Sunteți pe pagina 1din 15

2.

1 MARCO CONCEPTUAL

2.1.1 SOBREPESO Y OBESIDAD


El sobrepeso y la obesidad la OMS. La define como una acumulación anormal o
excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

Obesidad: Enfermedad crónica de origen multifactorial prevenible que se


caracteriza por acumulación excesiva de grasa o hipertrofia general del tejido
adiposo en el cuerpo.

Sobrepeso: Se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que


puede ser perjudicial para la salud.

El sobrepeso y la obesidad son el sexto factor principal de riesgo de defunciones


en el mundo. La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un
desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A menudo los
cambios en los hábitos de alimentación y actividad física. Son consecuencia de
cambios sociales asociados al desarrollo y la falta de políticas de apoyo en
sectores como la salud.

2.1.2 TIPOS DE OBESIDAD


Obesidad androide o central o abdominal (en forma de manzana): el exceso de
grasa se localiza preferentemente en la cara, el tórax y el abdomen. Se asocia a
un mayor riesgo de dislipidemias, diabetes, enfermedad cardiovascular y de
mortalidad en general.

Obesidad ginoide o periférica (en forma de pera): la grasa se acumula


básicamente en la cadera y en los muslos. Este tipo de distribución se relaciona
principalmente con problemas de retorno venoso en las extremidades inferiores
(varices) y con artrosis de rodilla (genoartrosis).
Obesidad de distribución homogénea: es aquella en la que el exceso de grasa
no predomina en ninguna zona del cuerpo. (30)

2.1.3 CLASIFICACIÓN DE LA OBESIDAD


Según Bastos, González, Molinero y Salguero, la clasifica en:
Hiperplástica: Se caracteriza por al aumento del número de células adiposas.

Hipertrófica: Aumento del volumen de los adipocitos.

Primaria: En función de los aspectos etiológicos la obesidad primaria representa


un desequilibrio entre la ingestión de alimentos y el gasto energético.

Secundaria: En función de los aspectos etiológicos la obesidad secundaria se


deriva como consecuencia de determinadas enfermedades que provocan un
aumento de la grasa corporal.

Cabe mencionar que para saber a qué tipo de obesidad nos encontramos,
tenemos que dividir el perímetro de la cintura por el perímetro de la cadera. En la
mujer, cuando es superior a 0,9 y en el varón cuando es superior a 1, se considera
obesidad de tipo androide.

2.1.4 DATOS ANTOPOMETRICOS USUALES COMO INDICES DE


OBESIDAD
Para la medición de las dimensiones físicas del cuerpo humano en diferentes
edades y su comparación con estándares de referencia se realiza la evaluación
antropométrica. A partir de ello, el clínico puede determinar las anormalidades en
el crecimiento y desarrollo como resultado de conocer el estado nutricio de un
individuo o un grupo que están en riesgo de alteraciones. Repetir estas
mediciones en un niño a través del tiempo proporciona datos objetivos sobre su
estado de nutrición y de salud. Para evaluar el crecimiento se necesita conocer el
peso, la longitud o la estatura, la edad exacta y el sexo.
Los índices antropométricos para individuos o poblaciones pueden ser utilizados
con diferentes objetivos y convertirse en indicadores para la identificación de
riesgo, para intervención, evaluación de impacto sobre el estado nutricio o salud,
para exclusión de ciertos tratamientos, entre otros.

Dependiendo de las circunstancias, el indicador antropométrico puede estar


influenciado por la nutrición o la salud, o más por una que por la otra y por
consiguiente puede ser un indicador del estado de nutrición o de salud, o de
ambos; incluso, en algunos casos, se puede utilizar indirectamente como un
indicador socioeconómico.

Sin embargo, no hay que perder de vista que éstos deben complementarse con
indicadores clínicos, y en ocasiones bioquímicos, pues los alcances de la
antropometría no permiten establecer las causas de la obesidad y establecer un
diagnóstico final completo.

Peso corporal. Es la medida más frecuentemente utilizada como índice de


obesidad. La determinación del tejido adiposo en relación con el peso, es un valor
indirecto de obesidad.

Índice de peso-talla. Es el peso correspondiente para la edad, proporcionado a la


centila de estatura según el sexo. Un ejemplo práctico de aplicación de este índice
implica que si un niño tiene 6 años de edad y mide 110 cm de talla, y por esta
razón se ubica sobre la centila 25, al traspolarla a la gráfica centilar de peso el
resultado será un peso "ideal" de 19 kilogramos. Las distribuciones de peso para
edad y peso para la talla reflejan sustancialmente el nivel de obesidad en los
niños. Este índice ofrece aceptables juicios de sobrepeso, al catalogar como
obeso a un individuo con más de 20% del peso ideal según lo apropiado a las
percentiles para su talla. La limitación de este procedimiento es que la proporción
sistemática puede sobrestimar con facilidad el peso ideal del adolescente.
Pliegues cutáneos. El pliegue cutáneo se correlaciona con la reserva energética
del organismo, representada por el panículo adiposo, del que se infieren aspectos
cualitativos y cuantitativos de la alimentación. Se puede .recurrir a estimaciones de
tejido adiposo a partir de las medidas de los pliegues cutáneos al compararlas con
los patrones de referencia aceptados para la edad.

2.1.5 INDICE DE MASA CORPORAL


El IMC constituye la medida poblacional más útil del sobrepeso y la obesidad,
pues la forma de calcularlo no varía en función del sexo ni de la edad en la
población adulta. No obstante, debe considerarse como una guía aproximativa,
pues puede no corresponder al mismo grado de gordura en diferentes individuos.

El índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet, se define como el peso (en
kilogramos) divido entre el cuadrado de la talla (en metros) (IMC = kg/m2). Este
índice muestra la masa en función de la estatura, y permite analizar las relaciones
entre estas dos variables, independientemente de los incrementos de talla y peso
que se van produciendo durante el crecimiento.

Además es el único método basado en peso y talla que muestra fases de ascenso
y descenso que reflejan la forma de desarrollo corporal, y de incremento de peso
con la edad.

ÍNDICE DE MASA CORPORAL CLASIFICACIÓN


MENOS DE 20 BAJO PESO
20 A 25 PESO NORMAL
25 A 30 SOBREPESO
30 A 35 OBESIDAD GRADO 1
35 A 40 OBESIDAD GRADO 2
MAS DE 40 OBESIDAD GRADO 3
MAS DE 50 SUPER OBESIDAD
2.1.6 FACTORES DE RIESGO Y CONDICIÓN FISICA.
El factor de riesgo más común en la obesidad es el desequilibrio de la energía. El
peso es el equilibrio entre la cantidad de energía o calorías que obtiene de los
alimentos y bebidas, y la energía que gasta su organismo. Las calorías ingeridas
deben de ser iguales a la cantidad de energía que el cuerpo usa para realizar
funciones normales como respirar, digerir y estar físicamente activo (como hacer
ejercicio). Si el organismo ingiere la misma cantidad de energía que usa, su peso
se mantiene igual. Si el organismo usa más calorías de las que ingiere, pierde
peso. Si consume más calorías de las que su organismo usa, sube de peso y esto
lleva a la obesidad.

La inactividad física es otro factor de riesgo. Hay muchas razones por las que los
estadounidenses no son físicamente activos. Las personas pasan horas frente a
los televisores y las computadoras cuando trabajan o descansan. La gente usa
automóviles en vez de caminar. La tecnología moderna reduce el trabajo físico, lo
cual disminuye la necesidad de quemar calorías. Sin la actividad física, las
personas no queman las calorías que ingieren de los alimentos y bebidas.

La genética también puede ser un factor en la obesidad. Algunos trastornos


genéticos que pueden llevar a la obesidad son el síndrome de Bardet-Beild y el
síndrome de Prader-Willi, síndromes que ocasionan que las personas sientan
hambre constantemente, incluso después de comer una comida completa. Otros
factores, tales como la enfermedad de Cushing (un trastorno hormonal ocasionado
por altos niveles de la hormona cortisona) y algunos medicamentos podrían
causarle a una persona el sobrepeso.

Otros factores de riesgo para la obesidad incluyen:


Factores emocionales: Algunas personas comen más cuando están aburridas,
enojadas o estresadas, lo que ocasiona que suban de peso.
Fumar: Algunas personas suben de peso cuando dejan de fumar porque con
frecuencia la comida tiene mejor sabor y olor. Además, la nicotina incrementa la
tasa de quemado de calorías por su organismo. Cuando usted deja de fumar,
quema menos calorías.
Edad: Usted tiende a perder músculo a medida que envejece, especialmente si es
poco activo. La pérdida del músculo puede reducir la tasa de quemado de calorías
por su organismo.
Embarazo: Las mujeres suben de peso para que el bebé pueda desarrollarse
normalmente y tener la nutrición apropiada. Para algunas mujeres es difícil perder
peso después de dar a luz.
Perdida del sueño: Los estudios muestran que cuando la gente duerme menos,
es más probable que tengan sobrepeso o sean obesas. Las personas que
duermen menos horas prefieren comer alimentos ricos en calorías y carbohidratos.
Las hormonas tales como la insulina (que controla los niveles de azúcar), grelina
(que causa el hambre) y leptina (que reprime el hambre) son afectadas cuando
uno duerme poco.

Tener un factor de riesgo no significa que contraerá la enfermedad. Pero aumenta


la probabilidad de que esto suceda. Algunos factores de riesgo, como la edad, la
raza o los antecedentes familiares de una persona no se pueden modificar.

El riesgo de desarrollar problemas de salud como enfermedades del corazón,


accidente cerebrovascular y problemas renales aumenta si usted es obeso y tiene
estos factores de riesgo:
Presión arterial alta (hipertensión)
Colesterol o triglicéridos altos en la sangre
Glucosa (azúcar) alta en la sangre, un signo de diabetes tipo 2

Estos otros factores de riesgo de enfermedades del corazón y accidente


cerebrovascular no son causados por la obesidad:
Tener un miembro de la familia menor de 50 años con enfermedad del corazón
Estar físicamente inactivo o tener un estilo de vida sedentario
Fumar o consumir productos del tabaco de cualquier tipo

2.1.7 COMPLICACIONES DE LA OBESIDAD


El aumento de la masa magra que acompaña a la obesidad ha sido ampliamente
descrito por Forbes y colaboradores; sin embargo, no se ha podido definir si este
aumento es el resultado de la hipertrofia muscular como mecanismo de
adaptación corporal para compensar el aumento de la grasa, o el exceso en la
ingesta de hidratos de carbono, o bien forma parte de la misma fisiopatogenia que
la obesidad.

La obesidad también se acompaña de aumento de la talla, que no modifica el


potencial genético de la talla de adultos, y edad ósea avanzada. El adelanto de la
menarca en las adolescentes parece estar relacionado con el aumento de la grasa
corporal como determinante en la regulación hipotálamo hipofisaria del proceso de
maduración sexual. Las alteraciones ortopédicas son muy comunes y de especial
riesgo en púberes varones en los que la necrosis de la cabeza del fémur afecta
tres a cuatro veces más que a los de peso normal.

Los trastornos respiratorios aparecen en las obesidades mórbidas (PR > de


180%). El más severo es el síndrome de Pickwick. Su fisiopatología es secundaria
al incremento de grasa intraabdominal que dificulta la excursión diafragmática; el
resultado es la retención de CO, con hipoxemia, hipertensión pulmonar e
hipertrofia ventricular izquierda, que puede llegar a la insuficiencia cardíaca. La
somnolencia diurna es consecuencia de la narcosis por la retención de CO, este
síndrome raramente se observa en niños; sin embargo, en nuestra experiencia
puede presentarse especialmente en el síndrome de Prader-Willi, en que la
hipotonía muscular puede coadyuvar a las alteraciones de la mecánica
respiratoria. Según nuestra observación es más frecuente el síndrome de apnea
obstructiva por aumento en la grasa perifaríngea e hipertrofia del tejido linfático
arnigdalino. Ambos factores pueden producir episodios de obstrucción con apneas
durante el sueño REM, seguidos de disminución en la saturación de oxígeno. Las
apneas del sueño pueden presentarse aunque no haya hipertrofia de las
amígdalas, pero cuando ésta se halla presente es de las pocas oportunidades en
que está indicada la amigdalectomía.

Alteraciones ortopédicas
El sobrepeso ocasiona modificaciones de la carga esquelética y articular, que en
individuos en fase de crecimiento y de adquisición de funciones, así como de una
postura inadecuada puede lesionarlas; ocurre con frecuencia:

1. Píe plano
2. Rotación tibial interna
3. Genu valgum
4. Coxa vara
5. Displasia acetabular adquirida
6. Necrosis avascular de la cabeza del fémur
7. Xifoescoliosis
8. Hiperlordosis

La presencia de uno o más de estos trastornos condiciona una menor capacidad y


efectividad para la realización de ejercicio físico y un rendimiento inadecuado en
actividades deportivas, que facilita actitudes sedentarias en el niño.
Alteraciones cardioventilatorias
De manera directamente proporcional con el sobrepeso, se presentan alteraciones
en las pruebas de función ventilatoria, siendo las más frecuentes:
 Aumento del volumen residual pulmonar
 Aumento del trabajo ventilatorio
 Apnea durante el sueño

Patrón ventilatorio restrictivo capaz de producir hipercapnia, incluso con


narcolepsia leve a moderada, que modifica no sólo la capacidad para la
competencia deportiva, sino que puede limitar el rendimiento intelectual.

Por otro lado, y aunque en el niño rara vez se presenta una disfunción de bomba
cardiaca, es frecuente demostrar que los pacientes con más de 35% de sobrepeso
en relación con el peso ideal presentan:
 Hipertrofia de cavidades cardiacas
 Aumento del gasto cardiaco
 Aumento del volumen sistólico
 Hipertensión arterial.

Alteraciones psicosociales
Dado que en la actualidad la aceptación social se basan en una silueta longilíneal
y con poco tejido graso subcutáneo, así como en la expresión de una
muscularidad acentuada, es frecuente que en el niño obeso existan
modificaciones en las siguientes esferas
 Autoimagen pobre y lesionada.
 Autopercepción que dificulta la integración social.
 Disminución de la expresividad afectiva.

2.1.8 SINDROMES METABÓLICOS


Signos y síntomas de los síndromes o enfermedades del sistema endócrino
que se presentan con obesidad.

Síndrome de Alstrom-Hallgren. Autosómico recesivo. Obesidad, degeneración


retiniana con ceguera en la niñez, sordera neurosensorial, diabetes mellitus,
testículos pequeños en varones y nefropatía progresiva en adultos.

Síndrome de Carpenter. Obesidad; braquicefalia con craneoestenosis; facies


peculiar con desplazamiento lateral de los ángulos internos y exoftalmía, puente
nasal aplanado, implantación baja de orejas, retrognaiismo y paladar ojival;
braquidactilia de manos con clinodactilia y sindactilia parcial; polidactilia preaxial
de los pies con sindactilia parcial; retraso mental.

Síndrome de Cohén. Se manifiesta al promediar la niñez, con obesidad del


tronco, hipotonía y debilidad muscular persistentes, retraso mental leve,
craneofacies característica con puente nasal alto, hipoplasía maxilar con leve
declive hacia las fisuras palpebrales, paladar ojival, filtrum corto, mandíbula
pequeña, boca abierta, incisivos centrales prominentes, retina veteada, miopía,
estrabismo, manos y pies angostos con metacarpos y metatarsos cortos, pliegue
simiano, hiperextensibilidad articular, lordosis lumbar y escoliosis leve.

Síndrome de Cushing. Obesidad del tronco, hipertensión, intolerancia a la


glucosa, hirsutismo, oligomenorrea o amenorrea, plétora, facies de luna llena,
giba, estrías, equimosis, tendencia a la fatiga, debilidad y cambios en la
personalidad.

Deficiencia de la hormona de crecimiento. Baja talla, obesidad leve o


moderada.
Hiperínsulinemia (por tumor pancreático secretor de insulina, hipersecreción por
células pancreáticas beta o por lesión hipotalámica); Obesidad progresiva con
hiperfagia, talla normal o excesiva, y signos y síntomas de hipoglucemia;
disfunción hipotalámica (por tumor, traumatismo o inflamación).

La Hiperínsulinemia y la hiperfagia pueden estar acompañadas de cefalea,


edema de papila, trastornos en la visión, amenorrea o impotencia, diabetes
insípida, hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal, somnolencia, desregulación de
la temperatura, convulsiones y coma.

Hipotiroidismo. Baja talla; maduración sexual retrasada; retraso en el cierre


epifisario; letargo; intolerancia al frío; ronquera; menorragia; disminución del
apetito; piel seca; dolores musculares y retraso de la fase de relajación de los
reflejos profundos; cara con pérdida progresiva de la expresión; cabello ralo;
tumefacción periorbitaria; lengua grande; piel pálida, fría y áspera; puede haber
bocio.

Síndrome de Laurence-Moon-Biedl (Bardet-Biedl), Autosómico recesivo,


obesidad del tronco, distrofia retinianf, retinitis pigmentosa con disminución
progresiva de la agudeza visual, retraso mental, hipogenitalismo, anomalías
digitales (polidactilia, sindactilia o ambas a la vez) y nefropatía.
Foliquistosis oválica (síndrome de Stein-Leventhal). Irregularidad o ausencia
de menstruaciones, hirsutismo moderado, aumento de peso poco después de la
menarca, aumento de la relación entre hormona luteinizante y hormona folículo
estimulante. Puede estar asociado a hiperplasia suprarrenal congénita, síndrome
de Cushing, hiperprolactinemia o resistencia insulínica.

Síndrome de Prader-Willi. Obesidad, hipotonía y trastornos de la alimentación en


la lactancia; hiperfagia en la niñez y la adolescencia; retraso madurativo; retraso
mental; hipogonadismo; baja talla; manos y pies pequeños, y estrabismo.

Seudohipoparatiroidismo (tipo I), Bajá talla, facies redonda, metatarsianos y


metacarpianos cortos, calcificaciones subcutáneas, retraso mental moderado,
cataratas, piel áspera y seca, cabello y uñas quebradizos, hipocalcemia e
hiperfosfatemia.

Síndrome de Turner. Baja talla, tendencia a la obesidad, disgenesia ovárica,


pecho ancho con tetillas muy separadas, orejas prominentes, maxilar angosto y
mandíbula pequeña, línea de pelo baja en la nuca, cuello en esfinge, anomalías en
codos y rodillas, anomalías en uñas y pies, anomalías renales y audición
deficiente.

2.1.9 MEDIDAS PREVENTIVAS: NUTRICIÓN, EQUILIBRIO


NUTRICIONAL, EJERCICIO ADECUADO.

Nutrición: Es el conjunto de procesos mediante los cuales el hombre ingiere,


absorbe, transforma y utiliza las sustancias que se encuentran en los alimentos y
que tienen que cumplir cuatro importantes objetivos:

• Suministrar energía para el mantenimiento de sus funciones y


actividades.
• Aportar materiales para la formación, crecimiento y reparación de las
estructuras corporales y para la reproducción.
• Suministrar las sustancias necesarias para regular los procesos
metabólicos.
• . Reducir el riesgo de algunas enfermedades.

Funciones de las sustancias nutritivas:

• Función energética: suministra material para la producción de energía;


de la que son agentes las grasas, los hidratos de carbono y las
proteínas.
• Función plástica: supone la formación de nuevos tejidos, de los que son
agentes principalmente las proteínas y algunos minerales.
• Función reguladora: favorece la utilización adecuada de las sustancias
plásticas y energéticas, que es función principal de las vitaminas y
algunos minerales.

Una alimentación suficiente y equilibrada proporciona la energía y los nutrientes


que el ser humano necesita en cada etapa de la vida. El estado nutricional refleja si
la ingestión, la absorción y la utilización de los nutrientes son adecuadas para
satisfacer las necesidades del organismo. La deficiencia prolongada de un nutriente
reduce su contenido en los tejidos y órganos, lo que afecta a las funciones
bioquímicas en las que participa, pudiendo producir a largo plazo enfermedades
carenciales (anemia, osteoporosis, etc.). La evaluación del estado nutricional de un
individuo permite conocer el grado en que la alimentación cubre las necesidades
del organismo o, lo que es lo mismo, detectar situaciones de deficiencia o de
exceso. Dicha evaluación debe ser un componente del examen rutinario de las
personas sanas y es importante en la exploración clínica del paciente. Es necesaria
para proponer las actuaciones dietético-nutricionales adecuadas en la prevención
de trastornos en personas sanas y su corrección en las enfermas.

Equilibrio Nutricional: Se define como el balance entre la ingesta y el gasto, la


nutrición es un proceso mucho más complejo en el que, además, influyen
elementos que modifican ambos componentes, como la genética, y otros factores
aún no suficientemente aclarados.

De otra forma no se entendería la dificultad que presentan la mayoría de las


personas obesas en mantener un peso adecuado, a pesar de múltiples intentos. Es
verdad que los cambios producidos en los últimos años en el estilo de vida (con
disminución de la actividad física e incremento de las actividades de ocio
sedentario) y en los hábitos dietéticos (abandono de la dieta mediterránea,
globalización del mercado de alimentos con oferta casi ilimitada de los mismos,
permisividad para comer y beber a cualquier hora, incremento del tamaño de las
raciones, justifican rápidamente la creciente epidemia del sobrepeso y la obesidad.
Sin embargo, también es cierto que las estrategias desarrolladas para combatirla no
parecen haber tenido el éxito esperado. Todos los hechos apuntan hacia la
importancia de la prevención en la infancia, puesto que en el momento actual se
conocen aspectos importantes de la fisiopatología del tejido adiposo que pueden
explicar estas dificultades. Ante un desequilibrio nutricional el organismo reacciona
inicialmente con un proceso adaptativo, que debe ser reconocido en orden a
establecer un diagnóstico precoz, tanto de la sub como de la sobre nutrición.

Así, la primera manifestación de un defecto de energía son los cambios funcionales


que limitan el gasto energético (bradicardia, hipotermia, disminución de la actividad
física) y, posteriormente el consumo de la grasa. Por el contrario, un excesivo
aporte energético se compensa inicialmente con adaptaciones metabólicas y
solamente el mantenimiento en el tiempo, la cronicidad del desequilibrio, provocará
aumento de la masa grasa y finalmente incremento del peso corporal.

De idéntica forma existe una adaptación en los desequilibrios de los


micronutrientes, con una tendencia al ahorro (disminución de la eliminación y de las
reservas), en la otra parte de la balanza es el gasto que el organismo realiza de esa
energía y nutrientes, y que es distinta en función de la edad, sexo, ritmo de
crecimiento, composición corporal, actividad física, estado de salud o enfermedad y
otros factores no bien determinados.

Ejercicio adecuado: Se debe establecer un programa que facilite la realización de


actividad física que garantice las siguientes condiciones: Constante, aeróbica,
progresiva, familiar, educativa y adecuada

La realización de ejercicio diario tiene corno ventajas aumentar el gasto de energía,


disminuir el apetito (a diferencia de lo observado en muchos adultos), mantener una
masa muscular, disminuir las cifras de tensión arterial, de colesterol LDL
(lipoproteínas de baja densidad) en un 20 a 25% y la resistencia periférica a la
insulina hasta lograr concentraciones séricas normales de ésta.

El ejercicio, aunado a una alimentación balanceada, permite disminuir la adiposidad


hasta lo normal sin modificar la velocidad de crecimiento; a largo plazo evita la
recuperación del sobrepeso, en tanto que a corto plazo logra una mejoría sustancial
de la autoimagen, autoestima y sensación de efectividad física y social.

S-ar putea să vă placă și