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El escroto es una piel fina que rodea el testículo a modo de protección. Regula su
temperatura debido a que cuenta con una importante cantidad de vasos sanguíneos
superficiales que facilitan la transferencia de calor.
El plexo pampiniforme consiste en una red vascular que rodea la arteria testicular,
se conoce junto con dicha arteria como “cono vascular testicular”. La función de
éste es enfriar la sangre de la arteria que se dirige al testículo, al “recibir” el calor
que ésta libera.
El músculo cremáster se contrae para acercar los testículos al cuerpo cuando la
temperatura ambiental enfría, sin embargo, no puede mantener la contracción por
mucho tiempo. Ahí es donde entra el dartos, una fina capa de músculo liso debajo
de la piel escrotal; ésta se contrae y relaja dependiendo de las condiciones
ambientales.
En un estudio realizado con 16 toros cruzados, se midieron las temperaturas de tres partes
del testículo: la parte de arriba, la parte media y la parte baja en las diferentes capas
(superficie escrotal, tejido subcutáneo e intratesticular). Los resultados indicaron que la
superficie escrotal y el testículo tienen temperaturas opuestas, y que la primera tiene
influencia sobre la segunda, pero no al revés: la temperatura testicular está influenciada
por la temperatura escrotal.
Se encontró también que la parte del epidídimo donde terminan de madurar y se
almacenan los espermatozoides, la cola, es algo más fría que el parénquima testicular.
En otro estudio realizado con ocho toros de la raza Angus, se compararon el flujo
sanguíneo y el metabolismo como fuente de calor testicular donde se encontró que el
primero produce 28.3 calorías de calor por minuto mientras el metabolismo produce solo
5.8 calorías. Como es una zona bien irrigada, de ahí la importancia de asegurar la pérdida
de calor.
En la evaluación de la temperatura de la superficie escrotal con termografía infrarroja se
observó que los toros con patrones de temperatura anormales o inestables debido a
diferentes razones presentaron semen de menor calidad que otros, y tuvieron una menor
tasa de fecundación.
Al estudiar los efectos del aumento de la temperatura testicular se consideraron varios
puntos: el incremento de la temperatura ambiental, el aislamiento escrotal, el aislamiento
del cuello escrotal (piel entre la parte de arriba del testículo y el cuerpo), el incremento de
la temperatura epididimal y el incremento de la temperatura en las células testiculares.
Incremento de la temperatura ambiental. Influye directamente en la calidad del
semen y fertilidad de los espermatozoides. Puede provocar anormalidades
morfológicas en éstos como colas enroscadas y separación de las cabezas.
- Se encontró que los toros de la especie Bos taurus son más susceptibles a las
temperaturas ambientales altas que la Bos indicus. Por otro lado, el cruce entre
ambas se recupera más fácil de la perturbación que las razas puras Bos
Taurus.
Insulación testicular. Produce anormalidades morfológicas en los espermatozoides
tales como decapitación, acrosoma anormal, cola anormal y gotas citoplasmáticas.
En el caso de la insulación del cuello escrotal se encontró que los
espermatozoides en el epidídimo se vieron afectados.
El aumento de la temperatura epididimal provoca anormalidades en las funciones
de absorción y secreción y en la composición del fluido seminal. Por lo tanto, se
afecta la cantidad de espermatozoides por eyaculación.
Todas las células testiculares (células de Sertoli, células de Leydig y en especial
las células germinales) se ven afectadas por el aumento de temperatura.
En conclusión, los hallazgos indicaron que cuando aumenta la temperatura escrotal o
testicular la morfología de los espermatozoides solo permanece inafectada en el primer
momento mientras los espermatozoides transitan por el epidídimo, pero más tarde
siempre trae consecuencias negativas.