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Un crédito vehicular representa una oportunidad de adquirir un vehículo que tiene un valor
muy alto, sin tener que aportar de golpe una cantidad importante de dinero para pagarla al
contado.
Los créditos vehiculares son préstamos a largo plazo que conceden las entidades financieras,
respaldados en la prenda del vehículo que se compra, es decir la entidad financiera se queda
con el derecho de forzar la venta de dicho vehículo para liquidar la deuda en caso de que ésta
no sea satisfecha según lo acordado.
Algunas entidades financieras te ofrecen la posibilidad de financiar el crédito sin tener la cuota
inicial. Esta es una oportunidad interesante si no cuentas con los ahorros suficientes para
cubrir el monto necesario; sin embargo, debes evaluarlo para que no te genere demasiados
intereses. Si optas por un crédito sin inicial, no escojas el plazo máximo y así evitas pagar
muchos intereses.
Por otro lado, otras entidades te permiten acceder a una cuota inicial más básica, es decir, un
monto menor que puede ser cubierto con facilidad y así financiar el auto sin problemas.
Tasas preferenciales
También puedes acceder a tasas de interés más cómodas, lo que en definitiva representa un
ahorro, pues a lo largo del plazo del crédito, se generarán menos intereses, es decir, la compra
del auto te saldrá más barata.
Al ser cliente del banco, ya tienen una parte de tu información, lo que facilita la comprobación
de los datos necesarios, por lo que el proceso puede resultar más fácil y cómodo.
2. Financiación a través del concesionario. También son los concesionarios los que ofrecen al
comprador una vía con la que financiar la compra que es a través de ellos mismos. Las
principales marcas suelen contar con una entidad asociada con la que poder proporcionar
financiación. Esta opción aporta ciertas ventajas en cuanto a la facilidad para la concesión, así
como la comodidad de no tener que acudir a ningún otro lugar y la rapidez de la gestión.
Además, si el concesionario tiene mucha necesidad de dar salida a los coches, podría pasar que
se consiguiesen negociar unas buenas condiciones.
Si opta por la financiación del concesionario usted obtiene la financiación a través del
concesionario. En este caso, usted y un concesionario formalizan un contrato en el cual se
establece que usted compra un vehículo y acepta pagar el monto financiado, más el cargo
financiero acordado, durante un período de tiempo. El concesionario puede retener el
contrato, pero usualmente se lo vende a un banco, compañía financiera o cooperativa de
crédito (llamado asignatario o cesionario) que se ocupa de administrar la cuenta y de cobrar
los pagos.
Las ventajas que ofrece la financiación a través del concesionario son bastantes, destacando,
entre otras:
Flexibilidad: Los márgenes con los que cuentan son muy amplios (al igual que a la hora
de “regatear” el precio final del vehículo)
Domiciliación: Las cuotas las podemos domiciliar en nuestro propio banco, sin
necesidad de tener que abrir una nueva cuenta.
Comodidad: La tramitación se realiza en el propio concesionario.
Facilidad: Hay mayor facilidad para obtener el préstamo, al considerarse el propio bien
como parte de la garantía de pago.
La más importante: No suponen un mayor nivel de endeudamiento con la entidad
bancaria del cliente.
En cuanto a desventajas podríamos enumerar alguna:
No se suele financiar el 100 % del valor total del coche (depende también de la
entidad).
Imposibilidad de transferir el automóvil sin liquidar o amortizar totalmente el crédito,
cuando exista “reserva de dominio”.
El leasing vehicular es una alternativa de financiamiento a mediano plazo, que permite adquirir
un auto optimizando el manejo financiero y tributario de las empresas.
“Está dirigido a segmentos corporativos, empresas, negocios y hasta pymes, quienes son los
principales demandantes de financiamiento para sus inversiones”, agrega el especialista.
A través del leasing, el cliente puede financiar un vehículo de cualquier tipo. Durante el
periodo de vigencia del contrato, legalmente la propiedad es de la empresa arrendadora, la
misma que será transferida al cliente cuando haya cumplido con las condiciones estipuladas en
el acuerdo de arrendamiento financiero y pueda ejercer su derecho de opción de compra al
final del financiamiento.
Los beneficios
Tasas competitivas que sumados a los beneficios tributarios podrían reducir los costos
de financiamiento.
La cuota inicial podría ser más baja que un crédito vehicular usual pudiendo llegar
hasta cero en función al perfil de la empresa.
Adaptación de cronograma de pagos de acuerdo a los flujos de caja de la empresa.
Se hace uso de la depreciación acelerada del bien obteniendo convenientes beneficios
tributario. La depreciación se realiza en forma lineal en el plazo pactado en el contrato,
con un mínimo de 24 y un máximo de 48 meses.
En términos tributarios, el IGV es aprovechado por el cliente como crédito fiscal
durante el plazo del contrato.
Es un mecanismo financiero que ayuda a las empresas a explotar oportunidades de
negocio disponiendo de inversiones bajas (cuota inicial), cubriendo las cuotas con el
mismo ingreso del negocio.