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Aprender en el Siglo 21
Módulo 1
Las personas tenemos la capacidad de ser proactivas, esto quiere decir dirigir nuestras propias
acciones para conseguir determinados propósitos. De esta forma cobra gran importancia la
capacidad de autorregulación del propio comportamiento.
Los procesos de aprendizaje son sumamente variados, sin embargo se ha observado que los
estudiantes que desarrollan un proceso autorregulado de estudio transitan por tres etapas:
Ejecución: esta fase comprende la puesta en práctica de estrategias del aprendizaje, la habilidad
para direccionar el esfuerzo y la motivación necesaria para cumplir con las tareas académicas.
Monitoreo: en esta fase se evalúa y reflexiona sobre los resultados alcanzados, analizando aspectos
que pueden mejorarse para futuro o la necesidad de pedir ayuda.
La autorregulación del aprendizaje es una competencia que se puede desarrollar, pero requiere
cierta práctica y esfuerzo. Para ello el primer paso es tomar conciencia de nuestra manera de
aprender, la cual la podemos encontrar en los resultados del test de autorregulación.
La autorregulación del aprendizaje no es algo que ocurre, sino que se trata de una capacidad que se
desarrolla. Para lograr autorregular el aprendizaje, se requieren habilidades específicas en cada una
de las fases:
Planificación:
Durante esta fase los estudiantes analizan las características de las actividades que van a realizar.
Aquí se establecen las metas y se planifica cómo alcanzarlas, es decir, realizar una adecuada gestión
y distribución del tiempo. Establecer una agenda de trabajo será clave para transitar con éxito la fase
de planificación. Metas + Agenda = Planificación.
Ejecución:
En esta fase el alumno debe cumplir con la agenda que armó y usar estrategias de estudio más
profundas que la repetición y el repaso.
Ejecutar adecuadamente el proceso de aprendizaje requiere que tengamos la capacidad de regular
nuestro comportamiento para cumplir las metas incluso cuando no tengamos ganas de hacerlo. Esta
tarea es algo difícil ya que por lo general tenemos la tendencia de posponer las actividades que no
nos resultan agradables. Esto se conoce como procrastinación y consta en postergar actividades que
deben atenderse sustituyéndolas por otras más irrelevantes o agradables.
Monitoreo:
Los alumnos que son reflexivos sobre su proceso de aprendizaje, que sistemáticamente dedican
tiempo a pensar cómo están estudiando y cómo pueden mejorar su proceso de estudio, son aquellos
que mejoran su capacidad de autorregulación. Es por ello que la fase de monitoreo es esencial para
mejorar el proceso de autorregulación del aprendizaje.
La capacidad para monitorear el aprendizaje no es solo importante porque genera mejoras a largo
plazo, sino que es indispensable para saber cuándo debo pedir ayuda. Por otra parte, el monitoreo
del aprendizaje es de gran importancia para que pueda ir efectuando paulatinamente cambios
continuos que me lleven a mejorar la manera en la cual aprendo.
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- Factibles: las metas deben ser alcanzables de lo contrario solo conseguiremos frustrarnos,
bloquearnos y desmotivarnos. Es preferible comenzar con metas simples y alcanzables para luego ir
aumentando de a poco su dificultad. Esto último se conoce como la descomposición paso a paso.
-Centradas en acciones: ahora bien ¿Cómo hacer para que un objetivo se vuelva más factible?
Para ello debemos centrar las metas en acciones. Es común que muchos se planteen metas
centradas en los resultados pero estas no son metas adecuadas. Hay que saber diferenciar entre las
metas resultado y las metas de proceso que son las que se enfocan en las cosas que deben hacerse
para alcanzar los resultados.
Plantearse metas centradas en acciones no ayudará a tener mayor control de la situación y
aumentar nuestra motivación. Por ende, si uno realiza las acciones, los resultados ocurrirán tarde o
temprano.
- Temporales: es importante que las metas tengan fecha de inicio y fecha de finalización. De no
hacerlo se corre el riesgo de ir posponiendo el objetivo y no llegar a cumplirlo. Es de gran utilidad
usar una agenda o algún recordatoria y a su vez plantear metas realistas en tiempos razonables.
La sensación de que las actividades nos desbordan y que el tiempo no nos alcanza es muy habitual.
Los problemas asociados a la sobrecarga pueden deberse a dos motivos. El primero es que
efectivamente tienes muchas actividades y el tiempo del que dispones no es suficiente. El segundo
motivo es que dispones del tiempo suficiente, pero no logras organizarlo bien. En ambos casos, la
capacidad para hacer una buena gestión del tiempo es indispensable.
La sobrecarga muchas veces se debe a que no ejecutamos muchas actividades porque consideramos
que en ese momento no eran urgentes y luego debemos resolver simultáneamente tareas nuevas y
tareas antiguas que dejamos sin hacer. Dicho de otra forma, hay personas que pasan sus semanas
trabajando sobre actividades que deberían haber hecho en el pasado (“los que miran para atrás”),
en vez de estar trabajando sobre acciones que le permiten anticiparse a lo que va a ocurrir (“los que
miran para adelante”). Lo ideal es tratar de estar en el grupo de los que miran para adelante ya que
esto nos dará un margen de control y tranquilidad. Por el contrario, los que miran para atrás pueden
sufrir la sensación de sobrecarga y estrés.
Una cosa muy importante a tener en cuenta es que no existen personas que 100% miran para
adelante o 100% miran para atrás. Tenemos un porcentaje de ambos estilos, sin embargo hay que
tratar de que el porcentaje de mirar parar adelante sea mayor.
Para lograr una gestión de tiempo adecuada, es importante que primero tengamos una visión
panorámica de nuestras metas u objetivos. Para ello no debemos perder de vista los objetivos que
tenemos en el mes al momento de realizar una planificación semanal.
Al momento de hacerla es importante jerarquizar las tareas sabiendo diferenciar entrar lo urgente y
lo importante. Generalmente, lo urgente suele acaparar nuestro tiempo. Las personas tendemos a
darles más prioridad a cosas urgentes y posponer cosas que son importantes pero no tan urgentes.
Esto lleva a que no podamos salir del círculo de lo urgente y que pasemos la semanas
constantemente mirando hacia atrás. Para poder salir del círculo de lo urgente, necesitamos dedicar
tiempo a actividades importantes. Por este motivo, al momento de planificar nuestra agenda
semanal, las primeras actividades que incluiremos son las que consideramos más importantes. Para
ello, prestaremos atención a la “visión panorámica” de nuestros objetivos mensuales. En la medida
en que podamos traer tareas importantes del futuro al presente, menos urgencias tendremos que
resolver semana tras semanas.
Además de la agenda semanal, es útil disponer de una agenda diaria y trabajar sobre bloques de
tiempo. Cada bloque debe incluir un momento para realizar la tarea prevista y un momento para
descansar y recuperarse del desgaste que implica haber realizado esa tarea. Es importante tener en
claro que el descanso forma parte del estudio y de no tomarlo corremos el riesgo de seguir
estudiando pero sin comprender lo que estamos haciendo.
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obstáculos que pueden afectar el proceso de aprendizaje: incumplir con la planificación y usar
estrategias superficiales de estudio.
En ambos caso lo que se hace es lo mismo, ocuparse de cosas menos relevantes. Lo cierto es que
este hábito nace en nuestra mente a partir de nuestros pensamientos y siempre hay un
pensamiento que dispara la procrastinación. Ese tipo de pensamiento se denomina pensamientos
permisivos y son pequeñas excusas que nos convencen de posponer las tareas minimizando las
consecuencias. A este tipo de postergación se conoce como procrastinación hedonista, ya que la
persona pospone tareas importantes pero displacenteras, por otras menos relevantes pero más
placenteras.
Las personas también posponen actividades por miedo. El miedo al fracaso y el perfeccionismo
alientan a la postergación ansiosa.
Lo cierto es que es muy común experimentar cualquiera de los dos tiempos de postergación o
ambos y que afortunadamente se puede aprender a cambiar estos patrones. Una vez reconocido el
tipo de procrastinación dominante es importante gestionar los pensamientos.
Por otra parte, para vencer la procrastinación ansiosa es importante gestionar los pensamientos
amenazantes, que son los que te convencen de que no eres capaz, que no te va a salir bien y que no
eres lo suficientemente bueno (visión catastrófica del problema). Para superar este tipo de
postergación también hay que aprender a identificar y modificar esos pensamientos por un
pensamiento antídoto.
B) Gestionar la energía:
La gestión inadecuada de la energía también puede convertirse en un problema, ya que puede llevar
a que todo se vuelva caótico y desordenado.
En primer lugar, es importante reconocer los horarios más productivos del día, es decir, reconocer
los momentos en los que uno se siente con más energía o la suficiente para realizar las actividades
planificadas. Por otra parte, hay que reconocer los horarios en los que uno se siente más cansado y
menos productivo.
Lo ideal es ser más consciente de cuál es el momento del día de mayor productividad y aprovechar
ese momento al máximo. Para ello, es clave no dispersarse y tratar de eliminar cualquier actividad
que nos saque de foco durante ese momento.
1) Resumir información: realizar resúmenes consisten en reducir el texto a las ideas principales o
más importantes. Expresar las ideas con nuestras propias palabras se llama paráfrasis y es una
estrategia útil para retener las ideas y recordarlas más fácilmente.
2) Representaciones gráficas: esquemas, cuadros y diagramas son útiles para lograr un mejor
aprendizaje de los contenidos. Permiten identificar de un vistazo las ideas importantes y sus
relaciones.
- El esquema consiste en una representación con una estructura lógica de las ideas principales
organizándolas según su nivel de generalidad. Ideales para pasos, etapas o procesos.
- Los diagramas permiten representar ideas y sus relaciones causa- efecto o condicionales.
- El cuadro comparativo permite identificar a simple vista las semejanzas y diferencias entre datos,
hechos o situaciones. Ideales para resumir o visualizar ideas contrapuestas.
3) Lectura comprensiva: es importante que al leer un texto se intente vincular los conceptos e ideas
planteadas con conocimientos que ya poseemos, con experiencias o hechos. Se trata de abordar la
lectura como un diálogo con el texto.
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4. Monitorear el aprendizaje
La mejora continua de nuestro proceso de aprendizaje implica que podamos desarrollar nuestra
capacidad de auto-monitoreo. Esta última fase a menudo es dejada de lado y conlleva otro
problema. Al no percatarse de algún déficit las personas no solicitan ayuda y la búsqueda de apoyo
es una variable crítica para mejorar el proceso.
Para seguir mejorando el proceso de aprendizaje es necesario contar con un apoyo social. Por lo
general se considera que el proceso es algo que se desarrolla en solitario cuando en realidad son
muchas las personas que directa o indirectamente pueden ayudarnos a lograr alcanzar las metas.
El apoyo hace referencia a todo tipo de ayuda y consuelo proporcionado por lo demás. Se suele
- Apoyo socio-emocional: es cuando otras personas te hacen sentir valorado, contenido, reconocen
tus esfuerzos, te dan tranquilidad y te ayudan a sobrellevar obstáculos. Ej: grupo de compañeros
- Apoyo práctico: es cuando las personas te ayudan a enfrentarte a problemas cotidianos. Ej: algún
familiar que te releve de ciertas tareas del hogar.
- Apoyo informativo: proviene de docentes o tutores que pueden brindarte información, orientación
o consejos para tomar decisiones o resolver problemas académicos.
Cada tipo de apoyo requiere de personas específicas, algunas pueden ayudarte con algún tipo de
apoyo y otras en más de un tipo.
2) Desarrollo de hábitos:
Autorregular el aprendizaje puede suponer un esfuerzo pero a medida que las conductas se repiten
estas se convierten en hábitos y gracias a la repetición y a la práctica cada vez demandan menos
esfuerzo.
Existe una asociación entre contexto y conducta, es decir, que cada vez que se esté en determinado
contexto automáticamente se desencadenará una conducta. Dicha conducta deja de ser un proceso
controlado para pasar a ser un proceso automático.