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Automedicarse

todos hemos caído alguna vez en la tentación de auto medicarnos ante los
síntomas de una gripe aguda, un dolor de estómago esporádico, un leve
esguince de tobillo.
se extiende más allá de lo rutinario ya que muchos utilizan los remedios de la
abuela o los consejos de un pariente cercano.
Los medicamentos tienen reacciones adversas, y advierte que puede generar
desde una hipersensibilidad hasta reacciones severas que pueden llevar a un
shock o a la muerte del paciente.
Significa: la automedicación como la “selección y uso de los medicamentos,
que no requieren prescripción, por parte de las personas, con el propósito de
tratar enfermedades o síntomas que ellos mismos pueden identificar.”

Numero alarmante: El hecho de no consultar al médico causa alrededor de


10.000 muertes por año. El 10 % de los medicamentos que existen en el
mercado pueden comprarse sin receta, pero la realidad demuestra que el 30%
de las ventas se realizan sin prescripción médica.
Causas: Estas situaciones se fueron agudizando debido a la crisis económica,
que ha llevado a la población a la búsqueda de soluciones que le permita
mantener un nivel de buena salud al menor costo posible.
Consecuencias:
 El indebido consumo de analgésicos produce malestares gástricos,
úlceras y aumento de la presión arterial.
 Los antibióticos le siguen en el segundo lugar y su inadecuado consumo
produce resistencia bacteriana, o sea, la necesidad de utilizar
antibióticos más potentes y costosos.

Responsabilidad:
 El usuario, ya que muchas veces las adquiere y la usa sin prescripción.
 El comerciante que en muchos casos las vende sin exigir receta.
 El estado que no ejerce eficazmente el control necesario y minimiza la
importancia de las campañas de educación de los pacientes.

La propaganda también incentiva el consumo desmedido.


La promesa de curas rápidas, de milagrosas de reducciones del perímetro
abdominal, cremas para quitar imperfecciones y arrugas, son algunos de los
ejemplos del absurdo cotidiano que se vende en televisión.
Solución: Sólo a partir de estas nociones fuertemente arraigadas existe la
posibilidad de que se reviertan tendencias que ya están incorporadas a la vida
cotidiana y que, en gran medida, son fomentadas por algunas publicidades que
debieran ser controladas y equilibradas por algo más que el formulismo que
recomienda consultar al médico.

Recuerde:
 Existe la fantasía de que los medicamentos, mágicamente, curan todo.
 El nudo del asunto es que cuando una persona está enferma no se
realiza lo esencial:

Diagnostico:
 Los medicamentos no son efectivos sino se acompañan de un cambio
de los
hábitos cotidianos y de una indicación médica precisa.
 Las drogas farmacéuticas actúan en el tratamiento y prevención de las
enfermedades, sólo cuando son correctamente indicadas.
 Los remedios deben tomarse con un propósito determinado, según las
indicaciones de un profesional.
 El único que puede prescribir un medicamento es el médico.
 Lo mejor es recurrir a su médico.

1- Antropología medica visión cultural de salud

“hombres y mujeres de bata blanca” llamados así con todo respeto.

Desde las últimas definiciones emitidas por la OMS sabemos que la salud no
es sólo un estado biológico, fisiológico sino también un estado biopsicosocial,
la pregunta que surge es cómo se puede determinar en nuestras culturas que
tal afirmación es cierta.
Los antropólogos médicos han tenido tendencia a guiar sus investigaciones
como lo dice Gilles Bibeau de Montreal. a una antropología aplicada a las
sociedades tradicionales; hoy en día podemos decir que la salud y la
enfermedad han salido de ese ámbito y se han convertido en elementos
esenciales del discurso de una sociedad que vive bajo la lógica del mercado.
La salud y la educación, que fueron del ámbito de lo privado, hoy están al
frente de las preocupaciones políticas mundiales y locales, hasta llegar al punto
que son la construcción más importante de los indicadores sociales, son los
aspectos que nos señalan en qué grado de bienestar están nuestras
poblaciones.
actualmente se podría trabajar la relación entre salud, enfermedad y cultura
desde tres ópticas:
1- el análisis centrado en un discurso popular, es decir alejado del discurso
biomédico, al mirar cómo las sociedades identifican, describen y
denominan sus problemas de salud.
2- no sólo interesaría la explicación sino además la interpretación que la
gente hace de la situación de salud de la enfermedad.
3- mirar como todo esto modela, interactúa y construye la experiencia y la
acción.
el campo de la salud humana es un campo simbólico en el cual teorías
profanas y expertas comparten algunos símbolos y signos, y se diferencian en
otros.
La cultura es un fenómeno de representación simbólicamente eficaz de la
experiencia humana, maleable como los discursos que la constituyen, todos
ellos símbolos que generan otros símbolos. Interlocutores que generan otros
interlocutores.
éstos dos términos; soy yo el que está saludable o soy yo el que está
enfermo, es cierto que la epidemiología y la salud pública se han preocupado
por otros frentes, pero en realidad sigue siendo una responsabilidad individual
la salud y la enfermedad.
Las diferentes reacciones según las culturas no sólo nos muestran las
reacciones frente al dolor, a la queja, al malestar, a los síntomas.
Es en nuestro diario vivir, en nuestras expresiones cotidianas, en nuestros
juegos simbólicos que descubrimos las verdades tan entrañables para aquellos
que queremos promover la salud; ¿cómo hacerlo sino conocemos realmente lo
que “piensa el otro”, como construyen nuestras comunidades los conceptos de
salud y enfermedad?
Aquí podría aportar a la promoción de la salud, estudios encaminados a
comprender la dimensión emic y etic, para develar algunos de los secretos del
lenguaje de la salud – enfermedad, en las poblaciones.
En inglés hay tres maneras de expresar el concepto enfermedad, illness,
disease, sickness, cada una de ellas refleja una óptica o posición distinta de la
enfermedad.
1- es el sentir individual del estar enfermo
2- es la dimensión biológica orgánica de la enfermedad
3- está la dimensión social de la enfermedad
la medicina occidental como por ejemplo los parásitos intestinales, y para
muchos grupos étnicos africanos son parte del aparato digestivo y ayudan
en sus funciones.
la antropología, creo que es interesante investigar las representaciones
sociales de la salud y la enfermedad. Claudine Herzlich en los años setenta,
en un estudio realizado en Francia, termina concluyendo que en muchos de
los casos estas representaciones o concepciones de la enfermedad y la
salud son independientes del saber médico.
Es más bien buscar y entender como las diferentes sociedades o diferentes
grupos sociales dan forma y sentido a sus experiencias orgánicas
individuales, y mirar sobre esta base cómo se elabora una realidad social
colectivamente compartida.
En el caso de las clases altas, para ellos la salud es un valor personal a
través del cual se organizan los comportamientos de una rutina diaria,
comer bien, hacer ejercicio; para las clases medias trabajadoras, es un bien
social y público y para las clases pobres es una “bendición de Dios”, la
salud es una herramienta que posibilita la consecución del pan diario.
Una de las grandes preocupaciones es si el lenguaje utilizado por las
campañas de salud, tanto de prevención de la enfermedad como de
promoción de la salud, responden a los lenguajes populares y por ello
aumentan o disminuyen su efectividad. Aquí lo que se buscaría es entender
como los saberes (populares, médicos, profanos, colectivos e individuales),
las representaciones y los discursos toman sentido y me pueden ayudar a
entender las acciones asumidas por un grupo social.
Los estudios han mostrado como de mayor a menor recurso, el discurso de
la salud se convierte de un tema de libre expresión donde se busca la
realización personal, a un tema donde la salud es simplemente una buena
suerte y algo de lucha diaria. Tener salud, comer bien, hacer ejercicio no es
un asunto de orden natural sino de recursos.
El argumento común de que al estudiar, investigar y preocuparse de la
enfermedad conseguiremos proporcionar más salud al hombre era
irrebatible y aceptado por casi todos, hoy nos muestra carencias y nos
indica que el problema es más amplio y que concierne no sólo a las ciencias
médicas sino también a las sociales. El concepto de enfermedad como
entidad, más que como trastorno ligado a un individuo determinado, ha ido
ganando terreno.
Si queremos sociedades saludables la pregunta básica es ¿queremos
sociedades saludables para satisfacer las ofertas y las demandas del
mercado, o lo que buscamos es descubrir la cultura de la salud que cada
pueblo o grupo social posee?, tal vez son muchas las preguntas a
responder y pocas las respuestas. La salud se nos convirtió en una gran
preocupación, afortunadamente no sólo de las ciencias médicas sino de
todas las ciencias, hasta la económica y la política se sientan a la mesa a
pensarla y a discutirla. Aprovechemos este momento nosotros que nos
interesa el tema, para poder indagar, para poder buscar solución a algunas
de nuestras preguntas, es el momento de investigar la salud y la
enfermedad como conceptos integrales del desarrollo humano y de la
humanidad.

1- Antropología medica aplicada a la salud publica

la antropología defendía el interés hacia el conocimiento de lugares,


épocas, culturas y sociedades consideradas distintas.
LAS CIENCIAS DE LA SALUD Y LA SALUD PÚBLICA
Es el debate contemporáneo sobre si es la salud pública una disciplina
científica o un campo transdisciplinar, a la vez que se discute sobre la
pertinencia de usar el término “ciencias de la salud” para hacer referencia a
las ciencias que abordan los temas de salud pública (se usa más para unir
en una expresión lo que algunos llaman ciencias médicas y salud pública).
Es la ciencia y arte de prevenir las dolencias y las discapacidades,
prolongar la vida, fomentar la salud y la eficiencia física y mental, mediante
esfuerzos organizados de la comunidad para sanear el medio ambiente,
controlar las enfermedades infecciosas y no infecciosas, así como las
lesiones, educar al individuo en los principios de la higiene personal,
organizar los servicios para el diagnóstico y tratamiento de las
enfermedades y para la rehabilitación, así como desarrollar la maquinaria
social que le asegure a cada miembro de la comunidad un nivel de vida
adecuado para el mantenimiento de la salud.
En el 2007, un artículo publicado en la revista de la Facultad Nacional de
Salud Pública de Colombia, se pronunciaba en contra de la existencia de un
objeto único para la Salud Pública, lo cual se hace evidente desde
diferentes corrientes; aquella que observa como objetivo central a la salud
de la población y por otro lado la latinoamericana de “medicina social”, que
aborda el proceso salud- enfermedad- atención como proceso dialéctico.
De tal modo, el enfoque y esencia epistemológica interdisciplinaria, de la
Salud Pública, parece contar con consenso y algunos autores, ya desde
finales del pasado, reconocían explícitamente que no se trata de una sola
disciplina científica.
Estos debates han aparecido también, como es lógico, en la arena de la
investigación científica dentro del campo de la salud pública, debido a la
necesidad de generar nuevos conocimientos y adaptar las tecnologías para
alcanzarlos.

LA SALUD COMO ESPACIO ANTROPOLÓGICO: PROCESO


BIOCULTURAL

El reconocimiento de los elementos sociales en el proceso salud-


enfermedad-atención, ha permitido comprenderlo como un proceso
histórico, social y culturalmente determinado. Al ser la cultura una
prerrogativa fundamentalmente humana, esta se entroniza en cualquier
análisis posible, para y por, sobre todo, generar teorías, métodos y prácticas
culturalmente competentes. De ahí la importancia de considerar a la salud
como un espacio antropológico.
El espacio antropológico es un sistema de proximidad humana, donde los
símbolos, significados y representaciones implícitos en el lenguaje,
emociones, comportamientos y prácticas socioculturales, justifican el
abordaje antropológico. La organización de dichos espacios está regida por
la cultura, entendiendo al ser humano como hacedor y producto de esta a la
vez.
La salud pública internacional por su parte, se esfuerza en formular
programas sanitarios culturalmente sensibles, aplicables a las necesidades
locales, y efectivos gracias a la implicación de la comunidad. Es en esta
última donde la antropología médica demuestra quizás más especialmente,
la eficacia de sus rasgos característicos: el holismo y la comparación.

SOBRE EL CONCEPTO DE CULTURA


El surgimiento de este concepto partió de la contradictoria ilusión sobre la
existencia de una naturaleza humana constante, e independiente del
tiempo, del espacio y de las circunstancias. Esto conllevó a evitar observar
en el ser humano a un ser uniforme, y sí a un ser modificable por las
costumbres.
Al decir de Clifford Gertzz: “Esta circunstancia hace extraordinariamente
difícil trazar una línea entre lo que es natural, universal y constante en el
hombre y lo que es convencional, local y variable. En realidad, sugiere que
trazar semejante línea es falsear la situación humana o por lo menos
representarla seriamente mal”
la cultura son las formas de vivir, pensar y sentir de los distintos individuos y
grupos sociales, que incluye tanto lo consciente como lo inconsciente y
Conjuga el objeto de la cultura con sus sujetos, el individuo con su sociedad
lo común y lo individual, las formas de vida con los sistemas ideaciones y
emocionales.
Una definición de cultura aportada por Luis Alberto Vargas, alude los
principales rasgos del espacio icónico homocentrista en el que vive el ser
humano:
Conjunto de conceptos y creencias creados por cada grupo humano, que se
manifiestan tanto en forma material como ideológica, a través del
comportamiento individual y colectivo, en correspondencia con la estructura
y el funcionamiento social. Es el agente autorregulador del comportamiento
de los integrantes del grupo.
Dicho autor ha debatido también sobre los significantes del mundo de la
cultura, vistos en el hecho de que la cultura es producto de los grupos
humanos, pero a su vez es interiorizada, enriquecida y manifestada de
manera personal, y que su expresión a través de la conducta, es matizada
por nuestros sentimientos y emociones, pero siempre en el marco de la
estructura y funcionamiento de la sociedad a la que pertenecemos, lo cual
responde preguntas ancestrales acerca del por qué los individuos actúan de
manera diferente con solo cambiar la estructura sociopolítica y cultural del
espacio donde radican.

APLICACIONES DE LA ANTROPOLOGÍA MÉDICA EN SALUD PÚBLICA

Varias han sido las aplicaciones que en el campo de la investigación y en la


propia actuación en salud pública, ha tenido la antropología médica.
• Investigaciones encaminadas a la mejora o creación de programas de
salud (atención-promoción-prevención).
• Investigaciones sobre sistemas médicos y curativos (la medicalización de
las sociedades), y los modelos médicos (Modelo Médico Hegemónico,
Alternativo o Subordinado y el de Autoatención).
• Investigaciones sobre medicina natural y tradicional.
• Estudios de adherencia terapéutica.
• Intervenciones de salud comunitarias en entornos interculturales.
Las mejores justificaciones para la aplicación de la antropología médica en
espacios concretos, considerados antropológicos, se basan en:
• la existencia de diferencias o distancias socioculturales entre los gestores
de la actividad vinculada a la salud y al proceso salud-enfermedad-atención,
y los beneficiarios de ella;
• aquellas acciones que involucren la alteración de hábitos y conductas
humanas ancladas en el acervo sociocultural de las colectividades
• las actividades de investigación o acción, que se producen en los ámbitos
de interacción, entre el personal de salud y la población usuaria o diana.
la antropología aplicada a la salud, han estado dirigidas hacia la
comprensión de las prácticas de salud y la crítica a la universalidad y a la
ahistoricidad que subyace en el modelo biomédico. En nuestra opinión ello
puede seguir contribuyendo a la emergencia de nuevos paradigmas
salubristas de cara a las teorías explicativas unilineales, enfáticas en el
determinismo biológico y en la homogenización de los sujetos al interior de
los grupos sociales.
Otra necesidad es la de abordar la salud intercultural como un problema
social que se debe tratar con urgencia, y la necesidad de reflexionar acerca
de los presupuestos ontológicos y epistemológicos de las llamadas ciencias
naturales y sociales en general, y de las ciencias médicas en particular, al
respecto.
La aplicación de la antropología médica en los problemas actuales y futuros
de la Salud Pública es reclamada por la necesidad de la promoción y del
fortalecimiento de entornos culturales competentes tanto para la vida
humana como para las propias acciones salubristas. Esto en otras palabras
significa que, en los espacios donde se produce y gestiona la salud, la
aplicación de esta ciencia propicia la traducción de códigos culturales
diversos, implícitos en el proceso salud-enfermedad-atención, muchas
veces ignorados o pretendidos homogéneos.
Los conocimientos y perspectivas antropológicas dotan de habilidades
necesarias para el ejercicio profesional, involucrado en sistemas
generadores de salud, donde participan personas diferentes, cuyas
alteridades requieren ser comprendidas, partiendo primero de su
reconocimiento, inmersas en los espacios de actuación común donde
confluyen los símbolos, los significados, las creencias, en fin, las
representaciones socio-culturales.
En este sentido la salud pública requiere la comprensión antropológica de la
diversidad cultural, para entender cómo se estructura el sistema de
relaciones que cada grupo humano establecerá con sus pares y con los
otros, como parte esencial de la complejidad del mundo social, sobre el que
se habría de actuar desde cualquier tipo de actividad salubrista.
LIMITACIONES PARA EL EMPLEO DE LA PERSPECTIVA
ANTROPOLÓGICA EN SALUD.
La ausencia de investigación o reflexión antropológica sobre determinados
aspectos de la realidad social vinculadas al proceso salud-enfermedad-
atención, hace que aspectos sustantivos de algunos procesos bioculturales,
solo sean considerados en forma parcial por otras ciencias sociales y del
comportamiento, como se ha documentado por ejemplo para la infertilidad,
la reproducción humana, y las enfermedades crónicas como el cáncer.
En el 2007, en una conferencia dictada por dos médicos con estudios
posgraduados en ciencias sociales, quedaba claro, sin que hicieran una
previa disquisición académica muy amplia sobre la pureza conceptual o
metodológica de la epidemiología sociocultural y de la antropología médica,
el impacto que tenía el trabajo académico que se llevaba a cabo en este
campo, respecto a los problemas y temas de salud, en particular en
América Latina.
De esa manera, explicaban las limitaciones de la llamada epidemiología
convencional, evidentes en una escasa teorización acerca de los problemas
que estudia desde un punto de vista colectivo, tendiendo a adoptar los
esquemas explicativos elaborados desde la biomedicina, con la cual
comparte una postura reduccionista respecto a los esquemas causales de
las enfermedades y una falta de actualización y reflexión en lo que respecta
a los factores que son determinantes de la salud y la enfermedad en los
colectivos humanos. Consideraban ellos entonces que, dentro de la extensa
producción en el campo de las ciencias sociales aplicadas a la salud, es
particularmente la antropología médica la disciplina que ofrece mayores
posibilidades de contrastar y cuestionar el enfoque epidemiológico
convencional y veían a la epidemiología socio-cultural como un buen
referente operativo de dicha disciplina.
Algo que cuesta reconocer es que el desconocimiento o inclusive la apatía
de los sanitaristas por la producción científica antropológica, puede deberse
también a la relativa inaccesibilidad de los sectores operativos hacia el
discurso generado por los antropólogos de la salud característico por su
densidad y sofisticación, lo que ha contribuido al aislamiento de estos
aportes de los procesos decisorios en los escenarios biomédicos y en la
formación de sus cuadros técnicos y profesionales, la planificación y
vigilancia epidemiológica, la regulación sanitaria o la asistencia médica
misma.
Todo ello indica que son múltiples y complejos, los retos frente a los cuales
se encuentra la antropología médica y su arista pragmática en el contexto
cubano actual de cara a los problemas de salud pública. Algunos están
estrechamente relacionados con las áreas académicas e investigativas,
como el insertar cada vez más su cuerpo teórico y metodológico en los
programas formativos de las Ciencias de la Salud e incluir sus métodos y
las variables culturales, en las investigaciones sobre los problemas de la
salud pública. Otros, como lo que podríamos llamar los “vicios
antropológicos” antes señalados, posiblemente no tan álgidos o evidentes
para quienes realizamos este tipo de trabajo.

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