LEIDY MARITZA CRUZ VÉLEZ

El ser humano es sociable por naturaleza, en nuestra condición de seres sociales; las
personas necesitamos comunicarnos, por lo tanto, comunicarse hace parte del día a día.
Esta, nos permite construir la realidad en la que nos desempeñamos todos los días, además
de trasmitir información e intercambiar o compartir pensamientos e ideas.

La comunicación hace posible influir en las ideas y los sentimientos de los demás. Steve
Bavister y Amanda Vickers (2014), definen la Programación Neurolingüística “como un
modelo de comunicación que se centra en identificar y usar modelos de pensamiento que
influyan sobre el comportamiento de una persona como una manera de mejorar la calidad y
la efectividad de la vida”. Por tanto, con la Programación Neurolingüística (PNL) se
descubre cómo se comunica el ser humano consigo mismo y con su entorno, es decir, la
(PNL) trata de explicar cómo procesamos la información que nos llega del mundo que nos
rodea; resultando bastante útil dentro del proceso comunicativo. Por esta razón, es
indispensable establecer pautas de comunicación claras, que no den lugar a malos
entendidos entre el emisor y receptor; ya que mientras uno produce, otro comprende. Por
otra parte, el efecto Priming o de primado tiene que ver con la memoria implícita a largo
plazo, es decir, aquella que no puede examinarse de una manera consciente y que luego
utilizamos de manera inconsciente, en el cual un estímulo, como una imagen, experiencia,
sonido u olor presentado con anterioridad puede influir en la respuesta que se va a dar
posteriormente, gracias a un efecto facilitador en la detección e identificación de estímulos
del pasado (Platas G, 2017).

El proceso de priming y PNL juegan un papel importante en el mundo de los negocios y

marketing. En base a nuestras creencias y experiencias acabamos por asociar valores a los
productos, predisponiéndonos a ser o no ser clientes de una empresa. En general, las
diferentes experiencias en el entorno mediático y social que nos rodea crean un abanico
semántico y emocional en nuestra mente de mayor o menor intensidad en las que residen
las actitudes implícitas del consumidor. Según Genco et all (2013), “para poder influir en el
consumidor, se debe actuar sobre asociaciones fuertes, construidas en base a un proceso de
priming motivacional”, es decir, toda empresa debe primero que todo; conocer
profundamente a sus clientes y/o consumidores y, segundo, diseñar productos y estrategias
de comunicación a la medida de los deseos y actitudes de sus consumidores. Para el caso de
PNL, a través de esta, las empresas pueden identificar y/o detectar que canales manejan sus
consumidores. Todas las personas manejamos los canales de comunicación visual, auditivo
y cinético (el que atiende más a las sensaciones). Solo que siempre uno de estos es más
predominante que los otros (Beltrán O, 2017). Como resalta Gonzáles “Todas las personas
tenemos la capacidad de desarrollar cualquier canal de comunicación, la percepción es
cómo usted entiende el mundo”. Por lo tanto, estos canales son una herramienta útil para
mejorar la comunicación con los consumidores y a su vez la estrategia en las empresas.
 LEIDY MARITZA CRUZ VÉLEZ

Podemos concluir que estos modelos, tanto el PNL como el efecto priming, aplicándose a
los negocios internacionales; le permiten a las empresas tener mayor cercanía o
aproximación al consumidor a través de diversos elementos y herramientas. Por una parte,
el efecto priming es una herramienta y/o táctica útil, que a partir de ciertos estímulos
influye en la percepción y determinar la conducta de los consumidores sin que se den
cuenta. Por otra, el PNL, a través de varios canales de percepción o comunicación le
permite a las empresas mejorar su comunicación y estrategias con los consumidores.