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TEORIAS DE EMPUJE DE SUELOS RANKINE Y COULOMB 1

Universidad Distrital Francisco José de Caldas


Facultad Tecnológica

Maestría en Ingeniería Civil


Estructuras de contención
Ing. Hernando Villota Posso

Diego Rene Pérez González


Teorías de empuje de suelos Rankine y Coulomb
Abril 28 del 2020
TEORIAS DE EMPUJE DE SUELOS RANKINE Y COULOMB 2

Resumen
Dentro del diseño de estructuras de contención existen tres tipos de empujes dependiendo
del grado de libertad de la estructura y de las condiciones del suelo, siendo los más
utilizados en muros de contención el empuje pasivo y el empuje activo; los cuales se
pueden calcular mediante la aplicación de dos métodos: Rankine y Coulomb; estas teorías
tienen igual aplicación a suelos cohesivos, presencia de nivel freático, carga en el trasdós o
inclinación del relleno. El método de Rankine presenta bastantes aplicaciones practicas y se
podría decir que el proceso de calculo se simplifica bastante con respecto a la teoría de
Coulomb, ya que no considera la fricción que se genera entre el muro y el suelo.
De todas formas, se hace bastante importante mencionar los aspectos más relevantes de
cada formulación, junto con su aplicación dentro de las estructuras de contención.
Palabras clave: Empuje de tierras, teoría de Rankine, teoría de Coulomb, estructuras
de contención, geotecnia, muros.
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El diseño de estructuras de contención comprende el análisis de las presiones


ejercidas por el peso propio del suelo junto con la acción del agua. Los primeros métodos
para la determinación de las cargas de tierra que actúan sobre dichas estructuras fueron
desarrollados en los siglos XVIII y XIX por Coulomb y Rankine. Estas teorías fueron
concebidas bajo la premisa de que la estructura a analizar es rígida y se mueve como una
unidad. Además de esto, se supone que la masa de suelo que carga el muro está en
equilibrio y sufre fallas sistemáticas a medida que la estructura se desplaza. Estos
supuestos no tienen en cuenta los efectos de interacción entre la estructura del suelo y los
procesos constructivos del sistema. No obstante, las teorías de Coulomb y Rankine
proporcionan medios simples y razonablemente precisos para estimar los empujes
producidos por las masas de tierra, en donde siguen siendo herramientas útiles en la
actualidad.

Cuando se calcula una estructura de contención de tierras, existen distintos empujes


a considerar dependiendo de la movilidad entre la estructura y las partículas de suelo, en
donde básicamente se habla de tres tipos de empujes:
• Empuje activo: Se produce cuando la estructura de contención se desplaza o gira
hacia el exterior y por lo tanto el terreno se descomprime. Este tipo de empujes
presenta un valor menor respecto a los otros dos tipos, y se aplica a muros en
ménsula donde existe libertad de movimiento.
• Empuje pasivo: Se produce cuando el elemento de contención se desplaza o rota
hacia el interior del terreno, y por lo tanto lo genera compresión sobre el mismo, con
lo cual se podría decir que presenta unas condiciones de empuje máximo. Se usa en
muros anclados y tensados contra el terreno.
• Empuje en reposo: Consiste en un estado intermedio entre el activo y el pasivo,
donde la estructura prácticamente no sufre deformación y el empuje tiene un valor
similar al del estado tensional inicial en el terreno. Por ejemplo, en muros de sótano
o estructuras donde se impide el desplazamiento lateral.

De todas formas, se hace importante conocer las diferencias entre el método de


Coulomb y el de Rankine e intentar de definir cuando es mejor utilizar el uno o el otro. En
ambas teorías se puede generalizar la aplicación a los casos de terrenos cohesivos,
presencia de nivel freático, cargas uniformes sobre el trasdós e inclinación del relleno detrás
del muro. Siendo 𝜎𝑣′ el esfuerzo efectivo vertical y 𝑐 ′ la cohesión efectiva de la masa de
suelo, el empuje activo 𝑃𝑎 se define como la resultante de los empujes unitarios 𝜎𝑎′ que
puedan determinarse mediante la siguiente formula:

Y para el caso de empuje pasivo de forma similar:

La cohesión es un factor determinante para disminuir el empuje del terreno, pero no


se podría saber con certeza si se va a desarrollar de acuerdo al análisis inicial del estado de
esfuerzos, por lo que es mejor despreciarla, ya que se hace difícil estimar su efecto de
forma precisa; por lo que es mejor estar del lado de la seguridad de una manera
conservadora.
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1. TEORIA DE COULOMB
La teoría de Coulomb (1776) referente al empuje de tierras, se basa en las
siguientes consideraciones:
• Se considera la fricción entre el muro y el suelo.
• La masa de suelo es homogénea e isotrópica.
• El material presenta una resistencia al esfuerzo cortante dada por la ecuación
Coulomb – Terzaghi.
• La superficie de falla se considera como plana.
• La falla en la cuña es similar a la de un cuerpo rígido.
• La resistencia al corte del suelo se moviliza a lo largo de la superficie de falla.
• La falla es un problema de deformación plana, y el muro se considera de longitud
infinita.
(Lucero Pardo, Pachacama Caiza, & Rodríguez Montero, 2012) señalan que la
teoría de Coulomb aplica la siguiente hipótesis: “El método supone que las superficies de
deslizamiento son planas, pero esta hipótesis es muy discutible en el caso del empuje
pasivo. El problema queda resuelto para un muro cualquiera, con un trasdós que no
necesita ser vertical, y un terreno con una determinada inclinación y con unas cargas sobre
su superficie. Se supone conocido el peso específico del terreno, el ángulo de rozamiento
interno y el ángulo de rozamiento muro-suelo”. Se podría decir que en la actualidad es el
método más empleado para el diseño de muros por el método de equilibrio límite, y se
emplea con gran efectividad en el calculo de muros de gravedad, lo que conlleva a grandes
ahorros de material.
A continuación, se presentan las fórmulas de los coeficientes para los empujes
activo y pasivo, junto con las graficas representativas de los mismos:

Figura 1. Principios de la Teoría de Coulomb


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Sin embargo, se podría asegurar que la principal causa de error en los resultados
obtenidos al determinar los empujes aplicando el principio de Coulomb, se resume en la
suposición de que el suelo sea una masa isotrópica y homogénea, y que la superficie de
falla sea plana.
Para el caso de rellenos con fisuras, no es recomendable aplicar las ecuaciones de
Coulomb; por dicha razón se podrían utilizar de forma aproximada, para obtener valores
cercanos de diseño.

2. TEORIA DE RANKINE
El método de Rankine (1857) considera a la masa de suelo en un estado de
equilibrio plástico, teniendo en cuenta que se interpreta como el mínimo estado de equilibrio
antes de la rotura.
El trabajo de Rankine consistió en estudiar los estados de tensión correspondientes
a aquellos estados de equilibrio plástico que se producen simultáneamente en todos los
puntos de una masa semi-infinita de suelo, con el efecto solo de su propio peso.
Es decir que en el momento en que empieza a sufrir deformaciones para su
estabilidad, se cumplen las condiciones de deformación para que el suelo adyacente pase
del estado de reposo al equilibrio plástico. Por esta razón si un muro de contención puede
resistir el empuje activo, se puede decir que es estable.
Rankine asumió los mismos principios que Coulomb excepto que no tuvo en cuenta
la fricción que se produce entre el muro y el suelo; y de la misma forma la teoría para
obtener los empujes de tierra sobre los muros es más sencilla que la de Coulomb, pues se
basa en los siguientes aspectos:
• El suelo es una masa isótropa y homogénea.
• No existe fricción entre el suelo y el muro.
• El paramento interno del muro siempre es vertical, es decir que α = 90°.
• La resultante del empuje de tierras se encuentra aplicada a 1/3 de la altura del muro,
teniendo como punto de referencia la base, lo cual se puede ver en la figura 2.
• La dirección del empuje es paralela a la inclinación de la superficie del relleno el
trasdós del muro, formando el ángulo β con la horizontal, tal y como se muestra en
la figura 2.

Figura 2. Teoría de Rankine


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A pesar de que la hipótesis de que no existe fricción entre el suelo y el muro no es


del todo cierta, los resultados obtenidos mediante la teoría de Rankine en suelos no
cohesivos, se encuentran del lado de la seguridad, y los muros diseñados bajo este
concepto presentan un comportamiento aceptable.
Este método tiene muchas aplicaciones prácticas, como es el caso de muros en
ménsula, donde los supuestos de Rankine simplifican bastante el proceso de cálculo. El
cálculo de empujes sobre un muro con el modelo de Rankine se reduce a obtener los
esfuerzos efectivos en la profundidad crítica y aplicar las fórmulas correspondientes. Por lo
tanto, es bastante sencillo calcular los esfuerzos en terrenos estratificados, teniendo en
cuenta la existencia de una carga uniforme sobre la corona del relleno. Además, este
método permite determinar si existen grietas por tracción junto con su profundidad en el
caso de suelos cohesivos.
Los coeficientes de empuje activo y pasivo para un terreno que forma un ángulo β
con la horizontal son los siguientes:

Teniendo en cuenta las formulaciones de Coulomb y Rankine, se podrían presentar


las siguientes conclusiones:

• En el caso de terrenos con varios estratos, la inclinación del plano de falla depende
directamente de cada estrato, en donde el problema no se podría resolver mediante
la teoría de Coulomb. Para este caso es recomendable utilizar la teoría de Rankine,
ya que la formulación es mucho más sencilla.
• La teoría de Coulomb no tiene en cuenta la grietas que se producen por tracción, es
por eso que, para el caso de suelos cohesivos el cálculo de la profundidad en dichas
grietas se debe realizar mediante el planteamiento de Rankine.
• Si no existe cohesión en la masa de suelo, ni tampoco adherencia entre el muro y el
terreno, con la teoría de Rankine se puede afirmar que la resultante del empuje
activo esta localizada a un tercio de la base del muro. En el caso contrario, el
método no proporciona de forma directa la localización de la fuerza de empuje.
• El método de Rankine es difícil de emplear en los siguientes casos: trasdós
quebrado, superficies del terreno no planas en el trasdós, y la existencia de cargas
arbitrarias sobre el mismo; para lo cual el método de Coulomb es mucho más
preciso.
• El método de Coulomb no estima bien el empuje pasivo, ya que la superficie de falla
no es plana y la distribución de esfuerzos no presenta una figura triangular, con lo
cual se obtienen valores sobredimensionados (más del lado de la inseguridad). En
donde el método de Rankine es más conservador para el cálculo de empujes
pasivos.
• La teoría de Rankine no tiene en cuenta la fricción que se genera entre el muro el
suelo, lo cual es un aspecto bastante importante para muros de gravedad; es por
eso que se recomienda calcular lo empujes activos con Coulomb.
• Coulomb permite cualquier tipo de sobrecargas en el trasdós del muro, ya sean
constantes, puntuales o triangulares, siempre que sean infinitas a lo largo del muro,
ya que simplemente se adicionan en las ecuaciones de equilibrio.
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Bibliografía

Braja, M. D. (2001). Fundamentos de Ingeniería Geotécnica. California, Sacramento,

Estados Unidos: Thomson Learning.

Castilla, U. d. (2011). Teorías de empujes en muros de contención. España.

De la Fuente Lavalle, E. (2013). Problemas básicos de empujes de suelos sobre estructuras

de soporte. México: Instituto mexicano del cemento y del concreto.

Lucero Pardo, F., Pachacama Caiza, E., & Rodríguez Montero, W. (2012). Tesis: "Análisis y

diseño de muros de contención". Quito - Ecuador: Universidad Central del Ecuador.

Piqueras, V. Y. (2019). Empuje de tierras, ¿Mejor Coulomb o Rankine? Poli Blogs -

Universidad Politécnica de Valencia, 12.

Saéz, E. (2010). Fundamentos de Geotecnia. Pontificia Universidad Católica de Chile,

Departamento de Ingeniería, Santiago de Chile.

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