Creyentes Ciegos

Emilio del Barco

El Hombre no es amo, ni enemigo exterior, de la

Naturaleza, sino parte de la misma. Influido e influyente. Destruye y
construye, como los dioses que ha concebido, a su imagen y
semejanza.

La elevación del Dios Único a ser espiritual, fue una sublimación paulatina,
exigida por la creciente necesidad intelectual de los creyentes, para hacer
de Dios un ser substancialmente distinto del Hombre. Al principio era un
señor que paseaba junto a Adán en el Paraíso. En nuestra particular
corriente de creencias. Entre las muchas existentes.

Aunque, en las primeras referencias a Dios en la Biblia, no queda claro que

se considere a éste como un ser singular, ya que el apelativo Elohim (El-
Ohim) implica un plural. Algo así como si, la primitiva idea de un Dios
poderoso, fuese la unión, en uno solo, de varios espíritus o fuerzas. Pues, la
traducción literal de su nombre, significa: los poderes, las fuerzas. Idea no
alejada de los presupuestos animistas. En el Génesis, antes de expulsar al
Hombre del Paraíso, habla Dios de Sí en plural, diciendo: ‘Ved ahí a Adán,
que se ha hecho como uno de nosotros, conocedor del Bien y del Mal’. Y
esto lo dice hablándose a sí mismo. También, cuando se dispone a
intervenir en la destrucción de la Torre de Babel, se expresa de la siguiente
forma: ‘Descendamos y confundamos allí su lengua.’

Esta polivalencia del Dios de Israel, parece indicar que, durante los
primeros años de su concepción, su personalidad aún no había adquirido
una definición única y exclusiva. Sino que era, más bien, considerado como
una unión de espíritus, al estilo animista.

Ciencia y creencias pueden coexistir, siempre que no se pretenda destruir la

ciencia, por temor a perder poder y hegemonía de las creencias. Los
científicos no buscan enemigos, sólo ampliar sus conocimientos, para el
beneficio de todos. El cultivo de las creencias suele conducir al incremento
de la ignorancia.

Se hace imprescindible potenciar las enseñanzas científicas, continuando

su apoyo efectivo, para alcanzar una mayor profundización en las
enseñanzas superiores. La ciencia tiene enemigos. Más concretamente
entre organizaciones religiosas dogmáticas. Especialmente aquellas que
basan su doctrina en revelaciones intocables. La descripción dada en
diferentes doctrinas sobre el proceso de la Creación, es insostenible, desde
un punto de vista científico. Pero, siguiendo directivas, se presenta como
falsa toda afirmación científica que pudiera considerarse divergente del
relato religioso. No se paran a considerar, estos teóricos revisionistas de la
ciencia, que sus relatos fueron tomados de otras religiones coexistentes,
exteriores y anteriores a su propia línea de revelación.

Somos, en todo, una parte de la Naturaleza, y, parcialmente, una

excrecencia de nosotros mismos. Es decir, la evolución del género humano
se desarrolla totalmente dentro de la Naturaleza, pero el Hombre está
adquiriendo el poder de seleccionar, voluntariamente, la dirección que
dicha evolución pueda tomar. En principio, cada individuo influye en su
propia vida, dentro de unos límites fijados por sus posibilidades, medios y
conocimientos. Al tiempo, puede influir en otros, 09/09/10. Emilio del Barco.
emiliodelbarco@hotmail.com