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La palabra ética proviene del griego ethos cuyo significado es costumbre. Esta ciencia
se relaciona estrechamente con la moral tanto que ambos términos se confunden con
frecuencia. Ambos términos tienen el mismo significado etimológico con la diferencia
que la moral proviene del latín mos. La ética no receta ninguna norma o conducta, ni
ordena ni dicta directamente que debemos hacer. Su objetivo es clarificar que es lo
moral, como se fundamenta una moral racionalmente y como se ha de utilizar en los
distintos ámbitos de la vida social.
Los profesionales ocupan un lugar relevante tanto en el ámbito social como personal.
La ética profesional es condición de posibilidad y realización del bien social y la justicia,
vinculándose a nuestros proyectos de vida.
En conclusión, la ética profesional es una ciencia normativa que estudia los deberes,
derechos, obligaciones y facultades que tiene el individuo en virtud de la profesión o
trabajo que desempeñe en la sociedad. La importancia de la moral profesional,
deontología o ética profesional radica en el alcance social que tiene, ya que uno de sus
fundamentos básicos es el ser instrumento de servicios colectivos.
1. AUTONOMÍA:
2. RESPONSABILIDAD:
Se refiere a la capacidad de responder por las propias acciones que realizamos o por la
de las demás personas.
También implica escuchar activamente, esto es, discernir, situar mis cualidades, deseos
y circunstancias en el horizonte de mis motivaciones morales profundas y desde ahí
decidir, responder etc.
¿De qué somos responsables? Respondo de la acción o la obra bien hecha (aquella que
realiza bien el objetivo de la misma), de las consecuencias y de las omisiones.
¿Ante quién? Ante nosotros mismos y ante los otros. Esos otros son a veces personas
concretas con las que establecemos relaciones directas y, en otras ocasiones, sujetos
anónimos a los que alcanzan las consecuencias de nuestras acciones.
¿En virtud de qué? Las razones son múltiples y dependen del paradigma ético en el
que nos coloquemos (por ejemplo: honestidad, centrarse en el beneficiario de la
actividad, respeto a la autonomía de las personas, respeto a los compromisos y pactos,
y colaboración en torno a bienes comunes o convergentes).
3. COMPETENCIA PERSONAL:
No solo se requiere las competencias de cada persona, sino también una utilización
adecuada de esas competencias, tener una conducta profesional adecuada.
PRINCIPIOS
El primer principio (de beneficio o beneficencia) se refiere a los bienes y servicios que
proporciona el profesionista a la sociedad. Dicho principio hace evidente la falta de
simetría entre quien ofrece el servicio y el beneficiario de la actividad.
El segundo principio autonomía: Consiste en considerar que el receptor de los servicios
(individual y colectivo) no es un ente pasivo, sino sujeto protagonista, con derechos y
obligaciones. Se deriva de la obligación social de garantizar a todos los individuos el
derecho de consentir antes de que se tome cualquier tipo de acción con respecto a
ellos (protegiendo de manera especial a los que no pueden decidir por sí mismos).