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Esclavitud Aceptada

Emilio del Barco

Las creencias pertenecen al reino de la fantasía. Las ciencias son básicas para el
conocimiento de la realidad. Ambos conceptos, si no son contrarios, sí, al menos,
heterogéneos. No puede hacerse una mezcla de ambas elementos, porque los dos
resultarían dañados. Ciencia poética, o poesía científica, no son una contradicción
en sí, aunque difíciles de aunar.

La concatenación medieval y renacentista entre los poderes políticos y religiosos,


constituidos en una sólida masa social, los ayuda a consolidarse en una pirámide
inabordable, sostenida por la artificiosidad de las purezas de sangre y la legitimidad
prioritaria de los cristianos viejos. La legitimación doctrinal de las clases sociales
diferenciadas, consolidó los derechos heredados. No es bueno cultivar diferencias
entre humanos. En África no se protesta, se muere.

La ayuda humanitaria, durante y tras las guerras, debería ser administrada, siempre
y totalmente, desde la ONU, sin asignaciones doctrinales. Lo contrario, es una
rebuscada humillación final de los desposeídos. Siendo, igualmente, una
prolongación insultante del botín exigido a los derrotados, ver a las tropas invasoras
repartiendo catecismos, en señal de amistad. Cuando es una nueva forma de
afianzar la victoria de los invasores. Nadie puede arrogarse el derecho de especular
con el bienestar de la Humanidad. Cuando la libertad beneficia sólo a los
poderosos, empieza a ser ilegítima. ¿Cómo puede el misionero blanco convencer, a
un negro esclavizado, de su sinrazón? ¿Cómo podría éste creer que el Dios del Amor
está de parte de los negreros? Todo hombre es esclavo de su propia historia.

Ascendientes, descendientes y colaterales, nos han ido rellenando el cerebro con


sus ideas. Al final, cada cual no hace más que digerir lo que ingirió. Desde tierras
lejanas, desde civilizaciones diferentes, desde circunstancias distintas, con
antecedentes diversos, ¿cómo podemos meternos en la piel de otros pueblos y
juzgar la rectitud de sus hechos? Individuo y sociedad son permeables e
interactivos. Tanto la sociedad, como los que la forman, están en continua
evolución. Cuando se pretenda llegar a ciertas metas revolucionarias, lo más seguro
es: alcanzarlas por medios evolutivos, no invasivos. Presionando en la dirección
deseada, de forma suave, pero conscientemente. Al menos, es la forma ideal de no
morir en el intento. Las circunstancias, las personas y las sensibilidades cambian.

Las leyes, para que no se petrifiquen, deben ir evolucionando con la sociedad. No


creo que, dentro de la estricta democracia, pueda encontrarse excusa a la
excepción denegatoria. Las circunstancias, las personas y las sensibilidades
cambian. Las leyes, para que no se petrifiquen, deben ir evolucionando con la
sociedad.

Tras los descubrimientos de los manuscritos del Mar Muerto, se ha visto que tales
teorías ya habían sido expresadas, con anterioridad, en la comunidad esenia, que
no acataba las reglas emanadas del Templo de Jerusalén. San Pablo, en su ''Carta a
los Gálatas'', suscribe que ''Cristo nos ha liberado de la esclavitud de la Ley''. Con lo
que se refiere a la no–obligatoriedad, para los cristianos, de cumplir las normas
judías. Emilio del Barco. 07/09/09.

mailto:emiliodelbarco@hotmail.es

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