathé Sol recibió título de 2.7
r ei plazo para la venta de hectáreas en Ei Progreso. Estos lotes probablemente eran contiguos
este efecto.o' Esto sucedió o cercanos a algunas fincas qtle ya eran de su propiedad, o que pose-
das por miembros de algu- ían o alquilaban.o5 Los agricultores en grande estaban interesados en
pueblo. Algunas disputas absorber los lotes más pequeños, incluidos aquellos comprados a
s1o xx. canrpesinos o titulaclos como sus propios lotes c.iitlales.
a1-eunas tierras que habían El costo de los lotes estaba cleterrninado por ios cánones que el
rladas. En 1901, por ejem- poseedor debía a 1a municipalidad. Esta disposición ocasioné aigu-
Intaña de QuezalaPa, Partes nos problemas en aqueilos lugares donde nunca se había cobrado el
de Mercedes." Todavía en canon. En l,islique (departametlto de La Unión), los residentes
:e solicitó la división Y titu- aportaban <linero para cubrir necesidades locales en vez de pagar el
ian José de las Flores", que canon. El presiilente debió decletar una clisposición especial que les
: España y que fue titulada permitía pagar 3 pesos por mallzana en cuatro cuotas anuales' En
r tle ia comunidad estaba en Nueva Esparta (departamento de Chalatenango), no se pagaba
xctamlnó que la solicitud no alquiler. Los lotes estabatr valoraclos en aproximadamente 1 peso
ciones de un decreto recien- por manzana y tendían a ser aproximadametrte clos veces más gran-
I rl'rtrt.rert de permrtir la divi- des (15.3 hectáreas) que el promedio de los lotes ejidales en los
pueblos de occiciente.*6 Esto significaba también que ei costo de
'ohemación.al
adquisición de la--.tierra no era uniforme y reflejaba costumbres
iles anteriores más que las condiciones dei mercado. En lugares donde
nún de El Salvador eran eji- la municipalidad había recibidr¡ tierras en calidad de donativo de
i alquiler de ejidos se había individuos. colno en Armenia, los ejidatarios rehusaron pagar los
t860 y la década de 1870,1o seis cáno¡es exigidos para recibir sus títlllos. Otras municipalida-
mas de linderos Y, en conse- des solicitaron que se eximiera a los campesinos pobres de los
per-
;taban preparadas Para admi- pagos por la titulacién de los lotes ejidales. A uluzuapa se le
rción con las comunidades mitió, en 1882, vender las tierras a l2 reaies por manzana, después
cie que la municipaliclad solicitara que se titularan
sin costo alguno
re seneralmeqte muY directa'
debido a la pobreza imperante y la ausencia de pagos del
canc¡n'
nfontaba que la mayor Parte
2(¡9
En Cuscatancingo, se permitió a los ejidatarios comprar tierras a2
reales por manzana, en vista de que no habían estado pagan<io
alquiler. Durante los primeros años de la división de las tien'as, se
concedió a docenas de municipalidades una reducción del precio de
los ejidos o un plazo de pago mayor. En algunos lugares, los ejida-
tarios que habían sembrado café recibieron concesiones especiales,
tales como un impuesto de titulación menor. Se concedieron
muchas solicitudes de prórrogas de plazos.oT
e
iyl
También hubo diferencias entre lugares con tierras ociosas y
i aquellos que habían dMdido todas sus rierras. En 1882. San Miguel
de Mercedes (deparlamento de Chalatenango) pudo iclentificar sólo
12 parcelas adecuadas para sembrar maíz y añil, y estas tenían un
prornedio de unas 17 hectáreas. En la ciudad de Chalatenango, el
gobemador encontró sólo tres lotes baldíos para vender en subasta,
después de distribuirse los ejidos. Medían 7,5,3,5, y 23 hectáreas y
eran adecuados solamente para ganado y añil.os Con frecuencia, el
gobierno otorgó tierras adicionales a algunos municipios que carecí-
an de suficientes ejidos para entregar lotes a todos sus pobladores.
En 1882, al pueblo de Opico (departamenro de La Liberrad) se le
concedieron 270 hectáreas de tierra adicionales para distribuir entre
las personas sin ejidos, o que no eran comuneros.*n LJnas pocas
municipalidades, como Nueva San Salvador y San Pedro Nonualco,
solicitaron permiso para quedarse con ciertas tierras como reserva,
puesto que servían de protección de sus luentes de agua.,,,
EI proceso de denuncia y titulación de tierras provocaba fre-
cuentes conflictos, algunos de los cuales se mencionaban en el
periódico oficial. En 1882, unos residentes de Usulután se quejaron
de que cuatro personas habían comprado todas las tierras que sobra-
ron después de la división de los ejidos, mientras otros seguían
siendo pobres. Solicitaron al gobierno que recuperara dichas tierras
para venderlas a los pobres del pueblo. Un decreto reciente que
:s
B' otorgaba un plazo mayor para la distribución de e.jidos, tarnbién
exhortaba a vender las tierras sobrantes a tantas personas trabaja-
doras y necesitadas como fuera posible. Los funcionarios de
gobierno adujeron que se necesitaba más tiempo debido a la ava-
lancha de solicitudes de títulos y porque algunos todavía no habían
:r
210
atarros comprar tietas a 2 solicitado sus títuios, por negligencia o ignorancia. La venta ele tie-
o habían estado pagando rras sobrantes también se pospuso para que ios poseedores se ani-
i dlvisién de las tierras, se maran a presentar su solicitudes.5'
na reducción del precio de La oficina Generai de Estadística. establecida en I gg2, debía
algunos lugares, los ejida- recibir ios infbrmes mensuaies de tocros los alcaldes en relación a su
rn concesiones especiales, distribución de iítulos. [.a oficina declaró que, después de los prime-
menor. Se concedieron ros nueve meses, ios alcaldes dejzLron de enviar sus informes de los
)s. -- títulCIs entregados y que Ia oficirra no tenía manera rje saber cuántos
Lres con tierras ociosas y títulos se habían oiorgado después de ras cliversas prtirogas para titu-
rras. En 1882, San Miguel lar las tieras ejidales." Aunque incompletos, los clatos dei cuadro 7.1
Lnso) pudo identificar sólo o{'recen alguna idea de cóino avanzó la titulación. Los tres departa-
z v añil, y estas tenían un mentos con las mayores extensiones de tierras ejidales tituladas
-La_,
Ludad de Chalatenango, el Libertad, Ahuachapán y usulután- eran 1os más estrechamente vin-;
os para vender en subasta, culados a la expansión del café en la década de l gg0. Los lotes titu-
r 7.5. 3.5. y 23 hectáreas y lados fuera de estos departanrentos caf'etaleros eran más grandes. Eni
añi1.a8 Con frecuencia, el cluscatián, San Miguel y La unión, el tamaño promedio de los lotes
nos municipios que carecí- era mucho más grande que en cualquier otro lugar. Los lotes en estos
es a todos sus pobladores. departamentos medían un promeclia cre2.4 hectáreas por título y esta-
:nto de La Libertad) se le ban valorados en 1 "5 pesos por hectárea. En su conjunto, la tinca pro-
rnales para distribuir entre medio tendría unas 6 hectáreas, el tamaño típico de una finca
comuneros.oe lJnas pocas modesta que proporcionaba 1o suficiente tanto para Ia subsistencia
lor 1' San Pedro Nonualco, como para alguna producción comercial.
:rtas tierras como reserva.
Cuadro 7.1
uentes de agua.5o
de tiel'ras provocaba fre- Resurtadosrfl
:lif :i:Jftffi]li'Jit"lrderosejidos,
es se mencionaban en el
:: de Usulután se quejaron
rodas las tierras que sobra-
s. mientras otros seguían
e recuperara dichas tierras
Un decreto reciente que
rución de ejidos, también
a tantas personas trabaja-
rle. Los funcionarios de
s tiempo debido a la ava-
algunos todavía no habían .lenle: Bolefin de Agricttltura 2 (l de lebrero de i884): 52
s. +. r{: 271
En el departamento de santa Ana, se habían
distribuido casi
8'700 hectáreas hasta rgg3, una cantidad,iez
veces mayor que ia
de san vice,te, un departamento de t¿lmaño
similar ¡u", .ruo.o,
7 '2 y 7.3). Los clatos cle santa
Ana, como ros cle san vicenre, nir
incluyen las extensas tierras comunares de
inciígenas y radinos cie
coatepeque, Charchuapa y santa Ana, y no
es posibre determinar
con precisión er número de títuros emitido
en cactra departamento.
Cuadro 7.2
División de q'idos en el departamento de San
Vicente, 1882
Cuadro 7.3
División de ejidos en el departamento de Santa
Ana, l gg3
272
.se habían distribuido casi En La Libertad, uno de ics pocos depanarnentos que eiaboró un
ad diez veces mayor que la informe sobre la pailición de los ejidos al cabo del pr:imer año, se
amaño sirrilar (ver cuadros distribtryeron unas 37.-5ü0 hect¿íreas cie tierras vaiorad¿rs en 64"494
rmo los de San Vicente. no pesos (ver cuadro 7.4). pera el informe no dice cuántas personas
s cle inclígenas y ladinos de recibieron estas tierras, ni inciuye tres comunidades indígenas
\ no es posible determinar (Opico, Quezaltepeqile y Masajapa)." Si bien era predecible que la
:ido en carla departamento. rnunicipalidad de Nueva San Salvador huLriera titutrado miles de
hectáreas, otros municipios, algunos con apenas unos pocos cente-
nares de habitantes, terminaron plivatizando una cantidad similar
cle tierras (ver cuadro 7.5).
¡ de San Vicente, 1882
Un problema particular surgió en aigunos pueblos de la costa
is
r*ts) clel b¿íisarno donde, corxo en Teotepeque, Ios indígenas reclamat:an
derechos de posesión sobre los árl-roies sin poseer o reclarnar las tie-
rras. La solución, que seguramente provocar'ía conl'lictos, concedió
Cuadro 7.4
Di.¡isión de ejidos en el departamento de l,a Liberad, I882
'i1
iii Cuadro 7.5
lli
Fuente: "Libro compuesto de 96 f§as...en que se notan los títulos cie propiedad de terrenos ejidales
estendidos por esa alcaldía", I 882, .ruil-ss.
--h- /- /+
En otros casos, las haciendas que venían acareando conflictos con p"**
ilaoos en Nueva San Salvador. ejidos o comunidades colindantes se dieron cuenta de que resultabp 'b#
más fácil insistir en sus reclamos. sin embargo, ras autoridacles locf
les no estaban automáticamente predispuestas a favorecer a los terrd-
tenicntes poderosos. Al fin de cuentas. tenían un largo historial dq r
defender y ampliar los reclamos locales sobre las tierras comunes. Ent
lugar de apoyar a terratenientes lejanos, estaban más dispuestos a
t
É
ti
r.",ft]q
f,avorecer a los residentes locales que tenían fincas o haciendas en ej
municipio y, además, participaban en la vida local, quizás por algún
nexo familiar con funcionarios de la administración local.
:::::rcs ie propiedad de terrenos ejidales Las denuncias contra hacendados se presentaban con frecuen-
cia. En 1873. ei gobierno nacional otorgó tierras en er vecino bal-
dío del volcán de san vicente al municipio de Tepetitán. Los
lero permitió libre acceso a hacendados locales cercaron estas tierras, y ra cornuna carecía de
i que dañara los árboles de documentos para hacer valer sus derechos; la documentación del
caso se perdió, supuestamente, en el incendio del palacio Nacional
nr.urrias de tierras, general- en 1891, que destruyó la mayor parte de los archivos clel gobierno.
,rotlían comprobar su uso y Dos hacendados, Domingo velasco y Guillermo cárcamo, tomaron
r,r\ lLlgares donde ias tierras posesión de una porción de estas tierras, en tanto que otros en el
,
'- rriis pobres. sc impusie- pueblo no tenían nada. La municipalidad solicitó al gobernador que
srillbrar az,úcat. bálsamo o les diera posesión, de acuerdo con un decreto de 1859 que cedía las
Fr'il. himalcc. Atiquiza¡ra. tierras y una orden judicial de 1873 que les otorgaba posesión.ru
Jos 1cs lotes ejidales fueron Los conflictos ocurrían con mayor frecuencia cuando los fun¡
: cu¿rrta parte cle su capaci- cionarios de la comuna se percataban, clurante la división cre ' "l
: ie 'iargo plazo"" I-os eji- dos, que los linderos estaban mal definiclos o se .orfrrdírrlt:;l-'J
nidostotalmenteyalos propiedades vecinas. Tales conflictos. como el que se dio cuando
:e propieilad se les permitió los representantes de Cuisnahuat y caluco impugnaron unas 225
a iet.55 hectáreas, desernbocaban en el estudio de cualquier documentación
€e ialmente en el centro y el de la colonia o de principios del siglo xtx que ca«la una de las par-
rabian tenidc¡, durante déca- tes aportara en apoyo a su causa. Sin embargo, la interpretación que
id.rles. amparados por dere- prevalecía era usualmente la que extelxaba el gobernador o el
:o de tierras comunates. LQ,= rninistro. El gobernador falló a f'avor de Cuisnahuat, sobre todo por-
i..-lr,s perrnanerites a precios que las tierras habían estado en posesión de sus gentes durante
,¡ de r.ienuncia. titulación y décadas. cuando el ministerio ordenó un levantamiento, se encon-
e nrodo que los hacendados tró, sorpresivamente, que las tierras en disputa no estaban dentro de
:al ias tierras ilegahnente. los ejidos de ninguno de los pueblos. Los poseeclores de cuisnahuat
275
cn una situación
que solicitaron la titulación se encontraban' pues'
precariapuestoqueahorateníanquereclamarlastiemasencalidad
c1e baldíás y se arriesgaban a entrar
en conflicto con las haciendas
vecinas."Unaresoluciónsimilarenl36Tprocuróresolverunas
disputas entre lshuatán, Teotepeque y Cuisnahuat'5*
para
El resultado <1e la privatización fue menos que favorable
y cam-
algunos campesinos de Guacotecti, donde los agricultores
p"riooriocalessembrabanproductosdesubsistenciayañil'Sin
L*bargo, carecían de tierras para extender sus cultivos'
ei gobernador
Anteriormente, tenían suficientes tierras pero, según
..Con la ley c1e extincitín de ejidtls tan benéfica aparentemen-
local,
1a propiedad que
te en sus resultaclos, los redujo á la miseria, pues
vino a parut á
es la que constituye la vida para la clase proletaria'
manoscleunospocosqueaunnC)sondelajurisdicción.Sepalpala
necesidadquetienenestoshabitantesdetiertasparamejorarde
de acceso a la tie-
conclición".ro sin embar-qo. además cle 1a pérclida
prtltrlemas
rua. la caíc1a <lel precio clel añil también contribuyé a ios
económicos de la región.
Laprivatizacióndelosejidospresentónuevosretosyoporttlni_
dadesalasmunicipalidacies'Losingresosporlaventadelosejidos,
ya sea como unidades
!como tarnbién de la subasta cle lotes baldíos,
a los rnuni-
,i;;; pequeñas pat"celas' fueron generalmente asignados
;t.ipio. pár, ,., destinados, a veces, a la educación pero' con
ma'vor
i ir."u.u.ia, a las juntas agrícolas locales'60 [-a mayor parte de los
cánoneS generados
pueblos más pequeños habían dependido de los
sus ejidos para cuhrir los gastos locales'
pero la vellta de las tie-
por
^,,u,p.ouo,aríaunadismintlcióndeestafuentedeingresos.6,En
toclocaso,larecauclacióndelCanonsiemprehabíasidoerráticay
sujeta al favoritismo. Eventualmente' el ingreso
del canon f-ue
reemplazado por varios impuestos locales a
la producción' Si bien
eit inireso poi tu venra ele las
tieras era de los pueblos, la división
vlatituiacióntainbiénconllevabangastosa<licionales.Hubo,ade.
En
Le*, .,nu enorlne variedad en los ingrest-rs por las ventas'
Chalatenango,dondeladistribucióndelosejiclosserealizósintro-
pesos efl un distrito y
piezos, el ingreso por ventas alcanzó 4'000
388 pesos en otro.ur
r, procuró resolver unas manecían sin dividir o sin titular. Los resulta§p;_fue1oq.1p_riy Sif_e; I
snahuat.tB
rentes de una región a otra. Los munici¡.rios pequeños. corno
"Guaimango", tenían pocas propiedades remanentes. Las 42 parce-
#
renos que f'avorable para
e 1os agricultores y cam- las que listaron fluctuaban entre i y 80 hectáreas.63Muchos lugares
s.rbsistencia y añil. Sin no cumplieron en absoluto con esta exigencia, fuera por descuido o
porque ya no tenían tierras. Pero en otros lugares quedaban abun-
ertender sus cultivos.
rero. según el gobernador dantes tierras aunque, probablemente, de la peor calidad.
¡n benéfica aparentemen-
Los baldíos yla "fronterct ttgrícolct" cle la reJorma
ra. pues la propieclad que
proletaria. vino a parar á Aun antes de la abolición de las tierras del común, el gobierno
a ruilsdicción. Se palpa la había empezado a incentivar la venta de baldíos nacionales para
r tjerras para mejorar de promover la agricultura y ofrecer buenas coirdiciones de venta. A
,f"*{J-
¡erdrcla de acceso a Ia tie- finales de la déc_ada cle 1870, se privatizaron sisternáticamente algu- |X*,i¡:
,ntribuyó a los problemas nas tierras nacionales que estaban ocupadas, y se dirridieron en
pequeñas parcelas para que los campesinos pudieran comprarlas.
, nuc\ l.'ls retos y oportuni- Un ejemplo es el b{dío Achapuco, en Ahuachapán, dividido en
prrr la venta de los ejidos, 1874 entre 38 individuos. Las parcelas eran pequeñas, aunque rela-
rl:. \'& sea como unidades tivamente baratas, a un precio promedio de 15 pesos.ua En las déca-
nte asignados a los muni- das--de.,1880..y 1890, las municipalidades y el gobierno nacional
,1r:e aui,in pero. con Ina)'or también distribuyeron, vendieron y titularon cantidades enormes de
*' La mayor parte de los otras tierras disponibies fuera de los ejidos. Laprivatización de los
Je los eánones generados ejidos también impulsó a los municipios a reclamar Ios baldícr§:
l:. De ro la venta de las tie- adyacentes para dividirlos entre sus residentes o venderlosf
lirenie de ingresol.ot E, Eventualmente, esto resolvió algunas situaciones ambiguas sobré
r¡rc h;.rbÍa sido enática y' -
los derechos de posesión, incluyendo el de las tiemas qlle se creían
comunales pero que fueron flnalmente tituladas y distribuidas
-
1 rngreso del canon fue
- a la producción. Si bien como ejidos por haber sido abandonadas.6' Otras tierras no recla-
1e los pue'blos, la división
madas fueron denunciadas por ios puebios que, al venderlas, recla-
,s ;rdicionales. Hubo, ade- maban todos lo ingresos o parte de ellos. Esencialmente, los
'esos por las ventas. En rnunicipios podían vender o distribuir. con la autorizacién cones-
,s eJiclos se realizó sin tro- pondiente, todas las tierras no reclamadas y sobre cuya propiedad
,1-)1) pesos en un distrito y no existían pleitos. A veces, los gobernadores se encargaban de este
proceso, quienes después distribuían ia tierua. (ver cuadro 7.6)
2"t7
\t"1
Cuadro 7.6
Compra de lotes "denunciados" en el baldío Cara Sucia, 1891
Fuentes: "Cuadro clue manifiesta las cantidades en e1tctivo...", 25 de lebrero de 1892, ACN-cM-MH;
"Cuadro No. I cle las causas civjles feuecidas en rl Juzgado General de Hacienda", 25 de f'ebrero de
1892, .rcx-cr,r-uu.
718
pagar el precio de -su ¡sspscti.¿o loie a plazos }argos o con partc cle
iÍo Cara Sucia. 1891
sus cosechas anuales". El autor elogiaba ia abolicidn de los ejiclos
y las comunidaces y clefinía la meta en térrniros de "aumentar cl
I nümero de nuestros propietarios: en lo cu¿ll no se hará ofra cosa que
aumentar el número de los <ieÍ'ensores de [a patria, el de los horn-
L:res verdaderarnente indepenciientes y cle los hombres dign<;s y
honracics, sostenedores leale s tJe nuestras i nstituci orres',. í,6
Con la llegada dei nuevo siglo, corrtinuaba activamente la
denuncia de baldíos (ver cuadro 1.7). En I882, ;:l ministro cle
hacienda informó que ei sobierno ¡racional era propietario cle urras
15.000 hectáreas de baiclíos vaioradas en Z2.AA0 pesos..7 Sin
embargo, la identificacirirr _u- <l*nuncia de b;rldíos era siempre un
proceso continuo, especialinente ern las regiones de menor intensi-
dad de expiotación cle la tiema, donde las haciendas nuflca estable
cieron clararnente si"rs linrieros o dcncie la clivisión de las tierras
I
había sido detenida por decisión juilicial. El rribunar General de
F{acienda, se encargaba cle ias ilenuncias de balclíos y otras rienas.
-s
Mucho§ baldíos eran erandes, aunque existe poca evidencia de que t !,\
2-¡e
Cuadro 7.7
Cr:inpra cle baldíos "denunciados", 1899
280
a pesar de la idoneiiiad de las tierras para la producción de café,
Lados"- 1 899 estas aún no habían sido divididas y titulzrdas, a pesar de que algu-
nas porciones habían sido denunciadas por personas que no ias cul-
tivaban. otro decreto del mismo año anunciaba que las tierras
serían vendidas a sus poseedores. La intención del decreto era la de
proteger a los agricultores que estaban sembrando calé frente a
especuladores y otros que reclamaban tierras arbitrariamente..r
Estas tierras, consideraclas como de las mejores del país, se
extendían sobre tres cuartas partes del cono del volcán. Debían ven-
derse ¿r 100 pesos por caballería, un pr"ecio de referencia que había
sido usado durante décadas (y muy atractivo, considerando ia alta
calidad de la tien'a). El ingreso de las ventas se destinaría al presu-
puesto de educación del departamento de San Vicente.,,n Aigunas de
las fincas del volcán tituladas en 1893 eran de 1;8,6;24; lg,6; y
55.3 hectáreas.7" otras fuentes listan 23 parcelas en ambos departa-
mentos (San Vicente y La Paz). El tamaño fluctuaba entre 7 y 173
hectáreas (un prornedio de 35 hectáreas), suflciente para una finca
de café lnodesta.''
Como de costumbre, hubo alguna confusión en este proceso. El
puebio de Guadalupe tuvo que preguntar al Ministerio de
Gobernación si el decreto que permitía la titulación de rotes en el
volcán se aplicaba igualmente a las tierras comunales que también
do¡ se encontraban allí. Pidió que se extendiera a estas tieruas para que
quienes las ocupaban en ese rnomento pudieran reclamar sus títu-
!,i¿ir
los." Verapaz tarnbién pidió unas 200 hectáreas (4 ó 5 caballerías)
de tienas del volcán para sus residentes, pero la solicitud fue tem-
poralmente denegada debido a juicios pendientes.Ti
icran:üt)
En muchos lugares, se distribuyeron tierras a«licionales. En
Atiquizaya, se parcelaron 267 hectáreas en 1882 y 1883 que se
CO
entregarían a los habitantes rnás pobres que carecían de dinero o de
Itl tierras. Docenas de parcelas, algunas muy grandes, se clistribuyeron
de este modo. Esta práctica se amparaba en un decreto que permi-
tía a las municipalidacles asignar Iierras a los pohrer.n u., de vcn-
derlas en subasta pública. En 1886. el gobrerno otorgó a
ah ¿iJar Ahuachapán un baldío de 4.500 hectáreas que debía venderse en
parcelas. La rnunicipalidad sólo tuvo que pagar 700 pesos por la
ilacienda", 1 899, ¡.cN-cr¿-rr¡c.
281
ventlió en parcelas otro baldío en
medición." En Ahuachapán se
2 y 122 hectát"ras' con un pro-
1894. Sus i 5 lotes abarcaban entre
mediodeunas34hect:áreas.,,seotieciei:onotrosbaldíos-vejicios
de Usulután)' se pusieron
para la venta. En Ju.cuarán (departarnento
soia propieclad o en paftes. se
a ia venta 33 hectárear, "Orn,l una
Gerbasio Zelaya de l0'200
recibió una- oferta de Simón Nlontes v
poseedcr ele estas tieras rro hizo
pesos para toda la tierta' El único
t:n lugar de eso' protestó el
una ot-efta a pesar cle tencr prioriclad;
procedimiento.Seautorizólauentaalosot.erentes,quienesdebían
cancelar 1as mejoras realizadas
por e1 ocupante' En lo-q ejidos de
a sils poseedores' y las tie-
Yayantique, se veudieron -16Ü hectáreas
tier-ras dr:nuriciactras como
rras restantes fueron subastadas''o Las
baldíosenLaPalma(departamentocleL]halatenango)deunaexten-
siónde2ru}hectáreasf..",onmedi.,Jas1ror:Barberena'E]goberna-y
la venta de las tierras
dor solicitó al rninistro quo se permitiera
Los pueblos donde las fierras
destinar ios ingresos para'uso pluii*u.
ejidaleslestafltessevenclieronenlsggenltrtesasusposeeciofes.o
enpúblicasubasta,fuercn:SantiagocleNfaría(4.50hectáreas}.::
Ccncepción (i80 hectáreas)'
Tamanique (150 hectáreas)' Nueva
Suchitoto (100 hectáreas), Santiago
y San Pedro Nonualco (107
1450 hectáreas)"'r
hectár:eas) y San Buenaventura
Enotraocasión,elgobiernocedióunbalciíoalamunicipalidacl
suntu aia, baio ia concrición de que pegara la medi-
c1e santiago
"n
cióndelroisnro"serecolect<iunpesodecaclaunod.elclsl63.caln-
pesinosquedebíanbeneficiarserletra<iistribución,perolalrretlición
nuncasellevóacabo.L,ashacieneiasdeamboslaricsdese¡"lbrieron
que' p(\i tanto' no extstía un bal-
que tenían un tindero en comúa y
díoelrtreellas.T,Duranteii¡medici.ónclellincterilenf-resanPeciro
ostumaySantiagoNonualcoenelclepartamentoclei-aPazranrbién
sedescubrióurrbaldíocleniásde180trectáreas,quesedividióen
igualespcrcionesentrel.uspueblosparadlstr"ibuirseentrelosresi-
j"n,", ;tan e.luitativameote cofiio fi-rera posible"." El1 algunos
entre poseeelores campesi-
, casos, el gobiemo clistribuyó haciendas
'. iil';* ñ;;;; *" tup"titl¿d rle comprar pequeÍias parceias' I-a
i'i".,.'álsun* Ana,,en chapelrique se disrribuvó y venrlió de esta
forma,entantosustierrasociosassevendieronenpúblicasubasta.*Ú
)Q ")
n Darcelas otro balclío en En aquellos sitios donde las tierras ejidales no eran de bue,a '
\#r
2l hectáreas, con un pro- calidad, o clonde los agricultores y campesinos,o habían '*l-" .r I
ron otros baldíos v ejidos interés en asentarse, se venclieron iotes de mayor tamaño.
mostrado *ll I
de Usulután), se pusieron
Esto tle,u-
mió en Acajutla, dc¡nde las tierras eran adecuaclas solamente para
ra
'
(i' fl
283
una parcela tenían posesión.Er Estos pueden haber sido 1os mlsmos
campesinos cuyos lotes fueron medidos y titulados en 1905. Los
lotes variaban entre unas pocas hectáreas hasta 450, con un prome-
ciio de 107 hectáreas. I)e los 43 lotes medidos, en ilueve de ellos
hubo reconvenciones de antiguos poseedores'*t
El baldío rle Cara Sucia en e1 departamento de Ahuachapán fue,
quizás, el más grande que jamás se haya denunciado -3i.500 hec-
táreas- lo que representaba más tiena que el total dedicado a la
caficultura en ese momento. Aunque las denuncias en esta región
habían comenzado en 1876, e1 grueso de sus tierras fue dividido
entre denunciantes, poseedores y pueblos hacia finaies de la déca-
c1a de 1890 "ss L.aciudad de Ahuachapán sola recibió 4.500
hectáre-
as cle este baldío para distribuir entre sus residentes.eo Un topógrafo
del gobierno, de nombreZimmetrnan, midió paltes de este baldío
en 1896, incluyendo aquellas en posesión de campesinos y agricul-
tores eu Tacuba (r,er el apéndice). Porciones de Cara Sucia se dis-
tribuyeron gratuitamente entre muchos "itlválidos" en 1896. I)e los
63 lotes reparticios de este modo, 21 personas recibieron 22hectá-
reas cada una, en tanto los demás lotes tenían entre 7 y 2A hectáre-
as.er Las denuncias continuaron durante la década de 1890; 34
campesinos solicitaron una medición y titularon sus fiemas en
i897." Sin embargo, y como parte de una tendencia que-se acen-
' tuaríaen ei siglo xX, se otorgaron títulos sobre otros grandes lotes
en estos extensos baldíos a especuladores y empresarios. El cuadro
7.8 presenta una lista de varios de los denunciantes, algunos de los
cuales peftenecían a las familias de especuladofes y comerciantes
destacaclos. Las denuncias que obtuvieron título oscilaban entre 90
y 1.665 hectáreas, a un precio pronredio de 1 peso por hectárea,
muy por debajo del precio de mercado general y también por deba-
jo de los 6.70 pesos por hectárea sugeridos por los topógrafos en
tr892.n, No obstante. los especuladores y denunciantes de estos bal-
díos rápiclamente pusieron sus tiertas a ia venta en el mercado a
precios muy incrementados. Por ejempl6, unos lotes por un total de
45 hectáreas compraclos por Federico Prado a un precio proniedio
de 0.65 pesos por hectárea se ofrecieron a la veuta a precios de
:Z a Z pesos por hectárea, y esto aún antes de que concluyera e1
284
den haber sido los mismos proceso de titulación.'* Si bien después de 1900 hubo menos baldí-
s \titulados en 1905. Los os-di§ponibles, sn-el siglo xx se dieron algunas <.lenunc-ias impor-
rs hasta 450, con un Prome- tantes. En Nueva San Salvador. a pesar del intenso asentamiento y
redidos, en nueve de ellos desarrollo agrícola de las décadas anteriores, la municipaiidad iden-
dores.*' titicó, en 1900, un baldío valorado entre 50.000 y 60.000 pesos."
amento de Ahuachapán fue,
'a denunciado hec- La privatización los campesinos, los agricttltores y la elite
-3i.500 y-
, que e1 tota\ dedicado a la A pesar de que las intenciones de1 gobierno nunca tueron muy claras
as denuncias en esta región
de sus tierras fue dividido
los hacia finales de la déca-
y tenemos pocos documentos que describen cómo se redactó ia legis-
lación para privatizar las tierras comunes, el objetivo era crear una I
clase cle campesinos y ernpresarios que impulsalan el desarrollo agrí-
[
ffi
n soia recibió 4.500 hectáre- cola del país, especialmente su sector exportador. El lesultado, sin {
{il \''
rs residentes.eo {.Jn toPógrafo embargo, fue má1gomplejo y contraclictorio de lo esperado. Terminó
midió partes de este baldío en una transferencia masiva de los derechos de propiedad, en su {*t '
ór.r de campesinos Y agricul- ffiayor parte a campesinos y pequeños agricultores, pero tarnbién a 1a ***/fE
:iones de Cara Sucia se dis- emergente elite empresarial, especialmente mediante subasta o venta ,q
"inr,áliclos" en 1896. De los de extensiones de tierra ociosa a inversionistas comerciales, hacen- aÁ.§\
ersonas recibieron 22 bectá- dados y especuladores. l)esde algunos puntos de vista, lapúvatiza- *'Sr'"t"'
, tenían entre 7 y 2A brcctáte- ción amanó a los campesinos a los patrones socioeconémicos
nte ia década de 1890; 34 históricos (mismo que a los límites físicos) del sistema ejiclal/coniu-
i¡ titularon sus tieras en nal. La división cle tieras institucionalizó y volvió más rígido un sis-
una tendencia que ss_acen- iéña absolutamente defectuoso, pues estaba basado en el uso de la
los sobre otros grandes lofes tierra para la agricultura de subsistencia durante un período cuando &
285
' Cuadro 7.8
Fuente: "Testimonios de los tírulos que expidio Ia Alcaldía Municipal de Nueva San Salvador
desde
1 882 hasta 1 884". t¡c.
286
El carácter de la economía locar infruryó notablemenie en la divi- #*Y
¡d.os en Nueva San Saivador.
sión de los ejidos. En Nueva sa;r sarl,ador, era evidente el clesarrollo L-§
de la agricuitura local a manos cle una elite nacional emergente como W,
resultado de la privatización. En este municipio, dotado de extensos y
tértiles ejidos aptos para el cultivo der café, las parcelas eran mucho
N
e.4-*{
r¡
más grandes que en cualquier otra parte, pero había gran variedad de
tamaños. La mayoría de los reccptores de títulos eran i<ientit-icados
cclrno agricultorcs. En Nueva san salvador, la mayoría de parcelas se
pagaban al contado en el momento cie la compra. aunque, curiosa-
mente, prominenfes ernpresarios como Enrique Hólteq ingeniero de
construcción, aprovecharon las condiciones que les pennitían pagar
en un plazo de cuatro años al 9 por ciento de inter"és (ei interés comer-
cial vigente fluctuaba enüe 12 y 24.par ciento).es
En la ciudad de sonsonate. una muestra similar de 2g títulos
ejidales reveió una variación de entre I y 16 hecfáreas. coffespon-
diente a un promedio de 3,7 hectáreas por iote. El valor de los lotes
oscilaba entre 0.5 a 6 pesos por manzana. Estos datos muestran que
en municipios como sonsonate, donde los ejiclos eran muy peque-
ños y la economía local había estado dominada por fincas y hacien-
das privadas desde ei períoclo coloniar, ra titulación de ejidos era,
básicamente, un asunto de campesinos.',e
El gobierno nacional intentó realizar un inventario cle antiguas
'eéstica tierras comunales en 1896 y piclió que se tricieran mecliciones muni-
rmésiica
|mestlca cipales. Algunos resultados per:rniten una mejor comprensión del
¡rnéstica uso local de la tierra. En Tacuba (deparlamento de Ahuachapán),
'méstica donde se titularon extensos baldíos en estos años, la medición de
1896 detectó 205 iotes; algunos cre estos no tenían título, otros te-
é.ro"
nían un títuio incompleto y otros estaban ociosos. Los resultados de
\i:nrcipal de Nueva San Salvador desde
este proceso indican que un 25 por ciento de los lotes medían menos
de 1,3 hectáreas; ,55 por ciento medían entre 1,3 y g hectáreas: y el
cobraba por los títulos de 20 pcrr ciento restante, 45 hectáreas.i00 En Atiquizaya (depaftarnento
Tas de Armenia ya habían de Ahuachapán), todas las tierras ejidales habían sirio tituladas ante-
stribuyénclose como tierras riormente, de modo que la medición de 1896 abarcó sólo lotes titu-
Por tanto" el número total lados (ver cuadro 7.9)" Dos tercios de las parcelas distribuidas en el
1 que se refleja en la titula- pueblo de Atiquizaya eran peclueñas, entre 1 y 3 hectáreas" Sólo
unas pocas medían más de 74 hectáreas. Estas eran más pequeñas
287
Cuadro 7.9
Lotes ejidales privatizados en Atiquizaya, 1896
Fuente: "N,finuta dr: las ticnas ejidales tituladas, .Atiquizaya^', I 396, AGN-cM Nrc.
Conclusión
La presión de la creciente comercialización de la agricultura en la
década de 1880 obligó al estado a actuar para resolver las contra-
Itli dicciones y los dilemas creados por el sistema de tierras del común
d.l país" Pero aun el proceso de privatización que se ciio a conti-
il- ',, nuación estuvo determinaclo por costumbres y expectativas de anta-
, ño. La privatización sentó las bases para la creación de grandes
' clases de campesinos y pequeños agricultores, mientras brindó a la
elite agraria una oportunidad sin precedentes de convertir la tierra
en capital. Si bien es imposible caicular exactamente cuánta tierra
288
,ése s§
+5*x+u' *l-¡r,*-1, ü1+rli
fue privatiz,ada, bien puede suponerse que las tierras ejidales y
comunales constituían aproximadamente un tercio de la superficie
qurzaya,1896
del país, y una proporción aún mayor de sus tieras cultivables. Los
:
baldíos abarcaban, probabiemente, un 25 pcir ciento de las tierras
btes
del país. Los remanentes de varios centenares de haciendas cle la era
colonial, que tuvieron un resurgir en estos años, comprendían otro
25 por ciento cle las tierras ya en manos privadas.r02
Laprivatización acarreó consig<t algunas de las lirnitaciones, con-
1J
tradicciones y desigualdades de los sistemas de tieras ejidales y comu- I
r'- \ _\-(Ii 11. t
nales, tal como se habían desarrollado durante el siglo xx, y planteó i
: ei proceso de privatiza- algunos problemas nuevos. Los campesinos y agricultores podían, por
más densamente poblados lo general, titular las tierras que poseían o cultivaban, pero si.no recla-
t ciudad de Ahuachapán. maban tierras ociosas adicionales disminuía la posibilidad de que sus
rnitió a los atiquiceños el herederos pudieran seguir siendo campesinos propietarios. Esto signi-{
3nte su capacidad de pro- ficó que las oportunidades cle adquirir tierras durante las próximas§
generaciones se verían inhibidas. Los productores campesinos y ,r, t
rtamento de Moraz¿ín), más familias estaban atados a un modelo de tenencia de la tierras que
.También se midieron 342 sllpuestamente sería flexible y permitiía su expansión con el paso del
ó traslape entre estos y los tiempo pero, entrado el nuevo siglo, el crecimiento demográfico en
estos tenían fincas de caña muchos municipios, aun en aquellos con tierras comunales además de,
mtales. Sin embargo, hubo los ejidos, limitaron sus posibilidades de adquirir más tierras. por\
rorsado de foma arbitraria supuesto, el proceso mostró grandes variaciones regionales, pero las '
todavía no habían podido tieras.oc_iosas solían ser de inferior calidad. Por tanto, aunque ei pro-'
iirul¿idos abarcaban entre 1 ceso creó un campesinado que ejercía un evidente conffoi sobre sus tie-
¡4.
.-td-reas. ")' rras, también abrió las puertas aleventualempobrecimiento de muchos
otros y, ciertarnente, conllevó el potencial de la proletarización o de
4'
poblaciones sin acgeso a tierras.'o3 Los campesinos y agricultores que"
ón de la agricultura en la no presentaron denuncias de baldíos, ejidos o tierras comunales debii
para resolver las contra- an convertirse en arrendatarios, colonos o trabajadores asalariados ai
{
ema de tierras del común tiempo completo. Aún más, la gran cantidad de denuncias en baldíosu ,3,
rcrón que se clio a conti- que condujo al establecimiento de muchas fincas de tamaño mediano§
es v expectativas de anta- y la reactivación de las haciendas coloniales, impidieron la expansión .
289
",ifu¡J
L
\
NOTAS
294
28 "Recibo por pago para título de tiera ejidal,,, 13 de septiembre de Igg2, AGN_CM_MG.
29 Mo¡a, Memoria,6.
30 Diario Ot'iaial,24 de abril de 1891,1; ver el capítulo 6 y "Partición de los terrenos comunales
de Dolores lzalco", 1 890. AGN-CG,SO.
3l Diario Aficial,24 dejulio de 1U91, 1-2.
32 "Acué¡dase denegarles títuio de propietiad a los poseedores de las tierras llamadas el Volcanillcr
y Joya del Pilón en San Pedro Nonualco,', 1892, AGl.i-CpC.
33 "Solicitud de devolución de rítulos", 1895, AGN_CM,MG.
34 "Soiicitud de Juan Ruiz a que se le extienda tí1ulo de propiedad de un ter¡eno que posee en los
baldíos de Santa Ana", 1895, AGN-CM-MG.
35 "Soiicitudes de Títulos de Propiedad',. 1899-1900, AIvfSA.
36 Mora, Memoria. 115.
31 Mora, Memoria ... (1883).219.
38 Mora. Memoria, 139-42.
39 Las "Memorias de Gobemación" de 1883 a t890 brindan amplios detalles sobre los procedi_
mientos y los problemas relacionatios con la <iivisión, distribución y titulación <le las tierras
comunes. Ver: Browning, El SaLvador,209-11.
;.: :i¡;: Torres-Rivas, Interpretación.; 40 Larreynaga, Menutria, g.
.: L¡a perspectiva más matizada ouede 1l ver texto en'. Diario oficial,24 de julio de 1891, 1-2; Diari.o oficiat,24 <le abrii de 1891, l.
42 "Memorandum para la Memoria de Gobernación,,, 1901, AGN,CM_MG.
--,:-. 1 de octubre de 1847. 13 "Solicitud de la plebe de Coatepeque para que se les mande a medir y repafiir por Iotes las
tie-
r: .,:,bre la probabilidad de una revuel- tras de la hacienda San José Las F-lo¡es,,, 1912, AGN_CM_MG.
-- ;omilnidades de Indios y ladinos", 44 Mora, Memorio . ..(1883), 15.
45 Jiménez, Memoria,406,489.
9-ñ 46 "certificación de actas sobre ejiclos en Lrsiique", lgg2, AGN-CM-MGi.,Titulación de tierras
en
Ertiglh ¿. Agricultura 1 (15 de
Nueva Espalta", 1882, AGN,CM-MG.
47 Mora. Memoria, 18, 120-21 .
48 Ped¡o Galán, "Minuta de 1os lotes de terrenos no acotados del pueblo de san Miguel
de
N4ercedes", 24 dejulio de 1882, AGN-CM MG Diario Oficial,9 dejulio de 1g82,
38.
9 de marzo de 1882, p. 277. 49 Mora, Memoria,6,94.
Ojctal,T de marzo de 1882,225-27. 50 lbid..9-r0.
51 Dktrio Oficial,15 de septiembre de 1882,250.
52 Boletín de Agricultura 2 (1 de febrero de i884): 52.
53 Ibid.,33.
54 lbid.. I24.
55 Ihid.,129,134.
56 Alcalde de Tepetitán, Santiago Magaña, "Carta al SPE sobre terrenos bal<iíos,', 17 de aeosto de
Ér: Reves- Apuntümientos. I892, AGN.CM-IVIG.
xr: especial de agricr-r1tura", 30 de 57 "El sindico municipal tje Caluco solicita que un terreno de cinco caballerías . . . se deciare com-
prendido en los extintos ejidos de Caluco,,,2 de ocrubre de 1g97. AGN_CG_So.
: at | !ot1:; .
58 Estupinián, Metnoria,46.
. Jitplimiento del An. I de la acta 59 Cobemador de Cabañas. "Informe de Ia visita a los municipios del departamento de Cabañas,,,
. l[] de tliciernbre de 1879. AG].t- l5 de dioiembre de 1900. AGN-CM,N,IG.
60 Mora, Memoria, 131.
6t AgustÍn Palacios, Gobemador de san salvador, "Informe al Ministro de Gobemación,,. 2g de
diciembre de 1891. AGN-CM-MG.
62 Diario Oficial,1 de octub¡e de 1882, 309.
r. , rt.- Ciobem¿rciór.r", L8E?, AGN 63 "N'linuta de los rerenos baldíos de lajurisdicción de Guaimango,,, 3l de agosto de 1g96, AGN_
CG AH.
i ::rnacli¡l del Departamento de
64 "Borrador de la venta de terenos en Ahuachapán,', 1g74, AGN_CG_AH.
65 Mora, Memoria. 147.
66 "Baldíos", Boletín de Agricultura 2 (l5de enero de 1gg4): 44.
-:-. 1.1 ile tebre¡o de 1881. 190. 6'7 "Memoria con que el Ministro de Hacienda, Gueffa y Marina", Diario oficial,2l de abril de
'- - ..: nt¿rzo de i882- El texto de 1882.369.
68 lbid.. 381.
291
de
[Jniversitlad 3 (marzo-junio
6gLeopolcloA'Roclíguez"'Ilistoriaydescripciór.rdelaciudacidesanVicente'yconsideractones
pueblás de su <lepaname";:";
sobre el origen rle algunos
AGN-cDM, Rollo MI-3'
de Gobernación", 18e3,
,. :l?31;::t^.tJ;rdos irer Minisrerio tierras'' 1893' AGN-CM-MG'
7l "Autorizaciones de1 sp¡ *U'" iit'f^"ión del volcan á" §un vi".n,"",
de
19 de octubre de 1892'
72 ,,Solicitud al spE sobre ;;;-,ó";r.""nos
AGN-CM-MG.
tffi1"i"l1 y:il"i:;:,?,:"<1e de 1886'
gobierno", 22 de enero
r00 cabalrerías de tierra det
ii que solicitaron
AGN-CQ remttr :ndo lista de los señores
?5 ;. ;;";". "Carta al Ministro de Gobernación
y
..Libro de acuerdos
393, A(]N'CM-MG
,,'" xlmn:::TdefiGobemación"'
§ffiT;,:'.?.1iü:}^:yüas,, 1
1893' AGN-CM-NIG'
¿"l üi,i"oio
<le enero de
77 Larrevnaga' baldío el rablón"' 21
Santiago sobre la venta de1
78 "soiicitud de':*:::i:,:"1?ril;de
la mumcq
1897. AGN'CM-MG.
9'
79 Larre\ naga' '\4¿tnoriu '
14 de diciem-
ar Gobemador de Sonsonate"'
i ru'*ii*;11,f,.'r*"#H"##3]' "'n'o'" de
bre de 1892, AGN-cG-so' ,.carta marzo
sobre ejidos en Acajutla
g2 al Ministro de Gobemación
Gobematior d" sonroni'", 1893' "
AGN-cM-MG
AGN-cM-AL' "ii;;;;;t'ou'
0"'vtti"t'J <le Gobetnación"' '
sobre terrenos ejr-
Blun"o al Supremo Poder Ejecutivo
1893,
83 Mora,Mentotia, 116'" ü;";";;;to
-- lm;:*,"*:;I,fi"-]iBi,l§J;i'fu+o*T'*.orderDepartarnentosobretieÜas"'18e3'
U""*r,o-*u'" tierras ejiclales"'
1893' AGN-CM-
AGN-.M-Mcl "solicitloTl*s'i"# ".t91
sPE:P.Bedoya"'c-'"lfá"u"'atlordetDepartamentosobrelamedidadelostenenosnaclo-
1as diligencias de
sorlcita se compulsen
-, :S::::J"i:t$,'Ji,11.,liTlf,tXJ.y;""^'3311i.e
venÉ de diez caballerías de
tienas"' 1896' AGN-CM-MG' que practrque
Tacuba que':::lb*
el Ingeniero Espinal para
de varios O"
86 "solicitud '"tino' tle terreno"' i896' AGN-CM-MG'
de cuatro t^U"in¡"t de Loma Larga
la mensura
.,Certificació,0", ,. ..,ti",tu.irourante de tos terenos
87 ".,1ffir,.;;;;.."de esta ciudad"' t904' AGN-cG-AH'
para la constructió";l';;;;";t del Supreüro Gobierno
¿" to' tt""llo''¿;';;;J^"' iot to'isión oficial
88 "Medidas
"u"ti"uau
1905' AGN-CG-AH'
por el Ingeniero Don M'J' Aragón"'
89 biario O;ficíaL' 4:7 1818' l'
;;li:;:,!{,:#;:fl;1:::j:l'j"-3ii"'f"'; a los rnváridos"' 17 de
abrir de 18e6'
" Cara Sucia
:s.txixYGobernador de Ahuachapán sobre
tierras". r897, AGN'cM-MG'
,,
93 Jiménez, Memoria'372' de octubre de'1891'
94 Anuncio, El Correo Nacional'2?Libertad"' 1900" AGN-CM-MG'
¿"f Cou"'n"áo'de La 1897' AGN-CG-
95 "lnforme p* J;iá; lunicipat rJel Armenia",AGN'cG-so'
96 ,.Dueños u","rr"nur'üi¿'urJr'i.rpu"t,u¿o. "1 Armenia 1895'
so. Los datos o"''"'i'iil"'
*t' á" 'iot"l.ipti"" de ia villa de
"
eT "Informede'^"'?ii'iii"i;';;;;;;;""'""t^i"'i"'n"sduranteelañodel887"'1887'
AGN-CG-SO. de Nueva San Salvador desde
que expedio'i.1i:.ilut" Municipal
98 "Testirnonios tle los títulos
i
lS82hastarsS¿"';C''áarra'ao'eip"lotlris¡"rico'i5:82' ejidales de esta compren-
a los po'""dot"t de telTenos
i
I
¡l 99 "Libro " en que *"*it'¿" ""4" Á1o
sion". 1882' AGN-CA-So' tam-
en la cual quedaron comprendidos
I
oo,
:rjad de San Vicente, y consideraciones
101 "Nlinuta de los lotes de riemas ejklales del pueblo de Chilanga", 1896, AGN-CM-MG.
: . Lu Universidad 3 (marzo,junio de 102 Ver:Menjívar.Acum.u/ackíru;Browning,ElSah'ador.l90: yLinclo-Fuenies,WeakfoLutcloti¿ps,
125-31.
ll. \ci\-CDM. Rollo MI-.]. 103 tsrowning, El Salva.dor, 212-7 -2.
i3..\GN-CM-MG.
ie San Vicente", 19 de octubre de 1892,
:ernador de Sonsonate", 14 de
\f \tG.
un cipal del Armenia", 1897, AGN-CG-
.{mienia", 1895, AGN-CG-SO.
la de
hechos durante el año de 1 887", 1 887,
293